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DROIT, Roger-Pol: Pequeñas experiencias de filosofía entre amigos.

Romper los códigos de la vida cotidi-


ana, traducción de Elisenda Julibert González, Barcelona, Paidós, Colección Contextos, 2013."
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ALGUNAS CITAS Y FRAGMENTOS: $
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I. «[…] no confiar jamás en la unidad (el saber, la luz, la noche), porque no existe, salvo de forma ilusoria,
como tantas otras construcciones artificiales» (pág. 42)."
II. «El mundo de siempre, pero apenas distinto. Es decir, completamente distinto» (pág. 64)."
III. «Si este vértigo [de recrear la vida animal] os produce un auténtico mareo, existe un freno de seguridad,
una solución para volver a tierra firme. Ni la mosca, ni los ácaros ni el topo (cabe suponer) se represen-
tan el conjunto de la escena, ni se preguntan por el enigma de los universos paralelos. Vosotros sí.
Vosotros, a través del pensamiento, abarcáis la totalidad de los mundos, incluso aunque ignoréis el con-
tenido [Adversus noúmena. D. L.].— Este contenido siempre es posible soñarlo, construir una fábula,
un cuento, un relato imaginario a partir de él. Ningún topo compone la historia de su vida humana fic-
ticia. Ni siquiera nuestro amigo el perro es capaz de hacerlo, salvo cuando somos nosotros quienes nar-
ramos la historia [Er. D. L.]…» (pág. 77)».$
IV. «No hay nada desnaturalizado, nada que recobrar o recuperar, más allá de nuestros artificios, nuestros
platos que intercambiamos, no hay nada que sea posible llamar la naturaleza bruta. Los que no estén de
acuerdo que levanten la mano…» (pág. 79; el subrayado es mío)."
V. «[…] nada tiene una sola cara, ni un solo sentido. Nada permite jamás un único punto de vista. Con-
viene pues multiplicarlos, saber que el mundo tiene muchas caras: desde este punto de vista cualquier
cosa es un diamante» [… (pág. 146:)z] De pronto, cuando hayáis multiplicado las perspectivas desde las
que es posible observar el cruasán, os dais cuenta de que os falta una cosa por hacer… “La prueba del
pudin es comerlo”, decía Engels, un muchacho al que no amedrentaban los idiotas. Con el cruasán tam-
bién comprobaremos qué demuestra» (págs. 145-146)."
VI. «Tenemos la impresión ilusoria de imaginar el infinito, pero en realidad no lo conseguimos. Necesaria-
mente en algún momento la serie se detiene. Para nosotros el viaje puede ser tan largo como queramos,
pero no interminable. Siempre vamos a algún sitio, siempre nos detenemos. No obstante, es ese sueño de
llegar siempre un poco más lejos el que nos hace avanzar [Cfr. Lévinas. D. L.]» (pág.151)."
VII.«Poco a poco se difuminarán las fronteras entre lo que habéis inventado y lo que habéis hecho realmente.
Tanto es así que estaréis casi convencidos de haber vivido la historia de marras: a fuerza de hacer creer a
los demás vuestra ficción, también vosotros termináis creyendo en ella realmente. […] Este casi, esta
zona inestable es lo interesante. […] … mundo […] de lo imaginario» [… (pág. 154:)] La distancia que
separa “el fondo” de “el fondo del fondo”, lo que nos inventamos y lo que sabemos que es cierto, jamás de-
saparece, salvo en los casos de patología grave. Entre ambos se despliega todo el espacio de la existencia,
una suerte de zona intermedia donde se mezclan en proporciones variables las luces y las sombras, la bue-
na y la mala fe, los hechos probados y los cautivadores sueños.— Tanto es así que es muy posible que
jamás sepamos realmente, en el fondo, si hemos vivido de veras nuestra propia vida» (págs. 153-154)."
VIII. «El aquí y el ahora están siempre trufados de en otras partes y de ayer, y la única cosas que puede in-
troducir una diferencia es la decisión de observarlos [Hermenéutica + Fenomenología. D. L.].— […]
permitíos algunas excepciones, para ver adónde os conducen. Por ejemplo, podría ser que lo in-sensato, lo
in-sólito o lo in-congruente dieran más impulso al pensamiento que lo “sensato”, lo “habitual” y lo “con-
gruente”. Podría ser que lo “serio” y lo “que no es serio” no estuvieran en absoluto divididos —ni en el
mundo ni en le pensamiento— como se dice generalmente. Porque lo general miente. Depende de cada
cual derrocarlo» [Priëm ostranenja. D. L.] (pág. 158).

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