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La creación del Virreinato del Río de la Plata, dispuesta por Real Cédula del 1 de
agosto de 1776, respondió a un plan de reformas trazado por los reyes Borbones,
particularmente Carlos III, destinado a mejorar la organización política y administrativa de
los territorios de ultramar.
Diversas razones, tanto externas como internas, constituyeron las causas que
determinaron la creación del virreinato, las que podemos sintetizar de la siguiente forma:
1. - EXTERNAS
1
Negro, Limay y Collón Curá. Las cartas geográficas efectuadas como consecuencia de
esta expedición, fueron elevadas por Francisco de Biedma al virrey del Río de la Plata,
don Nicolás del Campo Marqués de Loreto el 1 de mayo de 1784, siendo utilizadas
muchos años después, tanto por Juan Manuel de Rosas, como por Julio Argentino
Roca en sus respectivas campañas al desierto.1
2. - INTERNAS
A los fines de una mejor administración del virreinato, con fecha 28 de enero de
1782, se dictó la "Real Ordenanza para el Establecimiento e Instrucción de Intendentes de
Exército y Provincia en el Virreinato de Buenos Aires", por la cual se dividió su territorio
en ocho intendencias que llevaban el nombre de la ciudad que les servía de capital, donde
residía el intendente.2 Asimismo, se crearon los gobiernos militares de Mojos y Chiquitos,
ante la necesidad de defender la frontera norte del virreinato de los avances portugueses.
1
GARGARO, Alfredo, en "Historia de Nación Argentina por la Academia Nacional de la Historia (Desde los
Orígenes Hasta la Organización Definitiva en 1862), dirigida por Ricardo Levene, Vol. X, Historia de las
Provincias, límites interprovinciales y Territorios Nacionales", Librería y Editorial "El Ateneo", Buenos
Aires, 1947, pag. 541.
2
La institución, con sus clásicas funciones de guerra, justicia, policía y hacienda, tiene su origen en la época
de Luis XIV, en Francia. Sin embargo, sus antecedentes deben remontarse hacia los missi dominici, enviados
de los antiguos reyes franceses a las provincias, con poderes amplísimos y facultades para introducir
reformas de todo tipo, como verdaderos interventores y “ojos y oídos del Rey”. El primer intento americano
fue en la Isla de Cuba, en 1764, seguido de otro en Nueva España (Méjico), hacia 1767. Pero la verdadera
aplicación de la institución se da en el Río de la Plata, con la Ordenanza del 28 de enero de 1782.
Posteriormente el ensayo se extendió a Perú y el resto de América y Filipinas. Conf. LÓPEZ ROSAS, José
Rafael. “Historia Constitucional Argentina” Pág. 18 y ss. Ed. Astrea. Bs. As. 1984.
2
Las intendencias que se crearon fueron las siguientes, a saber:
1) La de Buenos Aires y su distrito privativo, con jurisdicción sobre todo el
territorio de su obispado.
2) La de Asunción del Paraguay, con jurisdicción en el territorio del obispado de
ese nombre.
3) La de San Miguel del Tucumán, con jurisdicción en el obispado de su nombre.
4) La de Santa Cruz de la Sierra, sobre el territorio de su obispado.
5) La de La Paz, sobre el territorio de su obispado y las provincias de Zampa,
Carabaya y Azángara.
6) La de Mendoza, con jurisdicción en la provincia de Cuyo.
7) La de La Plata, sobre el territorio del arzobispado de Charcas, menos seis
provincias.
8) La de Potosí, con estas seis provincias, o sean las de Porco, Charcas, Atacama,
Lipez, Chichas y Tarija.
La Reforma de 1783: Por sugerencia del virrey del Río de la Plata, don Juan José
de Vértiz y Salcedo, el monarca español sancionó la Real Orden del 5 de agosto de 1783,
por la que se suprimió la intendencia de Mendoza y con ese territorio y el de la de
Tucumán se formaron dos Intendencias: a) Córdoba del Tucumán, que comprendía
Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja, y b) Salta del Tucumán, con jurisdicción sobre
Jujuy, San Miguel (hoy Tucumán), Santiago de Estero y Catamarca. En 1807, se agregó la
ciudad de Tarija (hoy Bolivia).
Además se desmembró de la Intendencia de La Plata, el distrito de Cochabamba,
que fue agregado a Santa Cruz de la Sierra. Con ambos territorios se organizó una
Intendencia con el nombre de Cochabamba, cuya capital fue la ciudad de este nombre,
desapareciendo la de Santa Cruz.
La reforma de 1783, mantuvo los gobiernos militarse de Mojos y Chiquitos,
organizándose los de carácter militar de Misiones y Montevideo, que dependían
directamente del virrey.
El gobierno militar de los treinta pueblos de Misiones, organizado como
consecuencia de la expulsión de los jesuitas, no comprendió lo político y administrativo,
dependiendo, según las jurisdicciones respectivas, de las intendencias de Buenos Aires y
Paraguay. Recién por Real Cédula del 17 de mayo de 1803, la Corona modificó este
régimen provisorio, estableciendo un gobierno político y militar con los treinta pueblos
de Misiones, separándolos totalmente de las Intendencias de Buenos Aires y del Paraguay,
pero manteniéndolos dentro del cuerpo general de Virreinato.3
Después de 1784, se conformó la Intendencia de Puno, que se incorporó en lo
judicial a la Real Audiencia de Cuzco luego de creada ésta, en 1787, hallándose en la
curiosa situación de depender en lo político, administrativo y militar de Buenos Aires, y en
3
GÓMEZ, Hernán F., en "Historia de Nación Argentina por la Academia Nacional de la Historia (Desde los
Orígenes Hasta la Organización Definitiva en 1862), dirigida por Ricardo Levene, Vol. X, Historia de las
Provincias, límites interprovinciales y Territorios Nacionales", Librería y Editorial "El Ateneo", Buenos
Aires, 1947, pags. 549 y 561.
3
lo judicial de un organismo perteneciente al Virreinato del Perú. La Intendencia de Puno
pasó al Virreinato del Perú desde 1796.4
Es cuestión debatida la importancia que, como antecedente real del federalismo
argentino ha tenido la Real Ordenanza de Intendentes, de 1782. Para algunos, ha sido un
antecedente valioso que indicó a los pueblos el camino de su gobierno propio. Para otros,
no pasó de una ordenación administrativa bien intencionada, pero alejada de la realidad y
por lo mismo impracticable.5 Es evidente que la propia naturaleza de la institución, cuyo
titular era designado por la autoridad central sin intervención ninguna de la población local
lo hacen más cercano a la figura de un interventor que a la de un gobernador, y poco
ejemplo de gobierno propio parece extraerse de ello. 6 Sin embargo, la división territorial
ensayada fue sin dudas la base de lo que más tarde fueron nuestras provincias históricas, y
un tímido comienzo de gobierno propio en las cuestiones eminentemente locales,
atribuidas a los gobernadores intendentes.7
4
SIERRA, Vicente Daniel. “Historia de la Argentina” T. III. Pág. 470. Ed. Científica Argentina. Bs. As. 1981.
ROSA, José María. “Historia Argentina” T. 1. Pág. 398. Ed. Oriente. Bs. As. 1974.
5
“Tan lejos de que las Intendencias fueran gobiernos locales, o punto de partida para lo que se ha llamado
después autonomías o localismo político, se nota que precisamente aquellos territorios que nunca habían sido
intendencia ni provincia, fueron los que levantaron después de 1810 la bandera del autonomismo y de la
segregación: Banda Oriental, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes. No hay país alguno que se pueda gobernar
sin autoridades de fracción para cada lugar; pero esto no quiere decir que la Intendencias fueran gobiernos
locales, cuando no eran sino agencias administrativas del centralismo político. Sólo se llama gobierno local
aquel en cuyo seno está el jefe o el mecanismo superior que lo dirige; y las Intendencias en lo político y en lo
económico eran meras oficinas de ejecución y de despacho subalterno en el orden cuya cabeza era el
virrey...” LÓPEZ, Vicente Fidel. “Historia de la República Argentina” T. I pág. 473. Ed. G. Kraft. Bs. As.
1913.
6
“Era el régimen de las intendencias marcadamente unitario y si no implantó en el Río de la Plata un rígido
centralismo fue porque la extensión del virreinato no lo permitía. Pero aun así la nueva ordenanza, como las
ensayadas en la metrópoli, apuntaba a la destrucción de la autonomía municipal y a subordinar a las nuevas
capitales de intendencia las ciudades que durante dos siglos habían gozado de libertades y aprendido a
bastarse a sí mismas, por el aislamiento en que habían vivido...” BUSANICHE, José Luis. “Historia
Argentina” Pág. 268-269. Ed. Solar-Hachette. Bs. As. 1975.
7
ZAVALÍA, Clodomiro. “Derecho Federal” T. I, pág. 39 y 40. Tercera Edición. Ed. Compañía Argentina de
Editores. Bs. As. 1941.
4
5
III.- PROCESO HISTÓRICO DE FORMACIÓN DE LAS PROVINCIAS
ARGENTINAS.
8
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pag. 550.
9
Corresponde al actual departamento paraguayo de Ñeembucú, que comprende el territorio ubicado entre el
río Tebicuary, hasta su desembocadura en el río Paraguay y el río Alto Paraná.
10
“Las trece provincias de 1823 tienen la jurisdicción de sus municipios que le dan, por regla, su nombre. El
factor de su autonomía han sido las milicias ciudadanas. Como las villas carecen de milicias (salvo las villas
entrerrianas) han quedado subordinadas a las ciudades. Cada municipio ha dado lugar a una provincia, con
dos excepciones: Salta y Entre Ríos...” ROSA, José María. Op. cit. T. 3 Pág. 330.
11
Si bien existen algunas opiniones diferentes, parece prevalecer la posición de que el nombre “Cuyo”
proviene de la voz araucana “cuyum” que significa arena y provendría de la condición de zonas desérticas y
tierras arenosas que, especialmente por el siglo XVII, predominaban en el paisaje de la región. Conf. Sierra,
Vicente Daniel. Historia de la Argentina. T. I pág. 425. Ed. UDEL. Bs. As. 1956.
6
San Juan y San Luis, estableciéndose como capital a la ciudad de Mendoza. La citada
resolución es motivada, tal como ella misma lo dice, porque "la experiencia ha acreditado
ya los inconvenientes que provienen de que los pueblos de Mendoza, San Juan y San Luis,
sigan unidos al gobierno-intendencia de Córdoba, mucho más cuando después de la
formación de un Estado diverso al otro lado de los Andes, amenazado actualmente de
invasión enemiga, es necesario dar impulso y vigor a estas poblaciones".12
Designado gobernador intendente el general José de San Martín, escogió como
colaboradores, con el cargo de teniente gobernador a dos prestigiosos ciudadanos: en San
Juan al doctor José Ignacio de la Rosa y en San Luis al sargento mayor Vicente Dupuy.
2.- La provincia de Entre Ríos: El territorio de la provincia de Entre Ríos, no
estuvo sujeto durante el período hispano, a una sola autoridad local, sino que comprendía
tres regiones:
La zona sur y sudeste, lindante con el río Uruguay, hasta Mandisoví (hoy
Federación), dependía directamente de Buenos Aires, con la gestión inmediata
de un Comandante militar, y cabildos locales en Gualeguay, Gualeguaychú y
Arroyo de la China (actual ciudad de Concepción del Uruguay).13 Dicha
comandancia fue puesta el 5 de septiembre de 1810 bajo la dependencia directa
del teniente gobernador de Santa Fe, y cuando se suscribió el tratado de paz
entre Buenos Aires y Montevideo el 20 de octubre de 1811, fue entregada al
virrey Elio 14 de esta última ciudad.
La zona de Federación, ex Mandisoví, hasta el río Mocoretá (actual límite
nordeste de Entre Ríos), dependía del gobierno de Yapeyú, es decir, integraba el
gobierno político militar de Misiones creado en 1803.
La zona del Paraná, en cincuenta leguas de frente, a contar de la boca del río
Guayquiraró hacia el sur, correspondía a la ciudad de Santa Fe y estaba bajo la
jurisdicción de su tenencia y gobierno, integrando la Intendencia de Buenos
Aires.
La reunión de estas tres regiones bajo el imperio de una sola autoridad local,
estructuró la provincia de Entre Ríos.
El germen de este proceso político fue la reacción suscitada en la comandancia
general de las ciudades de Concepción del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú, por las
estipulaciones del tratado entre Buenos Aires y Elio de 1811. El alzamiento de los cabildos
y los pueblos que no acataron su incorporación jurisdiccional a Montevideo, cortó el lazo
de dependencia con las autoridades de Buenos Aires, cuya preeminencia posterior, siempre
intermitente, tuvo por base la fuerza. Cuando esta cesaba o era vencida, esa región volvía a
gobernarse por sí misma.
Mientras se desarrollaba este proceso político, el Director Supremo de las
Provincias Unidas del Río de la Plata, don Gervasio Antonio Posadas dictó, con fecha 10
de septiembre de 1814, un decreto por el que creaba las provincias de Entre Ríos y
12
GONZALEZ CALDERÓN, Juan A., "Introducción al Derecho Público Provincial", Buenos Aires, Librería
Nacional, 1913, pág. 20.
13
La región correspondía antes de 1778 al Alfoz del Cabildo de Santa Fé, pero fue separada por el Virrey
Vértiz, poniéndola bajo la comandancia de un jefe militar que reportaba directamente al Virrey. Conf.
