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FICHAS ESTAFA

(Nota: Las fichas de la Parte I están organizadas de la más reciente a la más


antigua y los datos identificadores se encuentran al inicio. Las contenidas en la
Parte II, están organizadas de la más antigua a la más reciente y los datos
identificadores de las providencias se encuentran al final)

PARTE I

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 51841
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP3802-2018
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 05/09/2018
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 63 / Ley 906 de 2004 art.
10, 73, 181 y 522

TEMA: DEMANDA DE CASACIÓN - Principios de claridad y


precisión / DEMANDA DE CASACIÓN - Principio de corrección material:
obligación de que corresponda a la realidad procesal / FALSO RACIOCINIO - No
se configura por desacuerdo en la valoración probatoria / TESTIMONIO -
Apreciación probatoria / ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo
de defraudar / FALSO RACIOCINIO - Diferente al falso juicio de
existencia / ESTAFA - Configuración: diligencia de conciliación no desvirtúa su
consumación

Tesis:

«El cargo único es confuso y repetitivo y no señala con claridad cuáles son las
pruebas en las que recaen los errores atribuidos a la sentencia, evocándose de
forma simultánea la vulneración del principio lógico de identidad y la infracción
de las máximas de la experiencia con miras a plantear un falso raciocinio que
solo proviene de la valoración subjetiva de la demandante al respecto, como si de
una instancia adicional a las del proceso se tratara. En otras palabras, se ofrece
una opinión parcializada con relación al mérito persuasivo que a la casacionista
le merecen los elementos de juicio recaudados en la actuación, con el fin de
oponer ese criterio a las reflexiones contenidas en el fallo y así, la acreditación
del yerro, queda al albur del efecto que pueda generar esa simple discrepancia de

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pareceres.

Por demás, las premisas que aspiran anteponerse al razonamiento del ad quem
hacen abstracción de las circunstancias particulares avizoradas en este asunto
[…].

[…]

Si se dice que el reparo no se compadece con lo acreditado en el proceso, faltando


al principio de corrección material que rige la casación -conforme al cual la
argumentación de la censura debe ajustarse a lo ocurrido en las diligencias-, lo
es porque desconoce deliberadamente uno de los parámetros suasorios con los
que se articuló el juicio de responsabilidad en contra de los acusados: el que
hubiesen manifestado representar a una entidad bancaria en pos de hacer más
convincente la posibilidad de una negociación favorable a la víctima […].

[…]

En la actuación sí se acreditó la circunstancia puesta en entredicho en la


censura, de manera tal que las reflexiones del Tribunal acerca de la misma no
son infundadas, como se asegura en el reparo. Además, si se trataba de
evidenciar que el fallo se apoyó en una variable no demostrada en el expediente,
la vía de denuncia lo era el falso juicio de existencia por suposición, no el falso
raciocinio.

Ahora, las referencias a que el perjudicado era consciente de una irregularidad


en la transacción no tienen respaldo, en atención a que, como lo advirtieron los
juzgadores, del testimonio del afectado se colige cómo los acusados
aprovechando la información obtenida en el sentido de que era su interés
adquirir una vivienda, por cuenta de la disponibilidad de los recursos para ello,
adujeron vínculos con una entidad bancaria que ofrecía inmuebles, los
exhibieron en una lista que fue incorporada a las diligencias y si su precio era
favorable, lo era porque supuestamente estaban en remate judicial.

De igual modo, de lo relatado por el testigo se extrae que contrario a lo afirmado


en el reproche la iniciativa de la negociación provino de los implicados, quienes
se presentaron en su oficina, explicando el señor Vanegas Fajardo por qué no
percibió incompatible el desempeño de AA en la empresa donde laboraba su
hermana, a la vez que decía negociar con inmuebles.

En esa línea de pensamiento, se desdibuja la tesis de la defensa acometida en el


transcurso de las instancias y replicada en casación atinente a que los sucesos
no trascendieron a una negociación de carácter civil, pues como lo indicó el
Tribunal con apoyo en jurisprudencia de esta Corporación, los acuerdos de
voluntades plasmados en contratos, acompañados del ocultamiento y la mentira,
son medios idóneos para la comisión de la conducta punible de estafa (cfr. CSJ
SP 3233-2017, SP 8060-2017, entre otras).

Queda así sin asidero el señalamiento relativo a que vulnera las máximas de la
experiencia y el principio lógico de identidad asumir que los pagarés suscritos
constituían una fachada para transmitir seguridad a la víctima, en pos de lograr
que desembolsara el dinero, por cuanto esa premisa se compagina con el entorno
concreto en que se dio la consecución de esos títulos valores, esto es, a
sabiendas por parte de los suscriptores de que la negociación que amparaban
nunca se verificaría.

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Por otro lado, el que con posterioridad a ese incumplimiento se hubiese arribado
a una conciliación tampoco desvirtúa la consumación del ilícito por el que se
procede, toda vez que ello es una circunstancia post delictual sin incidencia
sustancial alguna en la configuración del injusto.

En suma, la demostración del falso raciocinio no consistía en proponer un


ejercicio valorativo paralelo al expuesto por los sentenciadores, desvinculado de
los medios de conocimiento aportados a la actuación, sino en acreditar que sus
conclusiones vulneraban la sana crítica frente a los acontecimientos específicos
objeto de pronunciamiento por parte de la judicatura. En ese contexto, la
demandante pretende que sea acogida su percepción de los hechos y de las
pruebas como si la Corte fuese un cuerpo consultivo con la función de zanjar esa
divergencia, lo que evidencia el entendimiento equivoco que tiene de la casación y
del error invocado, el cual no se configura a partir de esa mera disidencia (cfr.
CSJ SP, 30 Ene. 2008, rad. 23898). En esa hipótesis, la disonancia se resuelve a
favor del proveído atacado, en virtud de la doble presunción de acierto y legalidad
que lo cobija.

Tal confusión se replica en lo atinente a la crítica concerniente a la revocatoria


del subrogado penal, porque en el mismo cargo se hace referencia a ello, de
manera genérica, al predicarse falsa motivación en virtud de la interpretación
errónea del reporte del SPOA allegado por la Fiscalía durante el traslado del
artículo 447 de la Ley 906 de 2004, pero se deja al azar esa afirmación, con
manifiesto desconocimiento del principio de claridad y del carácter rogado de la
casación, al no avizorarse el modo en que esta coyuntura se vincularía con el
falso raciocinio denunciado y menos aun cuando en la demanda se depreca la
emisión de sentencia absolutoria, desde parámetros disímiles».

QUERELLA - Caducidad: contabilización del término / ESTAFA -


Querella / CONCILIACIÓN EN DELITOS QUERELLABLES - Incumplimiento:
consecuencias / EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL - Conciliación

Tesis:

«La errática postulación del reclamo es palmaria en esta demanda, en tanto con
base en idénticas situaciones de carácter procesal se invoca por vía de dos
causales distintas la invalidación de las diligencias, trayéndose a colación con
ese propósito una circunstancia de la cual no se explica qué relación tiene con la
actuación surtida o con los parámetros inicialmente delineados.

Ahora, en primer lugar, debe decirse que el demandante no tiene en cuenta que
aun cuando el artículo 73 de la Ley 906 de 2004 prevé cómo la querella debe
allegarse dentro de los seis (6) meses siguientes a la comisión del delito, también
contempla que si el querellante “por razones de fuerza mayor o caso fortuito
acreditados no hubiere tenido conocimiento de su ocurrencia, el término se
contará a partir del momento en que aquellos desaparezcan, sin que en este caso
sea superior a seis (6) meses”.

Por lo anterior, no puede tenerse como margen temporal para contabilizar dicho
término la fecha en que el señor YVF entregó cuatro y sesenta millones de pesos
a quienes adujeron representar al banco […] en la negociación de finca raíz (25 y
27 de mayo de 2011, respectivamente), porque pese a que en esos instantes se
consumó la estafa solo fue con posterioridad que pudo percatarse del engaño
desplegado, luego de múltiples requerimientos fallidos que presentó a los
implicados para el cumplimiento de lo pactado […].

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[…]

Por consiguiente, para el 27 de mayo de 2011 el perjudicado aún no era


consciente de la maniobra engañosa de la que fue víctima e incluso pasó más de
un mes para que el incumplimiento en la entrega del inmueble le generara
suspicacia. Con ese referente, se tiene que para el 23 de diciembre de ese año,
fecha de la querella -según aparece en el escrito de acusación-, se encontraba en
el lapso requerido por el legislador para formular la querella.

De otro lado, predicar que la conciliación daba lugar a la extinción de la acción


penal también constituye un aserto que obedece a la lectura incompleta del
artículo 522 de la normatividad en comento, el cual consagra que si ante la
Fiscalía “hubiere acuerdo” su delegado “procederá a archivar las diligencias [...]
en caso contrario, ejercitará la acción penal correspondiente” y que si es ante un
centro de conciliación o un conciliador reconocido como tal, “el conciliador
enviará copia del acta que así lo constate al fiscal quien procederá al archivo de
las diligencias si fue exitosa o, en caso contrario, iniciará la acción penal
correspondiente”.

Desde esta perspectiva, es claro que la conciliación que cita no fue cumplida y
ello descarta el archivo deprecado, de hecho, en el escrito de acusación aparece
que únicamente se había logrado la devolución de $22.000.000. Así lo ratificó en
su testimonio la víctima […].

[…]

De igual modo, toda vez que la normatividad a la que se ha hecho referencia no


contempla la posibilidad de conciliaciones parciales, es indiferente que el
demandante alegue que a favor de su asistido se presenta dicha figura, entonces,
lo cierto es que ese acuerdo no fue acatado enervándose la viabilidad del instituto
procesal impetrado. Inclusive, obra en el acta correspondiente a la sesión de
juicio oral del 25 de febrero de 2016, que el pacto para ese instante no se había
verificado y que “los defensores de los tres imputados indican que sus prohijados
tienen la intención de indemnizar, razón por la cual piden un tiempo prudente
para recolectar el dinero”, lo que a la postre, se insiste, no sucedió.

Adicionalmente, se sugiere una polémica en punto del principio de inmediación


so pretexto de que la juez que presenció las pruebas en las que se apoyó la
condena fue distinta de la que dictó sentencia, pero al constatar lo pertinente se
observa que se trató de la misma funcionaria. Por ende, ninguna violación a la
ley sustancial o transgresión a las formas propias del trámite se acredita en estas
censuras, detectándose que los ataques formulados son excluyentes, infundados
e incoherentes, de ahí lo abstracto de la pretensión invalidatoria al no indicar
desde qué momento procedería, de cara a las hipotéticas consecuencias del
presunto vicio».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 23898 | Fecha: 30/01/2008 | Tema:


FALSO RACIOCINIO - No se configura por desacuerdo en la valoración probatoria
Rad: 48279 | Fecha: 08/03/2017 | Tema: ESTAFA - Contrato: medio idóneo
para ocultar el ánimo de defraudar Rad: 41320 | Fecha: 07/06/2017 | Tema:
ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar Rad: 14535
| Fecha: 30/11/1999 | Tema: VIOLACIÓN DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL -
Implica un juicio en derecho Rad: 19627 | Fecha: 02/03/2005 | Tema:
VIOLACIÓN DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL - Implica un juicio en derecho

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Sala de Casación Penal
M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 51145
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP3159-2018
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 25/07/2018
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
29 / Ley 906 de 2004 art. 181

TEMA: FALSO RACIOCINIO - Técnica en casación / REGLAS DE LA


EXPERIENCIA - No se configura / ESTAFA - Artificio, ardid o engaño / FALSO
RACIOCINIO - No se configura

Tesis:

«En lo concerniente al cargo segundo, si bien se traen a colación las máximas de


la experiencia empleadas por el Tribunal para soportar la condena como
corresponde a la denuncia de falso raciocinio, la argumentación tendiente a
evidenciar error en su construcción se basa en la pretendida procedencia de
ciertos silogismos que no superan la opinión subjetiva del demandante con
relación al mérito persuasivo que le merecen las pruebas recaudadas en la
actuación, con el fin de oponer ese criterio a las reflexiones contenidas en el fallo
y así, la acreditación del yerro, queda al albur del efecto que pueda generar esa
simple discrepancia de pareceres.

En consecuencia, tal disidencia resulta insuficiente para demostrar el vicio


evocado, en tanto las premisas que aspiran anteponerse al razonamiento del ad
quem hacen abstracción de las circunstancias particulares avizoradas en este
asunto, develándose las máximas de la experiencia predicadas por el
casacionista como enunciados genéricos que no trascienden su postura
parcializada acerca de los sucesos materia de investigación y juzgamiento […].

[…]

El reparo opta por refutar metódicamente cada uno de los anteriores parámetros
suasorios, empero, en detrimento de la valoración conjunta que condujo a
advertir la configuración del delito de estafa (agravada por recaer en vehículos
automotores), presenta a conveniencia de la tesis exculpativa el modo en que se
llevó a cabo la negociación de marras, matizando e incluso tergiversando los
siguientes aspectos:

No es cierto que BC le hubiese informado a la denunciante que la firma a su


cargo tenía problemas económicos y que pese a ello ésta se involucró en la
negociación. Lo que ocurrió, fue que la señora LDMR canceló $1.000.000 para
apartar el taxi en el que estaba interesada mientras se estudiaba la solicitud del
crédito que requería para su adquisición, la cual tuvo respuesta negativa y acto
seguido el acusado le manifestó que podía gestionar la entrega del coche a
cambio de otros $22.000.000, haciendo caso omiso de su falta de antecedentes
crediticios, escenario que constituyó el ardid para la defraudación patrimonial y
fue con posterioridad a ese instante, el desembolso del dinero, que el vendedor

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adujo dificultades financieras que malograron su compromiso.

Aun cuando obre en el certificado de existencia de la sociedad […] allegado a la


actuación que esta era representada por HBC, la víctima relató que el
concesionario donde efectuó la negociación se llamaba “[…]” y que el local en el
que funcionaba cesó actividades, trasladándose a otro lugar donde tenía
diferente nombre. Ahora, no fue por iniciativa del mencionado que aquella se
percató de lo acontecido, sino que ante su insistencia para el cumplimiento de lo
acordado el implicado se vio en la necesidad de enterarla de su nueva ubicación,
en el periodo en el que todavía le pedía tener paciencia para la entrega del
vehículo, lo que nunca sucedió. Entonces, lo indicó el Tribunal, no fue que el
procesado estuviese presto a mantener al tanto a la señora MR, sino que ésta
tenía contacto permanente con él a la expectativa del taxi que esperaba recibir,
circunstancia que desdibuja la posibilidad, con miras a infirmar su actitud
fraudulenta, de que el vendedor desapareciera como lo enarbola el casacionista y
tal coyuntura no resulta nimia, en los términos que lo refiere.

El tema concerniente a la conciliación fallida no fue objeto de estudio por parte


del juzgador de segundo grado a efectos de edificar el juicio de reproche por el
delito materia de condena, por ende, las afirmaciones del recurrente sobre el
particular son especulativas y vendrían a ratificar que solo una vez colmada la
paciencia de la adquirente, por la que BC clamó durante un dilatado interregno,
optó por pedir la devolución de su dinero, lo que tampoco fue posible.

Así las cosas, las máximas de la experiencia esbozadas en el libelo (el que quiere
engañar no da información clara, se evade del sitio en el que puede ser localizado
y nadie está obligado a lo imposible) no se compaginan con los presupuestos de
universalidad y factibilidad en un espacio socio-temporal concreto que las
caracterizan y más bien exhiben la llana inconformidad del impugnante con las
conclusiones del sentenciador, transcritas en precedencia, disonancia que no es
susceptible de discusión en esta sede.

En otras palabras, la demostración del falso raciocinio no consistía, según lo


asumió, en proponer un ejercicio valorativo paralelo al expuesto por el Tribunal,
sino en acreditar que sus reflexiones vulneraban máximas de la experiencia
específicas frente a los acontecimientos concretos en que fueron empleadas. En
ese contexto, el demandante pretende que sea acogida su percepción de los
hechos y de las pruebas como si la Corte fuese un cuerpo consultivo con la
función de zanjar esa divergencia, lo que evidencia el entendimiento equivoco que
tiene de la casación y de la modalidad de error invocada que no se configura a
partir de esa mera disidencia (cfr. CSJ SP, 30 Ene. 2008, rad. 23898), la cual, en
esa hipótesis, se resuelve a favor del proveído atacado en virtud de la presunción
de acierto y legalidad que lo cobija».

VIOLACIÓN DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL - Parte de la aceptación plena


de los hechos / VIOLACIÓN DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL - No se
configura / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de
la víctima, no es elemento del tipo, explicación

Tesis:

«Tratándose del cargo tercero, se tiene que cuando se plantean reparos en


casación por vía de la violación directa de la ley sustancial, no puede
cuestionarse la apreciación de la prueba realizada por el juzgador ni la
declaración de los hechos consignados en el fallo, al ser un yerro que recae en
aspectos estrictamente jurídicos (CSJ AP, 30 Nov. 1999, rad. 14535, CSJ SP, 02

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Mar. 2005, rad. 19627). En ese orden, en consonancia con los apartes
transcritos, el ad quem avizoró que BC so pretexto de solventar las dificultades
que para la consecución de un crédito impedían a LDMR la compra de un taxi, se
ofreció a pasar por alto esa situación a cambio de $22.000.000, adicionales al
$1.000.000 que ya había cancelado para separarlo, ardid al que acudió con la
fachada de un concesionario para conseguir la entrega del dinero, a consciencia
de que la negociación no se verificaría.

De esta manera, el defensor desconoce los cursos causales fijados por el Tribunal
al catalogar dicha puesta en escena propia de las negociaciones civiles y
comerciales, marginándose de la dinámica fáctica y probatoria consignada en la
providencia impugnada. Con esa metodología, se aleja de la lógica que regía la
demostración del vicio pregonado y así la censura deriva en un alegato de
instancia, ajeno a los parámetros en los que se desenvuelve la acreditación de un
error jurídico de tal magnitud que haga necesaria la intervención de la Corte.

De igual modo, resulta inconsistente aludir que la perjudicada, por sus


condiciones personales, debía asumir el riesgo de la frustrada compraventa,
pues, de acuerdo a lo ya reseñado, BC acudió a la estratagema de recibir dinero
para «solucionar el problema de la vida crediticia», lo cual, más allá del eventual
incumplimiento contractual, estaba encaminado a lograr la obtención de
recursos por cuenta de un pacto que no se iba a cumplir.

Aunado a lo anterior, la jurisprudencia de la Sala ha dejado de lado la postura


relativa a que en el delito de estafa son exigibles ciertas circunstancias a la
víctima, a efectos de que se configure el ilícito, al no ser ello parte del tipo penal.
Entonces, no tiene cabida en esta clase de asuntos (como lo sugiere el recurrente
al mencionar las acciones a propio riesgo), demandar de éstas medidas de
autoprotección adicionales a los elementos del injusto […].

[…]

Por ende, la propuesta del censor es improcedente porque al admitir el engaño


como un riesgo contractual connatural, deja de lado que esto implicaría vaciar de
contenido el mínimo ético necesario para el adecuado curso de las relaciones
intersubjetivas en las que se desenvuelve la convivencia social y, por contera, el
derecho terminaría siendo inane para custodiar tal finalidad».

SENTENCIA - Condenatoria: impugnación, el recurso de casación satisface las


exigencias del derecho a la impugnación de sentencias condenatorias, explicación
/ ESTAFA - Se configura

Tesis:

«[…] pese a que en el libelo no aparezca una argumentación consistente que


devele porqué la casación no es suficiente para garantizar el principio de doble
conformidad de la condena, lo cierto es que la Corte, como máximo Tribunal de la
jurisdicción ordinaria, en los asuntos que llegan a su conocimiento por vía
extraordinaria, agota un cotejo de la actuación surtida y del fallo de segunda
instancia a fin de establecer la necesidad de ejercer dicha potestad según lo prevé
y a la vez exige el referido mandato legal, aspecto sobre el cual ya se ha
pronunciado la Sala (Cfr. por ejemplo CSJ AP 7365-2016, CSJ SP 8292-2016).

Desde esta perspectiva, es oportuno indicar que no se avizoran impropiedades en


las reflexiones que condujeron a la condena luego de sopesarse las
circunstancias fácticas y probatorias acreditadas en las diligencias, al igual que

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las exculpaciones brindadas por la defensa. Ahora, si se dice que estos
razonamientos no se ofrecen infundados, no lo es a partir de la perspectiva
formal de su corrección conceptual, sino al encontrar respaldo en los medios de
conocimiento obrantes en el expediente […].

[…]

[…] en los términos anotados por el Tribunal y dentro del contexto al que se hizo
mención con antelación, el procesado, aprovechando el interés de la señora MR y
de su cuñado para adquirir un taxi pese a que no reunían los requerimientos
para obtenerlo mediante financiación -según lo anticiparon al indagar en
distintos lugares donde les requerían múltiple documentación-, les pidió una
suma de dinero para ayudarles a cumplir con ese propósito, expectativa bajo la
cual accedieron por las facilidades ofrecidas y con mayor razón cuando en el
concesionario a su cargo se les confirmó que la solicitud de crédito elevada había
sido negada.

En esa secuencia se advierte que ese anhelo, frustrado por las reglas del
mercado, fue del que se valió BC para demandar la entrega de dinero a pesar de
la falta de capacidad de pago de sus clientes, coligiéndose que desde un inicio no
estaba en posición de entregar el rodante, más aún con las dificultades
económicas que adujo si en realidad estas condujeron a que tuviese que cerrar
poco después el concesionario y trasladarse a otro local con distinta razón social.
Es más, ni siquiera individualizó a ciencia cierta el bien sobre el cual recaía el
pacto. Por eso, las continuas evasivas, incluso con posterioridad a que la señora
MR requiriera la devolución del dinero, confluyen a validar el convencimiento con
relación a que fue el querer deliberado de apoderamiento de capital por vía del
engaño el que orientó su actuar, al poner a disposición un vehículo que no tenía
y por eso le era indiferente el no contar con suficientes garantías para su efectiva
cancelación».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 46237 | Fecha: 29/07/2015 | Tema:


SENTENCIA - Condenatoria: proferida en única o segunda instancia o en
casación, impugnación según la sentencia C - 792 de 2014, imposibilidad de
cumplirla hasta que no se expida la ley que lo regule Rad: 52372 | Fecha:
25/04/2018 | Tema: SENTENCIA - Condenatoria: proferida en única o segunda
instancia o en casación, impugnación según la sentencia C - 792 de 2014,
imposibilidad de cumplirla hasta que no se expida la ley que lo regule Rad: C-792
DE 2014 | Fecha: 29/10/2014 | Tema: SENTENCIA - Condenatoria: proferida en
única o segunda instancia o en casación, impugnación según la sentencia C -
792 de 2014, imposibilidad de cumplirla hasta que no se expida la ley que lo
regule Rad: 14535 | Fecha: 30/11/1999 | Tema: VIOLACIÓN DIRECTA DE LA
LEY SUSTANCIAL - Parte de la aceptación plena de los hechos Rad: 19627 |
Fecha: 02/03/2005 | Tema: VIOLACIÓN DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL -
Parte de la aceptación plena de los hechos Rad: 42548 | Fecha: 13/07/2016 |
Tema: ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la
víctima, no es elemento del tipo, explicación Rad: 47742 | Fecha: 26/10/2016 |
Tema: SENTENCIA - Condenatoria: impugnación, el recurso de casación satisface
las exigencias del derecho a la impugnación de sentencias condenatorias,
explicación Rad: 42930 | Fecha: 22/06/2016 | Tema: SENTENCIA -
Condenatoria: impugnación, el recurso de casación satisface las exigencias del
derecho a la impugnación de sentencias condenatorias, explicación

RESERVA

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Sala de Casación Penal
M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 44730
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP2985-2018
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 16/07/2018
DELITOS : Urbanización ilegal / Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
186, 234 y 235 núm. 4 / Acto Legislativo 01 de
2018 / Ley 600 de 2000 art. 75 núm. 7, 355 y
356 / Ley 599 de 2000 art. 246, 267 núm.1 y
318 / Ley 388 de 1997 art. 99 núm. 1 / Ley
890 de 2004 art. 14 / Ley 906 de 2004 art. 533
y 357 núm. 1 / Decreto 1052 de 1998 art. 5 y 6

TEMA: ESTAFA - Elementos / ESTAFA AGRAVADA - Se configura / DELITO


MASA - Concepto / PRECLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN - improcedencia

Tesis:

«El artículo 246 de la Ley 599 de 2000 consagra el delito de estafa en los
siguientes términos.

[…]
En relación con este tipo penal la Sala ha sostenido:

“ En el caso de la estafa, la norma exige que el resultado (obtención de un


provecho económico), esté antecedido de varios actos, a saber: (i) Que el sujeto
agente emplee artificios o engaños sobre la víctima, (ii) que la víctima incurra en
error por virtud de la actividad histriónica del sujeto agente, (iii) que debido a
esta falsa representación de la realidad (error) el sujeto agente obtenga un
provecho económico ilícito para sí o para un tercero, y (iv) que este
desplazamiento patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo.

Como puede verse, el precepto, además de exigir la presencia de ciertas


modalidades conductuales previas a la obtención del resultado (provecho ilícito),
demanda que las mismas se presenten en específico orden cronológico (primero
el artificio, luego el error y después el desplazamiento patrimonial), y que entre
ellas exista un encadenamiento causal inequívoco, es decir que el uno conduzca
necesariamente al otro, de suerte que si estos requerimientos conductuales no se
presentan, o presentándose concurren en desorden, o la cadena causal se rompe,
trastoca o invierte, no podrá hablarse de delito de estafa. (C.S.J. S.P. Jun. 8
2006. Rad. 24729)”

De conformidad con los hechos, resulta evidente, según los términos de la


promesa de venta en consonancia con las consignaciones realizadas por las 143
madres cabeza de familia y las conversaciones que sostuvieron con JEPR, que
éste las indujo y mantuvo en error entre los años 2004 a 2009, para que
depositaran la suma de $1.900.000 cada una, a cambio de entregar el predio de
su propiedad una vez terminaran de cancelarlo, actuación que no realizó.

En la actuación se demostró con fotocopia de las consignaciones , los extractos

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de la cuenta de ahorros de AMP , el informe de policía judicial No. 9-49034 del 25
de junio de 2015 , el informe pericial del 18 de noviembre de 2011 y el recibo de
entrega en efectivo de $30.000.000 el 6 de febrero de 2007 , que JEPR sí recibió
el valor total del bien, obteniendo de esta forma un provecho ilícito en perjuicio
de las madres cabeza de familia, pues éstas, en cambio, no recibieron la parcela
que supuestamente habían comprado.

Además, es indiscutible que estas personas eran o son de escasos recursos


económicos, y debido a que el predio era vendido por un líder político, creyeron
erróneamente en él.

Ahora bien, dado que el precio pagado fue de $280.000.000, dicha suma supera
ampliamente los 100 salarios mínimos, motivo por el cual, la estafa es agravada
en los términos del artículo 267, ídem, que aumenta de una tercera parte a la
mitad, la pena.

Igualmente, de acuerdo con el parágrafo del artículo 31 de la codificación


punitiva en los eventos de los delitos continuados y masa se impondrá la pena
correspondiente al tipo penal, aumentada en una tercera parte.

Se habla de delitos en masa, cuando “el sujeto activo realiza una pluralidad de
actos que genera una multiplicidad de infracciones a un tipo penal, todo lo cual
se ejecuta de acuerdo con un plan con el que se pretende afectar el patrimonio
económico de un número indeterminado de personas.» (CSJ SP, 25 Jul. 2007,
Rad. 27383)

Dado que en el presente caso, fueron numerosos los sujetos pasivos de la


infracción -143 madres cabeza de familia- puede predicarse la existencia del
delito de estafa agravada en masa.

De conformidad, entonces, con las anteladas apreciaciones, es claro que la


solicitud de preclusión de la investigación elevada por el defensor no está
llamada a prosperar, habida cuenta que el análisis de los elementos de juicio
acopiados ponen de manifiesto la presunta existencia de las conductas delictivas
y el eventual compromiso del sindicado».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 39768 | Fecha: 31/01/2018 | Tema:


FUERO - Aforados constitucionales: competencia de la Sala de Casación Penal,
Acto Legislativo 01 de 2018, se mantiene mientras entran en funcionamiento las
salas especializadas de instrucción y juzgamiento de aforados Rad: 24729 |
Fecha: 08/06/2006 | Tema: ESTAFA - Elementos Rad: 27383 | Fecha:
25/07/2018 | Tema: DELITO MASA – Concepto Rad: 32764 | Fecha:
18/01/2012 | Tema: LEY 890 DE 2004 - Aplicable a procesos de Ley 600 de
2000 Rad: 50472 | Fecha: 21/02/2018 | Tema: CONGRESISTA - Aplicación
aumento de penas Ley 890 a pesar de trámite Ley 600: Variación jurisprudencial

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 50956
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP046-2018
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA

10
FECHA : 31/01/2018
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE Y DE OFICIO
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
29 / Ley 599 de 2000 art. 6, 61 y 246 / Ley
906 de 2004 art. 6 / Ley 890 de 2004 art. 14

TEMA: PRINCIPIO DE LEGALIDAD - Concepto / ESTAFA - Dosificación


punitiva / MULTA - Dosificación punitiva / LEGALIDAD DE LA PENA -
Desconocimiento del mínimo punitivo / CASACIÓN OFICIOSA - Principio de
legalidad de la pena

Tesis:

«El artículo 29 de la Constitución Política, en concordancia con el artículo 6º,


tanto del Código Penal como de la Ley 906 de 2004, consagra el principio de
legalidad, de acuerdo con el cual, “Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las
leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y
con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio”.

Este postulado se concreta en (i) la legalidad de los delitos, pues a nadie se le


puede juzgar por una conducta que previamente no se haya establecido como tal
en el ordenamiento jurídico; (ii) el agotamiento del trámite respectivo debe estar
previamente definido, así como el o los funcionarios encargados de adelantarlo; y,
(iii) la pena correspondiente a la infracción ha de determinarse antes de la
comisión del comportamiento, a efectos de que sea posible imponerla a quien
resulte declarado responsable en el juicio respectivo.

Corresponde entonces determinar, tal como se anunció en el auto por cuyo


medio se inadmitió la demanda de casación presentada por la defensa del
procesado, si al dosificarse en la sentencia la pena de multa se vulneró el
principio de legalidad, pues ésta se fijó en el equivalente a 1.075 salarios
mínimos legales mensuales vigentes.

Con ese propósito, inicialmente resulta oportuno recordar que el artículo 246 del
Código Penal, modificado por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, en donde se
describe y sanciona el delito de estafa por el que se procede en este caso,
preceptúa lo siguiente:

El que obtenga provecho ilícito para sí o para un tercero, con perjuicio ajeno,
induciendo o manteniendo a otro en error por medio de artificios o engaños,
incurrirá en prisión de treinta y dos (32) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses y
multa de 66.66 a 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Ahora, se observa que el juzgador de primer grado, al adelantar la tarea de


dosificar la pena, al referirse al contenido de la norma que recogía la conducta
punible por la que se declaró penalmente responsable al procesado, esto es, el
artículo 246 del Estatuto Punitivo, se pronunció en los siguientes términos:

Así las cosas, entraremos a hacer la respectiva dosificación, teniendo en cuenta


para ello la pena vigente para el momento de los hechos para el cargo de Estafa,
esto es, de treinta y dos (32) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses de prisión y
multa de mil (1.000) a mil quinientos salarios mínimos legales mensuales
vigentes.

11
Como se observa, el Juez a quo desconoció el principio de legalidad de la pena,
por cuanto a pesar de que la sanción pecuniaria para el delito de estafa en
realidad es de mínimo 66.66 salarios mínimos legales mensuales vigentes,
equivocadamente indicó que era de 1.000 salarios de la misma naturaleza.

En esa medida, la determinación de la pena, en punto de la multa, partió de un


monto contrario al previsto por el legislador, lo que llevó a imponerle
equivocadamente a OC el pago de 1.075 salarios mínimos legales mensuales
vigentes.

Ahora, para llegar a esa intensidad punitiva, el fallador de primera instancia, una
vez siguió los derroteros del artículo 61 del Código Penal estableció, bajo el error
anotado, que el primer cuarto oscilaba entre 1.000 y 1.125 salarios mínimos
legales mensuales vigentes, cuando en verdad va de 66.66 a 424.99 salarios de
igual estirpe.

Así las cosas, impuso la pena de multa de 1.075 salarios mínimos legales
mensuales vigentes, lo que equivale a un incremento del 60% de lo que era
posible imponer.

Por tanto, tomando los guarismos correctos del primer cuarto, es decir, de 66.66
a 424.99 salarios mínimos legales mensuales vigentes de multa para el delito de
estafa por el que se procede en este caso, el 60% de incremento, siguiendo el
criterio del fallador de primer grado, pues el Tribunal guardó silencio sobre el
particular, conduce a que la pena pecuniaria que legalmente corresponde
imponer es de 281.65 salarios mínimos legales mensuales vigentes, como en
efecto se hará».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA / PATRICIA
SALAZAR CUELLAR
NÚMERO DE PROCESO : 45273
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP20949-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 06/12/2017
DECISIÓN : NO CASA / CASA PARCIALMENTE Y DE
OFICIO
DELITOS : Concierto para delinquir / Lavado de activos /
Falsedad en documento privado / Estafa /
Fraude procesal / Enriquecimiento ilícito
FUENTE FORMAL : Convención Americana sobre Derechos
Humanos. / Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Polìticos / Constitución Política de
Colombia de 1991 art. 8, 29 y 34 / Decreto 624
de 1989 art. 323, 479 y 481 / Ley 599 de 2000
art. 8, 27, 51, 59 y 246

ASUNTO:
La Sala debe examinar si, en el juicio de subsunción, el Tribunal aplicó
indebidamente el principio de non bis in idem, consagrado en los artículos 29 de
la Constitución Política y 8 del Código Penal, al considerar, como producto de la

12
interpretación de las descripciones típicas de los delitos de estafa agravada y
enriquecimiento ilícito de particulares, que, en el asunto de la especie, existe un
concurso aparente de tipos.

TEMA: ESTAFA - Elementos: bien jurídico tutelado / ESTAFA -


Concepto / ESTAFA - Concepto de provecho ilícito / ESTAFA - Elementos: nexo
causal, entre la obtención del provecho ilícito y la inducción o mantenimiento en
error / ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE PARTICULAR -
Concepto / ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE PARTICULAR - Elementos:
elementos normativo (incremento patrimonial no justificado) / ESTAFA - Puede
concursar con enriquecimiento ilícito de particular:
requisitos / ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE PARTICULAR - Bien jurídico
tutelado / DELITO - Bien jurídico tutelado: la normatividad penal no contempla
como tal la moral social / CONCURSO APARENTE DE TIPOS - Principio de
consunción: hecho posterior copenado

Tesis:

«El delito de estafa, descrito en el artículo 246 de la Ley 599 de 2000, que atenta
contra el bien jurídico del patrimonio económico, en su acepción más simple,
consiste en obtener un provecho ilícito para sí o un tercero, con perjuicio de otro,
para lo cual debe haberse inducido o mantenido en error al afectado, a través de
artificios o engaños.

[…]

Concretamente, en torno a la obtención de un provecho ilícito propio o ajeno, es


claro que corresponde a la utilidad o beneficio económico o patrimonial
correlativo al daño económico causado al sujeto pasivo que es engañado a través
de artificios o engaños.

Es así que, tal ventaja o utilidad de naturaleza injusta, equivale al elemento


material del delito en examen, por lo que la conducta solo se consuma cuando el
estafador obtiene la ganancia o prestación que se propone, la cual es directa
consecuencia de la inducción en error producto de las maniobras fraudulentas
desplegadas por el actor.

Por su parte, el punible de enriquecimiento ilícito de particulares, consagrado en


el canon 327 ejusdem, vulnera el interés jurídico del orden económico y social y
sanciona el incremento injustificado del patrimonio propio o ajeno, obtenido de
manera directa o indirecta, como consecuencia de un actuar delictivo
antecedente -del mismo sujeto u otro, caso en el cual basta que éste haya tenido
conocimiento del origen ilícito de los recursos-.

Este injusto de resultado y conducta instantánea, tiene entre sus elementos


normativos i) la no justificación del incremento patrimonial y ii) la derivación
directa o indirecta de actividades ilícitas.

En torno al primer ingrediente, es suficiente indicar que el aumento patrimonial


debe ser ilícito porque si proviene de fuente autorizada, como resulta obvio, la
conducta sería atípica.

Ahora bien, en principio, es posible señalar que, el provecho ilícito al que se


refiere la estafa, en últimas, consiste en un goce, beneficio o utilidad que origina

13
en favor del estafador un enriquecimiento evidentemente ilícito, en tanto no tiene
un origen legítimo o causa jurídica real y, en ese orden de ideas, podría
argumentarse que, la conducta tipificada en el delito de Enriquecimiento ilícito
de particulares consistente en un incremento patrimonial cuando no tiene
fundamento en una actividad legal sino en el delito de estafa, también estaría
sancionado en este último punible, por aquello de la obtención del provecho
indebido que supone un incremento injustificado e ilegal, dando lugar a un
concurso ideal entre éste y aquél.

Lo anterior se hace evidente en los eventos en que el provecho de la estafa es


idéntico al del enriquecimiento ilícito, caso en el que el concurso aparente de
tipos tendría que resolverse por la senda del principio de subsidiaridad tácito,
porque en el marco de interferencia o intersección parcial de sus elementos
normativos existiría una suerte de nexo instrumental que habría de inclinarse
por el delito contra el patrimonio económico que abarca de manera más extensa
el injusto, en tanto la concurrencia de actos lícitos posteriores a la estafa, son
inherentes al mismo aprovechamiento de la conducta lesiva.

No obstante, esta Corporación ha sido del criterio de que el Enriquecimiento


ilícito, tanto en la modalidad propia de los funcionarios o en el referido a los
particulares, puede concursar de manera efectiva con el delito fuente, a
condición de que lo apropiado y lo que ha enriquecido ilícitamente al individuo,
corresponda a haberes provenientes de distinta fuente delictiva

[…]

Por ese motivo, no obstante que la Sala ha admitido las posibilidades concursales
reales o ideales en diversas variables de concurrencia de conductas punibles
asociadas con el Enriquecimiento ilícito de funcionarios y de particulares, es
necesario subrayar que en todo caso, para su configuración, se requiere la
presencia de conductas óntica y normativamente separables o inconexas, lo cual
resultará siempre problemático de establecer cuando el delito fuente entraña en
su propia terminación una forma de enriquecimiento patrimonial.

Es lo que sucede con las conductas punibles lesivas del patrimonio económico,
concretamente con el delito de Estafa, en el que hace parte de su misma
estructura típica la obtención de un provecho ilícito, no solamente como
propósito finalístico constitutivo del dolo, sino también como elemento
indispensable para la conformación del injusto penal.

En tales eventos, se hace necesario separar la obtención del provecho económico


-directo o indirecto- propio de la conducta fuente, de otras actividades delictivas
posteriores, susceptibles de generar un enriquecimiento ilícito distinto al que es
inherente a su comisión, pues habiendo identidad en el origen ilícito de los
recursos, se estaría en un momento del iter criminis correspondiente a la
consumación material o acabamiento de la conducta, como resultado final del
hecho que aunque no encaja en la descripción típica, si es su consecuencia, y,
por lo tanto, indicaría la presencia de un concurso aparente de delitos.

En este sentido, estima necesario la Corte acotar en torno al delito de


Enriquecimiento ilícito, a efectos de establecer lo que es tema de prueba, que se
trata de un tipo penal dirigido a la protección del bien jurídico del orden
económico social y no de la moral social, como de manera impropia se ha
asumido en otras oportunidades. En realidad dicho bien de la moral social no
existe en el orden jurídico y su asunción obedece a la artificiosa idealización de
un precepto constitucional (artículo 34 de la Constitución Política),

14
confundiéndose las esferas de la moral y el derecho, al trasladar un ideal
fundamental a un contenido que debe obedecer de manera exclusiva a la
construcción dogmática penal.

Lo anterior, explica en buena medida la tendencia expansionista observada a


partir de fundamentar la sanción del Enriquecimiento ilícito en la lesión de la
moral social. En realidad, dicho delito no se puede ubicar en el amplísimo
espectro sancionatorio de un propósito moral, propio de los contenidos
axiológicos de la Constitución Política, sino en el reducido campo de la elección
político criminal del legislador como respuesta a un fenómeno delincuencial que
trasgrede la protección a la propiedad obtenida lícitamente. La concreción del
bien jurídico como fin de intervención del derecho penal, contribuye al propósito
de limitar el ejercicio del poder punitivo del Estado.

Con esa corrección que la Sala introduce al tratamiento del delito de


Enriquecimiento ilícito en torno a la consideración del bien jurídico tutelado, se
propone evitar el tratamiento equívoco de concurso material de conductas
punibles a comportamientos que encajan en un solo tipo penal, de cara al ámbito
de protección ofrecido por la norma al bien jurídico tutelado (dígase, Estafa y
Enriquecimiento ilícito de particulares), cuando no se establece probatoriamente
que el incremento patrimonial atribuido al procesado pueda tener un origen
ilegal distinto a aquella conducta fuente, sobre la cual se emite el reproche penal,
debiéndose tratar tales comportamientos como hechos posteriores copenados
impunes en virtud del principio de consunción.

Lo contrario, significaría separar la realización y aseguramiento del injusto penal,


transgrediéndose la garantía constitucional de no ser juzgado dos veces por el
mismo hecho, circunstancia anómala que se facilita cuando se asume la
impropiedad de un bien jurídico idealizado y genérico.

Obviamente, el tratamiento de hecho posterior copenado impune de la conducta


ulterior, puede dispensarse en la medida en que se presente una unidad de
acción, exista de parte del sujeto una sola finalidad y se lesione el mismo bien
jurídico protegido, como en los casos en que el hecho previo creó un estado
patrimonial antijurídico, que se perpetúa o profundiza por el hecho posterior,
pues en tales eventos el desvalor de la acción subsiguiente se encuentra
comprendido dentro del desvalor del tipo consumante, antecedente o delito
fuente.

Por último, no obstante la consideración que se ha hecho sobre que el


Enriquecimiento ilícito de particulares es un delito autónomo, debe decirse que el
incremento del patrimonio personal o de un tercero, bajo esas condiciones, no
determina, per se, la existencia de un concurso efectivo de conductas punibles,
pues en tales circunstancias no deja de representar una ganancia antijurídica
proveniente del primer hecho, salvo que se demuestre la ruptura del nexo causal,
óntico y normativo, entre el delito fuente y la conducta posterior».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 41800 | Fecha: 16/07/2014 | Tema:


ESTAFA - Puede concursar con enriquecimiento ilícito de particular: requisitos
Rad: 8067 | Fecha: 19/05/2000 | Tema: ESTAFA - Puede concursar con
enriquecimiento ilícito de particular: requisitos Rad: 32552 | Fecha: 22/10/2010
| Tema: ESTAFA - Puede concursar con enriquecimiento ilícito de particular:
requisitos

15
Sala de Casación Penal
M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 51594
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP7629-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 15/11/2017
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 32-4, 43 y 54

TEMA: ESTAFA - Consumación

Tesis:
«[…] la Sala ha sido insistente en precisar que para la comisión de la conducta de
estafa es fundamental la obtención del provecho ilícito para sí o para un tercero,
con el correspondiente perjuicio de otro, mediante artificios o engaños que
induzcan o mantengan a la víctima en error.

La obtención del provecho ilícito, que es el efecto buscado por el sujeto agente,
involucra un incremento de su patrimonio y el recíproco menoscabo del de la
víctima. En consecuencia, por tratarse de un delito de resultado, se consuma
cuando se produce la entrega de los bienes o dinero.

En otras palabras, la estafa logra su realización cuando se hace entrega de parte


del dinero, ya que con ello se materializa el provecho ilícito del sujeto agente.
[…]».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 16565 | Fecha: 16/12/1999 | Tema:


ESTAFA - Consumación Rad: 38900 | Fecha: 22/08/2012 | Tema: ESTAFA -
Consumación Rad: 45486 | Fecha: 05/03/2015 | Tema: ESTAFA - Consumación

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : RESUELVE / EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 50956
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP7493-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 08/11/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 246 / Ley 906 de 2004
art. 181, 181-1 y 184-2

TEMA: ESTAFA - Elementos

Tesis:

«[...] el recurrente deja de lado considerar el hecho demostrado por el Tribunal


que JEOC generó una confianza y seguridad en cuanto la labor que iría a

16
desempeñar para luego intempestivamente una vez recibe el dinero acordado no
volver a aparecer, obteniendo en consecuencia un provecho ilícito con el
consiguiente perjuicio patrimonial para el denunciante.

Circunstancias que sin necesidad de mayor análisis permiten evidenciar la


configuración de los elementos de la estafa en la conducta desarrollada por el
incriminado, conforme a la jurisprudencia de la Sala, valga decir: (i) el despliegue
de artificios o engaños por parte del agente, (ii) la inducción o mantenimiento en
error del sujeto pasivo, (iii) un desplazamiento patrimonial, (iv) la obtención de
un provecho económico ilícito para el mismo agente o para un tercero y (iv) el
correlativo menoscabo del patrimonio de la víctima; todo ello concatenado en el
estricto orden indicado.

Surge patente entonces, que la manifestación en el sentido de que la conducta


desarrollada es atípica frente al delito por el cual se le condenó en las instancias,
es claramente infundada».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 41800 | Fecha: 16/07/2014 | Tema:


ESTAFA - Elemento Rad: 27460 | Fecha: 05/09/2012 | Tema: ESTAFA -
Elemento

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 49802
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP6458-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 27/09/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa / Falsedad en documento privado
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 181 y 184

TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño / VIOLACIÓN INDIRECTA DE LA


LEY SUSTANCIAL - No la constituye la discrepancia de la apreciación probatoria

Tesis:
«Como lo expusieron las instancias, en procura de su cometido, que no era otro
diferente al de apoderarse del vehículo, MCCG acudió al establecimiento
comercial de compraventa automotriz, haciéndose pasar por una acreditada
comerciante, imagen con la que buscaba generar confianza, para el efecto,
indicándole al vendedor AEMV que poseía bienes los cuales quería permutar por
un auto, es así como aparentó haber suscrito un contrato de compraventa en el
que adquiría un inmueble por $550.000.000, del cual, se le había conferido un
poder para disponer del mismo y, asimismo, ofreció por el automóvil en
referencia un precio elevado.

Luego de lo anterior, la acusada logró que se le facilitara el automotor junto con


el traspaso abierto y se lo entregó a GJCG, sin cancelar a OR la suma de dinero
acordada, aun consciente de las consecuencias.

En ese orden, MCCG estafó a EOR, al que no le pagó el coche, y GJCG, a quien
entregó el rodante por una deuda en esas condiciones, mediante una senda de

17
engaños, con la que afectó, también, el patrimonio de G de JBL y DBG.

Como se observa de las citas transcritas, no encuentra la Sala, de lo hasta aquí


expuesto, apreciación errada alguna de las pruebas y del alcance dado por parte
del Tribunal.

Además, frente a esa realidad probatoria, el libelista no concreta confrontación


alguna y solo trata de anteponer su óptica apreciativa con el objetivo de
prolongar el debate agotado en las instancias, desconociendo que el proceso
concluyó con el fallo de segundo grado y que a esta sede llega bajo el amparo de
la doble presunción de acierto y legalidad.

Queda así revelado que, las inconformidades planteadas fueron resueltas por los
juzgadores y no dejan de ser meras conjeturas con las que pretende cuestionar la
fijación de los hechos realizada por los mismos, sin incidencia, desprovistas de
técnica y con el único propósito de lograr una tercera evaluación por parte de la
Corte».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ
NÚMERO DE PROCESO : 44071
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP11839-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 09/08/2017
DECISIÓN : CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2001 art. 5 / Ley 643 de 2001 art. 5

TEMA: ESTAFA - En juegos de suerte y azar: evolución


jurisprudencial / CASACIÓN - Finalidad: unificación de la jurisprudencia

Tesis:

«Desde antaño la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en


decisión proferida el 16 de septiembre de 1976, se pronunció sobre eldelito de
Estafa en juegos de suerte y azar.

En esa ocasión la situación fáctica se contraía a que una ciudadana compró una
boleta de una rifa cuyo premio era una cabaña ubicada en la ciudadde Santa
Marta; habiendo resultado ganadora del sorteo, el bien a rifar jamás le fue
entregado, como quiera que no era de propiedad del vendedor del juego.

Oportunidad en la que la Corporación señaló lo siguiente: (i) La cuantía de la


Estafa lo es el valor del premio no pagado, pues desde el momento en que hay un
ganador, lo que era una mera expectativa se convierte en un derecho concreto; y
(ii) El perjuicio económico consiste en toda lesiónpatrimonial ya sea porque se
produzca una disminución del patrimonio, o bien porque se deja de percibir un
acrecimiento o aumento del mismo que, de no presentarse el engaño, hubiera
tenido lugar.

Posteriormente analizó la Corte un caso en donde el procesado utilizó

18
propaganda y boletas que mandó a imprimir con leyendas que carecían de
veracidad, en las que anunciaba una rifa de valiosos premios, induciendo en
error a numerosas personas para que le compraran boletas; y luego, cuandodos
de ellas resultaron favorecidas, se negó a pagar el premio aduciendo haber
aplazado su rifa y avisado oportunamente tal cancelación.

Así, en la decisión emitida el 24 de febrero de 1994, dentro del proceso


identificado con el radicado 8355, se indicó lo siguiente: (i) Las maniobras
engañosas del procesado se efectuaron para inducir en error a todas y cada una
de las personas a quienes les logró vender boleta para su rifa, como quiera que
por razón de los artificios que en cada boleta y volante de propaganda incluyó y
que le daban visos de seriedad a la rifa, fue que cada comprador se desprendió
voluntariamente del valor de la boleta menguando su propio patrimonio y
aumentando ilícitamente el del empresario de rifas, que sin escatimar medio
alguno, esquilmó a quienes le creyeron; (ii) Existen tantos delitos de Estafa, como
personas que adquirieron la boleta del sorteo; y (iii) Respecto de las personas que
no salieron favorecidas con el sorteo, la cuantía de la estafa lo es por el valor de
la boleta adquirida; pero, con relación a los ganadores, la cuantía es la del objeto
ofrecido como premio, porque desde ese momento ingresó al peculio del ganador
y además por ser la boleta premiada título negociable por quienes desconocen el
fraude.

No obstante lo anterior, la Sala al resolver una colisión negativa de competencia


en el proceso radicado 9420 del 5 de julio de 1994, señaló que los sujetos pasivos
del delito de Estafa son aquellas personas que resulten ganadores del sorteo y no
todos aquellos que adquirieron un comprobante, boleta, billete, etc. En
consecuencia, la cuantía del delito será el valor ofrecido como premio y nunca la
suma recaudada de cada uno o de latotalidad de los participantes en el juego;
pues, respecto de ellos no existe el desconocimiento de una expectativa sino su
cumplimiento.

Ante esta disparidad de criterios, sea esta la oportunidad para que la Corte
analice la modalidad del delito de Estafa en los juegos de suerte y azar descrita
en el inciso 1º del artículo 246 del Código Penal, pues, es esta la conducta por la
que GTV fue condenado por los jueces de instancia».

ESTAFA - Elementos / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, debe ser


precedente o concurrente al error de la víctima que la lleva a disponer de su
patrimonio

Tesis:

«[…] resulta del todo pertinente traer a colación la decisión emitida por esta Sala
en CSJ SP3233-2017, rad. 48279, oportunidad en la que se analizó en extenso el
delito de Estafa indicado lo siguiente:

“Desde antaño y en reiteradas ocasionas la Sala ha tenido la oportunidad de


pronunciarse en torno a los elementos que agotan el punible de estafa. Así por
ejemplo, en CSJ SP, 4 may. 2005, rad. 19139, se citó una decisión del año 1972,
en la que se precisó:

“Es esencial para la comisión del delito de estafa que el provecho ilícito con el
correspondiente perjuicio de otro sea obtenido por medio de artificios o engaños
que induzcan a la víctima en el error. En reciente providencia la Corte ha
precisado los siguientes elementos como estructurales del delito de estafa: “a)
Despliegue de un artificio o engaño dirigido a suscitar error en la víctima; b)

19
Error o juicio falso de quien sufre el engaño, determinado por el ardid; c)
Obtención, por ese medio, de un provecho ilícito; d) Perjuicio correlativo de otro,
y e) Sucesión causal entre el artificio o engaño y el error, y entre éste y el
provecho injusto que refluye en daño patrimonial ajeno”.

[…]

Entonces, la inducción en error exige una serie de maquinaciones fraudulentas


previas -cuando no se trata de aprovechar el anterior error ajeno- las cuales
deben estar plenamente acreditadas. No puede hablarse de estafa en donde no se
dé esa condición. Así como tampoco puede hablarse de este delito cuando con
posterioridad a la obtención del bien patrimonial, surge el artificio o el engaño
tendiente a otros fines”. CORTE SUPREMA DEJUSTICIA, Cas. feb. 22 de 1972.
(Resaltado fuera del texto original)

En decisión más reciente se reiteraron los mismos elementos del tipo,


precisándose que éstos deben suceder en orden cronológico y guardando una
secuencia causal inequívoca hasta la obtención del beneficio patrimonial así: (i)
empleo de artificios y engaños sobre la víctima; (ii) que ésta incurra en un error
como consecuencia directa de la maniobra engañosa; (iii) como efecto de la treta
el afectado voluntariamente se desprenda de su patrimonio o de parte de éste y,
(iv) quien desplegó el fraude, logre para sí o para otro, un beneficio económico. La
ausencia de alguna de estas características impide la adecuación de un hecho
concreto dentro del tipo penal de estafa.

