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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE.

FACULTAD DE HUMANIDADES.

DEPARTAMENTO DE HISTORIA.

CARRERA PROFESORADO Y LICENCIATURA EN HISTORIA.

UNIVERSAL II -

PROFESORES: Graciela Iuorno / Juan Pablo Aolita

ALUMNOS:

 Ferreiro, Ainara
 Giorlando, Matías
 Graff, Agustín
 López, Bárbara
 Suárez, Darío

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 Reflexionar y relacionar sobre los logros emancipatorios alcanzados en 1917, 1936, por la
clase obrera con las demandas planteadas por los trabajadores de los países de Europa del
Este, en 1956.

De 1917 al “deshielo” soviético.


La Revolución de 1917, comienza en febrero en donde fue un movimiento espontaneo de las
masas, tras la negación del zar Nicolás II de realizar reformas políticas, debido al desigual reparto de
las tierras, la cual estaba concentrada en manos de la nobleza terrateniente, la Iglesia y la Corona
.Caracterizado por la miseria del campesinado, como así también por la explotación de la clase obrera
y la represión del movimiento obrero. Como consecuencia de las manifestaciones populares se
produjo la caída del régimen zarista y del Imperio Ruso, significando esto un logro para el comienzo
de la revolución.
En octubre de 1917, hay planteamientos más fuertes y concretos, teniendo como lema “todo
el poder a los soviets”, por parte del partido Bolchevique. En este momento ya se establece como los
principios de una Revolución Socialista, llevado a cabo por intelectuales y obreros. Estos consiguen
la consolidación de un gobierno bolchevique revolucionario, dirigido por Lenin, quien era una figura
representante de la clase obrera, obteniendo los medios de producción y dando fin a la dominación
burguesa tradicional.
Independientemente de la convención intelectual, lo cierto es que en la Rusia de 1917 no
estaban dadas las condiciones ni objetivas ni subjetivas para la construcción del Socialismo, ni el
desarrollo capitalista previo de Marx, ni el consenso popular propuesto por Gramcsi. Los
revolucionarios tomaron el poder para finalizar la guerra y dar un corte al zarismo, pero para
encaminarse al Socialismo, al no contar con el consenso popular, debió recurrirse a la coacción; los
acontecimientos de Krondstadt es un ejemplo ya observado, y la revolución socialista demandaba una
acumulación de capital, que debió salir del esfuerzo de la masa de trabajadores urbanos y campesinos.
Se hizo con un Estado autoritario y una estricta disciplina. Aquí tenemos un contexto de situación
que marca las diferencias entre Socialismo Científico y Socialismo Real, estableciendo los objetivos
de equidad entre los recursos y los medios de producción, para que sean de la comunidad y no de
individuos ni del estado; los pasos eran la revolución y luego una Dictadura del Proletariado temporal
que fuera propiciando la desaparición del Estado, la experiencia práctica fue que nunca se sobrepasó
el tránsito de la dictadura.
La adecuación coyuntural de las nuevas políticas económicas (NEP),(1921-1928) tensionó
las relaciones de poder en el seno del partido, provocando una división interna en el mismo, sustentada

