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SEÑOR

JUEZ CIVIL MUNICIPAL DE BUCARAMANGA (REPARTO)


E. S. D.

REF.: Acción de Tutela para proteger el derecho al


Espacio Público, derecho a la igualdad para evitar un
perjuicio irremediable.

Accionante: OSWALDO ABRIL ARCINIEGAS

Accionado: ALCALDÍA DE BUCARAMANGA

OSWALDO ABRIL ARCINIEGAS, identificado con la cedula de ciudadanía número


91.433.146, expedida en Barrancabermeja, actuando en nombre propio, invocando el
artículo 13 y 86 de la Constitución Política, acudo ante su Despacho para instaurar
ACCIÓN DE TUTELA contra ALCALDÍA DE BUCARAMANGA, con el objeto de que
se protejan los derechos constitucionales fundamentales que a continuación enuncio
y los cuales se fundamentan en los siguientes hechos:

HECHOS

PRIMERO: En la carrera 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19 y 20 entre calles 37, 36,35,
34, 33 y Quebrada Seca respectivamente, se viene presentando sin orden, una
invasión por vendedores ambulantes, informales.

SEGUNDO: La omisión de la autoridad pública en estos lugares habituales de los


bumangueses, afectan y vulneran el derecho fundamental constitucional plasmado en
el artículo 13 y 82 de la constitución.
TERCERO: Los vendedores ambulantes se encuentran interrumpiendo el paso de los
peatones e incluso montando negocios irregulares que no cumplen con los requisitos
de ley.
CUARTO: Muchos de los vendedores informales ubicados en la dirección antes
citada, en el CENTRO de Bucaramanga no cuentan con el censo de formalización.
QUINTO: El Plan Maestro del Espacio Público de Bucaramanga, aparece como causa
eficiente en la conflagración de derechos tanto constitucionales como legales violados
a través de actos administrativos ya de carácter general y abstracto.
SEXTO: La ocupación indebida del espacio público construido no sólo es un factor
importante de degradación ambiental y paisajística, sino que entorpece la movilidad
vehicular y peatonal y pone en peligro la vida, la integridad y el bienestar de las
personas.
SÉPTIMO: Son formas de ocupación indebida del espacio público las ventas
ambulantes o estacionarias.
OCTAVO: La agrupación de vendedores ambulantes en el centro de Bucaramanga
ha ocasionado el aumento del hurto en la ciudad, en plena vía pública, sin que la
administración tome cartas en el asunto, convirtiendose el alcalde en patrocinador de
estas irregularidades con el propósito de obtener votos para las próximas elecciones.
NOVENO: EL PLAN MAESTRO llamado por el Alcalde, no se llama PLAN MAESTRO
SINO “PLAN DESORDEN”.
DECIMO: Esta administración por organizar o tratar de organizar un puñado de
algunos vendedores ambulantes, porque todos los que han hecho el simulacro de
vendedores ambulantes, no son vendedores, el alcalde ha descuidado miles de
comerciantes legalmente constituidos en toda esta área poniendo en riesgo a la
población bumanguesa.
DECIMO PRIMERO: El comercio legalizado son los que pagamos impuestos,
cumplimos con los requisitos de ley y los que nos exige la administración para poder
mantener nuestro negocio, generamos empleo, y declaramos renta, violando así la
administración con estos Decretos el derecho a la igualdad amparado
constitucionalmente por el artículo 13.
DECIMO SEGUNDO: El principio de igualdad representa uno de los pilares de toda
sociedad bien organizada y de todo Estado Constitucional. Este principio impone al
Estado el deber de tratar a los individuos, de tal modo que las cargas y las ventajas
sociales se distribuyan equitativamente entre ellos.
DERECHOS VULNERADOS

Estimo violado el derecho al Espacio Público, consagrados en los artículos 82 de la


Constitución Política de Colombia de 1991. Artículo 13. Derecho a la libertad e
igualdad ante la ley.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

Actuando en nombre propio, acudo ante su Despacho para solicitar la protección de


los derechos mencionados anteriormente, así mismo lo siguiente:
Artículo 82. Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio
público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular.
Las entidades públicas participarán en la plusvalía que genere su acción urbanística
y regularán la utilización del suelo y del espacio aéreo urbano en defensa del interés
común.