Valga resaltar que si los actos previos a la obtención del provecho patrimonial no
conducen de manera incuestionable y concatenada, uno al otro, o se presentan
en un orden distinto al relacionado, o la cadena causal se rompe, trastoca o
invierte no podrá hablarse del delito de estafa.

En esa medida, la conducta en cuestión implica prácticamente un vicio del


consentimiento de la víctima como producto de una concepción errada de la
realidad, la que a su vez ha sido consecuencia del engaño por parte del agente
que ejecuta la maniobra encaminada a ese fin. Lo anterior implica que el engaño
debe anteceder o ser concurrente con el desprendimiento patrimonial del
afectado y no sobreviniente a éste.

Se tiene entonces que la imputación objetiva de este delito solo es posible


siempre que se despliegue un engaño precedente o concurrente, idóneo para
lograr que la víctima caiga en una visión equivocada de la realidad que la lleve a
ejecutar un acto dispositivo sobre su patrimonio, generador de un perjuicio para
sí y, coetáneamente, de un beneficio de la misma índole para quien la induce en
error”».

ESTAFA - En juegos de suerte y azar: concepto / ESTAFA - En juegos de suerte


y azar: elementos / ESTAFA - En juegos de suerte y azar: consumación, cuando
la víctima realiza la apuesta o paga el derecho a participar / ESTAFA - En juegos
de suerte y azar: consumación, no requiere que se deje de pagar el
premio / ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar,
diferente al incumplimiento de contrato, explicación

Tesis:

«[…] establece el artículo 5º de la Ley 643 de 2001 que son de suerte y azar
“aquellos juegos en los cuales, según reglas predeterminadas por la ley y el
reglamento, una persona, que actúa en calidad de jugador, realiza una apuesta o

20
paga por el derecho a participar, a otra persona que actúa en calidad de
operador, que le ofrece a cambio un premio, en dinero o en especie, el cual
ganará si acierta, dados los resultados del juego,no siendo este previsible con
certeza, por estar determinado por la suerte, el azar o la casualidad»; indicando el
parágrafo de la norma en cita que “El contrato de juego de suerte y azar entre el
apostador y el operador del juego es de adhesión, de naturaleza aleatoria,
debidamente reglamentado, cuyo objeto envuelve la expectativa de ganancia o
pérdida, dependiendo de la ocurrencia o no de un hecho incierto”.

De conformidad con lo expuesto, se comete el delito de estafa cuando se


despliega el engaño a través de la celebración del contrato de juego de suerte o
azar, induciendo en error a la víctima frente a cualquiera de los elementos del
convenio, quien motivada por el error, ejecuta un acto dispositivo sobre su
patrimonio, generador de un perjuicio para sí y, coetáneamente, de un beneficio
de la misma índole para quien la induce en error; requiriéndose para ello la
existencia del ánimo engañoso y fraudulento sobre alguno de los elementos del
contrato, en el momento en que el sujeto pasivo de la conducta se adhiere al
compromiso.

Un ejemplo de esta modalidad de estafa se presenta cuando el sujeto activo del


delito, mediante engaño, le hace creer a la víctima que de salir favorecido con el
sorteo le será entregado el premio ofrecido, a sabiendas de que ello no ocurrirá.
Así, logra que la víctima se despoje de su patrimonio y pague el precio convenido,
prestación que recibe y que finalmente ingresa a su patrimonio de forma
indebida.

En este punto, es de vital importancia resaltar que la configuración del delito de


estafa exige una sucesión causal entre el artificio o engaño yel error, y entre éste
y el provecho injusto que deriva del daño patrimonial ajeno, luego entonces, el
artificio o engaño debe configurarse en elmomento de la celebración del contrato
con el objeto de defraudar, y no con posterioridad a la obtención del bien
patrimonial.

En consecuencia, el delito de estafa se consuma en el momento mismo en que el


sujeto activo del delito obtiene el provecho ilícito - cuando la víctima realiza la
apuesta o paga el derecho a participar-, como consecuencia de haber inducido en
error al jugador por engaños.

[…]

Por lo anterior, el valor del premio ofrecido en el juego de suerte o azar no tiene
incidencia alguna en el recorrido del delito, pues, con independencia de que una
persona defraudada gane o no el sorteo, lo cierto es que el reato ya se ha
consumado desde el momento mismo en que el timador obtiene el provecho
económico indebido, mismo que no debe confundirse con el premio dejado de
entregar o pagar, simplemente porque ello apenas representó parte del ardid para
lograr que la persona o personas, en el caso de rifas, se desprendieran del dinero
que de inmediato acrecentó ilegalmente el patrimonio del estafador.

En estos eventos, entonces, el no pago del premio es ajeno al iter criminis del
delito, en cuanto eventos cronológicos sucesivos necesarios, dado que los actos
engañosos, aún si se quiere acudir a cualquier tipo de ficción jurídica, jamás
tuvieron como fin eludir el pago del premio, sino obtener de cada jugador una
determinada suma de dinero que, en conjunto, constituye el incremento
patrimonial ilícito de la persona o personas.

21
Huelga anotar que una vez obtenido el beneficio patrimonial con afectación de los
jugadores, se ha perfeccionado el delito, razón por la cual en ello nada incide que
el azar, después, favorezca a determinada persona, como quiera que, es necesario
precisar, la maniobra engañosa no se realiza en consideración a esta,
individualmente considerada, y apenas constituye una expectativa, para todos
los jugadores, la posibilidad de acceder o no al premio.

Ahora bien, en aquellos casos en los que no se atribuye al operador algún tipo de
comportamiento engañoso con el fin de obtener de los jugadores el pago de la
apuesta -esto es, no es posible advertir un dolo anterior al momento mismo del
sorteo-, pero se verifica que una vez cobrado el premio se omite el pago, aún si se
engaña a la persona para dilatar la prestación o hacerle creer que será
satisfecha, no es posible señalar materializado el delito de estafa, sino, cuando
más, el incumplimiento de una obligación civil, entre otras razones, debe
destacarse, porque el contrato no tuvo ningún tipo de vicio que lo afectase.

Ese incumplimiento de la obligación dará lugar a la interposición de las acciones


judiciales correspondientes ante la jurisdicción civil […]».

ESTAFA - En juegos de suerte y azar: cuantía / DELITO MASA -


Concepto / ESTAFA - En juegos de suerte y azar: delito masa

Tesis:

«No es posible, de otro lado, desnaturalizar el delito de estafa a partir de


fragmentar lo pagado por cada uno de los jugadores -que en sí mismo puede
considerarse ínfimo en determinados casos-, en tanto, el beneficio patrimonial
obtenido por el ejecutor del delito, que a la vez perfecciona la ilicitud, lo
representa la suma de todos esos pagos individuales.

Es por ello que para establecer la cuantía del delito de Estafa en la modalidad
que aquí se estudia, resulta imprescindible recordar el concepto que sobre el
delito masa ha plasmado esta Corporación en su jurisprudencia.

Así, en sentencia de casación del 27 de septiembre de 1995, radicado No. 8942,


la Sala señaló lo siguiente:

“Trátese, por tanto, en casos como este, de una acción única con pluralidad de
actos ejecutivos, que de suyo excluye la posibilidad del delito continuado, que por
definición exige una pluralidad de conductas. Lo que sucede es que al recaer
cada uno de los actos ejecutivos que la conforman en diversas personas, esto no
significa que se trate de acciones independientes con relevancia jurídico penal,
sino que estos son actos ejecutivos de la conducta integralmente considerada,
que como única, tipifica una sola acción delictiva con pluralidad de sujetos
pasivos, pues no en pocas ocasiones exige la puesta en marcha de una
multiplicidad de actos dependientes de los medios utilizados, que naturalística y
jurídicamente se tornan en necesarios para que la acción final defraudadora
pueda consumarse”

En otra ocasión, señaló igualmente la Sala que el delito masa “se presenta
cuando el sujeto activo realiza una pluralidad de actos que genera una
multiplicidad de infracciones a un tipo penal, todo lo cual se ejecuta de acuerdo
con un plan con el que se pretende afectar el patrimonio económico de un
número indeterminado de personas.”,

Y, sobre el delito de estafa en la modalidad de delito masa, la Corte ha señalado

22
lo siguiente:

“[…] la mentada conducta punible admite la posibilidad de que con la acción


timadora resulten plurales sujetos pasivos afectados en su patrimonio, y no
excluye la eventualidad de que el sujeto activo de la ilicitud realice múltiples y
reiterativos actos tendientes a la obtención de un solo propósito defraudador, que
perdura y se materializa en el tiempo con fraccionados logros. Así las cosas, el
engaño es único, como único también es el dolo en estos eventos, “porque la
materialización de cada acto no disgrega el todo de la acción, en cuanto lo único
que cada uno revela es que el sujeto prosigue en su empeño principal y único.”
-Cfr. Sentencias de septiembre 27/95, Rdo. 8942, M.P. Dídimo Páez Velandia;
noviembre 27/96, Rdo. 9308, M.P. Carlos E. Mejía Escobar; diciembre 3/96,
Rdo. 8874, M. P. Carlos A. Gálvez Argote; junio 26/99, Rdo. 12.591, M.P. Mario
Mantilla Nougués, entre otras. […]””.

Luego, cuando el sujeto activo del delito concibe una sola acción delictual de
estafa, pero ejecuta varios actos dirigidos a la consecución del fin propuesto, en
detrimento del ente abstracto único constituido por todas las personas que
realizaron la apuesta o que pagaron el derecho a participar en el juego de suerte
o azar, deberá entenderse que ello corresponde a un delito masa y la cuantía de
la estafa lo será el monto global de todas las apuestas o la suma del precio que
pagaron todas las persona por el derecho a participar en el juego.

En consecuencia, en estos casos la cuantía no será el valor del premio prometido,


ni el costo que pagó cada persona por la apuesta o por el derecho a participar en
el juego, sino el monto total del recaudo, que así se erige en producto del
aprovechamiento indebido y, por ende, marca la consumación de la conducta
punible».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: Gaceta judicial Tomo CCXXXIII, Vol.


1, No. 2472, págs. 14 – 26 | Fecha: 24/02/1994 | Tema: ESTAFA - En juegos de
suerte y azar: evolución jurisprudencial Rad: Gaceta judicial Tomo CLII No. 2393,
págs. 623 – 629 | Fecha: 24/02/1994 | Tema: Gaceta judicial Tomo CLII No.
2393, págs. 623 – 629 Rad: Gaceta judicial Tomo CCXXX, Vol. 1, No. 2469, págs.
498 – 511 | Fecha: 24/02/1994 | Tema: ESTAFA - En juegos de suerte y azar:
evolución jurisprudencial Rad: 8355 | Fecha: 24/02/1994 | Tema: ESTAFA - En
juegos de suerte y azar: evolución jurisprudencial Rad: 8942 | Fecha:
27/09/1995 | Tema: ESTAFA - En juegos de suerte y azar: cuantía Rad: 19139 |
Fecha: 04/05/2005 | Tema: ESTAFA - En juegos de suerte y azar: cuantía Rad:
48279 | Fecha: 08/03/2017 | Tema: ESTAFA - En juegos de suerte y azar:
cuantía Rad: 19139 | Fecha: 04/05/2005 | Tema: ESTAFA - En juegos de suerte
y azar: cuantía Rad: 27460 | Fecha: 05/09/2012 | Tema: ESTAFA - Elementos:
artificio o engaño, debe ser precedente o concurrente al error de la víctima que la
lleva a disponer de su patrimonio Rad: 24729 | Fecha: 08/06/2006 | Tema:
ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, debe ser precedente o concurrente al
error de la víctima que la lleva a disponer de su patrimonio Rad: 46327 | Fecha:
01/02/2017 | Tema: PRESCRIPCIÓN - Sentencia: establece el término de la
prescripción de la acción penal Rad: 46801 | Fecha: 09/03/2016 | Tema:
PRESCRIPCIÓN - Sentencia: establece el término de la prescripción de la acción
penal Rad: 46115 | Fecha: 08/07/2015 | Tema: PRESCRIPCIÓN - Sentencia:
establece el término de la prescripción de la acción penal Rad: 9420 | Fecha:
05/07/1994 | Publicado en: ESTAFA - En juegos de suerte y azar: evolución
jurisprudencial Rad: 8942 | Fecha: 27/09/1995 | Tema: ESTAFA - En juegos de
suerte y azar: evolución jurisprudencial

23
RESERVA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 48160
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP5033-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 08/08/2017
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
235-3 / Ley 599 de 2000 art. 246 / Ley 600 de
2000 art. 75-7 y 322

TEMA: ESTAFA - Elementos / ESTAFA - Elementos: nexo causal entre la


obtención del provecho ilícito y la inducción o mantenimiento en
error / ESTAFA - Modalidades / AUTO INHIBITORIO - Atipicidad de la conducta

Tesis:

«El artículo 246 de la Ley 599 del 2000 lo define […]

[…]

Esta Corporación ha determinado acerca de la configuración de la conducta


punible mencionada que:

“De la descripción típica del delito de estafa se ha de concluir que son los
elementos de la misma los siguientes: a) La conducta del sujeto activo del delito
debe estar orientada a la obtención de un provecho ilícito de carácter
patrimonial, que consecuentemente debe traducirse en un daño de la misma
naturaleza al sujeto pasivo del delito, que se obtiene como consecuencia del error
con que induce a la víctima. b) La utilización por parte del sujeto activo del delito
de medios o artificios engañosos, dirigidos a inducir o mantener en error a la
víctima. c) La real producción del error en el sujeto pasivo de la infracción, o el
mantenimiento en el mismo como consecuencia de la falsa representación de la
realidad en la víctima como producto de los artificios o engaños desplegados por
el agente delictivo. d) Un acto de disposición patrimonial realizado por el sujeto
pasivo y con una relación causal, con las maniobras engañosas realizadas por el
agente del delito. f) La obtención del provecho ilícito buscando por el agente, con
el consecuente perjuicio patrimonial de la víctima. Es obvio concluir que si falta
alguno de estos elementos no puede pensarse en la existencia típica del delito de
estafa.” (CSJ SP, sentencia 15 ab. 1993, rad. 7292).

Sobre la “inducción a error” como elemento constitutivo del tipo, se ha señalado


que:

“(...) debe preceder al provecho ilícito y al daño y además, se agrega, que el


artificio o engaño dirigido a suscitar error en la víctima debe ser idóneo y
determinante.

No todo contrato incumplido o en el que sufre detrimento económico una de la


partes, ha de ser calificado como estafa, necesario es examinar frente a la

24
concreta situación contractual si en verdad hubo desequilibrio patrimonial en
detrimento de una de las partes, si tal afectación económica fue fruto de
inducción en error mediante engaño y si las maniobras utilizadas generaron
ventaja patrimonial a favor de quien las empleó, con tal propósito.” (CSJ SP,
sentencia 1 jun. 1994, rad. 8440).

También se precisa que la norma penal consagra dos modalidades:

“(…) una genérica consagrada en el primer inciso y una específica referida a


eventos de suerte y azar (loterías, rifas o juegos) en el segundo.”.

En lo que hace a la modalidad genérica, los elementos típicos son los siguientes:

1. Un agente que induce o mantiene a otro en error.

2. El medio utilizado para lograr o mantener a otro en error, deben ser


artificiosos o engañosos.

3. La obtención de un provecho económico ilícito (enriquecimiento) para el mismo


agente o para un tercero.

4. El correlativo menoscabo del patrimonio de la víctima, quien sufre un


empobrecimiento.

Por su parte, la segunda modalidad de la conducta ilícita, que fue la realizada


por los procesados según las sentencias de instancia, presupone algunas
particularidades:

1. El agente no induce o mantiene a la víctima en error, sino que se asegura un


determinado resultado en la lotería, rifa o juego.

2. Ese resultado lo asegura a partir del despliegue de mecanismos fraudulentos


que eliminan el azar propio de tales juegos.

3. El agente o un tercero obtiene un provecho económico ilícito que equivale al


premio de la lotería, rifa o juego.

4. El perjuicio correlativo es tanto para el organizador u operador del juego de


azar que realiza un pago que tiene causa ilícita, como para los apostadores y/
ahorradores que ven burladas la expectativa en el azar y la igualdad de
oportunidades para aspirar al premio”. (CSJ SP, SP92352014, sentencia 16
jul.2014).

[…]

Para resolver el problema jurídico en comprensible contexto de las pruebas


allegadas a la actuación, de naturaleza documental y testimonial, es de
relevancia examinar la reseña fáctica antecedente por cuanto esta investigación
previa se circunscribe a determinar si con la emisión de los “bonos” mencionados
el aforado incurrió en el delito de estafa.

En esa línea de análisis, establecida la estructura de esta conducta punible, en


sus dos modalidades, conforme se señaló, se tiene que su estudio dogmático,
enseña: (i) la presencia de un sujeto activo indeterminado, “cuya actividad se
concreta en el verbo rector de obtener provecho ilícito, ya sea para sí o para un
tercero, de manera que se trata de un delito de resultado; consecuencia que debe

25
ser producto de unas específicas circunstancias alternativas definidas por el
legislador, esto es, inducir o mantener en error a otro mediante artificios o
engaños” (CSJ SP 13691-2014, auto 8 oct. 2014, rad. 44504). Y, (ii) la conducta
del sujeto agente que valiéndose de un medio fraudulento asegura un
determinado resultado, en la hipótesis de “lotería, rifa o juego”, conforme al
inciso 1º del art. 246 del Código Penal.

Desde ya la Sala advierte que en el presente caso no se vislumbra la


estructuración de los elementos del delito de estafa en ninguna de las
particularidades señaladas.

Lo anterior, porque está ausente ese "ardid", entendido como "artificio o engaño"
que "consiste en dar apariencia de verdad, de legalidad o de licitud a algo que no
lo tiene, de lo contrario inducir en error a la víctima sería un imposible material",
por cuanto el denominado "bono de apoyo", documento que en fotocopia se
adjuntó a la denuncia y se anexó en original en el informe de Policía judicial No.
9-86389/9-86390 del 12 de diciembre de 2016, no es un instrumento idóneo
para engañar al público en general, ni se atribuye al aforado otro
comportamiento en procura de ello.

Tampoco emerge del contenido de los bonos emitidos por el imputado, que fuesen
lo suficientemente fraudulentos como para eliminar el azar y asegurar un
determinado resultado en la supuesta «rifa» y, por esa vía, generar la vulneración
del patrimonio económico como bien jurídico tutelado, ni aflora de los medios de
prueba allegados otra actividad desarrollada por el aforado con esa finalidad.

Mucho menos cuando de acuerdo con la relación de «bonos» supuestamente


vendidos, en la misma no aparece el número ganador; por tanto, al no
acreditarse probatoriamente que alguien haya resultado favorecido, luego de una
ardua labor de investigación, la mera expectativa no puede concretarse en un
derecho cierto y, consecuentemente, ninguna maniobra podía realizar el aforado
con miras a impedir la entrega de un premio que nadie ganó, lo cual descarta la
configuración del ilícito que, como se sabe, es de resultado y no de peligro, en
términos de la jurisprudencia (CSJ SP, sentencia 16 sept. 1976, Gaceta Judicial
No. 2393).

[…]

En el caso concreto se advierte que el referido documento se elaboró con la


finalidad de obtener aportes para una campaña política de manera voluntaria,
pues fue ofrecido, como lo dice el denunciante y lo corroboran las labores de
Policía judicial, a empresarios y ciudadanos cercanos a los ideales políticos del
Partido Centro Democrático y del aforado, quien, para entonces, era candidato al
Congreso de la República, de donde puede inferirse que quienes adquirieron “el
bono” lo hicieron con la intención de apoyar los gastos proselitistas demandados
por la campaña que se adelantaba más allá de esperar la entrega del premio
ofrecido.

Nótese la importancia de analizar el contexto social en el que se dieron los


hechos y el contenido del documento ofrecido, el cual, como ya se dijo, no tenía
la capacidad para mantener en error a sus adquirentes por estar desprovisto de
artificios y haberse elaborado de forma suficientemente clara y entendible para
cualquier persona que lo tuviese a la vista, variables relevantes al momento de
establecer la tipicidad del ilícito analizado.

[…]

26
De ahí que es equivocado argüir que quienes adquirieron el bono lo hicieron
engañados por cuanto la voluntad de contribuir a una causa política fue lo
determinante, tal como lo reflejan las entrevistas realizadas por personal adscrito
al C.T.I. y otros medios de prueba allegados a la investigación.

[…]

Así las cosas, el análisis precedente orienta una conclusión sobre la atipicidad de
la conducta punible investigada, lo cual constituye razón suficiente para que la
Sala profiera resolución inhibitoria a favor del aforado con fundamento en la
previsión contenida en el artículo 327 del Estatuto Procesal Penal».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 7292 | Fecha: 15/04/1993 | Tema:


ESTAFA - Elementos Rad: 8440 | Fecha: 01/06/1994 | Tema: ESTAFA –
Elementos: nexo causal entre la obtención del provecho ilícito y la inducción o
mantenimiento del error Rad: 41800 | Fecha: 16/07/2014 | Tema: ESTAFA –
Elementos: nexo causal entre la obtención del provecho ilícito y la inducción o
mantenimiento del error Rad: 44504 | Fecha: 08/10/2014 | Tema: ESTAFA –
Elementos: nexo causal entre la obtención del provecho ilícito y la inducción o
mantenimiento del error Rad: Gaceta judicial No. 2393 | Fecha: 16/09/1976 |
Tema: ESTAFA – Elementos: nexo causal entre la obtención del provecho ilícito y
la inducción o mantenimiento del error Rad: 44504 | Fecha: 08/10/2014 |
Tema: ESTAFA - Modalidades Rad: 44935 | Fecha: 27/02/2015 | Tema:
AMENAZAS - Elementos: propósito de causar alarma, zozobra o terror en la
población o un sector de ella

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 50346
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP4160-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 28/06/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Concierto para delinquir
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia 1991 de 29 /
Ley 599 de 2000 art. 10, 31, 39, 51, 60, 247,
267 inc. 1 / Ley 906 de 2004 art. 180, 181,
184-2, 293

TEMA: ESTAFA - Circunstancias de agravación: son diferentes al delito


masa / DELITO MASA - Dosificación punitiva / DELITO MASA - Concepto

Tesis:

«La censora también es del criterio que, el delito de estafa en la modalidad masa,
“trae [í]n[s]ito el agravante espec[í]fico, estando proh[i]bido en un juicio de razón
agravar doble vez la pena”, premisa que resulta equivocada si se considera que
unas son las circunstancias de agravación específica consagradas para el delito
de estafa en el artículo 247 de la Ley 599 de 2000, entre las que a los procesados
se les endilgó la descrita en el numeral 4º, otras las específicas para los delitos

27
contra el patrimonio económico, señaladas en el canon 267 ejusdem, de las
cuales se les dedujo la consagrada en el numeral 1º y una muy diferente la
categoría dogmática descrita en el precepto 31, relativa al delito masa, la cual
concurre cuando “el sujeto activo realiza una pluralidad de actos que genera una
multiplicidad de infracciones a un tipo penal, todo lo cual se ejecuta de acuerdo
con un plan con el que se pretende afectar el patrimonio económico de un
número indeterminado de personas” (CSJ SP, 25 jul. 2007, rad. 27383) y que
comporta un incremento adicional de una tercera parte, cuya atribución
conjunta no corresponde a una doble incriminación ni vulnera el principio de
non bis in idem, pues todas ellas sancionan diferentes circunstancias modales
que integran la prohibición típica del injusto.

[…]

Así las cosas, la demanda debe ser inadmitida[…]».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 41320
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP8060-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 07/06/2017
DECISIÓN : CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 346 y 360 / Decreto 410
de 1971 art. 940, 941 y 1216

TEMA: VIOLACIÓN INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL - Errores en la


apreciación probatoria / FALSO JUICIO DE IDENTIDAD - Por supresión: se
configura / ESTAFA - Artificio, ardid o engaño / ESTAFA -
Elementos / ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de
defraudar, diferente al incumplimiento de un contrato, explicación / ESTAFA -
No se configura

Tesis:

«[…] la Sala observa que en efecto los falladores incurrieron en yerros de


apreciación de los medios de prueba al sustentar la configuración típica de
laconducta punible, tal y como lo denunció el recurrente.

[…]

[…] revisado el contenido fidedigno de los elementos de conocimiento


legítimamente incorporados, las piezas procesales respectivas enseñan hechos no
valorados por las instancias, los cuales impiden asegurar que, en el evento de
aceptar como probable que el procesado guardó silencio acerca de la existenciade
la prenda, tal omisión haya sido causa eficaz para inducir en error al comprador.

En cuanto al testimonio de KG, se constata que de su versión fueron ignorados


los siguientes aspectos que reconoció expresamente (falso juicio de identidad).

28
[…]

En relación con el testimonio del acusado las instancias no advirtieron (falso


juicio de identidad), por una parte, que éste señaló cómo el comprador siempre
estuvo al tanto de la existencia de la prenda, y que incluso desde la negociación
verbal se acordó que el último saldo del precio se destinaría paracancelar ese
gravamen con el fin de hacer los documentos de traspaso, pero que KG incumplió
justamente ese pago. Y por otra que con la práctica de esa declaración fue
suplida la omisión de la Fiscalía en cuanto al aporte de la licencia de tránsito que
descubrió y ofreció (según su teoría del caso, en ese documento no solo figuraría
el automotor como modelo 1993, sino que también se advertiría la ausencia de
anotación alguna sobre la pignoración).

Previa exhibición al representante del ente instructor y al apoderado del quejoso,


se autorizó al procesado para leer el contenido de una copia de la licencia de
tránsito o tarjeta de propiedad del tracto-camión ofrecida por el ente
investigador, así como el certificado de tradición del rodante, y aun cuando el
primero de tales documento no se aportó en forma física (el segundo lo allegó la
Fiscalía), en el registro de audio quedó constancia de los siguientes aspectos,
frente a los cuales no hubo expresión de inconformidad de los arriba citados.

[…]

La apreciación integral y objetiva de los elementos de conocimiento reseñados,


deja sin sustento las consideraciones de las instancias acerca de la configuración
del delito de estafa en los hechos sometidos a su conocimiento.

[…]

En conclusión, en la situación fáctica decantada no se dan los elementos


estructurales del delito de estafa, los cuales, como se sabe, son (i) el despliegue
de artificios o engaños sobre un tercero; (ii) que por causa directa y
consecuencial de esos artilugios éste incurra en un error; (iii) que a raíz del error
la víctima voluntariamente se desprenda de su patrimonio o de parte de éste, y
(iv) que quien desplegó la maquinación artificiosa o fraudulenta logre para sí, o
para otro, un beneficio económico correlativo.

Es claro que la ausencia de alguno de esos requisitos impide la adecuación de un


determinado suceso en la hipótesis delictiva de estafa, como igual sucederá si los
actos previos a la obtención del provecho patrimonial no conducen de manera
incuestionable y concatenada, uno al otro, o se presentan en un orden distinto al
relacionado, o la cadena causal se rompe, trastoca o invierte, como lo ha
puntualizado la jurisprudencia de la Corte.

Y si bien es cierto, como igual lo ha señalado esta Sala, el contrato como fuente
de contraprestaciones de contenido económico, eventualmente, puede esconder o
servir como una modalidad de engaño, habida cuenta que una parte puede
inducir en error a la otra frente a cualquiera de los elementos de la respectiva
obligación (capacidad, consentimiento objeto y causa lícitos), con el ánimo de5
obtener así un provecho patrimonial ilícito con perjuicio correlativo , también es
cierto que ello no ocurre cuando esa lesión y ganancia análogas sobrevienen a
raíz del incumplimiento, no precedido de engaño, de las cláusulas inherentes al
contrato […].

[…]

29
Por lo tanto, como tras la detección y corrección de los errores de valoración
probatoria en que incurrieron las instancias, en la situación fáctica decantada no
encuentran asiento los requisitos estructurales de la conducta punible de estafa
y, por el contrario, los hechos debatidos se reducen a incumplimientos recíprocos
del denunciante y del procesado, constituye un imperativo jurídico casara la
declaración de condena expresada en la sentencia de segunda, para en su lugar
emitir una de carácter absolutorio en favor de FLCR».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 24729 | Fecha: 08/06/2006 | Tema:


ESTAFA - Artificio, ardid o engaño Rad: 48279 | Fecha: 08/03/2017 | Tema:
ESTAFA - Artificio, ardid o engaño Rad: 21902 | Fecha: 30/11/2006 | Tema:
ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar, diferente al
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Fecha: 08/03/2017 | Tema: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el
ánimo de defraudar, diferente al incumplimiento de un contrato, explicación

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 50160
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP2775-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 03/05/2017
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Obtención de documento público falso /
Estafa / Fraude procesal
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 288 / Ley 906 de 2004
art. 32-4 y 533

TEMA: ESTAFA - Consumación / OBTENCIÓN DE DOCUMENTO PÚBLICO


FALSO - Perfeccionamiento / UNIDAD PROCESAL - Delitos conexos: iniciado
alguno en un sistema y el otro en vigencia de la ley 906 de 2004 / FRAUDE
PROCESAL - Delito de conducta permanente / DELITOS DE EJECUCIÓN
PERMANENTE - Iniciados en un sistema penal y concluidos en vigencia de la ley
906 de 2004
Tesis:
«La estafa endilgada se habría consumado el 5 de enero de 2003, en la ciudad de
Bogotá, cuando y donde se hizo el pago del 80% del precio pactado en la promesa
de compraventa, es decir, antes de que iniciara la vigencia de la Ley 906 de 2004
(art. 533).

Por su parte, la obtención de documento público falso se habría perfeccionado en


Villavicencio (Meta) el 31 de octubre de 2006, cuando el INCODER de esa
localidad expidió la Resolución n.° 0761, pues el tipo penal (art. 288 del C. P.)
exige que se induzca en error a un servidor público, en ejercicio de sus
funciones, “haciéndole consignar una manifestación falsa”.

La conducta de fraude procesal, a su vez, también habría acaecido en

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Villavicencio. Sin embargo, ésta, según ha tenido ocasión de precisarlo la Sala, es
de carácter permanente:

Para que se configure esa conducta punible es imperioso que exista una
actuación judicial o administrativa en la que se deba resolver un asunto jurídico,
y que, por ende, sea adelantada por las autoridades judiciales o administrativas.
Incurre en ella el sujeto que, por cualquier medio fraudulento, induzca en error
al servidor público para obtener sentencia, resolución o acto administrativo
contrario a la ley.

Si bien no se exige la producción del resultado perseguido, se entiende


consumada cuando el agente, de manera fraudulenta, induce en error al
servidor. No obstante, perdura mientras dura el estado de ilicitud y aun con
posterioridad si se requiere de pasos finales para su cumplimiento.

El carácter permanente del delito implica, entonces, que la lesión al bien jurídico
tutelado se prolonga durante todo el tiempo en que la autoridad se mantenga en
el error y aún después si se requiere de actos de ejecución. (CSJ AP3809-2015, 8
jul. 2015, radicado n°46204).

De acuerdo con lo anterior, en el caso en examen la posible afectación del bien


jurídico tutelado se prolongó incluso hasta el 9 de febrero de 2007, cuando se
efectuó la inscripción de la Resolución n.°0761 del 30 de octubre de 2006 en la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de San Martín (Meta), como lo
acredita el folio de matrícula inmobiliaria que obra al folio 52 de la carpeta.

Lo anterior significa que los efectos de la posible infracción se extendieron más


allá de la fecha en que el sistema penal acusatorio comenzó a aplicarse en el
distrito judicial de Villavicencio, vale decir, el 1° de enero de 2007, por
disposición del artículo 530 de la Ley 906 de 2004, abarcando, entonces, el
ámbito de aplicación de dos sistemas procesales que hoy en día coexisten en el
país. Sobre esta situación la Sala tiene definido que:

(…) en tratándose de delitos permanentes o cometidos en concurso se impone


(CSJ AP, 9 Jun 2008, Rad. 29586; CSJ AP, 15 Dic 2008, Rad. 30665; CSJ AP, 10
Mar 2009, Rad. 31180; CSJ AP, 29 Jul 2009, Rad. 31519, y, CSJ AP, 11 Dic
2013, Rad. 41187): acudir a criterios objetivos y razonables, edificados éstos
esencialmente en determinar bajo cuál de las legislaciones se iniciaron las
actividades de investigación, la que una vez detectada y aplicada, bajo su
inmodificable régimen habrá de adelantarse la totalidad de la actuación (…).

Ahora bien, frente a delitos conexos - como es nuestro caso - dijo la Sala que
debía prevalecer su investigación y juzgamiento conjunto, y que ello no
comportaba desconocimiento del debido proceso, pues “(…) tanto la Ley 600
como la Ley 906 establecen un trámite respetuoso de todas las garantías que
componen el derecho al debido proceso y que son referidas en el artículo 29
constitucional, así como en los principios y normas rectoras desarrolladas por
cada uno de estos ordenamientos procesales (…)”. (Proveído citado, reiterado en
CSJ AP2139-2015, 29 abr. 2015, radicado n°44460).

En ese orden de ideas, como la investigación de que da cuenta este proceso se


inició al amparo de la Ley 906 de 2004, será bajo su égida que deba continuar
hasta la culminación del trámite procesal».

31
Sala de Casación Penal
M. PONENTE : GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ
NÚMERO DE PROCESO : 49901
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP2552-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 26/04/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
228 / Ley 270 de 1996 art. 13-2, 55, 170-4 /
Ley 599 de 2000 art. 246 / Ley 600 de 2000
art. 204, 205, 207-3, 217

TEMA: SENTENCIA - Defectos en la motivación: modalidades, técnica en


casación / NULIDAD - Técnica en casación / NULIDAD - Principios / ESTAFA -
Artificio, ardid o engaño: documentos / SENTENCIA - Falta de motivación: no se
configura / RECURSO DE APELACIÓN - Competencia limitada del superior:
asuntos inescindiblemente vinculados

Tesis:

«[…] el casacionista amonesta al ad-quem mencionando que su sentencia adolece


de falta de motivación por cuando omitió valorar las pruebas y referirse a los
argumentos de la defensa y a la solicitud de absolución formulada por la fiscalía
en la vista pública. Vuelve el recurrente a equivocarse en la escogencia del
camino para la proposición de la queja.

La denuncia de tal anomalía lo obligaba a postular ese cargo de manera separada


y principal para no violentar los principios de autonomía y prioridad que rigen
para la demanda de casación, ciñéndose, en su planteamiento, a los
requerimientos que, respecto de la causal 3ª de casación, ha puntualizado la
jurisprudencia, en concreto, a reclamar, según las previsiones del artículo 217
del C. de P. Penal de 2000, la declaratoria de nulidad, pero en ningún caso, como
lo hizo en el libelo, pedir la absolución de su apadrinado.

En efecto, como la acreditación de este tipo de anomalía está atada a la


comprobación cierta de yerros de garantía o de estructura insalvables que hagan
que la actuación y la decisión de segunda instancia pierdan toda validez formal y
material, corresponde al libelista expresar con claridad y precisión los motivos de
ataque, señalar conforme al principio de taxatividad que rige su declaración, las
irregularidades sustanciales que afectan la actuación, determinar la forma en
que las anomalías denunciadas rompen la estructura del proceso o lesionan las
garantías de los intervinientes y la fase en la que se produjeron, así como
demostrar la trascendencia de las mismas en el sentido de la decisión que se
acusa, pues de avizorarse que el defecto denunciado no logra afectar en grado
sumo el desarrollo de la actuación, ni alterar lo decidido en el fallo censurado, no
habrá lugar a la admisión del reproche.

Igualmente, la fundamentación del ataque se debe hacer a la luz de los


postulados de convalidación, protección, instrumentalidad de las formas,
trascendencia y residualidad.

32
Ahora, si el vicio postulado corresponde a una violación del debido proceso, es
del caso que el actor identifique la irregularidad sustancial que alteró el rito legal,
pero si afectael derecho de defensa, se debe especificar la actuación que lesionó
esa garantía, en cada caso la argumentación debe estar acompañada de la
solución respectiva, salvo que el yerro tenga la potencialidad de lesionar
simultáneamente el debido proceso y la defensa.

En cuanto al deber de motivar las decisiones judiciales, se ha dicho que


constituye un medio de control de la arbitrariedad y el capricho de los
gobernantes, más aún cuando aquéllas se emiten en ejercicio de la función
jurisdiccional que apareja injerencia en los derechos fundamentales de los
ciudadanos. Es por ello que C. de Procedimiento Penal de 2000, recogiendo el
mandato de la Constitución Política (art. 228) y de la Ley 270 de 1996 (art. 55),
impone al funcionario judicial el deber de motivar todas las medidas que afecten
derechos fundamentales de los sujetos procesales (art. 13, inc. 2), de exponer los
fundamentos legales en las providencias interlocutorias y que las sentencias
tengan, entre otros contenidos mínimos, “El análisis de los alegatos y la
valoración jurídica de las pruebas en que ha de fundarse la decisión” (art. 170-4).

Efectivamente, la jurisprudencia ha definido que se incumple el deber de


fundamentar las decisiones judiciales, especialmente de las sentencias, en los
siguientes casos: cuando hay ausencia total o absoluta de motivación; es
precaria o incompleta; ambivalente o equívoca; oes aparente o falsa.

Sobre la naturaleza de tales vicios, se ha establecido que la carencia,


insuficiencia y ambivalencia de las razones de una decisión configuran un error
de procedimiento, mientras que, el último defecto anunciado, es decir, la
motivación falsa o aparente de la resolución, constituye un error de juicio en la
modalidad de violación indirecta de la ley sustancial, por cuanto tiene su origen
en la labor de apreciación de las pruebas fundamentales. En ese orden, las 3
hipótesis iniciales deben proponerse por la vía de la causal de casación prevista
en el numeral 3 del artículo 207 del C.P.P./2000 y la última por la contemplada
en el numeral 1, cuerpo segundo, ibídem.

El demandante cuestiona la motivación de la sentencia por cuanto, en su


opinión, ella no contiene un análisis total de las pruebas, ni tampoco hace
referencia a las alegaciones defensivas y a la solicitud absolutoria de la fiscalía.

Su postulación merece ser desestimada no solo porque, alejada de la técnica


casacional, no supera su mera invocación en la que siquiera enseña, con
exactitud, la naturaleza del error que le atribuye a la sentencia, sino, además,
porque la Sala no encuentra realmente configurada alguna de tales
irregularidades con vista en la realidad procesal.

En efecto, bastas una simple lectura de sus decisiones para constatar que los
sentenciadores encontraron demostrada la existencia del delito investigado, así
como la responsabilidad del acusado, con fundamento en pruebas documentales
(las aportadas por las afectadas como escrituras públicas, certificados de pagos,
entre otros) y testimoniales (CMC y KFI), que les llevó al convencimiento, al igual
que la fiscalía en el escrito de acusación, de que el abogado HJAS,
aprovechándose de la situación apremiante que padecían las víctimas por
conseguir un dinero, les hizo creer que los recursos le iban ser proporcionados
mediante la constitución de una hipoteca sobre el inmueble de su propiedad,
cuando en realidad el acto jurídico al que fueron sometidas con motivo de ese
préstamo pecuniario fue el de tradición con pacto de retroventa del predio a favor
de quien les entregaría dicha suma, manteniendo las hermanas Pájaro la

33
creencia de que el negocio que finalmente estaban suscribiendo era el
inicialmente conversado y acordado […].

[…]

[…] en cuanto a los argumentos centrales de la defensa con los cuales atacó la
condena de primera instancia, debe entenderse que, en lo esencial, fueron
abordados por el ad-quem. Nótese que la propuesta de la defensa, desde los
alegatos de la vista pública y reafirmada en el recurso de alzada, estuvo dirigida,
básicamente, a que la conducta investigada fuera declarada atípica, por cuanto,
a su juicio, no hubo provecho ilícito, ni se indujo o mantuvo en error a las
afectadas por parte del acusado.

La sentencia de segundo grado contiene una trascripción completa de tales


inconformismos, pero además, lo que es más importante, sopesó lo atinente al
tema de atipicidad planteado, dedicando a ello parte de su contenido, para
finalmente descartar tal postulación considerando suficiente prueba en el
proceso de que las afectadas sí habían sido engañadas por el acusado para
privarlas del derecho de propiedad sobre su inmueble […].
[…]
[…] es innegable que en el fallo confutado no se hizo relación expresa a los
argumentos expuestos por la fiscalía durante la audiencia pública en procura de
que el procesado fuera absuelto. Sin embargo, tal omisión no es constitutiva de
irregularidad alguna por cuanto el ente acusador no fue apelante, ni tampoco
alegó en ese sentido como no recurrente. De modo que no era deber del ad-quem
hacer ningún pronunciamiento al respecto, teniendo en cuenta que la
competencia del superior comprendía, sin duda alguna, los puntos objeto de
impugnación y se extendía solo a los que resultaran inescindiblemente
vinculados a estos (art. 204 Ley 600 de 2000)».

ESTAFA - Cuantía / ESTAFA - Cuantía: técnica en casación / VIOLACIÓN


DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL - Modalidades: técnica en casación

Tesis:

«[…] frente a la queja del casacionista en el sentido de que en los fallos no se


determinó la cuantía de la supuesta estafa, lo que resultaría en un aspecto
relevante, pues la pena a imponer pudo corresponder no a la determinada en
inciso primero del artículo 246 del C. Penal, sino a la señalada en párrafo tercero
ibídem que prevé prisión de 1 a 2 años cuando el monto no exceda de 10 salarios
mínimos legales mensuales vigentes, se advierte que el censor tampoco se
preocupó por indicar la forma de infracción de la ley sustancial, ni menos el
sentido exacto de la violación supuestamente cometida, valga decir, el tipo de
error in iudicando manifestado en una de las concretas expresiones reconocidas
por la jurisprudencia de la Corte.

Si su intención era la de demostrar que el asunto competía solucionarse


conforme a lo preceptuado en el inciso tercer del artículo 246 del C. Penal de
2000, asumiendo que en las sentencias no se fijó la cuantía de la estafa en un
moto superior a los 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes, entonces
debió invocar la violación directa de la mencionada norma en alguna de sus
modalidad de error (falta de aplicación, aplicación indebida, errónea
interpretación).

No obstante, de haberlo realizado así, la enmienda propuesta tampoco habría


tenido prosperidad, ya que la declaración de los hechos contenida en las

34
sentencias de primer y segundo grado y por los cuales se condenó al acusado
precisa que el negocio jurídico empleado para defraudar a las víctimas recayó
sobre un bien inmueble rodeando los $45.000.000 de pesos, monto que supera
ampliamente la cuantía de 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes para
el año 2006 ($4.080.000), por lo que la pena debió fijarse de conformidad al
inciso primero de la citada norma, esto es, de 2 a 8 años, como efectivamente lo
realizó el fallador de primera instancia.
Todas las falencias advertidas conducen a inadmitir la demanda […]».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 49069
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP2559-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 26/04/2017
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Falsa denuncia contra persona determinada
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 32-10 / Ley 890 de 2004
art. 14 / Ley 1121 de 2006 art. 26

TEMA: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar,


diferente al incumplimiento de un contrato, explicación

Tesis:

«[…] si bien el negocio jurídico como creador de obligaciones —en el cual una
persona (deudor) se compromete a realizar una conducta en pro de otra
(acreedor) a cambio de una contraprestación-, puede ser utilizado en ocasiones
como instrumento quimérico para afectar el patrimonio económico de alguno de
los contratantes, ese perjuicio no siempre debe dilucidarse en el ámbito penal,
pues también está la protección civil, como lo evidenció el Tribunal, DA
deformando la realidad buscó solucionar su conflicto al colocar al derecho penal
como primera ratio al hacer creer a la administración de justicia que mediaban
especiales condiciones que configuraban un delito en el actuar de RP, omitiendo
deliberadamente aspectos propios de la labor de intermediación contratada y la
necesaria entrega voluntaria del vehículoque se dio para su exhibición y oferta».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 48279
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP3233-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 08/03/2017
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE
DELITOS : Estafa

TEMA: ESTAFA - Elementos / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, debe ser

35
precedente o concurrente al error de la víctima que la lleva a disponer de su
patrimonio

Tesis:

«Desde antaño y en reiteradas ocasionas la Sala ha tenido la oportunidad de


pronunciarse en torno a los elementos que agotan el punible de estafa […].

[…]

En decisión más reciente se reiteraron los mismos elementos del tipo,


precisándose que éstos deben suceder en orden cronológico y guardando una
secuencia causal inequívoca hasta la obtención del beneficio patrimonial así: (i)
empleo de artificios y engaños sobre la víctima; (ii) que ésta incurra en un error
como consecuencia directa de la maniobra engañosa; (iii) como efecto de la treta
el afectado voluntariamente se desprenda de su patrimonio o de parte de éste y,
(iv) quien desplegó el fraude, logre para sí o para otro, un beneficio económico. La
ausencia de alguna de estas características impide la adecuación de un hecho
concreto dentro del tipo penal de estafa.

Valga resaltar que si los actos previos a la obtención del provecho patrimonial no
conducen de manera incuestionable y concatenada, uno al otro, o se presentan
en un orden distinto al relacionado, o la cadena causal se rompe, trastoca o
invierte no podrá hablarse del delito de estafa.

En esa medida, la conducta en cuestión implica prácticamente un vicio del


consentimiento de la víctima como producto de una concepción errada de la
realidad, la que a su vez ha sido consecuencia del engaño por parte del agente
que ejecuta la maniobra encaminada a ese fin. Lo anterior implica que el engaño
debe anteceder o ser concurrente con el desprendimiento patrimonial del
afectado y no sobreviniente a éste.

Se tiene entonces que la imputación objetiva de este delito solo es posible


siempre que se despliegue un engaño precedente o concurrente, idóneo para
lograr que la víctima caiga en una visión equivocada de la realidad que la lleve a
ejecutar un acto dispositivo sobre su patrimonio, generador de un perjuicio para
sí y, coetáneamente, de un beneficio de la misma índole para quien la induce en
error» .

ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar, diferente


al incumplimiento de un contrato, explicación

Tesis:

«Una de las modalidades usuales de engaño es la que se despliega a través de la


celebración de un contrato revestido de legalidad, circunstancia que no descarta
que se configure la estafa pese a que dichos acuerdos se rijan por el principio de
buena fe, puesto que una de las partes puede inducir en error a la otra, frente a
cualquiera de los elementos de la obligación, esto es, la capacidad, el
consentimiento, el objeto y la causa del contrato, artificio que se configura en el
momento de su celebración con el objeto de defraudar -obtener un provecho
indebido.

[…]

Situación distinta se presenta cuando no habiendo engaño sobre los elementos

36
del contrato, una de las partes se sustrae a su cumplimiento, lo cual sucede en
una fase posterior a la contractual y puede obedecer a varias causas no
necesariamente vinculadas al delito de estafa pero sí con consecuencias adversas
en el ámbito civil, en tanto no siempre el incumplimiento malicioso o voluntario
de una obligación comporta el delito de estafa, puesto que puede estar ausente el
ánimo engañoso y fraudulento.

[…]

El incumplimiento de las obligaciones contractuales trasciende la


responsabilidad civil cuando una de las partes al momento de adquirir el
compromiso, engaña a la otra sobre su capacidad de pagar, haciéndole creer que
si está en condiciones de hacerlo, circunstancia que de haber sido conocida por
la contraparte, lo hubiera llevado a desistir del negocio».

ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, debe ser precedente o concurrente al


error de la víctima que la lleva a disponer de su patrimonio / ESTAFA - Contrato:
medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar, diferente al incumplimiento de
un contrato, explicación

Tesis:

«De acuerdo con lo expuesto en la sentencia se tiene que la maniobra engañosa,


el ad quem la concreta en haberse ocultado a las víctimas, entre el interregno del
5 al 16 de diciembre, la imposibilidad de cumplir el contrato, pues para ese
momento ya había vencido el plazo en la agencia de viajes para que el acusado
realizara la totalidad del pago, siendo plenamente conocedor de que la excursión
para algunos de los viajeros sería fallida.

[…]

[…] el contrato verbal celebrado entre SP y los potenciales turistas no estuvo


mediado por un engaño hacia estos en donde se les mostrara una idea
equivocada acerca del servicio que estaban adquiriendo o fuera palmaria la
imposibilidad de que se cumpliera el objeto del acuerdo o cualquier otra
situación o circunstancia alejada de la realidad que llevara a viciar su
consentimiento.

Es decir, en manera alguna la entrega del dinero de parte de los viajeros fue
consecuencia directa de un engaño desplegado por el procesado, de allí que no se
verifique este elemento del tipo, mucho menos la relación causal que se pregona
entre el desprendimiento patrimonial por parte de la víctima y la maniobra
engañosa desarrollada por el agente, tampoco el ánimo fraudulento.

[…]

La mentira a la que se refiere la sentencia como configuradora de la maniobra


engañosa, recayó sobre el cumplimiento del contrato y con posterioridad al
momento de su celebración, así como de la fecha en la que se agotó el
desprendimiento patrimonial por parte de los ofendidos con el pago de la última
cuota, motivo por el que es incorrecto imputar el delito de estafa, en tanto la
manifestación hecha a las víctimas en vísperas del viaje acerca de que todo iba
bien, cuando no era así, no fue la causa para que éstas entregaran el dinero al
procesado, ya que esto ocurrió mucho antes.

Es decir, no concurre el requisito relativo a que el acto engañoso sea anterior o

37
concurrente con la disposición patrimonial de parte de la víctima de estafa.

Como se indicó en los puntos uno y dos de las consideraciones, los elementos del
tipo objetivo son muy específicos y se relacionan en una estricta secuencia y
causalidad, la cual no se verifica en el presente asunto y por lo mismo, no es
dable concluir que la conducta del acusado estuviera encaminada a defraudar».

RESPONSABILIDAD PENAL - Diferencias frente a la responsabilidad


civil / ESTAFA - No se configura / ESTAFA - Contrato: medio idóneo para
ocultar el ánimo de defraudar, diferente al incumplimiento de un contrato,
explicación

Tesis:

«La responsabilidad que le corresponde a SP es de estricto orden civil, cuya


fuente es el contrato al haber incumplido sin justificación atendible la obligación
emanada del acuerdo verbal, pues aunque se ha esforzado por excusar la
sustracción de su compromiso, aduciendo que se encontraba insolvente por
haber tenido que superar un imprevisto con otra excursión, lo cierto es que esa
es una carga que no podía trasladar a los contratantes, pues ejercer la actividad
mercantil que venía ofreciendo le imponía contar con los recursos suficientes
para prever cualquier situación inesperada.

[…]

Sin embargo, tales aspectos reprochables, son insuficientes para derivar una
responsabilidad penal por vía de la conducta de estafa, habida cuenta que como
se ha venido explicando, sus elementos no se verifican en el supuesto fáctico
probado en el juicio del cual solo logra advertirse la sustracción del acusado a
una obligación de naturaleza civil, que a no dudarlo, generó un perjuicio
patrimonial para una de las partes contratantes, pero que no puede equiparse al
despliegue de una maniobra engañosa encaminada al logro de un provecho
económico ilícito, puesto que gran parte del dinero que le entregaron los viajeros
a los que contactó fueron trasladados a la agencia de viajes con quien contrató el
servicio para la totalidad de los turistas y en las condiciones que SP había
acordado con éstos.

El nexo causal entre el incumplimiento del acuerdo y el perjuicio para varios


contratantes es incuestionable, pero tal relación de casualidad difiere de aquella
requerida en el punible de estafa, en tanto la misma alude al vínculo entre el
engaño y el desprendimiento patrimonial lo no que no se verifica en este asunto.

Es cierto que el acusado en un último momento mintió a algunos de los viajeros


haciéndoles creer que cumpliría lo pactado, no obstante dicha acción no satisface
el ánimo defraudatorio precedido de un engaño, aspectos propios de la estafa,
como erradamente lo entendió el Tribunal que aplicó en forma equivocada la
norma que tipifica este delito, incurriendo de esta manera en la violación directa
de la ley sustancial, motivo por el que debe la Sala declarar la prosperidad del
primer cargo propuesto en la demanda.

En este orden de ideas, se casará parcialmente el fallo del Tribunal Superior de


Buga para en su lugar dejar en firme la sentencia absolutoria proferida por el
juez de primera instancia que absolvió a JHSP de la conducta de estafa».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 19139 | Fecha: 04/05/2005 | Tema:


ESTAFA - Elementos Rad: 24729 | Fecha: 08/06/2006 | Tema: ESTAFA -

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Elementos Rad: 27460 | Fecha: 05/09/2012 | Tema: ESTAFA - Elementos Rad:
15248 | Fecha: 29/08/2002 | Tema: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para
ocultar el ánimo de defraudar, diferente al incumplimiento de un contrato,
explicación Rad: 21902 | Fecha: 30/11/2006 | Tema: ESTAFA - Contrato: medio
idóneo para ocultar el ánimo de defraudar, diferente al incumplimiento de un
contrato, explicación Rad: 36824 | Fecha: 12/10/2012 | Tema: ESTAFA -
Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar, diferente al
incumplimiento de un contrato, explicación Rad: 44504 | Fecha: 08/10/2014 |
Tema: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar,
diferente al incumplimiento de un contrato, explicación

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 48798
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP2787-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : SEGUNDA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 01/03/2017
DECISIÓN : CONFIRMA AUTO APELADO
DELITOS : Prevaricato por acción
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 413 / Ley 906 de 2004
art. 32-3

TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Preclusión de la investigación:


atipicidad de la conducta / ESTAFA - Negocio civil / RESPONSABILIDAD
DISCIPLINARIA - Diferente de la Penal
Tesis:
«[…] la acción penal, conforme lo reseñó el a quo, versa sobre la conducta del Dr. AEMU
plasmada en la orden de archivo del 25 de octubre de 2010, por medio de la cual, en su calidad de
Fiscal Primero Seccional de Riohacha, con respecto a la denuncia formulada por YCM.

