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THOMAS GRÄFF

ASPECTOS METAFÍSICOS:
1
AZAR—DESTINO—GITANA—AMULETO

(Traducción de Román Setton)

“El gran canciller del Tribunal, conde de Wrede [...] señaló que la serie de actos de violencia
amenazaba con prolongarse indefinidamente en caso de que las cosas continuaran así”. 2 El narrador
hace que un personaje exprese, en este pasaje, cierta información, que también se le impone al
lector. Los elementos particulares de la acción se encuentran tan estrechamente entretejidos por la
causalidad3 que cada elemento está motivado por otro. De este modo, hemos reconocido un indicio
de la composición extremadamente densa —y, por tanto, artística— de la novela corta. Sin
embargo, no siempre los personajes producen acciones o reacciones, sino que a menudo el
desarrollo de la acción adopta una dinámica propia tan grande que los personajes ya no son más
dueños de la situación y se encuentran, en cierta medida, impotentes frente a ella. En diversos
pasajes decisivos, el destino interviene en la acción bajo la forma del azar impredecible e
incontrolable para los hombres. Toda una serie de concatenaciones de contingencias desdichadas
influyen en un sentido negativo adverso en la acción.
En este sentido, nadie premeditó la muerte de la mujer y, consecuentemente, nadie es
responsable directo. Ella “había tratado de acercarse con demasiada desenvoltura a la persona del
soberano y, sin que éste supiera nada del asunto, recibió un golpe de lanza de un guardia
excesivamente celoso en el cumplimiento de su deber”,4 que infelizmente produjo una herida
mortal. Este acontecimiento ya había sido propiciado antes por la ausencia accidental del alcaide.
La entrega puntual del mandato en el convento, que tal vez habría podido evitar una huida ulterior
del caballero, fue obstaculizada por una tormenta desmedida, ya que “las aguas del Mulde, crecidas
a causa de la tormenta, le habían impedido [al mensajero] llegar” a tiempo. 5 Finalmente el
descubrimiento del mensajero con la carta de Nagelschmidt para Kohlhaas se produce sólo por una
penosa casualidad:

1En: Gräff, Thomas, Lektürehilfen: Heinrich von Kleist “Michael Kohlhaas”. Stuttgart, Düsseldorf, Leipzig: Ernst
Klett, 2001, pp. 70-76.
2Kleist, Heinrich von, Michael Kohlhaas. El vendedor de caballos. Traducción de Andrea Pagni. Buenos Aires:
Corregidor, 1977, p. 98.
3 Traducimos el vocablo alemán Zufall indistintamente por azar o casualidad. El adjetivo y adverbio zufällig ha sido
traducido consecuentemente por casual o casualmente. [N. del T.]
4Ibíd., p. 69.
5Ibíd., p. 77.
Pero el mensajero encargado de entregar la carta tuvo la desgracia, ya en las cercanías de Dresde, de
caer presa de un horrible ataque de los que lo acometían desde su juventud; en esa circunstancia, la carta
que llevaba en su pecho fue encontrada por las personas que acudieron en su ayuda, de manera que, no
bien se hubo recuperado, fue arrestado y conducido por un guardia al palacio de gobierno, seguido por
gran cantidad de personas.6

El lector encuentra en esta novela corta, por tanto, un mundo en el que los hombres ya no pueden
actuar de modo soberano, sino que, a menudo, deben someterse a fuerzas superiores.

Gitana y amuleto
Con la gitana y sus profecías ingresa a la acción un elemento irracional, que al comienzo puede
parecer extraño y que puede –y debe– ser interpretado desde tres perspectivas diferentes: su
significado realista, su función narrativa y su significado simbólico.

El significado realista
La gitana pertenece, en primer lugar, al color de época atrapado en la novela corta y al ambiente de
la época de la Reforma. En estos tiempos, estaba extendida la creencia en la adivinación, la magia,
el prodigio y la astrología en todos los estratos sociales. Las propias fuentes que Kleist utilizó como
base de su novela corta lo demuestran. El cronista Peter Hafftitz establece una relación entre un
amigo y compañero de lucha de Kohlhaas y la magia: “Hans Großmuß, que también fue un famoso
nigromante, fue visto una y otra vez caminando sobre los tejados como un gato, hasta que
finalmente desapareció.”7 En 1729, Nicolaus Leutinger supone que el propio Kohlhaas extraía sus
fuerzas de la magia: “[...] & quia vires suas a Magia & astutia mutuaretur [...]” [ya que él extraía su
fortaleza de la magia y la astucia].8
Así, esta superstición conforma un elemento textual realista de la novela corta. En la feria, el
pueblo se reúne en corro alrededor de la gitana, que lee el futuro. En un primer momento, ambos
Electores se muestran escépticos cuando ponen a prueba su arte, pero se dejan convencer por la
profecía del ciervo, representada de modo espectacular. Con los dos soberanos, los miembros que
pertenecen al estrato más elevado de la sociedad exhiben su creencia en la adivinación. En un
pasaje posterior, el Elector de Sajonia incluso se hace aconsejar por dos astrólogos para enterarse
del contenido del papel.

6Ibíd., pp. 130-131.