La LEY 9 DE 1989 de Enero 11, por la cual se dictan normas sobre planes de
desarrollo municipal, compraventa y expropiación de bienes y se dictan otras
disposiciones, en el CAPÍTULO II trata del espacio Público en su Artículo 5º,
establece que entiéndase por espacio público el conjunto de inmuebles públicos y los
elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados, destinados por su
naturaleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de necesidades urbanas
colectivas que transcienden, por tanto, los límites de los intereses, individuales de los
habitantes.
Así, constituyen el espacio público de la ciudad las áreas requeridas para la
circulación, tanto peatonal como vehicular, las áreas para la recreación pública, activa
o pasiva, para la seguridad y tranquilidad ciudadana, las franjas de retiro de las
edificaciones sobre las vías, fuentes de agua, parques, plazas, zonas verdes y
similares, las necesarias para la instalación y mantenimiento de los servicios públicos
básicos, para la instalación y uso de los elementos constitutivos del amoblamiento
urbano en todas sus expresiones, para la preservación de las obras de interés público
y de los elementos históricos, culturales, religiosos, recreativos y artísticos, para la
conservación y preservación del paisaje y los elementos naturales del entorno de la
ciudad, los necesarios para la preservación y conservación de las playas marinas y
fluviales, los terrenos de bajamar, así como de sus elementos vegetativos, arenas y
corales y, en general , por todas las zonas existentes o debidamente proyectadas en
las que el interés colectivo sea manifiesto y conveniente y que constituyan, por
consiguiente, zonas para el uso o el disfrute colectivo.
Es preciso establecer que la invasión del espacio público por vendedores ambulantes
informales, constituyen una grave violación al Artículo 82 derecho al espacio público,
que constitucionalmente me asiste, y a la comunidad.

El espacio público es un derecho constitucional y de uso común a favor de la


comunidad y que goza de especial protección por el Estado y en favor de todos los
habitantes del territorio nacional. Sin embargo, vía jurisprudencial, se ha señalado que
se puede entender como derecho fundamental cuando busca protegerse por su
conexidad con un derecho fundamental.

El artículo 315 de la Constitución Política establece como atribución de los Alcaldes la


