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Introducción a la criminología y al derecho penal

I. El conocimiento de la criminalidad y del delito

1.Criminalidad y Derecho Penal

Objeto del derecho penal  Criminalidad

Quien se ocupa del derecho penal debe ocuparse de la criminalidad, y por lo tanto, debe conocer
junto a las normas jurídicopenales y su interpretación, la criminalidad y el delito.

Quien no conozca o conozca mal el aspecto empírico de la administración de justicia penal,


difícilmente podrá manejar las reglas normativas del derecho penal material, ya que estas reglas
se refieren a la criminalidad y al delito

A la hora de elaborar y aplicar leyes es necesario el conocimiento respecto a la criminalidad y el


delito (de ambas realidades)

2.Criminalidad y delito

Criminalidad: conjunto de todas las acciones u omisiones punibles dentro de un determinado


ámbito temporal y espacial

Delito: comportamiento punible de una determinada persona.

*Su distinción tiene limitado valor práctico*

La importancia recae que en el objeto del derecho penal (la conducta criminal) posee una dimensión
como fenómeno social (criminalidad) y uno individual (delito), para cuya descripción y explicación
son competentes tanto las ciencias sociales como las humanas.

Criminalidad como la suma de todos los delitos, pero también que en su génesis es algo diferente:
que el origen y evolución de la criminalidad inciden más factores e incluso distintos como lo son
históricos, culturales, sociológicos, económicos, etc., que en el delito entendido como conducta
individual

Ni criminalidad ni delito se pueden explicar exclusivamente desde una perspectiva científica (cs
sociales o humanas)

3.Legislación penal y jurisprudencia penal

Tampoco es suficiente atribuir lo siguiente:

Delito (caso individual)  Jurisprudencia penal

Criminalidad (fenómeno de masas)  Legislación penal

Ciertamente, el juez penal necesita conocer la conducta individual que ha de juzgar, mientras que
el legislador en materia penal necesita más bien conocer las condiciones evolutivas sociales para
incidir en la criminalidad con instrumentos jurídicopenales.

 El legislador en materia penal necesita también información sobre las motivaciones que
son esperables en las personas.
 El juez penal las reacciones esperables en la sociedad

Los dos últimos decenios se ha criticado tanto la praxis como la ciencia del derecho penal y, sobre
todo, a la formación académica del jurista ha sido porque apenas o en absoluto dan información
sobre la criminalidad a quienes tiene que ocuparse del derecho penal

II. Criminalidad como fenómeno de la vida cotidiana

Criminalidad como fenómeno cotidiano (no solo objeto del derecho penal), nos relacionamos con
ella a veces como afectados directamente o como observadores interesados

1.Delincuente y victima

a) La criminalidad como conflicto entre el delincuente y la victima

Se acostumbra a simplificar el fenómeno de la criminalidad en “una estructura dualista”: una


relación entre delincuente y victima

El delito y la criminalidad se resuelven en un conflicto entre dos personas o roles, en el que alguien
lesiona los intereses protegidos penalmente de un tercero

 Administración de la justicia penal: solución de este conflicto intrapersonal, persiguiendo,


investigando y castigando la correspondiente infracción jurídica

Necesidad de corregir esta imagen debido a las diversas formas que existen en materia penal

b) Neutralización de la victima

El actual derecho penal del estado no pone la relación entre delincuente y víctima. Actualmente la
victima está neutralizada, y en lugar de la compensación y el acuerdo entre lesionador y lesionado
aparece la “acción penal publica”

 Ahora las posibilidades de la victima de intervenir en el proceso penal son muy reducidas,
a pesar de que existen instituciones como la querella, denuncia, acusación particular,
ofrecimiento de acciones que directa o indirectamente permiten esa intervención

Es el Estado, tanto en la fase instructiva como en la sancionadora quien ocupa “el papel de la
victima”, pudiendo incluso forzar a la “victima”, en interés de: búsqueda de la verdad, declarar o
cualquier otro tipo de cooperación

C)Relaciones entre delincuente y victima

En los delitos que aparentemente más se concentran en al relación entre delincuente y victima
(homicidio, lesiones, injurias o abusos deshonestos) y en los que se puede decir que una parte
inflinge la lesión y la otra la sufre, hay que tener también en cuenta las relaciones sociales previas
existente entre delincuente y víctima. Pues muchas veces la acción punible en estos delitos no es
más que el ultimo acto de un proceso de agresión reciproca en el que ambos protagonistas
intercambias los roles de delincuente y víctima, lo que más tarde influirá como circunstancia
atenuante de la responsabilidad del delincuente a la hora de determinar la pena aplicable.
D) Delincuente como víctima: Conocimientos criminológicos reducen la tensión entre delincuente
y víctima, relativizando el contraste entre ambos. Cuales quieren sean las circunstancias que se
consideren como criminógenas (biológicas, económicas, culturales o psicosociales), todas ellas
siempre muestran al delincuente (también) como una victima (de las circunstancias bajo cuya
influencia actuó)

Las tesis deficionistas acentúan el rol de la victima que desempeña el delincuente: su delito no se
considera por estas teorías como una lesión responsable de intereses ajenos, sino como
“atribución” por parte de las “instancias formales de control social”. Desde este punto de vista la
victima desaparece por completo y su lugar lo ocupan el estado definidor y el delincuente
estigmatizado

La búsqueda de las causas fácticas de la conducta criminal conduce necesariamente a una


relativización del papel del a víctima, siempre que no se limite al a búsqueda del delincuente, ya que
más pronto como tarde se tropieza con circunstancias que de un modo u otro han “llevado” al
delincuente a cometer el delito, sin que este sea responsable en absoluto de las mismas

e) Delitos sin victima

El contraste entre delincuente y victima está claramente atenuado en la moderna legislación penal
sobre el trafico de drogas, el derecho penal económico o la protección penal del medio ambiente.

Delitos “sin victimas o con “victimas difusas”:

2.La fascinación de lo criminal

El criminal fascina: literatura, medios masivos, programas, películas, films  buen negocio

En la vida cotidiana el mundo del o criminal todavía se divide entre delincuentes y victimas. Incluso
allí donde la victima penas se vislumbra (terrorismo o trafico de drogas), el delincuente desempeña
el papel que le corresponde dentro del dualismo delincuente-victima: es una amenaza para los
demás, es el agresor que despierta las emociones características del delito. El asesinato, robo,
secuestro, y en general, todos los delitos violentos con claras connotaciones delincuente-victima
son las formas delictivas que más fascinan a la gente y sobre las que merece la pena informar.

