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Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Salmo 34:7 al 9 7El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.
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Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él! 9Temed a
Jehová vosotros sus santos, pues nada falta a los que lo temen.
2. Sangre por las manos perforadas: Salmo 22:16 al 17 Estas heridas en las manos
representan la autoridad que nos dio Dios desde el principio de la creación, cuando le dijo Adán
que señorearán sobre toda su creación, Génesis 2:15. La cual se perdió al pecar y
desobedecer en el Huerto de Edén, dándole a Satanás el poder para reinar como príncipe de
este mundo a través del pecado. Al momento en que sus manos están siendo perforadas, Él
nos devuelve esa autoridad. Como hijos de Dios tenemos la autoridad divina, porque Jesús al
derramar la sangre de sus manos en la cruz la devolvió a cada uno de nosotros, para que
usemos nuestras manos con autoridad.
Marcos 16:18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Hechos 19:11 al 12 11Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12de tal
manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las
enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.
Deuteronomio 11:24 Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el
desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.
Josué 1:1 al 9 1Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló
a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 2Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues,
levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de
Israel. 3Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie. 4Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos
hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5Nadie te podrá hacer frente en
todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te
desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la
tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7Solamente esfuérzate y sé muy valiente,
para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de
ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
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Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que
vayas.
4.- Sangre emanada de sus llagas: Isaías 50:6 Tal y como estaba profetizado Jesús
recibió 39 flagelos, (Era una ley hebrea que consistía en 40-1, pero los romanos la
perfeccionaron con él Flagrum el cual consistía en un Látigo con muchas correas que tenían al
final bolas de acero o de hueso en la cual habían una especie de anzuelos que al golpear con la
carne se enterraban y al momento de halar el Flagrum arrancaba la carne. Leer Salmo 22:17)
los cuales desgarraron su cuerpo. Cada latigazo representa las 39 patologías básicas de las
cuales se desprenden todas las enfermedades según la medicina. Por tanto, en el Nombre de
Jesús todas las enfermedades pueden ser sanadas. Dios hizo, hace y seguirá haciendo
milagros.
Isaías 53:4 al 5 4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga
fuimos nosotros curados.
5.- Sangre que salió cuando le reventó el corazón: Zacarías 12:10 y Juan 19:33 al 34
El crucificado sufría gran agonía para respirar, por el peso del cuerpo y la posición. Esto
termina provocando un desgarre en el órgano del corazón el cual estalla. De ahí que cuando el
soldado romano atraviesa el costado de Jesús, sale sangre y agua. Esto simboliza los estados
anímicos que nos quebrantan en lo profundo de nuestras emociones y como Dios el Hijo nos
propone que vivamos confiados y esperanzados, sabiendo que a través de Él encontramos
solución y consuelo.
Filipenses 4:4 al 7 4Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5Vuestra
gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo.
6.- Heridas internas del alma: Isaías 53:5 Tal fue la brutalidad con que golpearon a Jesús
que sus órganos internos fueron molidos. Otra profecía cumplida: “Molido fue por nuestros
pecados”. Este sangramiento interno toma autoridad para sanar todo lo que enferma nuestro
ser interior y personalidad: Autocompasión, pesimismo, fobias, ansiedad, depresiones, excesiva
necesidad de control, temores e inseguridades de éxito y males mentales.
Lucas 4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar
libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos.
Juan 7:37 al 38 37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz,
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva.
1ra. Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor;
porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor.
7.- Sangre de la frente a causa de la corona de espinas: Mateo 27:28 Cuando Adán
desobedeció, Dios pronuncia la maldición y le saca del huerto. Desde entonces “maldita será la
tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y abrojos te
producirá, y comerás de las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra.” Génesis 3:17 al 19 El sudor en la frente de Adán vino a ser símbolo de
maldición. La sangre en la frente de Jesús, sobre los espinos elimina la maldición. Esto nos
autoriza para reclamar que seamos productivos, que nuestro trabajo y esfuerzos no sean en
vano, generen abundancia y veamos frutos que aseguren el futuro de nuestras generaciones.
Se traduce a una bendición generacional en toda la familia.
El Señor Jesús no subió a la cruz para hacernos millonario, Él subió a la cruz para
liberarte y devolverte: Fuerza de Voluntad. Autoridad, Sanidad, La Alegría y el Gozo, La
Restauración de tu Alma y la Sanidad de tus heridas y por último la Abundancia y tu
prosperidad.