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A. Tariq West
España en el Escenario
Dra. Lisa Surwillo
Primavera 2009

Reseña N° 5
Enfoque en la trama
Reseña de Teatro: Avaricia, Lujuria y Muerte

Avaricia, Lujuria y Muerte es un retablo moderno de tres pantallas que presenta historias y

arquetipos familiares, torciéndolas de tal modo que el sagrado se convierte en profano, lo

conocido en desconocido y lo real en moribundo, sórdido y absurdo. Las tres obras - Ligazón,

La Cabeza del Bautista y La Rosa de Papel, dirigidas por Ana Zamora, Alfredo Sanzol y

Salava Bolta respectivamente – son muestras del estilo irreverente del dramaturgo Ramón

María del Valle-Inclán que rinde homenaje a las formas mas venerados del canon cultural y

religioso occidental, precisamente por pervertir y subvertir las. Las colección se estrenó el 30

de Abril en Madrid apropiadamente en el teatro que lleva el nombre del dramaturgo, Teatro

Valle-Inclán, y serán representada hasta el 21 de Junio.

Aunque las obras aluden a historias de carácter religiosa, los temas expuestos son,

bajo el tratamiento de Valle-Inclán, casi todas de carácter mas común y hasta vulgar en como

demuestran las faltas de la humanidad. Tratan de, como indica el titulo de la colección,

avaricia, lujuria y muerte. Estos temas, comunes en la tradición bíblica, se ambientan no en el

mundo distante y elevado de los parábolas bíblicas sino en un par de mundos oníricos que

reflejan en muchos aspectos el nuestro, pero magnificando notablemente los rasgos mas

absurdos y sórdidos de ello y hasta elevándolos casi a sinécdoque.

La primera obra en el retablo, Ligazón, presenta una historia familiar – la historia de

una joven rebelde que desprecia a los tradiciones de las sociedades patriarcales que la
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requieren casarse, aun sin vinculo de amor ni cariño, para realizar un bien para la familia y la

legitimidad en la sociedad. Según el arquetipo, la mujer prefiere darse a otro – a un amante

romántico o a la muerte - que al preferido - siempre rico, muchas veces mayor y casi siempre

asqueroso - de sus padres. Esta narrativa se mezcla en el texto de Vale-Inclán con la

simbología de la ceremonia de Eucaristía. Un rito sagrado de la tradición cristiana se

convierte en rito sexual, brujería y hasta abominación antropófago cuando La Mozuela (Elena

Rayos) invite a su elegido compartir el sangre de ambos. En este hecho, el autor lleva a cabo

varias criticas a la vez.

Primero, por sacar el rito de Eucaristía de su contexto ritual comenta lo extraño de

aceptar el cuerpo de Jesus, por convertir lo simbólico en literal. También convierte en literal

el hecho de “dar” una hija a su marido, como objeto que puede ser transferido y consumido

con la imagen de un ser un mano dando de su sangre, de su ser para el consumo de otro. Al

fin, la mujer arquetípica quien se entrega típicamente a la pureza de la muerte o a la nobleza

del amor sincero frente a los deseos de sus padres, se entrega a algo mucho mas oscuro. Todo

esto nos deja con la ambigüedad inquietante - ¿La joven es heroica por enfrenar a la avaricia

de sus madre, o es una agente perversa de la oscuridad?

La segunda obra en la serie, La Cabeza del Bautista, juega otra vez con lo familiar, en

este caso la historia bíblica del venerado Juan el Baptista, maestro y precursor de Jesús. Juan

esta refundido como personaje crudo, vulgar y criminal (El Jándalo actuado por Juan Antonio

Lumbreras), Herodes como un dueño cobarde y avaricioso de una taberna (Don Igi el Indiano

actuado por Juan Codina) y Salome y Herodias combinadas en el personaje de la fulana (La

Pepona actuada por Lucia Quintana). Valle-Inclán usa los personajes de la parábola bíblica

para contar una historia no de santos, sino del humano como ser falible y repleto de vicios, y

el amor que nos redime o a lo menos contradice algo de lo mas feo en nosotros. La obra

propone que no hay santos, pero que los vicios de algunos se esconden bajo una fachada de
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legitimidad (un negocio por ejemplo) la cobardía en cuanto los vicios de otros se exponen al

aire libre. Cuando La Pepona, después de tramar contra la vida de El Jándalo a lo largo de la

obra, se enamora de el se transmite que entre los hombres imperfectos, hay algunos que son

mas perfectos en su imperfección, y que quizás estos se pueden realizar cierta redención, al

nivel humano sino celestial, en el amor. Esta obra cuenta una historia que a un nivel profundo

es muy trágico, pero a la vez exige la riza. Como cometa el director la muerte de El Jándalo

“solamente se trata de ellos y nosotros”. Se expone en esta obra, y hasta se celebra en su

humor, el entendimiento que, según el autor, somos animales salvajes, capaces por alguna

gracia extraña, del amor.

En la tercera obra de este retablo de la falibilidad humana, La Rosa de Papel, Valle-

Inclán entra en el territorio mas sagrado entre los ritos y tradiciones guardadas – los ritos de

la muerte. El dramaturgo critica el hecho que cuando alguien muere, le convertimos en santos

y le robamos. Es decir que nadie critica públicamente al fallecido – hacemos elogios que

comentan como de bueno era y epitafios solemnes para que los que vienen despues sabrán

como “de santo” era. Y después, o quizás antes de esta ceremonia, repartimos y peleamos

entre ambos para sus bienes. En La Rosa de Papel, la ceremonia absurda de elogiar el

fallecido en cuanto completamos el otro rito final, el saqueo, se interrumpe por un rito aun

mas perverso. Cuando el esposo de la fallecida, lleno de lujuria al ver el cadáver de su esposa

empiece a follar (porque no hay otra palabra para lo que hace) con el cadáver, el autor usa

una abominación para comentar otra, conectando así la lujuria, la muerte y la avaricia en un

desenlace moribundo y profano.

La representación que vi, tanto como el texto en si, tomó muchos riesgos – con

personajes, con el escenografía, con actuación grafica. Las obras aquí comentadas son

polémicos incluso a las sensibilidades de nuestro día y me dejan preguntando ¿Cómo es que

sobrevivió el arte de Valle-Inclán en los años 20, en un mundo mucho mas conservador que
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la nuestra? Quizás es porque usa personajes familiares para contar historias llenos de

verdades. Sobre todo, la actuación, la dirección y la escenografía de esta representación

lograron contar con éxito inquietante estas historia de lo íntimamente humano y perverso.