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Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez

Los músculos y la carne, 1ª Parte


Scripture: Escrituras Seleccionadas
Code: GAV-2029

Esta mañana vamos a estar hablando nuestro tema de las últimas cinco semanas de “La Anatomía
de una Iglesia”. El Señor nos ha guiado, creo yo, a una discusión de lo que – qué es lo que Él desea
que sea característico de su iglesia. Dios nos ha bendecido tanto aquí. Dios ha edificado aquí, creo
yo, una iglesia que desea en el corazón de su congregación, el ser todo lo que él quiere que
seamos. Ciertamente, ese el caso en los corazones de los líderes, y sé que también es el caso en
sus corazones. Dios nos ha bendecido en maneras únicas y maravillosas, maravillosas. Somos tan
ricos en cosas espirituales, como cualquier iglesia podría serlo. Y es importante para nosotros,
mientras que disfrutamos estas cosas, entender los cimientos, entender las causas, por así decirlo,
que traen la bendición de Dios, que nos permiten recibir de Él lo mejor que Él tiene por dar. Y
entonces, estamos haciendo, como lo he llamado, algo de arqueología espiritual. Y, escarbando
para entender nuestros cimientos, para ver con qué estamos comprometidos. Dios nos ha dado a
tantas personas nuevas, y lo alabamos y bendecimos su nombre por ellos; y muchos de ustedes
que han venido en los últimos años, quizás no han tenido la oportunidad de entender que es Grace
Church, en qué consiste, qué la hace diferente, con qué estamos comprometidos. Y entonces,
estamos regresando y en cierta manera, regresando a algunas cosas que conocemos muy bien.

No estamos tratando de decir cosas nuevas. Simplemente estamos tratando de enfatizar cosas que
son parte de nuestro cimiento. Para darnos una perspectiva de aquello en lo que consiste nuestra
iglesia. Y, creo que cuando terminemos – y, esperamos que sea el próximo domingo – tendremos
un pequeño paquete de cintas que le vamos a poder regalar a la gente cuando venga a nuestra
iglesia. Y, cuando pregunten: “¿En qué consiste esta iglesia? ¿Qué es lo que hace que esta iglesia
sea lo que es? ¿Cuáles son los énfasis de esta iglesia?” Y, podremos decirles: “Aquí están las
cosas con las que estamos comprometidos”.

Ahora, permítame decirle, conforme comenzaos el día de hoy, que me regocijo en el Señor, porque
veo la obra de Dios en ustedes. Y, cuando le hablo a usted así, no es que estoy reprendiéndolo,
porque no veo estas cosas, es porque veo estas cosas y quiero que continúen, y que se vean aún
más. Como Pablo, cuando él escribió y dijo: “Se que nadie necesita enseñarles a amar, porque Dios
les ha enseñado, Él mismo les ha enseñado a cómo amar. Pero, que su amor abunde aún más y
más”, él dice. Y en cierta manera, esa es la perspectiva con la que vengo a ustedes. No para decir
que estas cosas no existen, si no que existen y necesitan existir aún más y más. Creo que mi temor
es que conforme la iglesia crece y avanzamos, y nos alejamos más del cimiento que Dios usó para
bendecirnos, y sobre el cual Su Espíritu ha edificado. Que perdamos de vista estas cosas y después
comencemos a declinar, en lugar de ascender, en términos de Su utilidad y Su bendición. Pero, veo
en los ministerios de esta iglesia y en los corazones, y en sus vidas estas virtudes y gracias, y cosas
que el Espíritu de Dios ha logrado, y solo quiero llamarlos a un mayor compromiso del que antes
han tenido.

Y simplemente, en términos de decirles cómo son vistos por otros, tengo tres cartas en mi mano,
que escribieron pastores que vinieron a nuestra Conferencia de Pastores, y están reaccionando a lo
que vieron aquí; y les podría interesar su reacción. Esta carta fue escrita a Dick Mayhue, y les dicen:
“Quiero tomar el tiempo para agradecerle por sus muchas horas de trabajo, al arreglar todos los
detalles, organizar los detalles para tener una Conferencia de Pastores tan exitosa. Esta fue mi
tercer conferencia. Y, cada vez que he ido, he entendido más y me ha ayudado más en el ministerio.
Gracias por su fidelidad y el corazón que tiene de siervo que hizo esto posible. También lo quiero
felicitar, quiero felicitar a Grace Community Church y su congregación, por su demostración continua
de ser una congregación que sirve a aquellos de nosotros que asistimos. Una de las cosas más
sorprendentes acerca de Grace Church, es el espíritu mismo que permea, desde el nivel más alto
de los pastores, hasta las personas que trabajan en la cocina. Por favor, dígale a esas personas
cuánto valoramos el trabajo que hacen. El consejo de nuestra iglesia ha hecho un compromiso por
asegurarse que cada uno de nuestros miembros asistan a la conferencia de pastores, y los veremos
entonces en el futuro. Gracias de nuevo por dejar que el Espíritu de Dios los guíe, por abrir la puerta
a hombres a lo largo de la nación y por todo el mundo, para que aprendan más acerca de cómo
aplicar principios escriturales en la atmósfera de la iglesia local. Que Dios continúe ministrando a
ustedes y a través de ustedes”.

Una de las metas que tenemos cuando tenemos una Conferencia de Pastores, una conferencia de
radio, simplemente es exponer a la gente, a ustedes. Y entonces, los alentamos a que los inviten a
cenar, que vayan a sus casas, que los conozcan. Queremos que sepan que hay cosas que están
pasando en sus vidas, que honran al Señor Jesucristo. No tenemos nada que esconder. Oí el otro
día, que debido a que la Olimpiada en Los Ángeles iba a ser aquí en 1984, había un movimiento en
la ciudad de Los Ángeles, buscando quitar a todos los vagabundos, la gente que vive en el calle en
Los Ángeles, y reubicarlos en Newhall durante la Olimpiada. La idea era que nadie de afuera
supiera que tuviéramos este tipo de personas en nuestra ciudad, a menos de que visitaran Newhall,
lo cual es muy poco probable. Bueno, tenemos 250 pastores aquí, y nuestra idea no es quitar a toda
la gente de nuestra iglesia, que nos preocupa, y colocarlos en otro lugar. Realmente creemos que
Dios está operando en las vidas de nuestra congregación, y que estas personas que vienen a ver
nuestra iglesia, y descubren si realmente lo que decimos realmente cambia las vidas, si queremos
exponerlos a la gente, para que esas cosas puedan ser verificadas. Y, este pastor que escribió esa
carta del estado de Washington quedó alentado por ver en los corazones de la gente, que realmente
se están cumpliendo las cosas que estamos enseñando.

Tengo otra carta que viene de un pastor joven en Mississippi, y él escribe:

“Simplemente una línea para agradecerle, porque le han permitido a Dios hacer lo que ha hecho
conmigo esta semana. Estoy aprendiendo más acerca de la gracia de Dios, Su obra y demás, a
través de los ministerios aquí en Grace. Esta semana en la Conferencia de Pastores, ha reforzado
de manera total y permanente en mi espíritu el compromiso, el gozo, y el deseo de conocer a mi
Señor, a través de Su Palabra. Y, para darlo a conocer a través de Su Palabra. Gracias, un millón
de veces – a veces los predicadores exageran – por su hospitalidad y amabilidad esta semana.
Todos realmente han vivido el mensaje de su vida”. Qué pensamiento tan maravilloso. “Todos han
vivido verdaderamente el mensaje de su vida, en precepto y en ejemplo han mostrado el corazón de
un siervo, y hemos llegado a amarlos a todos profundamente”.

