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la constitucionalización del derecho internacional no se ende-

reza ya únicamente hacia esa pacificación, también existente al


principio de la evolución hacia la Unión Europea. El estallido de
las ilusiones neoliberales ha promovido la comprensión de que los
mercados financieros, es más, los sistemas fnncionales de la socie-
dad mundial que traspasan las fronteras nacionales, dan origen
a problemas que ya no pueden ser controlados individualmente
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA
por los Estados o por coaliciones de Estados. En cierto modo, la
Y LA UTOPíA REALISTA DE LOS DERECHOS HUMANOS
política como tal, la política en singular, se ve desafiada por esta
necesidad de regulación: la comunidad internacional de Estados
tiene que desarrollarse en el sentido de una comunidad cosmopo-
lita de Estados y ciudadanos del mundo.
Al ensayo sobre la constitución de Europa le antepongo un es-
tudio (publicado ya en una revista especializada) que investiga la
relación del concepto sistemático de los derechos humanos can el La Declaración Universal de Derechos Humanos, promulgada
concepto genealógico de la dignidad humana. «Genealógico» quie- or las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, se Il1IClaen su
re decir que las experiencias de vulneración de la dignidad humana Prtículo 1 con la siguiente frase: «Todos los seres humanos nacen
fomentan una dinámica combativa de indignación que sigue im- ~bres e iguales en dignidad y dere~hos»l. También el preámbulo.
pulsando, una y otra vez, la esperanza de una institucionalización de la Declaración se refiere, a un tiempo, a la dlgllldad humana
mundial, por mny improbable que sea, de los derechos humanos. y a los derechos humanos al reafirmar la «fe en los derechos fun-
La perspectiva de una sociedad mundial políticamente constituida damentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
pierde algo de su apariencia utópica cuando recordamos que la retó- humana»', La Ley Fundamental de la República Federal de Alema-
rica y la política de los derechos humanos no han desarrollado una nia promulgada hace sesenta años, se inicia también con una sec-
efectividad global más que desde hace pocas décadas. Ya desde los ció~ dedicada a los derechos fundamentales; el artículo 1 de esta
días de la Revolución francesa, la diferencia, rica en tensiones, entre sección se abre con la frase siguiente: «La dignidad del hombre es
los derechos políticos y civiles y los derechos humanos revela implí- inviolable». Anteriormente, habían aparecido formulaCIOnes SImI-
citamente la pretensión de implantar globalmente los mismos dere- lares en tres de las cinco constituciones de los Lander alemanes
chos para todos. Esta prerensión cosmopolita significa que el papel promulgadas entre 1946 y 1949. En la actualidad, la dignidad
de los derechos humanos no debe agotarse en la crítica moral de humana también desempeña una funCIón destacada en el dIscurso
las situaciones injustas dentro de una sociedad mundial fuertemen- internacional sobre los derechos humanos y en la jurisprudencia].
te estratificada. Los derechos humanos precisan una encarnación
.() institucional en una sociedad mundial constituida políticamente. 1. "Al! human beings afe born free and egual in dignity and rights». ,La,pri-
Las tres intervenciones que forman el Anexo pueden ser leí- mera frase del preámbulo aboga, a la vez, por el reconocimiento d~ la «dIgnIdad
-
~ .,.
~ das éomo comentarios de esa imagen etnocentrista de Europa que intrínseca» y de los "derechos iguales e inalienables de todos los. mlel~bros de la

J~
.....=:=l=
se refleja en la percepción centtada en sí misma que tiene la Ale-
mania reunificada.
familia humana» [Declaración Universal de Derechos Humanos, dlspomble en cas.
rellano en brrp://www.un.orgles/documems/udhr/(consultadoen enero de 2012)).
2. «Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos [... ] a reafirmar
la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la

l:
~ e Starnberg, principios de septiembre de 20] 1 persona humana ... " [ibid.]. . .
- ]üRGEN HABERMAS 3. E. Denningcr, «Der Menschenwürdesarz 1m Grundgcserz und seme Ent-
,',r:I~RO: ~ONS~'TUCI~N
DE~UROPA wicklung in dcr Verfassungsrcchrsprechung», en F.-J. Peine y H. A. Wolff (cds.),
AUTOR: JURGUEN HABERMAS
EDITORIAL: TROTTA 13
AÑO: 2012
ISBN: 978-84-9879-313-0
LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

L' . 1 b'lidad de la dignidad humana ocupó la atención del


cho internacional y_en.las..constituciones.nacionalcs_vigen t~,s,_ ~e.sde
a 1I1VlOa I J' 2006 cuando el Tribunal Constitucio-
público alemán en e ano. . I 1 Ley de seguridad aérea», elltOI1Ces.Desde hace relativamente poco desempeña también un
- d I d l ó inconstltUClOna a" , papel central en la jurisprudencia internacional. Por el contrario,
nal Fe era ec ar , Al barla el parlamento tenIa
Id or el Bundestag. apro, . .el~concepto de dignidad humana no aparece como concepto ju-
promu ga a p . d tras el 11.S con el ataque terronsta
presente el escenano crea I ~ Id Trade Center. En dicha ley se rfdico ni en las declaraciones clásicas de derechos humanos del si.
a las Torres Gemelas en e or d ue en una situación glo XVI1l ni en las codificaciones del sigJo XIX'. ¿Por qué el discurso
prete~día auto~izar a ~a:r:r~;:a~:ra~;ó,~sd~ ~as~jeros que se hu. jurídico trata de los «derechos humanos» Can tanta anterioridad a
semejante, pu leran ctil viviente, previniendo así la ame. la «dignidad humana,,? Ciertamente, los documentos fundacionales
de las Naciones Unidas, que establecieron una conexión explícita
biera cCo°;':r:r~~o:;r:e~~ri~I~:terminado aunque consider~~le dde
entre derechos humanos y dignidad humana, fueron una clara res.
naza encontraran en tl'erra
' . Según la concepClOn e l
personas que se I te de los pasajeros por órganos es- puesta a los crímenes masivos cometidos bajo el régimen nazi y a
tribunal, S1l1embargo, a muer . i nal La corte argumen- las masacres de la Segunda Guerra Mundial. ¿Pero puede esto dar


