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José María Arguedas: EL INDIGENISMO

La literatura de nuestro país ha estado marcado por muchos escritores que reflejaron la realidad de
nuestro país, César Vallejo, Ciro Alegría, entre otros sin embargo la literatura indigenista y de la serranía
no tomó mucho importancia si no con la llegada José María Arguedas.
Junto con Manuel Scorza, Arguedas expuso el mundo indígena desde una visión interna, desde alguien
que vivió en carne propia las tradiciones locales, y no como un visitante más.

Nacido en Andahuaylas hace exactamente un siglo, Arguedas vivió relacionado desde muy niño con la
cultura andina y aprendió a recoger de ella las cosas buenas como malas, sin exagerarlas, lo que él
escribía era lo que veía.

Sus cuentos, como Warma Kuyay reflejaron su gran unión con el mundo andino, y sus conflictos con el
criollo, lo cual también se ve reflejado en su obra máxima: Los Ríos Profundos, donde desde los ojos de
un niño, él cuando era niño, observa las diferencias entre los hacendados y los trabajadores, y los
problemas que generan dichas diferencias.

El indigenismo surge en el Perú, contra el indianismo sentimental de Ventura García Calderón y presenta
el problema del indio como económico y por lo tanto su solución será también de esta índole y no
esencialmente educativo.

En realidad, indigenismo literario en el Perú está fuera de cualquier personificación, pues tiene sus
nutrientes en: Garcilaso, Melgar, Narciso Aréstegui y Clorinda Matos, a sus teorizadores en la década
del 20 y a sus máximos exponentes a partir de los años 30.

En la década del 20, Luis E. Valcárcel en “Tempestad en los Andes” pretendía una revolución utópica
para volver al pasado incaico e Hildebrando Castro Pozo estudiaba los caracteres culturales de las
comunidades indígenas. Estos estudios hallan madurez y cauce en los “7 ensayos de José Carlos
Mariátegui y así, el Indigenismo cobra auge por el impacto de la Revolución Mexicana, la Soviética, la
fundación de la CGTP en el Perú y el magisterio de la revista “Amauta”.
El Indianismo Exotista: Es el anti-indigenismo; considera al indio como un pretexto, como un elemento
meramente decorativo, pues nos informaba de el con una pose elitizante, desde el punto de vista
oligárquico, menospreciándolo: Esta actitud fue asumida por Ventura García Calderón.
El Indigenismo: Presento indios laboriosos, no sumisos, capaces de pensar y actuar, que podían plantear
soluciones colectivas a sus problemas como en las obras de López Albújar, Ciro Alegría y José Maria
Arguedas.

Arguedas, a través de la literatura, como lo he mencionado anteriormente, devela la realidad de los


peruanos de la serranía. Ese Perú históricamente olvidado, y sumido en la pobreza, por la desidia, y el
olvido, de las clases dirigentes. Arrastrada a la miseria por la gran burguesía peruana, tan corrupta como
ineficaz. Ante esto se rebeló Arguedas. Ahora, no debemos cometer el error de caer en el idealismo fácil.
Convertir a Arguedas en un ídolo de adoración, sería traicionarlo.

Creer que Arguedas fue perfecto, no sería serle fiel, ni a su vida, ni a su obra. No sería serle fiel a su
posición crítica ante la sociedad.
Idealizar a Arguedas no es una opción. La vida intelectual de Arguedas es amplia, y rica, en contenido.
A través de ella entendemos al Perú. Pero, esta amplitud, que sobrepasa la literatura (recordemos que,
también, tiene estudios en el campo de la antropología, la lingüística, y la etnología), tiene, precisamente,
en sus obras literarias, sus trabajos más valiosos, para entender a Arguedas, como sujeto intelectual, en
el devenir histórico de las ideas en el Perú. Entre sus trabajos más destacados tenemos

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