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UNIVERSIDAD DE CUENCA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA CLÍNICA

Tema:

Counselling

Nombre:
Francisco Moreno

Materia:
Psicología de la Salud

Docente:
Mst. Sandra Lima

Cuenca, 22 de mayo del 2018


Counselling

En el marco de la Psicología de la Salud encontramos que las situaciones pueden llegar


a generar altos niveles de estrés, que se traduce en enfermar. El enfermar supone una
ruptura del equilibrio personal, generando crisis situacionales que devienen en
reacciones emocionales significativas, para restaurar este equilibrio la persona se vale
de ciertos recursos específicos

De acuerdo con Engel (1977) y su modelo Biopsicosocial, que surge con el objetivo de
dar respuesta a las necedades y amenazas en el sistema sanitario, entiende al ser
humano en una visión multidisciplinaria, donde los conceptos de cuerpo, mente y alma
toman el protagonismo, dando como resultado, que se traten a enfermos, no
enfermedades. Así surge en la práctica clínica el Modelo Centrado en el Paciente (Bartz,
1999; Vegni, 2001), donde las tareas fundamentales se centran en: explorar las
creencias y expectativas del paciente, hacerle participar en la toma de decisiones y
acoplar al paciente al proceso asistencial. Para conseguir estas tareas, el texto nos
propone trabajar la relación de “simetría moral” que consiste en explorar el proceso de
enfermar a través de la subjetividad del paciente.

Una vez comprendidos estos conceptos, podemos hablar de un marco asistencial desde
criterios de calidad y excelencia, donde a parte del modelo biopsicosocial encontramos
un modelo de competencia, en el cual se afirma que las personas tienen capacidades
para hacerle frente a situaciones adversas (Albee, 1980; Arranz, 1996; Costa & López,
1996). Esto junto a los cuatro principios de no maleficencia, justicia, beneficencia y
autonomía, surgidos del juramento hipocrático, generan una relación simétrica del tipo
deliberativo. De aquí surge una duda que es fundamental dentro del ámbito de las
ciencias de la Salud, ¿Cómo instrumentalizar estos conceptos en la práctica diaria?,
Mediante el uso de la buena comunicación.

Pero ¿En qué consiste la buena comunicación?, pues en incorporar conocimientos,


habilidades y actitudes que faciliten este proceso. En el texto se propone el Counselling,
un instrumento terapéutico básico que consiste en estrategias relacionales practicas con
distintos modelos, tales como el psicodinámico, humanista o cognitivo-conductual, cuya
metodología termina siendo idónea para la comunicación terapéutica (Bayes, 2001;
Greenstead, 2000; Kamenga, 1991; Sweat,2000). A pesar de la vital importancia que
tienen estas habilidades dentro de la Psicología como tal, no suelen tener la relevancia
que deberían en la formación profesional, aunque de estas dependan la eficacia de las
intervenciones.
El Counselling dentro de este texto es definido como “ciencia y arte” debido a que incluye
una técnica que se desarrolla con la experiencia, influye el estado emocional dentro de
la ejecución, no es replicable de manera exacta y es capaz de expresar y captar aspectos
de la realidad que no son explicables racionalmente.
El counselling nos dará el contexto relacional para mejorar la eficacia de las distintas
técnicas terapéuticas. Autores como Miller y Rollnick (1999) y Watzlawick (1971) han
aclarando algunos conceptos que servirán como base de la filosofía del Couselling: La
comunicación en la intervención psicológica toma un papel fundamental para ser
eficaces, independientemente de la técnica que se aplique; Es imposible no comunicar,
el silencio y la mirada son interpretadas por el paciente como mensaje; En la
comunicación no se intercambian significados sino señales, ya sean estas verbales, no
verbales, consientes o inconscientes.

No se puede controlar la experiencia previa del paciente que influirá en todas las
emociones que el mismo sienta al respecto a lo que le decimos y en la idea que se haga
al respecto. El terapeuta debe ser muy cauto y no dar nada por sentado, sino preguntar.
Para los seres humanos no existe experiencia objetiva ya que esta esta determinada por
los esquemas mentales propios de cada uno.
Una vez tomados en cuenta estos principios básicos nos aventuramos a desarrollar una
definición sobre el counselling, el cual sería una herramienta de intervención basada las
necesidades de los enfermos tratándolos como sujetos y no como objetos del acto
clínico, reconociendo su capacidad para tomar sus propias decisiones, otorgándoles
libertad de elección, respetando sus valores y creencias.