tatales constituiría un acto antlconstltuc o,'2 . 2 GG)' de cuenta del lugar destacado que se le otorgó a Ja dignidad humana
h dIE do (conforme l a arto ,sece. , en las constituciones de posguerra de Alemania, [taJia y Japón, es
tó que el de .er e st~. a otenciales de un ataque terrorista
proteger Idavldaf de las ~I~t~~e/ de respetar la dignidad humana de decir, de los regímenes que sucedieron a los causantes de aquella ca-,
era secun ano rente a 1 1Estado puede disponer um- tástrofe moral del siglo xx y a sus aJiados? ¿Es en el marco histórico)
los pasajeros.~<L~ m~e~a ~n ;e~~~neas~ bordo del avión lesniega del Holocausto donde la idea de los derechos humanos se convirtió,' r
,lateralmente e a.VI a e;~ ser humano por sí mismo»5. Es ¡m- e,ncierto modo retrospectivamente, en una idea cargada moralmen- i
te -y tal vez sobrecargada_ con el concepto de dignidad humana? ¡
el valor que ~onvlene a to m erativo categórico kantiano en es.
! posible no o~rlel .~co dlel~1r~speto a la dignidad humana de roda I, La tardía suerte del concepto de dignidad humana en las discu.
siones constitucionales y de derecho internacional parece apoyar
tas palabras ~btri una¡. E t do disponga de cualquier individuo
persona prohl e que eme~i~ para alcanzar otro fin, incluso si ese
' sllllplem~nte c~~~~ ~~var la vida de muchas otras personas.
I
I
esra idea. Existe solamente una excepción a mediados del siglo XIX.
En los debates para la abolición de la pena de muerte y del cas-
tigo corporal en la Constitución de Fránefort de marzo de 1849
I otroV~~ l~~:na resaltar el hecho de que la dignidadd humanad col11~ (párrafo 139), se dice: «Un pueblo libre debe respetar la dignidad
'fi a existía en la Antigüeda y que a qUlTl humana incluso en el caso del criminal,,', Pero esta constitución,
concepto 610so C? que y I Kant solo alCanzó a materiak
producto de la primera revolución burguesa en Alemania, nun.
su eXPdres,ó~
zar?c espues cdaenl~~~gau~I~~~~~r~a Mu,;dial en los textos del dere-
ca entró en vigor. De todos modos, resulta bastante llamativa la
asimetría temporaJ que existe entre la historia de Jos derechos hu-
manos -iniciada en el siglo XVtI- y la reciente aparición -a me.
Nachdenken über Eigentum. Festschri(t (ür A/exallder V01t Briinneck, Nomos,
d!.a.,!osdeI siglo pasado __ del concepto de dignidad humana en Jas
ci ho
Baden-Baden, 2011, pp; 397 411
4. ((Todapersona nene crec
a la vida y a la integridad física» I'LcyFunda-
. d'. 'ble en castellano en https:/1
co~ifi'caCion'esnacio'lales-einternacionales y en la jurisprudencia.
'bl' F d al de Alemania, ISP0nJ )] Contra la suposición de que el concepto de derechos humanos
mental de la Repu lea e er df (consultado en enero de 2012 .
www.btg.bestellservice.de/pdf!8020600~:febrero de 200,6 (párr. 124) [Véase solo de forma retrospectiva se cargó moralmente con el concepto
5. BVerfG, 1 BvR 357/05, del 15 fassun s ericht.de/emseheidungcn/ de dignidad humana, quisiera defender la tesis de que siempre ha
la versión en inglés en http://www.bundeSvder,ggd20'12)]SObreesta
' 05 htm I ( nsulta o en enero e . .
rs200602'15 1bvr0357 en. co k Ir . d MenschenwiirdegarallflC.
decisión, vé~c .l. v. Bernstorff, «Pf1i~hten ~ Is~n u~ .. h VOllArt. 1 GG,,: Der 6. Véase Chr. MeCruddcn, (,Human dignity and judicial imerpretation of hu-
Zum Vormllg staatlicher Achtungspf1lchtCllllll orlll CICle lTlan rights~~:The European Journal o( /nternational Law 19 (2008), pp. 655-724.
Staat 47 (2008), pp. 21.40. 7. E. Denninger, ((Der !v1.cllschenwüruesatz ... », cit., p. 397.

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LA CONS 1 i IOCiON DE EUROPA tL l.-VNl.-r:r I u v,_ OIO,q¡Ol\O •• UII""

existido -aunque inicialmente solo de un modo implícito- un defender, tanto contra el rechazo general de los derechos humanos
estTechó-vínéülo conceptual entre ambos conceptos. Losderecllos (Cad Schmitt) como éontra los intentos más recientes por rebajar
humanos siempre han surgido de la resistencia contra el despotis- su contenido radical (3).
mo, la opresión y la humillación. Hoy día ninguna persona puede
p'ranunciar alguno de estos venerables artículos -por ejemplo, el
artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: «Na- 1
die será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes»'- sin oír en ellos el eco del clamor de innumera- Debido a su carácter de universalidad abstracta, los derechos funda-
bles criaturas humanas torturadas y asesinadas. La apelación a los mentales necesitan ser especificados en términos concretos en cada
derechos humanos se nutre de la indignación de los afectado.s RO~. casO particular. En este proceso, en contextos culturales diferentes
la violación de su dignidad hümana. Si esto configura cI puntoge los legisladores y jueces suelen llegar a resultados diferentes. Un
partida, el vínculo conceptual entre dignidad humana y derechos buen ejemplo de ello puede verse actualmente en la regulación de
humanos tendría que poder mostrarse también en el desarrollo asuntos éticos controvertidos como la eutanasia, el aborto o la ma-
mismo del derecho. Por de pronto, nos enfrentamos a la pregun- nipulación eugenésica del patrimonio genético. También es induda-
\ ta de ~la «dignidad humana» expresa un concepto fundam~tal ble que, en virtud de esa necesidad de interpretación, los concep-
I normativo y sustantivo, a partir del cual quepa deducir los dere- tos jurídicos universales son apropiados para llegar a acuerdos de
1, cllos humanos mediante la especificación de las circunstancias'en compromiso. Así, la apelación al concepto de dignidad humana sin
\ las que son violados, o si, por el contrario, se trata de una expresión duda ha posibilitado -por ejemplo, en la fundación de las Nacio-
, que simplemente provee una fórmula vacía que resume un catálo- nes Unidas y, en general, en la negociación de tratados de deréchos
: go de derechos humanos aislados y elegidos sin relación entre sí. humanos y convenciones del derecho internacional-la obtención
Vaya nombrar algunas razones de carácter teórico-jurídico para de un consenso traslapado entre partes de distinta procedencia"cul-
mostrar que la «dignidad humana» no es una expresión clasifica- tural: «Todo el mundo podía estar de acuerdo en que la dignidad
to~ia a posteriorz, -como si se tratara de un parámetro de sustitu- . humana era algo central, pero no por qué ni de qué forma»IO..
ción vacío que agrupara una multiplicidad de fenómenos distintos. Pero' el significado jurídico de la d.ignidad humana no debe
Por el contrario, sostendré que constituye la «fuente»' moral de. la por ello agotarse en la función de crear una cortina de humo .para
que todos los derechos fundamentales obtienen su sust~ncia (]). ocultar provisionalmente diferencias más profundas, El hechó de
¡\'c'ontinuación presentaré, desde los puntos de vista sistemático e que la «dignidad humana» haya facilitado acuerdos en el proceso
histórico-conceptual, un análisis de la función catalizadora desem- de precisar y extender los derechos humanos y, ocasionalmente,
peñada por ~,,-o-'l,,-el'to de dignidad en la co~;;pos-i~iÓndelos de- también en la neutralización de diferencias insalvables, no puede
rechos humanps a partir de la moral racional y de la forma jurídica servir como explicación para su tardía aparición como concepto
(2). Por último, mostraré cómo e! origen de los derechos humanos jurídico. Quisiera mostrar que condiciones históricas cambiantes
e.I1Ja.JlIS'l1temoral de la dignidad humana puede dar cuenta de la simplemente han hecho explícito y consciente algo que, desde el
fuerza poli!ica_eJ;RI.Q.siva,.ge1I,na,l!t9pJª CQ!J£!:£!a31l~_ll1eJ?us!~rfa inicio, estaba implícitamente inscrito en los derechos humanos,
a saber: la sustancia normativa de la dignidad igual de cada ser hu-
mano, que los derechos humanos en cierto modo precisan con más
8. «No one shall be subjected to torture or te cruel, inhuman or dcgrading detalle. Así, por ejemplo, los jueces apelan a la protección de la
treatment or punishment». dignidad humana cuando, en vista de riesgos no previstos causa-
9_ ,(La inviolabilidad de la dignidad del hombre es la fuente de todos los
derechos fundamentales», como se afirma en el artículo 14.2 de la Constinl-
ción del Estado Libre de Sajonia, promulgada en 1992. 10. Chr. McCrudden, "Human dignity ... », cit., p. 678.

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LA CONSTITUCIÓN DE EUROPA EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y lOS DERECHOS HUMANOS

