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La evaluación psicológica
en el ámbito hospitalario
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v Manel Salamero; Josep María Perí
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Ife -: y Femando Gutiérrez
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1. In troducción

El abordaje psicológico en un campo tan amplio y complejo como el de


la incerconsulta psicológica es un tema de difícil tratamiento en un solo capí-
tulo, debido en parte a la existencia de diversas escuelas psicológicas que han
!' intentado, desde hace mucho tiempo, entender la relación entre las enferme-
dades físicas y el trastorno psicológico. No es nuestra intención ofrecer una
panorámica histórica y plural de estos diferentes enfoques, ni comamos con
w suficiente espacio para ello. El objetivo es ofrecer una visión general, desde
la práctica diaria, de un modelo psicológico que a nuestro entender ofrece un
marco teórico-prácüco válido para estudiar y comprender la doble relación
entre la enfermedad y la conducta hum ana.
A lo largo de las últimas décadas h a surgido en la psicología clínica un
interés creciente por atender de m anera global los problemas de la salud
humana, más allá de los trastornos de la salud mental. Para Ribes (1990) el
análisis psicológico que trata de entender el estado de salud-enfermedad ha
de constituir una dimensión en la que se plasme la individualidad de una bio­
logía particular como entidad ubicada en un entorno en interacción perm a­
nente. Así, para este autor “...la interrelación entre las condiciones ambien­
tales propiciadoras del bienestar y la acción de agentes físico-químicos y bio­
lógicos sobre el estado del organismo se da como y mediante la práctica
social de los individuos... El proceso psicológico pertinente al mantenimien-
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EL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA E N EL ÁMBITO HOSPITALARIO

to, recuperación o pérdida de la salud biológica comprende la interacción dé! y psicopatológicas. La entrevista clínica posee la flexibilidad suficiente
tres factores fundamentales: 1) La historia interactiva del individuo; 2) Las- ja adecuar el proceso de evaluación a las características individuales de
competencias funcionales al interactuar con una situación general deternii-| ¿a paciente, flexibilidad de la que carecen los procedimientos instrumenta-
nada; y 3) La modulación de los estados biológicos del organismo por parte de valoración. Por ello, desarrollaremos primero la evaluación del pacien­
de las contingencias ambientales que definen una situación” (p. 22). te hospitalario mediante la entrevista clínica, y posteriormente nos referire-
El abordaje psicológico de aquellos pacientes que sufren las repercusiones ' ^os a los tests y otros procedimientos instrumentales en el apartado de meto-
psicológicas de una enfermedad física (dolor crónico, enfermedades cardio­ jos complementarios.
vasculares, neoplasias, enfermedades infecciosas...) o de los pacientes que
desarrollan síntomas físicos a partir de d e sa ju ste s psicológicos, requiere una 2. Evaluación psicológica m ediante entrevista
metodología con una sólida base empírica que nos permita observar, evaluar kS La entrevista conductual es el principal instrumento en el campo de la
e intervenir en las múltiples interacciones que se derivan del modelo psico­ evaluación psicológica. A partir de la entrevista y en función de la informa­
lógico de la salud, en el ámbito tanto de procesos (estilos interactivos, modu­ ción conseguida y de las hipótesis de trabajo realizadas estableceremos los
lación biológica por las contingencias) como de resultados (vulnerabilidad demás métodos de observación. Existen infinidad de guías de entrevista con­
biológica, conductas instrumentales preventivas y/o de riesgo, conductas aso­ ductual y de entrevistas esmrcturadas que señalan los elementos necesarios
ciadas a patología biológica). para obtener una correcta información sobre los objetivos del tratamiento
La metodología desarrollada por la terapia de la conducta desde la déca­ (Cormier y Cormier, 1994).
da de los años 60 hasta la actualidad nos permite disponer de un marco teó­ Dadas las características especiales d e la mayoría de pacientes hospitala­
rico, al menos aceptable, para abordar los diversos problemas que presentan rios que requieren evaluación psicológica y la gran variedad de trastornos,
los pacientes de la interconsulta psicológica. El método en el que se basa este desde los cuadros de simulación a la adaptación de una patología crónica o
modelo de abordaje psicológico es el análisis conductual, cuyo componente terminal, es muy complejo diseñar u n tipo de entrevista que sea de utilidad
principal es el análisis funcional de la conducta, utilizado tanto por los teóri­ para todos ellos. A lo largo de esta obra y en función de cada enfermedad ya
cos de la modificación conductual-cognitiva (Mahoney, 1983) como por los aparecen métodos de evaluación específicos. Debido a que es m uy frecuente
representantes del modelo interconductual (Segura, Sánchez y Barbado, en este tipo de pacientes la presentación de serias resistencias a un abordaje
1991). Las conductas problemáticas del paciente rara vez ocurren como un psicológico, pues no ven la reladón entre su enfermedad y las conductas
fenómeno aislado. La mayoría de ellas son parte de una larga cadena causal desadaptativas o la influencia del m edio extemo en el mantenimiento de las
de sucesos. El modelo conductual supone que una serie de sucesos antece­ mismas, la función m otivadora del psicólogo en la entrevista conductual
dentes (A) remotos y/o inmediatos inciden sobre un organismo (O) con pre­ adquiere una relevancia fundamental.
disposiciones estables de conducta heredadas o aprendidas, que emite una Podemos distinguir varios componentes de la evaluación. El primero de
respuesta (R), en este caso la conducta problema, que a su vez se ve influida ellos es la recogida de información general sobre el paciente. En segundo
por las consecuencias (C) que la siguen. El análisis conductual permite des­ lugar hay que considerar la detección y descripción de las conductas proble­
cribir operativamente la conducta a modificar, identificar las variables del ma. Este apartado incluye tanto la obtención de información descriptiva
entorno o del propio sujeto que están implicadas en el mantenimiento de sobre el problema (análisis topográfico) como la identificación de las varia­
dicha conducta. En cada caso, las características del sujeto o los anteceden­ bles determinantes asociadas al problem a (análisis funcional). El proceso de
tes y consecuentes tendrán diferente peso. evaluación se completa con el establecimiento de metas. Desarrollaremos a
El diagnóstico psicológico es un diagnóstico clínico que se basa funda­ continuación cada uno de estos apartados.
mentalmente en la entrevista. Tener presente este hecho es especialmente
importante en la evaluación hospitalaria. La presencia de enfermedades
somáticas y de tratamientos, a veces, con importantes efectos secundarios
modifican los patrones básicos de presentación de las alteraciones psicológi-
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2. 1. Recogida de información general 7. Análisis topográfico del problema


