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CHINCHA – PERÚ
2019
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
DEDICATORIA
Nuestro trabajo es
dedicado a dios por el don
de la vida y al esfuerzo de
nuestros padres. Que nos
alientan en nuestra
formación, con mucho
amor y cariño.
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
AGRADECIMIENTO
Agradecemos a Dios por guiar nuestras
vidas, a nuestros padres que se
esfuerzan cada día por brindarnos lo
mejor, sus consejos y por su apoyo
incondicional para ser buenas personas
en la sociedad como futuros médicos y
a nuestro docente por las enseñanzas
Y motivaciones. Así mismo
preparándonos con mucha dedicación.
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
INTRODUCCION
El páncreas es un órgano en forma de hoja de aproximadamente 13 cm de
largo. Está rodeado por la porción inferior del estómago y la primera sección
del intestino delgado (duodeno).
Las personas con pancreatitis crónica a veces necesitan tomar cápsulas de extractos
de enzimas pancreáticas con las comidas para ayudar a aliviar el dolor y mejorar la
digestión.
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
CAPÍTULO I
Pancreatitis aguda
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
Morfología
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RESISTENCIA ANTIMICROBIANA
Patogenia
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Factores desencadenantes
La pancreatitis aguda puede observarse a cualquier edad, en el niño es
infrecuente y generalmente de etiología infecciosa, traumática o hereditaria,
aunque se presenta principalmente entre los 40 y 50 años. Cuando se
relaciona con el alcoholismo se desarrolla tempranamente. Puede tratarse de
enfermos obesos, hipertensos, con antecedentes de alcoholismo, litiasis biliar o
posterior a una comida abundante en grasa lo cual son presa de dolor
abdominal violento, sudoración profusa y vómitos. La clínica de la pancreatitis
aguda es variable en gravedad y depende de las alteraciones estructurales de
la glándula. Si el proceso es intracapsular, el dolor es en el epigastrio; cuando
la hemorragia y el exudado se extiende el dolor se irradia hacia atrás y los
flancos (signo de Mayo Robson), en ocasiones, hacia el hombro izquierdo. En
la pancreatitis hemorrágica el abdomen puede estar contracturado y
evidenciarse signos de shock; además provoca náuseas, vómitos, distensión
abdominal e ictericia.
La frecuencia de alcoholismo llega hasta un 50% y se acepta como consumo
crítico de alcohol aquellos que ingieren una cantidad superior a 100 gr. de
alcohol etílico puro por día. El mecanismo por el cual se produce no está bien
aclarado, aunque se postula un mecanismo variado: Aumento de la secreción
pancreática por aumento de la secreción ácida en el estómago, espasmo del
Oddi, edema del duodeno en su pared y trastorno del flujo de las secreciones
pancreáticas, acción tóxica directa sobre el páncreas, ascenso de presión a las
vías pancreáticas producido por el vómito.
En la forma alcohólica de la enfermedad los hombres predominan como los
más afectados (64-82%) mientras que en contraste con ello las mujeres
predominan en la forma etiológica de patología biliar previa, según estudio
realizado por León González y cols.
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Cuadro clínico
Por lo general la pancreatitis aguda se inicia de manera súbita, con dolor
violento y colapso grave, simulando perforación gastroduodenal o trombosis
mesentérica: se manifiesta menos alarmante con dolor en hipocondrio derecho
como una colecistitis aguda o a tipo cólico con distensión abdominal y vómitos,
aparentando obstrucción de intestino delgado. A medida que el proceso se
agrava, los vómitos se hacen constantes y biliosos. En ocasiones hay hipo,
fiebre moderada o hipotermia, pulso rápido, que con el progreso de la
enfermedad se hace filiforme.
En la pancreatitis aguda generalmente el abdomen no acompaña los
movimientos respiratorios, está distendido y es más marcado en epigastrio.
Instalado el proceso inflamatorio necrótico se puede observar en los flancos
una coloración azulada debido a sangre extravasada (signo de Grey-Turner) o
periumbilical (signo de Cullen), o verdosa si existe un coleperitoneo (signo de
Ransohoff).
