DEONTOLOGÍA Nombre: Alex Ñacata Fecha:03_01_2019 Nivel: Décimo DEONTOLOGIA POLITICA La deontología (del griego "lo debido"), siempre ha estado relacionada con los deberes y obligaciones morales. Casi todos los campos manifiestan su llamado código deontológico que vela por el buen hacer, la práctica de las buenas costumbres. Un político que mienta, que actúe ajeno a los intereses de sus votantes, de los ciudadanos de una nación, de su propio país, está muy alejado de toda deontología. Y si encima ese político habla mal de los candidatos de otros partidos, los insulta, utiliza agravios comparativos, pues eso, que de deontología nada de nada. La importancia de los códigos deontológicos radica en que con ellos se puede evitar que los profesionales tomen decisiones con el fin de buscar el bien propio en el ejercicio de su profesión. Por lo que se lo define como una expresión escrita del conjunto de deberes profesionales realizadas por un grupo afín a una determinada profesión en la cual se indica los límites que se deben considerar para obrar bien. La limitación en el uso del código es que tiene los argumentos necesarios parar aplicarlas en el actuar profesional, sin embargo, no es un manual ordenado CODIGO DE ETICA DEL POLITICO Un político debe tener un sueldo remunerado digno y suficiente. No hay que hacer demagogia con ello. El político gestiona grandes recursos económicos y tiene una enorme responsabilidad sobre miles o cientos de miles o millones de personas, por lo cual merece un sueldo digno y suficiente según su categoría. No se puede hacer demagogia en esto. El político además de su ideología debe buscar el bien común y el bien general de los ciudadanos. Por lo cual, puede muchas veces, entrar en colisión el bien o los intereses de su partido y el bien general y el bien común. Si esto sucede, debe imperar el bien común o general. El político y las organizaciones políticas en sus normas y en sus actuaciones no debe solo pensar en los próximos meses o años, sino en las próximas décadas y generaciones. Por tanto, en el bien del presente y del futuro a medio plazo y a largo plazo. El político y la clase política y las entidades políticas, partidos, sindicatos y otras relacionadas con estos fines, no debe engañar al pueblo. No debe dar información sesgada, no debe manipular al pueblo, ni tampoco la información, no debe dar razones o argumentos falsos en parte, no debe manipular encuestas, no debe utilizar lenguajes o palabras escritas o habladas que lleven a la confusión… El político y los entes que forman y conforman la política deben enseñar al pueblo la realidad, y deben enseñar al pueblo la auténtica interpretación de la realidad. Es decir, ni puede engañar al pueblo, debe indicar los hechos y los datos reales, o más reales posibles, pero al mismo tiempo debe dar la interpretación correcta y ortodoxa, por lo general, lo que las ciencias sociales indican. Un político no puede utilizar su cargo para robar, para engañar, para tener influencias en otros ámbitos de la sociedad, para medrar, para crear endogamias, para utilizar su poder para exigir a las demás actuaciones que van en contra de los derechos de otras personas, no puede utilizar su poder y su fuerza para dominar… el político debe cumplir un bien social y un bien público en sí. El político y las entidades políticas en el ejercicio de su función tienen sus derechos, como cualquier ciudadano, y también derechos específicos para que pueda ejercer dicho poder, pero no puede ir más allá de ellos y debe utilizarlos como corresponde a la moral mayoritaria de su sociedad y del bien general. El político debe tratar al ciudadano con respeto, a cada uno y a todos en general, a la sociedad y a la colectividad. Pero debe tratar a otros políticos con respeto y sabiendo que cada persona tiene una dignidad enorme. El político no caerá en utilizar las palabras con insultos, ni quitarle la buena fama a ninguna otra persona, sea ciudadano o sea otro político. No utilizará la demagogia que es un error muy grave, y que tiene muchas concreciones, la primera en engañar al pueblo o a parte del pueblo sabiendo sus necesidades y sus vulnerabilidades y prometerle cosas que sabe que no puede cumplir, no puede utilizar lenguajes y palabras y promesas que sabe que son imposibles de cumplir El político no debe enfrentar a los ciudadanos entre sí, ni a nivel individual, ni a nivel de clases o estratos sociales, o ideologías, sino que el político debe buscar siempre el bien general y el bien común, y buscar la paz y la armonía. El político no debe utilizar cada semana en crear alguna idea o sugerencia o boutade que son estrafalarias, sin sentido racional, para que todo el mundo hable de determinada formación política o de determinada persona que ejerce determinada responsabilidad política. El político no debe aprovechar crisis sociales o económicas o políticas o de otro tipo para llevar a la sociedad hacia derroteros que la mayoría no irían en tiempos de no crisis. No puede aprovechar crisis sociales o económicas o políticas para entrar en periodos revolucionarios, sean éstos de guante blanco o de guante de hierro. El político y las formaciones que lo conforman debe saber que el antiguo adagio se cumple, que a veces, lo mejor o lo ideal está reñido con lo bueno y lo conveniente. Que muchas veces, lo adecuado es lo menos malo y no lo ideal. En nombre de lo ideal y de la utopía se han cometido enormes injusticias, como la historia demuestra. A veces, por no caer en un tipo de mal o salir de él, se han caído en otros males más graves. Un político no dejará de formarse en las ciencias y artes de su profesión, durante toda su vida y durante toda su existencia. Se formará teóricamente, pero también se formará e intentará elevar su nivel moral, con una ética lo más correcta posible, y con una moral práctica lo más correcta y adecuada posible. Se crearán cauces para que igual que el resto de profesionales y profesionales tenga una formación continua en el tiempo. Si es posible todo político tendrá una profesión que le permita tener una profesión civil, en caso que deje la política o se vea obligado a ello. Por lo cual, será más libre ante si mismo y ante los demás. Hay que fijar un mínimo de preparación al político, según la diversidad de cargos o responsabilidades que tenga. Igual que a cualquier otro profesional se le exige. Entre otros, al menos para responsabilidades de cierto nivel, por ejemplo, alcaldes de municipios de una determinada cantidad de personas: Tener una carrera universitaria. Además, exigir un master para la alta gestión de la administración pública, a nivel económico, político, etc. A todas las profesiones se exigen además de la carrera una especialización y unos masters y pasar por unas etapas de formación. BIBLIOGRAFÍA - Diariocrítico. (2015). Código deontológico en política. Retrieved July 20, 2018, from https://www.diariocritico.com/noticia/491917/castilla-la-mancha/codigo- deontologico-en-politica.html - Lagasca, C. (2009). Deontología Profesional: Los Códigos Deontológicos. Unión Profesional, 40. https://doi.org/http://www.unionprofesional.com/estudios/DeontologiaProfesional_C odigos.pdf