De m anera global, la entrevista debería realizarse en función del siguien­
te esquema:
¿Cuál es el problema?
* Identificación del paciente. Recuerde la última vez que le sucedió. Descnba un episodio típico.
* P ro b le m a actual (análisis conductual). ¿Cómo se siente cuando aparece el problema? [emoción]
¿Qué sensaciones o molestias experimenta su cuerpo0 [somático)
1 H isto rial m édico o sanitario: enferm edades o molestias físicas relevantes,
accidentes, intervenciones quirúrgicas, c o n su m o de fármacos, consum o de ¿Qué hace? [conducta]
¿Qué piensa o qué imágenes pasan por su mente? [cognición]
tóxicos, p a tro n es de sueño, alim entación y ejercicio físico.
¿Con qué frecuencia aparece el problema?
* H isto ria l académ ico/laboral: nivel ed u cativ o , p roblem as de rendim iento,
h istorial profesional, ad ap tació n lab o ral, situ ació n económ ica. Sadsfacción. ¿Cuánto dura?
* H isto ria fam iliar: histo rial y relación con fam ilia de origen, vida de pareja,
¿Qué intensidad suele tener? [0-10]
hijos. Satisfacción. ¿En qué grado interfiere con su funcionamiento normal?
* H isto ria social: actividad social y de ocio, satisfacción.

La descripción de la topografía de la conducta es insuficiente para la defi-


2.2. Detección y descripción de las conductas problema n completa de la misma, pues n o proporciona información sobre las
La conducta problema abarca habitualmente varios niveles de respuesta, ibles que la controlan. El anáfisis funcional trata de identificar las varia­
y el análisis topográfico trata por tanto de describirla en base a cada uno sus bles que m antienen una conducta seleccionada como problema. En los estí­
componentes: afectivo (respuesta emocional, estados de ánimo), somático mulos antecedentes se incluyen los estímulos externos que se producen en el
(respuestas fisiológicas, síntomas físicos), m otor (conducta observable) y cog- medio donde se encuentra el sujeto (acontecimientos, situaciones, personas y
nitivo (pensamientos, imágenes o diálogo interno). La evaluación del sistema señales físicas tales como olores, ruidos, colores, etc.) o bien las respuestas
de respuesta cognitivo es la que representa mayor dificultad por las discre­ producidas por el propio sujeto en los niveles afectivo, cognitivo, motor y
pancias surgidas entre diferentes teóricos de la conducta. A modo de estra- somático. Pertenecen también a esta categoría los modelos de conducta que
tegia práctica creemos apropiado seguir las indicaciones de Femández- el sujeto m eorpora por aprendizaje vicario, es decir, el aprendizaje producido
Ballesteros (1981) que sugiere como clases de conductas cognitivas: capaci­ a través de la observación de los comportamientos de ios demás (Bandura,
dad de imaginar, atribuciones. creencias, autoinstrucciones, estrategias de 1987). Preguntas como ¿dónde? ¿cuándo? ¿con quién?,acontecimientos vita­
pensamiento, expectativas y auto-refuerzo. La evaluación del sistema motor les que pueden desencadenar o m antener conductas problema, son elemen­
comprende las denominadas conductas externas, directamente visibles para tos imprescindibles para la valoración de los estímulos antecedentes, así
un observador: caminar, comer, hablar, etc. La evaluación del sistema psico- como el desarrollo y evolución de los síntomas y/o conductas problema
fisiológico se centra principalmente en las respuestas del Sistema Nervioso (comienzo, circunstandas que marcan su evolución).
Autónomo, aunque también son objeto de medición respuestas de otros sis­ Com o variab les del organism o d eb en analizarse cuatro tipos relevan­
temas del organismo.
tes: 1) determinantes biológicos anteriores: factores hereditarios, factores
Dado que tanto la evaluación como la intervención posterior exigirán el pre y perinatales; 2) determinantes biológicos actuales: enfermedades pre­
máximo grado de operativización del problema, el análisis de estos cuatro sentes, estados de fatiga, estados producidos por ingestión de fármacos o
componentes ha de realizarse fundamentalmente basándose en tres paráme- sustancias psicoactivas, etc; 3) repertorio de conductas: relación de con­
tros: frecuencia de aparición, intensidad y duración. La Tabla 1 recoge las ductas relevantes para el problema q u e posee el organismo, así como su
preguntas más habituales, que durante la entrevista clínica, permiten al psi­
probabilidad de aparición, imprescindible para poder establecer qué con­
cólogo realizar el análisis topográfico de la conducta problema.
ductas deberán sustituir a las problem áticas; y 4) historia de aprendizaje:
nos facilita información sobre qué tipo de técnicas de intervención serán las
más adecuadas.
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«u EL PSICOLOGO EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO « LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA E N EL ÁMBITO HOSPITALARIO

