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ESTRUCTURA DEL DESARROLLO DEL TEMA: BIEN COMÚN Y UNIVERSALIDAD DE LOS BIENES

1. BIEN COMÚN
1.1. SIGNIFICADO
Entendemos por bien común, que es el conjunto de criterios a los que una sociedad
debe proyectarse, haciendo posible así que esta misma y cada uno de sus
integrantes, obtengan la perfección.
Es decir que, cada sociedad debe establecer condiciones para que cada ser humano
que la conforma, pueda desarrollarse de manera tal que alcance la plenitud en sus
actos; explicamos esto haciendo alusión al hombre, y es que como tales, estamos
dotados de dignidad, libertad, unidad e igualdad. Todo ello emana de nuestra
naturaleza, naturaleza que nos da la opción de tomar decisiones que pueden ser
buenas o malas. Estas acciones que ejecutamos a diario, se ven reflejadas en la
convivencia social en la que participamos por ser seres relacionales; es así que para
alcanzar el bien común no se trata de la suma de bienes particulares de cada
persona, más bien se trata de la suma de los actos morales de todos, que deben ser
buenos. Entonces al ser el bien común de todos, a cada uno de los sujetos del cuerpo
social nos compete realizarlo, alcanzarlo, comunicarlo y preservarlo.
1.2. APLICACIONES PRINCIPALES
El mundo, cotidianamente atraviesa por muchos problemas económicos, sociales,
políticos, culturales, etc.; Es así que la Iglesia, a través de su mensaje, trata de
advertir a toda la sociedad de las consecuencias inminentes que se aproximan y que,
como ya lo sabemos, ya se van dando. El problema radica en que son pocas las
personas que escuchan este mensaje, es como si un ciego les estaría promulgando
que ve como problemas acechan a la sociedad.
Una sociedad para que pueda alcanzar el bien común, no puede apartarse de tener
al ser humano como centro de todo su desarrollo, es decir que, se tiene que tiene
que desliarse de todo fin lucrativo –que en la actualidad se ve- para que esté al
servicio del hombre.
Como se mencionó anteriormente, el hombre por naturaleza, es un ser social, como
tal, ninguna forma expresiva de sociabilidad puede alejarse de encaminarse a
alcanzar el bien común; es labor de todos: familias, empresas, asociaciones,
instituciones educativas, deportivas, y obviamente, del Gobierno de cada país.
1.3. LA RESPONSABILIDAD DE TODOS POR EL BIEN COMÚN
1.3.1. Las exigencias del bien común están estrechamente vinculadas al
respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos
fundamentales.
Al hablar de bien común, no podemos dejar de relacionarlo con el
ordenamiento jurídico de cada estado, que debe tener sus poderes
plenamente organizados y cimentados, siempre al servicio de sus
gobernados, pues las normas que emanan de este, deben de estar destinas
para la formación de una sociedad pacífica, asimismo deben promover los
derechos fundamentales de la persona que son indispensables para su
desarrollo: educación, libertad, salud, religión, cultura, entre otros.
No debemos desatender la labor de cada estado que tiene que cumplir para
con los demás, su labor no solo debe ocuparse del ámbito interno del cual
tiene dominio, sino que también debe atender al fuero supranacional, pues
es ahí donde pueden establecerse una cooperación internacional, con la
finalidad de propiciar el bien común para todo el mundo, atendiendo el
contexto actual y a las futuras generaciones.
1.3.2. El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad.
No podemos reducir el bien común a las ventajas que cada hombre pueda
obtener en ejercicio de su libertad y esfuerzo. Tampoco podemos inhibir al
hombre a realizarse o que alcance sus metas y proyectos, el bien común se
trata de que el hombre en la búsqueda de su bienestar particular, alcance
el de lo toda la sociedad; para ello el estado debe cumplir una labor de
subsidiariedad, se deben de estipular normas que regulen la capacidad
creadora del hombre en búsqueda de su desarrollo integral, pero además
que no permitan que su libertad perjudique a los demás.
El Bien Común depende de un sano pluralismo social. Las personas, familias
y grupos, están llamadas a constituir un tejido unitario y armónico, en cuyo
seno sea posible conservar y desarrollar su propia identidad y autonomía.
Esta socialización expresa la tendencia natural que impulsa a los seres
humanos a asociarse con el fin de alcanzar objetivos que exceden las
capacidades individuales.1
1.3.3. Todos tienen también derecho a gozar de las condiciones de vida
social que resultan de la búsqueda del bien común.
No requiere de gran esfuerzo distinguir los desniveles sociales que se vienen
dando en la actualidad, pues es claro que los estratos económicos varían de
tal manera que unos pocos gozan de abundante riqueza y muchos otros
padecen gran pobreza. Entendemos que Pio XII al referirse a que los bienes
deben revocarse ajustándose la bien común y a la justicia social, no se
refiere a que todos debemos tener por igual, es más, creemos que a cada
persona le cuesta gran esfuerzo poder posicionarse de manera tal, que
alcance una estabilidad económica; entonces a nuestro entender el Papa
hace alusión a que todos estamos encargados de cooperar hacia el bien
común, es por ello que, los que tienen más, deben de crear condiciones o
medios para ayudar a los que tienen menos, cumplir con los deberes
sociales. Esto es labor de todos y cada uno de los miembros de una
sociedad.
1.4. LAS TAREAS DE LA COMUNIDAD POLÍTICA
1.4.1. La responsabilidad de edificar el bien común compete, además de las
personas particulares, también al Estado.
Las seres humanos como ya lo mencionamos anteriormente somos sociales
por naturaleza, solos no podríamos alcanzar un desarrollo pleno, es por esa
razón que al vivir en sociedad, no es menor la idea que exista un poder que
regule toda la convivencia que se da a diario. Para una coexistencia
adecuada, destinada al bien común, se necesita de un poder político, el cual
tenga como centro a la sociedad civil, brindándoles los bienes necesarios
para una vida digna y llena de oportunidades.
1.4.2. Para asegurar el bien común, el gobierno de cada país tiene el deber
específico de armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales.

