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El corazón: ojo

y templo de lo imaginal
(Según el sufismo y el budismo tántrico)

Hugh Urban

La imaginación del alma parece algo inexistente,


pero ¡contempla este mundo conducido por la imaginación!
Guerra y paz, orgullo y tristeza, todos derivan de la imaginación.
Pero las imágenes que cautivan a los santos
reflejan las bellezas de rostro de luna del Jardín de Dios.
—Rumi

L a imaginación es el poder de transformación propios deseos egoístas. En resumen, puede decirse que
y la transición entre estados de existencia. Mediante la hay una imaginación del «corazón» —el verdadero cen-
imagen creativa, las realidades invisibles pueden revestir- tro espiritual e intelectual del hombre— y una imagina-
se de formas visibles, los pensamientos y las emociones ción de la «cabeza» —la psique y las fantasías engañosas
pueden manifestarse con palabras o números, y los obje- de la mente humana limitada.
tos sensibles se pueden elevar a ideales transcendentales En el mundo occidental contemporáneo, sin embar-
e inmateriales. Así pues, en el contexto de una tradición go, el término «imaginación» se reduce generalmente a
religiosa, la imaginación es el poder de transformación una única dimensión, al nivel del pensamiento subjetivo
entre los niveles del cosmos, el poder de manifestar rea- y de las fantasías soñadoras de la psique individual. Los
lidades divinas bajo formas terrenales, y de transmutar productos de la imaginación se consideran ilusiones
objetos físicos en arquetipos espirituales. Sin embargo, «irreales» y se contraponen al mundo «real» de la materia
debido a este potencial profundo, la imaginación conlle- y del hecho científico. Lamentablemente, en el mundo
va también un carácter esencialmente dual y ambivalente. moderno, el aspecto más elevado y divino de la imagina-
Se trata de un poder que puede ser utilizado tanto para el ción está olvidado por completo o incomprendido. En la
bien como para el mal: puede llevar al alma humana ha- visión moderna del mundo, se ha vaciado y desacralizado
cia lo más alto, elevando al ser humano hasta las imáge- el universo hasta una abstracción fría, materialista, des-
nes del Espíritu puro y de la Divinidad; y puede arrastrar pojada de su contenido imaginal sagrado; y se ha redu-
al alma hacia lo bajo, atrayéndola y haciéndola apegarse cido al propio ser humano a un organismo psico-físico,
a las imágenes ilusorias del mundo, de la carne y de sus confinado a las fantasías huecas de su mente y de su ego.

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El hombre moderno necesita desesperadamente que divino en el ser humano, el poder visionario del corazón,
se le recuerde que la imaginación también conlleva una y el receptáculo, el «Templo», de la Presencia divina en
realidad transcendental y objetiva, una realidad divina, el hombre.
tanto en el macrocosmos de la creación como en el mi- Tanto la tradición sufí como la del budismo tántrico
crocosmos humano. Necesita que se le muestre cómo la han sido siempre conscientes de la naturaleza dual de la
imaginación, en las culturas tradicionalmente religiosas imaginación, pues ambas tradiciones giran alrededor de
—y por supuesto también en el Occidente tradicional—, una Realidad Absoluta, absolutamente desprovista de
ha sido siempre un elemento vital en la comprensión del imagen, inefable, inconcebible e inabarcable por cual-
hombre, del cosmos y de la Divinidad. Se trata, de hecho, quier imaginación. Por una parte, la imaginación es un
de una realidad universal y transhistórica, que presenta velo engañoso, que recubre y oculta la Unicidad perfecta
una estructura común en las culturas humanas más di- de la Esencia divina (lāhut), de la Nada (śūnyatā). Por otro

versas. Si bien Occidente ha tenido su propia filosofía de lado, sin embargo, la imaginación es también el medio
Detalle del mandala de los cinco Dhyāni-Budas

la imaginación, con personas como Paracelso, Boehme por el que se manifiesta y se revela esta Realidad Abso-
y Blake, quizá deban buscarse en Oriente las enseñanzas luta desprovista de imagen. En su aspecto positivo y di-
más importantes y más completas; y quizá las doctrinas vino, la imaginación es el órgano de la creación, el poder
de la imaginación más elaboradas de todas son las del cosmogónico por el cual lo Uno se proyecta y emana el
maestro sufí Ibn ′Arabi (1165-1240), y las de los maes- universo de las formas y la multiplicidad.
tros indotibetanos del Tantra budista (siglos VI a XIII). Todo lo que ocurre en el macrocosmos del univer-
A pesar de sus considerables diferencias filosóficas y me- so y en la emanación imaginal del mundo creado tiene
tafísicas, Ibn ′Arabi y el budismo tántrico han desarrolla- su reflejo y su contrapartida en el microcosmos del ser
do doctrinas de la imaginación francamente parecidas. humano. El hombre contiene en sí un espejo tanto de la
Lejos de considerarla como un mero poder ilusorio de la Realidad Absoluta como del cosmos relativo; y tienen
fantasía, se ve a la imaginación como un poder cósmico su reflejo en el alma humana, tanto la imaginación crea-
divino, el poder mismo creativo que se manifiesta en el tiva divina, como la imaginación engañosa y negativa.