Hombre, eso es tan alentador. Oír que alguien de afuera viene a Grace Church, conoce nuestra
congregación, está aquí una semana, y dice: “Están viviendo su mensaje”. La felicitación más
grande. Y, después esto de un pastor en Michigan:
“Mientras que reconozco que deben recibir muchas cartas como esta, después de cada Conferencia
de Pastores, aun así tengo el deseo de escribir y expresar mi profunda gratitud por ustedes y el
ministerio en Grace. He oído de su iglesia, desde mis días en la Universidad Bíblica, y he tenido el
deseo de ver su ministerio. Cuando mi pastor estuvo de acuerdo con enviarme a la conferencia,
inmediatamente comencé a percibir que el Señor me iba a bendecir de una manera muy especial. Él
ya había estado trabajando en mi corazón, acerca de dejar nuestro ministerio aquí, y llegar al
pastorado de mi propia iglesia. Sin embargo, él no ha había abierto ninguna puerta de oportunidad.
Ahora sé por qué. Nuestro ministerio de jóvenes aquí, había sido visto como algo muy exitoso.
Muchos jóvenes habían sido salvados, y mi enseñanza los domingos por la mañana, siempre ha
sido práctica y orientada a necesidades.

No obstante, después de tres años y medio, mi esposa y yo compartimos un desánimo, en base a


un sentimiento de que alguna manera estábamos perdiéndonos algo en el área de ministerio bíblico.
Estar con ustedes y con su personal de pastores, me mostró el problema básico. Habíamos
cultivado una relación tremenda con nuestros jóvenes, y tenían un verdadero sentido de emoción y
compromiso con nuestro departamento en la iglesia, pero, no tenían un compromiso con la Palabra
de Dios, a nivel personal o práctico. Nos habíamos equivocado en la base del ministerio. La triste
realidad, es que realmente no creo que jamás habíamos sido expuestos a una iglesia, que de hecho
tuviera esta meta. Claro, la verdadera raíz del problema, era que nosotros mismos no estábamos en
la Palabra, como deberíamos haber estado. Permítame compartirle cómo es que el Señor nos
reveló esto a nosotros.

Durante la conferencia, mi esposa y yo nos estábamos quedando con amigos. Se nos había pedido
que ensenáramos en el ministerio de universidad de su iglesia, el domingo por la mañana, y
entonces planee en no estar en su servicio de domingo por la mañana. Pero, toda la semana estaba
oyendo lo importante que era estar en el servicio de adoración. Y entonces, finalmente el domingo
por la tarde le dije a mi amigo que iba a regresar a Grace Church, el domingo por la mañana. A la
mañana siguiente mi esposa y yo entramos al centro de adoración, sin saber realmente qué esperar.
Usted necesita entender que ambos tendemos a ser algo escépticos hacia ideas nuevas. Ya para
cuando dejamos el servicio, ambos nos dimos cuenta que acabábamos de experimentar algo
totalmente diferente a nuestra idea del ministerio. Mi esposa lo resumió muy bien, cuando ella
comentó que nuestras iglesias, la gente viene a la iglesia, llega apenas respirando, simplemente con
lo suficiente para acabar la semana, y esperando otro arreglo para llevarlos al siguiente servicio.
Pero, parece que con su congregación llegan ya llenos, porque han sido llevados a estar en la
Palabra por sí mismos. Cuando vienen llegan para recibir más, pero, particularmente para adorar.
Con tristeza digo que nunca antes habíamos visto eso.

Estoy agradecido, por decir que desde esa mañana nuestras vidas han sido diferentes. Diariamente
hemos estado en la Palabra y cuando enseño, predico lo hecho versículo a versículo. Nunca sabía
que podía haber tanto gozo y satisfacción en el ministerio. He aprendido tanto en tan poco tiempo.
La gente se ha acercado y ha preguntado qué pasó en nuestras vidas en California. Todo se oye tan
fácil, lo he oído toda mi vida. Desafortunadamente, nunca antes lo había visto. Ahora estamos
confiando en el Señor, que pronto proveerá un lugar en el que podamos establecer, implementar
algunos de los principios que el Señor nos ha revelado a nosotros de una manera plena. Muchas
gracias por el impacto revolucionario que su ministerio ha tenido en nuestro ministerio”.

Y, recibí una carta de ese joven, apenas un mes atrás, diciendo que él ahora es el pastor de su
propia iglesia. Y, él estaba escribiendo para ver si podíamos cargarlo con algunas cosas que
pudiera usar para comenzar. Lo que es tan maravilloso acerca de eso, es que, que ellos están
respondiendo estos hombres, a la vida total de la iglesia. No están escribiendo diciendo: “Oh, fue un
gran seminario, fue una gran clase, o tuviste algo profundo que decir acerca de esto o aquello”. Si
no que era un ministerio entero para ellos, que se lleva a cabo hacia ellos, a través de esta iglesia.
El miércoles por la noche, Moishe Rosen estaba con nosotros, y yo estaba ahí en el pasillo
hablando con él, antes de que viniera a hablar, y él dijo: “Acabo de regresar de Londres”. Él está a
cargo de los Judíos para Jesús, y dijo: “Estuve en Londres y fui a varios lugares, y en cada lugar
había una persona que se me acercó y me dijo: ‘Eres de California. ¿Sabes de Grace Community
Church?’ Y, en cada caso dije, lo sé.” Y, ellos dijeron: “Bueno, ¿podrías contarnos de cómo es?” Él
dijo: “Me sorprende cómo la reputación de su congregación se ha extendido a todo lugar al que
voy”. De hecho, él dice: “Tengo envidia de que tienen una congregación así”. Bueno, eso es lo más
maravilloso. Y, yo le dije: “Yo me pellizco todo el tiempo y digo: ¿Estás seguro que tienes aquí el
hombre correcto, Señor, en este ministerio tan maravilloso, bendecido por Dios?”

Tenemos una gran, gran responsabilidad para con aquellos que nos ven, para ver en aquellos lo
que quizás no han visto en ningún otro lugar. Y, realmente creo que hay razones por las que Dios ha
bendecido. Yo creo que hay principios que nos colocan en la posición de bendición máxima. Y, no
es nada más que somos grandes, es la actitud que la gente tiene, son los compromisos que ellos
adquieren. Son esas cosas que existen en nosotros como creyentes comprometidos que ven, que
no siempre ven en otros que nombran el nombre de Cristo.

Entonces, hemos estado regresando en nuestra serie diciendo, bueno, ¿qué es entonces lo que
hace que una iglesia sea todo lo que una iglesia puede ser? Digo, ¿qué es lo que debemos tener?
Muchos de ustedes son nuevos en nuestra iglesia, y quizás se están preguntando lo mismo. Quizás
quieren en cierta manera alinearse y decir: “Bueno, estas son las cosas. Aquí están las cosas con
las que necesitamos estar comprometidos, tenemos que esforzarnos por trabajar en esto. Aquí
están las cosas que queremos enseñar y proclamar, y discipular en otros. Y entonces, estamos
regresando a estas cosas. Son cosas muy básicas.

De hecho, en cierta manera, me siento como si esta fuera una clase de fundamentos de la fe
grande. Y, estoy hablando de territorio muy conocido. Y, continuamente le digo a mi esposa,
después de cada domingo: “¿Sabes una cosa? Todo parece tan básico, todo parece tan básico. Yo
espero que sea lo correcto”. Y, ella me afirma diciendo: “Bueno, hay muchas personas que no es tan
básico como lo es para ti”. Y, necesito eso de mi esposa, de vez en cuando, algo de aliento, porque
estoy en la dirección correcta, porque parece ser tan, tan básico. Sin embargo, tenemos que
regresar y volver a establecer ese cimiento, ¿no es cierto?

