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Nombres y Apellidos: María de los Á. Osuna D’Jesús.

C.I.: V-26.667.073

Tarea #03: INTRODUCCIÓN A LA SISMOLOGÍA.

Mediante la sismología se puede conocer dónde y porqué se originan los sismos y las
características del movimiento del terreno. La mayor actividad sísmica se concentra en
franjas que separan grandes regiones en donde dicho fenómeno es muy débil, indicando una
división de la superficie terrestre en una serie de placas, lo que conlleva a la Teoría de la
Deriva de los Continentes, propuesta por Alfred Wegener en 1912, en donde los continentes
estaban unidos en una sola masa continental llamada “Pangea”, posteriormente se
desplazaron entre ellos, en forma de grandes bloques sobre un manto líquido

Los terremotos nos permiten estudiar los registros de sus vibraciones revelando la
naturaleza y las características físicas que componen la Estructura Interna de la Tierra. Se
constituye por tres capas concéntricas: el núcleo, manto y corteza. El núcleo interno es sólido
y muy denso, y el núcleo externo se compone de metales líquidos. El Manto es una masa
sólida, en ella se encuentra la Astenósfera, que se caracteriza por ser viscoelástica, debido a
esto se tiene la lenta propagación de ondas sísmicas en ella. A su vez, La Corteza es la capa
exterior y más delgada, constituida por rocas (basalto y granito); su espesor y características
físicas difieren entre los océanos y los continentes. La corteza oceánica se compone por
rocas basálticas y es más denso, mientras que las plataformas continentales son más
livianas y conformadas por rocas graníticas. Las formas irregulares de los continentes
(cadenas de montañas, volcanes, fosas, etc.) son producto de los procesos tectónicos.

La corteza terrestre se divide en 17 placas principales que se desplazan lentamente unas


respecto a otras debido a las Corrientes de Convección que se generan en el manto. También,
las Corrientes Convectivas ascendentes conducen el magma hacia la superficie a través de
una depresión central llamada Rift. El aporte de nuevo material debe ser compensado para
mantener el equilibrio, esto requiere que otras zonas de la corteza desaparezcan y se
conviertan en material magmático, es por ello que las Corrientes Convectivas descendentes
consumen el material de la corteza, sumergiendo la placa oceánica (dado que posee material
más denso) bajo la placa continental.

Las placas tectónicas tienen tres tipos de límites: Borde Divergente, corresponde a las
zonas de expansión del suelo oceánico donde se crea nuevo material; Borde Convergente
corresponde a las zonas de subducción de una placa oceánica bajo una continental; y el Borde
Transcurrente en donde el desplazamiento es paralelo al límite común entre placas y en
ellas no se crea ni destruye material cortical. La mayor actividad sísmica se presenta en los
bordes convergentes (zonas de subducción) debido al mayor espesor de la corteza y es
relativamente fría, permitiendo la acumulación de energía.
La Teoría del Rebote Elástico considera que la litosfera en la parte superior está
constituida por rocas rígidas capaces de deformarse y acumular energía. En la parte inferior
de la litosfera el aumento de la temperatura convierte las rocas en un material débil, incapaz
de deformarse, pero puede desplazarse produciendo una deformación en la parte superior.
Cuando los esfuerzos alcanzan el límite de resistencia del material cortical se inicia la ruptura
de la roca y la liberación de almacenada en forma de ondas elásticas (sísmicas). Con ello se
explica satisfactoriamente la ocurrencia de sismos superficiales donde la litosfera es capaz
de deformarse elásticamente y fracturarse. Sin embargo, no puede explicar los sismos de foco
profundo que se originan en las zonas de subducción.

El plano en las estructuras geológicas en el cual se producen los desplazamientos lentos,


acompañados de dislocaciones súbitas y violentas de la roca, se llama Falla. Existen tres
tipos de fallas: Falla Transcurrente, se producen desplazamientos horizontales y los
bloques se desplazan en sentidos opuestos; Falla Normal, el plano de falla es oblicuo
respecto al horizonte produciendo desplazamientos a lo largo de una superficie de falla
inclinada y los bloques se reajustan según las fuerzas de tensión a las que está sometida; y la
Falla Inversa, donde los bloques están sometidos a fuerzas de compresión perpendiculares
a la falla, el bloque superior se desliza hacia arriba y asciende respecto al bloque inferior.