ROSA, José María. Op. Cit. T. 3 Pág. 91 y 92.
14
Luego de producida la Revolución de Mayo, el Consejo de Regencia de Cádiz, designó virrey del Río de la
Plata a don Francisco Javier de Elio, quien arribó a Montevideo en diciembre de 1810, desempeñando su
cargo en esta ciudad hasta 1812.
7
Corrientes, separándolas de la Intendencia de Buenos Aires. Meses antes, concretamente el
7 de marzo de 1814, se había declarado provincia a la Banda Oriental del río Uruguay, que
integraba todos los territorios de la costa oriental y septentrional del Río de la Plata.
El dictado de ambos decretos, tanto el de organización de la provincia oriental,
como el de creación de las de Entre Ríos y Corrientes, obedeció a propósitos políticos bien
claros del directorio, y tal fue la valorización que el litoral hizo de ellos. Tan cierto resulta
esto, que ni siquiera hubo una notificación recíproca entre las partes implicadas.
En febrero de 1814 el coronel José Eusebio Hereñú venció a las fuerzas enviadas
desde Santa Fe, al mando de Holmberg, en la batalla del Espinillo 15 ocupando la Villa de la
Bajada Grande del Paraná (actual ciudad de Paraná). Nació de esta forma, una autoridad
que centralizaba el gobierno de los pueblos con excepción de la zona de Mandisoví, que
estaba desde 1811 ocupada por el general Artigas. Entre Ríos formó parte de “Los Pueblos
Libres” bajo el protectorado de Artigas hasta 1820.
Las formas provinciales definitivas de Entre Ríos, se establecieron bajo el gobierno
del general Francisco Ramírez y tuvieron su expresión cierta en la Convención celebrada
entre Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, en la capilla del Pilar, el 23 de febrero de 1820.
En este tratado se convino que el deslinde del territorio de las provincias "se remitirá en
caso de dudas a la resolución del Congreso General de Diputados (artículo 6º).16 El
Tratado de Pilar constituye la primera manifestación expresa de la existencia de la
“Provincia de Entre Ríos” y su reconocimiento por parte de las otras provincias
contratantes.
2.1. - La República de Entre Ríos: El caudillo oriental, José Gervasio de Artigas,
rechazó los términos del Tratado del Pilar y acusó a Ramírez de haberse aliado con el
partido vencido, llamado "directorial", por lo que decidió invadir la provincia de Entre
Ríos. Ambos caudillos se enfrentaron en varias batallas, resultando de ellas la completa
derrota de Artigas, lo que motivó que este último se exiliara en forma definitiva en el
Paraguay, "para no volver más a ver el sol de la patria".
Así las cosas, Ramírez trató de reorganizar las provincias "conquistadas" que
comprendían todo el territorio de la Mesopotamia. Para ello encargó a su ministro, don
Cipriano Urquiza (hermano del vencedor de Caseros), la redacción de un Reglamento
Provisorio Constitucional. Esta norma, estableció comandancias generales en cada una de
las provincias, las que entendían en lo civil y militar, designándose en la de Misiones a don
Felix Aguirre, en la de Corrientes a don Evaristo Carriego y en la de Entre Ríos a don
Ricardo López Jordán. Asimismo, se conservaron las antiguas denominaciones de partidos,
subdivididos en departamentos y distritos de campaña, había también comandantes o
jueces comisionados de partido y de departamento, encargados de la parte administrativa
de los mismos.
Esta fue la organización dada por Francisco Ramírez a la denominada "República
de Entre Ríos", la que tuvo una vida efímera, ya que luego de la muerte del caudillo
entrerriano en Río Seco, el 10 de julio de 1821, se designo jefe supremo interino de la
misma a don Ricardo López Jordán, quien fue destituido por Lucio Norberto Mansilla,
luego de la sublevación del 23 de septiembre de 1821, con lo que se puso fin a esta
república.17
15
ROSA, José María. Op. cit. T. 3. Pág. 92 y 93.
16
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pags. 583 y 584.
17
GONZALEZ CALDERÓN, Juan A. Op. cit., págs. 38 y 39.
8
Durante el gobierno de Mansilla, se dictó con fecha 4 de marzo de 1822, el Estatuto
Provisorio de Entre Ríos, redactado por el doctor Pedro José Agrelo.18
3. - La provincia de Corrientes: La entrega del territorio comprendido entre el río
Tebicuary hasta su desembocadura en el río Paraguay y el río Alto Paraná, a la Intendencia
del Paraguay; la de los pueblos entrerrianos costeros al río Uruguay, al virrey Francisco
Javier de Elio; y la indiferencia con la que los hombres de la revolución vieron las
invasiones y atropellos de los portugueses en la zona oriental correntina y misionera
(hechos desde el Brasil), robustecieron el sentido de la personalidad local e inclinaron a los
correntinos a las ideas federales que sustentaba el general Artigas.
El 10 de marzo de 1814, el teniente Juan Bautista Méndez, se declaró en armas,
depuso al teniente gobernador designado por Buenos Aires, siendo aclamado gobernador.
El 20 de abril de 1814, el Cabildo resolvió declarar la independencia de Corrientes bajo el
sistema federativo, reconociendo al general Artigas como protector, y convocó al Congreso
Provincial, el que se reunió el 11 de junio de 1814.
De esta forma, quedó abierto el proceso de definición de las formas políticas
provinciales. Así las cosas, el director Posadas buscó atraerse la buena voluntad de la clase
culta correntina, dictando el decreto del 10 de septiembre de 1814, por el que se
provincializaba a la ciudad de Corrientes, a cuyo territorio anexó el de Misiones. Con esta
maniobra política, el Directorio intentó satisfacer a los correntinos, reconociéndoles el
derecho histórico sobre la zona misionera, que había estado por más de un siglo y medio en
manos de los jesuitas, y que desde 1810 era una provincia del Estado, con gobernadores
designados desde Buenos Aires.
Corrientes (como en la misma oportunidad los pueblos de Entre Ríos), hizo caso
omiso al decreto del director Posadas, y continuó la definición de sus formas políticas,
sobre la base de los proveídos de sus congresos provinciales.
La personalidad política e institucional de la provincia de Corrientes, no tuvo su
origen en el decreto del Directorio del 10 de septiembre de 1814. Su personalidad fue el
resultado de un largo y glorioso proceso de estructuración, que dio al pueblo correntino la
libertad y el derecho a gobernarse por sí mismo, no como un don gratuito y por eso
perecedero o sin contenido espiritual, sino como algo que se conquistó con sacrificio,
como condición dignificada de la vida.
En 1820, como consecuencia del Tratado del Pilar, el general Francisco Ramírez
inició una política de conquista de la Mesopotamia. Vencido el general Artigas y las
fuerzas correntinas y misioneras, el general Ramírez proclamó, el 26 de septiembre de
1820, la creación de la República de Entre Ríos, cuya primera magistratura ejerció con el
título de Supremo Entrerriano.
El 12 de octubre de 1821, un pronunciamiento popular (idéntico en sus fines al
ocurrido en Paraná), reivindicó la autonomía de la provincia restableciendo sus poderes
políticos.19
El 11 de diciembre de 1821, se dictó un Reglamento Provisorio Constitucional, el
que fue reemplazado por uno nuevo sancionado el 22 de septiembre de 1824 20, el que tuvo
vigencia hasta la sanción de la Constitución de 1856, primer Carta Fundamental que se dio
la provincia luego de la organización nacional.
18
ZAVALÍA, Clodomiro, Op. Cit. Pág. 133.
19
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pág. 590 y 591.
20
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pág. 133
9
4.- La provincia de Santa Fe: La ciudad de Santa Fe, con los términos que le
asignó su fundación, integraba, al momento de la Revolución de Mayo, la Intendencia de
Buenos Aires, continuando bajo su dependencia hasta 1815.
Es dable señalar que, si bien el gobierno nacional dictó a partir de 1813, diferentes
decretos creando nuevas provincias, no consideró prudente la segregación de Santa Fe.
Existen motivos para creer que la decisión del Directorio de mantenerla unida a Buenos
Aires, se fundó en la necesidad de favorecer las comunicaciones con el Alto Perú, donde la
lucha se prolongaba en forma desventajosa para los ejércitos patriotas. Santa Fe era la ruta
indispensable para las expediciones al Norte, pues existía la ineludible necesidad de evitar
a los indios pampas en el sur de Córdoba, de modo que se juzgaba prudente y necesario
mantener el control del territorio santafecino.21
El 24 de marzo de 1815, como consecuencia de un movimiento popular, el Cabildo
designó gobernador provisorio a don Francisco Antonio Candioti, expulsó al entonces
teniente gobernador Díaz Vélez, declaró a Santa Fe independiente de la Intendencia de
Buenos Aires, y reivindicó la soberanía de la provincia.22
No obstante lo expuesto, puede considerarse que el proceso de establecimiento
provincial santafesino concluyó definitivamente el 23 de julio de 1818. En efecto, en esa
oportunidad el comandante de armas, don Estanislao López, se proclamó a sí mismo
gobernador interino de la provincia, cuyos destinos rigió hasta el 15 de julio de 1838.23
El gobernador López, sancionó el 26 de agosto de 1819 un Reglamento Provisorio
para el Gobierno y la Administración de la Provincia, que puso él mismo en vigencia "en
nombre del pueblo de Santa Fe". Esto constituye algo verdaderamente novedoso en la
historia de nuestro derecho público provincial, ya que los reglamentos provisorios
constitucionales dictados por las provincias argentinas durante la primera mitad del siglo
XIX, es decir, antes de la organización nacional, fueron en todos los casos sancionados por
las respectivas legislaturas provinciales.
Por último, corresponde destacar que Buenos Aires, recién aceptó la autonomía de
Santa Fe en ocasión de la firma del Tratado del Pilar, el 23 de febrero de 1820, ya que este
pacto político entre las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, implicaba
necesariamente el reconocimiento recíproco de la soberanía estadual.24
5. - La disolución de la Intendencia de Cuyo. El nacimiento de nuevas
provincias: El día 9 de enero de 1820, estalló una revuelta en San Juan que concluyó con
la separación del cargo del teniente gobernador de la Rosa, declarando su separación de
Mendoza y asumiendo su propia soberanía. Si bien el gobernador intendente general
Luzuriaga, intentó en un primer momento sofocar esta asonada, no sólo desistió de esta
empresa, sino que terminó dimitiendo a su cargo para evitar lo que podía llegar a
convertirse en un baño de sangre. Con la separación de San Juan, aceptada por Mendoza,
quedaba de hecho rota la unidad de Cuyo y por ende disuelta la Intendencia.
5.1. - La provincia de San Juan: Como consecuencia de los hechos narrados
precedentemente, se labró un acta con fecha 1 de febrero de 1820, en donde se declaró que
San Juan sería independiente y soberana pero "unida en el modo más solemne a las demás
provincias federadas".
Desde los primeros días de la vida autónoma de San Juan, desempeñó un rol
preponderante el doctor Salvador María del Carril, bajo cuyo gobierno se sancionó el 3 de
21
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 125.
22
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pag. 607.
23
GONZALEZ CALDERÓN, Juan A. Op. cit., pág. 22.
24
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pag. 607 y 608.
10
julio de 1825, la famosa "Carta de Mayo", un documento breve de apenas veintidós
artículos, que contiene una serie de principios básicos que hacen a la esencia misma del
estado de derecho, pero que en práctica no pasaron de ser más que nobles anhelos. Así, por
ejemplo, el artículo 4º garantizaba la libertad de pensamiento y sentimientos, otra
disposición consagraba a la religión Católica Apostólica Romana, como religión
dominante, la que se adopta voluntaria, espontánea y gustosamente. Por su parte, el
artículo 17 garantizaba que ningún ciudadano o extranjero, asociación del país o extraña a
él, podría ser turbado en el ejercicio público de la religión que profesare. No obstante lo
expuesto, corresponde resaltar, que no existe en este documento disposición alguna que se
refiera a la organización del gobierno, ni a las atribuciones de los distintos poderes del
estado.25
5.2. - La provincia de San Luis: A comienzos de febrero de 1820, llegó a San Luis
la noticia de los sucesos ocurridos en San Juan y Mendoza. Un grupo de oficiales retirados,
y de vecinos encabezados por Don Tomás Varas, pidieron un cabildo abierto que se realizó
el 15 de febrero de 1820, y que resolvió deponer al teniente gobernador Dupuy y demás
autoridades que le fueran adictas.
El mismo cabildo se reunió el día 26 de febrero, resolviendo sentar las bases de una
nueva organización administrativa, la que se plasmó en un acta que contiene el primer
instrumento de gobierno que se dio la provincia de San Luis para iniciar su vida autónoma.
Una vez sancionado el 1 de marzo de 1820, se procedió a designar presidente del Cabildo
gobernador al doctor José Santos Ortiz, quedando desde ese día la provincia en pleno goce
y ejercicio de su gobierno autónomo e independiente.26
Transcurridos doce años de vida autónoma, la provincia de San Luis se encontraba
quebrada moralmente, como así también empobrecida en su economía general. Habían
desfilado durante ese período mas de veinte gobernadores, que subían o descendían según
predominaran circunstancialmente, federales o unitarios, sin olvidar la invasión a la
provincia por parte del general chileno José Miguel Carreras. Como si ello no bastara por
sí solo para desmoralizar a la ciudadanía, eran permanentes las incursiones de los malones
indígenas capitaneados por el temible cacique Yanquetruz.27
En medio de esta grave situación general, y bajo el gobierno interino de Don Mateo
Gómez, se sancionó el día 7 de enero de 1832 un “Reglamento Provisorio”, que si bien fue
un tosco ensayo constitucional, significó el primer esfuerzo hacia la organización
rudimentaria de los poderes del Estado, en una época en que el vendaval de las pasiones y
enconos desatados, impulsaba las naves de los gobiernos locales. 28 Esta norma tuvo
vigencia hasta la sanción de la Constitución de 1855.
