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Tema 7

Derechos Reales de Garantía


Fiducia:
Definición
El contrato de fiducia es un contrato de buena fe, en cuya virtud una persona, fiduciante,
se obliga a transmitir y transmite a otra persona, fiduciaria, la propiedad de una cosa
mancipable a través de la in iure cessio o de la mancipatio. A partir de la adquisición del
dominio, el fiduciario se ve obligado a restituir la cosa a partir del cumplimiento de un plazo
o de una condición. Esta obligación restitutoria se debía contener en un pacto,
llamado pactum fiduciae concluido al efecto, que era añadido a la mancipatio. Se encuentra
protegido la actio fiduciae, de buena fe y de carácter infamante.
Evolución
La fiducia encuentra su origen en actos de confianza, que derivas del latín fideicommissum,
a su vez de fides, "fe", y commissus, "comisión".

La fiducia en el derecho romano manifiesta que eran acuerdos mediante los cuales una
persona transfería los bienes a otra persona de entera confianza, para que con autoridades
de dueño los administrara y transfiriera a terceros o los devolviera posteriormente.

Como en un principio no existían acciones legales para evitar abusos o asegurar el


cumplimiento del propósito final, se dependía de la buena fe del adquirente.

Mediante el derecho anglosajón se dieron los pactos adquiridos por una persona que tenia
plena confianza en otra, con el propósito de cumplir una finalidad especifica con los bienes
que ésta le trasfería, bien fuera en beneficio de quien se los trasfería o de otra persona que
él indicaba.

Posteriormente en normas de derecho bancario se consagró el encargo de confianza (se


refiere al destino que el fiduciario debe darle a los bienes) como operación autorizada a los
bancos a través de sus secciones fiduciarias. En 1971 se expide el Código de Comercio
(TítuloXI, Libro Cuarto), regulando la llamada fiducia mercantil.

Según la finalidad perseguida por el contrato, existe la posibilidad de concluir dos tipos diferentes
de contratos de fiducia:

Tipos

Fiducia con el acreedor (fiducia cum creditore)

El fin de esta modalidad es garantizar un crédito. Así, mientras subsiste la obligación, el acreedor
mantiene la propiedad fiduciaria de la cosa; a su turno, una vez extinguida la deuda, se hace
exigible su obligación de restituir la propiedad. Como es lógico, el acreedor se veía imposibilitado,
en la práctica, de disponer de la cosa, puesto que de hacerlo, se arriesgaba a incumplir su
obligación si ésta se hacía exigible. Esta función de garantía, la fiducia guarda muchas semejanzas
con la prenda y la hipoteca romanas, salvo, como se ha visto, por la transmisión de la propiedad.
En este sentido, en el plano de las garantías reales, la fiducia se encuentra en un extremo, en tanto
que al otro se encuentra la hipoteca. En un plano intermedio, se encuentra la prenda.

Fiducia con un amigo (fiducia cum amico)

Esta modalidad podía atender a las más variadas finalidades. Aún más, se comprende mejor a
partir de un conocimiento más acabado de la idea de amistad prevaleciente en el mundo romano,
dotada de un estatuto moral muy severo. Así, se podía dar en fiducia a un amigo aquellas cosas
mancipables o mancipi que estuvieran expuestas a embargos, confiscaciones o destrucción,
dependiendo de las circunstancias. De este modo, el fiduciante buscaría en el fiduciario un mayor
grado de protección de los bienes, tanto física como jurídica, de la que él mismo pudiera dar. Con
todo, el desarrollo de contratos como el depósito o el comodato, fueron ganando terreno a esta
forma de fiducia hasta hacerla desaparecer del horizonte del derecho romano tardo clásico.