[…]

[…] se anticipa que no confluyen circunstancias que permitan pregonar de manera indefectible la
ausencia en el implicado del conocimiento acerca de la ilegalidad de su decisión, o del componente
volitivo necesario para su emisión […]

[…]

[…] es manifiesto que eran prolijas las referencias a la eventual comisión de un delito de estafa y
frente a ellas no hubo un estudio consistente, solo la apreciación genérica con relación a que se
trataba de un asunto de competencia de los jueces civiles sin hacerse mención de ningún tipo en lo
atinente a la coerción desplegada en contra de la denunciante, traducidas en amenazas encaminadas
a que desconociera sus derechos patrimoniales y accediera a las pretensiones de personas que ni
siquiera habían participado en la negociación inicial. Entorno que descarta la supuesta conformidad
de esas transacciones con el derecho civil, en los confusos términos esbozados por el apelante si es
que su crítica con respecto a la decisión del Tribunal recaía en la negativa a reconocer la atipicidad
subjetiva, pues se empeña en desconocer que la permisibilidad de un contrato lícito no descarta la
existencia de artificios o engaño, ya que nada impide que la inducción o el mantenimiento en error
tengan origen precisamente en la aparente sinceridad y legalidad de que se revista ese acuerdo de
voluntades (Cfr. CSJ SP, 29 Ago. 2002, Rad. 15248).

En consecuencia, todas estas premisas explican no solo la contrariedad objetiva con el


ordenamiento jurídico del archivo de 25 de octubre de 2010, sino que además develan el alcance de

39
la información disponible que tenía el implicado a la hora de adoptar dicha determinación que, se
insiste, trascendía a un mero incumplimiento contractual. Así, tenían cabida actividades
investigativas adicionales para dilucidar los señalamientos en cuestión, ya bien fuera para aclararlos
de denotarse confusos, según se argumentó en la alzada, o para constatar la efectiva presencia de la
coyuntura evocada por el funcionario indiciado.

Desde esta perspectiva, entonces, la impugnación es infundada, toda vez que, se reitera, no se
aprecia la supuesta perplejidad evocada por el recurrente acerca de la eventual connotación penal
que podían ostentar los hechos comunicados a la Fiscalía.

[…]

De este modo, al cotejar las circunstancias antecedentes y concomitantes al archivo del 25 de


octubre de 2010, se reconstruye un entorno que no se compadece con lo alegado por el Fiscal
recurrente quien no solo es ambivalente, se repite, al pregonar en la alzada que este compendiaba
una interpretación plausible a efectos de sustentar la supuesta ausencia de dolo, sino además porque
hace abstracción de la coyuntura en que este se dictó, en los términos auscultados por el a quo.

Por contera, desde esa óptica, es inane que predique que la investigación disciplinaria por estos
mismos hechos fue archivada como si tal determinación fuese infalible y per se vinculante en estas
diligencias, o que afirme que no se configuró delito por la posibilidad que tenía la denunciante de
acudir al juez de control de garantías para solicitar el desarchivo, en tanto ello no tiene nada que ver
con la emisión de aquella providencia, la que, en su fase objetiva, se dijo, parece ajustarse a la
descripción normativa prevista en el artículo 413 del Código Penal.

Sobre este aspecto la jurisprudencia ha decantado de antaño cómo el ejercicio de este tipo de
mecanismos encaminados a verificar la legalidad de las decisiones de carácter judicial no impide
que ingresen al plano jurídico, de manera tal que al ser el prevaricato por acción un delito de mera
conducta, basta para su estructuración que se profiera una resolución, concepto o dictamen
contrario a la ley, sin requerimientos adicionales (cfr. CSJ SP, 15 Nov. 2001, Rad. 14040).

[…]

[…] el proveído impugnado será confirmado, lo que no es óbice para que la Fiscalía recaude los
medios de conocimiento pertinentes que le permitan depurar una conceptualización coherente a fin
de sustentar la viabilidad de la preclusión, toda vez que tales presupuestos desde la causal invocada,
por ahora, brillan por su ausencia, por lo menos, en el grado de conocimiento requerido para
proceder de conformidad (Cfr. CSJ AP 3288-2014)».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 48290
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP8307-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 30/11/2016
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
83 / Ley 906 de 2004 art. 183 y 184

TEMA: ESTAFA - Consumación: cuando el artificio o engaño se estructura con


varios actos / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección

40
de la víctima, no es elemento del tipo, explicación

Tesis:
«[…] se alega que la víctima no era susceptible de ser engañada por sus
condiciones personales debiendo asumir el resultado de la fallida negociación, ha
de decirse que dicha tesis es inconsistente con lo acreditado en la actuación,
toda vez que, según lo transcrito, DR agotó una serie de estratagemas que más
allá de un posible incumplimiento contractual estaban encaminadas a lograr la
obtención de recursos por cuenta de un bien que sabía no podía traditar, al
ofrecerlo como prenda de garantía de obligaciones civiles que nunca satisfizo y,
de hecho, a la postre, el vehículo terminó inmovilizado porque tenía el motor
regrabado. En consecuencia, el reproche carece de un soporte conceptual
objetivo que valide sus asertos, al reñir, se insiste, con lo demostrado en la
foliatura.

Aunado a lo anterior, la jurisprudencia de la Sala ha dejado de lado la postura


relativa a que en el delito de estafa son exigibles ciertas circunstancias a la
víctima a efectos de que se configure el ilícito al no ser ello parte del tipo penal,
de este modo, no tiene cabida en esta clase de asuntos (como lo sugiere el
recurrente al aludir a las acciones a propio riesgo) demandar de éstas medidas de
autoprotección adicionales a los elementos constitutivos del injusto. En concreto,
la posición actual frente al tema es la siguiente:

[…]

“Así, por lo demás, lo impone el sentido, alcance y contenido de la buena fe.


Conforme lo ha señalado la Corte Constitucional, al pasar de ser un principio
general de derecho para transformarse hoy en día en un postulado constitucional
(art. 83), su aplicación y proyección ha adquirido nuevas implicaciones, en
cuanto a su función integradora del ordenamiento y reguladora de las relaciones
entre los particulares y entre éstos y el Estado.

De acuerdo con el comentado principio, los particulares están obligados a


sujetarse a mandatos de honestidad, lealtad y sinceridad en sus diversas
relaciones, es decir, no sólo en aquellas que sostenga con las autoridades
públicas sino en las suscitadas entre ellos mismos.

El postulado de la buena fe, por tanto, exige a las partes actuar de manera recta
y transparente durante la celebración de un negocio jurídico, de tal manera que
si una de ellas le suministra a la otra información contraria a la realidad que la
determina a realizar la transacción o le oculta maliciosamente datos que de
haberlos conocido se habría abstenido de llevarla a cabo, incurrirá en el delito de
estafa, pues de esa forma habrá acudido a medios eficaces para inducir o
mantener en error a la víctima y así obtener provecho patrimonial ilícito con
perjuicio ajeno”. (CSJ SP 9488-2016)

Por ende, la propuesta del censor es improcedente porque al admitir el engaño y


las maniobras subrepticias dolosas como un riesgo contractual connatural, deja
de lado que ello implicaría vaciar de contenido el mínimo ético necesario para el
adecuado curso de las relaciones intersubjetivas en las que se desenvuelve la
convivencia social y, por contera, el derecho terminaría siendo inane para
custodiar tal finalidad».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 40431 | Fecha: 24/04/2013 | Tema:


FALSO RACIOCINIO - Técnica de casación Rad: 42548 | Fecha: 13/07/2016 |
Tema: ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la

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víctima, no es elemento del tipo, explicación Rad: 38356 | Fecha: 18/04/2012 |
Tema: COMPULSACIÓN DE COPIAS - Obligatoriedad

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 48806
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP14757-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : MIXTA
FECHA : 12/10/2016
DECISIÓN : INADMITE / CASA PARCIALMENTE Y DE
OFICIO
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 212, 267-1 y 405

TEMA: ESTAFA - Consumación: cuando el artificio o engaño se estructura con


varios actos / CASACIÓN OFICIOSA - Dosificación punitiva

Tesis:
«[…] como lo ha reconocido la Corte, cuando con una misma acción timadora,
encaminada a un mismo propósito, resultan varios sujetos afectados, el engaño
es único, como único es el dolo. Por manera que, incluso, para efectos de la
cuantía, se tiene en cuenta el valor de la totalidad de la cosa -el terreno en este
caso […]

[…]

Lo anterior conduce a casar oficiosa y parcialmente el fallo para sustraer el


concurso homogéneo y sucesivo de estafas, en cuanto se está ante un delito
único. Por ende, se impone redosificar las penas y excluir el incremento que por
esa concurrencia hizo el a quo -aumentó 4 meses de prisión y 3.34 s.m.l.m.v. de
multa-.

En ese orden, las sanciones quedarán así: 32 meses de prisión, 66.66 salarios
mínimos legales mensuales vigentes de multa y 32 meses de inhabilitación para
el ejercicio de derechos y funciones públicas -topes mínimos que corresponden al
primer cuarto impuestos inicialmente por el Juez singular».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 18255 | Fecha: 21/02/2007 | Tema:


NULIDAD - Técnica en casación Rad: 14142 | Fecha: 23/05/2002 | Tema:
NULIDAD - Técnica en casación Rad: 36194 | Fecha: 04/05/2011 | Tema: JUEZ
NATURAL - Diferente a juez competente Rad: 44414 | Fecha: 14/09/2014 |
Tema: NULIDAD - Principios Rad: 21379 | Fecha: 12/12/2003 | Tema:
COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación Rad: 27426 | Fecha:
10/06/2008 | Tema: COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación
Rad: 29752 | Fecha: 02/07/2008 | Tema: COMPETENCIA - Falta de
competencia: técnica en casación Rad: 30294 | Fecha: 17/09/2008 | Tema:
COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación Rad: 21379 | Fecha:
12/12/2003 | Tema: COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación
Rad: 27426 | Fecha: 10/06/2008 | Tema: COMPETENCIA - Falta de
competencia: técnica en casación Rad: 29752 | Fecha: 02/07/2008 | Tema:
COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación Rad: 30294 | Fecha:

42
17/09/2008 | Tema: COMPETENCIA - Falta de competencia: técnica en casación
Rad: 17358 | Fecha: 28/11/2002 | Tema: ESTAFA - Consumación: cuando el
artificio o engaño se estructura con varios actos

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : PATRICIA SALAZAR CUELLAR
NÚMERO DE PROCESO : 47998
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP4800-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 27/07/2016
DECISIÓN : CONFIRMA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 40, 108 y 189 / Ley 599
de 2000 art. 82, 83, 84, 85 y 86

TEMA: ESTAFA - Delito de resultado


Tesis:
«Frente a la estafa es claro que, “por tratarse de un delito de resultado, se
consuma cuando se produce la entrega de los bienes o dinero” (CSJ AP 1147, 5
Marz. 2015, Rad. 45486), por lo que no es de recibo lo que plantea el impugnante
en el sentido de que debe tomarse como referente para el computo de la
prescripción el provecho que supuestamente han obtenido los procesados con
posterioridad a la consumación del delito por el que fueron acusados»

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA
NÚMERO DE PROCESO : 42548
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP9488-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 13/07/2016
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
83 / Ley 57 de 1887 art. 1871 / Ley 600 de
2000 / Decreto 410 de 1971 art. 907

TEMA: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de


defraudar / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de
la víctima, evolución jurisprudencial / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño,
deber de autoprotección de la víctima, no es elemento del tipo,
explicación / VENTA DE COSA AJENA - Validez: frente al principio de buena fe

Tesis:
«Advierte la Corte que en el segundo tema esbozado en la demanda el
casacionista terminó aceptando que el contrato sí versó sobre la venta del

43
derecho de dominio, proponiendo tácitamente la violación directa del artículo 246
del Código Penal, por aplicación indebida, al entender que la denunciante
incurrió en una acción a propio riesgo, por cuanto tenía a su disposición
mecanismos de autoprotección para salir del error y no hizo uso de ellos.

La Corte de tiempo atrás ha señalado que en la celebración de contratos de


naturaleza civil se puede incurrir en el delito de estafa. Es así como, conforme se
recordó en pasada oportunidad (CSJ SP, 10 de jun. 2008, rad. 28693), desde la
sentencia del 23 de junio de 1982 viene prohijado el criterio según el cual en esa
clase de negocios jurídicos la mentira o el silencio de los contratantes pasa al
campo penal cuando recaen sobre elementos fundamentales del convenio.

Ahora bien, frente a la estructuración de la mencionada conducta punible, no se


discute hoy en día que el medio engañoso debe tener idoneidad para inducir en
error a la víctima y obtener de esa manera provecho patrimonial ilícito con
perjuicio ajeno. Lo que sí genera aún ardua polémica, conforme se contempló
también en la sentencia del 10 de junio de 2008 antes citada, es la
determinación de las condiciones a partir de las cuales resulta dable afirmar que
la argucia o el engaño reúnen los presupuestos objetivos exigidos por la norma
penal. Y se ha dicho también que al respecto se conocen dos posiciones. La
primera le asigna una gran importancia al significado de artificio y en ese sentido
la estafa es un delito de inteligencia, que requiere el despliegue de actos
hábilmente preparados y bien concebidos para revestir capacidad de inducir en
error a la víctima.

Bajo tal perspectiva, entonces, si la persona pasible del engaño obra de modo
ingenuo, torpe o negligente no habrá lugar a afirmar la existencia de estafa,
porque una actuación prudente le hubiera bastado para salirse del error. Esta
postura fue acogida por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia en la sentencia CSJ SP, 12 jun. 2003, rad. 17196, al expresarse en ella:

“Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco de la


teoría de la imputación objetiva, ‘se considera que no todo engaño que pudiera
concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento
victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud diligente del perjudicado’”.

La segunda posición aconseja examinar con una mayor flexibilidad el medio


engañoso cuando se trata del sujeto engañado. Quienes la profesan rechazan la
doctrina francesa de la “mise en scène”, según la cual no bastan las palabras y
discursos mentirosos sino el despliegue de actos exteriores a cuyo amparo,
hábilmente, se induce a creer lo que en realidad no es.

La Sala de Casación Penal de la Corte se inspiró en esta segunda postura para


adoptar la determinación plasmada en la sentencia CSJ SP, 27 oct. 2004, rad.
20926. En esa decisión se consideró que cuando se calla frente a elementos
esenciales que impedirían o dificultarían el negocio jurídico, o que de conocerse
por la parte contratante la llevarían a no contratar, las consecuencias jurídicas
de esos actos, si se erigen en un engaño dirigido a ocasionar error en la víctima y
a defraudar patrimonialmente al sujeto pasivo, “no se quedan en el ámbito
restringido de los contratantes, sino que trascienden al interés general que exige
transparencia y buena fe en los negocios jurídicos, que de no acatarse
paralizarían el tráfico comercial”.

44
En ese mismo pronunciamiento, de todas maneras, sobre la base de que la
imputación objetiva tiene como presupuesto tanto el riesgo permitido como el
principio de confianza, “que determinan el estado de interacción normal de las
relaciones sociales y de los riesgos que en ellas se generan”, se señaló
adicionalmente:

“… De manera que, sólo cuando la víctima asume conjuntamente con otro una
actividad generadora de riesgos (lo cual acá no ocurre), puede eventualmente
imputársele el resultado a la víctima, siempre que esta tenga conocimiento del
riesgo que asume. En consecuencia, si es el autor quien recorre la conducta
descrita en el tipo penal (quien crea el riesgo), el resultado debe serle imputado a
aquel y no a la víctima, pues ésta obra dentro del principio de confianza que le
enseña que en el tráfico de las relaciones sociales el vendedor realizará el
comportamiento en el ámbito de competencia que le impone la organización”.

Frente a tal controversia, la Corte en la sentencia del 10 de junio de 2008 arriba


citada optó por aplicar la primera de las comentadas tesis, aunque condicionada
a que las partes contratantes estuvieran en igualdad de condiciones, porque:

“[…] quien ostenta un nivel de preponderancia sobre alguien que, por su bajo
grado académico, cultural o social, carece de suficiente capacidad para entender
cabalmente los pormenores de un negocio jurídico, asume la posición de garante
para la evitación de resultados dañosos cuando con su comportamiento ha
generado un riesgo jurídicamente desaprobado, siempre que conociese las
condiciones especiales del sujeto pasivo de la conducta. Solamente en esos casos,
si no actúa de conformidad con la posición de garante que el ordenamiento
jurídico le atribuye, le será imputable de manera objetiva el resultado.

”En esas condiciones, no asumirá la posición de garante y, por lo mismo, no


tendrá la obligación de impedir el resultado dañoso el vendedor que se encuentra
respecto del comprador en un plano de equilibrio frente al conocimiento de los
alcances, vicisitudes y consecuencias de la transacción que celebran”.

De la anterior forma la Sala abrió la posibilidad de aplicar en el delito de estafa la


teoría de la acción a propio riesgo, figura que, como se sabe, constituye criterio
excluyente de la imputación al tipo objetivo, para cuya configuración se requiere
la presencia de tres elementos: (i) conocimiento del peligro por parte del sujeto
pasivo de la conducta (o capacidad para conocerlo), (ii) poder de control de esta
persona acerca de la asunción de dicho riesgo y (iii) ausencia de posición de
garante respecto del sujeto agente (CSJ SP, 16 may. 2003, rad. 16636).

La anterior postura, vale decir, la ratificó la Corte en la sentencia CSJ SP, 12


sept. 2012, rad. 36824, en la cual insistió en que cuando las partes están en
igualdad de condiciones personales, ninguna tiene el deber de evitar el daño
económico que la realización del contrato le represente a la otra.

No obstante, la Sala estima oportuno reconsiderar tal criterio frente a este caso
concreto, pues la acción a propio riesgo se edifica en el mismo a partir de
reprochar al sujeto pasivo el no uso de mecanismos de autoprotección en orden a
evitar el menoscabo a su patrimonio económico, con lo cual se le introduce al
delito de estafa una exigencia totalmente extraña a su estructura típica, que se
limita a describir una conducta de acción traducida en la obtención de un
provecho ilícito, induciendo o manteniendo a otro en error por medio de artificios
o engaños, sin que entonces sean de su esencia comportamientos de carácter
omisivo.

45
En otras palabras, tiene como eje fundamental la realización de actos positivos
por parte de quienes constituyen los extremos de la conducta típica. Es así como,
cuando se trata de negocios jurídicos, la actuación del sujeto pasivo consiste en
intervenir en el acuerdo de voluntades, en suscribir luego el respectivo contrato
y, finalmente, en desprenderse de su patrimonio económico, producto de la
inducción en error de que es objeto en virtud de las maniobras engañosas del
agente. De tal suerte que constituye un equívoco introducir al tipo penal de
estafa acciones indiligentes o negligentes, que no son propias de su naturaleza
descriptiva.

Ahora bien, es cierto que, como se señaló en la sentencia del 10 de junio de 2008
citada en precedencia, actualmente nuestro país, a diferencia de lo que ocurría
en pasadas épocas, tiene un mayor nivel educación, situación que ha hecho que
el Estado deje atrás de manera gradual aquellos períodos de acentuado
proteccionismo para pasar a fases donde se ofrece una mayor libertad de
interacción de las personas.

Sin embargo, esa libertad privada no puede extenderse hasta el punto de permitir
el engaño y el fraude en las relaciones contractuales. Si una de las partes acude
a ese tipo de maniobras y con ello afecta el patrimonio económico de otro,
comportamientos de esa naturaleza trascienden el ámbito meramente particular
y en tal evento el Estado está obligado a sancionarlos penalmente.

Así, por lo demás, lo impone el sentido, alcance y contenido de la buena fe.


Conforme lo ha señalado la Corte Constitucional, al pasar de ser un principio
general de derecho para transformarse hoy en día en un postulado constitucional
(art. 83), su aplicación y proyección ha adquirido nuevas implicaciones, en
cuanto a su función integradora del ordenamiento y reguladora de las relaciones
entre los particulares y entre éstos y el Estado

[...]

De acuerdo con el comentado principio, los particulares están obligados a


sujetarse a mandatos de honestidad, lealtad y sinceridad en sus diversas
relaciones, es decir, no sólo en aquellas que sostenga con las autoridades
públicas sino en las suscitadas entre ellos mismos.

[…]

No desconoce la Corte, de otra parte que, de acuerdo con los artículos 1871 del
Código Civil y 907 del Código de Comercio, la venta de cosa ajena vale. Sin
embargo, hoy en día esas normas deben interpretarse en función, precisamente,
de la visión que le ha dado al principio de buena fe su constitucionalización.

Por tanto, debe entenderse que ese tipo de transacciones son válidas sólo en la
medida en que el vendedor en forma sincera y leal informa al comprador desde
un principio la situación real del bien porque si, con lo destacó la Procuradora
Delegada, el contrato se celebra con el anticipado propósito de incumplirlo, para
lo cual se le acompaña de maniobras engañosas, en forma que su suscripción
constituye el ardid para generar error en la víctima y obtener beneficio
económico, en ese evento se estructura el delito de estafa.

En el presente caso, se tiene que la procesada hizo estudios de derecho y además


se dedicaba a la venta de bienes raíces, razón por cual era perfectamente
conocedora que para transferir el derecho de dominio de un inmueble, luego de
celebrar un contrato de compraventa, se requería que el vendedor estuviera

46
inscrito como propietario en la respectiva oficina de registro de instrumentos
públicos.

Pese a lo anterior, ocultó a AMMB que no era la propietaria del bien objeto de la
transacción y, por el contrario, le manifestó expresamente que “esa casa era de
ella porque allá había levantado a sus hijos”. No sólo ello demuestra que la
acusada nunca tuvo interés en cumplir lo pactado. También conduce a esa
convicción la actitud que asumió a lo largo de sus intervenciones procesales, en
las cuales pretendió acreditar, valiéndose de las cláusulas contractuales que ella
misma redactó, que solamente había prometido en venta a la denunciante el
derecho de posesión.

Del otro lado, como era de esperarse, MB obró confiada en la buena fe de la


procesada, procediendo a suscribir la promesa de compraventa y a entregarle la
suma de $10.000.000, siendo así inducida en error con perjuicio de su
patrimonio económico y correlativamente en provecho ilícito de ORLM en la
cuantía indicada.

Como, en consecuencia, el segundo tema planteado por el demandante tampoco


está llamado a prosperar, la Sala no casará la sentencia impugnada».

NOTA DE RELATORÍA: La Sala de Casación Penal cambia la posición


jurisprudencial adoptada a partir de la sentencia CSJ. SP del 12 de junio de
2003, rad. 17196, sobre el deber de autoprotección de la víctima, considerando
que: “constituye un equívoco introducir al tipo penal de estafa acciones
indiligentes o negligentes, que no son propias de su naturaleza descriptiva”.

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 17196 | Fecha: 12/06/2003 | Tema:


ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la víctima,
evolución jurisprudencial Rad: 16636 | Fecha: 16/05/2003 | Tema: ESTAFA -
Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la víctima, evolución
jurisprudencial Rad: 28693 | Fecha: 10/06/2008 | Tema: ESTAFA - Elementos:
artificio o engaño, deber de autoprotección de la víctima, evolución
jurisprudencial Rad: 36824 | Fecha: 12/09/2012 | Tema: ESTAFA - Elementos:
artificio o engaño, deber de autoprotección de la víctima, evolución
jurisprudencial

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 47552
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP4139-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 29/06/2016
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 184-2

TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño


Tesis:

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«Si bien afirma que la sana crítica -no precisa si la experiencia, la lógica o la
ciencia- y los estudios criminológicos -tampoco los reseña- indican que obtenido
el desplazamiento patrimonial de víctima a victimario, el estafador no intenta
cumplir sus obligaciones contractuales, deja al margen que, tras la ejecución
consumativa del iter criminis, en veces, el agente puede desplegar conductas
aparentemente acordes con la ley contractual que ya no apuntan a obtener una
ventaja económica sino a mantener al sujeto pasivo de la infracción en engaño a
efecto de evitar ser descubierto».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 46970
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP8261-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 22/06/2016
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE Y DE OFICIO
DELITOS : Estafa / Falsedad en documento privado
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de 1991 art.
6 y 29 / Ley 599 de 2000 art. 31,35 y 61-3 /
Ley 906 de 2004

TEMA: ESTAFA - Cuantía: determinación cuando se comete en concurso


homogéneo / ESTAFA - Dosificación punitiva / CASACIÓN OFICIOSA - Principio
de legalidad: errónea inclusión de una circunstancia de agravación

Tesis:
«El juzgador de segundo grado reconoció la existencia de un concurso homogéneo
y sucesivo de estafas, acogiendo de esta manera la calificación jurídica fijada por
el ente acusador, sumó el valor de los 28 cheques y de allí derivó una única
estafa por monto global de $541.783.945, justificando así la aplicación de la
pluricitada circunstancia de agravación, mas no explicó ese proceder, es decir,
nada dijo acerca de si se configuraba un delito masa o continuado -art. 31 del
C.P.-, únicas posibilidades para predicar una sola conducta contra el patrimonio
económico y, por ende, una sola cuantía.

Siendo ello así, y no obstante que la Fiscalía incluyó en la acusación la agravante


por la cuantía, en orden a establecer el monto del delito de estafa, no podía el ad
quem, sin más, sumar el importe de todos los títulos valores espurios como si se
tratara de una sola conducta punible, para de allí concluir que como aquella
superaba los cien salarios mínimos legales mensuales vigentes para la época de
los hechos juzgados, resultaba aplicable la circunstancia de agravación del
artículo 267, numeral 1º, del Código Penal.

Establecido entonces, que en el caso concreto no procede la agravante por la


cuantía respecto del ilícito contra el patrimonio económico y, por ende, tampoco
aplica el incremento punitivo que ella prevé, lo acertado es que la Corte adecue la
sanción impuesta por el ad quem a la nueva situación jurídica, de la siguiente
manera:

El fallador de segundo grado, de conformidad con las pautas establecidas en el


artículo 31 del Estatuto Punitivo, al momento de individualizar la pena partió de

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la señalada para el delito de estafa agravada, esto es, de 42.66 a 216 meses de
prisión, cuando la sanción que realmente correspondía, por tratarse de un
concurso homogéneo sucesivo de tal conducta punible, cuya cuantía no excede
de 100 SMLMV, es la señalada para el tipo básico, valga decir, 32 a 144 meses.

De lo anterior se sigue que de acuerdo con las reglas del artículo 61 del Código
Penal, dividiendo ese ámbito de punibilidad en cuartos arroja: el primero de 32 a
60 meses, el segundo de 60 a 88 meses, el tercero de 88 a 116 meses y el cuarto
de 116 a 144 meses.

Entonces, atendiendo el criterio del Tribunal, que fijó la sanción privativa de la


libertad respecto del delito base en el mínimo del primer cuarto, la pena que
corresponde al delito de estafa (art. 246, inc. 1º, C.P.) es de 32 meses de prisión,
que aumentada por las restantes conductas concurrentes -27 estafas y 28
falsedades- en la proporción que se determinó en el fallo de segundo nivel, esto
es, en 56.25% , que equivale a 18 meses, da una pena definitiva de 50 meses de
prisión que corresponde purgar al sentenciado acusado CJGF, término al que
queda sujeta la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas; salvaguardándose de esa manera el principio de legalidad»

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 43146 | Fecha: 13/04/2016 | Tema:


PRINCIPIO DE NON REFORMATIO IN PEJUS – Prevalece sobre el principio de la
legalidad

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA
NÚMERO DE PROCESO : 47581
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP2314-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 20/04/2016
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Fraude procesal / Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 205 y 229

TEMA: ESTAFA - Negocio jurídico: debe verificarse la existencia de la inducción


en error

Tesis:

«El Tribunal desestimó la materialización del punible de estafa porque encontró


probado el incumplimiento recíproco del contrato de promesa de compraventa,
tesis no fue rebatida por las afirmaciones del libelista, según las cuales “nadie
entrega un dinero ni nadie entrega una posesión sin existir antes un acuerdo en
tal sentido”, pues en los casos de compraventa fallida de inmuebles suelen
presentarse situaciones como las que cuestiona, las cuales se solucionan ante
jurisdicción civil, como coligió el fallo impugnado. En otras palabras, la entrega
de dinero o de la posesión generalmente obedece a la existencia de un contrato,
no al despliegue de maniobras engañosas, con independencia de que con
posterioridad al negocio, se susciten diferencias o incumplimientos
contractuales».

49
JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 5849 | Fecha: 05/03/1993 | Tema:
NO RECURRENTES - Puede el funcionario de segunda instancia extender una
decisión a los no recurrentes Rad: 36824 | Fecha: 12/09/2012 | Tema:
RECURSO DE APELACIÓN – Sustentación: no existen fórmulas sacramentales

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : PATRICIA SALAZAR CUELLAR
NÚMERO DE PROCESO : 43230
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP1772-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 30/03/2016
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004

TEMA: FALSO JUICIO DE IDENTIDAD - No se configura por desacuerdo en la


valoración probatoria / ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: concepto

Tesis:
«Asoció la violación indirecta de la ley sustancial a un error de hecho por falso
juicio de identidad pero omitió su comprobación. En lugar de ello, hizo una
descalificación general de la evaluación probatoria de los juzgadores y, en
particular, del alcance que le otorgaron a los testimonios rendidos por las
víctimas, de acuerdo con el cual los cheques por ellos recibidos no fueron en
garantía de pago sino la artimaña de la cual se valió el acusado para despojarlos
de su patrimonio económico.

El análisis de los medios de convicción, a juicio del censor, fue equivocado.


Simple y llanamente porque no coincidió con el suyo, consistente en que las
pruebas allegadas al proceso demostraban que los hechos objeto de la condena
respondían era a un incumplimiento contractual ajeno al ámbito penal.

[…]

El censor, en fin, se limitó a oponer su punto de vista al del Tribunal, a la espera


de que la Corte tercie en un debate probatorio que se agotó en las instancias. No
comprobó ningún error probatorio del Tribunal -de hecho o de derecho— y en esa
medida no hay lugar a la admisión de la demanda».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
NÚMERO DE PROCESO : 40900
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP3468-2016
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 16/03/2016
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE

50
DELITOS : Estafa / Infidelidad a los deberes profesionales
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 74 / Ley 600 de 2000 art.
34 / Ley 906 de 2004 art. 70, 71 y 74 / Ley
1453 de 2011 art. 108

TEMA: ESTAFA - Consumación / ESTAFA - Elementos: verbo rector, obtener


(inducir o mantener a otro en error no son verbos rectores sino descriptores
modales de la conducta)

Tesis:

«La jurisprudencia de la Sala ha sido reiterativa en sostener que la estafa es un


delito de resultado y de ejecución instantánea, que se consuma cuando el sujeto
agente obtiene el provecho económico, o cuando el sujeto pasivo, determinado
por los actos de inducción o mantenimiento en error del sujeto agente, le hace
entrega a éste del bien, con afectación de su patrimonio económico.

[…]

El delito imputado a LGDA se consumó el 17 de abril de 2008, cuando el


procesado recibió la suma de un millón quinientos mil pesos de manos de la
señora LMGZ, dado que en ese momento obtuvo el provecho ilícito que la norma
sanciona, con el correlativo menoscabo del patrimonio económico de la víctima.

La Fiscal Séptima Delegada ante la Corte, en su intervención en la audiencia de


sustentación del recurso, sostiene que el delito de estafa se consumó en el mes
de febrero de 2010, cuando cesó el engaño, puesto que la estafa tiene dos verbos
rectores, inducir y mantener, siendo el primero de ejecución instantánea y el
segundo de ejecución permanente, y que al procesado se le imputó el segundo.

El fundamento de esta tesis es inaceptable, porque si por verbo rector del tipo
penal se entiende la categoría gramatical que recoge la acción típica propiamente
dicha, o que describe la acción alrededor de la cual gira la conducta ilícita, o que
encierra el acontecer central del accionar delictivo, es claro que en la estafa este
núcleo rector viene dado por el verbo obtener, y que los verbos inducir y
mantener son solo descriptores modales de la conducta que indican la forma
como el sujeto agente debe llegar al resultado (CSJ SP, 8 de junio de 2006,
radicación 24729. CSJ SP13691-2014, 8 de octubre de 2014, radicación 44504).

Sostener, por tanto, que el delito se extendió hasta el mes de febrero de 2010,
cuando LMGZ salió del engaño, es equivocado, porque confunde los actos
artificiosos o engañosos orientados a inducir o mantener en error a la víctima
para el logro del provecho ilícito, que deben preceder la obtención del resultado
típico, con los actos engañosos posteriores que tienen por objeto ocultar el delito,
que nada tienen que ver con la conducta delictiva.

[…]

Como puede verse, la modalidad conductual imputada al procesado LGDA fue la


de estafa por inducción en error, no la de estafa por mantenimiento en error,
comportamientos que se diferencian no porque el error se haya o no prolongado
en el tiempo, como lo asume equivocadamente la Fiscal Delegada, sino porque en
el primero el sujeto activo crea en la víctima el error determinante de la entrega,
mientras en el segundo el error preexiste en ésta, y el sujeto agente simplemente
se limita a alimentarlo o mantenerlo, para de esa manera obtener el provecho.

51
Pero la conducta, en ambos casos, sigue siendo instantánea».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 24729 | Fecha: 08/06/2006 | Tema:


ESTAFA - Elementos: verbo rector, obtener, inducir o mantener a otro en error no
son verbos rectores sino descriptores modales de la conducta Rad: 44504 |
Fecha: 03/02/2010 | Tema: : ESTAFA - Elementos: verbo rector, obtener,
inducir o mantener a otro en error no son verbos rectores sino descriptores
modales de la conducta Rad: 44504 | Fecha: 08/10/2014 | Tema: ESTAFA -
Elementos: verbo rector, obtener, inducir o mantener a otro en error no son
verbos rectores sino descriptores modales de la conducta

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 47111
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP6917-2015
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 25/11/2015
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa / Fraude procesal
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 453 / Ley 600 de 2000
art. 207

TEMA: DEMANDA DE CASACIÓN - Formulación de cargos


separadamente / ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de
autoptotección de la víctima, aplicación

Tesis:

«El representante de la parte civil que interpuso la demanda de casación no


presentó cargo alguno susceptible de ser aceptado por la Sala, en tanto partió de
supuestos contrarios a la realidad de lo actuado y careció su propuesta de
fundamentos.

Por un lado, en el reproche principal (violación directa de la ley sustancial),


planteó un problema jurídico (la validez del acuerdo firmado entre la denunciante
y el procesado a la luz de la legislación civil ordinaria) ajeno a los motivos de
índole jurídica (así como fáctica) por los cuales las instancias no condenaron a
JHSE por los delitos de estafa y fraude procesal.

En lo que respecta al primer comportamiento (estafa), el Tribunal sostuvo que


MLSC actuó a propio riesgo, es decir, que no le era imputable al procesado el
resultado lesivo debido a que la víctima se había puesto ella misma en peligro
dolosamente en cuanto a tal realización.

[…]

El demandante, en lugar de cuestionar desde el punto de vista jurídico tal


criterio corrector de la imputación objetiva, se dedicó a argüir desde la óptica civil
la naturaleza del contrato suscrito entre las partes el 6 de julio de 2002, en el
sentido de asegurar que la segunda instancia le otorgó “plena validez y eficacia
jurídica”, siendo ello la base para haber sustentado la autopuesta en peligro.

52
Esta afirmación riñe con la realidad de lo decidido, en tanto el juez plural destacó
la irrelevancia del referido consenso para efectos de la asunción del riesgo por
parte de la víctima, e incluso reconoció que carecía de validez».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 31848 | Fecha: 16/10/2013 | Tema:


FRAUDE PROCESAL - Actuaciones ante notarios

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ
NÚMERO DE PROCESO : 46487
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP5145-2015
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 09/09/2015
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa / Captación masiva y habitual de
dineros
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 25

TEMA: POSICIÓN DE GARANTE - Desarrollo del artículo 25 de la Ley 599 de


2000 / POSICIÓN DE GARANTE - Concepto / ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Se
debe analizar el nivel educativo, experiencia etc. de la víctima

Tesis:

«Lo primero que cabe anotar es que el demandante entrega al deber de garante una condición
eminentemente normativa que desdice del sentido que quiso darse al punto en la jurisprudencia de
la Corte y la decisión que en seguimiento de la misma soportó el ad quem.

De esta manera, el que en Colombia, por vía de lo consignado en el artículo 25 del Código Penal, se
determine la exigencia expresa del deber de garante a los delitos de comisión por omisión y solo en
los casos allí referidos, no implica que este sea el único aspecto en el que se pueda exigir de las
personas obrar conforme determinado desiderátum, pues, nada impide que en el contexto general
del comportamiento social se demande de ellas una determinada actuación o abstención, en cuya
violación se generen consecuencias de variada estirpe para quien desatiende lo reclamado.

Lo que debe entenderse, acorde con la consagración normativa del artículo 25 en reseña, es que los
delitos de comisión por omisión solo pueden atribuirse penalmente a quienes allí se detallan con
posición de garantía.

En este sentido, la Corte expresó:

“Posición de garante es la situación en que se halla una persona, en virtud de la cual tiene el deber
jurídico concreto de obrar para impedir que se produzca un resultado típico que es evitable.

Cuando quien tiene esa obligación la incumple, y con ello hace surgir un evento lesivo que podía
ser impedido, abandona la posición de garante.

En sentido restringido, viola la posición de garante quien estando obligado específicamente por la
Constitución y/o la ley a actuar se abstiene de hacerlo y con ello da lugar a un resultado ofensivo
que podía ser impedido. Es el concepto que vincula el fenómeno estudiado con los denominados
delitos de comisión por omisión, impropios de omisión o impuros de omisión.

53
En sentido amplio, es la situación general en que se encuentra una persona que tiene el deber de
conducirse de determinada manera, de acuerdo con el rol que desempeña dentro de la sociedad.
Desde este punto de vista, es indiferente que obre por acción o por omisión, pues lo nuclear es que
vulnera la posición de garante quien se comporta en contra de aquello que se espera de ella, porque
defrauda las expectativas.”

Para el caso concreto, la Corte entendió el deber de garantía en su concepción amplia cuando al
mismo hizo relación para definir si quien ejecuta maniobras engañosas a fin de defraudar
patrimonialmente a otro, debe o no responder penalmente, atendido el rol social que del mismo se
espera y la confianza que en razón de su cargo o posición despierta.

Esto, por cuanto, cabe aclarar, se ha extendido la tesis referida a la autopuesta en peligro y las
circunstancias que deben gobernar este como factor correctivo de la imputación penal.

Introducido el tema, entonces, dentro del espectro de la imputación objetiva, necesariamente, su


definición obliga remitir a los elementos propios de esta institución y es por ello que se hace
referencia al deber de garante, no en envío, desde luego, a los delitos de comisión por omisión, sino
dentro del espacio que permita entender materializada o no, en el caso concreto, la alegada
autopuesta en peligro.

(...)

Nada diferente a cumplir con el presupuesto dogmático establecido por la Corte para el delito de
estafa, adelantó el Tribunal, pues, luego de citar la postura transcrita, abordó el caso concreto y
determinó que en atención a las especiales calidades y rol social desempeñado por el acusado
CBGC, las víctimas depositaron en él su confianza y ello condujo a la consumación del delito de
estafa.

(...)

Es así como, a pesar de significar contraria al artículo 25 del C.P. la postura del Tribunal, el
demandante desemboca en un aspecto sustancialmente diferente, que remite a determinar si la
actividad y cargo de los acusados pudo o no influir en la autoprotección exigida de los afectados,
con lo cual no solo abandona el objeto de discusión, sino que penetra en el campo de la simple
conjetura, al punto de exigir que su particular interpretación de los hechos prime sobre la que
acogió el Tribunal, en típico alegato de instancia que a más de no demostrar ningún yerro
específico, abandona la causal esgrimida al poner en entredicho el análisis probatorio del Tribunal,
o cuando menos, las conclusiones fácticas que de allí extrajo.

(...)

Precisamente el amplio espectro de afectados y su grado de preparación intelectual, lejos de


advertir la autopuesta en peligro u omisión negligente propuesta por la defensa, informa del daño
específico que produjeron los actos engañosos y el papel social desempeñado por los procesados, a
la manera de entender que estos prevalecieron y por ello generaron el efecto amplio que, de tratarse
del simple comportamiento descuidado de la víctima, no hubiese alcanzado el delito la magnitud
reflejada en el número de estafados.

Desde luego que la incidencia de la confianza despertada y el rol social desempeñado por los
acusados, opera efectiva de cara a los controles que por lo general debe tomar la persona para evitar
el riesgo, pues, si se dijera que en todos los casos los inversionistas deben acudir al examen
detallado de todas y cada una de las circunstancias que gobiernan el fraude, simplemente se despoja
de sentido el factor en cita, dado que ningún efecto tendría en el delito.

Entonces, si se trata de un desconocido la persona que ofrece la inversión sin entregar ningún

54
respaldo a la misma, desde luego que deben activarse mínimos de prevención para verificar que no
se trata de una estafa; pero, si en contrario el encargado de reclutar a los inversionistas corresponde
a alguien que ocupa un muy alto cargo en la Fuerza Aérea, el cual ofrece el producto a quienes
saben de esa vinculación por pertenecer, en su gran mayoría, a la institución, y además asevera
contar con conocimientos en la materia, para también respaldar la supuesta vinculación de su
sobrino con la empresa encargada del manejo de divisas, ello incide en el deber de autoprotección,
en cuanto, genera la confianza que conduce a estimar innecesario verificar otros aspectos.

Cabe significar, además, que no se trata de prohijar, como insinúa el demandante, que cualquier
mentira “insignificante o estrambótica” genere responsabilidad penal, sino de verificar, como hizo
el Tribunal, que el engaño utilizado efectivamente posea connotaciones de idoneidad, asunto que en
el caso examinado no genera dudas, en tanto, no solo se estima elaborado y eficaz, sino que
comportó factores objetivos que generaron especial confianza, al punto de conducir a la entrega de
ingentes sumas de dinero».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 42012
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP2638-2015
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 11/03/2015
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE
DELITOS : Fraude procesal / Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 500 de 2000 art. 57 / Ley 599 de 2000 art.
83-86-246-267

TEMA: PRESCRIPCIÓN - Estafa agravada / ESTAFA - Consumación: cuando el


artificio o engaño se estructura con varios actos

Tesis:

«La Sala, compartiendo los planteamientos del delegado en el Ministerio Público,


no decretará la nulidad postulada, por cuanto, contrario a lo argumentado por la
defensa y los sujetos procesales no recurrentes que adhieren a su postura, la
acción penal no prescribió en la fase de investigación.

(...)

De conformidad con los artículos 83, 86, 246 y 267.1 del Código Penal del 2000,
en el presente evento la acción penal, en sede de investigación, prescribiría en 12
años, debiéndose aclarar que se aplica este estatuto por cuestiones de
favorabilidad, pues frente al Decreto 100 de 1980, vigente al momento de los
hechos, aquel resulta benigno a los acusados.

De los hechos reseñados deriva que la estafa consistió en que, ocultando la


realidad financiera de Arprint Ltda., la que se hizo figurar como boyante
(contratos con empresas nacionales y periódicos que aseguraban vender toda la
producción), cuando en realidad no resultaba viable económicamente en cuanto
tenía deudas de difícil recaudo con el Banco Popular, se convenció a los
ofendidos de vincularse como socios, no de esa, sino de una nueva firma (Arprint

55
S. A.), cuyos aportes estarían dirigidos a capital de trabajo.

Luego de diversas reuniones, con la participación activa de empleados del Banco


Popular, las víctimas fueron convencidas de invertir en ese buen negocio, por
medio de aportes que lograban con créditos otorgados por la entidad bancaria, en
el entendido de que los dineros serían para generar capital de trabajo para la
nueva empresa, Arprint S.A., pero realmente se destinaron a cancelar aquellas
deudas de difícil recaudo de la entidad antigua, Arprint Ltda.

En verdad que los dineros producto de los préstamos otorgados por el Banco a
los afectados fueron consignados en las cuentas de Arprint Ltda., entre el 12 de
marzo y el 30 de abril de 1997, fecha esta última en la que parece haber quedado
claro que a los dineros logrados se les dio un destino diferente a aquel que
engañosamente fue prometido, pues pararon en la antigua entidad, cuando han
debido tener como destino la nueva firma, Arprint S. A., como capital de trabajo.

(...)

continuando con las maniobras engañosas, se lo convenció para que todas las
obligaciones de Arprint se recogieran en una sola, que se garantizaría con la
suscripción de un nuevo pagaré, el cual se suscribió en mayo de 1998, acto que
constituiría la solución financiera y precisamente este documento fue el que
generó el cobro ejecutivo.

Asiste razón al Tribunal cuando razona que los actos que llevaron a la
suscripción de ese último título comportan un nuevo momento de los artificios
propios de la estafa, como que con el título que se hizo constituir al afectado, se
lo convenció, otra vez, de que tal acto apuntaba a robustecer la empresa, a
volverla viable, cuando, por el contrario, lo que hizo fue entregar bases sólidas
para que el Banco iniciara el proceso ejecutivo y, así, se consolidó el despojo del
patrimonio económico de las víctimas.

(...)

Lo que estructura la afectación al patrimonio económico, no es la entrega inicial


de los recursos producto de los créditos, sino la suscripción del último pagaré, en
tanto con este se consolidó cabalmente el despojo del patrimonio económico de
los ofendidos, que entró a engrosar el de los acusados.

(...)

Como bien lo refiere el Tribunal, la Corte ha enseñado que la descripción del tipo
penal de la estafa:

"no excluye de su tipicidad la eventualidad de que el sujeto activo del delito


realice múltiples y repetitivos actos para la obtención de un solo propósito
defraudador que se mantiene y materializa en el tiempo con fraccionados logros,
lo que se infiere de la modalidad conductual ´manteniendo a otro en error´, pues
es una manera efectiva de proseguir con lo que está haciendo, dado que con tales
actos a la postre obtiene no despertar alarma en su víctima, que entonces
permanece a su merced para su oscuro propósito por el tiempo que él así lo
quiera…

Cuando el sujeto activo del delito realiza a lo largo del tiempo y en detrimento
patrimonial de la misma persona plurales actos artificiosos o engañosos
reveladores de una voluntad orientada a ese ilícito propósito que se revela

56
asumido como finalidad absoluta, incurre en una sola acción delictiva de estafa
cometida mediante múltiples actos artificiosos o engañosos de ejecución, con los
que mantiene en error a la víctima.

El engaño es único y también único es el dolo en estos casos, porque la


materialización de cada acto no disgrega el todo de la acción, en cuanto lo único
que cada uno revela es que el sujeto prosigue en su empeño principal y único"
(providencia del 29 de junio de 1999, radicado 12.591).

En ese contexto, no se pude admitir la tesis defensiva de que el último pagaré


suscrito, por tratarse de un acto posterior, no forma parte de la conducta de
estafa, pues de conformidad con la reseña que de los hechos se hiciera en el
anterior apartado, la conclusión que surge es que la firma del señalado título-
valor no constituyó cosa diferente a un acto adicional para mantener en error a
las víctimas, dado que estas guardaban la esperanza de que, al habilitar de esa
forma la viabilidad financiera de la empresa, recuperarían los dineros entregados
para su recapitalización.

En esas condiciones, como momento consumativo de la estafa debe considerarse


el mes de mayo de 1998 y como la acusación de segunda instancia se profirió el
14 de mayo de 2009, esta es la fecha que interrumpió el lapso prescriptivo y
entre los dos límites no transcurrieron los 12 años previstos en la legislación
penal»

ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la víctima,


aplicación

Tesis:

«Lo que la defensa llama deficiencia en la autoprotección de las víctimas, no es


tal, sino que, por las circunstancias narradas, se les creó una idea falsa, pero
con respaldo en actitudes que la hacían creíble, pues a los aspectos aludidos
debe agregarse que los procesados, todos a una, desde sus diferentes posturas e
intervenciones confluyeron a generar la idea de un excelente negocio, respaldado
financieramente por una entidad bancaria prestante.

Resáltese que a las actuaciones de los dos hermanos se agregan, por vía de
ejemplo, las reuniones en un prestigioso club, otra en noviembre de 1996 en El
Rosal en donde se planteó la fusión, actos en todos los cuales se maquillaba la
real situación de las sociedades, se ocultaban sus cuantiosas deudas y se
avalaba la prosperidad de la inversión.

Ante tal cúmulo de actividades de empleados bancarios y prósperos empresarios,


algunos de ellos grandes amigos de los ofendidos, lo cual contribuye a derribar
cualquier desconfianza, en modo alguno puede concluirse en falta de diligencia
en las víctimas, en tanto tuvieron a la vista y revisaron balances, cuentas y
estados financieros y las palabras de respaldo y empuje de los funcionarios del
Banco Popular, que además ocultaron las considerables deudas que hacían
inviables la empresa, todo lo cual estructuró elementos suficientes para, desde
una diligencia debida, concluir en la seriedad de la oferta».

ESTAFA - Dosificación punitiva: favorabilidad, Ley 599 es más favorable que el


Decreto Ley 100 de 1980

Tesis:

57
«Los jueces de instancia se ubicaron en los artículos 246 y 267.1 de la Ley 599
del 2000, pues para contabilizar el término de prescripción reclamado, los
encontraron favorables frente a los artículos 356 y 372 del Decreto 100 de 1980,
vigente para cuando ocurrieron los hechos. En efecto, las últimas normas
reglaban un máximo punitivo de 15 años de prisión, frente a los 12 de aquellas.

No obstante, como el mandato, principio y derecho fundamental de la


favorabilidad, reglado por el artículo 29 de la Constitución Política, no admite
restricción alguna, se impone realizar un nuevo juicio de favorabilidad, pues si
bien respecto de la prescripción la Ley 599 del 2000 se muestra benéfica, para la
dosificación punitiva surge benigno el Decreto 100 de 1980, por tanto, ha de
darse cabida a este».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNANDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 45486
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP1147-2015
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 05/03/2015
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 43 y 54 / Ley 599 de 2000
art. 14

TEMA: COMPETENCIA - Estafa: factor territorial / ESTAFA - Concepto de


"provecho ilícito" / ESTAFA - Consumación

Tesis:

«En el caso bajo examen y a partir del contenido del escrito de acusación, se
conoce que el 1º de mayo de 2013 en la municipalidad de Yumbo (Valle del
Cauca) se llevó a cabo una transacción comercial entre el procesado RFPC y la
víctima JMCJ, en la que el primero transfirió al segundo a título de venta el
vehículo automotor clase automóvil Sedan, marca Mazda (...), modelo 2007, color
negro diamante, placas(...), por un valor de trece millones de pesos ($13.000.000)
en efectivo. Dinero que fue cancelado en el acto a PC, entregándose el vehículo al
comprador en perfecto estado, libre de gravámenes, embargos, multas,
impuestos, comparendos de tránsito, pactos de reserva del dominio y cualquier
otra circunstancia que afecte el libre comercio del bien objeto de dicha
negociación, incluyendo la revisión tecno-mecánica y el SOAT.

(...)

De otra parte, el 2 de mayo de 2013 JMCJ vendió a WM el citado automotor en


$14.000.000, suma que posteriormente tuvo que reintegrarle en la medida que el
31 de mayo de 2014 la Policía Nacional lo inmovilizó en razón a una orden de
embargo y secuestro emitida por el Juzgado Primero Civil del Circuito de Cali el
22 de julio de 2011.

Por lo anterior, CJ solicitó al imputado PC la devolución de los $13.000.000 que


le cancelara el 1º de mayo de 2013 sin que hasta el momento lo haya realizado.

58
Esta particular situación, pone en evidencia la presencia de actos dirigidos a
obtener un provechó ilícito en un sitio determinado, que no es otro que Yumbo
Valle, pues allí fue el lugar donde se desembolsó el dinero cancelado por la
transacción comercial realizada entre víctima y victimario, es más, allí fue donde
se hizo entrega del automotor que posteriormente fuera inmovilizado atendiendo
la medida cautelar que registraba

(...)

Se recuerda que la jurisprudencia de la Sala tiene precisado que para la comisión


del delito de estafa es cardinal la obtención del provecho ilícito para sí o para un
tercero, con el correspondiente perjuicio de otro, mediante artificios o engaños
que induzcan o mantengan a la víctima en error.

La obtención del provecho ilícito, que es el efecto buscado por el sujeto agente,
involucra un incremento de su patrimonio y el recíproco menoscabo del de la
víctima. En consecuencia, por tratarse de un delito de resultado, se consuma
cuando se produce la entrega de los bienes o dinero».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 16565 | Fecha: 16/12/1999 | Tema:


ESTAFA - Noción de "provecho ilícito" / ESTAFA - Consumación

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 44745
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP14323-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : MIXTA
FECHA : 22/10/2014
DECISIÓN : INADMITE / CASA PARCIALMENTE Y DE
OFICIO / CONDENA EN PERJUICIOS / CESA
PROCEDIMIENTO
DELITOS : Estafa / Falsedad en documento privado
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 31, 35, 205, 212 y 216

TEMA: ESTAFA - Elementos

Tesis:

«Sin necesidad de mayor análisis surgen claros los elementos de la estafa en la


conducta desarrollada por el incriminado, conforme a la jurisprudencia de la
Sala , valga decir: (i) el despliegue de artificios o engaños por parte del agente, (ii)
la inducción o mantenimiento en error del sujeto pasivo, (iii) un desplazamiento
patrimonial, (iv) la obtención de un provecho económico ilícito para el mismo
agente o para un tercero y (iv) el correlativo menoscabo del patrimonio de la
víctima; todo ello concatenado en el estricto orden indicado».

ESTAFA - Cuantía: Determinación cuando se comete en concurso


homogéneo / ESTAFA - Querella: Determinación de la cuantía cuando se
comente en concurso homogéneo

Tesis:

59
«En orden a establecer la cuantía del delito de estafa, no podía el ad quem, sin
más, sumar el valor de todos los cheques como si se tratara de una sola
conducta punible, para de allí concluir que como aquella superaba los diez
salarios mínimos no era necesario cumplir con el requisito de la querella exigido
por el artículo 31 de la Ley 600 de 2000.

