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de la conciencia
Nuevas rutas de diálogo entre la fenomenología de
Merleau-Ponty y la filosofía de la acción de Pierre Bordieu
Estado de la cuestión
tencia de la homología, pero sin con un entendimiento funcionalista Bourdieu, con el objeto de, por un
establecer las razones ni los efectos de general de la sanación. También se ha lado, identificar categorías que sean
este hecho1. Otra hipótesis, la clínica, planteado la hipótesis persuasiva, se- comparativas y transculturalmente
se basa en la analogía entre el sanador gún la cual la sanación ritual es enten- relevantes, y, por el otro, analizarlas
religioso y el médico: ambos tratan a dida como una acción social dirigida con estructuras teóricas que en sí
un paciente con un determinado pro- hacia cierta cualidad y contenido de la mismas sean válidas para un estudio
cedimiento y con la expectativa de ob- experiencia. Esta perspectiva, aunque comparativo.
tener un resultado definitivo. Éste es el toma en cuenta el significado, es menos
caso de Prince y su paradigmática dis- aguda en relación con los temas clíni-
cusión sobre la psiquiatría yoruba2. cos, como la clase de desórdenes emo- Marco teórico
Sin embargo, en el caso de esta hipó- cionales intervenidos en la sanación.
tesis no es posible identificar resulta- En las perspectivas anteriores, el La fenomenología resulta útil para
dos definitivos dados por la sanación acento está puesto en la inferencia, una definición operacional del Yo
religiosa, además de que la mirada clí- a partir de los procedimientos lleva- como un proceso basado en la orien-
nica le resta importancia a los elemen- dos a cabo por los sanadores, de una tación (p. IX). En el caso de la cons
tos explícitamente religiosos que le eficacia no específica considerada titución del Yo en el contexto de la
aportan a este tipo de sanación un ca- inherente a uno o más de estos me- sanación carismática, se dan cuatro
rácter particular (p. 2). La hipótesis canismos. Pero estos últimos que- procesos: imaginación, memoria, len-
del apoyo social, con Víctor Turner co- dan sin elaboración, y lo que hace guaje y emoción. Es importante acla-
mo uno de sus mayores exponentes que mecanismos como el trance te- rar que Csordas se sitúa en una
—Turner analiza la sanación ndem- rapéutico sean efectivos continúa variante especial de la fenomenología:
bu—, sostiene que los principales siendo ambiguo (p. 3). Explicar esta la fenomenología cultural. En ella, la 4 165
efectos terapéuticos de la sanación eficacia es el objeto de Csordas, experiencia es entendida como el te-
yacen en realzar la solidaridad comu- quien propone que el locus de la efi- rreno existencial de la cultura y lo sa-
nitaria, al resolver tensiones interper- cacia no son los síntomas, los desór- grado. Para equilibrar su narración,
sonales, suministrar un ambiente denes psiquiátricos, el significado Csordas complementa, cuando es po-
emocional seguro para los individuos simbólico o las relaciones sociales, sible, su análisis con las perspectivas
enfermos, o bien en proporcionarles sino el Yo que abarca todos esos as- de lo que denomina la “hermana ge-
la seguridad de una identidad res- pectos (p. 3). Comprender esta efi- mela” de la fenomenología: la semióti-
pecto a un grupo definido por esas cacia supone una teoría del Yo que ca. Esta última se ubica del lado de la
prácticas de sanación3. Aunque estos permitiría especificar los efectos antropología interpretativa, cuyo én-
efectos pueden existir, los estudios que transformativos de la sanación. Esta fasis está puesto en el signo y el sím-
ponen énfasis en el apoyo social nor- teoría requiere, además, de una idea bolo (p. 4).
