Sei sulla pagina 1di 12

Tribuna del Pensamiento Libre

EL “ADMIRABLE PLAN DEL INKA”1

Por Luis Valentín Ferrada2

“Buscar el pulso de la Patria


En todos los momentos y en todos los hombres
En que parece haberse identificado;
Pedir a la brutalidad de los pechos un sentido espiritual;
Descubrir la misión del hombre en la tierra,
Interrogando pertinazmente a todos los fantasmas
Y las piedras de nuestras tumbas y nuestros monumentos.
Un pueblo se salva cuando logra vislumbrar
El mensaje que ha traído al mundo.
Es verdad. No hemos encontrado todavía la cifra,
La unidad de nuestra alma.
Nos conformamos con sabernos
Hijos del conflicto entre dos razas”.
3

El último latido del Inca

Tucumán, Sábado 6 de julio de 1816. Vísperas de la Declaración de la


Independencia de las Provincias Unidas.
El general Manuel Belgrano expone en una sesión secreta. Les presenta a los
congresales el Plan del Inca.
Se trata de un gran proyecto de restauración de un descendiente de la casa de los
Incas en el trono de las Provincias Unidas de Sudamérica.
La idea no era nueva.
José de San Martín ya la había expuesto: hablaba del “admirable Plan del Inca”.
El tema se trató en varias sesiones, fue acordado con amplia y entusiasta mayoría de
los representantes de todas las provincias que, hasta hace nada, hacían parte de los vastos
territorios virreinales del Perú y del Río de la Plata. Pero, finalmente no prosperó…
Perturbó demasiado a ciertos diputados, sobre todo a los que venían en representación de
Buenos Aires.
De aplicarse el plan político que proponía Belgrano, la capital del nuevo imperio
sería la antigua y legendaria Cuzco.
Pero… ¿Por qué instalar acá una monarquía Inca?... ¿Por qué una dinastía de un
pueblo originario del Perú?...

1
Así le llamó el general José de San Martín.
2
Abogado.
3
Alfonso Reyes Carta prólogo a Mediz Bolio Cita de Gabriela Mistral.

1
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Sobre esas preguntas han trabajado unos pocos historiadores e investigadores, y se


ha llegado a filmar un hermosísimo documental4, bien fundado, procurando desentrañar los
ocultos misterios de una de las iniciativas de integración hispanoamericanas más notables
que se hayan impulsado y … rápidamente… sepultado en el olvido.
En la historia de la semana de la Independencia celebrada en Tucumán, la hermosa
ciudad del noroeste argentino – el jardín de la República – “el Plan del Inca” figura como
un dato anecdótico que nadie profundiza. Y es un dato importante porque revela los
orígenes de un proceso que, con éxito, pudo haber cambiado radicalmente el destino
histórico de los países del cono sur hispanoamericano en sus últimos doscientos años.
La historia oficial ocultó -tan ocultamente como más pudo- todos estos antecedentes
y corresponde preguntarse porqué lo hizo.
“Preguntamos por qué y tratamos de aportar otra mirada, más real, más adulta”,
explica Tabernise, guionista y director del documental “El regreso del Inka”, filmado hace
unos pocos años en Argentina.
“Cuando se habla de la Madre Patria se piensa en España … o en Italia. Es una
manera de hacer desaparecer nuestros orígenes. Los conquistadores arrasaron con los
vestigios de la cultura originaria. Está en nosotros descubrirlos”, agrega Vásquez.
Al investigar, los autores se encontraron con que el Inca que Belgrano y San Martín
imaginaron restableciendo la antigua dinastía de los Incas en la Patria Grande
Sudamericana tenía nombre y apellido: Juan Bautista Tupac Amaru. Belgrano no reveló su
identidad en las sesiones secretas del Congreso de Tucumán – el primero de la Argentina y
del que emanó su declaración de independencia nacional – pero da a conocer su nombre
en diferentes cartas personales.
La vida de Juan Bautista es una cadena de sucesos increíbles que incluyen la
pérdida de toda su familia y 40 años de prisión en una colonia española al norte de África.
Se sabía de su paso por Buenos Aires pero nadie, hasta ahora, tenía información
concreta de dónde habían transcurrido los últimos días de su vida.
Su final también sorprende: sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta.
Este dato inesperado fue aportado por el historiador Hugo Chumbita. Se descubrió
en los registros del cementerio el acta que así lo certifica. No hay, sin embargo, una tumba
que lleve su nombre.
¿Cómo y por qué elegir a Juan Bautista?
“Había participado en las luchas por la independencia y, para 1816, era el último
descendiente de los incas vivo”, explica Vázquez.