Pignus

Definición

En el derecho romano, la prenda, pignus o empeño es un tipo de los llamados préstamos pretorios
(por oposición a los préstamos civiles). Consiste en la entrega en garantía de una cosa del deudor -
que es, a la vez, pignorante-, al acreedor -que pasa a ser acreedor pignoraticio- para que la
retenga hasta que se extinga la obligación, propia o ajena, que se garantiza. En cuanto préstamo
en garantía, supone la existencia de una obligación para el acreedor pignoraticio: la de restituir la
prenda en caso que el deudor o pignorante extinga la obligación. Sin embargo, el hecho de quedar
la prenda en poder del acreedor pignoraticio hace nacer en favor de éste varios derechos sobre la
cosa, entre ellos, un derecho de persecución, por lo que hablamos de un derecho real de garantía

Evolución

Tales derechos reales son la prenda (pignus) y la hipoteca o hypotheca. Preciso es tener en
cuenta, sin embargo, que pignus e hypotheca no son en Derecho romano los únicos medios ni
los más antiguos de asegurar las obligaciones concediendo a los acreedores derechos sobre
cosas del deudor o de un tercero. A la prenda y la hipoteca precedió, y coexistió después con
ellas durante mucho tiempo, otra modalidad de garantía real, la cual, aunque no da lugar a
ningún tipo especial de ius in re, porque lo que concede al acreedor es sencillamente la
propiedad, se utilizó mucho en las épocas antigua y clásica, constituyendo el primer eslabón del
desarrollo de los derechos reales de garantía en el Derecho romano: es la fiducia.

Fiducia, pignus e hypotheca son, por tanto, las tres modalidades y a la vez etapas históricas de
la evolución de las garantías reales que sirven para asegurar el cumplimiento de una obligación,
si bien sólo las dos últimas constituyen figuras especiales de derechos reales.

Hypotheca

Origen

En Roma la hipoteca nació como un derecho real de garantía que evolucionó de la prenda o
“pignus”, para tratar de solucionar los inconvenientes que traía esta última garantía al obligar
al deudor a entregar la posesión de la cosa dada en garantía a su acreedor. La hipoteca
posibilitaba al deudor continuar con el uso y goce de la cosa, de la que solo se veía privado si
no cumplía la obligación que la hipoteca garantizaba. Tanto la prenda como la hipoteca, podían
efectuarse sobre bienes muebles o sobre inmuebles.

El término hipoteca es una expresión compuesta, que procede de la lengua griega clásica,
derivada de las palabras hypo (debajo) y teka (cajón, caja); es decir, que la hypo-teka era para
los griegos algo que estaba oculto, aquello que permanecía escondido debajo del cajón, puesto
que no existen signos externos de su existencia, al no conllevar la exigencia de la posesión en
favor del acreedor hipotecario para ser constituida. El bien hipotecado continúa perteneciendo
al, y sigue siendo poseído por, el deudor hipotecario.

No obstante la regulación actual y la idea de la hipoteca es heredada del derecho romano.


Concretamente, en la antigua Roma había dos formas principales de garantizar una deuda, con
eficacia real:

la fiducia, consistía en que el deudor trasladaba cum creditore la propiedad de un bien al


acreedor para garantizar la deuda. Esta forma de garantía real generaba una gran desprotección
para el deudor.

la prenda o pignus, con una regulación muy parecida a la actual.

El perfeccionamiento posterior dio lugar, en ocasiones, cuando el deudor necesitaba sus bienes
para poder pagar la deuda, a que la prenda fuera pactada sin desplazamiento de la posesión en
favor del acreedor. Se utilizaba así para que los arrendadores de la tierra garantizasen el pago
al arrendatario, ignorando sus aperos de labranza (que iban a necesitar en todo caso para
trabajar, por lo que no podían ceder al acreedor).

Definición
La hipoteca o pignus conventum es aquel derecho que el deudor constituye a favor del acreedor
(hipotecario) sobre una cosa propia o de un tercero, con su consentimiento para garantizar el cumplimiento
de la obligación. Se diferencia de la prenda en que se constituye mediante un simple acuerdo
(nuda conventione de garantía) sin transmisión de la posesión de la cosa hipotecada.

Caracteres
Los elementos del contrato de hipoteca, son tres: personales, formales y reales.

 Personales, son dos partes las que intervienen: El constituyente (deudor o tercero) de la
hipoteca, el cual debe cumplir con la deuda, y el acreedor hipotecario.
 Formales, el contrato de hipoteca debe llevarse en forma escrita. En algunos países
requiere que el contrato sea formalizado o escriturado por notario e inscrito en el registro
de la propiedad (en el caso de inmuebles).
 Reales, los elementos reales de la hipoteca son: los bienes hipotecables y los créditos
susceptibles de ser garantizados con hipoteca.