Recuerdo las palabras de Pedro y quiero acordarles de estas cosas. Ahora, no que no las sepan, ya
las saben. Pero, quiero asegurarme de que se acuerden de ellas. Tienen que mantenerse en esta
dirección. Usted sabe, comenzamos por la dirección correcta y de pronto usted se desvía y
comienza a en otra dirección. Simplemente, continúa estableciendo esos rieles de nuevo, para que
sepamos hacia dónde vamos. Y entonces, hemos estado viendo la iglesia, y hemos usado la
analogía del cuerpo. Hemos dicho, en primer lugar, que una iglesia para ser lo que Dios quiere que
sea, debe tener un esqueleto. En otras palabras, cimiento, lo cual le da forma. Y básicamente,
dijimos que hay algunas verdades fundamentales, no negociables, medulares. Y, hemos sugerido
cinco de ellas, un alto concepto de Dios, la prioridad absoluta de las Escrituras, claridad doctrinal,
santidad personal, y autoridad espiritual. Y, ligamos todas estas y dijimos que eso en cierta manera
era nuestro esqueleto.
Ahora, pasando de eso, a la segunda dimensión de nuestra analogía, dijimos que un cuerpo debe
tener sistemas internos que fluyen dentro de él. Esos son los sistemas de vida, eso es lo que le da
su vida y capacidad para actuar y reaccionar. Y en la iglesia, debemos tener sistemas internos, y
esos creo yo, son las actitudes espirituales correctas. Lo que está fluyendo en las vidas de la gente
tras bambalinas, es lo que importa. Le dijimos a los pastores todo el tiempo que vienen y ven a
nuestra iglesia: “No solo llévense lo que ven en la superficie y traten de incorporarlo. Detrás de eso,
detrás de esa carne, por así decirlo, están fluyendo ciertas actitudes espirituales que tienen que
cultivarse en los corazones de la gente, antes de que el ministerio pueda ser lo que Dios quiere que
sea. Y, les di una lista entera de esas. Permítame tan solo recordárselas brevemente. Obediencia,
humildad, amor, unidad, servicio, gozo, paz, gratitud, disciplina personal, perdón, dependencia,
flexibilidad, rendición de cuentas, crecimiento, fidelidad, y esperanza. No espero que escriba todas
ellas. Ya las tiene. Pero, simplemente para refrescar su mente. Esas son las actitudes que creo que
debemos cultivas entre nosotros, mediante nuestra predicación y enseñanza, y discipulado, y todo lo
que hacemos para inculcar en nosotros ese tipo de actitudes fuertes, actitudes espirituales.

Ahora, cuando el esqueleto está bien y el tipo de actitudes correctas están fluyendo, estamos listos
para pasar a la dimensión número tres. Y, vamos a hacer eso y eso es la función o los músculos en
el cuerpo. El cuerpo ahora tiene forma y tiene vida, y ahora, ¿qué debe hacer? ¿Cuál es función?
¿Cuál es la responsabilidad de la iglesia en el mundo? ¿Qué debemos hacer? O, en términos
simples, ¿cuál es nuestro ministerio? Si alguien le dijera a usted: “¿Qué es lo que la iglesia debe
hacer?” Usted tiene una iglesia que está comprometida con la adoración de Dios, la autoridad de las
Escrituras, doctrina, doctrina sana. Las vidas de la gente, de la congregación están bien. Están
preocupados con la santidad personal. Están bajo autoridad espiritual de aquellos que Dios ha
colocado sobre ellos en el Señor. Han cultivado en sus corazones las actitudes correctas. Tienen
todo este poder fluyendo en ellos, este flujo de vida. ¿Qué es lo que deben hacer?

Si usted fuera a mandarle a la iglesia cuál es su responsabilidad, ¿cuál sería? Eso es lo que
queremos ver ahora, y llamo a esto los músculos. Esto es función. Esto nos hace movernos. Y,
quiero pasar el día de hoy y la próxima vez hablando de esto, y después simplemente vamos a
concluir con la carne, brevemente la próxima vez también. Creo que podemos hacerlo en dos
semanas. Pero, para esta mañana, quiero darle cuatro cosas que creo que son funciones
prioritarias. Y, son tan básicas, que usted las conoce bien. Pero, permítame tan solo refrescárselas,
para que entienda, quizás de una manera fresca las cosas con las que estamos comprometidas.

La primera es predicación y enseñanza. Y combino esas dos, porque ambas tienen que ver con la
proclamación de verdad bíblica, predicación y enseñanza. Eso, como yo lo veo, es la función
primordial de la iglesia. La iglesia es el receptor de la revelación de Dios, y por lo tanto la iglesia
debe ser el diseminador de la revelación de Dios. Si Dios se ha revelado a sí Mismo a nosotros, es
para que podamos entenderlo. Tenemos entonces que ser oidores de la Palabra, y los
proclamadores de la Palabra. Y entonces, cuando usted viene a aquí, va a oír la Palabra de Dios.
Cuando usted va a un estudio, va a oír la Palabra de Dios. Cuando va a una clase, va a discutir y
estudiar la Palabra de Dios, porque primordialmente la iglesia debe ser un lugar donde la Palabra de
Dios es predicada y enseñada. Ahora, estoy comprometido con eso, como una prioridad absoluta en
la iglesia. Esa es una función de la iglesia. Debemos estar concentrados en proclamar la Palabra de
Dios. A mí me entristece en mi corazón, tanto sermoncillos que vemos. Y, algunos de ellos son
útiles, algunos son buenos. Lo llamo consejedad desde el pulpito, lo que se lleva a cabo. Hay
muchos asuntos éticos que se tratan en la iglesia. Hay muchas pequeñas clases que se congregan,
en donde todo mundo saca a colación su ignorancia, porque nadie sabe nada. Simplemente, tratan
de adivinar lo que la Biblia significa. Pero, la iglesia como una función prioritaria, tiene la
proclamación clara, comprensiva, directa, con autoridad de la Palabra de Dios. Y entonces, Grace
Church siempre estará comprometida con un énfasis fuerte en la predicación y enseñanza. Un
énfasis fuerte en la predicación y enseñanza.

Ahora, acompáñeme por un momento a dos epístolas escritas por Pablo a Timoteo. Ahora, estas
epístolas fueron escritas, creo yo, para ayudarnos a entender el ministerio. Para ayudarnos a
entender el ministerio, tanto desde el punto de vista del ministro, como de su congregación. De
hecho, inclusive nos dice en 1 Timoteo 3:15, que ésta epístola fue escrita para enseñarnos a cómo
conducirnos en la casa de Dios, la cual es la iglesia. Entonces, aquí hay una epístola que nos dice
cómo debemos conducirnos en la iglesia, cómo debemos funcionar en la iglesia, cómo debemos
operar en la iglesia. Yo creo que el énfasis tanto de 1 como de 2 de Timoteo, es que debemos
operar primordialmente en el área de proclamar la doctrina sana, predicar la Palabra de Dios. Ese
mismo capítulo, 1 de Timoteo 3 versículo 16, es un versículo interesante. Resume la maravilla de la
encarnación de Jesucristo. Dice que indiscutiblemente, eso es sin debate alguno o argumento, esta
es una realidad que el misterio de la piedad es algo maravilloso, es algo grande. Y, ¿cuál es el
misterio de la piedad? Que Dios fue manifestado en carne. Eso es algo simplemente increíble.
Nadie va a discutir que esa es una gran verdad, ¿no es cierto? Que Dios fue manifestado en carne.
Ese es el corazón, la médula, la sustancia de nuestra fe cristiana, ¿no es cierto? No tenemos nada,
si Dios no se ha manifestó a sí Mismo en la carne de Jesucristo, ¿verdad? Murió y resucitó.
Entonces, ese es el corazón mismo de nuestra fe. Indiscutiblemente, esa es una gran, gran verdad
revelada. Pero, observe que dice: “Él fue manifestado en carne. Fue justificado en el Espíritu. Fue
visto por los ángeles. Fue creído en el mundo y fue recibido en gloria”. Y, después metido a la mitad,
“predicado a los gentiles”. Y, si usted ve el versículo 16 de 1 de Timoteo 3, veo algunas cosas
esenciales en la encarnación. Y, una de ellas es predicación. La predicación es un elemento
esencial en Dios manifestándose a sí Mismo en la carne. Lo que sucedió debe ser predicado. Eso
es lo que Él está diciendo. Debe haber proclamación del mensaje. La predicación es algo particular
al cristianismo, y es el elemento maravilloso que la iglesia lleva a cabo. Que hombres santos de
Dios hacen, que nada en el mundo puede llegarle. Digo, el mundo puede tener sus películas y
puede tener sus libros, y el mundo puede tener muchos medios diferentes de comunicación, pero, la
predicación me parece es algo tan excepcional, conforme a hombres de Dios, quienes reciben
dones del Espíritu, y el conocimiento de la Palabra, para proclamar su verdad. Y, creo por lo tanto,
que en el corazón de la iglesia está la encarnación, y en el corazón de la encarnación está la
proclamación de esa encarnación. Y entonces, la predicación encuentra un lugar central en la vida
de la iglesia.

