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Desde siempre los hombres se han preguntado sobre el origen de la vida ¿dónde, cómo y cuándo surgió? ¿cómo es capaz la
naturaleza de crear y reproducir seres tan variados y perfectos? ¿qué papel juega el hombre en ese universo natural? etc., etc. …
Las primeras explicaciones que surgieron se basaron en debates metafísicos o religiosos. Se afirmaba que la vida fue creada
de un caos, de la nada por divinidades todopoderosas que además de crear se encargaban de poner orden al Universo. En los
documentos 1 y 2 podrás conocer dos ejemplos de dichas explicaciones de tipo religiosas que predominaron hasta el siglo XIX.
Durante la Edad Media (fines s. V a fines s. XV) surgió y se difundió la teoría de la generación espontánea que afirmaba
que los seres vivos nacen de la tierra o de cualquier otro medio inerte. Dicha teoría mantuvo intacta su vigencia hasta mediados
del siglo XVII, cuando fue refutada por diversos estudios científicos. Francesco Redi, físico italiano, demostró que al menos
para los animales visibles, la idea de la generación espontánea era falsa. Estudió los gusanos blancos que colonizan la carne
indicando que nacen en realidad de huevos depositados en las moscas.
De todos modos, la idea de la generación espontánea no fue abandonada totalmente y científicos como Lamarck y Cuvier
pensaban que aún podía ser aplicable a los organismos microscópicos que se encontraban en el heno. Fue Louis Pasteur
(químico y biólogo francés) quien en 1859 invalidó totalmente la teoría de la generación espontánea demostrando que, todos
los seres vivientes, por diminutos que fuesen, procedían de gérmenes (bacterias, virus, etc.) que se hallaban en el aire.
A principios del siglo XX surgió otra teoría que intentó explicar el origen de la vida en nuestro planeta desde el punto de vista
científico. Afirmaba que la vida tenía un origen extraterrestre y pudo haber llegado a la Tierra a través de los meteoritos que
chocaban contra ella. Dicha teoría fue rápidamente refutada porque se considera imposible que un ser viviente resistiera las
altas temperaturas, radiaciones, etc. a la que se expondría en el momento de atravesar el espacio; además dicha teoría no
resolvía el misterio porque no explica como es que pudo haber surgido la vida en otros planetas.
Los verdaderos avances científicos en lo que respecta al origen de la vida surgieron recién en la década de 1920 cuando el
bioquímico ruso Alexandre Oparín formuló que la vida se originó a partir de los gases existentes en la Tierra. Al influir
sobre dichos gases las radiaciones ultravioletas y descargas eléctricas de las tormentas; se transformaron en moléculas
orgánicas prebióticas como los aminoácidos o los ácidos nucleicos. De hecho esta teoría pudo ser comprobada a través de la
experimentación en 1950 por Stanley Millar en EEUU. Él reprodujo, en un ambiente cerrado, las condiciones generales que
tenía la atmósfera terrestre hace aproximadamente 3800 millones de años. Luego incluyó descargas eléctricas similares a las
de los rayos, y consiguió producir numerosas sustancias orgánicas. Por supuesto que hay una gran diferencia entre esas
materias orgánicas creadas y las células vivas (hasta ahora nadie ha podido crear vida en el laboratorio)
La teoría de Oparín explica el origen de la vida en nuestro planeta, pero ¿cómo se originaron las diversas especies? Medio
siglo antes, en 1859, un científico británico llamado Charles Darwin publicaba un polémico libro titulado “El Origen de las
especies” en el cual respondía dicha interrogante y explicaba cómo evolucionaron una variedad tan grande de formas de vida
diferentes sobre la Tierra. Antes de Darwin la mayoría de los biólogos creían que las especies mantenían eternamente fijas sus
características, tal cual habían sido creadas y ordenadas por Dios en la pareja originaria de cada tipo de planta o animal.