6. - La provincia de Córdoba: Esta provincia desempeñó un papel muy
importante durante la vida colonial, constituyendo el centro más representativo de las
actividades culturales de la época, ya que en ella se erigió la primer universidad que
funcionó en lo que hoy es nuestro suelo patrio, la que data de comienzos del siglo XVII.
Durante el período hispano, la Intendencia de Córdoba del Tucumán comprendía
una gran extensión que llegaba hasta Cuyo, incluso el valle de La Rioja. Reducidos luego
25
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pags. 126 y 152.
26
ROSA, José María. Op. cit. T. 3 Pág. 351.
27
PASTOR, Reynaldo A. “San Luis 1810-1832” en Historia de Nación Argentina por la Academia Nacional
de la Historia (Desde los Orígenes Hasta la Organización Definitiva en 1862), dirigida por Ricardo Levene,
Vol. X, Historia de las Provincias, límites interprovinciales y Territorios Nacionales, Buenos Aires, Imprenta
de la Universidad, 1942, pag. 325.
28
PASTOR, Reynaldo A., op. cit. Vol. X, pag. 330.
11
sus límites territoriales, no perdió por ello el importante influjo político que siempre tuvo
en la vida argentina.
Producida la Revolución de Mayo, muchos de los acontecimientos significativos de
nuestra historia, tuvieron por escenario su territorio. Uno de los hombres más
representativos del naciente federalismo argentino, Juan Bautista Bustos, rigió los destinos
de Córdoba en las agitadas horas de la anarquía. Supo explotar las consecuencias del
alzamiento de Arequito29, si bien en provecho inmediato de sus ambiciones personales,
también en beneficio de los destinos autónomos de la provincia.
Luego de producidos los hechos a que se alude precedentemente, Bustos se
apresuró a reunir una asamblea que declaró que la provincia era libre y soberana, sin
dependencia ni subordinación a otra, sin perder por ello de vista la aspiración común de la
unidad nacional.
El general Bustos permaneció nueve años al frente del gobierno, que fueron de
relativa tranquilidad dentro del marco general de la anarquía imperante.
El sentimiento autonomista, muy arraigado en el pueblo cordobés, trasciende
claramente tanto de la letra como del espíritu del Reglamento Provisorio Constitucional,
sancionado el 30 de enero de 1821.30
7. - La provincia de La Rioja: La antigua ciudad de La Rioja, dependía de la
Intendencia de Córdoba del Tucumán. En 1816 logró declarar su separación, pero una
disposición del Congreso de fecha 15 de diciembre de 1817, anuló esa resolución. Fue
recién luego de la caída de los poderes nacionales en 1820, que La Rioja asumió el rango
de provincia autónoma31, a la vez que era gobernada con el fuerte personalismo de Juan
Facundo Quiroga, lo que se evidencia en el hecho de que esta provincia junto a la de
Santiago del Estero, dominada por Ibarra, fueron las únicas que omitieron dictar un
estatuto provisorio o reglamento constitucional.32
8.- La provincia de Catamarca: El 29 de enero de 1811 se creó la tenencia de
gobierno de la ciudad de Catamarca, quedando a cargo del Coronel Domingo Ortiz de
Ocampo, con dependencia de Tucumán. En 1821, Catamarca había enviado diputados
tanto al Congreso Provincial de Tucumán, como al General de Córdoba. Esa situación fue
juzgada contradictoria por los integrantes del Cabildo, aunque en rigor no lo era. Todo ello
ocurría en el marco de la guerra entre Salta y Tucumán, y con la frecuente invasión de
fuerzas militares provenientes de otras provincias.33
En agosto de 1821 se produjo la separación de Catamarca, de acuerdo con lo
resuelto por el Cabildo, quien designó como primer gobernador a don Nicolás Avellaneda y
Tula, que contaba por entonces con 22 años de edad. En el acta labrada al efecto, puede
leerse que el pueblo de Catamarca de "facto" declarábase "tan libre y espontáneo como
todos los demás de la establecida Unión del Sur".
La provincia de Catamarca dictó su primer Reglamento Provisorio Constitucional el
11 de julio de 1823.34
29
Producida el 5 de enero de 1820, consistió en una revuelta de varios oficiales del Ejército del Norte, cuyo
regreso a Buenos Aires había sido ordenado por el Director Supremo, para utilizarlo en la prevista guerra
contra las provincias del litoral. Conf. ROSA, José María. Op. cit. T. 3 Pág. 346.
30
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pags. 124 y 125.
31
Conf. ZORRAQUIN BECÚ, Ricardo. “Historia del Derecho Argentino” Ed. Perrot. Bs. As. 1976. T. II Pág.
26.
32
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 130.
33
SIERRA, Vicente Daniel. Op. Cit. T. VII. Pág. 225 y ss.
34
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pags. 128 y 129.
12
9. La provincia de Tucumán: La provincia de Tucumán, fue creada por decreto
del 8 de octubre de 1814, separándola de la Intendencia de Salta del Tucumán. Comprendía
los territorios la actual provincia de aquél nombre, Santiago del Estero y Catamarca, siendo
su primer gobernador el general Hilarión de la Quintana.
En 1819 algunos oficiales del antiguo Ejército del Norte, encabezaron un
movimiento armado contra el gobernador Mota Botello, designando en su reemplazo a don
Bernabé Aráoz, quien contaba con gran simpatía popular. Fue el organizador de la llamada
"República Federal de Tucumán", la que tuvo una vida efímera, ya que luego de
proclamada por un pequeño congreso con la participación de Catamarca y Tucumán,
Santiago del Estero se segregó rápidamente.35
Más allá de la breve existencia que tuvo esta república, resulta interesante
comentar, aunque sea brevemente, algunas de las instituciones creadas por su constitución,
la que fue sancionada el 18 de septiembre de 1820. Si bien el texto de la misma se ha
extraviado, González Calderón asegura que la misma proclamaba la autonomía del estado,
dividido en tres provincias, dos de ellas administradas por gobernadores intendentes y la
tercera directamente por el presidente de la república. Asimismo, creaba una legislatura
elegida por el voto popular, electora a su vez de los tres funcionarios que ejercían las
funciones ejecutivas. Organizaba la justicia creando dos cámaras, una de ellas, denominada
corte suprema, compuesta por tres ministros, uno de ellos regente y los otros dos jueces de
alzada, y un fiscal; la otra denominada corte primera, formada por dos ministros de
justicia, un fiel ejecutor, un juez de policía, un síndico procurador y un defensor de pobres,
menores y ausentes. La corte primera, además de sus funciones judiciales, tenía a su cargo
los servicios de orden municipal y la mayor parte de las atribuciones del viejo cabildo.
Conservó de esta forma el carácter popular de la institución, a la cual reemplazaba y
actuaba como intermediario entre las altas autoridades y los vecinos de la provincia.
Esta fue en síntesis la organización política de la República Federal de Tucumán,
que pese a su denominación, en ningún momento negó el vínculo nacional que las ligaba
con sus provincias hermanas.36
10. - La provincia de Santiago del Estero: Esta provincia nació a la vida
autónoma el 27 de abril de 1820 en que se segregó de la República de Tucumán. Ello no
ocurrió de un modo pacífico, antes bien, se hizo necesario el choque de las armas 37,
apareciendo por primera vez en escena Juan Felipe Ibarra. Triunfante éste sobre las fuerzas
tucumanas, se reunió el cabildo santiagueño y proclamó la independencia, a través de un
documento en el que se manifiesta, entre otras cosas, que "Declaramos por la presente
acta nuestra jurisdicción de Santiago del Estero uno de los territorios unidos de nuestra
Confederación del Río de la Plata", agregándose en otro párrafo "No reconocemos otra
soberanía ni superioridad sino la del Congreso de nuestros co-estados, que va a reunirse
para organizar nuestra federación".38
11. - La provincia de Salta: Esta provincia fue creada por decreto de fecha 8 de
octubre de 1814, y estuvo originariamente compuesta por las ciudades de Salta, Jujuy,
Orán, Tarija y Santa María, teniendo por límite las jurisdicciones respectivas.
35
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 128. ZORRAQUÌN BECÚ, Ricardo. Op. cit. T II Pág. 191.
36
GONZALEZ CALDERÓN, Juan A. Op. cit., págs. 36, 37 y 38.
37
Se trata de la guerra entre Santiago del Estero y Tucumán, ocurrida en 1821, y en la que Santiago contó con
el apoyo de Salta, gobernada por Güemes. Conf. SIERRA, Vicente Daniel. Op. cit. T. VII Pág. 206 y ss.
38
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 129.
13
La primer carta fundamental que tuvo Salta, fue el Estatuto Provisorio sancionado
el 19 de diciembre de 1821.39
12. - La provincia de Jujuy: Esta provincia nació a la vida autónoma el 18 de
noviembre de 1834, por declaración "de su pueblo que había reasumido todos sus
derechos para discutir, resolver y decidir su suerte", pronunciando en consecuencia su
separación e "independencia política" de la capital de Salta. Sin embargo, Jujuy ya había
manifestado repetidamente su vocación autonomista. En efecto, el Cabildo de Jujuy, el 19
de febrero de 1811 remitió una nota a la Junta Grande en la que reclamaba que la ciudad
“deve ser reputada como una pequeña República que se gobierna a sí misma” y su
diputado el presbítero Juan Ignacio Gorriti sostenía que todos los pueblos eran iguales y
debían entenderse directamente con el gobierno supremo sin dependencia ninguna de las
antiguas capitales de intendencia.40
La Junta Legislativa de la provincia de Salta, manifestó su reconocimiento el 2 de
diciembre de 1834, lo que también hizo el gobierno presidido por don Juan Manuel de
Rosas, el 17 de septiembre de 1835.41
La primer carta fundamental que se dio la provincia de Jujuy, fue el Estatuto
Provisorio dictado en noviembre de 1835.42
13.- Las Nuevas Provincias: En aplicación de lo dispuesto en el art. 13º de la
Constitución Nacional, el Estado Federal Argentino ha admitido nuevas provincias con
posterioridad al proceso de organización y al cierre del ciclo del Poder Constituyente
Originario, de 1853-1860. En efecto, al constituirse el Estado Federal lo componían las
catorce provincias históricas, cuya formación y origen previo a la Revolución de Mayo
hemos analizado. El resto del actual territorio argentino lo constituían los llamados
“territorios nacionales”. Se trataba de vastas regiones poco pobladas, que no constituían
provincias, y por lo tanto carecían de autonomía. Eran gobernados por autoridades
designadas directamente por el gobierno federal, con el título de gobernadores del
territorio. No elegían representantes al Senado de la Nación, ni tenían legislatura local,
aunque sí un régimen municipal para las poblaciones de cierta magnitud.
A partir de 1951 comenzó un proceso de convertir paulatinamente en provincias a
esos territorios. En ese año se dictó la Ley 14.037, publicada el 10 de agosto de 1951, que
convirtió en provincias a los hasta entonces territorios nacionales de La Pampa y Chaco,
los que adoptaron al convocarse a sus respectivas Convenciones Constituyentes los
nombres de “Provincia Eva Perón” en el caso de La Pampa, y “Provincia Presidente
Perón” el Chaco.
El 4 de enero de 1954 se publicó la Ley 14.294, que creó la Provincia de Misiones,
en el territorio del mismo nombre.
El 30 de junio de 1955, se publicó la Ley 14.408 que elevó a la categoría de
provincias a los hasta entonces territorios nacionales de Chubut, Formosa, Neuquén, Río
Negro, y Santa Cruz.
El proceso culmina el 15 de mayo de 1990, en que se publica la Ley 23.775,
creando la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Cada nueva provincia se incorpora al estado federal con los mismos derechos y
prerrogativas que las provincias antes existentes, y adquiere el derecho de ser representada
en el Congreso de la Nación por tres senadores, y el número de diputados que le
39
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 129.
40
ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. Op. cit. T. II Pág. 23 y 24.
41
GONZALEZ CALDERÓN, Juan A. Op. cit., pág. 33.
42
ZAVALÍA, Clodomiro. Op. cit., pag. 134.
14
corresponda por su población, dictarse su propia constitución y regirse por sus propias
autoridades y leyes en materias de su competencia.
INTRODUCCIÓN.
43
PEREIRA PINTO, Juan Carlos; DANIELIAN, Miguel y CREGO, Rubén E. “Constitución de la Provincia
de Buenos Aires” Pág. 139. Ed. Abeledo Perrot. Bs. As. 1982.
15
De acuerdo con lo establecido por el Estatuto Provisional, se convocó a elecciones
para el Congreso Nacional, que se reunió en Tucumán el 24 de marzo de 1816, declarando
la independencia el 9 de julio del mismo año.
Durante el gobierno del director Antonio González Balcarce se gestó un
movimiento provincialista, que tenía por objeto constituir un gobierno local dentro del
régimen federal.
El Cabildo de Buenos Aires recibió, con fecha 16 de mayo de 1816, la noticia de
que el Congreso Nacional había designado Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón,
lo que precipitó que un grupo de vecinos se dirigiera al Gobernador Intendente de Buenos
Aires, reclamando que con la ciudad y la campaña se conformara una provincia autónoma.
