LA PARTICIPACION PROTAGONICA Y EL COMPROMISO DE LA
UNIVERSIDAD
Dra. Maria Silvia Vivanco de Uribe
U.N.E.S.R-
Hablar de la participación protagónica y el compromiso de la
Universidad constituye un desafío hermoso que nos permite abrir las alas de la imaginación socialista en concordancia con el concreto real para compartir en este espacio de diálogo emancipador con los distinguidos ponentes invitados y los distinguidos asistentes al mismo.
La espiral sin cesar de la realidad se detiene momentáneamente y
nos sitúa como actores en este lugar y en este contexto donde #la belleza del saber abre sus compuertas para permitirnos transitar por su hermoso entramado, con diversas ramificaciones que orientan y guían nuestro trabajo científico donde el proceso asume múltiples facetas que enriquecen a cada momento su elaboración y permiten arribar a una unidad de síntesis integradora de esa beldad.
Es preciso iniciar este diálogo desde una perspectiva que nos
ubique en un momento de comprensión y entendimiento de los procesos de transformación como un todo dinámico, interactivo, participativo, subjetivo, y dialéctico, orientado hacia cambios constantes donde la trama de lo académico se entreteje con lo social, lo económico, lo político, lo cultural, lo tecnológico, lo local, permitiéndonos una mirada amplia integradora y con prospectiva del hacer y del deber ser de las instituciones académicas, específicamente las universidades.
En este transitar se mezclan universidad, comunidad, intereses, y
afectividad en búsqueda de develar, analizar y reflexionar sobre sus posibles interconexiones que den luz sobre el hacer – pensar comprometido con una visión crítico – humanista de la acción universitaria naciente y /o en construcción.
La universidad encierra o contiene una historia de generadora y
guardiana del conocimiento que las sociedades históricamente han ido desarrollando. Es parte del entramado social, político y cultural de cada época histórica y como tal representa la acumulación de conocimientos científicos, humanistas y tecnológicos correspondiente a cada momento. Contiene así uno de los tesoros más preciados de la sociedad, esto es, por una parte, el conjunto de conocimiento que la humanidad en su trayectoria de pensar – hacer ha ido acumulando y por otra el potencial de seguir construyendo el inagotable camino del conocimiento.
Constituye un germen de procesos de cambios y transformaciones,
especialmente en el orden de las ideas y las practicas investigativas y de acción comunitaria que deben propiciar procesos de reflexión y producción de innovaciones educativas que respondan con equidad y pertinencia a las demandas e intereses de los actores involucrados.
La participación de la universidades en la construcción de esta
sociedad más justa, más inclusiva, más solidaria, requiere de una toma de conciencia de los cambios institucionales revisando sus estructuras académicas y administrativas así como el ejercicio de la docencia, la investigación, la extensión y la cooperación en aras de generar políticas educativas coherentes con el marco constitucional e institucional.
Es así como los curricula universitarios deben sufrir
transformaciones acordes con los nuevos desafíos que demandan los cambios sociales, políticos y tecnológicos. Para poder dar cumplimiento a estos imperativos es necesario adoptar una concepción donde se valorice la autoreflexión, la libertad, el pensamiento crítico-investigativo, el proceso de emancipación del ser humano, con arraigo social y pertinencia académica. Todo ello teniendo como premisa fundamental el hecho que recrear la universidad es recrear la sociedad y el hombre. Al decir del Dr. Mariña “ hay que tener una universidad que sea capaz de meterse en el corazón mismo de los requerimientos del saber que puedan existir en la población” .
Inserto en estos cambios curriculares cobra importancia lo
relacionado con los procesos de investigación y de acción comunitaria por constituir parte de los pilares fundamentales del quehacer universitario. Es así como la indagación, la generación de nuevas ideas, a partir de un pensamiento crítico, reflexivo, dialéctico, compartido, solidario, para generar respuestas que contribuyan con el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, deben promoverse, propiciarse con creatividad y con prospectiva desde una academia pertinente con los cambios que le demanda la sociedad. Una universidad en palabras del rector Mariña para cada quién, al servicio de quien sea como sea y donde sea, porque hay que compartir el saber, por lo que hay que ampliar el radio de acción de todas aquellas actividades culturales, de extensión, docencia, investigación y de carácter social que desarrollan cada uno de los núcleos”. La universidad con una prospección de valorar el saber compartido y de un hacer comprometido y de valorar al otro como un verdadero otro en convivencia social se encuentra en la impronta necesidad de propiciar el desarrollo de procesos de investigación y de acción social enmarcados en los planteamientos anteriores.