Frente al tema en cuestión, no frece dificultad advertir que la cuantía en cada


uno de los diez delitos de estafa no supera el valor de $3.815.000, monto
equivalente a diez salarios mínimos legales mensuales vigentes para el año 2005,
periodo en el cual se cometieron los hechos juzgados, pues la prestación
económica realizada en cada caso oscila entre $250.000 y $3.300.000, y, por
tanto, acorde con el artículo 35 de la citada codificación, era necesario formular
la respectiva querella».

ESTAFA - Dosificación punitiva

Tesis:

«Al momento de individualizar la pena partió de la señalada para el delito de


estafa previsto en el inciso 1º del artículo 246 -2 a 8 años de prisión y multa de
50 a 1.000 SMLMV-, cuando la sanción que realmente correspondía, por tratarse
de un concurso homogéneo sucesivo de estafas cuya cuantía no excedía de diez
salarios mínimos legales mensuales, era la consagrada en el inciso final del
referido precepto, esto es, prisión de 1 a 2 años y multa hasta de 10 SMLMV.

De lo anterior se sigue que de acuerdo con las reglas del concurso de conductas
punibles -art. 31 del C.P.-, para determinar la sanción se debe partir de la pena
más grave, esto es, la señalada para el delito de falsedad en documento privado
-art. 289 ibídem-, que va de 1 a 6 años de prisión, y dividido su ámbito de
punibilidad de 60 meses en cuartos, queda así: primer cuarto de 12 a 27 meses,
segundo cuarto de 27 meses y 1 día a 42 meses, tercer cuarto de 42 meses y 1
día a 57 meses, y último cuarto de 57 meses y 1 día a 72 meses.

La pena se determina en el cuarto mínimo, puesto que, como lo advirtió el


juzgador de primer grado, solo concurren circunstancias de menor punibilidad
ante la ausencia de prueba que acredite que el sentenciado tiene antecedentes
penales, es decir, entre 12 y 27 meses de prisión, y al extremo mínimo se efectúa
un incremento del 44.44% del ámbito de punibilidad del citado cuarto -15
meses-, siguiendo el criterio del a quo, que equivale a 6 meses y 19 días, para un
total de 18 meses y 19 días de pena privativa de la libertad para el delito de
falsedad en documento privado».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 31238 | Fecha: 03/02/2010 | Tema:


QUERELLA - Caducidad: Evento de fuerza mayor o caso fortuito Rad: 17089 |
Fecha: 25/06/2002 | Tema: DELITO CONTINUADO - Noción Rad: 28880 |
Fecha: 20/02/2008 | Tema: DELITO CONTINUADO - Noción Rad: 10300 |
Fecha: 13/04/1999 | Tema: FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO - Endoso
Rad: 29377 | Fecha: 22/05/2008 | Tema: INVESTIGACIÓN INTEGRAL - Técnica
en casación Rad: 38788 | Fecha: 24/04/2012 | Tema: INVESTIGACIÓN
INTEGRAL - Técnica en casación Rad: 39876 | Fecha: 24/04/2013 | Tema:
CASACIÓN DISCRECIONAL - Requisitos: Coherencia entre los fines y las
causales

60
RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : MARÍA DEL ROSARIO GONZÁLEZ MUÑOZ
NÚMERO DE PROCESO : 44504
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP13691-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 08/10/2014
DECISIÓN : CASA / ABSUELVE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 / Ley 599 de 2000 art. 9, 21 y
246 / Constitución Política de Colombia art. 29

TEMA: ESTAFA - Elementos

Tesis:

«De tiempo atrás, aún bajo la normatividad de 1936, se ha reconocido que el


delito de estafa está compuesto por los siguientes elementos estructurales (CSJ
SP, 27 feb. 1948): 1) Presencia de artificios o engaños, con los cuales el agente
altera la verdad, muestra una realidad ficticia y crea circunstancias especiales
inexistentes; 2) En virtud de aquellos, logra inducir en error o mantener en el
mismo a la víctima, esto es, la convence, o la disuade con el propósito de que se
equivoque al dar por cierto lo falso, vea ganancia donde hay pérdida; 3) Conforme
a lo anterior, ésta toma decisiones, se compromete y sigue el sendero trazado por
el delincuente; 4) El agente logra el fin perseguido, con el correlativo perjuicio del
damnificado (En el mismo sentido SP, 14 ago. 2012. Rad. 35254; SP, 5 sep.
2012. Rad. 27410; AP, 28 ago. 2013. Rad. 41725; AP, 6 nov. 2013. Rad. 42564;
SP, 16 jul. 2014. Rad. 41800; AP, 25 abr. 2012. Rad. 38764; SP, 15 sep. 2011.
Rad. 34356; AP, 8 sep. 2011. Rad. 37362; SP 28 abr. 2010. Rad. 32966 y AP, 7
abr. 2010. Rad. 33655, entre muchas otras decisiones).

Tales exigencias no han sufrido variaciones en las legislaciones posteriores, en


cuanto la definición típica del punible en comento no ha sido modificada
sustancialmente».

ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo,


experiencia, etc. de la víctima

Tesis:

«Debe destacarse que el nexo entre tales elementos precisa de especiales


contenidos valorativos que llevan a la configuración del tipo, analizando la
idoneidad del ardid y el engaño, así como la calidad y condiciones de la persona a
quien van dirigidos (Cfr. SP, 10 jun. 2008. Rad. 28693), capaces de llevarla a un
error trascendente con suficiencia sobre su voluntad para la desposesión
material de su patrimonio, y trasladárselo al agente».

ESTAFA - Negocio civil

Tesis:

«Si bien la contratación como forma de ingreso al tráfico jurídico y comercial goza

61
de especial protección, y con bastante frecuencia los negocios jurídicos son
utilizados como instrumento quimérico para inducir en error a la persona y
obtener de ella el provecho ilícito, no siempre quien incumple la obligación
acordada ubica su actuar en los terrenos penales al quedar las consecuencias
nocivas de su actuar en el ámbito estrictamente civil.

En efecto, es claro que al incumplir lo pactado el contratante realiza un proceder


antijurídico en cuanto el contrato es ley para las partes, pero dado el carácter
subsidiario y de ultima ratio del derecho penal, tales incumplimientos no
ingresan en la órbita protectora del ius puniendi del Estado, y en este orden de
ideas, no se debe confundir el nexo de causalidad (engaño o inducción en error y
provecho ilícito) que se debe dar entre los elementos configuradores de la estafa,
con el existente entre el incumplimiento del deudor y el consecuente daño para el
acreedor».

ESTAFA - Se configura: Desarrollo secuencial

Tesis:

«El delito de estafa tiene un desarrollo secuencial, pues a la obtención del


provecho se llega a través del error que en la víctima han creado los engaños
exhibidos por el agente, por lo tanto, la inducción en error debe preceder al
provecho ilícito y al daño, situación que al no darse evidencia la atipicidad del
comportamiento.

Huelga señalar que el provecho económico para una persona, o el daño en el


patrimonio de otra, no bastan para la configuración del delito de estafa, en
cuanto es indeclinable que previamente haya mediado un artificio o engaño
enderezado a inducir en error o mantener en error a la víctima, y sin tal
circunstancia modal, no se configura el referido punible.

(...)

En este caso puede constatarse que desde la acusación de primer grado no ha


existido claridad al respecto, pues los funcionarios han procedido en forma
descontextualizada a dar por satisfechos cada uno de los elementos del
mencionado tipo penal.

Así pues, en la acusación de primera instancia el provecho se hizo consistir en


que el procesado es dueño del 100% de la embarcación, y el engaño radicó en
que “mantuvo en error al señor P al ocultarle que el yate se encontraba a su
nombre mucho tiempo atrás que se produjera tal comunicación vía email
(05/09/2006), manteniendo de esa forma en error a la víctima” planteamiento
que denota inconsistencias, pues no se expresa de qué manera al “mantener en
error a la víctima” se consiguió el provecho ilícito, en cuanto parece evidente que
no fue producto de esa real o supuesta inducción en error que NP obtuvo el
argüido beneficio ilegal.

(...)

Es decir, no se dilucidó conexión alguna entre la real o supuesta inducción en


error a JP, y cómo él, engañado, dispuso de su parte en la nave, amén de que no
se precisó la ventaja patrimonial de no haberle contado sobre la inscripción de la
nueva matrícula sino hasta varios meses después de ocurrida.

(...)

62
En otras palabras, se invirtió el orden inherente al delito de estafa, pues primero
se obtuvo el supuesto beneficio patrimonial y luego se indujo o mantuvo en error
a la víctima».

ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Concepto / ESTAFA - Elementos: Nexo


causal entre la obtención del provecho ilícito y la inducción o mantenimiento en
error / ESTAFA - Delito de resultado

Tesis:

«De lo expuesto puede concluirse en el análisis dogmático del delito de estafa,


que tiene un sujeto activo indeterminado, cuya actividad se concreta en el verbo
rector de obtener provecho ilícito, ya sea para sí o para un tercero, de manera
que se trata de un delito de resultado; consecuencia que debe ser producto de
unas específicas circunstancias alternativas definidas por el legislador, esto es,
inducir o mantener en error a otro mediante artificios o engaños.
Inducir es sinónimo de incitar, provocar, estimular, influir o fustigar, en tanto
que mantener corresponde a las conductas de conservar, sostener o alimentar.

Por su parte, artificio o engaño se consideran sinónimos (Cfr. SP 25 oct. 1971), y


aluden a artimaña, truco, trampa, argucia, asechanza o treta.

Hay una relación causal, también llamada teleológica entre la obtención del
provecho ilícito y las referidas conductas alternativas de inducir o mantener en
error, siempre que se hayan utilizado artificios - sin los cuales no se configura el
delito en comento - de modo que sin aquél beneficio contrario a la legalidad no
hay consumación y la conducta podría ubicarse en el terreno de la tentativa, y
sin dicho nexo causal, pese a causarse un daño y obtenerse una ventaja,
tampoco se configura la estafa».

ESTAFA - Concursa con falsedad en documentos

Tesis:

«Es claro que si para construir el engaño el agente comete un delito, como ocurre
con quien falsifica un documento público para dar credibilidad a la puesta en
escena de la falsa realidad (mise en scene), tal punible conforma con el de estafa
un concurso material de delitos».

ESTAFA - Elementos: Dolo

Tesis:

«El tipo subjetivo es doloso, en cuanto como ya se ha dicho, según el artículo 21


de la Ley 599 de 2000, todos los delitos de la parte especial son dolosos, salvo los
que sean culposos o preterintencionales, y respecto del punible de estafa el
legislador no dispuso las dos últimas modalidades de conducta».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 25465 | Fecha: 12/10/2006 | Tema:


CONDUCTA PUNIBLE - Elementos Rad: CSJ SP | Fecha: 27/02/1948 | Tema:
ESTAFA - Elementos Rad: 35254 | Fecha: 14/08/2014 | Tema: ESTAFA -
Elementos Rad: 27410 | Fecha: 05/09/2012 | Tema: ESTAFA - Elementos Rad:
41725 | Fecha: 28/08/2013 | Tema: ESTAFA - Elementos Rad: 42564 | Fecha:

63
06/11/2013 | Tema: ESTAFA - Elementos Rad: 28693 | Fecha: 10/06/2008 |
Tema: ESTAFA - Elementos Rad: CSJ SP | Fecha: 25/10/1971 | Tema: ESTAFA
- Artificio, ardid o engaño: Concepto Rad: 33418 | Fecha: 21/04/2010 | Tema:
HURTO ENTRE CONDUEÑOS - Dolo

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EYDER PATIÑO CABRERA
NÚMERO DE PROCESO : 41481
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP5852-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 24/09/2014
DECISIÓN : DECLARA EXTINGUIDA LA ACCIÓN PENAL /
CESA PROCEDIMIENTO
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 77 / Ley 600 de 2000 art.
42

TEMA: ESTAFA - Querella


Tesis:
«El punible de estafa -en cuantía inferior a 150 salarios mínimos legales
mensuales vigentes, en adelante s.m.l.m.v.- es uno de los enlistados como
pasibles de indemnización integral, en los términos del artículo 42 de la Ley 600
de 2000.

En este punto, es necesario enfatizar que, aunque el referido precepto, en


principio, remite al canon 35 de dicho compendio normativo, que enlista al
mentado reato entre los delitos que requieren querella, pero lo limita a que la
defraudación involucre un valor menor a 10 s.m.l.m.v., es lo cierto, que el
punible fue ejecutado entre los años 2006 y 2007, es decir, en vigencia de la Ley
906 de 2004, por lo que la norma que rige el asunto es el 74 de éste Código que
establece un monto de 150 s.m.l.m.v..

Entonces, si de acuerdo con la Resolución 4580 de diciembre 27 de 2006, el


salario mínimo para el año 2007 se fijó en $433.700 y los 150 s.m.l.m.v.
equivalen, por lo tanto, a $65.055.000, es claro que el injusto de estafa cometido
por los procesados que ascendió a $39.000.000 (cantidad entregada como precio
parcial del apartamento), es de naturaleza querellable y admite desistimiento».

NOTA DE RELATORÍA: La Sala cita el auto del 13 de abril de 2011 dentro del
radicado 35943 que corresponde realmente al radicado 35946.

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 35946 | Fecha: 13/04/2011 | Tema:


SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Indemnización integral: Extinción de la acción
penal, procedencia

RELEVANTE

64
Sala de Casación Penal
M. PONENTE : GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ
NÚMERO DE PROCESO : 41800
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP9235-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 16/07/2014
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Enriquecimiento ilícito / Estafa / Concierto
para delinquir
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 27, 31, 246, 327 y 340 /
Ley 600 de 2000 / Decreto 624 de 1989 art.
632

ASUNTO:
1.¿Es posible el concurso entre el delito de Estafa y el de Enriquecimiento ilícito
de particulares, sin violar el principio de la prohibición de la doble incriminación
por el mismo hecho (non bis in ídem)? 2.¿En relación a los hechos constitutivos
de Estafa se aplicó indebidamente la institución del concurso de delitos? Y ¿Si,
como consecuencia de lo anterior, se aplicó también de manera indebida el tipo
penal de Concierto para delinquir?

TEMA: ESTAFA - Modalidades

Tesis:

«La norma consagra dos modalidades de Estafa: una genérica consagrada en el


primer inciso y una específica referida a eventos de suerte y azar (loterías, rifas o
juegos) en el segundo. ».

ESTAFA - Elementos

Tesis:

«En lo que hace a la modalidad genérica, los elementos típicos son los siguientes:

1. Un agente que induce o mantiene a otro en error.

2. El medio utilizado para lograr o mantener a otro en error, deben ser


artificiosos o engañosos.

3. La obtención de un provecho económico ilícito (enriquecimiento) para el mismo


agente o para un tercero.

4. El correlativo menoscabo del patrimonio de la víctima, quien sufre un


empobrecimiento».

ESTAFA - En lotería, rifa o juego: Elementos

Tesis:

«Por su parte, la segunda modalidad de la conducta ilícita, que fue la realizada


por los procesados según las sentencias de instancia, presupone algunas

65
particularidades:

1. El agente no induce o mantiene a la víctima en error, sino que se asegura un


determinado resultado en la lotería, rifa o juego.

2. Ese resultado lo asegura a partir del despliegue de mecanismos fraudulentos


que eliminan el azar propio de tales juegos.

3. El agente o un tercero obtiene un provecho económico ilícito que equivale al


premio de la lotería, rifa o juego.

4. El perjuicio correlativo es tanto para el organizador u operador del juego de


azar que realiza un pago que tiene causa ilícita, como para los apostadores y/
ahorradores que ven burladas la expectativa en el azar y la igualdad de
oportunidades para aspirar al premio».

ESTAFA - Concursa con Enriquecimiento ilícito de particular / ESTAFA -


Elementos: Bien jurídico tutelado / ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE
PARTICULAR - Bien jurídico tutelado

Tesis:

«Tal y como se infiere de la ubicación de las respectivas normas prohibitivas en el Código Penal,
pero sobre todo de la idoneidad de las conductas allí restringidas para producir determinados
resultados indeseables; la Estafa se enlista entre los delitos que afectan el patrimonio económico de
las personas y el Enriquecimiento ilícito de particulares entre los que lesionan o ponen en peligro el
orden económico y social. El primero, es un bien jurídico de carácter individual que busca
garantizar la propiedad y demás relaciones jurídicas con contenido económico de las personas con
las cosas, servicios o derechos; mientras que, el segundo es un bien jurídico colectivo o
supraindividual que busca la salvaguarda del régimen de la producción, distribución y consumo de
bienes y servicios y, en general, los principios básicos del sistema económico imperante (libertad de
empresa, libre competencia, entre otros).

Ya en concreto, la prohibición y sanción del Enriquecimiento ilícito se vincula con la garantía de un


mínimo de eticidad en la adquisición de la propiedad y en su incremento, en el Estado Social de
Derecho, el cual se concreta en el concepto jurídico de “justo título” y persigue evitar los graves
desajustes que en el sistema económico produce el ingreso y circulación de bienes con origen
ilícito.

(...)

Con la trascripción de los hechos jurídicamente relevantes que fueron conocidos en el proceso
desde el acto inicial de la denuncia, que fueron declarados como probados en diferentes momentos
de la actuación, incluido el definitivo de la sentencia en las dos instancias, y que, entre otras cosas,
fueron aceptados por los demandantes al invocar la violación directa de la ley y no la indirecta; no
queda duda alguna respecto de que el concurso entre los delitos de Estafa y el de Enriquecimiento
ilícito de particulares es de carácter real o material, lo cual implica que tuvo su origen en conductas
ónticamente separables, a pesar de la íntima conexión existente entre ambas y que podría
describirse como “fuente-resultado”.

En efecto, los comportamientos constitutivos de Estafa fueron descritos como el aseguramiento de


resultados en los sorteos realizados por la (...) a favor de unos ahorradores previamente contactados
en el período comprendido entre 1994 y 2005, a partir de lo cual se le recompensaba al ganador del
sorteo con una mínima proporción del premio y el restante se repartía entre los procesados. Por su
parte, el Enriquecimiento ilícito se configuró a partir de las actuaciones posteriores tendientes a
asegurar y a multiplicar la ganancia ilícita a través de su incorporación al mercado inmobiliario, al
sistema financiero y al comercio en general, lo cual ocurrió, principalmente, a través de la

66
circulación de dineros en cuentas de ahorro y corrientes, de la adquisición constante de bienes
muebles e inmuebles, y de la creación y fortalecimiento de sociedades comerciales.

Se descarta, entonces, una eventual vulneración al principio del non bis in ídem, pues si bien existe
identidad de sujetos en las imputaciones por los delitos de Estafa y de Enriquecimiento ilícito de
particulares, por lo menos en cuanto hace a los procesados cuyos defensores interpusieron los
recursos de casación que ahora se analizan (EC y TCG), no ocurre lo mismo con el objeto y la
causa del concurso de delitos que son diferentes. Como antes se dijo, el objeto de las imputación
por los dos delitos son conductas separables y el fundamento de la sanción es la efectiva
vulneración a bienes jurídicos diversos.

De otra parte, si bien resulta problemática la tesis del concurso ideal de la Estafa y de cualquier otro
delito que implique en su estructura típica la obtención ilícita de bienes o dineros, con el de
Enriquecimiento ilícito de particulares, por la eventual violación al principio del non bis in ídem;
no ocurre lo mismo cuando la imputación concursal deviene de conductas diferentes (concurso
material), cada una de ellas con la idoneidad necesaria para vulnerar, de una parte, el patrimonio de
una o varias personas individualmente concebidas, y de la otra, la economía de la sociedad en
general, a través de la introducción, distribución y multiplicación de bienes ilícitos en distintas
esferas del sistema económico imperante.

Por último, debe advertirse que el delito de Estafa no es complejo frente al de Enriquecimiento
ilícito de particulares, por las siguientes razones:

Primera, porque el Enriquecimiento ilícito no es de menor relevancia jurídica que la Estafa; por el
contrario, aquél vulnera un bien jurídico supraindividual y es pluriofensivo, por lo que, inclusive, la
respuesta punitiva es superior.

Segunda, porque el juicio de desvalor de la Estafa no consume el juicio de desvalor del segundo
delito. En aquél, el enriquecimiento del agente sólo es el elemento típico que determina la
consumación de una lesión a un patrimonio económico particular, más no presupone una mayor
sanción penal en la que se entienda cobijado el reproche por una afectación al orden económico y
social.

Tercera, porque el enriquecimiento del agente de la Estafa es consecuencia directa del


empobrecimiento de un patrimonio económico particular que, por sí solo, no es idóneo para
lesionar el bien jurídico colectivo en cuestión. Y, Cuarta, porque la Estafa no consume ningún acto
copenado posterior. En efecto, la obtención del provecho económico es un elemento estructural del
tipo, el que determina su consumación, no es un acto posterior a ésta. De otra parte, si llegare a
concurrir el delito de Enriquecimiento ilícito, esta conducta es autónoma y vulnera un bien jurídico
diferente, por lo que ningún sentido puede otorgar a una Estafa originaria».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : PATRICIA SALAZAR CUELLAR
NÚMERO DE PROCESO : 36655
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP7537-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 18/06/2014
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 180 y 210

67
TEMA: ESTAFA - Negocio jurídico: Debe verificarse la existencia de la inducción
en error
Tesis:
«Está claro para la Corte, sin embargo, más allá de si los denunciantes
observaron los cuidados obvios esperados de alguien que se involucra en un
negocio de varios miles de millones de pesos, la evidente naturaleza privada del
conflicto objeto del presente proceso. Se trató del incumplimiento de ciertas
obligaciones civiles por parte de los contratantes.

Primero fue el convenio de capitalización entre las sociedades (...) y (...) a finales
de 1995. Luego, el 3 de mayo de 1996, el incumplimiento de la última tras
desembolsar un poco más del 20% de lo prometido. Después, el 30 de agosto de
1996, ante la imposibilidad de (...) de seguir pagando sus deudas, el acuerdo
general de reestructuración financiera suscrito por esa compañía y sus
acreedores, en el cual se definió, con la aquiescencia del representante de (...),
que el crédito a favor de ésta quedaba supeditado al pago del pasivo externo de la
deudora, y la obligación de las sociedades de suscribir un documento privado en
el cual constara el valor de los anticipos de capitalización aportados por (...).

Más adelante, el 18 de noviembre de 1996, previa autorización para el efecto


otorgada el 15 de noviembre de ese año por la junta directiva de (...) (acta 143),
se suscribió entre el representante de esta compañía FCS, MHM e IMM, el
contrato de transacción en el que las partes reconocieron los términos del
convenio de capitalización, el representante de (...) admitió que lo incumplieron
por fuerza mayor, se declaró extinguida la obligación de continuar haciéndolo, se
determinó el valor de los aportes realizados por la firma inversionista y se fijaron
los plazos y condiciones de pago. Ni (...) ni MHM cancelaron esa obligación.

Nada irregular ha advertido la Sala en esa sucesión de acontecimientos. Un


negocio complejo, es cierto, pero donde no se han identificado maniobras
engañosas de los procesados para inducir o mantener en error a los
denunciantes. Y es una conclusión que guarda correspondencia con la conducta
que asumió Isaac Mildenberg Martahaim durante los hechos y en los siguientes
años».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 36649
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP6954-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 04/06/2014
DECISIÓN : CASA / ORDENA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 83, 84 y 86 / Decreto Ley
100 de 1980 art. 356

ASUNTO:
Al estar cifrado en que la acción penal se extinguió por prescripción, corresponde
entonces determinar la naturaleza del delito de estafa —que es el único por el que
se procede en este asunto — y a raíz de ello puntualizar la época de los hechos

68
que le dan sustento. Así mismo, se debe establecer la normatividad vigente en
aquel momento, tras lo cual es menester examinar las reglas que gobiernan el
instituto de la prescripción, analizando simultáneamente si hay lugar a acudir,
por favorabilidad, a preceptos distintos a los que estaban en vigor para la fecha de
lo sucedido.

TEMA: ESTAFA - Consumación: Obtención del beneficio


Tesis:
«Se tiene que la conducta punible de estafa hace parte del elenco de aquellas que
atentan contra el patrimonio económico, la cual, por recoger un delito de
ejecución instantánea y de resultado, requiere de la efectiva afectación
patrimonial para que se pueda pregonar, de manera que tal afectación se
concreta al momento de que el sujeto agente obtiene un provecho ilícito como
fruto del engaño.

En esa medida, generado el engaño que lleva a que el sujeto pasivo incurra o se
mantenga frente a una representación ajena a la realidad, ha de aflorar la
conducta consistente en desplazar a otro, es decir, al sujeto agente o a un
tercero, la relación jurídica que la víctima tiene en punto de los bienes
integrantes de su patrimonio, lo que abarca situaciones como permitir el uso de
ellos, o asumir obligaciones, o renunciar a derechos.

Cabe anotar que incluso la víctima puede incurrir en lo anterior respecto del
patrimonio de un tercero sobre el cual esté en capacidad de disponer.

Frente a lo dicho, entonces cobra singular importancia el hecho de la disposición


del bien por el sujeto agente, en el entendido de que tras la obtención del
provecho ilícito por éste, correlativamente debe sobrevenir el detrimento
patrimonial de la víctima a causa de la perdida de la cosa, de su uso, de su
derecho o por asumir una obligación a raíz del engaño.

(...)

El delito de estafa por el que se procede en este asunto se consumó los días 3 de
marzo y 15 de abril de 1998, fechas en las que el dinero de los compradores
quedó materialmente a disposición de la acusada, a consecuencia del engaño de
que fueron objeto por parte de ésta».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 10868 | Fecha: 04/04/2001 | Tema:


ESTAFA - Consumación: Obtención del beneficio Rad: 10868 | Fecha:
18/05/2001 | Tema: ESTAFA - Consumación: Obtención del beneficio

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 37796
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP6269-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 19/05/2014
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa / Fraude procesal

69
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Se configura


Tesis:
«De otra parte, en cuanto se relaciona con el delito de estafa, éste tiene unas
condiciones específicas para su estructuración, cuales son:

i) que el sujeto agente utilice artificios o engaños sobre una persona determinada;

ii) que estas maniobras artificiosas o engañosas generen un error sobre esa
persona;

iii) que debido a esta falsa representación de la realidad el sujeto agente obtenga
un provecho económico ilícito para sí o para un tercero, y

iv) que este desplazamiento patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo.”

Ninguno de los anteriores elementos se configuraron en el caso de estudio»

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
NÚMERO DE PROCESO : 36700
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP827-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 26/02/2014
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Extorsión
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004

TEMA: ESTAFA - Diferencia con la extorsión


Tesis:
«Ilustrativa resulta al respecto la cita jurisprudencial que el tribunal incorpora en
la sentencia impugnada, CSJ, SP, 20 de abril de 2005, radicado 23434, en la que
la corporación hace las siguientes precisiones en torno a las características
fundamentales de los delitos de estafa y extorsión,

«…cuando se habla de la estafa, se acerca el concepto de la relación en la que por


medio de la astucia, de la sagacidad comercial o de negocios, se logra que la
víctima caiga en el error. De ahí que se le hubiera denominado ‘delito de
inteligencia’. Este concepto igualmente se aproxima al engaño, a la mentira a
través de actuaciones u omisiones que bien pueden considerarse como artificios,
definidos tales como ‘…disimulo, cautela, doblez’.

«Por su parte, en lo que respecta al delito de extorsión, se caracteriza por la


fuerza compulsiva desplegada por el delincuente que lleva a su víctima a
doblegar su querer y a cumplir con una exigencia, no porque su voluntad así
libremente se imponga, sino por el hecho de que la consternación, la zozobra, el
miedo, el temor, entre otros presupuestos, lo llevan a actuar tal como se lo
piden». ».

70
JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 23434 | Fecha: 20/04/2005 | Tema:
ESTAFA - Diferencia con la extorsión

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 42840
NÚMERO DE PROVIDENCIA : AP839-2014
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 26/02/2014
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa / Falsedad material en documento
público
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 247 / Ley 906 de 2004
art. 180 y 181

TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: documentos / TENTATIVA DE


ESTAFA

Tesis:

«Tampoco es cierto que no haya sustento para predicar el delito de tentativa de estafa, pues si el
procesado en efecto se presentó al Banco (...), gestionó el crédito para adquirir un vehículo, para lo
cual se identificó con una cédula apócrifa y en efecto el préstamo se le aprobó expidiéndose la carta
de desembolso, de esto se sigue que realizó actos ejecutivos a través de medios idóneos orientados
a la consumación del fraude, solo que no lo consiguió gracias a que al adelantar previamente otro
empréstito con otra cédula y nombre, pero con la misma fotografía, en donde sí logró su propósito,
alertó a los funcionarios de la entidad financiera y fue capturado, frustrándose de esta manera el
atentado contra el patrimonio. ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 38692
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 04/12/2013
DECISIÓN : NO CASA / CASA PARCIALMENTE Y DE
OFICIO / REDOSIFICA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 267 núm. 1 /
Constitución Política de Colombia art. 29 / Ley
599 de 2000 art. 246 / Ley 600 de 2000 art. 78
núm. 1 / Ley 600 de 2000 art. 77 núm. 1 / Ley
600 de 2000 art. 405

TEMA: ESTAFA - Elementos


Tesis:
«Importa recordar que frente al tipo penal de estafa consagrado en el artículo 246

71
de la Ley 599 de 2000, la Sala ha precisado los siguientes elementos de índole
objetivo que lo integran: (i) el empleo, por parte del sujeto activo de la conducta,
de maniobras artificiosas tendientes a engañar o hacer incurrir en error, (ii) la
inducción o mantenimiento en error del sujeto pasivo de tal comportamiento, (iii)
el perjuicio en el patrimonio económico del inducido en error o de otra persona y
(iv) la obtención correlativa, como resultado, de un provecho ilícito, ya sea a favor
del sujeto agente o de un tercero.

Tales circunstancias, como es apenas obvio, deben ir debidamente concatenadas,


de manera que la provocación del error siempre precederá tanto al perjuicio
económico como al provecho ilícito, tal como lo ha precisado la Corte en
pretéritas providencias(18). En otras palabras, el resultado típico tiene que ser
susceptible de valorarse como el ‘efecto’ de una determinada ‘causa’, consistente
en el error suscitado por el autor. ».

ESTAFA - Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar


Tesis:
«Así mismo, la Corte ha sostenido el criterio de que el ocultamiento o la mentira
en las negociaciones contractuales puede, perfectamente, constituir un medio
inequívoco de artificio o engaño:

“[…] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante”. ».

ESTAFA - Cuantía
Tesis:
«Para la referida fecha el salario mínimo mensual legal vigente era de trescientos
treinta y dos mil pesos ($ 332.000)(21), resulta evidente que la cuantía de la
ilicitud fue inferior al límite de cien (100) salarios mínimos mensuales legales
vigentes previstos en el artículo 267, numeral 1º, de la Ley 599 de 2000, norma
que, en consecuencia, fue equivocadamente imputada en el pliego de cargos
como circunstancia específica de agravación, y acogida también de manera
errada por las instancias en la dosificación de la sanción.».

ESTAFA - Cuantía / PRORROGA DE COMPETENCIA - Procedencia


Tesis:
«La Corte advierte que la cuantía real del delito de estafa pone de presente otro
aspecto no observado por el Ministerio Público, pues resulta claro que el monto
del desmedro patrimonial no excedió de cincuenta salarios mínimos mensuales
legales vigentes (esto es, de $ 16’600.000), luego por expreso mandato legal la
competencia en el presente asunto era de los jueces municipales y no de los de
circuito, de conformidad con las previsiones normativas consignadas en los
artículos 77, numeral 1º, literal b), y 78, numeral 1º, de la Ley 600 de 2000.

Sin embargo, el hecho de que en últimas el juicio hubiese sido tramitado ante los
jueces penales del circuito no se erige en causa enervante de la actuación, ya que
tal situación queda cubierta bajo la figura de la prórroga de competencia prevista
en el inciso primero del artículo 405 de la Ley 600 de 2000. ».

72
RESERVA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 42136
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 28/11/2013
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 248 / Ley 600 de 2000
art. 35 y 322 / Ley 600 de 2000 art. 75 núm.
7 / Constitución Política de Colombia art. 235

TEMA: ESTAFA - Se configura


Tesis:
«Frente al segundo posible delito -el de estafa-, tampoco la denunciante hizo
referencia a que para el préstamo de dinero hayan mediado actos de engaño o
alguna maniobra fraudulenta, pues expresamente refirió que se dedica al
comercio informal (vendedora ambulante de minutos a celular) y que prestó el
dinero de manera consciente, buscando el lucro normal de los intereses que se le
pagarían ($500.000 dice la denunciante), lo que excluye una eventual adecuación
típica en el delito de estafa».

ESTAFA - Querella
Tesis:
«Igual que como se advirtió para el delito de emisión y transferencia ilegal de
cheque, el fenómeno de caducidad de la querella igualmente operó, pues la
cuantía para esta hipótesis delictiva ($5.000.000) sería inferior a diez salarios
mínimos legales mensuales vigentes del año 2010, ello en razón a que el salario
mínimo para ese año, fecha en que eventualmente se hubiera podido desplegar la
acción engañosa o el ardid de la estafa, era de $515.000, luego se encuentra
inmerso en el listado del artículo 35 del Código de Procedimiento Penal como
delito que para la procedibilidad de la acción penal requiere de querella por parte
del afectado».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
NÚMERO DE PROCESO : 42621
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 07/11/2013
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Abuso de confianza
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004

TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Definición de competencia: Factor


territorial / ESTAFA - Competencia por el factor territorial
Tesis:
«El acto externo de disposición ocurrió en el municipio de Sampués - Sucre - por
ser el lugar donde (...) vendió los semovientes e incorporó el dinero obtenido en la
subasta a su patrimonio sin ningún ánimo de restituirlo a su propietario.

73
La aseveración encuentra respaldo en el acta de conciliación, en la cual el
imputado aceptó haber realizado la enajenación del ganado en la subasta que
tuvo lugar en el municipio atrás mencionado, y la imposibilidad de entregarle el
dinero a (...) su dueño.

5. Por las anteriores consideraciones, la Sala dispondrá que la competencia para


conocer del escrito de acusación radicado por la fiscalía contra Francisco Antonio
Delgado Coavas, es el Juzgado Promiscuo Municipal de Sampués - Sucre -,
perteneciente al Distrito Judicial de Sincelejo - Sucre - ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 42564
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 06/11/2013
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 43

TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Definición de competencia: Factor


territorial / ESTAFA - Competencia por el factor territorial
Tesis:
«Se recuerda que la jurisprudencia de la Sala tiene precisado que para la
comisión de delito de estafa es cardinal la obtención del provecho ilícito para sí o
para un tercero, con el correspondiente perjuicio de otro, mediante artificios o
engaños que induzcan o mantengan a la víctima en error.

La obtención del provecho ilícito, que es el efecto buscado por el sujeto agente,
involucra un incremento de su patrimonio y el recíproco menoscabo del de la
víctima. En consecuencia, por tratarse de un delito de resultado, se consuma
cuando se produce la entrega de los bienes o dinero.

En este sentido, la Corte ha señalado:

“La estafa se consuma en el propio instante en que debido a la inducción en


error, el sujeto activo incorpora a su haber patrimonial bienes o derechos que
hasta ese momento pertenecían a la víctima o a un tercero, y de los cuales el
estafado se desprende, no por expresión de su libre voluntad, sino de su
distorsionada comprensión de la realidad, situación a la que se llega a través del
ardid, el engaño, las palabras o los hechos fingidos”.

Por lo tanto, como el hecho se consumó en la ciudad de Bogotá y la competencia


se impugnó por la Fiscalía en la audiencia de acusación se dispondrá que la
actuación sea remitida a los Juzgados Penales del Circuito con Funciones de
Conocimiento de ésta, para que se adelante la fase del juicio y se convoque de
forma inmediata para la realización de audiencia de formulación de acusación ».

74
Sala de Casación Penal
M. PONENTE : EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO : 38420
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 28/10/2013
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 246 / Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Se configura

Tesis:
«La Sala ha precisado los siguientes elementos de índole objetivo que lo integran:
(i) el empleo, por parte del sujeto activo de la conducta, de maniobras artificiosas
tendientes a engañar o hacer incurrir en error, (ii) la inducción o mantenimiento
en error del sujeto pasivo de tal comportamiento, (iii) el perjuicio en el patrimonio
económico del inducido en error o de otra persona y (iv) la obtención correlativa,
como resultado, de un provecho ilícito, ya sea a favor del sujeto agente o de un
tercero.

Tales circunstancias, como es apenas obvio, deben ir debidamente concatenadas,


de manera que la provocación del error siempre precederá tanto al perjuicio
económico como al provecho ilícito, tal como lo ha precisado la Corte en
pretéritas providencias. En otras palabras, el resultado típico tiene que ser
susceptible de valorarse como el ‘efecto’ de una determinada ‘causa’, consistente
en el error suscitado por el autor.

Así mismo, la Sala ha sostenido el criterio de que el ocultamiento o la mentira en


las negociaciones contractuales puede, perfectamente, constituir un medio
inequívoco de artificio o engaño ».

ESTAFA - Artificio, ardid o engaño


Tesis:
«Impera recordar que acerca de los presupuestos a partir de los cuales resulta
posible predicar, para efectos de la imputación del tipo objetivo en comento, la
idoneidad de la argucia o el artificio empleado, esta Corporación, mediante
sentencia de 10 de junio de 2008, precisó que la configuración típica del
elemento en cuestión depende del estudio de las circunstancias que rodean cada
asunto en particular (y, en especial, de “aspectos tales como el nivel intelectual
del sujeto pasivo de la conducta, su pericia en asuntos de la naturaleza de la
cual se trata, sus experiencias, el medio social en donde se desenvuelve y las
herramientas jurídicas brindadas por el Estado para su protección”), y así mismo
indicó que, sólo cuando las partes en un contrato se hallan en igualdad de
condiciones, es viable concluir que ninguna está en posición de garante respecto
de la otra ».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 28693 | Fecha: 10-06-2008 | Tema:


ESTAFA - Artificio, ardid o engaño Rad: 22041 | Fecha: 28-09-2006 | Tema:
ESTAFA - Se configura Rad: 24729 | Fecha: 08-06-2006 | Tema: ESTAFA - Se
configura Rad: 17885 | Fecha: 18-02-2004 | Tema: INVESTIGACIÓN INTEGRAL
- Técnica en casación Rad: 16463 | Fecha: 12-03-2001 | Tema: INVESTIGACIÓN
INTEGRAL - Técnica en casación

75
Sala de Casación Penal
M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 42258
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 16/10/2013
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE / NO CASA / REVOCA
PARCIALMENTE / CASA PARCIALMENTE Y DE
OFICIO
DELITOS : Falsedad en documento privado / Estafa
FUENTE FORMAL : Código Civil art. 1047 / Decreto Ley 902 de
1988 art. 3 núm. 6 / Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Puede recaer sobre un tercero


distinto de la víctima

Tesis:
«Habida cuenta que uno de los impugnantes repara en que el Tribunal erró
porque la inducción en error recayó sobre la notaria y no en los integrantes de la
familia Giraldo, motivo por el cual la víctima sería aquella y no éstos, la Corte
recuerda, como bien lo consignó el fallador, que el engaño puede proyectase en
persona distinta a quien recibe el perjuicio ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : MARÍA DEL ROSARIO GONZÁLEZ MUÑOZ
NÚMERO DE PROCESO : 41725
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 28/08/2013
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 212 / Ley 599 de 2000
art. 84

TEMA: PRESCRIPCIÓN - Estafa / ESTAFA - Consumación


Tesis:
«Encuentra la Sala que impropia e inexplicablemente el defensor considera que el
delito de estafa se cometió cuando el 27 de marzo de 2003 se autenticó en la
Notaría (...) de (...) el poder conferido por (...) a (...) que resultó espurio, sin
detenerse a analizar que el referido punible contra el patrimonio económico
precisa para su consumación que se “obtenga provecho ilícito para sí o para un
tercero, con perjuicio ajeno, induciendo o manteniendo a otro en error por medio
de artificios o engaños” (subrayas fuera de texto), de modo que la falsificación de
documentos u otros actos previos tienen la condición de preparatorios dentro del
iter criminal.

Igualmente encuentra la Colegiatura que el defensor olvida que conforme al


artículo 84 de la Ley 599 de 2000, “En las conductas punibles de ejecución

76
instantánea el término de prescripción de la acción comenzará a correr desde el
día de su consumación” (subrayas fuera de texto), de manera que si el dinero fue
entregado por (...) cuando se suscribió la promesa de venta, es decir, el 1º de
agosto de 2003 - no el 1º de agosto de 2009 como en forma inexacta lo señala el
libelista - palmario resulta que el término de prescripción de la acción derivada
del delito de estafa de ocho años se cumplió el 1º de agosto de 2011, fecha para
la cual ya se encontraba ejecutoriada la acusación».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
NÚMERO DE PROCESO : 39905
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 26/08/2013
DECISIÓN : CASA PARCIALMENTE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 890 de 2004 art. 14 / Ley 600 de 2000 art.
134

TEMA: ESTAFA - Elementos

Tesis:
«Artificios o engaños con los cuales el agente altera la verdad mostrando una
realidad ficticia al crear circunstancias especiales inexistentes; ii) en virtud de
ello logra inducir en error o mantener en el mismo a la víctima, esto es, la
convence o la disuade a fin de que se equivoque al dar por cierto lo falso, vea
ganancia donde hay pérdida; iii) en virtud de lo anterior ésta toma decisiones, se
compromete y sigue el camino señalado por el delincuente, iv) el agente logra el
fin perseguido, con el correlativo perjuicio de la
víctima».

ESTAFA - Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

Tesis:
«Si bien la contratación como forma de ingreso al tráfico jurídico y comercial está
protegida, es decir, el vínculo jurídico generador de obligaciones puede ser
exigido aun forzadamente por la vía judicial, en este caso se desvirtúa que se
trate de un simple incumplimiento contractual, como lo quiere hacer notar el
demandante, porque fue gracias a las maniobras desplegadas por (...),
cohonestadas por su esposa (...), que se llegó a tales negocios jurídicos. Las
víctimas anhelando obtener cómodos y habitables apartamentos, dispusieron de
su dinero, sin conocer las situaciones que deliberadamente les ocultó el
enjuiciado: los inmuebles no eran de él, porque estaban a nombre de su
consorte, sobre los mismos pesaban créditos hipotecarios que por su
incumplimiento fueron luego afectados con medidas cautelares y no se
encontraban en condiciones aptas para ocuparlos.

(...)

Por eso acertadamente el Ad quem determinó que esas situaciones superaban el

77
umbral civil y trascendían al campo penal, porque eran errores trascendentes
que viciaron la voluntad de los adquirientes, como que fueron la causa de la
disposición material de su patrimonio, pues de haber sido conocido previamente
no habrían celebrado tales contratos ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 34377
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 17/07/2013
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Lavado de activos
FUENTE FORMAL : Ley 100 de 1980 art. 247A / Ley 365 de 1997
art. 9 / Ley 1121 de 2006 art. 17 / Ley 906 de
2004 art. 310 / Ley 600 de 2000 art. 133

TEMA: ESTAFA - Se configura

Tesis:
«Este comportamiento contra el bien jurídico del patrimonio económico requiere
los siguientes elementos típicos: i) empleo de artificios o engaños; ii) inducción en
error; iii) provecho ilícito; y iv) perjuicio económico para la víctima o un tercero.

La presencia no alternativa, sino concurrente de tales aristas implica analizar, en


cada caso, la idoneidad del ardid, la calidad y condición de la persona a la cual
va dirigido y la trascendencia del error capaz de viciar la voluntad, porque se
podrá catalogar como delito consumado cuando efectivamente el agente mediante
artificios o engaños ejecutados con la intención de buscar ventaja patrimonial
ilícita, obtiene ese provecho económico con el correlativo detrimento pecuniario
de la víctima o de un tercero, pues al fin de cuentas se trata de una conducta de
resultado.

Con esta perspectiva, aunque ambos comportamientos en estudio destacan


aspectos relacionados con simulaciones para dar apariencia de algo que en
realidad no lo es, no se puede desconocer la estructura óntica de cada uno de
ellos, el diferente bien jurídico que amparan y titulares del mismo, así como la
distinta forma de lesión o puesta en riesgo que obviamente genera diversa
respuesta punitiva ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 40066
CLASE DE ACTUACIÓN : REVISIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 11/07/2013
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Peculado por apropiación
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 222

78
TEMA: ESTAFA - Consumación / ESTAFA - Prescripción

Tesis:
«Tratándose de estafa, ora de peculado, la consumación del delito se materializó
el 3 de junio de 1998, cuando se realiza el último acto de apropiación, y no dos
años atrás, cuando se introduce la demanda de tutela, como lo pregona el
libelista
(...)
La acción de tutela constituye apenas uno de los actos de despliegue de la
maniobra que induce en engaño y cuyo objetivo se agota con la indebida
apropiación de los dineros públicos. Pero si aún se quisiese prolongar en el
tiempo el despliegue de maniobras, baste traer a colación que la actuación de la
hoy demandante en revisión, extendió su accionar fraudulento hasta el mes de
abril de 1999, cuando haciendo caso omiso de las decisiones judiciales que
revocaron el fallo de tutela, insiste en solicitar el pago de dineros
complementarios (ver fallo Tribunal f. 77).

De manera que si la conducta se consumó en junio de 1998, puesto que en tal


fecha se produce la última entrega de los dineros estatales, es desde esta data,
cuando debe empezar a contarse el término de prescripción, según la clara
preceptiva del artículo 84 del Estatuto Penal Sustantivo .

Así, como quiera que se procede por el delito de estafa, cuya pena, según la
norma imputada (art. 246 de la Ley 599) tiene un máximo de 8 años, el cual se
incrementa en la mitad por razón de la cuantía y por recaer sobre bienes del
Estado , se tiene entonces que la pena máxima imponible es de 12 años, por
consiguiente ese es el término de prescripción de la acción penal.

Si la resolución de acusación proferida el 24 de febrero de 2005 por el Fiscal


Tercero de la Estructura de Apoyo para el Tema Foncolpuertos quedó en firme el
24 de abril de 2007, como se reseña en autos, al haber sido confirmada por el
Delegado ante el Tribunal Superior de Bogotá, ello significa que a dicha fecha tan
sólo habían transcurrido nueve años ocho meses, contados desde la perpetración
del último acto. Este término, que va desde la comisión del hecho hasta la
ejecutoria de la acusación, no supera el máximo de la pena señalada para el
delito de estafa, como tampoco, para el delito de peculado, cuya pena, de acuerdo
con el texto original de la Ley 599 (que retoma el de la Ley 195), oscilaba entre 6
y 15 años de prisión, atendiendo a la cuantía.

Se advierte, de manera concluyente que la acción no se encontraba prescrita


para cuando queda ejecutoriada la resolución de acusación.
».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ
NÚMERO DE PROCESO : 41411
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 10/07/2013
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa

79
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 212-213 / Ley 600 de
2000 art. 207

TEMA: ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoprotección de la


víctima, aplicación

Tesis:

«La Sala no ha sido extraña al problema de las acciones a propio riesgo, sobre
todo para la configuración del delito de estafa, y, al respecto, ha señalado que
para excluir la imputación al tipo objetivo deberá verificarse en cada caso la
concurrencia de tres ingredientes normativos, a saber:

“(i) [C]onocimiento del peligro por parte del sujeto pasivo de la conducta (o
capacidad para conocerlo), (ii) poder de control de esta persona acerca de la
asunción de dicho riesgo y (iii) ausencia de posición de garante respecto del
sujeto agente” .

La valoración de estos aspectos implica, desde el punto de vista fáctico, el


análisis de dos situaciones diferentes. Una es la relativa al procesado, en pro de
predicar su condición de garante (aspecto en el cual entran en juego
circunstancias de facto como la llamada ‘confianza especial’ o el contexto en el
que se produjo el perjuicio patrimonial, a fin de encontrar un desequilibrio con el
sujeto pasivo de la conducta ); y la otra es la concerniente a las calidades de la
víctima (en la que son relevantes datos fácticos como su experiencia,
conocimientos y habilidades en el campo dentro del cual se produjo el daño
económico)».

RESERVA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : SALA DE CASACIÓN PENAL
NÚMERO DE PROCESO : 28884
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 15/05/2013
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia art. 235 /
Ley 600 de 2000 art. 322, 327

TEMA: ESTAFA - Competencia por el factor territorial: Desarrollo en varios


lugares, competencia a prevención

Tesis:

«Imperioso se ofrece recordar que hasta el auto del 18 de abril de 2007, proferido
al interior del radicado 26942, se sostuvo que la competencia de la Corte se
mantenía, pese a la pérdida, en dicho evento, de la calidad congresional, siempre
que la infracción atribuida tuviera relación con las funciones, en virtud de lo
normado en el parágrafo del artículo 235 Superior.
A través de la referida determinación se precisó que el fuero se conservaba
cuando el comportamiento atribuido guardaba un vínculo directo e inmediato
con tal condición, “en términos de estar frente a lo que la doctrina denomina

80
‘delitos propios’” o de responsabilidad.

Mediante providencia del 1° de septiembre de 2009, proferida en el radicado


31653, se verificó una modificación interpretativa en el tema tratado, en virtud
de la cual, en aquellos eventos en que un congresista dejaba de desempeñar su
cargo, la Corte conservaba la competencia para conocer del asunto si resulta
posible especificar una sujeción entre el injusto que se enrostraba y la función
congresional.
Por lo demás, en el auto que consolidó la variación hermenéutica, se abordó el
tema de los delitos conocidos en la doctrina como propios, para precisar que,
precedentemente, la Sala había concebido un requisito no contemplado en la
hipótesis del parágrafo del artículo 235 Constitucional, al incluirlos como
aquéllos que daban lugar a la aplicación de la consecuencia jurídica allí prevista,
vale decir, el mantenimiento de la competencia para la investigación y el
juzgamiento.

De esta forma, la Sala reencaminó la perspectiva para indicar, como fundamento


cardinal de la nueva posición, que:
“La relación del delito con la función pública tiene lugar cuando se realiza por
causa del servicio, con ocasión del mismo o en ejercicio de funciones inherentes
al cargo; esto es, que la conducta tenga origen en la actividad congresional, o sea
su necesaria consecuencia, o que el ejercicio de las funciones propias del
congresista se constituya en medio y oportunidad propicia para la ejecución del
punible, o que represente un desviado o abusivo ejercicio de funciones.”

Adicionalmente, debe destacarse que en el evento aludido, la variación de la


postura se acompasó con las evidencias históricas y probatorias relacionadas con
el proyecto social, político y militar de las estructuras de autodefensa, el cual, en
últimas, mediante la suplantación de la institucionalidad del Estado, pretendió
justificar execrables estrategias criminales que se consumaron a través de una
intervención plural de personas que recibe la denominación dogmática de
coautoría por cadena de mando y que se puntualizaron, en el entorno colectivo,
entre otras ilicitudes, en devastaciones de los recursos públicos, masacres,
homicidios selectivos, desapariciones y desplazamientos forzados, torturas,
amenazas y hostigamientos contra la población civil.

(...)

Repítase, el vínculo del delito con la ocupación oficial se verifica cuando aquél se
realiza por causa del servicio, con ocasión del mismo o en ejercicio de funciones
inherentes al cargo; esto es, que el comportamiento tenga origen en la actividad
congresional, o sea su necesaria consecuencia, o que el discurrir del cometido
oficial se constituya en medio y oportunidad propicia para la ejecución del
punible, o que represente un desviado o abusivo ejercicio de funciones. O, en
aquéllos eventos en los que el comportamiento viabiliza el acceso a la posición de
poder, siempre y cuando se acceda al mismo y se coloque o pretenda hacerlo, la
función al servicio del grupo criminal (paramilitar)».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 39942

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CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 10/04/2013
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 205 inc. 1

TEMA: ESTAFA - Negocio jurídico: Debe verificarse la existencia de la inducción


en error

Tesis:
«La Sala, al respecto, ha seña-lado de manera pacífica y reiterada que todas las
fuentes de obligaciones legales (como los contratos de índole mercantil) son
susceptibles, para su consumación, de mentiras, ardides y engaños que podrían
ajustarse a la configuración típica de la conducta punible de estafa:

“[…] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de la voluntad en que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstan-cias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante”.

Y, en este caso, las instancias fueron claras al concluir que (...) engañó a (...)
para defraudarlo patrimonialmente, razón por la cual la existencia de un
contrato civil entre las partes, así fuera cierta, de ningún modo eximiría al
procesado de la responsabilidad penal que le era atribuible».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 40182
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 06/03/2013
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa / Fraude procesal
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 180

TEMA: ESTAFA - Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

Tesis:
«La segunda instancia puso de presente que solamente observados íntegramente
los hechos de principio a fin, era posible predicar el delito de estafa, agregando
que un contrato bilateral no está excluido de la acción penal, como sucedió en el
presente asunto, en donde el procesado al comienzo se presentó como un simple
vendedor, para finalmente evidenciar a través de sus conductas, las razones que
in rectore verdaderamente lo movieron desde el comienzo al proponer el negocio.

La inducción en error en el caso particular fue tan eficiente, que en pocos días la
pareja vio como gran parte de su patrimonio pasaba a manos del procesado sin

82
recibir nada a cambio y para mayor desazón, sin un documento que les
permitiera exigir con real efectividad sus derechos, situación que se prolongó por
cerca de 5 años, hasta que se consiguió dentro de la presente acción penal,
imponer medidas cautelares sobre el rodante y el bien inmueble prometido en
venta.

En suma, lo que sin dificultad se advierte, es que a partir del recuento realizado
por el Tribunal en relación con el acontecer fáctico, se demuestra el dolo con el
que desde el comienzo actuó el procesado para inducir en error a los esposos
Rodríguez Rey, a fin de obtener un provecho ilícito y no que tras recibir el dinero
de la citada pareja, decidió quedarse con él en virtud de un simple contrato
incumplido, como lo sostiene la defensa.