Esta fascinación cambia la realidad de la criminalidad como objeto del derecho penal, la recrea y
elabora sus propias resistencias a la modificación (eliminación o lucha) de la criminalidad que
pretende la policía criminal.

Esta fascinación del o criminal también es un obstáculo a la tesis en prode la “abolición del derecho
penal”. Si no se elimina antes la criminalidad, el derecho penal aunque sea “abolido” seguirá
viviendo o en su lugar, surgirán otros mecanismos de sanción individual y de control social.

Pero la abolición de la criminalidad  utópico, algo ajeno a la realidad porque no tiene en cuenta
hasta qué punto está anclado en nuestra experiencia cotidiana el fenómeno “delito” y nuestra
reacción al mismo

Teorías preventinas han de tener en cuenta la fascinación de lo criminal: estas teorías tienen como
objetivo que la administración de justicia penal consiga la “mejora” del delincuente, la intimidación
de los delincuentes potenciales o el afianzamiento de las normales elementales en la sociedad
Cualquier intento de influir en la creación o en la vigencia fáctica de una norma debe contar con la
fascinación que ejerce lo criminal: “la fascinación” es un fenómeno complejo que comprende
sentimientos tan dispares como el asco y el miedo, la admiración y la atracción  no provocando
siempre en el observador de un caso criminal satisfacción con su descubrimiento y aclaración por
las autoridades, e incluso a veces una cierta decepción, es decir, sentimientos ambivalentes.

Actualmente se sabe que la aceptación cognitiva y emotiva de las normas penales no siempre
significa que estas vayan a ser obedecidas.

La criminalidad fascina tanto al afectado por el hecho como al observador del mismo. La
criminalidad como fenómeno forma parte de nuestra experiencia cotidiana y está fuertemente
impregnada de un sentimiento emocional ambivalente.

Esta fascinación dificulta tanto un tratamiento racional y realista de problema, como una
configuración estratégica de las normas, perturbando su vigencia fáctica

3.Historia de la criminalidad

Existe poca información respecto a la historia de la criminalidad ¿Por qué?:

 La historia del derecho se ha ocupado tradicionalmente mas del derecho privado, solo
recientemente ha comenzado a ocuparse del derecho penal
 La historia del derecho penal apenas se puede entender si solo se investigan sus normas y
dogmas, HAY QUE INVESTIGADOR LOS DATOS REALES  EVOLUCIÓN SOCIAL, DELITO,
PRAXIS SOCIAL Y ESTATAL EN LA PERSECUCIÓN, CONDENA Y EJECUCIÓN DEL ASPENAS E
INCLUSO DEL OS MECANISMOS DE CONTROL SOCIAL QUE OPERAN JUNTO CON EL
DERECHO PENAL PROPIAMENTE DICHO
 La ciencia histórica tampoco se ha ocupado de este asunto, la historia de la crimianilidad es
como historia social incognita

a)Necesidad del conocimiento de la criminalidad

La razón mas importante y de mayor significación que tiene par el derecho penal y la política criminal
la necesidad de conocimiento de la criminalidad es que su conocimiento no es evidente, sino que
depende de determinados presupuestos que, además, iluminan el estado de estas materias

Aunque hace por lo menos un siglo, la criminología pueda ofrecer datos sobre la criminalidad y el
delito ya ordenados y comprobados, el derecho penal y la política criminal a duras penas han hecho
uso de esos datos, dejando a la criminología en un lugar secundario sin hacer cuestión de su objeto

La necesidad de conocimiento de la criminalidad y de delito depende de lo que se pretenda hacer


con estos fenómenos, solo si se tiene interés en lo empirico y se va más allá de lo normativo

Es preciso un derecho penal orientado a las consecuencias en el que:

 La justicia de las decisiones de las distintas instancias juridicopenales se mida en función de


si producen consecuencias favorables o, por lo menos, evitan las desfavorables
 Toda decisión que produzca consecuencias desfavorables sea corregida, aunque sea
correcta desde el punto de vista normativo o conceptual
La necesidad de un conocimiento de la criminalidad es, pues, característica de un derecho penal
orientado a las consecuencias

b) Importancia del conocimiento de la criminalidad

Para un derecho penal orientado a las consecuencias tanto en la teoría como en la praxis, el
conocimiento de la criminalidad y del delito es obviamente muy importante

En el último tiempo no se puede desconocer los avances en el ámbito de condiciones criminógenas


individuales, familiares, profesionales o urbanísticas y también en la forma en que se producen las
decisiones legislativas y judiciales e igualmente se conocen más datos sobre concretos delitos, sobre
delincuentes, sobre las consecuencias de algunas reformas del código penal en la praxis judicial, etc

Sin embargo, estos conocimientos no han sido todavía trasladados a la política criminal y a la
administración de justicia penal. La causa de ello es que la orientación a las consecuencias de
moderno derecho penal, de la que ya hemos hablado anteriormente, es un proceso laborioso

La administración de justicia penal apenas puede, por razones orgánicas, elaborar este saber
empírico y utilizarlo en la praxis, pues mientras las más altas instancias, como el parlamento o el
tribunal constitucional, se pueden asesorar recabando información del os expertos, el juez penal,
por razón de tiempo y dinero apenas puede hacerlo. Así, por ejemplo, los informes periciales en
materia de prognosis no son la regla, sino la excepción

4.Importancia de la criminalidad para el individuo y la sociedad

Cualquier idea que se tenga del derecho penal está siempre relacionada con la significación y las
consecuencias de la criminalidad. El derecho penal se concibe como “respuesta” a la criminalidad
y al delito y precisamente pro esto se justifican las limitaciones jurídicas que su empleo conlleva, ya
que la criminalidad y el delito producen graves consecuencias para el individuo y la sociedad. Pero
la criminalidad no es solo, objeto de derecho penal, sino también fundamento mismo de su
justificación

a)La lucha contra el delito

criminalidad y delito siempre se han vivido como una amenaza: nada extraño si se tiene en cuenta
los daños al as victimas, el daño económico en general y especialmente las circunstancia de que,
según las estadísticas se ha duplicado la criminalidad

