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Que, habiendo sido notificado Acusación fiscal, la rechazo en todos sus extremos
por constituir parte de la persecución política que existe en el país contra mi defendido
para volver a encarcelarlo, razón por la cual formulo las siguientes observaciones:
1) Dicho Dictamen fiscal obedece a la presión política, del Poder Ejecutivo,
particularmente del ex ministro de justicia Juan Jiménez Mayor que el 04 de
Setiembre del 2012, declaró en la octava sesión de la Primera Legislatura
Ordinaria del 2012 del Parlamento: “Solo quisiera decir, señor, que todos
tengamos en cuenta esta fecha, el 11 de junio de 2013. El 11 de junio de 2013,
Osmán Morote Barrionuevo saldrá de prisión, el número dos de Sendero
Luminoso. Si el Estado no hace nada para poder plantear una estrategia frente
al terrorismo, probablemente esto siga. (…)”.
2) Que el artículo II del Título Preliminar del Código Penal consagra el Principio de
legalidad, definiendo que “nadie será sancionado por un acto no previsto como
delito o falta por la ley vigente…” sin embargo en el dictamen se pretende juzga
ry sancionar a mi patrocinado por delitos que constituyen “graves violaciones a
los derechos humanos”, por lo que no prescriben, cuando esta pretendida
imprescriptibilidad no está prevista en nuestro Código.
5) El inciso 4 del artículo 224 del ACPP exige que la acusación contenga el monto
de la reparación civil, la forma de hacerse efectiva y la persona a quien
corresponda percibirla. Como es sabido, la reparación civil tiene como
presupuesto el daño ilícito producido a consecuencia del delito al titular del bien
jurídico tutelado -principio del daño causado- cuya unidad procesal civil y penal
protege el bien jurídico en su totalidad y garantiza el oportuno derecho
indemnizatorio de la víctima; que, por tanto, no debe fijarse en forma genérica,
sino que es necesario individualizarla y determinarla en forma prudencial y
proporcional a la entidad del daño que se originó con su comisión.
Sin embargo, en el presente proceso penal, no se ha verificado que mi
patrocinado haya ocasionado con su conducta alguna lesión a un determinado
bien jurídico por lo que no ha generado daño civil alguno, por lo que no es posible
pronunciarse sobre la reparación civil. Sumado a esto podemos verificar que el
Dictamen Acusatorio, conforme lo estipula el artículo 92° del Código Penal; no
se encuentre debidamente motivada, toda vez que, de la reparación civil sólo se
menciona el monto a pagar, los obligados a hacerla, pero nadie sabe cómo se
determinó la cantidad a pagar, y qué clases de daños han sido comprendidos en
la misma, menos todavía se hace referencia a los presupuestos de la
responsabilidad civil. Y de esta manera, el dictamen vulnera dos derechos
fundamentales: el derecho a la debida motivación y el derecho de defensa.