En esa medida, es claro que el actor reseña lo sucedido acudiendo a una


presentación aislada de los hechos, pues solo de esa forma es posible caer en el
equívoco de creer que en el sub judice se está ante un simple negocio civil y de
allí que su asistido solamente se haya visto envuelto en un contrato incumplido,
quien que si bien se negó a devolver el dinero, de esto no se deduce que haya
inducido en error a los ofendidos, cuando lo que en verdad muestra esta actitud,
es que logró el provecho tras el engaño, pues el error en que hizo incurrir a las
víctimas partió de mostrarles una realidad que los favorecería, quienes tarde se
percataron de que no era así. »

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 39436
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 13/02/2013
DECISIÓN : DECLARA DESIERTO EL RECURSO / NO
CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004 art. 338 inc. 3 / Ley 600 de
2000

TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo,


experiencia etc. de la víctima

Tesis:
«Sostener por ende, como lo hace el procesado, que las condiciones personales de
los engañados bastaba de modo exclusivo para contrarrestar los efectos de la
acción del procesado porque sus conocimientos eran tales que a simple vista
podrían detectar el ardid y el error, no deja de ser una apreciación meramente
especulativa, cuando en el contexto de los hechos, según antes se narró, sólo con
una auditoría especial fue posible detectar el artificio, el error y el
desplazamiento de los recursos de (...).

No era a simple vista o con un mínimo esfuerzo que las secciones de


contabilidad, de pagaduría o la junta directiva iban a detectar la anómala
situación porque además de que se evitó la intervención de ésta y del comité de
compras al fraccionar las facturas, su concepto específico hacía relación a un

83
trabajo supuestamente realizado en la planta generadora o en el patio de cenizas
ubicado en Norte de Santander, cuya materialización no era posible conocer por
los funcionarios y empleados de contabilidad que se hallaban en las oficinas de
Bogotá y mucho menos por la junta directiva a quien simplemente se le
entregaban unos reportes genéricos por un rubro de provisiones de carbón que
en manera alguna reflejaban en detalle las ingentes sumas de dinero entregadas
a (...) y que ésta luego reintegró, no a la pagaduría, ni a contabilidad de (...), sino
a (...) ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JAVIER ZAPATA ORTIZ
NÚMERO DE PROCESO : 40387
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 19/12/2012
DECISIÓN : DECLARA EXTINGUIDA LA ACCIÓN PENAL
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 80 Y 84 / Ley 906 de
2004

TEMA: ESTAFA - Prescripción


Tesis:
«La conducta punible de estafa imputada, sin ninguna circunstancia agravante
de punibilidad, se encontraba sancionada en la Ley 599 de 2000, antes del
aumento de penas dispuesto en el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, con pena
máxima de 8 años de prisión, siendo 5 años su término de prescripción en el
juicio, en concordancia con los artículos 80 y 84 de la misma normatividad. Y se
cumplió en el presente caso, en el cual no aplica ninguna circunstancia legal de
aumento del lapso prescriptivo, el 2 de noviembre de 2012, es decir, 5 años
después del día de la ejecutoria del pliego de cargos, justo cuando se surtía el
procedimiento asociado a la interposición del recurso extraordinario de casación
».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO
NÚMERO DE PROCESO : 38275
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 28/11/2012
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Consumación


Tesis:
«Así mismo, parte la censura en este aspecto de un razonamiento equivocado,
cual es la determinación del momento consumativo de la estafa, pues si bien se
ha admitido que este delito contra el patrimonio económico puede desplegarse a
través de varios actos, lo cierto es que todos han de estar encaminados a un solo
propósito, la defraudación por vía del engaño, siendo un ilícito de conducta
instantánea en el que la acción se agota con el desplazamiento patrimonial,

84
consumándose con la entrega de los bienes por virtud del ardid.

Así, la estafa agravada por la cual se acusó a los procesados se habría suscitado
en el transcurso del año 2004 cuando Alba Nelly Pinzón entregó la suma de
$517.643.000 correspondientes al 92.85% del precio del inmueble objeto de las
diligencias, época para la cual se encontraba vigente en todo el territorio nacional
la Ley 600 de 2000. Por lo tanto, ninguna irregularidad se advierte porque el
proceso se hubiese adelantado conforme a esa normatividad.

(...)

No puede predicarse desigualdad de condiciones sobre la base de que la Ley 600


ofrece más ventajas que la Ley 906 o viceversa, dado que tanto en uno como en
otro procedimiento por igual han de respetarse -y con similar intensidad- las
garantías fundamentales.»

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
NÚMERO DE PROCESO : 35798
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 17/10/2012
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 205 y 212 / Ley 599 de
2000 art. 246

TEMA: ESTAFA - Perjuicio: Puede ser por disminución o no incremento en el


patrimonio

Tesis:

«La Corte de antaño tiene establecido lo siguiente:

“El perjuicio económico característico de la estafa no consiste solo en un


desplazamiento patrimonial en el sentido de que se pierda, como consecuencia
del fraude, algo que se ha tenido sino que también pudo darse cuando deja de
entrar al patrimonio algo que debería ingresar a él, no por cumplimiento de una
simple pretensión jurídica proveniente de un contrato o de cualquier otra causa
reconocida por la ley, como ocurre en el presente caso.

“En otras palabras, el daño que se considera propio del delito de estafa consiste
en toda lesión patrimonial ya sea porque se produzca una disminución del
patrimonio o bien porque se deja de percibir un acrecimiento o aumento del
mismo que de no presentarse el engaño, hubiera tenido lugar».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 9420 | Fecha: 05/07/1994 | Tema:


ESTAFA - Perjuicio: Puede ser por disminución o no incremento en el patrimonio

85
RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA
NÚMERO DE PROCESO : 36824
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 12/09/2012
DECISIÓN : CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Elementos: artificio o engaño, deber de autoptotección de la


víctima, aplicación

Tesis:

«En relación con la posición de garante, la Sala ha indicado que, para efectos del
delito de estafa (en el cual la víctima coopera en forma voluntaria al menoscabo
patrimonial que constituye el resultado lesivo), los negocios jurídicos pueden ser
fuentes de mentiras u ocultamientos relevantes para la configuración del
elemento típico del engaño, pero cuando las partes están en igualdad de
condiciones personales, ninguna tiene el deber de evitar el daño económico que
la realización del contrato le represente a la otra.

(...)

Incluso en una situación de aparente igualdad, existen otros deberes jurídicos


susceptibles de fundamentar una posición de garante. Por ejemplo, aquellos
derivados de los roles específicos que asume cada persona en razón de las
instituciones que integran la estructura social, como la familia, el matrimonio o
las relaciones interpersonales.

Este tipo de responsabilidad institucional es relevante en lo que a la protección


del bien jurídico del patrimonio económico atañe, siempre y cuando la relación de
garantía se origine en lo que la opinión dominante denomina ‘confianza especial’,
es decir, aquellos eventos en los cuales sea razonable confiar en que el otro
obrará conforme a lo socialmente esperado.

(...)

La capacidad de conocer el peligro y el poder de asumirlo no son elementos que


con su concurrencia eliminen la necesidad de valorar la relación de garantía
entre los sujetos de la conducta. Para efectos de la configuración de la acción a
propio riesgo, el juez debe abordar dos situaciones independientes. Por una
parte, la del autor del comportamiento que afectó el bien jurídico, en el sentido
de que no sea garante de la evitación del resultado. Y, por la otra, la del titular
del bien jurídico que de alguna manera contribuyó a la creación del peligro, en el
entendido de que estuvo al tanto del mismo y haya podido controlar su asunción.
Si el agente tiene posición de garante (esto es, si no satisface el supuesto de
exclusión que le es propio), no es entonces indispensable estudiar si la víctima
contribuyó dolosamente a la puesta en peligro; y viceversa. Sin embargo, el
cumplimiento de un aspecto no puede suplir, alterar o descartar la consecuente

86
(y en tal evento ineludible) verificación del otro requisito.

(...)

La existencia de una posición de garante derivada de un deber institucional


concerniente a la especial confianza entre los sujetos de la conducta es suficiente
para no considerar configurada una acción a propio riesgo como criterio
excluyente de imputación al tipo objetivo. Pero no lo es para eliminar toda
racionalidad en el comportamiento del titular del bien jurídico. La expresión
‘confianza especial’ no significa ‘confianza ciega’».

DERECHO CIVIL - Contrato de simulación / ESTAFA - A través de un contrato


civil de simulación

Tesis:

«La simulación es un acuerdo en el cual las partes, con el fin de engañar a


terceros, realizan un negocio o contrato con declaraciones de voluntad distintas a
los efectos jurídicos que en realidad pretenden.

(...)

Aunque puede ser utilizada como medio o instrumento de fraude, no toda


simulación constituye en sí misma una ilicitud. La naturaleza ilícita del acto
simulado no depende por sí sola de las declaraciones contractuales contrarias a
la verdad de lo querido por las partes, sino de la índole (fraudulenta o no) de lo
que en realidad han pactado. Así mismo, el elemento subjetivo de la simulación,
atinente al propósito de engañar a terceros, no debe ser entendido en todos los
casos como un fin de artificio propio del tipo objetivo de estafa. De ahí que, en
materia civil, tanto la doctrina como la jurisprudencia han precisado que “la
simulación en sí misma no es ilícita, ya que su finalidad es simplemente
engañar, es decir, producir en los demás una falsa figura de convenio”. De esta
manera, el acto simulado produce efectos jurídicos entre las partes, en el sentido
de que prevalece lo realmente querido, puesto que “el negocio destinado a regular
sus relaciones jurídicas es el secreto y no el aparente”.

En este orden de ideas, si la simulación es un contrato en principio lícito, que


depende de un acuerdo oculto o diferente a lo manifestado por las partes que es
susceptible de producir efectos jurídicos, es obvio que en tales condiciones uno
de los contratantes puede valerse de mentiras, ocultamientos o ardides para
inducir al otro en error y ocasionarle en provecho suyo o de un tercero un
perjuicio económico. Como lo ha reconocido la Sala, en toda fuente generadora
de obligacio-nes es viable que se presente la realización de un engaño
constitutivo de la conducta punible de estafa.

(...)

En otras palabras, es posible que en una simulación una de las partes defraude
a la otra en cuanto a los términos y con-diciones de lo que en verdad hayan
pactado, sin perjuicio de la intención, acordada entre ellos, de engañar a otros
con las declaraciones de voluntad vertidas en el negocio simulado. Así lo admitió
en fecha reciente esta Corporación al sostener que la simulación es un
mecanismo “carente de ilicitud en su esencia” y, por ello, puede ser “medio para
inducir a engaño y despojar de su patrimonio a uno de los intervinientes en el
negocio ficticio”».

87
ESTAFA - A través de un contrato civil de simulación

Tesis:

«Es menester precisar que el artificio o engaño (si lo hubo) no fue de manera
directa la simulación del contrato, sino los términos y condiciones del convenio
secreto u oculto entre las partes. De ahí que si se advierte por lo menos como
posible que la transferencia de los bienes no fue motivada por una mentira de
pronta devolución, sino por la intención de repartir en vida el patrimonio a sus
futuros herederos, el pacto real entre los simuladores jamás constituiría fuente
de engaño o de defraudación para alguno de ellos.
Y, en segundo lugar, la ausencia de capacidad económica de los procesados
tampoco desvirtuaría la hipótesis no descar-tada, pues la simulación del contrato
de compraventa (cuya existencia no la pone en duda la explicación que dejó de
ser analizada) pudo obedecer, en realidad, a un traspaso a título gratuito o
incluso oneroso, pero por un valor muy inferior al declarado en las escrituras y,
por consiguiente, asequible para los procesados ».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA
NÚMERO DE PROCESO : 27460
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 05/09/2012
DECISIÓN : CONDENA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 232 / Ley 338 de 1997
art. 99 núm. 1 / Decreto 1052 de 1998 art. 5 Y
6 / Ley 599 de 2000 art. 246 Y 247 / Ley 599
de 2000 art. 267 inc. 1 / Ley 599 de 2000 art.
31 / Ley 600 de 2000 art. 277 / Ley 599 de
2000 art. 63 / Ley 599 de 2000 art. 38

TEMA: ESTAFA - Elementos

Tesis:
«Integran la estructura de este tipo penal los siguientes elementos:

a) Utilización de artificios o engaños: traducidos en actos de maquinación hábil o


ingeniosa y apta para producir o mantener el error.

b) Inducción o mantenimiento en error de la víctima: se proyecta como el


mecanismo a través del cual se hace caer en una idea equivocada o en un
razonamiento falso a la víctima.

c) Obtención de provecho ilícito: el agente debe obtener un beneficio económico


ilegítimo.

d) Perjuicio ajeno: de carácter patrimonial para el engañado o un tercero ».

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ESTAFA - Artificio, ardid o engaño
Tesis:
«Parte de los ardides utilizados por el acusado para inducir en error a las
personas necesitadas de vivienda consistió en promover en el interregno
comprendido entre el segundo semestre de 2004 y julio de 2006, a través de las
Corporaciones (...), dirigidas por (...) e (...), respectivamente, tres proyectos de
vivienda de interés social en la ciudad de (...) denominados (...), haciendo creer a
los interesados que el valor de las viviendas sería subsidiado con recursos
internacionales supuestamente garantizados y en trámite para su legalización.
Circunstancia que generó en la población el convencimiento de que era la
oportunidad para adquirir vivienda, al cancelar una parte de su valor con el
subsidio y el saldo en cómodos plazos mensuales.

(...)

Con sustento en los hechos probados aludidos en precedencia: la ubicación en la


residencia del acusado (...) de las sedes de (...) y de su campaña política; la
inexistencia de ayudas internacionales; la relación conyugal y convivencia del
acusado con su esposa (...) para la época en que sucedieron los hechos; el
divorcio y disolución de la sociedad conyugal como signo inequívoco e
infructuoso del procesado por evadir su responsabilidad penal; la promoción del
aforado de los proyectos en reuniones políticas para obtener beneficios
electorales con colaboración de familiares; la participación de personas allegadas
a su movimiento en la promoción y entrega de formularios, y la intermediación
del incriminado ante (...); emerge diáfana su participación en la ejecución de las
conductas típicas y antijurídicas en coautoría impropia».

ESTAFA - Antijuridicidad
Tesis:
«Respecto del punible de estafa agravada en la modalidad de delito masa, se
afectó el patrimonio económico de sinnúmero de personas que se despojaron de
diversas sumas de dinero bajo la falsa expectativa de acceder a una vivienda
propia ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA
NÚMERO DE PROCESO : 39355
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 22/08/2012
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Negocio civil / CASACIÓN - Es deber del casacionista


desvirtuar el acierto y legalidad de la sentencia

Tesis:

89
«El recurrente no explica con suficiencia los errores de carácter probatorio,
quedando vacua su postura acerca de que no se trataba del simple
incumplimiento de una obligación civil, sino de la estructuración del delito de
estafa precisamente por el aludido incumplimiento. Así, no dedica espacio para
denotar el empleo de artificios o engaños por parte de (...), la inducción en error a
su ex cónyuge; el provecho ilícito obtenido y de contera el perjuicio causado a él,
así como el nexo entre tales elementos para advertir así que la idoneidad del
ardid frente a la calidad y condición de la persona a la que fue dirigido y la
trascendencia del error fue capaz de viciar la voluntad del contratante.

Y si bien, la Corte lo ha reconocido en otros eventos, que el negocio jurídico,


como manifestación de voluntad en el cual una persona —deudor—, se
compromete a realizar una conducta en pro de otra —acreedor—, a cambio de
una contraprestación, puede ser eventualmente utilizado para cometer estafas al
crear condiciones inexistentes que son las motivadores de la disposición onerosa
del contratante, aquí se queda huérfana de acreditación la afirmación del
demandante acerca de la mala fe de la procesada, máxime que no repara en las
consideraciones del Tribunal referidas precisamente a que todo se reducía a un
asunto netamente civil que en manera alguna debió ser sometido al conocimiento
de la jurisdicción penal ».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : MARÍA DEL ROSARIO GONZÁLEZ MUÑOZ
NÚMERO DE PROCESO : 38900
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 22/08/2012
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 207 / Ley 600 de 2000
art. 212 núm. 3 / Ley 600 de 2000 art. 212
núm. 4

TEMA: ESTAFA - Momento de consumación / ESTAFA - Cuantía


Tesis:
«No obstante, la formulación general del actor parte de la premisa incorrecta de
considerar que la cuantía del delito se establece por el monto entregado y no por
el valor real del negocio jurídico realizado, haciendo abstracción de que la
conducta en este caso ya se había consumado y no se trataba simplemente de
una tentativa, cuando quiera que con la entrega de parte del dinero ya se había
materializado el provecho ilícito en favor del sujeto agente.

(...)

Sobre el particular, bien está recordar al censor que una cosa es la consumación
del delito, que en este caso se verificó con la entrega de una parte del dinero
prometido producto del despliegue de artificios y engaños por cuenta del sujeto
agente, y otra muy distinta es su agotamiento, que se habría configurado con la
entrega total del dinero prometido, esto es, los $ 45.000.000 correspondientes al
valor total del negocio jurídico celebrado entre los denunciantes y el sindicado
(...).

90
Si ello es así, no cabe la menor duda que este último monto supera con creces
tanto el parámetro establecido en la circunstancia de agravación de la cuantía
del numeral 1° del artículo 372 del Decreto Ley 100 de 1980 (18.83 salarios
mínimos legales mensuales para el año de 1995, esto es, $ 2.293.517,8), como el
del numeral ídem del actual estatuto sustantivo (100 salarios mínimos legales
mensuales para el año de 1995 que equivalen a $ 11.893.350,o)» .

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 16565 | Fecha: 16/12/1999 | Tema:


ESTAFA - Momento de consumación Rad: 10868 | Fecha: 18/05/2001 | Tema:
ESTAFA - Momento de consumación

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 38822
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 14/08/2012
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa / Fraude procesal
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Diferencias con el fraude procesal

Tesis:
«Pues siempre ha entendido que se trata de conductas autónomas, con diversa
descripción, que protegen bienes jurídicos diferentes y que sólo participan del
elemento inducción en error, en el fraude procesal como verbo rector y en la
estafa como medio para la obtención del provecho ilícito, por manera que no es
dable comprenderse aquél ilícito dentro de éste, menos aún cuando el ingrediente
subjetivo del fraude procesal no se incluye en la estafa o cuando por su
naturaleza el delito contra la eficaz y recta impartición de justicia es de carácter
permanente en tanto que el cometido contra el patrimonio económico es de
aquellos de comisión instantánea ».

ESTAFA - Diferencias con el fraude procesal / CONCURSO APARENTE DE


TIPOS - Principio de consunción como una solución
Tesis:
«En esa medida lo que pretende el casacionista es que unos delitos conexos sean
considerados una unidad y no como entes autónomos que son, en concurrencia
material y no aparente. Por eso la solución que sugiere a través del axioma de la
consunción deviene inaplicable, porque éste exige que entre los punibles en
concurso aparente exista una relación de menos a más, o de imperfección a
perfección, como ocurre en los llamados delitos progresivos, no cuando existe
una simple conexidad.

En este evento no se presenta ciertamente esa relación, porque según se dejó


visto, el punible de estafa no subsume el de fraude procesal, por el contrario, se
configuraron como conductas independientes y a modo de conexidad ideológica
se cometió uno para posibilitar la ejecución del otro: se agotó el de fraude

91
procesal para seguidamente consumar el de estafa.

Por ende, el hecho de que entre dos delitos se presente una relación de medio a
fin no significa que uno absorbe al otro, pues si fuera así no existiría la referida
conexidad ideológica.

[...]

Acá la conducta de la procesada no se limitó a la aducción del documento


espurio para inducir en error a los funcionarios de la Unidad de Escalafón y así
lograr su ascenso, sino que además alcanzado este fin hizo valer su nuevo grado
para que se le erogara una remuneración que no le correspondía. En otros
términos indujo en error a un servidor público, para obtener una resolución
contraria a la ley, y obtenida efectivamente ésta mantuvo a los mismos
funcionarios en error para que le cancelaran unos salarios que no podía
devengar, obteniendo con eso un provecho ilícito en detrimento del erario.

Por lo tanto, aunque existen medios fraudulentos comunes en la realización de


los dos comportamientos, el que éstos sean materialmente separables y afecten
diferentes bienes jurídicos, actualiza el fenómeno del concurso real de tipos».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 21090 | Fecha: 27-10-2004 | Tema:


ESTAFA - Diferencias con el fraude procesal Rad: 32411 | Fecha: 12-05-2011 |
Tema: ESTAFA - Diferencias con el fraude procesal Rad: 27383 | Fecha: 25-07-
2007 | Tema: ESTAFA - Diferencias con el fraude procesal Rad: 25931 | Fecha:
05-12-2007 | Tema: CONCURSO APARENTE DE TIPOS: Principio de consunción
como una solución

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 35254
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 14/08/2012
DECISIÓN : CASA / CONDENA / ORDENA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 63 / Ley 600 de 2000 art.
66 / Ley 600 de 2000 art. 56 / Ley 599 de
2000 art. 51 / Ley 599 de 2000 art. 61

ASUNTO:
La Corte se pronuncia sobre el recurso extraordinario de casación presentado por
la apoderada de la parte civil, actuando en nombre y representación de Javier
Mateus Mateus, contra la sentencia de segundo grado proferida el 4 de junio de
2010, por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca, mediante la
cual confirmó el fallo absolutorio emitido el 31 de julio de 2008 por el Juzgado
Primero Penal del Circuito de Facatativá, a favor de los procesados LUIS ANTONIO
CÁRDENAS PEÑARANDA y CENAYDA MARÍA OCHOA QUINTERO, a quienes
había acusado la Fiscalía como autores de la conducta punible de estafa.

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TEMA: ESTAFA - Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo,
experiencia etc. de la víctima
Tesis:
«No está demostrada en el proceso la experiencia de (...) en la compraventa de
inmuebles, porque como lo manifestó el mismo denunciante, la mayor parte de
su vida se dedicó al negocio de la ferretería. Tampoco se probó que las
transacciones que hubiese realizado con antelación involucraran cuantiosas
sumas. Mucho menos se comprobó su amplia preparación académica -apenas sí
informó, al suministrar sus datos personales en curso de la ampliación de
denuncia(22), que tenía “grado de instrucción Bachillerato”-.

Además, de forma absolutamente contradictoria, puesto que en la sentencia se


había dado por demostrado que (...) carecía de recursos y que la capacidad
económica la ostentaba (...), le atribuye a la víctima la realización de
transacciones cuantiosas a lo largo de su actividad como comerciante.

No puede inferirse de esas falsas premisas la inexistencia del ardid o del engaño;
tampoco que (...) hubiese actuado con incuria, puesto que en este caso, cabe
resaltar, estaba tratando con su amigo, compadre y socio, así como con la
compañera permanente de éste, en quienes había depositado toda su confianza y
pretendía ayudar a (...) luego de una larga temporada en prisión. En esas
circunstancias, no era posible prever que estaba siendo víctima de estafa ni se le
podía exigir que activara mecanismos de autotutela, los que ni siquiera se sabe
en qué hubieran consistido, pues las instancias tampoco los mencionaron, para
atribuirle a la víctima la responsabilidad por haber puesto en peligro sus
derechos patrimoniales.

Y, si esa falta de mecanismos de autotutela se atribuye a la celebración del


negocio simulado, pues, entonces tendría que concluirse que en todos los casos
en los cuales ese mecanismo, por lo demás carente de ilicitud en su esencia, se
utiliza, está proscrita cualquier posibilidad de persecución penal, aún si se
demuestra medio para inducir a engaño y despojar de su patrimonio a uno de los
intervinientes en el negocio ficticio».

ESTAFA - Consumación: Obtención del beneficio


Tesis:
«Por tratarse de un delito contra el patrimonio económico, su consumación se
produce cuando el agente mediante artificios o engaños ejecutados con la
intención de buscar ventaja patrimonial ilícita, obtiene el provecho económico y
el correlativo detrimento pecuniario de la víctima o de un tercero».

ESTAFA - Elementos
Tesis:
«Los elementos típicos de la conducta punible de estafa son: i) el empleo de
artificios o engaños; ii) la inducción en error; iii) el provecho ilícito; y iv) el
perjuicio económico para la víctima o un tercero; sin dejar de lado que es
necesario analizar, en cada caso, la idoneidad del ardid, la calidad y condición de
la persona a la que van dirigidos y la trascendencia del error capaz de viciar la
voluntad».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 16565 | Fecha: 16/12/1999 | Tema:


ESTAFA - Consumación: Obtención del beneficio

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Sala de Casación Penal
M. PONENTE : JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA
NÚMERO DE PROCESO : 38339
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 24/07/2012
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000 art. 205,207,212 y 213

TEMA: ESTAFA - Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

Tesis:

«El ocultamiento o la mentira en los negocios civiles puede perfectamente constituir un medio de
engaño propio del delito de estafa:

“[…] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la declaración de


voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar una conducta en pro de otra
(acreedor) a cambio de una contraprestación, puede ser utilizado como instrumento quimérico para
estafar en aras de obtener un provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales
inexistentes que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante”».

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 35547
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 30/05/2012
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Código Civil art. 2452

TEMA: ESTAFA - Negocio jurídico: Debe verificarse la existencia de la inducción


en error
Tesis:
«El título compraventa o permuta fue suscrito por ambas partes contratantes, sin
que mediare ninguna circunstancia de invalidez y el modo tradición se
perfeccionó no sólo con la entrega material del bien de los tradentes a la
adquirente, sino que además, como es exigible en nuestra legislación, tal
convenio se elevó a escritura pública y se registró en la oficina respectiva de
instrumentos públicos. Luego (...). era la dueña exclusiva e ilimitada del bien
enajenado.

(...)
El banco simplemente buscó en acuerdo con los socios de (...). la manera de
recuperar su dinero que de todos modos lo tenía garantizado con la hipoteca de
mayor extensión; que se haya hecho finalmente como se hizo, no fue ciertamente
para perjudicar a los socios, por el contrario, lo fue para facilitar su pago y así la
extinción del gravamen, porque los nuevos créditos obedecían a mejores
condiciones.

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Ahora, aunque se aceptare que esos nuevos mecanismos fueron admitidos por
presión, esto de por sí, tal como lo consideró el a quo, descarta los elementos de
la estafa en tanto esa coacción resultaría incompatible con el engaño, o el error,
como que aquella implica una vis moral que la víctima siente sin alteración
alguna de la realidad, mientras que del error, en cuanto persista, ni siquiera el
ofendido es consciente por cuanto su percepción es equivocada. Acá siempre se
supo que los socios se hacían cargo de una deuda de su sociedad y así lo
aceptaron al suscribir esos convenios que equivocadamente se dicen omitidos en
la apreciación probatoria »

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : SIGIFREDO DE JESÚS ESPINOSA PÉREZ
NÚMERO DE PROCESO : 34197
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 23/05/2012
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Condiciones de la víctima

Tesis:

«Las condiciones particulares de la víctima, entonces, facultaron el


perfeccionamiento del delito, resultando su necesidad económica, buena fe y
desconocimiento de la materia, terreno abonado para un tipo de maniobra
engañosa que, debe relevarse, contaba con la circunstancia inconcusa que el
vendedor efectivamente ostentaba la titularidad sobre el automotor, operando la
falacia no en este aspecto -que por lo regular es el que primaen las estafas con
automotores-, sino en el aspecto, bastante inusual, que el vehículo, al parecer
por sufrir un accidente que lo desnaturalizó, se hallaba provisto de sus partes
más importantes no originales, provenientes de otro automotor hurtado.

Esto, para destacar que las más de las veces la diligencia y cuidado del
comprador se encaminan a verificar que el vendedor sí es el propietario del
automotor, pero no a descartar que el bien, cual sucede aquí, se halle
desprovisto de piezas pertenecientes a un vehículo hurtado, simplemente, porque
no es normal que ello suceda, o mejor, que la estafa radique en el ocultamiento
de ese hecho específico.

(...)

De esta manera, se repite, resulta insustancial que se diga a la afectada


acompañada de sus allegados, pues, lo que los hechos informan es que ese
acompañamiento resultó intrascendente frente a las maniobras adelantadas por
el vendedor y las necesidades y condiciones particulares que impulsaron a la
víctima a adquirir el bien.».

95
RESERVA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : SIGIFREDO DE JESÚS ESPINOSA PÉREZ
NÚMERO DE PROCESO : 26957
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 23/05/2012
DELITOS : Falsedad material en documento público /
Peculado por apropiación
FUENTE FORMAL : Ley 599 de 2000 art. 246 inc. 3 / Ley 599 de
2000 art. 397 / Ley 600 de 2000 art. 35 / Ley
600 de 2000 art. 34

TEMA: ESTAFA - Diferencias con el peculado por apropiación


Tesis:
«El medio idóneo para alcanzar el apoderamiento de los bienes donados por (..),
fue la creación de los documentos espurios, encaminados a inducir a engaño a
los responsables de autorizar la supuesta donación y entregarla efectivamente,
con ocasión de los cuales la entidad autorizó la adjudicación en beneficio de los
municipios presuntamente solicitantes.

El congresista no tuvo en ningún momento la disponibilidad jurídica de dichos


bienes en ejercicio de sus funciones, como demanda la conducta punible de
peculado por apropiación, de conformidad con la descripción típica que de ella
realiza el artículo 397 del estatuto punitivo, sino que, prevalido de artificios o
engaños, obtuvo la adjudicación y posteriormente entrega de los mismos por
parte del almacenista de la entidad, constituyéndose su comportamiento en una
estafa donde aparece como víctima (..).

El aforado no tenía dentro del ámbito de sus funciones la posibilidad de


apoderarse de las ayudas para el fomento del deporte, por lo que precisamente
requirió de la creación de unos documentos falsos, contentivos de las presuntas
solicitudes elevadas por los alcaldes, para que se le entregaran los implementos
por parte de la entidad benefactora.»

ESTAFA - Se configura
Tesis:
«El delito de estafa se ejecuta mediante la inducción en error a través del engaño,
con la finalidad de obtener un lucro derivado del perjuicio patrimonial para
alguien. Su núcleo es el engaño. Engañar es faltar a la verdad, hacer creer algo
que en realidad no existe. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, en su vigésima segunda edición, la palabra engañar, del latín
ingannare, es: “Dar a la mentira apariencia de verdad”.

El delito de Estafa se encuentra descrito en el título VII Delitos contra el


Patrimonio Económico, Capítulo III, artículo 246 inciso 3º del C. P., de la
siguiente manera:

La conducta ejecutada por el parlamentario es una estafa simple que no excede


de dicho monto, como quiera que para el año dos mil seis, fecha de comisión de
los hechos, el salario mínimo legal mensual vigente ascendía a cuatrocientos
ocho mil pesos ($408.000) según el Decreto 4686 de 2005, habiendo consistido
cada una de las dos estafas en la suma de trescientos mil pesos ($300.000), que
corresponde al valor de los treinta (30) pares de zapatillas donadas para el

96
municipio de Santa Rosa de Lima, y la misma cantidad de tenis para el
municipio de Mahates, Bolívar»

ESTAFA - Querella
Tesis:
«Se debe acudir al artículo 35 de la Ley 600 de 2000, el cual dispone que el delito
de estafa cuya cuantía no exceda de diez (10) salarios mínimos mensuales legales
vigentes (art. 246, inc. 3º del C.P.), requiere querella.

Cabría preguntarse si en virtud de que en este caso se deduce la causal de


agravación genérica prevista en el artículo 267 del estatuto punitivo, la conducta
se torna investigable de oficio, pero la respuesta es negativa.»

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Rad: 20400 | Fecha: 06/04/2005 | Tema:


PECULADO POR APROPIACIÓN - Se configura Rad: 31088 | Fecha: 15/09/2010
| Tema: ESTAFA - Querella

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 38764
CLASE DE ACTUACIÓN : DEFINICIÓN DE COMPETENCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 25/04/2012
DECISIÓN : ASIGNA COMPETENCIA
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004

TEMA: ESTAFA - Competencia por el factor territorial: Desarrollo en varios lugares,


competencia a prevención
Tesis:
«Esta particular situación, pone en evidencia la presencia de actos dirigidos a obtener el presunto
provecho ilícito en dos sitios y momentos distintos.

(…)

La Sala ha expresado reiteradamente, que "la estafa se consuma en el lugar donde se obtieneel
provecho patrimonial como consecuencia de la inducción en error", no obstante, "ellono excluye la
posibilidad de que por razón de la naturaleza de la conducta, que conlleva laejecución de actos
encaminados a inducir en error a la víctima para que ésta se despoje de bienes de su patrimonio, no
por expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de la realidad, situación a
la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras o los hechos fingidos, actos ejecutivos que
pueden darse en varios momentos y lugares, lo cual abre la posibilidad de que opere la competencia
a prevención. »

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : SIGIFREDO DE JESÚS ESPINOSA PÉREZ
NÚMERO DE PROCESO : 38290
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO

97
FECHA : 14/03/2012
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 906 de 2004

TEMA: ESTAFA - Contrato: medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

Tesis:
«La Corte ya tiene decantado que el contrato puede ser utilizado para cometer
estafas, al crear condiciones inexistentes que son las motivadoras de la
disposición onerosa del contratante.»

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NÚMERO DE PROCESO : 35195
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 25/01/2012
DECISIÓN : NIEGA PRESCRIPCIÓN
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: PRESCRIPCIÓN - Estafa agravada / ESTAFA - Cuantía

Tesis:
«Aunque ninguna objeción es posible plantear frente al marco teórico normativo
señalado por el defensor porque ciertamente el delito de estafa se halla
sancionado en el ordenamiento vigente (artículo 246), con pena de 8 años y en
ese orden en abstracto la prescripción durante el juicio se produciría por el
transcurso de un lapso no inferior a 5 años, yerra aquél de manera contundente
cuando omite la exacta calificación fáctica y jurídica otorgada a la conducta por
la cual se produjo en este proceso la acusación y la sentencia tanto en primera
como en segunda instancia.

Es que el asunto ha tenido por objeto no un delito de estafa, sin circunstancia


alguna de incremento de la punibilidad, sino precisamente un punible contra el
patrimonio económico agravado con ocasión de su cuantía, que lo fue en
doscientos millones de pesos para el año 2000, luego en ese orden la pena
máxima aludida por el defensor no puede ser de 8 años, cuando ella debe
acrecerse en la mitad por así disponerlo los artículos 372 del Decreto Ley 100 de
1980 bajo cuya vigencia ocurrieron los hechos, o el 267 de la actual codificación,
que imponen de que para efectos prescriptivos “se tendrán en cuenta las
circunstancias de atenuación y agravación concurrentes” (artículo 80 del Código
Penal anterior), o “las causales sustanciales modificadoras de la punibilidad”,
según términos de la Ley 599 de 2000. La cuantía del ilícito excede con
suficiencia el equivalente a los 18,83 salarios de aquella normatividad (Sentencia
de constitucionalidad C-070 de 1996), así como el de los 100 salarios mínimos a
que se refiere la actual, ya que para la época de los sucesos éste era de
$260.100,oo.

Por ende, como la pena máxima en esas circunstancias para el punible de estafa

98
agravada acá imputado es de 12 años de prisión, significa que la prescripción
durante el juicio se concreta por el transcurso de un tiempo no inferior a 6 años,
el cual ciertamente no ha transcurrido desde la ejecutoria de la acusación.

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 35147
CLASE DE ACTUACIÓN : REVISIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA : 21/09/2011
DECISIÓN : INADMITE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 600 de 2000

TEMA: ESTAFA - Cuantía

Tesis:

«En el caso que nos ocupa, está suficientemente establecido que se realizó un
negocio jurídico cuyo valor sobrepasaba los $ 63.000.000, como el mismo
demandante lo refiere, lo cual, al tenor del artículo 277 de la Ley 600 de 2000, la
cuantía, en orden a definir la competencia será la que indique el perjudicado bajo
la gravedad del juramento, “ siempre y cuando no sea impugnada durante la
investigación por cualquiera de los sujetos procesales, caso en el cual el
funcionario decretará la prueba pericial para establecerla”, evento que no
ocurrió».

ESTAFA - Querella: Caso en que no se requiere

Tesis:

«La anterior situación nos indica que por razón del monto de esa suma, es sin
mayor esfuerzo superior a diez salarios mínimos legales mensuales, para la época
de los hechos y aún para la actual, motivo por el cual la estafa no puede
considerarse querellable, de acuerdo con lo previsto en los artículos 34 y 35 de la
Ley 600 de 2000.

Tampoco puede calificarse como querellable la estafa del caso, ni aún si se


estimase la cuantía que surge de constatar la entrega de un vehículo (taxi de
servicio público) avaluado en dieciséis millones ($ 16.000.000), más dos millones
($ 2.000.000) en efectivo, más once millones cuatrocientos treinta mil pesos ($
11.430.000), representados en nueve letras de cambio arrojan una cuantía
aproximada de veintinueve millones cuatrocientos treinta mil pesos($
29.430.000) millones de pesos, suma total que resulta ser igualmente superior a
diez salarios mínimos legales mensuales vigentes para la época».

ESTAFA - Se configura

Tesis:

«Desde esa perspectiva, si se considera que la estafa es un tipo penal de


resultado, que se materializa cuando se logra o se obtiene el provecho o se
concreta el acto de disposición, debe concluirse que si el último acto de

99
disposición debió producirse con el pago de la novena letra de cambio, ello debió
haber ocurrido en los meses de octubre o noviembre de 1998.

En ese orden de ideas, debe colegirse que el último acto de disposición se


materializó en las fechas citadas, por consiguiente, aún siendo restrictivos, debe
considerarse que a partir de allí se comienza a contar el término de prescripción.

(...)

En el presente caso, sin duda, a pesar de que los hechos tuvieron ocurrencia
bajo el imperio del Decreto Ley 100 de 1980, el cual en su artículo 356 fijaba una
pena para el delito deestafa que oscilaba entre uno y diez años de prisión, resulta
imperativo, reconocer que en desarrollo del principio de favorabilidad, deviene
aplicable la norma posterior, esto es, el artículo 246 de la Ley 599 de 2000, que
fija una pena para ese punible cuyo máximo es de ocho años.

En consecuencia, de conformidad con el artículo 83 del Código Penal, ocho años


sería el término de prescripción en la etapa de instrucción. De manera que si la
estafa se materializó a finales del año de 1998, para cuando se produjo la
confirmación de la resolución de acusación, según se advierte, el 10 de agosto de
2006, no habían transcurrido los ocho años y por tanto, no hay lugar a
considerar extinguida la acción penal por este fenómeno».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JORGE ANÍBAL GÓMEZ GALLEGO
NÚMERO DE PROCESO : 13839
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 08/02/2001
DECISIÓN : CASA / ABSUELVE
DELITOS : Estafa
FUENTE FORMAL : Decreto Ley 100 de 1980 art. 356 inc. 1,2

TEMA: ESTAFA - Modalidades / ESTAFA - Elementos / ESTAFA - Momento


consumativo

Tesis:
«El artículo 356 describe en su inciso primero el delito de estafa, pero en el inciso
2° contempla una modalidad adjetivada o determinada del mismo. Dice el
precepto:

"El que induciendo o manteniendo a otro en error, por medio de artificios o


engaños, obtenga provecho ilícito para sí o para un tercero con perjuicio ajeno,
incurrirá en prisión de uno (1) a diez (10) años y multa de un mil a quinientos
mil pesos.

"En la misma pena incurrirá el que en lotería, rifa o juego, obtenga provecho para
sí o para otros, valiéndose de cualquier medio fraudulento para asegurar un
determinado resultado".

Así, son elementos típicos del delito de estafa, en su correlación temporal y

100
lógica, de acuerdo con el inciso 1° citado: el despliegue de artificios o engaños; la
inducción o manutención en error de la víctima; el desplazamiento patrimonial
por parte de la misma; la obtención de un provecho ilícito para el sujeto o para
un tercero; y el perjuicio correlativo.

Como quiera que en el hecho punible de estafa se trata de proteger el poder de


disposición de las personas sobre sus bienes, cosas o derechos, sobre todo en
relación con maniobras fraudulentas que se orientan a obtener un
desplazamiento patrimonial, el tipo penal señalado exige una rigurosa relación de
antecedente-consecuente entre cada uno de los componentes típicos y en el
orden antes indicado. Por ello, el delito se consuma con la obtención de un
provecho ilícito para sí o para otro, como consecuencia de una situación de error
provocada en la víctima por el ardid que dispone el sujeto activo. El perjuicio
correlativo al provecho ilícito determina al sujeto pasivo, como titular del
patrimonio que sufrió la mengua; pero el perjudicado puede ser persona distinta
del destinatario de la maquinación fraudulenta, que constituye la víctima.

La modalidad de estafa prevista en el inciso 2° de la norma en cuestión no


comporta el mismo rigor, porque no exige, como lo hace expresamente el inciso
1°, la acción de inducir a otro en error (que es la víctima), dado que los medios
fraudulentos para asegurar un determinado resultado (que sí se requieren en su
tipicidad) pueden ser tan sutiles o se despliegan tan ocultamente que pasan
completamente inadvertidos para los apostadores y aún para los operadores del
juego, rifa o lotería. Es lo que ocurre en las loterías o rifas, cuando a distancia se
controlan las ruedas por medio de un dispositivo que nadie advirtió ex ante; o en
el juego cuando se manipulan los dados por medio de un imán puesto en su
interior o debajo de la mesa. En la inducción en error, en cambio, como se trata
de llevar, impulsar o provocar un estado de convicción, como acciones
materialmente desplegadas sobre una persona, sería necesario contar con el otro
que se constituye en víctima, así sea engañado.

Por otra parte, la segunda forma de conducta delictiva, si bien se consuma con la
obtención de un provecho ilícito para sí o para otros, no exige en su tipicidad
exactamente el correlativo perjuicio para el operador o concesionario de la lotería,
rifa o juego, porque si el fin es entregar premios al azar dentro del público, no
siempre sería fácil establecerlo, máxime que la mayor protección en dicho
dispositivo especial se orienta a mantener el azar, a proteger la igualdad de
oportunidades de los eventuales jugadores frente a la suerte y el premio que el
sujeto activo se lleva fraudulentamente. Sin embargo, la antijuridicidad de la
conducta sí reclamaría un daño para el bien jurídico tutelado (patrimonio y no
propiedad) que se sitúa porque, una vez pagado el premio, se sabe que se hizo
sin una causa lícita.

De igual manera, en la analizada modalidad, el medio fraudulento debe


encaminarse a "asegurar un determinado resultado", elemento adicional que no
se requiere en el tipo básico, lo cual significa que el responsable acaba con el
azar, como elemento connatural de las rifas, juegos y loterías, y engañosamente
predetermina un resultado. Sin embargo, el vocablo "resultado" no puede
entenderse por fuera del contexto convencional de las loterías, rifas o juegos
(como lo determina el mismo precepto).

Aunque la expresión "para asegurar un determinado resultado", aisladamente


podría entenderse como un elemento subjetivo especial, en el sentido de que
bastaría que el sujeto empleara cualquier medio fraudulento con el fin ("para") de
lograr un determinado resultado, lo cierto es que la estructura del tipo y su
consumación requieren la concreción de ese "determinado resultado", pues tal

101
sería el conducto expedito para obtener el provecho ilícito para sí o para otros.

Según se trate de lotería, rifa o juego, el resultado podrá ser el marcador, el


número ganador (o simplemente el ganador), las combinaciones o
aproximaciones preestablecidas, la concreción de una condición requerida para
ganar, la ocurrencia o no de un hecho incierto, entre otros fenómenos.

De esta manera, no es cierto que el inciso 2° del artículo 356 contenga un tipo
subordinado al del inciso 1°, sino que consagra otra modalidad de estafa, cuya
redacción es autosuficiente y sin remisión a otros tipos. En realidad, dicho tipo
especial surgió en la Comisión de 1974, uno de los antecedentes en la redacción
del Código Penal vigente, y sobre el particular el comisionado Darío Velásquez
Gaviria expresó:

"… El tipo especial de fraude en juego obedece a la necesidad de poder sancionar


comportamientos delictivos de frecuente ocurrencia y que no se adecuan al tipo
básico. Basta recordar el fraude cometido en el juego del "5 y 6", al cual se refiere
la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de 25 de octubre de 1971, caso que
quedó impune por la imposibilidad de enmarcar esa conducta dentro de los
límites del artículo 408 del Código Penal" (anterior regulación del delito de estafa,
se aclara).

La sentencia de la Corte que cita el comisionado se refiere al famoso acuerdo


dañado y engañoso en las apuestas de la hípica, entre preparadores y jinetes
para predeterminar el orden de llegada de los ejemplares a la meta (resultado),
con el fin de favorecer a uno de los apostadores y así éste pudiera obtener un
provecho ilícito. Es decir, los defraudadores predeterminaron el resultado de la
carrera y suprimieron el azar.

No fue posible entonces la sanción a título de estafa (ahora sí merced al nuevo


tipo penal), porque se invertía la relación de causalidad estricta que exigía y exige
aún el tipo básico, dado que el supuesto perjuicio de los apostadores aparecía
anterior a la maniobra fraudulenta y, además, porque al sellar los formularios no
habrían actuado inducidos al juego por error. Se reflexionó en el mencionado
fallo:

"Quienes apostaron en las carreras celebradas en el hipódromo de Techo el 26 de


abril de 1964, sellando formularios o de otra manera, lo hicieron -según los
hechos que el Tribunal sentenciador tuvo por comprobados- sin que al tiempo de
hacer las apuestas mediara ningún artificio o engaño, sin que hubieran sido
inducidos al juego por error, y tuvieran opción a los premios parciales en las
cinco primeras carreras válidas para el "5 y 6", realizadas sin fraude conocido, y
en las cuales muchos de los apostadores obtuvieron ciertamente utilidades.

"Si la maniobra engañosa se cumplió sólo en la última carrera, por acuerdo entre
los procesados efectuado minutos antes de la competición, no puede ella
retrotraerse al momento de las apuestas, que habían sido hechas con
anterioridad, para sostener, como se hace en la sentencia acusada, que todos los
jugadores fueron defraudados porque pagaron en busca de un premio que no
podían ganar ya que dolosamente se había señalado de antemano su
beneficiario".

Tales elucubraciones de la Corte, entonces adversas a la adecuación jurídica de


los hechos en el delito de estafa, a partir de la vigencia del Código Penal de 1980
adquirieron relevancia típica, en virtud de lo previsto en el inciso 2° del artículo
356, pues, de acuerdo con la estructura y finalidad de la norma, sólo se exige

102
una cadena causal inexcusable entre el despliegue del medio fraudulento y el
aseguramiento de un resultado fingido de la lotería, rifa o juego (no del error o
falso juicio de una víctima); así como entre dicho resultado engañoso y la
obtención de un provecho ilícito para sí o para otros.

Es que el despliegue de un artificio antes del sorteo de la lotería, juego o apuesta,


o concomitantemente con él, de todas maneras se traduce en un fraude a los
jugadores, porque anticipadamente se suprime el azar o la suerte que es de la
esencia de aquellas actividades y, no obstante las dificultades para la concreción
del perjuicio ocasionado a los mismos, el precepto es claro al atar la
consumación del delito a la obtención de un provecho ilícito para el sujeto activo
de la maniobra o para otros, lo cual significa que el daño patrimonial se infiere a
las entidades administradoras o a los operadores del juego o apuesta, que ven
mermados sus bienes por el pago de premios obtenidos con fraude o sin una
causa lícita. En razón de ello, la cuantía del ilícito será el valor del provecho
ilícito obtenido por el agente.

(...)

El no pago de los premios de loterías o apuestas con pretextos injustificados, o


mediante artificios y engaños para persuadir al ofendido de que no tenía derecho
a reclamarlos, no es el "resultado" para acceder al tipo especial de estafa previsto
en el inciso 2° del artículo 356 del Código Penal; de pronto, podría examinarse
como conducta medio para lograr el resultado típico del delito de estafa previsto
en el inciso 1° de la misma disposición, cual es el de la obtención de un provecho
ilícito, siempre que concurra también el perjuicio».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : CARLOS AUGUSTO GÁLVEZ ARGOTE
NÚMERO DE PROCESO : 13247
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 10/08/2000
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Falsedad material en documento público /
Destrucción, supresión u ocultamiento de
documento público / Estafa
FUENTE FORMAL : Ley 57 de 1887 art. 2457 / Decreto 1250 de
1970 / Decreto Ley 100 de 1980 art. 356

TEMA: ESTAFA - Negocio civil

Tesis:
«Como es ostensible y dado que el demandante ha equivocado la causal escogida, este motivo
resultaría suficiente para desestimar el cargo, lo que no obsta para que la Corte enfatice, como lo ha
hecho en otras oportunidades (Cas. 23 de junio de 1.982, Cas. 21 de febrero de 1.990 y Cas. 13 de
julio de 1.994, entre otras), en que nada impide y por el contrario es un mecanismo inductivo en
error para la comisión de esta delincuencia contra el patrimonio económico de muy frecuente
empleo, que el agente se valga como medio de engaño de la celebración de negocios jurídicos,
típicos o atípicos, que si bien como es natural entender están respaldados en normas de derecho o
en todo caso son admitidas en la cotidiana práctica comercial, se utilizan para viciar el

103
consentimiento de la víctima, conforme bien lo pone de presente el señor Procurador Delegado
aconteció en este proceso, pues si bien como lo alega el libelista, en principio las partes
involucradas en el contrato de compraventa lo suscribieron libremente, es esta una circunstancia
aparente si se tiene en cuenta que nada distinto perseguía el timador con su celebración, que
obtener un provecho, que en efecto se ha calificado de ilícito, en la medida en que para dicho
cometido no solo se valió de una impostura económica y moral, sino que primó en sus actos
posteriores el deseo de hacer suyo el inmueble objeto del acto negocial a sabiendas y sobre esa base
de no cancelar ningún emolumento como contraprestación, lo que además logró en términos
absolutos, incurriendo para ello en nuevos comportamientos configurativos de punibles contra la fé
pública, como lo fue la material elaboración de documento público, espurio por tanto, consistente
en la escritura de cancelación de la hipoteca que por 30 millones de pesos respaldaba en este valor
un porcentaje de las obligaciones contraídas, y su postrer empleo precisamente en la oficina de
registro para liberar el inmueble de este gravamen e imponer sobre el mismo, también
frudulentamente, otro por igual valor».

RELEVANTE

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : FERNANDO ENRIQUE ARBOLEDA RIPOLL
NÚMERO DE PROCESO : 12820
CLASE DE ACTUACIÓN : CASACIÓN
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 18/02/2000
DECISIÓN : NO CASA
DELITOS : Estafa / Urbanización ilegal
FUENTE FORMAL : Ley 66 de 1968 art. 11 / Decreto 2610 de 1979
art. 6 / Decreto Ley 100 de 1980 art. 152, 198,
356

TEMA: URBANIZACIÓN ILEGAL - Permiso para la enajenación de inmuebles


destinados a vivienda / ESTAFA - Concepto: elementos

Tesis:

«Si se analiza el contenido de los tipos penales de estafa previsto en el artículo 356 del Código
Penal, y de desarrollo ilegal de actividades relacionadas con enajenación de inmuebles destinados a
vivienda que consagra el artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por 6º del Decreto 2610 de
1979), sin mayor esfuerzo se concluye que los presupuestos requeridos para que esta última pueda
ser considerada norma especial, residual, o consuntiva no se cumplen, y que se trata, por el
contrario, de figuras delictivas autónomas, totalmente independientes, que regulan situaciones
distintas y tienen, como acertadamente lo destaca el Procurador Delegado en su concepto, un
ámbito de aplicación bien diferente.

El delito de estafa sanciona la obtención de un provecho económico para sí o para un tercero,


mediante la inducción o el mantenimiento de otro en error, por medio de artificios o engaños. Es un
ilícito de resultado, que protege el bien jurídico del patrimonio económico. El delito previsto en el
artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por el 6º del Decreto 2610 de 1979), castiga el
desarrollo ilegal de actividades de enajenación de inmuebles destinados a vivienda, entre ellas la
celebración de promesas de venta y el recibo de anticipos de dinero con dicho propósito, sin mediar
permiso de la autoridad competente. Es un tipo de peligro que procura evitar que a través del
adelantamiento indiscriminado de esta clase de actividades se presenten trastornos en el orden
socioeconómico.

Si se constata comparativamente la configuración típica de estas dos figuras delictivas, no resulta

104
difícil advertir que sus elementos son totalmente distintos, y que entre ellas no se establecen
referentes estructurales que permitan afirmar que se encuentran vinculadas por una relación de
género a especie, y que la segunda es una modalidad de la primera. Tampoco se trata de tipos
penales que protejan el mismo bien jurídico, pues como ya se dejó visto, ellos son totalmente
distintos.

Este último argumento resulta igualmente válido para rechazar la tesis del concurso aparente de
tipos con arreglo al principio de subsidiariedad, pues también en este supuesto constituye
característica fundamental que el bien jurídico protegido por las normas en conflicto sea el mismo.
Aparte de ello, se tiene que el artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por el 6º del Decreto
2710 de 1979) establece expresamente que quienes realicen la conducta allí descrita quedarán
sujetos a la pena de 2 a 6 años de prisión, además de las sanciones que les corresponda por la
comisión de otros delitos contemplados en el Código Penal, dejando de esta manera en claro que no
se trata de un tipo penal residual, sino autónomo, que puede ser aplicado simultáneamente con otros
de estructura básica o especial, si los hechos resultan ser constitutivos de un fenómeno concursal.

Respecto del tercer factor determinante del concurso aparente de tipos (delito complejo), basta
decir, para descartarlo, que los elementos estructurantes del delito de estafa (obtención de un
provecho ilícito mediante artificios o engaños) no están comprendidos dentro de la configuración
típica del precepto que describe el desarrollo ilegal de actividades de enajenación de inmuebles
para vivienda, ni viceversa, y por consiguiente, que la exigencia relativa a que los tipos penales
involucrados estén vinculados por una relación lógica de extensión comprensión, no se presenta.

