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Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al
sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te
dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha
dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros,
diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
a. Espera siete días: Esta era una orden importante. Por la naturaleza de su
oficio, los reyes no esperan a nadie – los demás los esperan a ellos. Pero
Samuel le ordenó a Saúl que lo esperara, porque el profeta de Dios tenía más
autoridad real que éste rey sobre Israel. Saúl debía mostrar que aunque él
fuera rey, se sometía a Jehová y a su profeta. Fallar en la espera por Samuel
metería a Saúl en problemas en el futuro.
a. ¿A dónde fuisteis? Ta vez esta era una pregunta simple y lógica. O tal vez
el tío de Saúl quería saber porque Saúl tenía el cabello muy, muy aceitoso.
b. Mas del asunto del reino… no le descubrió nada: Parece extraño que
Saúl no haya contado lo que había experimentado. Tal vez Saúl fue sabio,
sabiendo que Jehová tenía que revelarlo como rey sobre Israel. ¿Qué caso
tenía decir, “¡Ahora yo soy el rey!” hasta que Jehová lo declarara rey? O tal vez
Saúl experimentó lo que muchos después de un poderoso encuentro con
Jehová: un ataque del enemigo, que los hace temerosos y cobardes de
contarle a otros lo que Dios hizo.
a. Fue tomado Saúl hijo de Cis: Saúl ya había sido ungido como rey de Israel.
Pero Dios hizo esto para mostrar a toda la nación que Saúl era el hombre
correcto. Mostró que Dios escogió a Saúl y no cualquier hombre.
b. Fue tomado: Es importante mencionar que Saúl no se convirtió en rey por
elección al azar. Más bien, fue elegido como rey por palabra de Dios al profeta
Samuel. La elección por suerte simplemente confirmó la palabra de Dios a
través de Samuel.
Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un
libro, el cual guardó delante de Jehová. Y envió Samuel a todo el pueblo
cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con
él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado. Pero
algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en
poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.
a. Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino: Samuel les enseñó las
normas de Dios para los gobernantes y para los súbditos, probablemente
usando Deuteronomio 17:14-20.
b. Las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová: No parece
que este libro que escribió Samuel este contenido en alguno de los libros de la
Biblia. Esto no significa que falta algo en nuestras Biblias. Simplemente
significa que Dios no quiso que se preservara este libro en su Palabra Eterna.
c. Saúl también se fue a su casa en Gabaa: En ese tiempo, no había palacio
ni capital. Así que Saúl simplemente se dirigió a casa con sus futuros líderes,
los hombres de guerra que fueron con él.
i. Dios llamó a Saúl a ser rey y dirigir a la nación. Sin embargo, esto no era algo
que pudiera hacer sólo. El necesitaba hombres de guerra a su alrededor,
hombres cuyos corazones Dios había tocado.
d. Y le tuvieron en poco… mas él disimuló: No todo Israel apoyaba a Saúl
todavía. Porque nunca antes habían tenido rey, era poco probable que
pudieran elegir a un hombre al que toda la nación pudiera apoyar
inmediatamente. Saúl reaccionó ante esto con sabiduría (más él disimuló). En
ese punto, un líder inseguro o insensato podría sentir la necesidad de “aplastar”
cualquier oposición o simplemente considerarlos como enemigos. Saúl no hizo
ninguna de las dos, entendiendo que le podría tomar tiempo ganarse a aquellos
que dudaban.
i. “En Hebreo, es aún más impactante. ‘El actuó como si hubiera sido sordo’ –
pretendió no oír. Sí escuchó, cada palabra golpeó profundamente su alma,
pero hizo como si fuera sordo. Es una gran fortaleza cuando un hombre puede
actuar como si fuera sordo a las calumnias, sordo a la difamación, sordo a
discursos crueles y despiadados, y tratarlos como si no hubieran sido
pronunciados, alejando la mirada del hombre para volverla a Dios, dejando a
Dios su vindicación, creyendo que Dios tarde o temprano le dará una
oportunidad… de vindicar el verdadero valor y temperamento de su alma.”
