El tambor chamánico, instrumento muy corriente, ligero y fácil de manejar,
se toca con un palo o con los dedos. Los tambores chamánicos suelen ser anchos y profundos para propiciar un sonido grave y prolongado. Son de formas y materiales diversos a lo largo del mundo. Algunos se realizan a base de corteza de árboles, con un parche de piel de animal. Otros son simples calabazas ahuecadas. En algunas zonas tienen un parche, en otras, dos. Algunos son rústicos, y otros están bellamente adornados con símbolos que recuerdan los viajes que el chamán realiza con ellos. En cada lugar, los elementos naturales y culturales hacen que el tambor tenga unas u otras característica
Lo más importante en un tambor chamánico es que suene bien, el sonido es
lo que hace bueno el tambor, tiene que retumbar, que sonar profundo conecta con tu espíritu y escucha con ojos cerrados que te sucede con los distintos sonidos al comprar uno, elige basado en lo que te hace sentir, no te dejes llevar por dibujos, o consumismo que los adornan, lo mejor es que el sonido te llegue muy profundo. Ningún tambor es más bueno por más pinturas, adornos, o grabados que tenga. Otra cosa es que estemos comprando un tambor artesanal, hecho de forma sostenible, que garantice que la piel es de animales que no están en peligro y que se respeta su población para no diezmarla. Estos tambores tienen precios elevados, pero porque están hechos respetando el medio ambiente con ceremonias al animal que ha dado su piel para hacerlo, agradeciendole y eso generalmente hace que el artesano pueda fabricar pocas piezas, por lo que su precio puede ser alto