Para ello es necesario desarrollar algunas reflexiones que nos
permitan arribar a propuestas de acción, esto es detenernos a conversar sobre algunos supuestos teóricos que deben orientar ese camino de participación, y creación conjunta de un nuevo hacer para el bienestar de todos los actores involucrados. Humanismo crítico, emancipador: La deshumanización es una expresión de la alienación y dominación, es la distorsión de la vocación de humanizarnos. La humanización, por el contrario, es un proyecto emancipador que exige procesos de transformación, de modificación de la realidad, siendo ésta una forma de experimentar lo que significa ser personas.
La existencia humana no tiene el punto determinante de su
trayectoria fijado en la especie. Para Freire, "al inventar la existencia, como los materiales que la vida les ofrece, los hombres y las mujeres inventarán o descubrirán la posibilidad que implica necesariamente la libertad, que no recibirán más que luchando por ella (...) Mujeres y hombres se arriesgan, se aventuran, se educan en el juego de la libertad".
Es importante señalar que, al hablar de ser más o de la vocación
de humanización como vocación ontológica del ser humano, no está asumiendo una posición fundamentalista o conservadora porque insiste que esta vocación no es algo separado, "a priori ", de la historia, por el contrario la vocación a la humanización se va constituyendo en la historia, en ella se crean los medios para llevarla a cabo; por eso la forma de asumir esta utopía varía en tiempos y en espacio.
Este sueño humanista, se concreta en procesos que siempre
operan rupturas con "amarras" reales y concretas del orden económico, político, social, ideológico, etc., "que nos están condenando a la deshumanización". "El sueño es así una exigencia o una condición que se va haciendo permanentemente en la historia que hacemos, y que nos hace y rehace". "Una utopía, que no sería posible si en ella faltase el deseo de libertad, metida en la vocación de humanización. Si faltase, también, la esperanza sin la cuál no luchamos"..
Nos hemos referidos entonces a procesos de humanización,
libertad, de esperanza, de ruptura de amarras que estarían marcando en principio el deber ser de la universidad como impulsora de un proceso de transformaciones que apuntalan hacia el desarrollo y fortalecimiento de la participación protagónica.
Realismo esperanzado: Para Freire "la verdadera realidad no es la que
es sino la que puja por ser". Es realidad que es esperanza de sí misma. Y dice: "en estos momentos históricos, como en el que vivimos hoy en el país y fuera de él, es la realidad misma que grita (...) cómo hacer concreto lo inédito viable que nos exige que luchemos por él".
El realismo esperanzado es un "imperativo existencial e histórico"
necesario, pero no suficiente. La esperanza sola no transforma el mundo, pero no es posible prescindir de ella si se quiere cambiarlo. "Necesitamos la esperanza crítica, como un pez necesita el agua pura".
Sin esperanza no podemos ni siquiera empezar procesos
transformadores, pero sin procesos la esperanza se corrompe y se convierte en "trágica desesperación", y desesperanza es lo mismo que quietud, inmovilismo, mantener el statu quo. . El proyecto de la esperanza es para Freire el cambio radical de la historia. Es eso que se quiere que exista y que se percibe cargado de posibilidades de ser, pero tenemos que hacerlo, que "lucharlo", o no vendrá en la forma como lo queremos. La esperanza necesita de la práctica, de la acción para no quedar en un simple deseo. La esperanza necesita hechos para convertirse en realidad histórica .
Relaciones de esperanza
Freire se refiere al hombre y a la mujer como seres biológicos e
históricos. La condición de histórico sólo se alcanza cuando el sujeto se da cuenta, conscientemente, de las relaciones que mantiene con otros sujetos y con el mundo en que se sitúa(n). Y distingue al ser humano en dos: - Ser de relaciones y - Ser de contactos Las características del concepto de relaciones humanas connota primeramente: pluralidad, crítica, trascendencia, temporalidad y consecuencia. A su vez, estas características se establecen en el mundo (lo que origina un ser de contactos) y con el mundo (lo que origina un ser de relaciones). Estar en el mundo implica una relación natural-biológica con el entorno, y estar con el mundo implica relaciones culturales.
