Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Los bienes jurídicos son aquellos presupuestos o condiciones que son necesarios
para el individuo y su libre desarrollo en sociedad. Ejm. la vida, la salud, la libertad
personal, el patrimonio, el medio ambiente, etc.
Así pues, el Derecho penal es el último recurso (ultima ratio) de que dispone el
Estado para la protección de bienes jurídicos.
A través de la norma penal. La norma penal está compuesta por un supuesto de hecho
(el delito) y una consecuencia jurídica (una pena o medida de seguridad).
El delito entraña una inobservancia (incumplimiento) a una prohibición (no matar: art.
106 CP) o a un mandato (auxiliar a alguien que esté en peligro: art.
127 CP). Formalmente es delito toda conducta que el legislador
determina (señala) como tal.
PENAS
MEDIDAS DE SEGURIDAD
2
delictuosidad de su conducta o de actuar conforme a dicha comprensión, p. ej. los que
padecen psicosis u oligofrenia) han realizado un comportamiento previsto como delito.
También se pueden aplicar a los imputables relativos (los que sí actúan
culpablemente, pero tienen dichas capacidades disminuidas) y a los que sufren alguna
adicción (drogas, alcohol).
Si bien los menores de edad (inimputables) también pueden ser objeto de medidas de
aseguramiento (internamiento) y tratamiento, éstas formalmente no asumen el carácter
de penas ni medidas de seguridad, pues, denominadas medidas socio-educativas,
pertenecen a un régimen especial previsto por el Código de los Niños y Adolescentes
(aun cuando diversos autores apunten a semejanzas sustanciales con las
consecuencias jurídicas del Derecho penal común o de adultos, denunciando una
suerte de “fraude de etiquetas”).
3
TEORÍAS DE LA PENA
Sin lugar a dudas, la pena constituye uno de los rasgos definidores del Derecho
penal. De este modo, el análisis de la norma penal no se reduce al estudio de la
conducta penalmente relevante y del bien jurídico protegido, sino que debe
comprender el análisis de sus consecuencias jurídicas, en especial, la pena. Pero más
allá de preguntarnos por las sanciones previstas en cada disposición penal en
concreto, sería bueno preguntarnos con qué objeto se establecen dichas sanciones.
Pues bien, cuando hablamos de los fines de la pena no hacemos otra cosa que
intentar hallar las razones de la conminación (pena abstracta fijada por el legislador),
imposición (la fijada por el Juez) y ejecución de la pena en un nivel deontológico, es
decir, del deber ser2. Desde luego, existen diversas posiciones al respecto. Sin
embargo, a grandes rasgos, éstas se pueden reconducir a las teorías que exponemos
a continuación.
4
3 MIR PUIG, Santiago. Derecho penal. Parte General. Barcelona, Reppertor, 2004, 7ª
ed., p. 88.
5
la moral y el Derecho.4 La pena, cuando se la entiende como forma de expiación de
las culpas, no puede encontrar terreno en el plano jurídico. Como señala Roxin: “la
idea misma de la retribución compensadora sólo se puede hacer plausible mediante
un acto de fe. Pues considerándolo racionalmente no se puede comprender cómo se
puede borrar un mal cometido, añadiendo un segundo mal, sufrir la pena”.5
2. Teorías relativas
a) Prevención general
6
Tanto la prevención general negativa como la positiva han sido objeto de
críticas. En un caso, como señala Quintero, se deja una puerta abierta a la pura
intimidación utilitarista, donde se rebajaría al hombre a la pura condición de
instrumento al servicio de una política penal que degrada el respeto a su dignidad.8
Asimismo, Mir Puig pone de manifiesto los problemas de una consideración preventiva
general ilimitada: requeriría sanciones más severas para comportamientos que por su
escasa gravedad son de realización más frecuente, mientras que para los delitos más
graves, aquellos que por las fuertes barreras de la moral social son más episódicas,
les bastaría con penas de menor cuantía, ya que los mecanismos de sanción social se
muestran más eficaces y haría menos necesario el recurso a la pena estatal.9 Con
todo, debemos reconocer que a la pena, por ser un mal, no la podremos despojar de
ese carácter intimidatorio. La pena intimida, y lo hará siempre, a unos más, a otros
menos.10
No obstante, una cosa es decir que la pena intimide y otra, bien distinta, que
necesariamente disuada. García-Pablos rechaza una imagen intelectualizada del
infractor, un equivocado estereotipo del delincuente previsor, en quien la opción
criminal es entendida como el producto de un balance de costes y beneficios. En su
lugar, señala que el efecto disuasivo no sólo depende de la gravedad y duración de la
pena, sino también de la naturaleza del delito, del tipo de infractor, de la prontitud de la
respuesta, del modo en que la sociedad y el delincuente perciben el castigo, etc.11
b) Prevención especial
6
Como es fácil de apreciar, las consideraciones preventivo especiales, llevadas
hasta el extremo, podían suponer el abandono de un Derecho penal de hecho para
enarbolar un Derecho penal de autor, es decir, uno que atienda exclusivamente a la
peligrosidad del autor. Lo que es advertido por Luzón,14 al evocar el Derecho penal
del nacional socialismo: “lo fundamental es la peligrosidad por su modo de conducta o
de vida en general, lo que se llamó culpabilidad por la conducción de vida, o por el
modo de comportarse el sujeto a lo largo de su vida, y no tanto por lo que hace”.
De otro lado, Roxin señala que la idea de corrección como un fin de la pena no
contiene en sí misma la justificación de dicho fin, preguntándose por ello cuáles son
las razones que justifican la sanción y corrección de quienes no se adaptan a la forma
de vivir de la mayoría, de los que viven al margen de la sociedad, de los que resultan
molestos o incómodos; en fin, donde se puede perseguir y sancionar lo distinto o
discrepante.15 Es de la misma opinión Mir Puig, quien sostiene que la prevención
especial no puede por sí sola justificar el recurso a la pena: en algunos casos porque
puede no ser necesaria, en otros porque no es posible y, finalmente, porque puede no
ser lícita.16
Las teorías mixtas buscan conciliar los distintos aspectos de las teorías
anteriores. Algunas posturas hacen prevalecer los fines preventivo especiales,
mientras que otras conceden preferencia a criterios de prevención general, sea
7
en clave positiva o negativa. Es de mencionar la posición asumida por Roxin, 19 que
hace una distinción entre los distintos estadios por los que discurre el Derecho penal.
