Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
FACULTAD DE HUMANIDADES.
DEPARTAMENTO DE HISTORIA.
UNIVERSAL II -
ALUMNOS:
Ferreiro, Ainara
Giorlando, Matías
Graff, Agustín
López, Bárbara
Suárez, Darío
1
Reflexionar y relacionar sobre los logros emancipatorios alcanzados en 1917, 1936, por la
clase obrera con las demandas planteadas por los trabajadores de los países de Europa del
Este, en 1956.
2
por lo que cada una de las facciones entendía de como proseguir con la revolución. El vacío de poder
generado tras la desaparición física de Lenin, fue el escenario que condicionó el rumbo de la
Revolución, que se planteaba como el comienzo de una revolución global y ahora, sin la influencia
de sus líderes originarios, iba a tomar otro camino de la mano del ascenso de Stalin. El programa
priorizaba la industrialización y subordinaba la producción agrícola al desarrollo técnico; la vía fue
la aplicación de metas temporales pautadas, conocidas como planes quinquenales, que dejaron de
lado la actualización de productos de mercado de consumo y fue divorciándose de las demandas de
la masa. Con la llegada del estalinismo al poder, luego del interregno post-mortem del camarada
Lenin, se abre la puerta a otro período de la revolución. En un estadio inicial, la revolución planteaba
una idea internacionalista que se rompe para este nuevo momento, su líder Josef Stalin interpretó que
las políticas de la NEP, que otorgaban concesiones a la pequeña burguesía rusa, debían terminar y
que ésta burguesía debía ser expropiada de los medios de producción, para luego ser deportada. De
dicha manera, se consolida la idea de concretar la “Gran Revolución” y el paso a seguir fijaría que
ésta sea la “receta” para los demás países que pensaban en un futuro socialista.
En este orden de cosas, con estos lineamientos, Stalin durante su régimen lleva adelante
medidas autoritaritas con el fin de consolidar la revolución desarrollando los Planes Quinquenales
(1929-1934, 1934-1939, 1939 hasta el ingreso en la Segunda Guerra Mundial), como método para
articular políticas económicas (colectivización forzosa del agro, una industrialización acelerada y la
llamada Revolución Cultural), con variados métodos coercitivos para eliminar a los disidentes de su
régimen. Los hechos conocidos como “las purgas” del estalinismo son la demostración de que la
dictadura del proletariado, había sido tomada por el bolchevismo y las cúpulas del poder del partido,
cristalizando el planteo de Partido-Estado.
Con la entrada en la segunda guerra mundial, la Unión Soviética se ve forzada a romper con
la rigidez de sus fronteras y tomar contacto con el mundo capitalista. La posterior victoria de la alianza
occidental y de la unión soviética, da comienzo a la polarización del mundo, marcada por la defensa
de dos modelos, uno capitalista y otro comunista.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el mundo comunista se amplía al incluir a la órbita
soviética a los países de la Europa del Este. La muerte de Stalin en 1953, lanza un proceso de
“desestalinación” y da paso al revisionismo, ésta nueva expresión crítica, impactó en los países
satélites, generando un espacio para canalizar demandas antes reprimidas o la búsqueda de una
independización de las directivas de Moscú en el marco de la Guerra Fría.
En este gran espacio conviven grupos con trayectorias diferentes, formas de organización,
autonomías políticas y configuración cultural. Algunas naciones históricamente habían tenido buenas
relaciones con Rusia, como Bulgaria y otras como Polonia eran tradicionales enemigos; mientras en
3
Yugoslavia, Checoeslovaquia y Bulgaria, los comunistas locales eran fuertes, en el resto de los países
debieron imponerse con el Ejército Rojo.
La posición de Stalin era el resarcimiento a la URSS de las pérdidas de la guerra vía la
explotación de los vencidos y ese esquema de presión condicionaría las relaciones con los antes
mencionados países satélites.