Este movimiento federalista fue sofocado, lo que produjo que González Balcarce dejara el
gobierno, asumiendo Pueyrredón.
El Congreso Nacional que había declarado la independencia, continuó sesionando y
en 1819 dictó una Constitución unitaria44 que mereció el rechazo de todas las provincias,
que evidenciaban un sentimiento autonomista.45
En atención a que durante el transcurso del año 1819 se había enrarecido el clima
político, el director Pueyrredón ordenó al Ejército del Norte que se hallaba estacionado en
Córdoba que retornara a Buenos Aires, con el fin defender la ciudad frente a un inminente
ataque por parte de los caudillos de la Liga del Litoral. Belgrano que era el jefe de dicho
ejército, tenía su salud muy deteriorada como para cumplir personalmente tal directiva, por
lo que dispuso que el segundo jefe, general Francisco Fernández de la Cruz, cumpliera con
la orden del Directorio. Así lo hizo, pero cuando el ejército se encontraba en la posta de
Arequito, los generales Bustos e Ibarra se sublevaron retornando con el ejército a Córdoba.
Ante esta situación Pueyrredón renunció, siendo reemplazado interinamente por el general
José Rondeau.
Ante le avance de los caudillos López, de Santa Fe y Ramírez de Entre Ríos,
Rondeau logró formar un ejército de 2.000 hombres y salió al encuentro de los mismos,
siendo derrotado en la batalla de Cepeda del 1 de febrero de 1820. 46 El triunfo de los
caudillos del litoral, produjo la caída de la autoridad nacional, Directorio y Congreso, y el
comienzo de la llamada anarquía del año XX.
44
En verdad la Constitución de 1819, no establecía con claridad la forma de gobierno que adoptaba, por lo
que se amoldaba perfectamente a un régimen monárquico.
45
CUELI, Hugo Oscar, "Constitución de la Provincia de Buenos Aires Anotada y Comentada", Ed. La Ley,
Buenos Aires, 1996, pags. 21 y 22.
46
“...El general Rondeau, como tantas veces lo había ya probado, era de tan escasa fantasía y de un espíritu
tan lento, que no sabía prever los movimientos, ni combinar aquellos golpes de vista con que un general debe
preparar y desenvolver sus planes. Sin criterio para comprender lo que exigía el supremo mando militar, se
limitaba en sus malhadadas campañas a marchar hasta donde el enemigo lo detenía. Otro hombre, en su
caso, habría operado en retirada hasta respaldarse en un centro firme, para reaccionar desde allí cuando el
empuje del enemigo hubiera venido a quebrarse en la solidez de la resistencia...” LOPEZ, Vicente Fidel. Op.
cit. T. VIII Pág. 76 y 77.
16
Abierto" para el día 16 de febrero. Asistieron al Cabildo Abierto 184 vecinos principales,
los que se dieron el ancho nombre de “pueblo de Buenos Aires” 47 y designaron 12
delegados de la Junta de Representantes, en representación exclusivamente de la ciudad, y
a la espera de que la campaña hiciera lo propio, la que el 17 de febrero eligió a Manuel de
Sarratea gobernador provisional de la provincia, quien asumió al día siguiente, es decir, el
18 de febrero, por lo que por un día lo sustituyó el Alcalde de Primer Voto, don Juan Pedro
Aguirre.
El 23 de febrero de 1820, se reunieron en la Capilla del Pilar los gobernadores
Sarratea, de Buenos Aires; Ramírez, de Entre Ríos y López, de Santa Fe, y firmaron un
tratado que constituye un hito fundamental en la historia constitucional de nuestro país, ya
que es el primero de los pactos preexistentes a los que alude el Preámbulo de la
Constitución Nacional. Esta convención fue ratificada por la Junta Provincial el 24 de
febrero.
Los términos del Tratado del Pilar produjeron una reacción en Buenos Aires, ya que
se lo consideró como una rendición incondicional, por tal motivo un grupo de vecinos
depuso a Sarratea de su cargo el día 6 de marzo de 1820, designándose a Juan Ramón
Balcarce como gobernador, aunque por pocos días, ya que el 11 de marzo Sarratea fue
repuesto en el cargo gracias a la intervención del caudillo entrerriano, Francisco Ramírez.
En lo que respecta a la Junta de Representantes, que se hallaba constituida
únicamente por diputados de la ciudad, la misma se disolvió el 5 de marzo. Por tal motivo
el 6 de abril de 1820, Sarratea publicó un bando por el que se convocaba a elecciones para
el 20 de abril de ese mismo año, con el objeto de conformar una Sala de Representantes
con miembros de la ciudad y de la campaña.
De acuerdo con lo dispuesto, se eligieron doce diputados por la ciudad y doce por la
campaña, los que celebraron su primera reunión el 30 de abril de 1820, siendo dable
destacar que el 30 de mayo de ese año la Junta de Representantes sancionó el primer
Reglamento Constitucional de la provincia de Buenos Aires, que más allá de las
imperfecciones propias de la época, marca el comienzo del proceso de institucionalización
provincial.
El gobernador Sarratea fue depuesto el 2 de mayo de 1820, siendo designado en su
reemplazo Ildefonso Ramos Mejía48, quien renunció el 20 de junio de 1820, recayendo el
gobierno en el Cabildo. Ese día 20 de junio es conocido como el día de los tres
gobernadores, ya que a Ramos Mejía y el Cabildo cabe sumar al general Soler que el 16 de
junio fue proclamado gobernador por la caballería de la campaña.
El 23 de junio de 1820 el general Soler se hizo cargo del gobierno, dirigiendo de
inmediato sus fuerzas para repeler la invasión de López que estaba aliado con Alvear y
también con Carreras. El 28 de junio de 1820, Soler fue derrotado en la Cañada de la Cruz
y el 30 de junio renunció como gobernador.
Frente a estos acontecimientos los representantes de la campaña se reunieron el 1
de julio de 1820 en Luján y eligieron a Alvear como gobernador de la provincia, mientras
que el 4 de julio, los diputados de la ciudad elegían para ese cargo a Dorrego. Como este
último debía salir de la ciudad para organizar las fuerzas militares de Buenos Aires y
47
ROSA, José María. Op. cit. T. 3 Pág. 258 y ss. Pereira Pinto, Danielian y Crego opinan, en cambio que
asistieron 222 vecinos. Op. cit. Pág. 140. Vicente Daniel Sierra, por su parte, opina que fueron 182 los
asistentes. Op. cit. T. VII Pág. 56.
48
“Ildefonso Ramos Mexía fue elegido gobernador porque carecía de títulos para serlo. No tenía antecedente
alguno para el cargo, pero eso mismo hizo que tampoco lo tuviera para ser combatido. Sometido a la Junta
de Representantes, y, personalmente, de carácter pusilánime, su actuación careció de autoridad y por lo
mismo de trascendencia...” SIERRA, Vicente Daniel. Op. cit. T. VII Pág. 103.
17
combatir con ellas, se nombró gobernador sustituto a Marcos Balcarce quien asumió el 18
de julio y cesó el 26 de septiembre de 1820.
El coronel Dorrego enfrentó al ejército de López, Carreras y Alvear el 2 de agosto
de 1820 en la ciudad de San Nicolás y los derrotó, al igual que diez días después en las
márgenes del Arroyo Pavón; no obstante ello, López pudo reorganizar sus fuerzas y el día
2 de septiembre de 1820 batió a Dorrego en el campo de Gamonal.
El 26 de septiembre de 1820, la Junta de Representantes, designó como gobernador
interino a Martín Rodríguez quien sucedió a Marcos Balcarce.49
18
soportado a costa de sangre, desembolsos, ruinas y sacrificios de todo género, su
concurrencia al diminuto Congreso reunido en Córdoba, menos conveniente a las
circunstancias presentes nacionales, y al de separarse la de Buenos Aires, única en
regular aptitud respectiva para sostener los enormes gastos de un Congreso, sus empresas
marciales y en sostén de su naciente autoridad, quedan mutuamente ligadas a seguir la
marcha política adoptada por aquella en el punto de no entrar en Congreso por ahora, sin
previamente arreglarse, debiendo, en consecuencia, la de Santa Fe retirar su diputado de
Córdoba".
En otro orden de cosas, con fecha 24 de diciembre de 1821, se sancionó la Ley Nº
124, por la que se suprimieron los Cabildos, encomendándose las funciones judiciales de
éstos a otros órganos, naciendo un nuevo sistema judicial dentro del cual se creaban cinco
juzgados de primera instancia (dos en la capital y tres en la campaña); se organizaba el
ministerio público, estableciéndose además juzgados de paz en todas las Parroquias de la
campaña.51
Por último, y siempre vinculado con la acción política, el 23 de diciembre de 1823
se sancionó una ley por la cual se regulaba la elección del gobernador.
b) Acción Institucional: Se creó la Contaduría y la Tesorería provincial, como así
también el Tribunal de Cuentas. Asimismo, el 6 de septiembre de 1822 se fundó el Banco
de la Provincia de Buenos Aires, siendo dable destacar que además de ser preexistente a la
nación, fue el primer banco del país.
c) Acción Educativa: La acción educativa del gobierno de Martín Rodríguez fue
muy vasta y escapa al contenido de este trabajo, por lo que nos vamos a centrar en la
fundación de la Universidad de Buenos Aires, primer universidad argentina establecida
durante los gobiernos patrios, ya que la de Córdoba se instaló a comienzos del siglo XVII,
durante el período hispano.
El proyecto de establecer una universidad en la ciudad de Buenos Aires se remonta
a los tiempos del virrey Vértiz, quien pensaba financiarla con las rentas producidas por los
bienes que habían pertenecido a la Compañía de Jesús, pero tal iniciativa nunca llegó a
materializarse
Posteriormente, el monarca español dictó la Real Cédula de 1799 por la cual se
creaba una universidad en Buenos Aires, pero dicha disposición legislativa tampoco logró
plasmarse en los hechos.
Fue recién con los gobiernos patrios cuando comenzó a adquirir forma esta idea,
siendo dable destacar que en 1819 el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de
la Plata, don Juan Martín de Pueyrredón, propuso al Congreso la creación de una
universidad. Este proyecto fue aprobado, previo estudio de una comisión que en su
dictamen destacó que no era posible dilatar más la fundación de un "establecimiento útil
al país y tan deseado por los habitantes". Pero los acontecimientos políticos y la anarquía
imperante, que precipitaron la caída del Directorio y del Congreso, impidieron que la
fundación pudiera realizarse.
El viejo anhelo sólo pudo concretarse durante la administración que presidió el
general Martín Rodríguez. En efecto, por decreto de fecha 16 de febrero de 1821, el
presbítero Antonio Sáenz fue designado como comisionado para establecer un estudio
general, con amplias facultades para proceder a la organización de los departamentos que
integrarían dicha casa de estudios. Para convertir en realidad el proyecto tantas veces
postergado, se convino la transferencia al nuevo establecimiento de las aulas de
51
CUELI, Hugo Oscar. Op. cit., pag. 26.
19
matemáticas, pilotaje, comercio, inglés, francés y dibujo, acordándose asimismo, que se
reconocerían como catedráticos de la universidad a los profesores del Instituto Médico.
Poco después, Sáenz redactó el proyecto de organización de los departamentos y solicitó al
gobierno que procediera a designar a los prefectos que habrían de presidirlos.
El 9 de agosto de 1821 se dictó el decreto de erección de la Universidad de Buenos
Aires, suscripto por el gobernador Martín Rodríguez y su ministro de gobierno Bernardino
Rivadavia, designándose como rector al presbítero Antonio Sáenz. El 12 de agosto de
1821, se efectuó la inauguración solemne de la universidad.
La misma comenzó a funcionar el 8 de febrero de 1822 y estaba compuesta por seis
departamentos, a saber:
Primeras Letras: que agrupaba a veintidós escuelas elementales
Estudios Preparatorios: constituido por cátedras de latín, francés, filosofía, física,
matemáticas y economía política.
Ciencias Exactas: comprendía cátedras de dibujo y geometría descriptiva.
Jurisprudencia: integrado por las cátedras de derecho natural, de gentes y derecho
civil.
Medicina: integrado por tres cátedras: a) Instituciones médicas, b) Instituciones
quirúrgicas, y c) Clínica médica y quirúrgica.
Ciencias Sagradas: abarcaba cátedras de escritura, dogma y cánones.
Fundamental en la organización de la Universidad, fue concebirla como promotora
de un sistema general de educación pública, que abarcaba todos los niveles de la
enseñanza.
La consagración del profesorado universitario a la ciencia y a la cátedra fue una
preocupación de Rivadavia. Reaccionando contra el método de enseñanza tradicional, que
reducía la actuación del profesor al dictado o comentario de un texto, estableció en marzo
de 1823 que cada profesor debía preparar para su publicación las lecciones de su curso.
Esta medida originó un movimiento bibliográfico didáctico que, iniciado en 1823, continuó
hasta 1827. Gracias a él han llegado hasta nosotros cursos dictados por Avelino Díaz,
Pedro Somellera, entre otros, y en forma fragmentada los del doctor Antonio Sáenz, lo que
nos permite apreciar tanto el nivel alcanzado por la ciencia en ese momento, como el
aporte de la universidad a la investigación científica.52
20
El 6 de febrero de 1826, se constituyó el Poder Ejecutivo Nacional, eligiéndose a
Bernardino Rivadavia presidente de la república, en momentos en que el país se hallaba en
guerra con Brasil, la que se había declarado el 1 de diciembre de 1825.