Señala que las conminaciones penales sólo se justifican en tanto supongan una
protección subsidiaria de los bienes jurídicos, y en este ámbito el fin de las
disposiciones penales es de prevención general. La imposición y medición de la pena
también conserva finalidades preventivas generales, pero debe ser limitada por la
culpabilidad. Y en la etapa de la ejecución de la condena la pena sólo puede
justificarse si tiene como contenido la reincorporación del delincuente a la comunidad.
19 ROXIN, Claus. Sentido y límites… ob. cit., pp. 20 y ss. Según este autor, “La mejor
política criminal consiste, por tanto, en conciliar de la mejor forma posible la
prevención general, la prevención especial orientada a la integración social y la
limitación de la pena en un Estado de Derecho”, vid. ROXIN, Claus. La evolución de la
Política criminal, el Derecho penal y el Proceso penal. [Gómez Rivero y García
Cantizano (trads.)]. Valencia, Tirant lo blanch, 2000, p. 34.
20 MIR PUIG, Santiago. Derecho penal… ob. cit., p. 89.
21 MIR PUIG, Santiago. Derecho penal…ob. cit., pp. 103-109 y 113.
8
PRINCIPIOS DEL DERECHO PENAL
El Derecho penal se legitima por el fin que le toca cumplir, a saber, la protección de
bienes jurídicos. Sin embargo, esto no da carta blanca para conculcar los derechos y
valores que identifican a una sociedad que se conforma bajo el modelo de un Estado
social y democrático de derecho. Existen límites o barreras infranqueables al ius
puniendi, pues la prevención de delitos no pueden ser conseguidas a cualquier precio.
En este orden de ideas, los Principios del Derecho Penal constituyen un límite a la
potestad punitiva del Estado, suponen el contrapeso a las necesidades de seguridad y
protección de la sociedad. El Derecho Penal describe, así, una permanente tensión
dialéctica entre seguridad colectiva y garantías personales.
Según Víctor Prado, “más que principios se les debería denominar políticas.
Entendiendo el término política en sentido estricto; es decir, como un enunciado que
orienta y limita las decisiones del Estado. En nuestro caso las decisiones del control
penal”.22
I. PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Los bienes jurídicos penales estarán constituidos por aquellos intereses (vida, salud,
patrimonio, etc.) cuya afectación entraña cierta dañosidad social. Por tanto, quedan
fuera del ámbito de lo penalmente relevante (no deben constituir delito) conductas que
afecten tan sólo a determinadas concepciones morales (adulterio, homosexualidad,
etc.).
11
ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA LEY PENAL
1. Principio de territorialidad
2. Principio de personalidad o nacionalidad
3. Principio real, de protección o de defensa
4. Principio de competencia universal
5. Justicia por representación
Lugar de comisión:
Por la teoría de la ubicuidad el lugar de comisión del delito es aquel donde el autor [o
partícipe] ha actuado u omitido la obligación de actuar o donde se produce sus
efectos. Según Hurtado debe interpretarse en el sentido de resultado, que es más
restrictivo que efecto (la lesión infligida dirigida a causar la muerte es también un
efecto, pero no el resultado típico del homicidio).
24 HURTADO POZO, José. Manual de Derecho Penal. Parte General I. Lima, Grijley,
2005, 3 ed., p. 237 ss.
12
Las sedes de las misiones diplomáticas ya no son consideradas como territorio
extranjero, no obstante, la aplicación de la ley peruana se suspende en atención a las
prerrogativas o inmunidades del Derecho Internacional. Es decir, la ley peruana sí se
aplica a los comportamientos delictivos realizados al interior de estos locales.
a) Personalidad activa: tiene como fin evitar la impunidad de delitos cometidos por
nacionales en el extranjero, lo que se daba, sobre todo, en aquellos casos en que se
prohíbe la extradición de nacionales. En aquellas legislaciones donde sí se permite la
extradición de sus nacionales, este principio pierde cierta fuerza. Igualmente busca la
igualdad en el tratamiento de comportamientos delictivos perpetrado en un país: que
no se haga distinción entre nacionales y extranjeros.
Nacionalidad: se es peruano según las reglas del ius solis (nacidos en el Perú) o ius
sanguinis (nacidos en el extranjero de padres peruanos e inscritos en Registros civiles
en la minoría de edad); o por naturalización u opción (cuando residan en el país).
Doble identidad (normativa), es decir, que la conducta sea reprimida penalmente tanto
en nuestro país como en el Estado extranjero donde se comete el delito.
Ingreso al territorio nacional: en principio debe ser voluntario, mas puede admitirse que
el ingreso sea casual (desvío de aeronave). No resultaría admisible, en cambio,
cuando se le obliga de manera ilegal a ingresar al territorio (secuestro).
14
Principio de representación
En estos casos se busca evitar la impunidad del delito cometido. Por ello este principio
se denomina justicia por representación o delegación.
Competencia universal
Existen delitos cuya persecución es de interés a todos los Estados, delitos que por su
gravedad afectan intereses comunes de toda la humanidad. Así por ejemplo, la tortura,
la desaparición forzosa de personas y el terrorismo son comportamientos que, dada la
existencia de convenios internacionales, pueden eventualmente ser perseguidos con
independencia del lugar donde se hayan cometido y de la nacionalidad del autor. Se
trata de delitos que ofenden o afectan nuestra condición misma de seres humanos. De
ahí que se hable de competencia universal o solidaridad internacional.
El art. 2 inc. 5 señala a este respecto que la Ley Penal peruana se aplica a todo delito
cometido en el extranjero cuando “El Perú está obligado a reprimir conforme a tratados
internacionales”.25
En nuestro sistema penal es posible “aplicar” una ley derogada o que ya no está
vigente, o aplicar una norma a un hecho cometido con anterioridad a su entrada en
vigor. En el primer caso hablaremos de ultractividad y en el segundo de
retroactividad. La aplicación ultractiva se dará en aquellos casos en que la norma
derogada ―pero vigente en el momento de los hechos― es más favorable que la
norma penal vigente. La retroactividad benigna se dará cuando la nueva norma se
aplica a un hecho cometido antes de su entrada en vigor, a condición de que sea más
favorable. Así, el art. 7 CP señala que si con la nueva ley “el hecho sancionado en una
norma anterior deja de ser punible, la pena impuesta y sus efectos se extinguen de
pleno derecho”.
Combinación de leyes
Según el art. 6 CP, en caso de conflicto de leyes penales en el tiempo “se aplicará la
más favorable al reo”. Sobre este punto suele discutirse la posibilidad de aplicar los
aspectos favorables de dos normas sucesivas o si, por el contrario, sólo puede
aplicarse la que en conjunto sea más favorable.