universo. Y simultáneamente, la imaginación es un poder En las tradiciones sufíes, como lo expresaron Avicena,

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Sohrawardi e Ibn ′Arabi, se cree que más centrales en todas las tradicio- vedado al ojo físico» (Gonda 1963, p.
la imaginación tiene dos lados o «ca- nes religiosas del mundo. Tanto en 276). Fueron conscientes del poder,
ras»; del mismo modo que el alma, la los Vedas, como en las tradiciones originado en el corazón, del pratibhā,
imaginación está situada como inter- abrahámicas, o en las religiones que es al mismo tiempo un poder de
mediario entre el mundo divino y el chamanísticas arcaicas, el corazón visión divina, de inspiración poética y
mundo físico, y puede dirigirse tanto se concibe como una facultad sutil de imaginación creativa.
hacia arriba como hacia abajo. Cuan- de visión interior y de gnosis. Se ex- Nadie ha desarrollado más
do se vuelve hacia la tierra y el ego perimenta con frecuencia al corazón completamente el poder de la visión
humano ordinario, la imaginación se como el «ojo» espiritual a través del imaginal que las tradiciones tántricas
transforma negativamente hasta con- cual el alma percibe la luz de Dios y indo-tibetanas, como por ejemplo
vertirse en «fantasía» humana egoísta. por el que Dios ve, penetra e ilumina las escuelas del Vajrayāna. En ellas,
No es entonces más que la facultad el alma. Es el poder de la unión visio- la ciencia del corazón da origen a un
ficticia y engañosa de la cabeza o naria con lo Divino. sistema preciso de meditación, a un
de la mente. Sin embargo, cuando El corazón es esencialmente un uso de este órgano sutil para la trans-
se vuelve hacia el cielo y el reino de órgano de conocimiento y de gnosis; formación entre niveles de existencia.
las imágenes de lo Divino, puede sin embargo, en aquellas tradiciones Como el propio reino de lo imaginal,
transformarse positivamente para que acentúan el poder de la imagina- el corazón es el centro (chakra) psico-
participar en la imaginación divina ción, el corazón puede ser también físico y espiritual que se sitúa en un
del mismo Dios. Constituye entonces un órgano para la visión creativa, punto intermedio entre la cabeza y
el poder visionario del corazón —el imaginal, un poder de revelación ima- los genitales, entre la mente y el cuer-
lugar de las teofanías divinas y de las ginal. Como facultad de la intuición po. Participa de, sintetiza e incluso
revelaciones. espiritual, el corazón se relaciona con transciende en cierto sentido ambos
En la psicología budista tántrica el poder de la experiencia creativa, polos, la cabeza y el cuerpo; es el
se considera a la imaginación como mediante la cual el alma «imagina» lugar de una «encarnación» visionaria
una de las causas principales del en- la forma de Dios, o mejor dicho, el de realidades transcendentes e invisi-
gaño humano y del apego al mundo, lugar en el que Dios se revela al alma bles, bajo formas visibles.
pero al mismo tiempo como un vehí- bajo una forma imaginal, epifánica. Los maestros Vajrayāna, al igual
culo básico para su salvación. De he- Así, en la tradición sufí de Ibn ′Arabi, que Ibn ′Arabi, comparan también
cho, nuestro sufrimiento y nuestros el corazón (qalb) es el órgano del hem- el corazón con un «templo» o «altar»
conceptos autodestructivos del ego ma, del poder visionario creativo. en el que se manifiestan las visiones
y del universo son en gran medida El corazón se convierte entonces divinas y las deidades. «Contiene el
producto de nuestro propio engaño en «Templo» de la Presencia divina, el altar del fuego del sacrificio, cuya
y de nuestra fantasía. Pero al mismo tabernáculo de la Forma divina, que llama sagrada transforma y purifi-
tiempo, la imaginación es un poder Ibn ′Arabi compara incluso con la ca, funde e integra los elementos
que puede ser hábilmente reconduci- sagrada Kaaba, «la casa más noble en de nuestra personalidad» (Govinda
do, canalizado e incluso usado como el hombre de fe» (al-Fotuhāt III, 250, 1960, p. 183). Sobre este altar, en
método. Si el yogui puede alejar su 24).1 Se transforma en «Templo mís- este templo, o «palacio», descienden
imaginación engañosa de su ego y tico de la Imaginación», el receptácu- las deidades y los poderes divinos,
del mundo ilusorio, puede transmu- lo perfecto de la Imagen divina, en el que se realizan finalmente en la cons-
tarla en una fuerza liberadora de me- sentido más profundo del hadith qodsi: ciencia misma del individuo. En el
ditación y de visualización creativa. «Mi cielo y mi tierra no Me abarcan, espacio del corazón, lo Absoluto y
En lugar de usar la imaginación para pero sí Me abarca el corazón de mi lo relativo, la vacuidad y la existencia
crear la ilusión del mundo fenoméni- siervo». samsárica, se encuentran y se reúnen,
co y del ser finito, puede usarla para La enseñanza de que el corazón en un mundo intermedio imaginal de
des-crear o deshacer esas ilusiones y es el órgano tanto de la gnosis inte- poder creativo y de libertad.