4
Oscar Tabernise y Silvia Vásquez – ambos argentinos – iniciaron una investigación que los llevó a recorrer
sitios increíbles y a descubrir detalles históricos nunca revelados hasta ahora.

2
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Después de tanto recorrer, los autores dicen que estaba claro por qué dos hombres
tan lúcidos como Belgrano y San Martín admiraban a los incas: “sus principios básicos
eran: no mientas, no robes, no seas haragán. Tenían un sistema social inclusivo en el que
no existía la pobreza. Todos los excedentes eran redistribuidos con igualdad. Creían que el
pueblo eran todos y todos trabajaban las tierras”, cuenta Vázquez.
Quien mejor les transmitió a estos investigadores la sabiduría y tradición de los
incas fue Juan Núñez del Prado. El antropólogo les habló de los pakos, sacerdotes que son
líderes sociales y espirituales.
Vázquez cuanta que uno de los principios que sugiere que se restablecerá esa “edad
dorada”. En el año del 2012.
¿Será entonces el regreso del Inca?

Entre la prisión y el destierro

Natural de Tungasuca, provincia de Tinta, hijo del concubinato de Miguel Tupac


Amaru y Ventura Monjarrás, hermano menor de José Gabriel, Juan Bautista habría nacido
en 1747.
Los dos hermanos estudiaron en casa de los Jesuitas, que habían revivido el ideario
de incariato.
José Gabriel –“el portavoz de los indios ante los blancos”-, era quinto nieto del
último inca. Lideró la mayor sublevación de Américo, hasta que fue asesinado: su cuerpo
fue destrozado por caballos y quemado en una hoguera. Juan Bautista fue apresado y
encerrado en el Cuzco. Confundido con asesinos y ladrones, fue incomunicado y pasó un
año tratado como uno de ellos.
En setiembre de 1783 la Corte de España ordenó al Visitador General, Jorge
Escobedo, que impusiera la pena de muerte a los familiares de José Gabriel y que “los
desterrara para que no queden restos de la infame y vil familia de los Tupac Amaru”.
Nuevamente fue puesto Juan Bautista preso junto a toda su familia. Tras cinco
meses en los calabozos del Callao, fueron enmarcados en “El Peruano” rumbo a Cádiz. En
el viaje murió su esposa, un sobrinito y la mitad de sus compañeros. En Río de Janeiro
fueron sometidos durante cuatro meses a condiciones infrahumanas.
El 01 de marzo de 1785, desembarcó en Cádiz y fue conducido al Castillo de San
Sebastián, donde permaneció durante tres años. Luego fue enviado a Ceuta, done estuvo
encerrado cerca de treinta y cinco años. En 1813 llegó allí el padre Marcos Durán Martel,
religioso agustino y revolucionario peruano, que le ayudó a conseguir su libertad, la que se
dispondría el tres de agosto de 1823. Viajó a Buenos Aires, donde el Gobierno le dio un
subsidio para que escribiera sus Memorias.
Murió el 2 de setiembre de 1827. Fue enterrado en el cementerio de Recoleta, como
se ha recordado.

