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2007
Investigación
Histórica
PUBLICACIÓN DEL SEMINARIO «CISNEROS»
DE LA FUNDACIÓN UNIVERSITARIA ESPAÑOLA
SUMARIO
Página
ARTÍCULOS
RESÚMENES DE LOS ARTícULOS........................................................... 9
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA: DE CONFLICTO IN-
TERNO A PRIMERA GUERRA MUNDIAL. LA CRISIS SU-
CESORIA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA, por Emilio de
Diego Garcia 19
SECRETARÍA:
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ISSN: 0210-6272
Depósito Legal: M-19.760-1977
NORMAS DE PRESENTACIÓN DE TRABAJOS
A partir de los números del Diario de Madrid aparecidos en el año 1808, es-
te artículo analiza el reflejo en la opinión pública del comienzo de la Guerra de
la Independencia. El periódico constituye una fuente riquísima porque no dejó
de publicarse a pesar de los vaivenes políticos y pasó por el control de las diver-
sas autoridades que se alternaron. De ahí que permita tomar el pulso a la vida
madrileña y española desde diversos ángulos. Aquí nos interesa desde una doble
perspectiva, como un documento que refleja y a la vez aspira a influir en la
marcha de los acontecimientos. En sus páginas se percibe el empeño de los
bandos por librar también la batalla en la opinión, y el despliegue de recursos
culturales, propagandísticos y persuasivos de todo signo que se pusieron al ser-
vicio de los objetivos políticos y militares.
12 RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS
tente en dotar a todos los Estados heredados de una misma y única moneda, la
castellana; moneda válida para medir la economía del Estado. Idea de unidad
económica presente en la legislación heredada de los Reyes Católicos, y seguida
por el nuevo Monarca como base de su legislación reformista para crear el Siste-
ma Monetario Español. Sistema, en el que mantuvo el bimetalismo heredado del
Real de a Ocho y de la Onza, plata-oro, con la introducción de la moneda fiducia-
ria de cobre en sustitución de la de vellón, que la convirtió en moneda de cuenta.
Moneda-documento histórico y testigo fiel del Estado y de la Sociedad de su
tiempo, en la que por disposición legal y aplicación de las técnicas artísticas pro-
pias de su época, nos transmite la Unidad y Soberanía del Estado Español, testifi-
cando la política centralista borbónica, sin omitir en su ímpronta monetaria el
contenido religioso de sus leyendas y la influencia de su aportación europea.
iVer SOLÉ, J.M a Apodos de los Reyes de España. Madrid, 2007, pp. 293.
Una chanza popular referida a Carlos II en su Juventud decía: "El Príncipe, al parecer! por en-
deble y patizambo! es hijo de contrabando! pues no se puede tener".
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 25
3) EL CONFLICTO BÉLICO
Efectivamente, camino de Cataluña, más concretamente de Barcelona,
donde iba a recibir a la que, como hemos dicho será su primera esposa,
Felipe de Anjou tuvo noticia de los iniciales movimientos conspiratorios,
llevados a cabo por Austria, contra los dominios españoles en el exterior.
En concreto en Nápoles, el 23 de septiembre de 1701 se descubría una
trama para asesinar al virrey español, Duque de Medinaceli, movida por
el Marqués de Pescara y el Príncipe de Caserta. No tardó mucho el nuevo
rey de España en responder adecuadamente. Esta sería una de las notas
identificativas del proceder del recién jurado monarca: la de personarse
en todos los lugares de compromiso, incluso en la pnmera línea de bata-
lla, cuando empezaban los choques armados, hasta el extremo de expo-
nerse imprudentemente. Tal vez era otra forma de ganarse la voluntad de
sus súbditos. En abril de 1702, Felipe V marchó a Nápoles, donde se en-
contraría la situación más o menos controlada, si bien muy pronto iba a
estallar en el otro extremo de la Península italiana, en el Milanesado.
En esta ocasión, Austria, buscando la ayuda de Holanda, lo cual equi-
valía a asegurarse un importante poder naval, concluía una alianza que
permitía a los Habsburgo invadir el Milanesado. Los holandeses encon-
traban la ocasión de renovar sus disputas contra los españoles por el mo-
nopolio que éstos ejercían en América.
A esto hay que añadir que el nuevo rey inglés, Guillermo IlI, en apoyo
de Holanda y por motivos muy semejantes a los de los holandeses, decla-
raba la guerra también a Luis XIV. Inmediatamente se perfilaron dos
grandes bloques: el primero nucleado por España y Francia, por razones
familiares, con dos miembros de la dinastía borbónica en ambos tronos, y
Saboya, la casa de origen de la primera mujer de Felipe de Anjou, En el
otro, Inglaterra, Holanda, Austria y toda una serie de pequeños Estados
italianos.
La guerra en el Norte de Italia en la campaña de 1702-03, fue favora-
ble a las armas de Felipe de Anjou; al menos mientras contó con el res-
paldo saboyano. Sin embargo, la alianza en el bando contrario estaba
cobrando tal dimensión que el propio Duque de Saboya cambiaría de
bando muy rápidamente.
¿A qué se habían comprometido los aliados frente a la España de Feli-
pe V? Su primer objetivo era derrocar al príncipe francés, pues veían una
26 EMILIO DE DIEGO GARCiA
Los muchos años que ambos bandos llevaban luchando habían provo-
cado el inevitable desgaste. A las alturas de 1708, nada tiene de extraño
que se iniciaran las primeras negociaciones para encontrar alguna salida.
Tomó la iniciativa Luis XIV que, como hemos visto, había sufrido una
serie de reveses muy importantes. Los holandeses le pidieron España y
las Indias. Felipe V se negó, como es lógico. A Luis XIV el precio pedi-
do le importaba, relativamente menos, como se puede comprender. La
Conferencia reunida en La Haya trataba de imponer tremendas condicio-
nes a Felipe V y Luis XIV, produciendo una notable inquietud entre los
partidarios del propio Felipe de Anjou. ¿Qué se estaba negociando en La
Haya? ¿Qué se iba a repartir de España? ¿Era el rey cómplice de su abue-
lo Luis XIV y los franceses iban a destruir nuestro país? Esta situación
influía negativamente en contra de Felipe V quien, para demostrar su
voluntad de no someterse a Luis XIV y, desde luego, no consentir la divi-
sión de la monarquía española, como se planeaba en La Haya, reunió
Cortes en San Jerónimo el Real, el 7 de abril de 1708. En ellas hizo jurar
a su hijo Luis Fernando como príncipe de Asturias; rompió con el Papa
Clemente XI por haber reconocido a Carlos III; y procuró escenificar una
política de gestos que dejará rotundamente claro que, en mngún momen-
to, iba a seguir la claudicación de Luis XIV, con lo cual las negociacio-
nes de La Haya no prosperaron. La guerra seguiría su curso.
La campaña de 1709 trajo nuevas derrotas para Luis XIV en Flandes,
(hubo de ceder Tournai, en septiembre), y fue nuevamente vencido por
Marlborough en la batalla de Malplaquet, lo que le supuso la caida de la
plaza de Mons, ... Perdió incluso su capacidad de actuación en el Norte y
N.E. del país y, a duras penas, consiguió sostenerse en la orilla izquierda
del Rin y en Alsacia, Mientras, en España, las tropas borbónicas intenta-
ron una ofensiva limitada.
La pugna pareció de nuevo a punto de decidirse a favor del Archidu-
que en 1710, cuando el rey Felipe V trató de reconquistar Cataluña. Su
ejército, encabezado por el Marqués de Villadarias, intentó asaltar Bala-
guer, pero fracasó; siendo derrotado después en Almenara y, más tarde,
en Zaragoza, viéndose forzado a retirarse a Madrid. Pero también sería
desalojado de la Villa y Corte.
Stanhope entró en la capital de España el 21 de septiembre y Felipe V
tuvo que trasladarse a Valladolid. Una semana después, el 28 llegaba el
34 EMILIO DE DIEGO GARCiA
BIBLIOGRAFÍA
TEGA LÓPEZ, m. (eds.), Antiguo Régimen y Liberalismo. Homenaje a Miguel Artola. 3. Politica
v Cultura, Madnd, Alianza, 1995.
• 2 El periódico nació con onentación informativa, crítica, moralizante y utilitana. Con sucesi-
vos cambios de título llegó hasta 1918. Quien mejor ha estudiado la evolución del periódico, sus
diversos editores y los contemdos es ENCISO RECIO, L. M., "La prensa y la opinión pública",
en La época de la Ilustración. El Estado y la cultura (1759-1808), tomo XXX-I de la Historia de
España de Menéndez Pidal, Madrid, Espasa-Calpe, 1988, pp. 59-128.
3 Francisco Sebastián Manuel Nipho y Cagigal nació en Alcañiz (Terue!) en 1719 y fue la figura
dommante del panorama periodístico español entre 1758 y 1780. Aparte del Diario NOtICIOSO, su
actividad comprendió periódicos literano-eruditos, POlítiCOS, de costumbres y otras publicaciones no
regulares. Sobre su Vida y obra el trabajo más autonzado sigue Siendo el de ENCISO RECIO, L. M.,
Nipho y el periodismo español del SIglo XVllJ, Valladolid, Universidad, 1956. Véase, asimismo,
ENCISO RECIO, L. M., "Nipho y los comienzos de la prensa diana en e] contmente europeo", en
Estudios de Historia Social, n? 52-53 (1990), pp. 151-169; Y ENCISO RECIO, L. M., La Gaceta de
Madrid y el Mercuno Histónco y Político. 1756-1781, Valladolid, Universidad, 1957.
42 ADOLFO CARRASCO MARTtNEZ
algunos de ellos traducidos del francés, como parte del activismo ilus-
trado. Otras secciones fijas comprendían información meteorológica,
anuncios de particulares -ofertas y demandas-, objetos perdidos, noti-
cias de espectáculos, reseñas de libros y anuncios de estampas. Su refe-
ndo carácter semioficial le permitía acoger en sus páginas datos sobre
la evolución de los vales reales y anuncios judiciales. El Diario se dis-
tribuía preferentemente en Madrid, aunque llegaba a las principales
ciudades españolas a través de suscripciones, como era habitual en la
prensa de la época.
En suma, el periódico constituye una fuente riquísima porque permite
tomar el pulso a la vida madrileña y española desde diversos ángulos.
Aquí nos interesa desde la perspectiva política, como un documento que
refleja y a la vez aspira a influir en los sucesos de 1808. A este fin Sirve
no sólo por sus contenidos, sino porque el Diario no dejó de publicarse a
lo largo de ese año, aunque pasó por el control de las diversas autorida-
des que se alternaron. Ello constituye un valor añadido al periódico como
testimonio, la sucesiva orientación de su línea editorial en función de los
cambios en el poder, que en 1808 fueron constantes: fugaz comienzo del
reinado de Fenando VII (del 17 de marzo al 2 de mayo); administración
francesa y josefinista (del 3 de mayo al 31 de Julio); gobierno de la Junta
(de agosto a primeros de diciembre); retomo de las tropas francesas y
reinstauración del gobierno de José I (desde diciembre).
narse a Andalucía y las tropas francesas que ocupaban toda España debí-
an ser tratadas "con toda franqueza, amistad y buena fe?".
Sin embargo, las verdaderas dimensiones de los acontecimientos de
Aranjuez no tardaron en hacerse públicas. El Diario del día 21 recogía
los primeros reales decretos firmados por Fernando VII: la confiscación
de todos los bienes de Godoy, el nombramiento del duque del Infantado
como coronel de las guardas reales y presidente del Consejo Real y la
revocación de las penas impuestas a los implicados en la conjura de El
Escorial del otoño de 1807, todo un síntoma evidente de quiénes habían
sido apartados del poder y quiénes gobernaban ahora en el entorno del
nuevo monarcas. En fechas sucesivas, el diario también pone de mani-
fiesto que, a pesar del cambio de gobierno, la gravedad de la situación
española seguía residiendo en la ocupación militar francesa, yeso no lo
arreglaba un cambio de rey y de gobernantes. De ahí que los mensajes
que llamaban a la cordialidad con los ejércitos imperiales siguieran co-
pando la prensa. Así, se publicaron diversos decretos fernandinos que
instaban a comportarse con los huéspedes franceses como buenos anfi-
triones", plenamente congruentes con la propaganda del grupo antIgodo-
yísta cuando era la oposición, empeñada en presentar a Napoleón como
un sincero amigo del pueblo español que veía con simpatía la causa del
príncipe de Asturias y le ayudaría a liberar a España del yugo al que le
había sometIdo el príncipe de la Paz.
Ahora, cuando las intenciones de Bonaparte empezaban a vislumbrar-
se en toda su crudeza, no era posible echar marcha atrás. La ocupación
militar de los centros neurálgicos del poder, incluido el fuerte contIngente
imperial acantonado en Madrid al mando del gran duque de Berg, hacía
muy delicado un cambio en la dirección de los mensajes de las autorida-
des españolas. Más aún, el propio Emperador había dado órdenes concre-
tas a Murat de que evitase la publicación de textos que disintiesen del
discurso en tomo a la amistad entre las dos naciones, los beneficios que
la colaboración francesa traería para España y el sentido pacífico de la
llegada de los ejércitos imperiales. A mediados de mes, en Burgos, Murat
mandó imprimir y difundir una hoja volandera que recogía estos mensa-
jes; este papel precedió la marcha del general hasta Madrid", Propaganda
francesa y propaganda española coincidían en transmitir un mismo men-
saje, aunque por razones distintas.
Pese a estos esfuerzos periodísticos por subrayar la hermandad hispa-
no- francesa, todos los sectores de la sociedad española empezaban a te-
mer por el futuro del país. Prueba de ello fueron sus divergentes reaccio-
nes ante las entradas en Madrid de Murat y Fernando VII. En el caso del
general francés, la frialdad presidió la respuesta popular, seguramente
porque el contingente armado que le acompañaba anunciaba tiempos
sombríos". Mientras, la llegada de Fernando VII produjo manifestaciones
de Júbilo que muy posiblemente nacían del desasosiego originado por la
ocupación francesa". El gobierno fernandino, consciente de que la opi-
nión había pasado a preocuparse por la independencia del país y la liber-
tad del rey, se apresuró a lanzar noticias de una inminente visita amistosa
de Bonaparte, falsa promesa que el propio Emperador había esparcido y
que el monarca español, más que creerla, la anhelaba. Así el 23 de marzo
el Diario anunció la salida hacia Bayona de los duques de Frías y Medi-
nace1i y el conde de Fernán Núñez con el objeto de acompañar a Napo-
león. Dos días después el mismo periódico publicó un bando real en el
cual se anunciaba "que dentro de dos días y medio a tres días llegará a
esta corte Su Majestad Imperial y Real"lO.
La tensión iba en aumento. Una vez que había caído Godoy, la pobla-
ción se encontraba en busca de otra personificación de sus enconos, y
Bonaparte contaba con todas las papeletas para alzarse con el título de
odiado tirano, dado que, ahora, la imagen de Francia era la de sus solda-
dos. Al tiempo, el imaginario popular, hambriento de referencias estimu-
lantes, se agarró a la figura del soberano, el que se pensaba único asidero
en esta crisis. Pocos días después de haber entrado Fernando VII en Ma-
drid, el público tenía a su disposición grabados con su retrato, romances
patrióticos, partituras de marchas triunfales fernandinas y otros tónicos
para el ánimo 11. Según avanzaban los días era muy dificil seguir defen-
diendo las buenas intenciones de la presencia francesa y menos aún
cuando quien la representaba era el poco diplomático Murat. La negativa
de éste a acudir a cumplimentar a palacio al rey de España, y su exigen-
cia de que se le entregase la espada de Francisco 1, botín de guerra de la
batalla de Pavía, no ayudaron a mejorar las cosas. Y pese a todo la línea
oficial del gobierno español se aferraba desesperadamente a la amistad
francesa.
Dificil fue presentar ante la opinión pública la marcha de la corte de
Fernando VII hacia Vitoria, donde debería reunirse con Napoleón, como
garantía de cordialidad y seguridad'". El retraso de la entrevista y el ale-
jamiento del rey hacia el norte hasta cruzar la frontera, que se publicó el
día 22, confirmó las peores perspectivas 13. La tensión entre españoles y
franceses afloraba ya con frecuencia en las páginas de los diarios, mini-
mizada, eso sí, como hacía un bando real aparecido en el Diario, dirigido
a exhortar el buen trato a los aliados franceses, pues "se había sentido
que la imprudencia o la malignidad de algún corto número de personas
ha intentado perturbar dicha buena armonía" 14. Pero detrás de las pala-
bras crecían los incidentes violentos, con hendos y muertos por ambos
bandos':'. A finales de abril, se decretó la prohibición de "reuniones de
gentes y conversaciones subversivas" y se denunció la existencia de
"pasquines y libelos contra dignidades y empleos públicos't'". Poco falta-
ba por la confrontación abierta.
El detonante fue la libertad de Godoy, puesto bajo protección francesa
y trasladado a Bayona. La salida en esos días de todos los miembros de la
familia real con destino a Francia borró cualquier duda sobre las mten-
ciones de Napoleón, incluso entre los más confiados.
17 Bando del general Bel1iard, fechado el2 de mayo y publicado en el Diario de Madrid el día 4.
18 Diario de Madrid, 5 de mayo de 1808.
19 l bldem.
LA CRISIS DE 1808 EN LA OPINIÓN PUBLIC A ... 47
32 GARCÍA CÁRCEL, R., El sueño de la nación indámita: los mitos de la Guerra de la Inde-
pendencia, Madrid, Temas de Hoy, 2007, donde se cita una amplia bibliografía.
52 ADOlfO CARRASCO MARTtNEZ
37 ENCISO RECIO, L. M., "La aceptación del mensaje revolucionano en la España de Carlos
IV", en Torre de los Lujanes, 16 (1990), pp. 119-129.
38 Anunciado en el Diario de Madrid el 12 de agosto de 1808.
39 I bide
exentos de servicio entre los dieciséis y los cincuenta años de edad, para
formar cinco regimientos de infantería -de 1.200 hombres cada uno-- y
dos de caballería -de 1.000 hombres-e--". Medidas tan drásticas como
éstas hacían necesario afianzar en la opinión pública la idea de emergen-
cia nacional, o más concretamente, inocular dosis generosas de miedo y
furia para hacer más aceptable la experiencia de la movilización y los
combates.
Artículos que apelaban a los valores patrióticos y a la solidaridad na-
cional se desgranaban regularmente en la prensa, combinándose con
mensajes que aludían a los viejos valores estamentales. Tal superposición
de estrategias de comunicación era la consecuencia de una confusión
ideológica profunda, de la pervivencia de las ideas ilustradas y de la pe-
netración de conceptos revolucionarios, una mezcolanza que testimonia
la tensión vivida en esos momentos. Algunas voces recurrían al viejo
discurso basado en la función militar ejemplarizante de la nobleza en
casos de urgencia nacional, como un "individuo de la nobleza" que insta-
ba a los miembros del estamento privilegiado a liderar la defensa de la
patria'". Igualmente, en la prensa se daba publicidad a determinados ges-
tos de aristócratas, como la decisión del duque de Alburquerque de con-
donar los impuestos a sus vasallos para aliviarlos en la situación bélica",
o la iniciativa de levantar un regimiento de granaderos montados, promo-
vida por el duque de Arcos y el conde de Femán Núñez44 . En las páginas
del Diario de Madrid estas noticias compartían espacio con otros gestos
nacidos de gente común que revelaban el esfuerzo de concienciación
colectiva que se estaba llevando a cabo. Así, una "buena española" pro-
ponía a las mujeres abandonar el uso de ropa francesa, un testimonio de
rechazo al enemigo y todo lo que de él viniera", y diariamente se publi-
caba la lista de donantes de pertrechos y dinero para el ejército.
También el diario servía de vehículo publicitario de impresos, graba-
dos, letras de canciones, caricaturas y otros productos que nutrían la con-
ciencia nacional mediante la exaltación de lo propio y la condena de lo
ajeno, una munición intelectual tan importante como las balas. Obras
I. INTRODUCCIÓN
esde que a mediados del siglo XV la Orden de San Jerónimo
acuerda poner por escríto los acontecimientos más importantes
de la institución, es el momento en que arranca el proyecto
historiográfico general de los jerónimos, siendo probablemente los pri-
meros religiosos que deciden conservar la memoria histórica de su exis-
tencia, y que el recuerdo de lo vivido sirva de ejemplo y estímulo por
siempre l.
Al acuerdo del Capítulo General de 1459 en que "ordenaron y manda-
ron que cada un prior de los monesterios de nuestra Orden hiciesen escri-
bir el fundamento de su monesterio porque fuese dada razón dello a los
que quisieren saber'", tendrá que transcurrir siglo y medio para que el
proyecto llegue a las prensas y aparezcan los primeros volúmenes impre-
sos, aunque hacía décadas que ya había visto la luz la crónica de fray
Pedro de la Vega, que es un ejemplo pionero de este tipo de obras', y
4 Historiade la Orden de San Hieronymo. Biblioteca Real del Escorial, Ms. &.11.19,434 ff
5Quarta Parte, o.c., p. 1. Los censores consideran a esta obra y a su autor heredero de Si-
güenza, cfr. aprobaciones de Fr. Luis de Sta. Maria, Fr. Alonso de Talavera, Fr. José de Morata y
Fr. Pedro de la Torre.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 59
y aún hay más, es decir, un tercer proyecto de historiar este siglo. Nos
referimos a unos folios que, como apuntes para la redacción de otra
"Quinta Parte de la Historia de la Orden de San Gerónimo", redactó
el
monje escurialense fray Antonio de San José 8 • Se trata de un prólogo,
los
dos capítulos iniciales de11ibro primero y el enunciado del capítulo terce-
ro. También justifica su presencia en esa empresa de escribir la histori
a
Ya hemos visto más arriba que los dos autores jerónimos de esta cen-
turia invocan el mandato recibido de los superiores para justificar la obra
que hacen. Entre los objetivos que las órdenes religiosas tuvieron para
escribir la historia oficial de sus respectivas instituciones estaba el de
9 "La obediencia de mis superiores, a cuyo superior impulso es victoria en un súbdito el ren-
dimiento, me obliga a continuar esta sagrada chrónica...". Apuntes para la Quinta Parte, o. c., f.
79 Y79v-80, respecto
10 "Es ella (la Historia del P. Núñez) y no la del P. Salgado la que merece, en verdad, llamarse
continuadora de las clásicas impresas del P. Sigüenza y del P. Santos". TORMO, E., Los Geró-
nimos. Discurso leído ante la Real la Historia en la recepción de , Madrid 1919, p. 65. "Tengo
cierto convencimiento de que es el P. Núñez el continuador oficial de aquella historia", MA-
DRID, I. de, "La Orden de San Jerónimo en España. Primeros pasos para una historia crítica", en
Studia Monastica (Abadía de Monserrat, Barcelona), III (1981) 413.
11 Para una visión amplia de estos dos jerónimos y sus respectivas historias, CAMPOS, F. J.,
"Dos historiadores jerónimos del siglo XVIII: los padres Francisco Salgado y Juan Núñez", en La
Ciudad de Dios (San Lorenzo del Escorial), 201 (1988) 5-34; IDEM, "Estudio preliminar" de la
Quinta Parte de la Historia de la Orden de San Ieránimo, del P. Juan Núñez, e.c., pp. XI-XLVII;
de ambos trabajos tomamos algunas cosas.
LA GUERR A DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 61
13 Al fmal de la obra, hablando de los librepensadores a los que califica de "maledicentes y li-
bertinos", afirma: "creen que las Juntas -comunidades- de los regulares lo son de hombres atrabi-
lianos y malhumorados, que sólo tratan de alucinar a los jóvenes incautos, como decía su jefe
Bonaparte, para crear esclavos sobre que estender su cruel dominación y despotismo, pero pronto
se conoce que son discursos hechos por hombres abandonados a los desvaríos de un entendimien-
to insensato que no sabe discernir con método y precisión y por consiguiente que no piensan en
Dios y según Dios", Ibid., f. 774.
14 El P. fray Pablo de San Nicolás editó la obra del P. Sigüenza titulada Instruccián de Maes-
tros, Escuela de NOVICIOS, Arte de perfección religiosa, y monástica, Madrid 1712, cuyo original
se había perdido. En la dedicatoria cuenta cómo descubrió esta obra: "El cuidado que he tenido de
recoger diversos escritos cubiertos por el polvo, y olvidados por la incuria del tiempo, me hizo
tropezar con este librito (verdaderamente de oro) que escribió Nuestro Venerable Padre Fray
Joseph de Sigüenza... Halléle entre otros preciosos trabajos de los Padres antiguos, en el Real
Monasteno de el Parral, Casa de su primera professión y la mía, escrito todo de su mano...".
Cuando en los últimos años de esa centuria unos monjes del Escorial proponen que se reedite la
obra es rechazada la petición por la comunidad de San Lorenzo; poco después decidieron editarla
por su cuenta. Entre los motivos que les movía a la reimpresión era ver "la decadencia real y
verdadera de las más de las Casas de esta Religión, tenida comúnmente por opulenta, y no falta de
gusto, es la causa de esta que parece desidia". Instrucción ..., Madrid 1798,1. 1,pp. 27-28.
LA GUERR A DE SUCESIÓN ESPAÑ OLA ... 63
18 Núñez cree que esta profunda crisis es el fruto que ha producido la simiente de la ilustra-
ción que había arraigado en la mente de los religiosos por las ideas vertidas en los libros que
habían penetrado hasta el corazón de las clausuras, cfr. [bid, f. 14341 Recapitulando todos los
aspectos, Zarco confirma la evidencia: "la orden jerónima caminaba a fines del siglo XVIII a su
desolación y desquiciamiento", Los Jeránimos de San Lorenzo el Real del Escorial. Discurso
leído ante la Real Academia de la Historia en la recepción pública de _ _ San Lorenzo del
o
"El duque de Anjou fue nombrado sucesor del trono por el nombra-
miento que de él hizo Carlos 11. Fue proclamado en todas las provincias
con la solemnidad acostumbrada, y casi todas las cortes de Europa le re-
conocen por rey de España con el nombre de Felipe V, La casa de Aus-
tria, enemiga eterna e irreconciliable de la de Borbón, no pudiendo su-
fnr con paciencia que la arrancasen de la mano un cetro que tantos teso-
ros había prodigado a la Alemania, y que creía que le debía de justicia,
resolvió vengar con las armas la injuria que se le hacía..." (f. 268).
"Así se encendió la guerra más cruel por la Europa por esta sucesión
en la cual entraron la mayor parte de los soberanos de ella y la hicieron
con tanto empeño como S1 se tratara de sus propios intereses. Ninguna
presa por rica que fuese excitó jamás tanto la ambición como esta por-
que creían que el que se hiciese dueño de la península, y la agregase a
su imperio podría dominar toda la Europa. La idea de este fantasma de
la monarquía universal, llenaba de terror y espanto a todos los espíritus,
y no querían que recayese en alguna potencia fuerte, porque no se incli-
nase la balanza política y se perdiese el equilibrio que mantenía la paz
de la Europa" (f. 269).
23 " ... nosotros los hemos referido para que sepa la religión que por estos acaecimientos tan fe-
lices, como venidos de la mano de Dios, para que la desgraciada España respirase agobiada del
peso de tan tristes males como sufría", f. 318. En una ocasión cita al marqués de San Felipe como
autor en cuyos comentarios se puede encontrar información. Se trata de don Gabriel Álvarez de
Toledo Pellicer y Tobar, primer bibliotecario del rey; sin embargo desconocemos esos comenta-
rios a los que alude el P. Salgado; tiene impresa una obra poética de tipo histórico: Exórtase a
España a que dexe el llanto de la muerte del Rey 000 Carlos Segundo ... y celebre la venida de su
sucesor, Felipe Quinto, Madrid 1701.