Reber alega que el 70-80% presentan meteorismo intestinal, el 50% tensión
elástica de las paredes del abdomen y el 20% presentan un tumor palpable en
el hemiabdomen superior. En raras ocasiones se forman equimosis alrededor
del ombligo (signo de Cullen), bajo el ligamento inguinal (signo de Fox) o en los
flancos (Grey-Turner) que tiene un gran valor pronóstico, pues puede
aseverarse en estos pacientes que tienen una mortalidad del 70%
En un 5% de los casos la pancreatitis aguda está asociada a otras posibles
causas: fármacos, cirugía, post CPRE, postrasplante, postbypass, hiperlipemia,
páncreas divisum, traumatismos, embarazo (3er trimestre), hipercalcemia,
isquemia, úlcera péptica, insuficiencia renal terminal, picaduras venenosas,
obstrucción ductal y/o duodenal, infecciones por virus o micoplasmas.
La hipertensión arterial constituye la enfermedad que más se asocia al cuadro
de pancreatitis aguda, seguida por la cardiopatía isquémica y en tercer lugar la
diabetes mellitus. Es bien conocido que todas estas entidades tienen un
denominador común que es la aterosclerosis que a su vez se acompaña casi
invariablemente de hiperlipidemia que por un lado influyen en la génesis de
cálculos biliares y directamente ha sido implicada como factor etiológico de
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pancreatitis. Por otro lado, los medicamentos utilizados para estas y otras
enfermedades pudieran estar relacionados con la producción de pancreatitis
aguda.
Los fármacos descritos como desencadenantes de pancreatitis aguda se
pueden clasificar según la fuerza de asociación demostrada. El mecanismo
implicado generalmente es desconocido. (Fig. 1)
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
No existe un tratamiento específico para la inflamación pancreática. Las
principales medidas son no dar alimentos por boca, aportar abundantes
líquidos por vena y administrar medicamentos para aliviar el dolor y los
vómitos. En los casos leves no suelen ser necesarios más tratamientos y en
aproximadamente una semana el paciente se recupera totalmente. Sin
embargo, en los casos graves el enfermo necesita una vigilancia estrecha en
una unidad de cuidados intensivos, recibiendo otros tratamientos como
administración de antibióticos para tratar la infección de la necrosis pancreática
y alimentación por una sonda colocada en el intestino a través de la nariz
(nutrición enteral) o, si no fuera posible, por vena (nutrición parenteral). En
ocasiones se precisa cirugía, en los casos en que la necrosis se infecta, con
intención de limpiar lo más posible la zona del páncreas y sus alrededores
(necrosectomía). La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE)
puede ser necesaria para extraer cálculos atascados en el colédoco. Ciertos
pseudoquistes también pueden precisar tratamiento, generalmente vaciándolos
hacia el estómago o intestino por medio de cirugía o endoscopia.
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CAPÍTULO II
Necrosis Enzimática
La necrosis química o enzimática la provocan ácidos o álcalis fuertes. Así
ocurre en la pancreatitis aguda por salida a la cavidad abdominal de los
fermentos excretados por el páncreas exocrino. Aparece siempre que existe
una destrucción del tejido pancreático. Las proteasas, en especial la tripsina,
producen una digestión de los tejidos, incluyendo la pared de los vasos, con la
consiguiente hemorragia. Las lipasas pancreáticas hidrolizan los triglicéridos de
la grasa peripancreática e incluso, epiploica y del meso. Así se liberan ácidos
grasos y glicerol. Los ácidos grasos reaccionan con sales de calcio precipitadas
de la sangre y forman jabones cálcicos, mientras que el glicerol es reabsorbido
por la sangre o precipita.
En otras palabras, es un trastorno provocado por traumatismo o infección en el
que las grasas neutras tisulares se desdoblan en ácidos grasos y glicerol. La
necrosis grasa o enzimática es más frecuente en las mamas y las regiones
subcutáneas. También puede desarrollarse en la cavidad abdominal tras un
ataque de pancreatitis que produzca una liberación de enzimas pancreáticas.
Macroscópicamente
Las áreas de necrosis adoptan un color blanco amarillento por necrosis de la
grasa, o de color rojo por necrosis de la pared de los vasos con la consiguiente
hemorragia. Microscópicamente, el tejido graso se muestra de un color gris
homogéneo en las preparaciones teñidas con hematoxilina-eosina. El
parénquima pancreático sufre una necrosis desestructurada con múltiples
microhemorragias. La calcificación de los focos de necrosis es muy frecuente.
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ANEXOS
Figura 1
Figura 2
Pancreatitis aguda.
Foco de esteatonecrosis
con infiltración celular
inflamatoria en la periferia
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