dos por las nuevas recnologías invasivas, introducen el derecho a Aquí el concepto de dignidad humana todavía se esconde tras el
la autodeterminación informativa. De manera similar procedió uso predicativo de una expresión coloquial; pero en 1944, la Or-
el Tribunal Constitucional Federal en su revolucionaria decisión ganización Internacional del Trabajo (OIT) emplea ya sin abrevia-
del9 de febrero de 20]0 sobre el aleance de los derechos a presta- turas, en un contexto similar, la retórica de la dignidad humana".
ción conforme al parágrafo 20, sección 2, del Sozialgesetzbuch II y apenas unos años después, el artículo 22 de la Declaración Uni-
[legislación sobre seguridad social], referente al subsidio de des- versal de Derechos Humanos aboga ya por la garantía de los dere-
empleoll. Con ocasión de ello, el tribunal «derivó» del artículo 1 chos económicos, sociales y culturales, de tal forma que todo ser
de la Ley Fundamental el derecho fundamental a un mínimo exis- humano pueda vivir en condiciones que son «indispensables para
tencial que posibilite al beneficiario (y a sus hijos) una adecuada su dignidad y ellihre desarroJJo de su personalidad»". Desde en-
«participación en la vida social,cultural y política»12. tonces solemos hablar de las distintas «generaciones» de derechos
La experiencia de las violaciones de la dignidad humana tiene humanos. La función heurística de la dignidad humana también es
una función reveladora: ya sea en vista de condiciones de vida la clave para entender el contexto lógico existente entre las cuatro
sociales insoportables y la marginación de clases sociales empo- conocidas categorías de derechos: únicamente sobre la base de una
brecidas; ya en vista del trato desigual a hombres y mujeres en colaboración uniforme de todas sus categorías pueden Jos derechos
el lugar de trabajo, o de la discriminación de extranjeros y de fundamentales cumplir políticamente la promesa moral de respetar
111inorÍas culturales) lingüísticas, religiosas o raciales; o en vista la dignidad humana de toda persona ".
del suplicio de mujeres jóvenes, provenientes de familias inmi- Los derechos de libertad liberales, que cristalizan en torno a la
grantes, que tienen que liberarse de la ~iolencia de códigos de . inviolabilidad y la libertad de movimiento de la persona, del libre
honor tradicionales; o, por fin, en vista de la brutal expulsión comercio y la libre práctica de la religión, fueron establecidos
de inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo. A la luz de tales para prevenir la intromisión estatal en la esfera privada y cons-
retos históricos, se actualizan en cada caso diferentes aspectos del tituyen, junto con los derechos democráticos de participación, el
significado de la dignidad humana. Los aspectos de la dignidad conjunto de los así llamados derechos fundamentales clásicos. Sin
humana así especificados con ocasión de motivos distintos pue- embargo, en la práctica los ciudadanos tienen iguales oportuni-
den luego conducir tanto al agotamiento pmgresivo del contenido dades para hacer uso de estos derechos solo si, simultáneamente,
normativo de los derechos fundamentales garantizados, como al
descubrimiento y la construcción de nuevos derechos fundamen-
14. En la Declaración de Filadelfia promulgada ellO de mayo de 1944, rela~
tales". A través de este proceso, la intuición subyacente penetra l

ti va a los fines y objetivos de la Organización Internacional del Trabajo, la secc. 2. a


primero en la conciencia de los afectados y después en los textos reza: "Todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho
legales, donde encuentra su articulación conceptual. a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de liber~
La Constitución de la República de Weimar de 19]9, pionera tad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades» lCons-
en la implementación de derechos sociales fundamentales, sirve titución de la Organización Internacional del Trabajo, disponible en castellano en
http://wwv. ..ilo.org/ilolex/spanish/iloconst.htm (consultado en enero de 2012)].
para ejemplificar este desarrollo paulatino. El artículo 151 habla
15. «roda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguri-
de la «garantía de una existencia humanamente digna para todos». dad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacio-
nal, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción
de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables para su dignidad
1'1. BVcrfG, 1 HvL 1/09. y el libre desarrollo de su personalidad)).
12. lúid.,párr.135. 16. G. Lohmann, "Die Menschenrcchte: Unteilbar und gleichgewichtig? -
13. Sobre este tema, McCruddcn habla de «la necesidad de justificar la crea- Eine Skizzc)), en G. Lohm<lnn el al., Die Menschellreehte: Unteilbar tmd gleich.
ción de nuevos derechos y la extensión de los ya existentes» ("Human digni~ gewichtig? Swdien zu Grund- tmd Menschellrechte1t, vol. 11, Universitatsvcrlag
ty ... », cit., p. 721). t. Potsdam, Potsdam, 2005, pp. 5-20.

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LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUM~,NA y LOS DERECHOS HUMANOS

.:- ;;....,

disfrutan también de garantías pafa tener un nivel suficiente de tada mediante e! r~curso a una violación de la dignidad humana
independencia en su vida privada y en su situación económica y que posee validez absoluta y que, por tanto, reclama la prima-
SI, además, tienen la posibilidad tanto de format como de estabi-
cía. En el discurso judicial, por ende, e! pape! de este concepto
lizar su identidad personal en un entorno cultural escogido por dista mucho de suplir vagamente la falta de una concepción in-
ellos mismos. Las experiencias de exclusión, miseria y discrimina- tegrada de los derechos humanos. La "dignidad humana:' ~s ,un
ción enseñan que los derechos fundamentales clásicos adquie- sismógrafo que registra lo que es constitutIVO de un orden Jundlco
ren "un valor igual» (Rawls) para todos los ciudadanos únicamente democrático, a saber: precisamente los derechos que los clUda- -
cuando se complementan con derechos sociales y culturales. Las danos de una comunidad política deben darse a sí mismos para
pretensiones de acceder a un reparto adecuado de! bienestar y la poder respetarse unos a otros como miembros de u~a asociación
cultura marcan límites estrechos a la transferencia de costos y voluntaria de personas libres e Iguales. Solo la garantla de estos de-
nesgas, producIdos de forma sistémica, a los individuos. Dichas rechos humanos da origen al estatus de ciudadanos que, en calidad
exigencias tienen por objeto evitar la extensión de grandes desi- de sujetos de iguales derechos, tienen la facultad de exigir que se los
gualdades sociales y la exclusión de grupos enteros de! funcio-
respete en su dignidad humana. " .,
namiento general de la vida social y cultural. Una polírica como Después de doscientos años de hlstona constItucIOnal moder-
la que ha predominado en décadas recientes, no solo en Estados na conocemos mejor lo que distinguió ese desarrollo desde sus
Unidos y Gran Bretaña, sino también en e! continente europeo, itli~ios: la dignidad humana forma, por así decir, el portal a t:avés
e mcluso en todo el mündo -a saber, una política que pretende del cual el contenido igualitario y universalista de la motale~ Im-
asegurar una vida autónoma a los ciudadanos primordialmente portado al derecho. La idea de dignidad humana es e! gozne'con-
a través de la garantía de libertades económicas-, destruye el ceptual que ensambla la moral del respeto igu~1 de toda ~ersona
equilibrio entre las diferentes categorías de derechos fundamen- con el derecho positivo y e! proceso de leglslaclOn democratIco de
tales. La dignidad humana, que es una y la misma en todas partes tal forma que de la interacción entre estos pudo surgir, en circuns-
y para todo ser humano, fundamenta la itldivisihilidad de los de- tancias históricas favorables, un orden político fundado en los de-
rechos fundamentales.
rechos humanos, Ciertamente, cuando las declaraciones clásicas de
A partir de este desarrollo se entiende también la trascenden- derechos humanos se refieren a los derechos "innatos» o ,;inaliena- ": \

cia que el concepto de dignidad humana ha alcanzado en la ju- hles» a itlheretlt o tlatural rights, a droits tlaturels, itlaliénables et
nsprudencla. Cuanta mayor sea la fuerza con la que los derechos sacr¿s delatan todavía su procedencia de doctrinas religiosas y '-;:'
fundamentales penetran todo el sistema jurídico, con tanta mayor metafisicas: "Tenemos por evidentes estas verdades, que todos los
frecuencia se extiende su influencia más allá de la relación vertical hombres son [... ] creados con ciertos derechos inalienables ... »;
entre el ciudadano individual y el Estado hasta las relaciones hori- pero en e! Estado ideológicamente neutral, tales predicados tienen
zontales de los ciudadanos entre sí. En este proceso se acumulan primordialmente una función de suplencia: recuerdan el modo
conflictos que hacen preciso equilibrar exigencias contrapuestas cognitivo, sustraído a la disposición del Estado, de una JustIfica-
relatIvas a derechos fundamentales". En esos casos difíciles (hard ción universal y capaz de recibir asentimiento del contenIdo moral
cases), a menudo solo es posible tomar una decisión fundamen-
excedente de estos derechos. También los padres fundadores reco-
nocieron que los derechos humanos, a pesar de su justificación pu-
ramente moral, requerían una «declaración}) dcmocrática y :cnían
17. La discusión en torno al llamado efecto horizontal de los derechos
~u~damenta~es I.Drittwirkul1g der Grundrechte), llevada a cabo en Europa en el que ser especificados e implementados de manera constructIva en
ultlmo mediO Siglo, ha encontrado eco recientemente en Estados Unidos' d. el marco de una comunidad política.
S. Gardbaum, ,;rhe 'horizontal effect' of constitutional rights": Michigan Law Puesto que la promesa moral debe ser cambiada en mone-
Review 102 (2003), pp, 388-459,
da jurídica, los derechos humanos exhiben un rostro jánico que