de cumplir y hacer cumplir la Constitución, la ley, los decretos del Gobierno y los
acuerdos del Concejo.
La Corte Constitucional en sentencia T-772 de 2003, da instrucciones a la
Administración en cuanto a la forma como las autoridades de policía deben adelantar
las diligencias de preservación y restitución del espacio público en el Estado Social de
Derecho en atención a la crisis social y económica actual y atendiendo los derechos
fundamentales al debido proceso administrativo y a un trato digno al ser humano.
El artículo 218 de la Constitución Política establece que la Policía Nacional es un
cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la nación, cuyo fin
primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos y libertades públicas y asegurar que los habitantes de Colombia convivan
en paz.
COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS MUNICIPALES De conformidad con el Decreto
Reglamentario Nº 1382 de 2000 artículo 1 numeral primero, dirigiéndose la presente
acción de tutela contra autoridad de orden Distrital, corresponde en competencia
conocer de ella a los Jueces Municipales “Artículo 1°. Para los efectos previstos en el
artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, conocerán de la acción de tutela, a prevención,
los jueces con jurisdicción donde ocurriere la violación o la amenaza que motivare la
presentación de la solicitud o donde se produjeren sus efectos, conforme a las
siguientes reglas: 1. Las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier
autoridad pública del orden nacional, salvo lo dispuesto en el siguiente inciso, serán
repartidas para su conocimiento, en primera instancia, a los Tribunales Superiores de
Distrito Judicial, Administrativos y Consejos Seccionales de la Judicatura. A los Jueces
del Circuito o con categorías de tales, le serán repartidas para su conocimiento, en
primera instancia, las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier
organismo o entidad del sector descentralizado por servicios del orden nacional o
autoridad pública del orden departamental. A los Jueces Municipales les serán
repartidas para su conocimiento en primera instancia, las acciones de tutela que se
interpongan contra cualquier autoridad pública del orden distrital o municipal y contra
particulares”. 9 IDONEIDAD Y ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE TUTELA COMO
MECANISMO PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
TRANSGREDIDOS POR LA EXPEDICIÓN DEL PLAN MAESTRO DE ESPACIO
PUBLICO BUCARAMANGA. La acción de tutela se erige para el presente caso como
el único recurso idóneo y eficiente para la protección de los derechos objeto de
vulneración por la expedición del Plan Maestro de Espacio Público Bucaramanga, tal
afirmación estriba en que a pesar de la existencia de mecanismos de defensa judicial
alternos y propios de las actuaciones administrativas de carácter general como lo es
la acción de nulidad, acción popular, este no son eficientes para la protección de los
derechos invocados en tanto el mismo encuentra imposibilidad de ser incoado hasta
tanto no sea resuelto por parte del Consejo de Estado el conflicto de competencia
presente a partir de la expedición de la Ley 1437 de 2011 “Por la cual se expide el
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo”. Según
jurisprudencia reiterada de la Honorable Corte Constitucional “3.1 Como cuestión
previa, debe la Corte abordar el asunto de la procedencia de la presente acción, lo
cual exige verificar que no exista otro mecanismo de defensa judicial. Salvo que,
existiendo ese otro medio, su comprobada ineficacia para el caso lleve a hacer
admisible la acción de amparo, o que ésta se haya interpuesto como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable” 1 (Subrayas fuera de texto). A su turno,
precisa el Tribunal Constitucional en desarrollo del mismo fallo de tutela que “3.3 Sin
embargo, como es sabido, existen dos excepciones a la regla según la cual la
existencia de otros mecanismos alternos de defensa judicial desplaza a la acción de
tutela. La primera se presenta cuando la acción de amparo se ha intentado como
mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. La segunda, cuando el
otro medio de defensa existe, pero en la práctica es ineficaz para amparar el derecho
fundamental cuya protección se invoca. En efecto, la primera de estas excepciones
está establecida por el mismo artículo 86 de la Constitución, arriba citado. La segunda
ha sido introducida por la jurisprudencia de esta Corporación. 2 En efecto, sobre el
particular ha dicho: “En los eventos en que el ordenamiento jurídico tenga previsto un
mecanismo ordinario de defensa judicial, la jurisprudencia constitucional tiene definido
que el juez de tutela tendrá en cuenta, a partir de las consideraciones especiales del
caso, dos aspectos a saber: 1º) la eficacia e idoneidad del medio de defensa judicial;
y, 2º) los elementos del perjuicio irremediable. 1 Sentencia T-609 de 2005 M.P. Marco
