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PROFESOR(A)
GRADO: 10B
Por lejanas o distantes que parezcan, la historia y la ciencia tienen una conexión
invariable que nace en el momento mismo en que estos campos del saber se
constituyen. Es por ello que en las siguientes líneas aspiro a que el lector encuentre
claridad respecto a esta interesante relación, misma que se halla en el quehacer del
científico. Para comenzar debemos entender qué es la historia.
La historia como una disciplina del campo de las ciencias sociales reconstruye el
pasado a partir de documentos y evidencias (de tipo material y oral) que son
clasificadas, valoradas, interpretadas, cuestionadas y conectadas con otros hechos,
mismas que se someten a un análisis crítico con la intención de comprender y
explicar las dinámicas de las sociedades del pasado. La intención del historiador al
ejecutar esta tarea, es responder preguntas muy concretas que surgen desde el
presente y se plantean a partir de las necesidades de su tiempo. Por lo tanto, la
historiografía (que es la historia escrita desde la indagación y la reflexión del
pasado) narra, describe y explica el pasado a la luz del presente.
OBJETIVO
LA HISTORIA DE LA CIENCIA:
En ese sentido, la historia de la ciencia explica la trayectoria que los seres humanos
han seguido para hallar soluciones a problemas concretos y conocer aspectos de la
realidad.
En la narrativa de la historia de la ciencia, se detallan interconexiones epistémicas
y sociales que constituyen un contenido diacrónico donde las transformaciones
científicas y tecnológicas sólo se explican por una red de relaciones y sucesiones
causales de orden económico, político, material, ambiental, cultural, religioso,
espacial y epistémico.
Por otra parte, la historia de la ciencia sirve para visibilizar la forma en que los seres
humanos hemos establecido nuestra relación con el mundo natural a partir de los
criterios que establece la racionalidad científica, así que en ella pueden hallarse las re
significaciones teóricas, prácticas, discursivas e incluso ontológicas que la producción
de conocimiento otorga, en tiempo y espacio, a los seres vivos.6 De manera que la
historia de la ciencia da cuenta de cómo es que los seres humanos hemos capitalizado
y administrado la naturaleza desde la producción de conocimiento.
ORÍGENES:
Las personas razonamos y queremos entender el mundo que nos rodea, por eso desde
pequeños nos hacemos preguntas acerca de lo que percibimos con nuestros sentidos.
Necesitamos encontrar una respuesta sobre quiénes somos y por qué vivimos.
Desde la antigüedad, los seres humanos buscaron explicación a los fenómenos de la
naturaleza; en un principio creían que eran obra de seres sobrenaturales a los que
llamaron dioses.
En sociedades y en tiempos tan distintos como los vikingos, los viejos pobladores de
Noruega y los aztecas de Mesoamérica, creían que la lluvia era provocada por la ira de
los dioses, Tor para los noruegos y Tlaloc para los aztecas. Para explicar los fenómenos
de la naturaleza se inventaron leyendas.
En el presente, sabemos que la lluvia es provocada por la condensación del agua que
se evapora del mar, lagos y ríos y que sigue un ciclo continuo.
En el siglo XX, los científicos descubrieron que los átomos pueden dividirse en
partículas elementales: protones, neutrones y electrones. Fue hasta en los siglos XVI
y XVII que se desarrolló la ciencia como la entendemos en nuestros días, con la
contribución de muchos sabios, Copérnico, Galileo, Descartes y otros muy famosos.
Para hacer ciencia se requiere seguir un método: una forma ordenada y sistemática de
observar los fenómenos de la naturaleza:
Elaborar una teoría, buscar fórmulas matemáticas que expliquen los fenómenos que
pueden medirse.
Probar la teoría con experimentos.
Comparar los resultados con los de otros investigadores.
Recopilar toda la información que precedió al estudio del fenómeno que nos interesa.
CONCLUSIÓN