24 TORMO, E., Los Geronimos, o.c., pp. 66-67.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 67
versos inclinándose la victoria, ya a unos, ya a otros. La nación sufría
los horrores de una guerra civil; sus pueblos eran saqueados y quema-
dos; sus campos talados y desolados, y millares de hombres sacrificados
al furor del soldado extranjero, o a la rabia y venganza de sus conciud
a-
dano. Infinitos bárbaros, protestantes y ateístas, atravesaron las provin-
cias de España varias veces, dejando por todas partes las señales y ves-
tigios más lastimosos de su ferocidad e irreligión. La sangre que se de-
rramaba no servía sino para encender más y más el odio cruel de los
partidos y continuar la guerra con desesperación. Al fin fueron derrota-
dos todos los enemigos y abatido su orgullo en las dos batallas famosa
s
de Almansa y Brihuega... Todas las provincias volvieron al imperio
y
obediencia de Felipe; Cataluña sólo se obstinó en defender su rebelión
.
Eclesiásticos seculares y regulares arrebatados del furor más violento
hacen la guerra con la desesperación más horrorosa sin querer dejar las
armas de las manos, hasta que rendida su capital a vrva fuerza se vieron
en la dura necesidad de abandonarlas" (ff. 270-27 1/ 5
"Hecha la paz el rey se aplica a reparar los males que había sufrido
su pueblo; fomentó la agricultura, que es la primera riqueza del Estado,
y el fundamento de las demás. Adoptó los remedios que se creyero
n
más eficaces para remover los obstáculos que impedían sus progresos:
rebajó las contribuciones, volvió los ojos a las artes, y a la industria
y
protegiendo a los artistas y animándolos corrigió muchos abusos que
se
habían introducido en los tribunales con grande descrédito de la justi-
cia... Mandó recoger a los vagos y pordioseros, que llenándose de vicios
por la ociosidad, eran muy perjudiciales al Estado por lo corrompido
de
sus costumbres y los destinó a las obras públicas y a las manufacturas"
(ff.271-272).
"... murió con gran sentimiento de sus vasallos y con razón, pues pocos
Príncipes han poseído el arte de reinar con más perfección" (f. 274).
31 "Con estas señas específicas de Vuestra Majestad, le restituyo yo también al orbe en estos
comentarios de la guerra contra Vuestra Majestad, que pongo a sus reales pies, escritos tan inge-
nuamente y sin los villanos traidores humos de la lisonja, como obra que se había de presentar a
príncipe tan amante de la verdad. Ella es el alma de la historia y la finísima base en que se funda
la noticia llegar a ser erudición. Por eso, ni mi obligación ni mi amor a Vuestra Majestad ha con-
taminado la pluma, que ya que osé escribir, debí conservarla indiferente, y por la infelicidad de
los tiempos, compasiva... Lo malo que no publicó su propio autor, lo callo, y callo mucho; por eso
escribo Comentarios y no Historia, cuyas leyes, para lo exacto de la noticia, son más rigurosas.
En guerra de intereses tan vanos y complicados de acciones por política o por pasión, con tanta
diversidad referidas, mucho ignoraré, aunque lo he procurado indagar con diligencia y aplicación,
buscando el fundamento, no sin comunicación de los que hacían mucha figura en este teatro",
Comentarios de la Guerra de España e Historia de su rey Felipe V, el Animoso, Madrid 1957,
BAE, n" 99, ed. de C. Seco Serrano, pp. 3 y 4, respect.; siempre citaremos por esta edición.
LA GUERR A DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 71
34 "Era amigo de los libros, de que gozaba buena inteligencia, y teniendo buenos y exquisitos,
se los hacía llevar adonde iba. Cuando Joven se los leía; y cuando entró más en edad, se hacía leer
el que gustaba por el sumiller de Corps y por algunos de los ayudas de cámara; habiendo gustado
mucho de ver en sus días la historia de la mayor parte de su reinado que escribió e impnmió por
su consentimiento el padre Velando ..." Epítome de la vida y costumbres, muerte y entierro del
cathólico monarca Don Phelipe Quinto: estado de los negocios de la monarchía en su remado y
a la entrada del Rey Nuestro Señor Don Fernando el Sexto. Biblioteca Nacional, Madrid, ms.
10.818/30
35 "La valoración comparativa de una y otra Historia no es dificil, pues. Todo ese esmero por
no herir susceptibilidades, por ignorar las sombras en su cuadro, por 'no ser tizón de España', se
vuelve ahora contra el padre Belando: tendría en nuestros dias muy escaso interés la reimpresión
de su obra. En cambio, la de Bacallar sigue siendo fuente importantísima para el estudio del rei-
nado de Felipe V". SECO SERRANO, C., "Estudio preliminar" a los Comentarlos, de V. Bacallar
y Sauna, marqués de San Felipe, e.c., p. LXXII.
36 Quinta Parte, o.c., 1. 1, pp. 166-169 Y 178. Para evitar reiteradas citas a la misma obra, en
adelante indicaremos a continuación de los textos seleccionados de la Historia del P. Núñez el
tomo y la/s página/s correspondiente/s.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 73
no hubiera salido hasta concluir aquella guerra, si los avisos que me die-
ron de que nuestros enemigos intentaban infectar las costas de Andalu-
cía, no me hubieran traído con firme ánimo de ponerme luego a la frente
del ejército, y pudieron juntar el estimable celo de aquellos vasallos y la
brevedad del tiempo. Pero habiendo cesado aquel motivo, y siendo hoy
nuevos los aparatos de la guerra, que se publica contra estos reinos me
he aplicado con desvelo a poner ejército de tropas veteranas y regladas,
que unidas a las del rey cristianísimo nuestro Señor abuelo (que ya mar-
chan y muy luego llegarán a estos confines) puedan defender la religión,
los reinos y mi justicia. Y no queriendo falte mi persona a tan precisa y
propia empresa, he resuelto salir a campaña, para que mis vasallos es-
pañoles tengan consuelo en que los atiendo, y su acreditado valeroso es-
fuerzo renueven a mi vista las honrosas memorias justamente aplaudi-
das en todos los tiempos, de que he querido participaros para que lo
tengáis entendido. De Madrid, a 20 de Enero de 1704. Yo el Rey. Por
mandado del rey nuestro Señor, don Francisco Nicolás de Castro" (1,
209).
38 Afirma el rey: "Son notorios los trabajos de la monarquíacombatida de todas partes que la
componen de muchos, fuertes y porfiados enemigos; dificil la disposición de fuerzas bastantes a
escarmentarlos y lo que más lastima mí corazón, en el centro de ella establecidos los herejes
ejecuten en los Templos los profanaciones que nadie ignora". Tanto Belando como Núñez dejan
constancia en sus obras de estas tropelías por las fuerzas del archiduque, como veremos más
adelante.
LA GUERR A DE SUCESI ÓN ESPAÑ OLA ... 75
para tomar las armas; y estimando su atención, temía siempre, que todo esto no se convirtiera a
favor de los enemigos", Historia Civil, O.C., pp. 197-198.
43 En el relato de esta muerte vemos como sigue a Belando, que a su vez tuvo presente el texto
de San Felipe. En el asalto de Montjuic, dice el jerónimo, "fue herido en un muslo de una bala de
artillería y atrapado en brazos de los suyos, y al parecer, fuera de tITO, vino un casco de bomba
que reventó no muy lejos ... y le mató" (1, 217). Narrando este suceso el P. Belando, afrrma: "No
faltó por entonces quien dijese [San Felipe cuyo nombre silencia] que al tiempo de la curación un
casco de bomba disparada le quitó la vida. Mas yo, en un Diario que logré, escrito por uno de los
mismos que asistieron a la cura, no encuentro que sucediese tal cosa, sino como le llevo referi-
da", Historia Civil, O.C., t. 1, p. 303 (sic); realmente, 203, por un error de imprenta en la pagina-
ción de esta edición. El marqués de San Felipe, así lo cuenta: "Una bala de artillería hirió al prín-
cipe en un muslo; apartáronle en los hombros de los suyos, para retirarle a su tienda, y estando, al
parecer, fuera de tiro, le pusieron en tierra para que un cirujano le tomase la sangre, que la vertía
en gran abundancia, y atase la herida. Estando en esto, un casco de bomba que reventó no muy
lejos, hirió otra vez al príncipe en un hombro y le mató", Comentarios, e. c., p. 98.
44 San Felipe y Belando pasan rápido en sus obras por este tema y no hablan nada de jura, cfr.
Comentarios, e.c., pp. 108 Y 113; Historia Civil, O.C., pp. 206-218.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 77
47 Literalmente tomado de Bacallar, Comentarios, e.e, p. 115, de quien también lo copia Be-
lando, Historia Civil, o.C.,p. 270.
48 Tratando de aunar moralidad y fidelidad, así lo refiere San Felipe: "En este ocio del ejército
de los portugueses, en la corte, fue fácil mtroducirse en los vicios, y se entregaron a la embria-
guez, a la gula y a la lascivia las tropas; esto consumió mucho el ejército, y juntamente no dejaban
los del pueblo de matar algunos soldados que de noche entraban en Madrid, sin más ocasión que
la que les daba la oportunidad y lo que inspiraba el odio... porque de propósito las mujeres públi-
cas tomaron el empeño de entretener y acabar, si pudiesen, con este ejército; y así iban en cuadri-
llas por las noches hasta las tiendas e introducían un desorden que llamó al último peligro a infini-
tos, porque en los hospitales había más de seis mil enfermos, la mayor parte de los cuales murie-
ron. De este inucuo y pésimo ardid usaba la lealtad y amor al Rey aun en las públicas rameras y se
aderezaban con olores y afeites las más enfermas para contaminar a los que aborrecían, vistiendo
traje de amor el odio: no se leerá tan impía lealtad en historia alguna", Comentarios, e.c., p. 116.
En este punto, fray Belando se queda en un plano mucho más metafórico: "Ya se consideraban en
un todo afortunados. En aquella ocasión llegaron a juntarse los rayos de Marte con los de Venus,
y así empezaron a desmayar las fuerzas del ejército enemigo", Historia Civil, O.C., 1. 1,p. 270.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 79
49 Así lo cuenta Bacallar: "La desgraciada reina viuda de Carlos 11, que también estaba en To-
ledo, como dijimos, que, incauta, creyendo las persuasiones del cardenal, o arrastrada de su afecto
al hijo de su hermana, la Emperatriz viuda, parece que se adhirió al partido austriaco con demos-
traciones que evitaría el menos advertido. Dejó los hábitos viudales el día de la aclamación y se
vistió de gala, mandando a toda la familia que así lo hiciese... [Posteriormente Felipe V] Al car-
denal Portocarrero le perdonó el Rey sus excesos por su edad y los servicios que había recibido;
de miedo hizo últimamente otro, dando una cantidad de dinero para reparar el daño que habian
ocasionado en Toledo los enemigos, que no fue poco", Comentarlos, e.c., p. 120.
80 F. JAVIER CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA
Pocos días después se ganó Denia, y semanas más tarde cayó Alicante
en la campaña dirigida por Asfeld en aquel importante otoño de 1708,
donde con agudeza comenta el P. Núñez que "años y más años costaba a
nuestro rey Felipe V recuperar 10 que perdía en un día" (1, 235/°. A co-
mienzos de octubre escribió de nuevo el rey para pedir oraciones y su-
fragios en el inmediato mes de noviembre por los soldados caídos en la
guerra "como se practica en otros reinos esta saludable y piadosa devo-
ción con gran consuelo de todos los fieles..." (1, 235).
Estando el rey en Madrid, se convocaron cortes de los reinos de Casti-
na y Aragón y a todos los estamentos del reino para jurar como Príncipe
de Asturias y heredero de la monarquía de España a Luis Fernando de
Borbón, hijo primogénito de Felipe V. Para tal acontecimiento eligió Su
Majestad, la iglesia conventual del Monasterio de San Jerónimo el Real;
el Fiscal del rey pidió que se le diese al príncipe "la absoluta posesión de
los Estados con entera soberanía e independencia", y continúa diciendo el
P. Núñez:
50 Mientras que el P. Núñez es breve en este pasaje y casi se limita a contarla voladura del
castillo de Alicante por Asfeld, el P. Belando, como natural de aquella ciudad, se detiene y hace
una descripción bastante cruda, cfr. Historia Civil, 1. 1, pp. 275-276.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 81
don Carlos de Austria como rey católico en aquellos territorios que do-
minaba de España, sin perjuicio del título ya adquirido y la posesión de
los reinos que gozaba el rey Felipe V, quien convocó a los Consejos de
Estado y Castilla, y consultó a una junta de teólogos sobre el poder de
expulsar al Nuncio y cancelar el Tribunal, según hemos visto en las car-
tas anteriores.
El 8 de septiembre de 1709 la reina gobernadora se dirigió al P Gene- o
ral que lo seguía siendo fray Matías de Madrid, para pedir preces especia-
les de la orden en favor del rey y sus reales armas ante la nueva campaña
sobre Cataluña, y el padre Núñez comenta y razona, personal e institu-
cionalmente, la situación:
En la misma línea está la nueva carta del rey dirigida a fray Jerónimo
de San Agustín, prior del monasterio de San Bartolomé de Lupiana y
Vicario General de la Orden en sede vacante, por muerte del P General,
fray Matías de Madrid, que había fallecido el 18-1-1710; también el co-
mentario del historiador jerónimo se ajusta al hecho a la carta de la reina.
De nuevo nos encontramos al P. Núñez siguiendo muy de cerca a Belan-
do en la narración de los hechos de armas del verano de 1710 en Almena-
ra y Zaragoza"; y alejándose de la narración de Bacallar y Sanna, "que
hace muy circunstanciada".
Siendo monje del Escorial el P. Núñez silencia un hecho sucedido a la
comunidad laurentina en las relaciones con Felipe V. A comienzos de
1708 el prior del monasterio, fray Manuel de la Vega, celebró capítulo de
orden sacro para informar a los religiosos que había recibido una carta
del Secretario del Despacho Universal, don José Grimaldo, en la que el
52 Actas Capitulares, 2-1-1708. San Lorenzo del Esconal 2004, t. 1.2, pp. 923-924, ed. de L.
Mannque. Aunque con dolor, fue un buen donativo, porque hemos VIsto que el P. Salgado afirma
que a la orden en general había contribuido con 500 doblones, cfr. Quinta Parte, O.C., ff. 289-290,
notas 26, 65y 66.
53 Comentarios, e.c., p. 204.
54 Cuando muere la reina, en 1714, el P. Núñez recuerda un suceso ocumdo a doña M" LUIsa
Gabriela de Saboya en el momento que la familia real y los tribunales de justicia tuvieron que
abandonar la corte por segunda vez, en esta ocasión con destino a Valladolid, por la mmmente
entrada de don Carlos de Austna y sus tropas en Madrid; salió precipitadamente al Escorial Slll
anunciar su llegada al Real Sitio de San Lorenzo y se encontró con que el cuarto real estaba des-
mantelado; con toda rapidez la comunidad trató de disponer lo más dignamente posible las estan-
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 85
S6 Copiada casi literalmente de Bacallar y Sanna, Comentarlos, e.c., p. 206, de quien también
la toma fray Belando, Historia Civil, o.c., p. 447.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 87
57 Durante el canto del Te Deum "al compás de las voces e instrumentos mÚSiCOS, derramaban
los monjes dulces lágrimas del gozo que tenía posesión de sus corazones. Lo oí referir a muchos
religiosos que se hallaron y presenciaron la función", 1, 328.
58 Don Yo Poleró y Toledo no cita este cuadro como existente en el Esconal a mediados del
siglo XIX, cfr. Catálogo de los cuadros del Real Monasterio de San Lorenzo, llamado del Esco-
rial, Madrid 1857; sin embargo, por esos mismos años, el ex jerónimo J. Quevedo y bibliotecario
de la librería laurentína, que narra toda esta parte tomándola de Núñez, sm citarlo, asegura que "se
conserva este cuadro, en que no estuvo muy feliz el autor", cfr. Historia del Real Monasterio de
San Lorenzo, llamado comúnmente del Escorzal..., Madrid 1849, pp. 175-176.
88 F. JAVIER CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA
59 Patrimomo Nacional, óleo sobre lienzo, 122 x 163 cms., n° de inventario 10032372. Felipe
de Silva hizo otra réplica que actualmente se encuentra en el Palacio de Aranjuez (sala de Felipe
V), de 103 x 125 cms., n" de inventario 10023229.
60 Fr. Manuel de la Vega fue prior entre mayo de 1705 y mayo de 1711, siendo sucedido por
Fr. José de Talavera, que lo fue desde mayo de 1711 hasta marzo de 1716 en que fue promovido
al arzobispado de Valladolid.
61 "Viaje a España", en Viajes de extranjeros por España y Portugal, Valladolid 1999, t. IV,
p. 707, ed. de J. García Mercadal, MORÁN TURINA, M., "Los retratos de Felipe V: entre la
tradición y la fractura", en El Real SitIO de La Granja de San Ildefonso. Retrato y Escena del
Rey. Catálogo de la exposición, Madrid 2000, pp. 71-72 .
62 SAN SIMÓN, duque de, Viaje, O.C., t. IV, pp. 706-708.
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 89
63 Era hijo natural de Luís XIV de Francia, Se halla enterrado en la cámara 8a , junto a doña
María Ana Victoria de Portugal, mujer del infante don Gabriel Antonio de Borbón (1768-1788);
al otro lado de su urna está el hueco yacio que corresponde a una entrada de luz. Tiene puesto este
epitafio: "Congregavit virtutem et exercitum fortem nimis, et exaltatum est et elevatum cor".
90 F. JAVIER CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA
hombres de baja esfera que habían seguido el contrario partido, estando aquel príncipe en Madrid;
ésta, sobre ser clemencia, era justicia, porque habiendo prestado obedíencia al magistrado que
representa el cuerpo de la ciudad o vílla, son lícitos los obsequios y aun precisos a cualquier
particular", BACALLAR y SANNA, V., Comentarlos, O.C., p. 221.
92 F. JAVIER CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA
V. VESTIGIOS DE OPOSICIÓN
No es fácil saber si dentro de la Orden de San Jerónimo hubo religio-
sos partidarios del archiduque don Carlos de Austria. En los monaste-
rios de la corona de Castilla no era probable por la ausencia de noticias,
aunque fuesen veladas, en las dos Historias oficiales existentes de este
período que estamos analizando, de los PP. Salgado y Núñez; para los
monasterios de la corona de Aragón, donde podía haber otras razones
para que hubiese religiosos desafectos a Felipe V, se reducen teórica-
mente las motivaciones al disminuir el número de monasterios jeróni-
mos existentes, y, por tanto, se acorta sensiblemente el número total de
monjes. Los cenobios masculinos de la orden jerónima eran: San Jeró-
nimo de la Murtra, en Balalona, y San Jerónimo de Vall de Hebrón, en
Sant Genís del Agudells u Horta (Barcelona); Ntra. Sra. de la Esperan-
za, en Segorbe (Castellón); San Miguel de los Reyes, en Valencia, y
San Jerónimo de Cotalba, junto a Gandía.i" y Sta. María de la Murta, en
Alicira69 (Valencia).
67 Actas
Capitulares, 25-IX-1713, e.c., t. 1.2,p. 953.
68El monasterio jerónimo más antiguo en tierras de la corona de Aragón había sido el de San
Jerónimo en la Plana de Jávea (Alicante); por ataques y saqueos de los corsarios, en la segunda
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA ... 95
Capítulo Privado de 1709: " ... lo primero que se les puso delante fue
un papel sedicioso, alarmante y lleno de invectivas contra nuestro sobe-
rano y sus ministros, compuesto por el P. fray Jerónimo Belvís. Se
mandó recoger y quemar con censuras y renuevan las ya puestas contra
los que escriben o esparcen papeles sediciosos contra el rey o contra al-
guna otra persona sin la debida licencia de N. P. General. Causa admi-
mitad del siglo XIV se trasladaron a Cotalba, fundación del duque de Gandía, marques de Villena,
conde de Ribagorza y Denia, etc., en 1388.
69 Situado al fondo del valle de la Murta, a unos 7 kms. de la ciudad; hoy están las ruinas ro-
deadas de huertos y naranjales, y cultivos semejantes debió tener aquella tierra feraz durante la
vida del monasterio. Llama la atención que ninguno de los dos historiadores jerónímos, sobre
todo fray Juan Núñez, hable de la conquista de Alcira y de las consecuencias que debió sufrir
tanto el monasteno como la comunidad. SIGÜENZA, J. de, Historia de la Orden de San Jeráni-
mo, Valladolid 2000, t. 1, pp. 175-178,510-517; t. 11, pp. 275-284; SANTOS, F. de los, Quarta
Parte, O.C., pp. 433-467; Las costumbres del Monasterio de la Murta (1750), Alzira 1984, ed. de
A. J. Larión Pla; VARIOS, Guía Bibliográfica de la Orden de San Jeránimo v sus Monasterios,
Madrid 1997, pp. 153-156.
70 Puede verse un ejemplo en "Voces de Carlos 11 desde el Panteón [del Escorial]", Biblioteca
Nacional, Madrid, ms. 6680/1, ed. de J. Campos: "La España de Carlos 11 vista desde el Panteón
de Reyes del Escorial. Apólogos político-morales de fmes del siglo XVII y comienzos del siglo
XVII", en Anuario Jurídico y Econámico ESCUrialense (San Lorenzo del Escorial), 33 (2000)
686-695. Para ver un poco el contenido copiamos el comienzo y el fmal: "Oid, españoles, si el
nombre de españoles no os ofende; oid, pues para obligaros, os llamaré franceses; oíd de mi se-
pulcro las verdades, antes que las veáis en vuestra sepultura. Oid lo que fu para que, advirtiendo
lo que SOIS, reconozcáis lo que deberíais haber sido (...) No sean venganzas los castigos, y sólo la
ley mfluya a la sentencia. Resplandezca la clemencia en tus acciones, como hermoso esmalte de
la severidad. De las corruptelas advertido, atiende que la prudencia sabe sacar triaca del veneno;
sólo con las armas se mantiene el honor de las coronas, y la firmeza de las leyes de los reinos; y
por haber faltado las armas, el honor y la ley nos faltó a un tiempo; para todo falte, pero nunca
para las Armadas ni para los ejércitos, que en Phelipe otro Jacobo llevara Francia, para renovar en
España los lamentos. Préciate de español, sin olvidarte que has de ser tudesco, y lo que al español
fue yugo, en los franceses, sírvales en los alemanes para defensa y freno. Modera lo profano, y
pon en observancia las leyes del reino, que si las estableces con las armas, te anuncio inmortaliza-
rás tu nombre y adquirirás el cielo"
71 Quinta Parte, o.c., t. 1, pp. 94-95,125,157,173,188,192,207,213,312-313,316,331,
416,456-457 Y491.
96 F. JAVIER CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA
Capítulo General de 1711: "Era tal el prurito o por mejor decir el fu-
ror de escribir folletos y libros contra el rey, contra las autoridades y
contra todos, que N. P, General temía con justísima razón que el rey
tomase la mano y diese alguna providencia para contener este desorden
escandaloso de insubordinación que alguna vez llegaba a sus oídos, por
lo que no eran estas sospechas tan mal fundadas como luego veremos...
Tal era el desorden que sobre esto había en nuestra orden en aquellos
tiempos que se veían los superiores precisados a tomar medidas tan se-
rias para contener este torrente que sin saber por qué se había hecho im-
petuoso. De modo que convencido el rey de que era preciso tomar una
providencia muy seria para contener la insolencia de estos genios petu-
lantes escribió a el P. General por medio del conde de Gramedo" (ff.
323,324 y 325).
ierre Vilar habla del largo siglo XVIII. Según él había comenzado
a observarse su espíritu a partir de 1680 con los novato res, ante-
cedente clarísimo de los ilustrados, y podría situarse su final en
1812, con la Constitución de Cádiz. Pero yo prefiero hablar de un corto
siglo XVIII, porque si bien se puede remontar su nacimiento a ese 1680
-aunque en España el cambio en sus políticas interior y exterior fue
drástico desde 1701-, su final es, evidentemente el momento del inicio
de la Revolución Industrial. En 1680, o en 1701, España, como el resto
de la Humanidad, vive dentro de la Revolución del Neolítico. Si por
aquel entonces apareciese Julio César, sabría perfectamente maniobrar
con los ejércitos entonces existentes. Estrabón se entendería muy bien
con Juan de la Cosa. Si Columela levantase por esos años la cabeza, mi-
raría como normal todo lo que sucedía en los campos, en la ganadería.
Cicerón comprendería perfectamente lo que pretendían los cabezas re-
dondas británicos hasta conseguir cortar la suya al rey Carlos. El Agripa
renacentista de Re metallica podría haber sido un amigo de Plinio el Jo-
ven, y así sucesivamente. Pero desde 1783, todo ese panorama que pare-
cía cristalizado, salta por los aires, Ha aparecido la Revolución Industrial
y todo, absolutamente todo, se altera.
Algo de esto es lo que se vive en el pensamiento económico general
del siglo XVIII cronológicamente considerado. En 1776 se produce la
100 JUAN VELARDE FUERTES
I Cfs. Allyn A. Young, Increasing returns and economic progess, en The Economic Journal,
1928, vol. XXXVIII, págs. 527-542, y del mismo -de donde proceden los entrecomillados-, el
artículo Capital, en The Encvclopaedia Britannice, 14"edición, London, 1929, vol. 4, pág. 796.
EL PENSAMIENTO ECONÓMICO (ESPAÑOL) EN EL SETECIENTOS 105
2 Cfs. su artículo Los orígenes del correo moderno en España, en Revista de la Biblioteca,
Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, 1928, tomo V, págs. 169-187.
106 JUAN VELARDE FUERTES
3 A través de un análisis CrítICO de las diversas ediciones de las Memorias de Casanova, algo
hablé de estos proyectos y personajes en Una nota sobre variantes en las Memorias de Casanova
y la colonización de Sierra Morena, en Agricultura y Sociedad, enero-marzo 1981, n° 18, págs.
245-252.
108 JUAN VELARDE FUERTES
pululan los pobres, los muy pobres. Jovellanos -como nos hizo observar
el exce1ente libro publicado por Javier Vare1a- se hace una pregunta que
pasará a ser clave. ¿Por qué yo, como magistrado, me encuentro con que
es mayor el número de criminales pobres que ricos? O lo que es comple-
mentario, ¿por qué abunda más la criminalidad entre los pobres que entre
los ricos? Al buscar la contestación a estas interrogaciones, que me atre-
vería a calificar de cruciales, al buscar la respuesta en la Jurisprudencia y
en la Filosofía, no la encuentra. Solo halla vaguedades, incoherencias.
¿Dónde va a encontrarla? En la tertulia de Olavide ya han hablado de una
cosa nueva que se llama la Economía. Campomanes también le había
hablado de ella en cuanto fue su maestro. Había aludido a su interés per-
sonal por Adam Smíth.