Gerardo Monroy Cabra 2 Cf, entre otras, las sentencias T-414 de 1992 y SU-961 de
1999. 10 El medio ordinario de defensa judicial debe ser eficaz e idóneo para el
amparo de los derechos fundamentales amenazados o vulnerados. Tal grado de
eficacia se aprecia en concreto, en atención a las circunstancias en que se encuentre
el solicitante y de los derechos constitucionales involucrados 3. (Subrayas fuera de
texto). Para la Corte, “La necesidad de tener presente las circunstancias concretas y
los derechos constitucionales involucrados, a efectos de analizar la eficacia del otro
medio de protección judicial, explica el carácter subsidiario de la acción de tutela, que
impone establecer si el ordenamiento jurídico no ha dispuesto un remedio judicial
idóneo y específico para proteger el derecho. Por lo mismo –carácter subsidiario-, la
tutela no tiene por objeto desplazar los diversos mecanismos de protección, sino fungir
como último recurso –y, por lo mismo, sin restricciones normativas distintas a las
normas constitucionales- para lograr la protección de los derechos fundamentales. La
forma en que se han desconocido o puesto en peligro los derechos fundamentales,
puede indicar la no idoneidad de los mecanismos ordinarios” 4 .”5 En sentencia de
tutela 451 de 2010, el máximo tribunal del orden constitucional al abordar el estudio
del carácter residual y subsidiario de la acción de tutela como mecanismo efectivo de
defensa judicial preciso “Como ha sido reiterado en múltiples ocasiones por esta
Corporación, la acción de tutela es un mecanismo de origen constitucional de carácter
residual y subsidiario, encaminado a la protección inmediata de los derechos
fundamentales de las personas que están siendo amenazados o conculcados 6 . Ello
en consonancia con el artículo 86 de la Constitución, los artículos 6º numeral 1, del
Decreto 2591 de 1991 que establecen como causal de improcedencia de la tutela:
“[c]uando existan otros recursos o medios de defensa judiciales, salvo que aquella se
utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. La existencia
de dichos mecanismos será apreciada en concreto, en cuanto a su eficacia,
atendiendo las circunstancias en que se encuentre el solicitante.”. El carácter
subsidiario y residual de la acción de tutela ha servido a la Corte Constitucional para
explicar el ámbito restringido de procedencia de las peticiones elevadas con
fundamento en el artículo 86 de la Carta Política, más aún cuando el sistema judicial
permite a las partes valerse de diversas acciones ordinarias que pueden ser ejercidas
ante las autoridades que integran la organización jurisdiccional, encaminadas todas a
la defensa de sus derechos. 3 El artículo 6º del Decreto 2591 de 1991 dispone que
“La existencia de dichos medios será apreciada en concreto, en cuanto a su eficacia,
atendiendo las circunstancias en que se encuentre el solicitante”. 4 Corte
Constitucional. Sentencia SU-544-01, M.P. Eduardo Montealegre Lynett. 5 Sentencia
SU- 1070 de 2003. 6 Ver, entre otras, las sentencias T-408 de 2002 T-432 de 2002
SU-646 de 1999 T-007 de 1992. 11 En este sentido, la jurisprudencia de la Corte ha
sido enfática en la necesidad de que el juez de tutela someta los asuntos que llegan
a su conocimiento a la estricta observancia del carácter subsidiario y residual de la
acción, en este sentido en Sentencia T-106 de 1993 esta Corporación, afirmó: "El
sentido de la norma es el de subrayar el carácter supletorio del mecanismo, es decir,
que la acción de tutela como mecanismo de protección inmediata de los derechos
constitucionales fundamentales debe ser entendida como un instrumento integrado al
ordenamiento jurídico, de manera que su efectiva aplicación sólo tiene lugar cuando
dentro de los diversos medios que aquél ofrece para la realización de los derechos,
no exista alguno que resulte idóneo para proteger instantánea y objetivamente el que
aparece vulnerado o es objeto de amenaza por virtud de una conducta positiva o
negativa de una autoridad pública o de particulares en los casos señalados por la ley,
a través de una valoración que siempre se hace en concreto, tomando en
consideración las circunstancias del caso y la situación de la persona, eventualmente
afectada con la acción u omisión. No puede existir concurrencia de medios judiciales,
pues siempre prevalece la acción ordinaria; de ahí que se afirme que la tutela no es
un medio adicional o complementario, pues su carácter y esencia es ser único medio
de protección que, al afectado en sus derechos fundamentales, brinda el
ordenamiento jurídico.” (Subrayas fuera de texto). Sobre la naturaleza subsidiaria de
la acción de tutela, en el mismo sentido, la Corte en Sentencia T-1222 de 2001 afirmó:
“...el desconocimiento del principio de subsidiaridad que rige la acción de tutela implica
necesariamente la desarticulación del sistema jurídico. La garantía de los derechos
fundamentales está encomendada en primer término al juez ordinario y solo en caso