3
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Katia Gibaja5 corrige algunas fechas de la historia oficial, que ignora el proyecto de
la “Gran Nación Americana”. Según su investigación, Tupac Amaru estuvo en Argentina
cuando se fortaleció la lucha contra los realistas.
Para la investigadora Katia Gibaja, Juan Bautista Condorcanqui Tupac Amaru fue
mucho más que la figura elegida por Manuel Belgrano para el “Plan del Inca” un proyecto
que impulsaba la restauración de un descendiente de la casa de los Incas en el “trono de las
Provincias Unidas de Sudamérica”. Un anhelo en el que también se había embarcado José
de San Martín.
Para Gijaba, el último inca vivo arribado a Buenos Aires – casi por casualidad – fue
en realidad uno de los principales ideólogos del primer proyecto de integración
sudamericana surgido en los primeros años de 1800. Este episodio de nuestra historia,
omitido casi por completo en los libros de texto, comenzó a salir a la luz gracias al trabajo
de diferentes investigadores interesados en que se conozca la “verdadera identidad” de
Sudamérica.
La historia de Juan Bautista Tupac Amaru se representó en los inicios como un
complejo y raro rompecabezas que fue tomando forma con paso muy lento.
Juan Bautista había nacido en Tungasuca, provincia de Tinta (Cuzco) y era el
hermano menor de José Gabriel Condorcanqui Tupac Amaru, líder de la mayor sublevación
indo americana, feroz intento que pagó con su vida. Fue asesinado. “Su muerte fue muy
cruel. Le arrancaron la lengua y después lo descuartizaron y enviaron sus miembros a
Surimana, Pampamarca, Cheqakupe y Tinta, para que todo el mundo aprendiera la
lección”.6
Ese 4 de noviembre de 1781 – fecha de la muerte de José Gabriel – toda la familia
Tupac Amaru corrió la misma suerte, pero hubo uno a quien el destino reservaba aún
nuevos papeles: Juan Bautista.
“Juan Bautista fue confundido con un reo común y se salvó del descuartizamiento.
Fue apresado y encerrado en el Cuzco; y el 22 de noviembre de 1783, fue enviado a un
calabozo del Callao. De ahí fue embarcado rumbo a Cádiz”7.
Después de pasar cuatro meses en condiciones infrahumanas en Río de Janeiro, los
prisioneros partieron rumbo a Cádiz, donde desembarcaron en 1785. Desde allí, Tupac
Amaru fue conducido al Castillo de San Sebastián, donde estuvo tres años. Luego fue
enviado a Ceuta (África), donde estuvo encerrado por más de treinta años.
“En 1813 llegó allí Marcos Durán Martel, religioso agustino y revolucionario
peruano, que lo ayudó a conseguir su libertad y lo embarcó rumbo a Buenos Aires”, narra la
investigadora.

5
Licencia en Psicología e historiadora peruana, autora de diversos trabajos de investigación, que ha vivido en
Salta, Argentina desarrollando sus investigaciones sobre el incariato. Gibaja es presidenta de la Fundación
Ecos de la Patria Grande y responsable del Centro de Información Andina del Museo de Arqueología de Alta
Montaña.
6
Katia Gibaja. Cit.
7
Id. Las pruebas de que el menor de los Tupac Amaru salió vivo de Cuzco se encuentran en el Museo Inka
de la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco. Allí existen las actas donde figuran las listas de
los reos deportados a España. Entre los nombres figura el de Juan Bautista y el de un tío suyo de avanzada
edad, quien también había sobrevivido a la matanza.
4
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

En esta parte deberá indicarse, también, que otros historiadores y genealogistas


argentinos, han sugerido la posible existencia de otros nombres de descendientes de los
últimos emperadores incas que pudieron haberse encontrado en la nómina de los aspirantes
al viejo nuevo trono, y cuyos nombres fueron mantenidos en le mayor de los secretos,
precisamente, para no exponerlos a las iras de los opositores a la idea… principalmente a
los opositores partidarios de la monarquía española. El ejemplo de la dura traición hispana
a Atahualpa se encontraba todavía presente en la conciencia de los más prudentes y
precavidos8.

Es la fuerza de la sangre que regresa

Juan Bautista Condorcanqui Tupac Amaru, descendiente en séptima generación de


los grandes emperadores incas, murió en Buenos Aires el 2 de setiembre de 1827, a los 88
años.
Sus restos reposan detrás de las sombras más obscuras del olvido – esa región a la
cual nuestra América ha relegado durante todo el curso de su historia a cientos o miles de
sus mejores hijos – en el cementerio de Recoleta.
Al menos, en los registros de ese camposanto figuran las actas de su sepultación; y,
su nombre figura claramente. De donde podría desprenderse la idea (esto ha sucedido
muchas veces) de que humildes escribanos de cementerios han venido a ser, a la postre,
secretarios más fieles de ciertos acontecimientos que una mayoría de intelectuales o
historiadores del momento. Hay o ha habido más verdad en los cementerios –tantas veces–
que en los sitios de vida activa de los hombres. Quizás porque siendo aquellos sitios de
despojos y olvidos encuentra allí la verdad lugar más seguro para conservarse inadvertida.
La historia del último de los Incas aún espera la mano honrada que traiga a la luz su
legado, más allá del relato puntual de su vida, “para probar que el proyecto de la unidad
sudamericana estuvo presente ya desde nuestro pasado amerindio”9.
Un ideario antiguo y nuevo (nuevo en el sentido de esa extraña actualidad que
suelen presentar ciertas cosas muy antiguas), un “pensamiento que luego enarbolaron
héroes mestizos como San Martín y Bolívar es lo que ayudará al pueblo a seguir adelante”.
América del Sur no conoce su historia y ha caminado a tientas desasida de ella. Por
esto ha caminado mal, a trastabillones, yendo y viniendo defraudado de sitio en sitio como