Dado que los organismos no son iguales, los eventos del entorno que sorli 1 2. Análisisfuncional del problema
antecedentes de la conducta problema inciden sobre un organismo que poseéi
predisposiciones previas a la hora de percibir, dar significado y responder | Í ¿i'· . Antecedentes remotos: ¿Cuándo empezó este problema? ¿Qué otros
esos eventos. Estas peculiaridades propias del organismo ejercen un papejf acontecimientos ocurrieron al mismo tiempo? ¿Cómo ha evoluciona-
mediador entre estímulos y respuestas y explican por qué cada sujeto res!
ÉÉ do el problema?
ponde de manera diferente frente a los mismos estímulos ambientales! j||rf % . Antecedentes inmediatos: ¿En qué situaciones aparece con mayor
Algunas de estas predisposiciones, relevantes en la evaluación psicológica, · frecuencia: en qué lugares, qué días, a qué horas, con qué personas?
son las capacidades cognitivas, la personalidad y los esquemas cognitivos. J ii; - - . . ¿Qué está haciendo usted antes de que aparezca el problema, que
«]! ' *?-. , . . * . 1T,
Las capacidades cognitivas incluyen el nivel intelectual. El estudio del ren- i!j siente, piensa, que sensaciones corporales expenmenta.' cün que
dimiento cognitivo y el nivel intelectual se centra en aquellas funciones (aten-1 situaciones aparece con menor frecuencia? ¿Qué factores lo mejoran
ción, concentración, percepción, memoria, lenguaje, coordinación motora, 1 1 ® ? ''. o empeoran?
- del
V a ria b le s o r g a n is m o : inteligencia, personalidad, creencias, valo­
razonamiento abstracto) que tienen menos relación con la vida emocional, es I
decir, en el procesamiento de información “fría”. Más adelante, en el aparta- - res, estrategias de afrontamiento, etc.
- Consecuentes: ¿Qué cosas suceden después? ¿Qué hace usted u
do sobre instrumentos de evaluación, nos referiremos a la m anera de medir | ottos? ¿Qué cosas tiene que hacer/ha dejado de hacer a causa del pro­
estas variables para determ inar la integridad y el normal funcionamiento de | blema? ¿Qué hacen/han dejado de hacer los demás como consecuen­
estos procesos. En este contexto de evaluación clínica entendemos por per-1
cia del problema?
sonalidad el patrón estable de cognición, emoción y conducta que se man- |
tiene estable en un sujeto en diferentes situaciones y a lo largo del tiempo, y
que permite diferenciarlo de otros. Los sujetos han sido diferenciados, sobre Igps "
2.3. Otros aspectos de la entrevista
todo desde las teorías de rasgo, en función de diferentes características indi­ Brafe®:1;■
viduales, como la intensidad y duración de su respuesta emocional (neuroti- * Km*# Un apartado importante denno del análisis funcional de la conducta en
cismo), su necesidad de estimulación extem a (extraversión), su propensión a pacientes hospitalarios es la evaluación de la motivación para el cambio. Es
la conducta afiliativa (dependencia de la recompensa), etc. Se incluyen más necesario para poder establecer objetivos terapéuticos que el paciente reco­
J'-WiV'-V