de que no exista la posibilidad de acudir a él, cuando no se pueda calificar de idóneo,
vistas las circunstancias del caso concreto, o cuando se vislumbre la ocurrencia de un
perjuicio irremediable, es que el juez constitucional está llamado a otorgar la
protección invocada. Si no se dan estas circunstancias, el juez constitucional no puede
intervenir.” Sobre este mismo aspecto la Corporación en sentencia T-132 de 2006
confirmó: “Así pues, la acción de tutela fue diseñada como un mecanismo
constitucional de carácter residual que procede ante la inexistencia o ineficacia de
otros mecanismos judiciales que permitan contrarrestar la inminente
vulneración de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Se tiene,
entonces, que para que un derecho sea amparable a través de la acción de tutela es
necesario que (i) su carácter definitorio fundamental se vea severamente amenazado,
dadas las circunstancias del caso concreto; (ii) se establezca una conexión 12
necesaria entre la vulneración de un derecho meramente asistencial y el compromiso
de la efectividad de otros derechos fundamentales. La acción de tutela es procedente
para amparar derechos de carácter fundamental que se encuentran seriamente
amenazados, así como derechos meramente asistenciales cuya vulneración
compromete gravemente un derecho directamente fundamental 7”. Conforme a la
jurisprudencia anteriormente invocada es menester explicar en estricto sensu las
razones por las cuales la acción de nulidad y la acción popular carece de la efectividad
requerida y por tanto no es el mecanismo judicial idóneo para la protección de los
derechos invocados. La ley 270 de 1996 o Estatutaria de Administración de Justicia,
preciso en su artículo 197 la competencia de los jueces administrativos en los términos
que siguen, “Las competencias de los Jueces Administrativos estarán previstas en el
Código Contencioso Administrativo, las cuales no incluirán las de tramitar y decidir
acciones de nulidad contra actos administrativos de carácter general. Mientras se
establezcan sus competencias, los Jueces Administrativos podrán conocer de las
acciones de tutela, de las acciones de cumplimiento según las competencias que
determina la ley y podrán ser comisionados por el Consejo de Estado o por los
Tribunales Administrativos para la práctica de pruebas”. Dicha disposición al tenor
literal de sus palabras, explícitamente proscribe la posibilidad que los jueces
administrativos (que para el momento de la expedición de la misma aún no se
encontraban en funcionamiento), conozcan de acciones de nulidad contra actos
administrativos de carácter general como al que nos enfrentamos en el caso en
tratando, a pesar de ello y en contravía de lo preceptuado por la ley en comento, la
Ley 1437 de 2011 en su artículo 155, estableció en su numeral primero la competencia
de los jueces administrativos para conocer “ De los de nulidad de los actos
administrativos proferidos por funcionarios u organismos del orden distrital y
municipal, o por las personas privadas sujetas a ese régimen del mismo orden cuando
se cumplan funciones administrativas”. La situación manifiesta ha propiciado en la
práctica la ineficiencia de la acción de nulidad contra actos administrativos de carácter
general, por cuanto ninguna de las normas en comento precisa la competencia para
conocer, tramitar y resolver dichas acciones, situación que se agrava en el entendido
de inexistencia de norma sustitutiva aplicable al tenor que la Ley 1437 de 2011 derogó
explícitamente los artículos relacionados con la competencia para conocer de
acciones de nulidad simple contra actos administrativos de carácter general que se
encontraban insertos en el Decreto Ley 01 de 1984, la situación es mayúscula si se
entiende que a fecha presente el máximo tribunal de lo Contencioso Administrativo no
ha dado respuesta en tanto a quien corresponde la competencia para conocer de tales
7 Sentencia T- 965 de 2004. 13 acciones, situación que de facto plantea un escenario
de denegación de justicia en materia de lo contencioso administrativo. Adicionalmente
a lo anterior, la excepción de inconstitucionalidad es inaplicable como acción eficiente
en la conflagración del problema competencial, dado que si en gracia de discusión y
en virtud de la jerarquía superior de las leyes estatutarias sobre cualquier otro tipo de
leyes se empleará dicha figura de incompatibilidad, no existiría norma de competencia
aplicable, lo que conllevaría en la práctica a la necesidad de una acción parlamentaria
de difícil proceder en el entendido de los requisitos de trámite exigidos en la
aprobación o modificación de normas estatutarias. Incoar la acción de nulidad en las
condiciones actuales, de facto constituye que los derechos fundamentales de
raigambre constitucional afectados a través de actos administrativos de carácter
general sean dilatados en tanto su protección, y ante el criterio de inmediatez y
eficiencia en la protección de los mismos requerido cuando a través de actuaciones
