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CONTROL DE IRA

El control de ira se basa en reevaluación cognoscitiva, entrenamiento de las


capacidades sociales, soporte social y ejercicio. La reevaluación cognoscitiva
comprende reelaborar la situación que produjo el sentimiento de ira mediante el
uso de autoconsideraciones, por ejemplo, pasar de me gustaría darle una
bofetada a no voy a desperdiciar mi energía, no vale la pena. El entrenamiento
de las capacidades sociales es una combinación de técnicas conductistas, como
el entrenamiento de la positividad, las sesiones de solución de problemas/toma
de decisiones y el entrenamiento de relajación. Se ha demostrado que el uso de
técnicas conductistas es eficaz en algunos individuos como método no
farmacológico. El cambio de las percepciones y actitudes hacia una determinada
situación y el hecho de dirigir la propia energía hacia actividades constructivas,
como el ejercicio, pueden suponer un impacto positivo sobre el estado de salud.
El control del estrés comprende la modificación de la respuesta tipo reactor
caliente, que se caracteriza por hostilidad o ira instantánea. La respiración
torácica profunda puede ser eficaz para controlar las sensaciones que causan el
estrés. Patel y Marmot demostraron un efecto positivo de la relajación sobre la
presión arterial. Esta estrategia puede actuar como complemento de la
medicación o como tratamiento no farmacológico para la hipertensión leve. Las
cinco fases que conducen a la relajación (posición confortable, respiración torácica
rítmica y lenta, concentración profunda, sonido repetitivo y liberación de tensión)
pueden practicarse o en el hogar o en la oficina. También pueden ser útiles para
controlar la hipertensión, otras formas de relajación, como yoga, meditación y
biorretroalimentación.

CUIDADOS DE ENFERMERIA DEL PACIENTE HIPERTENSO


Valoración
La detección, el estudio y el seguimiento de los pacientes hipertensos suele ser
responsabilidad del personal de enfermería. En el recuadro de la pagina 690 de
resumen los objetivos apropiados de la historia clínica, la exploración y los
análisis de laboratorio. El personal de enfermería puede realizar la historia y
exploración física iniciales del paciente en el contexto del cuidado primario.

ERRORES DE LA MEDICACION DE LA PRESION ARTERIAL


ERRORES DEL INTRUMENTO
Inexactitud del esfigmomanómetro
Tamaño inadecuado del manguito (niño adulto, obeso o delgado).

Error del observador


Periodo del reposo inadecuado antes de la medición y posible ansiedad causada
por el «fenómeno de la bata blanca». Lecturas inexactas: pasar por alto hueco
auscultatorio, confusión por amortiguamiento de los tonos, disritmias. Posición
incorrecta: bolsa de goma no centrada sobre la arteria, brazo no a nivel. La lectura
de la presión arterial es el único de hipertensión, que debe repetirse tres veces
seguras antes de establecer el diagnostico de hipertensión. La medición de presión
arterial es pues un acto fundamental si se tienen en cuenta las posibles
implicaciones que tienen para la vida del paciente. Por tanto, se hará todo lo posible
para evitar los errores. En el recuadro de esta pagina se resumen las fuentes de
error cuando se mide la presión arterial.
El Joint International Committee on Detection, Evaluation and Treatmet of
Hypertension ha establecido seis criterios para asegurar la exacta medición de la
presión arterial:
1. El paciente debe estar sentado, con el brazo desnudo, apoyado y colocado
al nivel del corazón. No habrá fumado ni tomado cafeína durante los 30
ruin anteriores.
2. La medición debe comenzar tras 5 min de reposo tranquilo.
3. Se debe usar un manguito de tamaño apropiado para asegurar la medición
exacta. La cámara de goma debe rodear al menos las dos terceras partes
del brazo. Se dispone de manguitos con distintos tamaños.
4. La medición debe tomarse con un esfigmomanómetro de mercurio, un
manómetro aneroide recientemente calibrado o un dispositivo electrónico
comprobado.
5. Deben anotarse la presión sistólica y la diastólica. Se usará la desaparición
del sonido (fase V) para la lectura diastólica.
6. Deben promediarse dos o más lecturas. Si las dos primeras difieren más de 5 mm
Hg, se harán mediciones adicionales.