(Meyer)
ii. De esto, vemos que Saúl comenzó con una gran promesa. Él era:
iii. A pesar de todas estas grandes ventajas, Saúl aún podía terminar mal. Él
tenía que escoger caminar con las ventajas que Dios le dio, y escoger no tomar
su propio camino. El resto del libro de 1 de Samuel nos muestra cómo lidió
Saúl con esta decisión.
Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey
sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a
Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, y
hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a
hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y
asnos.
a. Después Samuel dijo a Saúl: Este era un mensaje del líder espiritual de
Israel para el líder político y militar de Israel. El mensaje era claro:
castigaré lo que hizo Amalec a Israel... destruye todo lo que tiene, y no te
apiades de él. Dios claramente le dijo a Samuel que le dijera a Saúl que
llevara juicio total contra los Amalecitas.
i. Destruye todo: Este verbo Hebreo (heherim) es usado siete veces en esta
parte. La idea de juicio total y completo es ciertamente resaltada.
b. Al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto: Esto explica por qué
los Amalecitas debían recibir juicio total. Siglos antes de esto, los Amalecitas
fueron el primer pueblo en atacar a Israel después de su escape de Egipto
(Éxodo 17).
i. Cientos de años atrás, Jehová dijo que traería juicio contra Amalec: Y Jehová
dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del
todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Y Moisés edificó un altar, y
llamó su nombre Jehová- nisi; y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó
contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en
generación. (Éxodo 17:14-16) Deuteronomio 25:17-19 repite esta idea.
ii. Los amalecitas cometieron un pecado terrible contra Israel. Cuando la nación
estaba débil y vulnerable, los Amalecitas atacaron a los más débil y vulnerable
de la nación (Deuteronomio 25:18). Ellos hicieron esto sin ninguna razón más
que violencia y codicia. Dios detesta cuando el fuerte toma cruel ventaja contra
el débil, especialmente cuando el débil es su pueblo.
iii. A pesar de que esto sucedió más de 400 años antes, Dios aún sostenía su
ira contra los Amalecitas porque el tiempo no borra el pecado delante de Dios.
Entre los hombres, el tiempo debería borrar pecados y hacernos más prestos a
perdonarnos unos a otros. Pero ante Dios, el tiempo no expía al pecado. Sólo
la sangre de Cristo Jesús puede borrar el pecado, no el tiempo. De hecho era
tiempo que les fue dado misericordiosamente a los Amalecitas como
oportunidad para arrepentirse y no lo hicieron. Los cientos de años de
corazones endurecidos y sin arrepentimiento los hizo más culpables, no menos
culpables.
c. Ve, pues, y hiere a Amalec: Dios pudo haber juzgado directamente a
Amalec como lo hizo con Sodoma y Gomorra. Pero Dios tenía un propósito
especial en esto para su nación especial, Israel. Él quería que fuera una prueba
de obediencia para Saúl y todo Israel. Además, como el pecado de Amalec
contra Israel fue un ataque militar, Dios quería hacer que el juicio se ajustara al
pecado.
i. ¿Llamaría Dios a su pueblo en este tiempo a pelear una guerra de juicio
semejante? Dios tiene un llamado totalmente diferente para los Cristianos bajo
el Nuevo Pacto que el que tuvo para Israel bajo el Antiguo Pacto (Juan 18:36).
ii. A pesar de que Dios ya no llama a su pueblo a tomar armas como
instrumento de su juicio, no significa que Dios ha dejado de juzgar a las
naciones. “Pero no podemos suponer por ningún momento, que el juicio para
las naciones será totalmente relegado [designado] para ese día final. A través
de la historia del mundo las naciones han estado frente a la barra de Cristo.