El tipo penal descrito en el artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por el 6º del Decreto 2710
de 1979) no requiere para su estructuración que el sujeto agente induzca a otro en error mediante
artificios o engaños, ni que obtenga por dichos medios un provecho patrimonial ilícito: dichos
elementos, propios de la estafa, no hacen parte de su configuración típica. Para que el delito en
cuestión se estructure basta que el sujeto activo realice actividades de enajenación de inmuebles
para vivienda sin el lleno de los requerimientos legales; a ello se circunscribe la conducta punible.

Por tanto, si además de adelantar planes de vivienda al margen de la ley, el sujeto agente realiza
actividades propias del delito de estafa, es decir obtiene provecho ilícito con perjuicio ajeno
mediante la inducción artificiosa en error, como aconteció en el caso que es objeto de estudio, habrá
ejecutado una nueva conducta típica, distinta de la descrita en el artículo 11 de la ley 66 de 1968
(modificada por el 6º del Decreto 2710 de 1979) y deberá responder, en consecuencia, por ambos
ilícitos».

PUBLICADA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : LUIS EDUARDO MESA VELÁSQUEZ
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 25/10/1971

TEMA: ESTAFA - Elementos estructurales d este tipo penal. Alcance de los


terminos. Artificio, engaño y error. Relación causal entre los elementos
estructurales de la estafa. El perjuicio de otro debe consistir en una lesión o daño
efectivo al patrimonio de una persona determinada o determinable y ha de ser de
contenido rigurosamente economícela frustración de una mera expectativa, de
una esperanza no apoyada en un derecho subjetivo, no constituye lesión
patrimonial ni tiene el alcance del daño propio y característico de la estafa.

NOTA DE RELATORÍA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo CXXXIX n.°


2346,2351, pág. 409 - 423

105
JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo
CXXXIX n.° 2346,2351, pág. 409 - 423

PUBLICADA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : JULIO RONCALLO ACOSTA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 19/07/1966

TEMA: FALSEDAD Y ESTAFA - Infracción directa e indirecta de la ley penal


sustantiva.- El instrumento PÚBLICO y el instrumento negociable, respecto a
autenticidad, tienen una misma categoría y en la esfera de la protección penal
debe recibir el mismo tratamiento.- Equiparación consagrada en el articulo 233
del C.P..- Improcedencia de las nulidades alegadas dentro de la causal primera
de casación.- La cuantía no constituye elemento estructural en los delitos contra
la propiedad.- La Sala ratifica su constante doctrina sobre el error de hecho en
casación.

NOTA DE RELATORÍA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo CXVII n.° 2282,


pág. 465 - 469

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo CXVII


n.° 2282, pág. 465 - 469

PUBLICADA

Sala de Casación Penal


M. PONENTE : SAMUEL BARRIENTOS RESTREPO
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 05/08/1964

TEMA: DELITO DE ESTAFA - Impugnación de la sentencia con base a las


causales 2a, 1a y 4a del Art. 567 del C. de P.P. Supuesto desconocimiento del
valor probatorio, a favor del acusado, allegado al proceso. Registro de títulos. Su
alcance. La promesa de venta y la venta misma, son actos que generan relaciones
jurídicas diversas. Demanda de protección de la autoridad en casos de estafa. La
acción penal es preferente a la civil. Estafa simple y concurso material de
infracciones. Aplicación de sanciones al delincuente de conformidad con el
precepto del Art. 36 del C.P. Facultades que al respecto concede la ley al
juzgador. Procesos situados de acuerdo con el Decreto 0014 de 1955

NOTA DE RELATORÍA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo CVIII n.° 2273, pág.
58 - 71

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo CVIII


n.° 2273, pág. 58 - 71

PUBLICADA

Sala de Casación Penal

106
M. PONENTE : GUSTAVO RENDÓN GAVIRIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 11/07/1961

TEMA: DELITO DE ESTAFA - El error en la denominación jurídica del delito


constituye causal de nulidad, impugnable en casación por el motivo 4 del
articulo 567 del Código de Procedimiento Penal y no por el 2, a si se trate de
proceso situado conforme al Decreto 0014 de 1955. Artificios eficaces para
inducir en error a la victima. Idoneidad del medio de comisión en el delito de
estafa, en el caso de autos. Causal 2 de Casación

NOTA DE RELATORÍA: Publicada en Gaceta Judicial: Tomo XCVII n.° 2246 A


2249, pág. 467 - 470

PARTE II

SUJETO ACTIVO CUALIFICADO/ ESTAFA PROCESAL/ COMPLICIDAD/


DETERMINADOR

Cuando un tipo penal exige un sujeto activo cualificado, la conducta de éste


descrita sólo se determinará en forma directa a la pertinente disposición cuando
el agente reúna, en el momento de la realización del hecho la totalidad de las
exigencias típicas.

Se le da el calificativo de estafa procesal, por el hecho de que la defraudación se


logra a través de la intervención funcional de los jueces.

PONENTE(S) : LUIS ENRIQUE ALDANA ROZO


Sentencia Casación
FECHA : 03/06/1983
DECISION : Casa la sentencia impugnada
DELITOS : Falsedad documental
PROCESO : 1983
PUBLICADA : Si

24/01/1984

FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO/ ESTAFA/ CONCURSO

Posibilidad de concurso de falsedad y estafa en documento privado conforme al


nuevo Código Penal.

El uso natural del documento privado no produce concurso con estafa, pero el
uso calificado del mismo con obtención de un provecho económico origina el
concurso de ambas infracciones La Corte ratifica su doctrina.

PONENTE(S) : FABIO CALDERON BOTERO


Sentencia Casación
FECHA : 24/01/1984
DECISION : No Casa

107
PROCESO : 1984
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : DARIO VELASQUEZ GAVIRIA - Salvamento de
Voto
GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ - Salvamento de
Voto

06/09/1984

ESTAFA

Cuando una o varias personas utilizando maniobras engañosas acrecientan su


patrimonio económico en beneficio personal y perjuicio ajeno, mediante el ingreso
de dineros o cualquiera otra clase de bienes muebles, no es dable sostener
válidamente que cometan al propio tiempo delitos de estafa y hurto, por cuanto el
provecho económico logrado como resultado de las maniobras engañosas
consistió precisamente en la apropiación de cosa mueble ajena. En tales casos
surge concurso apenas aparente entre los tipos de estafa y hurto, que ha de
resolver con la aplicación del primero de ellos en cuanto el provecho ilícito
obtenido por efecto de las maniobras engañosas se concretó en el apoderamiento
de cosa mueble ajena,.

PONENTE(S) : ALFONSO REYES ECHANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 06/09/1984
DECISION : Casa la sentencia y en su lugar condena y
absuelve
DELITOS : Estafa, Hurto, Falsedad documental
PROCESO : 1984
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : DARIO VELASQUEZ GAVIRIA - Salvamento
Parcial de Voto
GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ - Salvamento
Parcial de Voto

23/04/1985

ESTAFA

Cuando en la falsificación de documento privado el uso es simplemente artificio


para inducir en error y obtener por esta vía incremento patrimonial indebido,
además de aquella lesión, se ha producido otra de carácter económico en
condiciones tales que ese complejo comportamiento del actor se subsume a la vez
en los tipos de falsedad documental y estafa.

PONENTE(S) : ALFONSO REYES ECHANDIA

Sentencia Casación
FECHA : 23/04/1985
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 1985
PUBLICADA : Si

108
NOTAS ACLARATORIAS : DARIO VELASQUEZ GAVIRIA - Salvamento de
Voto
GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ - Salvamento de
Voto

29/04/1986

ESTAFA/ EXTORSION

Los dos tipos penales tienen en común el propósito de obtener un ilícito provecho
económico, más en cuanto a los medios no puede existir posibilidad de
confusión, la estafa suele calificarse como delito de inteligencia para lograr el
engaño, mientras que la extorsión menoscaba la libre determinación de la víctima
por acciones predominantemente.

PONENTE(S) : GUILLERMO DUQUE RUIZ

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 29/04/1986
DECISION : Asignar al Juzgado la competencia, eviar copias
DELITOS : Extorsión, Estafa
PROCESO : 1986
PUBLICADA : Si

10/11/1987

ESTAFA/ FRAUDE MEDIANTE CHEQUE/ FALSEDAD IDEOLOGICA EN


DOCUMENTO PRIVADO

La emisión de cheque contra cuenta ajena constituye un artificio eficaz para


engañar e inducir en error, pero jamás falsedad en documento privado.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 10/11/1987
DECISION : Casa el fallo
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 129
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
JORGE CARREÑO LUENGAS - Salvamento de
Voto

22/07/1988

ESTAFA/ FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO

Cuando se gira sobre formulario de chequera extraviada se crean documentos


privados auténticos, en los cuales no es jurídico considerar que se hacen
afirmaciones y así es preciso concluir que no se comete el delito de Falsedad sino
el de Estafa consagrado en el artículo 356 del C.P.

PONENTE(S) : GUILLERMO DUQUE RUIZ

109
Sentencia Casación
FECHA : 22/07/1988
DECISION : Casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 2544
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
JORGE CARREÑO LUENGAS - Salvamento de
Voto

17/08/1988

ESTAFA/ FALSEDAD EN DOCUMENTO

En el evento que se gire cheque en "cuenta que no corresponde al girador", la


conducta se ubica como Falsedad si se trata de imitación o fingimiento de firma y
como Estafa cuando se estampa la propia con apariencia de ser el cuenta-
habiente.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 17/08/1988
DECISION : Casa
DELITOS : Estafa, Falsedad documental
PROCESO : 2283
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
JORGE CARREÑO LUENGAS - Salvamento de
Voto

26/07/1989

FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO/ ESTAFA/ CONCURSO

Se produce un delito de Falsedad en Documento Privado en cada ocasión en que


se firme una constancia o comprobante en uso de tarjeta de crédito ajena. Y si,
además se logra el efecto perseguido de obtener beneficios ilícitos considerables
con perjuicio patrimonial de otras personas, se quebrantan dos bienes jurídicos
distintos y claramente diferenciados.

PONENTE(S) : JORGE ENRIQUE VALENCIA MARTINEZ

Sentencia Casación
FECHA : 26/07/1989
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 3100
PUBLICADA : Si

22/08/1989

FRAUDE PROCESAL/ ESTAFA/ CONCURSO APARENTE DE TIPOS

110
La norma tipificadora del fraude procesal no recoge en su integridad el poder
lesivo de la agresión al patrimonio ni el grado de culpabilidad atribuible al
agente, cuando este avanza en el recorrido criminoso, hasta pretender el
provecho ilícito para sí o para un tercero con perjuicio ajeno.

PONENTE(S) : GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ


Sentencia Casación
FECHA : 22/08/1989
DECISION : No Casa
DELITOS : Fraude procesal
PROCESO : 3155
PUBLICADA : Si

15/08/1991

ESTAFA-Competencia/ COLISION DE COMPETENCIA

Sólo en el lugar donde el agente obtiene un beneficio ilícito como resultado del
error en que ha inducido a la víctima que sufre el perjuicio, debe considerarse
consumada la infracción.

PONENTE(S) : JORGE CARREÑO LUENGAS


Auto Colisión
FECHA : 15/08/1991
DECISION : Dirime colisión de competencia
DELITOS : Estafa
PROCESO : 6464
PUBLICADA : Si

ESTAFA

Es indiferente si para ello se requiere o no de la relación personal y directa entre


el estafador y el estafado, pues en tal situación, la inducción o el mantenimiento
en error pueden ser directos o personales o indirectos o genéricos.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA :09/10/1991
DECISION :No Casa
DELITOS :Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO :4217
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : JORGE ENRIQUE VALENCIA MARTINEZ -
Salvamento Parcial de Voto

23/10/1991

ESTAFA

111
Es imperioso que entre la maniobra engañosa y el aprovisionamiento exista una
estrecha relación de causalidad, hasta el punto que lo uno no puede ser sino
consecuencia de lo otro.

PONENTE(S) : JORGE CARREÑO LUENGAS

Sentencia Casación
FECHA : 23/10/1991
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 5912
PUBLICADA : Si

14/09/1992

ABUSO DE CONFIANZA-Diferencia con la estafa/ ESTAFA-Diferencia con el


abuso de confianza

Rad. # 6744 El abuso de confianza se estructura luego de que el agente ha


estado en posesión precaria de la cosa, con el consentimiento de su propietario,
mientras que en la Estafa el propósito delictivo surge con anterioridad o al menos
contemporáneo con la entrega.

PONENTE(S) : JORGE ENRIQUE VALENCIA MARTINEZ

Sentencia Casación
FECHA : 14/09/1992
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 6744
PUBLICADA : No

25/09/1992

FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO/ ESTAFA/ CONCURSO

Según lo pacíficamente aceptado por la doctrina y reiterado por la jurisprudencia


de esta Sala, el hecho de autenticar ante un Notario o cualquier otro funcionario
público un documento privado, no le hace perder su carácter de tal -sigue siendo
privado, pero la diligencia de autenticación que allí se consigna, al ser efectuada
por un empleado oficial en ejercicio de sus funciones, constituye un documento
público, que puede ser objeto de falsedad material o ideológica.

Si los documentos privados falsos y autenticados no se hubieran usado, es


evidente que no se habría configurado el delito previsto en el artículo 221 del
Código Penal y la única conducta que hubiera ameritado investigación sería la
del Notario y demás partícipes en ella, pero como en el caso en estudio no hay
ninguna duda sobre su uso, el concurso efectivo es evidente, luego procede
compulsar las copias tal como lo solicita el Procurador Delegado.

PONENTE(S) : RICARDO CALVETE RANGEL


Sentencia Casación
FECHA : 25/09/1992
DECISION : Casa parcialmente

112
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 6473
PUBLICADA : No

30/09/1992

ESTAFA-Consumación/ COMPETENCIA TERRITORIAL

Es suficiente leer el artículo que describe el punible de estafa (art.356 C.P), para
rápidamente captar que ese comportamiento se perfecciona donde y cuando el
agente obtiene, para si o para otro, el provecho ilícito con provecho ajeno. El
verbo, obtiene, es el que sirve de núcleo orientador y rige la conducta en mención

PONENTE(S) : GUILLERMO DUQUE RUIZ


Auto Colisión
FECHA : 30/09/1992
DECISION : Dirime colisión de competencias
DELITOS : Estafa
PROCESO : 7888
PUBLICADA : Si

15/04/1993

ESTAFA/ FRAUDE PROCESAL

1.) De la descripción típica del delito de estafa se ha de concluir que son los
elementos de la misma los siguientes: a) La conducta del sujeto activo del delito
debe estar orientada a la obtención de un provecho ilícito de carácter
patrimonial, que consecuentemente debe traducirse en un daño de la misma
naturaleza al sujeto pasivo del delito, que se obtiene como consecuencia del error
con que induce a la víctima. b) La utilización por parte del sujeto activo del delito
de medios o artificios engañosos, dirigidos a inducir o mantener en error a la
víctima. c) La real producción del error en el sujeto pasivo de la infracción, o el
mantenimiento en el mismo como consecuencia de la falsa representación de la
realidad en la víctima como producto de los artificios o engaños desplegados por
el agente delictivo. d) Un acto de disposición patrimonial realizado por el sujeto
pasivo y con una relación causal, con las maniobras engañosas realizadas por el
agente del delito. f) La obtención del provecho ilícito buscando por el agente, con
el consecuente perjuicio patrimonial de la víctima. Es obvio concluir que si falta
alguno de estos elementos no puede pensarse en la existencia típica del delito de
estafa.

2.) Es perfectamente posible el concurso de fraude procesal con la estafa.

PONENTE(S) : EDGAR SAAVEDRA ROJAS


Sentencia de Casación
FECHA : 15/04/1993
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 7292
PUBLICADA : Si

21/09/1993

113
DOCUMENTO/ ESTAFA

Cuando un documento así sea público, se involucra en un obrar delictuoso, es


factible atacar su mérito y establecer una distinta realidad, precisamente la que
constituye la conducta criminosa, para entonces si hacer las determinaciones
propias del campo penal. De no, fácil quedaría a quien v. gr., en un delito de
estafa mediante el cual se ha producido la aprobación de un bien inmueble, al
paso que por este instrumento asegura el objeto de su doloso engaño, al mismo
tiempo se procura la intocable prueba de un actuar que se cree legitimo pero que
realmente no lo fue. La cuestión se aparenta, entonces con poder contar con
elementos suficientes para demostrar que lo llevado a escritura como negociación
lícita no exhibió estas notas, y por el contrario, se inserto en un comportamiento
punible.

PONENTE(S) : GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ


Sentencia Casación
FECHA : 21/09/1993
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 7940
PUBLICADA : Si

24/02/1994

ESTAFA-Salvamento de voto

La doctrina de manera uniforme ha sostenido que en este delito (estafa), el daño


patrimonial que sirve para determinar su cuantía, se establece comparando el
patrimonio económico de la víctima antes y después de la intervención punible
del estafador, para fijar su diferencia cuyo monto, es la medida de la cuantía.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA

Salvamento de Voto
FECHA : 24/02/1994
PROCESO : 8355
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
GUILLERMO DUQUE RUIZ - Salvamento de Voto

ESTAFA

Aceptar que el valor del objeto rifado solo debe tenerse en cuenta cuando siendo
legal la rifa se impaga el premio, es aceptar como delito el simple incumplimiento
de una obligación de hacer. Cuando en una rifa fraudulenta una boleta resulta
ganadora, la cuantía es la del objeto ofrecido como premio por ser la boleta
premiada título negociable por quienes desconocen el fraude.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 24/02/1994
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa agravada

114
PROCESO : 8355
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
GUILLERMO DUQUE RUIZ - Salvamento de Voto

06/04/1994

ESTAFA-Salvamento parcial de voto/ FALSEDAD-Salvamento parcial de voto

La actividad creadora en un documento no es conducta que afecte el bien


jurídico de la fe pública y sí presupuesto del delito de la estafa. Si la imitatio que
es parte integral del tipo de falsedad no se da en el caso penal, el hecho deriva
hacia formas comunes de fraude. En esta específica ocurrencia donde el
documento falsificado se inventa o se crea sin asumir imitación de lo verdadero
no es relevante el quehacer falsario y en todo caso el hecho no se acondiciona a
esta tipicidad.

PONENTE(S) : RICARDO CALVETE RANGEL

Salvamento Parcial de Voto


FECHA : 06/04/1994
PROCESO : 8197
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : JORGE ENRIQUE VALENCIA MARTINEZ -
Salvamento Parcial de Voto

ESTAFA/ ABUSO DE CONFIANZA

Tanto en la estafa como en el abuso de confianza la entrega del bien es


voluntaria, la diferencia radica en que en el primero la voluntad está viciada por
un error, mientras que en el segundo la voluntad está libre de todo vicio. Si para
la adecuación típica del abuso de confianza fuera suficiente tener en cuenta que
el bien llegue a manos del sujeto activo por entrega del sujeto pasivo, sin
importar si dicha entrega se debió a la inducción en error o a un acto consciente
y libre, prácticamente desaparecería la estafa.

El haber utilizado a la administración de justicia como medio para obtener el


provecho ilícito, induciendo un Juez en error para que profiriera una sentencia
contraria a la Ley, podría constituir un fraude procesal en concurso con la estafa,
lo cual no constituye error en la denominación jurídica, sino una deficiente
calificación que no puede dar lugar a que se compulsen copias, porque se violaría
la prohibición contenida en el artículo 217 del Código de Procedimiento Penal,
haciendo más gravosa la situación del procesado que en este caso es recurrente
único, ya que no se trata de hechos que no hubieran sido objeto de la
investigación, ni que el Juez no los hubiere apreciado, sino simplemente que al
formular los cargos no se tuvo en cuenta que lo ocurrido generaba una
imputación más.

Es cierto que los fallos de segundo grado no son simple requisito formal,
limitados apenas a convalidar las tesis del inferior, en el supuesto de que las
comparta. Su misión es la de revisar, el fallo recurrido o consultado, y atender,
analizar y responder las tesis de la parte inconforme. Sin embargo, no puede
obligarse al fallador, en el evento de que la decisión de primera instancia se
encuentre en un todo acorde con la realidad procesal, a repetir sus argumentos

115
para llegar a idénticas conclusiones. En situaciones como éstas, no obstante,
debe exponer los motivos de acuerdo con el a quo, es decir, responder con
claridad y precisión, el porque de la decisión de primera instancia se ajusta a la
realidad procesal, y por ende, indicar las razones que lo llevaron a desatender los
razonamientos de la parte recurrente, si la hubiere.

PONENTE(S) : RICARDO CALVETE RANGEL


Sentencia Casación
FECHA : 06/04/1994
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 8197
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : JORGE ENRIQUE VALENCIA MARTINEZ -
Salvamento Parcial de Voto

01/06/1994

ESTAFA/ INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA

La inducción en error como elemento constitutivo de la estafa debe preceder al


provecho ilícito y al daño y además, se agrega, que el artificio o engaño dirigido a
suscitar error en la víctima debe ser idóneo y determinante.

"No todo contrato incumplido o en el que sufre detrimento económico una de la


partes, ha de ser calificado como estafa, necesario es examinar frente a la
concreta situación contractual si en verdad hubo desequilibrio patrimonial en
detrimento de una de las partes, si tal afectación económica fue fruto de
inducción en error mediante engaño y si las maniobras utilizadas generaron
ventaja patrimonial a favor de quien las empleó, con tal propósito".

La inconsonancia absoluta entre la sentencia y los cargos formulados en la


resolución de acusación emerge cuando aquella sorpresivamente absuelve o
condena por una denominación jurídica distinta a la plasmada en el pliego de
cargos; mientras que la incongruencia relativa surge cuando sin haber variado
durante el juicio los fundamentos fácticos y jurídicos de dicho procesamiento el
sentenciador consolida un cargo inexistente en el auto calificatorio y no
demostrado en la causa, o ignora uno expresamente formulado en dicho proveído
y no demeritado con prueba sobreviniente.

De aceptarse la hipótesis planteada por el libelista resultaría forzoso admitir que


todas las sentencias deberían ser condenatorias para que no desentonaran con el
pliego de cargos, lo que constituye un desatino que llama a su rechazo pues ello
equivaldría a darle al auto enjuiciatorio una fuerza vinculante y concluyente que
no tiene desconociendo la importancia que reviste el período probatorio del juicio
y las alegaciones durante el plenario.

PONENTE(S) : JORGE CARREÑO LUENGAS


Sentencia Casación
FECHA : 01/06/1994
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 8440
PUBLICADA : Si

116
05/07/1994

ESTAFA-Salvamento de voto/ CONCURSO-Salvamento de voto

"a Cuando los artículos y engaños" que contempla el artículo 356 del C. P.
tuvieron por finalidad el fingimiento de la celebración del Sorteo, porque desde
que se planteó el delito y se principiaron a vender las boletas era claro para el
estafador que éste jamás se llevaría a cabo. Es decir, cuando no existe
posibilidad de que alguno de los suscritos a la rifa pueda resultar ganancioso, ya
que solo se les vendió una ilusión, la de que podrían ganarse un premio, que ni
existía, ni se pretendía sortear jamás. "b Cuando los artículos y engaños"
tuvieron por finalidad desconocer el premio que realmente sí se sorteó, esto es,
cuando se engaña al ganador haciéndosele creer que a pesar de que la suerte lo
favoreció, el premio no puede serle entregado por alguna circunstancia mentirosa
o falsa, convenciéndolo, por ejemplo, de que la boleta es espuría, o equivocado el
número que como ganador registraron los medios de comunicación. "A pesar de
que en estas dos hipótesis se presenta un delito de estafa, éste no tiene las
mismas características en ambas. "En primera, los sujetos pasivos del delito son
todos y cada uno de los compradores de boleta, ya que a todos ellos se les hizo
cree, engañosamente, que iban a participar en un sorteo que jamás se efectuaría
y que en consecuencia nunca podrían ganarse. "En la segunda hipótesis, en
cambio el único sujeto pasivo de la estafa es el tenedor del boleto ganancioso,
puesto que a los demás en nada se les engaño se les vendió la oportunidad de
concurrir a un sorteo y efectivamente en él participaron, pero no ganaron.

PONENTE(S) : GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ


Salvamento de Voto
FECHA : 05/07/1994
PROCESO : 9420
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
GUILLERMO DUQUE RUIZ - Salvamento de Voto

ESTAFA/ COLISION DE COMPETENCIA/ ESTAFA-Rifa

Establecer la competencia, en esta clase de procesos (estafa por razón de rifas) no


ha dejado de ofrecer problemas ya porque las modalidades de la conducta suelen
ser variadas y complejas, ya porque los aspectos de cuantía y territorialidad no
dejan de propiciar criterios diferentes y encontrados, todo lo cual, repercute en la
parálisis de las averiguaciones, o en dificultades procesales de las mismas, o en
desprotección de víctima o víctimas y, en fin, en aliento de quienes han escogido
esta fácil norma de hacer abundante dinero, los mismos que a la postre, resultan
idemnes o muy tardía o benévolamente sancionados.

Lo adverso de esta situación se muestra más de bulto cuando se advierte el


desconocimiento e inaplicación de criterios jurisprudenciales, que debieran ser
más conocidos y respetados, expuestos y repetidos para tratar de ofrecer
soluciones a estas inquietudes y evitar las consecuencias nocivas señaladas.

Cuando la rifa, lotería, sorteo, etc. se ha llevado a efecto señalado a uno o varios
ganadores, este reducido grupo de personas y no todos los que adquirieron su
comprobante, boleta, billete, talón, papeles, cédula, etc., para participar en las

117
mismas, debe ser considerado como sujeto pasivo de esa acción delictiva. Por
tanto, la cuantía será la del valor ofrecido como premio o premios y que ya tienen
dueños o beneficiarios específicos, y nunca el valor recaudado de cada uno o de
la totalidad de los participantes en el juego. Aquí ya todos han tenido su
retribución conforme a lo que fue motivo de su asentimiento y todos tuvieron
ocasión de figurar como favorecidos. No hay propiamente, desconocimiento de
una expectativa sino su cumplimiento, osea, el hacer concurrido a un sorteo, el
mismo que se ha efectuado y ha concluido en señalar uno o varios ganadores.
Aquellos, a los cuales el azar no les amparó, tuvieron respuesta adecuada a su
aporte y es etapa ya cerrada sobre la cual para nada cuentan las vicisitudes
posteriores del pago de los premios o recompensas anunciados, las anteriores
irregularidades legales advertibles en el proceso de formalización del juego, etc.,
todo lo cual lo que está indicado es la consumación de la estafa en perjuicio de
los favorecidos. Si todos pudieran reclamar, esto es, los que resultaron
ganadores y todos los demás que adquirieron boletas, se estaría indicando que
no hubo un ganador y que no se efectuó un sorteo que finalizó con la escogencia
de ese grupo de favorecidos. Estos, en concreto, son los que han recibido el daño
de la actividad ilícita desplegada y la cuantía que debe ser tenida en cuenta, en
esta infracción patrimonial, la constituye el modo económico de las cosas, bienes,
dinero reclamos.

Si la cuantía de la estafa se está señalando en relación con el valor del premio es,
porque el lugar de adquisición de la boleta no tiene la significación que, en este
punto, quiere atribuírse. Por que no pensar, a este respecto, en la adquisición de
un boleto en paraje por el cual, ocasionalmente, se pasó, que no representa
posibilidad de nueva frecuentación, pretendiéndose con la combatida tesis que el
ofendido vuelva alli, únicamente para formular denuncia?. A la víctima no se le
puede dificultar su acción ni causante este nuevo agravio ni cargarle adicionales
erogaciones. De ahí entonces, que deba operar un criterio preventivo, tanto más
pausible cuando se advierte que esta clase de conducta cubre un vasto y disímil
espacio, en donde constantemente se está cumpliendo una actividad estafadora,
que pueda afectar a uno o varios, que atrae como propios numerosos lugares en
los cuales se disemina los elementos de comprobación etc., debiéndose entonces
decir que el lugar de comisión se muestra incierto, por lo menos, art. 80 del C. de
P. P., y posibilita su concreción mediante la respectiva denuncia, la cual
establece, quien debe conocer del respectivo proceso. Hay que admitir esta
capacidad para escoger el lugar donde se quiere excitar la intervención del
organismo penal y esto lejos de ofender o menoscabar a nadie, representa un
criterio de amplia y respetable conveniencia.

Distinto totalmente diferente, es el caso de programar una rifa en la cual nunca


se tendrá un sorteo y por lo tanto no se definirá uno o varios ganadores. En este
evento, la estafa múltiple se refiere a todos aquellos adquirientes de boletas o
billetes y la cuantía del ilícito será el valor de cada uno de estos, individualmente
estimados, dándose obviamente el fenómeno concursal.

PONENTE(S) : GUSTAVO GOMEZ VELASQUEZ


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 05/07/1994
DECISION : Declara competencia J. P. C. Sincelejo
DELITOS : Estafa
PROCESO : 9420
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : EDGAR SAAVEDRA ROJAS - Salvamento de Voto
GUILLERMO DUQUE RUIZ - Salvamento de Voto

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13/07/1994

DEMANDA DE CASACION/ ESTAFA/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY


SUSTANCIAL/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL

Las dos censuras posibles dentro de la causal primera del artículo 220 del
Código de Procedimiento Penal son excluyentes, en cuanto la violación directa
(Cuerpo primero del precepto) implica la aceptación, por parte del actor, de los
hechos que se declaran probados en la sentencia y de la valoración probatoria
que de ellos hacen las instancias, mientras que por la indirecta (cuerpo segundo)
la alegación se centra en la demostración de errores de apreciación que sobre las
pruebas tuvo el juzgador.

La Corte no está autorizada para corregir las fallas de que adolece la demanda ni
por ende, para complementarla, o seleccionar en esas alternativas planteadas en
forma simultánea la que mejor se acomode a los intereses del recurrente, sea
debatiendo los hechos base de la condena, ora aceptándolos para controvertir si
para ellos se aplicó o interpretó correctamente la norma que corresponda. Si se
aplicaba a la violación directa debió indicar además el casacionista con toda
claridad en que consistía el desconocimiento de la ley, demostrando la
inaplicación indebida o la interpretación errónea del precepto sustancial
señalado como vulnerado, lo mismo que la incidencia de ese yerro en decisión
acusada.

No era suficiente inferir de la permisibilidad de un contrato lícito la ausencia de


artificios o engaño, pues nada impide que la inducción o el mantenimiento en
error tengan origen precisamente en la aparente sinceridad y la legalidad de que
se revista ese acuerdo de voluntades. El contrato en muchos casos resulta
utilizado como medio idóneo para ocultar el verdadero ánimo de defraudar. Ya el
Código Penal de 1936 (Ley 95) en su artículo 409 descrita dentro del capitulo de
la estafa el llamado estelionato consistente en enajenar como propia una cosa a
sabiendas de su ajenidad, o en venderla como libre a sabiendas de que sobre ella
recaía un gravamen, o que se hallaba embargada o secuestrada. Si en el Decreto
100 de 1980 se suprimió esta figura, su abolición se explica ante la voluntad de
excluir fórmulas casuísticas que no por una tolerancia al fraude o el deseo de
hacer atipicas estas conductas, llamadas a solucionarse en el futuro mediante
cotejación frente a los requisitos del ahora artículo 356 del Código Penal.

PONENTE(S) : JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA


Sentencia Casación
FECHA : 13/07/1994
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 8622
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

14/02/1995

ESTAFA/ PRESCRIPCION/ COMPLICIDAD

LA PENA MAXIMA privativa de la libertad para los cómplices del delito de estafa,
agravado por la cuantía es de 12 años y seis (6) meses, que resultan de la
siguiente operación aritmética: 10 años correspondientes a la pena privativa de la

119
libertad prevista para la estafa por el artículo 356 del Código Penal, más 5 años
(la mitad de 10) por razón de la cuantía (art.372.1), para un parcial de 15 años,
menos 2 años y 6 meses (1/6 parte) por virtud de la complicidad.
Dicho término reducido a la mitad para efectos de determinar el tiempo de
prescripción (arts. 80 y 84 C.P.), arroja 6 años y 3 meses.

PONENTE(S) : GUILLERMO DUQUE RUIZ


Sentencia Casación
FECHA : 14/02/1995
DECISION : Declara cesación de procedimiento y no casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 9288
PUBLICADA : Si

03/08/1995

ESTAFA

Es de considerar que la practica comercial en el manejo de apertura y


cancelación de cuentas, así como en el giro de cheques, entrega de chequeras
etc., exige la actividad personal y directa del cuentahabiente, pues en caso de
que este delegue a otro alguna actividad en su nombre cuando las autorizaciones
y autenticaciones resultan de recibo, lo que concuerda con el art. 1 del contrato
de apertura de cuenta en concordancia con el artículo décimo ibídem, donde se
establece para el cuenta correntista el deber de custodiar su chequera, los
cheques, y evitar que cualquier otra persona pueda hacer uso de esos elementos
de su exclusiva responsabilidad.

PONENTE(S) : JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA


Sentencia Casación
FECHA : 03/08/1995
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 8770
PUBLICADA : No

27/09/1995

ESTAFA-como fraude colectivo/ FRAUDE COLECTIVO/ DELITO MASA

No cabe duda que fue una sola acción cumplida por la procesada -la ilícita
obtención del provecho ocurriría en un solo día-, con una finalidad única, en
detrimento del ente abstracto único constituido por los usuarios de sus servicios
de prestamista que resultaron afectados; que ejecutó esa conducta prevalida de
lo que aparentaba ser el cumplimiento del objeto social de su actividad comercial
autorizada por el Estado "Compraventa El Diamante" y, que desembocó en un
verdadero fraude colectivo, no en múltiples pequeños e individuales fraudes,
pues el simulado hurto al establecimiento en un solo día, constituía condición
resolutoria de los múltiples contratos y liberaba a la procesada, también en ese
día, de todas las obligaciones de retroventa vigentes para la fecha en que se
ejecutó. Sin que la circunstancia de ser plural el sujeto pasivo desnaturalice el

120
tipo penal en referencia, por cuanto resulta evidente que el sujeto activo
contempló al grupo, como una unidad, diferenciada de los individuos concretos
que la integran y que tienen el carácter de perjudicados, pues, se insiste, como lo
destacan comentaristas de la figura, lo esencial de ella radica en que el "sujeto
activo con unidad de propósito y planificación concibe como destinatarios, no a
los sujetos pasivos singulares titulares de las participaciones que de cada una de
ellas se pretende lograr, sino a la masa de todos ellos, productora del lucro
conjunto y unitario que se persigue obtener". (LANDROVE DIAZ, Gerardo, ‘Los
fraudes colectivos’, Bosch Barcelona, 1978, Pag.42).

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 27/09/1995
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 8942
PUBLICADA : Si

30/04/1996

ESTAFA/ PERJUICIOS

1. No fatalmente quien sufre el perjuicio económico y es víctima del hecho


punible, debe ser la persona sobre la cual recae el ardid o maniobra artificiosa
(art. 356 C.P.). El delito de estafa bien puede estructurarse sin que el estafador
llegue a tener contacto directo con la víctima, como ocurre cuando el engaño se
proyecta sobre persona distinta de quien recibe el perjuicio.

2. Respecto del artículo 55 ibídem, debe decirse que no es cierto que esta norma
obligue al juzgador a designar un perito para avaluar los perjuicios ocasionados
con el hecho punible. Esta decisión, de acuerdo con el citado precepto, es
facultativa del funcionario judicial, quien según la complejidad del asunto, podrá
disponer o no su intervención.

PONENTE(S) : FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 30/04/1996
DECISION : No Casa
DELITOS : Falsedad, Estafa
PROCESO : 8959
PUBLICADA : Si

15/05/1996

FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ ESTAFA

Hay falso juicio de identidad por distorsión de la prueba cuando se tergiversa o


falsea su real contenido o sentido, como cuando se hace decir al testigo lo que no
dijo, se deforma el verdadero contenido del documento o se tuercen las
conclusiones del dictamen del perito; posturas que llevan al juzgador a
conclusiones contrarias a la realidad probatoria que emerge del proceso.

2.- La obtención del provecho ilícito no puede equipararse al agotamiento o real


usufructo del provecho, pues resulta suficiente que la víctima quede despojada,

121
así sea transitoriamente, de sus valores o de la posesión de una cosa, que pasa al
campo de acción ideado y dominado por el defraudador, para que pueda hablarse
de aprovechamiento ilícito, aunque el perjudicado lo recupere tiempo después.

PONENTE(S) : NILSON PINILLA PINILLA


Sentencia Casación
FECHA : 15/05/1996
DECISION : Desestima la demanda, declara prescrita la
acción, decreta pena y confirma.
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Estafa
PROCESO : 9640
PUBLICADA : Si

16/10/1996

ESTAFA

Atendido el hecho de que el trato celebrado entre los acusados y el denunciante


fue de promesa de celebrar una compraventa, vale decir, fue un contrato especial
distinto del contrato prometido, contentivo de la implícita condición resolutoria
de todo contrato prevista en el artículo 1546 del C. C., la objeción de no haber
analizado el Tribunal los artículos 1849, 1914 y 1915 del C. C., todos referentes
al contrato de compraventa, resulta inconducente para cuestionar el fallo. En
lo concerniente al artículo 1602 del C. C. cuya falta de consideración también
pregona, la falta de motivación del reparo impide conocer su fundamento. Estas
razones imponen la improsperidad del cargo.

PONENTE(S) : DIDIMO PAEZ VELANDIA


Sentencia Casación
FECHA : 16/10/1996
DECISION : Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 9425
PUBLICADA : Si

27/11/1996

ESTAFA COLECTIVA/ COMPETENCIA

No cabe duda que la defraudación de que trata este asunto se consumó con el
abono de los susodichos pagarés a la cuenta apócrifa, pues en ese momento se
obtuvo el provecho ilícito con perjuicio patrimonial ajeno, en cuanto se hicieron
efectivos los títulos valores falsos quedando el dinero correspondiente a
disposición de los timadores. El cobro de los cheques mediante los cuales se
dispuso del dinero fraudulentamente obtenido son actos propiamente dirigidos al
agotamiento del delito, que como se sabe es posible que se consiga o nó pero en
todo caso después de consumado el mismo.

No puede aceptarse la tesis traída por el Tribunal para este caso, según la cual
sólo se obtiene el provecho ilícito cuando se logra retirar el dinero de la cuenta
fraudulenta, porque ello implicaría extender los actos ejecutivos del delito más
allá de la órbita de su consumación, llevándolos hasta el terreno del agotamiento
como si la consumación del reato estuviese condicionada a la obtención del

122
propósito perseguido por el actor, confundiendo así dos etapas bien
diferenciables del iter criminis.

De otro lado, las circunstancias que rodearon la ilicitud revelan que desde un
principio los procesados tuvieron la intención positiva de cometer una estafa por
el monto global de todos los pagarés falsos, es decir, idearon una sola acción
delictual ejecutable por etapas, obviamente para no despertar sospechas y
asegurar el éxito de su empresa criminal. De ahí que en vez de hacer una única
gran consignación, hubiesen hecho varias consignaciones relativamente
pequeñas, con intervalos cortos, involucrando diferentes sucursales del mismo
banco y falseando numerosos títulos en cuantías discretas para no despertar
desconfianza y evitar así mayores controles de los habituales.

Dicha modalidad de la ilicitud permite concluir que los procesados cometieron


una sola acción delictiva de estafa en cuantía muy superior a los diez (10)
salarios mínimos legales mensuales de que habla la ley 23 del 91, cuya cifra
concreta corresponde a la sumatoria de la totalidad de los pagarés espúrios
efectivamente abonados a la cuenta corriente abierta a nombre del supuesto
Castañeda Veloza. Y siendo ello así, carece de todo fundamento la nulidad
incoada, pues tanto por el factor funcional como por el territorial, resulta
incuestionable la competencia ejercida por el a-quo en este caso.

PONENTE(S) : CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR


Sentencia Casación
FECHA : 27/11/1996
DECISION : Casa declarando que el delito de estafa es único y
cesa procedimiento por otro.
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 9308
PUBLICADA : Si

03/12/1996

SUJETO ACTIVO CUALIFICADO/ ESTAFA/ DELITO MASA

Si bien el contrato de prestación de servicios no genera vínculo laboral con el


Estado, no pudiéndose considerar al procesado como un funcionario o empleado
público, lo cierto es que las funciones que desempeñaba desde su condición de
particular, de conformidad con el artículo 63 del C.P., permiten considerársele
empleado público para efectos penales.

Para efectos penales, el artículo 63 del C.P. incluye a "toda otra persona que
ejerza cualquier función pública, así sea de modo transitorio".

Es la calidad de las actividades encomendadas lo que determina su carácter de


función pública, esto es, si se encuentran dentro de las que debe cumplir el ente
para alcanzar sus objetivos.

Para la Corte no cabe duda que la descripción típica del artículo 356 del C.P.
admite la pluralidad de sujetos pasivos, no sólo porque así se explica el cambio
de las expresiones "en perjuicio de otro" por "con perjuicio ajeno", en relación con
el C.P. de 1936, que de suyo amplió cualquier criterio restringido al respecto,
sino además porque, aun sin esta modificación, la estructura y contenido del
delito de estafa, en ninguna forma impide que los sujetos timados puedan ser
plurales, pues es claro que su reconocimiento no solo depende de la literalidad de

123
la norma sino, igualmente, de la naturaleza de la conducta descrita y del sentido
mismo de la prohibición.

Y, no es que bajo este supuesto hermenéutico, la "determinación del sujeto


pasivo", entendida como la previa individualización de las personas a quienes se
induce en error, no pueda predicarse en estos casos por la dificultad que se
presentaría en la identificación anticipada de sus integrantes por tratarse de una
colectividad, pues una tal interpretación resulta desconocedora del verdadero
alcance material y jurídico de la norma, además de que partiría de un concepto
ideal de conducta.

En efecto, el hecho de que la identidad de cada uno de los sujetos que conforman
la colectividad no sea inicialmente determinada por el autor, no significa que la
acción no recaiga sobre "personas perfectamente singularizadas", pues, en estos
casos la conducta engañosa no va dirigida a un grupo de personas
indeterminadas y abstractas sino, por el contrario, al que previamente se ha
limitado con conocimiento pleno de las circunstancias temporoespaciales,
modales y personales de sus integrantes, a quienes se quiere inducir en error.

Es que si bien el modelo de análisis dogmático de esta clase de conductas típicas,


suele partir de la hipótesis en que concurre un solo sujeto pasivo debidamente
individualizado, el cual es inducido en error mediante medios directos y
personificados de convicción, esto no significa que el intérprete deba reducir el
sentido hermenéutico de la norma a estos casos cotidianos, ni al punto de
partida pedagógico, desconociendo los horizontes de proyección que emergen de
su verdadero alcance, para lo cual se impone adentrarse en el contenido de la
prohibición, auxiliado por claros elementos político-criminales fundamentadores
de una política penal justa, pues la abstracción de la norma no puede desconocer
la realidad social y delictual del medio al cual va dirigida.
Admitir que la Ley se limitó a regular como estafa únicamente aquellas
conductas defraudadoras desarrolladas en el ámbito de una relación directa,
personal y física entre dos individuos, sería equivocado, pues además de que una
tal interpretación estaría partiendo de un casuismo que no caracteriza al Código
Penal vigente, resultaría absolutamente desconocedora de la propia descripción
típica de este delito, que precisamente no limita los artificios y engaños
generadores del error en la víctima, ni hace una tal exigencia, sino por el
contrario, posibilita una amplísima gama de modalidades en su ejecución, sin
dejar de lado la propia versatilidad y capacidad de ingenio del timador, que es
consustancial a la defraudación engañosa. Además, habría que reconocer que el
legislador estatuyó un delito de estafa fuera del modelo progresivo de relaciones
socio-económicas que generan y del que participan sus destinatarios, lo cual no
parece apropiado, pues tratándose de un delito que necesariamente se desarrolla
en el ámbito del tráfico jurídico de las negociaciones comerciales y técnicas, no
puede comprenderse en un marco diverso a aquél, con todas sus modalidades y
posibilidades, mas aun cuando legislaciones como la nuestra no hacen
condicionamientos circunstanciales al respecto, cerrando el paso a todas
aquellas defraudaciones posibles en el mundo moderno, como sería el caso del
fraude informático, por ejemplo.

Siendo entonces diversos los sujetos pasivos a quienes va orientada la acción


engañosa, el logro del fin propuesto exige la elección de unos medios idóneos
para lograrlo, que por la complejidad en su ejecución necesariamente impone la
exteriorización de una multiplicidad de actos dirigidos a cada uno de los
integrantes de la colectividad, pues, entender que se estafa a este ente en
abstracto, es tan solo una ficción, ya que incuestionablemente la inducción en

124
error y la desposesión del patrimonio económico ajeno se logra de las personas
en concreto, esto es de quienes la
conforman.

Trátase, por tanto, en casos como este, de una acción única con pluralidad de
actos ejecutivos, que de suyo excluye la posibilidad del delito continuado, que por
definición exige una pluralidad de conductas. Lo que sucede es que al recaer
cada uno de los actos ejecutivos que la conforman en diversas personas, esto no
significa que se trate de acciones independientes con relievancia jurídico penal,
sino que estos son actos ejecutivos de la conducta integralmente considerada,
que como única, tipifica una sola acción delictiva con pluralidad de sujetos
pasivos, pues no en pocas ocasiones exige la puesta en marcha de una
multiplicidad de actos dependientes de los medios utilizados, que naturalística y
jurídicamente se tornan en necesarios para que la acción final defraudadora
pueda consumarse.

Y, esto porque el considerar cada inducción en error como una acción autónoma
y no como un acto integrante de la acción final propuesta por el defraudador,
implica desconocer que la pluralidad de medios ideados y puestos en ejecución
tienen como objetivo no el de estafar a una sola persona, sino a la pluralidad
anticipadamente prevista y mutar esta voluntad para anteponerle una simple
causalidad material, agotada en la obtención de cada una de las cantidades de
dinero integradoras de la suma total que se pretende obtener por el estafador y
para lo cual ha puesto en marcha los medios que ha creido idóneos para lograrlo,
es nada menos que crear por parte del juzgador su propia conducta
desconociendo la que realizó el autor del delito, con la impunidad que un tal
proceder generaría en la práctica cuando se trate de cuantías menores
tipificables como contravenciones.

No obstante, este reconocimiento de la voluntad como contenido de la acción no


puede conducir al equívoco de desconocer la valoración normativa que implica la
prohibición típica, como que ésta constituye su límite para los efectos de la
unidad de acción; debiéndose tener en cuenta, igualmente, el contenido y sentido
del tipo para establecer hasta dónde permite que vaya esa voluntad y a partir de
qué momento se inicia otra acción originaria de una imputación concursal, esto
es, deben examinarse tanto la finalidad concreta propuesta por el autor, como el
tipo penal correspondiente dentro del ámbito social en el cual es aplicado.

No se trata, así, de buscar una solución recurriendo a un híbrido conceptual


temporizador de inconsistencias teóricas, sino de poner en su punto el
reconocimiento del fundamento de la acción con la prohibición normativa objeto
de reproche, que impone recuperar todo el contenido material del tipo llevándolo
hacia la relievancia jurídico penal que centrada en el bien jurídico objeto de
tutela, suministra su real sentido y alcance.

Así y por tratarse de una acción única, el dolo consecuencialmente también es


único y no continuado, dirigido a la vulneración de un tipo penal que admite
pluralidad de sujetos pasivos, y que con todos y cada uno de sus actos
ejecutivos, y no acciones autónomas, totalizan la lesión final del bien jurídico,
entendido como una unidad integrada por la pluralidad de intereses
particularizables, lo cual significa que abarca todo el episodio fraudulento
dirigido sobre las personas que integran la colectividad y no sobre ésta entendida
como ente abstracto, pues lo que sucede es que la unidad de engaño empleado
hacia la pluralidad de sujetos, hace que el error se materialice en cada uno de los
actos que integran los diversos momentos de ejecución, motivo por el cual la
cuantía del provecho ilícito corresponde a lo obtenido de todos los perjudicados.

125
Por tanto, ha de decirse finalmente, que la concurrencia de sujeto pasivo plural
en el delito de estafa corresponde al sentido de la norma, tanto desde un punto
de vista estrictamente dogmático, como desde sus postulados críticos y de los
contenidos político-criminales que en un Estado social de derecho deben inspirar
la hermenéutica jurídica, con la necesaria repercusión que tiene un tal
planteamiento frente a la fijación de la pena, si se tiene en cuenta que una
conducta así ejecutada implica especiales modalidades de ejecución del hecho
punible, que un dolo integral de una acción que cubre una pluralidad de sujetos
pasivos lleva a un grado de reprochabilidad mayor y que la afectación
patrimonial de un conglomerado social, de suyo relievan su gravedad.

PONENTE(S) : CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE


Sentencia Casación
FECHA : 03/12/1996
DECISION : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio,
impone pena
DELITOS : Estafa, Concusión
PROCESO : 8874
PUBLICADA : Si
29/10/1997

ESTAFA-Consumación

De manera reiterada esta Corporación ha precisado que el delito de Estafa se


consuma en el lugar donde el sujeto activo obtiene el provecho patrimonial como
consecuencia de la inducción en error de la víctima.

PONENTE(S) : RICARDO CALVETE RANGEL


Auto Colisión de Competencias
FECHA : 29/10/1997
DECISION : Declara competencia al Juzgado 62 Penal
Municipal de Santa Fe de Bogotá
DELITOS : Estafa
PROCESO : 13657
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

05/11/1997

ESTAFA-Cuantía/ DELITO/ CONTRAVENCION

Con relación a las estafas cuya cuantía para la fecha en que entró en vigencia la
Ley 23 de 1991 excedían de diez salarios mínimos legales mensuales, es evidente
que la voluntad del legislador fue que mantuvieran su calidad de delitos contra el
patrimonio económico, y con posterioridad a dicha Ley no se ha expedido
ninguna otra que varíe esa situación, de manera que desde ese punto de vista no
tiene asidero invocar el principio de favorabilidad, ya que no existe sucesión de
leyes en el tiempo, que es fenómeno que permite seleccionar entre diversas
normas cuál es la más favorable para el procesado en el caso concreto.

Ahora, si el tema se reduce a precisar cuál es el efecto que se genera cada vez
que el valor del salario mínimo es modificado, con relación a las conductas que
en el momento de ejecutarlas superaban los diez salarios mínimos exigidos para

126
considerarlas delito, pero que ante el reajuste ya no los exceden, con certeza se
puede afirmar que NINGUNO.

Lo que la Ley 23 de 1991 introdujo es un parámetro que indica que en los casos
de hurto, estafa, emisión y transferencia ilegal de cheques, abuso de confianza,
aprovechamiento del error ajeno o caso fortuito, y daño en bien ajeno, si en el
momento de ejecutar la conducta la cuantía del punible excede del valor de diez
salarios mínimos mensuales entonces vigentes, debe ser sancionado como delito,
sin que las variaciones posteriores del salario puedan provocar una alteración de
los juicios de valor que se emitieron sobre lo ejecutado en un período precedente.

Dicho de otra manera, cuando el interés jurídico patrimonial afectado exceda de


la cuantía mencionada, en cada época en que ello ocurra, su gravedad es tal que
debe ser considerada delito, y dicha gravedad no se irá desdibujando con el
transcurso del tiempo por la simple circunstancia de la pérdida del valor
adquisitivo de la moneda, pues el factor determinante en esa materia no es el que
traiga el futuro sino el existente cuando ocurrió, de manera que la modificación
de la disposición complementaria no lleva a su aplicación retroactiva.

Al fijar el legislador la cuantía que sirve de límite a la calificación de una


conducta como delito o contravención en salarios mínimos, no hace cosa distinta
a reconocer la existencia de un hecho que afecta a nuestra realidad de manera
importante, como es la devaluación de la moneda, razón por la cual no es
acertado señalar una suma fija en pesos sino mantener el monto actualizado
mediante ese sistema, porque lo evidente es que ese valor, pasado algún tiempo,
y apreciado en el contexto de ese nuevo momento, no va a ameritar que su lesión
o puesta en peligro sea considerada como delito, y en consecuencia puede bastar
una regulación en el ámbito de las contravenciones.

De antemano se sabe que la disposición complementaria tiene su origen en una


autoridad legislativa de inferior jerarquía, y que por la materia que regula va a
sufrir constantes modificaciones, en el caso actual de nuestro país, ampliando
cada vez la cuantía de lo que debe ser calificado como contravención, y
restringiendo la de los delitos, pero ello no tiene incidencia sobre las conductas
realizadas con anterioridad, pues el parámetro de referencia para saber frente a
qué clase de hecho punible nos encontramos lo da la circunstancia de que la
cuantía en cada momento resulte, o no, superior a diez salarios mínimos
mensuales.

Razón le asiste al Procurador delegado al criticar el entendimiento que le da a la


norma el libelista, pues en realidad bastaría dilatar los procesos para que el
hecho imputado terminara perdiendo la calidad de delito y convirtiéndose en una
contravención, que para entonces seguramente también estaría prescrita, ya que
el termino para ese efecto es muy corto. Dicho de otra manera, ese sería el
camino para impedir la aplicación de los tipos penales relacionados, y una
manera de procurar la impunidad.

En armonía con la anterior interpretación, el artículo 73 del Código de


Procedimiento Penal señala que "La competencia por la cuantía se fijará
definitivamente teniendo en cuenta el valor de los salarios mínimos legales
vigentes al momento de la comisión del hecho", lo cual quiere decir que
independientemente de las variaciones que se produzcan en el valor del salario,
la competencia se conserva, como igualmente se conserva la calidad de delito
para el hecho objeto del proceso.