para retornar a la Realidad sin imagen. lectiva como de la visión imaginal, El ojo del corazón, como lugar de
En su aspecto transcendente y es bien conocida igualmente en las las teofanías divinas, tiene el poder de
divino, la imaginación se sitúa en el tradiciones indo-tibetanas desde sus transformar al hombre y al cosmos
centro más profundo, en el núcleo, orígenes más remotos. Desde los en una visión ideal, imaginal. Cuando
del ser humano. Se identifica con el tiempos de los rsis védicos con su la Imaginación divina se revela den-
órgano espiritual del corazón, no el visión poética, siguiendo con las tra- tro del hombre, transmuta el cuerpo
órgano físico que la medicina mo- diciones de los Upanishad y del yoga, humano, la consciencia y el mundo
derna llama «corazón» sino el órgano hasta las religiones clásicas hinduista fenoménico en una teofanía mágica;
central del ser humano total —cuer- y budista, los sabios indo-tibetanos o más bien, transporta al hombre al
po, alma y espíritu—, su raíz más in- han experimentado el corazón (hr- reino de lo imaginal. Allí, en el plano
terior y profunda. El corazón como daya) como facultad de la percepción de la Imaginación divina, el hombre
órgano espiritual es ciertamente una divina, creativa, como «el órgano se confronta, se realiza y se reunifica
de las enseñanzas más universales y con el que se puede ver lo que está con su propio Ser ideal, su Ego celes-

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tial o Persona imaginal, como ha sido universales —pues ocurre en el plano toda realidad. Es el «Templo», el al-
siempre en la mente de Dios, o en la imaginal. Todos los símbolos de esta tar, donde lo Divino se manifestará
consciencia de la Vacuidad. visión son arquetípicos por naturale- bajo una forma visible y tangible. En
Ibn ′Arabi tuvo muchas de estas za: la piedra negra y el templo de la el macrocosmos, este Centro puede
visiones imaginales y de estas revela- Kaaba, las circunvalaciones rituales, ser una estructura física —la piedra
ciones a lo largo de su vida, y en ellas el guía espiritual, el conocimiento negra de la Kaaba, un stūpa, o una
el cosmos se abría para revelar su iniciático. Tomados como un todo, montaña sagrada—, pero en el mi-
forma ideal en la Imaginación divi- estos símbolos componen el dibujo crocosmos, es siempre el mismo, lo
na;2 sin embargo, quizá la más grande de un mandala —esto es, una matriz más íntimo del corazón del propio
de ellas fue la famosa visión que tuvo centrada, circular, de experiencia vi- ser humano. Esta realidad es bastante
ante la Kaaba, en el año 598/1201. sionaria y de sabiduría. explícita en la visión de Ibn ′Arabi:
Después de recibir la orden divina Como tal, toda esta secuencia para su ojo místico, la Kaaba, es a la
de viajar a Oriente, el sheij hizo la visionaria tiene muchos paralelismos vez el lugar del «Polo», orientación
peregrinación a La Meca y comenzó llamativos con los diagramas mandala celestial y eje vertical de la creación, y
las circunvalaciones rituales de la sa- de los budistas tántricos. El mandala la Kaaba de su propio corazón. En el
grada Kaaba. Y ahí, en el lugar más tántrico es básicamente un diagrama primer caso, cósmicamente, es el eje o
sagrado del mundo musulmán, en el circular y simbólico utilizado en el punto de encuentro entre el hombre
que es realmente el centro simbólico proceso de visualización meditativa y y Dios, el lugar de las visiones. Cuan-
del cosmos, el sheij se encontró con de imaginación creativa; puede estar do el sheij hace sus circunvalaciones
un mensajero divino, un Ángel de dibujado en el suelo con arenas de co- rituales alrededor de la Kaaba, está
Dios —una «Joven evanescente» de lores, pintado en una tela como herra- por tanto haciendo un viaje en el pla-
belleza y sabiduría destacables. De mienta de meditación, o puede gene- no de la imaginación; está circulando
hecho, este Ángel, esta Joven, po- rarse mentalmente, mediante el poder alrededor del Centro del mundo, en el
dría asociarse con el Espíritu Santo de la imaginación. Pero en cualquier reino de las imágenes arquetípicas. Se
(ruh al-qods) o con el mismo arcán- caso, el mandala se basa en el arque- trata de un giro celestial alrededor del
gel Gabriel (Corbin 1969, p. 277). tipo del Templo, un recinto central Sol divino, de su viaje espiral hacia lo
Si bien, finalmente, este personaje al que las deidades descienden y que interior y su Búsqueda del Amado.