Algunos cuestionan lo primero, pues aplicar parte de una ley y parte de otra es, en
realidad, aplicar una norma que no se reconoce ni en una ni en otra; sería aplicar una
nueva norma (lex tertia), lo que vulneraría el principio de legalidad: El Juez no tiene
potestades legisferantes.
Otros consideran que sí es posible. Esto, sobre todo, tratándose de normas complejas.
Como señala Villavicencio, en normas simples la comparación puede resultar sencilla,
pero en leyes más complejas ello no siempre resulta así; con lo cual, más que de una
lex tertia se trataría de un asunto de
16
integración interpretativa.26 Así por ejemplo, en la comparación entre la Ley Penal
Tributaria y una ley que la modifica, habrá de analizarse la extensión de los tipos
penales y las circunstancias modificativas (atenuantes y agravantes), las penas del
tipo básico o de los subtipos agravados y atenuados, las consecuencias accesorias,
las exenciones de pena, etc.
Momento de la comisión
En cuanto al momento de la comisión del delito falta determinar si este momento está
dado por el momento en que se realiza la acción típica (teoría de la acción) o por el
momento en que se produce el resultado exigido por el tipo penal. El artículo 9 CP se
decanta por la primera solución: “El momento de la comisión de un delito es aquel en
el cual el autor o partícipe ha actuado u omitido la obligación de actuar,
independientemente del momento en que el resultado se produzca”.
Según el artículo 10 CP la ley penal se aplica con igualdad. Y es que todos gozamos
del derecho de igualdad ante la ley (art. 2 inc. 2 Const.). Ahora bien, que todos
seamos iguales ante la ley, no pretende negar la existencia de algunas diferencias que
se establecen en función a condiciones o de unas
Más allá de ello, existen excepciones que tienen como fundamento no tanto la persona
en sí, sino la función o cargo desempeñado por el posible agente. Se trata de
prerrogativas que se encuentran previstas en las Leyes nacionales y en Tratados
Internacionales, y que operan como impedimentos para la persecución o sanción de
conductas punibles.
28 Art. 93, 3° párr. Const. “No pueden ser procesados ni presos sin previa autorización
del Congreso o de la Comisión Permanente, desde que son elegidos hasta un mes
después de haber cesado en sus funciones, excepto por delito flagrante, caso en el
cual son puestos a disposición del Congreso o de la Comisión Permanente dentro de
las veinticuatro horas, a fin de que se autorice o no la privación de la libertad y el
enjuiciamiento.”
29 Art. 201, 2° párr. Const. “Para ser miembro del Tribunal Constitucional, se exigen
los mismos requisitos que para ser vocal de la Corte Suprema. Los miembros del
Tribunal Constitucional gozan de la misma inmunidad y de las mismas prerrogativas
que los congresistas. Les alcanzan las mismas incompatibilidades. No hay reelección
inmediata”.
30 GARCÍA CAVERO, Percy. Lecciones… ob. cit. p.212.
18
Estado, miembros del Tribunal Constitucional o del Consejo Nacional de la
Magistratura, Vocales de la Corte Suprema, Fiscales Supremos, Defensor del Pueblo y
Contralor General.
19
CONCEPTO DE ACCIÓN
Del mismo modo, el concepto de acción excluye todo lo que de antemano no se toma
en consideración para un enjuiciamiento jurídico penal: sucesos causados por
animales, por la naturaleza, actos de personas jurídicas, meros pensamientos o
actitudes internas, pero también modificaciones del mundo exterior no sometidas al
control del aparato psíquico, como sucede con los ataques convulsivos, los delirios,
etc.
a) La acción causal:
b) La acción final:
Ahora bien, “al Derecho Penal no le interesan todos los comportamientos humanos, y
para determinar aquellos que son relevantes se hace necesario valorarlos”.31 Esto
establece un filtro para excluir algunas situaciones que valorativamente no pueden ser
consideradas acciones humanas con relevancia penal (vis absoluta, estados de
inconsciencia).
La dirección final de la acción se lleva a cabo en dos fases, una interna (no punible) y
otra externa. La fase interna o de pensamiento se desarrolla en la mente del sujeto y
comprende la anticipación del fin que el agente quiere realizar; la selección de los
medios necesarios; y la consideración de los efectos concomitantes. En la fase
externa el agente lleva a cabo su acción en el mundo real.32
Según esta postura, la acción es un comportamiento humano, por tanto individual, con
trascendencia social (Jescheck). Se trata, pues, de una conducta socialmente
relevante, siendo que la relevancia social se determina en función de la relación del
individuo con su entorno y afecta al mismo a través de sus efectos.33
1. Fuerza física irresistible (vis abosulta): que puede ser de un tercero (atar a un
salvavidas quien, así, se ve impedido de rescatar a un bañista; quien empuja a
otro y cae en una piscina ocasionando una lesión a un bañista).
2. Actos reflejos: ejm. quien suelta un jarrón valioso al ser hincado ―por un
bromista― con una aguja o quemado con una vela. Debe diferenciarse de los
actos impulsivos o en corto circuito.
21
Conductor de camión que se queda dormido. Si bien en el momento del
accidente no era conciente, sí lo era en aquel momento en que aparecieron los
primeros signos de sueño, por lo que debió proceder de manera tal que no se
generase ningún riesgo a bienes jurídicos ajenos (detener el vehículo para
descansar o tomar un café).
Caso: José, Eladio y Luis bebían licor en la bodega de propiedad del primero
de los nombrados. De pronto, José se inclina hacia adelante para sacar vino de
una barrica. En ese instante, y con ánimo de gastarle una broma, Eladio agarra
con fuerza los genitales de José. Éste, como por instinto, gira bruscamente
empujando con el codo a Eladio, quien cae golpeándose la cabeza
fuertemente. Horas después, como consecuencia del golpe, Eladio muere.
De ahí que Silva Sánchez haya señalado que no es la “voluntad colectiva” sino
la de concretas personas individuales las que rigen el destino de la sociedad y dan
lugar, eventualmente, a la comisión de los delitos; por lo que
34 Sobre este punto, y con referencias al caso expuesto, vid. SILVA SANCHEZ,
Jesús- Maria. Estudios de derecho penal. Lima, Grijley, 2000, pp. 13-39.
22
es a estas personas individuales (gerentes, directores, etc.) a quienes debe dirigirse
prioritariamente la intervención penal.35
TEORÍA DE LA ADECUACIÓN
IMPUTACIÓN OBJETIVA
“Un resultado causado por el agente sólo se puede imputar al tipo objetivo si la
conducta del autor ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto por un
riesgo permitido y ese peligro también se ha realizado en el resultado
concreto”.37
Este primer elemento alude a la creación, por parte del agente, de un peligro de
lesión al bien jurídico protegido. El análisis de la creación de un riesgo se hace desde
una valoración ex ante, es decir, considerando las circunstancias conocidas en el
momento de realización del comportamiento.39 Con lo cual, de lo que se trata es de
averiguar la idoneidad de la conducta para producir un resultado lesivo, sin que entre
en consideración cualquier circunstancia que haya podido ser conocida con
posterioridad a la realización o producción del resultado típico.