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por lo que cada una de las facciones entendía de como proseguir con la revolución. El vacío de poder
generado tras la desaparición física de Lenin, fue el escenario que condicionó el rumbo de la
Revolución, que se planteaba como el comienzo de una revolución global y ahora, sin la influencia
de sus líderes originarios, iba a tomar otro camino de la mano del ascenso de Stalin. El programa
priorizaba la industrialización y subordinaba la producción agrícola al desarrollo técnico; la vía fue
la aplicación de metas temporales pautadas, conocidas como planes quinquenales, que dejaron de
lado la actualización de productos de mercado de consumo y fue divorciándose de las demandas de
la masa. Con la llegada del estalinismo al poder, luego del interregno post-mortem del camarada
Lenin, se abre la puerta a otro período de la revolución. En un estadio inicial, la revolución planteaba
una idea internacionalista que se rompe para este nuevo momento, su líder Josef Stalin interpretó que
las políticas de la NEP, que otorgaban concesiones a la pequeña burguesía rusa, debían terminar y
que ésta burguesía debía ser expropiada de los medios de producción, para luego ser deportada. De
dicha manera, se consolida la idea de concretar la “Gran Revolución” y el paso a seguir fijaría que
ésta sea la “receta” para los demás países que pensaban en un futuro socialista.
En este orden de cosas, con estos lineamientos, Stalin durante su régimen lleva adelante
medidas autoritaritas con el fin de consolidar la revolución desarrollando los Planes Quinquenales
(1929-1934, 1934-1939, 1939 hasta el ingreso en la Segunda Guerra Mundial), como método para
articular políticas económicas (colectivización forzosa del agro, una industrialización acelerada y la
llamada Revolución Cultural), con variados métodos coercitivos para eliminar a los disidentes de su
régimen. Los hechos conocidos como “las purgas” del estalinismo son la demostración de que la
dictadura del proletariado, había sido tomada por el bolchevismo y las cúpulas del poder del partido,
cristalizando el planteo de Partido-Estado.
Con la entrada en la segunda guerra mundial, la Unión Soviética se ve forzada a romper con
la rigidez de sus fronteras y tomar contacto con el mundo capitalista. La posterior victoria de la alianza
occidental y de la unión soviética, da comienzo a la polarización del mundo, marcada por la defensa
de dos modelos, uno capitalista y otro comunista.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el mundo comunista se amplía al incluir a la órbita
soviética a los países de la Europa del Este. La muerte de Stalin en 1953, lanza un proceso de
“desestalinación” y da paso al revisionismo, ésta nueva expresión crítica, impactó en los países
satélites, generando un espacio para canalizar demandas antes reprimidas o la búsqueda de una
independización de las directivas de Moscú en el marco de la Guerra Fría.
En este gran espacio conviven grupos con trayectorias diferentes, formas de organización,
autonomías políticas y configuración cultural. Algunas naciones históricamente habían tenido buenas
relaciones con Rusia, como Bulgaria y otras como Polonia eran tradicionales enemigos; mientras en

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Yugoslavia, Checoeslovaquia y Bulgaria, los comunistas locales eran fuertes, en el resto de los países
debieron imponerse con el Ejército Rojo.
La posición de Stalin era el resarcimiento a la URSS de las pérdidas de la guerra vía la
explotación de los vencidos y ese esquema de presión condicionaría las relaciones con los antes
mencionados países satélites.

El C.O.M.E.C.O.N. y el Pacto de Varsovia


El rechazo (por imposición de Stalin) del “Plan Marshall”, por todas las democracias
populares dificultó la recuperación material de esas naciones en el contexto de la posguerra.
Consciente de la necesidad de armar un marco integrador para las economías de los países bajo
dependencia soviética, Stalin impulsó la creación en 1949 de un Consejo de Ayuda Económica Mutua
del que quedaría excluida Yugoslavia a causa de la división provocada en la ortodoxia Stalinista por
la independencia de Tito y su régimen.
Dicho acuerdo de cooperación fue inicialmente exitoso con avances considerables en la
industria de base, luego ese ritmo decreció afectando particularmente la agricultura. Los créditos de
Moscú eran insuficientes para lograr un crecimiento sostenido y armónico de todas las ramas de
producción.
En el plano militar, la réplica soviética a los propósitos de la OTAN tuvo lugar en Varsovia
en 1955. La intención era la defensa del bloque comunista ante el ataque a cualquiera de sus
integrantes.

Comienzo del deshielo.

El proceso de conformación de las naciones socialistas, a diferencia del bloque occidental


que se acomodó al margen de Estados Unidos, se redujo al liderazgo coercitivo ejercido por la Unión
Soviética.
Después de la muerte de Stalin, comenzó un lento proceso de salida a las dictaduras
comunistas controladas por Moscú de su época más dura llamada “stalinista”. Estos cambios
ocurrieron en Hungría, Polonia y Checoslovaquia, donde disminuyó el terror y terminó la
sovietización del país. El partido comunista estaba en crisis. La tensión social estalló en el año 1956
en los países satelitales.
El caso de Hungría, estado obrero, fue el resultado del avance del Ejército Rojo a la salida de
la Segunda Guerra Mundial. La revolución, pudo tener un efecto sobre el desarrollo del movimiento
internacional de la clase obrera, no menos profundo y de tanto alcance como el de la otra Revolución