malmente no profundizan más y no del Yo que sea válida para estudios Csordas define al Yo desde la feno
definen la eficacia; quedan satisfechos comparativos. Además, una teoría menología. Éste no es una sustancia
del Yo nos permite tener acceso a la ni una entidad, sino una capacidad
1 Claude Lévi-Strauss, Antropología estructural, experiencia de lo sagrado como un indeterminada para orientarse en el
Eudeba, Buenos Aires, 1977. elemento del proceso terapéutico, lo mundo, caracterizada por el esfuer-
2 Raymond Prince, “Symbols and Psychothera
cual le da su especificidad. zo y la reflexividad. El Yo ocurre como
py: The Example of Yoruba Sacrificial Ritual”,
Journal of the American Academy of Psychoana Csordas pretende establecer un una conjunción de la experiencia
lysis, núm. 3, 1975, pp. 321-338. puente entre el pensamiento antro- corporal prerreflexiva, el mundo o
3 Victor Turner, The Drums of Affliction: A
Study of Religious Process among the Ndembu of pológico, la fenomenología cultural entorno culturalmente constituido,
Zambia, Clarendon Press, Oxford, 1968. y la sociología de la acción de Pierre y la especificidad situacional o habi
reseñas Desacatos mayo-agosto 2009
tus (p. 5). Los procesos del Yo son sujeto perceptor (p. 9). La conse- esta forma se establece la conjun-
procesos “orientacionales” en los cuencia metodológica de esta afir- ción entre las condiciones objetivas
cuales algunos aspectos del mundo mación es que, en el nivel de la de la vida y las aspiraciones y las
son tematizados, con el resultado de percepción, no es legítimo distin- prácticas que sean completamente
que el Yo es objetivado, usualmente guir entre el cuerpo y la mente. Por compatibles con estas condiciones.
como una “persona” con una identi- el contrario, si partimos de la reali- Para Bourdieu lo objetivo es pro-
dad cultural o un conjunto de iden- dad perceptual resulta relevante pre- ducto de la conciencia perceptual, lo
tidades. Pero estos procesos nunca guntar cómo nuestros cuerpos cual implica que reconoce que las
finalizan, no son productos cultura- llegan a ser objetivados mediante el condiciones objetivas no predeter-
les ya constituidos. proceso de la reflexión (p. 9). minan las prácticas, y asimismo, que
Situándose en la comprensión de la De la sociología de la acción de las prácticas no determinan las con-
incorporación como una condición Bourdieu, Csordas retoma el con- diciones objetivas (p. 10).
existencial, Csordas usa la categoría cepto de habitus. El cuerpo es una Csordas establece un diálogo en-
de percepción. Según Merleau-Pon- dimensión de lo social en tanto es el tre Bourdieu y Merleau-Ponty. Según
ty, la percepción es experiencia cor- escenario de la interpelación nor- su visión, ambos intentan colapsar
poral, una en la que el cuerpo, en el mativa, pero también tiene una di- las dualidades sujeto-objeto y es-
sentido de la incorporación, no es mensión individual en tanto es el tructura-práctica, respectivamente7.
ya más un objeto sino el sujeto de la requisito del acceso a la existencia La incorporación sería la herra-
percepción4. Sólo es posible asumir de los sujetos individuales, sensibles. mienta metodológica utilizada por
el mundo a través del cuerpo. En el La hexis corporal es, al mismo, un ambos y hecha operativa en lo pre
nivel de la percepción no “tenemos” esquema singular y sistemático5. Es- objetivo y el habitus. La meta de la
166 3 objetos, simplemente somos obje- te tránsito es denominado por Csor- antropología fenomenológica de la
tos. Aunque la percepción finaliza das embodiment. Traducido como percepción sería establecer el mo-
en objetos, empieza en el cuerpo. Se incorporación, este concepto se refie- mento trascendental en el que la
da entonces un paso atrás en el aná- re a “una condición existencial en la percepción aparece y es constituida
lisis para situar al cuerpo en el mun- cual el cuerpo es la fuente subjetiva en medio de la arbitrariedad y la in-
do (p. 8). o el terreno intersubjetivo de la determinación, constituida por y
El análisis existencial de Merleau- experiencia”6. constituyente de la cultura. Asimis-
Ponty colapsa la dualidad sujeto- Para los propósitos de Csordas, el mo, en la sociología de la acción, el
objeto para situar más precisamente principal punto en la teoría del ha habitus permite considerar al cuer-
la cuestión acerca de cómo los pro- bitus es que las disposiciones del po socializado —individuo, perso-
cesos reflexivos del intelecto consti- comportamiento son sincronizadas na— como una de las formas de
tuyen los diversos dominios de la colectivamente y armonizadas con existencia de la sociedad8, enten-
cultura. Si nosotros empezamos con las demás por medio del cuerpo. De diéndolo tanto como el principio
el mundo vivido de los fenómenos generador de las prácticas —con re-
perceptuales, nuestros cuerpos no lación a las estructuras objetivas—,
son, en un primer momento, un ob- 5 Pierre Bourdieu, El sentido práctico, Taurus,
jeto para nosotros. Por el contrario, Madrid, 1991.