Como derecho real de garantía, tiene los caracteres propios de este tipo de derecho: 1.º)
derecho real limitado, ius in re aliena; 2.º) accesorio; 3.º) indivisible
Objeto

La hipoteca es favorable tanto para el deudor como para el acreedor; para el deudor porque "no pasa al
acreedor ni la posesión" del objeto, quedando éste en poder del deudor, quien podrá servirse de él y
ofrecerlo en garantía de ulteriores créditos; es conveniente la hipoteca para el acreedor, porque para la
persecución (del objeto) se da al acreedor una acción real.

La hipoteca es un derecho real que gravita sobre un bien afectado al cumplimiento de una obligación.
Grava a una cosa en lugar de gravar a una persona. Por la hipoteca se tiene un derecho real sobre el objeto
que garantiza el crédito y da al acreedor un derecho de preferencia por el cual escapa al concurso de los
acreedores, se paga con el objeto afectado a su crédito. El acreedor tiene también el derecho de persecución
sobre el objeto para que éste le sea entregado de manos de quien lo tenga, desconociendo las enajenaciones
y constituciones de derechos reales posteriores al nacimiento de la hipoteca; finalmente, el acreedor tiene
el derecho de vender la cosa gravada ("ius vendendi" o "ius distrahendi").

Formas de Constituirla

La hipoteca puede originarse por:

a) Pacto. El acuerdo entre las partes bastaba para crear el derecho real de hipoteca; se trata de un pacto
sancionado por el derecho pretorio ("pactum vestitum")

b) Testamento. El de "cuius" utilizaba este modo de constituir la hipoteca sobre alguno de los bienes
hereditarios, cuando deseaba garantizar a su legatario una renta vitalicia o una pensión alimenticia

c) Hipotecas Tácitas. Las hipotecas tácitas son aquellas que la ley crea directamente, de ordinario por
interpretación de la voluntad de las partes, o por favor hacia un acreedor incapaz

Tiene una hipoteca tácita especial: 1) El arrendador de un fundo rural sobre los frutos y cosechas. 2) La
hipoteca del arrendador de una casa sobre todos los muebles y objetos introducidos a ella. 3) En el derecho
Justiniano, la hipoteca de los legatarios sobre los bienes de la sucesión.

Tiene una hipoteca tácita general: 1) El fisco, sobre los bienes sus administradores y deudores. 2) Los
pupilos y los menores de veinticinco años sobre los bienes de sus tutores y curadores; esta hipoteca creada
por Constantino, fue extendida por Justiniano a los locos. 3) La mujer casada y sus herederos, bajo
Justiniano, sobre los bienes del marido para garantizar la devolución de la dote.

Tipos de Hipotecas

La hipoteca puede originarse por:

a) Pacto. El acuerdo entre las partes bastaba para crear el derecho real de hipoteca; se trata de
un pacto sancionado por el derecho pretorio ("pactum vestitum").

b) Testamento. El de "cuius" utilizaba este modo de constituir la hipoteca sobre alguno de los
bienes hereditarios, cuando deseaba garantizar a su legatario una renta vitalicia o una pensión
alimenticia.

c) Hipotecas Tácitas. Las hipotecas tácitas son aquellas que la ley crea directamente, de
ordinario por interpretación de la voluntad de las partes, o por favor hacia un acreedor incapaz.
Tiene una hipoteca tácita especial: 1) El arrendador de un fundo rural sobre los frutos y
cosechas. 2) La hipoteca del arrendador de una casa sobre todos los muebles y objetos
introducidos a ella. 3) En el derecho Justiniano, la hipoteca de los legatarios sobre los bienes de
la sucesión.

Tiene una hipoteca tácita general: 1) El fisco, sobre los bienes sus administradores y deudores.
2) Los pupilos y los menores de veinticinco años sobre los bienes de sus tutores y curadores;
esta hipoteca creada por Constantino, fue extendida por Justiniano a los locos. 3) La mujer
casada y sus herederos, bajo Justiniano, sobre los bienes del marido para garantizar la
devolución de la dote.
Efectos Jurídicos

La hipoteca derechos reales accesorios de créditos, que atribuyen al acreedor la facultad de


cobrarse por medio de una cosa.