adelante algunas directrices para evaluar estos aspectos de los sujetos. III nozca los problemas y desee cambiar· las conductas que disparan y/o m an­
Finalmente los esquemas cognitivos pueden considerarse como una clase tienen los síntomas desadaptativos. L as metas del tratamiento deben ser
especial de caracterísricas de personalidad, constructos hipotéticos proceden­ acordadas con el paciente, realistas, viables, operativas (no difusas, como
tes de la psicología cognitiva. Se nata de estructuras de conocimiento que “encontranne m ejor”), y divididas en subm etas si es necesario.
organizan los eventos del entorno y les otorgan significado para el sujeto. Numerosos autores distinguen dentro de la entrevista psicológica una fun­
Los estímulos consecuentes incluyen los estímulos externos que se pro­ ción diagnóstica y una función motivadora-terapéutica. L a función motiva-
ducen en el medio donde se encuentra el sujeto, contingentes a las respues­ dora-terapéutica se distribuye en tres vertientes. La primera se centra en la
tas producidas por el propio sujeto (a cualquiera ele los tres niveles de res­ relación paciente-psicólogo, con el objetivo de deshacer falsas expectativas
puesta anteriormente señalados). Se consideran estímulos consecuentes sobre la función del psicólogo, el tipo d e terapia y el grado de participación
aquellos que siguen a la emisión de la/s conducta/s problemática/s, teniendo e implicación que se requiere por parte del paciente. La actitud del psicólogo
especial relevancia los que hacen aum entar la conducta problema (refuerzos) ha de ser positiva, permisiva y relajada, dirigiendo la entrevista de form a
o la disminuyen (castigos). estructurada pero no de manera rígida. La segunda vertiente va dirigida a
Las preguntas que en la entrevista clínica ofrecen infonnación sobre las elevar la seguridad del paciente frente a sus síntomas o problemas, intentan­
relaciones funcionales de la conducta problema se presentan en la Tabla 2. do inducir un m ayor autoconnol. En las primeras entrevistas se deben utili­
zar fundamentalmente estrategias de tipo educacional. La tercera vertiente se
refiere al papel del entrevistador como reforzador social. El psicólogo ha de
respetar las limitaciones y dificultades del paciente, adecuándose a la sitúa-
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ción y aceptando a la persona tal como es. Por ello es importante la evalua­ ediante algún procedimiento previamente establecido. El uso estructurado
ción de las creencias, expectativas, sentimientos, y actitudes del paciente con ’e la auto-observación surge, dentro d e la modificación de conducta, de las
relación a su propia enfermedad y a la solución de sus problemas. Esta infor­ terapias de autocontrol y resolución de problemas, que utilizan este método
mación será fundamental en la explicación general del proceso de interven­ no tan sólo como instrumento de m edición, sino también como estrategia
ción, permitiendo que ésta sea lo más adecuada posible a las expectativas, para implicar al paciente en el proceso terapéutico.
creencias y actitudes del paciente. Finalmente, también es conveniente cono­ En la práctica clínica habitual la auto-observación es el m étodo de regis­
cer las motivaciones para el cambio que serán fundamentales para establecer tro más utilizado, principalmente en aquellas conductas que se supone están
las metas del tratamiento. Teniendo en cuenta las consideraciones anterior­ desencadenadas por reacciones internas, en las conductas poco evidentes a
mente apuntadas. En la Tabla 3 incluimos algunas formulaciones que pue­ observadores externos (reacciones psicosomáticas), en las conductas cogniti-
den ser útiles para interrogar al paciente sobre estos aspectos. vas (toma de decisiones, pensamientos, etc.), en las conductas de carácter
íntimo (relaciones sexuales) y en todos aquellos casos en que se considere la
Tabla 3. Otros aspectos de la evaluación
auto-observación como un factor m otivacional e instigador del cambio. El
método de auto-observación ha de seguir los mismos requisitos generales
que los métodos de observación, es decir la delimitación previa de las con­
Actitud hacia el problema: ¿ C u á l cree que es la causa del problem a?
ductas a observar, la selección del m étodo de registro más adecuado (desde
Motivación: ¿ Q u ié n es la p erso n a m ás in teresad a en resolver el p ro ­
contadores mecánicos de frecuencia de conductas hasta el más utilizado
b lem a? ¿ Q u é ha h ech o usted h a sta a h o ra p a ra solu cio n ar este p ro ­
b lem a? como es el registro de lápiz y papel) y el registro de estímulos antecedentes
Soluciones intentadas: ¿C ó m o ha in te n tad o solucionar su problem a: y consecuentes. Es más fiable si las conductas a observar se definen clara­
p o r sí m ism o , profesionales, m ed icaciones? ¿Q u é resultado le h a mente, si se registran inm ediatam ente después de que sucedan, si no son
dado? demasiado exigentes para el cliente, si se sabe que habrá otra fuente de infor­
Establecim iento de metas: ¿D e q u é m an era le gustaría cam biar? mación (p.e. un familiar) y si el paciente ha entendido bien el propósito del
¿ Q u é d eb ería u ste d hacer, pensar, sentir, cu an d o term inem os, p ara autoregistro y está motivado para hacerlo.
p o d e r d ecir q u e h a desap arecid o el p ro b le m a ? ¿C u ál de los problem as Otros métodos de evaluación, como la observación conductual y los regis­
c o m en ta d o s le p arece m ás im p o rtan te ?
tros psicofisiológicos, son métodos directos y en consecuencia están menos
sujetos a sesgos por parte del propio paciente. Tienen sin embargo el inconve­
niente de referirse solamente a un nivel de respuesta (motor y somático res­
pectivamente) y resultan más costosos, bien por la dedicación de tiempo por
3. Métodos com plem entarios de evaluación
paite del profesional o por la necesidad de tecnología sofisticada y entrena­
La entrevista determ ina si hemos de utilizar otros métodos o instrumen­ miento específico, por lo que se utilizan poco en la práctica clínica habitual.
tos de evaluación. Para realizar una correcta evaluación conductual hemos
de analizar todos los niveles de funcionamiento que contribuyen a los sínto­ 3.2. Autoinformes y cuestionarios