visionario no es otro que el propio el yogui «circunvala» imaginalmente. En su significado más profundo
guía espiritual y compañero del sheij, El mandala se utiliza ante todo en el este Templo no es pues sólo el Cen-
su «homólogo» transcendental en el proceso iniciático: es tanto un labe- tro y el Corazón del cosmos, sino
reino de la imaginación. La Joven le rinto, a través del cual el iniciado debe finalmente el corazón más íntimo
dice: «Contempla el secreto del Tem- viajar para alcanzar la sabiduría, como del propio ser humano —esto es,
plo antes de que se desvanezca; verás un altar secreto, sobre el que se une el Templo del corazón fiel, del que
qué satisfacción le produce aquellos con la Divinidad. Y como se ve, por se dice: «sólo él puede albergar al
que giran en procesión alrededor de ejemplo, en el mandala clásico de los Señor». Como dice la Joven mística
sus piedras» (al-Fotuhāt I.47). Y el sheij cinco Dhyāni-Budas, se trata también al sheij: «El Templo que Me incluye
continúa su relato del encuentro mís- de una matriz imaginal, de una figura es tu corazón» (al-Fotuhāt I, 50); pues
tico con el Ángel: visionaria diseñada para transformar «el “Templo” es el escenario de la
y transmutar al propio buscador. Los teofanía, el corazón donde se repre-
Le dije: «Fíjate en aquél que aspira a
vivir en tu compañía y... a disfrutar
Dhyāni-Budas son las cinco deidades senta el diálogo entre el enamorado
de tu amistad». Por toda respuesta fundamentales de la sabiduría y de la y el Amado, y por ello este diálogo
me dio a entender con un signo meditación: Aksobhya, Ratnasam- es la Oración de Dios» (Corbin 1969,
y con un enigma que siempre, sin bhava, Amitābha, Amoghasiddhi p. 281). El Templo del corazón es fi-
excepción, se comunicaba con y Vairocana; se sitúan en el este, el nalmente el «espejo» puro y vacío del
símbolos. «Cuando hayas aprendi- sur, el oeste, el norte y el centro del Hombre en el que Dios se revela, Él
do, experimentado y entendido mi mandala, y representan la totalidad a Sí mismo, por toda la eternidad.
discurso con símbolos, sabrás que del espacio y la propia consciencia. El sheij, en su visión imaginal, gira
uno no los percibe como se percibe Conforman una jerarquía de cinco en torno y hacia el Dios que habita
la elocuencia de los oradores...». Le niveles tanto en el macrocosmos del en su propio corazón; éste es un viaje
dije: «... Enséñame tu vocabulario,
universo como en el microcosmos dentro de sí mismo, hacia la Divini-
iníciame en la clave que abre tus
secretos, pues me gustaría hacer un humano. El iniciado tántrico debe re- dad inmanente, una peregrinación
pacto contigo» (Ibíd., p. 384). correr los cinco niveles de la sabiduría por el microcosmos. Como apunta
hasta alcanzar el corazón más íntimo Corbin, es muy significativo que el
El sheij describe así una iniciación de la existencia, y de su propio ser. sheij circunvale la Kaaba «siete veces,
esotérica realizada por un maestro o El lugar de toda «teofanía» ima- los siete Atributos divinos de la per-
guía angélico. Se trata de una visión ginal, y de toda transformación del fección de los cuales se reviste suce-
arquetípica, que tiene lugar con sím- hombre, es siempre el «Centro del sivamente el místico» (Ibíd.). Pues el
bolos y velos, pero que son formas mundo» simbólico, el corazón de siete es, de hecho, el número tradicio-

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nal de los latā′ef místicos, los centros no sólo se asocian con las cinco reino de la imaginación, en su forma
del cuerpo espiritual, descritos por direcciones del espacio horizontal, imaginal ideal. Se convierte entonces
muchos maestros sufíes. Aunque Ibn sino también con los cinco niveles en cuerpo sutil luminoso y mágico,
′Arabi no habla aquí de los latā′ef, es primarios del espacio vertical, esto es, con su propia «fisiología» espiritual.