Nínive estuvo ahí, Babilonia estuvo ahí, Grecia y Roma estuvieron ahí. España
y Francia estuvieron ahí, y Gran Bretaña está justo ahí hoy. Una tras otra ha
tenido el solemne mensaje – partan, y han pasado a la destrucción la cual ha
sido absoluta y terrible.” (Meyer)
Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil
de a pie, y diez mil hombres de Judá. Y viniendo Saúl a la ciudad de
Amalec, puso emboscada en el valle. Y dijo Saúl a los ceneos: Idos,
apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya
juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos
los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de
entre los hijos de Amalec.
a. Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista: Ciertamente Saúl era
un líder militar capaz. Podía convocar y organizar a un gran ejército. También
sabía cómo programar su ataque adecuadamente; y él puso emboscada en el
valle.
b. Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos: Aquí, Saúl muestra sabiduría y
misericordia al dejar ir a los Ceneos. El juicio de Dios no era sobre ellos, así
que no quería destruirlos junto con los Amalecitas.
Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está
al oriente de Egipto. Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el
pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo
mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de
los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo
que era vil y despreciable destruyeron.
a. Me pesa haber puesto por rey a Saúl: El corazón de Dios estaba roto por
la desobediencia de Saúl. El hombre que había iniciado humilde y sujeto a Dios
eventualmente tomó su propio camino en desobediencia.
i. Me pesa: Este es el uso de un antropomorfismo, cuando Dios se explica a sí
mismo ante el hombre en términos humanos para que el hombre pueda
tener algo de comprensión sobre el corazón de Dios. Dios conocía el corazón,
los caminos y el destino de Saúl desde el principio. Dios ya había buscado un
varón conforme a su corazón (1 de Samuel 13:14). Sin embargo, cuando todo
esto se desarrollaba, el corazón de Dios no era insensible. No estaba sentado
en el cielo con una pizarra, marcando los cuadros, diciendo fríamente, “Todo va
según lo planeado.” La desobediencia de Saúl le dolía a Dios, y como no
podemos comprender todo lo que pasa en su corazón, lo más cerca que
podemos llegar es a que Dios exprese en términos humanos: Me pesa haber
puesto por rey a Saúl.
b. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche:
Samuel tenía el corazón de Dios. Le dolió a Dios desechar a Saúl, y le dolió a
su profeta verlo rechazado. Estamos cerca del corazón de Dios cuando las
cosas que lo afligen nos afligen, y las cosas que le agradan nos agradan.
Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido
hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre
Israel? Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores
de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. ¿Por qué, pues, no has
oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los
ojos de Jehová? Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la
voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag
rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. Mas el pueblo tomó del
botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a
Jehová tu Dios en Gilgal.
a. Jehová te envió en misión y dijo… ¿Por qué, pues, no has oído la voz
de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de
Jehová? Este era el más evidente de los pecados de Saúl. Dios le dio una
orden específica y el la desobedeció directamente.
i. A pesar de que la desobediencia era el pecado más evidente, la raíz de la
desobediencia de Saúl era mucho peor: orgullo. Samuel hace referencia a esto
cuando recuerda cuando las cosas eran diferentes con Saúl: Aunque eras
pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de
Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? Ya no se podía decir de
Saúl, “eres pequeño en tus propios ojos.” Él era grande en sus propios ojos y
eso hacía chico a Dios a sus ojos.
b. Antes bien he obedecido la voz de Jehová: Saúl primero sigue insistiendo
en que es inocente. Pero estaba tan cegado que pudo decir he obedecido la
voz de Jehová e inmediatamente comenzó a describir como no obedeció la
voz de Jehová diciendo que había traído a Agag rey de Amalec.
i. La afirmación de Saúl, “he destruido a los amalecitas ” es una clara
evidencia del poder y la profundidad de su autoengaño. Había un Amalecita
justo frente a él que no había sido destruido.
c. Mas el pueblo tomó del botín: Después de insistir en que era inocente,
Saúl entonces culpa al pueblo por el pecado. Su afirmación era una verdad a
medias que en realidad era una mentira completa. Era verdad que el pueblo
tomó del botín. Pero lo hicieron siguiendo el ejemplo de Saúl (le perdonó la
vida a Agag, rey de Amalec), y con el permiso de Saúl (porque él no hizo nada
para detenerlos o disuadirlos).
