Metodología

El sistema de juego 1-4-4-2

contra el 1-4-3-1-2
Autor: MICHELE TOSSANI
• Colaborador de Futbol-Tactico en Italia.

A continuación sólamente presentaremos fases ofensivas y defensivas,

sin transiciones, que dependen demasiado de situaciones específicas y de
las convicciones de cada entrenador. Se trata de un análisis científico de la
contraposición entre dos sistemas.

Comparación de sistemas tácticos 1-4-4-2 contra el 1-4-3-1-2

El sistema 1-4-3-1-2 es uno de los más

utilizados en las últimas temporadas. Este
sistema de juego fue creado para tratar de
garantizar la compatibilidad defensiva dada
por el 1-4-4-2, añadiendo al mismo tiempo
la imprevisible ofensiva garantizada por la
presencia de un centrocampista detrás de
dos delanteros.

Nacido por lo tanto para reponer espacio a

los clásicos números 10 en un período en
el que el jugador de fantasía fue relegado
sobre el ala o excluido para dejar espacio
a centrocampistas más musculares
y principalmente predispuestos a la
fase defensiva, el 1-4-3-1-2 fue poco a
poco refinado, construyendo algunas
variantes, como la que preveé el uso de
un punta central y un externo frente al
centrocampista o como aquella en que
la tarea de un centrocampista se deja a
un invasor, no un jugador de último pase
pero sí a un medio que en lugar de sus
características ofensivas, capaz de volver a la defensa y también de introducirse
centralmente cuando el balón se encuentra sobre los exteriores.
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En comparación con 1-4-4-2, el 1-4-3-1-2 se basa en dos elementos que pueden crear problemas en
la fase defensiva, exactamente los dos mismos jugadores presentes en los sistemas 1-4-3-3 y el 1-4-2-3-
1, pero unidos en una sola táctica disponible, es decir:
Fase Defensiva
No se dice que en un sistema 1-4-3-1-2, el pivote
delante de la defensa resulta ser el hombre a cargo
de la construcción del ataque, aunque en muchos
casos es así. Por esta razón, debemos intentar por
todos los medios bloquear las líneas de pase entre
- El pivote delante de la defensa los defensas adversarios y el pivote, para evitar
una fácil construcción al equipo contrario.
- El centrocampista detrás de nuestra línea de centrocampistas
La primera solución será la de reducir el equipo,
llevando a nuestros atacantes a una posición
de obstaculizar, por medio de una cobertura
preventiva, es decir, las líneas de pase entre los
defensas centrales y el pivote adversario.
En el caso en que la defensa adversaria comience
a circular el balón, no debemos de tener prisa,
preocupándonos por cerrar la trayectoria de
pase. Arrigo Sacchi dividía el terreno de juego en
diversas áreas, numerándolas de modo diferente
en base a la peligrosidad.
La posesión del balón en la línea defensiva,
no resulta nada peligrosa para nosotros por
lo que podemos permitírselo a los opositores,
preocupándonos solamente de cerrar la línea de
pase hacia el pivote.

Para luchar eficazmente contra un adversario dispuesto con el sistema 1-4-3-1-2, jugando con un 1-4-
4-2, será necesario tratar de limitar la libertad de movimiento del pivote adversario tanto como cerrar los
espacios entre nuestras líneas de defensa y del centrocampo para contrarrestar el mediapunta adversario.

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No debemos temer un cambio de orientación en De hecho, en esta situación, tendremos tiempo de
En el caso de que la pelota sea enviada hacia un el juego: sobra para desplazar nuestra línea de centrocampo
exterior defensivo, aquí empezará nuestra acción hacia la zona del balón:
defensiva real: en este caso tendremos a nuestro
centrocampista exterior que, en los tiempos y en los
modos justos, subirá a presionar sobre el exterior
defensivo adversario, el punto más cercano al balón
para cubrir cualquier fuga de detrás de un defensa
central, el punta más lejano se acercará al pivote rival
para contrarrestarlo, y los dos centrocampistas centrales
se moverán en diferentes direcciones, uno subirá para
dar cobertura a la parte exterior del centro del campo
y el otro pasará a la zona del mediapunta adversaria,
el exterior del centrocampo sobre el lado débil apretará
hacia el centro con el objetivo de crear densidad de
forma centralizada.