6 “[…] an existencial condition in which the 7 Thomas Csordas, “Embodiment as a Para-
el cuerpo forma parte integral del
body is the subjective source or intersubjective digm for Anthropology”, Ethos, núm. 18, 1990,
ground of experience”, Thomas Csordas, “Em- pp. 5-47, aquí p. 8 (premiado en 1988 con el
bodiment and Cultural Phenomenology”, en Stirling Award Paper for Contributions in Psy-
Gail Weiss y Honi Haber (eds.), Perspectives on chological Anthropology).
4 Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la Embodiment, Routledge, Nueva York, 1999, pp. 8 Pierre Bourdieu, Sociología y cultura, Grijalbo,
percepción, Península, Barcelona, 2000, p. 222. 143-162, aquí p. 143. CNCA, México, 1984, p. 88.
mayo-agosto 2009 Desacatos reseñas
Elisa Lipkau
como el principio unificador de las con el Yo como un objeto de la con- identidad específica, que se establece a
prácticas sociales —con relación al ciencia, sino con el proceso de través de la conjunción de los proce-
repertorio de prácticas sociales—. orientación y relación en el cual la sos de imaginación, memoria, emo-
Sin embargo, el espectro de análisis persona llega a ser objetivada. La ción y lenguaje, dirigidos hacia los
de ambas corrientes epistemológi- meta de colapsar la dualidad preob- temas psicoculturales del control, la 4 167
cas es diferente, y por eso mismo, jetivo-objetivo es menos realizable espontaneidad y la intimidad. 2) El Yo
complementario. Mientras la teoría si se indaga acerca del cuerpo que es sagrado en tanto se encuentra
del habitus puede ayudarnos a en acerca de la incorporación, en tanto orientado hacia el mundo y define lo
tender cómo en la práctica se dina- se entiende a esta última como la que significa ser humano en términos
mizan los discursos y se juegan las condición preobjetiva de la vida so- de un gran “otro”. 3) El sentido de lo
relaciones de poder para la defini- cial (p. 278). Esta aproximación es otro divino es cultivado mediante la
ción de la realidad —el cuerpo útil pues revela que la objetivación participación en un sistema ritual co-
completamente involucrado—, la cultural es una necesidad que gene- herente. Este sistema está ligado con
fenomenología puede brindarnos ra inevitablemente dualidades pero y ayuda continuamente a crear un
elementos para comprender cómo que, al mismo tiempo, existe entre ambiente de comportamiento o situa-
esto tiene lugar en el cuerpo vivido. nosotros una resistencia al intento cional en el cual los participantes in-
Esta posibilidad de reflexividad de objetivación sobre dualidades corporan un conjunto coherente de
está situada en la incorporación. colapsadas. disposiciones o habitus. 4) Los ele-
Podemos reflexionar sobre nuestra mentos mencionados constituyen re-
propia experiencia por la alteridad des de significado —o de existencia
esencial que nos permite vivir nues- Conclusiones corporal— dentro de las cuales lo sa-
tro cuerpo como un “objeto”, como grado se hace realidad. Ser sanado es
otro. Por ello, el análisis no debe co- Las principales tesis de Csordas son habitar el mundo carismático como
menzar con la autoconciencia, sino cuatro: 1) El Yo indeterminado es ob- un Yo sagrado.
con el problema de cómo es produ- jetivado y representado como una cla-
cida la autoconciencia (p. 278). No se particular de persona con una Marzo 2009