Cuando la roca se fractura debido a la deformación de la corteza (zona denominada


Foco) se libera la energía en forma de Ondas Sísmicas. Existen dos tipos: Ondas que se
propagan a través del medio sólido de la tierra denominadas ondas de cuerpo, y las ondas
de superficie que se propagan a través de la superficie de la tierra. Entre las ondas de cuerpo
están las ondas primarias (P) que hacen vibrar una partícula en el sentido de propagación de
las ondas; y también se encuentran las ondas secundarias (S), que hacen vibrar una partícula
en sentido perpendicular a la trayectoria de las ondas. Las ondas P viajan a mayor velocidad
y son capaces de propagarse a través de un medio sólido y líquido, mientras que las ondas S
no se propagan en medios líquidos y son más lentas. La duración de un sismo depende de la
magnitud y de la distancia epicentral, a mayor magnitud, mayor duración de la fase intensa
del movimiento.

El sitio en la superficie terrestre que se proyecta sobre el foco se denomina Epicentro,


allí se registra la máxima intensidad. Para sismos de magnitud moderada, el área epicentral
tiene una extensión pocos kilómetros cuadrados y para los de magnitudes grandes el área
epicentral es extensa y compleja. Los sismos son eventos grupales, existiendo una conexión
entre la sacudida principal y las réplicas. Existen dos parámetros importantes para otorgar el
tamaño y la fuerza de un sismo: La Magnitud (medida en la escala de magnitud desarrollada
por Charles Richter) es una medida cuantitativa e instrumental del tamaño del evento,
relacionada con la energía sísmica liberada; La Intensidad es una medida de la fuerza del
movimiento del terreno, del grado en que la vibración es registrada y de los daños causados
por el evento sísmico, va disminuyendo en función de la distancia a la fuente sísmica.
La Escala de Richter es logarítmica, un incremento de magnitud en una unidad significa
un aumento de 10 veces en la amplitud de las ondas. La máxima magnitud registrada hasta
la fecha es de 8.9 considerada como el límite superior. En líneas generales, los eventos
inferiores a 5 se consideran pequeños, magnitudes entre 5.5 y 6.5 moderados, superiores a 7
como eventos grandes y con magnitudes superiores a los 8 como muy grandes. La magnitud
no expresa el grado de daño que puede causar un sismo, un evento de magnitud muy grande
puede no causar daños significativos si su foco es muy profundo o si está localizado en una
región despoblada.

La intensidad del movimiento sísmico disminuye con la distancia del epicentro. Sin
embargo, se conoce que la intensidad y en consecuencia los daños estructurales no solo es
función de la magnitud y distancia epicentral sino que varía significativamente de un sitio a
otro dependiendo de la conformación del subsuelo y de la forma del terreno superficial.
Cuando las ondas P y S alcanzan la superficie, gran parte de la energía es reflejada de nuevo
hacia el interior de la tierra haciendo que la superficie terrestre sea afectada por trenes de
ondas que se mueven simultáneamente hacia arriba y hacia abajo, originando que cerca de la
superficie ocurra una amplificación de las ondas con respecto al tren incidente.

Las ondas sísmicas pueden ser amplificadas a través de estratos de suelos blandos y la
respuesta de los edificios puede aumentar considerablemente si el periodo natural de
vibración de los mismos coincide con el periodo fundamental de la columna de suelo,
dándose el fenómeno llamado Resonancia. Por otro lado, la topografía del terreno influye en
la intensidad del movimiento sísmico y puede mostrar un efecto amplificador o atenuador.
Se han realizados estudios teóricos cuyos resultados indican que ciertas formas topográficas,
especialmente montes y valles, muestran varios grados de amplificación. En los bordes de
los valles, en la cresta y en las laderas de las colinas se ha determinado un incremento de la
intensidad de la vibración, en el fondo del valle, en cambio, tiene un efecto atenuador.

Últimamente se ha reconocido que la direccionalidad de las ondas sísmicas tiene un


efecto determinante en la intensidad del movimiento sísmico. Modelos teóricos y la
experiencia de recientes terremotos demuestran que la intensidad de la sacudida varía, no
solo según la distancia epicentral sino también según la posición azimutal del sitio respecto
a la fuente sísmica y a la dirección en que se propaga la ruptura a lo largo de la falla. La
propagación de la dislocación en determinada dirección genera ondas sísmicas que son
registradas en forma diferentes a ambos lados de la fuente, en sitios localizados en el lado
opuesto al punto inicial de ruptura y a la dirección de propagación se experimentan menores
intensidades y frecuencias más bajas. Este fenómeno, conocido como Efecto de
Direccionalidad, se cree que se debe a que las ondas sísmicas tienden a concentrase en la
dirección que se propaga la ruptura, en forma similar al efecto Doppler en las ondas acústicas.

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