7 “Nicolaus Leutinger, 1729”, en Günter Hagedorn, Heinrich von Erläuterungen und Dokumente. Kleist Michael
Kohlhaas. Stuttgart: Reclam, 1970, p. 66-69; aquí, p. 66.
8Ibíd., p. 66.
La función narrativa
Con la superstición del Elector de Sajonia, este elemento alcanza un significado más profundo. La
cápsula que contiene el papel se vuelve un catalizador del acontecer subsiguiente: gracias al papel
se ponen en marcha los acontecimientos posteriores.
En este momento se invierte el sentido de la acción. Hasta aquí Kohlhaas ha sido la parte activa
y se ha empeñado por lograr algo que el Elector le negaba. Ahora se empeña el Elector en algo que
Kohlhaas le niega. Con la aparición del papel, se enlazan estrechamente entre sí los destinos de las
tres figuras: Kohlhaas y ambos Electores. Los tres personajes coinciden en la feria sin conocerse.
Este enlace permanece latente y sin significado, hasta la ruptura de la amnistía por parte del Elector
de Sajonia. Sólo a partir de entonces, el papel puede alcanzar su significado posterior: la caída del
Elector se puede remontar a su propia culpa.
Al final de la acción, las capacidades suprasensibles de la gitana son significativas para la
función del papel. Sin su talento clarividente, Kohlhaas no habría podido recibir la información
necesaria para la ejecución de su venganza contra el Elector. No habría podido reconocerlo ni
anticiparse a sus propósitos destruyendo el papel.

Significado simbólico
Sin embargo, el papel es significativo no sólo para la estructura del relato, sino también desde el
punto de vista del contenido.
Para Kohlhaas el papel es un medio para la venganza. Con este papel alcanza un poder casi
absoluto sobre el Elector. Él puede “lastimar” intensamente a su enemigo y “herirlo mortalmente”.
Alcanzada la venganza de Kohlhaas, se cumple además simultáneamente una justicia más
elevada, que el lector espera luego de los sucesos. Kohlhaas consigue el papel incluso mucho antes
de que sea significativo para el desarrollo de la acción. En el momento en que Kohlhaas toma la
venganza en su propia mano, “al día siguiente del entierro” de su esposa, 9 ya se ha apoderado del
papel. En el segundo encuentro entre Kohlhaas y la gitana, el narrador señala “un notable parecido
entre la gitana y Lisbeth, su esposa fallecida”. 10 Aunque en ningún pasaje declara la identificación
real entre la gitana y Lisbeth, sino que libra las vagas alusiones a la interpretación del lector, sí
refuerza esta relación con la difunta mujer al hacer que la gitana firme su mensaje a Kohlhaas con
“Tu Elizabeth”.11 Así establece una llamativa conexión entre la víctima —al fin y al cabo inocente
— de todos los enredos y esta asistente necesaria para el cumplimiento de una justicia superior. Y
precisamente en el día posterior al entierro de la víctima trágica se presenta esta encarnación
9Ibíd., p. 140.
10Ibíd., p. 159.
11Ibíd., p. 164.
simbólica de una justicia superior. Pero recién cuando se cierne sobre Kohlhaas la amenaza de que
no reciba justicia terrenal alguna, la justicia superior toma parte en la acción de un modo
determinante.
La gitana con sus profecías encarna el futuro: el principio de la historia, que perdura más allá
de la realidad perceptible del momento. El Elector, que por su superstición es caracterizado
negativamente frente a la sobriedad de Kohlhaas, depende en gran medida de la información que se
halla en el papel: “Tres son las cosas que voy a escribir: el nombre del último soberano de tu casa,
el año en que perderá su reino y el nombre de aquel que se lo arrebatará por las armas”.12
Su legitimación como soberano se basa únicamente en su genealogía, y su único interés y su
única tarea son la continuación de la dinastía. Para Kohlhaas, estos datos no tienen trascendencia,
pero para el Elector contienen un significado eminentemente simbólico. Al enterarse Kohlhaas del
contenido de la profecía, poco antes de su ejecución y de la aniquilación del papel, y ocultárselo al
Elector, se convierte en órgano de ejecución de la historia, en tanto aniquila una institución
obsoleta: un príncipe hereditario. El narrador remite al lector expresamente hacia la historia: “la
historia relata lo que después sucedió”. 13 Así, un elemento en principio enigmático reveló tener un
significado extremadamente crítico.
Sin embargo, la gitana —como un símbolo de la encarnación de una justicia más elevada—
representa también el papel de seductora [Versucherin]. En su visita a Kohlhaas en la prisión, le
sugiere que utilice el papel en su propio interés, o sea, para cambiarlo por su vida. Esta tentación
[Versuch] se realiza de mala gana, y ella la abandona satisfecha con demasiada rapidez, ante la
negación de Kohlhaas: “la mujer le dijo que en cierto modo él tendría razón, y que hiciera lo que
quisiese.”14
Esta figura “extraterrena” contiene, sin embargo, rasgos asombrosamente terrenales. Juega con
el perro de Kohlhaas, acaricia a sus hijos y les regala una manzana. Esta “mensajera del más allá” es
provista con resplandor y misterio asombrosa y felizmente poco místicos. Solamente su llamativo
parecido con Lisbeth y su talento clarividente son elementos que perturban la figura de un ser
humano concreto y real.
Para Kleist, las esferas de lo real y lo irreal no se separan de ningún modo con nitidez. Para él,
lo irreal forma parte de toda realidad. La realidad es sólo un recorte del complejo más grande de
irrealidad. Así, para el esmerado estudiante de matemáticas Kleist, es importante concebir las
relaciones irracionales como racionales, tal como décadas antes había escrito a su profesor Martini.
Para Kleist, el pleno concepto de realidad se extiende hacia lo irreal.
12Ibíd., p. 153.
13Ibíd., p. 166.
14Ibíd., p. 161.
También en otros textos narrativos de Kleist se encuentran estas apariciones de lo suprasensible
en la realidad: por ejemplo, en La mendiga de Locarno y en la leyenda Santa Cecilia o el poder de
la música.

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