8
El Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas en su publicación “Genealogía” (Buenos Aires, 1966) da
cuenta que el investigador doctor Gianello en su búsqueda señala como presunto candidato a Dionisio Inca
Yupanqui, nacido en el Cuzco: educado en el Seminario de Nobles de Madrid. Como militar llegó al grado de
coronel de un Regimiento de Dragones habiendo luchado contra los franceses.
Luis Guemes en su obra “Guemes Documentado” que un escrito procedente de Río de Janeiro, del 29 de
agosto de 1816, expresa que: “La persona que se supone tiene en vista el Congreso es un oficial del Ejército
Español que actualmente se encuentra en España, si es que no está en Madrid mismo”. Esta noticia hace
presumir, aunque no confirmar, que este habría sido el candidato por su elevada posición social y su
relevancia política al representar al Perú en las Cortes de Cádiz.
9
Gibaja. cit
5
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

intestina peregrina desilusionada, que pregunta en muchas partes hacia dónde debe ir.
Ingenua, sin conocer ni tener conciencia de misión propia…camina incesante entre ciento
de escollos y días tristes.
La identidad propia, la secuestrada por manos usureras durante siglos, es como “El
Dorado” que hace quinientos años buscó Pedro de Urzúa y el loco Aguirre, sin más
resultado que la tragedia. Muchos de los nuestros, seguramente, ni siquiera conocen el
hecho de que se busca nuestra identidad verdadera. Allí la raíz de nuestras confusiones, de
nuestras dudas, de nuestras contradicciones, de nuestras desavenencias, de nuestra
trucidaciones intestinas. Porque no puede alcanzarse la unidad entre hermanos despojados
de conciencia histórica, de memoria y de legado.
Se ha recordado (poquísimas veces) el caso de los tres niños de Llullaillaco, de
ascendencia inca del Siglo XV; aparecieron para mostrar quiénes fueron realmente los
famosos ‘indios’ (palabra inventada por el conquistador europeo)…en el corazón de
Buenos Aires aparece un inca de séptima generación que duerme oculto bajo los duros
cementos y mármoles de “la Recoleta”, protagonista de nuestra emancipación social y
cultural, y que aún puede hablarnos acerca de nuestra verdadera historia escudriñando más
entre sus huellas.

Belgrano y la Monarquía Incásica

Don Manuel Belgrano, como buena parte de los grandes hombres de su época,
defendió el sistema de gobierno monárquico y no el republicano que se dibujaba al mundo
desde la coqueta Francia.
En 1815 aventuró, junto con Rivadavia, una misión hacia Europa, para conseguir un
monarca europeo para el Río de la Plata.
Realizaron gestiones para conseguir que Carlos IV autorizara a Francisco de Paula a
erigirse en monarca de la región sur de Hispanoamérica, pero la gestión fracasó frente a la
firme posición de Fernando VII que todavía esperaba -vana esperanza-, recuperar las
antiguas colonias de América que habían sido de los suyos por tres siglos.
Decepcionado ante la imposibilidad, Belgrano volvió a la capital del Plata, y pasó
entonces a sostener y defender una forma de gobierno monárquica sin rey ni monarca
extranjero sino propio. Un monarca americano, un descendiente de la antigua casa de los
Incas. Sus ideas políticas las expondrá en el Primer Congreso de Tucumán.
Declarada la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América – 9 de julio
de 1816 – (porque esa declaración tiene el enorme mérito, también oculto, de no pretender
la independencia de una u otra provincia o estado independiente, que como tales no
existían al entonces, como no existían esas fronteras y límites nacionales en los que nos
hemos encontrado encerrados, unos y otros, por doscientos años, privándonos de todo
destino superior), pareció necesario establecer la forma de gobierno.
La Independencia de las Provincias Unidas de Sud América comprendía un espacio
(más bien una dimensión) más vasta y profunda que lo que pudiera entenderse por la actual
República Argentina..
6
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Tanto San Martín como Belgrano defendían la monarquía “atemperada”, es decir