administrativas tales derechos sean violentados o se encuentren en inminente peligro
de serlo tal es el caso en tratando, determinan la necesidad que los mismos se
protejan a través de la acción de amparo constitucional tal como indica la
jurisprudencia anteriormente citada. En reiterada jurisprudencia emitida por el Tribunal
Constitucional Colombiano, la medida cautelar de suspensión provisional de los actos
administrativos aparece como causa eficiente en la conflagración de derechos tanto
constitucionales como legales violados a través de actos administrativos ya de
carácter general y abstracto o ya de carácter particular y concreto, entendiendo que
la inmediatez en la protección que se deriva de dicha medida cautelar al resolverse
en el acto admisorio de la demanda, permite una protección oportuna y eficaz de los
derechos de los administrados, para el caso en comento dicha medida es
procesalmente imposible en el entendido de la carencia de autonomía de la misma,
pues es solo con ocasión de la demanda de nulidad que la posibilidad de invocar
medidas cautelares en desarrollo de dicho proceso aparece para los administrados
que elevan tal solicitud. La no existencia de norma competencial aplicable a las
acciones de nulidad simple contra actos administrativos generales, es una amenaza
inobjetable e insalvable frente a los derechos arbitrariamente violados por la
administración, situación que obliga a que sea el juez de tutela quien este llamado a
conflagrar los efectos nocivos de su proceder a través de la acción de amparo
constitucional; actuación en contrario por parte del juez de tutela conllevaría a que
adicional a los derechos fundamentales y/o legales violados a través del reglamento,
al accionante le sea violado su derecho fundamental de acceso a la Administración de
Justicia, profundizando de ese modo la gravosa situación del accionante y
despojándole de medios judiciales existentes para la defensa de sus derechos. 14 El
criterio de eficiencia de las acciones judiciales existentes diferentes a la acción de
amparo, debe ser medido de manera particular por el juez de tutela, con el propósito
de precisar la acción de amparo constitucional como admisible a pesar de la
coexistencia con otro mecanismo judicial aplicable, es así que en sentencia C – 162
de 1998, el máximo tribunal de lo constitucional puntualizó que “la efectividad del
medio alternativo de defensa frente a la acción de tutela debe ser examinada en
concreto. En otras palabras, no basta que el otro medio de defensa se encuentre
plasmado, en forma abstracta, en el ordenamiento jurídico, sino que debe, además,
ofrecer la posibilidad de que, por su conducto, sea posible el restablecimiento cierto y
actual de los derechos fundamentales que el demandante considera han sido
amenazados o vulnerados.” La situación de los administrados no puede ser
empeorada a través de la denegación de justicia como es el caso de las múltiples
demandas de nulidad simple incoadas en contra del Decreto PLAN MAESTRO DE
ESPACIO PUBLICO DE BUCARAMANGA, por medio del cual se expidió
irregularmente, hoy son vulnerados los derechos fundamentales de acceso a la
administración de justicia y derecho de defensa consagrados en el artículo 29
constitucional. EL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN DE CARGAS
PÚBLICAS – PLANTEAMIENTO DEL CASO Como lo define el tratadista Carlos
Bernal Pulido en su disertación sobre “EL JUICIO DE LA IGUALDAD EN LA
JURISPRUDENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL COLOMBIANA”: «El
´principio de igualdad representa uno de los pilares de toda sociedad bien organizada
y de todo Estado Constitucional. Este principio impone al Estado el deber de tratar a
los individuos, de tal modo que las cargas y las ventajas sociales se distribuyan
equitativamente entre ellos», de donde se deriva que las distribuciones de cargas
públicas en los coasociados bien pueden obedecer a diferenciaciones, debe estar
impuestas bajo principios de equidad, justicia, proporcionalidad y razonabilidad para
evitar cargas arbitrarias o desproporcionadas hacia un determinado sector de la
población.
En ese orden es claro que si bien en las autoridades distritales se encuentra radicada
la competencia para ordenar el tránsito y restringir o limitar la invasión del Espacio
Público en el centro de Bucaramanga, para determinadas vías o espacios públicos,
es claro que la adopción de tales medidas no pueden de manera arbitraria traer
afectaciones graves a un determinado núcleo de la sociedad que desde su libertad de
oficio o trabajo se dedican al ejercicio del comercio legítimo en una determinada zona
de la ciudad, es así como al núcleo de comerciantes que 15 desde su derecho a la
ciudad ejercen de manera legítima la actividad comercial en la zona centro de la
ciudad se han visto sometidos a una serie de medidas arbitrarias, desplanificadas, no
sustentadas, ni compensadas por parte de las autoridades públicas.