El 9 de febrero de 1826, Rivadavia envió al Congreso un proyecto de ley
declarando a Buenos Aires capital de la república y disponiendo la organización de una
nueva provincia con el resto del territorio, la que fue sancionada el 4 de marzo de 1826.
El día 12 de septiembre de 1826, se envió un nuevo proyecto de ley que dividía en
dos provincias la parte de Buenos Aires que no había sido federalizada, lo que produjo la
reacción de los estancieros.
Continuando en el ejercicio de sus funciones, el 19 de julio de 1826, el Congreso
sancionó una constitución unitaria que mereció la reprobación de las restantes provincias
argentinas. El clima de oposición a Rivadavia se agudizó con la firma del Tratado de Paz
con Brasil, que estableció que la Banda Oriental constituiría una provincia dependiente del
Imperio.
En medio de estos acontecimientos, Rivadavia presentó la renuncia a su cargo, la
que fue aceptada el 30 de junio de 1827. El 5 de julio de ese año el Congreso designó
presidente a Vicente López y Planes quien convocó a elección de diputados para el día 11
de agosto de 1827, con el fin de reinstalar la Junta de Representantes, la que el 12 de
agosto de 1827 eligió gobernador a Manuel Dorrego.
El 5 de septiembre de 1828 se firmó el tratado de paz con Brasil, reconociendo la
independencia de la Banda Oriental, lo que produjo una reacción de los militares que
habían combatido en la guerra.
El 1 de diciembre de 1828 Lavalle, que retornaba con sus fuerzas de Brasil, se
apoderó de la ciudad de Buenos Aires, alcanzando a Dorrego en Navarro, el que fue
fusilado por órdenes de aquél, instigado por los unitarios de la ciudad.
Estos hechos precipitaron la reacción de Juan Manuel de Rosas, quien junto a las
tropas de López de Santa Fe, derrotaron a Lavalle en el Puente de Márquez, tras lo cual
firmaron los Tratados de Cañuelas y Barracas los días 24 de junio y 24 de agosto de 1829,
respectivamente.
El 8 de diciembre de 1829, Juan Manuel de Rosas fue elegido gobernador, con
facultades extraordinarias otorgadas por la Sala de Representantes.53
53
CUELI, Hugo Oscar. Op. cit., pags. 26 y 27.
21
En los hechos, éste pacto fue una verdadera Constitución de la Confederación
Argentina54, lo que así reconoció expresamente la cláusula 1ª del Acuerdo de San Nicolás,
que lo declaró Ley Fundamental de la República.
En otro orden de cosas, el gobernador Rosas reclamaba los medios para acabar de
poblar la frontera, propiciando una expedición contra los indios enemigos, que despejara
los campos hasta el Río Negro de Patagones, dejando segura la línea de frontera.
Fundamentaba su pedido, en que las estancias seguían avanzando hacia el sudeste, sur y
sudoeste, hasta las Sierras de Volcán y el Arroyo Tapalqué, y por el oeste hasta los fuertes
Mayo y Federación (actual ciudad de Junín).55
El 12 de diciembre de 1832, Rosas presentó la renuncia al cargo de gobernador,
siendo reemplazado por Balcarce.
54
“...Hay un tratado provincial que ha dejado de serlo por la adhesión que han dado a él todas las provincias,
convirtiéndose en ley fundamental de la República: es el tratado celebrado en Santa Fe el 4 de enero de
1831...” ALBERDI, Juan Bautista, “Derecho Público Provincial Argentino”. Ed. Ciudad Argentina. Buenos
Aires. 1998, pág. 48.
55
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit, pag. 616.
56
ROSA, José María. Op. cit. T. 4 Pág. 178 y ss. SIERRA, Vicente Daniel. Op. cit. T. VIII pág. 252 y ss.
57
ROSA, José María. Op. cit. T. 4 Pág. 176 y 185.
22
golpes de mano.58 No obstante lo expuesto, fue evidente el fortalecimiento de la frontera
sur y el avance territorial logrado, aunque no pudiera considerarse definitivamente
consolidado.59 La operación militar propiamente dicha, por otra parte, se complementó con
una activa política de acuerdos y alianzas con muchos jefes indios que se mantuvo hasta
Caseros.60
Volviendo al tema político, el 11 de octubre de 1833 se produjo la Revolución de
los Restauradores y el 3 de noviembre de ese año, la Sala de Representantes exoneró a
Balcarce, eligiendo como gobernador a Juan José Viamonte, el día 4 de noviembre de
1833. Ante la renuncia de éste último, producida el 5 de julio de 1834, se decidió que se
hiciera cargo del Poder Ejecutivo provincial, el presidente de la Legislatura, don Manuel
Vicente Maza, quien ejerció funciones hasta el 7 de marzo de 1835, en que nuevamente se
eligió a Rosas como gobernador, para ejercer su segundo gobierno, por el término de cinco
años.
23
las relaciones exteriores de su provincia, poniendo de este modo en movimiento su lucha
contra Rosas, para lo cual suscribió una alianza ofensiva y defensiva con el Imperio del
Brasil y la República Oriental del Uruguay.62
Este pronunciamiento de Urquiza, sólo fue apoyado por el gobernador de
Corrientes, general don Benjamín Virasoro, ya que las restantes provincias le renovaron
sus votos al gobernador de Buenos Aires. Ello no detuvo los planes de Urquiza, quien
logró organizar un poderoso ejército internacional, que derrotó a Rosas en la batalla de
Caseros el 3 de febrero de 1852, quien abandonó el gobierno y huyó del país, exiliándose
en Inglaterra.
Se abrió así, un período que se conoce en la historia argentina como "Organización
Nacional" que permitió, luego de muchos años de frustraciones estructurar en forma
definitiva al país.63
62
Es el Tratado suscripto el 21 de noviembre de 1851 por Diógenes José de Urquiza (hijo de Justo José) en
representación de los gobiernos de Entre Ríos y Corrientes, los que técnicamente se habían declarado
independientes al firmar un tratado internacional, con Herrera y Obes por la República Oriental y Carreiro
Leâo por el Imperio. Por este acuerdo, el Brasil financió la guerra contra Rosas. Conf. SIERRA, Vicente
Daniel. Op. cit. T. IX pág. 593 y ss.
63
CUELI, Hugo Oscar. Op. cit., pag. 28.
24
Representantes, votó una resolución en la que se establecía "que el Poder Ejecutivo no
cumpliría ni ejecutaría órdenes que emanen.....del Tratado de San Nicolás hasta que él
haya obtenido la sanción del Poder Legislativo en la forma que prescriben las leyes de la
provincia." 64
El 14 de junio de 1852 el gobernador Vicente López, que había regresado a Buenos
Aires y reasumido sus funciones, envió con la firma de sus ministros una nota, por la cual
daba cuenta a la Sala de Representantes del acuerdo celebrado en San Nicolás.
En forma inmediata comenzó a discutirse el convenio, en el seno del órgano
legislativo, en medio de un clima de gran efervescencia política.
Como consecuencia del cariz que iban tomando los acontecimientos, y ante la firme
oposición al proyecto que se advertía en la Sala de Representantes 65, el gobernador Vicente
López presento la renuncia al cargo, la que fue aceptada el 23 de junio de 1852.
Advertido Urquiza de la situación planteada, procedió a asumir en forma provisoria
el gobierno de la provincia y a disolver la Sala de Representantes, deteniendo a varios de
sus miembros.
Asimismo, procedió a restituir a Vicente López en su cargo, y ante la renuncia de
éste, Urquiza asumió el gobierno asistido por un Consejo de Estado compuesto por
miembros que él mismo designó.
En el mes de septiembre de 1852, Urquiza se ausentó de Buenos Aires,
dirigiéndose a Santa Fe para preparar el Congreso Constituyente.
Durante su ausencia los generales Pirán y Madariaga realizaron un movimiento
revolucionario y la Sala de Representantes que había sido disuelta se reunió el 11 de
septiembre de 1852, asumiendo el general Pinto la titularidad del Poder Ejecutivo
provincial.
El general Urquiza luego de intentar un ataque a Buenos Aires, a efectos de hacer
cumplir el Acuerdo de San Nicolás, desistió de esta idea, naciendo de esta forma un doble
proceso de organización, ya que por una parte la Confederación comenzó a elaborar la
Constitución Nacional, a través del Congreso Constituyente reunido en Santa Fe, mientras
que por la otra, la provincia de Buenos Aires, comenzó a deliberar sobre la necesidad de
darse su propia Constitución, como un solo Estado, sobre la base del proyecto presentado
por el diputado Pirán, en la sesión del 7 de junio de 1852 y por el cual se proponía la
designación de una Comisión especial para que preparara un proyecto de constitución para
la provincia.
El 1 de diciembre de 1852, se aprobó el proyecto por el cual se creaba la referida
Comisión especial, con el fin de sancionar una constitución para el Estado de Buenos
Aires.
El 17 de septiembre de 1853 la Sala de Representantes, sancionó una ley por la cual
la citada Comisión especial, debía presentar un proyecto de Constitución, poniendo como
fecha límite el 31 de diciembre de 1854.
Por último, el 2 de marzo de 1854, comenzó el tratamiento del proyecto, hasta que
finalmente el 11 de abril de 1854, se dio aprobación al mismo.66
64
“...Buenos Aires no tenía necesidad de ratificar por su legislatura local, más que lo estaba ya por la misma,
el Tratado de 4 de enero de 1831, para respetar sus disposiciones en cuanto a nacionalidad....” ALBERDI,
Juan Bautista. Op. cit. Pág. 49 nota Nº 1.
65
“...La oposición porteña al Acuerdo de San Nicolás nada tuvo que ver con el contenido de éste. Es inútil
pretender asignar posiciones doctrinarias a sus dirigentes. El Acuerdo no pasó de ser otra cosa que un
pretexto para justificar una oposición a Urquiza que había sido planteada antes de Caseros...” SIERRA,
Vicente Daniel. Op. cit. T. X Pág. 32.
66
CUELI, Hugo Oscar. Op. cit., pags. 32, 33, 34, 35 y 36.
25
9. - EL ESTADO DE BUENOS AIRES. LA CONSTITUCIÓN DE 1854.
De esta forma la provincia de Buenos Aires tuvo su primera Constitución, en la que
se concebía a sí misma "como un Estado con el libre ejercicio de su Soberanía interior y
exterior, mientras no lo delegara expresamente en un gobierno federal".
La Constitución de 1854, constaba de 178 artículos divididos en ocho secciones y
las disposiciones complementarias. Como dato curioso, cabe destacar que las declaraciones
generales, es decir, la parte dogmática de la Constitución, se encontraba el la parte final del
texto.
67
CUELI, Hugo Oscar. Op. cit., pags. 37 y 38.
26
2. ELEMENTOS DEL ESTADO PROVINCIAL. TERRITORIO.
POBLACIÓN. PODER. LOS LÍMITES PROVINCIALES.
CESIÓN DE TERRITORIO Y FORMACIÓN DE NUEVAS
PROVINCIAS. LA INTEGRIDAD TERRITORIAL DE LAS
PROVINCIAS EN SUS CONSTITUCIONES.
A) DOCTRINA TRADICIONAL.
27
comprendida entre el límite exterior del mar territorial y las veinticuatro millas marinas,
medidas del mismo modo que antes se expresó. En esta zona, la Nación Argentina podrá
en ejercicio de su poder jurisdiccional prevenir y sancionar infracciones en materia fiscal,
sanitaria, aduanera y de inmigración, que se cometan en su territorio o mar territorial; y c)
La zona económica exclusiva, comprendida entre el límite exterior de la zona contigua y
las 200 millas marina. En esta zona, la Nación Argentina ejerce derechos de soberanía para
la explotación y exploración, conservación y administración de los recursos naturales tanto
vivos cuanto no vivos existentes. Las normas de las distintas constituciones provinciales
no siempre son armónicas con la legislación nacional.73
En cuanto a la naturaleza del vínculo entre el Estado y su espacio geofísico, se han
formulado tres teorías, a saber: la del territorio-objeto, la del territorio-sujeto y la del
territorio-límite.
a) La teoría del territorio-objeto, considera al territorio como objeto sobre el que
recae el poder público. Se trataría de una especie de derecho real eminente que se extiende
al territorio entero y tiene carácter funcional, encontrando su razón de ser y su límite en el
interés público. En esta postura se habla de un derecho real de derecho público.
b) La teoría del territorio-sujeto, entiende que el territorio es un elemento esencial
de la personalidad del Estado, o sea un elemento subjetivo de éste que forma parte del
estado en su carácter de sujeto. El territorio concebido en sí mismo no es de ningún modo
objeto de dominación por parte del Estado, sino que en su extensión determina
sencillamente el marco dentro del cual puede ejercer la potestad estatal o imperium, es
decir, se trataría en definitiva de un poder sobre las personas.
c) La teoría del territorio-límite, en ella se afirma que el límite territorial traza el
contorno hasta donde aquel poder se ejerce, señala que el poder político se vuelca hacia
adentro exclusivamente en el ámbito de la jurisdicción que le pertenece.74
Por nuestra parte, entendemos que la teoría del territorio-sujeto, es la que mejor
explica la relación o vínculo entre el Estado y su espacio geográfico.
Entrando de lleno al territorio como elemento constitutivo del estado provincial,
cabe señalar que de conformidad con lo prescripto por el artículo 124º, último párrafo, de
la Constitución Nacional, corresponde a las provincias el dominio originario de los
recursos existentes en su territorio.