constitucional.
Esta forma de gobierno garantizaría o facilitaría –creían los grandes hombres de la
emancipación-, el reconocimiento de las potencias europeas, el orden interno, la unión
nacional.
Por sobre ello, un espíritu de verdadero americanismo integrador -
incomparablemente más grande y sincero que el de nuestra época- les impulsaba a soñar
con el establecimiento de un reino que abarcara toda la América del Sur o, al menos, los
territorios que pertenecieron a los Virreinatos del Perú y del Río de la Plata. De la línea del
ecuador hacia el sur.
San Martín, como Gobernador Intendente de Cuyo, a través de los diputados de esas
provincias –Narciso Laprida y Tomás Godoy Cruz-, presionó para la declaración de la
Independencia como base para llevar a cabo su epopeya libertadora de Chile y Perú.
Belgrano fue invitado al Congreso para que hiciese una exposición sobre el concepto que
en Europa merecían las Provincias Unidas, y sobre las “esperanzas que éstas pudieran tener
de su protección”10.

Belgrano, recién había vuelto desde Europa, bajo los efectos de la desilusión del
fracasado proyecto de coronar, entre nosotros, a un monarca europeo.
Fue de este modo y por estas razones que propuso una “monarquía atemperada”,
bajo los modelos de la monarquía inglesa, pero bajo la cabeza de un soberano de origen
natural al nuevo reino, un emperador legitimo inca que, desde el punto de vista histórico
(en el que la Santa Alianza europea fundaba sus intenciones políticas de reposición de los
legítimos soberanos depuestos por las acciones napoleónicas en la Europa continental), no
podía ser otro que un miembro legítimo y directo de la antigua Casa de los Incas.
Expresó Belgrano: “…sería la Casa de los Incas la que debería representar la Soberanía
Nacional, única por que anhelo, tanto más cuanto se me ha hecho la atroz injuria de
conceptuarme un traidor, que trataba de vender mi patria a otra dominación extranjera”11/12.

10
Eduardo Astesano, Juan Bautista de América, el Rey Inca de Manuel Belgrano. Buenos Aires, Castañeda,
1979, p. 122.
11
Oficio del 12 de junio de 1816, la misma fecha en que se aceptaba la moción sobre el Inca en el Congreso.
En. Eduardo Astesano, ibídem, p. 276.
12
El asunto que motivó la especial atención del Congreso de Tucumán, antes y después de la declaración de
la independencia, fue la forma de gobierno. Con anterioridad al 9 de julio ya estaban de acuerdo la mayoría
de los congresales en implantar un régimen monárquico constitucional.
El 6 de mayo de 1816, después de la sesión ordinaria, el diputado presidente doctor Narciso Laprida, hizo
despejar la barra y el Congreso comenzó su sesión secreta. El general Belgrano, que en esos momentos tenía
sólido influjo en los congresales, fue convocado para que por sus conocimientos de los intereses de Europa
expusiese sus opiniones sobre el estado actual, de las Provincias Unidas, así como de las esperanzas que
pueden tenerse en cuanto a obtener su protección.
Belgrano fue claro y explícito al manifestar que el movimiento de Mayo de 1810 fue visto con simpatía en
Europa pero, que con el correr del tiempo, no ocurría lo mismo por el continuo estado de anarquía y desorden.
Dijo también que se había producido una mutación completa en Europa con respecto a las formas de gobierno
y que así como el espíritu general de las naciones había sido republicanizarlo, ahora se trataba de
monarquizarlo todo y que Inglaterra con su constitución de monarquía daba un ejemplo que se quería imitar y
ya lo habían imitado la Francia y la Prusia.
7
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

El plan de Belgrano de coronar a un monarca de la dinastía de los Incas, tenía varias


ventajas: se esperaba que la población indígena se plegara en forma masiva a la causa
patriota en contra de los realistas, favoreciendo así la Independencia de Perú y Alto Perú y
Arauco, que tenían un alto porcentaje de esta población, para asegurar la unidad de la
América del Sur. De hecho, en Chile por ejemplo, fueron muchos los jefes naturales de
Arauco grandes patriotas independientes. El caso del Cacique Colipe llena una página
hermosa de nuestra historia nacional que -por hermosa e importante- reposa como casi todo
lo noble, en el triste lugar del amplio olvido.
El diputado de Catamarca -el Doctor Manuel Antonio Acevedo-, hizo suya la
proposición de Belgrano, y fue de la idea de que fuese capital del imperio la ciudad de
Cuzco, tal como lo había sido históricamente.