La acción social universitaria, desde esta perspectiva, debe dar
respuestas plurales y debe perfeccionarse en la medida en que la conciencia se torna crítica, da sentido a la historia y a la cultura. Este sentido es el camino a la libertad, la cual transforma a los ciudadanos y ciudadanas en un sujeto abierto, plástico, dispuesto a lo nuevo y vislumbra el advenimiento del diálogo. Pero cuando la libertad es limitada, el sujeto se transforma en un ente de ajuste, sin perspectivas y, consecuentemente, depone su capacidad creadora
Propuesta de principios que deben orientar la
participación protagónica y el compromiso de la
Universidad
Partiendo del supuesto que el conocimiento no es neutro y que el ser
humano es un ser histórico – social, donde todo su hacer está impregnado por un conjunto relacionado e integrado de características cognoscitivas, afectivas y político - ideológicas, en interacción con una realidad y una sociedad compleja y multidimensional.
Este supuesto deviene en un hacer universitario que no es neutro,
objetivo, absoluto ni incuestionable sino por el contrario en el mismo se entrecruzan formando una red inacabada de variadas e infinitas interconexiones los intereses, los supuestos paradigmaticos y las emociones. Interconexiones que le otorgan sentido y significado a su acción social comunitaria. Esto significa volver la mirada no sólo al cómo hacer sino a otra interrogantes, cuestiones o dudas relacionadas con ¿Porqué lo hago o lo hacemos? ¿Para qué lo hago o lo hacemos?.
Principio de Intencionalidad: Ninguna acción social puede ser
neutra. En ella se encuentra en forma explícita o en forma oculta un motivo o intencionalidad que proviene de las ideas y que por tanto pretende legitimar las mismas. En un proceso de acción social crítico-humanista la intencionalidad de la misma deber ser clara, explícita, de respeto por el otro, impregnada de esperanza posible y realizable, que implique ruptura e impacto, en pro de una sociedad más justa y de mayor bienestar para el colectivo.
Principio de Emancipación : Encierra o contiene la autonomía
y la responsabilidad a través fundamentalmente de un acto de autoreflexión, interna y compartida, orientada básicamente por ideales de justicia e igualdad, o al decir de Freire, de esperanza en el Ser Humano y en la Humanidad. Implica el uso de la razón emancipatoria que debe impregnar todo el hacer de las relaciones sociales y de las actividades del saber con la intencionalidad de generar representaciones axiológicas, cognitivas, teleológicas, y culturales en pro de los ideales de justicia e igualdad social. Principio de Creatividad: significa un movimiento constante, de superación, de búsqueda, de esfuerzos compartido por desarrollar respuestas posibles e innovadoras a las diversas situaciones problemas o a las diversas formas de organizar y desarrollar el saber y la acción social comunitaria.
Principio de Unidad en la diversidad :la realidad es una y es
múltiple, encierra en su organicidad una diversidad o pluralidad de ideas, saberes, valores, sentimientos, culturas que se entrecruza dando vida y significado al hacer y al ser del colectivo social. Esta polidimensionalidad de lo real constituye la base del saber y del hacer del universitario comprometido.
Principio de Horizontalidad : Valoración de la construcción
del conocimiento y la acción con el otro, con el colectivo social, esto es, con sus ideas, sus sentimientos, sus emociones, sus valores, sus hacer, su cotidianidad, sus significaciones sociales, sus representaciones sociales y sus legitimaciones sociales.
Finalmente en este contexto orientador comprometido y restaurador de
una universidad naciente, comprometida con el saber y con devolver la palabra y el significado a los verdaderos actores de la historia es posible dejar para la reflexión de cada uno de nosotros para luego compartir en nuestro entorno universitario y comunitario algunas consideraciones sobre nosotros mismos y nosotros con los otros nosotros. ¿QUE SOMOS?
¿COMO ESTAMOS CONSTITUIDOS?
¿COMO NOS VEMOS?
¿COMO NOS DEBEMOS PROYECTAR?
Somos hombres y mujeres íntegros, en una
compleja constitución individual y colectiva- social.
Somos portadores y productores de una carga y
o herencia intelectual, histórica, cultural, política y afectiva que nos convierte en hacedores de nuestra propia realidad.