No es raro que no sólo en el lenguaje cotidiano, sino también en las expresiones técnicas se asocien
“criminalidad” y “delito” con la idea de “lucha”

Delito  se percibe como un mal

Criminalidad  se percibe como enfermedad infecciosa

Delincuente  como un ser dañino

Cuanto más amenazantes son o se consideran determinados delitos, tanto más materialistas son las
exigencias que se imponen en su tratamiento.
Hay dos condiciones que favorecen esta tendencia de la consideración de la criminalidad y el delito:

1. Entendimiento preventivo excesivamente unilateral de los fines del derecho penal


2. Esperanza de que el delito pueda ser alguna vez “eliminado” de la faz de la tierra

Estas miradas de confianza ingenua traen como consecuencias una actitud intervencionista
bastante radical, buscando la efectividad del derecho penal en su formalización o su corrección
jurídica

La lucha contra el delito es la meta más urgente para un derecho penal entendido preventivamente
 Como instrumento social funcional para solucionar un problema, pero esta lucha aspira a este
ideal de que en algún momento estas instituciones no sean necesarias

Ambas posiciones favorecen a una actitud intolerante, impaciente e ilimitada que la gente
“decente” muestra ante el delincuente y el delito

b) La Criminalidad es normal

No hay ninguna sociedad sin delito y que, por otro lado, la criminalidad aumenta en la medida en
que lo hace el desarrollo económico y cultural del a sociedad

Delito íntimamente vinculado con procesos de socialización de los individuos, difícilmente puede
ser la “lucha” el remedio correcto, la criminalidad tiene que cumplir una función e incluso una misión
en el mantenimiento y evolución de la sociedad

Sociología funcionalista= “normalidad del delito”, no existe ningún fenómeno que inevitablemente
muestre todos los síntomas de la criminalidad. El delito no es un “cuerpo extraño, sino un factor
regulador de la vida social”.

Desde un punto de vista funcional se considera a la criminalidad como normal, pero no a partir de
la evolución real de la criminalidad, sino de la distribución de roles dentro de cualquier tipo de
sociedad. “Teoría de la marginalidad”

Los roles marginales mismos y las formas de su tratamiento podrían modificarse, no así los
siguientes datos:

 Toda sociedad distribuye posiciones dentro del sistema (ubicuidad)


 Ninguna de estas posiciones es disponible en número ilimitado (escasez)
 Toda posición dentro del sistema está en relación con el sistema en su conjunto y así es
aprehendida (relatividad)

La lucha contra la criminalidad y el delito parece ingenua, aunque la criminalidad pueda “extirparse”,
pronto surgirían en su lugar equivalentes funcionales que depararían al afectado por ellos y al os
demás por lo menos los mismos problemas que la criminalidad nos depara hoy, pues no se puede
eliminar una parte perteneciente al proceso de socialización del todo sin que el mismo se vea
afectado
c)La criminalidad es útil

Tesis de la “normalidad del delito”: consideración que se limita a la descripción de funciones,


guardándose de hacer valoraciones.

Durkheim: la criminalidad no es solo normal, sino necesaria e incluso irrenunciable para la sociedad

El delito no solo puede lesionar la norma del grupo o a la sociedad, sino también confirmarla y
reforzarla. El rechazo común a la conducta desviada puede confirmar los valores grupales y lo mismo
puede conseguirse tolerando al desviado. Efectivamente, apenas puede discutirse que la sociedad,
tanto a la hora de castigar como de personar, asegura sus normas frente al delincuente,
reforzándolas, pudiendo así mejorar su sensibilidad integradora y social

Delincuente como chivo expiatorio: carga con los pecados de la sociedad y se le expulsa para
reafirmar las identidades morales de las personas.

Que el delito sea normal o necesario no significa que haya que aceptarlo, sino solo que cumple
funciones que, bajo determinados presupuestos, son necesarias (socialización, educación,
civilización)

Los grandes problemas que el delito plantea a la sociedad no pueden ser resueltos sino “elaborados”

5.¿Sociedades sin criminalidad?

Lo que significa criminalidad solo se puede determinar en relación a unas normas. Las normas
penales son las que establecen que una conducta sea aquí y hoy delictiva, mientras que en otras
épocas era normal o incluso deseada

Las normales penales suponen un sistema penal que las forme y las aplique  Visto así, la
criminalidad parece ser un fenómeno moderno, desconocido en las sociedades primitivas que no
disponen de normas jurídicas positivas, organizativamente carecen de instituciones sociales más
allá de las simplemente familiares o estructuralmente, son acéfalas, es decir, sin jerarquía ni
distinción entre los que dan las ordenes y los que las ejecutan

¿Criminalidad solo en sociedades instucionalizadas?  pensar esto pasaría por alto el hecho de que
hay sociedades donde hay violencia, apropiación ilegitima u otras lesiones

No hay socialización sin roles, ni expectativas ni normas de conducta sin sanción de la infracción de
los roles, de la frustración de las expectativas y de la desviación normativa. Al contrario, los grupos
sociales desarrollan y estabilizan su propia autonomía y autoconstatación frente a los otros
preferentemente a través de tales normas

Los contenidos normativos son variables, cambiantes histórica y geográficamente; igual que lo son
también las sanciones de la lesión normativa y las formas de su imposición

No hay, pues, sociedades sin criminalidad, es decir, sociedades en las que se permita la desviación
o esta quede impune.
Quienes utilizan políticamente esta imagen de una sociedad sin criminalidad como una exigencia de
cara al futuro, deberían tener en cuenta los respectivos datos culturales de los que dependen las
formas de control social (norma, sanción, proceso). Entre estos datos se encuentran: las normas
sociales el grado de complejidad de una sociedad o también el grado de sensibilización moral.

