Sei sulla pagina 1di 1

-Nico, es mejor que terminemos.

Después de eso no escuché nada más, la entendía, al fin y al cabo


el amor se acaba dicen por ahí. Lo que sigue son respuestas ‘zombies’. “tranqui, lo entiendo,
bueno, gracias, chao”. Abrí la puerta sin mirar atrás, sin mirarla. Llegué al metro, la Paola no vivía
lejos de este, me senté en el andén de la estación las torres, Línea 4 con dirección a Puente Alto y
me vinieron unas ganas tremendas de llorar, pero eran las 16:30 y había gente en el andén, me
daba un no sé qué llorar ahí y a esa hora.

Hacía calor y pensar en todo lo que pasó me hacía doler la cabeza. Dejé pasar un metro pensando
en cosas que podría haber dicho, quizás debí ser de tal forma, en volá no era para ella, cosas que
pasan, etc. En eso me suena el celular, era ella, la Paola. ¿Qué le habrá pasado? ¿Se habrá
arrepentido? Contesté con pobres expectativas, -¿Aló? Pregunto extrañado. –Se te quedaron las
llaves. Puta la weá, pensé. –¿Las podís dejar afuera? ¿Aló? Se cortó. ¿Qué hago? ¿Las perdí y fue o
las voy a buscar? Pucha el llavero me gusta, de Misfits y le van a poner color en mi casa si llego sin
llaves-. Finalmente decido ir.

-¡Aló! Mientras termino de golpear la puerta se deslizan unas llaves por abajo. Gracias, Supongo.

Me vuelvo a la estación, esta vez con más pena. En el fondo esperaba verla de nuevo, una última
vez para no quedarme con su cara de “terminemos”. Para no quedarme con las ganas, como
ahora.

Esta vez subo al metro que llega al andén, no baja mucha gente y como es día de semana va
“medio” apretado. Calor de mierda, pienso para mí. ¿No podíamos haber terminado en invierno?
Igual más dramático, el frío, las hojas secas de los árboles… Nos conocimos un invierno, yo salía de
clases en la U y estaba ella, la Paola. Como era medio pavo no me di cuenta que era mi compañera
de carrera. Me quedé extrañado viéndola, su actitud era extraña y su rostro no era el tipo de
rostro que me gustaba, aunque ni eso tenía claro en ese momento. –Hola. Me dice ella un poco
extrañada, se percató de que me quedé mirando, -H-hola, perdón me quedé pensando. Entero
pavo. –Jajaja esta bien, ¿por qué disculparse? –Sipo jaja. Trágame tierra
-Y, ¿qué tal la clase? Me dice ella. –Igual piola, el profe es medio extraño para explicar, pero me
gusta. -¡¿Cierto?! Dice ella, -Es cuático jajaja, yapo Nico, nos vemos por ahí. –Ya po, chao-. Ella se
sabía mi nombre y yo ni si quiera sabía que estaba en mi clases, como compañero quedó claro que
valgo callampa.

Potrebbero piacerti anche