Desde luego, la creación de dicho riesgo debe estar por encima de los límites
de lo permitido o tolerado, pues, como se sabe, la vida cotidiana está llena de riesgos
socialmente tolerados bajo determinados parámetros (conducción de vehículos,
deportes, tráfico aéreo, etc.).
Según este principio, quien se comporta dentro del respeto de las normas de
cuidado ―riesgo permitido― puede válidamente confiar en que los demás harán lo
mismo, siempre y cuando no existan, como enseña Roxin, indicios concretos para
suponer lo contrario.44 Y así, el chofer que se dispone a cruzar una calle con
semáforo en verde no precisa reducir la velocidad ante la posible infracción de otro
conductor. De producirse un accidente con resultado lesivo la responsabilidad recaerá
en el chofer infractor.
“en aquellos casos en los que el hecho o el resultado típico son responsabilidad
de una cadena de sujetos, la imputación jurídico-penal debe retroceder hasta el
último de los eslabones que se haya comportado de forma desaprobada por la
norma”.45
43 BACIGALUPO, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Lima, Ara Editores, 2004,
p. 274
44 ROXIN, Claus. Derecho… ob. cit., p. 1004; cfr. VILLAVICENCIO TERREROS,
Felipe. Derecho… ob. cit. pp. 327-328.
45 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Límites de la participación criminal. ¿Existe una
“prohibición de regreso” como límite general del tipo en derecho penal? Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, (Imp. Lima), 2001, p. 35.
27
c) El garante no puede beneficiarse de la prohibición de regreso, pues tiene el
deber de evitar un resultado típico cuando éste sea evitable.
d) Se trata de determinar cuándo un comportamiento neutral se convierte en un
ataque al bien jurídico, pues estamos ante conductas que favorecen la
realización del hecho típico.
e) Las circunstancias o el contexto pueden hacer variar el significado normativo
de un comportamiento, de inicio, adecuado socialmente que puede ser utilizado
en un sentido delictivo.
Ejemplos: Deudor que paga a su acreedor, siendo que éste usa el dinero para
perpetrar un delito; cantinero que expende licor, no responde por las lesiones, daños o
muertes producidas subsecuentemente.
28
TIPICIDAD
El tipo penal no es otra cosa que la descripción que hace el legislador en el Código
Penal (en algunos casos en leyes especiales, como en los delitos aduaneros) del
supuesto de hecho catalogado como delito.
Ejemplo:
1. El artículo 185 CP contiene el tipo penal de hurto: “El que, para obtener
provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble ajeno, sustrayéndolo
del lugar donde se encuentra, será reprimido…”.
Elementos descriptivos del tipo: son aquellos elementos que son fácilmente
percibidos por los sentidos y no requieren mayor valoración o interpretación.
29
Ejm. El vehículo motorizado en el art. 274 CP (delito de conducción en estado de
ebriedad).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en materia jurídica, pocas cosas no
requieren valoración o interpretación. El mismo concepto de persona, objeto material
del delito de homicidio y que puede considerarse fácilmente aprehensible por los
sentidos, requiere una valoración (en el comienzo y fin de la vida humana).
ESTRUCTURA
En su parte objetiva (tipo objetivo), el tipo penal está conformado por la acción, por los
sujetos y por el objeto material. La imputación objetiva también se analiza en sede de
tipicidad.
b) En cuanto a los sujetos, tenemos el sujeto activo que es la persona física que
realiza el tipo penal. Desde este punto de vista, podemos estar ante un delito
común, que es aquel que puede ser realizado por cualquier persona.
Generalmente se le identifica porque el legislador emplea la expresión: “el que”
para referirse al autor o sujeto activo. Los delitos especiales, en cambio, son
aquellos en los que se exige una determinada condición o calidad para ser
sujeto activo del delito. Lo que sucede por ejemplo con el delito de abuso de
autoridad (art. 376 CP) que sólo puede ser cometido por un funcionario
público.46 El sujeto
30
pasivo es el titular del bien jurídico afectado, y puede serlo tanto la persona
física, como la persona jurídica, la sociedad y el Estado.
Por ley penal en blanco se puede entender aquella norma que se remite a una
norma extrapenal para completar la descripción típica de la conducta. Ejm. El delito
previsto en el art. 304 CP “El que infringiendo leyes, reglamentos o límites máximos
permisibles…”. Asimismo el art. 214 “…obliga o hace prometer pagar un interés
superior al límite fijado por la ley…”. Estamos, pues, ante disposiciones que deben ser
completadas por normas que se ubican extramuros del Código penal.
Como señala Muñoz Conde y García Arán, esta técnica de descripción típica —
la de la ley penal en blanco— suele utilizarse “cuando la conducta que constituye el
supuesto de hecho de la norma penal en blanco está
49 Sobre este punto vid. GARCÍA ARÁN, Mercedes. Remisiones normativas, leyes
penales en blanco y estructura de la norma penal. En: Estudios penales y
criminológicos, vol.XVI (1992-1993), pp. 83-90.
32
EL TIPO SUBJETIVO (delitos dolosos)
De ahí que una conducta que se adecue al tipo objetivo de la norma penal no
es en sí misma suficiente para afirmar la tipicidad de la conducta, ya que sólo será
penalmente relevante si se realiza a título de dolo o culpa.
c) El dolo eventual supone una “forma debilitada” de dolo cuyas fronteras con la
culpa consciente siempre se han mostrado difíciles de delimitar. Para Roxin se
trata de aquellos resultados indeseados cuya producción el sujeto no ha
considerado segura. Se dice que es una forma debilitada de dolo por cuanto
los elementos cognitivo y volitivo aparecen atenuados: el autor no sabe a
ciencia cierta si se producirá el resultado
—en realidad no lo desea—, pero lo asume como posible; y a pesar de
eso sigue con su plan criminal. Ejm. Delincuente que huye de la Policía y llega
a un cruce con el semáforo en rojo: no se detiene y reza para que no se cruce
ningún auto o peatón. Pero un motociclista cruza y es impactado
violentamente, muriendo a los pocos minutos.