Sociedades totalitarias: con menos criminalidad debido a sus características represivas, pero no
son un modelo, más bien aporta a ver a las sociedades sin criminalidad como algo ingenuo y
peligroso que en absoluto caracteriza a la sociedad humana

III. Extensión de la criminalidad

No solo para el legislador, sino también para la investigación sumarial, la jurisprudencia y la


administración penitenciaria, es necesario un buen conocimiento de los daños que produce la
conducta delictiva, las cuotas de la criminalidad en la población, la frecuencia estadística de los
distintos delitos, su distribución por edad, sexo, nacionalidad, porcentaje de delitos descubiertos,
etc. Un derecho penal que quiera proteger bienes jurídicos debe asegurarse de que esta
protección puede lograrse

1.Estadística criminal

El conocimiento sobre la extensión de la criminalidad se adquiere sobre todo a través de las


estadísticas que, registran y analizan las modificaciones y la evolución de la criminalidad

a) Clases de estadística criminal

La extensión de la criminalidad puede averiguarse por distintas vías y por distintas razones o
intereses políticos, político-criminales y científicos, de ahí las diversas clases de estadística criminal

En casi todos los países civilizados, existen estadísticas policiales, judiciales y penitenciarias, además
del as que se realizan en ámbitos oficiales o privados que se refieren a Cuestiones particulares sobre
la criminalidad, determinados delitos, homicidios, secuestros, estafas, criminalidad organizada, etc.

Aunque no son propiamente estadísticas también son de interés sobre todo para valorar
comparativamente la personalidad de los delincuentes y procesos criminales celebres

b) valor informativo de la estadística criminal

Valor diverso  ¿Hasta qué punto merecen confianza estos datos numéricos?

Se propone comparar las diversas estadísticas entre sí, corrigiendo después los resultados que cada
una arroja

Estadística policial no ofrece criminalidad real, sino solo la que ha sido denunciada o ha sido
registrada policialmente, comparándola luego con la cuota de delitos averiguados, clasificándolos
en función de la edad, sexo y nacionalidad del delincuente, daños causados, momento de
comisión

Nadie identifica la estadística policial con la criminalidad real, esta solo ofrece un conocimiento
fiable de la criminalidad conocida o investigada policialmente
Ni la estadística judicial que tiene mayor grado de selectividad evidencia la criminalidad real, ya que
se basa igualmente en datos registrados oficialmente

c)Critica del valor informativo de la estadística criminal

Esta estadística constituye un constructo (y es su principal crítica), pues obedece a una creación
ideológica que no describe la realidad, sino simplemente la actividad policial y judicial. Lo único que
se puede deducir de ella son alteraciones o desfiguraciones sistemáticas

Estadística policial y judicial son, medios idóneos para el conocimiento de los principales problemas
y los cambios de las actuaciones oficiales, es decir, permiten observar la evolución de los procesos
de control estatal. De esto se desprende que no se puede conocer la criminalidad real, pues de estas
estadísticas operan mecanismos alteradores. Pero no significa que estas estadísticas carezcan de
valor o sean perjudiciales, solo permiten un análisis de la praxis oficial, sino que a corto plazo
constituyen un medio de conocimiento imprescindible de la criminalidad real

2.La cifra “oscura”

La criminalidad real solo se puede valorar, pero no conocer. El terreno existente entre la
criminalidad real y la registrada se denomina “cifra oscura”

a) Presunciones y datos sobre la cifra oscura

Varia en función de la clase de estadística, policial o judicial: no todo delito cometido es perseguido,
no todo delito es registrado; no todo delito registrado es perseguido por la policía, etc

La elaboración social y judicial del delito va haciéndose cada vez más precisa en cada nivel hasta
llegar a la condena firma de una persona: pero también va aumentando en cada nivel la cifra oscura

En el lenguaje generalmente empleado se caracteriza como “cifra oscura” la relación entre la


criminalidad real y la registrada oficialmente

Los datos mas importantes existentes sobre la cifra oscura se resumen así:

 La criminalidad real es mucho mayor que la registrada oficialmente


 En el ámbito de la criminalidad menos grave la cifra oscura es mayor que en el ámbito de la
criminalidad más grave
 La magnitud de la cifra oscura varia considerablemente según el tipo de delito
 En la delincuencia juvenil es donde se da un mayor porcentaje de delincuencia con uan
relativamente menor cuota sancionatoria
 La cuota sancionatoria es responsable también del fortalecimiento de las carreras
criminales
 Las posibilidades de quedar en la cifra oscura dependen e la clase social a que pertenezca
el delincuente
b) importancia de la cifra oscura para la política criminal y la praxis juridicopenal

Quizás lo más importante de esta cifra sea el malestar que produce en una administración de
justicia que teóricamente está obligada a actuar de un modo justo, tratando a todos por igual e
imponiendo, por encima de todo la legalidad.

Tampoco puede impedir ese malestar el llamado “efecto preventivo de la ignorancia”. Por supuesto
que ninguna sociedad puede (o quiere) alcanzar una trasparencia total del comportamiento; ningún
sistema normativo aspira a descubrir todas las infracciones, ni ningún sistema sancionatorio
garantiza su función protectora a base de eliminar todas las infracciones normativas. La ignorancia
de la criminalidad “real” desempeña, sin embargo, la función (positiva y estabilizadora) de regular
el sistema de control social y dentro del mismo el control jurídicopenal: de dar la impresión de
respeto y mostrar su capacidad de elaboración de conflicto

Consecuencias de la cifra oscura:

 Necesidad de ser prudentes a la hora de formular metas demasiado radicales


 La teoría y la praxis de la determinación de la pena se ven afectadas por la cifra oscura y la
ignorancia, sobre todo en los elementos que se refieren o implican un pronostico (sobre la
vida futura del condenado)
 Prognosis desfigurada del futuro (relativiza el valor de cualquier juicio sobre ese futuro)

IV. Concepto de conducta criminal

1.Definiciones cotidianas de lo criminal

Lo que la gente entiende por “criminalidad” es cambiante y depende de diversas variables.

