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De las tesis del texto de Fernando Savater.

Fernando Savater, ha escrito un libro titulado EL VALOR DE EDUCAR que


generosamente ha aportado a la educación, cuya lectura recomiendo a todo
aquel que tenga inquietudes sobre la educación, oportunidad básica de nuestra
sociedad.

Tienen las ideas de Savater especial valor para todos los que hemos decidido
iniciarnos en esta noble carrera., un interminable proceso de búsqueda sobre la
transformación integral y permanente de la sociedad. . Este proceso incluye a
todos los seres humanos.

Veamos la idea que FERNANDO SAVATER nos regala en su capítulo 6


“EDUCAR ES UNIVERSALIZAR” de su libro “EL VALOR DE EDUCAR”

Resultan realmente importantes e interesantes las ideas que plasmó:

La educación tiene como objetivo completar la humanidad del neófito, pero esa
humanidad no puede realizarse en abstracto ni de modo totalmente genérico, ni
tampoco consiste en el cultivo de un germen idiosincrásico latente en cada
individuo, sino que trata más bien de acuñar una precisa orientación social: la que
cada comunidad considera preferible. Fue Durkheim, en Pedagogía y sociología,
quien insistió de manera más nítida en este punto: «El hombre que la educación
debe plasmar dentro de nosotros no es el hombre tal como la naturaleza lo ha
creado, sino tal como la sociedad quiere que sea; y lo quiere tal como lo requiere
su economía interna. [...]. Por tanto, dado que la escala de valores cambia
forzosamente con las sociedades, dicha jerarquía no ha permanecido jamás igual
en dos momentos diferentes de la historia. Ayer era la valentía la que tuvo la
primacía, con todas las facultades que implican las virtudes militares; hoy en día
[Durkheim escribe a finales del pasado siglo] es el pensamiento y la reflexión;
mañana será, tal vez, el refinamiento del gusto y la sensibilidad hacia las cosas del
arte. Así pues, tanto en el presente como en el pasado, nuestro ideal pedagógico
es, hasta en sus menores detalles, obra de la sociedad.»

Para ser hombre o mujer no basta con nacer, sino que hay también que aprender.
La educación es (o debe ser) enseñar a aprender. Balmes escribió que el arte de
enseñar a aprender consiste en formar fábricas (seres productivos) y no
almacenes (cerebros dependientes llenos de información).
En la familia, el niño aprende aptitudes y valores fundamentales; lo que los
estudiosos llaman “socialización primaria .Hoy día la desintegración familiar es tan
común, pretendemos que la escuela cumpla además con la socialización primaria
para lo cual no está preparada. Incluso, hay familias completas que fallan en su
labor educativa primaria, porque ni el padre ni la madre se resignan a ser adultos.
Con aquello de que desean ser “el mejor amigo (a) de sus hijos”, sirven poco a la
labor educativa. Hoy día los hijos no son <acompañados por la madre. Hoy día la
madre se encuentra ausente. (Trabajando)

Ahora, vayamos al capítulo más interesante del libro que Savater titula: “Educar es
universalizar”. La universalización de la educación intenta derrocar la
predestinación de la cuna, esa cuna biológica, racial, familiar, cultural, de clase
social que, según la jerarquía de oportunidades establecida por otros, nos puede
condenar a un cierto destino. El esfuerzo educativo es siempre rebelión contra el
destino, esa perpetuación de fatal jerarquía socioeconómica de nuestra cuna. La
educación universalizada ofrece movilidad social, oportunidades nuevas y un
equilibrio más justo; todo esto al tiempo que se ayuda a cada persona a volver a
sus raíces y nunca olvidar lo propio, para evitar enredarnos confusamente con
frondosidades ajenas. El universalista considera el tronco de sus profundas raíces
humanas, mientras que los etnicistas van de rama en rama haciendo monerías y
buscando distingos.

“Significa poner al hecho humano por encima de sus modismos; valorarlo en su


conjunto antes de compensar a resaltar sus peculiaridades, y sobre todo no excluir
a nadie a priori del proceso educativo que lo potencia y desarrolla”

Ese contagio de unas culturas por otras es precisamente lo que puede llamarse
“civilización”. No se trata de homogeneizar, sino de romper la mitología autista
de las culturas. Las actitudes anti universalistas suelen proclamarse víctimas de la
supuesta omnipotencia universalizante, dividiendo el mundo en ghettos-estancos y
estancados de índole intelectual; es decir, que solo los nacionales pueden
comprender a los de su nación, que solo los negros pueden entender a los negros,
los blancos a los blancos, los cristianos a los cristianos, los musulmanes a los
musulmanes, las mujeres a las mujeres, etc., que cada tribu permanezca
sólidamente cerrada sobre sí misma y sus prejuicios sin posibilidad de abrirse y
contagiarse de los demás, ¡que nuestro juicio nunca sea intelectualmente libre!

La educación es responsabilidad de toda la SOCIEDAD, no solo de los profesores,


solo nos resta esperar que cada uno de los miembros de esta sociedad asuma
con responsabilidad su rol.

ERIKA ESMERALDA NAVARRETE FERNÁNDEZ

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