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de Octubre de 1917. El levantamiento puede ser entendido “como el simple resultado de años de
esfuerzo por parte del imperialismo norteamericano para lograr la derrota del socialismo en
Hungría” (FRYER: 47). La Revolución Húngara fue un ejemplo de lo que Marx llamaba “revolución
popular verdadera”, la lógica de la historia de Hungría desde 1919 a 1945, generó que este
levantamiento se volviera inevitable, de la misma manera que fue inevitable la Revolución Rusa.
La revolución húngara, es el punto culmine de una seria de procesos que comienza con la
gran huelga general de Berlín Oriental en 1953 y continúa con la Revolución Polaca del mismo año.
Esta puso en relieve dos aspectos centrales: la lucha contra la opresión nacional por parte de los rusos
y la lucha por la democracia obrera contra la burocracia stalinista húngara, satélite de la burocracia
moscovita. De todas maneras, esta revolución fracasa, por la fuerte represión por parte del Ejército
Rojo, lo que denotó que Hungría no tenía posibilidades de liberad y seguiría atada al régimen ruso
hasta la disolución de la URSS y quedaría signada como un ejemplo más de como la URSS aplicaba
tendencias imperialistas.
Polonia, otro estado-satélite, al igual que Hungría, donde la tensión social llevó a que en
junio de 1956 estallara la declaración de la huelga general por los obreros de Poznan, tomó un carácter
económico anticomunista bajo el lema “pan y libertad”. La cúpula comunista reprimió el
levantamiento de manera sangrienta. A junio de 1956 le siguieron las protestas de octubre de ese
mismo año, con su lema de liberalizadores y antisoviéticos que terminaron con cierta flexibilización
del régimen.
El fundamento de los sucesos de 1956, conocido como la etapa de liberalización gradual del
totalitarismo llamado “el deshielo”, basado en el proceso de desestalinizacion que comienza luego de
la muerte de Stalin, donde la huelga general, seguida por la pacífica y masiva manifestación callejera
que se convirtió en una insurrección popular, la cual sería de todas maneras sofocada por las tropas
del Ejército Rojo.
La reacción en el mundo Occidental fue de absoluta condena de dichas represiones,
produciéndose la primera gran fisura en los movimientos pro-soviéticos de la Europa capitalista. El
desencanto y la frustración invadieron notablemente muchos círculos progresistas y se desvanecieron
casi todas las esperanzas despertadas por dicho “deshielo”. Por espacio de una generación,
desaparecería en el bloque de las democracias populares, cualquier veleidad de autonomía o
reivindicación frente a Moscú.
Checoslovaquia se presenta (por su nivel cultural y económico) como la más importante de
las democracias populares después de Polonia. Sin embargo, dicho deshielo stalinista fue más lento
y tardío que en otro países del bloque oriental. Tanto en Checoslovaquia como en otras naciones del
Pacto de Varsovia, la denominada “Primavera de Praga”, “fue el movimiento reformador del

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socialismo real de mayor envergadura que se había producido hasta la fecha en un país de Europa
del Este” (PATUCA, 1989: 91) que despertó enormes esperanzas. Sin embargo, como sucedió en
Hungría una década atrás, Moscú no estaba dispuesto a tolerar un revisionismo a ultranza en un país
también vital para su dispositivo estratégico. No estaba en discusión la continuidad del proyecto
socialista ni una posibilidad de adscripción relativa al Capitalismo en ese contexto, sino una
adaptación propia a cada territorio respetando sus particularidades identitarias e idiosincrasia.

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Bibliografía

FRYER, BROUE Y NAGY Hungría del 56, Buenos Aires, ediciones IPS. pp. 30/60

CIECHANOWSKI, Jan Stanislaw (2009) La Revuelta Polaca de 1956. BROCAR, Varsovia


1956. BROCAR, Varsovia.
EN:
https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=6&cad=rja&uact=8&ve
d=0ahUKEwjUjZL8-
MTQAhVJg5AKHU6rArwQFghEMAU&url=https%3A%2F%2Fpublicaciones.unirioja.es%2Fojs
%2Findex.php%2Fbrocar%2Farticle%2Fdownload%2F1628%2F1522&usg=AFQjCNHrKICZcfff
KiuaSnJnhVkf37dD2w&bvm=bv.139782543,d.Y2I (visitado ultima vez 25 de noviembre de 2016)

PATUCA, Jean (1989) Génesis de la Perestroika. Criticas Intelectuales y movimientos


sociales en Europa del Este 1956-1968, México, UAM, Cap. 3. y 6.

ZAMBON, Humberto (2006) "El fin del llamado Socialismo Real" en Contra viento y marea.
Orígenes, Evolución y Desafíos del Pensamiento Socialista. Buenos Aires, Editora La Vanguardia

Revolución en Hungría - 1956 (2004) EN: http://www.pts.org.ar/Revolucion-en-Hungria-


1956 (visitado última vez 25 de noviembre de 2016).

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