Extinción

Causas de extinción del derecho de prenda o hipoteca comunes a los demás derechos reales
Las causas de extinción del derecho de prenda o hipoteca comunes a los demás derechos
reales son:

1.ª La renuncia del acreedor (remissio pignoris), que puede ser manifestada tanto en actos de
última voluntad, como por actos entre vivos (1), y puede también ser tácita; puede deducirse
esta última de la restitución de la cosa empeñada o de los títulos de la prenda, del permiso de
enajenarla sin reserva del propio derecho de prenda, del permiso de empeñarla a otro,
excepto cuando se trata sencillamente de otorgar la prioridad al nuevo derecho de prenda.

2.ª La destrucción completa de la cosa empeñada; si la destrucción no es completa continúa el


derecho sobre el resto; así, el derecho de prenda o de hipoteca sobre la cosa continúa sobre el
solar cuando aquélla se incendia; en el caso de especificación sólo se extingue el derecho de
prenda cuando la cosa no puede ser reducida a su primitivo estado.

3.ª El transcurso del término al cual fue limitado el derecho y el cumplimiento de la condición
resolutoria que le fue impuesta.

4.ª La prescripción; mas para que el derecho se extinga por prescripción no basta el simple no
uso por parte del acreedor, ni la usucapión de la propiedad de la cosa, sino que se exige
la usucapio libertatis de la misma; para realizar esta usucapión de la libertad de la cosa sujeta
a gravamen hipotecario se requiere la buena fe respecto al derecho de prenda o de hipoteca;
esto es, que el poseedor ignore la existencia de esta carga sobre la cosa (2); la usucapión de la
libertad no puede correr jamás en favor del mismo deudor ni de sus herederos, sino sólo en
favor de los terceros adquirentes de la cosa sujeta a prenda o hipoteca.
5.ª La confusión, o sea la reunión en la misma persona de la cualidad de propietario de la cosa
gravada y de acreedor pignoraticio o hipotecario, toda vez que sólo los bienes de un deudor o
de un tercero pueden asegurar la satisfacción del crédito. Sin embargo, cuando existen varias
hipotecas sobre la misma cosa, el que habiendo adquirido ésta paga hasta hasta el importe
del precio de la adquisición a uno o dos acreedores, asegurados con hipoteca sobre dicha
cosa, queda subrogado en el derecho de aquellos a quienes pagó (salvo el caso de renuncia), y
desde este punto de vista puede decirse que aun sobre cosa propia cabe tener derecho de
prenda.

- Modos de extinción propios del derecho de prenda o hipoteca

Los modos de extinción propios del derecho de prenda o hipoteca son los siguientes: extinción
de la obligación en garantía de la cual fue constituido aquel derecho, toda vez que respecto de
ella tiene aquella obligación la condición de cosa principal; la venta de la cosa empeñada hecha
por el acreedor autorizado para ello, pues mediante esta venta, el derecho de prenda o de
hipoteca llega a su objeto final. Con la venta se extingue por Derecho romano no sólo el derecho
de prenda del enajenante, sino también el de todos los acreedores posteriores.

Pluralidad de Hipotecas
La hipoteca, al no exigir junto al acuerdo el desplazamiento de la posesión, tiene una ventaja sobre
la prenda, la de poder constituirse sobre una cosa ya gravada con otra hipoteca. Ahora bien, cuando
se constituyen sucesivamente varios derechos de hipoteca sobre una misma cosa y a favor de una
pluralidad de acreedores, el criterio genuino para resolver la colisión es la precedencia en el tiempo:
todos los acreedores tienen iguales derechos y las relaciones entre ellos se regulan conforme al
adagio prior in tempore potior in iure, cuya traducción literal sonaría "anterior en el tiempo
preferido en el derecho".