Imprecisión conceptual en la vida cotidiana. Este es importante para la praxis y la teoría del derecho
penal, pues refleja las actitudes sociales ante la criminalidad. Así se toman decisiones político-
criminales y se valoran las consecuencias que tiene la administración de justicia

La criminología no está interesada en la definición de la conducta desviada, sino en su significación


social

2. Concepto de conducta desviada en criminología

Conducta desviada o en su caso “delictiva”. No se ocupa la criminología sobre qué conductas deben
ser consideradas como “desviadas”, como de las condiciones que dan origen o inciden en la
evolución de lo que se entiende como desviación y su significado social.

a) Conducta desviada y conducta punible

La criminalidad como conducta desviada

Desviado: depende de las normas vigentes reconocidas; no existe conducta desviada si no hay una
norma de conducta. Las normas que sirven de base al concepto de desviación son contra fácticas,
su infracción al ser sancionada sale reforzada su vigencia
Criminología no solo incluye la criminalidad, sino todo lo que entra dentro del concepto de conducta
desviada: drogodependencia, enfermedad mental, suicidio, desviación sexual. Ya que en cualquier
ámbito de nuestra vida se encuentran situaciones y roles normativamente regulados

b)Normas sociales y juridicopenales: A pesar de los problemas que surgen a la hora de definir, es
lógico -también desde una consideración puramente juridicopenal- incluir en la perspectiva
criminológica no solo la conducta punible, sino también la conducta desviada. Las explicaciones
criminológicas de la conducta punible no tienen que limitarse a la punibilidad misma, sino que
tienen que incluir las experiencias científicas obtenidas en el marco de la investigación sobre la
desviación. La expresión desviación, en el caso de la criminalidad, no significa un empobrecimiento
del concepto delito, se justifica por el propio ámbito de investigación de la criminología que está
constituido por los mandatos y prohibiciones juridicopenales, sino también por las normas sociales;
e igualmente se justifica también por su objeto de investigación, es decir, por la criminalidad en sus
relaciones con otras infracciones normativas.

El que la expresión “desviación” suene y se emplee, en contraste con la de “delito” de un modo mas
neutro valorativamente, se debe a la metodología empírica de la criminología; pero esto no quiere
decir que carezca de significación normativa, sino solo que está queda ensombrecida.

c)factores de la conducta desviada

a’) resultados de la criminología etiológica: la criminología positivista tradicional, no ha


limitado su objeto de investigación a la conducta delictiva, sino a otras formas de desviación. Pero
hasta este punto no se preocupo de distinguir entre desviación y delito.

La criminología tradicional se llama “etiológica” porque vincula el concepto de conducta


desviada con causas y factores de desviación. Están las teorías biológicas, de socialización, de
subcultura, de anomia y multifactoriales. Todas estas tienen en común: no concentrar su interés en
el concepto de conducta desviada o criminal, sino en causas y cambios. Considerar que las causas y
condiciones de cambio deben localizarse en la persona misma del desviada en su entorno, pero no
en quienes deciden y sancionan la desviación. Ninguna puede explicar suficientemente por si sola
fenómenos concretos como el de la delincuencia juvenil

b’) Importancia de la administración de justicia penal: se requiere información completa y


de primera mano. En el plano legislativo esta información es más fácil de conseguir la hora de crear
leyes que se refieran a problemas complejos, pero apenas se da en el ámbito de la administración
de justicia ordinaria, se tiene que tomar decisiones con escasa información. La utilización razonable
de datos suministrados por los planteamientos criminológicos factoriales en la praxis jurídico penal
debe tener en cuenta lo siguiente: los planteamientos factoriales ilustran sobre generalidades, no
casos concretos

Todo conocimiento criminológico tradicional debe aceptarse con la reserva que puede ser
superado con el paso de tiempo

Las decisiones que se realizan en la administración de justicia penal tienen consecuencias


secundarias negativas.
d) definiciones de conducta desviada

La criminología clásica centra su interés más en las causas que en el concepto mismo de conducta
desviada. La nueva criminología que se denomina asi mismo como interaccionista…

a’) Planteamientos interaccionistas: hace del concepto de desviación su preocupación


fundamental. La criminalidad no existe, sino que se hace, los sujetos que tienen el poder de definir.
Las cosas no existen fuera de aprehensión y todo es producto de una convención o constitución
intrapersonal. Estas convenciones tienen vocación de permanencia y no pueden ser revocadas
espontáneamente, hasta el punto de que una vez estabilizadas se convierten en instituciones
sociales. La conducta desviada es aquella que las personas califican así.

b’) Importancia para la criminología: han conseguido llamar la atención científica sobre que
la conducta desviada no es un fenómeno aislado individual o social. Las teorías interaccionistas han
destacado a la criminología una dimensión ya conocida en la ciencia del derecho penal: la
importancia de la norma en la conceptualización de la delincuencia

e) Definiciones de conducta criminal:

a’) Test del labeling approach: teorías interaccionistas contienen planteamientos y


conclusiones plausibles y avanzadas en tanto consideran el amplio campo de la conducta desviada,
y afirman que la delincuencia y las conductas desviadas tienen características que no se producen
por definiciones, sino previamente dadas a las mismas y que los etiquetajes tienen un fundamento
in re. Peor en tanto se han concentrado en la criminalidad, se han radicalizado inmediatamente
dirigiendo sus criticas y ataques al derecho penal

El etiquetamiento del desviado pasa de ser una actuación natural de la vida diaria a ser un
estigmatización dirigida finalmente e impuesta de modo sistemático.

El labeling approach centra su interés en el elemento definidor de la desviación y la


criminalidad, destacando aun más: la definición del delito no es una descripción sino una atribución.
Lo criminal no es una cualidad de una conducta, sino el resultado de una definición a través de las
instancias de control social

b’) Importancia para la administración de justicia: el labeling approach es más importante


para la teoría que para la praxis del derecho penal. Importancia para la norma, tanto en su creación
como aplicación al establecer el concepto de acción criminal.

Se apoya en dos fenómenos: el margen de libertad que en general existe en la aplicación de


la norma y los problemas de aplicación que plantean los conceptos referidos a disposición o
tendencias subjetivas

La etiqueta del desviada solo pueden imponerse con éxito a quien no puede liberarse de
una interpretación negativa de sus intenciones. Se basa en el programa de decisión jurídico penal,
que más expuesta está a errores

También la administración de justicia penal debe tomarse en serio que tanto en al


persecución como en la sanción se procede selectivamente. La posibilidad de quedar en libertad
está distribuida desigualmente
f) ¿Cambio de paradigma?