mas clínicos y al deterioro en el norm al desenvolvimiento en las esferas La utilización de cuestionarios de au to in fo rm e ha sido y sigue siendo en
social, familiar, laboral y de ocio. Este análisis se realiza a través de varios la actualidad un método de medición ampliamente utilizado en psicología clí­
métodos e instrumentos directos (observación conductual, auto-observación, nica, principalmente en aquellos enfoques teóricos a los que subyace la expli-
registro psicofisiológico) e indirectos (entrevista conductual, autoinformes). cadón de la conducta a partir de substratos de personalidad estables.
Omitiremos referirnos a los cuestionarios generales de personalidad ya que
3.1. Auto-observación, observación conductual y registros psicojisio lógicos
son objeto de atendón en otros capítulos de este libro.
La auto-observación es un doble proceso consistente, por un lado, en A partir de los postulados del aprendizaje vicario y del concepto de auto-
atender deliberadamente a la propia conducta y, por otro, en registrarla eficacia de Bandura, y de la irrupción d e las variables cognitivas en la modi-
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LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO 85
m
ficación de conducta, han sido muchos los autores que han preconizado i |
utilización de estos instrumentos como medidas válidas para la evaluación d | 1investigación m uy amplia de estos aspectos, siendo numerosos los rns-
problemas conductuales. A modo de síntesis podríamos dividu* los autoi¿| l lpfogfltos de los que disponemos en la actualidad.
formes en dos categorías: 1) los cuestionarios de información general quj! ilifcP 5 . ;.
'íñ 'j'dtla 4. Cuestionarios de evaluación más utilizados en el ámbito hospitalario
intentan reunir información sobre diversas áreas en las que pueden existid
algún tipo de problema, como son el Life History Questionnaire de Wolpe y | * En Bulbena, Berrios y Fernández (2000) se hallará información sobre estos cuestio-
Lazai'us (1966), o el BehavioralAnalym Questionnaire de Cautela (1977); y 2) los -narios y su adaptación aJ español.
cuestionarios específicos diseñados para detectar problemáticas en áreas con­
Cuestionario Objetivo Características
cretas. existiendo tantos ripos de cuestiónanos como áreas problemáticas!
pueda haber.
General Health Detección de casos Auto aplicado. 28 ítems
No obstante, hay que resaltar que la mayoría de estos cuestionarios, ya! Questionnaire psiquiátricos (no psicóucos) (hay versiones más largas)
sean generales o específicos, plantean una serie de problemas que hay que·; (GHQ) en población general con puntuación 0-3,
tener en cuenta y que hacen que la utilización de los mismos tenga que rea­ aunque suele puntuarse 0-1.
lizarse de manera parsimoniosa. En primer lugar, desde el punto de vista psi-i Hospital Anxiety and Evaluación de ansiedad Autoaplicado. 14 ítems
cométrico, plantean serias dificultades metodológicas a nivel de fiabilidad y · Depression ScaJe y depresión en pacientes (hay versiones más largas)
validez. En segundo lugar, la mayoría de estos cuestionarios miden intensi­ (HADS) con enfermedades médicas Escala Likert de 04
dad y frecuencia de una conducta, con lo cual el análisis de la misma rió nos
Symptom Check Evaluación de síntomas Autoaplicado. 90 ítems
aporta la suficiente información para evaluar correctamente el problema. En
List-90 (SCL-90) psiquiátricos en población puntuables de 0-4. Nueve
tercer lugar, los cuestionarios que se utilizan en nuestro medio no han sido
general o psiquiátrica subescalas de síndromes
en su mayor parte adaptados a nuestra cultura y son simples traducciones de psiquiáo'icos
los originales, casi siempre norteamericanos.
Hamilton Rating Intensidad de la sintoma- Heteroaplicada. 24 ítems.
Teniendo en cuenta este tipo de advertencias, pueden señalarse algunos
Scale for Depression tología depresiva en con puntuación de 0 a
cuestionarios concretos provenientes de la actuación clínica (Goldberg, Cooper «
(HRSD) pacientes deprimidos 3-5 puntos. Hay forma
y Eastwood, 1970) o de teorías específicas psicológicas con implicación tera- 1
autoaplicada.
péutica (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1983; Lewinsohn, 1975) que han sido 1
adaptados a nuestro medio y que nos pueden ser de utilidad tanto para el desa­ Beck Depression Intensidad de la sintoma- Autoaplicado. 21 ítems,
rrollo de la terapia como para la publicación de los resultados de la prácdca Inventory (BDI) tología depresiva en con puntuación 0-3
terapéutica o de las investigaciones clínicas que realicemos (Tabla 4). población genera]
y psiquiátrica.
3.3. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la enfermedad
Hamilton Rating Intensidad de la sintoma- Heteroaplicada. 14 ítems,
En el ámbito de la psicología hospitalaria es inevitable referirse a la cali­ Scale for Anxiety tología ansiosa con puntuación de 0 a
dad de vida relacionada con la enfemiedad. En la m edida en que cada vez se (HRSA) 4 puntos. Hay versión
disponen de tratamientos más efectivos se ha conseguido una progresiva autoaplicada.
supervivencia de los enfeniros. Este incremento en la expectativa de vida a
Cuestionario de Intensidad de la ansiedad- Autoaplicada. 40 ítems
pesar de padecer enfermedades graves tiene como contrapartida la cromfica-
Ansiedad Estado actual y la predisposición con puntuación de 0 a
ción de disfunciones y limitaciones derivadas tanto de la enfermedad como,
Rasgo (STAI) a la ansiedad 3 puntos.
en ocasiones, de los tratamientos. La interconsulta psicológica se enfrenta no
sólo a las reacciones de ansiedad y depresión smo a la necesidad de adapta­
ción ante las limitaciones funcionales. El progresivo protagonismo de los La calidad de vida relacionada con la enfermedad es una percepción sub­
pacientes en la toma de decisiones ante tratamientos agresivos ha generado jetiva y multidimensional del paciente. Incluye, como mínimo, las limitado-
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EL PSIC Ó L O G O EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO LA EEVALUACIÓN
LA V A L U A C IO N PSICOLÓGICA
Jr’ib o j l l iEN
n EL
u rÁMBITO
u v iu i * w HOSPITALARIO
_____