- Principio de una constitución del emperador Antonino sobre la pluralidad de hipotecas

Este principio, enunciado en una constitución del emperador Antonino (C. 8, 18, 4), significa
que en caso de incumplimiento, y procediéndose a la venta de la cosa hipotecada, el primer
acreedor que se satisface con el precio de ventas es aquél cuya hipoteca es anterior en el
tiempo; si algo sobrase, podrá satisfacer el 2º acreedor y así sucesivamente, según la fecha de
constitución de sus respectivas hipotecas. No obstante, cualquier acreedor posterior puede
satisfacer el crédito de cualquiera de los acreedores hipotecarios anteriores, aún contra su
voluntad, ocupando su lugar y subrogándose en la prioridad del ejercicio del derecho de
hipoteca. Esta posibilidad se denomina ius offerendi y constituye una quiebra del
principio prior in tempore potior in iure (D. 20, 4, 11, 4).

Constituyen, asimismo, excepciones a tal principio:

+ La publicidad del documento

Una constitución del emperador León del 472, determinó que las hipotecas constituidas
mediante documento público o al menos firmado por tres testigos, tuviesen prelación sobre
aquéllas que constasen en simple escritura privada.

+ El privilegio de algunos créditos

Considerando la ley algunos créditos como privilegiados, dispone que las hipotecas que los
garantizan, sean preferidas a todas las otras, incluso de fecha anterior: así el derecho de
hipoteca del fisco sobre los bienes del contribuyente por los impuestos pagados. Tal hipoteca
se considera siempre tácitamente constituida (C. 8, 15, 1).

Derecho Procesal Romano

Ejercicio de los Derechos

El ejercicio de un derecho consiste en la manifestación del poder que una persona ejerce sobre
determinado objeto mediante actos que el mismo derecho autoriza. El ejercicio de un derecho
está permitido aun en el caso de causar un daño a otro, sin ventaja alguna para el que lo ejerce:
qui iure suo utitur nemini facit iniuriam. Si a la vez alguno se apropia indebidamente el ejercicio
de un derecho, o lesiona el de otro, existe una violación del derecho contra la cual debe ser éste
protegido.
Distinción de los derechos subjetivos a efectos de su ejercicio.

El derecho subjetivo son las facultades o potestades jurídicas inherentes al hombre por razón de
naturaleza, contrato u otra causa admisible en derecho. Un poder reconocido por el Ordenamiento
Jurídico a la persona para que, dentro de su ámbito de libertad actúe de la manera que estima más
conveniente a fin de satisfacer sus necesidades e intereses junto a una correspondiente protección
o tutela en su defensa, aunque siempre delimitado por el interés general de la sociedad. Es la
facultad reconocida a la persona por la ley que le permite efectuar determinados actos, un poder
otorgado a las personas por las normas jurídicas para la satisfacción de intereses que merecen la
tutela del Derecho.

Un derecho subjetivo nace por una norma jurídica, que puede ser una ley o un contrato, a través de
un acuerdo de voluntades para que pueda hacerse efectivo este derecho sobre otra persona
determinada.

La cara contrapuesta de un derecho subjetivo es una obligación.

1. Atendiendo a la conducta debida, se distingue entre derechos subjetivos a la conducta ajena o


propia.

A la Conducta Propia Hacer / Omitir no hacer.

A la Conducta Ajena Exigir una conducta positiva que se haga algo o negativa que no se haga algo.

2. Atendiendo a su efecto, se distingue entre derechos subjetivos relativos o absolutos

Derecho Subjetivo

Relativo Se hacen valer ante otra persona o personas concretamente identificadas.


Derecho Subjetivo Absoluto Se hacen valer ante todas las personas que integran la sociedad.

3. Atendiendo a su régimen jurídico, se distingue entre derechos subjetivos públicos y privados

Públicos conjunto de facultades que se hacen valer frente al Estado y representan una serie de
limitaciones que el Estado se impone a sí mismo.

Privados Facultades que se ejercen en las relaciones de los particulares entre sí o con el Estado,
cuando éste no actúa en su carácter de ente soberano.

Quien realiza el ejercicio del Derecho:

Este derecho subjetivo existe para ser ejercido por su titular, y cobra vida mediante el ejercicio de
las facultades que comporta.

Limite en el ejercicio de los derechos:

La existencia en el ejercicio de un derecho se puede determinar por el contenido del derecho mismo.
Hay derechos que solo con enunciarlos expresan inmediatamente cuales son las facultades que
corresponden al derecho habiente. Estas limitaciones se van a llamar cláusulas de reserva en interés
del colectivo (los limites siempre van a ir en pro del interés de la colectividad).