PRETENSIONES

Con fundamento en los hechos relacionados, solicito al señor Juez disponer y ordenar
a favor mío lo siguiente:

1. Tutelar el derecho al espacio público en favor de la comunidad Bumangués.

2. Ordenar al ALCALDE DE BUCARAMANGA y/o quien corresponda, el retiro


de estas gacetas del espacio público y así evitar un perjuicio irremediable.

3. Se ordene el desalojo de los vendedores ambulantes ubicados en el centro


de Bucaramanga.
PRUEBAS

Con el fin de establecer la vulneración de los derechos, solicito señor Juez se sirva
tener en cuenta las siguientes pruebas:
 Fotografía de gacetas ubicadas en el espacio público.
 Fotografía de invasión del espacio público por vendedor ambulante
 Fotografía de la carrera 16 con calle 34 de invasión del espacio público por
vendedor ambulante
 Fotografía de la calle 15 con carrera 34 de invasión del espacio público por
vendedor ambulante
 Fotografía de la carrera 34 con 15
 Fotografía de la Carrera 16 entre 34 y 33 de invasión del espacio público por
vendedor ambulante
 Fotografía de la Calle 36 con 14 de invasión del espacio público por vendedor
ambulante
 Fotografía de la Calle 36 con 12 de invasión del espacio público por vendedor
ambulante
 Fotografía de la Calle 36 con 11 de invasión del espacio público por vendedor
ambulante
FUNDAMENTOS DE DERECHO

Fundamento esta acción en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991 y sus


decretos reglamentarios 2591 y 306 de 1992.

ANEXOS

• Copia de la tutela para el archivo del Juzgado


• Copia de los documentos relacionado en el acápite de pruebas
CUMPLIMIENTO AL ARTÍCULO 37 DE DECRETO 2591/91:

JURAMENTO
Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no se ha presentado ninguna otra
acción de tutela por los mismos hechos y derechos.

NOTIFICACIONES

Dirección para recibir comunicaciones:


El accionante en la carrera 16 número 33-44 C, Barrio Centro, Plaza de Mercado
Central, locales C 60 y C 62 Sección de Frutas
El accionado en la Alcaldía de Bucaramanga Cra. 11 #34-52, Bucaramanga, Santander

Atentamente,

OSWALDO ABRIL ARCINIEGAS


C.C. 91.433.146

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