Al acercarse a esa ciencia económica, comprende que ése es el camino
adecuado que no encontraba. La Economía es la que le puede explicar de
qué manera puede engranarse su actividad como persona de toga, que
tiene que reaccionar ante esas situaciones de Sevilla, y cómo el remedio
no Viene sencillamente de la represión que pueda efectuar, sino de otra
serie de cosas. La Real Sociedad Económica de Sevilla, va a ser objeto,
por eso, de muchos desvelos suyos, porque aquel ambiente de pobreza
tiene que ser contemplado desde el punto de vista de la Economía, para
captar del todo el drama social que ante sus ojos se desarrollaba. Es más;
él contempla la Economía como un instrumento para resolverlo. Lo que
acaba ocurriendo a una serie de individuos en Sevilla no es meramente
algo que pueda puntualizarse con un sencillo discurso de persona inteli-
gente. Así se pueden aclarar algunas razones, pero es preciso ahondar, y
para hacerlo se ve precisado a solicitar socorro a la economía. Compren-
de que precisa hacerlo con urgencia, porque lo que contempla es nada
menos que el hundimiento de España. El tiene ante sí algo espantoso que
está ocurriendo a su patria. España había sido hasta fechas recientes, un
imperio notable, pero al observarlo con detenimiento llega a la conclu-
sión de que es posible que se acabe descomponiendo. Es el instante en
que él termina por redactar la famosa manifestación del estado de España
bajo la influencia de Bonaparte en el Gobierno de Godoy, y en esa espe-
cie de sátira que Jovellanos va a dirigir, en aquella correspondencia que
tuvo con José Vargas Ponce -¡hay que ver cómo se acabó portando este
Vargas Ponce en el asunto de Olavide!-, cuando Jovino le escribe a
114 JUAN VELARDE FUERTES
Armesto lo hace con esa oda feroz, en la que de pronto dice -está
hablando España-: "En esto había de parar mi gloria,! mi fin ha de ser
éste/ y falsías y guerra y hambre y peste,! los postrímeros fastos de mi
historia".
Jovellanos se encuentra con que España se ve encaminada a esto, a
hambre, a peste, a toda una serie de hundimientos de cualquier género de
bienestar. La respuesta la va a buscar ansiosamente y, en parte, la va a
encontrar, en la Economía. Por un lado, se aclararán así las cuestiones
relacionadas con lo que ahora llamamos los problemas microeconómicos
y, por otro, con los macroeconómicos, que han de abordarse adecuada-
mente para resolver el conjunto de la situación nacional.
Conocer, por consiguiente, la respuesta, que sólo puede acabar dándo-
se por parte de la Economía, ése es su segundo gran mensaje, del que
viene inmediatamente un planteamiento tercero, porque el tratar de resol-
ver problemas acuciantes e importantes a través de la Economía, exige
conocer y escudriñar quiénes pueden ser los mentores adecuados. Jove-
llanos no reacciona con una especie de espíritu patriotero. Casticismos de
ese estilo, no acepta ni uno. Tampoco intenta inventarlo todo él solo. De-
cide, con racionalidad, acercarse a los grandes de verdad. Esos grandes
los busca a partir del marco que le están ofreciendo los debates de la ter-
tulia de Olavide. Este es, precisamente, el que le ilumina sobre la exis-
tencia de ciertos economistas indiscutibles, así como sobre un conjunto
de cuestiones relacionadas con esa ciencia nueva. Se va a acercar Jove-
llanos, pues, a la Economía desde sus jornadas de Sevilla, y va a efec-
tuarlo a través de tres grandes maestros.
Los conocemos ahora suficientemente porque esos asuntos están muy
bien investigados. El primer maestro de Jovellanos es un gran investiga-
dor, un gran mercantilista, con valores actuales sobre los que los econo-
mistas volvemos una y otra vez. Me refiero a Cantillon. El libro de Canti-
llon, el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, es uno de
esos libros decisivos, fundamentales, donde el Antiguo Régimen es con-
templado y analizado de manera preciosa para tratar de extraer de ese
examen todo lo posible. Por lo tanto, no podemos minimizar la reflexión
de Jovellanos que va a efectuar a partir de Cantillon. Estapé nos explicará
muy bien cómo efectúa esta labor y de qué manera obtiene conclusiones.
Pero a mi juicio, más importancia todavía que a Cantillon debe conceder-
EL PENSAMIENTO ECONÓMICO (ESPAÑOL) EN EL SETECIENTOS 115
tria, Sicilia a los Saboya y las fortalezas de Bélgica a los Países Bajos,
Inglaterra obtiene Gibraltar, Menorca y el comercio de esclavos con la
América española (Tratado de asiento de negros); y mientras, los catala-
nes continúan la guerra con sus propios medios.
Las consecuencias inmediatas, afectan a la política exterior, con el
éxito de la victoria de equilibrio de la política inglesa en la que Inglaterra
se convirtió no sólo en el árbitro de Europa, sino también en la mayor
potencia marítima del mundo. Y en la política interior, con la imposición
de una nueva política centralista, aconsejada a Felipe V por Amelot y
otros ministros franceses al servicio de la Corona española, quedan su-
primidas las libertades y los privilegios de las regiones periféricas y se
inicia un período de reformas económicas, sociales y políticas. Política
de Estado en la que permanece el Consejo de Estado, y en la que el pro-
ceso centralizador de Felipe V llevó a la abolición de los Fueros y Privi-
legios, con la desaparición de las monedas específicas de cada Estado
Peninsular y extrapeninsular.
Al final del reinado de Felipe V, España había recuperado el rango de
gran potencia y la sociedad española el máximo desarrollo económico.
Por otra parte, también se dictan medidas represivas, se derogan leyes y
privilegios forales hasta conseguir unificar y centralizar todos los territo-
rios borbónicos en la legislación castellana, y se pone fin a las emisiones
de Aragón en 1711, de Mallorca en 1715, y de Cataluña en 1716 (Decre-
to de Nueva Planta), para crear por primera vez un sistema monetario
español, referido a una moneda única, la moneda castellana, común para
todos los Estados.
Reforma para la que se sigue la legislación heredada de los Reyes Ca-
tólicos, a cuya ley intrínseca ya se ajustaba la moneda española, actuali-
zándola, en lo externo, con las novedades europeas de la época, en con-
creto de Francia e Italia.
La Paz de Utrecht, es el resultado de una serie de pactos firmados que
sirvieron para mantener la Paz de España hasta 1746, año en el que de
nuevo se presenta el problema de la sucesión austríaca.
La nueva dinastía borbónica permitió resurgir en España, por influen-
cia francesa, las artes, industria y obras públicas.
La abolición en 1765, del monopolio gaditano del comercio con Amé-
rica, favoreció y sirvió para incrementar el comercio transoceánico, al
LA UNIDAD Y SOBERANÍA DEL ESTADO ESPAÑOL... 121
España con Carlos 111, adquirió perfiles actuales que quedaron refleja-
dos en símbolos, e incluso aportó bandera a himnos nacionales.
El reinado de Felipe V no se vio libre del asalto y robo a sus barcos,
sino que como en otras épocas, también sufrió el asalto con robo incluido
de las ricas mercancías, en especial, de metales preciosos en oro y plata,
conseguido con abordaje y conquista en 1743 del almirante inglés, Anson
al frente del Galéon "Centurión" que atacó y venció a la tropa española
que daba escolta al Galeón español "Nuestra Señora de Covadonga",
apoderándose de las mercancías que transportaba a Manila y entre las que
había en moneda española en oro y plata, el equivalente a más de
500.000 libras esterlinas, botín que junto con otras ricas mercancías se
trasladó, en 1744 a Inglaterra.
cia a una única moneda y sistema que pueda emitir para todos sus Esta-
dos, al servicio de la sociedad, común y apta para la circulación de todos
sus territorios. Reforma legal que continuarían sus sucesores y terminaría
de implantar Carlos 111, su hijo y monarca reformador al que la sociedad
de su tiempo injustamente se le adjudicó.
En general la moneda de la reforma de Felipe V, está presente en la
economía española y su impronta monetaria nos aporta su historia, y tes-
tifica con su circulación el poder y expansión que tuvo la monarquía es-
pañola en los Países Bajo, el Franco Condado, Italia, las islas mediterrá-
neas, la zona africana de Orán, de forma especial por su singularidad y
trascendencia, en las mal llamadas Indias occidentales, en donde la mo-
neda española además de medir el comercio y su economía, sirvió tam-
bién de modelo para el nacimiento de la moneda de otros Estados, como
el Dólar en Estados Unidos, el Thael en China, el Whon en Corea y el
Yen en Japón.
Felipe V, supo mantener el bimetalismo heredado del Real de a Ocho
y la Onza, existente desde que Carlos I otorgara a España el techo de la
economía universal, al tener el control de toda la moneda circulante, y
además fue capaz de iniciar la gran reforma que terminaría su hijo Carlos
111, basada en la legislación heredada de los Reyes Católicos, puesta al
día al incorporar a ésta las novedades en uso en las Cortes francesa e ita-
liana, que permitieron a Felipe V crear el Sistema Monetario Español,
dotando a todos sus Estados de una misma y única moneda para medir la
economía del Estado, después de prohibir y desmonetizar las existentes.
Idea de unidad económica, presente en la legislación heredada y seguida,
en 10 posible por los Reyes Católicos, que actualizó Felipe V al incorpo-
rar las novedades europeas francesa e italiana de su época y tiempo, para
conseguir así la unidad económica soñada por los Reyes Católicos y la
creación del Sistema Monetario Español, inexistente hasta entonces, pero
diseñadas y legisladas sus directrices por ellos, pero conseguido e im-
plantado a la sociedad del siglo XVIII, por Felipe V, después de la Gue-
rra de Sucesión.
El sistema monetario español partía de experiencias de Patrón y Mo-
nedas europeas de la Baja Edad Media y contaba con la competencia
sobre la misma idea económica de otros Estados, que no tuvieron la fuer-
za política y económica necesaria para conseguirlo.
126 MARíA RUIZ TRAPERO
época anterior para ser sustituida por otra moneda mejor acuñada y para
ello se dictan numerosas disposiciones encaminadas a regular la circula-
ción de la nueva moneda de oro y de plata, pero el problema residía en
que seguía en circulación la moneda de plata macuquina.
Es interesante constatar la necesidad de emitir Vales Reales con valor
de 600 pesos de curso forzoso, iniciativa que nacía para ayudar a las co-
lonias inglesas de Norteamérica sublevadas contra la Metrópoli; emisión
que causó una gran desconfianza entre sus usuarios, pero que tuvo un
interés histórico porque fue un precedente de la moneda de papel, a pesar
de que no se normalizó la emisión hasta 1782 con la fundación del Real
Banco de San Carlos.
En América se emitió con el retrato del monarca fallecido y a nombre
del reinante, situación producida por la tardanza en la llegada de los cu-
ños procedentes de la Metrópoli.
Carlos III siguiendo el modelo de Felipe V, emitió moneda en cobre
como Carlos VI de Navarra, con el monograma de su nombre y armas de
las cadenas coronadas, en cospeles octogonales o cuadrados con la letra
P, inicial de la Ceca de Pamplona y a nombre de Carlos lII.
Carlos IV vivió un agitado reinado con la revolución francesa y la in-
vasión napoleónica, pero emitió con su retrato y a su nombre en las Ce-
cas de Madrid y Sevilla.
y en América, según costumbre, también se emitió moneda a nombre
de Carlos IV, pero con el retrato de Carlos lII.
Se introduce un nuevo Cuartillo en cobre y se emiten también veinte-
nes o Escuditos en oro, y mientras, ante la escasez de moneda, sigue en
circulación la moneda de plata macuquina.
Los Pesos americanos de gran calidad y pureza, circularon en las Fac-
torías y Bancos del Pacífico, en Filipinas y en China, alcanzando tal pres-
tigio que fueron utilizados y falsificados con punzones, resellos, taladros,
etc.; en Birmingham se descubrió una importante falsificación de estas
monedas de plata destinadas para su distribución a la Compañía inglesa
de las Indias.
La estampa monetaria de las primeras emisiones de Felipe V en oro y
plata es igual a la estampa tradicional de los Austrias pero con las leyen-
das a su nombre, estampa que cambia después de 1728 al llevar a la im-
pronta del anverso su retrato de busto real con peluca con abundante ca-
LA UNIDAD Y SOBERANÍA DEL ESTADO ESPAÑOL... 131
de la Academia Vienesa del Grabado que trabajó para Felipe V, así como
a Dassier, I. de Ginebra formado en París con Mauger y Roettiers, y entre
los españoles hay que destacar a Tomás Francisco Prieto grabador gene-
ral de la Casa de la Moneda de Madrid, que con Fernando VI llegó a Di-
rector de la Real Academia de San Fernando y que perfeccionó la técnica
del grabado de la moneda en las Casas de Moneda de España e Indias, y
cuya avanzada técnica continuaron sus discípulos.
1
138 MARIA RUIZ TRAPERO
5
140 MARIA RUIZ TRAPERO
1. LA MONEDA HEREDADA
Parece conveniente, a modo de introducción, realizar un pequeño repa-
so a las características de las monedas de vellón circulantes antes de la
deflación de 1680. Pese a ser un numario conocido y estudiado, la mejor
comprensión y análisis de la operación administrativa cuyo estudio propo-
nemos exige remitimos a los antecedentes. Se trataba de una serie emitida
de acuerdo a la real pragmática de 29 de octubre de 1660. Sus característi-
cas intrínsecas eran una talla de 816 maravedíes en marco, con una ley de
20 granos de plata (6,94%). Se batieron piezas de 16 (4,50 grs.), 8 (2,25
grs.), 4 (1,12 grs.) y 2 (0,56 grs.) maravedíes. En lo referente a la tipología
todos los valores portarían en anverso el busto del monarca, Felipe IV,
rodeado por la leyenda PHILIPPVS UU D G; en reverso escudo coronado
con las Grandes Armas de la Monarquía Hispánica en el valor de 16 mara-
vedíes, escudo coronado cuartelado de castillos y leones en el de ocho,
escudo coronado de Castilla en el de cuatro y escudo coronado de León en
el de dos; la leyenda, HISPANIARVM REX y la fecha.
Esta especie monetaria permitió notables ganancias al poder emisor,
en tomo al 60%, de acuerdo al proyecto realizado por Juan de Góngora,
gobernador del Consejo de Hacienda'. Tan elevado beneficio fue un aci-
cate para los falsificadores, cuya actividad ya entonces estaba firmemente
asentada en el interior de Castilla, además de ser practicada también de
manera muy intensa por los extranjeros, quienes introducían fraudulen-
tamente el numerario falso fabricado en diversos puntos de Europa. El
1 Para conocer la relación de cargos desempeñados por don Juan de Góngora, marqués de
Almodóvar del Río ver la publicación de J. Fayard (1980: 648-649) y el trabajo de José M' de
Francisco Olmos (1999: 86)
UNA SINGULAR OPERACIÓN ADMINISTRATIVA... 145
2. LADEVALUACIÓN INICIAL
EllO de febrero de 1680 se expedía una real pragmática" por la que se
devaluaba la moneda de vellón. El circulante de molino reducía su valor
a la cuarta parte, con ello el marco acuñado pasaba a tres reales de vellón,
por los 12 que había valido oficialmente hasta entonces. Idéntica reduc-
ción experimentaba el de molino de cobre falso. Por último, la "fabricada
fuera destos Reynos y introduzida en ellos por estrangeros y naturales,
que no sólo no tiene la ley, liga y peso que la legítimamente fabricada en
las casas de moneda, ni el peso que la falsa fabricada dentro del Reyno,
pero es tan delgada y feble que ni en el peso y en la forma corresponde"
se reducía la octava parte de su anterior valor; es decir el marco de este
tipo de moneda valdría sólo 1 ~ reales de vellón.
Se preveían compensaciones a los usuarios de la moneda y aquí sí se
efectuaban diferencias entre las monedas legítimas y las falsas. Los due-
ños de la ligada podían entregarla en las casas de moneda, arcas o bolsas
reales, donde se les recibiría por todo su valor, es decir a 12 reales el
marco, "en moneda de oro o plata con el premio de cincuenta por ciento
al respecto de los ciento y sesenta y cinco maravedis de liga que tiene
cada marco", además de prometer el pago al contado por cuenta de la
real hacienda. Además, se aceptaba este numerario para el abono de los
impuestos atrasados correspondientes a los años comprendidos entre
1674 y 16777 de acuerdo al valor antiguo, beneficio que se hizo extensivo
al resto del numerario, única compensación prevista para los poseedores
de moneda falsa. Para ello se daba un plazo de 60 días (posteriormente
ampliado 30 más), cumplido el cual las piezas que se entregasen serían
recibidas únicamente por su valor nominal de acuerdo a la nueva pragmá-
tica. De este beneficio quedaron excluidos, un mes después, los "recepto-
res, depositarios, fieles, coxedores y otras personas en cuio poder para-
ren maravedis cobrados de los contribuyentes", asimismo los que fueren
deudores de la Real Hacienda por alcances de cuentas fenecidas, deudo-
res por diferentes cargos o resultas contra ellos, los que adeudasen sumas
considerables por compra de vasallos, jurisdicciones, crecimientos de
alcabalas, unos por ciento, servicios ordinario y extraordinario, media
anata de mercedes, así como por otros derechos que hubiesen sido vendi-
dos por la hacienda. Se eximía del pago únicamente a los primeros con-
tribuyentes'',
Estas compensaciones permiten hacer una serie de reflexiones acerca
de los objetivos perseguidos por la Corona. Hace ya algunos años avancé
miento talleres que habían sido cerrados muchos años atrás. Los únicos
que emitieron moneda en este reinado antes del inicio del proceso de
recogida del vellón de molino y acuñación del nuevo grueso fueron Ma-
drid, Sevilla y el Ingenio de Segovia". Esa inactividad obligó a que va-
rias de estas cecas requiriesen inversiones de adaptación. La documenta-
ción contable de estas instituciones'" nos aporta interesantes y novedosos
datos que permiten cuantificar con exactitud muchos aspectos referentes
a la operación antes descrita, que se desarrolló durante 1680, 1681 Y en
algunos casos llegó a los primeros meses de 1682.
La rigurosa contabilidad llevada en las cecas nos ofrece las cifras re-
sultantes del desarrollo de la operación. En primer lugar, de la cantidad
de moneda oficialmente retirada.
Estos datos requieren una reflexión pausada. Aunque ciertamente son
indicativos, no podemos extrapolar las conclusiones y deducir de ellos la
cantidad de moneda de vellón realmente circulante en 1680; tan sólo es la
moneda entregada en los organismos oficiales, sin que tengamos noticias
concretas de la que simplemente desapareció del mercado, bien por ser
fundida, atesorarse o, en el caso de la ligada, ser extraída al extranjero.
Esto obliga a analizar con cuidado la información. En el caso del vellón
ligado no tenemos los datos contables sobre sus cifras de emisión, pero
disponemos de un informe manejado por el Consejo de Castilla, proba-
29 Difieren nuestros datos de los de Pérez Sindreu (1992: 248), dado que este autor sólo utiliza
las cuentas de Jacinto Serrano, olvidando las de Domingo Alonso de Setién, tesorero, quien estu-
vo en el cargo hasta el 11 de noviembre de 1680, antecediendo a Serrano.
30 Estos datos coinciden exactamente por los publicados por Pérez García (1990: 74)
160 JAVIER DE SANTIAGO FERNÁNDEZ
31 Esta cifra no coincide con la de García de Paso (2000: 59), quien interpreta, a mi modo de
ver erróneamente, un dato ofrecido por Domínguez Ortiz (1983: 261-262) que indica que los
beneficios del rey, fruto de la emisión, fueron tres millones de ducados; creo que no se deben
confundir los beneficios obtenidos con la cantidad de moneda realmente acuñada.
32 Para este cálculo he aplicado dos porcentajes reductores por año, un 0,25%, que es el pro-
puesto por Mayhew (1974: 3), y un 1%, preferido por Patterson (1972: 220).
UNA SINGULAR OPERACIÓN ADMINISTRATIVA... 161
versas cosas que fabricó para el cuarto de la reina, incluyendo los costes
de las letras de cambio necesarias para efectuar los abonos, pago a los
oficiales y disposición de los hornos y herramientas. En Sevilla se entre-
garon cantidades a Francisco del Castillo, Francisco Monserrat, Juan de
Montenegro, Andrea Piquinotti, Diego Ignacio de Córdoba y Alberto
Martín en pago por asientos para anticipos en los Países Bajos, provisio-
nes para el ejército de Cataluña y provisiones de la armada en Galicia.
En conjunto la mayor parte del metal procedente de la moneda de mo-
lino ligada sirvió para satisfacer necesidades financieras de la Monarquía,
entregando dicho metal a los asentistas que, probablemente 10 sacaron de
Castilla para beneficiarlo en el extranjero. Las licencias de exportación
de esta moneda dadas a los asentistas y a numerosos particulares son
abundantes. En 1684, Antonio Ronquillo, consejero de Castilla, afirmaba
que "la mayor porción que ha salido destos Reynos ha sido la que se ha
beneficiado por la real hazienda con los asentistas'T", Parece que los
beneficios obtenidos eran altos si atendemos a los datos suministrados
por el Consejo de Castilla, que informó de que con la extracción obtenían
153 maravedíes de vellón por cada marco'", El gráfico 2 extracta el des-
tino que se dio al vellón ligado.
Es interesante comentar la realización de pruebas en Sevilla yen Ma-
drid con la intención de separar el metal precioso del cobre, si bien el
metal aplicado para ello supuso un exíguo porcentaje. En Madrid dicha
tarea se encargó a Juan de Montenegro y Neira y a Simón Ruiz Pessoa;
en Sevilla a Salvador Antonio de Tejada ya José de Claramonte. La ex-
periencia dio un resultado relativo; así 10 avalan los porcentajes de plata
obtenidos. La moneda oficial tenía un 6,94% de plata y las operaciones
realizadas en Sevilla arrojaron porcentajes que oscilaron entre el 5,7% y
el 4,2%. Añadamos a eso la premura de tiempo que siempre dictaban las
urgencias hacendísticas de la Corona y entenderemos la razón del peque-
ño porcentaje de metal destinado a este efecto. Resultaba más rentable
entregar el metal ligado a los asentistas en pago de sus servicios a un
precio de 121 maravedíes de plata el marco. De hecho unos años des-
pués, en una consulta del Consejo de Castilla de 25 de septiembre de
1684 se dice que "haviéndose mezclado treze granos de cobre con uno de
Estos datos son casi Iguales a los ofrecidos por Murray (1993: 320)
52
Incluimos en este año una pequeña partida de 3.291 marcos batidos en febrero de 1682.
53
54 Estas cifras no coinciden con las ofrecidas por Pérez García (1990), dado que esta autora
computa como acuñadas todas las entradas de moneda de molino de cobre. Para dar la cifra aquí
presentada me he ceñido a la cuenta ofrecida por Bernardo de Cubillas, en nombre de Francisco
Balbi Imbrea, tesorero de la ceca; en el apartado referente a la data de lo labrado se cita de manera
explícita la cifra aquí ofrecida.
UNA SINGULAR OPERACIÓN ADMINISTRATIV A... 167
todas las cecas se situó en el 1,3%; destacó la ceca de Granada que ofrece
un 4%, debido a lo cual las piezas batidas en dicha ceca son más ligeras
que las del resto.
El destino dado al vellón grueso queda recogido en el gráfico 6. En él
apreciamos como estas acuñaciones de vellón grueso fueron utilizadas
fundamentalmente para pagar el vellón entregado, según indicaba la le-
gislación, y los gastos de la fabricación. A diferencia de las series de ve-
llón acuñadas durante el primer tercio del siglo XVII, ésta sólo tuvo un
7% de beneficio para el Rey, incluido el feble, porcentaje engañoso, ya
que hemos podido constatar después del minucioso examen de las cuen-
tas como ese 43% (incluyendo lo entregado a Clemente Merino) ni mu-
cho menos fue suficiente para costear el pago de toda la moneda de moli-
no retirada.
4.2. La Coruña
Superintendente: Diego Hermoso Romero y Aragón
Veedor: Alonso Pardiñas Villar de Franco
Contador de resultas: Pedro García Berrio
168 lA VIER DE SANTIAGO FERNÁNDEZ
4.3. Cuenca
Superintendente: Pedro del Hoyo
Veedor: Diego José de Cetina
Contador de resultas: Pedro del Hoyo
Asentista de la labor: Francisco Carrillo (tesorero de la ceca).
4.4. Granada
Superintendente: Bemardino de Castejón
Veedor: José Francisco de Ulloa
Contador de resultas: José López Tenreiro
Asentistas de la labor: Juan Roque del Campo y Luis Prieto
4.5. Madrid
Veedores: Manuel de Salazar, Miguel Femández de Armental y Fran-
cisco de Peralta
Contador de resultas: Tomás Felipe de Legazpi
Asentista de la labor: BIas Rodríguez
4.6. Sevilla
Superintendentes: Juan Antonio de Heredia, Pedro de Oreitia y Carlos
de Cotes
Veedor: José de Diarrotte
Contador de resultas: Antonio Montero Vallejo
Asentistas de la labor: ¿Domingo Alonso de Setién y Jacinto Serrano?
4.7. Toledo
Superintendente: Bartolomé de Vega
Veedor: Jerónimo de Morales
Contador de resultas: Bartolomé de Vega
Asentista de la labor: Francisco Garzón
UNA SINGULAR OPERACIÓN ADMINISTRATIVA... 169
4.8. Trujillo
Superintendente: Fernando Ladrón de Guevara y Jerónimo de Retort
illo
Veedor: Juan de Aedo
Conta dor de resultas: Juan Franci sco de Segura
Asenti sta de la labor: Francisco de Ávila
4.9. Valladolid
Superintendente: Francisco de Olivares
Veedor: Anton io Cossío Bravo
Conta dor de resultas: Rafael Álvare z
Asenti stas de la labor: Berna rdo de Cubillas (teniente de tesorero)
900.000 ,00
800.000 ,00
700.000 ,00
600.000 ,00
0,00 t
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Asentistas
96,0%
Burgos
5,8%
La Coruña
Valladolid
14,0%
28,3%
Cuenca
2,8%
Granada
0,3%
Toledo
7,4% SevillaSegovia
0,4% 5,2%
Toledo
1,0%
Sevilla
1,3%
Madrid
19,4%
La Coruña
37,6%
Granada
2,2%
Cuenca
21,6%
Burgos
6,1%
Vallado lid
25,1%
La Coruña
16,7%
Cuenca
4,9%
Granada
Trujillo
0,5%
9,4%
Toledo
6,7%
Sevilla
0,5%
Segovia
4,9%
Conducclones de vellón1igado
1%
Asentistas de la labor
36%
Gastos de la Haciend
7% El Asentistas de la labor
m Clemente Mermo
o Gastos de la Hacienda Real
o Pago de monedas entregadas
m Pago de oficiales y gastos en la cec
Ciemente Mermo El Conducciones de vellón ligado
33%
55 Ofrecemos en este gráfico los resultados de los datos manejados que en el caso de algunas
cecas, como es el caso de Sevilla, resultan bastante vagos e imprecisos. De igual modo no hemos
incluido el vellón grueso acuñado en Segovia, dado que no hemos localizado sus cuentas.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA EN
LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA (1703-1713).
EL NUMERARIO DEL ARCHIDUQUE CARLOS
INTRODUCCIÓN
s de sobra conocida la importancia de la moneda como arma de
propaganda política y de proclamación se soberanía, desde sus
orígenes hasta nuestros días el poder busca llevar sus mensajes a
la población que utiliza el numerario, defendiendo la legitimidad de su
oposición en el interior, e indicando a los estados aliados o enemigos
cuales son sus intenciones, además de que su uso económico puede am-
pliarse o restringirse en virtud de problemas políticos concretos. Del
mismo modo cuando se produce una crisis en la cúspide del poder y exis-
ten varios candidatos al trono todos ellos consideran la fabricación de
moneda como uno de sus principales objetivos, ya que desde siempre
este hecho se consideró una regalía, es decir, un privilegio exclusivo del
soberano y por tanto el simple hecho de ordenar hacer una moneda con
su nombre implicada que quien la hacía se consideraba a sí mismo el
soberano de un territorio'.