En la misma posición se manifestaron los representes de la ideología “arribeña”, que


contaba con varios diputados del interior argentino y del Alto Perú: José Severo, Feliciano
Malabia, de Chuquisaca, Andrés Pacheco de Melo, salteño, que vino como diputado de
Tupiza, en el Alto Perú, al igual que Rivera, Castro Barros, José Ignacio Thames de
Tucumán, Sánchez Loria, y otros 13.
No obstante, contra todo lo previsible, unos pocos diputados altoperuanos -José
Mariano Serrano, de Chuquisaca, principalmente-, se opusieron abiertamente protestando
que “que esto significaba una reivindicación del sector indígena de la sociedad”.
Triunfó, al fin, la posición contraria al proyecto14. Pero fue un triunfo disimulado,
sin demasiada bulla, sin debates ni nada que despertara la conciencia de América del sueño
de la anestesia, y se dejó el proyecto envuelto en toda clase de paños tibios. De una parte
se impusieron los pequeños intereses locales (que Buenos Aires no perdiera su pretendida
hegemonía social y política como centro capital aunque fuese de una región mucho más
reducida… la vieja teoría pragmática del “cabeza de ratón”, principio rector de las
mentalidades miopes de todos los tiempos); y, por otra parte, se alentó la división de los
pueblos por intereses extranjeros que pudieron observar en un nuevo reino de proporciones

Siguiendo su exposición afirmó que, de acuerdo con estos principios, la forma de gobierno más conveniente
para las Provincias Unidas era la monarquía temperada y que había que llamar a la dinastía de los incas por la
justicia que en si envuelve la restitución de esta Casa, tan inicuamente despojada del trono, que esto además
daría firmeza a la independencia que estamos a punto de declarar y que la sola noticia de la restauración de
los incas despertaría el entusiasmo general de los pueblos del interior.
13
Eduardo Astesano, op. Cit., p. 123.
14
Apenas terminó la reunión secreta, se reunieron los diputados de Buenos Aires. Escribieron en “La
Crónica Argentina” varias publicaciones contra la idea del inca, con la que saben que además de Belgrano
están de acuerdo José de San Martín y Martín Miguel de Guemes y que son tres hombres muy poderosos que
hay que contrarrestar.
Pero recién se abocaron a su tratamiento a partir de la sesión del 12 de julio, oportunidad que el representante
de Catamarca, el Presidente Manuel Antonio Acevedo propuso que se eligiera un monarca entre los
descendientes de los incas.
Entre las burlas de los periodistas de Buenos Aires, refiriéndose al posible soberano inca decían que “al rey
pata sucias habría que buscarlo en alguna pulpería o taberna del altiplano” o “que habría sacarlo borracho de
alguna chichería”. Por todos lados se descartaba que el futuro monarca debía ser un príncipe español o
portugués, o francés, o inglés. Era más patriótico coronar a uno de América.
8
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