i. Saúl ciertamente era celoso en dirigir a su ejército cuando
le convenía hacerlo. En el capítulo anterior, ordenó una sentencia de muerte
sobre cualquiera que comiera algo en el día de la batalla. Estaba dispuesto a
ejecutar a su propio hijo en su celo por hacer cumplir sus órdenes. Saúl estaba
lleno de fuego y celo cuando se trataba de su propia voluntad, pero no cuando
se trataba de la voluntad de Dios.
ii. Así que Saúl fue desechado para que no sea rey. Sin embargo pasarían
casi 25 años antes de que hubiera otro rey en Israel. El rechazo de Saúl era
final, pero no inmediato. Dios se tomó casi 25 años para entrenar al reemplazo
adecuado de Saúl.
ii. Al decir, “porque temí al pueblo” trata de justificar un pecado con otro. “Si
hubiera temido más a DIOS, hubiera tenido menos que temer del PUEBLO.”
(Clarke)
b. Perdona, pues, ahora mi pecado, y vuelve conmigo para que adore a
Jehová: En vez de tratar con el profundo problema en su corazón de rebeldía y
necedad contra Dios, Saúl pensó que una palabra de Samuel podría solucionar
todo. Pero una palabra o dos de Samuel no cambiarían la ya asentada
naturaleza del corazón de Saúl.
i. Dios sabía que el corazón de Saúl estaba lleno de rebeldía y obstinación y se
había asentado en esa condición. Eso es algo que ningún hombre podría saber
con certeza, viéndolo desde el exterior. Pero Dios lo sabía y lo dijo a Samuel.
Un simple “ perdona, pues, ahora mi pecado ” no es suficiente cuando el
corazón se ha asentado en rebelión y pecado contra Jehová.
c. Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo
entre las mujeres: Samuel deja claro que Agag no fue un inocente espectador
cuando se trataba de las atrocidades que los Amalecitas cometieron contra
Israel. Agag era el perverso y violento líder de un perverso y violento pueblo. El
juicio de Dios contra él y los Amalecitas era justo.
d. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal:
Samuel era un sacerdote y había oficiado cientos de sacrificios animales. El
sabía cómo se sentía cuando el filo cortaba la carne, pero nunca había matado
a otra persona. Ahora, sin dudas, este viejo profeta levanta una espada – o
probablemente un cuchillo grande, como los que usaba en los sacrificios – y lo
clava sobre este orgulloso y violento rey. Samuel cortó en pedazos a Agag.
i. Notemos que Samuel lo hizo delante de Jehová. No fue delante de Saúl,
para mostrarle lo débil y orgulloso que era. No fue delante de Israel, para
mostrarles lo fuerte y duro que era Samuel. Esto fue delante de Jehová, en
completa obediencia a Jehová Dios. Esta escena debió haber sido
perturbadoramente violenta; los espectadores debieron haber vuelto el
estomago. Sin embargo Samuel lo hizo delante de Jehová.
ii. “Pero estos no son precedentes para que personas particulares tomen la
espada de la justicia en sus propias manos; porque debemos vivir bajo las
leyes de Dios, y no bajo ejemplos extraordinarios.” (Poole)
a. Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida: Samuel sabía que
no le correspondía ver a Saúl. Le correspondía a Saúl buscarlo en humilde
arrepentimiento delante de Jehová. Probablemente esto no hubiera restaurado
el reino de Saúl pero hubiera podido restaurar su corazón ante Dios.
Tristemente, Saúl nunca fue a buscar a Samuel. Ramá y Gabaa estaban a
menos de diez millas de diferencia, pero nunca se volvieron a ver.
i. “Pero leemos, en el capítulo xix. 22-24, que Saúl fue a ver a Samuel en Naiot,
pero esto no afecta lo que dice aquí. Desde este momento Samuel no tuvo
ninguna conexión con Saúl; nunca más lo reconoció como rey; él lloró y oró por
él.” (Clarke)
b. y Samuel lloraba a Saúl: Samuel no era un mensajero de Dios frio y
apático. Él se dolía por Saúl, “Por la dureza de su corazón y por el peligro de su
alma.” (Trapp)