Este diagnóstico es pretencioso. Paradigmas son imágenes que reúne los conceptos fundamentales,
instrumentos, criterios de racionalidad, intereses de investigación y vinculación cuasi metafísicas de
una ciencia y que constatan lo que allí se considera como explicación aceptable

El diagnostico también es exagerado porque los planteamientos interacciones han Enriquecido la


criminología, pero no revolucionado. Su modelo no ha ocupado totalmente el campo del paradigma
etiológico y no ha sido suficientemente elaborado
Victimología: cuestiones conceptuales y metodológicas

El concepto y autonomía de la disciplina

Desde los orígenes la victimología es concebida como la disciplina que se ocupa del estudio científico
de las victimas

La victimología puede ser definida hoy, en una formula de síntesis; como la ciencia multidisciplinar
que se ocupa del conocimiento relativo a los procesos de victimación y desvictimación

Concierne el estudio del modo en que una persona deviene víctima, de las diversas dimensiones
de la victimización (primaria, secundaria y terciaria), y de las estrategias de prevención y reducción
de la misma, así como del conjunto de respuestas sociales, jurídica y asistenciales, tendientes a la
reparación y reintegración social de la victima

Beristain entiende la victimología como: la ciencia y el arte pluri, inter y transdisciplinar que investiga
la victimación primaria, secundaria y terciaria, así como sus factores etiológicos, sus controles, sus
consecuencias y sus respuestas superadoras de los conflictos y la delincuencia

La Autonomía científica del a victimología es una cuestión controvertida. Ha habido una tendencia
bastante extendida a considerarla como rama de la criminología.

Criticas que están orientadas en cómo se entienden una disciplina científica, en términos generales,
hablar de una ciencia autonoma en la medida que quepa reconocer en la misma un objeto propio,
tanto en su sentido material (sector de la realidad cuyo estudio constituye su razón de ser) como
formal (método)

Objeto material: Cabe distinguir entre un objeto estricto y un objeto más amplio

 Objeto estricto: la victimología se ocupa de las victimas de los hechos delictivos


 Objeto amplio: la victimología se interesa también por las victimas de catástrofes
naturales

OBJETIVO MATERIAL. Distinción entre un objeto estricto y otro más amplio. En sentido estricto, la
victimología se ocupa de las víctimas de hechos delictivos. En el amplio, se interesa también por
víctimas de catástrofes naturales.

Desde la concepción restrictiva, la autonomía de la victimología respecto de la criminología sería


difícilmente sostenible. Pero hay abundantes argumentos que apuntan a la conveniencia de una
distinción entre objeto estricto y uno extenso que dé cabida a otros acontecimientos traumáticos
de carácter no delictivos. Hay elementos comunes sustanciales entre ambas clases de víctimas que
permiten reclamar la validez de un saber victimológico: reacciones que esencialmente no se
distinguen por el hecho de haber padecido la víctima una agresión de la que un tercer pueda
responder penalmente o un suceso normativamente definible como desgracia.

La víctima no depende de la existencia de un delito.

En el ámbito normativo los derechos de las víctimas son en parte comunes a ambas situaciones. La
responsabilidad de la sociedad con las víctimas no es algo que pueda predicarse tan solo respecto a
los hechos delictivos. La defensa de un objeto extenso de la victimología puede propiciar la
acusación de que con ello se favorece la difusión social del sentimiento de victimización. Existe el
peligro de una creciente demanda social de acceso al estatuto de víctima, provechosa en el plano
social y económico.

Una buena teoría y praxis victimológica puede tender más hacia un replanteamiento de la respuesta
jurídica a los delitos imprudentes que hacía una extensión del control penal.

Significación primigenia de la idea de víctima: sujeto inmolado en beneficio de la comunidad.

Por otra parte, hay situaciones que pueden ser definidas en términos de victimización, con la
presencia de una víctima y, frecuentemente, de un ofensor perfectamente identificables, y que,
pese a su proximidad con lo penal no pueden ser concebidas como hechos delictivos.

Estos fenómenos son descritos por los efectos en las víctimas, como el acecho, el bullying, el acoso
laboral o moral. Este es un campo de extensión para la victimología, sin que la falta de respuesta
penal a estas cuestiones o la conveniencia de que la respuesta normativa y social frente a las mismas
discurre principalmente a través de otros cauces (laboral, civil, etc), sea razón suficiente para negar
el carácter victimológico de las investigaciones y prácticas profesionales.

Para evitar que la victimología se convierta en la antesala de la expansión del derecho penal, es
necesario afirmar el espacio propio de nuestra disciplina.

La descripción de los efectos en la víctima de una situación generadora de un estrés postraumático,


en la que pueden intervenir factores de predisposición individual y exógenos, no puede aparecer
vinculada de modo automático a la valoración jurídica de tales conductas.

Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y abuso de
poder: Se entenderá por víctima a quienes hayan sufrido daños, sufrimiento, pérdida financiera o
menoscabo de derechos, como consecuencia de acciones y omisiones que violen la legislación penal
vigente en los estados miembros. En la expresión víctima se incluye a familiares o personas que
tengan relación inmediata con la víctima directa.

La victimización es objeto de interés como fenómeno con entidad propia en la medida que se
corresponde con un hecho externo que supone una ruptura en la trayectoria vital del individuo y
que el mismo tiene cierta trascendencia social. Es habitual distinguir entre víctimas directas e
indirectas, las segundas son las que sin haber sufrido inmediatamente el delito o hecho traumático,
han padecido de las consecuencias que él mismo ha tenido en una persona allegad.

La autonomía del concepto de víctima propio de la victimología se manifiesta en las diferencias entre
el mismo y el concepto de sujeto pasivo propio del derecho penal. El primero tiene una mayor
amplitud. El término víctima puede designar en sentido extensivo a personas afectadas
indirectamente por el hecho delictivo que no son el sujeto pasivo. En sentido victimológico, la idea
de víctima se acerca más al concepto de perjudicado. La noción de sujeto pasivo resulta poco
adecuada para comprender la contribución del mismo a la génesis del hecho delictivo, precisamente
una vez que la victimología ha puesto de manifiesto cómo en ocasiones el rol de la víctima no es
pasivo.
MÉTODO

Ciencia multidisciplinar, no hay método único. La singularidad de la disciplina radica ante todo en su
objeto material. A través de encuestas se ha puesto en manifiesto el papel de la víctima como fuente
de obtención de conocimiento sobre la criminalidad real. Son útiles en medida que se realizan según
el modelo propio de la encuesta internacional de victimización, lo cual permite comparar datos
entre diversos países en orden a valorar la relevancia de las cifras. Los métodos cuantitativos pueden
ser complementados por cualitativos, como las historias de vida o entrevistas.