Por el contrario, habrá dolo eventual cuando el autor consienta, acepte o apruebe el
resultado (teoría del consentimiento); cuando el autor haya realizado el
comportamiento aun conociendo el riesgo o peligro de su conducta (teoría de la
probabilidad o representación). Según Mir Puig, no se trata de que el agente quiera
o acepte el resultado, sino de que quiera la conducta peligrosa, a pesar de advertir el
riesgo de lesión del bien jurídico penal.50
Se trata de elementos subjetivos distintos del dolo previstos por el legislador para
restringir el ámbito de lo punible en determinados delitos.
50 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte General. Barcelona, Reppertor, 2008, p.
266-267.
34
acción”.51 Es el caso del animus iniuriandi exigido por doctrina y jurisprudencia
en los delitos de injuria y difamación; o del animus lubricus en algunos delitos
contra la libertad sexual (piénsese sino en el examen clínico realizado por un
médico ginecólogo: su comportamiento sería delictivo sólo en el caso de que
obre con el referido animus).
3. Error de Tipo
Ejm. el cazador que dispara mortalmente a lo que creía era un animal que se movía
tras unos matorrales, siendo que en realidad se trataba de otro cazador; cuando
alguien toma por error un abrigo ajeno; cuando desconoce que el paquete encargado
por su amigo para ser entregado a un familiar contenía droga; etc.
Los delitos culposos, en su parte objetiva, están conformados por la infracción del
deber de cuidado y la producción de un resultado típico.
Deber de cuidado interno: que exige estar atento a la presencia de un peligro. Esto en
la medida de que se trate de peligros objetivamente previsibles desde una perspectiva
ex ante (los que pudo o debió apreciar el agente en el momento de la acción). Ejm.
Quien conduce su vehículo y ve unos niños jugando en la calzada.
Lo cual tiene que ver con la cognoscibilidad (conocer o poder conocer que se realiza
una conducta peligrosa) y previsibilidad (prever la posibilidad del resultado lesivo).
Todo esto valorado desde la perspectiva de una persona medianamente prudente.
Los delitos cualificados por el resultado son muy cuestionados por la doctrina ya
que suponen agravar la responsabilidad penal ante la producción de un resultado con
independencia de que concurra (exista) dolo o culpa. Se trata, pues, de un supuesto
de responsabilidad objetiva (versari in re illicita) en la que se hace responder
penalmente al autor incluso por aquellos resultados imprevisibles. Como ejm. se
puede señalar el art. 189 in fine del CP: “la pena [del robo agravado] será de cadena
perpetua… si como consecuencia del hecho se produce la muerte de la víctima o se le
causa lesiones graves a su integridad física o mental”. Como no se exige la
previsibilidad del resultado, podría imponerse cadena perpetua a aquel que asalta a
mano armada a alguien, siendo que la víctima del robo muere de infarto por sufrir
afecciones coronarias. Hecho desconocido por el autor del delito y que era difícil (por
no decir imposible) de prever.
Actualmente, son muchos los autores que consideran que estos dos casos deben ser
resueltos por las reglas del concurso de delitos (a ser visto en las últimas lecciones),
específicamente, por el concurso ideal.
37
DELITOS DE OMISIÓN
a) La situación generadora del deber de actuar (ejm. Art. 127: encontrar a alguien
en grave peligro; art. 4 Ley 27765: detección de una transacción sospechosa).
54 El segundo inciso del artículo 13 CP señala que se sancionará al que omite impedir
la realización del hecho punible “Si la omisión corresponde a la realización del tipo
penal mediante un hacer”.
38
c) La producción del resultado típico.
a) Existencia de una estrecha relación vital (comunidad de vida) del sujeto con el
titular del bien jurídico afectado (los que se desprenden de la convivencia
familiar o convivencia de hecho: padres con relación a sus hijos o quienes
estén bajo su custodia).
b) Deberes legales propios de determinadas profesiones o actividades (médicos;
empresarios de construcción con relación a la seguridad de sus trabajadores).
c) Asunción voluntaria de función protectora (aquel que se ofrece para llevar a
una persona herida tras un accidente; nana que es contratada para cuidar a un
bebé mientras los padres trabajan).
41
SEGUNDA PARTE
ANTIJURICIDAD
Dentro del aspecto subjetivo, se exige que el autor conozca o sepa la existencia del
presupuesto objetivo (sabe que está ante una agresión inminente o ante una situación
de necesidad).
Como ya se señaló, se debe actuar conociendo (aspecto subjetivo) que se está ante
una agresión ilegítima, pues en la legítima defensa se obra en defensa de bienes
jurídicos propios o ajenos, no por otros móviles. De esto, si el autor mata a su enemigo
y sólo después se descubre que la víctima se acercaba con la intención de matar al
autor del disparo, no habrá legítima defensa.
57 A este respecto señala Roxin: “quien con una conducta antijurídica provoque a otro
a cometer una agresión con intención de dañarle, no puede ampararse en legítima
defensa… por una parte no necesita protección frente a la autopuesta en peligro
dolosa que él mismo ha preparado con su conducta antijurídica; y además él no hace
prevalecer el Derecho cuando como provocador antijurídico únicamente está poniendo
en escena una agresión con fines dañinos”, ROXIN, Claus. Derecho… ob. cit., p. 640.
44
2. Estado de necesidad (art. 20 inc. 4 CP)
45
Otro ejemplo de estado de necesidad sería aquella conducta defensiva consistente en
disparar a un rottweiler que viene directamente a atacar. En este caso la conducta es
típica de daños, pero no es antijurídica, pues concurre una causa de justificación:
estado de necesidad. Incluso no habrá obligación de indemnizar, salvo que el autor del
disparo haya provocado al animal.
Otro caso podría ser el de la detención practicada por autoridad competente y en los
supuestos permitidos por la ley. No constituiría un comportamiento prohibido, estaría
justificado o permitido. Si en el cumplimiento de su función, la Policía hace uso de
violencia excesiva e innecesaria, estaremos también ante la eximente incompleta del
artículo 21 CP (el comportamiento no estará enteramente justificado y sólo se
atenuará la pena).
46
Otros ejemplos de esta causa de justificación: derecho de corrección de los padres,
siempre que sea ejercido de modo moderado, como cuando el padre castiga a su hijo
y no permite que salga de la casa para asistir a una reunión o un concierto (no hay
delito de secuestro); el ya aludido derecho de retención del vehículo en tanto no se
cumpla con pagar la factura por los servicios prestados.
Según este artículo también está exento de responsabilidad el que obra por orden
obligatoria de autoridad competente, expedida en el ejercicio de sus funciones. Sería
una contradicción que el ordenamiento jurídico señalase la obligatoriedad de algunas
órdenes y que, a continuación, sancionase penalmente su efectivo cumplimiento.