Los cimientos del counselling estarían ubicados entre conocimientos, habilidades


relacionales y actitudes específicas. siendo para nosotros "el arte de hacer reflexionar a
una persona por medio de preguntas, de modo que pueda llegar a tomar decisiones que
considere adecuadas para el y para su salud”. (Arranz, 1997)

Todo profesional sanitario al acceder a su profesión se compromete a ayudar a la


promoción de la salud en todas sus dimensiones, no solo con la evitación del dolor, pero,
para lograr esto según Carl Rogers, a manera de actitudes fundamentales que un
terapeuta debe poseer son: la empatía, capacidad para comprender y transmitir
comprensión; la congruencia o veracidad y la aceptación incondicional, aceptar sin juicios
de valor la forma de vivir de la persona. Sin estas actitudes el counselling pierde
efectividad, funciona únicamente a corto plazo y sufre riesgo de manipulación de la
relación terapéutica (Barreto, 1997)
Cuando hablamos de habilidades relacionales, tenemos como precedente que en
nuestra cultura es común realizar intervenciones paternalistas o autoritarias que se
traducen en mensajes impositivos, con el fin de responder a la necesidad del ser humano
de ejercer control, en el contexto sanitario, los psicólogos deben servir de recordatorio a
otros profesionales el uso de la comunicación asertiva como núcleo de las relaciones
personales eficaces, centrándose en aspectos positivos, ayudando al paciente a tomarla
responsabilidad sobre su propio proceso de salud.
El counselling facilita el desahogo emocional, refuerza la esperanza y utiliza la pregunta
y no la aseveración, para que así el paciente se de respuestas a el mismo dentro de su
propio marco de referencia, haciendo énfasis en la elección. De igual manera se trabajan
las habilidades relacionales con la familia, afrontando sus propios temores, contestando
sus preguntas difíciles y al dar malas noticias (Arranz, Barbero, Barreto, Bayés, 2003)

Dado que en el contexto hospitalario la muerte es una realidad cotidiana, no solo los
pacientes requieren apoyo psicológico sino también los mismos profesionales sanitarios
e incluso los mismos psicólogos, ya que pueden vivir una muerte a distancia como para
protegerse de una posible sobre implicación, en una sociedad que intenta negarla o darle
la espalda. Es importante reflexionar sobre la misma, aunque genere angustia, tomando
en cuenta los propios temores y creencias acerca de la vida, la muerte, la esperanza y
la desesperación, lo cual nos lleve a abordarlas con la mayor coherencia interna posible.

Otra función básica del counselling es ayudar en la toma de decisiones en situaciones


complicadas y difíciles. Acorde al modelo de solución de problemas de tareas como
identificar el problema de modo especifico, generar, evaluar y elegir alternativas,
establecer planes de acción y seguimiento son tareas fundamentales por cumplir con el
paciente. Para conseguir un acercamiento adecuado a las emociones del paciente es
imprescindible conocer y canalizar las emociones propias del terapeuta, para así poder
poner en marcha recursos y estrategias de afrontamiento más efectivas.

Acercarse a las emociones propias y aceptar que tarde o temprano también envejecemos
y morimos tiene un efecto positivo en nosotros, nos proporciona autoconocimiento y nos
da poder de influencia ante el paciente, ya que, el conocimiento de uno mismo hace
posible la autenticidad (Corey, 1996).

Dentro de la practica profesional, al tratar con pacientes que afrontan procesos de


adversidad y muerte se aprende a encontrar un sentido y una vía de aprendizaje y
desarrollo personal, dando importancia a lo que se da por hecho, como el estar vivos o
que nuestro cuerpo funciona. Dado esto, la educación emocional se vuelve fundamental
en contra de la represión, educar requiere aprender, por ende, experimentar, para
educarnos emocionalmente necesitamos evitar esta “falsa frialdad” y permitirse sentir y
vivenciar estas emociones.
Los objetivos del couselling se encuentran dirigidos hacia la maximización del nivel de
competencia al menor coste emocional, estableciendo relaciones de ayuda eficaces,
facilitando la percepción de control, identificando percepciones de amenazas, acogiendo
y resolviendo crisis emocionales, esclareciendo metas del tratamiento, previniendo la
soledad emocional, orientando a la familia, favoreciendo la adhesión al tratamiento,
desarrollando la autoestima, entre otras.
A manera de conclusión, el Counsellig se vuelve una herramienta indispensable dentro
del ámbito de la salud, aspectos como la empatía, habilidades relacionales y actitudes
especificas con los pacientes toman un rol fundamental, aprendiendo mas allá de la
teoría, pasando del saber que hacer referente a la comunicación, a el como hacerlo,
proporcionando técnicas eficaces como la escucha activa, la autorregulación y la ayuda
para tomar decisiones al paciente le proporcionan un clima cálido donde el se vuelve
protagonista en los aspectos relacionados con su salud.

Referencias

Albee, G. W. (1980). A competency model to replace the defect model. En M.S. Gibbs,
J.R. Lachenmeyer y J. Sigal (Eds.) Community Psychology (pp. 213-38). Nueva York:
Garden Press.

Arranz, P., Barbero, J., Barreto, P., Bayés, R. (1997). Soporte emocional desde el equipo
interdisciplinar. En L.M. Torres (Ed.), Medicina del dolor (pp. 389-96). Barcelona:
Masson.

Arranz, P., Cancio, H. (2004). Una herramienta básica del psicólogo hospitalario: el
counselling. En S. Ulla (Eds.) El psicólogo en el ámbito hospitalario. Barcelona:
DESCLÉE DE BROUWER.

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