Korotkoff definió en 1905 las cinco fases de la presión arterial que suelen
emplearse actualmente: la fase I es el sonido de golpeteo inicial que se escucha
durante al menos dos latidos consecutivos, y se considera como presión sistólica.
La fase 11 es el intervalo auscultatorio durante el cual los sonidos se hacen
siseantes, y crea un período de sonidos turbulentos de hasta 40 mm Hg, sobre
todo en individuos hipertensos. La fase III se caracteriza por la reanudación de los
sonidos. En la fase IV los sonidos se hacen apagados, y la fase V se define por la
total de comida, como ingesta calórica o de sodio, relacionados con la
hipertensión. El peso y el pliegue cutáneo o las medidas antropométricas
ayudan a determinar el índice de masa corporal o porcentaje de grasa del
cuerpo. Dado que la obesidad es un factor de riesgo independiente de cara a
la hipertensión, estas mediciones tienen una importancia crítica.
La historia farmacológica del paciente se valora durante el examen inicial. Puede
ser necesario ayudar al sujeto para que recuerde el nombre de los fármacos, las
dosis, la frecuencia de las mismas y los efectos secundarios. Es necesario anotar
cualquier efecto secundario y el tiempo durante el cual el paciente ha tomado las
medicinas. También es importante anotar los fármacos de venta sin receta y
otros medicamentos que haya tomado el paciente. El régimen de seguimiento
contribuye a evaluar la eficacia o el resultado de los regímenes farmacológicos
y de otros tipos. Estas medidas de evolución también tendrán en cuenta el costo,
la calidad de vida, los problemas sexuales, el cumplimiento y la satisfacción con
el tratamiento. La exploración física proporciona nuevas pruebas de lo ya se
sospechaba. Otras anomalías, específicamente cambios cardiovasculares,
pueden indicar complicaciones de la hipertensión, como hipertrofia ventricular
izquierda, insuficiencia cardiaca congestiva, melladuras artetiolanas y edema
papilar. Además, los datos de laboratorio proporcional al personal de enfermería
indicios y complicaciones en otros sistemas corporales que pueden estar
relacionados con la hipertensión.
Diagnóstico de enfermería
Dependiendo de la evaluación inicial o de seguimiento, los diagnósticos
habituales en el hipertenso incluyen los siguientes:
Alteración del mantenimiento de la salud relacionado con la falta de
conocimientos y capacidades para controlar la hipertensión, como la falta de
actividad física o falta de relaciones.
Incumplimiento terapéutico relacionado con los efectos secundarios o el costo
de los fármacos.
Déficit de conocimientos relacionado con la falta de experiencia previa sobre el
proceso patológico y los protocolos de tratamiento.
Nutrición alterada: superior a los requerimientos corporal en lo que respecta a la
elevada ingesta de sodio, calorías y grasas.
Perfusión tisular alterada por aumento de la resistencia vascular, consumo
elevada de nicotina, etc.
Afrontamiento individual ineficaz relación mitaciones percibidas al ser
diagnosticado como hipertenso, o con no aceptar la necesidad de introducir
modificaciones en la forma de vida.
Alto riesgo de disfunción sexual relacionado con efectos secundarios de los
medicamentos.
Planificación
Las intervenciones de enfermería van dirigidas a facilitar que el paciente controle
su presión arterial, modifique su forma de vida y potencie su independencia y control
por medio de medidas de autocuidado en conjunción con el régimen médico
prescrito. Los objetivos específicos pueden incluir los siguientes:
Modificación del estilo de vida para reducir el riesgo de lesión de los órganos diana
o para aminorar la presión arterial.
Cumplimiento del régimen de medicación sin efectos secundarios significativos ni
limitaciones económicas.
Conocimientos sobre la hipertensión, régimen terapéutico, riesgos potenciales y
efectos secundarios de las medidas farmacológicas, y sobre el uso de medidas no
farmacológicas.
Dieta con los niveles recomendados de calcio, sodio, calorías y colesterol.
Reconocimiento de los efectos secundarios y capacidad de tomar medidas
apropiadas para hacerles frente.
Verbalización de miedos y ansiedades sobre la hipertensión, empleando estrategias
de control del estrés apropiadas para controlarlos.
Establecimiento y mantenimiento de un adecuado nivel de ejercicio.
Ejecución
El personal de enfermería ayuda al paciente a desarrollar las capacidades
necesarias o bien les remite a grupos que puedan promocionar los cambios de
conducta. Además, anima al paciente a que asuma un papel activo en el tratamiento,
mediante la aceptación o expresión de su intención de establecer los cambios
necesarios. Se da oportunidad a los pacientes para que exploren y resuelvan
problemas, y tomen decisiones responsables; la enfermera les guía en esas tareas.
El personal de enfermería debe descubrir cualquier obstáculo para el cumplimiento
antes de instruir al paciente sobre la modificación de su estilo de vida.
Es importante restaurar una sensación de control, y es posible conseguirlo si el
paciente se encarga de tareas como el registro diario o semanal de la presión
arterial y la monitorización del número y el tipo de conductas protectoras sanas y del
régimen de medicación prescrita. Puede ser apropiado un registro de
automonitori&ción con fines de documentación. Las llamadas telefónicas y las
tarjetas enviadas al paciente por el personal de enfermería sirven para aclarar la
información, comunicar el deseo de ayudar y aumentar su interés y participación.

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