Reglas relativas al ejercicio de los derechos:

1) el titular puede hacer todo lo que sea necesario para poner en ejecución las facultades contenidas
en un mismo derecho aunque no estén expresamente (servidumbre de saca de agua).

2) quien ejercita un derecho y saca ventaja de el debe soportar las cargas.

3) quien tiene un derecho es libre de ejecutarlo o no.

4) no debe dejar de ser licito lo menos a quien es licito lo mas (condición y facultades de la mujer en
roma).

Concurso de derecho:

Concurso individual: se ofrece cuando varios derechos pertenecen a una sola persona.

Concurso colectivo: se ofrece cuando varios derechos pertenecen a varias personas distintas, estos
se subdividen en:

1) concurso colectivo por subordinación: el derecho más especial prevalece sobre el más general, el
derecho más antiguo prevalece sobre el mas reciente en materia hipotecaria y falso en materia de
obligaciones.

2) concurso colectivo por coordinación: tiene dos reglas, el derecho viene a coordinar según las
reglas establecidas por la ley (igualdad); la coordinación se establece en determinadas proporciones
(partes iguales propiedad plurima integral, en cuotas desiguales propiedad plurima parcial).

Defensa de los Derechos

Defensa del derecho propio con ataque del derecho ajeno:


Es la utilización del recurso de la fuerza física y material, con la ayuda y cooperación en casos de
necesidad, de los parientes y amigos.

Justicia privada: es aquella fuerza primitiva ejercida por el titular de los derechos, la fuerza tiene sus
límites su proporción al grado de la ofensa que le hayan hecho activamente en proporción al
quantum.

Casos representativos de defensa del derecho propio contra un peligro del que no hubiere forma
de liberarse sino atacando en ese momento el derecho de otro:

Entre ellos están: incendio, arrastre de nave, defensa de la propia persona y el derrame de vino.

Defensa del derecho propio contra ataque de derecho ajeno:

Era hacer valer los derechos individuales lo cual consistía en recurrir al empleo de la fuerza pública,
representada por un órgano social destinado a tal efecto.

También hubo un sector que afirmó que la legítima defensa respondía, en exclusiva, al interés que
el Derecho tiene en prevalecer sobre el injusto, sobre la agresión al Ordenamiento jurídico. Pese a
ello, la teoría fue rechazada por no tener en cuenta que la legítima defensa.

El mecanismo de defensa del derecho romano: La Acción

La acción

El término "acción" proviene del vocablo latino actio, nihil aliud est actio quam ius persequendi
in iudicio quod sibi debeatuf; que significa: La acción no es sino el derecho a perseguir en juicio
lo que se nos debe, en otros términos, , quien tiene el derecho tiene la acción. Para Celso, la acción
en el período formulario, era el derecho concebido por el magistrado para acudir ante el juez
haciendo valer su fórmula, ya que era el pretor o magistrado quien redactaba la fórmula ante el
reclamo del interesado, por lo que siempre las acciones estaban por encima del derecho y eran
las que importaban, pues éstos eran definidos por aquellas.
De esta manera, la acción era la fórmula a través de la cual podía el pretor o magistrado absolver
o condenar a un sujeto, siendo un derecho autónomo que se originaba en la fórmula, que era
considerado lo principal (acción), en tanto que el derecho defendido era lo accesorio.

a) idea de actio

La esencia del Derecho Procesal Romano, está contenido en la idea de Actio. Actio puede ser
entendido como "Acción", y tiene en Roma el mismo significado que tiene en nuestro derecho
actual. Pero en la antigua Roma es más fuerte. La existencia de una Actio determina la existencia de
un derecho que puede ser reivindicado a través de la misma. De hecho, en el Derecho Romano, todo
acto jurídico valido que de acuerdo al Ius Quirintium, cree, modifique o extinga, derechos u
obligaciones, debe corresponderse con una determinada Actio, es decir con la posibilidad de
defender y reclamar tal situación jurídica en juicio. Esta es una relación de doble vía. Es decir, que
así como todo negocio jurídico valido se corresponde con una actio del derecho procesal, toda Actio
o acción que se intente en juicio debe ser para defender un negocio o hecho amparado por el ius
Quirintium, de lo contrario, no es procedente. De este modo, por ejemplo, el derecho de Propiedad
(Dominium), se corresponde con la Rei Vindicatio, por el cual se persigue que la titularidad sobre un
bien sea declarada y afirmada ante todos (erga omnes).