1 No hace falta hacer ningún comentario más sobre este tema, simplemente decir que numero-
sos "usurpadores" de época del Imperio Romano son conocidos casi únicamente por haberse
encontrado monedas con su nombre, ya que cualquier general que se autoproclamaba emperador
lo primero que hacía como marca de soberanía era acuñar moneda a su nombre (por ejemplo
Regaliano, Pacatíano, Ingenuo ...); lo mismo podemos decir de época visigoda, donde monedas a
nombre de "presuntos" monarcas como Iudila o Suniefredo nos hablan de rebeliones fracasadas, o
del intento del mantenimiento del estado visigodo tras la derrota y muerte de Rodrigo en Guadale-
te, como son las emisiones de Achila en Zaragoza, Gerona o Narbona, que nos muestran como
178 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
este último monarca visigodo escapaba hacia Francia ante el empuje musulmán. Los ejemplos
medievales son numerosos, pero para centrarnos en la Península podemos hablar de las acuñacio-
nes de Ennque 11 Trastámara durante la guerra civil contra su hermano y legítimo soberano, Pedro
1, o las que hicieron el Duque de Láncaster (Juan de Gante) o el rey Alfonso V de Portugal como
aspirantes a la corona de Castilla; del mismo modo podemos citar en Cataluña las de Pedro de
Portugal o Renato de Anjou durante el levantamiento catalán contra Juan 11; o en Portugal las de
la Reina Beatnz que exigía se reconocieran sus derechos al trono, y las de Antonio, Prior de
Crato, autoproclamado rey por los adversarios de la candidatura de Felipe 11 de Castilla, ya en
época moderna. Siglos después, a principios del siglo XVIII, vemos las del Archiduque Carlos
que ahora comentaremos, y en el siglo XIX las de los pretendientes carlistas, que empezando por
el llamado Carlos V y hasta Carlos VII decidieron acuñar moneda a su nombre por considerarse
los legítimos soberanos españoles, y así podríamos seguir con otros muchos ejemplos.
2 Obsérvese como los Reyes Católicos reconocen que doña Juana es únicamente hija de la Re-
ina, negando que el padre fuera Enrique IV, motivo por el cual Isabel se consideraba la legítima
heredera de Castilla.
3 Hay que recordar que la acuñación de moneda era un privilegio real, como podemos ver en
las famosas Partidas de Alfonso X el Sabio, ya sea en la Partida 1, Título 1, Ley 2, como también
en la Partida 7, Título 7, Ley 9, donde además se especifican los castigos para los falsificadores (y
sus cómplices), muerte en la hoguera; así como confiscación de la casa donde se cometió el delito
para la Cámara del Rey (Ley 10).
LA MONED A COMO ARMA POLITI CA. .. 179
7 Josef SALAT: Tratado de las monedas labradas en el Principado de Cataluña con instru-
mentos Justificativos, Barcelona, 1818, documento n° LXXXVII (13 de julio de 1718). Siendo la
bajada tan importante (dos tercios del valor facial en el mejor de los casos) se decide que se esca-
lone en seis meses, dividiendo la reducción de valor en dichas partes y acumulándolas durante
este período de tiempo, por ejemplo en el Doblón de 1344 dineros, que se debe bajar 906 dineros
se aplica una bajada del valor del mismo de 151 dineros el primer mes, 302 el segundo, 453 el
tercero, 604 el cuarto, 755 el quinto y 906 el sexto, llegándose así a la totalidad de la bajada pre-
vista
LA MONED A COMO ARMA POLITICA. .. 181
10 Por ejemplo Felipe V autorizó que en Castilla y Navarra corriera libremente la moneda de
Francia (5 de julio de 1706): Haviendo entrado ya en Navarra el crecido número de tropas que
vienen a Castilla embiadas por el Rey Cristianisimo, mi señor, 1 abuelo, para que uniendose a las
que tengo, se consiga el extermuuo I escarmiento de la arrogancia con que los enemigos llegaron a
Madrid; I SIendo preciso que para el pagamento i subsistencia de la gente haya i corran las mone-
das de Francia; he resuelto, que assi en Navarra, como en todos los Dominios de Castilla se reci-
ban i valgan los luises de oro como los doblones de a dos escudos de oro; los escudos, como los
reales de a ocho de plata doble; I los medios escudos, I quartos de escudo a proporcion; tendrase
entendido assi en el Consejo, I expedirá luego las órdenes I despachos necesanos para su puntual
execución (Nueva Recopilación, Libro 5, Titulo 21, Auto XLI). Esto mismo haría el Archiduque
Carlos con la moneda portuguesa tras su desembarco en Lisboa y entrada militar en Castilla y otros
reinos, por ejemplo sabemos que en 1706 el Archiduque ordenó admitir moneda portuguesa en el
reino de Valencia, con un cambio para la moneda de oro de 6 libras y 3 sueldos y para los de plata de
6 reales y 4 dineros (ver más datos en el capítulo dedicado al Reino de Valencia).
11 Es el momento de recordar los graves problemas sucesorios que se produjeron tras la muer-
te del príncipe Juan, el único hijo varón de los Reyes Católicos, ya que en la Corona de Aragón no
aceptaron la sucesión de la princesa Isabel (a la que las Cortes se negaron a jurar como heredera),
y sólo tras largas negociaciones y como una excepción política que no modificaba la legislación
existente, aceptaron la sucesión en la persona de la Princesa Juana.
LA MONED A COMO ARMA POLITICA. .. 183
posesión de sus derechos dinásticos, tal y como los mantuvo la infanta María, y como renunciaron
a ellos las infantas Ana y María Teresa por sus enlaces franceses. Esta boda se realizó en 1666,
siendo su único vástago la archiduquesa María Antonia, nacida e118 de enero de 1669.
15 La boda de la Infanta se concertó dentro de las negociaciones de la paz de los Pinneos (7 de
noviembre de 1659) y allí se insertan las Capitulaciones matrimoniales, similares a las de la In-
fanta Ana. La Renuncia expresa de la Infanta a sus derechos dinásticos está fechada el 2 de junio
de 1660, y Felipe IV hIZO que las Cortes aprobaran todo lo estipulado en estos tratados el mismo
1660 (6 de septiembre); ahora bien esta renuncia nunca fue confirmada ni registrada en Francia, y
el rey Felipe IV aludió a ello en su testamento (cláusula 16), diciendo que no se había pagado la
dote estipulada para la Infanta (500.000 escudos de oro) porque el Parlamento de París no había
ratificado la renuncia de la Infanta. Todos estos textos en BURGO: op.cit., pp.67-76.
16 La archiduquesa se casó con el Elector en 1685, y su padre, el emperador Leopoldo, la hizo
renunciar en esta ocasión a sus derechos a la corona hispánica (siendo él mismo el beneficiario de
ello), a cambio el emperador se comprometía a conseguir de Carlos Il que se cediera al nuevo
matrimonio el gobierno y soberanía de los Países BaJOS en las mismas condiciones que lo tuvieron
la Infanta Isabel Clara Eugenia y su marido el archiduque Alberto a la muerte de Felipe n. Leo-
poldo quería garantizar así que la herencia hispana se mantuviera en la Casa de Austria, pero en
un tema tan delicado, al no contar con la opinión de la Corte de Madrid, el emperador cometió un
error, ya que nadie en España aceptó esta renuncia, realizada sin contar con las autondades y el
pueblo afectado por ella, que en cualquier caso debía ratificarla en Cortes, cuya convocatoria el
embajador imperial Lobkowltz solicitó insistentemente, y Carlos Il no aceptó. En Madrid la boda
bávara no cambió el status de la archiduquesa, considerada la presunta heredera del Trono, es más
su mando era aceptado prácticamente como Infante de España, mientras en Viena no sabían como
reaccionar ante estos hechos. El Elector fue nombrado por Carlos Il Gobernador ordinario de los
Países Bajos en marzo de 1692, sin plantearse nunca una cesión de soberanía como la realizada
por Felipe Il a su hija. Maximiliano mantuvo su cargo hasta marzo de 1701 (siendo sustituido por
el marqués de Bedmar), y luego retomó el cargo entre el l de octubre de 1704 y julio de 1706
(momento en que tras la victoria aliada de Ramillies y la toma de Amberes, la mayor parte del
territorio pasó a manos de los partidarios del Archiduque Carlos y su gobierno quedó en manos de
un Consejo de Estado), aunque Maximiliano siguió resistiendo en algunos lugares, como Mons,
Namur y Luxemburgo, donde siguió acuñando moneda a nombre de Felipe V hasta 1711, fecha
en el rey decidió ceder al Elector sus derechos sobre estos territorios. Maximiliano se mantuvo en
el poder hasta 1713, ya que en las Paces de Utrecht los antiguos territorios de los Países BaJOS
españoles pasaron al Imperio.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 185
17 El nacnníento del príncipe de Baviera se celebró en Madrid como si fuera el hijo de Carlos
11, y sólo quedó ensombrecido por la trágica muerte de su madre el 24 de diciembre del mismo
1692 (en cuyo testamento ratificaba la renuncia a sus derechos hecha en 1685). La reina madre,
Mariana de Austria, quiso que el niño fuera inmediatamente traido a Madrid para ser educado
como heredero del trono, pero en Viena se negaron a ello. Hay que recordar que la tercera mujer
del emperador Leopoldo, Leonor, madre de sus hijos José y Carlos, era hermana de la segunda
mujer de Carlos 11, Mariana de Neoburgo, cuyo poder en la corte era también muy grande.
18 Recordemos que en estos momentos el rey de Francia había ya planteado los derechos su-
cesorios de su esposa María Teresa a parte de la herencia de Felipe IV, en especial de zonas de los
Países Bajos, basándose en que en Ciertas provincias de este territorio era principio de derecho
consuetudinario que los bienes patrimoniales fuesen devueltos a los hijos del primer matrimonio
en perjuicio de los posteriores, denominado derecho de devolución. Luis XIV decidió llevar esta
norma de derecho privado al terreno público y exigió lo que él entendía que correspondía a su
mujer, provocando la conocida como Guerra de Devolución (1667-1668), que tras la Paz de
Aquisgrán (2 de mayo de 1668) le reportó importantes adquisiciones, como Lille, capital del
186 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
Flandes valón, y otras varias ciudades fronterizas. Para culaquier tema de la época de Luis XIV
ver Francois BLUCHE (dir.): Dictionnaire du Grand Siécle, Paris, 1990.
19 Sir George CLARK: "De la Guerra de la Liga de Augsburgo a la Guerra de Sucesión Espa-
ñola", en Historia del Mundo Moderno de Cambridge, tomo VI, p.280, Barcelona, 1980.
20 Llama la atención este reparto muy claramente dinástico, donde Luis XIV exigía territorios
que sus antecesores familiares habían gobernado y tenía ciertos derechos sobre ellos, tales como
Navarra (él era el heredero legítimo de la Casa de Foix-Albret, y en sus documentos, heráldica y
monedas se titulaba rey de Francia y de Navarra), o Nápoles y Sicilia (que los Anjou habían
gobernado desde el Siglo XIII y que los monarcas franceses siempre habían reivindicado como
herederos de dicha Casa, por ejemplo Carlos VIII, Luis XII o FranCiSCO 1), o los que formaban
parte de la gran herencia borgoñona formada por los duques Valoís (Franco Condado y Países
Bajos), rama menor de la Casa Real francesa.
21 Ver Fernando DIAZ-PLAJA: La Histona de España en sus documentos. El SIglo XVII,
Madrid, 1957, donde hay una interesante relación sobre el problema de la sucesión escrita por el
conde de Vernon, enviado de la casa de Saboya a Madrid, donde analiza los tres partidos de la
Corte (Francia, Baviera y Emperador) y sobre todo los que no querían que hubiera una declara-
ción formal de heredero, porque preferían, llegando el caso, poder elegir al que más convenga de
acuerdo con las necesidades de la Monarquía, bajo la máxima "salus populi prima lex", siendo
éste el partido más fuerte, por ser el de los tribunales y el del pueblo. Luego cita a algunos de sus
miembros, para terminar diciendo que si no triunfa este partido lo hará el de Francia, ya que es el
mejor organizado (y bien pagado desde hacía años por numerosos sobornos por el embajador de
Francia), pp.489-491.
22 Ver Príncipe Adalberto de BAVIERA Y Gabriel MAURO GAMAZO: Documentos inéditos
referentes a las postrimerías de la Casa de Austria en España, Madrid, 2004, tomo 1, pp. 577-
LA MONEDA COMO ARMA POLITlCA... 187
578. Significativa carta de la Condesa de Berlips al Elector Palatino sobre la reunión del Consejo
de Estado y la designación de heredero, el rey se oponía a designar al francés, y el cardenal Porto-
carrero consiguió formar una mayoria a favor del Príncipe de Baviera, firmándose el Testamento.
Pero la condesa expresa que en realidad es una maniobra a favor de Francia para llegado el mo-
mento imponer sus derechos por la fuerza, y reconoce de forma explícita que "las renuncias no
significan gran cosa", y que de las dos hermanas del Rey la mayor fue la francesa y no la Empera-
triz, teniendo la primera mejor derecho a la sucesión.
23 Ver DIAZ-PLAJA: op.czt. El szglo XVII, Texto del Tratado de 1698 en pp. 499-508. En ge-
neral para todos los tratados citados en este trabajo ver texto completo en las obras de José Anto-
nio ABREU y BERTODANO: Colección de los Tratados de paz, alianza y neutralidad, garan-
tía, protección, tregua..., etc hechos por los pueblos, reyes y princtpes de España ...desde antes
del establecimiento de la Monarquía Gótzca hasta el reinado del Rey Don Phelipe V, Madrid,
1740-1752, 12 volúmenes y su continuación Colección de los tratados de paz, alianza y comer-
CIO •.. desde el reynado del señor Don Felipe quznto hasta el presente, Madrid, 1796-1801,3 vols ..
24 Un personaje clave en todo el asunto era el Elector de Baviera, Maximiliano 11, padre del
heredero a la corona hispana; que tenía grandes aspiraciones, por entonces era gobernador general
de los Países Bajos, y su posición allí fue aceptada por los holandeses, como barrera contra las
ambiciones francesas, ya que además su hermano el arzobispo José Clemente gobernaba como
obispo los terntorios de Lieja y Colonia, y al mismo tiempo mantenía buenas relaciones con
Francia al estar casada su hermana Maria Ana con el Gran Delfin, hijo y heredero de Luis XIV.
Además se aceptó por los firmantes de este acuerdo que en caso de la muerte prematura de su
hijo, el elector Maxímiliano 11fuera reconocido como su heredero, y como tal recibirla la corona
hispana, algo absolutamente improbable de aceptar por los españoles, por lo cual las verdaderas
aspiraciones del Elector eran más limitadas, deseaba el título de rey y la soberanía total sobre los
Países BaJOS.
188 JOSÉ MARiA DE FRANCISCO OLMOS
28 Se refiere a Leopoldo, Duque de Lorena y Bar (1690-1729), hijo del Duque Carlos IV y de
su segunda mujer, Leonor de Austria, hija del emperador Fernando III (y hermanastra de Leopol-
do 1), casado desde 1698 con Carlota, hija del Duque Felipe de Orleáns (hermano menor de Luis
XN), que había recuperado la propiedad de Lorena tras la paz de Ryswíck (1697) en las condi-
ciones que tenía en 1659, aunque los franceses mantenían el control de las fortalezas de Sarrelouis
y Longwy, además del derecho de paso de sus tropas para ir de Metz a Alsacia, todo lo cual de-
mostraba el extraordinario interés que el rey de Francia tenía en controlar definitivamente este
estratégico ducado.
29 Para las reacciones de la corte de Madrid antes este nuevo reparto ver Fernando DIAZ-
PLAJA: La Historia de España en sus documentos. El Siglo XVIII, Madrid, 1955, pp. 3-9.
30 El duque de Uceda fue enviado a Roma con una carta del Rey para el papa fechada el 13 de
junio de 1700. Inocencio XII, asesorado por los cardenales Spada, Albaní y Spinola-San Cesareo,
respondió el 6 de Julio aconsejando mantener la integridad de la Monarquía nombrando sucesor al
hijo segundo del Delfín. Ver Jaime del BURGO: La Sucesión de Carlos!l, Pamplona, 1967, p.46
Y Sixte de BOURBON: Le traité d'Utrecht et les lois fondameniales du royaume, París, 1998,
p.56.
190 JOSÉ MARtADE FRANCISCO OLMOS
31 Llama la atención que Luis XIV pusiera los intereses dinásticos por encima de los nacionales
de Francia, ya que con el Tratado de reparto de 1700 Francia recibiría Guipúzcoa y una sólida posi-
ción en el centro (presidios toscanos y Finale) y sur de Italia (Nápoles y Sicilia), mientras que acep-
tando el testamento de Carlos TI lo único que conseguía de forma concreta era que su nieto obtuviera
una gran herencia, y una posible alianza militar de Francia y España que dominara prácticamente
toda la Europa occidental, pero cuya duración y evolución nadie podía preveer, de hecho en la Gue-
rra de Sucesión la gran derrotada fue Francia, que no sólo no obtuvo ninguna ganancia territorial,
sino que sufrió pérdidas y además salió de ella económica y militarmente muy debilitada.
32 Ver la Carta que Luis XIV envía a la reina viuda de España sobre este tema (12 de noviem-
bre) en DIAZ-PLAJA: op.cu.. El siglo XVIII, pp. 20-21; Y otras reacciones en pp.13-19, por
ejemplo la del conde de Harranch (embajador imperial en Madrid) que considera ilegal y nulo el
testamento.
33 La proclamación oficial en Madrid la hizo el entonces Alférez Mayor y Regidor de la Villa
y Corte (Marqués de Francavila), que alzó pendones por Felipe V ante un retrato del nuevo rey en
cuatro ocasiones (ante el Alcázar, y en las plazas de las Descalzas, Mayor y de la Villa); fisica-
mente Felipe V no llegó a territorio español hasta el 14 de enero de 1701, y entró en Madrid el 17
de febrero, realizándose la gran entrada oficial en la Corte en forma festiva el 14 de abril; por
último el 8 de mayo Felipe V recibe el juramento de fidelidad de los procuradores de las Cortes
de Castilla, reunidas a tal efecto en la iglesia de San Jerónimo el Real.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 191
LA CRISIS
34 Este tema fue uno de los más espinosos y que los Aliados no estaban dispuestos a aceptar,
al final Felipe V hizo pública renuncia a sus derechos a la Corona de Francia el 5 de noviembre de
1712, ver el texto en DIAZ-PLAJA: op.cit. El siglo XVIII, pp. 88-93, pero recordemos que en
Francia esta renuncia nunca se aceptó, de hecho Luis XIV lo expresó claramente en las negocia-
ciones de paz al afirmar que en su reino existía una ley fundamental (inviolable y no modíficable)
que indicaba que el príncipe más cercano al trono es necesariamente el heredero, Siendo esta ley
en Francia superior a cualquier tipo de renuncia, y lo dijo en marzo de 1712, cuando las muertes
del Gran Delfm, de su hijo el duque de Borgoña, y de su nieto el Duque de Bretaña, había coloca-
do a Felipe V como número dos en la sucesión francesa, sólo por detrás de su Joven y débil sobri-
no (el futuro Luis XV). Ver José M" de FRANCISCO OLMOS: "La orden del Espíntu Santo en
las onzas de Felipe V" en Hidalguía, año XLVI, n" 267, marzo-abril de 1998, pp. 169-192; así
como la carta que escribe Felipe V al Parlamento de París el 9 de noviembre de 1728 afirmando
su derecho inalienable a la Corona francesa (texto en DIAZ-PLAJA: op.cit. El Siglo XVIII, pp.
161-162).
192 JOSÉ MARÍA DE FRANCISCO OLMOS
LA GUERRA
Francia tratan de unirse mas estrechamente con el fin de oprimir la libertad de la Europa y arrui-
nar el comercio entablado y acostmnbrado de ella.
37 A cambio Castilla debía renunciar a sus reivindicaciones sobre el litoral norte del río de la
Plata y ceder no sólo las fortalezas extremeñas (Badajoz, Alburquerque y Valencia de Alcántara),
sino también las ciudades gallegas de Tuy, Bayona, La Guardia y Vigo. Por último Portugal
recibiría subsidios para costear la guerra y el mando supremo militar en la península, producién-
dose el desembarco de las tropas aliadas en Lisboa en marzo 1704.
194 JossMARíA DE FRANCISCO OLMOS
38 P,VOLTES 1 BOU: L "Arxiduc Caries D'Austria, rei deis catatans, Barcelona, 1967, pp. 31
Y ss. Después de unos años el Archiduque fue reconocido secretamente por el papa como Rey
Católico en enero de 1709.
39 Hasta el 30 de abril de 1704 Felipe V no declarará formalmente "enemigos del Estado al
Rey de Portugal, al Archiduque Carlos de Austna y a sus Aliados", parte del texto en DIAZ-
PLAJA: op.cit. El siglo XVIII, pp. 34-36.
40 Para un resumen de este complicado periodo ver A.J.VEENENDAAL: "La Guerra de Su-
cesión Española en Europa" y H.G.PITT: "La Paz de Utrecht", en Historia del Mundo Moderno
de Cambndge, tomo VI, Barcelona, 1980.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA... 195
41 Esto al menos es 10 que dicen los representantes del Principado de Cataluña en el Tratado
de amistad y alianza que firmaron el 20 de junio de 1705 con Inglaterra, texto publicado por
Alejandro CANTILLO: Tratados, convenios y declaraciones de paz y de comercio que han hecho
con las Potencias extranjeras los Monarcas españoles de la Casa de Borbón desde el año 1700
hasta el día, Madrid, 1843, citado por Alfonso GARCIA GALLO: "El derecho de sucesión del
trono en la Corona de Aragón", en Anuario de Historia del Derecho Español, tomo XXXVI,
Madrid, 1966, entrada 29. Para el mantenimiento de las distintas normas sucesorias en ambas
coronas ver Alfonso GARCIA GALLO: Manual de Historia del Derecho Español. JI Antología
de Fuentes del Antiguo Derecho, Madrid, 1982, datos sobre una posible sucesión de Fernando VII
preso de Napoleón, a favor de la infanta Carlota, hija primogénita de Carlos IV (F.1309), o la
solución (a falta de otros varones Borbones) del Archiduque Carlos, duque de Teschen, hijo me-
nor del emperador Leopoldo 11 (descendiente del Archiduque Carlos, emperador Carlos VI) y de
María Teresa, hija del rey Carlos III de España (F.1184) defendida por el general Palafox, Capitán
General del Reino de Aragón.
196 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
42 Para más datos sobre este problema ver el extenso trabajo de Alfonso GARCIA GALLO:
"El derecho de sucesión del trono en la Corona de Aragón", en Anuario de Historia del Derecho
Español, tomo XXXVI, Madrid, 1966.
43 El arzobispo de Zaragoza, en nombre de las Cortes, dijo al Rey que "la Corte y quatro bra-
90S con la reverencia que devian, protestavan que por la dicha jura no fuesse causado perjuicio a
los Fueros y libertades del reino, antes aquéllas quedassen en la fuerza y valor". A.GARCIA
GALLO: "El derecho de sucesión del trono en la Corona de Aragón" en Anuario de Historia del
Derecho Español, tomo XXXVI, Madrid, 1966, pág 94.
44 A.GARCIA GALLO: "El derecho ...op.cit., págs 94-95.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 197
45
LASPACES
45 Detalles de las múltiples negociaciones, propuestas y por fin tratados de paz en H.G.PITT:
"La paz de Utrecht", en Historia del Mundo Moderno de Cambridge, tomo VI, Barcelona, 1980;
yen Pierre RENOUVIN: Historia de las Relaciones Internacionales, Madrid, 1967. Para el desa-
rrollo interno del conflicto ver Vicente BACALLAR y SANNA: Comentarios a la Guerra de
España e Historia de su rey Felipe V el Animoso, Madrid, 1727; Henry KAMEN: La Guerra de
Sucesión en España 1700-1715, Barcelona, 1974
46 Para extractos de los Tratados de paz ver Fernando DIAZ-PLAJA: La Historia de España
en sus documentos. El Siglo XVlIl, Madrid, 1955, pp. 95-105 Y 111-112; modificaciones de 1720
en pp. 133-142; Y tratado de Viena en pp. 152-155. Como estudio de los Tratados de Utrecht en
relación con las normas dinásticas españolas y la política de equilibrio europeo ver Jesús PABÓN
Y suÁREz DE URBINA: La otra legitimidad, Madrid, 1965; y sobre el mismo problema en
Francia ver Sixte de BOURBON: Le traité dUtrecht et les lois fondamentales du royaume, París,
1998.
47 Fue en esta Paz cuando oficialmente el emperador Carlos VI renunció a sus derechos his-
pánicos, Ver parte del texto en DIAZ PLAJA: op.cit, Siglo XVlIl, pp.152-155.
198 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
48 Además de los libros específicos, para todas las acuñaciones y territorios citados puede
consultarse la obra World Coins, 1701-1800; y la de José A. VICENTI: Catálogo general de la
moneda española. Imperio Español (1475-1825), Madrid, 1975.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 199
MAX·EMANVEL·D·G·U·B·S·P·B·L·L·&·G·DVX·COM
. P . R' S . R' I . AR . ET . ELE, L . L . COM . F . H . & . N . MAR, S .
R . I . D . M . = Maximilianus Emanuel, Dei gratia utriusque Bavariae,
Superioris Palatinatus, Brabantiae, Limburgi, Luxemburgi et Geldriae
dux, comes palatinus Rheni Sacri Romani imperii archidapifer et elector,
landgravius Leuchtenbergensis, comes Flandriae, Hanoniae et Namurci,
Marchio Sacri Romani imperii, dominus Mechliniae. 49
En esta zona los partidarios de Carlos III acuñaron especies de oro y
plata tras la batalla de Ramillies, tanto en el ducado de Brabante (Ambe-
res, 1706-1711), como en el condado de Flandes (Brujas, 1709), con la
titulación tradicional de época anterior, que se divide en:
b) Italia
Los Territorios italianos de la Monarquía Hispánica donde se acuñaba
moneda tenían un estatus jurídico muy variado, Sicilia era gobernada por
la Casa de Aragón desde finales del siglo XIII, tras su conquista militar;
Cerdeña había sido cedida a esta misma Casa por los papas a principios
del siglo XIV dentro de los tratados que buscaban poner fin a las guerras
sicilianas; mientras Nápoles pasó a poder de Fernando el Católico a prin-
cipios del siglo XVI tras ser expulsados sus parientes los Trastámaras
bastardos descendientes de Alfonso V y las tropas francesas de Luis XII.
50 R.Enno VAN GELDER et Marcel Roe: Les monnaies des Pays-Bas Bourguignons et es-
pagnols (1434-1713), Amsterdam, 1960. A.DELMONTE: Le Bénélux D'Or, Amsterdam, 1964;
Le Bénélux D 'Argent, Amsterdam, 1967.