En otro orden de ideas, la llamada garantía federal, consagrada por el artículo 5º de
la Constitución Nacional, comprende no sólo el reconocimiento de la entidad política local,
sino también la integridad territorial de los estados miembros. En efecto, la necesidad del
todo de preservar sus partes, constituye condición "sine qua non", para la conservación y
permanencia del estado federal.75
73
BIDART CAMPOS, Germán J. “Tratado Elemental de Derecho Constitucional Argentino” Ed. Ediar. Bs.
As. 1993. T. I Pág. 210 y ss. BADENI, Gregorio. “Tratado de Derecho Constitucional” Ed. La Ley. Bs. As.
2004. T. I Pág. 222.
74
DIEZ, Manuel María. Op. cit., pags. 26/32.
75
CASTORINA de TARQUINI, María Celia, "La Provincia y la Nación", en "Derecho Público Provincial y
Municipal", Volumen I, 2ª Edición Actualizada, "Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y
Políticos", Pérez Guilhou y otros, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004, pags. 161/162.
28
afirmar que la población es: "el conjunto de súbditos y gobernantes que habitan un
territorio determinado y se encuentran sometidos al poder del Estado".76
Desde un punto de vista sociológico, el Estado supone una determinada cifra de
población y, por vía de consecuencia, una determinada división del trabajo y una
determinada variedad en las condiciones de vida, que requirieren un organismo superior de
coordinación que es precisamente el Estado.77
En lo que a los estados provinciales se refiere, el elemento población, guarda
estrecha relación con la cuestión relativa a la representación política. Así, por ejemplo el
artículo 69º, "in fine", la Constitución de la Provincia de Buenos Aires establece, con
respecto a la Cámara de Diputados que: "...Se determinará con arreglo a cada censo
nacional o provincial, debidamente aprobado, el número de habitantes que ha de
representar cada diputado", conteniendo similar disposición el artículo 75º del citado texto
constitucional en lo que respecta al Senado. En idéntico sentido, la Constitución de San
Luis, establece en su artículo 102º, primer párrafo que: "La Cámara de Diputados se
compone de representantes elegidos directamente por el pueblo de los departamentos, en
proporción a la población censada...". Por su parte, la Constitución de Corrientes establece
en su artículo 33º que: "La representación política tiene por base la población, y con
arreglo a ella se ejercerá el derecho electoral". Por último, la Constitución de Mendoza,
determina en su artículo 49º que: "La representación política tiene por base la población".
76
DIEZ, Manuel María. Op. cit., pags. 18/19.
77
DIEZ, Manuel María. Op. cit., pag. 20.
78
AFTALION, Enrique R., GARCIA OLANO, Fernando y VILANOVA, José, en "Introducción al Derecho",
Ed. La Ley, Octava Edición, Buenos Aires, 1967, pag. 581.
79
ZARINI, Helio Juan. Op. cit., pag. 293.
80
HAURIOU, Maurice, "Precis de Droit Constitutionel", 1929, pag. 14, citado por MOONEY, Alfredo
Eduardo, en op. cit., pag. 46.
29
B) POSTURA CRÍTICA FRENTE A LA DOCTRINA TRADICIONAL.
Esta difundida teoría general de Estado, que le asigna los tres elementos analizados
en el apartado precedente, ha sido duramente criticada por Kelsen, en su intento de dar una
noción rigurosamente jurídica al fenómeno estatal. En esta concepción la ciencia del
derecho debe tomar exclusivamente en cuenta el aspecto jurídico de aquella zona de la
realidad que estudia, y debe dejar de lado toda consideración de orden sociológico o de
contenido ético. Debe hacerse en cada supuesto una disección de la realidad, fijando la
atención sólo en lo estrictamente jurídico. La ciencia del derecho ha de apuntar solamente
a la esencia jurídica de las instituciones. Existe la posibilidad de hacer una teoría filosófica
de la justicia o una teoría sociológica del derecho, pero ambas están al margen de lo que
debe ser la teoría pura del derecho.
Analizados los elementos constitutivos del Estado, a luz del pensamiento de este
notable iusfilósofo austríaco, advertimos que el "poder" no es otra cosa que la validez y
vigencia de un orden jurídico, el "territorio" es el ámbito espacial de validez y vigencia de
dicho ordenamiento; y la "población" el ámbito personal de validez y vigencia del mismo
orden jurídico.
Junto a los tres elementos considerados por la teoría tradicional, la tesis kelseniana
agrega otro elemento descuidado por aquella: el "tiempo". La presencia del tiempo como
ámbito temporal de validez y vigencia del orden jurídico estatal es algo evidente de por sí.
Cuando se afirma que dos Estados no pueden coexistir en un mismo territorio, se da por
sobreentendido que ello es así en la unidad temporal, es decir, al mismo tiempo. La historia
esta llena de ejemplos de existencia sucesiva de dos Estados en un mismo territorio. Por
otra parte, sólo el elemento temporal explica adecuadamente el tema de la creación y
desaparición de los Estados.81
Por nuestra parte, y sin desmerecer el importante aporte de Kelsen a la ciencia del
derecho, tenemos serias reservas con respecto a la justificación positivista a ultranza del
ordenamiento jurídico, ya que si separamos completamente al derecho de la justicia, de la
ética y de la realidad social, podemos justificar a cualquier Estado, desde el más despótico
hasta el más benefactor. Si nos detenemos a contemplar la historia, podemos advertir el
caso de normas jurídicas fundamentales concebidas con la mayor perfección desde el punto
de vista de la técnica jurídica, pero totalmente desfasadas de la realidad de la sociedad en
que debían regir, tal es el caso de la Constitución de Weimar de 1919 y el de la
Constitución de Austria de 1920, esta última redactada por el propio Kelsen, las que pese a
estar inspiradas en los más nobles principios del constitucionalismo social, dieron paso sin
embargo, al advenimiento del nacionalsocialismo en Alemania y a la anexión de Austria a
ésta última en 1938.
30
organización administración y gobierno de los territorios nacionales que queden fuera de
los límites que se asignen a las provincias". Esta disposición, que reproduce textualmente
el artículo 67º, inciso 14) de la Constitución de 1853, debe ser interpretada a la luz del
texto constitucional en su conjunto, ya que de considerarla en forma aislada parecería
romperse el equilibrio federal instaurado en la Constitución.
Tal como quedará demostrado "infra", el Congreso ha hecho un uso prudente de
esta atribución, ya que lo contrario hubiera significado un atropello a los derechos
inalienables de las provincias.
Cabe destacar en primer término, que el artículo 5º de la Constitución, atribuye a
las provincias un poder constituyente de segundo grado, es decir, condicionado por la Ley
Fundamental al cumplimiento de ciertos recaudos en ocasión de dictar sus constituciones
locales. Como contrapartida a este mandato imperativo, la norma en análisis establece la
llamada "garantía federal", concebida en los siguientes términos: "... Bajo estas
condiciones, el Gobierno federal garante a cada provincia el goce y el ejercicio de sus
instituciones".
Más allá de las interpretaciones que los distintos autores han dado a esta garantía
federal, todas las opiniones resultan contestes en cuanto a que ella implica el
reconocimiento y respeto de las autonomías provinciales. El concepto de autonomía lleva
implícito la facultad de darse sus propias constituciones, de organizar sus instituciones y
regirse por ellas y en su autosuficiencia económica. Todo esto sobre el sustento de la
garantía a su integridad territorial, en la inteligencia de que el federalismo bien entendido
implica una "unión indestructible de estados indestructibles", tal como lo ha sostenido la
Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en el caso "Texas vs. White"
Como colofón de lo expuesto, la garantía federal prevista en el artículo 5º, supone
que ningún órgano nacional puede avasallar la integridad del territorio provincial, por lo
que, el Congreso al fijar los límites no puede alterar este principio mediante un acto
unilateral.
Continuando con la labor interpretativa que venimos desarrollando, la misma se
complementa con lo establecido en el artículo 3º de la Constitución, el que dispone: "Las
autoridades que ejercen el Gobierno Federal, residen en la Ciudad que se declare capital
de la República por una ley especial del Congreso, previa cesión hecha por una o más
legislaturas provinciales, del territorio que haya de federalizarse", y el 13º que establece:
"Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación; pero no podrá erigirse una provincia
en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la
Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso".
Va de suyo que modificar los límites por un acto unilateral del Congreso, sin que
medie participación de las provincias comprometidas, significaría vulnerar groseramente
los principios establecidos en estos artículos.
Por lo tanto, al clásico esquema tripartito de poderes reservados, delegados y
concurrentes, corresponde adicionar una cuarta categoría; la de los poderes compartidos,
que serían aquellos en los que "se necesita la presencia de los dos centros de poder para
concretar el ejercicio efectivo de la atribución de que se trata", tal sería el supuesto de los
casos relativos a la integridad territorial contemplados en los artículos 3º y 13º de la
Constitución Nacional.82
82
CASTORINA de TARQUINI, María Celia, "La Provincia y las Provincias", en "Derecho Público
Provincial y Municipal", Volumen I, 2ª Edición Actualizada, "Instituto Argentino de Estudios
Constitucionales y Políticos", Pérez Guilhou y otros, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004, pags. 227/230.
31
2.- ANÁLISIS HISTÓRICO DEL COMPORTAMIENTO DEL CONGRESO EN
MATERIA DE LÍMITES INTERPROVINCIALES.
La Constitución Nacional, en su texto de 1853, establecía en su artículo 67º, inciso
14), que le correspondía al Congreso: "Arreglar definitivamente los límites del territorio de
la Nación, fijar los de las provincias, crear otras nuevas y determinar por una legislación
especial la organización administración y gobierno de los territorios nacionales que
queden fuera de los límites que se asignen a las provincias". En cumplimiento de esta
disposición constitucional, el Congreso sancionó con fecha 17 de octubre de 1862, la Ley
Nº 28, la que disponía en su artículo 3º: "El Poder Ejecutivo Nacional pedirá a la mayor
brevedad posible a los gobiernos provinciales, los conocimientos para fijar los límites de
sus respectivas provincias con arreglo al inciso 14, artículo 67 de la Constitución".
A efectos de dar adecuado cumplimiento a la ley, el Poder Ejecutivo por intermedio
del Ministerio de Interior, cursó con fecha 5 de noviembre de 1862 circulares a los
gobiernos provinciales, solicitándoles el envío de toda la documentación que pudiera
ilustrar al Congreso sobre la materia, señalando los siguientes puntos: los límites
originarios o de fundación de esas provincias; los límites hasta donde han llegado en su
mayor latitud en posesión y población; el límite de la posesión actual en todo el perímetro
de la provincia; las enajenaciones por venta o merced por el gobierno de cada una de las
provincias después de la jura de la Constitución Nacional en los territorios vecinos a la
frontera o en la frontera misma.
Por su parte, el artículo 1º de la citada Ley Nº 28, establecía que: "Todos los
territorios existentes fuera de los límites o posesiones de las provincias son nacionales".
Del texto del artículo transcripto precedentemente, como así también de la circular enviada
a los gobiernos provinciales por el ministro Guillermo Rawson, se desprende sin hesitación
alguna que el principio seguido por la primera ley nacional dictada en materia de límites
provinciales fue el "uti possidetis" (como poseéis seguiréis poseyendo).83
En el año 1888, se sancionó la Ley Nº 1168, la que estableció un plazo de dos años
para que las provincias celebraran arreglos sobre sus límites en forma directa, los que
luego debían elevarse al Congreso.
También se recurrió al arbitraje de la Corte Suprema de Justicia en 1882, y del
Poder Ejecutivo en 1883, emitiéndose los laudos respectivos sobre la base de los derechos
invocados por las partes.
En el año 1935, se sancionó la Ley Nº 12.251, por la que se creó una Comisión
Técnica Especial, dependiente del Poder Ejecutivo, encargada de dictaminar en cuestiones
de límites interprovinciales pendientes, elevando los informes respectivos al Congreso.
El gobierno de facto surgido en 1966, dispuso la creación de la Comisión Nacional
de Límites Interprovinciales, disponiéndose que a los efectos de que la Comisión
cumpliera con su cometido, las provincias debían remitir la documentación necesaria para
la defensa de sus intereses. También se establecía la posibilidad de arreglo directo entre
provincias.
Como puede apreciarse de la lectura de los párrafos precedentes, el comportamiento
del Congreso en materia de fijación de límites interprovinciales a lo largo de nuestra
83
GARGARO, Alfredo, en "Historia de Nación Argentina por la Academia Nacional de la Historia (Desde
los Orígenes Hasta la Organización Definitiva en 1862), dirigida por Ricardo Levene, Vol. X, Historia de las
Provincias, límites interprovinciales y Territorios Nacionales", Librería y Editorial "El Ateneo", Buenos
Aires, 1947, pags. 533 y 539.
32
historia, nos permite afirmar que éste nunca actuó en forma unilateral, sino que por el
contrario, siempre respetó las autonomías provinciales.84
33
hipótesis no prevista expresamente, que es la creación de una nueva provincia en un
"territorio nacional". En los hechos, esta constituye la única situación en la que se han
admitido nuevas provincias por creación; lo que nos lleva a que en el próximo apartado
analicemos la cuestión referida a los territorios nacionales, para luego adentrarnos al tema
de su conversión en provincias.86
3.1.- Los Territorios Nacionales: A medida que se fue avanzando en el proceso de
estructuración de la Nación y que se la comienza a concebir como un ente con
personalidad propia, va perfilándose la idea de territorios que le pertenecen a ésta en forma
directa, noción inconcebible en etapas anteriores.