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21
LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA El CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y lOS DERECHOS HUMANOS

mira simultáneamente a la moral y al derecho". A pesar de su 2


contenido exclusivamente moral, los derechos humanos tienen
la forma de derechos positivos, penables y subjetivos que garan- En esta categoría de derechos, en su momento completamente
tizan al individuo espacios de libertad y pretensiones específicas. nueva, se reúnen de nuevo dos elementos que', a comienzos de la
Han sido diseñados para ser concretizados por medio de la le- Edad Moderna se habían separado de la simbiosis iusnaturalista
gislación democrática; para ser especificados, caso a caso, median- entre hechos y normas, independizándose y diferenciándose, por
te la jurisdicción, y para ser impuestos con sanciones estatales. de pronto, en direcciones opuestas. Por un lado, estaba la moral
De modo que los derechos humanos circunscriben de manera internalizada, anclada en la conciencia subjetiva y fundamentada
precisa aquella parte de una moral ilustrada que puede ser tra- racionalmente -que Kant confina por entero en el dominio de
ducida al medio del derecho coercitivo y transformarse en una lo inteligible-; y, por otro lado, el derecho coercitivo y estatui-
realidad política en la robusta figura de derechos fundamentales do positivamente, que sirvió a los gobernantes absolutistas y a las
efectivos 19. asambleas estamentales de inicios del parlamentarismo como un
medio de organización, dirigido por el poder, para la creación
de la institución del Estado moderno y el intercambio comercial
capitalista. El concepto de derechos humanos se debe a una síntesis
18. G. Lohmann, «MellSchcnrechte zwischen Moral und Rcclit)" en S. Gosc- improbable entre estos dos elementos. La «dignidad humana» sir-
path y G. Lohmann (eds.), Philosophie der Mellschenrechte! Suhrkamp, Fráncfort vió como gozne conceptual que permitió realizar dicha unión. En
d.M., 199R, pp. 62-95. ' el proceso de esta unión, el mismo concepto de dignidad humana,
19. Yo no creo que esta reflexión me ohligue a una revisión de mi originaria disponible en el lenguaje culto, sufrió una transformación. En
introducción del sistema de los derechos U. Habermas, facticidad)' validez! ello desempeñan también, a todas luces, un papel las ideas, pre-,
Trotta, Madrid, 62010, pp. 147-197; véase también J. Habermas, "El Estado de
derecho democrático: ¿una unión política paradójica de principios cont'radicro-
sentes en el lenguaje corriente, de la dignidad social, que en las
rios?)', en Tiempo de transiciones, Trotta, Madrid, 2004, pp. 141-161). Los de~ sociedades estamentales de la Edad Media europea y en las socie-
rechos humanos difieren de los derechos morales, entre otras cosas, en que los dades gremiales de la Modernidad temprana habían estado ligadas
primeros están orientados hacia la institucionalización, es decir, tienen que ser respectivamente a un esta tus particular". Debo reconocer que la
generados, y requieren para ello una formación común y democrática de la vo- hipótesis desarrollada a continuación requiere naturalmente una
luntad, mientras. que las personas que actúan moralmente se consideran sin más
corroboración histórica más precisa, tanto en lo referente a la
como sujetos en una red de derechos y obligaciones morales; véase J. Flynn,
«Habermas on human rights: Law, morality and intercultural dialogue>': Social historia conceptual como a la historia de las ideas de las revolu-
Theory and Praxis 29 (2003)) pp. 431-457. Ciertamente, en su momento no cIones europeas.
tuve en cuenta los dos aspectos siguientes. Primero, que las experiencias acu- Respecto a la genealogía de ,los derechos humanos, me gustaría
muladas de vulneraciones de la dignidad humana constituyen una fuente de resaltar dos aspectos: por una parte, la función de la «dignidad hu-
motivación moral para la práctica, sin precedenres históricos, de la elaboración
mana" en el cambio de perspectiva que tuvo lugar con el paso de los
de constituciones a finales del siglo XVIII. Segundo, que el reconocimiento social
de la dignidad del otro, generador de esta tus, funcionó como puente conceptual deberes morales a los derechos jurídicos (a), y por otra, la paradóji-
entre el contenido moral del respeto igual para todos y la forma jurídica de los ca generalización de un concepto que no se ajustaha originalmente
derechos humanos. Dejo por ahora de lado la pregunta de si este desplazamien- al reconocimiento uniforme de la dignidad de cada cual, sino que,
to en la atención prestada a estas cuestiones tiene consecuencias adicionales por el contrario, indicaba diferencias de estatus (b).
para mi lectura dcflacionaria del principio discursivo «D» en la justificación de
los derechos fundamentales; véase mi discusión de las objeciones de Kari-Otto
Apel en J. Habermas, «Sobre la arqujtectónica de la diferenciación de discursos. 20. Sqbre la génesis del concepto jurídico de la dignidad humana a partir de
Pcqueii.a réplica a Ulla gran discusión", en Entre l"Iaturalis11lo )' religión, Paidós, la generalización de la dignidad vinculada al esta tus, véase J. Waldroil, "Dignity
Harcelona, 2006, pp. 83-103. and rank--, Europea11 Journal o( Sociology 48 (2007), pp. 201-237.

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LA CONSTITUCIÓN DE EUROPA
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

a) Las doctrinas modernas de la moral racional y del derecho'


N'~tu~alment~,;e~ ambos casos la persona amenazada es fuente de
racional se basan en el concepto fundamental de la autonomía
exigencias normativas que son violadas con la tortura. No obs-
individual y en el principio de igual respeto hacia todos. Este ba-
tante, para la mala conciencia del criminal es suficiente el hecho
samento común de la moral racional y del derecho racional suele
de que su acción transgrede la moral, mientras que la relación
oscurecer la diferencia decisiva: mientras que la moral nos impone
jurídica ohjetivamente vulnerada permanece latente hasta que no
deberes que penetran, sin excepción, todas las esferas de la acción,
sea actualizada mediante el planteamiento de una reivindicación.
el derecho moderno crea espacios abiertos para la elección priva-
Por esa razón, según Klaus Günther, la «transición de obliga-
da y la configuración de la vida de cada individuo. Bajo la premisa
ciones morales recíprocas a derechos recíprocamente estatuidos y
revolucionaria que sostiene que está jurídicamente permitido todo
otorgados" puede verse' como un acto que va «de la autohabilita-
lo que no está explícitamente prohibido, no son los deberes sino
ción 'a la autodeterminación,,". La transición de la moral racional
los derechos subjetivos los que constituyen el punto de partida
al derecho racional exige un cambio desde las perspectivas, simétri-
para la construcción de los sistemas legales. Para Hobbes y el dere-
camente entrelazadas, de respeto y estimación de la autonomía del
cho moderno lo determinante es la habilitación igual de todas las
personas, que están autorizadas a hacer o abstenerse de hacer lo en cada caso airo a las pretensiones de reconocimiento y estimación
que deseen dentro del marco de las leyes. Los actores asumen una de la autonomía en cada caso propia por parte del otro. El cuidado,
mandado moralmente, del otro vulnerable es reemplazado por la
perspectiva diferente cuando en vez de cumplir mandatos morales
exigencia, consciente de su pretensión, de un reconocimíento jurí-
ejercen sus derechos. En una relación moral, las personas se pre-
dico en calidad de sujeto autodeterminado que «vive, siente y actúa
guntan por lo que deben a los arras, independientemente de su
de acuerdo con su propio juicio,,". El reconocimiento reclamado
relación social con ellos, esto es, de cuánto los conocen, CÓlTIO se
comportan y qué esperan de ellos. En una relación legal, en cam-
por los ciudadanos del Estado va más allá del reconocimieIlto mo- .,
bio, las personas reaccionan a las pretensiones que en cada caso ral recíproco entre sujetos que actúan responsablemente;,posee el
eleva el otro frente a ellos. En una comunidad legal, una persona sólido significado del respeto exigido por un estatus que es mere-
adquiere obligaciones solo como consecuencia de las demandas cido y, como tal, se encuentra impregnado por las connotaciones
>,
que otra persona puede hacerle". de aquellas «dignidades" que en el pasado se asociaban al hecho de ....
, --
pertenecer a corporaciones respetadas. '1.,'
Por ejemplo, imaginemos el caso de un oficial de policía que
quisiera obtener la confesión de un sospechoso mediante la ame-
naza ilegal de tortura. En cuanto persona moral, la sola amenaza, b) El concepto concreto de dignidad o de «honor social" per-
y con mayor razón el acto de infligir dolor, producirían en él una tenece al mundo de las sociedades tradicionales organizadas je-
mala conciencia sin importar el comportamiento del delincuente. rárquicamente. En esas sociedades, una persona podía derivar su
La relación jurídica entre el funcionario de policía que actúa ile- dignidad y su propia estima, por ejemplo, del código de honor
galmente y el individuo sometido a interrogatorio solo se actuali- de la nobleza, O del ethos estamental de los gremios de artesa-
zaría cuando este último se defendiera y reclamara su derecho (o nos, o del espíritu corporativo de las universidades. Cuando es-
cuando un abogado reaccionara ante la vulneración del derecho). tas dignidades dependientes del estatus, que se daban en plural,

