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Por: Isabel Olivar Tascón | Lunes, 31/03/2008 08:35 PM | Versión para imprimir
Muchos de los funcionarios que hoy en día entregan lo mejor de sí para garantizar
la seguridad ciudadana, sufrieron a lo largo de su vida violaciones a sus derechos
humanos, desarrollaron perturbaciones cognitivas como consecuencia de la mala
alimentación, les fue negado el derecho a poseer una vivienda digna, se desenvolvieron en
núcleos familiares disfuncionales, entre otras tantas tragedias particulares.
En función del reconocimiento de las necesidades que han tenido que sufrir
nuestros funcionarios públicos, el Estado se encuentra en la obligación de restituir en el
mediano y largo plazo la dignidad y la calidad de vida de cada uno de ellos, en la medida
en que se combata la exclusión social a la que por tantos años se condenó a este grupo de
trabajadores, mayores serán las posibilidades de verlos comprometidos con el resguardo
del orden público y la seguridad de la nación de una manera eficiente.
Los cuerpos de seguridad del Estado estarán integrados por hombres y mujeres en
pleno desarrollo de sus habilidades creativas, contando con el tiempo necesario para el
desarrollo total de su estado físico y mental. Podrán hacer deporte, el Estado deberá
proveerles de un salario suficiente para asegurar la calidad de vida de su núcleo familiar
más cercano. Todo ello constituye una prerrogativa para la existencia de la dignidad
humana.
Habitarán una vivienda decente, contando con las necesidades básicas cubiertas,
tendrán tiempo suficiente para ver crecer a sus hijos e involucrarse en sus procesos de
aprendizaje para hacerlos futuros hombres y mujeres de bien. Todo esto apunta a la
obligación del nuevo Estado Socialista de proveer la mayor cantidad de felicidad posible a
todos los ciudadanos.
olivartascon@yahoo.com