Ahora sigue entonces, que Pablo va a enfatizarle al joven Timoteo. Conforme sale en su ministerio,
que él de hecho debe ser fiel a la predicación. Y, usted notará en el versículo 6 del capítulo 4, que
inmediatamente Pablo dice: “Si esto enseñas a los hermanos”. Y, él acaba de hablar con él de
algunas cosas, y él dice: “Tu trabajo es recordarle a la gente esto. En primer lugar, Timoteo, eres un
maestro, eres un maestro. Lo que has recibido del Espíritu de Dios, tú lo das. Y, que la iglesia esté
en el lugar en donde las cosas le son enseñadas”. La verdad de Dios es enseñada. ¿Sabe lo
maravilloso que es que en un mundo en donde la gente está buscando la verdad, la tengamos?
¿Usted entiende eso? ¿Sabe qué maravilloso es estar en un lugar en donde la gente no se le puede
garantizar que algo es verdad? ¿En donde la moralidad es establecida por la mayoría? ¿Donde todo
mundo determina lo que es verdad, y su opinión es la que reina, donde la verdad no se encuentra?
¿Donde los hombres están a la merced de su propia filosofía, para tratar de entender el significado
en la vida? Podemos ponernos de pie y decir: “Esto es la verdad”. Digo, inclusive Pilato, el cínico de
cínicos del Nuevo Testamento dijo: “¿Qué es la verdad? ¿Qué es verdad? Conocemos la verdad.
Conocemos la verdad”. Jesús dijo en Juan 17 al Padre: “Tu Palabra es verdad”. ¡Oh, pero qué
legado! Y, eso es lo que debemos impartir, eso es lo que debemos impartir.

Y, Dios ha bendecido esta iglesia, creo yo, porque su función primordial siempre ha sido en parte el
proclamar la verdad, la Palabra de Dios, no hablar acerca de la Biblia, si no hablar a partir de la
Biblia. Y, no le puedo decir cuántos cientos, inclusive miles de personas a lo largo de los años, nos
han hablado o escrito, y han dicho que vienen a Grace Church, porque se les alimenta la Palabra de
Dios. Siempre es lo que oímos y ese es nuestro compromiso, esa es nuestra función, y no es nada
más mi trabajo. Es el trabajo de todo mundo. Debemos ser aquellos que proclaman y predican, y
enseñan la Palabra. Algunos dotados, claro, de manera única. Versículo 11, siguiendo con el mismo
pensamiento de capítulo 4 versículo 6, él dice: “Eres un ministro, serás buen ministro si tú estás
nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina, de la sana doctrina”. En otras palabras, si
tienes la verdad y se las estás entregando a tu congregación. Él dice en el versículo 11: “Esto
manda y enseña”. En otras palabras, enseña con autoridad. Enseña con autoridad.

Me acuerdo, estaba en la graduación de la Academia de Policía en una ocasión, y yo estaba al lado


con una persona que me estaba hablando de los varios egresados que se estaban recibiendo, se
estaban graduando de la Academia de Policía de Los Ángeles. Y, él dijo: “Tuvimos que reprobar un
hombre, debido a su voz”. Le dije: “Eso es interesante”. Él dijo: “Sí. Simplemente no puedes ir atrás
de un ladrón y decirle: ‘Levanta las manos, estás arrestado. Detente en el nombre de la ley’”. Digo,
eso simplemente déjalo afuera, ¿no es cierto? “Bueno, eso es interesante”. “Sí’, él dijo, “debe haber
cierta autoridad en su voz”. Y, yo comencé a pensar acerca del hecho de que su autoridad
básicamente era la ley, ¿no es cierto? La ley era su autoridad. Y, si yo me oigo como que hablo con
autoridad, así es, porque es la autoridad de la Palabra de Dios. No hablo con autoridad, porque doy
mi opinión. Si no que hablo con autoridad en base a la Palabra de Dios. Y, eso es lo que él está
diciendo aquí en 1 de Timoteo 4:11: “No solo la enseñas, la mandas. En otras palabras, llamas a la
gente a un mandato de responsabilidad”.

Y entonces, versículo 16, él dice – versículo 13, más bien él dice: “Entre tanto que voy, ocúpate en
la lectura, la exhortación y la enseñanza”. Después él le dice cómo hacerlo. Lee el texto, explica el
texto, y aplica el texto. Lectura: Eso es simplemente, léeles el texto. Exhortación: Eso es aplícalo.
Doctrina: Eso es dales la doctrina o la enseñanza. Entonces, él dice: “Abre el texto, se los lees, se
los explicas. Eso es doctrina, y los exhortas a vivirlo. Y, no descuides”, versículo 14, “no lo
descuides. Medita en esto”, versículo 15. “Pon atención”, versículo 16, “y, continúa en ello”. En otras
palabras, somos llamados a obedecer la Palabra, y a proclamar la Palabra: Predicación, enseñanza,
proclamar, instruir. Qué responsabilidad tan emocionante.

Ahora, en el capítulo 5 versículo 17, él llega a otra dimensión. “Los ancianos que gobiernan bien,
sean tenidos por dignos de doble paga, doble respeto, doble honor”. Probablemente incluye todo
eso. Pero, los que trabajan bien, deben ser honrados doblemente, especialmente los que trabajan
en predicar y enseñar. De nuevo, el enfoque de liderazgo en la iglesia, está en la predicación y la
enseñanza, en esas funciones. Esa es nuestra función. Esa es nuestra función. Esa es nuestra
función.

Estamos aquí para proclamar la Palabra de Dios. He oído a gente que critica a Grace Church y dice:
“Bueno, Grace Church está desequilibrada en el área de la enseñanza. Hay demasiada predicación,
demasiada enseñanza, y no hay suficiente de esto o de aquello”. ¿Sabe una cosa? Yo no veo que
usted jamás podría tener demasiado de eso. Digo, a menos de que usted haya dominado toda la
revelación de Dios. Y, esa es una imposibilidad total. No puede haber demasiado. Podría estar
desequilibrada si no obedeciéramos la enseñanza. Pero, la razón por la que domina nuestras vidas
la enseñanza, es porque la enseñanza es lo que echa a andar todo. Tenemos que conocer, saber lo
que la Biblia dice acerca de algo, antes de que podamos cumplirlo. Y entonces, la enseñanza es el
sine qua non de todo. Tenemos que saber lo que debemos hacer. No podemos saber cómo adorar,
a menos de que sepamos lo que la Biblia dice. No podemos saber cómo orar, a menos de que
sepamos lo que Biblia dice. No podemos saber cómo evangelizar. No podemos saber cómo
discipular o pastorear. No podemos saber cómo preparar a personas. No podemos saber cómo
ayudar a personas y a sus familias. No podemos hacer nada, a menos de que sepamos,
entendamos lo que Dios dice. Entonces, predicamos, enseñamos, predicamos, enseñamos.