21. Georg Lohmann escribe a este respecto: "Un derecho moral cuenta corno 22. Algo que Lohmann parece malinterpretar como la transición de una mo-
justificado cuando existe un deber correspondiente, mandado moralmente, que, ral tradicional a una moral ilustrada (ibid., p. 87).
por sí mismo, cuenta ya como justificado [... J, un derecho legal {cuenta como 23~ K. Günther, «Menschenrechte zwischen Staaten und Dritten. Vorn ver-
justificado] cuando forma parte de un sistema legal positivo que p~lede reclamar tikalen zum horizontalcn Verstandnis der Menschenrechte», en N. Deitelhoff
legitimidad como un rodo» (G. Lohmanll, «Menschenrechtc ... », Cit., p. 66). y J. Steffek (eds.), Was bleibt 110m Staat? Demokratie, Recht und Verfassung im
globalen Zeitalter Campus, rráncfort d.M., 2009, pp. 259-280, 275 s.
l

24
25

J"'-,,_ ""
LA CONSTITUCiÓN DE EUROP.b. El CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y lOS DERECHOS HUMANOS

se reúnen en la idea de la dignidad universal "del» hombre, esta funcionarios por los servicios prestados a la res publica. La dis-
nueva dignidad abstracta se despoja de las cualidades particu: tinción otorgada a unos pocos destacados "dignatarios» y hono-
lares del ethos corporativo de cada caso. Al mismo tiempo; sin ratlOres contrasta, naturalmente, con la dignidad que el Estado
embargo, la dignidad universalizada, que se predica de todas las constitucional garantiza a todos los ciudadanos por igual.
personas por igual, preserva la connotación del respeto propio Jeremy Waldron llama la atención sobre el hecho paradójico
que depende del reconocimiento social. Como una dignidad tal, de que el concepto igualitario de la dignidad humana sea el re-
la dignidad humana también requiere por tanto estar anclada en sultado de una generalización de dignidades particularistas que
un estatus civil, esto es, la pertenencia a una comunidad organi- no debe perder del todo la connotación de las "diferencias de
zada espacial y temporalmente. Pero el estatus debe ser el mismo matiz»: "El concepto de 'dignidad', antes asociado con la dife-
para todos. El concepto de dignidad humana transfiere el conte- renciación jerárquica de rango y estatus, actualmente expresa la
nido de una moral basada en el igual respeto al orden del esta tus Idea de que todas las personas tienen un mismo rango, a saber un
de ciudadanos de un Estado que derivan su respeto propio del rango muy e 1eva do» 25'. Waldron concIbe este proceso de generali-'

hecho de ser reconocidos por todos los demás ciudadanos como zación de tal forma que todos los ciudadanos adquieren ahora el
sujetos de derechos iguales y exigibles. más alto rango posible, como, por ejemplo, el que anteriormente
En este contexto, no es insignificante el hecho de que ese es- estaba reservado a la nobleza. Pero irealmente puede captarse así
tatus solamente pueda ser establecido dentro del marco de un el sentido de la igual dignidad de todo ser humano? Ni siquiera
Estado constitucional, que nunca surge espontáneamente. Antes los precursores directos del concepto de dignidad humana, sobre
bien, este marco debe ser producido por los ciudadanos mismos t~do en la Estoa y en el humanismo romano (por ejemplo, Cice-
con los medios del derecho positivo, y debe ser protegido y de- ron), ofrecen un puente semántico hacia el significado igualitario
sarrollado en condiciones bistóricamente cambiantes. Al ser un del concepto moderno. En aquel entonces, la dignitas humana
concepto jurídico moderno, la dignidad humana se encuentra era explicada por la posición, ontológicamente setialada, del hom-
asociada con el estatus que los ciudadanos asumen en el orden bre en el cosmos, esto es, por el rango particular asumido por el
político autoproducido. Como sus destinatarios, los ciudadanos hombre en virtud de las facultades propias de su especie, rales
solamente pueden llegar a disfrutar de los derechos que protegen como la razón y la reflexión, frente a seres vivos "inferiores».
su dignidad humana si logran conjuntamente fundar y mantener Ahora bien, e.1valor superior de la especie puede quizá justificar
un orden político basado en los derechos humanos". La dignidad alguna clase de protección de la misma, pero no la inviolabilidad
conferida por el estatus de ser ciudadano de un Estado se nutre de la dignidad de la persona individual como fuente de exigencias
de la valoración republicaua de este logro democrático y de la normativas.
correspondiente orientación hacia el bien común. Esto recuerda Faltan aún dos etapas decisivas en la genealogía del concepto.
el significado que en la Roma clásica iba' asociado a la palabra En ptlmer lugar, a la generalización colectiva debía añadirse la indi-
dignitas: el merecido prestigio de los hombres de Estado y de los vidualización. Se trata del valor del individuo en las relaciones hori-
zontales entre los seres humanos y no de la posición "del» hombre
24. ASÍ, los derechos humanos no se oponen a la democracia, sino que com- en su relación vertical con Dios O con niveles del ser subordinados.
parten con ella el mismo origen. La relación entre ambos es de mutua prestlpo~ En segundo .Iugar, la relativa superioridad de la humanidad y de sus
sici6n: los derechos humanos posibilitan el proceso democrático sin el cual no miembros debía ser reemplazada por el valor absoluto de la per-
podrían adquirir positividad y concretarse dentro dclmarco de un Estado consti- sona. Pues se trata del valor incomparable de cada cual. Estos dos
tucional basado en los derechos fundamentales. Sobre la argumentación rcórico-
pasos se dieron en Europa por la vía de una recuperación filosófica
discursiva, vén~e K. Günrhcr, «Liberale und diskursrheoretische Deutungen der
1vlenschenrechre», en w: Brugger, lJ. Neumann y S. Kirste (eds.).. RechtsphiJoso-
phie im 21. Jah,.hundert, Suhrkamp, rráncfort d.M., 2008, pp. 338-359. 25. J. Waldron, (,Dignity and ranh, cit., p. 201.