VICTIMOLOGÍA ACADÉMICA Y PRAXIS VICTIMOLÓGICA

El desarrollo de la victimología ha hecho aflorar múltiples focos de tensión. La controversia entre


una victimología teórica, ocupada de la investigación sobre víctimas y contribución de estas al hecho
delictivo, y una victimología práctica preocupada por el modo de hacer llegar a aquellas asistencia
y protección. La segunda habría sucedido históricamente a la primera, ocupado en el estudio causal-
etiológico de la victimización. La primera fase, clásica, denominada por esta preocupación etiológica
propia del positivismo, ha sido superada por nuevas orientaciones, caracterizadas por una mayor
dispersión, donde abunda una perspectiva más aplicada y una mayor atención a aspectos sociales
de la victimización y prevención de la misma.

Los primeros estudios victimológicos, tenían a la víctima como factor precipitante del delito. Hoy se
han desarrollado tendencias que tratan de poner el acento en el esfuerzo de desvelar las causas
estructurales que conducen a la victimización o la favorecen. Tan solo mediante una adecuada
comprensión del modo en que una persona se convierte en víctima cabe establecer las estrategias
adecuadas para prevenir la victimización y para superarla ayudándole a salir de su condición de
víctima. Y a la inversa: sólo una orientación aplicada hacia la desvictimización permite evitar un
modus operandi etiquetador en el estudio de procesos de victimización.

El surgimiento de la victimología debe entenderse como respuesta a la preocupación unidireccional


que de modo secular ha caracterizado a la criminología y al derecho penal por el ofensor. La
victimodogmática, al tratar de acometer una reconstrucción de los tipos delictivos desde la
perspectiva de la víctima, ha dado lugar a una disminución de la protección de la misma con arreglo
a las coordenadas normativas del merecimiento y la necesidad de tutela a partir de la consideración
de que el comportamiento propiciatorio del ofendido se traduce en una pérdida o disminución de
su derecho a la protección penal. También en relación con el proceso penal está pendiente una
evolución legislativa y de la praxis forense en lo que se conceda mayor atención a la posición de la
víctima, en relación con sus derechos de info, iniciativa, asistencia, etc.

LA VICTIMIZACIÓN Y DESVICTIMIZACIÓN

Victimización: hecho traumático e impacto del mismo. La victimización es el proceso por el que una
persona sufre las consecuencias de un hecho traumático.

Dos dimensiones: Factores que intervienen en la precipitación del hecho delictivo o traumatizante
y el impacto del hecho sobre la víctima, es decir el modo de vivir la experiencia de victimización y el
conjunto de condiciones de las que el impacto del hecho de pena. –

Víctima de riesgo: mayor probabilidad de ser víctima –


Víctima vulnerable: ha sufrido una agresión La literatura victimológica en sus orígenes se concentró
en la primera dimensión.

El delito sería consecuencia de la combinación de un proceso de criminalización y uno de


victimización. Posteriormente el estudio de la victimización, obliga a considerar los factores de
carácter individual, social y cultural que determinan el hecho de llegar a ser victima, que condicionan
y modulan el modo de vivir de la experiencia. En la primera dimensión, la victimización entendida
como precipitación en el periodo clásico, adquirió un lugar predominante el estudio de las tipologías
victimales, aunque en la actualidad interesan más los factores de riesgo, en desmedro de las
tipologías, pues éstas explican de modo reduccionista con arreglo a un esquema de validez universal
procesos complejos. Esto no supone excluir las de modo absoluto, sino que deben ser completadas
por otros criterios clasificatorios Segunda dimensión: victimización como impacto del hecho
traumático, el estudio científico ha girado en torno a el trastorno de estrés post traumático. El
desarrollo científico en el conocimiento del impacto psíquico permite la evaluación del mismo, lo
que puede tener efectos en el orden jurídico. Los modelos teóricos, más centrados en la primera de
las dimensiones aquí considerada, se han construido en torno a factores:

a) Factores individuales: Diferencias relevantes como edad, género y características de


personalidad.

b) Comportamiento de la víctima: Estilo de vida o adopción de comportamientos peligrosos, o la


actitud poco precavida en la defensa de sus bienes jurídicos.

c) Ofensores: Características del ofensor, su relación con la víctima, motivaciones, oportunidades.


d) Oportunidad: Elementos externos a la víctima con mayor poder de explicación.

e) Factores sociales: Riesgos derivados de la estructura social, ambiental, estigmatización,


marginación.

Aparecen coincidencias significativas en las clasificaciones fundamentales de las formas de


victimización.

Victimización primaria, secundaria y terciaria

Primaria: persona sufre de modo directo o indirecto, daños físicos o psíquicos derivados de un hecho
delictivo o acontecimiento traumático

Secundaria: Conjunto de costes personales que tiene para la víctima de un hecho delictivo su
intervención en el proceso penal en el que este es objeto de enjuiciamiento. Comprende los efectos
irritantes de los interrogatorios.

Terciaria: Costes de la penalización sobre quien la soporta o sobre terceros. Los costes del delito
sobre las personas y sobre la sociedad deben ser ponderados con los costes de penalización del
infractor para el mismo, ara terceros o para la sociedad.