probable, como lo sugiere Corbin, con la jerarquía cósmica, constituída Este cuerpo contiene cinco (o siete)
que aluda a su significado místico en ésta por los cinco elementos básicos: centros de energía psico-física, los
esta circunvalación de siete vueltas. tierra, agua, fuego, aire y éter, que se chakras, que se sitúan en los genitales,
Según lo explicaron maestros como representan simbólicamente como el vientre, el corazón, la garganta y
Naŷmo′d-Din Kobrā (m. 1220) y un stūpa cósmico de cinco niveles, el cerebro; en sánscrito, se llaman
′Alā′o′d-Dolah Semnāni (m. 1336), compuesto de un cuadrado, un cír- mulādhāra, manipura, anāhata, visuddha
los latā′ef son centros psico-espiritua- culo, un triángulo, un medio círculo, y sahasrāra (cf. Govinda 1960, p. 178
les, y son los lugares de los niveles del y una llama. Por tanto, visualizar el y ss).4 Como Corbin, entre otros,5 ha
microcosmos por los que se eleva el mandala en la meditación significa apuntado, hay muchas analogías entre
hombre. En este retorno a Dios, el introducir un arquetipo imaginal del el sistema de chakras indio y los latā′ef
buscador debe pasar a través de estas cosmos en su globalidad. de los sufíes; ambos se basan en una
siete etapas, creciendo verticalmente Al igual que Ibn ′Arabi, el yogui visión imaginal del cuerpo humano
a través del cuerpo sutil (qālabiya), el tántrico tiene que «circunvalar» el en su estado arquetípico, tal como lo
alma vital (nafsiya), el corazón (qalbi- templo interior del mandala (si bien percibe el ojo del corazón.
ya), la superconsciencia (serriya), el aquí, este movimiento circular tiene La visión del Templo imaginal o
espíritu (ruhiya), el arcano (jafiya) y lugar enteramente en la meditación del mandala, la matriz de la imagina-
el centro del Yo verdadero (haqqiya) y en la visualización, tan sólo «en lo ción, es esencialmente una iniciación
(Corbin 1971, p. 221).3 imaginal»). El yogui debe visualizar la a un nivel superior de conocimiento
Por tanto, cuando Ibn ′Arabi residencia, las deidades y los poderes y de existencia. Se trata de una in-
realiza su viaje imaginal girando sie- de su propio mandala, y debe viajar, troducción esotérica en un plano
te veces alrededor del Templo, está usando la imaginación meditativa, diferente de existencia, y en una sa-
viajando hacia el interior, cruzando alrededor y a través de este paisaje biduría y una realización ocultas en el
la jerarquía de siete niveles del pro- interior. En el mandala de los Dyāni- corazón del discípulo. Como tal, esta
pio microcosmos humano. Según Budas, se trata de realizar un trayecto visión imaginal debe contar con un
gira el sheij alrededor del Templo del imaginal alrededor de los cuatro pun- guía, con un maestro espiritual, un ser
corazón, va pasando a la vez por los tos del círculo exterior, que se corres- con un conocimiento superior capaz
órganos del cuerpo sutil, y realiza ponden con las cuatro direcciones del de dirigir al iniciado hacia los miste-
el poder y la sabiduría asociados espacio, y finalmente un viaje interior rios de lo imaginal. Para Ibn ′Arabi en
con cada uno de ellos. Éstas son las hacia el centro del dibujo. Es por lo su visión, el guía es el Ángel, la Joven
etapas sucesivas en el viaje hacia el tanto una circunvalación meditativa evanescente, que se le aparece desde
Dios inmanente, los pasos que llevan que lleva al discípulo hacia y a través la piedra negra de la Kaaba. En este
hasta la entrada del corazón y hasta el de cada una de las cinco Deidades y personaje está contenido el secreto
Bienamado. del poder asociado con ellas. Empe- del templo del corazón; pues es al
En el mandala budista de los zando por el este, con la figura azul mismo tiempo el Maestro celestial,
Dyāni-Budas, ambos aspectos del de Absobhya, el iniciado se mueve el Guía espiritual, de Ibn ′Arabi y su
Templo, cósmico y microcósmico, en su imaginación en el sentido de propio homólogo más íntimo, el Ser,
se hacen quizá incluso más explí- las agujas del reloj alrededor del dentro de su corazón.
citos. Este diagrama, como todos diagrama. Cruza progresivamente Sin embargo, y exactamente
los mandala tántricos, se basa en el los reinos de Ratnasambhava, Amita- del mismo modo en que el templo
diseño de los cinco legendarios stūpa, bha, Amoghasiddhi, y finalmente se externo físico de la Kaaba es a la
los túmulos relicarios de la antigua dirige hacia el mismo centro, el de la vez el Templo interior espiritual del
tradición budista. Y se basa, más Deidad Vairocana. Y en esas etapas, corazón, así también el Guía celestial
allá incluso, en el antiguo diseño del afronta y realiza el color, el elemen- transcendente es a la vez el Guía in-
Templo indio. Su forma en el centro to, la facultad de consciencia y la manente del verdadero Ser del sheij.