51 Datos de producción y de valor de cambio de VAN GELDER- ROC: op.cu., pp.204-206.
Sobre el Ducatón de plata hay que decir que en la actualidad no nos ha llegado ninguno de los
ejemplares acuñados y la imagen que mostramos es la de un ensayo de esta pieza que se hizo en
oro. Por otra parte era una Tradición de los Países Bajos hacer unas piezas que multiplicaban el
peso legal de algunas especies, normalmente denominadas Piefort, en nuestro caso existen Pata-
gones de peso doble realizados en los años 1707, 1709 Y 1710, todas las fechas de emisión las
veremos en un cuadro al final del texto.
202 JOSÉ MARiA DE FRANCISCO OLMOS
Por último Milán era un feudo imperial que Carlos V ocupó tras la muer-
te del último de los Sforza y poco después entregó a su hijo Felipe Il,
manteniéndose en la Monarquía Hispánica desde entonces.
52 Carlo CRIPPA: Le monete di Milano, dalla dominazione austriaca alla chzusura della
zecca dal1706 al 1892, Milano, 1997; Corpus Nummorum ltalicorum, (CN!) vol. V, Lombardia-
Milano, Roma, 1914.
53 Filippo o Carlo y divisores (medio, cuarto y octavo) en plata, y el quattrino de vellón; llama
la atención una segunda emisión de estas piezas, sin cambios en tipos ni leyendas, posteriores al
acceso al trono imperial de Carlos VI y a los tratados de Utrecht y Rastadat, así tenemos filippos
de 1719, 1720 Y 1721; medios de 1720, 1721 Y 1722; octavos de 1721 y un quattrino de 1725, con
únicamente la titulación de Carlos III.
54 En las piezas milanesas de Felipe V el escusón de Portugal ha sido sustituido por el de Bor-
bón-Anjou,
55 DASI: op.cit., tomo 11, p.l94, citado en apéndice documento n" 981.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 203
Nápoles y Sicilia 57
El territorio napolitano fue ocupado por las tropas imperiales del
Conde Georg Adam Von Martinitz, que derrotaron definitivamente a
los felipistas en julio de 1707, convirtiéndose su comandante en el pri-
mer virrey austracista, que poco después fue sustituido en el cargo por
el Mariscal Conde von Daun (marqués de Rívoli y duque de Teano)
(1707-1708), bajo cuyo mandato empezaron las acuñaciones en Nápoles
a nombre de Carlos III, unos Carlinos de plata con leyenda de anverso:
Rex Hisp et Neap, y de reverso el lema: Fide et Armis , mientras el tipo
es el retrato real y en reverso escudo con las armas de Castilla, León,
Anjou'" y Aragón-Sicilia, con un escusón sobre el todo con las armas
de Austria (figura n° 11).
56 Antonio CANOVAS DEL CASTILLO: Estudios del remado de Felipe IV, Madrid, 1888,
pp.382-383; Y Fernando GARCIA-MERCADAL y GARCIA-LOYGORR1: Los Títulos y la
Heráldica de los Reyes de España, Barcelona, 1995, p.153.
57 Memo CAGIATI: Le monete del Reame delle Due Sicilie, Nápo1es, 1916-1937; Rodo1fo
SPAHR: Le monete siciliane dagli aragonesa al Borbón (1282-1836), Ba1e-Graz, 1982; Miche1e
PANNUTI et Vincenzo RICCIO: Le Monete di Napoli, dalla caduta dell'Impero Romano alla
chiusura della Zecca, Lugano, 1983.
58 Las armas de la Casa de Anjou tal y como eran cuando ocuparon este trono en el siglo XIII,
el sembrado de lises de la Francia antigua (con un lambel de gules de tres caídas).
204 JOSE MARíA DE FRANCISCO OLMOS
Cerdeña 59
La isla mediterránea fue conquistada por la flota inglesa en 1708 en
nombre del Archiduque Carlos, e inmediatamente cambió la administra-
ción, hubo un intento de recuperar la isla por las tropas felipistas de José
e) Corona de Aragón 60
Principado de Cataluña61
Documents per a l'estudi llur, 1707-1714" en Estudis Universitaires Catalans, XVII (1933);
DASI: op.cu., tomo I1I, pp.11-16; A. BADIA TORRES: Catáleg dels croats de Barcelona,
1285-1706, Barcelona, 1969; Miquel CRUSAFONT I SABATER: "Diner inédit de l'Arxiduc
Carles i altres novetats de la numismática valenciana dels segles XVII i XVIII" en Acta Numismá-
tica, VII (1977); Barcelona 1 la Moneda Catalana, Barcelona, 1989; Historia de la moneda cata-
lana. Interpretaciá i cntens metodologics, Barcelona, 1996; M. CRUSAFONT, M. GARCÍA
GARRIDO, A.M a BALAGUER: Historia de la moneda catalana, Barcelona, 1986.
62 Parece ser que el Archiduque terminó enajenando a favor de la Ciudad Condal la facultad
de batir moneda de plata con las armas de la ciudad, siendo los encargados de controlar las acuña-
ciones, al menos durante la época del sitio de la CIUdad, un consejero de la Baillia general y el
abad de Poblet. De hecho conservamos varias cartas del dicho abad de Poblet, dirigidas al Archi-
duque (25 de julio de 1708) y al Marqués de Rialp (Raimundo de Vilana y Perlas, protonotario
mayor de Cataluña, y ennoblecido por el Archiduque el 16 de agosto de 1710) en diciembre de
1711. Referencias en DASÍ: op.cit., p.15.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA... 207
' dA
Reino ,65
e ragon
Sufrió diversas vicisitudes bélicas, pasando Zaragoza de uno a otro
bando en distintas ocasiones. En la ciudad sólo se acuñaron las piezas
más pequeñas, los llamados dinerillos de cruz, los tradicionales dineros
aragoneses (1706-1710), cuya producción cesó cuando tras la batalla de
Villaviciosa (1710) los felipistas ocuparon definitivamente todo Aragón,
siendo Zaragoza visitada por Felipe V y su mujer a principios de 1711.
(figura n° 20).
Reino de Valencia 66
Las tropas austracistas desembarcaron en agosto de 1705, entrando en
la ciudad de Valencia en diciembre. El 7 de febrero de 1706 Juan Bautis-
ta Basset, junto al conde de Cardona, juran los fueros del reino en nom-
bre del Archiduque, el nuevo Virrey sería el Conde de Cardona, y unos
meses después el Archiduque se trasladó a la ciudad donde permaneció
MONEDA
Para Para
PORTUGUESA Valor en Felipe V
Valencia Barcelona
(ley 916,6 Portugal (9-1-1711)
(XI-1706) (V-1707)
milésimas)
Moneda de oro 6 Libras y 93 reales
4.800 reais 9 Libras
(10,76 grs) 3 Sueldos de vellón
Media moneda 3 Libras y un 4 Libras y 46 reales de
2.400 reais
(5,38 grs) dieciocheno 10 Sueldos vellón y 17 mrs
Cuarto de moneda 15 Reales y 2 Libras y 23 reales de
1.200 reais
(2,69 grs) 9 dineros 5 Sueldos vellón y 8,5 mrs
Cruzado de plata 6 Reales y
480 reais 9 Reales
(novo) (17,31 grs) 4 dineros
Medios cruzados 3 Reales y
240 reais 9 sueldos
(8,655 grs) 2 dineros
Onza de plata 15 reales
Reino de Mauorco"
Fue uno de los territorios más complejos, parte de él a poder del Archi-
duque en 1706, y la flota inglesa fue la encargada de apoderarse de Mahon
(1708) y Menorca (1712), isla que recibieron en los tratados de Utrecht y
ahora ya de forma definitiva, siendo recibido por los madrileños con gran
• 71
entusiasmo .
Estas ocupaciones temporales de Madrid podrían haber llevado a que
se acuñara moneda a nombre de Carlos III en ella, pero no fue así, la mo-
neda castellana del Archiduque, piezas de plata de reales de a dos (pese-
tas), son fabricados únicamente en Barcelona entre 1707 y 1714 (donde a
veces aparecen citados como pessas de dos), tomando como modelo tipo-
lógico los acuñados por Carlos II en Segovia en 168272 , que introducían
como novedad el uso del nombre del rey como tipo principal de reverso,
colocando sobre él una corona y debajo su numeral, mientras el anverso
era ocupado por las tradicionales grandes armas de la Monarquía (figura
n° 23).
Estas piezas parecen que se hicieron en gran cantidad, y su circulación
fue bastante abundante en varios territorios, así el 5 de abril de 1712, Eleu-
terio José de Torres, de la Chancillería de Valencia dirigió al Conde de
Gramado, del Consejo de Castilla, una exposición informándole de que
había sido hallada en Valencia moneda de la llamada "segoviana" fabrica-
da por el Archiduque (Tirano en el texto), en concreto dice que se hallaron
"reales de a dos de la marca y forma segoviana,fabricados en Barcelona,
y del mismo tamaño y con la gráfila de los Segovianos, de forma que sería
difícil conocerles sino se hallase el nombre de Carlos tercero, que en al-
gunas monedas está Viciado porque se entienda ser del Sr. Don Carlos
Segundo, y haviendo los ministros hecha la averiguación de la oficina de
la fábrica y conducción de este caudal, convienen todas las noticias en que
la oficina es de Barcelona, que se introducen en Tortosa y se conducen a
esta ciudad por los Soldados, a quienes dicen que en Tortosa se hacen
pagamientos en esta especie de moneda y que corre libremente y los suje-
tos a quienes se han encontrado en esta Ciudad estas monedas afirman
havérselas dado en pago algunos soldados y provehedores del Real Exér-
cito en pago de lo que compraron en sus tiendas", y se les disculpaba el
haberlas aceptado por la mucha necesidad de vender sus géneros para man-
tenerse, y porque quien pagaba eran soldados, a pesar de "ser fábrica del
Tirano y tener de quiebra en su valor un 25%".
El 16 de abril el Consejo proponía que se ordenase a los Comandantes
militares que los soldados no utilizasen esa moneda ni obligasen a admi-
tirla a los paisanos, y el Rey así lo dispuso, con especial referencia al
Gobernador de Tortosa, que era la zona en donde más corrían y por don-
de pasaban de Cataluña a Valencia.",
e) Reino de Navarra
En Navarra no se acuñaron piezas a nombre de Carlos III de Austria,
siendo el único territorio europeo de toda la antigua Monarquía Hispáni-
ca donde no hubo piezas a nombre del pretendiente austracista.
73 MATEU LLOPIS: Aportacián...op.cit., pp. 121-122 Ydocumentos LXIX y LXX del apén-
dice, pp.293-295, tomados de AHN, Consejos, Leg.51.361, n" 24.
214 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
74 Sewall MENZEL: Cobs, Pieces 01 Eight and Treasure Coins. The early Spanish-American
Mints and their coinages 1536-1773, Nueva York, 2004, pp. 414-418 para ver toda esta proble-
mática, incluso dice que hay un doblón sin fecha que lleva el nombre de Carolus en anverso y
Philipus en reverso (SF-1l2).
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA... 215
75 Hayal menos doblones a nombre de Carlos 11 de los años 1701-1710 y 1712, que se adjudi-
can a Carlos III de Austria en la obra de Adolfo, Clemente y Juan CAYÓN: Las Monedas Espa-
ñolas. Del Tremis al Euro, del 411 a nuestros días, tomo 1, Madrid, 2005, donde se catalogan
distintas piezas a nombre de Felipe V durante los años de la guerra, escudos de oro de 1711, y
doblones de 1701, 1707, 1708, 1709, 1711 Y 1713; Reales de a Ocho de plata de 1705.
216 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
por ejemplo en gran cantidad no se llega a leer el nombre del rey, siendo
la lectura de las leyendas muy limitada, con 10 cual su adjudicación es
muy compleja, y 10 mismo pasa con la data, en numerosas ocasiones no
se aprecia, y en otras está truncada, por ello su estudio es complicado,
teniendo que unir diversos retazos de información (por ejemplo la marca
de ensayador) para llegar a una conclusión lógica sobre cada pieza. Co-
mo ejemplo de todo 10 comentado vemos una pieza de dos escudos donde
no se aprecia el nombre del rey y sólo parte de la fecha 29 (1729), que
obviamente hay que adjudicar a Felipe V (figura n" 24).
EL PROBLEMA PROTOCOLARIO
Tras las Paces generales que acabaron con la Guerra de Sucesión es-
pañola el conflicto seguía vivo entre el Emperador Carlos VI y Felipe V,
que además deseaba reconquistar parte de 10 perdido en Utrecht, en espe-
ciallos territorios italianos (desembarcos exitosos en Cerdeña y Sicilia),
pero las Potencias decidieron que 10 más importante era mantener 10 pac-
tado en los tratados que pusieron fin a la Guerra de Sucesión española y
por ello se firmó el Tratado de la Cuádruple Alianza (Londres, 2 de agos-
to de 1718, Gran Bretaña, Francia, Provincias Unidas y el Emperador).
Poco después, a principios de 1720 (La Haya, 17 de febrero), el rey de
España se adhirió al Tratado de la Cuádruple Alianza, donde se estable-
cía que ambos monarcas (Carlos VI y Felipe V) se reconocerían y harían
cesión de sus derechos sobre los territorios que habían cambiado de sobe-
rano tras el fin de la Guerra, 10 cual hicieron Carlos VI (Viena 16 de sep-
tiembre de 1718) y Felipe V (22 de julio de 1720), pero la definitiva re-
conciliación entre ambas Cortes se produjo años después por intereses
concretos, Carlos VI tenía un grave problema sucesorio al tener como
heredera únicamente a su hija, la luego famosa emperatriz María Teresa,
y promulgó una Pragmática Sanción (1713) para asegurar que ella recibi-
ría íntegra la herencia de la Casa de Austria, siendo desde entonces su
política firmar numerosos tratados con distintos soberanos de Europa que
siempre incluían la cláusula de aceptación de esta Pragmática; del mismo
modo Felipe V deseaba conseguir el reconocimiento para el primogénito
de su segundo matrimonio con Isabel de Farnesio, el Infante Carlos, los
derechos de sucesión sobre los ducados de Toscana, Parma y Plasencia,
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 217
76 Fue en esta paz cuando oficialmente el emperador Carlos VI renunció a sus derechos his-
pánicos. Ver parte del texto enDIAZ PLAJA: op.cit. Siglo XVIII, pp.131-141 y 152-155.
218 JOSÉ MARíA DE FRANCISCO OLMOS
77 Llama la atención este argumento cuando el Maestrazgo del Toisón llegó a la Casa de Aus-
tría precisamente por el matrimonio de la heredera de Borgoña, la Duquesa Maria, con Maximi-
liano de Austria, padres de Felipe el Hermoso y abuelos del emperador Carlos V.
LA MONEDA COMO ARMA POLITICA. .. 219
CONCLUSIONES
=-_. antes de mediados del siglo XV un nuevo arte que se iba a des-
arrollar en Europa y que iba a perdurar hasta la actualidad: el arte
de la Medalla. De todos es bien sabido que esta pieza, cuyo aspecto ex-
terno se asemeja enormemente al de la moneda, se distingue de ella ante
todo por su poder emisor, al carecer la primera de la autoridad, del res-
paldo y de la marca estatal. La medalla se caracteriza además por su fina-
lidad, la conmemorativa, publicitaria y propagandística, esencia misma
de la pieza, en tanto que la moneda, aunque también contiene un impor-
tante elemento propagandístico del poder estatal que la emite, posee un
fin esencialmente económico. Pero así como la moneda remonta sus orí-
genes nada menos que al siglo VII a de e., la medalla fue ante todo una
creación artística del Renacimiento italiano que respondió mejor que nin-
gún otro objeto artístico a las inquietudes y a los deseos de los principales
mecenas del Renacimiento.
Los antecedentes de las medallas I se encuentran no obstante en la pro-
pia antigüedad, destacando los medallones del mundo romano. Estas pte-
zas creadas en la época del Imperio poseían dimensiones muy superiores
I Sobre los orígenes de las medallas, Vid.. E. BABELÓN, «Les Origines d'art du Médalleur».
Histoire de I'art d'André Michel, Ill, París, 1908; M. JüNES, El arte de la Medalla, Madnd,
1988 (capítulo 1, pp.I-20).
234 Ma DEL MAR ROYO MART!NEZ
por los principales monarcas europeos que serán los grandes protagonis-
tas del siglo XVI. En el primero de los centros italianos mencionados del
Cincuecento, Padua, destacó Giovanni Cavino (1500-1570), conocido no
sólo por sus medallas sino sobre todo por sus numerosas imitaciones de
sestercios de bronce romanos correspondientes al periodo de los "Doce
Césares". Estas piezas, conocidas en el mundo del coleccionismo como
"Paduans" y salidas del taller de su autor a centenares, poseen tan exqui-
sita calidad y perfección que en ocasiones ha sido dificil distinguirlas de
las monedas antiguas genuinas 7 • Otro de los artistas que destacó en la
Toscana por su producción medallística fue Pastorino de Pastorini (1508-
1592), quien a diferencia de sus contemporáneos modeló la mayoria de
sus piezas solamente con anverso y sin reverso, eludiendo con ello una de
las finalidades básicas de la medalla, que es la de asociar el retrato del
anverso con los atributos del personaje retratado en el reverso. En cuanto
al tercero de los focos italianos, Roma, despuntó aquí el medallista y gra-
bador de monedas Alejandro Cesati, apodado 11 Grechetto, quien además
de excelente grabador de medallas y monedas 10 fue también de cama-
feos, gemas y otras piedras preciosas. Aunque no se conoce la fecha de
su nacimiento y de su muerte, la mayor parte de sus obras están datadas a
partir de los años treinta, realizando hasta la década de los sesenta como
grabador y medallista de la ceca papal, numerosos troqueles para diversas
monedas de los pontífices Pablo III, Julio III y Pío V. Sin embargo, entre
los más importantes medallistas italianos del siglo XVI sobresalieron dos
grandes escultores que compaginaron sus trabajos con el arte de la meda-
lla y de la moneda: Benvenuto Cellini y Leone Leoni.
Benvenuto Cellini.- Este gran escultor además de medallista, orfebre
y grabador de monedas y sellos, nació en Florencia en 1500, donde falle-
ció en 1571. Sin duda alguna fue uno de los más grandes artistas de toda
la Europa del Renacimiento, disputándose su trabajo los principales du-
ques, pontífices y reyes de su época. En su ciudad natal estudió con el
orfebre Miguel Ángel Di Viviano, padre de Baccio Bandinelli, escultor y
futuro rival de Benvenuto. En 1518 el joven Cellini realizó una estancia
en Pisa donde tuvo la oportunidad de estudiar los sarcófagos de la ciudad
y aprender de ellos la técnica del bajo relieve, aunque al año siguiente
8 Sobre los primeros años de formación y producción artística de Benvenuto Cellini, véase:
M. SCALINI, Benvenuto Cellinz, Florencia, 1995, pp. 4-8.
9 D. P. COOPER, The Art and Craft of Coinmaking, A history of Minting Technology, Lon-
don, 1988, p.39.
10 Esta prensa, denominada posteriormente prensa de volante o de balancín, constaba básica-
mente de un gran tornillo central de prensa instalado en el centro de una sólida caja de hierro o
acero, en la cual se encajaba el cuño inferior de la futura moneda. El tornillo estaba unido en su
extremo superior a una gran palanca rematada por una bola en cada extremo, mientras que en su
238 MaDEL MAR ROYO MARTíNEz
extremo inferior contenía el cuño supenor de la moneda. Al grrar la pesada palanca el tornillo
central descendía, de manera que tras haberse colocado el cospel entre ambos cuños la elevada
presión del tomillo permitía acuñar los tipos de dichos cuños sobre el cospel, dando como resul-
tado la moneda.
11 D. P. COOPER, Op. Ci.t, p.51.
12 ALLEN G. BERMAN, Papal cotns, USA, 1991, N° 841, p.93.
13 Ibidem, ~ 843, p.93.
14 Ibidem, N° 846, p.93.
15 Ibidem, N° 851, p.94.
BENVE NUTü CELLINI y LEüNE LEüN!.. . 239
comenzando así una nueva etapa en la carrera del escultor. Entre 1540
y
1544 se convirtió en este nuevo país en el escultor favorito del rey, obte-
niendo numerosos privilegios. Una de las medallas más conocidas de este
monarca es la que en 1538 le había dedicado el artista con el título
de
Francisco 1 tratando de someter a la Fortuna (Fig.lO) acuñada en plata.
En el anverso se representa el busto laureado del rey hacia la derech
a,
con coraza y cetro y con una majestuosidad digna de los antiguos empe-
radores romanos, mientras que en el reverso aparece de nuevo el monar
-
ca, esta vez a caballo hacia la derecha y a punto de golpear a la Fortun
a
postrada en el suelo, imagen que aparece rodeada por la leyend
a
FORTVNAM· VIRTVTE·DEVICIT.
En Francia Cellini no sólo se ocupó de diseñar medallas para su nuevo
mecenas, sino que compaginó sus trabajos en este terreno junto con los
de escultor y orfebre e incluso participó en gran parte de la decoración
del Palacio de Fontainebleau. Fue ahora además cuando efectuó la que
sería su obra cumbre en el terreno de la orfebrería, su famoso Salero
de
Francisco 1 desarrollado entre el año de su llegada y 1543. No tenem
os
constancia por el contrario de monedas a nombre del rey francés cuyos
troqueles hubieran sido confeccionados por Cellini yeso a pesar de
la
amplia experiencia que su paso por la ceca Papal le había conferido
al
artista. Pero Francisco 1 contaba con sus propios grabadores y encomen-
dar un trabajo de tal importancia a un extranjero habría enfrentado sin
duda al monarca con sus propios trabajadores. En cualquier caso la nota-
ble posición que Cellini alcanzó en la Corte francesa le creó tantos ene-
migos, que en 1545 decidió regresar a Italia, dejando eso sí, un gran taller
de escultura con importantes obras y ayudantes en Francia y comenzando
su última etapa artística en Florencia.
En la ciudad que le había visto nacer Cellini fue recibido por el nuevo
Duque Cosme de Médici, quien desde 1536 había sucedido a su padre
Alejandro y bajo el cual la ciudad de Florencia alcanzaría el mayor es-
plendor artístico de toda la centuria. En esta última etapa Benvenuto Ce-
llini se aplicó especialmente a la ejecución de esculturas, encomendánd
o-
le Cosme la elaboración de la que sería una de las obras más conocidas
de toda su producción escultórica: la Estatua del "Perseo". Sin embar
go
también retomó ahora la producción de monedas, atribuyéndose a su ma-
no el grabado de los cuños para el Escudo y el Medio escudo de plata
242 ~aDEL~RROYO~TThrnZ
Maximiliano, hijo de Ludovico el Moro. En 1515 FranCISCo 1 se adueñó sin embargo de Milán,
pero su remado fue breve ya que en 1521 Carlos V expulsó de nuevo a los franceses restaurando a
los Sforza con Francisco n. Las maquinaciones del canciller Morone para una confederación
Italiana contra Carlos V, hicieron que éste se apoderase de la CIUdad y de Sforza en 1526. En 1529
le devolvió sin embargo sus estados a FranCISCo Il Sforza, pero en 1535, al fallecer este Duque sm
sucesión Carlos V lo declaró entonces como posesión suya cediéndolo además a su hijo Felipe Il
en el año 1540.
24 La monografia básica sobre el trabajo de Leom en la Corte de Carlos V sigue Siendo:
E.PLON, Les maures italiens au service de la Maison d'Autriche. Leon Leoni, sculpteur de Char-
les V et Pompeo Leoni, sculpteur de Philippe /l, Pans, 1887.
25 Para las ermsiones milanesas a nombre de Carlos V y de Felipe Il VId.. C. CRIPPA, Le Mo-
nete di Milano durante la dominazione spagnola dal 1535 al 1706, Milano, 1990.
26 Ibidem, pp. 35-39 Y A.HEISS, Descripción general de las monedas hispano-cristianas
desde la invasión de los árabes, Madnd, 1869, Lám. 156, N° 2, p.79.
27 "A conferma dell' attribuzione di questo como al Leom basterebbe d'altra parte ncordare la
medaglia da lui eseguita nel 1549, che ha al rovescio la stessa scena di Giove con i Titam e che
addinttura presenta la medesima leggenda DISCITE IVSTITIAM MONITI. D'altra parte e logico
pensare che, volendo realizzare una coniazione di tale importanza e prestigio, quale era lo seudo
d'argento, pnma moneta d' argento di grande modulo milanese, Cario V non potesse che
rivolgersi al Leoni, sommo artista, il quale m quegli anm era Maestro della zecca milanese" (C.
CRIPPA, Op, cit. p.37.).
BENVE NUTO CELLINI y LEONE LEON!... 245
lbidem, p. 79.
31
32 lbidem,
pp. 42-45.
33 Ibidem, pp. 52-54.
34 M. VIDAL QUADRAS y RAMÓN, Catálogo de la Colección de Monedas y Medallas de
Manuel Vidal Cuadras y Ramón, de Barcelona, Tomo IV, Barcelona, 1892, N° 13.559, p.97;
FORRER, L. Op, cit., Vol.III, págAOI;E. PLON, Op. cit. Lám.XXXI-l y 2, p.260; M. RUIZ
TRAPERO, 1. DE SANTIAGO FERNANDEZ, J. Ma DE FRANCISCO OLMOS, Y Ma M. y
ROYO MARTÍNEZ, Op. cu.. N°3, p.9.
BENVE NUTO CELLINI y LEONE LEaN!.. . 247
40 San Ambrosio de Milán, considerado uno de los más famosos Padres de la Iglesia, recibió
en el 374 la sede episcopal milanesa, adoptando una decidida posición frente al Arriamsmo, que
negaba la divinidad de Cnsto. En el 384 resistió con éxito el mtento de la emperatnz Justma de
mtroducir la comente en la CIUdad de Milán y seis años después censuró al emperador onental
Teodosio por haber consentido la matanza de siete mil tesalómcos Imponiéndole una pemtencia
pública que terminó con su propta excomunión.
41 C. CRIPPA, Op. Cit, p. 136.
42 Sobre esta pieza VId. C. CRIPPA, Ibidem, pp. 140-143.
BENVENUTü CELLINI y LEüNE LEüN!... 249
BIBLIOGRAFÍA
1549.Bronce.75 mm.
BENVE NUTO CELLINI y LEONE LEON!...
257
gación que esta "Europa". ¿No podría ser otra versión del sentido mítico
de la otra Europa, y más antigua aún que ella?
También es significativa otra Europa, de origen egipcio puesto que se
trataba de una hija del río Nilo, y esposa de Dánao. Éste descendía de
Poseidón y de la ninfa Libia. Dánao era padre de las Danaides, y huyó
con ellas del reino de Libia para escapar de su hermano Egipto, al que
temía, desembarcando en Argos, de donde llegó a ser rey. Tenemos en la
fuga de esta Europa, junto con sus restantes hermanas, su procedencia
ajena a la propia Grecia, en este caso África, y su llegada a territorio
griego, precisamente a Argos, uno de los centros culturales y políticos de
la época micénica. Podría ser una leyenda también convergente en su
sentido mítico con la leyenda de la Europa fenicia (pero ésta egipcia).
Es curioso observar que todas estas otras "Europas" tienen alguno de
los caracteres legendarios que también se hallan en la Europa de proce-
dencia fenicia que hemos tomado como vector principal de este mito.
co, y éste hijo de Zeus. Aquiles se hallaba por línea paterna en la descen
-
dencia de Zeus. y por la materna no le venía peor.
Aquiles tuvo por madre a Thetis. Peleo se había enamorado de ella.