PONENTE(S) : RICARDO CALVETE RANGEL

127
Sentencia Casación
FECHA : 05/11/1997
DECISION : No Casa
DELITOS : Falsedad, Peculado por apropiación, Estafa
PROCESO : 11138
PUBLICADA : Si
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19/11/1997

COLISION DE COMPETENCIA-Límites/ ESTAFA-Consumación

Es de advertir ante todo que en las decisiones que se profieran para resolver
sobre la competencia de un asunto, resulta improcedente toda consideración
sobre la atipicidad de la conducta o la responsabilidad del sindicado, pues esos
temas se hallan reservados para el funcionario competente y el momento
procesal oportuno para las decisiones de fondo.

El tema del conflicto se restringe a los factores que determinan el conocimiento


del respectivo asunto como el lugar de ocurrencia, el ámbito funcional, la
existencia de fuero, la conexidad o, la materia de que se trata, para cuyos efectos
resulta impertinente discutir sobre la "buena fe" con que se haya obrado u otros
conceptos análogos.

Procede recordar en relación con el delito de estafa, que éste se consuma con la
obtención de un provecho ilícito en detrimento de otro y siendo ello así no
solamente es dable afirmar por lo hasta aquí probado que tanto las posibles
maniobras engañosas (suscripción de los contratos de promesa de compraventa y
arrendamiento y luego la escritura de compraventa) tuvieron ocasión en la
ciudad de Armenia sino que, se insiste, fue allí donde se percibió el precio, pues
el hecho de haber sido pagada buena parte de esa suma mediante cheques así lo
indica, sin que incida en contra de esta conclusión el que el Banco girado tenga
su localización en Medellín, pues se trata de instrumentos negociables, idóneos
para liberar obligaciones y aptos para ingresar incondicionalmente en el tráfico
comercial.

PONENTE(S) : JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA


Auto Colisión de Competencias
FECHA : 19/11/1997
DECISION : Atribuye competencia al Juzgado 5º Penal del
Circuito de Armenia
DELITOS : Estafa
PROCESO : 13863
PUBLICADA : Si
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09/09/1998

ESTAFA/ FRAUDE PROCESAL/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL

El casacionista denuncia violación directa de la ley sustancial, por aplicación


indebida de los artículos 356, 22 y 26 del C. P., por ser atípico el comportamiento
por inidoneidad del medio empleado para inducir en error.

128
Ante todo es preciso manifestar que al estar los dos delitos en concurso, los
medios fraudulentos son comunes, pues a través de ellos se indujo en error al
funcionario para obtener un pronunciamiento contrario a derecho, con la
finalidad última de obtener un provecho ilícito en perjuicio ajeno.

Al ser los medios comunes, los argumentos expuestos por el libelista, sobre su
ineptitud en su potencialidad inductora de error, hay que entenderlos, como lo
aseveró, no sólo con relación al fraude procesal sino a la estafa.

En la violación directa, como reiteradamente lo ha sostenido la Sala, se acepta la


realidad probatoria acogida en el fallo y sus deducciones, siendo el
cuestionamiento de puro derecho, requisito que no se cumple en el caso
pertinente, así el recurrente haya insistentemente afirmado que se está en
presencia de una mera falta de entendimiento de la norma tipificadadora por
parte del fallador.

PONENTE(S) : JORGE E. CORDOBA POVEDA


Sentencia Casación
FECHA : 09/09/1998
DECISION : Declara prescripción por un delito, desestima la
demanda, impone pena
DELITOS : Fraude procesal, Tentativa de estafa
PROCESO : 10311
PUBLICADA : Si
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29/06/1999

ESTAFA-Como fraude colectivo/ DELITO MASA

El artículo 356 del C.P. no excluye de su tipicidad la eventualidad de que el


sujeto activo del delito realice múltiples y repetitivos actos para la obtención de
un solo propósito defraudador que se mantiene y materializa en el tiempo con
fraccionados logros, lo que se infiere de la modalidad conductual descrita en la
norma como "manteniendo a otro en error", pues es una manera efectiva de
proseguir con lo que está haciendo, dado que con tales actos a la postre obtiene
no despertar alarma en su víctima, que entonces permanece a su merced para su
oscuro propósito por el tiempo que él así lo quiera.

La interpretación de la norma tipificadora del delito de estafa no puede dejar de


lado el dilatado alcance que subyace en su contenido, que consulta razones de
política criminal tendientes al justo tratamiento de la problemática penal
enfrentada a la realidad social y delictiva, que en numerosos casos se manifiesta
con la sutileza y audacia de iguales o similares características a las que
conforman el caso en examen. Por esta misma razón la jurisprudencia de la
Corte ha venido ampliando su criterio hermenéutico en relación con el tipo penal
del delito de estafa cuando el mismo sujeto activo lo comete contra múltiples
ofendidos en lo que ha venido conociéndose doctrinariamente como fraude
colectivo o delito masa (Sents. 27 de septiembre 95 M.P.Dr.Páez Velandia y 3 de
diciembre 96 M.P.Dr.Gálvez Argote).

Cuando el sujeto activo del delito realiza a lo largo del tiempo y en detrimento
patrimonial de la misma persona plurales actos artificiosos o engañosos

129
reveladores de una voluntad orientada a ese ilícito propósito que se revela
asumido como finalidad absoluta, incurre en una sola acción delictiva de estafa
cometida mediante múltiples actos artificiosos o engañosos de ejecución, con los
que mantiene el error de la víctima.

El engaño es único y también único es el dolo en estos casos, porque la


materialización de cada acto no disgrega el todo de la acción, en cuanto lo único
que cada uno revela es que el sujeto prosigue en su empeño principal y único.

PONENTE(S) : MARIO MANTILLA NOUGUES


Sentencia Casación
FECHA : 29/06/1999
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 12591
PUBLICADA : Si
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07/10/1999

ESTAFA/ CONTRAVENCION

Es incuestionable que las circunstancias que rodearon la ilicitud revelan que


desde un principio el procesado tuvo la intención positiva de cometer la estafa
por el monto total de los comprobantes falsos, es decir, fue ideada una sola
acción delictual ejecutable por etapas, obviamente para no despertar sospechas y
asegurar el éxito de la empresa indebida. De ahí que en lugar de hacer una sola
consignación, se hubiesen hecho varias, por sumas relativamente pequeñas, con
intervalos cortos y falseando numerosos pagarés, en cuantías discretas, como
para no despertar desconfianza y evitar, así, mayores controles.

Dicha modalidad de ilicitud permite concluir que (...) desplegó una serie de actos
ejecutivos constitutivos de una sola acción encaminados a obtener un
incremento de su peculio, en cuantía muy superior a los diez salarios mínimos de
que habla la ley 23 de 1991, comportamientos que como bien lo señala la
Delegada, se erigen como "una conducta integralmente considerada", sin que sea
válido disgregar su proyección, como lo pretende la defensora, a diversas
actitudes delictuales.

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 07/10/1999
DECISION : No casa
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Falsedad en documento privado, Estafa agravada
PROCESO : 11695
PUBLICADA : Si
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16/12/1999

ESTAFA-Competencia/ ESTAFA-Noción de "provecho ilìcito"/ ESTAFA-Momento


de consumación/ COLISION DE COMPETENCIA/ ESTAFA

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Si bien es cierto, la Sala ha expresado reiteradamente que "la estafa se consuma
en el lugar donde se obtiene el provecho patrimonial como consecuencia de la
inducción en error" (C.S.J. 20 de junio de 1988, citada por el colisionante), no
necesariamente este lugar, en el que se aumenta el patrimonio a través de
maquinaciones fraudulentas, coincide con el sitio o lugar en donde se
encuentran físicamente los bienes o derechos objeto material del ilícito.

La estafa se consuma en el propio instante en que debido a la inducción en error,


el sujeto activo incorpora a su haber patrimonial bienes o derechos que hasta ese
momento pertenecían a la víctima o a un tercero, y de los cuales el estafado se
desprende, no por expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada
comprensión de la realidad, situación a la que se llega a través del ardid, el
engaño, las palabras o los hechos fingidos.

La noción de provecho ilícito cuando se trata del bien jurídico del patrimonio, no
se refiere exclusivamente a dinero físico y en efectivo, sino también a otros
derechos, como los de uso, goce y disposición sobre lo conseguido a través del
delito, que no siempre ni en todos los casos pueden de inmediato reducirse a
sumas específicas, por lo cual el provecho ilícito podría concretarse antes de que
se obtengan físicamente unos bienes o el valor monetario de los mismos, e
inclusive sin que esto ocurra.

En autos de 2 de diciembre de 1993, M.P. Dr. JORGE ENRIQUE VALENCIA M.;


de 5 de noviembre de 1994, M.P. Dr. NILSON PINILLA PINILLA; y de 18 de febrero
de 1998, M.P. Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO, la Sala ha venido
reiterando que en general los delitos contra el patrimonio, como la estafa, por ser
de ejecución instantánea, se consuman en el momento y en el lugar en el que
efectúa el agente un acto externo de disposición de la cosa mueble ajena, que
demuestre claramente su intención de apropiarse de ella o de incorporarla a su
patrimonio, y que comprobada la ejecución de ese acto en un lugar determinado,
será competente el Juez de esa misma jurisdicción. En el caso examinado el acto
de incorporación del cultivo al patrimonio del procesado coincidió con la firma del
"compromiso de partes", en la Ciudad de Valledupar

PONENTE(S) : EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 16/12/1999
DECISION : Declara la competencia del Juez Tercero de
Valledupar
DELITOS : Estafa
PROCESO : 16565
PUBLICADA : Si
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03/04/2000

ESTAFA-Competencia por el factor territorial/ COLISION DE COMPETENCIA/


ESTAFA/ COMPETENCIA

Como quiera que el juez competente para conocer de un delito es el del lugar de
su realización, la estafa se considera consumada en el lugar donde el sujeto
agente obtiene el provecho ilícito producto del engaño en que ha mantenido o
inducido a la víctima que sufre el perjuicio.

PONENTE(S) : FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

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Auto Colisión de Competencia
FECHA : 03/04/2000
DECISION : Adcribe competenciua a Juzgado 7 P. del C. de
Bucaramanga
DELITOS : Estafa
PROCESO : 16922
PUBLICADA : No
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19/12/2000

CASACION DISCRECIONAL-Requisitos/ CASACION DISCRECIONAL-Garantía de


derechos fundamentales/ CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la
jurisprudencia/ ESTAFA-Cuantía/ DELITO/ CONTRAVENCION

1. Esta casación fue interpuesta antes de entrar a regir la Ley 553 de 2000 y, en
consecuencia, se aplica la normatividad que, al efecto, se hallaba vigente antes
de su expedición. La casación excepcional procede contra los fallos de segunda
instancia de los Tribunales Superiores de Distrito Judicial y del Tribunal
Superior Militar, por delitos que para entonces no tuvieran señalada pena
privativa de la libertad igual o mayor a seis años, y las sentencias de segundo
grado de los Juzgados Penales del Circuito proferidas por hechos delictivos.

Dentro de los quince días siguientes a la notificación de la sentencia, se debía


presentar el recurso y sustentar el motivo que determine la viabilidad de la
admisión, por perseguir el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de un
derecho fundamental conculcado en las instancias.

2. Las garantías son los mecanismos que permiten disfrutar, ejercer o amparar el
derecho respectivo. De ahí que cuando se escoja esa vía, resulte indispensable
especificar no sólo el derecho fundamental violado, sino particularmente el medio
que lo protege o garantiza y la irregularidad o forma como fue desconocido,
atropellado o vulnerado. Es decir, indicar al menos de manera sucinta, en que
consistió la violación y su incidencia negativa en la garantía, que lleve al
detrimento o a la imposibilidad de disfrutar o ejercer el derecho fundamental.

3. Acerca del desarrollo de la jurisprudencia, la corporación ha reiterado que es


deber del impugnante especificar si pretende que se fije el alcance interpretativo
de un precepto, la unificación de posiciones disímiles de la Corte, el
pronunciamiento sobre un punto concreto no desarrollado previamente, o la
actualización de la doctrina de conformidad con novedosos desarrollos fácticos y
jurídicos, además de señalar la incidencia favorable de la pretensión doctrinaria
frente al caso concreto y el aporte que se derive de trazar esos derroteros.

4. El simple paso del tiempo no tiene el poder de efectuar la transformación


alegada, ya que los componentes del hecho punible quedan determinados en el
momento de su realización y la fijación en salarios mínimos legales mensuales de
la cuantía de los comportamientos que atentan contra el patrimonio económico,
no tiene por finalidad disminuir la lesividad del acto ilícito, como lo indicó la
Corte en sentencia del 5 de noviembre de 1997 (rad. 11.138, M. P. Ricardo
Calvete Rangel):

"Lo que la Ley 23 de 1991 introdujo es un parámetro que indica que en los casos
de hurto, estafa, emisión y transferencia ilegal de cheques, abuso de confianza,
aprovechamiento del error ajeno o caso fortuito, y daño en bien ajeno, si en el

132
momento de ejecutar la conducta la cuantía del punible excede del valor de diez
salarios mínimos mensuales entonces vigentes, debe ser sancionado como delito,
sin que las variaciones posteriores del salario puedan provocar una alteración de
los juicios de valor que se emitieron sobre lo ejecutado en un período precedente.

Dicho de otra manera, cuando el interés jurídico patrimonial afectado exceda de


la cuantía mencionada, en cada época en que ello ocurra, su gravedad es tal que
debe ser considerada delito, y dicha gravedad no se irá desdibujando con el
transcurso del tiempo por la simple circunstancia de la pérdida del valor
adquisitivo de la moneda, pues el factor determinante en esa materia no es el que
traiga el futuro sino el existente cuando ocurrió, de manera que la modificación
de la disposición complementaria no lleva a su aplicación retroactiva.
... ... ...

… bastaría dilatar los procesos para que el hecho imputado terminara perdiendo
la calidad de delito y convirtiéndose en una contravención, que para entonces
seguramente también estaría prescrita, ya que el término para ese efecto es muy
corto. Dicho de otra manera, ese sería el camino para impedir la aplicación de los
tipos penales relacionados, y una manera de procurar la impunidad.

... En armonía con la anterior interpretación, el artículo 73 del Código de


Procedimiento Penal señala que "La competencia por la cuantía se fijará
definitivamente teniendo en cuenta el valor de los salarios mínimos legales
vigentes al momento de la comisión del hecho", lo cual quiere decir que
independientemente de las variaciones que se produzcan en el valor del salario,
la competencia se conserva, como igualmente se conserva la calidad de delito
para el hecho objeto del proceso."

Tampoco se presenta el vacío jurisprudencial que predica el impugnante, pues


como se acaba de citar, la Sala tiene establecido, al interpretar la Ley 23 de 1991
y el artículo 73 del estatuto procesal penal, que la cuantía de los mencionados
hechos punibles está constituida por el valor del salario mínimo legal vigente al
momento de su realización, sin que la variación anual de este factor cambie el
carácter de la conducta ilícita desarrollada, ni la competencia, pues no es un
acto del sujeto activo al realizar la acción, sino una determinación posterior del
Estado que no tiene por finalidad modificar la pena o la estructura del tipo, el
cual debe mantener su aplicabilidad no obstante la pérdida del poder adquisitivo
del dinero, sin dejar diluir la afectación económica al patrimonio de la víctima
que se presentó en un momento determinado.

PONENTE(S) : NILSON PINILLA PINILLA


Casación Discrecional
FECHA : 19/12/2000
DECISION : No admite la casación excepcional interpuesta
DELITOS : Estafa
PROCESO : 16591
PUBLICADA : No
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04/04/2001

PRESCRIPCION-Delitos instantáneos y permanentes/ PRESCRIPCION-


Tentativas/ ESTAFA-Consumación/ ERROR IN IUDICANDO-Error in
procedendo:Técnica/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Técnica en casación/
CONGRUENCIA-Acusación y sentencia: Aspectos básicos/ IMPUTACION

133
FACTICA-Concepto. Circunstancias genéricas objetivas y subjetivas/
CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA-No es necesario que la norma
que la tipifica aparezca especificada en la acusación/ PRESCRIPCION/ ESTAFA/
FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION
PUNITIVA/ RESOLUCION DE ACUSACION

1. Los planteamientos y cómputos realizados por el casacionista sobre el término


de prescripción de la acción penal son equivocados. El artículo 83 del Código
Penal, al regular el momento a partir del cual deben ser contabilizados los
términos prescriptivos, establece que en los hechos punibles instantáneos debe
empezar a contarse a partir de su consumación, y en los delitos tentados o de
carácter permanente, desde la perpetración del último acto.

2. Las estafa, como acertadamente lo destaca el Procurador Delegado en su


concepto, es un delito de resultado, que se consuma con la obtención del
provecho ilícito. Mientras una tal situación no se produzca, o lo que es igual,
mientras no se obtenga una ventaja de contenido patrimonial, no resulta posible
afirmar que la conducta típica ha tenido cabal realización, ni por ende, que se ha
consumado.

En el caso sub judice, el resultado típico solo vino a concretarse con la obtención
de la sentencia de declaración de pertenencia debidamente ejecutoriada, en
cuanto fue a través de dicho acto que el sujeto agente logró, con perjuicio ajeno,
el acrecimiento patrimonial, al ser declarado propietario del bien constitutivo del
provecho. Los actos precedentes de presentación y radicación de la demanda
respectiva en el Juzgado Civil del Circuito (reparto) de Santa Fe de Bogotá, y de
adelantamiento del proceso mismo, solo pueden ser entendidos como desarrollo
de la actividad defraudatoria orientada hacia la obtención del resultado típico; y,
el subsiguiente de inscripción de la sentencia en el registro de instrumentos
públicos, como su agotamiento.

Hechas estas precisiones se concluye que el delito investigado solo vino a


consumarse en el mes de septiembre de 1985, cuando causó ejecutoria el fallo
que declaró al demandante Fernando Jiménez propietario del bien (la decisión de
segunda instancia tiene fecha 6 de agosto de 1985, y el proceso de notificación se
extendió al mes siguiente) y que es, por tanto, a partir de entonces, que debe ser
contabilizado el término de prescripción (fls.36 a 45 vto/1).

3. Una lectura desprevenida de la demanda permite advertir que el actor


entremezcla antitécnicamente errores de naturaleza in iudicando, susceptibles de
ser alegados solo por la vía de la causal primera, con errores in procedendo,
propios de la tercera, pues al tiempo que sostiene que los juzgadores incurrieron
en errores de apreciación probatoria, afirma la violación del debido proceso y del
principio de investigación integral, aspectos estos últimos que, como se sabe,
constituyen atentados de actividad procesal.

4. Adicionalmente a lo expresado, se tiene que en lo concerniente al cargo por


errores de apreciación probatoria el demandante se limita a denunciar la
existencia del yerro, sin entrar en el análisis de su trascendencia, es decir, de sus
repercusiones probatorias en las conclusiones del fallo, tarea que, como lo ha
precisado reiteradamente la Corte, presupone valorar en su expresión material
auténtica, y frente a todo el haz probatorio, la prueba indebidamente
contemplada, con el fin de establecer si el error fue o no determinante de la
decisión recurrida.

134
5. La congruencia como principio estructurante del proceso y garantía, implica
que la sentencia ha de guardar adecuada relación de conformidad con la
resolución de acusación, en sus tres aspectos básicos: personal, fáctico y
jurídico. La congruencia personal dice relación con la conformidad que debe
existir entre los sujetos a que se refiere la acusación y aquellos a que se contrae
la sentencia. La fáctica, con la identidad entre los hechos y circunstancias
definidos en la acusación, y los que sirven de sustento al fallo. Y, la jurídica, con
la correspondencia entre la calificación, entendiendo por tal el juicio que de los
hechos se hace frente a su regulación jurídica, que contiene la acusación, y la
que preside la sentencia.

Las dos primeras (congruencia personal y fáctica), son absolutas. Es decir que
los sujetos y los supuestos fácticos de la sentencia deben ser necesariamente los
mismos de la acusación. La jurídica, en cambio, es relativa, pues nuestra
legislación permite al Juez condenar por una especie delictiva distinta de la
imputada en el pliego de cargos, siempre y cuando pertenezca al mismo género, y
la situación del procesado no resulte afectada con una sanción mayor. Si estas
condiciones no se cumplen, habrá lugar, en principio, a solicitar la enmienda del
fallo, para ajustarlo al objeto definido en la acusación.

Lo hasta aquí expuesto, permite hacer dos precisiones: a) Que la congruencia se


predica del fallo respecto de la resolución de acusación en sus aspectos personal,
fáctico y jurídico, y no de ningún otro acto procesal, ni de la verdad que la
actuación revelaría de una nueva estimación probatoria. Esto significa que para
efectos de determinar si se está en presencia de un vicio de incongruencia, la
acusación cumple las veces de elemento referente, y el fallo de elemento referido.
b) Que el error se origina en la sentencia, en cuanto desconoce el marco
personal, fáctico o jurídico definido en la resolución de acusación. Por eso,
cuando se ataca en casación este vicio, debe necesariamente partirse del
supuesto de que la acusación es correcta, y la sentencia incorrecta.

6. La imputación fáctica ha sido tradicionalmente definida como el hecho o el


conjunto de hechos que configuran la conducta típica, y las circunstancias de
modo, tiempo y lugar que los especifican. Así surge del contenido del artículo
442.1 del Código de Procedimiento Penal, y ha sido entendido por la doctrina y
la jurisprudencia de la Corte. ¿Pero a cuáles circunstancias en concreto se refiere
la norma? ¿A las específicas o modificadoras de la responsabilidad? ¿A las
genéricas o dosimétricas? ¿A unas y otras? La Corte, hoy día, estima que a
todas, sin excepción, siempre que impliquen modificaciones de la responsabilidad
o de la pena, pero esta postura no ha sido la que ha guiado siempre sus
decisiones en la materia.
Inicialmente fue del criterio que solo las específicas debían hacer parte del
contenido de la imputación fáctica, y que su no comprensión en la acusación
enervaba cualquier posibilidad de deducirla en la sentencia, cuando
representaba un mayor compromiso penal para el procesado. Correlativamente
se dijo que las genéricas podían, en cambio, ser imputadas directamente por el
Juez en el fallo, sin incurrir en vicio de incongruencia, por tratarse de
circunstancias que no modificaban los límites punitivos establecidos en los tipos
penales, sino de incidencia solo en la dosificación que el Juez hacía de la pena
dentro de los mínimos y máximos legalmente previstos, con arreglo a lo dispuesto
en el artículo 61 del Código Penal (Cfr. Casaciones de 30 de noviembre de 1994,
Magistrado Ponente Dr. Juan Manuel Torres Fresneda; y, 17 de mayo de 1995,
Magistrado Ponente doctor Nilson Pinilla Pinilla, entre otras).

En otras decisiones, algunas de ellas coetáneas a las ya mencionadas, adoptadas


por mayoría, la Corte distinguió entre circunstancias genéricas objetivas o no

135
valorativas, y circunstancias genéricas subjetivas o valorativas, para sostener
que las últimas debían hacer también parte de la imputación fáctica, por requerir
de análisis o valoraciones previas para su deducción, y que solo frente a una
inequívoca y concreta declaración de las mismas en el pliego de cargos, podía el
Juez deducirlas en la sentencia (Cfr. Casaciones de noviembre 9 de 1994,
Magistrado Ponente Dr. Dídimo Páez Velandia; Agosto 2 de 1995, Magistrado
Ponente Dr. Ricardo Calvete Rangel; julio 29 de 1998, Magistrado Ponente Dr.
Carlos Eduardo Mejía; mayo 11 de 1999, Magistrado Ponente Dr. Fernando
Arboleda Ripoll; y marzo 23 del 2000, Magistrado Ponente Dr. Jorge Córdoba
Poveda, entre otras).

En los más recientes pronunciamientos, ha sido entendido que tanto las


circunstancias objetivas como las subjetivas deben estar sometidas, en menor o
mayor grado, a juicios de valor, y que frente a esta realidad, ambas especies
deben aparecer imputadas en la resolución de acusación, o su equivalente, para
que puedan ser objeto de deducción en la sentencia, no siendo necesario que se
las identifique por su nominación jurídica, o que sean citadas las disposiciones
que las describen y señalan sus implicaciones punitivas (aunque lo ideal es que
esto suceda), sino que el supuesto fáctico aparezca claramente definido en ella, y
que no exista la menor duda acerca de su imputación (Cfr. Casaciones de
diciembre 18 del 2000 y febrero 21 del 2001, Magistrado Ponente doctor Carlos
Augusto Galvez Argote).

En síntesis, se tiene que la Corte, en la actualidad, es del criterio que todas las
circunstancias que impliquen incremento punitivo, específicas o genéricas,
valorativas o no valorativas, en cualquiera de sus modalidades, deben hacer
parte de la imputación fáctica de la acusación para que puedan ser deducidas en
la sentencia, siendo suficiente para que esta exigencia se cumpla que el supuesto
de hecho que las estructura aparezca claramente definido en ella, de suerte que
su imputación surja inequívoca de su contenido.

Como ha sido ya precisado en pronunciamientos anteriores, no se trata de exigir


que la circunstancia aparezca jurídicamente identificada a través de la norma
que la consagra, o mediante fórmulas sacramentales predeterminadas, pero
tampoco de suponer que se las dedujo, donde no lo fueron, con el argumento de
que su imputación resulta implícita o sobreentendida, en razón a la naturaleza
de los hechos, o el simple recuento que de los mismos pudo haber sido efectuado
en la acusación Lo exigible es que el supuesto de hecho de la circunstancia que
fue objeto de deducción en la sentencia (específica o genérica, valorativa o no
valorativa), aparezca precisado inequívocamente en la acusación, de suerte que
entre los dos actos procesales (sentencia y pliego de cargos) exista identidad
plena en el aspecto fáctico (Cfr. Casación de 30 de noviembre de 1999,
Magistrado Ponente Dr. Carlos Augusto Galvez Argote).

8. Del examen de la resolución de acusación se establece que en ella el instructor


no hizo ciertamente alusión expresa a la disposición legal que prevé la
circunstancia de agravación punitiva por razón de la cuantía prevista en el
artículo 372.1 del Código Penal, y que esto podría dar lugar a pensar que los
juzgadores, al tomarla en cuenta en la sentencia, desbordaron el marco fáctico de
la acusación, e incurrieron en un vicio de incongruencia. ¿Pero es acaso
necesario que la norma que tipifica la circunstancia aparezca especificada de una
determinada manera en la acusación para que pueda hablarse de congruencia
fáctica? Desde luego que no. Ya se dijo que lo importante no es que ello
acontezca, sino que exista congruencia fáctica, es decir, que los supuestos
básicos de los hechos y de las circunstancias deducidas en la sentencia

136
coincidan con los de la acusación, y esta conformidad, como será establecido a
continuación, no fue quebrantada en el presente caso.

Existen circunstancias de agravación punitiva cuyo supuesto fáctico coincide con


el hecho básico constitutivo del tipo penal, como ocurre, por ejemplo, con la
prevista en artículo 372.1 del Código Penal, o la establecida en el artículo 38.3 de
la ley 30 de 1986, sin desconocer las variantes menores que en una y otra se
dan, que se identifican con el objeto material de la conducta, y constituyen, por
ende, un elemento propio del hecho punible, caracterizándose porque cumplen
una función simplemente dimensionante, en cuanto se limitan a deslindar
cuantitativamente el objeto material, ya en razón a su cuantía, o cantidad, a
efectos de fijar escalas punitivas diferentes.

Esta especial particularidad en una tal clase de agravantes hace que al ser
determinado en la resolución acusatoria el supuesto fáctico básico del hecho
típico, lo sea también, en virtud de la relación de identidad que los vincula, el
supuesto estructurante de la circunstancia, y por tanto, que la consideración de
esta última en la sentencia no constituya un vicio de congruencia por
disconformidad fáctica con la acusación, por fundamentarse, naturalísticamente,
en el mismo hecho (Cfr. Casación de 30 de noviembre de 1999, ya citada).

Es lo que ocurre, precisamente, en el caso analizado, donde el objeto material de


la conducta se encuentra representado por el inmueble ubicado en la carrera 9ª
No. 17-66 del perímetro urbano del Municipio de Chía, que el propio procesado
avaluó en la suma de $220.000.oo en la demanda que terminó con la sentencia
de declaración de pertenencia por prescripción adquisitiva de dominio, el mismo
que sirvió de fundamento para la contabilización en el fallo de la agravante del
artículo 372.1 del Código Penal, en razón a su valor (superior de $100.000.oo).

Cierto es, como lo sostiene la Delegada, que en la acusación no se hizo mención


expresa al citado artículo 372.1 del Código Penal, ni se vinculó el objeto material
con su cuantía, pero esto resultaba secundario, y no impedía la imputación de la
circunstancia, ni tornaba incongruente la decisión. Ya se dijo que el hecho básico
de la agravante quedó inequívocamente definido al ser concretado el objeto
material de la conducta en la resolución de acusación (hecho básico del tipo
penal), y ello resulta suficiente, acorde con lo que se deja expuesto, para hacerla
producir consecuencias.

Esto no implica que el juzgador haya terminado desbordando el marco fáctico de


la acusación, y cumpliendo, de este modo, una función que no le corresponde, al
deducir en la sentencia una circunstancia no concretada en ella. El Juez, al
dosificar la pena, no puede renunciar al deber legal de analizar los hechos
definidos en la resolución de acusación, como lo sugiere la Delegada, en orden a
fijar su alcance o sentido, puesto que ello implicaría limitar la función que le es
consustancial, de aplicar el derecho a los hechos que fueron imputados en
aquélla, y declarados probados en el fallo.

SALVAMENTOS DE VOTO

PONENTE(S) : FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL


Sentencia Casación
FECHA : 04/04/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 10868
PUBLICADA : Si

137
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Salvamento
de Voto
MAURO SOLARTE PORTILLA - Salvamento de
Voto

SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir: Irretractabilidad/ ESTAFA/


CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA

Ha sido abundante, pacífica y reiterada la jurisprudencia de la Sala en el sentido


de que tratándose de esta clase de fallos que permiten la culminación del proceso
sin que se sigan los ritos ordinarios, el interés para acudir en casación se sujeta
por igual que en la apelación a lo dispuesto por el artículo 37B.4 del Estatuto
Procesal en cuanto señala de manera expresa y taxativa los motivos por los que
el defensor y el sindicado pueden recurrir el fallo de primer grado, esto es,
únicamente en lo que tiene que ver con la individualización judicial de la
sanción, la suspensión condicional de la ejecución de la sentencia y la extinción
del dominio sobre los bienes, por manera que alegaciones sobre aspectos que
impliquen una controversia sobre los extremos de la imputación quedan
excluídos, por cuanto se trata de decisiones que están regidas por el principio de
irretractabilidad según el cual, una vez exteriorizada por el procesado la voluntad
libre de allanarse a la acusación que por esta vía propone la Fiscalía, se
consolida el objeto de la condena, a condición de que no medie vulneración a los
derechos fundamentales del destinatario de la sentencia.

En el presente asunto, como se puntualizó en precedencia, el cuestionamiento


del demandante apunta a desvirtuar la causal específica de agravación de la
estafa por razón de la cuantía, no obstante que al delimitar la imputación en la
diligencia de formulación de cargos, la Fiscalía hizo expresa alusión a ella, siendo
aceptada sin condicionamiento alguno por los procesados, lo que significa que
ahora, pretextando la legalidad del fallo, la defensa pretende una especie de
parcial retractación a partir de una sui generis postulación de un cargo en donde
el fundamento basilar es la exclusión de una sentencia de la Corte Constitucional
sobre la exequibilidad del artículo 372.1 del Código Penal.

Así las cosas, forzoso es concluir que si bien la afirmación o negación de la


aludida circunstancia de agravación tiene incidencia sobre la pena, en el fondo,
el planteamiento del censor apunta a que se llegue a esa consecuencia, pero solo
una vez se discierna el problema jurídico que propone en cuanto a la adecuación
típica de la conducta de estafa, pues no puede desconocerse que, como lo tiene
dicho la jurisprudencia de esta Sala, circunstancias agravantes de esta
naturaleza integran el tipo penal. No se trata pues, de un error en el proceso de
graduación de la pena, sino de uno que trasciende el objeto y fines de la
aceptación de los cargos, como que compromete la esencia de los mismos al
punto de que pone en tela de juicio la imputación como tal respecto del delito
contra el patrimonio económico, y en esa medida, carece de interés para acudir a
la casación por cuanto desborda las expresas limitaciones que la propia ley le ha
impuesto al defensor y al procesado para atacar los fallos anticipados.

PONENTE(S) : CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE


Sentencia Casación
FECHA : 04/04/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Falsedad en documento privado, Estafa agravada

138
PROCESO : 12669
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

20/06/2001

ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ CONCURSO/


ESTAFA/ FALSEDAD MATERIAL DE PARTICULAR EN DOCUMENTO PUBLICO/
USO DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO-Tipo penal autónomo/ DEMANDA DE
CASACION-Causal primera, causal tercera: Errada calificación por fuera del
nomen iuris/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA/ INDICIO/ SANA
CRITICA-Pruebas/ FALSO JUICIO DE CONVICCION

1. El demandante reduce la problemática de la conducta que alteró el contenido


de los documentos a una cuestión de atipicidad (concurso aparente), porque a su
entender, la acción tenía como propósito único engañar ilícitamente y obtener la
entrega de los cheques correspondientes al subsidio familiar. Por la finalidad de
la acción, el contenido patrimonial de los títulos valores es para el censor un
resultado contrario a la ley e imputable a título de estafa (contravención), no de
concurso heterogéneo con la falsedad (art. 2220 y 222 - 2 del C.P.), sustentando
en esta apreciación el error en la denominación jurídica que le atribuye al fallo
del ad quem.

El ente acusador puede incurrir en equivocada calificación jurídica de la


conducta ilícita, por errores en la selección o aplicación de la norma sustancial, o
por medio de la apreciación probatoria.

La censura por error en la denominación jurídica del delito, cuando con la


discrepancia la adecuación típica de la conducta conlleva a diferente Capítulo del
Código Penal, no basta reclamarla por la causal tercera. Para que no quede en el
simple enunciado y sin la debida demostración, ésta debe hacerse conforme a los
parámetros de la causal primera, precisando si la violación de la norma
sustancial fue directa o indirecta y, según el caso, establecer cuáles fueron los
desaciertos de orden jurídico o los de apreciación probatoria. En este último
evento, además, debe concretarse si se trató de un error de hecho o de derecho,
la clase de falso juicio en que se incurrió y su incidencia en la validez de la
actuación. Cuando la corrección del error en que incurre el ad quem debe hacerlo
la Corte a través de la invalidación de lo actuado, el reparo debe hacerse a través
de la causal tercera, situación que no corresponde al asunto sub judice.

Los errores en la calificación jurídica de la conducta en la resolución de


acusación no necesariamente conducen a la anulación del proceso desde ese acto
procesal, pues el yerro puede subsanarse mediante un fallo de sustitución, caso
en el cual el cargo ha de formularse por la causal primera. Es lo que acontece en
este caso, por cuanto que de prosperar el reproche, la conducta correspondería al
concurso por la estafa y como con relación a este punible los funcionarios de
instancia declararon prescrita la acción, la Corte no podría entrar a invalidar lo
actuado sino a cesar el procedimiento, proceder éste admisible, se repite, en el
ámbito de la causal primera y no en la invocada por el recurrente (la tercera).

Al disentir el libelista de la adecuación típica dada por los sentenciadores al


delito contra la fe pública y admitir la lesión al patrimonio económico, como lo
recuerda el Ministerio Público, el impugnante falta a la técnica en la formulación
del cargo, pues en estos eventos por tratarse de un error in iudicando que afecta

139
la estructura del proceso ha de procederse de la forma como se expresó en el
párrafo anterior.

2. Para responder la inconformidad del demandante, dígase, que el concurso


sucesivo, homogéneo y heterogéneo del delito de estafa con la falsedad material
de particular en documento público, agravada por el uso, no es aparente, como
lo insinúa el censor, sino un concurso efectivo.

El concepto de acción final no subsume como unidad delictiva todas las


infracciones en que incurra el sujeto agente en cumplimiento de su propósito,
criterio que asume el casacionista para beneficio de su pretensión en esta sede.
En este caso, con el uso de los documentos falsos se vulneró la fe pública y
posteriormente el incriminado logró el propósito perseguido al obtener beneficios
ilícitos en perjuicio patrimonial de la entidad obligada de pagar el subsidio.
Nótese como los elementos constitutivos de los hechos punibles no resultan
subsumidos, por el contrario, mantienen su entidad propia, de facto y de iure es
posible escindir la acción y no se desnaturalizan la estafa y la falsedad material
de particular en documento público agravada por el uso, en últimas no cabe
duda que el proceder del acusado quebrantó dos bienes jurídicos distintos.

3. La argumentación del casacionista en este caso pone de presente el


desconocimiento de la técnica del recurso, dado que con los reparos que hace a
la sentencia de segunda instancia desconoce la autonomía de las causales, las
que demandan en su formulación y desarrollo, por sus diferentes causas y
consecuencias, el cumplimiento de sus propias reglas. Esto es así, porque al
amparo de la causal tercera se cuestionaron situaciones que debieron
denunciarse a través de la causal primera, como pasa a establecerse4
seguidamente.

La resolución de acusación y los fallos de instancia imputaron al procesado la


conducta prevista en el artículo 220 del Código Penal, en concurso, agravada por
el uso, en los términos del inciso segundo del artículo 222 Ibídem. En la
demanda de casación se pregona la nulidad por error en la denominación
jurídica, rechazándose tal adecuación, por cuanto que el procesado simplemente
usó el documento sin concurrir en la falsificación, razón por la cual, la tipicidad
se desplaza al inciso primero del artículo 222 del decreto 100 de 1980,
disposición ésta con base en la cual dice el recurrente debió proferirse la
condena.

Para establecer si el cargo fue técnicamente formulado, se hace necesario hacer


algunas precisiones en cuanto al artículo 222 del C.P.

El inciso primero consagra la hipótesis del simple uso del documento público
falsificado por otro. La Sala refiriéndose a este aparte de la disposición reconoció
su "autonomía"* .

El inciso segundo del artículo que se viene examinando consagra un incremento


punitivo a quien usa el documento habiendo concurrido a su falsificación, en
cualquiera de los supuestos de hecho a que hacen referencia los artículos 218 a
220 del Código Penal.

El reparo del censor sugiere en consecuencia una imputación jurídica por una
conducta punible que se mantiene en el Código Penal dentro del mismo título
(delitos contra la fe pública) y capítulo (tercero) del libro segundo.

140
La acusación en los términos que lo hizo el censor resulta antitécnicamente
formulada porque en estricto sentido no se denuncia un cambio de nomen iuris
del delito, ya que el tipo penal rechazado y que aparece atribuido en la
acusación, así como el tipo penal que se acepta en la demanda, pertenecen al
mismo género delictivo en la sistemática del decreto 100 de 1980, y de
demostrarse el error, la Corte no tendría que invalidar la actuación, que sería el
efecto de tomar como fundamento de la censura la causal tercera del artículo 220
del C.P.P. invocada por el demandante, sino que debe dictar el fallo de
sustitución enmendándolo, que es la consecuencia de basar el reparo en la
casual primera de casación. En este sentido se ha pronunciado la Sala en
pacífica y reiterada jurisprudencia, por ejemplo, en sentencias de fecha 24 de
octubre de 1995 (radicado 10.986) y 19 de diciembre de 2000 (radicado 16.237)
con ponencia del magistrado doctor FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL.

4. En la demostración del error el libelista censuró la prueba indiciaria sin


precisar si el desacierto del juzgador radicó en la construcción del indico o en la
operación mental para dar por establecido el hecho indicado. Se limitó a afirmar
que el indicio simplemente era contingente, sin ir en el examen del asunto más
allá.

Ese tipo de argumentación enunciativa resulta de corte libre e impropia para el


objeto que el legislador le trazó a la casación, pues la única relevancia que
representa no va más allá del interés personal que le asiste al actor de hallar
argumentos para apoyar los reproches que se le hacen al fallo, pero que a la hora
de la verdad no comprueban que la conducta debió juzgarse por disposición
penal diferente a la tenida en cuenta por el fallador.

5. El recurrente sostiene en este caso que la violación indirecta de la ley


sustancial, por falso juicio de convicción, proviene del alcance asignado por el
juzgador a un indicio que no corresponde a las exigencias del artículo 247 del
C.P.P. para deducir con certeza la responsabilidad penal que se atribuye al
procesado. El uso de los documentos espurios no constituye, según el recurrente,
un indicio necesario sino contingente.

La censura carece de soporte jurídico para quebrar el fallo impugnado,


aseveración que se obtiene con la consideración del sistema que en nuestro
medio regula la apreciación de las pruebas, el contenido del artículo 247 del
C.P.P. y el alcance que a esta disposición le asigna el demandante, y la técnica
para reclamar en casación los errores cuando se sustentan en la prueba
indiciaria.

La libre apreciación de la prueba o sana crítica es el sistema de valoración


probatorio acogido por la ley procesal penal colombiana, según el cual la
ponderación la realiza el operador de la justicia con base en las leyes de la
ciencia, los principios de la lógica, la experiencia o el sentido común. En el
régimen tarifado la ley de manera anticipada asigna o niega a un determinado
medio el alcance que corresponda.

El error de convicción, en consecuencia, se presenta para las pruebas tarifadas,


generándose cuando el juzgador le concede al medio probatorio un valor que la
ley no le asigna, le niega el mérito que expresamente ha dispuesto el legislador, o
da por demostrado el hecho con medio diferente a la prueba especial que la ley
señala. De esta manera, resulta improcedente censurar por falso juicio de
convicción las pruebas cuya apreciación judicial corresponda a la sana crítica
racional que consagra el artículo 254 del C.P.P. En nuestro medio por excepción
y por negación del valor probatorio se tiene como ejemplo de tarifa legal, lo

141
dispuesto en el artículo 50 de la ley 504 de 1999, en relación con los informes de
Policía Judicial y las versiones de los informantes.

La prueba indiciaria, así como lo restantes medios que constituyeron el


fundamento de la sentencia recurrida (documental, pericial, testimonial) no se
encuentran en la categoría de las pruebas tarifadas. Por lo tanto el fallador tenía
la facultad de aplicar racionalmente su criterio conforme a la sana crítica y por
obvia razón la credibilidad asignada al indicio no podía censurarse a través del
falso juicio de convicción, como en este caso lo hace el demandante.

El artículo 247 del C.P.P. no precisa el valor judicial de las pruebas, sino el grado
de conocimiento que se debe alcanzar sobre la ocurrencia del hecho punible, las
circunstancias en que fue ejecutado, el autor - partícipe y la responsabilidad de
éstos. En otras palabras, allí está contenida la regla que debe guiar el juicio de
reproche penal, el que según la citada disposición, ha de emitirlo el juez cuando
los elementos que nutren su espíritu pueden superar positivamente la
ignorancia, la simple credibilidad y la probabilidad, pues predomina el
conocimiento integral, cierto y definitivo del objeto del proceso.

En consecuencia la certeza es el grado de conocimiento exigido para adoptar una


decisión y no el mérito que debe predicarse de un medio de prueba, como
equivocadamente lo entiende el censor, por lo que resulta desfasado del contexto
jurídico el alcance que asignó el demandante al artículo 247 del C.P.P.

PONENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Sentencia Casación
FECHA : 20/06/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Uso de documento público falso, Falsedad
material de particular en doc. púb.
PROCESO : 16414
PUBLICADA : No

21/06/2001

FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO/ ESTAFA AGRAVADA/ PARTE CIVIL-


Interés para recurrir/ PERJUICIOS/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY
SUSTANCIAL/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL

En conclusión, le asiste la razón a la Procuradora Delegada cuando explica la


falta de interés del recurrente porque con la decisión del Tribunal no fue afectada
la pretensión resarcitoria de la víctima, sobre todo si se tiene en cuenta que los
perjuicios materiales fueron tasa-dos por el Tribunal en un monto equivalente a
lo reclamado en la demanda de constitución de parte civil.

Por ausencia de interés, entonces, se desestima la demanda de casación


presentada por el apoderado de la parte civil.

El yerro del casacionista es bastante notorio, en contra de las exigencias propias


del planteamiento sobre la base de la violación directa de la ley sustancial.

Cierto que a primera vista pareciera que el letrado hubiera seguido el rumbo de
la infracción directa especialmente si se observa que dirigió sus esfuerzos
intelectivos al estudio de los diferentes elementos que estructuran el delito de
estafa. Sin embargo, en vez de acusar la hermenéutica utilizada, por haber dado

142
lugar que a unos hechos aceptados se les aplicara indebidamente la ley
sustantiva, entró a problematizar la valoración que sobre los mismos realizó el
fallador, incursionando así en un campo vedado, propio de la violación indirecta,
pero sin señalar ninguno tipo de error en el proceso de incorporación o
apreciación de la prueba.

De otra parte, mirada la demanda se puede concluir que el actor, cual


protagonista de instancia, se limitó a enseñar y anteponer sus propios criterios a
los del juzgador, con el ánimo de persuadir sobre la inexistencia de los requisitos
de la estafa en la conducta de sus poderdantes. Esta labor, que puede jugar
papel importante dentro del proceso normal, es extraña en sede de casación pues
en esta se impone demostrar que protuberantemente el fallo ha incurrido en
errores graves bien por la ruta directa de la infracción, bien por la indirecta de la
misma.

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 21/06/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Falsedad en documento privado, Estafa agravada
PROCESO : 15472
PUBLICADA : No

16/07/2001

ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ CONCURSO-


Comunidad de designio criminal/ AUTOR-Delitos cometidos por un número
plural de personas: Designio común/ AUTORIA/ INDEMNIZACION-Atenuación
de la pena/ ESTAFA/ ABUSO DE CIRCUNSTANCIAS DE INFERIORIDAD

1. No obstante que el censor no menciona para nada el numeral 1° del artículo


220 del Código de Procedimiento Penal, resulta obvio que acude a la causal
primera de casación, en la modalidad de violación directa, cuando se duele de
que los hechos concretados en la sentencia se hayan subsumido en el artículo
356 del Código Penal, como delito de estafa, y no en las previsiones del artículo
360 de la misma obra, como hecho punible de abuso de circunstancias de
inferioridad.

Sin embargo, como lo hace notar el Ministerio Público, el juicio de observaciones


no resulta suficiente por la vía de la causal primera de casación, pues, el
señalado error de relevancia o de calificación de la conducta, significaría la
confrontación de dos figuras delictivas de nominación jurídica distinta, lo cual
repercute en la regularidad del procedimiento, dado que no sería posible dictar
sentencia por una hipótesis delictiva no contemplada en la resolución acusatoria,
cuando hay diferencias en el nomen iuris o, en fin, cuando a pesar de la
identidad nominativa, la que se pretende aplicar en el fallo tenga consecuencias
más graves que la invocada en la acusación.

En efecto, no obstante que los hechos punibles de estafa y abuso de


circunstancias de inferioridad atentan contra el mismo bien jurídico del
patrimonio económico, regulado en el título XIV del Código Penal, la disposición
en capítulos diferentes (tercero y sexto) comporta una matización del interés
tutelado que los ubica como de nominación jurídica distinta, pues, si bien ambos
delitos conjuran contra el poder de disposición del sujeto pasivo en relación con
sus bienes o derechos, el primero se hace por medio del engaño apto para

143
inducir en error, mientras que el segundo se logra por el abuso de unas
condiciones materiales, personales o psíquicas de inferioridad de la víctima.

De modo que el nomen iuris de la infracción no atañe solamente al título


respectivo, sino también al capítulo cuando aquél se fracciona de dicha manera.
Precisamente por tal razón, en cuanto a los requisitos formales de la resolución
de acusación, el artículo 442-3 del Código de Procedimiento Penal exige la
calificación jurídica provisional de la conducta delictiva, "con señalamiento del
capítulo dentro del título correspondiente del Código Penal".

No bastaba entonces esgrimir el error in iudicando supuestamente cometido en el


fallo, pues, de acuerdo con el principio lógico de razón suficiente, era preciso
acudir a otras demostraciones para evidenciar que la diferencia en el juicio de
adecuación típica conducía inexorablemente a señalar un error adicional en la
estructura conceptual del proceso, debido a que, merced a tal discrepancia de
calificación, la eventual sentencia quedaría discordante con la resolución
acusatoria y se imponía entonces la solución de la nulidad a partir de la
acusación.

La falta de ese esfuerzo demostrativo adicional implicaría que, como se acudió


solamente a la causal primera de casación, consecuentemente la Corte podría
dictar el fallo de sustitución, como lo señala el numeral 1° del artículo 229 del
Código de Procedimiento Penal, pero de tal manera saltaría a la vista una
inconsonancia entre una acusación por el hecho punible de estafa y un fallo
finalmente ajustado al delito de abuso de circunstancias de inferioridad,
infracción esta de estructura y proyección específica diferentes a la primera.

2. Señala adicionalmente el censor que su asistida ingresó al iter criminis


cuando le sustituyeron los poderes, además en parte alguna de la sentencia se
ha mencionado que hubo un acuerdo de voluntades para cometer el delito, pues
de haber sido así la imputación sería por el hecho punible de asociación o
concierto para delinquir. Lamentablemente, el impugnante confunde la concreta
comunidad de designio criminal propia del concurso de personas para cometer
un delito determinado (estafa), que fue lo debatido y demostrado en este caso,
con la conjunción abierta de voluntades para realizar indeterminadamente
hechos punibles, acto este último que delinea el injusto autónomo de concierto
para delinquir.

3. El demandante propone que si se llegare a insistir en la tipificación del delito


de estafa, de todas maneras su defendida no podría responder como autora sino
a título de cómplice de los hechos, "pues ella en ningún momento aparece como
realizadora del engaño a terceros", sino que se enteró de la situación creada
cuando se produjo la sustitución de los poderes.

Tal como lo observa el Procurador Delegado, como quiera que la formulación no


se hizo en cargo separado y con énfasis en la subsidiariedad de la propuesta, el
discurso resulta contradictorio, pues el demandante viene de rechazar
categóricamente un cargo por el delito de estafa, porque supuestamente la
conducta se ajustaba más al injusto de abuso de circunstancias de inferioridad,
pero ahora sorpresivamente parece admitirlo a cambio de que se varíe sólo el
título de participación en los hechos.

El planteo, de igual manera, se perfila extraño a la propuesta de violación


directa, pues nada efectivo se podría lograr sin controvertir los hechos declarados
en la sentencia, en el sentido de que la procesada participó de un "preconcebido
plan para atrapar a ingenuos pensionados", de una "empresa criminal"

144
caracterizada por la repartición de tareas entre los intervinientes, de modo que
todos responden por la integridad de los acontecimientos planeados, sin importar
la parte de los mismos que a cada uno le haya tocado cumplir personalmente.

4. En relación con el presunto desconocimiento de la prueba demostrativa de


una supuesta indemnización parcial, no pueden soslayarse dos señalamientos de
los fallos de instancia: el primero, en el sentido de que después de seis meses de
haber reclamado los dineros de sus poderdantes y cuando se enteró del curso de
la acción penal, la procesada entregó ciertas sumas de dinero a algunos de los
perjudicados que, por su ínfima cuantía en relación con lo que realmente les
pertenecía, ni siquiera podía considerarse como indemnización parcial; y el
segundo, que la entrega o dación en pago de una oficina al abogado (...),
profesional que había recibido poder de los damnificados y apenas denunció los
hechos para después desistir de una acción civil que ni siquiera había intentado,
alcanzó escasamente para cubrir sus honorarios, razón por la cual en su
momento fue instada una investigación en su contra.
....

Se concluye, de esta manera, que no fueron ignoradas las pruebas resaltadas por
el actor, sino que jamás se infirió de sus contenidos la existencia de una
indemnización parcial que justificara la configuración de la atenuante genérica.
Es más, admitida en gracia de discusión la atenuación, el demandante no explica
cuál sería su real influencia en la dosificación de la pena, porque un factor de tal
índole implicaría la imposición del mínimo previsto en la ley, siempre que
concurra exclusivamente, pero ocurre que en este caso los juzgadores también
derivaron ingredientes de agravación genérica y otras circunstancias señaladas
en el artículo 61 del Código Penal para no partir de dicho límite inferior.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
FECHA : 16/07/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 11090
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

19/07/2001

FALSO JUICIO DE LEGALIDAD-Técnica en casación/ FALSO JUICIO DE


CONVICCION-Técnica en casación/ DEMANDA DE CASACION-Técnica/ FALSO
RACIOCINIO-Técnica en casación/ PRINCIPIO DE NO CONTRADICCION/
ESTAFA

1. El error de derecho se vincula con la apreciación de las pruebas, bien por


otorgarles un mayor o un menor valor al concedido por la ley, -evento de muy
excepcional ocurrencia-, conocido como falso juicio de convicción, o en la
consideración de las irregularmente obtenidas, practicadas, o incorporadas al
proceso, situación que se aviene al falso juicio de legalidad.

El error de derecho hace referencia al examen jurídico de la prueba. Pero los


motivos por los cuales se incurre en este error, el de legalidad y convicción,
tienen causas, alcances y consecuencias distintas en una situación dada. De ahí
que la formulación del reproche con base en dicho error debe respetar los

145
presupuestos que los estructuran, de lo contrario resultan incompatibles los
cuestionamientos.

La ley no exige que en la demanda se identifique el motivo de violación con las


denominaciones que les viene dando la jurisprudencia y la doctrina, bajo la
condición de que del desarrollo del cargo se deduzca con claridad y precisión el
error imputado a la sentencia y se respete la técnica que el reproche exige en
cuanto a la observancia de principios tales como el de limitación, no
contradicción y subsidiariedad, por citar algunos que, incuestionablente, forman
parte del debido proceso.
...

Los contratos nominados de compraventa, promesa de contrato de permuta,


arrendamiento y comodato gratuito, así como los documentos que los contengan,
no corresponden a pruebas tarifadas, conforme al ordenamiento procesal vigente
en Colombia. El mérito que les corresponde en un proceso penal lo ha de asignar
el juzgador haciendo para ello un examen conjunto de los medios allegados y
bajo los principios que orientan la sana crítica.