vastas una amenaza cierta para sus propios predominios. Por último, esa enorme mala
fortuna que como sombra perniciosa ha acompañado a los mejores proyectos de la América
del Sur, y que humedeció a las más grandes personalidades nuestras – Bolívar, San Martín,
O’Higgins y tantos otros notables – permitió que se inoculara en el fondo de nuestra
conciencia social el óxido de las divisiones.
De este modo, se hizo humo la oportunidad de crear un Reino que hubiese integrado
la Hispanoamérica del Sur, similar en extensión o superando al Brasil. Después, todo fue
un embarcarse en la teoría de las “patrias chicas”.
Que no se diga, pues, (esto al menos) que nuestra América del Sur no tuvo frente a
sí la hora feliz (esto es, la contraria de la “hora aciaga”) en que pudo escoger el camino que
la llevaría a ser una potencia unida, de proporciones incomparablemente mayores de todas
cuantas hemos conocido en los últimos doscientos años.
No es fácil llevar a la comprensión general (si es que esta comprensión existe y es
posible en días como los actuales en que la confusión ha tomado ese sitio por usurpación
desdeñosa) la idea monárquica del general Manuel Belgrano; mucho más cuando es dable
establecer que dicho proyecto era compartido con el mismísimo General San Martín,
Pueyrredón, Anchorena, O’Higgins y tantos otros célebres de ese momento crucial de
América.
Y, por supuesto, no es la monarquía como sistema de gobierno lo que interesa
destacar ni menos rescatar porque toda forma (y la monarquía no es más que una forma de
darse gobierno) es accesoria a la sustancia, por mucha importancia que se desee concederte
a las formas…que alguno efectivamente tienen.
Interesa más remarcar, en la sustancia del proyecto, dos cuestiones centrales que, al
día poseen el más alto grado de interés y actualidad: la integración efectiva de los pueblos
de Hispanoamérica (sobre la que todos hablan y nadie hace nada concreto y real) y, más
importante aún que lo anterior, el reconocimiento del valor de nuestra cultura propia
ancestral – la cultura de la mayor parte de los antepasados de los nuestros actuales (aunque
por ahí se lo niegue como si se tratara de una injuria atroz) – como fundamento de nuestra
identidad (lo que es lo mismo que decir…de nuestro futuro).
Con el óxido de la estúpida ironía mal empleada (que en nuestras clases altas opera
como lluvia de fuego que incinera y a la que casi nadie se anima a enfrentar tan solo por no
resultar “diferente” del resto del ganado), la publicidad rioplatense de la época denominó al
último inca como el “rey patas sucias”, al que había que buscar “en alguna pulpería o
taberna del altiplano”.
Un disparo de esta clase (conocemos otros tantos) sobre una sociedad blanda y
aparatosa como el merengue, de conciencia y voluntad desposeída de todo sentido de
autoridad y seguridad en sí misma, copista por estructura de cuanto influjo o moda
extranjera traigan los vientos (aún los vientos que preceden a los peores temporales) y, por
lo mismo, temerosa hasta la saciedad del “ridículo social” o de la llamada “vergüenza
ajena” (que es absolutamente propia), cayó como ceniza sobre Sodoma. Bastó lo de “patas
sucias” para que todos ruborizaran; y, del rubor mezquino se huyó, como siempre sucede
con los enclenques morales, hacia los distantes territorios de la indigencia, de la ingratitud,
cuya ciudad capital de llama “si te he visto no me acuerdo”.

9
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Tupac Amaru tenía un hermano, casi octogenario, preso en los calabozos de Cádiz y
otros parientes cercanos en su confinamiento de Tinta.
En uno u otro pensaban los diputados que llegaron a Tucumán.
Al tiempo de la Independencia, el grueso de la población argentina se concentraba
desde Córdoba al Norte, y miraba hacia Potosí, que era el gran centro económico de esta
parte de América. La población en esa amplia región no sólo era más numerosa, respecto
de la Argentina, sino más fuerte en ella los elementos culturales españoles, indígenas y
mestizos.
El proyecto de Belgrano atraía al pueblo, y era del pueblo de donde se nutría
principalmente el ejército naciente que sostuvo el proceso de Independencia en medio de
batallas que, en su conjunto, conformaron una verdadera guerra dura y encarnizada. En
Argentina, Chile, Perú y Alto Perú.
El límite Norte de todo este territorio –conforme a la conciencia social de aquella
época– no estaba en la Quebrada de Huma huaca, ni en el valle de Orán, ni en Arica, sino
en el Lago Titicaca.
La “patria chica” de los grandes hombres de nuestra Independencia era muchísimo
más vasta, amplia, de horizontes distantes, que no la reducida con que trabajan los
operadores políticos del momento.
La capital en el Cuzco propuesta por el diputado catamarqueño Acevedo, a la que
hoy se reconoce en todo el mundo como la joya cultural de nuestra América (en este caso
de toda la América, del sur, centro y norte, porque nada tienen los Estados Unidos, en su
inmensa riqueza pueda comparársele), hubiera significado el centro cultural e histórico de
la unidad de la Hispanoamérica del Sur.
Una Hispanoamérica del Sur… ¡unificada de hecho y de derecho en 1816.
Nada de lo que hoy se debate en nuestros ambientes internacionales o diplomáticos,
tendría hoy –y desde hace doscientos años – sentido alguno.
Bolívar, con razón, ha sido declarado el padre de la integración hispanoamericana,
expresión curiosísima desde que la integración aún no ha nacido y no se sabe el día que
nacerá, nadie ha reconocido en Belgrano al estadista americano que más lejos llevó el
último (más bien el único) proyecto concreto de integración hispanoamericana. Belgrano,
más que Bolívar, caminó hasta el punto de encontrarse a las puertas del milagro. (Porque
milagro es cuanto nace).
Belgrano alcanza por esta actuación suya – aunque se le haya sepultado bajo las
cenizas esparcidas en 1816 y 1817 – como un estadista de dimensión continental y “no sólo
al “buenazo” de la historia oficial con su proyecto”.
Al falsificar su historia, nuestros pueblos han falsificado también nuestra geografía
social y territorial y, hemos entregado al dominio de la confusión reinante todos los
aspectos esenciales de nuestra identidad como personas y pueblos.
¿Se conoce cuál fue el premio de consuelo que la blanda sociedad entregó a
Belgrano para no resentirlo con la nueva desilusión que sobre él se dejó caer?
El Congreso independentista de Tucumán, prontamente trasladado en sus funciones
y aparatos a la ciudad de Buenos Aires (que para el entonces no era más que una aldea)
determinó por amplia mayoría la creación del pabellón nacional argentino – como hoy le
conocemos – con el sol de los incas en su centro. Para eterno reconocimiento de la buena
10
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