es cuadrada y forma el «palacio» o sabiduría asociados específicamente Ibn ′Arabi fue llevado tanto «hacia
«residencia», que «representa el tí- con cada una de ellas. Su viaje es un arriba» —hasta el mundo imaginal—
pico templo indio de cuatro lados» viaje a través del macrocosmos en su como «hacia abajo» —hasta el centro
(Snellgrove 1987, p. 198). Al igual globalidad, por las cuatro direcciones más íntimo de la Kaaba mística en el
que la Kaaba en el Islam, este templo del espacio hacia la montaña central corazón. Ahí se encuentra la imagen
es claramente el «Centro del mundo», Meru, y por todos los diversos ele- de Dios bajo forma humana: pero
esto es, el centro simbólico de los mentos y poderes del universo. este personaje es al mismo tiempo
anillos circulares que representan el El cuerpo humano mismo puede la imagen del hombre en su Forma
macrocosmos, y que lo rodean. En percibirse, con el ojo del corazón, divina, esto es, el Hombre universal,
este sentido, los cinco Dyāni-Budas en otro plano de existencia, en el espejo y reflejo de Dios. Se trata del

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compañero eterno del alma huma- Existe, sin embargo, también una encuentran y se reunifican, como la
na, su arquetipo divino, y en última relación más honda y más profunda conjunción de la Imagen con el espe-
instancia su verdadera naturaleza. De entre el gurú tántrico y su discípulo. jo, de la Forma divina con su reflejo
acuerdo con los grandes sufíes, como Hay, incluso, una identidad íntima en el hombre. La Imagen teofánica
Semnāni, Sohrawardi y el propio Ibn entre ambos, una unidad esotérica de Dios, en la visión de Ibn ′Arabi,
′Arabi, este Maestro espiritual, al igual entre maestro e iniciado, y en último aparece desde la piedra negra de la
que Jezr o que la Joven evanescente, término, entre la Divinidad y la hu- Kaaba, le habla, y le invita con señas
es en realidad el «Jezr de tu ser», el manidad. El discípulo debe abando- a penetrar en los misterios del tem-
centro verdadero del microcosmos narse completamente en las manos plo. Le llama a la unión mística entre
humano. del gurú —hasta el punto de pres- el hombre y Dios, que sólo puede
Este Guía es en definitiva el mis- tarse a que el gurú le moldee, actúe ocurrir dentro de lo más íntimo del
mo homólogo celestial del alma, esto a través de él, y llegue finalmente a santuario del corazón. Aquí, todo lo
es, el Ser, el Espíritu que constituye estar totalmente identificado con él. que es meramente humano e indivi-
la naturaleza verdadera del Hombre. Gradualmente, a medida que el dual en el hombre debe ser destruido
Se trata de su «alter Ego», su «Yo gurú va conformando al discípulo, y y barrido; todo lo que es meramente
celestial», su «Naturaleza perfecta» que éste va progresando hacia la per- «ego» y ser finito debe morir en el
(Corbin 1978, p. 8); y por último, este fección yóguica, maestro y discípulo anonadamiento (fanā'), de forma que
Guía está incluso relacionado con acaban por estar identificados, como la Imagen divina y el reflejo del Ser
el mismo «Ángel arquetípico de la el espejo y la imagen. Al igual que divino puedan permanecer en la sub-
humanidad (al que se identifica con Ibn ′Arabi con su guía espiritual, el sistencia (baqā'). El ser humano debe
el Espíritu Santo, con el arcángel Ga- iniciado y su maestro se correspon- ser retornado a su estado original
briel de la Revelación coránica, o con den el uno con el otro, el buscador como espejo de Dios puro y vacío,
la Inteligencia activa de los filósofos con su «Naturaleza verdadera», o el a su prístina claridad como Hombre
seguidores de Avicena)» (Ibíd., p. 16). yogui con su Homólogo divino, con universal (al-ensāno′l-kāmel), que no es
En este Guía celestial, el buscador su Forma deificada. En este sentido, otra cosa que el reflejo y la manifesta-
encuentra su propio espejo y su el gurú representa esa verdadera Di- ción del Amado a Sí mismo.
imagen ideal, el verdadero arquetipo vinidad que reside en el interior del
corazón del propio discípulo. No es Es como la luz que se proyecta a
y el modelo de su ser, con el que través de la sombra, una sombra
debe estar unido e identificado. Bajo más que la expresión externa de esa
que no es otra cosa que la pantalla
esa forma debe reconocer la Forma Divinidad, esa Esencia de diamante, [para la luz] y que es luminosa por
teofánica de Dios, la Forma imaginal que reside en el mandala interior, en el su propia transparencia. Así también
que es a la vez la Imagen exterior de Templo del corazón. En palabras del es el hombre que ha realizado la
la Divinidad y la Esencia interior del poeta Saraha: Verdad; en él, la forma de la Verdad,
hombre. Aquellos que no beben sin discutir la surat al-haqq [la Imagen divina], ...