Todos los dioses del Olimpo habían sido invitados a su boda. Pero acudió
también, sin haber sido invitada, Discordia, cuya manzana daría
lugar
más tarde a una competición de bellez a de la que habría de ser juez
el
troyano Paris, el cual, asignándola a Afrodita, habría dado lugar a
que
ésta le premia ra otorgándole el amor de la más bella entre las bellas,
Helena, mujer ya de Menelao rey de Micenas ... También estaban
en el
banquete las Parcas, las cuales profetizaron el destino que le habría
de
corresponder al futuro hijo de las nupcias: Sería inmortal pero de
vida
oscura, o moriría joven lleno de gloria ...
Tal vez el personaje Aquiles fuera el mascarón de una nave de guerra
(también, como si fuera un campeón en la carrera, podás okys, "el de
los
pies ágiles"; y tratándose de un barco de guerra, "el de rápidos remos"
.
Literalmente significa "el rey del mar" (Véase J.-L.Perpillon, Les
subs-
tantifs grecs en --eus, 1970, en relación con M.Sulzberger "Onóm
ata
epónimon. Les noms propres en Homére", Revue des Études grecqu
es,
1926, 381-447). Y a una afilada nave de guerra bien le valdría el epíteto
"de veloces remos". También el bando troyano contaría con sus aqueos
.
Nada menos que el padre del piadoso Eneas, Anquises (anakhéo, "expan
-
sionarse las aguas" hendidas por la veloz proa de una nave propul
sada
por fuertes remeros) poseía un nombre adecuado para un corsario de
los
"pueb los del mar". Pero volvamos a Aquiles.
Su madre, Thetis, era hija de Nereo (Véase el vol.Hurts y Létubl
on
(edits.) La Mythologie et l'Odissée, 2002). Siendo niña su padre le profe-
tizó que pariría un hijo más poderoso que su padre. Nereo era un antigu
o
dios marino que tenía el don de la profecía, por lo cual Zeus y Poseid
ón
(casado con otra hija de Nereo, Anfitrite) decidieron que sería mejor
ca-
sarla con un hombre que con otro dios, pues hubieran temido a tal hijo
de
aquella diosa. Por ello la casaron con Peleo. Su hijo Aquiles se enfren
tó
con su destino, pero Thetis le sumergió en el agua del lago Estigio
para
que fuera invulnerable. Sin embargo el agua no mojó los talone
s por
donde su madre le sostenía...y por aquel punto se le hincar ía el dardo
arrojado por el rubio Paris.
La saga de los dioses se hacía corpórea en los grandes navegantes
274 ÁNGEL SÁNCHEZ DE LA TORRE
4) LA SIGNIFICACIÓN DE CRETA
La diosa Venus trató de consolar a la raptada Europa, llevada a Creta
sobre los lomos del Toro-Zeus, asegurándole que todo un continente
habría de llevar su nombre. Aún no se sabía cuál sería su extensión. Sólo
hacia el 600 un navegante greco-marsellés, Pytheas, describiría en térmi-
nos generales su estructura. Un conjunto de tierras montañosas (las Ibe-
rias, desde 10 que denominamos ahora Cáucaso hasta la cordillera litoral
de 10 que ahora denominamos Península ibérica), y una mucho mayor
extensión, llanuras y pantanos hacia las riberas de 10 que ahora denomi-
namos Mar Báltico, en las zonas de donde procede el viento Bóreas. Es-
tas tierras llanas, que cubrían centenas de kilómetros tierra adentro que
fluían hacia el Mar del Norte y hacia el Báltico se llaman ahora, con vo-
cablo de entonces, Holanda o Escandinavia, "tierras llenas de aguas pan-
tanosas"(Véanse n.Plácido "El impacto de los viajes mediterráneos en el
imaginario griego", en lL.López-Castro Colonos y comerciantes en el
EUROPA, DESDE SUS MITOS ANTIGUOS 275
Las rutas comerciales dependían sobre todo del viento. Por ello la di-
ficultad se hallaba en el tiempo del retomo. Por ejemplo la ruta desde
Creta hacia el Delta venía favorecida por el viento nor-oeste primaveral,
pero se debía regresar costeando Siria y Anatolia en viajes diurnos en que
se aprovechara la brisa terra1. Conocer el tiempo y el lugar oportunos
serían los secretos más útiles de todos. Las incidencias de los vientos que
impidieron a los barcos que conducían hacia Troya a los Aqueos sólo
pudieron ser superadas por un sacrificio humano. Pero la Iliada refleja-
ba más las luchas pie a tierra y el resonar de las lanzas contra los escudos
que los mortales peligros del abordaje y del incendio. Aunque fue preci-
samente el momento en que los troyanos alcanzaban la orilla donde las
naves estaban varadas, para incendiarlas, cuando el tiempo dramático
empezó a girar atrás y el compañero de Aquiles, revestido de la armadura
de éste, salió a contenerlos: era ya una situación de vida o muerte para los
griegos. Su existencia auténtica y también arriesgada se advierte en un
momento en que Odiseo cuenta: "Cuando dejamos atrás la isla (podría
haber sido Creta) y ya no se percibió tierra, sino solamente cielo y
mar. .." (XII, 403 ss.).
El Laberinto de Knoso es la más antigua experiencia del conocimiento
de las rutas, aunque esa misma metáfora ha tenido constante presencia en
tradiciones de otros lugares y de otros tiempos. Hasta el trazado completo
de las rutas mediterráneas de Amiano (De oris maritimis, descripción de
los promontorios y costas mediterráneas especificando los días de nave-
gación que los separaban, a fines del s.IV d.C.), diversos "periplos" han
tratado de enseñar las rutas accesibles bajo las diferentes técnicas de na-
vegación. Pitheas de Marsella escribió el texto que nos ha llegado bajo el
nombre de El Océano, tras haber alcanzado ciertamente las costas britá-
nicas y muy probablemente -o en otro caso obtuvo información de
otros- las orillas del Báltico. (Existe tradución italiana. Véase también
S.Magnani, !l viaggio di Pitea sull' Oceano, 2002). Por las regiones
orientales, el denominado Periplo eritreo (hacia el s.V a.C.) describía los
puertos entre África y la costa del Malabar. El macedonio Nearco acom-
pañó la expedición de Alejandro por aquellas mismas rutas.
La inquietud exploradora y comercial de los griegos no se atuvo a su
mundo mediterráneo, sino que si salió fuera de él, hacia las aguas de "las
Indias", también lo hizo hacia el Océano "atlántico". Recordemos que la
282 ÁNGEL SÁNCHEZ DE LA TORRE
Existe con orígenes muy antiguos una raíz pi de donde se derivan vo-
cablos que figuran entre los más significativos del mundo político, del
mundo económico y del mundo geográfico, a partir de la actividad co-
mercial naval y de sus derivaciones.
En el cinturón emblemático que rodea los cielos mediterráneos, y de-
ntro de ese Zodiaco en que, para todos los crédulos que en el mundo han
sido, se inscriben los destinos humanos, figura la constelacíón del Toro.
Dentro de su esquemático contorno aparece un pequeño grupo de estre-
llas muy brillantes, perceptibles a simple vista, las Pléyades.
Las Pléyades eran hijas del titán Atlas (hermanas por tanto de una de
las figuras míticas que se llamaban "Europa", como hemos visto). Com-
pañeras de Artemis, fueron perseguidas por el cazador Onón. Los dio-
ses se compadecieron de ellas y las transportaron al cielo. Cuando aso-
man por encima del horizonte, entrada ya la pnmavera, denotan que ha
llegado la estación de la navegación, libre de las tormentas invernales,
hasta que a fines de octubre vuelven a sumergirse en el mar. La más
hermosa de las Pléyades, Maya, fue amada de Zeus de quien tuvo por
hijo a Hermes.
"Navegar" se dice en griego pléo, y "navío" ploion. (Cuando un Joven
deportista se lanza a nadar hace plongeon, pero esto es ya francés).
El retomo del navío lleno de mercancías es la riqueza del comerciante.
"Riqueza" se dice ploutos, y por ello el dios que preside las riquezas de la
tierra, la fecundidad de los frutos y los tesoros de metales se llamaba
"Plutón". La abundancia de mercancías es plethos y la superabundancia
plethóra. En latín tenemos plenus y en español "repleto", que significan
igual que el griego pléos y el inglésfull.
Donde hay abundancia de gente hay, en griego, pléthos y plethys, y SI
esa gente está ya un poco organizada es pális. En latín plebs es la clase
baja, pero su decisión legal se convierte en plebiscitum, y el conjunto
organizado populus (la primera sílaba es reduplicación, indicando que es
algo más que un grupo de gente, como en el ibérico bilbilisi.
Los fenómenos fisicos derivados de esa misma raíz cubren una admira-
ble extensión semántica. Si pléo es, como se ha dicho, "navegar", es tam-
bién el "flotar" de los barcos, como el inglés flout y el germánico flodus.
Plumbum eran los pesados minerales transportados por mar desde Hispa-
nía ("aguas occidentales"), y el hecho de navegar se denominaba pleusis.
284 ÁNGEL SÁNCHEZ DE LA TORRE
T
odavía hoy, a los 500 años del descubrimiento de América,
existe cierto número de sociólogos y antropólogos americanos
-que no historiadores- que siguen hablando mal de la acción
civilizadora (que no colonizadora) de España en América. Y así, en un
libro publicado en 1989 tres años antes del año del V Centenario del
Descubrimiento, tocan algunos de los temas sobre los que trataremos
seguidamente (quiero aclararles que la mayor parte de ellos son de na-
cionalidad argentina).
El asunto del V Centenario del Descubrimiento de América, aquí tradu-
cido por CELEBRACIÓN COLONIALISTA cuando nuestras provincias
americanas jamás fueron colonias, como lo ha probado absolutamente el
historiador argentino Ricardo Levene (en su libro "Las Yndias no eran
colonias") nos trae noticias de política interior del Gobierno socialista es-
pañol, lo cual nos sorprende: Critica la celebración de este hecho por ser
colonialista e imperialista y dice cosas verdaderamente asombrosas. Por
ejemplo, que al celebrar este acontecimiento los socialistas "demuestran
que su primera prioridad (valga la redundancia) es mantenerse en el po-
der(!) aún al precio de contradecir con sus hechos sus principios doctrina-
les proclamados". Dejemos lo del poder y proclamemos a los cuatro vien-
tos que ese Gobierno hizo más bien poco para celebrar el V Centenario
y que, además, llegó hasta el extremo de denegar una subvención a la Real
Academia de la Historia para la asamblea de americanistas que tuvo lugar
en Sevilla el mismo año de 1992. No olvidemos que la Exposición Uni-
versal de Sevilla, de 1992 (EXPO'92, para los analfabetos), no tenía nada
290 JUAN LUIS BECErRO GARCíA
que ver con esta celebración, aunque algo se aprovechara para ello. Fue
una Exposición Universal más, como las de Bruselas o Barcelona.
POR OTRA PARTE, demuestran una exquisita ignorancia o una mi-
serable inquina a 10 español, al añadir que "la fiesta servirá también para
acallar y aplacar a los pueblos gallego, vasco, catalán y andaluz, que lu-
chan por su independencia"(!! !). Mayor estupidez no es posible encontrar
en tan pocas líneas.
El CISA (Consejo Indio de Sudamérica) declara enfáticamente que
"España no puede asumir como una bandera la independencia de Puerto
Rico, porque sigue atada al colonialismo, al negar la independencia de
Canarias, su propia colonia...", Como puede apreciarse, España sigue
siendo la madrastra de su propio yo constitutivo, y ya acusada de etnoci-
dio, de genocidio y de ecocidio en América, ahora también es colonialista
con las propias regiones que la integran.
Todo lo que vemos en este libro es que la ignorancia (y el odio) pro-
ducen estas cosas. Así un autor argentino, Antonio Insúa Presedo nos da
dos ejemplos: ORO AMERICANO.
tado, porque todos saben que en América del Norte hay 3 países: Cana-
dá, EE.UU y Méjico.
Nos adentramos ahora en uno de los temas más espinosos relativos a
la conquista y civilización de las Indias. Se trata del ETNOCIDIO. Es
una palabra que no se les quita de la boca a la mayoría de los autores aquí
reunidos. ¿Qué es el etnocidio? Su definición es clarísima; no hay heca-
tombe presente ni holocausto acusador. Aceptamos plenamente la defini-
ción del antropólogo francés Robert Jaulin, quien denomina así a
"No hay qué olvidar que ningún pueblo americano, aún el más ade-
lantado, como el Maya-Quiché, había traspasado los umbrales de la bar-
barie: apenas conocía los primeros metales y usaba la escritura jeroglífi-
ca; pero su cultura, desconocedora del hierro, por más avanzada que
fuese, jamás se podía equiparar a las que se han sucedido en esta edad
de la civilización en que ya vivían los españoles".
Quiero aclarar que estos imperios inca y azteca eran totalitarios, como
el de la extinta URSS hasta 1989.
Estas fueron las grandes civilizaciones que fueron destruidas por los
españoles. Entonces me pregunto ¿por qué se acusa a España de etnoci-
dio? Por odio o por ignorancia, nada más. También somos culpables de
LA "CONQUISTA ESPIRITUAL" de los indígenas. Para el Sr. Colom-
bres. La conquista espiritual "configura el núcleo más conflictivo del
tema de los 500 años". Para Ticio Escobar, esa misma conquista ''fue
tan fundamental para colonizar América como la militar y la civil...".
Admite que "los misioneros actuaron a menudo como un freno para la
hiperexplotación civil de la colonia ... y brindaron al indio un derecho de
igualdad"; claro está que esto sirvió para generar dependencia... Bueno,
al menos los españoles ya hicimos algo, porque los misioneros serían
españoles, ¿o acaso serían italianos?
Es verdad que la evangelización fue en gran parte decisiva para ayu-
dar a la permanencia de la conquista de los pueblos indígenas. Fue lo
primero que hizo España, y esa conquista inmaterial de las poblaciones
nativas "fue un esfuerzo extraordinariamente tenaz, se juzgue como se
juzgue, desde un punto de vista más secular y relativista", dice la "Enci-
clopedia de Latinoamérica" de la Universidad de Cambridge (1987). Y
así Octavio Paz, mejicano de fama universal, dice que precisamente lo
que distingue a la conquista española de la de otros pueblos europeos es
la evangelización. Y es que, como dice el famosísimo historiador británi-
co, Arnold Toynbee (Estudio de la Historia),
"Los conquistadores españoles del Perú y de las Filipinas estaban
tanto más ansiosos por impartir su religión que por divulgar su lengua,
que proveyeron a las lenguas nativas de los pueblos conquistados con
los medios para hacer frente al castellano, medios que permitieron que
estas lenguas se desarrollaran como vehículos para la propagación de la
liturgia y la literatura católicas".
y para él, como para tantos otros historiadores, esto nada tiene que ver
con el etnocidio de que se nos acusa.
Es que, además, hay que decir que admitir universalmente la mal-
dad de la civilización hispana sería renegar del Cristianismo y de la
evangelización, cosa que ninguna persona en sus cabales no puede abso-
lutamente admitir (sea o no cristiana) porque la superioridad de la doctri-
na cristiana deberá ser admitida -aunque sólo sea desde el punto de vis-
296 JUAN LUlS BECErRO GARCíA
iY qué gran verdad! Por eso parece un tanto grotesca la afirmación del
Sr. Colombres cuando dice que la defensa de la integridad de las culturas
indígenas "es fundamental para todos los que anhelamos desarrollar
aquí una civilizacián propia, a partir de nuestras fuentes más origina-
les...". ¿Qué civilización, la del Solo de Bachica?
Naturalmente que nuestros críticos del V Centenario hacen causa co-
mún con todos aquellos que denigran la acción civilizadora española en
América con el ya conocido cuento de que "obras de arte, quipus, códi-
ces, estelas, tabletas y otros registros históricos fueron quemados, ente-
rrados, destrozados, convertidos en lingotes so pretexto de erradicar ido-
latrías ...". Es sorprendente leer estas cosas en el siglo :xx hablando de
hechos ocurridos en los siglos XV y XVI. Nuestros críticos, ellos tan
sabios, tan antropólogos, no quieren darse cuenta de que, como dijo el
mejicano Gª Icazbalceta, "un misionero no es un anticuario". Se acusa
con criterios de hoy día, haciendo caso omiso de la consideración religio-
sa del problema, obteniendo de esta forma conclusiones inadmisibles: Es
lo que ahora se entiende por "presentismo".
Como dice el estadounidense Francis B. Steck:
"Se han derramado abundantes lágrimas sobre las ruinas de los ído-
los y los templos destruidos por la barbarie española; pero esos señores,
que así se lamentan, olvidan y omiten decir que aquellos templos des-
truidos eran reemplazados por templos cristianos dedicados al Dios vi-
vo, y que los misioneros consultaban y tenían en cuenta el gusto y las
A LOS 500 AÑos DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA 297
"De esta manera los españoles consiguieron crear una sociedad multi-
racial, sin comparación en la Historia de la Humanidad", afirma Magnus
Morner, con asombro, al decir que "ninguna parte del mundo ha presen-
ciado un cruzamiento de razas tan gigantesco como el que ha estado ocu-
rriendo en América Latina y en el Caribe desde 1492". Quizás conven-
dría recordarle al Sr. Colombres que a los europeos de arraigo protes-
tante y careta humanitaria les agrada llorar lágrimas de cocodrilo, como
a él, sobre la violencia en que se enfangaron los Conquistadores. Pues,
por si no lo sabe, vamos a reproducir aquí las palabras del mejicano
Leopoldo Zea que dice que los españoles en América
" ... se habían empeñado en rebajarse como los miembros de una gran
cultura al mezclarse con pueblos inferiores; al mezclarse con hombres
cuya naturaleza humana estaba aún en entredicho. Europeos que habían
dado origen a un tipo de hombre inferior al mismo indígena: el mestizo.
Por ello el prusiano De Pauw, el francés Buffon y multitud de naturalis-
tas sajones (S. XVIII) insistirán en la baja calidad de los hombres que
habían originado a los pueblos de América ibera".
Hay que decir ante todo que, como dice Atilio Del'Oro Maini, profe-
sor de la Universidad de Buenos Aires "los países hispanoamericanos -
gracias a la tradición recibida por España- no han tenido nunca un pro-
blema racista planteado por la repugnancia física y espiritual del blanco
para el indio o negro. Los distanciamientos o separaciones provienen de
un concepto de clase y no de raza".
Como muy bien dice Magnus Morner "es cierto que las palabras de
Vasconcelos, que pertenecen a su libro Raza cósmica (1925), se refieren
a un hecho abstracto, cultural". Cierto también que de nuestra raza fue-
ron no sólo Cortés y Balboa, Mendoza y Garay, sino también los mejica-
nos Hidalgo, Morelos y Benito Juárez, el cubano Marti, el colombiano
Sucre, el venezolano Bolívar, y el chileno O'Higgins. Y también lo fue de
nuestra raza espiritual José Rizal, el filipino con sangre china pero que
pensó, sintió y habló en español.
Pero hay que alejar de esa fiesta todo imperialismo que no sea el de la
raza espiritual encamada en el lenguaje; lenguaje de blancos, indios, ne-
gros, mestizos y mulatos; de cristianos, de no cristianos y de ateos, y de
hombres que viven bajo los más diversos regímenes políticos. Y si se
entiende bien lo de raza, no está mal hablar de Fiesta de la Raza, entre
otras cosas -como dice Unamuno- "para que rabien los que no se
resignan al dominio de la lengua española y los que han inventado eso de
América Latina, como si se hablara allá el latín.
Para el estadounidense Samuel Guy Inman "El Día de la Raza, el
12 de octubre, es celebrado no para conmemorar el descubrimiento del
continente, sino para exaltar, como en una reunión de familiar, la con-
sanguinidad de toda la América Hispana con las madres patrias: Espa-
ña y Portugal". Y así es en realidad. Bien que lo saben nuestros críticos;
ya el dominicano Pedro Henríquez Ureña decía: "Generosa inspira-
ción la que ha creado esta festividad del Día de la Raza, donde confir-
mamos, año tras año, la fe en los grandes destinos de los pueblos que
forman la comunidad hispánica". Y para confirmamos en esta idea,
A LOS 500 AÑos DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRlCA 303
males, y dice: Nadie, por elevado que fuera su puesto, podía sentirse libre
de una orden punitiva llegada desde España. Lo mismo se castigó a los re-
gidores y alcaldes ordinarios, que a los gobernadores, oidores de las Au-
diencias, presidentes y virreyes, sin excluir a las autoridades eclesiásticas.
Unos y otros fueron objeto de amonestaciones y represiones públicas, de
multas en cuantia mayor o menor, de suspensiones de empleo y sueldo, así
como de la obligación de reintegrar a la Real Hacienda cantidades indebi-
damente percibidas o satisfechas indebidamente",
Estos son los elogios que hemos encontrado referente a la obra de Es-
paña en América.
Regocijémonos al encontrar en esta obra que comentamos, tan anties-
pañola -y sobre todo tan antihistórica- algunos ejemplos notables de
reconocimiento a esa maravilla sin igual que fue la obra civilizadora de
España en América.
EL CLERO PARROQUIAL
EN LA ESPA ÑA MODERNA. ESTILO DE VIDA Y
ASPECTOS SOCIO-ECONÓMICOS*
l. RASGOS SOCIO-CULTURALES
Beneficios curados y simples, capellanías y patronatos, son las posi-
bles salidas que los miembros del bajo clero tienen para vivir y mejorar
su situación, pero ¿cuál es el perfil sociológico de sus titulares? A dife-
rencia de otros grupos del estamento eclesiástico, la procedencia social
del bajo clero sigue siendo bastante desconocida.
La forma de reclutamiento y la estructura beneficial determinan, en
buena medida, que la mayor parte del clero parroquial proceda del mismo
obispado. En las diócesis en que la totalidad o gran parte de los benefi-
cios son patrimoniales sus titulares son naturales del lugar donde está
ubicado el beneficio; en cambio, si los curatos son de libre provisión y se
3 M. Barrio Gozalo, "El bajo clero en la España del siglo XVIII. Estado de la cuestión, pro-
blemas y direcciones de la investigación", en Carlos JI! y su siglo. Actas del coloquio internacio-
nal, 1, Madrid 1990, pp. 793-805; Y M. L. Candau Chacón, "El clero secular y la historiografia.
Tendencias, fuentes y estudios referidos a la modernidad", Revista de Historiografía, 2/11(2005),
pp. 75-89.
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 313
4 Ch. Hermann, L'Eglise d'Espagne sous le patronate royal (1476-1834), Madrid 1988, p. 296.
314 MNGMILIANO BARRIO GOZALO
5 De los 39 colegios universitarios que había en España antes del concilio de Trento, 17 se
fundaron para que fueran centros de formación de cléngos, Cf. F. Martín Hemández, La forma-
ción clerical en los Colegios Universitarios Españoles, Vitoria 1961.
6 F. Martín Hemández, Los seminarios españoles. Historia y pedagogía (1563-1700), Sala-
manca 1964, pp. 23-24, afirma que entre 1564 y 1610 se fundan 23 seminarios; en 10 que resta del
siglo XVII se fundan otros 5, pero muchos decaen; en la primera mitad del XVIII se fundan 4 más
y otros 13 durante el remado de Carlos III y primeros años de Carlos IV.
7 ASV, Congr. Concilio, Re/al. Dioec., caja 805-A, f. 248r (Toledo, 1628).
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 315
8 R. Sánchez González, "El clero rural del arzobispado de Toledo en el Seiscientos: Distribu-
ción, formación y conducta", Hispania Sacra, 46 (1994), pp. 432-435.
316 MAxIMILIANO BARRIO GoZALO
les tiempo para que estudien y vuelvan a examinarse. Sólo a los que se
resisten a hacer el examen los recluye en la cárcel episcopal.
La resuelta actitud del obispo provoca un conflicto violento y ruidoso,
y una parte del clero inicia un pleito para defender sus presuntos dere-
chos. Los curas pretenden que, una vez examinados y aprobados ad cu-
ram animarum, no pueden ser de nuevo sometidos a examen sin preceder
una información jurídica por la que conste que son inhábiles. En cambio
el fiscal del obispado sostiene que el prelado puede y debe examinar a los
curas durante la visita y fuera de ella, al menos a aquellos de los que haya
vehementes sospechas por informes secretos. Es decir, el obispo no pre-
tende examinar a todos los curas del obispado, muchos de los cuales eran
doctos y letrados, sino a los que estaban cortos en latín y moral, pues
aunque se preparaban para el examen de cura de almas, recogiéndose
unos meses en un convento, y de hecho aprendían 10 necesario para apro-
bar el examen, los conocimientos que adquirían eran tan superficiales que
pronto se evaporaban al no haber un estudio continuo.
El pleito se alarga hasta el año 1672, en que el clero llega a un acuerdo
con el nuevo obispo, Pedro Roche, y se compromete a celebrar una con-
ferencia de casos de moral cada quince días en el arciprestazgo, presidida
por el cura más antiguo, que se obliga a denunciar al que se halle falto de
letras para que el obispo le pueda llamar y examinar. La concordia, con-
firmada por Clemente X (14-V-1672) con ciertas limitaciones, pone fin a
tan larga lucha. Las conferencias parece que contribuyeron a corregir la
ignorancia del clero o, si se prefiere, a levantar su nivel cultural",
A principios del siglo XVIII el fiscal general del Consejo se lamenta de
la ignorancia que por 10 general experimenta el clero y los informes que
algunos obispos envían al Consejo en 1714 así 10 afirman. El de Badajoz
indica que la mayoría tiene ''una ignorancia supina y ésta es tan grande que
muchos están suspensos por no saber leer ni el canon de la misa", y el de
Cartagena dice que la mayor parte de los clérigos de su obispado son igno-
rantes. En cambio, otros, como los de Valladolid o Guadix, opinan que no
hay que exagerar, pues sólo se ordena a los que "saben la doctrina cristia-
na, la latinidad y cuanto se requiere para que cada uno proporcionalmente
ejercite el orden que pretende recibir, no exigiendo que estén instruidos en
9 J. Goñi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, VI. Siglo XVII, Pamplona 1987,
pp. 296-300 Y361.