Sin ningún lugar a dudas, la sensación de desmesura territorial que caracterizó al
proceso de construcción de la Argentina, se tradujo en una absoluta falta de conciencia
acerca de los concretos límites territoriales de cada provincia y ello, a su vez, hacía que ni
siquiera se planteara el problema de la existencia de territorios de pertenencia común que
estuvieran fuera de los límites de cada provincia.87
A continuación, procederemos al estudio de la forma en que se fueron incorporando
estas regiones despobladas al cuerpo general del país, aún con anterioridad a la
organización nacional, proceso éste que se perfecciona en forma definitiva luego de la
sanción de la Constitución de 1853.
3.1.1.- El Territorio de Misiones: Luego de la Revolución de Mayo, este territorio
que había adquirido un alto grado de desarrollo durante el período hispánico, gracias a la
obra monumental de la Compañía de Jesús, comenzó a ser objeto de permanentes ataques y
ocupaciones tanto por parte de Paraguay, como de Brasil.
Durante su campaña al Paraguay, Belgrano le asignó a la milicia misionera, la
función de ocupar la orilla izquierda del río Alto Paraná, evitando los ataques de
retaguardia, que podían hacerse desde ese río, a cuyos efectos se acantonaron en
Candelaria. Luego de los combates de Tacuarí y Campichuelo, logró consolidar como
límite de la jurisdicción del gobierno de Yapeyú, el cauce del río Alto Paraná.
No podemos dejar de mencionar durante los años inmediatamente posteriores a la
Revolución, el accionar de Andrés Guacurarí 88 o Andrés Artigas, apodado "Andresito"
(hijo adoptivo del caudillo oriental, José Gervasio de Artigas), quien fue algo más que el
comandante general de Misiones. Hombre de raza guaraní, disciplinado por la cultura del
espíritu, respetuoso de las formas y valiente como ninguno, encarnó el sentimiento de su
pueblo al que guió en los combates y comprometió en las más grandes empresas,
especialmente en la lucha contra el comandante de la Misiones Orientales, el brigadier
brasileño don Francisco das Chagas Santos, apodado "el Atila del Uruguay".89
Ahora bien, el hecho más significativo desde el punto de vista institucional, se dio
con la firma del Tratado del Cuadrilátero, celebrado entre el 15 y el 25 de enero de 1822,
entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, donde se fijó como territorio de
Misiones la zona ubicada al este de una línea constituida por el río Miriñay y la Tranquera
86
BARRERA BUTELER, Guillermo, "Provincias y Nación", Ediciones Ciudad Argentina, Buenos Aires,
1996, págs. 185/187.
87
BARRERA BUTELER, Guillermo. Op. cit., págs. 187 y 188.
88
AZCUY AMEGHINO, Eduardo, “Historia de Artigas y la Independencia Argentina”. Ediciones de la Banda
Oriental, Montevideo. 1993, pág. 224.
89
GÓMEZ, Hernán F., en "Historia de Nación Argentina por la Academia Nacional de la Historia (Desde los
Orígenes Hasta la Organización Definitiva en 1862), dirigida por Ricardo Levene, Vol. X, Historia de las
Provincias, límites interprovinciales y Territorios Nacionales", Librería y Editorial "El Ateneo", Buenos
Aires, 1947, pags. 568, 569, 571 y 572.
34
de Loreto (artículo 3º). Por su parte, el artículo 15º) establecía que: "El territorio de
Misiones queda libre para formarse su Gobierno y para reclamar la protección de
cualquiera de las provincias contratantes". Cabe señalar que este tratado fue realmente
oprobioso para Misiones, constituyendo en verdad una parodia de "independencia" y de
"provincialización", ya que sólo se le reconocía el derecho a darse un gobierno bajo la
dependencia de cualquiera de las cuatro provincias contratantes, por que su texto no
garantizaba la personalidad política de Misiones. Se le reconocía el derecho a darse un
gobierno particular, sin garantizar el régimen legal de los indígenas de Misiones, no
consignándose si esos grupos actuarían como provincia argentina.
En realidad significaba establecer la dependencia de Misiones de la provincia cuya
protección reclamara, convirtiendo a las otras tres en fiadoras de esta especie de
protectorado extraño e incompatible con un régimen de libertad y democracia.90
Por último, luego de interminables luchas, con fecha 19 de abril de 1830, los
últimos restos de la población de las Misiones occidentales del Uruguay residentes en el
pueblo de La Cruz, suscribieron un tratado de incorporación a la provincia de Corrientes,
transfiriéndolo sus derechos al territorio. Desde entonces formó parte de esta provincia,
hasta la sanción de la Ley Nacional Nº 1149 del 22 de diciembre de 1881, que fijó los
límites definitivos de la provincia de Corrientes y creó la Gobernación de Misiones.91
3.1.2.- El Territorio del Chaco: Se denomina "Gran Chaco", a la región natural
de América de Sur, comprendida entre los Andes bolivianos al oeste; la meseta de Mato
Grosso al norte, la línea hidrográfica del Paraguay - Paraná al este y el río Salado al sur. Se
divide en tres zonas: "Chaco Boreal", al norte de río Pilcomayo; "Chaco Central", entre
los ríos Pilcomayo y Bermejo y "Chaco Austral", entre los ríos Bermejo y Salado. La
primera zona corresponde a Bolivia y Paraguay y las dos siguientes a la Argentina.
Como puede apreciarse, se trata de una región que conforma un enorme triángulo,
cuyo vértice está en la unión de los ríos Salado y Paraná, es decir, la ciudad de Santa Fe.
El "Gran Chaco" no tuvo individualidad administrativa e institucional en el proceso
de conquista y colonización española. Su extenso territorio apareció asignado y distribuido
en las jurisdicciones de las intendencias de Buenos Aires, Córdoba del Tucumán, Salta del
Tucumán, Santa Cruz de la Sierra y Paraguay, pero esa división política de su evidente
unidad física y geográfica no influyó para nada en su destino.
Esta región no fue ocupada permanentemente por los españoles, constituyendo un
refugio de la población nómade. Podemos afirmar que el Gran Chaco, junto con la
Patagonia y la cuenca del Amazonas, fueron las tres zonas del continente que
permanecieron libres de colonización definitiva.92
En lo que respecta al "Chaco Austral", que involucra los territorios ubicados al
norte del río Salado, integran a en la actualidad parte del territorio de las provincias de
Santa Fe y Santiago del Estero y con el resto del mismo, se creó la Gobernación del
Chaco, por Ley Nº 576 del 18 de octubre de 1872. En lo atinente al "Chaco Central", el
sector oeste del mismo integra en la actualidad parte de la provincia de Salta, y con el resto
del territorio se creó la Gobernación de Formosa, por Ley Nº 686 del año 1874.
3.1.3.- El Territorio de La Patagonia: Durante el período hispano, las tierras
patagónicas dependían directamente del virrey, integrando el obispado de Buenos Aires, y
en la zona ocupada en aquél entonces formaban parte de la Intendencia de Buenos Aires.
90
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit., pags. 575 y 576.
91
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit., pags. 582 y 583.
92
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit., pags. 597 y 598.
35
Se trataba de inmensos territorios despoblados, ocupados por indios pampas,
ranqueles y araucanos venidos desde Chile, que habían sometido y aniquilado a los
aborígenes originarios de la región que eran los tehuelches.
Grandes fueron los esfuerzos hechos por los distintos gobiernos en la lucha contra
los indios, pudiendo destacarse entre los más significativos la campaña llevada a cabo por
el general Martín Rodríguez entre el 6 de marzo y 5 de agosto de 1823.
Partieron en dos columnas desde el Fortín de Lobos y la Guardia del Monte. El 27
de marzo de 1823, acamparon a orillas del arroyo Tandil y la comisión de agrimensores e
ingeniería eligió el lugar donde iba a levantarse el Fuerte, decidiéndose por el sitio
inmediato al abra de la sierra donde nacía el arroyo. Este fue el origen de la ciudad de
Tandil.
Mientras las obras proseguían con toda celeridad y entusiasmo, el 26 de abril
abrieron los generales Martín Rodríguez y José Rondeau la campaña al frente de 1200
hombres, para dar una batida por el sur, buscando alianza con los pampas, para aniquilar a
los rapaces ranqueles.
Producido el contacto entre las fuerzas de Buenos Aires y los indios, la astucia de
éstos venció a la inteligencia de los cristianos, y el ejército debió retroceder desmoralizado
hasta Tandil. La fortificación había adelantado bajo los cuidados del ministro de guerra y la
vida había adquirido un nuevo aspecto. Se notaba la presencia de pobladores y la de los
comerciantes ambulantes que iban buscando los más ventajosos negocios.
Si bien desde el punto de vista militar, la campaña no alcanzó el éxito esperado,
permitió consolidar la frontera mucho más al sur que al comienzo de las operaciones.
Otro importante esfuerzo en el ensanchamiento de la frontera, fue la campaña del
Desierto llevada a cabo por el brigadier general don Juan Manuel de Rosas entre 1833 y
1834, la que ese efectuó en base al accionar simultáneo de tres columnas paralelas, una que
partió de Buenos Aires, otra de Córdoba y otra de Mendoza. El mérito más importante de
esta campaña fue haber llegado hasta el territorio patagónico, ya que Rosas avanzó hasta el
río Colorado y el general Angel Pacheco hasta el río Negro y la isla de Choele-Choel.
Los trámites de una paz general tratada en 1847, quedaron rotos por malones
llevados a cabo en la frontera sur de Córdoba y de San Luis. Fuerzas combinadas de
Buenos Aires y Santa Fe, los vencieron al sur de la frontera de esta última provincia; y las
de general Angel Pacheco ultimaron las bandas invasoras en Quemú-Quemú. En 1849 la
línea de frontera quedó establecida entre las puntas del Tapalqué y la parte oeste de la
Sierra de la Ventana.93
Ahora bien, la solución definitiva del problema del indio llegó treinta años más
tarde, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, debiendo señalarse que en honor de
verdad la cuestión del indio era algo mucho más complejo que una operación militar,
constituía sin ningún lugar a dudas un problema político con Chile, país éste que incitaba a
los malones a acosar permanentemente la frontera para evitar que Argentina ocupara
definitivamente la Patagonia, con la intención de dar en algún momento el "zarpazo", para
ocupar la misma. Dicho con otras palabras, una campaña frontal contra el indio, hubiera
significado entrar en guerra con Chile.
Así las cosas, llegado el año 1879, Chile se encontraba embarcado en la Guerra del
Pacífico contra Bolivia y Perú, y le resultaba imposible tener abierto en forma simultánea
dos frentes, uno al norte y otro al sur. La astucia y la habilidad política del general Julio
Argentino Roca, lo llevaron a hacer la Campaña del Desierto precisamente en ese año, lo
que permitió a nuestro país ocupar definitivamente la Patagonia, lo que sin ningún lugar a
93
GÓMEZ, Hernán F. Op. cit., pags. 614/617.
36
dudas le correspondía, tanto por historia como por derecho. Por último, con la sanción de
la Ley Nº 954, se creó la Gobernación de la Patagonia.
3.1.4. - Reorganización de los Territorios Nacionales: Con fecha 10 de octubre
de 1884, se sancionó la Ley Nº 1.532 que dividió los territorios nacionales en nueve
gobernaciones, a saber: La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del
Fuego, Misiones, Formosa y Chaco.
Por Ley Nº 3.906, se creó el Territorio de los Andes y por Decreto-Ley Nº
13.941/44, la "Zona Militar" de Comodoro Rivadavia.94
3.2. - Creación de nuevas provincias en los territorios nacionales: Como
consecuencia de la inmigración extranjera que comenzó a llegar a nuestro país hacia fines
del siglo XIX, a la que debe adicionársele la inmigración interna, comenzó a conformarse
en estos territorios nacionales una población de origen heterogéneo, carente del arraigo a la
tierra propio de las provincias tradicionales o fundantes. Sin embargo, con el transcurso del
tiempo, estas nuevas comunidades se fueron consolidando, alcanzando un nivel de relativa
homogeneidad y madurez. Es por ello, que una vez alcanzado el número de habitantes
exigidos por la ley95, no existían razones valederas para que estas comunidades tuvieran un
status jurídico diferente a las del resto de la nación.
Así las cosas, con fecha 8 de agosto de 1951, se sancionó la Ley Nº 14.037 de
provincialización de los territorios nacionales del Chaco y La Pampa que asumen, de
acuerdo con lo prescripto por sus constituciones locales, los nombres de provincia
Presidente Perón y provincia Eva Perón, respectivamente. Por Ley Nº 14.294 del 22 de
diciembre de 1953, se crea la provincia de Misiones. Este proceso de provincialización se
acelera con la sanción de la Ley Nº 14.408, de fecha 28 de junio de 1955, creándose las
provincias de Formosa, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Esta última,
comprendía originariamente a Tierra del Fuego, la que fue excluida y erigida en territorio
nacional por Decreto-Ley Nº 2.191/57.
Por último, en el año 1990 se sancionó la Ley Nº 23.775, por la que se creo la
provincia de Tierra del Fuego.96
Estas nuevas provincias admitidas por "creación", gozan del mismo status jurídico
que las provincias tradicionales, por lo que todas se encuentran en pie de igualdad.97
Sin perjuicio de lo expuesto, no podemos dejar de resaltar las siguientes
peculiaridades, a saber:
a) Las provincias admitidas por "creación", no conservan sino que reciben de la
Nación, en el acto que les da origen como tales, los mismos poderes que habían
conservado para sí las provincias fundadoras. Por otra parte, tampoco delegan ni retienen
poderes, porque nacen ya con los poderes que les asigna el ordenamiento jurídico dentro
del cual han sido "creadas". Nunca tuvieron más que esos, ni podrían haber tenido menos,
sin modificar la Constitución Nacional.
b) Por otra parte, estas provincias admitidas por "creación", a diferencia de las
fundadoras, quedan obligadas por los actos anteriores del Gobierno Nacional, sobre el
territorio en que se constituyen.98
94
BARRERA BUTELER, Guillermo. Op. cit., pág. 192.