Al final del capítulo 6, Pablo le dice a Timoteo: “Guarda lo que se te ha encomendado”. En otras
palabras, creo que se está refiriendo al depósito de verdad, la revelación de Dios, la fe, por así
decirlo, el contenido de la doctrina verdadera. Guárdalo y mantente alejado de la basura del mundo,
las filosofías, y las teologías errantes, y el supuesto conocimiento de los hombres que realmente no
conocen nada. Aférrate ahí, con las cosas correctas. No queremos desviarnos de eso. No queremos
ser empujados y llevados, arrastrados por los pensamientos de hombres que están lejos de Dios. 2
de Timoteo merece una breve mirada. Versículo 15 del capítulo 2, él dice: “Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como un obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la
Palabra de verdad”. En otras palabras, tienes la Palabra, estás comprometido con ella, ahora úsala
correctamente.

De regreso en el versículo 13 del capítulo 1, él dice: “Retén la forma de las sanas palabras”.
Entonces, lo primero que haces es, te aferras a ello. Después, lo entregas de manera apropiada. Te
aferras a la verdad, y lo presentas como debe ser, para que seas aprobado por Dios. Y, de nuevo lo
dice en el versículo 16 en adelante: “Mantente alejado de la basura del mundo. Mantente alejado de
sus errores y herejías, y filosofías, y apégate a la verdad de Dios”. Ahí en el versículo 24 capítulo 2,
él dice: “Cualquiera que ahí en la iglesia, que es un siervo del Señor, debe ser apto en su
enseñanza, apto en enseñar”. Y claro, ese gran pasaje en el capítulo 3, en donde dice que toda la
Escritura es inspirada, para que podamos ser perfeccionados. Entonces, lo que puede ver, conforme
Pablo instruye a Timoteo, con respecto a la iglesia, es este énfasis tremendo en la predicación en la
enseñanza.

Ahora, vaya al capítulo 4 y vamos a cerrar esto. Capítulo 4, 2 de Timoteo versículo 1. Y, aquí hay un
mandato que se le da a Timoteo, uno de los realmente grandes en el Nuevo Testamento. “Te
encomiendo”, te hago responsable, mando esto, por lo tanto, debido a que la Palabra de Dios puede
perfeccionar, debido a que la Palabra de Dios puede salvar, como dice en el 3:15-17. Debido a que
la Palabra de Dios puede ser todas estas cosas, debido a que puede darte la salvación que has
recibido. Debido a que puede darte todo lo que necesitas para ser perfeccionado en Cristo,
entonces: “Te mando delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino”. Ese es un cargo muy sólido. Solemne. Él dice, te hago
responsable delante de Dios y Jesucristo. Te hago responsable delante del Padre y el Hijo.
Versículo 2, para hacer, ¿qué? ¿Qué? “Que prediques la Palabra. Que prediques la Palabra”. Es la
Palabra lo que hace que la gente sea sabia para salvación. Es la Palabra lo que perfecciona, lo que
trae doctrina, reprensión, corrección, instrucción y justicia. Que hace que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Es la Palabra lo que hace eso. Entonces, él
dice: “Timoteo, para resumirlo, te hago responsable ante Dios el Padre. Te hago responsable ante
Dios el Hijo. Hombre, predica la Palabra. Proclama la Palabra y sé diligente en ello. Trabaja duro en
esto. Aférrate, se fiel. Hazlo a tiempo y fuera de tiempo, cuando parezca apropiado, inapropiado.
Cuando parece como que alguien pueda ser ofendido o no, tú síguelo haciendo todo el tiempo, a
tiempo y fuera de tiempo”. Significa todo el tiempo. O estás a tiempo o fuera de tiempo.

Y, después él dice esto, y es interesante, ¿no es cierto? Él no dice consuela y aliento. Él dice:
“Redarguye, reprende, exhorta”. En otras palabras: “Preséntalo, confróntalos Timoteo”. ¿Por qué
dice eso él? Porque, él sabe que inclusive los cristianos básicamente tienen que luchar con su
pecado, ¿verdad? Y entonces, él dice, la predicación tiene que confrontar. Tiene que reprender.
Tiene que redargüir. Tiene que exhortar. La más suave de esas palabras es exhortación, lo cual
significa alentar un cambio de conducta, en vista del juicio que viene, si no se conforman. En otras
palabras, sigue haciéndolo como lo haces. Dios va a tener que lidiar contigo. Entonces, la
predicación debe tener ese elemento ahí. Confronta, confronta. Te convence de pecado. Escudriña
tu corazón. Quebranta tu corazón. Es lo que él le dice. “Predica de esa manera y que el contenido
de tu ministerio, sea lo que demuestra paciencia”. Entonces, predicas con mucho celo. Predicas con
gran convicción. Confrontas a la gente. En cierta manera, los azotas contra la pared, y tienen que
decidir sí o no a lo que dijiste. Los haces ver a su corazón, ver en donde están fallando en su vida, y
reconoce esto, que no van a cambiar de la noche a la mañana. Entonces, en el proceso, ¿sé qué?
Paciente. Sé paciente.

Entonces, él dice, y no solo paciente, si no que en este proceso él dice, y esta es una palabra tan
importante: “Hazlo con mucha paciencia y doctrina”. Enseñanza, el corazón de ministerio, amados,
es enseñar pacientemente la Palabra de Dios, de una manera que confronta, que confronta a la
gente para que se examine a sí misma, para que su vida puede ser llevada a rendirle cuentas
delante de Dios. Esa es la función de la iglesia. Cuando usted llega a aquí, usted es llamado a rendir
cuentas de esa manera. Cuando usted va a un grupo de comunión, una de las cosas que usted es
llamado a hacer en la enseñanza de la Palabra de Dios, es esta: ¿Estoy respondiendo de manera
apropiada a esta Palabra? Usted va a un estudio bíblico y alguien abre la Biblia, y usted es llamado
por la autoridad de la Palabra de Dios, al lugar en donde usted dice: “Estoy haciendo eso o no lo
estoy haciendo”. Y entonces, usted es reprendido, exhortado de manera paciente, hasta que su vida
pueda ser lo que Dios quiere que sea.

Entonces, conforme Pablo sale del ministerio y Timoteo entra para llevar su estafeta, él dice:
“Timoteo, todo está resumido en esto, hijo. Predica la Palabra. Predica la Palabra”. Dice usted:
“¿Por qué?” Porque es la Palabra en la mente lo que genera la conducta. Es la Palabra que entra a
la mente, lo que genera la conducta. Y, esa es la razón por la que la Biblia dice en Efesios 4:23:
“Renovaos en el espíritu de vuestra mente. Renovaos en el espíritu de vuestra mente, de vuestro
entendimiento”. Transformación, Romanos 12: “No os conforméis a este siglo, si no transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Y, esa es la parte de su pensamiento. Debe
tener la Palabra en su pensamiento, para que pueda comenzar a hacer lo que hace que la conducta
opere. Eso es lo que activa la conducta. Entonces, enseñamos y predicamos la Palabra, y no hay
sustituto para eso.