1
Suardíaz Pereraz J., Ética y sociedad: el Bien Común, revista Bioética, ed. Juan Pablo ll, setiembre, 2006.
La correcta conciliación de los bienes particulares de grupos y personas, es
una de las funciones más delicadas de los poderes públicos. Aquellos a
quienes compete la responsabilidad de gobierno de un país, están obligados
a fomentar el Bien Común de éste, no sólo según las orientaciones de las
mayorías, sino dentro de la perspectiva del bien para todos los miembros
de la sociedad civil, incluidas las minorías.2
Es decir que, el poder estatal, debe enfocarse en las necesidades más
importantes de la comunidad a la cual gobierna, esto será muy difícil de
lograr ya que no son las mismas para todos sus miembros, ya sea
individualmente o en grupos. El estado debe orientar sus decisiones para
toda la sociedad en su conjunto, enfocarse en el bienestar de todo el país
en su totalidad, tanto para las mayorías sociales, como para las minorías.
1.4.3. El bien común de la sociedad no es un fin autárquico.
No podemos reducir el bien común meramente al conjunto de bienes
alcanzados por una comunidad social, el bien común, va más allá los
bienestares materiales que una determinada sociedad obtuvo en la
antigüedad, los posea actualmente, o pueda llegar a tenerlos; ello
conllevaría a reducir al bien común a un aspecto material e histórico.
Vamos, somos seres dotados de la gracia del Señor, hechos a su imagen y
semejanza, con una capacidad increíble de tomar decisiones, decisiones que
muchas veces son erradas –aunque seamos racionales- pero caracterizados
por la dignidad, que solo la poseemos las personas, aquella que no se pierde
nunca. Somos libres, tenemos que siempre tender a alcanzar la felicidad, y
esto no será posible si no contribuimos con el bien común. Dejar de lado la
trascendencia que tenemos, es quitarle el sentido a nuestra vida, afirmar
que solo somos entes corpóreos, es un ardid, pues nosotros mismos
negando la vida eterna, daremos pie a hacer innumerables actos inmorales
en la vida terrena -que es donde nos encontramos- y estancaremos el
desarrollo, el progreso humano.

2. DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES


2.1. ORIGEN Y SIGNIFICADO
2.1.1. Implicancia del bien común al destino universal de los bienes
2.1.2. El principio del destino universal de los bienes de la tierra está en la base
del derecho universal al uso de los bienes.
2.1.3. La actuación concreta del principio del destino universal de los bienes.
2.1.4. El principio del destino universal de los bienes invita a cultivar una visión de
la economía.
2.1.5. El destino universal de los bienes comporta un esfuerzo común dirigido a
obtener para cada persona y para todos los pueblos las condiciones
necesarias de un desarrollo integral.
2.2. DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Y PROPIEDAD PRIVADA
2.2.1. Mediante el trabajo, el hombre, usando su inteligencia, logra dominar la
tierra y hacerla su digna morada.

2
Ibídem.
2.2.2. La tradición cristiana nunca ha aceptado el derecho a la propiedad privada
como absoluto e intocable.
2.2.3. La enseñanza social de la Iglesia exhorta a reconocer la función social de
cualquier forma de posesión privada.
2.2.4. La actual fase histórica, poniendo a disposición de la sociedad bienes
nuevos, del todo desconocidos hasta tiempos recientes.
2.2.5. Si bien en el proceso de desarrollo económico y social adquieren notable
relieve formas de propiedad desconocidas en el pasado, no se pueden
olvidar, sin embargo, las tradicionales.
2.2.6. De la propiedad deriva para el sujeto poseedor, sea éste un individuo o una
comunidad, una serie de ventajas objetivas: mejores condiciones de vida,
seguridad para el futuro, mayores oportunidades de elección.
2.3. DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES Y OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES
2.3.1. El principio del destino universal de los bienes exige que se vele con
particular solicitud por los pobres.
2.3.2. La miseria humana es el signo evidente de la condición de debilidad del
hombre y de su necesidad de salvación.
2.3.3. El amor de la Iglesia por los pobres se inspira en el Evangelio de las
bienaventuranzas, en la pobreza de Jesús y en su atención por los pobres.

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