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 317
materias teológicas y morales porque hasta ahora no las exigen los cáno-
nes"lO. Todavía a mediados del siglo el obispo de Segovia se queja de que
los clérigos tienen una deficiencia general en el conocimiento del latín, lo
que les impide el aprovechamiento en otras disciplinas. Para subsanarlo,
comienza a exigir un nivel más alto en los exámenes de órdenes con la
esperanza de que al rechazar a muchos se aplicarían al estudio, pero al
darse cuenta "que era radical la ignorancia por falta de noticia de rudimen-
tos y que si en esto se hacia hincapié no habría clérigos en el obispado",
baja de nuevo el nivel, disimulando acaso más de 10 que debía II
A medida que avanza el siglo mejora sensiblemente el nivel cultural
del bajo clero, al generalizarse las conferencias morales y los exámenes
en la visita pastoral. El concilio de Trento estableció las conferencias
morales, como escuelas de formación práctica para los sacerdotes en el
desempeño de su ministerio, con el fin fomentar el estudio y erradicar la
ignorancia. En el siglo XVII algunos sínodos recuerdan la importancia de
su celebración para fomentar entre los clérigos el estudio de la teología
moral práctica'<, y algunos obispos las imponen en su diócesis, como
sucede en Pamplona, Valencia, Burgos y otras más. Fernando de Acebe-
do las introduce en Burgos y se muestra tan satisfecho de sus resultados
que en la visita ad limina de 1636 dice que se celebran en la mayor parte
de la diócesis un día a la semana y "en la montaña se han abrazado con
tanto fervor y aprovechamiento que en muchas iglesias hay curas aventa-
jados y apenas hay alguno que no sea suficiente para la administración de
los sacramentos'r':'. No obstante, hay que esperar al XVIII para que se
generalice su celebración. En 1712 el obispo de Cartagena dice que en las
parroquias donde hay tres o más clérigos ha mandado que tengan confe-
rencias morales dos veces por semana, y de ceremonias una cada mes, y
ha dado otras providencias para que los clérigos de menores se vayan
disponiendo para las mayores'". El concilio provincial de Tarragona de
1717 las hace obligatorias para los párrocos y confesores, e invita a los
demás clérigos a asistir a las conferencias sobre teología moral, rúbricas
151. Tejada y Ramiro (ed.), Colección completa de concordatos españoles, Madrid 1862, p. 86.
16 ASV, Congr. Concilio, Relat. Dioec., caja 394, f. 95v (Sevilla, 1676).
17 Ibíd., caja 167 (Calahorra, 1725).
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 319
18 M. L. Candau Chacón, El clero rural de Sevilla en el siglo XVIII, Sevilla 1994, pp. 347-352.
19 AHN, Consejos, legs. 15416-15493.
320 MAxIMILIANO BARRIO GoZALO
Pero frente a este ideal está la vida, la herencia del pasado, con sus lu-
ces y sus sombras (ignorancia, incontinencia, vida aseglarada, etc.), que
la autoridad eclesiástica trata de modificar para acercar al ideal. Las si-
nodales y las pastorales de los obispos son minuciosas a la hora de hablar
de su vida y costumbres, recalcando que así como los eclesiásticos están
apartados de los seglares por el fuero, así también lo deben estar por su
manera de vivir, guiándoles con su buena vida y costumbres. No basta el
buen comportamiento interior, hay que mostrarlo al exterior a través de
unos signos que manifiesten su compostura austera, ajena a ostentaciones
profanas, y decente, como corresponde a los servidores de Dios.
y aunque el hábito no hace al monje, los clérigos deben vestir hábito
talar, sobrio y modesto, llevar la corona abierta, la barba baja, a punta de
tijera redonda, sin dejar punta ni bigote. Hábitos austeros y compostura
modesta que deben huir de toda ostentación y adorno, evitando llevar
medias de color, andar en calzas o jubón, o con sombrero. Criterios de
distinción y decencia guían las normas sobre el modo de vestir, pues
convenía que los clérigos fueran y aparentasen ser honestos. Sin embargo
las disposiciones referentes a la forma de vestir no se cumplen con exac-
titud y los obispos, aunque en los informes que envían a Roma reiteran la
modestia de los clérigos y dicen que sus costumbres son conformes a la
disciplina y visten con moderación, sencillez y modestia, sin que estén
afectados por el lujo y la molicie, se quejan constantemente de que mu-
chos eclesiásticos no cumplen lo dispuesto y se presentan en público con
traje de seglares o tan parecido que es fácil equivocarse con ellos. Unos
usan vestidos de seda, enseñando calzones y jubones ricamente guarneci-
dos, y otros, particularmente en las aldeas, andan con hábito corto, tan
indecente, que apenas se diferencian de los más ordinarios del pueblo. A
pesar de la reiteración de los mandatos, su cumplimiento es desigual a
tenor de los datos que ofrecen las visitas pastorales, aunque en el segundo
tercio del setecientos se produce un cambio en el incumplimiento de la
norma, pues las infracciones proceden sobre todo de la influencia de la
moda secular, con el porte de adornos o llevando sotanas con cola, capi-
llos y melenas, coquetería que andando el siglo se identifica con el cui-
dado del cabello y las redecillas. Todavía en los primeros años del siglo
XIX se lamentan los prelados de que algunos eclesiásticos visten con
ropa impropia de su estado y mandan que todos los clérigos, incluso los
322 MAxlMILIANO BARRIO GOZALO
21 Carta circular del obispo de Segovia a los eclesiásticos del obispado. Segovia 23 enero
1817
22 J. García Oro y M. J. Portela, "Felipe 11 y las iglesias de Castilla. Aspectos de la reforma
tridentina", Burgense, 39/2 (1998), pp. 523-658.
23 AGS, Cámara de Castilla, lego 511. Obispo de Oviedo a Felipe 11. Oviedo 2 marzo 1576.
24 ASV, Congr. Concilio, Relat. Dioec .• caja 167-A (Calahorra, 1624).
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 323
25 Ibídem.
26 AGS, Gracia y Justicia, lego 600, n. 1, f. 88.
324 MAxIMILIANO BARRIO GOZALO
Por último, a medida que avanzan los tiempos modernos y de forma es-
pecial en la segunda mitad del siglo XVIII el clero parroquial se convierte
en un activo colaborador del gobierno, participando en actividades públi-
cas que rebasan el ámbito religioso. Campomanes los considera colabora-
dores natos de las Sociedades Económicas a las que pueden hacer llegar
importante información sobre la realidad socioeconómica de sus parro-
quias, además de actuar como difusores de las iniciativas y proyectos de
estas asociaciones'", Godoy los utiliza como mediadores culturales para
instruir a los campesinos en los conocimientos útiles a la economía rural y
a la industria, pues el párroco, como señala Díaz Valdés, por el prestigio
que goza entre la población es la persona más idónea para proporcionar la
felicidad material y espiritual al pueblo. Diez años antes de que José I
(1809) y luego las Cortes de Cádiz (1811) decidan convertir a los predica-
dores dominicales en portavoces políticos, Godoy se percata del partido
que podía sacar trasformando a los sacerdotes en agentes del Estado, y por
ello decide la publicación del Semanario de Agricultura y Artes dirigido a
los párrocos en 1797, para que comuniquen a sus feligreses los adelanta-
mientos, las mejoras, industrias e invenciones que se publiquen".
3. SITUACIÓN ECONÓMICA
Las fuentes que permiten tener un conocimiento aproximado de las
rentas y dotación de los miembros del bajo clero que poseen un benefi-
cio eclesiástico son las valoraciones que se hacen de las rentas eclesiás-
ticas en distintos momentos para el reparto del subsidio y excusado. Sin
embargo, esta documentación, como acaece con otras de tipo eclesiásti-
co, presenta el problema de que los granos, componente mayoritario de
las rentas del clero secular, al menos en Castilla, se calculan a un precio
sensiblemente inferior al que rige en el mercado, 10 que origina que una
misma cantidad de rentas en especie arroje resultados diferentes.
El análisis de estas valoraciones, completadas con otras fuentes docu-
mentales, permite conocer los conceptos que componen los ingresos del
bajo clero, constituidos por rentas de propiedades muebles e inmuebles,
43 Ibíd., lego 16086. Representación del Muy Ilustre Clero de Navarra a Carlos IV. Pamplona
7 septiembre 1789.
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 333
44 ASV, Congr. Concilio, Relat. Dioec., caja 167, ff. 240-241 (Calahorra, 1725).
45 Ibíd., caja 156 (Burgos, 1753).
46 Ibíd., caja 111-A, f. 303 (Barcelona, 1729).
47 Ibíd., cajas 480 y 291.
334 MAxIMILIANO BARRIO GOZALO
tacando Barcelona con 465, Pamplona con 424, León con 260, Huesca
con 231 y Oviedo con 20548 .
La renta de los miles de capellanías que se reparten por toda la geogra-
fia española y de los beneficios personados de Cataluña está constituida
por el conjunto de bienes muebles e inmuebles que el fundador segregó de
su patrimonio al hacer la fundación, bien sean fmcas urbanas o rústicas,
censales, censos o juros. El producto de estas rentas constituye la dotación
del titular, que si en el momento de la fundación era suficiente para su
congrua o título de ordenación, en el siglo XVIII no basta para su decente
manutención, lo que determina que muchos de los que se ordenan a título
de alguna capellanía o beneficio incongruo se vean abocados a mezclarse
en negocios prohibidos a los eclesiásticos y a llevar una vida poco acorde
con su estado. En la diócesis de Cádiz se fundan en el siglo XVII cerca de
dos mil capellanías con un capital dotacional superior a los doce millones
de reales de vellón, constituidos por censos y algunas propiedades rústicas
y urbanas, pero más de la mitad de estas capellanías tienen una dotación
insuficiente para garantizar una congrua digna al capellán, pues su renta
anual es inferior a los cien ducados y al finalizar el siglo XVIII no llega a
los setenta. Y este fenómeno se repite en todas las diócesis con pequeñas
variantes. En Calahorra hay más de tres mil capellanías de escasa renta; en
León las capellanías son más de mil, pero más de la mitad tienen tan pocos
ingresos que se han convertido en legados píos; en Osma son setecientas
cincuenta, pero muchas son incongruas; en Pamplona pasan de dos mil,
pero son de escasa renta; en Sevilla son más de siete mil, pero las rentas de
muchas son tenues y de escaso valor, etc.
Por último, hay que hacer mención a los patrimonios a título de los
que se ordena un buen número de clérigos, que carecen de otro mejor, de
forma que una vez conseguido un beneficio renuncian al patrimonio.
Aunque la constitución de patrimonios era privilegio de familias acomo-
dadas, aun aceptando la tendencia a inflar la valoración de su renta, no se
debe olvidar que la mayoría de los patrimonistas carecen de verdaderos
ingresos, porque continúan siendo un miembro más de la familia y, en
muchos casos, su adscripción al estado eclesiástico es algo circunstancial
o una etapa de espera para conseguir un beneficio.
48 Ibíd., Arch. Nunz: Madrid, vol. 100. Sólo están registrados los de 46 diócesis. Faltan los de
Sevilla, Granada, Málaga, Almería, Guadix, Cádiz, Canarias, Orihuela, Orense y Albarracín.
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 335
Los miembros del bajo clero invierten la mayor parte de los ingresos
que les produce el beneficio en mantenerse con la decencia que exige su
estado. Pero ¿a cuánto se elevan estos dispendios y qué conceptos inclu-
yen? No es fácil responder a esta pregunta, porque es de suponer que su
cuantía varía en función del beneficio y de la zona geográfica. Utilizando
los informes que los curas de algunas diócesis envían a los obispos en la
segunda mitad del siglo XVIII, se pueden diferenciar cinco apartados
principales: alimentación y vestuario, servicio doméstico, asistencia mé-
dica y otros varios. El apartado de la alimentación constituye uno de los
capítulos más importante de la data, pues su importe se aproxima al 25
por 100 de los gastos, y los géneros que predominan en su dieta son la
carne de carnero y cerdo, legumbres, pan y chocolate. El pescado y los
huevos se reservan para el viernes y la ensalada para la cena. El vestuario
de su persona y de la casa apenas supone el5 por 100. En cambio, el per-
sonal de servicio constituye la partida más alta (cerca del 40 %), al me-
nos en el caso de los curas, que juzgan como algo preciso para su asisten-
cia y servicio disponer de un ama de gobierno y una criada, a las que hay
que pagar salario y alimentos. Muchos beneficiados y capellanes se con-
forman con una criada que cuide de la casa. La preocupación por la asis-
tencia médica hace que la mayoría estén abonados con el médico, el boti-
cario y el cirujano, a los que pagan cierta cantidad de grano o dinero al
año. Por último, hay otros conceptos varios, como los gastos por la com-
pra de algunos libros, la leña o carbón que consumen, el alquiler de la
casa, la paja y cebada para alimentar las caballerías que tienen, el ejerci-
cio de la hospitalidad y el socorro a los feligreses necesitados. En suma,
los gastos precisos de los curas ascienden a unos cinco mil reales de ve-
llón, mientras que a los beneficiados y capellanes les basta con tres mil.
Esto es lo que en teoría deberían gastar los clérigos para vivir con el
decoro debido a su estado, pero la realidad es muy diferente. Sólo una
parte de los beneficiados puede hacer tales dispendios, como son la ma-
yoría de los párrocos o rectores de las diócesis de Castilla-La Mancha,
reinos de Valencia y Murcia, Jaén, sur de Cataluña y Aragón, Pamplona
y cuenca del Duero, y los beneficiados del reino de Sevilla, Córdoba o
Valladolid. En las restantes diócesis la mayoría de los beneficiados y
capellanes tienen unos ingresos más bajos y no pueden hacer tales gastos.
Hay que esperar a la reforma beneficial que se lleva a cabo en muchas
336 MAxIMILIANO BARRIO GOZALO
diócesis en el ultimo tercio del siglo XVIII para que mejore la situación
económica del bajo clero, aumentando los ingresos de los curatos pobres
y de los beneficios y capellanías que subsisten después de la reforma, de
manera que sus titulares puedan llevar una vida de acuerdo con la digni-
dad de su estado, manteniendo en la sociedad el grado que les correspon-
de en una nación católica.
Desde los tiempos medievales la mayor parte del clero parroquial apa-
rece agrupado en asociaciones, conocidas con el nombre de cabildos,
abadías, universidades o comunidades, para defender sus intereses y par-
ticipar en actividades religiosas y asistenciales. Algunos abarcan toda la
demarcación diocesana, como la Muy Ilustre del clero de Navarra, la
Universidad de beneficiados de Sevilla, la Asociación de curas del obis-
pado de Salamanca o la que pretenden constituir los curas de Segovia en
1788 para defender cualquier pleito relativo a los derechos de la parro-
quia y de sus curas", pero los más limitan su ámbito al arciprestazgo o
vicaria, al núcleo de población o la parroquia, que son de los que me
ocuparé. De forma paulatina se van dotando de estatutos o constitucio-
nes, en las que establecen los requisitos para ser miembro del mismo, el
nombramiento del abad o prior que está al frente de la institución y las
obligaciones de los capitulares.
En la diócesis de Calahorra se encuentran cabildos parroquiales y uni-
versidades de clérigos. Los cabildos son casi tantos como parroquias y
pueden ser numerados o receptivos. Los primeros tienen un número fijo
de miembros, pero en los segundos varía de acuerdo con las rentas. En
consecuencia, al aumentar los diezmos en el siglo XVI, los cabildos in-
crementan las raciones y crece el número de beneficiados. La reducción
de las rentas en la siguiente centuria y el mayor control de los obispos en
la elección de los beneficiados encargados de la cura de almas disminu-
yen las expectativas de ampliación de los cabildos, según se indica en las
sinodales de 1698. En suma, los cabildos parroquiales pueden estar for-
mados por un solo beneficiado, como es el caso de Augusta o Veli11a, o
por muchos, como sucede en ücón y Navarrete que cuentan con veinti-
50 S. Ibáñez Rodríguez, El pan de Dios y el pan de los hombres, Logroño 1999, pp. 266-270 Y
271-299.
51 Constztuciones del Cabildo parroquial de Segovia ordenadas y dispuestas el año 1650, Va-
lladolid 1669. Un ejemplar en ADSg, Est. 5, lego 5.
52 B. Velasco, Historia de Cuellar, Segovia 1996, pp. 273-276 Y449-453.
338 MAXIMILIANO BARRIO GoZALO
por el propietario del vino", regulando además los sufragios que deben
celebrar por los capitulares difuntos y por los bienhechores'".
En la de Sigüenza hay que mencionar los cabildos eclesiásticos de
Almazán, Ariza, Atienza, Ayllón y Molina. Todos son herencia del me-
dievo y se componen de los curas y beneficiados de la villa respectiva y,
en algunos casos, también de los lugares del arciprestado. Su ingreso es
aprobado por los cabildantes y los requisitos para su entrada se reducen a
ser natural de la villa o arciprestazgo, tener beneficio en él y residirle y
presentar prnebas de limpieza de sangre. Su misión consiste en asistir a
los entierros que los llaman y a las procesiones populares, y cumplir los
aniversarios y oficios religiosos con que los benefactores han gravado las
rentas que han dejado al cabildo. Para su gobierno tienen constituciones
aprobadas por el prelado y cada año nombran un abad que los gobierna".
En la Corona de Aragón también son muy frecuentes los cabildos de
ámbito parroquial, controlados por los beneficiados de la misma iglesia.
En la diócesis de Jaca los curas y beneficiados de doce lugares tienen
capitulo eclesiástico". En las iglesias parroquiales de Calatayud y luga-
res de su arcedianato, así como en la villa de Ágreda y su territorio, los
beneficiados, que son patrimoniales, constituyen un cabildo de clérigos,
que tiene capacidad para elegir a los nuevos beneficiados, en cuya elec-
ción muchas veces nombran a personas inhábiles y cometen otros mu-
chos abusos, porque se hace sin examen del obispo 56.
En la ciudad de Teruel existe el capítulo general eclesiástico que re-
monta su origen al siglo XII, cuando se concedió a los clérigos de sus
iglesias los diezmos y primicias de la ciudad. Los bienes del capítulo
forman una masa común que se divide en las raciones necesarias para el
sustento de los clérigos (de aquí el nombre vulgar de racioneros). Para
ingresar en el capítulo, que estaba presidido por un prior que se elegía
anualmente, se requiere haber nacido intramuros de la ciudad. Después
de la erección de la diócesis de Teruel, el obispo Martín Ferrer (1596-
1614), a petición de los jurados, concejo y comunidad de Teruel, el prior
y el capítulo general fija el número de racioneros en setenta y dos, distri-
53 El texto de las Costumbres del cabildo de clérigos de la villa de Sepúlveda está publicado
en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3a época, 3 (1899), pp. 719-723.
54 ASV, Congr. Concilio, Relat. Dioec., caja 736 (Sigüenza, 1665).
ss AHN, Consejos, 1eg. 18955.
56 ASV, Arch. Concist., Relat. Dioec., caja 803 (Tarazona, 1593).
EL CLERO PARROQUIAL EN LA ESPAÑA MODERNA 339
buidos entre las siete iglesias patrimoniales que había en la ciudad. Cada
una estaba regida por un vicario, presidente del cabildo parroquial,
pero
era el prior del capitulo general quien poseía toda la jurisdicción eclesiá
s-
tica en la ciudad, que delegaba en cada uno de los vicarios parroquiales.
A mediados del siglo XVIII los racioneros son 113 y las rentas del capí-
tulo suman 157.993 reales de vellón (el 53,6 % de diezmos y el resto
de
distribuciones y votivo), correspondiendo a cada miembro 1.398 reales'
",
En Barcelona los beneficiados perpetuos de las siete parroquias de
la
ciudad y de catorce de la diócesis forman una comunidad o cabildo,
que
rezan las horas canónicas y cumplen las misas y los oficios establecidos
por sus fundadores. Los más numerosos se encuentran en las parroq
uias
de la ciudad y en las villas principales. En la ciudad sobresale el de Santa
María del Mar, formado por 93 beneficiados perpetuos y 33 capellanes,
aunque éstos no tienen voto en el cabildo, y quedan a gran distancia
los
de San Pedro con 39 beneficiados, Santa María del Pino y San Migue
l
con 28, San Justo y Pastor con 23, San Jaime con 21 y San Cucufate
con
catorce. En las parroquias de la diócesis destaca el cabildo o comun
idad
de Villafranca del Penedes con 59 beneficios, mientras que el de Grano
-
llers sólo tiene 17 y varias capell anías" .
Esta forma de asociación se consolida en el tardo medievo con el fin
de incentivar la participación de los beneficiados en la vida religiosa
de
la parroquia, pues no tenían otra obligación que la de cumplir las cargas
impuestas por sus patrones, generalmente decir un determinado númer
o
de misas, y apenas participaban en las demás funciones religiosas.
Para
remediarlo se crea en las parroquias de la ciudad y en otras de la dióces
is
una comunidad de beneficiados y se establece una bolsa común, forma
da
con la dotación de todos los beneficios de la iglesia, que se inviert
e en
renta segura. Los réditos del capital se entregan a los beneficiados
que
asisten a los oficios religiosos de la iglesia en concepto de distribucione
s,
y a través de esta remuneración se consigue la puntual asistencia de
los
beneficiados a la iglesia y la mejora del culto divino. En un principio
las
dicción y personajes de la ciudad, ordenaron el día 15 de enero de 1257 que, teniendo en cuenta que
los agricultores y campesinos eran muy a menudo robados y saqueados por los salteadores y gente
maleante, todos los campesinos y feligreses de las parroquias de San Baudilio de Llobregat, San
Juan Despí, Santa María de Comellá, San Clemente, Santa María de Sans, Esplugas, San Justo
Desvern, San Feliu de Llobregat, San Vicente dels Horts, Santa Cruz de Olorde, Molins de Rey,
Santa Coloma, Viladecans, Gavá, Castelldefelds y todo el término del castillo de Aramprunyá tuvie-
ran armas en sus casas, a saber: ballestas o espadas y lanzas, con las que se pudieran defender, y que
cualquiera de ellos, si era perjudicado o robado por algún ladrón u otro cualquiera, díese sonido y
344 JULIO ESCRlBANO HERNÁNDEZ
que a dicho sonido todos los habitantes de aquellas parroquias tuviesen que salir y defenderse mu-
tuamente. Todo aquel que no saliera a dicho sonido y defensa tendría que pagar en pena 20 sueldos,
de los que corresponderían 10 al rey y otros lOa los señores de las mismas personas. Si alguno en tal
defensa hiciese algún daño a los perseguidos no estaría sujeto a pena o enmienda alguna. El rey
mandaba a su vicario en Barcelona que obligara con la misma pena a dichos campesinos y demás
hombres de dichas parroquias a tener armas, de modo que cada uno tuviese en su manso o casa una
ballesta y cien tiros o una lanza y espada, todo en el plazo de dos meses, bajo la misma pena. El
pacto estaría en vigor mientras no lo revocasen libremente los citados señores. Estos pactos tomaron
el nombre de "Sacramental".
SOMATÉN Y DEPURACIONES EN LA DICTADURA... 345
LAS DEPURACIONES
2 Se iniciaron negociaciones de paz con Abd-el Krim y con el Raisuni, Se llevaron al Con-
sejo de Ministros los días 16 y 19 de mayo de 1923 y se enfrentaron el ministro de Estado
(Santiago Alba) y el ministro de la Guerra (N. Alcalá Zamora).
3En la noche del golpe de Estado telefoneó Primo de Rivera desde Barcelona al Rey: "Ma-
jestad, me he unido al alzamiento de la guarnición de Barcelona con el grito de Viva el Rey y
vIva España, y pongo a disposición de Vuestra Majestad las tropas y mi persona. El Consejo de
Ministros debe ser arrojado por la ventana, y nosotros permaneceremos fieles a Vuestra Majes-
tad". Cf. SECO SERRANO, Carlos.- Alfonso XIII y la CrISIS de la Restauración. 23 Edición.
Madrid. Ediciones Ria1p, S.A. 1979, p. 184.
SOMATÉN Y DEPURACIONES EN LA DICTADURA... 347
4 Así se expresaba el Marqués de Estella ante la muerte de don Antonio Maura con la res-
ponsabilidad propia del Presidente del Directorio militar: "Para elogiar en Maura al patriota y
al caballero no hay que sentir la piedad que todos los muertos merecen. Para señalar en su
obra politica la enorme distancia entre sus propásitos y la realidad de sus frutos, basta haber
sentido por ella, alternativamente, las más grandes esperanzas y los más crueles desengaños"
Cf. A B C, 15 de diciembre de 1925. En el ambiente familiar de los Primo de Rivera era consi-
derado Maura como el político "más sabio y más austero", "excelso patriota", "modelo de
hombre bueno", "eximio estadista" "que SIfracasó en su nobilisima empresa, tuvo la culpa la
envilecida politica que clavó sus tentáculos, haciendo caer las sanas doctrinas que inutiliza-
ban la concupiscencia y descuajaban el caciquismo; política que hIZO suya el Directorio, y que
a Maura se le debe toda la gloria de la concepción". Cf. Artículo de José Primo de Rivera,
Diario de Cádiz, 20 de diciembre de 1925.
348 JULIO ESCRIBANO HERNÁNDEZ
quiso erradicar de la vida pública española. Sin embargo, las armas que
utilizó contra este mal fueron ineficaces, pues al tomar los delegados
militares posesión de sus cargos, recibieron el halago y el disimulado
soborno de los poderosos de la comarca, que les fue asimilando a su
estilo de vida. El plazo de los noventa días era insuficiente para recons-
truir a la vieja España con la energía que anunciaba en sus notas oficio-
sas: "No debe el Directorio desperdiciar esta primera ocasión que se le
presenta clara de responder al anhelo público de rigor contra los que por
un medio o por otro entorpecen o envenenan su obra de purificación..."
Así anunció su firme decisión para proceder judicialmente contra el
presidente destituido, Manuel García Prieto, cuyo gobierno -según la
expresión del historiador Carlos Seco- "había caminado entre tormentas
desde el primer momento'", pero aquel le envió la carta siguiente:
"Hoy 17-9-23
Excelentísimo señor marqués de Alhucemas. Distinguido amigo:
Permítame que a toda contestación oficial a su comunicación de hoy an-
5 Cf. SECO SERRANO, Carlos.- Alfonso XIII y la crisis de la Restauracián. 2' Edición.
Madrid. Ediciones Rialp, S.A. 1979, p. 181.
SOMATÉN Y DEPURACIONES EN LA DICTADURA... 349
6 SALCEDO, Emilio.- Vida de don Miguel. Prólogo de Pedro Laín Entralgo. Salamanca.
Ediciones Anaya. 1970, p. 256.
7 "Yo creía que ese ganso real que firmó el afrentoso manifiesto del 12 de setiembrec padron de
Ignominia para España, no era más que un botarate Sin más seso que un grillo, un peliculero tragi-
cómico, pero he visto que es un saco de ruines y rastreras pasiones o un fantoche del lóbrego y
tenebroso Martínez Anido, el dueño de esta situación tiránica ..." "Me ahogo, me ahogo en este
albañal y me duele España en el cogollo del corazón (...) Nos están deshonrando. Me han dicho que
Marañón iba a organizar, no sé si bajo el amparo del suspensono o de El Sol un partido de Izquier-
da, supongo que monárquico. Le he escnto que no lo haga. Que lo liberal ahora es aguardar, mor-
daza en boca, y hacer saliva, para luego escupir verdades a esa beocia encanallada, y que ya libe-
ralismo y monarquía son Incompatibles en España"
350 JULIO ESCRIBANO HERNÁNDEZ
volante y dice que tiene una recomendación hecha por mí. Nunca pude
prever que un juez dijera eso y añadiese que yo seguía igual conducta que
los políticos del antiguo régimen, cuando precisamente he dado prueba
de 10 contrario al nombrar magistrado del Tribunal Supremo al señor
Vera, en premio a su actitud como presidente de la Audiencia de Barce-
lona al protestar, en su calidad de Gobernador interino, contra el movi-
miento organizado por mí en septiembre. Consideré que aquel era el
comportamiento adecuado de un hombre digno, y 10 premié por ello. Y
no creo que pueda atribuirse carácter de recomendación a 10 que hago
como Jefe del Gobierno.
Yo puedo decir que soy hombre influyente desde hace treinta años, y
sin embargo, no habrá quien asegure que por mediación mía se haya otor-
gado ni siquiera un puesto de portero o de ordenanza en algún centro ofi-
cial, ni que se haya concedido mediante gestión mía una administración de
lotería ni un estanco en Barcelona, Valencia, Sevilla, Jerez de la Frontera
ni en ninguna otra de las poblaciones donde he residido. Ahora es cuando
por primera vez en mi vida he nombrado a los titulares de tres administra-
ciones de loterías; pero no atendiendo al favoritismo, ni mucho menos uti-
lizándolo, sino en uso de la fuerza que me presta la jefatura del Gobierno.