4
de Octubre de 1917. El levantamiento puede ser entendido “como el simple resultado de años de
esfuerzo por parte del imperialismo norteamericano para lograr la derrota del socialismo en
Hungría” (FRYER: 47). La Revolución Húngara fue un ejemplo de lo que Marx llamaba “revolución
popular verdadera”, la lógica de la historia de Hungría desde 1919 a 1945, generó que este
levantamiento se volviera inevitable, de la misma manera que fue inevitable la Revolución Rusa.
La revolución húngara, es el punto culmine de una seria de procesos que comienza con la
gran huelga general de Berlín Oriental en 1953 y continúa con la Revolución Polaca del mismo año.
Esta puso en relieve dos aspectos centrales: la lucha contra la opresión nacional por parte de los rusos
y la lucha por la democracia obrera contra la burocracia stalinista húngara, satélite de la burocracia
moscovita. De todas maneras, esta revolución fracasa, por la fuerte represión por parte del Ejército
Rojo, lo que denotó que Hungría no tenía posibilidades de liberad y seguiría atada al régimen ruso
hasta la disolución de la URSS y quedaría signada como un ejemplo más de como la URSS aplicaba
tendencias imperialistas.
Polonia, otro estado-satélite, al igual que Hungría, donde la tensión social llevó a que en
junio de 1956 estallara la declaración de la huelga general por los obreros de Poznan, tomó un carácter
económico anticomunista bajo el lema “pan y libertad”. La cúpula comunista reprimió el
levantamiento de manera sangrienta. A junio de 1956 le siguieron las protestas de octubre de ese
mismo año, con su lema de liberalizadores y antisoviéticos que terminaron con cierta flexibilización
del régimen.
El fundamento de los sucesos de 1956, conocido como la etapa de liberalización gradual del
totalitarismo llamado “el deshielo”, basado en el proceso de desestalinizacion que comienza luego de
la muerte de Stalin, donde la huelga general, seguida por la pacífica y masiva manifestación callejera
que se convirtió en una insurrección popular, la cual sería de todas maneras sofocada por las tropas
del Ejército Rojo.
La reacción en el mundo Occidental fue de absoluta condena de dichas represiones,
produciéndose la primera gran fisura en los movimientos pro-soviéticos de la Europa capitalista. El
desencanto y la frustración invadieron notablemente muchos círculos progresistas y se desvanecieron
casi todas las esperanzas despertadas por dicho “deshielo”. Por espacio de una generación,
desaparecería en el bloque de las democracias populares, cualquier veleidad de autonomía o
reivindicación frente a Moscú.
Checoslovaquia se presenta (por su nivel cultural y económico) como la más importante de
las democracias populares después de Polonia. Sin embargo, dicho deshielo stalinista fue más lento
y tardío que en otro países del bloque oriental. Tanto en Checoslovaquia como en otras naciones del
Pacto de Varsovia, la denominada “Primavera de Praga”, “fue el movimiento reformador del
5
socialismo real de mayor envergadura que se había producido hasta la fecha en un país de Europa
del Este” (PATUCA, 1989: 91) que despertó enormes esperanzas. Sin embargo, como sucedió en
Hungría una década atrás, Moscú no estaba dispuesto a tolerar un revisionismo a ultranza en un país
también vital para su dispositivo estratégico. No estaba en discusión la continuidad del proyecto
socialista ni una posibilidad de adscripción relativa al Capitalismo en ese contexto, sino una
adaptación propia a cada territorio respetando sus particularidades identitarias e idiosincrasia.
6
Bibliografía
FRYER, BROUE Y NAGY Hungría del 56, Buenos Aires, ediciones IPS. pp. 30/60
ZAMBON, Humberto (2006) "El fin del llamado Socialismo Real" en Contra viento y marea.
Orígenes, Evolución y Desafíos del Pensamiento Socialista. Buenos Aires, Editora La Vanguardia