La consideración del conjunto de elementos asociados a la victimización lleva a conceder atención


a la estigmatización de la víctima o a la exclusión simbólica. Entender la reacción social frente al
delito como un mecanismo de integración simbólica, este puede tener un efecto compensatorio de
exclusión del infractor a través de la justicia penal o de los instrumentos de la justicia reparadora.
Desvictimización Múltiples actores y múltiples factores. Proceso de reparación o de reconstrucción.
Reconocimiento social y asistencia, amén de la prevención de la revictimización. Con la formulación
de la desvictimización como aspecto nuclear de la victimología se sitúa en un lugar preferente la
reintegración social de la víctima y se trata de conjunta riesgos tales como la estigmatización de la
víctima. Así como la acción preventiva debe tener como objetivo las víctimas potenciales, esta
intervención debe ser con víctimas reales. Los actores implicados en esta tarea son: justicia penal,
policía, servicios sociales y profesionales médicos y psicólogos. Los comportamientos y actitudes de
los diversos actores pueden coadyuvar de modo eficaz la superación de la situación de victimización.

PREVENCIÓN

Uno de los campos más abiertos en el desarrollo de la victimología. Es la finalidad principal del
sistema penal, previene delitos y a la vez previene la satisfacción de los instintos de venganza y
respuesta punitiva espontánea, con lo que pone frenar la escalada de la victimización que derivaría
de la legitimación de la autotutela o anarquía punitiva. La victimología alcanza los medios de
autoprotección de personas en riesgo y cuestiones que afectan las políticas públicas como
programas basados en reducción de riesgos. La prevención primaria actúa sobre la comunidad,
seguridad colectiva. La secundaria actúa sobre las víctimas potenciales. La terciaria sobre quienes
ya han sido víctimas. Debe denunciarse la falacia consistente en equiparar mayor protección a
víctimas con mayor protección penal. La política criminal debe estar atenta en general, como ya se
ha indicado, a la necesidad de ponderar los costes de la penalización con los beneficios esperados
en términos de prevención, y en especial a los efectos negativos inducidos por la intervención penal
sobre las víctimas.

VÍCTIMAS Y AGRESORES

La pareja criminal. Relación entre víctima y agresor. Indagación en el modo en que la naturaleza del
agresor modifica la vivencia de la victimización y las estrategias de desvictimización

Delito sin víctima Incriminación de conductas en las que no hay víctimas individualizables,
especialmente cuando se trata de proteger bienes jurídicos sociales o estatales. Desde un punto de
vista victimológico, la existencia de víctimas no depende de que se haya producido un daño
indemnizable.

Víctimas sin agresores. Por ejemplo un hecho traumático de carácter natural. El vacío del agresor
puede llevar a la víctima a emprender un proceso de búsqueda del responsable, por sendas de
mayor a menor racionalidad, La inexistencia de un responsable humano o que la responsabilidad
humana sea de escasa relevancia puede determinar la falta de respuesta y, en concreto, el no
reconocimiento de un derecho a indemnización.

LA REACCIÓN SOCIAL FRENTE A LA VÍCTIMA: DE LA COMPASIÓN A LA SOLIDARIDAD

La reacción social frente a la víctima contribuye a modular, según se ha dicho, la vivencia de la


victimización y las posibilidades de desvictimización. Así como el reconocimiento de la condición de
víctima por parte del entorno tiene efectos reparadores, pues alivia el sufrimiento, negación o
indiferencia. La historia de la reacción social frente a la víctima puede describirse como la transición
de una actitud de compasión individual a la implantación de mecanismos de solidaridad. A partir del
momento en que la sociedad ha ido percibiendo que el estado se hacía cargo de tales funciones, las
espontánea y natural reacción del entorno social basada en la expresión de sentimientos, de dolor
compartido con las víctimas se ha ido relajando. Lo novedoso es que la solidaridad tiende en gran
medida a institucionalizarse, a sublimarse en el regular y debido ejercicio de las competencias
asignadas a los correspondientes actores el estado benefactor. No sería justo poner en duda la
mejoría que supone la atribución de derechos a las víctimas . Pero tampoco lo sería ignorar que en
buena medida es más duro sentirse víctima en una sociedad que trata de expulsar el fracaso de la
vida cotidiana y que al mismo tiempo predica y en parte practica la solidaridad. Las sociedades
avanzadas disponen de mecanismos más sutiles, de segregación y sujeción a reglas de las personas
afectadas por la desgracia. Esto nos muestra las ambigüedades que tiene el etiquetamiento como
víctima.

LA RESPUESTA JURÍDICO A LA VICTIMIZACIÓN Y LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS

Incluso si centramos la atención en las víctimas de los hechos delictivos, la reacción punitiva no
agota las respuestas, concretada en la imposición de una pena al responsable del hecho delictivo,
exige que se hayan dado una serie de condiciones físicas y jurídicas en el caso concreto. La condena
penal del infractor tampoco asegura la satisfacción de todos los derechos de la víctima, pues el
mismo puede ser insolvente y además el Estado puede carecer de mecanismos eficaces para
compeler al pago. ¿Cuales de estas expectativas tiene sentido considerar y formular como derecho?

Derecho privado: La responsabilidad civil es un mecanismo de compensación económica establecido


a favor de quien ha sufrido un daño injusto. La responsabilidad se socializa, bajo el presupuesto de
que quien ha creado un riesgo debe gestionarlo y responder por las consecuencias del mismo, o que
quien se beneficia del riesgo debe pechar con la obligación de reparar a los que sufran sus efectos.
La consecuencia de la desvinculación entre culpa y responsabilidad civil es la consideración de la
víctima como interés preferente, pues su derecho a ser reparada no se hace depender de
condiciones de imputación subjetiva respecto a quien debe soportar el deber de reparar, o en todo
caso tales condiciones adoptan perfiles muy tenues en un sistema de imputación
fundamentalmente objetiva. Seguros privados terminan siendo un sistema de transferencia de la
responsabilidad por un hecho futuro incierto, por el que el asegurador se obliga al pago de las
indemnizaciones derivadas de la causación de un daño reparable por parte del asegurado. En
segundo lugar está el derecho público. La posición de la víctima en el sistema judicial penal es muy
distinta, pues a través del mismo se trata de satisfacer unos intereses que esencialmente no son los
de la víctima, si no lo de la sociedad a prevenir delitos futuros. En el estado de derecho, el ejercicio
de la violencia es monopolio del Estado, lo que conlleva la prohibición de la venganza y autotutela,
efecto en la neutralización de la víctima y de expropiación del conflicto. Pero la víctima tiene una
serie de derechos que el estado debe respetar. Los intereses de quien ha sufrido un hecho injusto
no pueden ser ajenos.

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