26 27
LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y LOS DERECHOS HUMANOS
- -:'~#

de motivos e ideas provenientes de la tradición judeocristiana un cación descansa e~ la explicación filosófico-moral de la autono-
proceso al que quisiera referirme brevemente". ' mía: «La autonomía es, pues, el fundamento de la dignidad de la
Ya en la Antigüedad se había establecido un vínculo estrecho naturaleza humana y de toda naturaleza racional,,". Ahora bien,
entre las nociones de dignitas y persona, pero fue solamcnte a partir para poder entender lo que significa «dignidad humana", primero
de las d,scusIOnes medIevales sobre la condición del hombre creado hay que comprender el «reino de los fines'»30.En la «Do,ctrina del
a imagen y semejanza de Dios cuando la persona individual se des- derecho" Kant introduce los derechos humanos -o, mas bIen, el
taca de su estructura de rol. Todos tendrán que enfrentar el Juicio «único" derecho que a toda persona le corresponde «en virtud de su
FlIlal como. personas irreemplazablcs e inconfundibles. Otra etapa humanidad,,- mediante una referencia directa a la libertad de cada
en la h,storIa conceptual de la individualización estuvo representa- uno «en la medida en que [esta] puede coexistir con la libertad de
da por la escolástica española tardía en sus intentos por distinguir cualquier otro según una ley universal,,". En Kant, asimismo" los
los derechos subjetIvos del orden objetivo del derecho natural". derechos humanos derivan su contenido moral -que se espeCIfica
Pero el cambio decisivo es evidentemente la moralización.,del con- en el lenguaje del derecho positivo- de una concepción univer-
cepto de libertad individual en Hugo Gracia y Samuej:PiJfendorf. salista e individualista de la dignidad humana. No obstante, esta
Kant rad~caliza esta comprensión en el concepto deontológico de última se asimila a la ide; de una libertad inteligible más allá del
autonomla; pero el precIO a pagar por la radicalidad de ese con- tiempo y del espacio; de ese modo se pierden precisamente aque-
cepto fue otorgar un estatus incorpóreo a la voluntad libre en un llas connotaciones de estatus que la habían permitido actuar como
<~reinode lo~ fines» apartado del mundo. En esta concepción, la enlacc histórico entre la moral y los derechos humanos. Pero. el
lIbertad consIste en la capacidad de la persona de darse a sí misma quid del carácter jurídico de los derechos humanos estriba' en que
la lcy racional. La relación de los seres racionalcs entre sí está de- estos protegen una dignidad humana que derIva sus connotacIones
terminada por el reconocimiento recíproco de la voluntad univer- de aUlOrrespeto y reconocimiento social de un estatus esp~cla\i
salmente legisladora de cada cual, siendo así que cada uno deberá temporal determmado: el del CIUdadano del Estado democratlCo .
«tratarse. a sí mismo y tratar a todos Jos demás, nunca como simple Desde el punto de vista histórico-conceptual hemos agr~pado
medIO, SInO stempre al n1tsmo tiempo como fin en sí mismo»28. Con tres elementos: un concepto de dignidad humana muy moralIzado;
ello se definen los límites de una esfera que debe permanecer ab- el recuerdo de una comprensión tradicional de la dignidad social, y,
solutamcnte fuera del alcance de los otros. La «dignidad infinita» con la aparición del derecho moderno, la actitud resuelta de perso-
de cada persona consiste en la exigencia dc que todos los demás nas jurídicas que elevan sus reivindicaciones contra otras personas
respeten la inviolabilidad de esa esfera de la voluntad libre. jurídicas. Tendríamos ahora que pasar de la historia conceptual a la
Pero, curi?samente, la dignidad humana no adquiere impor-
tancIa slstematlca cn Kant, pues la carga completa de la justifi-
29. ¡bid., p. 94.
30. «En el reino de los fines todo tiene o un precio o una dignidad. Aquello
. 26., S?bre el trasfondo teológico del concepto de dignidad humana, véase la que tiene precio puede ser sustituido por algo eq~~ivalente;en .cambio, lo qu.e se
inVestigación,. e~ el contexto de la historia de las ideas, de T. Stein, Himmlische halla encima de todo precio y, por tanto, no admite nada eqUIvalente, eso tIene
Quellen und "dlsches Recht. Religiose Voraussetzungen des freiheitlichen Verfas. una dignidad~; (ibid., p. 92). .
sungssta~tes? Campus, Fráncfoff d.M., 2007, espec. cap. 7; también W Huber, 31. 1. Kant, La metafísica de las costumbres, Tecnos, Madnd, 1989~pp. 48 s.
Gerechttgkezt und Recht. Grundlinien christlicher Rechtsethik Christian Kaiser 32. Desde las premisas de la teoría de Kant ni se necesita ni es pOSIbleseme-
Gütersloh, 1996, pp. 222.286. " jante «mediación» entre el reino trascendental de la libertad y el reino feno,~énico
27. E..W Bockenforde, Geschichte der Rechts- und Staatsphilosophie Moh de la necesidad. Sin embargo, tan pronto como el carácter de la voluntad libre es
Sieheek, Tubinga, 2002, pp. 312-370. ' r «dcstrnscendentalizado» (como en Teoría de la aeci611comunicativa), debe salvarse
28: ;. Kant, rundame/ltaci6n de la metaf{siea de las costumbres, Espasa-Calpe, la distancia entre la moral y el derecho. Precisamente el concepto de la dignidad
Madrid, 1983, p. 91.
humana dependiente del esta tus es el que provee esta conexión.

28 29
LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y L_. .ECHOS HUMANOS

historia social y política para hacer al menos plausible la dinámica lado, los derechos humanos únicamente pueden adquirir la calidad
de la asociación de contenidos de la moral racional con la forma del positiva de derechos fundamentales, por de pronto, en una comu-
derecho positivo, pasando por una generalización de la «dignidad» nidad política particular, esto es, en el interior de un Estado-
-que originariamente confería un estatus-, hasta la «dignidad nación. Pero, por otro lado, su pretensión universal de validez,
humana». A este respecto, haré una indicación más ilustrativa que I que rebasa toda frontera nacional, no podría encontrar satisfac-
históricamente fundada. La exigencia y la aplicación de los dere- I ción más que en una comunidad mundial inclusiva". Esta con-
chos humanos han trascurrido rara vez de un modo pacífico. Los tradicción solo podría encontrar una solución razonable en una
derechos humanos han surgido de luchas violentas, en ocasiones I sociedad mundial constituida democráticamente (y que no por ello
de carácter revolucionario, por el reconocimiento". Retrospec- debería adoptar características estatales)35. Desde el principio existe
tivamente, podemos imaginarnos la situación militante en la que I! entre derechos humanos y derechos civiles una tensión dialéctica
esos tres elementos conceptuales se pudieron haber entrelazado que, en condiciones históricas favorables, puede desencadenar una
mutuamente en la cabeza de los primeros combatientes por la li- ¡ "dinámica que abra puertas» (Lutz Wingert).
bertad (digamos, los ¡evellers). Las experieocias históricas de humi-
llación y degradación, que ya fueron interpretadas a la luz de una
34. A. Wellmer, 'lMenschenrechte und Demokraric", en S. Gosepath y G. Loh-
comprensión cistiana e igualitaria de la dignidad humana, fueron
mann, PhiJosophie der Mettschenrechte, cit., pp. 265.291; para un análisis pene-
un motivo de resistencia. Sin embargo, ahora .la indignación polí- trante sobre las implicaciones de la falta de coincidcncia entre derechos humanos
tica ya pudo articularse en el lenguaje del derecho positivo como y civiles para los «extranjeros" residentes el1 un Estado de derecho democrático,
la resuelta exigencia de derechos universales. Es posible que ya véase E. Denningcr, «'Die Rcchte der Anderen'. Menschenrechte und Bürger-
entonces se asociara con ello -en recuerdo de! familiar concepto rechte im Widerstreit»: Kritische Just;z 3 (2009), pp. 226-238.
estamental de la dignidad- la expectativa de que tales derechos 35. Véanse mis textos l(Accrcade la legitimación basada en los derechos huma.
nos", en La constelación flosnacional: ensayos políticos, Paidós, Barcelona, 2000,
fundamentales justificaran el estatus de ciudadanos del Estado que pp. 147-166; ,,¿Tiene todavía alguna posibilidad la constitucionalizaci6n del dere.
se reconocen recíprocamente como sujetos de los mismos derecbos. cho intcrnacional?, en El Occidente escindido, Trotta, Madrid, 22009, pp. 113.187;
l,Constitucionalizaci6n del derecho imernacion;:¡ly problemas de legitimación de
una sociedad mundial consrirucionalizada», en ¡Ay, Europa!, Tratta, Madrid, 2009,
3 pp. 107-126. Lacontradicción entre derechos civiles y derechos humanos no puede
resolverse exclusivamente mediante la difusión global de Estados constitucionales
Su origen beligerante solo explica enyarte e! carácter polémico en combinación con el (,derecho a tener derechos" exigido por Hannah Arendt (ante
que los derechos humanos han conservado hasta hoy. Es también la la situación de las personas despla7..adasal fi031 de la Scgunda Guerra Mundial), pues
carga moral la que presta a estos derechos, sancionados por el Es- el derecho internacional clásico deja las relaciones internacionales en un «estado de
tado, su característica no-saturación. Este carácter explica por qué, naturaleza». La necesidad de coordinación en la sociedad mundial que entre tamo
con las dos revoluciones constitucionales de finales del siglo XVIII, se ha originado solo podría satisfacerse a parrirde un «estado jurídico cosmopolita"
(en un sentido kantiano revisado desde la perspectiva contemporánea).
se instaló una tensión provocadora en el interior de las sociedades
En este contexto, debo corregir un grave malentendido en la introducción al
modernas. Como es natural, en el ámbito social existe siempre y número especial Sympositt1n 011 Human Rights: Origins, Vio/ations, and Rectifica-
por todas partes una diferencia entre las normas y el comporta- t;0/15, de la revista Meta{JhiJosophy 40/1 (2009), p. 2 (yen el articulo de Andreas
miento efectivo; sin embargo, la práctica sin precedentes de crear F011esdalllUniversal hum,tn rights as a shared political idenriey. Necessary? Suffi-
una constitución democrática dio lugar a una brecba utópica, com- ciel1t? Impossible?": ibid., pp. 78-9"1, espec. 85 ss.). Sin duda, hace tiempo que de.
/iendo la extensión de la identidad colectiva de las comunidades democráticas más
pletamente diferente, desplazada a la dimensión temporal. Por un
allá de las fronteras de los Estados nacionales existentes, y de ninguna momeracom-
parto las reservas de los nacionalistas liberales a este respecto. Siendo un defensor
33. Véase A. Honncth, La lucha {JOr el reconocimiento: por una gramática del sistcma multinivel de una sociedad mundial constitucionalizada, expongo OTras
moral de los conflictos socia/es, Crítica, Barcelona, 1997. razones por 1::lsque un gobierno mundial no es ni deseable ni realizable.