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O de hacer salir en oposición a nuestro exterior defensivo (lateral): En el caso en que la situación lo solicite, en lugar
de buscar una presión ultra-ofensiva, a partir de la
línea defensiva adversaria, una solución puede ser
jugar al modo espejo, presionando con nuestras
2 puntas a los defensas centrales, centralizando
a nuestros exteriores en una posición intermedia
entre los centrocampistas centrales adversarios
y los exteriores defensivos, de modo que puedan
presionar a los interiores del centro del campo que
se están moviendo rápidamente hacia adelante
hacia la defensa externa, si el balón viene hacia
ellos, subiendo a uno de nuestros interiores
centrocampistas, aquel de las características más
defensivas, hacia el pivote adversario y bajando al
otro centrocampista hacia el mediapunta:
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Por cuanto concierne al mediapunta, tendremos
que tomar todas las prudencias necesarias cuando
se juega 1-4-4-2 contra un sistema que prevea el
centrocampista. En este caso, por lo tanto, es aún
más importante quedar cortos con las líneas de
mediocampo y de la defensa, a fin de evitar que el
centrocampista juegue el balón con facilidad entre
las líneas.
Por esta razón, como lo hemos entendido en los
ejemplos anteriores, uno de los dos centrocampistas
centrales, de acuerdo con la posición del balón, se
hará cargo del centrocampista adversario, jugando
en su área.
Los problemas surgen cuando el balón logre pasar
a través de nuestra línea de centrocampistas, en
este caso les corresponderá a los defensas jugar
contra el mediapunta y los puntas adversarios. En
primer lugar, tendrá que valorar la dirección de un
posible pase en profundidad, detrás de nuestra
línea del centro del campo: Y si se dirige este pase
hacia el mediapunta?
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En este caso, uno de los defensas centrales
tendrá que atacar al centrocampista antes de que
éste sea capaz de darse la vuelta y jugar el balón
en profundidad: de hecho, el peligro viene cuando
se acelere (conducción) el centrocampista frente
a nuestra portería.
La parte posterior del central que atacará la
mediapunta tendrá que apretar al centro para
ocuparse de la punta dejada libre del avance del
central defensivo. Toda la línea se detiene por
no dar profundidad a los atacantes adversarios:
Fase ofensiva
En el ataque, tendremos que tratar de explotar la
amplitud que da el 1-4-4-2 respecto a las 1-4-3-
1-2.
Este sistema, de hecho, deja descubiertas las
bandas, por tanto tendremos que tratar de utilizar
rápidos cambios de orientación, después de
desplazarse el equipo contrario hacia un lado del
campo, para así mover el balón por detrás de la
línea del centro del campo adversaria hacia su
lado débil:
Como puede ver, el sistema 1-4-3-1-2, por su
disposición natural, no es capaz de conseguir
bajar a un centrocampista como el cuarto o quinto
hombre sobre la línea defensiva.
Está claro que tendremos que tratar de
desplazar rápidamente el balón a los hombros
del centrocampista central sobre el lado débil,
para atacar luego al exterior defensivo (lateral)
adversario en situación de 2 contra 1 a través de
una rápida jugada defensiva en el lado débil del
exterior:

En el caso de que el mediapunta, "sintiendo" la presión del defensa central, decida jugar el balón detrás
de un posible lanzamiento en profundidad, nuestra línea defensiva tendrá que ser capaz de escapar en
profundidad para evitar ser tomada a la espalda por el lanzamiento largo en profundidad:

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Siempre por superposiciones (desmarques de ruptura) de nuestros exteriores defensivos (lateral),
podremos crear situaciones de 2 contra 2 en la banda lateral sobre el lado fuerte en contra del
centrocampista defensivo interno y externo:
Esto es cuando los puntas de 1-4-3-1-2 no requieren tareas específicas en materia de defensa.
Si, en cambio, como algunas veces ocurre, nos tuviéramos que encontrar de frente a un 1-4-3-1-2 en
el que a las puntas se les pide que se alarguen para bloquear a nuestra defensa externa, he aquí que
vendría en todo caso, a crearse un espacio centralmente por el avance de un defensa central:
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Otra solución es el movimiento dentro del centrocampista externo. En el caso en que este movimiento
no sea absorbido por el moviento de persecución del lateral rival, el ala podrá recibir el balón y jugar
sobre los cortes de los 2 atacantes o buscar un cambio de sentido del juego para buscar un 1 contra 1
sobre el lado débil:
Si, en cambio, el exterior defensivo (lateral rival) tuviera que seguir el corte del exterior, aquí podremos
desplazar una punta en posición externa (caida a banda a la espalda del lateral rival), de modo que
busquen un uno contra uno con el central que ha salido en cobertura, con el resultado de también haber
sacado un defensa central del área adversaria:
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Avanzando por el extremo en el centro del campo sobre el lado débil, tenemos una situación de 2 contra
2 en el centro del área adversaria.

Incluso con un ajuste de la defensa externa, podemos hacer avanzar un pivote (mediocampista) para
crear una situación de 2 contra 1 respecto al interior del centrocampo adversario, con la posibilidad luego
de que nuestro pivote pueda servir al exterior alto, (como en la figura siguiente) o atacar o cambiar de
orientación del juego sobre el lado débil:

¿Y si el otro interior de centrocampo rival

tuviera que salir a presionar para cubrir a
nuestro segundo centrocampista central?

Si el mediocampista ofensivo tuviera que Habremos conseguido en todo caso el

seguir a nuestro pivote, podremos servir al otro
centrocampista central retrocedido, libre de
programar la maniobra:
desplazamiento entero de la línea del mediocampo
adversario sobre el lado fuerte, liberando el lado
débil por la inserción del exterior defensivo (lateral)
que podría avanzar libremente y jugar el balón en
el mediocampo adversario:

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