Esas administraciones de loterías han sido concedidas a otras tantas viudas
de hombres que se sacrificaron por la patria y que murieron pobres.
y como al tener conocimiento hoy del papelito que hacía circular el
juez de que se trata he estimado que el hecho representa una falta, porque
eso envuelve una difamación contra el jefe del Gobierno, he dispuesto
que se proceda contra ese funcionario..
Tengo que añadir que ese juez me devolvió el volante de referencia, y
yo hice que de nuevo llegara a su poder. Es mi deseo que 10 conserve
toda la vida, para que base en esas líneas todos los cargos que crea opor-
tuno hacer contra mí. Yo declaro que no me arrepiento de 10 hecho y que
de igual modo procedería cien veces.
He visto también que un periódico de la noche relataba el episodio de
un modo completamente falso y como acaecido en Bulgaria, atribuyendo
a un señor Kanof el envío en su propio automóvil de un ayudante provis-
to de un besalamano para el juez. Digo que esto es mentira.
Se añadía en el suelto, que se recomendaba un trato de mayor deferen-
cia para la señorita cuya libertad era exigida, y llegaba a afirmarse que el
SOMATÉN Y DEPURACIONES EN LA DICTADURA... 353
j lES "Torreblanca", C/Torregrosa, 85, 41016 SEVILLA, 669 85 25 98. A rm madre, doña Ana
María de la Higuera Ferrero, que en paz descansa, y a mi hija Letícia, que no descansa nunca.
2 Para su seguimiento documental nos hemos valido del Archivo de la Diputación Provincial
de Burgos (ADPB). Catastro. Burgos. Libros 348 y 349 Y de Archivo Capitular de la Catedral de
Burgos (ACCB). Libros de Redondo. 1748-1755. Lo usual es que las dignidades obtuvieran tam-
bién una canonjía. Empero, existen casos en que no acumulaban ambas prebendas, lo cual gene-
raba notonas problemáticas, Lo usual en bastantes Cabildos catedralicios de tamaño medio es que
hubiera entre 10 y 12 ó 13 dignidades, En León, eran 12 - T. VILLACORTA (1974), p. 76-79-
En Pamplona, 12 y en Zaragoza 12 - G. DESDEVISES (1989), P. 44 -r-, En Orense, Mondoñedo y
Lugo, 11 - O. REY CASTELAO (1988), p. 582-
3 Á. GONZALO GOZALO (1993), p. 20.
356 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
cicio 4. Los Estatutos de 1576, según el ideario del Cardenal Pacheco, fue-
ron la causa de computar dicho número 5. En 1757, la Santa Sede, con la
anuencia de la Monarquía y del Arzobispo, sancionó una reestructuración
propuesta por el Cabildo. En la práctica, se propuso una reducción de pre-
bendas para mejorar la economía de las dignidades, consecuencia de la
deficiencia en el servicio adecuado de culto por la cortedad de las rentas y
la exención de la carga de residencia de las dignidades rurales. Fueron su-
primidas 4 dignidades - 3 abadías (Salas, Foncea y San Quirce) y un arce-
dianato (Treviño) - 6. No es de extrañar que algunas dignidades se mostra-
ran especialmente enfadadas y molestas con tales decisiones, que limitaban
el poder y autonomía de los Cabildos catedralicios en aras de la autoridad
de las autoridades políticas laicas, ilustradas y regalistas 7.
En el Catastro elaborado a instancias del Marqués de Ensenada, es de-
cir, por lo que respecta a la ciudad de Burgos a mediados de 1751, nos
topamos con un deán, don Alonso Calderón de la Barca 8, un magistral y
tesorero, don Diego de Escalona 9, un prior, don Manuel Ortiz de Taran-
co 10, un capiscol, don Diego Zamora Huidobro ll, un maestre-escuela,
don Domingo del Río y Cantolla 12, un arcediano de Lara, don José Pérez
Aguilar 13, un arcediano de Palenzuela, don Lucas Antonio Vélez Frías
l4, un arcediano de Treviño, don Alonso Isla Venero 15, un arcediano de
34 A. SOLETO LÓPEZ (1990), pp. 218. "Los eclesiásticos son los que con más tiempo por
delante de su muerte disponen de sus últimas voluntades" Véase también M. GARCÍA FER-
NÁNDEZ (1996), p. 35-37 yI18-128, H. RODRÍGUEZ GRACIA (1994), p. 166-181 YD. GON-
ZALEZ CRUZ (1993), p. 114y p. 138-144.
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 363
42 AHPB. PN. Jacinto del Río. Legajo 7053/1 (6 de mayo de 1747), folio 68 y Legajo 7053/1
(17 de julio de 1748), folio 405.
43 AHPB. PN. Jacinto del Río. Legajo 7054 (19 de abril de 1754), folio 61, Bernardo Alonso
de Illera. Legajo 7188 (20 de marzo de 1761), folio 5, Legajo 7189 (23 de noviembre de 1763),
folio 199 y Legajo 7190 (10 de febrero de 1770), folio 548.
44 AHPB. PN. Rafael Antonio Pérez. Legajo 7268 (10 de diciembre de 1773), folio 1. Don
Juan Bautista Ordóñez, beneficiado en la parroquial de San Esteban fue de un similar parecer: "mi
Cuerpo sea sepultado con las Vestiduras sacerdotales, y vajo de ellas se me ponga el Avito de Sn
FranCISCo de Paula, escapulario y Cordón de Sn FranCISCo de Asís y el nra Señora del Carmen,
Bulla de difuntos y florín de Sn Juan para gozar de sus Indulgencias". AHPB. PN. Alonso de
Melo Peña. Legajo 2228 (8 de agosto de 1796), folio 257.
45 AHPB. PN. Agustín Busto. Legajo 7066/2 (20 de febrero de 1759), folio 164.
366 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
y 24 reales "por una vez" 46. Sólo superados por la nobleza de mayor
alcurnia, con un promedio de 30 reales, quedaban a la misma altura que
los canónigos (18 reales) y los comerciantes (21 reales) - véase CUA-
DRO III -. Las demás categorías profesionales no superaban, de prome-
dio, los 10 reales. Causa sorpresa saber que para los clérigos de Oviedo
"en ningún caso se señala la cantidad que paga por ellas" 47. En Burgos,
el 68.2 % de los clérigos con testamento computó su aportación a dicha
Casa - aunque fuera a regañadientes -, con un promedio de 9 y; reales. El
66.3 % aportó menos de 10 reales - de media 4 y; - y el restante 33.7 %
superó dicha cantidad - con una media de 18 reales -. Muchos de los
vecinos, gran parte de ellos cercanos a la pobreza de solemnidad, señala-
ban, como 10 hizo Manuela de Uriarte, viuda de un maestro artesano y
tornera en los compases del Real Monasterio de Las Huelgas 48, que pa-
gaban "a la Casa Santta de Jerusalén, Redempzión de Caupttibos y de-
más Acostumbradas sus derechos con que las apartto deel que podían
ttener a mis Vienes, aunque los que tengo son mui corttos o ninguno". La
muerte no sólo diezmaba los patrimonios sino también la escasa pacien-
cia que aún le quedaba a los modestos y a los paupérrimos.
Además de ente/ados y empapelados, los cadáveres de los dignatarios
catedralicios eran embutidos en el interior de ataúdes y por tanto, antes
de ser introductivos en las tumbas, enmaderados y claveteados. En el
Libro de entierros de los Señores Dignidades, Canónigos y Racioneros y
demás Señores de la Santa Iglesia Metropolitana" 49 se detalla, entre los
otros muchos gastos que a la muerte de cada uno de sus componentes se
efectuaban desde la Mesa Capitular, un desembolso de 70 reales para la
"Caja para el Cadáber, Cáliz y vinajeras, por cuidarlo y llevarlo a la
casa del difunto". El 100 % de los miembros de la Catedral, salvo negati-
46 Larrínaga redujo su contribución desde 44 reales en los testamentos de 1747 y 1748 hasta
22 reales - últimas voluntades de 1754, 1761 Y 1763. Después, en 1770 y 1773, desaparece una
mención explicita. Es probable que lo dejara al albur de sus albaceas o de la "Minuta" que de su
"puño y letra" teñía redactada para orientar a sus testamentarios en el sentir de sus últimas volun-
tades.
47 R. LÓPEZ LÓPEZ (1985), p. 118. Véase también D. GONZÁLEZ CRUZ (1993), p. 362-
364, M. GARCíA FERNÁNDEZ (1989), p. 241, A. PEÑAFIEL RAMÓN (1987), p. 151-156, H.
RODRÍGUEZ DE GRACIA (1994), p. 227-228, M. REDER GADOW (1986), p. 176-185, M.
ARANDA MENDÍAZ (191993), p. 160-162, O. REY CASTELAO (1981), p. 501 Y F. GARCÍA
GONZÁLEZ (1994), p. 192.
48 AHPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7096/1 (4 de enero de 1764), folio 15.
49 ACCB. Libro de entierros de Señores Dignidades ... (1737-1882).
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 367
55 AHPB. PN. Juan Antonio Fernández Guilarte. Legajo 7025 (25 de marzo de 1760), folio
175.
56 AHPB. PN. Gregorio José de Padrones. Legajo 7136 (17 de abril de 1765), folio 320. se
daba una alternativa de enterramiento, de forma que "en el caso de que por algún aconttezimiento
no haza lugar a dárseme sepultura en el expresado Panttián, Es mi voluntad sea en la Capilla de
Stta tecla (...) y Inmediato a la sepultura donde lo está el Señor dnfacundo Mogrobejo, Abad que
fue de Castro".
57 AHPB. PN. Rafael Antonio Pérez. Legajo 7268 (10 de diciembre de 1773), folio 1. En los
testamentos de 1747 y 1748 eligió el convento de San Pablo y en las últimas voluntades de 1754,
1761, 1763 Y 1770 trasladó sus designios hacia la capilla de la Consolación y Presentación de la
Catedral.
58 AHPB. PN. Juan Antonio Fernández Guilarte. Legajo 7013 (27 de abril de 1747), folio
134.
59 AHPB. PN. Juan Antonio Fernández Guilarte. Legajo 7009 (5 de marzo de 1742), folio
133.
60 AHPB. PB. Diego Fernández Cormenzana. Legajo 7081 (15 de enero de 1750), folio 182.
61 AHPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7098/2 (4 de enero de 1760), folio 326.
62 AHPB. PN. Nicolás Martínez de Vivanco. Legajo 7150 (13 de enero de 1770), folio 373.
63 AHPB. PN. Diego Femández Cormenzana. Legajo 7082 (17 de febrero de 1756), folio 189.
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 369
64 AHPB. PN. Jacinto del Río. Legajo 7053/1 (6 de mayo de 1747), folio 68. Los "miembros
del Cabildo catedralicio y personajes de la nobleza colocaban sus rasgos distintivos en los sepul-
cros y marcaban un deseo de individualización y diferenciación respecto a los demás difuntos". F.
J. LORENZO PINAR (1991a), p. 214.
65 O. REY CASTELAO (1981), p. 497-498.
66 O. LÓPEZ i MIGUEL (1987), p. 113-117 (Mataró), M. GARCÍA FERNÁNDEZ (1996),
p. 175-183,262-266 Y 276-283 (Valladolid), R. LÓPEZ LÓPEZ (1985), p. 90-95 (Oviedo), S.
ARAGÓN MATEO S (1992), p. 315 (Corta), J. CASEY (2001), p. 37 (Granada), D. GONZÁLEZ
DOPO (1985), p. 155 (Santiago de Compostela), R. FRANCH BENAVENT (1997), p. 342-343
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ÁLVAREZ (1986), p. 135-137, A. ALEMÁN ILLÁN (1988),108-109 YA. C. ARAUJO (1997),
p.235-237.
71 ARPB. PN. Juan Antonio Fernández Guilarte. Legajo 7010 (9 de agosto de 1743), folio
595. Lamentablemente en ese documento no se explicita el montante de tal Inversión, que proba-
blemente fue considerable. En el testamento de 1754, el último de su delicada existencia, si com-
putó que se entregara "a los Pobres que Viniesen a la puerta un Quarto a Cada uno por una Vez",
ARPB. PN. Jacinto del Río. Legajo 7054/2 (8 de octubre de 1754), folio 184.
72 ARPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7098/2 (4 de enero de 1770), folio 328.
73 ARPB. PN. Nicolás Martínez de Vivanco. Legajo 7150 (13 de enero de 1770), folio 374.
74 ARPB. PN. Diego Fernández Cormenzana. Legajo 7082 (17 de febrero de 1756), folio 121
y Bernardo Alonso de Illera. Legajo 7189 (23 de noviembre de 1763), folio 200.
372 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
75 En Oviedo s610 el 6.9 % de los testamentos integran pobres. R. LÓPEZ LÓPEZ (1985), p.
102-103. En Valladolid aparecen en el 1.3 al 2.5 % de los documentos. M. GARCíA FERNÁN-
DEZ (1996), p. 197. En Cádiz, ellA %. M. J. PASCUA SÁNCHEZ (1984), p. 175-178.
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 373
tumbran con los demás Señores Prebendados y que me perdonen los mu-
chos defectos que he cometido en su serbicio" 76. En Oviedo, López seña-
la la existencia "de una cierta conformidad con los sufragios establecidos
por vía oficial". La confianza en los albaceas y en las exequias estableci-
das por la empresa catedralicia - la hermandad de misas y entierro entre
los miembros del Cabildo aseguraba un número de oficios elevado - de-
rivaba en una relativa despreocupación de los prebendados catedralicios
en este terreno 77.
Las dignidades catedralicias se obsequiaron, además, con la celebra-
ción de otro conjunto de misas por la salvación de sus almas, abonadas
de su propio peculio. No por ser un tópico mil veces reiterado pierde con-
tundencia ni autoridad. Los clérigos se colocaban constantemente entre la
aristocracia privilegiada, la nobleza titulada y de los caballeros regidores
perpetuos y las demás categorías socio-profesionales del Antiguo Régi-
men - véase CUADRO IX Y GRÁFICO IV - . Los niveles de renta y
sobre todo de fortuna marcaban las pautas a seguir en los comportamien-
tos funerarios y en las exigencias de exhibicionismo estamental. A más
riqueza y boato más necesidad de reivindicar el perdón divino y de aten-
der la salvación del alma. Empero, el clero canalizaba la mayor parte de
las misas a través de la Catedral y de las parroquias y en ello convergía
con los más humildes, viudas e hilanderas, jornaleros, labradores, prole-
tartos y tropa militar. Hacia los conventos se orientaban los burócratas,
los comerciantes, los nobles de alcurnia y los oficiales de los ejércitos. La
sempiterna pugna entre el clero regular y secular se manifestaba en todos
los aspectos de la funeración - hábito, lugar de enterramiento, misas pro
anima - y las dignidades catedralicias, salvo excepciones muy puntuales
- léase Larrínaga y Arteaga -, se alineaban en el extremo más secular,
con sus "Vestiduras Sazerdotales", sus capillas catedralicias y las misas
encargadas a sus compadres capitulares o beneficiales como vórtices o
piedras angulares de la discrepancia.
El 80 % de las dignidades catedralicias señalaron puntualmente en sus
últimas voluntades el número y pagos de las misas que deseaban 78. El
promedio de misas, 806, era bastante elevado - no olvidemos que recibí-
76 AHPB. PN. Diego Fernández Cormenzana. Legajo 7082 (17 de febrero de 1756), folio 189.
77 VéaseR. LÓPEZ LÓPEZ (1985), p. 115-116 Y A. PEÑAFIEL RAMÓN (1987, p. 109-120.
78 M. GARCÍA FERNÁNDEZ (1996), p. 261.
374 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
92 ARPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7089 (12 de marzo de 1750), folio 109.
93 R. LÓPEZ LÓPEZ (1989), p. 119-120, O. REY CASTELAO (1981), p. 502-503 Y (1988),
p. 592-593, M. GARCíA FERNÁNDEZ (1996), p. 846-855, S. ARAGóN MATEaS (1992), p.
324-333, H. RODRÍGUEZ DE GRACIA (1989), p. 532-535 Y (1994), p. 228-232, . ARANDA
MENDíAZ (1993), p. 187-194 YV. ZÁRATE TOSCANO (2000), p. 125-136.
94 Sobre sobrinos y herencias véase en especial M. T. BENITO AGUADO (2001), p. 124-
128, F. J. LORENZO PINAR (1991b), p. 196-198 Y S. ARAGóN MATEaS (1992), p. 328-332.
95 M. GARcíA FERNÁNDEZ (1991), P. 224-225 Y (1996), P. 97, H. RODRÍGUEZ DE
GRACIA (1994), p.234 J. MALDONADO y FERNÁNDEZ DEL TORCO (1944): "Herencias a
favor del alma", Revista de derecho español, Madrid, p. [ ] y J. MARTINEZ PEREDA (1953):
"Reflexiones Jurídicas sobre la llamada sucesión a favor del alma", Anales de la Academia matri-
tense del notariado, 7, Madrid.
380 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
cos, las amas de llaves o las criadas de servicio, sólo aparecen en los tes-
tamentos de algunos clérigos (5.5 %) o de algunos militares (2.2 %).
El parámetro lógico, y habitual, es la continuidad familiar en el patri-
monio. En la estela de declinar la herencia en los hermanos aparecen el
deán Calderón y el arcediano de Treviño, Isla Venero 96]. En sus sobri-
nos, Escalona, Ortiz Taranco, Río Cantolla y Vélez Frias. En un primo,
canónigo con él en la Catedral, Zamora Huidobro 97. En miembros del
Cabildo, Garma 98, Hoyo 99 y Larrinaga 100.
En sus últimas voluntades, las dignidades catedralicias hicieron parti-
cipar a la servidumbre de la derrama de sus caudales -véase CUADRO
XVI-o El 70 % de ellos mencionó a sus amas de llaves y criadas para
hacerles partícipes de ciertas cantidades de dinero -gratificaciones por
sus años de servicios y la soldada correspondiente al tiempo de sus que-
haceres- 101 y múltiples enseres y pertrechos de la casa, mandas que ase-
96 AHPB. PN. Juan Antonio Femández Guilarte. Legajo 7009 (5 de marzo de 1742), folio
134, Legajo 7010 (9 de agosto de 1743), folio 597 y Jacmto del Río. Legajo 7054/2 (8 de octubre
de 1754), folio 184. La muerte de su hermano don Pedro, colegial en el Mayor de San Bartolomé
y catedrático de vísperas de leyes en la Universidad de Salamanca, hizo ascender al rango de
heredero universal (1754) a don Manuel Antonio Pneto Bustamante, canónigo lectoral de la
Catedral de Burgos, colegial también en San Bartolomé.
97 AHPB. PN. Juan Antonio Femández Guilarte. Legajo 7025 (25 de marzo de 1760), folio
176. el testamento del primo, don Bartolomé Huidobro Garona, canónigo en la Catedral de Bur-
gos, en AHPB. PN. Alonso de Melo Peña. Legajo 7208/2 (3 de mayo de 1771), folios 247-248.
98 AHPB. PN. Ángel Amaiz. Legajo 7164 (15 de diciembre de 1753), folio 180. Nombró por
herederos a su amigo y compadre capitular don José Pérez Aguilar, arcediano de Palenzuela -
recuerden que es la única dignidad catedralicia para la que no disponemos de testamento - y a su
capellán de servicio, don José Ruiz, capellán del número en la SIM y su lugarteniente y mano
derecha. Sus últimas voluntades en AHPB. PN. Ángel Amaiz. Legajo 7169 (28 de diciembre de
1769), folios 642-644. Véase F. J. SANZ DE LA HIGUERA (2002b), p. 353-357.
99 AHPB. PN. Diego Femández Cormenzana. Legajo 7081 (15 de enero de 1750), folio 185.
Su heredero fue un canónigo capitular, don Diego Antonio de Castro y Figueroa, también uno de
sus 5 testamentarios. Don Felipe tenía un hermano, don Juan Isidoro, al que no dejó prácticamen-
te nada - sólo "ttodos los Vesttidos de seda, lana y lino de que uso a Excepción de los Avltos
clerzcales y además un Luto correspondiente a su persona" -t-, A su amada ama de llaves se le
entregaron bienes y pertrechos que suponían el 45.9 % de sus pertenencias. AHPB. PN. Diego
Femández Cormenzana. Legajo 7081 (21 de noviembre de 1750), folios 280-291 (IPM).
100 En los testamentos de 1748 y 1754 se deja por herederos a don Domingo Río Cantolla y
otros compadres capitulares. A partir de 1761, don ramón se decante en exclusiva por un benefi-
ciado de San Lorenzo, don Pedro de Hojas. El asunto de las cebadas para las mulas transformó
muchas de las relaciones y amistades de don Ramón, quien se apoyó más en su individuos como
su mayordomo y hombre de confianza, el clérigo de menores Benito Gordón y en clérigo de baja
estofa, como el citado hojas o el canónigo don Diego de Haedo, uno de los más extravagantes
miembros del Cabildo. Véase F. J. SANZ DE LA HIGUERA (2005b), p. 559-588.
101 AHPB. PN. Diego Femández Cormenzana. Legajo 7082 (17 de febrero de 1756), folio
190. Don Diego Escalona, tesorero y magistral de la SIM, señaló se le dieran al ama de llaves que
lo atendia "por una vez trescientos ducados de vellón en dinero efectivo, Incluyendo en esta can-
tidad sus salarios, en atención a que la he suministrado y subministraré todo quanto necesite
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 381
para vestirse y calzarse. en lo que ha Invertldo y se invierte aún más que su salario anual". Fue,
sin duda, el más explícito de todos ellos pero no es más espléndido. Garrna dotó a su criada con
400 ducados y ordenó que "no se rejistren sus cofres por la mucha confianza que de ella tengo" -
ARPB. PN. Ángel Arnaíz. Legajo 7164 (15 de diciembre de 1753), folio 179 -r-. Ortiz Taranco
canalizó hacia sus criadas aproximadamente 4.000 reales. Véase CUADRO [ ]. Se recomienda la
lectura de O. REY CASTELAO (1988), p. 591-593 Y (1981), p. 502, F. J. LORENZO PINAR
(l991b), pp. 179-181 Y 190-196 Y (l991a), p. 141, H. RODRÍGUEZ DE GRACIA (1989), p. 530-
531 Y (1994), p. 229-230, M. T. BENITO AGUADO (2001), p. 179-180 Y F. J. SANZ DE LA
HIGUERA (2006c), p. 545-577.
102 ARPB. PN. Nicolás Martínez de Vivanco. Legajo 7150 (13 de enero de 1770), folio 374.
103 ARPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7087 (21 de agosto de 1748), folio 215.
104 Véase nota 99. F. J. SANZ DE LA HIGUERA (2008): "El arcedianato de Burgos (1731-
1784). Una prebenda con extrañas prácticas. Sexo clandestino en el Burgos del Setecientos",
Hispania Sacra (en proceso de redacción).
382 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
105 Para otra ocasión queda analizar el contraste existente entre estas inversiones de las digm-
dades y las previstas por las demás categorías socio-profesionales de la ciudad. De manera similar
ocurre con el tratamiento de lo referente a libros y librerías en los testamentos e inventarios post-
mortem del clero burgalés. Véase un avance en F. J. SANZ DE LA HIGUERA (2005b), p. 587-
588.
106 En ACCB. Libro 98 (1773) disponemos de un "abintestato de don Alonso Calderón de la
Barca", folios 1009-1035, en el que se recoge una evaluación del dinero que atesoraba, de sus
deudas y e la plata de su casa (sin tasación).
107 Quedan fuera de esta tómca Ortiz Taranco, en cuyo edificio se albergaban tres hogares
(barrio de Vega), y Vélez Frías, con dos hogares (en la Coroneria, a la vera de la Catedral.
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 383
lOS AHPB. PN. Francisco de Villafranca. Legajo 7087 (21 de agosto de 1748), folios 213-
214. Lamentablemente su memorial catastral, sus Respuestas Particulares, ha desaparecido,
hecho que impide un análisis de primera mano de sus ingresos, de sus gastos y de sus circunstan-
cias vitales.
109 AHPB. PN. Diego Femández Cormenzana. Legajo 7082 (17 de febrero de 1756), folio
190-19l.
110 AHPB. PN. Agustín de Busto. Legajo 7066/2 (20 de febrero de 1759), folio 165.
ARISTOCRACIA ECLESIAL... 385
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390 FRANCISCO J. SANZ DE LA HIGUERA
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CalóarOnde la Barca Deán 1'727 1773 Catedra'l Caoilla Santa Ana
Garma de la Puente Amo ValpuiSla 1470 1753 Monasterl'O San Jual'l
Escalona Sain:z: Bretón Mag!strai 1552 17,60 eatedl"añ Capilla. San Juan Sahagún
Ortl,Taranco Prior 1648 1770 CatOOraJ Capilla Santa, Tecta
Zamora HlMdobro Capiscol 1648 1761 Parroquia Santiago de la Capilla
Río Canlolla Maestre Escuela 0'55 1776 Catedral capilla Santa Tecla
PnlAguilar Amolara 1658 1754 Caledrai capilla Santa Tecla
VéfezFrias Amo Pa!enmeia 1619 1761 Parroquia Sanliago de !a Capilla
jsiaVenero Amo TreviOO 104 H55 ParroQuia Ista ¡Santander)
Hpyo 8antamarla Amo Burgos 1732 1750 catedral Capilla San Gregooo
i..amllaga Arteaga Abad San Quirce 1129 1773 ParrOQuia Santiago de la Capilla
Foorlle ~lmtal: Archivo capnularde la Catedra~ de Burgos,
libro 00 entierro de dIgnIdades, canónigos,,, (1707.1682),
CUADRO X
CUADRO XI
Categoría profeSional
Clérigos 449 1,272 372 996
labradores 260 592 107 223
Nobleza rentista 1094 3,172 756 1.549
Comerciantes 404 1.1M 284 653
Maestros Artesanos 202 516 163 348
Burócratas 379 1,028 74
Mi¡~a.res: Oficiales 310 994 66 167
ARISTOCRACIA ECLESIAL "EN CARRERA DE 5ALBACIÓN".... 403
CUADRoxn
Fundación de MisasPGrpetuas
Categoríasprofesionales NO Si
Dignidades 70 30
CanóOlgos 97,1 2.9
Clérigos 90.5 95
Hilanderas 00 20
Jornaleros 100
Labradores 100
Maestros Artesanos 96.3 3.7
OfiCiales Artesanos 100
Burócratas 94.9 51
ServiCio PúbliCO 93,6 64
ComerCiantes 100
Noblezarnntista 100
Militares: OfiCiales 903 97
Tropas 89,5 10,5
'93.1
CUADRO XIV
Categorla profeslof!¡¡¡1 Cónyuge Hijos Familiares Clérigos MIlitares VElCIOOS
Oigmdades 309 66.1 2.4
C¡lU"\t)nlgoS 36.6 51.1 5.7
CloogO$ 28-.1 60.2 11.7
Hilanderas 9,1 273 36.3 27.3
Jornaleros 42.8 14.3 143 14.3 14.3
Labradores 2(t2 31.1 25.1 118 11.8
Maestros Artesanos 24.1 17.2 20.7 16.9 189
Oficiales Artesanos 53.8 15.4 15.4 15A
Burócratas 1!l3 12.7 21.2 26.2 20,6
SeNlao PúblicO :2 U~ 10.4 19.1 2!UI HU
ComerCiantes 14.7 13,1 147 34.6 22.9
NQblaza rentista 6.2 125 50.9 8.9 21.5
Militares: OftCialell 8.6 2:.5 19.7 111 32.2 25.9
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