idea de Belgrano. Se trataba de que él, ya anciano y vencido, no quedara demasiado


resentido.
Por esta razón, los textos escolares argentinos recuerdan a Belgrano como el
Creador de la Bandera nacional argentina; y uno de los más importantes jefes del Ejército
revolucionario; aunque su obra tuvo siempre horizontes que una mayoría nunca pudo ver en
toda su amplitud como consecuencia de su miopía.
Otras tareas fundacionales de Belgrano en el establecimiento de las primeras
instituciones educativas y culturales argentinas – aunque son harina de otro costal –
representan muy bien su porte y condición de estadista americano de todos los tiempos.
A modo de último latido:
Observando, como solo ella sabía hacerlo, una muy antigua puerta de madera en una
de las más hermosas y viejas catedrales de la sillería de América, Gabriela escribió las
líneas que siguen:
“Durante cien años pasaron bajo esa puerta de Catedral, los duros conquistadores.
Ella se abría dulcemente para dejarlos penetrar al templo, donde rezaban aquel encendido
Padre Nuestro de los guerreros, más lleno de voluntad que de emoción, más quemante de
ímpetu que de rendimiento religioso.
Años después, la puerta colonial vio pasar a los hombres y a las mujeres de la
colonia, de alma ya domada, de pasos velados, hasta ser imperceptibles, y cuya plegaria
había cobrado un poco de esa monotonía que se vuelve la costumbre religiosa, la misa
diaria. Y verá pasar todavía a las que vengan después de nosotros, que ojala tengan al
cruzarla otra forma de religiosidad ardiente, en cuyos ojos ojala se haya mudado la brasa de
nuestra codicia – quemadura de ojo de milano – por el ardor delicado de una nueva fe
acendrada y dulce.
Palpo con unción esta puerta bajo la cual cruzaron los millares de muertos de una
raza enorme, que es la mía, ennoblecida por el dolor que venían a apaciguar en las naves
silenciosas. Y beso en una de las flores, labradas, al artífice desaparecido, al hombre que
dejó tras de sí algo que yo no he de dejar: la obra perdurable, sobre la cual cien años son
apenas una veladura del esmalte…15”
Pienso en la puerta de la catedral natural de América, aún no construida de ninguna
manera por las manos que debieron hacerlo hace tanto y que indolentes, todavía, se
complacen y sacian en discursos insignificantes.
La puerta que ha de permitir franquea esta larga etapa de divisiones que han
impedido el paso libre de los nuestros a las naves de todos los templos donde un nuevo
espíritu (anciano, pero siempre nuevo) ilumine los caminos de la unidad que duerme en
nuestra conciencia sin que la usura codiciosa y la falta de horizontes le permitan despertar.
Por esa puerta habrán de pasar un día inevitable -aunque ahora se lo perciba distante
como consecuencia de tanta ceguera-, todos los hijos del sol y del Andes, de los cuatro
puntos cardinales, y entonces los grandes americanistas del pasado verán recién deshacer
esos sayos de pardos olvidos en cuyas envolturas han permanecido sepultados por
doscientos o más años.

15
Gabriela. Croquis Mexicano. Una puerta colonial. Noviembre de 1922.
11
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile
Tribuna del Pensamiento Libre

Las banderas hispanoamericanistas de hombres y mujeres fieles a su raza volverán a


enarbolarse en las cumbres altas de los Andes.
Y con volar de cóndores, los hijos de América nada sabrán de fronteras…ni límites
para sus sueños. Habremos un día de reencontrar el auténtico sagrario de nuestra identidad
común.

12
Revista Occidente
Marcoleta Nº 645 Santiago
Fono Fax: (56-2) 476 1153
Santiago - Chile

Potrebbero piacerti anche