Una segunda función es evangelismo y misión. Evangelismo y misión. Y, uso esos dos términos,
para darle una perspectiva amplia. El evangelismo parece hablar de cosas personales. Y, misiones
parece hablar de algo muy grande. Y entonces, debido a que esos términos son vistos de esa
manera, vamos a usarlos. Debemos estar comprometidos con el hecho de que nuestra iglesia no
existe para su propia causa, si no por causa del mundo, ¿verdad? Que la razón por la que
queremos ser lo que Dios quiere que seamos, es para que podamos ser una luz que brilla en medio
de una generación oscura y perversa. Queremos ser todo lo que Dios quiere que seamos, para que
Él a través de nosotros alcance a otros. Como puede ver, la meta definitiva de todo el ministerio, es
que alcancemos a alguien para Cristo. Y entonces, tenemos que estar enfocados en el evangelismo,
evangelismo, evangelismo. Básicamente lo cumplimos de dos maneras: Mediante el ejemplo de vida
y la Palabra. Y, como lo hemos dicho tantas veces, son nuestras vidas aquí lo que hace que nuestro
testimonio sea creíble o increíble. Digo, si tenemos una iglesia en donde Cristo es exaltado, donde
la congregación está viviendo vidas justas. Donde estamos enfrentando el pecado de manera
honesta delante de Dios. Donde estamos esforzándonos por caminar en obediencia en sus
propósitos santos. Si tenemos ese tipo de iglesia, entonces vamos a establecer una plataforma,
sobre el cual el testimonio individual pueda ser creído.

Es lo que usted es allá afuera en el mundo. Eso es lo que es tan maravilloso cuando la gente viene
a aquí y dice: “Oye, tu congregación vive tu mensaje. Tu congregación realmente obedece la
Palabra de Dios”. Eso es tan emocionante, porque eso es lo que hace que el cristianismo sea
creíble. ¿Se da cuenta? Digo, ¿por qué cree usted que en lugar de que Satanás simplemente llegue
al mundo y simplemente haga que desaparezcan las iglesias, él viene al mundo y hace que
proliferen iglesias por todo el mundo, que no tienen credibilidad? ¿Por qué? Porque eso ataca el
mensaje entero. Digo, ¿cómo es que la gente dice: “Oh, es que fui a una iglesia por allá? Realmente
fue un lugar excepcional, porque habían muchos hipócritas ahí, demás”. No les importa nadie por
allá, por qué el pastor se fue, hizo esto, él era un criminal, se robó dinero de la iglesia y demás.
Como puede ver, todo lo que tiene que hacer Satanás, es simplemente mantener a la iglesia
teniendo un hombre, corromper lo que es hecho de una manera que ataca la integridad del mensaje
de la iglesia. Satanás no quiere eliminar iglesias, él simplemente quiere corromperlas, para que no
haya un cimiento sobre el cual el testimonio individual pueda ser creído. Y, realmente creo que
hemos sido llamados a vivir una vida en la comunidad, que es una vida de evangelismo.

Se resume como usted sabe – hemos estudiado esto en años pasados, en Mateo 5, en donde
nuestro Señor dice que son dos cosas. “Vosotros sois la sal de la tierra”, Mateo 5:13, “y si la sal
perdiera su sabor, ¿con qué será salada?” Ustedes son la sal de la tierra. Digo, ustedes
simplemente están ahí como el preservador. Ustedes simplemente están ahí para refrenar. Son
distintos, tienen un sabor diferente de ellos. Digo, están ahí y son únicos. Esa es la razón por la que
amados, como pueden ver, llamamos a la gente a vivir una vida separada, apartada. Esa es la razón
por la que llamamos a la gente a vivir una vida pura. Esa es la razón por la que me preocupa tanto
en mi espíritu que ustedes vivan una vida justa, piadosa, virtuosa. No solo para la gloria de Dios,
desde el punto de vista de ustedes, si no para la gloria de Dios desde el punto de vista de otros que
los ven, y son atraídos a ese tipo de pureza. En donde usted pueda ser usado como ejemplo. Usted
es la sal.

Y, después en el versículo 14: “Vosotros sois la luz del mundo”. Y, si la luz está escondida, no va a
ser vista. Y, estar escondido, estoy seguro, es una indicación de pecado, de nublar el testimonio de
su vida. Pero, si usted está ahí afuera y usted está brillando fuerte, usted es sal que realmente es
salada. Ahora usted va a tener un impacto en el mundo. Y, es por lo que usted es, antes de que
usted pueda decir: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Digo, me sorprende a veces. ¿Sabe una cosa? Conozco mucha gente en circunstancias muy
interesantes. Y, algunos de ellos están muy apenados en las circunstancias cuando me ven, porque
digo: “Oh, no te conozco”. Y, no le puedo decir cuántas personas han tratado de tragarse un cigarro
cuando me ven. Realmente es simpático. Digo: “Hola”. Y, bup. Puedo estar en un restaurante y
alguien puede tomar algo, y se paran de maneras raras, y yo simplemente sonrío y, y muevo la
mano. Y el, y el pánico instantáneo los inunda. Y, no dije nada. En algunas ocasiones, inclusive de
una mesa, y he saludado simplemente como un recordatorio, de que para los cristianos hay cierto
estándar de vida, por causa de aquellos que nos ven. Me acuerdo en un restaurante, en una
ocasión, algunas veces cuando usted llega y está esperando, y está ahí una mesera, y viene esta
mesera, y se acerca y dice: “¿Le gustaría? O no, ¿verdad? No le gustaría”. Yo dije: “No, no me
gustaría”. “Usted me parece conocido”. Y después: “Oh, tengo que disculparme como puede ver”. Y,
empieza a hablarme a darme esta historia. Pero, fue bastante interesante, porque en su corazón ella
sabía que estaba fuera de la realidad, de dónde debería estar como cristiana, simplemente viviendo
en el mundo. Y, se avergonzó por verme. Y, yo pensé: “Debería ofenderle más a ella, que los
incrédulos la ven haciendo algo que no es como Cristo, en lugar de que yo la vea. Yo puedo
soportar eso”.

Tenemos un cimiento de credibilidad que establecer con nuestras vidas, y es tan importante, y
entonces, él lo resume, ¿no es cierto? En Mateo 5:16, cuando dice: “Así brille vuestra luz delante de
los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el
cielo”. ¿Sabe una cosa? Deben ver su vida y decir: “Mira, solo Dios podrá hacer una vida así”. Digo,
solo Dios podrá hacerle algo así a alguien. Qué vida tan maravillosa. Y entonces, establecemos un
cimiento de evangelismo.

Y, después más allá de eso, necesitamos hablar. Necesitamos hablar. Necesitamos proclamar el
mensaje. Digo, necesitamos estar listos para hablar, dar una razón por la esperanza que hay en
nosotros. Proclamar a Jesucristo. Nuestros labios deben ser abiertos. Alguien una vez dijo que la
mayoría de los cristianos son como el Río Ártico, que está congelado en la boca. Y, es
desafortunado que en muchos casos eso es verdad. Por alguna razón nos resistimos a hablar. O,
cómo deberíamos estar prontos a hablar acerca del Señor, como somos prontos a hablar acerca de
algunas cosas mundanas, superficiales. Y entonces, para que entendamos la responsabilidad de
evangelizar, de testificar, de alcanzar a otros, tenemos que entenderlo. Parte de eso es conocer a
personas que no son cristianos y eso es difícil para algunos de nosotros. Muy difícil, porque nuestro
mundo es estrecho. Alguien dijo que es como una pirámide. Entre más alto esté usted, menos
personas usted conoce que no son cristianas.

Y también, conforme proclamamos, debemos asegurarnos de que tenemos el mensaje correcto. Y,


esa es la razón por la que pasamos tanto tiempo hablando del Evangelio aquí, asegurándonos de
que usted entienda los términos que Cristo ha dado. Esa es la razón cuando llegamos al joven rico,
pasamos tiempo viendo cómo Cristo evangelizó, el Sermón del Monte, de dónde llamó a los
hombres, y a qué los llamó. Y, ¿cuáles son los términos bíblicos verdaderos del evangelismo?
Porque yo conozco bien las iglesias de nuestro país y nuestro mundo, y están llenas de personas
que no son salvas, pero, creen que lo son.