b) clases

Clasificación de la Acciones:

Acciones civiles y acciones honorarias: Las acciones civiles tenían su origen en el derecho civil (leyes,
senados consultos, etc), son reconocidas por el derecho quiritario, sólo podían ser ejercidas por los
ciudadanos y eran imprescriptibles. Las acciones honorarias: Aparecía en la conciencia del
magistrado, quien creaba la acción y la añadía a su edicto anual, cuando consideraba que una
situación no prevista por el ius civile.

Acciones útiles y acciones directas: Las primeras son acciones civiles aplicadas por el pretor por vía
extensiva, a situaciones no previstas por la ley, y tanto las acciones in factum o ficticia. Las acciones
directas son las que reciben sanciones por expresa disposición de un precepto legal, por lo general
proviene del derecho civil.

Acciones perpetuas y acciones temporales: Ellas están en directa correlación con la prescriptibiliad.
Las acciones civiles prescribían a los 30 o 40 años, según Teodosio II, contando el plazo desde el
momento de su ejercicio, las acciones honorarias prescribían al año, o en plazos menores (acción
redhibitoria y acción quanti minoris respectivamente).

Acciones personales y acciones personales: Es personal la acción mediante la cual nosotros


litigamos contra alguno que está obligado frente a nosotros, en virtud de un contrato o de un delito,
es decir, alguien esta obligado a dar, hacer o cumplir una prestación. La acción es real cuando
afirmamos en la intentio de la fórmula que una cosa corporal es nuestra, o bien que un cierto
derecho nos pertenece.

Acciones ciertas o inciertas: El elemento distintivo de este tipo es el objeto de la intentio. Cuando
el objeto se encuentra determinado en la intentio, la acción es cierta. En cambio cuando la
prestación es indeterminada, como sucede en las acciones personales, será cierto o incierto, según
el objeto de la obligación, la acción entonces podría ser incierta.

Acciones reipersecutoria, penales y mixta: La acción reipersecutoria es la que recae sobre una
prestación y comprende tanto las acciones reales como las personales, cuya causa es civil, las que
permitían llevar o incorporar al patrimonio del reclamante un elemento perdido o de su equivalente
en dinero en él: la víctima de un delito que reclama la restitución de la cosa de que a sido privada o
la indemnización del perjuicio sufrido. La penal es la que proviene de un delito privado (hurto,
repiña) y se dirige con la finalidad de exigir la pena económica establecida a favor de la víctima o
persona perjudicada. Las acciones mixtas, señala Gayo, son las que tienen en sí mismas los
caracteres de la reipersecutoria y de las penales, por ejemplo la acción por el duplo contra el que se
opone a la ejecución de un fallo, la actio legis equiliae, etc.

Acciones populares y acciones privadas: Las primeras se confieren u otorgan a personas que tienen
interés personal, pero también el derecho romano otorga la acción a cualquier persona, aunque no
haya sido lesionada en sus interés personal, pero también el derecho romano otorga la acción a
cualquier persona, aunque no haya sido lesionada en sus intereses particulares.
Acciones de derecho estricto y acciones de buena fe: En las primeras, el juez no puede separarse de
las normas legales y representaban la rigidez y el formalismo antiguo; en las segundas, el poder de
apreciación del juez era más amplio, pues contenía las acciones derivadas de contratos de derecho
de gentes (ventas o arrendamiento, por ejemplo) tenían una demonstratio con la indicación del
contrato y en la intentio confundida en la condemnatio, se disponía que el juez condenase a lo que
fuera justo, de acuerdo con la buena fe.

Acciones arbitrarias y no arbitrarias.

El ordenamiento judicial

Procedimiento Civil Romano

a) Procedimiento y Proceso:

b) Procedimiento Civil Romano

1. El procedimiento de las acciones de ley, legis actionis, cuya vigencia se remonta a los orígenes del
proceso arcaico pero que quedó por primera vez contemplado en las Lex XII Tabularum y estuvo en
vigor durante todo el periodo republicano.