Este personaje del guía, del gurú, ambrosía de las instrucciones de su se manifiesta directamente... Pues
del maestro, tanto en la tradición del maestro, mueren de sed en el desier- están entre nosotros aquellos para
quienes Dios es su oído, su vista, sus
budismo tántrico como en todas las to de los múltiples tratados. Aban-
dona el pensamiento y la cavilación facultades y sus órganos... (Fosus al-
tradiciones yóguicas de la India, es hikam; Nasr 1976, p. 115).
fundamental para cualquier desarro- y sé sólo como un niño. Sé devoto
llo espiritual verdadero. Y en el man- a las enseñanzas de tu maestro y lo El corazón del hombre se con-
dala de los cinco Dyāni-Budas, el gurú Innato se volverá manifiesto (Snell-
grove 1987, p. 180).
vierte entonces en el espejo puro y
asume un papel muy similar al que vacío en el que Dios se manifiesta
asume el guía espiritual de Ibn ′Arabi. Tanto para los sufíes como para a Sí mismo; es el Templo en el que
Todas las escuelas budistas coinciden los budistas, la visión imaginal y la Dios se «imagina» a Sí mismo, pro-
en la necesidad de un gurú, o de un iniciación requieren un tipo particular yectando su propia Imagen dentro
lama, para la dirección y la iniciación de «guía imaginal», o sea, un maestro del alma humana, y admirando el
esotérica en el camino a la ilumina- espiritual relacionado interiormente reflejo que vuelve otra vez hacia Él.
ción e insisten sobre la «absoluta ne- tanto con la Divinidad como con la Pues Él es tanto «El que contempla»
cesidad de una devoción total hacia verdadera naturaleza del discípulo. El como «El contemplado», «El que
aquel al que uno elige como profesor maestro reviste, desde este punto de imagina» y la «Imagen». En la forma
o maestro» (Snellgrove 1987, p. 176). vista, una «forma imaginal» que sirve imaginal del ángel en el corazón,
Para el discípulo, el gurú es la en- como puente entre niveles de reali- el hombre y Dios se reúnen por el
carnación y la manifestación de esa dad, entre el Cielo y la Tierra, entre poder de intermediación de las imá-
sabiduría, esa Divinidad o ese poder el nirvāna y el samsāra; se trata de la genes; «Dios es el espejo en el que te
cósmico representado por el mandala. unificación de Dios con el hombre ves a ti mismo, y tú eres Su espejo, en
Él es la imagen de ese dios, o de esa en el plano de la Imaginación. el que Él contempla sus Nombres y
fuerza, y de su gnosis que es el sujeto En el Templo del corazón, el los principios de éstos» (Fosus, Nasr
de la iniciación al mandala. Ser Divino y el alma humana se 1976, p. 116).

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Aunque el budismo es, por cia de la Realidad absoluta. Y se trata huecas ni en las abstracciones racio-
supuesto, muy diferente teológi- de un intermediario imaginal, de un nales del cerebro, sino en la libertad
camente del sufismo, y si bien los puente entre lo Absoluto y el mun- creativa y en la visión imaginal del
budistas niegan la existencia de una do, nirvāna y samsāra, que permite al corazón.
única Deidad personal y absoluta, el yogui actuar desde la compasión y la
proceso de unión y de divinización Sabiduría del corazón, incluso en el
en el mandala del budismo tántrico es reino ilusorio de māyā. Notas
asombrosamente similar. El mandala *** 1.- A no ser que se indique lo contrario,
de los Dhyāni-Budas también impli- Por supuesto, las enseñanzas todas las citas de al-Fotuhāt son de las tra-
ca una identificación con la Deidad sobre la imaginación y sobre el cora- ducciones de Chittick.
que habita en el Templo central del zón en las tradiciones sufí y tántrica 2.- Véase Nasr (1976), pp. 93-95; Corbin
dibujo; y también en él se alcanza son mucho más amplias de lo que se (1696), pp. 104 y ss.
esa identidad mediante el poder de puede tratar en el breve marco de un 3.- Hay algunas variaciones según los di-
la imaginación. A medida que el yo- artículo; tan sólo esperamos haber ferentes autores sufíes sobre los nombres,
gui viaja, en la meditación imaginal, perfilado las principales doctrinas,
el número y las características de los latā'ef;
alrededor del diagrama del mandala, y seguimos aquí el sistema de Semnāni, que
y haber mostrado algunas de las se- varía algo respecto del de Naŷmo'd-Din
conforme se aproxima y penetra en el mejanzas más destacadas. Podemos Rāzi y del de otros. Para una descripción de
palacio más interior del dibujo, debe en cualquier caso, incluso con esta los diferentes sistemas, véase Corbin 1971.