Y entonces, estamos comprometidos con el evangelismo. Y, ahora más allá de eso, a las misiones.
Digo, eso es a nivel mundial, alcanzar más allá de lo que Dios nos va a permitir hacer por todo el
globo. Recibí una carta esta semana de un pastor en las Filipinas. Él dijo: “He estado oyendo de su
iglesia. Quiero edificar mi iglesia como Dios quiere edificarla. ¿Me podría mandar algo de ayuda
para que comience a moverme en la dirección correcta?” Y, ahora tenemos a personas que están
planeando y estableciendo una visión, para que nosotros alcancemos más allá de nuestras paredes,
hasta donde podamos. A nivel mundial, hasta donde el Señor permita. Porque Él dijo: “Id por todo el
mundo”, ¿no es cierto? Y, queremos ir tan lejos conforme podamos ir, hasta donde nuestros
recursos nos permitan ir. Y, lo que estamos haciendo aquí, es preparar a personas para que puedan
ir y hacerlo de manera más eficaz. Y, estamos comprometidos con eso, a ir a predicar, a bautizar,
enseñar hasta donde podamos, tan lejos como podamos llegar.

Hay una tercera función aquí, y usted conoce ésta bien. Entonces, no voy a pasar mucho tiempo en
esta. Adoración. Adoración colectiva. Hemos hecho una serie recientemente, espero que haya leído
el libro La Adoración, la Prioridad Definitiva. Somos llamados a la adoración colectiva. Somos
aquellos que adoran al Señor en espíritu. No tenemos confianza en la carne. Pablo le dijo a los
Filipenses: “Somos los verdaderos adoradores”, Juan 4, “que adoran al Padre en espíritu y en
verdad”. Hemos sido llamados, como aquellos que son sacerdotes, a ofrecer nuestros cuerpos en
sacrificio vivo a Dios, en un acto santo de adoración, sacrificio espiritual. Somos adoradores, somos
un sacerdocio que ofrece sacrificios a Dios, dice Pedro.

Estábamos hablando el otro día en una de nuestras reuniones de pastores, acerca de la


preocupación que tenemos. Hay muchas personas que vienen al servicio de adoración, pero,
¿cuántas de ellas realmente adoran? ¿Cuántos corazones realmente son levantados a Dios?
¿Cuántos corazones realmente están llenos de alabanza y adoración? Y, ¿cuántos están pensando
acerca del tiempo? ¿Cuándo va a terminar? O, ¿qué van a hacer hoy? O, ¿a dónde van mañana?
O, lo que sea. Y, somos bombardeados por la inteligencia de los medios masivos de Satanás en el
mundo. Vemos imágenes de fotos en nuestras mentes, y oímos música de comerciales, y somos
atacados por las cosas que continuamente vemos pasando frente a nuestros ojos. Y, tratar de
sentarse y sacar eso de nuestra mente, y meditar en las cosas de Dios, casi tiene que irse a un
monasterio para filtrar su cerebro, y limpiarlo de nuevo.

Entonces, qué difícil es venir y realmente pensar en las canciones que estamos cantando, y oír le
Salmo cuando es leído, y nos llama a adorar y meditar en las cosas de Dios, que vienen a través de
la enseñanza y predicación. Pero, necesitamos cultivar eso. Necesitamos ser una congregación que
adora. No solo estar aquí. Este es un catalizador. Simplemente para hacernos adorar en todo
momento. Así como tratamos de decir hace algunos meses atrás, en esa serie, adoramos mejor
cuando obedecemos más. Adoramos mejor, cuando respondemos a Dios, en obediencia dispuesta.
De tal manera que la obediencia es la definición básica de la adoración. Cuando obedecemos,
estamos adorando en alabanza. Hacemos de manera obediente lo que él dice. La obediencia y la
adoración, sinónimos en un sentido, se convierten entonces en un estilo de vida, en lugar de que
simplemente sea un ejercicio el domingo.

Pero, yo creo que somos llamados a acercarnos a Dios. ¿Sabe lo que eso significa, acercarse a
Dios? Hebreos dice: “Acercaos a Dios”. Santiago habla acerca de acercarse a Dios. “Y, Él se
acercará a vosotros”. Qué grandes pensamientos son esos. Digo, ¿cuando usted realmente se
acerca a Dios, lo hace no de manera apresurada? Cuando usted simplemente deja que su corazón
y mente asciendan, por así decirlo, en las palabras de los himnos, y en las palabras de las
Escrituras, o en momentos de devoción profunda y oración. ¿Cuándo medita usted? La palabra casi
no tiene significado para nosotros. Fuera de ver algún gurú extraño, sentado por algún lugar. No
entendemos lo que es meditar. Pero, yo creo que funcionamos en la adoración, funcionamos en
adoración.

Pablo le dijo a Timoteo, que los hombres levanten manos santas en oración, y que la iglesia se
congregue con ese propósito expreso de alabanza. Debemos ser una congregación que adora. Y,
emociona mi corazón que tantos, tantos como este joven que escribió de Michigan, vienen a nuestra
iglesia, y nunca han experimentado una adoración como esta. Sus corazones siempre han estado
listos, pero, nunca se les ha provisto ese tipo de ambiente, que pueda levantar el corazón a Dios. Y,
quizás podríamos hacer un mejor trabajo de lo que hacemos. Quizás podríamos hacer algo mejor.

Aquí hay una última función, que la iglesia debe tener. Y, quiero hablar de ésta en esta mañana.
Vamos a terminar a la próxima vez. Y, eso es oración. Y, no necesito decir mucho de esto.
Simplemente necesito recordarle. Simplemente quiero colocarle en su memoria. No necesito ser
redundante, fuera de decir que yo creo, amados, creo esto con todo mi corazón. La oración es el
ejercicio espiritual más difícil en el que nos involucramos, por dos razones. Razón número uno: Es
trabajo duro. Es trabajo duro, porque es abnegado. La verdadera adoración se extiende para incluir
al reino de Dios. “Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Se extiende para
incluir al reino de Dios, y se extiende para abrazar al pueblo de Dios. “Danos el pan de este día.
Perdónanos nuestras deudas. No nos metas en tentación”. No hay un yo en la oración de los
discípulos, de Mateo 6:9 al 12. Incluye el reino de Dios en su gloria. Incluye las necesidades de su
pueblo. Y entonces, la oración es un ejercicio no egoísta. Solo la gente humilde no egoísta, puede
abandonarse a sí misma, abrazar, a incluir la voluntad de Dios, el reino de Dios, las necesidades de
la gente.

Y, cuando Pablo dice en Efesios 6:18: “Orando en todo tiempo por todos los santos, con toda
oración y suplica”. Él nos está llamando al tipo de oración que cambia la dirección de nosotros, a
abrazar los propósitos gloriosos de Dios, y las necesidades del pueblo de Dios. Y, es abnegada, no
es egoísta. Entonces, es limitada a personas no egoístas. Es trabajo duro, porque usted está ahí, y
está derramando su corazón a favor de Dios, a favor del pueblo redimido de Dios, a favor de sus
propósitos y sus necesidades. Y, usted va más allá de usted mismo.

Encontramos, por otro lado, que la oración es muy fácil, cuando nos toca a nosotros. Cuando
tenemos algo que nos molesta, o cuando tenemos una enfermedad debilitante en la familia, o
perdemos un ser querido, cuando uno de nuestros hijos se desvía del Señor, o cuando nuestros
hijos están tomando decisiones acerca de con quién se van a casar, o cuando enfrentamos una
tragedia, o nos encontramos en medio de una situación deshonesta, o algún acto inmoral;
inmediatamente debido a que estamos nosotros en juego, nos encontramos de manera muy fácil
siendo atraídos a la oración a favor de nosotros. Pero, eso no demuestra la fortaleza de la oración.
Eso demuestra la debilidad de la oración. La fortaleza de la oración es abandonar mi vida en oración
incesante, a favor de la extensión y la gloria de Dios en su reino eterno, y las necesidades de su
pueblo redimido más allá de mí mismo. ¿Se da cuenta? Y, esa es la razón por la que es tan difícil.
Digo, yo no tengo duda alguna de que en Lucas 11, yo podría ser el hombre que está golpeando en
la puerta, recibiendo el pan, si yo tuviera hambre, yo estaría tocando toda la noche, hasta que el
hombre me diera el pan para deshacerse de mí. La pregunta es: “¿Puedo golpear la puerta toda la
noche por el pan para alguien más? Esa es la pregunta.

