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UN ACTO PSICOMAGICO PARA PERDER PESO Alejandro Jodorowsky

-¿Puedes darme un acto de psicomagia para liberarme de mi obesidad?

-Si pesas 20 kilos de más, compra 20 kilos de restos de carne para perro y cárgalos
marchando 20 kilómetros. Entiérralos y planta un bambú.

***

¿Qué es la obesidad?

Básicamente se trata de una acumulación de grasa en el tejido adiposo del cuerpo


que entraña algún peligro para la salud. El índice de masa corporal es superior a
25 (este índice se obtiene dividiendo el peso en kilogramos de una persona entre el
cuadrado de su altura en metros)

¿Engordamos para “protegernos”?

Es cierto que en ocasiones la obesidad puede ser entendida como una defensa. La
capa de grasa es como un metafórico escudo que colocamos inconscientemente en el
lugar que queremos resguardar.

¿En la obesidad qué acumulamos?

Una cantidad de grasa, energía estancada, que no se va a usar y se retiene una


cantidad de líquido (emociones tóxicas), que el organismo no puede eliminar.

La grasa acumulada ¿qué significa en función del lugar donde se sitúa? Pongamos
algún ejemplo:

– En el abdomen, para defenderse de ser adulto.


– En las caderas y muslos para ocultar el talento creativo y la libertad de
expresión artística.
– En todo el cuerpo para defenderme de cualquier abuso sexual.

¿Otros significados?

-La obesidad podría ser un síntoma de esa disposición, del miedo a que le falte.
Como un seguro a todo riesgo, donde la grasa es “el seguro”

-También puede haber una madre dominante, posesiva, que ejercía un control estricto
sobre su alimentación, sus pensamientos, sus sentimientos y su creatividad. En este
sentido, la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna
que abusó de nosotros.

¿Podría estar provocada porque descuidamos nuestra alimentación?

Según la psicogenealogía, lo que nos han hecho, tendemos a hacérnoslo. Si en


nuestra infancia nos han obligado a comer en exceso, tal vez porque el alimento
sustituía a la atención, de mayores comeremos en exceso.

Hay que controlar el “picar” entre horas o el capricho por los dulces… son los
grandes enemigos para perder peso…

Cuando comemos, el cuerpo responde con una lluvia de endorfinas internas, lo que
nos produce una sensación parecida a cuando nos dan amor. La soledad lleva a la
persona a la alacena o a la nevera, para buscar sustitutos de ese amor.

Un consejo
Antes de cada ingesta de alimento, poner las manos en el estómago y preguntarle
cuánta hambre tenemos. Para tomar más consciencia, podemos anotar el nivel de
hambre (del 1 al 10) en un papel. Debemos comer de a cuerdo al hambre no a las
necesidades de afecto.

Y otro enemigo es el estilo de vida sedentaria.

Sí, al aislamiento social y la pereza por cambiar los hábitos de la persona obesa,
se le añade la gran resistencia que ofrecen a gastar lo acumulado. Muchas veces
ello se refleja en la economía.

Hay obesos con muy buen humor… se ríen de ellos mismos.

El sentido del humor es muy sano, pero a veces es una válvula de escape para no
enfrentarse a los problemas. Un chiste distrae el intelecto y hace correr una
cortina de humo sobre las emociones.

¿Qué nos obliga a preguntarnos este problema?

-¿Qué sentido metafórico tiene acumular la grasa o el líquido en este lugar de mi


cuerpo?
-¿Qué es lo que en realidad acumulo y para qué?
-¿Por qué no dejo fluir la energía y las emociones?
-¿Qué oculto tras la grasa?
-¿A quién o a qué me parezco con esta imagen?
-¿He sido visto por mis padres?
-¿He tenido suficiente espacio para crecer entre mis hermanos?
-¿Estoy alimentando mi falta de amor con exceso de comida?

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