2. El procedimiento formulario, per formulam, que surgió en el siglo II a.C. por la lex Aebutia y
coexistió con el procedimiento de las legis actionis.

Ambos procedimientos constituyen el ORDO IUDICIORUM PRIVATORUM, es decir, los juicios


privados que, a pesar de las distintas diferencias entre ellos sin embargo contienen dos
características comunes:

a) Ambos procedimientos se desarrollan en dos fases: Una fase in iure, ante el magistrado (experto
en Derecho); y una segunda fase apud iudicem, ante un juez o jueces (ciudadano no experto en
Derecho),

b) En ambos procedimientos, las sentencias son inapelables.

3. Surgen a partir de Octavio, año 17 a.C., dos leyes:

- Lex Iulia de iudiciis privatisÆ por la que queda abolido el procedimiento de las legis actionis y
estableciendo como único proceso del ordo iudiciorum

privatorum el procedimiento per formulam.

- Lex Iulia de iudiciis publicisÆ por las que se dictan normas sobre el procedimiento criminal.

Proceso Civil Romano en el Ordo Iudiciorum Privatorum:

a) Personas que intervienen

La parte accionante, la parte accionada y el magistrado

b) Fase apud iudicem.


La fase o etapa procesal apud iudicem tiene su inicio con el término de la litis contestatio, cuando
la intervención del magistrado ha concluido y el asunto pasa a manos del juez. Esta segunda fase se
acaba con la sentencia, aunque cuando esta resulta ser condenatoria, debe procederse después a
su ejecución.

Tramitación procesal especial:


Legis Actiones: proceso caracterizado por su tramitación oral y solemne. Existieron cinco
Legis Actiones principales:

A) Leguis Actio per sacramentum


Consistía en una declaración jurada de las partes en las cuales cada una juraba ser titular de
una determinada situación jurídica, por ejemplo, la de ser propietario o padre o esposo, o tener
un crédito. Si entre ambas partes se producía la contradicción, entonces cada una depositaba
en manos de un tercero, cierta suma de dinero o cabezas de ganado como forma de dar
fuerza al juramento. Finalmente un Iudex designado a tal efecto, juzgaba por las pruebas y
quien salía vencedor recuperaba su depósito, mientras que el otro, perdía lo depositado, a
título de pena, pasando al erario público.

b) Legis Actio per iudicis postulationem


Era más sencillo que el anterior y consistía en el simple nombramiento de un árbitro que
decidía el asunto sobre la base de su propio criterio y buena fe.

C) legis actio per condictionem


Era igual al anterior, con la diferencia que una vez elegido el Juez, se aplazaba la sentencia
durante 30 días, de modo que en ese plazo las partes podían llegar a un acuerdo.

d) Legis action per manus iniectionem


Por esta acción, quien había sido ya condenado por una deuda, o había confesado la misma
(conffessor), podía ser intimado por el actor a pagar la deuda. Si no se resolvía, podía
"ponerle la mano encima", y llevarlo prisionero a su domicilio. En este estado, permanecía
durante 60 días. Era llevado por el acreedor al mercado durante tres días consecutivos,
declarando cual era la deuda, con el fin de enterar a otros acreedores y permitir que
apareciera un vindex que respondiera por el reo. Si no se resolvía, el demandante podía
vender al demandado como esclavo o asesinarlo (si eran varios los demandantes contra un
mismo deudor, el cuerpo del deudor se dividía en partes según la cantidad de acreedores).

e) Legis action per pignoris capionem Por esta acción, quien había sido ya condenado por una
deuda, o había confesado la misma (conffessor), podía ser intimado por el actor a pagar la
deuda. Si no se resolvía, podía "ponerle la mano encima", y llevarlo prisionero a su domicilio.
En este estado, permanecía durante 60 días. Era llevado por el acreedor al mercado durante
tres días consecutivos, declarando cual era la deuda, con el fin de enterar a otros acreedores
y permitir que apareciera un vindex que respondiera por el reo. Si no se resolvía, el
demandante podía vender al demandado como esclavo o asesinarlo (si eran varios los
demandantes contra un mismo deudor, el cuerpo del deudor se dividía en partes según la
cantidad de acreedores).

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