%
nes físicas, dolor, estado de ánimo y afectación de las relaciones interpreso- W'
entorno. Por ello no ha de extraña:· que se hayan desarrollado numerosos
nales y actividades sociales y profesionales. La afectación de estas áreas es cuestionarios adaptados a cada una de estas circunstancias. En la Tabla 5
muy variable según las distintas enfermedades y sus estadios evolutivos. ni endonamos los cuestionarios más habituales considerados como genéricos.
£s decir, que evalúan la percepción del paciente sobre aspectos generales de
Tabla 5. Cuestionarios genéricos de Calidad de Vida de frecuente utilharión en el
ámbito hospitalario las principales dimensiones que conforman la calidad de vida. Remitimos a
Badia, Salamero y Alonso (2002) para los cuestionarios específicos desarro­
En Badia, Salamero. Alonso (2002) el lector interesado hallará información sobre estos
cuestionarios y su adaptación a las distintas lenguas del estado español. llados para diferentes enfermedades.

Cuestionario 3.4. Evaluación cognitivay neuropsicológica


Objetivo
Características
En el ámbito hospitalario es frecuente la presencia de alteraciones cogni-
Health Survey D esarrollado para el Autoaplicado. 36 ítems tivas no sólo en los pacientes provinientes de los servicios de neurología o
(SF-36) estudio de resultados (de diferente puntua teriatría dado el progresivo envejecimiento de la población asistida. Además,
de intervenciones médicas ción que evalúan, la consulta neuropsicológica no se limita a la evaluación y contribución al
1 uede utilizarse en población función 8sica,social, errio- diagnóstico, sino que incluye la indicación y orientación hacia programas
general y enferma donal y limitaciones en rehabilitadores específicos (Groth-Marnat, 2000). Posiblemente una evalua­
el rol por problemas de ción neuropsicológica exhaustiva requiere una fonnación específica que
salud
ofrezca esta competencia, pero todo psicólogo que actúe en el ámbito hospi­
Nottingham Health Evaluar la percepción Autoaplicado. 38 ítems talario ha de poseer conocimientos básicos (Junqué y Barroso, 1994; León-
Profile (NHP) subjetiva del impacto de dicotómicos que evalúan Cairión, 1995) y ha de saber manejar algunos tests que le permitan la orien­
los problemas de salud energía, dolor, movilidad
tación del caso.
emoción, sueño y aisla­ Ante cualquier sospecha de dificultades cognitivas es importante explo­
miento rarlas formalmente en la entrevista clínica. Como mínimo es necesario for­
EuroQoL-5D Desaj rollado simultáneamente mular preguntas sobre orientación tem poral y espadal, memoria inmediata
Autoaplicado. La prime­
en cinco países europeos, ra parte evalúa mediante, y remota, comprensión y expresión verbal y razonamiento lógico. Los tests
es una medida genérica mulridi- iteras movilidad, cuidado de cribado cognitivo, tales como el xMMSE/MEC (véase tabla 6), permiten
mensional de la calidad de vida personal, actividades coti una sistematización de esta exploración mínima y son altamente recomenda­
relacionada con la salud dianas, dolor y ansiedad bles. Si se detectan dificultades esta exploración clínica puede ampliarse
depresión. La 2a par te es (Strub y Black, 1993) o utilizar tests neuropsicológicos específicos (Lezak,
una escala analógico-visual 1995). La diversidad de funciones a explorar ha generado un número m uy
de evaluación global. elevado de pruebas que hace difícil su conocimiento para el profesional no
World Health Cuestionario transcultural- especializado. U n a dificultad adicional es la deficiente adaptación y barema-
La forma inidal
organizaron Quality desarrollado en quince países ción en muestras de nuestro país, que obliga a una interpretación cualitativa
consta de 100 ítems
of Life Questionnaire entre ellos España. Diseñado y la breve de 26. Evalúa en muchos de los casos. En la Tabla 6 presentamos algunas de las pruebas
(WHOQOL) para ser usado en población salud física, psicológica, adaptadas y barem adas en España accesibles a todo psicólogo hospitalario.
general y pacientes
independencia funcional,
relaciones sociales,
entorno y creencias