Podríamos decir que estamos en realidad ante un supuesto especial de cumplimiento
de un deber, pues si la orden emanada de autoridad competente en el ejercicio de sus
funciones es obligatoria, su cumplimiento constituirá propiamente un deber.
En doctrina suele limitarse esta causa de justificación para excluir aquellas órdenes
que son manifiestamente antijurídicas. Así por ejemplo, si en el ámbito castrense es
importante que se acaten las órdenes impartidas por el jerárquico superior, ello no
puede llevar a justificar conductas manifiestamente contrarias a derecho: ordenar que
se maten niños y ancianos; que se violen mujeres; que se mutilen niños (Sierra
Leona); que se perpetren actos de genocidio, como la matanza de 7000 musulmanes
en Srebrenica (1995) del que se responsabilizó a Slobodan Milosevic. Estas órdenes
(algunas de las cuales constituyen crímenes de lesa humanidad) no podrían ser
amparadas en un Estado de Derecho y, por tanto, no pueden ser consideradas
obligatorias. Estamos, pues, ante conductas prohibidas o no permitidas. No hay causa
de justificación que valga, la conducta es antijurídica.
Según este artículo, está exento de responsabilidad penal aquel que actúa con el
consentimiento válido del titular de un bien jurídico de libre disposición.
I. LA IMPUTABILIDAD
En efecto, desde el punto de vista de la prevención especial, que tiene como norte
la resocialización, es aconsejable que los menores se vean sometidos a un régimen
distinto e independiente de los adultos. De esto, el Código de los Niños y Adolescentes
prevé para menores de 14 años medidas de protección, mientras que para los
mayores de 14 y menores de 18, medidas socioeducativas. Desde el punto de vista de
la prevención general, la inimputabilidad de un menor no tiene porqué afectar la
conciencia social sobre la vigencia de la norma penal (la que prohíbe matar, robar,
etc.).
La anomalía psíquica está prevista en la ley como una causa que excluye la
culpabilidad (causa de inimputabilidad). Lo importante no es tanto la comprobación
fáctica de dicha causa, cuanto la comprobación de que se está en una situación de
incapacidad de comprender la ilicitud de su conducta y conducirse conforme a
derecho.
a) Psicosis:
b) Oligofrenia:
Falta de inteligencia del sujeto. En sus niveles más profundos (idiocia, imbecilidad)
constituye una barrera infranqueable para que el mensaje normativo llegue a su mente
con la nitidez y el sentido deseado.
En este caso la inimputabilidad del agente no se funda en una causa con trasfondo
patológico, sino en un estado mental anormal de carácter pasajero (debido, sobre
todo, a la ingesta de alcohol o drogas) que afecta gravemente su concepto de la
realidad, lo que le impide comprender el carácter delictuoso,
67 Art. 15 CP.- El que por su cultura o costumbres comete un hecho punible sin poder
comprender el carácter delictuoso de su acto o determinarse de acuerdo a esa
comprensión, será eximido de responsabilidad. Cuando por igual razón, esa
posibilidad se haya disminuida, se atenuara la pena.
46
Existen casos en los que el sujeto bien puede conocer la existencia de una prohibición,
sin que, no obstante, sea capaz de comprender o adecuar su comportamiento a
la norma penal. Y es que aquí el conocimiento de la antijuricidad (saber que una
conducta está prohibida) no trae aparejado necesariamente la internalización del
mandato normativo: existe un condicionamiento cultural que impide o dificulta la
recepción del mensaje normativo. El individuo ha desarrollado patrones conductuales y
valores distintos a los “prevalecientes” en la sociedad.
Al entregar Juan a la víctima (se entiende para evitar un mayor numero de muertes
y salvar, incluso, su propia vida) realiza un acto de colaboración en un hecho
punible ajeno. No obstante, estaríamos ante un caso de estado de necesidad
exculpante. Es exculpante, pues la conducta de Juan sigue estando desaprobada
socialmente. Lo que no ocurre en el estado de necesidad justificante (que se
analiza en la antijuricidad), donde la ponderación de intereses hace que la
conducta lesiva no sea desaprobada si es que se salva un interés preponderante
(se evita un mal mucho mayor).
46
En el estado de necesidad exculpante la falta de responsabilidad penal se funda
en un juicio negativo de necesidad de pena.72 En casos como estos no se puede
exigir un comportamiento ajustado a la norma y, por tanto, la intervención del
Derecho penal parece innecesaria.
Se conoce por formas imperfectas de realización aquellos casos en los que el agente
no realiza de manera completa o perfecta la conducta descrita en el tipo penal
(tentativa). Pero antes debemos abordar el concepto de iter criminis.
1. ITER CRIMINIS: con esta voz latina se conoce el camino recorrido entre el
momento en que nace la idea de cometer un delito y su consumación. Presenta una
fase interna y otra externa.
57
El comienzo de la ejecución de un delito marca el inicio de la intervención penal. De
este modo, la tentativa se ubica entre los actos preparatorios y la consumación del
delito. La tentativa es punible, pudiendo el Juez disminuir prudencialmente la pena.
a) Teoría subjetiva: presta atención al plan criminal del sujeto o autor. Según
esto, habrá comienzo de la ejecución (tentativa) cuando desde el punto de
vista del autor se realiza un comportamiento que da inicio a la ejecución del
delito. Teoría abandonada, pues deja en manos del autor la decisión de si su
comportamiento es punible (tentativa) o impune (actos preparatorios).
Para que opere este beneficio el autor debe obrar voluntariamente (por tanto se
excluye cuando el delito no se perpetra por la aparición de obstáculos: alarmas,
aparición de la policía, etc.) y de manera eficaz o exitosa (que no se produzca el
resultado). El arrepentimiento posterior a la consumación no exime de pena
―no la evita―, pero podrá tenerse en cuenta para el momento de la determinación
judicial de la sanción (art. 46 CP).
Ejemplo 1: Sujeto que entra a una vivienda para sustraer un cuadro, pero
finalmente no lo hace (sin haber sido sorprendido). No responde penalmente
por el hurto, pero sí por violación de domicilio (art. 159 CP).
59
consumación delictiva. Ejm. pretender matar a alguien utilizando un muñeco vudú,
conjuros o brujería.
4. CONSUMACIÓN Y AGOTAMIENTO
La consumación supone la realización de todos los elementos del tipo penal. Es,
pues, un concepto formal. Por ejm., en el homicidio se consuma el delito con la muerte
de la persona; en el delito de hurto con el apoderamiento (posibilidad de disponer) de
la cosa mueble. Esto es suficiente para una condena en toda la extensión de la norma
penal.
