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PADRES QUE CULPAN AL MUNDO DE LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS.

Fuente de información: Padres que culpan al mundo de los problemas de sus hijos. (2015) México: CESIGUE Gestalt.
Recuperado de http://gestalt-xalapa.blogspot.com/search/label/culpa

Como los padres no se sienten conformes con sus hijos o con ellos mismos, suelen
recurrir a ciertos mecanismos de defensa, en especial a los de proyección y negación.

Proyección

Muchos padres se enojan con las maestras, con la directora del colegio, con el mundo
externo. Este enojo esconde mucho dolor ante lo que otras personas le muestran de su hijo. A
veces la ira se prolonga en el tiempo, se rigidiza y resulta estéril porque no lleva a ningún cambio.
Rigidizar significa que cada vez que los otros te señalan algo que no te gusta sobre tu hijo, lo
atribuyes a hechos externos a él. ¿Te sucede esto a ti? Si te sucede a menudo, debes saber que
algo te está pasando, que no quieres ver rasgos o conductas que te resultan dolorosas. La rabia
contra la maestra o el colegio tapa el dolor por el hijo que no se está mostrando como lo
imaginaste, como deseaste que fuera.

Este mecanismo se llama proyección. El padre, ante el dolor, proyecta, en el mundo


externo, en la persona de turno, que puede ser la maestra, la escuela, los amigos, etc., la culpa
de lo que le ocurre a su hijo. Lo negativo de este mecanismo de defensa es que la situación del
niño se mantiene incambiada, pues los otros son los culpables y él pierde la posibilidad de crecer,
de desarrollarse como ser humano.

El niño recibe calificaciones bajas; el padre, enojado y preocupado, tiene una reunión con
la maestra donde esta explica que no puede seguir el ritmo de la clase. El padre, frustrado, se
enoja más, no tolera el mensaje del docente, piensa que ella no cumple su función
adecuadamente y a veces hasta se queja ante la directora del colegio. El pensamiento sería: “el
mundo es el responsable del bajo rendimiento de mi hijo”, en este caso la maestra. “Él está bien,
son ellos los culpables de su mal funcionamiento”.

Como la familia no se hace cargo de la opinión profesional, todo continúa como antes y
el pequeño pierde la grandiosa oportunidad de aprender. Se defienden diciendo que la maestra
es exigente y desperdician la ocasión de fortalecer a su hijo frente a ella, ayudando a satisfacer

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las demandas requeridas. Son padres que utilizan la proyección para defenderse de la frustración
y dolor que les produce su hijo. Así “solucionan” su problema, no el del hijo.

A través de la proyección, el padre evita contactarse con el problema del pequeño, estar
presente emocionalmente. El mundo exterior es el culpable de la suerte de su hijo, entonces,
solo resta quejarse de lo externo, el niño queda igual y él se desentiende. La queja es un
mecanismo estéril, pues no favorece la verdadera evolución infantil; en realidad constituye un
intento fallido de tapar el dolor, frustración, tristeza.

Referencia bibliográfica:
Berger, F. (2010). Padres sin autoridad, hijos sin rumbo. Uruguay: Fin de siglo.

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