Además, el impacto sobre el paciente depende de factores como la edad,


el sexo y demás características personales y de capacidad de soporte del
EL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO
LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO 89
Tabla 6. Tests de rendimiento y neuropsicológicos generales
^Establecimiento de objetivos terapéuticos y selección de técnicas de
' En Soler y Gascón (1999) el lector interesado bailará información sobre estos tests, jtervención
su adaptación al español y d is tr ib u id o r e s del material.
!· Al del proceso de evaluación, el clínico integra los datos obtenidos del
Cuestionario
Objetivo ^análisis conductual y el conocimiento sobre los mecanismos psicológicos de
Características p s trastornos y elabora una hipótesis sobre las variables que elicitan y man-
Escala de Inteligen­
Evaluación del coeficiente de
cia de Wechsler Escala heteroadm inistra I tien en la conducta problema. Esta liipótesis es la que guiará la intervención.
üiteügencia general, verbal
ÍWAIS-III) da considerada como 0 por consiguiente, una vez realizada la evaluación de las conductas problemá­
y mampulativo, así como de
pauón en la evaluación ticas, el siguiente paso de la intervención conductual es el establecimiento de
diversos índices: comprensión
de inteligencia general.- los objetivos terapéuticos. Estos objetivos dependerán del análisis realizado y
verbal, organización perceptiva,
Su extensión limita su del tipo de patología orgánica en el caso de la interconsulta psiquiátrica, pero
memoria de trabajo y
uso en la clínica .4- en cualquier caso deben definirse de m anera concreta y operacional.
rapidez de procesamiento
Matrices Progresivas La mayoría de los objetivos finales sólo podrán alcanzarse a partir de
Test no verbal diseñado
de Raven Autoaplicado. La ausen­ í\ objetivos a corto plazo, graduados de m anera que se dirijan hacia los objeri-
para evaluar el factor de
(CPM, SPM. APM) cia de elementos verba - i.. y os finales. Los objetivos a largo plazo se establecen de común acuerdo con
inteligencia general. Existen
les permite una valoración p e í paciente. La misión del terapeuta es diseñar los objetivos intermedios del
tres formas de distinta dificultad.
poco contaminada por ^tratamiento y graduarlos de tal manera que el paciente pueda pasar de obje-
factores culturales y • tivo sin gran esfuerzo.
alteraciones afásicas. Los objetivos terapéuticos deberán ser delimitados en el dempo y su
Mini-Mental State Instrum ento de cribado
Examination (MMSE) para la detección de Fácil administración, ^ misión es la de guiar una terapia esuucturada y educacional, es decir, que
Examen Cognos- posible deterioro cognitivo y corrección. Existen- permita al paciente aprender las técnicas y recursos necesarios para conseguir
citivo (MEC) numerosas versiones el mayor grado de autonom ía posible. La evaluación no debe ser un mero
con diferentes niveles ejercicio teórico, sino que debe ir dirigida a planificar el tratamiento y mono-
de adaptación torizar la evolución del paciente. Por tanto, además de la evaluación inicial,
a nuestro país C¡'v es importante repetirla periódicamente y, en especial, al finalizar el nata-
lest Barcelona
Desarrollado siguiendo el
(P1ENC) La administración de la miento o al reformularlo si no se alcanzan las metas propuestas. Atendiendo
modelo neuropsicológico de V"··
L una. Es m uy amplio con
forma completa requiere H í a estas finalidades en el tratado de M aruish (1999) se hallaran diversas reco­
escalas que abarcan casi
unas tres horas. Se h a ' t i l mendaciones para seleccionar los procedimientos de evaluación, sugerencias
desarrollado una versión, MÉ:; que deben aplicarse tanto a la entrevista clínica como a los instrumentos que
todas las funciones.
abreviada para su uso M i la complementen. El procedimiento diagnóstico ha de permitir seleccionar
clínico
Cambridge Cognitive entre los diferentes procedimientos de intervención psicológica. También ha
Exploración neuropsicológica-
Examination Explora las áreas de de definir los síntomas cardinales sobre los que se focalizará la intervención,
diseñada para evaluar
(CAMOG) orientación, lenguaje, para que de este modo se pueda evaluar su efectividad.
pacientes ancianos.
memoria, atención, pra- jm ·*r'
•fe
xias, percepción abso ac- Referencias C om entadas
ción y cálculo
i·-??-·/- 0 Ribes, E. (1990). Psicología y salud: Un análisis conceptual Barcelona:
|lte'
•18;: Martínez Roca.