60
AUTORÍA
(artículo 23 CP)
1. Autoría
No obstante, hoy en día predominan las teorías diferenciadoras, que son aquellas
que conceden un distinto tratamiento a autores y partícipes. Dentro de estas tenemos
a las teorías subjetivas y a las teorías restrictivas.
61
El dominio del hecho se puede llevar a cabo:
De ahí que, a nivel de autoría, se analicen los casos de autoría directa o inmediata;
autoría mediata y coautoría.
Se trata de una construcción doctrinal del profesor Claus Roxin en cuya virtud se
busca fundamentar la responsabilidad penal de aquel que sin intervenir en la ejecución
del delito, controla un aparato de poder (aplicable a los dirigentes del
nacionalsocialismo alemán durante la Segunda Guerra Mundial; a personajes de las
dictaduras latinoamericanas y, entre nosotros, a Alberto Fujimori y Abimael Guzmán).
En la autoría mediata propiamente dicha, se veía que el instrumento actuaba sin
responsabilidad penal (instrumento no doloso o no culpable), cosa que no ocurre en
este caso, en el que los ejecutores sí responden penalmente. En la Autoría mediata a
través de aparatos organizados de poder responden penalmente tanto los que tienen
poder de mando sobre el aparato u organización, como los ejecutores del delito.
63
PARTICIPACIÓN
(Artículos 24 y 25 CP)
CONCEPTO
Para que la participación sea punible se requiere que el hecho punible (el hecho
principal, el que es cometido por el autor) haya comenzado a ejecutarse.
PRINCIPIOS
64
b) Unidad del título de imputación y participación en delitos especiales
De este modo, se descarta la teoría de la ruptura del título de imputación por la cual
se habría hecho responder a cada sujeto que haya intervenido en el delito por el tipo
penal que le fuere individualmente aplicable. En el ejemplo propuesto, la secretaria
habría respondido por un delito de hurto, mientras que el funcionario habría sido
sancionado como autor de un delito de peculado.
77 Los delitos comunes son aquellos que pueden ser cometidos por cualquier
persona. Los delitos especiales son aquellos en los que se exige una condición o
cualidad específica para ser autor (sujeto activo) del delito. Así por ejemplo, el delito
de peculado (art. 387 CP) sólo puede ser cometido por un funcionario o servidor
público; el delito de prevaricato (art. 418 CP) sólo puede ser cometido por un Juez o
Fiscal. Se llama intraneus a aquella persona que reúne la condición especial exigida
por el tipo (funcionario público, Juez, Fiscal). Será extraneus aquel que no reúne
dicha condición (en los delitos cometidos por funcionarios, lo será el particular). Los
delitos especiales propios son aquellos que sólo pueden ser realizados por quienes
ostenten la condición específica exigida por el tipo para ser autor del delito (intraneus),
sin que quepa la posibilidad de que los que no tengan dicha condición (extraneus)
respondan por algún otro delito común aplicable. Ejemplo: el delito de prevaricato sólo
puede ser cometido por un Juez o Fiscal. Si no estamos ante un Juez o Fiscal no
podrá haber delito de prevaricato, ni ningún otro. Los delitos especiales impropios
sólo pueden ser realizados por quienes ostenten la condición específica exigida por el
tipo, pero, a diferencia del caso anterior, los extraneus sí pueden responder
penalmente como autores de un delito común semejante. Ejemplo: quien no reúne la
condición de funcionario y se apropia de caudales públicos, no será autor de peculado,
pero sí será sancionado penalmente como autor del delito de hurto.
65
concurran, pero no la de los demás. 1) Quien en pleno uso de sus cabales colabora
con un enfermo mental para que dé muerte a los asistentes a un espectáculo,
responde penalmente aun cuando el enajenado no sea sancionado penalmente, sino
sometido a una medida de seguridad: la falta de culpabilidad del enfermo mental no se
comunica al cómplice, quien sí responde penalmente. 2) Si uno de los coautores del
delito es reincidente, dicha circunstancia no agravará la pena de los demás. 3) Juan es
cómplice del hurto perpetrado por Pedro en perjuicio del padre de este último: si bien
el artículo 208 CP dispone que los hurtos entre ascendientes y descendientes no son
reprimibles, esta exención de pena no alcanza a los coautores o partícipes que no
ostenten esa relación de parentesco; por lo tanto, Juan responde penalmente,
mientras que Pedro queda eximido de pena.
FORMAS DE PARTICIPACIÓN
1. Instigación
En este sentido, determinar es hacer nacer en otro una voluntad criminal que no tenía
previamente. Con lo cual, no se puede “inducir” a otra persona a cometer un hecho
punible, cuando éste ya estaba decidido a perpetrarlo.
2. Complicidad
66
a) La complicidad primaria o necesaria supone un aporte fundamental o
necesario para la realización del hecho punible. El legislador lo concibe como
un aporte “sin el cual [el hecho punible] no se hubiere perpetrado”. De esto que
algunos entiendan que el momento del aporte es en etapa preparatoria, pues si
el aporte necesario se da en fase de ejecución se trataría de un supuesto de
coautoría. La complicidad primaria se reprime con el marco penal previsto para
el autor (la pena concreta, es decir, la impuesta efectivamente por el Juez
penal, puede diferir entre autores, coautores y partícipes, pues es resultado de
la determinación judicial de la pena, vid. art. 46 CP).
67
CONCURSO DE DELITOS
Ahora bien, para saber si en el caso concreto se ha de aplicar lo previsto para uno o
más delitos, es decir, para saber si estamos ante un concurso de delitos
―lo que tendrá algún reflejo en la pena a imponer― hay que determinar primeramente
si estamos ante un solo hecho o ante varios.
Tampoco habrá pluralidad de acciones ahí donde el tipo penal exige la realización de
varios actos para consumar un delito. Por ejemplo, el delito de robo, donde no sólo
debe concurrir (existir) la sustracción de un bien, sino también el empleo de violencia o
amenaza.
1. Concurso ideal
78 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte General. Barcelona, Reppertor, 2008,
p. 641.
68
Artículo 48.- Cuando varias disposiciones son aplicables al mismo hecho se
reprimirá hasta con el máximo de la pena más grave, pudiendo incrementarse
ésta hasta en una cuarta parte, sin que en ningún caso pueda exceder de
treinta y cinco años.
Hay concurso ideal cuando con una acción se genera una pluralidad de delitos. De lo
que se trata en este tipo de concurso es que a pesar de la realización de una única
acción —en sentido normativo— se afecta más de un bien jurídico digno de
protección, con lo cual, se busca alcanzar el desvalor global de la conducta a los
efectos de cuantificar la pena.