95
De conformidad con lo prescripto por la Ley Nº 1532, el número mínimo de habitantes que debía tener un
territorio nacional para convertirse en provincia, era de 60.000.
96
BARRERA BUTELER, Guillermo. Op. cit., pág. 192 y 193.
97
C.S.J.N., in re: "Provincia de La Pampa c/ Provincia de Mendoza". Fallos, 310: 2527 a 2578.
98
BARRERA BUTELER, Guillermo. Op. cit., pág. 195 y 196.
37
III.- LA INTEGRIDAD TERRITORIAL DE LAS PROVINCIAS EN SUS
CONSTITUCIONES.
Todos los textos de las constituciones provinciales, como así también el Estatuto
Organizativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, contienen disposiciones con
respecto a los límites y a la integridad territorial de las mismas.
El común denominador en este aspecto, está dado por la exigencia de mayorías
legislativas agravadas para autorizar la modificación de los límites, las que tienen como
piso los dos tercios del total de los miembros del Cuerpo, alcanzando en algunos casos
hasta el ochenta por ciento, como lo establece el artículo 9º "in fine" de la Constitución de
Río Negro.
Asimismo, además de estas mayorías suele exigirse también el cumplimiento de
otros recaudos, como por ejemplo, la doble lectura, tal como lo determina el artículo 2º de
la Constitución de Corrientes, pese a tratarse de una legislatura bicameral; o bien la
ratificación popular a través de alguna de las formas de democracia semidirecta, tal como
lo establece el artículo 104, inciso 8) "in fine" la Constitución de Córdoba, el artículo 6º de
la Constitución de San Luis, el artículo 2º de la Constitución de Tierra del Fuego y el
artículo 6º de la Constitución de San Juan.
Para una mejor ilustración del lector, se transcriben a continuación las disposiciones
pertinentes de las constituciones de las provincias argentinas y del Estatuto Organizativo
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
ARTÍCULO 4: Los límites territoriales de la Provincia son los que por derecho le
corresponden, con arreglo a lo que la Constitución Nacional establece y sin perjuicio de las
cesiones o tratados interprovinciales que puedan hacerse autorizados por la Legislatura, por
ley sancionada por dos tercios de votos del número total de los miembros de cada Cámara.
ARTÍCULO 4º: Los límites territoriales de la Provincia, son los que por derecho le
corresponden con arreglo a la Constitución Nacional, las leyes vigentes y tratados que se
celebraren.
La jurisdicción territorial no podrá ser modificada sino por ley sancionada por el
voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de la Legislatura y aprobada
por referéndum popular, sin cuyo recaudo no será promulgada.
ARTICULO 3: Los límites de la Provincia del Chubut son los que por derecho le
corresponden, con arreglo a lo que la Constitución Nacional y las leyes establecen, sin
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perjuicio de las cesiones o tratados interprovinciales que puedan hacerse autorizados por la
Legislatura, previa consulta popular.
ARTICULO 1°: La Provincia de Córdoba, con los límites que por derecho le corresponden,
es parte integrante de la República Argentina, y se organiza como Estado Social de
Derecho, sujeto a la Constitución Nacional y a esta Constitución.
ARTICULO 2°: Los límites territoriales de la Provincia son: al noreste y sud, los que por
derecho le correspondan; al este el Río Uruguay, que la separa de los Estados Unidos del
Brasil y de la República del Uruguay, y al oeste, el Río Paraná, que la separa de las
Provincias de Santa Fe y Chaco.
Forman parte de su territorio, en lo referente a los Ríos Uruguay y Alto Paraná las
islas que quedan entre sus costas y el Canal principal del río, y aquellas que por tratados o
convenciones internacionales hayan sido o sean declaradas argentinas. En lo relativo al río
Paraná, forman también parte de su territorio las islas que queden entre sus costas y el
canal principal del río así como las que le sean reconocidas por convención interprovincial
o por la Ley del Congreso de la Nación.
Toda ley que se dicte modificando la jurisdicción actual de la Provincia sobre parte
de su territorio, ya sea por cesión, anexión o de cualquier otra manera, como igualmente la
que ratifique tratados sobre límites que se celebren; deberá ser sancionada dos veces por
ambas Cámaras Legislativas. Se requerirá que la primera y segunda sanción estén
espaciadas por un período legislativo, exigiéndose en ambas oportunidades los dos tercios
de votos del total de los miembros de cada Cámara. Se dará amplia difusión a la primera
sanción haciéndose saber que en el subsiguiente período legislativo se considerará por
segunda vez el asunto.
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CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE FORMOSA.
ARTICULO 2°: Los límites territoriales de la Provincia son los del ex-territorio nacional
de su nombre, determinados por la Ley Nacional N° 1532, a saber: por el Norte, el río
Pilcomayo y la línea divisoria con Bolivia; por el Oeste, una línea con rumbo Sur, que
partiendo de la línea anterior, pase por el Fuerte Belgrano, hasta tocar el río Bermejo; por
el Sur, este río siguiéndolo por el brazo llamado Teuco, hasta su desembocadura en el
Paraguay; y por el Este el río Paraguay, que la separa de la República de ese nombre. Toda
ley que autorice su modificación requerirá el voto favorable de la unanimidad de los
miembros que integran la Legislatura, cuando ello signifique un desmembramiento de su
territorio.
ARTICULO 3°: Los límites territoriales de la Provincia son los que por derecho le
corresponden. Para modificar su jurisdicción territorial se requiere ley sancionada con el
voto favorable de las tres cuartas partes de los miembros que componen la Cámara de
Diputados
ARTÍCULO 6º: LÍMITES Y DIVISIÓN POLÍTICA. La Provincia tiene los límites que por
derecho le corresponden con arreglo a la Constitución Nacional, las leyes vigentes y los
tratados que se celebren. No podrán ser alterados sino por ley ratificada por consulta
popular. El territorio de la Provincia está dividido en dieciocho departamentos, con sus
actuales límites determinados por la ley, los que no podrán ser modificados sin previa
consulta popular de los departamentos involucrados.
ARTÍCULO 3º: Toda ley que modifique la jurisdicción pública actual de la Provincia, sobre
parte de su territorio, ya sea por sesión, anexión, o de cualquier otra manera, deberá ser
sancionada por dos tercios de votos del número de miembros que componen cada cámara.
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CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE MISIONES.
ARTÍCULO 1º: La Provincia de Misiones, con los límites que históricamente y por derecho
le corresponden y como parte integrante e inseparable de la Nación Argentina, al restituirse
al ejercicio de los derechos no delegados al Gobierno de la Nación, organiza sus poderes
bajo el sistema republicano democrático y representativo de Gobierno, de acuerdo con los
principios, derechos, deberes y garantías consignados en la Constitución Nacional.
ARTÍCULO 4º: Los límites territoriales de la Provincia son los que por derecho le
corresponden; no podrán modificarse sino por ley confirmada por un referéndum popular
que deberá obtener mayoría absoluta para su validez.
ARTÍCULO 9º: Los límites del territorio de la Provincia son los históricos fijados por la
Ley Nacional No 1.532, ratificados por la Ley Nacional No 14.408, abarcando además el
subsuelo, el Mar Argentino adyacente y su lecho, y el espacio aéreo correspondiente.
Su modificación requiere los votos favorables de los cuatro quintos del total de los
miembros de la Legislatura.
ARTÍCULO 6º: TERRITORIO Y LÍMITES. Los límites territoriales de la Provincia son los
que por derecho le corresponden. La ley que autorice su modificación requiere los dos
tercios de votos del número total de miembros de cada Cámara.
ARTÍCULO 1º: La Provincia de San Juan, con los límites que por derecho le corresponde,
como Estado autónomo e inescindible de la República Argentina, organizado bajo sistema
republicano, democrático, representativo y participativo, mantiene para sí todo el poder no
delegado expresa y literalmente al Gobierno Federal en la Constitución Nacional a la que
reconoce como Ley suprema, sumando las que sean de ejercicio compartido, concurrente o
conjunto.
ARTÍCULO 6º: Para modificar los límites territoriales de la Provincia, por cesión, anexión
o de cualquier otra forma, como igualmente para ratificar tratados sobre límites que se
celebren, se requiere ley sancionada con el voto de las tres cuartas partes de los miembros
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que componen la Cámara de Diputados y aprobación por consulta popular, sin cuyos
recaudos no será promulgada.
ARTÍCULO 1º: Forma de Gobierno: La Provincia de San Luis, con los límites que
históricamente y por derecho le corresponden y como parte integrante e inseparable de la
Nación Argentina, en ejercicio de los derechos no delegados al gobierno de la Nación,
organiza sus poderes bajo el sistema republicano democrático y representativo de
Gobierno, de acuerdo con los principios, derechos, deberes y garantías consignados en la
Constitución Nacional.
ARTÍCULO 6º: Modificación de los límites: Para modificar los límites territoriales de la
Provincia, por cesión, anexión o de cualquier otra forma, como igualmente para ratificar
tratados sobre límites que se celebren, se requiere ley sancionada con el voto de las tres
cuartas partes de los miembros que componen las cámaras legislativas y aprobación por
consulta popular, sin cuyos recaudos no será promulgada.
ARTÍCULO 1º: La Provincia de Santa Cruz, con los límites que por derecho le
corresponden, es parte indestructible e inseparable de la Nación Argentina. La Constitución
Nacional y las leyes nacionales que en su conformidad se dicten son su ley suprema. Para
el libre ejercicio de los poderes y derechos no delegados expresamente a la Nación, se
organiza de acuerdo a la forma representativa y republicana.
ARTÍCULO 1º: La Provincia de Santa Fe, como miembro del Estado federal argentino, y
con la población y el territorio que por derecho le corresponden, organiza sus instituciones
fundamentales conforme a los principios democráticos, representativo y republicano, de la
sumisión del Estado a las propias normas jurídicas en cualquier campo de su actividad y de
los deberes de solidaridad recíproca de los miembros de la colectividad, de acuerdo con las
condiciones y limitaciones emergentes de la Constitución Nacional.
ARTÍCULO 1º: Forma de gobierno: La Provincia de Santiago del Estero, parte integrante
de la República Argentina, con los límites que por derecho le corresponden, es autónoma,
democrática y organiza su gobierno bajo la forma Republicana y Representativa, dando por
incorporados a la presente los derechos, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional y los tratados y declaraciones internacionales de derechos humanos de jerarquía
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Constitucional. Reafirma su inquebrantable unidad de destino con las demás provincias y
tierras aún irredentas, en el marco del federalismo.
Disposiciones Transitorias:
CLAUSULA CUARTA: Límites Provinciales. Ratifícanse los límites de la Provincia de
Santiago del Estero con la Provincia de Córdoba, Catamarca, Tucumán y Salta, fijados por
las Leyes Nacionales Nros. 22.789/83, 22.742/83, 22.310/80 y 22.347/80, respectivamente.
ARTÍCULO 2º: La Provincia tiene los límites territoriales y los espacios marítimos y
aéreos que por derecho le corresponden, de conformidad con los límites internacionales de
la República Argentina. Cualquier modificación de los límites deberá ser autorizada por ley
especial aprobada por las tres cuartas partes de los miembros de la Legislatura y sometida a
consulta popular.
ARTÍCULO 1º: La provincia de Tucumán, parte integrante de la Nación Argentina, con los
límites que por derecho le corresponden, en uso de la soberanía no delegada, organiza su
gobierno de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional.
ARTÍCULO 8º: Los límites territoriales de la Ciudad de Buenos Aires son los que
históricamente y por derecho le corresponden conforme a las leyes y decretos nacionales
vigentes a la fecha. Se declara que la Ciudad de Buenos Aires es corribereña del Río de la
Plata y del Riachuelo, los cuales constituyen en el área de su jurisdicción bienes de su
dominio público. Tiene el derecho a la utilización equitativa y razonable de sus aguas y de
los demás recursos naturales del río, su lecho y subsuelo, sujeto a la obligación de no
causar perjuicio sensible a los demás corribereños. Sus derechos no pueden ser turbados
por el uso que hagan otros corribereños de los ríos y sus recursos. Todo ello, sin perjuicio
de las normas de derecho internacional aplicables al Río de la Plata y con los alcances del
artículo 129 de la Constitución Nacional.
La Ciudad tiene el dominio inalienable e imprescriptible de sus recursos naturales y
acuerda con otras jurisdicciones el aprovechamiento racional de todos los que fueran
compartidos.
En su carácter de corribereña del Río de la Plata y del Riachuelo, la Ciudad tiene
plena jurisdicción sobre todas las formaciones insulares aledañas a sus costas, con los
alcances permitidos por el Tratado del Río de la Plata. Serán consideradas como reservas
naturales para preservar la flora y la fauna de sus ecosistemas.
Los espacios que forman parte del contorno ribereño de la Ciudad son públicos y de libre
acceso y circulación.
El Puerto de Buenos Aires es del dominio público de la Ciudad, que ejerce el
control de sus instalaciones, se encuentren o no concesionadas.
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