conseguir una unión esotérica con la corta discusión, ver como la ima- 4.- Por mor de simplicidad, usaremos en
Forma divina que se halla en el inte- ginación tiene una transcendencia este artículo los nombres de los chakras
rior. Sin embargo, esa unión requiere mucho más profunda y universal de hindúes. El sistema de chakras budista
que el iniciado se vacíe primero y la que se le reconoce generalmente
varía algo respecto del hindú; sin embar-
transcienda su ego ordinario, su ser go, como existe algún desacuerdo entre
en nuestros días en Occidente. La los budistas sobre las localizaciones y los
finito y su consciencia. De modo que imaginación es un poder objetivo nombres de los chakras, es preferible en
a cualquier «yoga de deidad» —por y muy real, que transciende amplia- general seguir las descripciones hindúes,
ejemplo, una meditación sobre una mente las facultades ordinarias sub- más uniformes y mejor conocidas. Los
divinidad y la unión con ella— le jetivas y humanas de la fantasía y del
budistas suelen identificar los chakras con
precede un «yoga de vacuidad» — los diversos cuerpos (kāyas) del Buda: véase
sueño; es más real, de hecho, que el Dasgupta 1974, p. 67 y ss.
meditación sobre la naturaleza vacía propio mundo físico ordinario, pues
del mundo ordinario y del ego. De 5.- Véase Eliade (1973), p. 216 y ss.
se relaciona con un plano ontológico
acuerdo con Tsongka′pa: más elevado de existencia. En último Referencias
Al contemplar la «apariencia espe- término, la imaginación en el sufismo —Beyer, S. (1973). The Cult of Tārā, Ber-
cial» de la residencia formada por y en el budismo tántrico representa keley: The University of California Press.
la mansión divina y sus residentes... una prueba convincente de la «uni-
uno anula las apariencias ordina- —Chittick, W. C. (1989). The Sufi Path of
dad transcendente de las religiones» Knowledge. Albany: State University of New
rias... al contemplar pensando con como lo proclaman grandes místicos York Press.
certidumbre «yo soy Aksobhya», como Ŷalālo′d-Din Rumi y William
etc... uno anula su ego ordinario... la —Corbin, H. (1969). Creative Imagination
Blake; pues estas dos tradiciones re- in the Sufism of Ibn 'Arabi. Princeton: Prin-
contemplación del Ego del mandala
[es] un antídoto para el ego ordinario
ligiosas son la expresión, en palabras ceton University Press.
de uno mismo... (Beyer 1973, p. 77). de Hallāŷ, de «un principio único con —Corbin, H. (1978). The Man of Light in
numerosas ramificaciones». Quizá Iranian Sufism. Boulder: Shambhala.
Entonces, una vez que se da reflexionando sobre las enseñanzas —Corbin, H. (1987). «The Theory of
cuenta de la vacuidad del ser ordina- del corazón en estas dos tradiciones, Visionary Knowledge in Islamic Philoso-
rio, el yogui renace en el Ser imaginal se le podría recordar al hombre oc- phy». Temenos, vol. 8. Londres.
de la Deidad, en el Cuerpo mágico cidental la naturaleza y la condición —Dasgupta, S. B. (1974) An Introduction
puro de Vajrasattva. Deja entonces verdaderas del mundo creado que le to Tantric Buddhism. Berkeley: Shambhala.
de actuar desde el egoísmo y el de- rodea; y podría entonces darse cuen- —Eliade, M. (1973). Yoga: Immortality and
seo, y lo hace desde la Sabiduría di- ta de que el universo no es un mero Freedom. Princeton University Press.
vina y la Compasión de la Nada: «El conjunto físico de hechos empíricos —Gonda, J. (1963). Vision of the Vedic
yoga de deidad implica pues que la cuantificables, ni el ser humano tan Poets. La Haya: Mouton.
mente se dé cuenta de la Vacuidad... sólo un cerebro racional en un ama- —Govinda, A. (1960). Foundations of Tibe-
para aparecer como una deidad, por sijo físico de carne y sangre. Este tan Mysticism. Nueva York: E. P. Dutton & Co.
compasión, para ayudar a los demás» universo es más bien un producto —Hopkins, J. (1987). The Tantric Distinc-
(Hopkins 1985, p. 162). Esta Forma mágico de la Imaginación divina, una tion. Londres: Wisdom Publications.
imaginal es la Naturaleza verdadera ilusión asombrosa que emana de la —Nasr, S. H. (1976). Three Muslim Sages.
del yogui, la fusión real de la Vacui- gran Mente; y el poder de penetrar y Delmar: Caravan Books.
dad y de la Consciencia luminosa en de transcender esta ilusión se halla en —Snellgrove, D. (1987). Indo-Tibetan
el espacio del corazón, que es la esen- el ser humano —no en las fantasías Buddhism. Boston: Shambhala.

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