30 31
",.~ '.
NSTITUCIÓN DE EUROPA
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y ~_ RECHOS HUMANOS

Eso no significa que la intensificación de la tutela de los dere-


chos humanos en el interior de los Estados-nación y la extensión
,'. . 'i1Jrilanos e~'e¡.d~/echointernacional y la diferenciación de sus
contenidos, por ejemplo, mediante la celebración de los pactos de
global de esos mIsmos derechos hubieran sido posibles sin los mo-
derechos humanos. También pueden señalarse avances en la instI-
VImIentos sociales y las luchas políticas, o sin la valiente resistencia
tucionalización de los derechos humanos: en el procedimiento de la
con:ra la opresión y la degradación. La lucha por la implemen-
queja individual, en los informes periódicos sobre la situación de
taclOn de los derechos .humanos continúa en la actualidad , tanto
. los derechos humanos en determinados Estados y, sobre todo, en la
~n nuestros propIOs pal~es como también, por ejemplo, en China,
creación de tribunales internacionales, como el Tribunal Europeo
Afnc? o RUSIa, en BaSilia o Kosovo. Cada vez que un solicitante
de Derechos Humanos, los distintos tribunales que juzgan críme-
de asdo es expulsado a puerta cerrada en un aeropuerto, cada vez
nes de guerra y el Tribunal Penal Internacional. Son más espectacu-
que una pat~ra de refugiados, en su huida de la pobreza, naufraga
lares las intervenciones humanitarias autorizadas por el Consejo de
en la travesla entre L,bIa y la isla de Lampedusa, o cada vez que
Seguridad de Naciones Unidas en nombre de la comunidad inter-
s~ dIspara una bala en la alambrada fronteriza con México, los
nacional, y en caso de necesidad incluso contra la voluntad de los
CIudadanos de Occidente nos enfrentamos a,'una nueva cuestión
gobiernos soberanos. No obstante, justamente estos casos revelan
in~uietante. La primera declaración de dére~h~s humanos estable-
la naturaleza problemática de intentar promover un orden mundIal
CIOun modela que puede in~pirar a los refugiados, a los que se ven
que, de momento, se encuentra institucionalizado solo de un modo
forzados a VIVIren la mlsena, a los excluidos y humillados, y que
fragmentario. Pues aún más grave que el fracaso de estos 1I1tentos
puede transmitirles la conciencia de que su sufrimiento no tiene el
legítimos resulta su carácter ambiguo, ya que pone en entredIcho
carácter de un destino natural. Con la traducción del primer dere-
los propios criterios morales". . ".
cho humano en derecho positivo surgió el deber jurídico de reali-
Baste recordar las selectivas y tuertas decisiones de un Consejo
zar contenidos morales excedentes, y esto es algo que ha quedado
grabado en la memona de la humanidad. de Seguridad carente de representatividad, las cuales están muy le-
jos de la imparcialidad, o los tímidos e 1I1competentes Intentos de
Los derechos humanos constituyen una utopía realista en la
llevar a cabo intervenciones acordadas y, SI llegaron a reahzarse,
med,da en que ya no evoc~n las imágenes engañosas de una utopía
el catastrófico fracaso de las mismas (Somalia, Ruanda, Darfur).
SOCIalque pmta. una fehCldad colectiva, sino que fundan la meta
Estas operaciones policiales continúan siendo conducidas como
Ideal de una socleda?, Justa en las instituciones de los propios Esra-
guerras en las que los militares dan por descontados la mue_rte
dos constIruClonales' . 5111duda, con esta idea excedente de la jus-
y el sufrimiento de la población m~cente en cahdad d; «danos
tICI~.se 1I1troduce también una tensión problemática en la realidad
colaterales» (Kosovo). Las potencIas 1I1terventoras rodavlano han
polmca y socIal. Al margen de la fuerza meramente simbólica de los
derechos fundamentales en algunas «democracias de fachada» que
encon~ramos en América Latina y en otros lugares del mundo",
38. Además, «la política gubernamental de derechos humanos» hoy habitual
la pohttca .~e de~echos humanos de las Naciones Unidas revela la está destruyendo progresivamente el vínculo entre derechos hum~nos y dCIl~ocra~
contradlcclOn eXIstente entre, por un lado, difundir Ja retórica de cia; veáse K. Günrher, "Menschenrechte zwischen Staaten und Drmen.:.», CIt., ~Sl
los derechos humanos y, por eJ otro, abusar de ellos como medio como también 1. Maus, ((Menschcnrechte als Ermachtigungsnormen lllternatlo-
para legmmar la pOlítica de poder usual. Es cierto que la Asam- naler Politik odcr: der zcrstorte Zusammenhang van Menschenrechten und De-
mokratie», en H. Brunkhorst, W. R. K6hler y M. Lutz-Bachmann (eds.), Recht au!
blea General de la ONU promueve la codificación de los derechos
Menschenrechte, Suhrkamp, Fránl;fort d.M., 1999, pp. 276-292; sobre esta ten-
dencia, véase ahora también K. Günther, "Vander gu.bernativen zur delibera ti ven
36. E. Bloch, Derecho natur~1y dignidad humana, Dykinson, Madrid, 2011. Menschenrechtspolitik. Die Definition und Forrcntwlcklung der Menschenrechtc
.3.7.. M. Nevcs, (,The symbolJc force of human righISl):Phi/osophy & Social als Akt kollektiver Selbstbestimmung», en G. Haller, K. Gíinthcr y U. Neumann
CrtttClSI1I 33 (2007), pp. 411.444. (eds.), Menschenrechte und Volkssouveriinitat in Europa: Gerichte als Vormund
der Demokratie?, Campus, Fráncfort d.M., 2011, pp. 45-60.