' El autor propone un m odelo psicológico de la salud delimitando concep­


tualmente el lugar que ocupa la psicología en este ámbito. En la obra se
90
EL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA E N E1. ÁMB1TO HOSPITALARIO 91

presenta un modelo que contempla una división entre los procesos psico< ena, A., Berrios, GE, y Fernández, P. (Eds.) (2000). Medición clínica enpsi-
lógicos que regulan la salud y sus efectos como estados de propensión a Jquiatría. Barcelona: Masson.
la enfermedad. El marco teórico del que parte este análisis conceptual es 'Cautela. J.R· (1977). Behavior analysis form s for clinical intervention. Champaign:
el de la Psicología Interconductual. Consideramos este texto de gran uti­ A: ¿ Research Press. Champaign.
lidad como punto de partida teórico, necesario para realizar intervencio­ Wormier, W.H., y Cormier, L.S. (1994). Estrategias de entrevista para terapeutas.
nes psicológicas en el campo de la salud. Bilbao: Desclée de Brouwer.
Fernández-Ballesteros, R. Evaluación versus tratamiento. En Fernández-
‘ Cormier, W .H., y Cormier, L.S. (1994). Estrategias de entrevista para tera­ Ballesteros, R., y Carrobles J.A.I. (Eds.), Evaluación Conductual: Metodología
peutas. Bilbao: Desclée de Brouwer.
y aplicaciones. M adrid: Pirámide.
U n manual indispensable para los profesionales interesados en mejorar Goldberg, D., Cooper, B., y Eastwood, M.R. (1970). A standarized psychia-
sus técnicas de entrevista clínica desde una perspectiva cognitivo-conduc- ' trie interview for use in community surveys. British Journal o fPreventive and-
tual. Aborda con detalle los aspectos esenciales de la entrevista: qué pre­ Social Medicine. 24, 18-23.
guntar y en qué orden, cómo conceptualizar los problemas del cliente y Groth-M amat, G. (Ed.) (2000). Neuropsychological assessment in clinical practice. A
cómo definir los objetivos y seleccionar las técnicas terapéuticas. Además, guide to test inteipretation and integration. Nueva York: Willey.
revisa con minuciosidad otras variables de interés, como los componentes
Junqué, C ., y Barroso, J. (1994). Neuropsicologia. M adrid: Síntesis.
de una relación terapéutica efectiva, la importancia de la conducta no ver­
Lang, PJ. (1971) T he application of psycho-physiological methods to the study
bal o las características que favorecen el proceso de influencia interperso­
nal durante la entrevista. of psycho-therapy and behavior modification. En Bergin A.É., Garfield S.L.
(Eds.), Handbook o f Psychotherapy and behavior change. Nueva York: Willey.
•Bulbena, A., Berrios, GE, y Fernández, P. (Eds.) (2000). Medición clínica Lewinsohn. P.M. (1975). The unpleasant events schedule: A scalefor the measurement
en psiquiatría. Barcelona: Masson. o f aversive events. Eugene: University of Oregon.
Lezak, M. (1995). Neuropsychological assessment (3a. ed.). Nueva York: Oxford
Este libro reúne el esfuerzo de muchos profesionales de la salud mental para
adaptar' y validar los instrumentos de evaluación a la población española. University Press.
Los diferentes capítulos abarcan los principales ámbitos de la psicopatolo- Leon-Carrion, J. (1995). Manualde neuropsicologia humana·. M adrid: Siglo XXI.
gía y la adaptación a la salud incluyendo en los apéndices muchos de los Mahoney, M J. (1983). Cognición y modificación de conducta. México: Trillas.
protocolos. C om o toda recopilación no puede considerarse exhaustiva pero Mayor, J ., y Labrador, FJ. (1984). Manual de modificación de conducta. Madrid:
es un buen punto de partida para la búsqueda de los instrumentos valida­ Alhambra.
dos en España más allá de los distribuidos a través del circuito comercial. Miller, W.R., y Rollnick, S. (1991). Motivational inteivieumg: Preparing people to
Los continuos progresos en este campo hacen aconsejable además la con­ change addictive behavior. Nueva York: Guilford Press.
sulta de las bases bibliográficas nacionales para actualizar la información. Maruish, M.E. (Ed.) (1999), The use o f psychological testingfor treatment planning
and outcomes assessment (2a. ed.). N ueva Jersey: Laurence Erlbaum.
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Badia, X., Salamero, M., y Alonso, J. (2002). La medida de la salud: guía de esca­ un modelo explicativo. Granada: U niversidad de Granada.
las de medición en español (3a. ed.). Barcelona: Edimac. Soler, P., y Gascón, J. (Eds.) (1999) Recomendaciones terapéuticas en los
Bandura. A. (1987). Pensamiento y acción. Barcelona: Martínez Roca.
trastornos mentales. Barcelona: M asson).
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