Digo, podemos tener una reunión de domingo por la noche y tener helado, y puedo tener a tres mis
personas que vienen a aquí que están comiendo mucho helado. Puede convocar una reunión de
oración, y tiene que sacar los binoculares para encontrar a la gente, como puede ver, porque la
oración es tan abnegada. Es abrazar cosas que van más allá de nosotros, en su sentido más puro y
verdadero. No estoy diciendo que usted no ora. No estoy diciendo yo no oro. No oro como debiera
orar. Y, todos nos sentimos así, ¿no es cierto? Vamos a tener una reunión mensual de oración el
miércoles por la noche, cada mes, y vamos a llamar a la gente a orar, y yo creo que Dios responde
a la oración. Yo dije en una entrevista en la radio en Chicago ayer, que uno de los beneficios de
envejecer – y, hay algunos – es que comienza a tener una lista más larga de cosas que Dios ha
demostrado en su poder, al responder a la oración. Y, entre más envejece usted, más ve usted a
Dios hacer cosas que solo Él podría hacer. Y, entre más larga se vuelve esa lista, más confianza
tiene usted en sus oraciones. Y entonces, yo creo que la gente mayor ora mejor que la gente joven.
Por lo menos en ese sentido, porque tienen un registro más largo de probar la respuesta de Dios.

La segunda razón por la que la oración es difícil, no solo porque es abnegada, si no porque esta tan
privada. Es tan privada. Y, esto en cierta manera es como la idea de ser abnegado, de no ser
egoísta. Pero, cuando usted ora, usted ora solo, y nadie lo sabe. Entonces, debe tener la disciplina
personal y la fortaleza de hacerlo, sin la presión de otros o la aprobación de otros. Digo, hay muchas
cosas que hacemos, porque sabemos que la gente va a saber que las hicimos, ¿verdad? Vamos a
un estudio bíblico, porque la gente va a decir: “Él va a un estudio bíblico”. Y, leemos la Biblia porque
alguien va a decir: “Oye, he estado leyendo esto. Bueno, he estado leyendo esto y aquello. Hombre,
el otro día leí esto y aquello”. Sí. Y, usted simplemente lo lee, para asegurarse de que cuando la
plática salga, usted pueda decir que leyó.

Como puede ver, la oración es difícil, en primer lugar porque es abnegada, no es egoísta. Y en
segundo lugar, porque no tiene recompensas visibles. Y, usted no tiene ninguna presión de otros.
Nadie lo ve a usted orar, y hacemos las cosas mucho mejor cuando sabemos que la gente está a
nuestro alrededor. Mire, escuche, realmente preparo para mis sermones, porque tengo a toda esta
gente que me está oyendo. Me parece mucho más fácil no orar. En Hechos 6:4, dice que los
apóstoles se entregaron a sí mismos a la oración y al ministerio de la Palabra. Me parece mucho
más fácil entregarme al ministerio de la Palabra que a la oración, porque no tengo mucha opción
acerca del ministerio de la Palabra. No tengo muchas alternativas. Si me aparezco aquí el domingo
por la mañana y no tengo nada que decir, estoy en problemas serios. Pero, puedo no orar y nadie
va a saber, o eventualmente ustedes van a saber. Pero, no van a saber inmediatamente. Y, esa es
la razón por la que la oración es trabajo tan difícil. Esta es la razón por la que la Biblia habla de
prevalecer en oración. Porque es algo que en primer lugar es abnegado, no egoísta. Y en segundo
lugar, no tiene recompensas visibles de manera inmediata, en términos de la afirmación y la
aprobación de la gente.

Le doy gracias a Dios, por esas personas no egoístas que oran. Y, oro a Dios porque tengamos más
de ellas en nuestra congregación. Tenemos un grupo de pequeño de personas mayores que oran el
domingo. Están envejeciendo más y más, conforme pasa el tiempo. Pero, el Señor no los deja morir,
porque no sé a quién va a colocarlos en el lugar de ellos. Es un puñado de personas. Han estado
orando por años, por más de diez años, y oran. Y, Dios oye y responde sus oraciones, y disfrutamos
de la fidelidad de ellos. Que Dios nos ayude a ser fieles en nuestras oraciones. Como he dicho en el
pasado, la oración es el nervio que mueve los músculos de la omnipotencia. No entiendo cómo
funciona, simplemente sé que Dios oye y responde la oración. “Y, la oración eficaz del justo puede
mucho”, dice Santiago. Y, quiero ser ese hombre justo que ora, porque quiero ver a Dios hacer todo
lo que Él puede hacer, y darle a Él toda la gloria. Entonces, debemos estar comprometidos con la
oración.

Y, Pablo no podía haberlo dicho de una manera más clara, que cuando lo dijo en 1 de
Tesalonicenses 5. Y, él dice en el versículo 17: “Orad”, ¿qué? “Sin cesar”. Decimos: “¿Qué significa
eso?” Bueno, simplemente significa que usted ora todo el tiempo. Lo cual significa que usted vive
consciente de Dios. Usted, su vida entera es ofrecida como una oración. Usted todo el tiempo está
consciente de Dios. Todo el tiempo usted piensa, actúa, responde, habla consciente de que Dios
está ahí. Todo, todo acto de la vida, todo pensamiento de la vida es ofrecido como una oración.
Como si dijera: “Voy a hacer esto. ¿Está bien, Señor? Oh, te veo en esto”. En otras palabras, usted
interpreta la vida como si estuviera viéndola a través de la mente misma y el corazón de Dios. No es
que usted anda por todos lados haciendo ruidos con sus ojos cerrados. La oración es simplemente
la manera de vivir en la presencia, consciente de Dios. De tal manera que todo es ofrecido a Él.
Todo es en comunión con Él. La oración es algo doble, algo de dos direcciones. ¿Se da cuenta?
Usted siente la guía del Espíritu de Dios. Le ofrece sus peticiones y sus pensamientos, y sus gozos,
y sus problemas. Es vivir la vida de una vida consciente de Dios. Y entonces, nuestras funciones
son muy, muy fundamentales. Predica y enseñar. Evangelizar y extender el Evangelio al mundo.
Adoración. Orar. Le voy a dar el resto la próxima vez. Oremos juntos.

¿Qué podemos decir, Señor? ¿Qué podemos decir? Nos has bendecido tanto. Nos has bendecido
con salvación. Nos has bendecido con la Palabra, el Espíritu. Nos has bendecido con la
congregación de tu pueblo redimido y amado. Nos has bendecido con amigos, con familia, con
cónyuges que te amen. Nos has bendecido con un lugar maravilloso en donde podemos
congregarnos y adorar. Nos has bendecido con canciones hermosas, que podemos cantar.
Instrumentos que podemos escuchar, que hacen que nuestros corazones se regocijen. Nos has
bendecido con la belleza de tu creación, la cual solo nosotros, los que somos redimidos podemos
apreciar, valorar de manera plena, como un regalo de Tu amor, a diferencia del mundo, que lo ve
como algún tipo de accidente cósmico. Nos has dado tanto. Padre, es nuestro deseo en Grace
Community Church, funcionar como quieres que funcionemos, predicación, enseñanza,
evangelismo, adoración, oración. De regreso a esas cosas básicas, y saber que no es tan
importante cuáles son los programas. Solo es importante lo que hacemos como individuos, en ser
fieles en estas áreas. Gracias por refinar nuestro enfoque en estos días. Que seamos fieles en
responder, conforme vemos la verdad. Oramos en el nombre de Cristo. Amen.

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