32
33
EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA Y LV" _.UCHOS
••• HUMANOS
LA CONSTITUCiÓN DE EUROPA

podido demostrar en ningún caso que son capaces de .Ia fuerza de adoptat una actitud idealista, pero na comprometida, que se
y la perseverancia necesarias para la construcción de un Estado, pone del lado de los contenidos morales excedentes, o bien, por
esto es, para reconstruir, en las regiones pacificadas, las infraes- el contrario, de incurrir en la postura cínica de los llamados "rea-
tructuras destruidas o arruinadas (Afganistán). Cuando la política listas». En la medida en que ya no es realista seguit a Cad Schmirr
de derechos humanos se convierte en una simple tapadera para en su rechazo global del programa de los derechos humanos, ya
encubrir, y en vehículo para imponer, los intereses de las gran- que la fuerza subversiva de este último ha penetrado entre tanto
des potencias, o cuando una superpotencia desdeña la Carta de en los poros de todas las regiones del mundo, el "realismo» toma
la ONU y se arroga unilateralmente el derecho de intervención; hoy un rostro diferente. La crítica directa y desenmascarad ora aho-
cuando, violando el derecho internacional humanitario, invade un ra es reemplazada por una suave deflación de los derechos huma-
país y justifica este acto en nombre de valores universales, enton- nos. Este nuevo minimalismo relaja la exigencia de los derechos
ces se confirma la sospecha de que el programa de ]ós derechos humanos al privarles de su impulso moral esencial, a saber: la
humanos consiste en su abuso imperialista". protección de la igual dignidad de cada cual.
La tensión entre idea y realidad, que se manifiesta en la reali- Kenneth Baynes caracteriza este enfoque, siguiendo a John
dad misma cuando los derechos humanos san traducidos al dere- Rawls, como una concepción "política» de los derechos huma-
110S40, en contraste con las concepciones iusnaturalistas de unos
cho positivo, nos confronta hoy con el reto de pensar y actuar
de forma realista sin traicionar el impulso utópico. Esta ambiva- derechos «innatos» que se supone deben convenir a cada persona
'.Iencia noS puede hacer caer muy fácilmente en la tentación o bien exclusivamente en virtud de su naturaleza humana: "Los dere-
chos humanos son entendidos como condiciones de inclusión en
una comunidad política»". Con este punto estoy de acuerdo. Sin
39. Carl Schmirc fue el primero en formular conceptualmente esta sospe- embargo, el paso problemático es el siguiente, ya que oculta el
cha; véase C. Schmitt, Die \Vendung zum diskriminierendell Kriegsbegrif( [1938], significado moral de esta inclusión, a saber: que todos son respe-
D~ncker & Humblot, Berlín, 1988¡ Íd., Da~ internatio1zalrechtliche Verbrechen des tados en su dignidad humana como sujetos de iguales derechos.
Angrif(skrieges rmd der Grundsatz «Nullum crimen, nul/a poena sine lege» [1945],
Ciertamente, en vista de los fatales fracasos de la política de de-
ed., comentario y epílogo de H. Quaritsch, Duncker & Humblot, Berlín, 1994.
Sclunitt denuncia los derechos humanos ante todo COIllO la ideología que discrimi. rechos humanos sc recomienda cautela. Pero esos fracasos no son
na la guerra como un medio legítimo' para resolver conflictos internacionales. Él razón suficiente para despojar a los propios derechos humanos
ya había hecho responsable al ideal pacifista de la política wilsoniana del hecho de de su plusvalía moral y restringir desde un principio el enfoque de
que «la distinción entre guerra justa e injusta cstá dando origcn a una distinción, la temática de los derechos humanos a asuntos de política in-
aún más profunda, aguda y total, cntre amigo y enemigo" (Die Wendung ... , cit.,
ternacional". El minimalismo olvida que la tensión persistente,
p. 50). En el dominio natural de las relaciones internacionales, seílaló Schmitt, la
moralización de los enemigos constituye un método fatal para camuflar los intcrc~ en el interior del Estado, entre derechos humanos universales y
ses propios} pues el atacante se parapeta tras la fachada, en apariencia transparente, derechos civiles particulares constituye el fundamento normativo
de una abolición de la guerra supuestamente racional a causa de su humanitarismo.
Sin embargo, la crítica a la «moralización" de la guerra en nombre de los derechos
humanos yerra en su propósiro porque no acierta a ver lo principal de dichos de-
rechos, es odiosa justamente porque no da en el blanco; a saber, la tr(msposici6n 40. K. Baynes, ,ifoward a poiitical conceprion of Human Rights»: Phifoso.
de los contenidos morales al ámbito del derecho coercitivo. En la medida en que phy alld Social Criticisl1l 35 (2009), pp. 371-390.
la proscripción de la guerra lleva fácticainente a la iuridificaclón de las relaciones 41. K. Bayncs, "Discourse ethics aml rhe political cOllceptioll of human
internacionales, la distinción entre guerras "justas» e ,dnjustas)', de carácter iusna- r¡gilts", Ethics & Global Polities 2 (2009), pp. 1-21.
42. «Los derechos humanos se entienden primordialmcnte como normas in-
turalista o religioso, es ab,mdonada en favor de las guerras degales", que han de
adoptar entonces la forma de mcdidas policiales de alcance mundial. Sobre este ternacionales que buscan proteger intereses humanos fundamentales y asegurar él
pumo, véase K. Günther, «Kampf gegen das B6se? Zchn Thcscn widcr die ethische los individuos la oportunidad de participar como miembros en una sociedad polí-
Aufríistung der Kriminalpolitib: Kritischejustiz 27 (1994), pp. 135~157. tica» (ibid., p. 7).

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lA CONSTITUCIÓN DE EUROPA
EL.. CO~.fE.PTO DE DI.GNIDAD HUMANA Y lU.::. •....•....ECHOS HUMANOS

para la dinámica internacional". La difusión global de los de- Investir el derecho con una carga moral es resultado de las re-
rechos humanos requiere, si no se tiene en cuenta este contex- voluciones constitucionales del siglo XVIII. Quien neutraliza esa
to, una justificación independiente. A tal fin vale el argumento tensión renuncia también a una comprensión dinámica que sen-
de que en las relaciones internacionales las obligaciones morales sibiliza a los ciudadanos de nuestras propias sociedades, parcial-
entre Estados (y entre ciudadanos) soja se originan en la inter- mente liberales, para realizar, de forma cada vez más exhaustiva,
conexión sistémica creciente de una sociedad mundial cada vez los derechos fundamentales existentes y para enfrentar el grave
más interdependiente44• Desde esta perspectiva, las exigencias de peligro, siempre renovado, de la socavación de derechos de li-
inclusión solo resultan de dependencias recíprocas en interaccio- bertad garantizados.
nes tácticamente acomodadas". Este argumento tiene cierta fuerza
explicativa en el caso de la cuestión empírica de cómo despertar,
en nuestras sociedades del bienestar, una sensibilidad a la exi-
gencia legítima de poblaciones marginadas y desfavorecidas, que
quieren entrar a formar parte de condiciones de vida liberales.
Sin embargo, las exigencias normativas, en cuanto tales, se jus-
tifican a partir de una moral universalista, cuyos contenidos, a
través de la idea de d;gnidad humana, se han incorporado hace
tiempo a los derechos humanos y civiles de las constituciones
democráticas. Únicamente este vínculo interno entre dignidad
humana y derechos humanos puede producir ese enlace explosi-
vo de la moral con el medio del derecho en el que debe realizarse
la construcción de órdenes políticos más justos.

43. Para una crítica de este enfoque minimalista, véase R Forst, .<Thejustifl-
cation of human rights and the basic right to justification. A reflexive approach,):
Ethics 120 (2010), pp. 711-740. Ahí pucde leerse: «(Engeneral, es desorientador
enfatizar la función político-jurídica de tales derechos para justificar una política
de intervención legítima. Eso seda poner el carro delante de los bucyes. Primero
necesitamos construir (o encontrar) un conjunto justificado de derechos huma-
nos que tienen que ser respetados y garantizados por una autoridad política
legítima, y solo después podemos preguntarnos qué tipos de estructuras legales
se requieren a ni ve! internacional para supervisar estos derechos y asegurar que
el gobierno político realmente se ejerza de esa forma» (ibid., p. 726). Aparte de
eso, el esbozado estrechamiento de la perspectiva de las relaciones internaciona-
les sugiere la idea de una exportación paternalista de los derechos humanos, con la
que Occidente agracia al resto del mundo.
44. J. Cahen, "Minimalism about human rights: The most we can hope for?»;
The Joumal o( Political Philosophy 12 (2004), pp. 190-213.
45. "Los derechos y las obligaciones correspondientes se crean por las relacio-
nes particulares de los individuos entre sí, más que por el hecho de ser exigencias
que convienen a los individuos en virtud de su humanidad), U. Baynes, <<Towarda
political conceprion ... ", cit., p. 382).

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