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Sin embargo, los corazones que no están en armonía con la voluntad divina no
aceptan lo que ya está escrito sino aquello que parece misterioso, buscan algo
místico y mítico también. Es decir, si les presentamos las profecías acerca de
los eventos finales descritas en la Biblia, entonces, las cuestionan.
Argumentan sobre la autenticidad del relato bíblico, sobre su origen, sobre su
composición, sobre su forma de trasmisión. De otro lado si les presentas a
seudoprofetas que anuncian la destrucción de la tierra ya sea Nostradamus, los
aztecas y/o cualquier cultura antigua que tenga algo que decir sobre el futuro
son aceptados, pero no es así con la Biblia.
White afirma que “El tiempo de angustia, que irá en aumento hasta el fin, está
a las puertas.”[1] Y si bien es cierto que estamos en la era de la Iglesia de
Laodicea, y que proféticamente nuestro andar sea lento y un tanto mediocre,
esto no nos autoriza a vivir así. Es más debemos estar listo como las vírgenes
sensatas teniendo suficiente “Aceite” para esperar la llegada del Novio.
“Debemos despertar y pedirle al Señor Jesús que nos sostenga con sus brazos
eternos y nos lleve a través del tiempo de prueba que está ante nosotros.”[2]
El mundo se está volviendo más y más anárquico. Pronto una gran angustia
sobrecogerá a las naciones, una angustia que no cesará hasta que Jesús
venga.[3] Y esto es una prueba más a favor de la Biblia. Mientras que la
“ciencia” afirma que vamos hacia la perfección la BIBLIA AFIRMA QUE
ESTAMOS EN DECADENCIA.
Dios en su misericordia nos ha dado la Biblia que tiene el “MAPA” de la
salvación y nos ha advertido de sus juicios. Y así como antaño Dios dio
señales de sus juicios, así también lo hizo con nosotros en estos últimos días.
Si ha Noé, Abraham y Lot les dio señales y los visitó para advertirles de sus
juicios hoy también lo hace. “Los que se fijaron en la señal de la ruina
inminente y huyeron de la ciudad escaparon a la destrucción. Así también
ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida de Cristo y de la
destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los que presten atención a la
advertencia se salvarán.”[4]
El problema es que no sabemos cuáles son las señales del fin de los tiempos
porque no se está estudiando la Biblia como debe ser. El tiempo,
supuestamente, no nos alcanza: entre el trabajo, la familia, los amigos, los
hijos, los estudios, el Facebook, el twitter, los deportes, las vacaciones, el
enamorado/a, el novia/a, el esposa/a, etc. El día nos queda corto y de lo poco
que nos queda le damos a Dios.
¡Un cuto express para llevar! ¡Oración instantánea para la meza #2! ¡Un
sermón a la cubana para la #5! ¡Una ES bien cargada para la #6! ¡Qué sea
rápido!
Eso es lo que hacemos con nuestro cristianismo. Pero lo cierto es que antes de
tratar de escuchar y comprender las profecías sobre el tiempo del fin debemos
bajar el ritmo de nuestras ocupadísimas vidas para reflexionar en la Palabra de
Dios para que nos dé “Pan del Cielo”. Porque si no podemos beber el agua de
vida tampoco podremos comer del pan de vida.
6. Grandes bolas de fuego: Vi una inmensa bola de fuego que caía en medio
de un grupo de hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente.
Yo le sigo decidido,