Darwin, sin embargo, afirmó que todos los seres vivos que conocemos descienden de un ancestro único, hecho que pudo ser
comprobado en recientes estudios genéticos.
Siguiendo los pasos de anteriores estudios como el del naturalista francés Lamarck que en 1809 hablaba de evolución por
medio de mutaciones: cambios importantes transmitidos de una generación a otra; Darwin formuló la teoría de la evolución
de las especies por medio de la Selección Natural a través de la cual explicó la aparición y evolución de las diferentes
especies que viven sobre la Tierra.
Según Darwin la evolución se daría fundamentalmente gracias a la selección que la propia naturaleza hace de los
individuos más aptos. A causa del problema de la disponibilidad de alimentos descrita por Thomas Malthus-religioso y
economista político de principios del s. XIX- no todos los individuos que nacen sobreviven: solo lo hacen aquellos que
cuentan con ciertas características que les proporcionan ventajas para alimentarse o para escapar de los depredadores. De
esa manera inevitablemente la “selección” que la naturaleza hace entre los miembros de una especie, tarde o temprano,
influye en las variaciones o modificaciones que presentarán sus descendientes. Se trata de una adaptación porque las
características que la selección natural favorece dependen de las variaciones en las condiciones del medio; dicha
adaptación es un cambio gradual y lento que se incorpora después de muchas generaciones. (Para entender mejor esta
teoría y la diferencia entre la mutación y adaptación analiza el ejemplo de las mariposas del Documento 4)
El libro de Darwin tuvo tal impacto que se agotó el mismo día de su publicación y hubo que reeditarlo 6 veces más en el
futuro. Surgieron grandes controversias, pero la mayor oposición, no vino del ámbito científico sino del religioso. Al aplicarse,
a la especie humana, la idea de Darwin de que “las especies que pertenecen al mismo género son descendientes directos de
alguna otra especie generalmente extinguida”; se dedujo que el hombre y el mono estaban emparentados y que si bien éste
último no desciende del primero, sí tuvieron un antepasado en común. Este hecho escandalizó a la sociedad de la época
que incluso malinterpretó la teoría afirmando que el hombre descendía del mono, sosa que Darwin nunca dijo. Fue así que
surgieron diversas caricaturas y declaraciones que trataron de ridiculizar a éste científico como lo muestra el Documento 3.
Documento 3-
Por más que Darwin se guardó mucho
de ser explícito acerca del origen del
hombre, era evidente que su teoría de
la evolución implicaba que los seres
humanos descendían de un animal
parecido al mono. Muchas caricaturas
de periódicos y revistas reflejaron el
impacto y la alarma generales. La
primer caricatura apareció en Punch,
en 1861 y la segunda en London
Sketchbook en 1874.
Documento 4- ¿Cómo puede llegar a cambiar la estructura física o psicológica de una especie? Según el biólogo alemán August
Weismann de la siguiente manera:
Por lo general los cambios suelen ser graduales y lentos (resultados de la adaptación) pero también pueden darse las mutaciones que
son cambios más bruscos. Sin embargo, estas últimas, solo se mantienen si los cambios fenotípicos que provocan son favorables en la
relación del individuo con el ambiente. De lo contrario, las aptitudes de ese organismo mutante serán disminuidas. A continuación podrás
conocer el ejemplo de las mariposas nocturna de Inglaterra.
Dichas mariposas son originariamente de color blanco-plateado, moteadas con negro pero en la última mitad del siglo XIX se observó un
gran cambio ya que la mayor parte de los ejemplares pasaron a ser negras. Esto se debió a que a raíz de la contaminación industrial
desaparecieron los líquenes plateados y las mariposas blancas quedaron más expuestas sobre las superficies ennegrecidas por el hollín.
Las mariposas más oscuras pasaron a estar mejor protegidas de los depredadores dando como resultado una disminución de los
ejemplares de la especie clara original y un aumento de las mutantes negras. Como expresaría Darwin, la naturaleza hizo su selección.