Ejemplos: 1) Aquel sujeto que con el fin de evitar la imposición de una papeleta de
tránsito agrede físicamente a un policía ocasionándole contusiones (delito de lesiones
y delito de violencia contra un funcionario público: artículos
122 y 366 del Código Penal, respectivamente). 2) Propietario que desaloja
violentamente al inquilino que se negaba a abandonar el inmueble tras el vencimiento
del contrato (delito de usurpación y delito de ejercicio arbitrario del propio derecho:
artículos 202 inc. 2 y 417 del Código Penal, respectivamente).
3) Sujeto que imprudentemente ocasiona un accidente de tránsito en el que mueren y
resultan heridas varias personas (delitos de homicidio y lesiones culposas).
Los ejemplos anteriores lo son, además, de concurso ideal heterogéneo, pues las
figuras penales concurrentes o, lo que es lo mismo, los bienes jurídicos afectados son
de distinta naturaleza. El concurso ideal homogéneo será aquel en el que con un
mismo hecho se afecta varias veces la misma disposición penal. Ejemplo: aquel
sujeto que haciendo explosionar una bomba mata a todos los ocupantes de un
automóvil.79
Para determinar la pena aplicable en los casos de concurso ideal se sigue el siguiente
procedimiento: se establece el máximo de la pena del delito más grave (absorción) y
luego se puede incrementar esta —atendiendo a las demás figuras penales
aplicables— hasta en una cuarta parte (asperación). Se fija como límite máximo los
35 años.
2. Delito Continuado
Artículo 49.- Cuando varias violaciones de la misma ley penal o una de igual o
semejante naturaleza hubieran sido cometidas en el momento de la acción o
en momentos diversos, con actos ejecutivos de la misma resolución criminal,
serán considerados como un solo delito continuado y se sancionarán con la
pena correspondiente al más grave. Si con dichas violaciones el agente
hubiera perjudicado a una pluralidad de personas,
Cuando estamos ante distintas acciones que afecten bienes jurídicos eminentemente
personales ―libertad sexual (violación), salud (lesiones), libertad personal
(secuestro)― que pertenecen a sujetos distintos no se aplicará el delito continuado.
Así, no habrá delito continuado si un sujeto comete diversos actos de violación contra
víctimas distintas; tampoco sería aplicable para los asesinos en serie.
Como ejemplo clásico del delito continuado se cita el hurto del cajero, esto es, aquel
empleado bancario que en distintas ocasiones a lo largo del tiempo sustrae cierta
cantidad de dinero. El delito continuado ofrece indudables ventajas de índole procesal,
pues pasa por alto la prueba de cada acto individual de sustracción. No obstante, tiene
la desventaja de que en algunos casos la consecuencia jurídica aplicable (pena por un
único delito) no se corresponde o no es proporcional con el injusto cometido (diversas
conductas de violación sexual contra la misma víctima).
Delito masa
70
3. Concurso real
Existe este tipo de concurso cuando una pluralidad de acciones da lugar a una
pluralidad de delitos. Ejemplo: quien comete un delito de violación sexual y a
continuación mata a la víctima.
Sus características son: pluralidad de hechos o acciones; que se trate del mismo
agente o sujeto activo; pluralidad de delitos independientes; juzgamiento en un mismo
proceso.
80 Por tanto, el Juez deberá, a partir del marco penal abstracto, hacer un estimado de
la pena que correspondería para cada delito concurrente. Luego procederá a sumar
las penas parciales resultantes.
81 No obstante, la suma no podrá superar el doble de la pena del delito más grave. Es
decir, podrán concurrir ―en concurso real― dos, tres, cuatro o más delitos, se
sumarán las penas calculadas por el Juez para cada uno de ellos, pero la pena a
imponer finalmente no podrá exceder del doble de la pena del delito más grave. Y así,
se determina cuál es el delito más grave (en función del marco penal establecido por el
legislador para cada delito), para a continuación fijar como tope el doble de su límite
máximo (como se sabe, el marco penal de cada delito tiene un límite mínimo y un
límite máximo).
82 Existen delitos cuyo límite máximo ya es alto. Por ejemplo el homicidio tiene un
máximo de 20 años de pena privativa de libertad (art. 106 CP); el secuestro tiene un
máximo de 30 años (art. 152 CP). Si aplicamos el tope del doble del máximo, éste se
ubicaría en 40 y 60 años, respectivamente. Por ello, el legislador establece un tope
adicional: la suma no podrá exceder de 35 años de pena privativa de libertad.
83 A veces el legislador prevé para un delito concurrente la pena de cadena perpetua.
En este caso las reglas anteriores del concurso real pierden sentido y es de aplicación
esta pena de tipo intemporal (es decir, la cadena perpetua). Eso ocurriría, por ejemplo,
si dentro de los delitos concurrentes también se ha cometido una violación de un
menor de diez años (art. 173 inc. 1 CP).
71
Materialmente se trata de un supuesto de concurso real, con la diferencia de que con
posterioridad a la sentencia condenatoria se descubre otro delito cometido antes de la
misma. Está regulado en el artículo 51 CP y determina el sometimiento del agente a
un nuevo proceso. De ser hallado responsable —por el delito tardíamente
descubierto— se procederá nuevamente a la sumatoria de penas según las reglas del
concurso real.
Suele suceder que una conducta criminal pareciera admitir la calificación de más de un
tipo o disposición penal; no obstante, una adecuada labor de interpretación puede
llegar a determinar la existencia de una única disposición aplicable.
Las reglas para determinar la norma que ha de prevalecer son las siguientes:
84 Art. 438. Falsedad genérica.- El que de cualquier otro modo que no esté
especificado en los Capítulos precedentes, comete falsedad simulando, suponiendo,
alterando la verdad intencionalmente y con perjuicio de terceros, por palabras, hechos
o usurpando nombre, calidad o empleo que no le corresponde, suponiendo viva a una
persona fallecida o que no ha existido, o viceversa, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
72
4. Alternatividad: cuando ninguna de las reglas anteriores sirva para determinar
la norma aplicable, se opta por el precepto que establece la pena más grave.
Caso: Chofer ebrio que atropella y mata a un peatón y fuga del lugar.
Por un lado consideramos que estamos ante un concurso aparente; por otro, ante un
concurso real. En efecto, el delito de omisión de socorro (art. 126 CP) es un delito de
peligro que queda absorbido por los delitos de homicidio culposo ─en su forma
agravada, en este caso─ y fuga, pues estos comprenden el desvalor de la conducta
del delito previsto en el artículo 126. Por tanto, solo entran en concurso real los delitos
previstos en los artículos 111 y 408 CP.
74