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JERUSALÉN
Nos cuenta Mateo que, después de la Transfiguración, Jesús y sus discípulos bajaron
del monte. Sugiere que había sido una experiencia transformadora para los discípulos,
porque habían visto una nueva dimensión del ser de Jesús. La Transfiguración
presenta a Jesús como el “Nuevo Templo”, el nuevo lugar en el que Dios y el ser
humano se encuentran. También proclama que Moisés, padre de la Tora, y Elías, padre
de los profetas, encuentran en Jesús su cumplimento. En el relato de la Transfiguración,
Mateo sugiere incluso que la propuesta de construir tres tiendas (una para Moisés, otra
para Elías y otra para Jesús) para conmemorar la nueva revelación encuentra el rechazo
de Dios. Ante la propuesta de Pedro, se había escuchado una voz del cielo que
confirmaba la dignidad única de Jesús. No se le debía considerar como un igual entre
otras dos figuras. La voz dice: “Este es mi hijo amado”. Así que el relato de la
Transfiguración pretende describir la conciencia incipiente y la creciente comprensión
de lo que en realidad significaba la experiencia de Jesús en los judíos de la vía. La
revelación fue poderosa y, sin embargo, aún tuvo que dar Jesús instrucciones a sus
discípulos para que “no dijesen a nadie” lo que habían visto “hasta que el Hijo del
Hombre resucitase de entre los muertos”. Esta es la primera señal en Mateo de que el
camino hacia la cruz había comenzado.
En el episodio justo después de la Transfiguración, Mateo nos habla del fracaso de los
discípulos que no habían estado con Jesús en Monte y que habían tratado de sanar la
“posesión” que sufría un muchacho epiléptico (en el siglo I, los “demonios” eran la
explicación habitual para la epilepsia). Jesús aparece en actitud de explicar las cosas.
Los discípulos habían fracasado porque su fe no era suficiente; y añade que, cuando su
fe crezca, serán capaces de “mover montañas”. Preguntan entonces los discípulos cómo
puede llegar el Reino si Elías aún no ha venido para anunciar al Mesías. Y una vez más,
Jesús hace pedagogía: Elías ya ha venido pero las autoridades no lo reconocieron ni le
hicieron caso. La identificación de Juan el Bautista con Elías queda establecida del todo
al afirmarla el propio Jesús. Y aún añade Jesús que su destino no será distinto del de
Juan: “El Hijo del Hombre sufrirá a manos de quienes mataron a Juan”. Una y otra vez,
Mateo hace presente la sombra de la cruz en la vida de Jesús y cuenta, entonces, cómo
Jesús reúne a sus discípulos para comenzar su último y fatídico viaje a Jerusalén.
En este último viaje, Jesús aparecerá en el papel de maestro. Será como si estuviese
comunicando a sus discípulos su palabra final sobre diversos temas que tendrán que
afrontar después de que él se haya ido. El texto parece un testamento o unas últimas
voluntades. ¿Qué relación deberán tener los discípulos y las autoridades romanas? ¿A
quién se debe reconocer como el más grande en el Reino? ¿Qué lugar ocupan los niños
en el movimiento de Jesús? ¿Cómo deben afrontar las tentaciones? ¿Qué valor tiene
cada individuo en el Reino? ¿Cuántas veces tenemos que perdonar a los que pecan
contra nosotros? ¿Cómo hay que gestionar los conflictos entre los seguidores de Jesús?
¿Cómo deben usarse las virtudes de cada uno? ¿Cuál es la naturaleza del perdón? En
esta sección del evangelio encontramos la cuarta de las cinco grandes series de
enseñanzas que Mateo incluyó en su texto. Hemos descubierto que cada una de estas
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