La lectura de las disposiciones civiles que el censor citó como inaplicadas por el
Tribunal permite concluir que ellas no establecen para el juzgador en el proceso
de valoración de las pruebas o de las hipótesis de hechos en ellas contenidas un
alcance determinado que deba ser asignado a los citados convenios.

No habiéndose ocupado la fundamentación del cargo a cuestionar el proceso de


formación o práctica de la prueba y su adjunción al expediente, y de otra parte,
no correspondiendo la situación denunciada al sistema de tarifa legal de
pruebas, debe indicarse que el reparo no corresponde a ninguna de las
modalidades de error de derecho a que se refiere el cargo formulado por el
recurrente.

2. Es elemental para el resultado positivo de las pretensiones del demandante


que la censura comprenda en su totalidad las evidencias y hechos deducidos de
éstas, y que indujeron al ad quem a optar por la decisión cuestionada a través de
este medio extraordinario de impugnación, pues cuando el ataque resulta
incompleto, por no descalificarse todos los aspectos determinantes en la
providencia, a través de la causal y motivo de casación que corresponda, resulta
inocuo el ataque en la medida en que la solidez de los demás factores que
incidieron en el fallo impiden que éste se quiebre legalmente.

El reproche examinado desconoció el deber esencial al cual se ha hecho alusión


en el párrafo anterior, pues las pruebas que determinaron la orientación de la
decisión no fueron solamente las cláusulas de los contratos en las que se pactó el
comodato y el arrendamiento, situaciones a las que hacen referencia (...) y su
esposa, así como los recibos de pago de los cánones de arrendamiento aportados
al proceso. El argumento del censor se relaciona únicamente y específicamente
con uno de los aspectos de los fundamentos del Tribunal.

La sentencia impugnada sumó a lo anterior los hechos, las pruebas y los


fundamentos evidenciados por la denuncia, la pluralidad de documentos,
testimonios e indicios, allegados legal y oportunamente al proceso, elementos de
juicio diferentes a los referidos por el censor en el cargo examinado. Estos
elementos que suministraron al juzgador certeza y que determinaron la
orientación de la decisión no fueron objeto de reparo por el censor.

146
Era deber del recurrente comparar la sentencia y la totalidad de la prueba
considerada, tarea que no se asumió, porque de haberse hecho, era evidente que
no podía establecerse que el juzgador varió el contenido probatorio para afirmar
circunstancias que no fueron evidenciadas, o que se distorsionó de tal manera
que se cambió la expresión fáctica para afirmar algo diverso a lo que con
exactitud la prueba contiene.

3. Señala la demanda que la sentencia incurrió en error de hecho, en cuanto a la


prueba que demuestra el perjuicio indemnizable, al desconocer la prueba
documental contentiva del registro de la escritura pública de compraventa que
perfeccionaba el dominio y el convenio entre las partes sobre los bienes objeto de
la negociación. Con esta evidencia se comprueba que (...) entregó oportunamente
el inmueble según las leyes civiles. Igualmente se sostuvo que el fallo de segunda
instancia había "pretermitido el sentido legal y obvio de dicha prueba
documental".

El examen de la censura impone definir los alcances de la expresión


"pretermitido el sentido legal y obvio de dicha prueba documental", en la que se
sintetiza uno de los yerros endilgados al fallo de segundo grado.

Al referirse el impugnante al "sentido" de la prueba documental está haciendo


alusión al significado, interpretación o manera como debe ser entendida dicha
evidencia. Al adjetivar dicho vocablo con la expresión "legal" le atribuye a la ley la
prescripción del valor que ha de corresponder a la prueba documental a que
alude el censor y que no es otra que el registro de la escritura pública con la que
se otorgó la trasferencia de dominio a los esposos (...). Por lo tanto, el reparo,
conforme a los términos referidos, conduce a recriminar la decisión del ad quem
por haber omitido acoger la inscripción del título escriturario en la oficina de
registro con el alcance que el legislador le asignó. Así las cosas, el argumento
parte de la base que en este caso existe tarifa legal para dicha prueba.

La expresión sentido "obvio" del documento corresponde a lo claro, evidente,


indiscutible, patente. Un argumento así, como lo registra el concepto del
Procurador Delegado, bien puede conducir a la lógica con que el fallador ha de
afrontar el análisis de la prueba conforme a la sana crítica. Situación que
corresponde al error de raciocinio, denominación que recientemente la Corte le
ha dado, y que de antes, se reclamaba al amparo del falso juicio de identidad.

4. El recurso de casación exige unos presupuestos mínimos de singularidad en


cuanto a la temática del cargo, su desarrollo, la lógica empleada, aspectos que
dada la naturaleza de la causal y el motivo invocado imponen una censura
separada e independiente.

En este caso es claro que la argumentación deviene contradictoria y antitécnica


por cuanto que de manera simultánea en el cargo y con respecto a la misma
prueba se denunció omisión por parte del Tribunal en cuanto a la valoración del
documento consistente en el registro de la escritura ("desatendió", "no tuvo en
cuenta") y a la vez, se valió de argumentos que corresponden autónomamente a
otros motivos de violación indirecta de la ley sustancial, como ocurrió con la
fundamentación que corresponde al error de convicción y de raciocinio.
Una labor como la descrita anteriormente desconoce el principio de no
contradicción, dado que lógica y racionalmente a la vez la situación denunciada
no puede ser y dejar de ser.

Como puede verse, a consecuencia de la presentación de proposiciones entre sí


excluyentes y contradictorias, para poder dar una respuesta de fondo a esta

147
censura sería necesario que la Corte modificara la demanda, procurando
estructurar un cargo no contradictorio y tratando de darle el desarrollo que
corresponda al mismo, tarea imposible en virtud del principio de limitación

PONENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Sentencia Casación
FECHA : 19/07/2001
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 12434
PUBLICADA : No

21/11/2001

COLISION DE COMPETENCIA/ ESTAFA-Consumación/ FALSEDAD EN


DOCUMENTO PRIVADO

Como quiera que los hechos objeto de este proceso tuvieron por concreto
propósito el hacer pagar a una persona el valor de unos bienes que ciertamente
no había adquirido, verificándose, sin embargo, a través de los descuentos
mensuales de nómina, el cubrimiento parcial de su importe, hasta que, por razón
de esta investigación, una vez establecida la falsedad de los documentos que
supuestamente la obligaban, se dispuso la suspensión de los mismos, resulta
claro que los ilícitos que de tal acontecer emergen y que la Fiscalía calificó como
estafa y falsedad en documento privado se sucedieron en el domicilio de aquella,
pues fue allí donde en principio se recogió la firma que luego fue imitada, fue en
ese sitio donde se hizo creer al comprador que tan sólo había adquirido un
electrodoméstico y fue en Cali donde el acusado, en últimas, consumó la
obtención del provecho ilícito, si por tal se entiende la apropiación del segundo
equipo de sonido y acaso del reloj.

El que este instructivo hubiere tenido la virtud de descubrir la manera como se


estaba verificando el desmedro patrimonial al jubilado Congo Torres y por ello lo
hubiere, en aras del restablecimiento del derecho, cesado, afectándose con tal
determinación a la empresa vendedora, no significa que los hechos de los cuales
fue víctima el pensionado pierdan su carácter delictivo para subrogárselo a favor
de la Cooperativa finalmente vulnerada en su patrimonio, o para, con ello, trocar
el lugar de comisión de aquellos, cuando, en últimas, también pudiera
evidenciarse otra conducta punible con sujeto pasivo diferente.

Innegable resulta que en Cali el acusado logró el ilícito provecho, obtenido a


través de las artimañas que desplegó frente al pensionado, pues con ellas
persuadió a éste de que estaba adquiriendo un equipo, cuando en realidad ante
la Cooperativa lo hizo figurar como adquirente de dos, para así apropiarse de uno
de ellos y de un reloj, que, de no ser por la actuación fiscal, habría terminado
pagando el denunciante.

PONENTE(S) : CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 21/11/2001
DECISION : Declara la competencia del juzgado 3 P. C. de
Cali
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 18920

148
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

18/12/2001

EXTRADICION-España/ EXTRADICION-Validez formal de la documentación/


EXTRADICION-Sistemas/ EXTRADICION/ ESTAFA

1. De acuerdo con el concepto rendido por el Ministerio de Relaciones Exteriores


mediante oficio O.J.E. No. 9670 del 11 de abril de 2000, en cumplimiento del
artículo 552 del C.P.P. (anterior), hoy 514 Ibídem, el convenio aplicable al
presente caso es la Convención de Extradición de Reos entre Colombia y el Reino
de España, aprobado por la Ley 35 de 1892.

Existiendo tratado de extradición entre Colombia y España, tal como lo certifica


el Ministerio de Relaciones Exteriores, el concepto que aquí se rinde se profiere
de conformidad con las normas contenidas en el citado convenio.

2. La Convención de Extradición de Reos entre Colombia y el Reino de España


señala en el artículo VIII que la demanda de extradición será presentada por la
vía diplomática y apoyada en los siguientes documentos:

a. Copia de la sentencia autorizada si se trata de un criminal condenado y


evadido.

b. Copia autorizada del mandamiento de prisión o auto de proceder o de


cualquiera otro documento que tenga la misma fuerza, con precisión de los
hechos denunciados y las disposiciones aplicables, cuando el requerido en
extradición sea un individuo acusado o perseguido.

c. Las características personales del reo o encausado, que permitan su


identificación en el proceso de búsqueda y arresto.

3. Según el concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores, reclamaciones como


la que examina la Sala, se rigen por la Convención de Extradición de Reos entre
Colombia y el Reino de España del 23 de julio de 1892, aprobada por la Ley 35
de 1892, por lo que es el sistema de lista y no el principio de la doble
incriminación el que determina el acuerdo a lo dispuesto en dicho tratado, a
saber:

En el artículo 1º los Estados contratantes harán recíprocamente entrega de


condenados o acusados que se refugien en territorio del otro y ostenten la calidad
de "autores o cómplices de los delitos o crímenes enumerados en el Artículo 3°"

El artículo III en veinte numerales relaciona los crímenes por los cuales procede
la extradición, debiéndose subrayar para los efectos de la presente actuación, los
siguientes:

En los ordinales 8° y 9° se hace alusión a la falsificación, expedición y circulación


fraudulenta de documentos públicos o privados, y a la falsificación o
suplantación de actos oficiales o de autoridad pública, la expedición y uso
fraudulento de los mismos, incluidos los de los Tribunales de justicia.

En el literal 10° se hace referencia a la fabricación de moneda falsa, bien sea


metálica o en papel, títulos o cupones falsos de la deuda pública, billetes de

149
Banco u otros valores de crédito, de sellos, timbre, papel sellado, cuños y marcas
de administraciones del Estado, y la expendición o uso fraudulento de los
mismos.

Sobre las características del sistema adoptado por los Estados contratantes, la
Sala, con criterio mayoritario*, en concepto de fecha 15 de agosto de 2000 (Rad.
15325), puntualizó:

"Dentro de los sistemas de extradición cuya existencia se reconoce en la


comunidad jurídica internacional, se encuentra el de lista que adoptó el
Convenio de Extradición de Reos suscrito entre Colombia y España el 23 de julio
de 1892, típico de los acuerdos bilaterales de los pasados siglos y cuya
característica especial es la enumeración taxativa de una serie de delitos por su
correspondiente denominación jurídica específica, lo que lo hace un sistema
cerrado."

Antes de adelantar cualquier examen sobre los delitos por los que se le procesa a
(...) en España para efectos de la extradición reclamada, se debe hacer la
siguiente aclaración:

El Ministerio Fiscal interesó al Magistrado Juez del Juzgado Central de


Instrucción No. 4 de la Audiencia Nacional de Madrid, para que propusiera al
Gobierno de España reclamar la extradición de (...) con base en el convenio de
1982, sin invocar como sustento de su pretensión el "Convenio de Represión de
la Falsificación de Moneda" y de sus Protocolos adicionales, suscritos en Ginebra
(Suiza) el 20 de abril de 1929, del cual son parte Colombia (lo adoptó con la ley
35 de 1930) y España. Igual omisión se advierte en los documentos remitidos por
autoridades del Gobierno español para los efectos del presente trámite. En
situación semejante a ésta, la Sala dijo en concepto aprobado con acta 138 del
15 de agosto de 2000:

"Esa decisión de las autoridades judicial y administrativa del gobierno requirente


es una manifestación de la soberanía estatal que uno y otro representan y es por
tanto materialmente inmodificable por parte de la Corte Suprema de Justicia de
Colombia".

"También es una decisión de política exterior y por tanto del ejercicio de la


soberanía estatal frente a otros Estados, la contenida en el Concepto de la
Cancillería colombiana en cuanto - de consuno con el requerimiento de
extradición - expresó que la fuente formal aplicable a este trámite específico es la
Convención de Extradición de Reos entre Colombia y el Reino de España del 23
de julio de 1892.

Con base en las referidas premisas, en el citado concepto concluyó la Sala, con
criterio que resulta aplicable literalmente al caso sub lite:

Esa naturaleza del Concepto de la Cancillería colombiana le impide a la Corte,


aun ante la evidencia de la existencia de un Tratado multilateral que pudo haber
sido integrado al bilateral, fundamentar el trámite de la extradición y el concepto
sobre su procedencia en una Convención que no fue invocada por ninguno de los
gobiernos involucrados en la solicitud de extradición del ciudadano español ...".

De esta forma, el análisis de la situación a que se contraen las presentes


diligencias se hará estrictamente con base en el Convenio de Extradición de Reos
entre Colombia (ley 35 de 1892) y España del 23 de julio de 1892.

150
Como ha quedado explicado, dada la naturaleza del sistema de lista adoptado por
La Convención de Extradición de Reos entre Colombia y el Reino de España en el
artículo I y en el III, la interpretación debe ser restrictiva, por tanto no se pueden
incluir comportamientos delictivos que no fueron objeto del acuerdo por las
Partes Contratantes.

4. El examen de los ilícitos para los cuales los Estados partes convinieron la
extradición se analizará conforme a la calificación que se le dio a la conducta en
el pliego de cargos de la fiscalía y en el auto de apertura a juicio y de prisión del
juzgado que conoce de la causa en el país requirente.

En España, la falsificación de moneda, según el artículo 386 del Código Penal, se


sanciona con prisión de 8 a 12 años y multa del tanto al décuplo del valor
aparente de la moneda, punible que se previó bajo las siguientes modalidades: a)
Fabricación (numeral primero), b) Introducción al país (numeral segundo), c)
Expendio y distribución con la connivencia de los falsificadores o introductores
(numeral tercero), d) La tenencia de moneda falsa para su expendición o
distribución, atendiendo el valor de la moneda y el grado de confabulación con
los autores, caso en el cual la pena es inferior en uno o dos grados (párrafo
segundo), y e) Cuando se reciba de buena fe moneda falsa y luego se expenda o
distribuya, si su valor es superior a cincuenta mil pesetas, evento en el cual la
sanción es de nueve a quince arrestos de fines de semana y multa de 6 a 24
meses.

Para la Corte es evidente que la tenencia de moneda falsa para su posterior


distribución, constituye una modalidad del delito de falsificación de moneda,
como se colige de la ubicación sistemática de su descripción típica (párrafo 2º del
art. 386 del C.P.). De otra parte, atendiendo el sentido y la finalidad de los
tratados públicos en materia de extradición, es incuestionable que sobre
cualquier discusión dogmática al respecto, ha de prevalecer la cooperación
internacional como una genuina expresión de una política criminal orientada a
luchar contra la impunidad.

La estafa continuada contemplada por los artículos 74, 248, 249 del Código
Penal Español, constituye una conducta autónoma no contemplada en la lista
de los delitos por los cuales Colombia y el Reino de España acordaron entregarse
recíprocamente a los autores o cómplices que se refugiaren en sus respectivos
territorios, según la redacción del artículo III del susodicho Convenio de
extradición.

La Corte, por consiguiente, no puede emitir concepto favorable para la


extradición a España de FRANCISCO JAVIER SARDA BONAVIA, por el delito de
estafa y así ha de ser la decisión, por cuanto que la Sala, reconoce la
imposibilidad de invadir la órbita de autonomía judicial y administrativa del país
reclamante, como se dijo en la providencia ya citada,

"En ese sentido, la Corte no puede modificar el auto de procesamiento dictado


por el Juez español, para definir los hechos denunciados de una manera
diferente a como él lo hizo para que la conducta pueda incluirse en la lista
cerrada de la Convención".

La extradición en este caso procederá por los delitos de falsedad continuada en


documento oficial y falsificación de moneda en la modalidad de tenencia,
conductas contempladas en los numerales 8° y 9° del artículo III del Convenio de
extradición del 23 de julio de 1892, adoptado por Colombia y España, ilícitos
respecto de los cuales, como ha quedado registrado en esta providencia en los

151
acápites anteriores, forman parte de la lista de los reatos por los cuales se
autoriza la entrega del reclamado en extradición por el gobierno español,
habiéndose cumplido, además, en esta actuación, la totalidad de los requisitos,
para que la Sala emita concepto en los términos expresados.
________________________________________
* Magistrado Ponente Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar.

PONENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Concepto Extradición
FECHA : 18/12/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente respecto a un delito y
desfavorablemente por otro
DELITOS : Falsedad en documento público, Falsificación en
Moneda Extranjera
PROCESO : 17205
PUBLICADA : No

12/02/2002

PRESCRIPCION/ ESTAFA-Favorabilidad/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY


SUSTANCIAL-Técnica en casación/ LEGALIDAD DE LA PENA-Reformatio in
pejus/ LEGALIDAD DE LA PENA/ REFORMATIO IN PEJUS/ EJECUTORIA-
Providencia que resuelve la casación al decretarse una prescripción/
EJECUTORIA

1. Para ese delito (Estafa), de conformidad con los artículo 356 y 372-1 del
Código Penal de 1980, en cuya vigencia ocurrieron los hechos, se establece una
pena de prisión cuyo máximo es de 15 años. El nuevo estatuto (ley 599 de 2000),
en sus artículos 246 y 267-1, fija un tope superior de 12 años, por lo que en
virtud del principio y derecho fundamental constitucional de la favorabilidad
(artículo 29 superior), el último debe aplicarse de manera retroactiva al resultar
benigno a los intereses del sujeto pasivo de la acción penal.

Según el artículo 83 del estatuto represor, la acción penal prescribe en un tiempo


igual al máximo de la sanción fijada en la ley que, en este evento, es de 12 años,
lapso que, a voces del artículo 86, se interrumpió con la ejecutoria de la
resolución de acusación, lo cual sucedió el siete de junio de 1995, fecha en que
se confirmó el pliego de cargos (artículo 187 del Código de Procedimiento Penal).

Desde ese momento, según ordena el artículo 86 del Código Penal, "comenzará a
correr de nuevo por un tiempo igual a la mitad del señalado en el artículo 83",
sin que en ningún caso sea inferior a cinco (5) ni superior a diez (10) años, esto
es, que para el evento en consideración ese periodo es de seis (6) años.

Como desde la ejecutoria del pliego de cargos (junio siete de 1995) ha


transcurrido un tiempo que supera los seis años, sin que la sentencia, en virtud
del recurso de casación, haya adquirido firmeza, se concluye que la acción penal
ha prescrito, debiéndose declarar la cesación de procedimiento, pues de
conformidad con los artículos 38 y 39 del Código de Procedimiento Penal la
misma no puede proseguirse, y dejar sin efecto las condenas, incluido el aspecto
pecuniario, proferidas dentro de los procesos adelantados por los delitos que se
precluyen, que en relación con (...), abarca todas las acusaciones proferidas en
su contra en estas causas acumuladas.

152
2. Sabido es que cuando el censor acude a la causal primera, cuerpo primero,
esto es, violación directa de la ley sustancial, en modo alguno puede desconocer
o criticar los hechos en la forma en que los encontró demostrados el Tribunal,
porque si lo que cuestiona es un yerro en la aplicación de la ley, es claro que le
está vedado debatir el análisis probatorio realizado en la sentencia. Así, el
argumento del demandante debe consistir en un juicio lógico sobre el fallo, pero
respecto del equívoco al aplicar la norma, sin reprochar la estimación que allí se
hizo de los elementos de convicción.

La invocación del artículo 247 del Código de Procedimiento Penal de 1991 como
norma infringida, evidencia el desacierto del cargo, por cuanto se trae a colación
para demostrar que no existía certeza sobre los elementos que tipifican el delito
de estafa, de lo cual surge que se pretende volver, para refutar, el proceso de
valoración probatoria del Tribunal, en contradicción con el planteamiento.
...

La excusa que se presenta en la demanda fue valorada y rechazada en el fallo de


primer nivel, por lo que es contradictorio el fundamento del cargo, porque no sólo
desconoce lo que tuvo por demostrado el juzgador, sino que pretende oponer
conclusiones diversas a aquél sobre el alcance de las pruebas, lo cual ha debido
enfocarse por vía de la causal primera, cuerpo segundo, que no del primero como
enunció la censura, que es la que resulta apropiada cuando de controvertir la
estimación probatoria judicial se trata.

3. Del estudio del expediente resulta que aun cuando solamente la defensa apeló
la decisión de primera instancia, el Tribunal de Bogotá, de oficio, adicionó el fallo
para imponer a los señores (...) la sanción de multa, que había omitido el A quo.
Dijo la corporación que ello no comportaba agravación de la pena porque era
imperioso ajustar la punibilidad a la legalidad. Como este es el criterio fijado y
continuado por la Sala mayoritaria de la Corte, se concluye que con ello no se
incurre en desconocimiento de la prohibición de la reformatio in pejus. Es claro
que si el señor Juez 54 Penal del Circuito de Bogotá, tras condenar por estafa no
fijó su atención en que el tipo penal correspondiente de 1980 -como el actual-
preveía la medida pecuniaria también como principal, se salió de la legalidad, es
decir, determinó para el caso una pena que no coincide exactamente con la
establecida en la ley.

El Tribunal, entonces, hizo bien al tornar el asunto a los cánones del principio de
legalidad que se hallaba conculcado con la no imposición por el Juez de la pena
principal de multa, legalmente prevista por el artículo 356 del decreto 100 de
1980, estatuto penal vigente para cuando se profirieron las sentencias de
primero y segundo grado, con lo cual había incurrido no en un simple error de
graduación, sino en una verdadera mutilación de una ley, acertadamente
enmendada por el ad quem al imponer la multa pertinente.

4. La Corte debe precisar que en esta sentencia se ha decidido no casar el fallo


impugnado y cesar el procedimiento por la causal objetiva de la prescripción de
la acción penal, lo cual implicó redosificar la sanción, también con criterio
eminentemente objetivo, es decir, siguiendo los lineamientos considerados en las
dos instancias. De aquí se desprende que como no se sustituye o reemplaza la
sentencia impugnada, con las voces del artículo 197 del Código de Procedimiento
Penal de 1991, este fallo causa ejecutoria el mismo día de su expedición. Esta ha
sido la postura de la Sala, como se percibe, por ejemplo, en decisiones del 2 de
noviembre y 18 de diciembre del año 2000 (Magistrados Ponentes, Nilson Pinilla
Pinilla y Carlos Eduardo Mejía Escobar, respectivamente).

153
PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON, NILSON
PINILLA PINILLA
Sentencia Casación
FECHA : 12/02/2002
DECISION : Cesa por prescripción, redosifica pena, deja sin
efectos, no casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 15386
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Salvamento
Parcial de Voto

14/05/2002

COLISION DE COMPETENCIA-Requisitos para proponerla/ COLISION DE


COMPETENCIA-Competencia a prevención/ ESTAFA/ FISCALIA GENERAL DE
LA NACION-Competencia nacional

1. El artículo 93 y siguientes del Código de Procedimiento Penal regulan el


conflicto negativo de competencia al señalar:

"Hay colisión de competencias cuando dos o más funcionarios judiciales


consideren que a cada uno de ellos corresponde adelantar la actuación, o cuando
se niegan a conocerla por estimar que no es de competencia de ninguno de ellos.

También procede cuando, tratándose de delitos conexos, se adelanten varias


actuaciones procesales de manera simultánea."

Del contenido de la norma transcrita se colige que el conflicto de competencia


solo se presenta cuando dos o mas funcionarios judiciales consideran que a cada
uno de ellos les corresponde conocer de la actuación o cuando se niegan a
conocer de la misma aduciendo que carecen de competencia y finalmente,
cuando se adelanten varias actuaciones tratándose de delitos conexos, es decir,
que el conflicto de competencia solo tiene lugar cuando el proceso se encuentra
en curso y debe definirse a cual de los funcionarios le corresponde asumir su
conocimiento.

2. Por regla general la competencia para conocer de un asunto determinado se


fija en consideración del factor territorial, es decir, por el lugar donde haya tenido
ocurrencia el hecho punible. Sin embargo, cuando no se tiene certeza sobre el
sitio, o el punible se ha cometido en varios lugares o se hubiere cometido el
hecho en el extranjero será precisada atendiendo los parámetros de la
competencia a prevención establecida en el artículo 83 del Código de
Procedimiento Penal, de acuerdo con la cual conocerá del asunto el funcionario
judicial competente por su naturaleza, del territorio en el cual se haya formulado
la denuncia o donde primero se haya avocado la investigación, cuando
se hubiere iniciado simultáneamente en varios sitios, será competente el
funcionario judicial del lugar en el cual fuere aprehendido el imputado y
tratándose de varios, el del lugar en que se llevó a cabo la primera captura.

3. Los efectos jurídicos de esas conductas tuvieron materialización en la localidad


de Facatativá, por cuanto, en ese lugar se recibieron las copias de consignación

154
apócrifas destinadas a probar que se había realizado el pago previo destinado a
obtener la autorización de entrega de los pedidos por parte del Jefe de Planta,
quien por un error de confianza no verificó su exactitud y ordenó la entrega del
gas propano en siete oportunidades, momento en el cual se consolidó el engaño y
se obtuvo el provecho ilícito, por lo que es en dicho lugar, en donde, se reitera se
consolidan los efectos jurídicos vulneratorios del bien jurídico tutelado,
independientemente de que el origen y realización de los ardides se hayan
originado en Soacha y no en Bogotá como equivocadamente lo entiende el
Despacho colisionado.

Por consiguiente, la competencia habrá de definirse atendiendo el sitio donde se


produjeron los efectos de la conducta ilícita de la procesada, sin que para el caso
resulte relevante señalar que en esta ciudad se formuló la denuncia o en la que
se dispuso la apertura de la investigación y se dictó el pliego acusatorio, ya que
debe tenerse en cuenta que el Fiscal General de la Nación y sus delegados tienen
competencia en todo el territorio nacional de conformidad con el artículo 113 del
Código de Procedimiento Penal y en consecuencia, como en este caso, podía el
Fiscal ante el que se formuló la denuncia instruir el proceso, pero solo puede
acusar ante el juez competente, cuya definición debe realizarse por las reglas
enunciadas, y que para este evento lo es el Juez Penal del Circuito de Facatativá.

PONENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 14/05/2002
DECISION : Asigna cto. al juzgado 1 p.c. de Facatativá
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado,
Destrucción, supr. y ocult. de doc. privado
PROCESO : 19382
PUBLICADA : No

30/05/2002

ESTAFA/ FRAUDE PROCESAL/ CONCURSO/ SANA CRITICA-Falso raciocinio/


FALSO RACIOCINIO

1. La conducta del procesado no se limitó a la aducción del documento falso para


lograr el reconocimiento de su pensión, como que alcanzado este propósito hizo
valer tal condición para que se le cancelara periódicamente el valor de la mesada,
pago que se le hizo porque mantuvo en error a la administración departamental.
Por lo tanto, aunque existen medios fraudulentos comunes en la realización de
los dos comportamientos, el que sean materialmente separables esas conductas y
afecten diferentes bienes jurídicos, actualiza el fenómeno concursal, fenómeno al
que la Corte se ha referido en diversas oportunidades.*

2. El sistema de la sana crítica como método de valoración de la prueba adoptado


legalmente en nuestro régimen procesal desde hace varias décadas, le permite al
juez la apreciación de los medios de convicción aportados al proceso sin más
restricciones que las que se deriven del estricto apego a los postulados de la
lógica, la ciencia y las reglas de la experiencia.

De ahí que cuando la Corte ha admitido que el fallador pueda incurrir en su


proceso valorativo en errores de hecho por falso raciocinio, invariablemente ha
advertido que no se trata de que las partes realicen esfuerzos dialécticos
paralelos a los del Ad quem para que en sede de casación se escoja el que

155
aparezca como mejor estructurado, sino de la indicación precisa de yerros
trascendentes que, por haber incurrido en ellos, llevaron al juzgador a obtener
una conclusión contraria a la que surgía de una realidad probatoria
determinada. Así, cuando el juez admite el dicho de un testigo que describe la
trayectoria de un proyectil en abierto desconocimiento de las leyes físicas; o
cuando elabora un juicio que desconoce el principio de no contradicción; o
acepta o rechaza la credibilidad de un testigo sólo por pertenecer a un
determinado núcleo social, sexo o raza, por ejemplo, no hay duda de que su
raciocinio ha vulnerado los principios de la sana crítica. Y si tal elaboración
intelectiva fue el sustento de su decisión, de manera que su sentido hubiera sido
otro de no presentarse ese error, es evidente que la estructura del fallo debe
fracturarse.

En tales supuestos, el juez no sólo ha considerado una prueba válidamente


producida -lo que excluiría el falso juicio de existencia- sino que la apreció con
fidelidad a su contenido objetivo -es decir, sin incurrir en un falso juicio de
identidad- pero sin embargo obtuvo una conclusión racionalmente inadmisible.
Esta especie de error de hecho, diferente de los dos que se acaban de enunciar,
es el que la jurisprudencia de la Corte ha dado en denominar falso raciocinio,
inclusive desde tiempo atrás a la presentación de la demanda en el asunto
analizado.

Por eso, como esta variable de la violación indirecta de la ley sustancial no se


refiere, según parece entenderlo el censor, a la posibilidad de escoger la más
lógica, coherente y edificada propuesta valorativa sino a la demostración de
errores en el proceso de construcción racional de la decisión, la Sala ha dicho de
manera insistente que "el valor que para el juzgador emerge del análisis conjunto
de las diversas pruebas no es susceptible de ataque casacional. Esa labor del
sentenciador es por completo ajena a cualquier censura o impugnación
extraordinaria, en tanto la misma se desarrolle con apego a los principios
reguladores de la sana crítica como método de interpretación y estudio de los
medios aportados al proceso para el descubrimiento de la verdad" (Sentencia del
3 de diciembre de 2001, radicado 10.322, M.P. Carlos Augusto Gálvez Argote).
_____________________________
* Cfr. sentencias del 22 de agosto de 1989, radicado 3.155, M.P. Gustavo Gómez Velásquez; 17
de julio de 1990, radicado 4.168, M.P. Guillermo Duque Ruiz; 15 de abril de 1993, radicado
7.292, M.P. Édgar Saavedra Rojas y 9 de septiembre de 1998, radicado 10.311, M.P. Jorge
Enrique Córdoba Poveda, entre otras.

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 30/05/2002
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 17604
PUBLICADA : No

26/06/2002

ESTAFA/ ESTAFA AGRAVADA

Sea que la conducta que tardíamente le imputó (...) al Senador (...), por el pago de
$9"711.487,15 a una concesionaria de automotores, a cambio de que influyera
ante el Alcalde Mayor de Bogotá para facilitar la mejor utilización de unos buses
adquiridos en remate por "Sidauto S. A.", apuntara a una estafa, como fue

156
denunciada, o quedare subsumida en la previsión estatuida por el artículo 147
del anterior Código Penal como tráfico de influencias para obtener favor de
servidor público, hoy componente de estafa agravada (art. 247-3 L. 599 de 2000),
es lo cierto que las pruebas acopiadas no permiten inferir tipicidad alguna.

PONENTE(S) : NILSON PINILLA PINILLA


Auto Unica Instancia
FECHA : 26/06/2002
DECISION : Se abstiene de iniciar instrucción
PROCESO : 14663
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA

29/08/2002

FALSO JUICIO DE EXISTENCIA-Por omisión/ ESTAFA-Contrato:Medio idóneo


para ocultar el ánimo de defraudar/ ESTAFA

1. El error de hecho en la modalidad de falso juicio de existencia por omisión, ha


sido dicho en reiteradas oportunidades por esta Sala, consiste en el soslayo de
pruebas legalmente incorporadas al proceso que lleva al juzgador a proferir un
fallo diferente al que correspondía en caso de haberlas analizado.

Tal modalidad de error impone un doble esfuerzo al demandante que la plantea,


el cual involucra tanto la clara enumeración de los medios de prueba que
legalmente allegados resultaron omitidos en la evaluación que precedió la
declaración de justicia, como la demostración a través de una evaluación
probatoria de conjunto que los incluya, para ver de comprobar con fundamento
en ella, que de haberse considerado el dato o los datos supuestamente revelados
por aquéllos, el sentido de la decisión hubiera sido diverso y en todo caso
favorable al impugnante.

2. La permisibilidad de un contrato lícito no descarta la existencia de artificios o


engaño, pues nada impide que la inducción o el mantenimiento en error tengan
origen precisamente en la aparente sinceridad y legalidad de que se revista ese
acuerdo de voluntades. Por eso, ha reiterado la Sala que el contrato en muchos
casos resulta utilizado como medio idóneo para ocultar el verdadero ánimo de
defraudar. Así por ejemplo en decisión de agosto 5 de 1992 con ponencia del
magistrado Juan Manuel Torres Fresneda se dijo que:

"…lejos de excluir el artículo 356 del Código Penal los contratos como medio de
artificio o engaño que utilizados por el timador como simple apariencia de
obligarse pueden generar error esencial en el ofendido, tanto la doctrina como la
jurisprudencia admiten la posibilidad de su empleo como parte de los medios
defraudatorios, destacando justamente en aquellos la sutileza del ardid y su no
infrecuente uso, al punto de sostener que:

""... pasan al campo penal la mentira o el silencio cuando recaen sobre elementos
fundamentales del contrato, por ejemplo, la existencia de una contraprestación,
porque esta es la causa misma del acto o contrato según el derecho civil.

"Si una parte engaña a la otra, por ejemplo, sobre su capacidad de pagar
haciéndole creer que la tiene cuando, en realidad, carece de ella, bien sea de
modo absoluto o en forma que, de saber su situación , la otra no hubiera
contratado, o cuando calla estando obligado a manifestar su incapacidad de

157
pagar, ya no se trata de un silencio o de una mentira lícitos, sino plenamente
delictuosos"". (Sentencia de casación del 23 de junio de 1982, Magistrado
Ponente Dr. Luis Enrique Romero Soto)".

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
FECHA : 29/08/2002
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 15248
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

15/10/2002

MEDIDA DE ASEGURAMIENTO/ DETENCION PREVENTIVA-Procedencia/


FAVORABILIDAD-Se debe aplicar sin excepción/ FAVORABILIDAD/ ESTAFA

1. Con la entrada en vigencia del nuevo Código de Procedimiento Penal, se


introdujo una sustancial reforma al régimen de las medidas de aseguramiento,
pues se establece como única posible para los imputables la detención
preventiva, cuya procedencia quedó restringida a las hipótesis previstas en el
artículo 357, a saber: 1) Cuando el delito tenga prevista pena de prisión cuyo
mínimo sea o exceda de cuatro (4) años; 2) Que se trate de cualesquiera de los
delitos relacionados en el numeral 2º de la disposición; y, 3) Cuando en contra
del sindicado estuviere vigente sentencia condenatoria ejecutoriada por delito
doloso o preterintencional que tenga pena de prisión.

Por exclusión, en todos los demás casos el funcionario judicial debe abstenerse
de resolver la situación jurídica, y carece, por tanto, de la facultad de restringir
en cualquier forma la libertad de locomoción del procesado durante el trámite,
hasta cuando por sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada se pueda
eventualmente disponer lo contrario.

2. Con el fin de determinar cuál es la ley que por favorabilidad debe regir el
presente asunto, resulta indispensable partir de la definición de favorabilidad en
materia sustantiva que trae el inciso 2º del artículo 6° del Nuevo Código Penal, en
los siguientes términos:

"La ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior se aplicará, sin
excepción, de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Ello también rige para
los condenados.

"La analogía sólo se aplicará en materias permisivas" (Se ha resaltado).

El énfasis legal de que la favorabilidad se aplicará "sin excepción", lleva a


considerar que el propósito legislativo ha sido el de que no se ponga cortapisa a
la aplicación de la ley benigna o favorable así definida.

De modo que en cada caso concreto, será necesario examinar racionalmente


entre las legislaciones penales y procesales con efectos sustanciales que se
suceden en el tiempo, cuál de ellas contiene la disposición más favorable tanto en
materia de penas como en relación con las medidas restrictivas de la libertad,
porque en su aplicación resultan perfectamente separables como normas
individuales, máxime cuando pertenecen a distintos códigos.

158
...

Así las cosas, para los delitos de falsedad ideológica en documento público y
concierto para delinquir, no hay duda que resulta más favorable al procesado la
aplicación de la nueva normatividad procesal, en consideración a que la pena
mínima prevista en el anterior Código Penal para tales conductas, por no superar
los tres años de prisión, hace improcedente la detención preventiva y por tanto
respecto de ellas no hay lugar a resolver la situación jurídica.

Cosa distinta ocurría en vigencia del Código de Procedimiento Penal de 1991,


pues la medida de aseguramiento de detención preventiva para los delitos aquí
tratados era indiscutible ante la sola circunstancia de que ambas conductas
superaban en el mínimo de pena a imponer los dos (2) años de prisión que exigía
el artículo 397, inciso 2º.

Ahora, aunque el delito de estafa se encuentra relacionado en la lista de


conductas respecto de las cuales hoy procede la detención preventiva, dicho
precepto resulta inaplicable al caso porque el Código de Procedimiento Penal
preexistente no consagraba medida restrictiva de la libertad para la misma, pues
de conformidad con el artículo 393 de tal normatividad, la medida de
aseguramiento para los delitos cuya pena mínima fuese inferior a dos (2) años
era la de caución, que desapareció como tal en la Ley 600 de 2000.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Auto Segunda Instancia
FECHA : 15/10/2002
DECISION : Revoca auto, medida de aseguramiento y
resolución de situación jurídica
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público,
Concierto para delinquir, Estafa agravada
PROCESO : 19145
PUBLICADA : No

19/11/2002

ESTAFA-Momento de consumación/ COLISION DE COMPETENCIA/ ESTAFA

Desde el punto de vista del factor territorial, el juez competente para conocer de
una conducta punible, es el del lugar en que se hubiere realizado, por lo que
para fijar la competencia basta precisar en qué consiste y en donde se ejecutó,
pues de allí se deducirá cuándo y en dónde se consumó.

La estafa, básicamente, consiste en obtener un provecho ilícito para sí o para un


tercero, lo que implica un incremento del patrimonio del actor y el correlativo
detrimento del perteneciente a la víctima. Por tanto, la consumación de la
conducta se pone de manifiesto a partir de ese efecto, porque coincide con la
lesión al bien jurídicamente protegido; de ahí que para establecer el momento
consumativo de la conducta deba tomarse como punto de referencia aquel en el
cual se produce esa transferencia que implica el crecimiento de un patrimonio en
perjuicio de otro. Es el criterio que tiene la Sala a ese respecto, como puede
observarse en los siguientes pronunciamientos:

"Procede recordar en relación con el delito de estafa, que en este se consuma con
la obtención de un provecho ilícito en detrimento de otro y siendo ello así no
solamente es dable afirmar por lo hasta aquí probado que tanto las posibles

159
maniobras engañosas (suscripción de los contratos de promesa de compraventa y
arrendamiento y luego la escritura de compraventa) tuvieron ocasión en la
ciudad de Armenia sino que, se insiste, fue allí donde se percibió el precio, pues
el hecho de haber sido pagada buena parte de esa suma mediante cheques así lo
indica, sin que incida en contra de esta conclusión el que el Banco girado tenga
su localización en Medellín, pues se trata de instrumentos negociables, idóneos
para liberar obligaciones y aptos para ingresar incondicionalmente en el tráfico
comercial". (Auto, Nov.19/97. Rad. 13.863. M.P. Juan Manuel Torres Fresneda).

"La estafa se consuma en el propio instante en que debido a la inducción en


error, el sujeto activo incorpora a su haber patrimonial bienes o derechos que
hasta ese momento pertenecían a la víctima o a un tercero, y de los cuales el
estafado se desprende, no por expresión de su libre voluntad, sino de su
distorsionada comprensión de la realidad, situación a la que se llega a través del
ardid, el engaño, las palabras o los hechos fingidos". (Auto, Dic. 16/99. Rad.
16.565. M.P. Edgar Lombana Trujillo).

PONENTE(S) : MARINA PULIDO DE BARON


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 19/11/2002
DECISION : Asigna cto. al Juzgado 2 P.C. de Tunja
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 20182
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

28/11/2002

FAVORABILIDAD-Su alegación en casación procede por la causal primera/


FAVORABILIDAD-Presupone un conflicto de leyes/ ESTAFA COLECTIVA/
ESTAFA-Como fraude colectivo/ DELITO MASA/ ERROR IN PROCEDENDO/
ERROR IN IUDICANDO/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en
casación/ SENTENCIA-Falsa motivación:Técnica en casación/ FALSO JUICIO DE
LEGALIDAD-Técnica en casación/ DOCUMENTO PUBLICO-El carácter público lo
confiere el funcionario que lo autoriza/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Técnica
en casación

1. El primer desacierto que de entrada advierte la Sala es la invocación de la


causal tercera como motivo de casación por la supuesta violación del principio de
favorabilidad, ignorando el censor que dicho postulado, al igual que el de
legalidad de los delitos y las penas y el de prohibición de reforma peyorativa, son
garantías fundamentales que amparan al procesado en la declaración o
aplicación del derecho sustancial, por lo que el error que puede cometerse en
dicha tarea es de juicio y no de actividad, siendo la causal primera, que no la
tercera, la vía indicada para la formulación del ataque en sede extraordinaria
-Cfr. Sentencias de casación de mayo 29/97, Rdo. 9364, M.P. Carlos E. Mejía
Escobar; diciembre 15/00, Rdo. 12.397, M.P. Fernando Arboleda Ripoll;
septiembre 3/01, M.P. Jorge Aníbal Gómez Gallego, entre otras-.

2. El principio de favorabilidad instituido en nuestro ordenamiento jurídico como


principio rector y según el cual, en materia penal, la ley permisiva o favorable,
aun cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o
desfavorable, presupone la existencia de un conflicto de leyes en el tiempo, es
decir, de una sucesión de normas que regulen una misma hipótesis fáctica de

160
manera diferente, o le señalan consecuencias jurídicas distintas, resultando una
de ellas menos gravosa para los intereses del procesado.

Por consiguiente, dicho postulado, conforme a lo normado en el Art. 10º del C. de


P. Penal anterior -6º del actual-, implica tener como referente la ley, y no un
criterio jurisprudencial que apenas es disciplina auxiliar de la actividad judicial
-Art. 230 de la Constitución Política-. Luego, so pretexto de la vulneración del
citado principio, como con acierto lo destaca el agente del Ministerio Público, mal
puede aducirse como motivo de casación el hecho de que el juzgador para la
solución del asunto hubiese adoptado la tesis del fraude colectivo, en tratándose
de la conducta punible de estafa, y no la que por avenirse al caso, según el
censor, le resultaba más favorable al justiciable -comportamiento
contravencional atendiendo al fraccionamiento de las acciones imputadas-, en
cuanto que este era el criterio imperante en el seno de la Sala para la época de
los acontecimientos.

3. Es menester denotar cómo la Corte "por razones de política criminal tendientes


al justo tratamiento de la problemática penal enfrentada a la realidad social y
delictiva, que en numerosos casos se manifiesta con la sutileza y audacia de
iguales o similares características a las que conforman el caso en examen", hubo
de ampliar su criterio hermenéutico en relación con el tipo penal de estafa
previsto en el Art. 356 del anterior Código Penal -246 del actual-, hasta llegar a
adoptar la tesis uniforme de que la mentada conducta punible admite la
posibilidad de que con la acción timadora resulten plurales sujetos pasivos
afectados en su patrimonio, y no excluye la eventualidad de que el sujeto activo
de la ilicitud realice múltiples y reiterativos actos tendientes a la obtención de un
solo propósito defraudador, que perdura y se materializa en el tiempo con
fraccionados logros. Así las cosas, el engaño es único, como único también es el
dolo en estos eventos, "porque la materialización de cada acto no disgrega el todo
de la acción, en cuanto lo único que cada uno revela es que el sujeto prosigue en
su empeño principal y único." -Cfr. Sentencias de septiembre 27/95, Rdo. 8942,
M.P. Dídimo Páez Velandia; noviembre 27/96, Rdo. 9308, M.P. Carlos E. Mejía
Escobar; diciembre 3/96, Rdo. 8874, M. P. Carlos A. Gálvez Argote; junio 26/99,
Rdo. 12.591, M.P. Mario Mantilla Nougués, entre otras.-

4. La Sala ha sido reiterativa en sostener que a través de la causal tercera sólo es


posible denunciar errores in procedendo, y dentro del ámbito de la primera,
errores in iudicando. Sabido es que los errores de actividad, como suele
denominársele a los primeros, son vicios de carácter esencialmente procesal, en
tanto que los de juicio, como los señalados en segundo lugar, se derivan de
equivocaciones en la declaración o aplicación del derecho sustancial.

Por consiguiente, la violación del principio de legalidad de la pena comporta la


transgresión de una norma de derecho sustancial, y no la inobservancia de una
formalidad ritual. En consecuencia, el error, en estos eventos, es in iudicando, en
cuanto se origina en el ejercicio de la función jurisdicente, y por lo tanto, ha de
ser alegado al amparo de la causal primera, y no de la tercera como aquí lo hizo
el actor.

5. En lo que dice relación con el primer evento, es decir, con las equivocadas
imputaciones que por falsedad ideológica en documento público se le hicieron al
procesado, las que a su juicio corresponden al tipo de uso de documento público
falso, es menester precisar que por tratarse de conductas punibles descritas en
la sistemática del Código Penal dentro del mismo Título -VI del anterior, IX del
actual- y Capítulo -Tercero, tanto en el Decreto 100 de 1980 como en la Ley 599
de 2000-, no es el motivo de nulidad el llamado a corregir el vicio, pues

161
reiterativa ha sido la jurisprudencia de la Sala en señalar que esta clase de
yerros son de naturaleza in iudicando, por cuanto comprometen el juicio del
fallador, el cual bien puede presentarse por defectos en la aplicación o
interpretación directa de la ley, o de manera mediata, esto es, a través de la
apreciación probatoria debido a falsos juicios de existencia por omisión o
suposición, de identidad, o de legalidad, y que como tal deben formularse a
través de la causal primera y corregirse dictando el fallo de sustitución
correspondiente.

Empero, suele ocurrir que en algunos casos -como el que el actor plantea como
segunda hipótesis, esto es, respecto a los cargos por falsedad en documento
privado- el precepto que recoge correctamente el supuesto de hecho que da lugar
a la imputación penal, implica un desplazamiento en el ordenamiento sustantivo
a distinto Título y Capítulo que conlleva a una variación en la denominación
genérica de la conducta. En estos eventos, en la anterior legislación, si era
indispensable acudir a la causal tercera a efectos de enmendar el yerro presente
en la resolución de acusación y poder proferir fallo conforme a ella; sin embargo,
su demostración imponía seguir los derroteros de la causal primera, por cuanto
el vicio in iudicando trascendía a la validez de la actuación, en forma tal que si se
corregía con fundamento en la causal primera se originaba un nuevo dislate, al
no quedar la sentencia en consonancia con el pliego de cargos.

De ahí que los yerros que en tales sentidos acusa el demandante debió haberlos
presentado en cargos separados, y al amparo de la causal de casación que en
cada caso estaba llamada a regular el asunto.

6. Resulta pertinente para el caso recordar cómo la Sala viene insistiendo en


sostener, que no es lo mismo que una decisión judicial adolezca de defectos de
motivación en cualquiera de sus diferentes modalidades, ya sea por carencia
absoluta de la misma, ora por deficiente, o porque resulta ser dilógica o
ambivalente, a que los argumentos expuestos en la providencia no cumplan con
las expectativas del sujeto procesal por parecerle inadecuada o desacertada en su
fundamentación fáctica, jurídica o probatoria, hipótesis que se refleja
precisamente en el ataque elevado por el demandante en este asunto.

En el primer caso, el error será de actividad, susceptible de ser cuestionado


dentro del marco de la causal tercera, mientras que en el segundo será de juicio,
tema a ser planteado dentro del ámbito de la primera.

7. La fundamentación del error de derecho por falso juicio de legalidad, reitera


una vez más la Corte, implica alegar que una o varias de las pruebas sustento
del juicio de reproche recaído sobre el procesado no reunían los requisitos legales
para su aducción, caso en el cual no tenían por qué ser estimadas por el
juzgador, o no fueron tenidas en cuenta pese a que plenamente se hallaban
satisfechos, aspectos que le imponen al censor entrar a confrontar esa situación
con el sustrato fáctico soporte de la condena.

En cuanto a lo primero, ningún elemento de juicio enseña el actor tendiente a


acreditar que efectivamente el medio de prueba censurado fue aducido al proceso
con violación de los requisitos requeridos para su formación, pues, si como lo
dijo la Corte en sentencia del 17 de abril de 2001, Rdo. 14.798, M.P. Nilson
Pinilla Pinilla, los documentos públicos "además de sus características de
perdurabilidad, inmutabilidad, innegabilidad de su existencia, objetividad y,
consecuencialmente, eficacia probatoria, cuentan con presunción de
autenticidad; según la ley, son oponibles frente a todos y de acuerdo con lo
dispuesto por el artículo 264 del Código de Procedimiento Civil, hacen fe de su

162
otorgamiento, de su fecha y de las declaraciones que en ellos efectúe el
funcionario que los autoriza. Con relación a estos aspectos su eficacia probatoria
es, por tanto, erga omnes (…)", le era imperioso al demandante señalar cuál
precepto establece que para tenerse como auténticos los informes suscritos por
los agentes de Tránsito, se requiere de la previa acreditación de la calidad de
servidores públicos de éstos.

8. El error de hecho por falso juicio de identidad, tiene dicho la Sala, corresponde
a los llamados errores de contemplación en los que se puede incurrir al momento
de fijar el contenido material de un medio probatorio, y se configura cuando el
sentenciador distorsiona su sentido objetivo ya porque lo cercena, ora porque lo
adiciona, o bien porque lo tergiversa, con la secuela de que por tal manejo se le
hace producir efectos que no se desprenden de su real contenido o, dicho de otra
forma, se le hace decir lo que aquél no dice.

A partir de este referente es claro que a quien denuncia tal clase de desacierto le
corresponde individualizar en concreto la prueba o pruebas objeto de la
pretextada distorsión, señalar lo que objetivamente dice el medio de convicción y
lo que de su contenido predica el juzgador, precisar en qué consistió el error y,
finalmente, señalar la forma como éste repercutió desfavorablemente en la parte
dispositiva de la sentencia impugnada, puesto que no se trata de traer a debate
en esta sede cualquier yerro, sino sólo aquéllos de tal trascendencia que de no
haberse producido otra muy distinta hubiera sido la decisión atacada.

Estas exigencias técnicas excluyen la posibilidad de que a través de la demanda


se busque la revaloración de los elementos de juicio allegados a una investigación
penal, al pretender confrontar la fuerza demostrativa que de los mismos concluyó
el juzgador con la personal convicción que sobre el particular tenga el
casacionista. Lo anterior porque como ha sido también precisado por la Sala, el
objeto de la casación es la legalidad de la sentencia de segundo grado y no la
integridad del proceso, siendo por consiguiente carga del censor la demostración
de los errores de hecho o de derecho en que incurrió el juez en la
fundamentación de la sentencia, y no la simple discrepancia del demandante con
los criterios adoptados por aquél en la apreciación racional de las pruebas -Cfr.
Sentencia de casación del 8 de octubre de 2001, Rdo. 10.965, M.P. Jorge Aníbal
Gómez Gallego-.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
FECHA : 28/11/2002
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa, Falsedad ideológica en documento
público, Falsedad en documento privado, Tentativa de estafa
PROCESO : 17358
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

PRESCRIPCION/ ESTAFA/ FAVORABILIDAD

Es cierto, como lo solicita el peticionario, que el presente asunto ha prescrito y


así habrá de declararlo la Sala, por virtud de la entrada en vigencia de la nueva
normatividad penal y en aplicación al principio de favorabilidad.

En efecto el procesado (...) fue acusado como autor del delito de estafa agravada
por la cuantía, conducta sancionada en la nueva codificación penal con pena de

163
prisión de dos (2) a ocho (8) años y multa de cincuenta (50) a mil (1000) salarios
mínimos legales mensuales vigentes y el incremento punitivo de una tercera
parte a la mitad, cuando la conducta se cometa sobre una cosa cuyo valor fuere
superior a los cien (100) salarios mínimos mensuales vigentes. (arts. 246 y 267 -
1, Ley 600 de 2000).

La norma vigente para la época del ilícito preveía una pena de prisión de uno (1)
a diez (10) años y multa de un mil a quinientos mil pesos, que al resultar
agravada por la cuantía (superior a cien mil pesos) debía incrementarse de una
tercera parte a la mitad (arts. 356 y 372 - 1, Decreto 100 de 1980).

PONENTE(S) YESID RAMIREZ BASTIDAS


Auto Casación
FECHA : 05/12/2002
DECISION : Declara prescripción, cesa todo procedimiento
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 19626
PUBLICADA : No

24/04/2003

PRESCRIPCION-Técnica en casación/ ESTAFA AGRAVADA/ PRESCRIPCION

La extinción de la acción penal por razón de la prescripción debe plantearse a


través de la causal tercera de casación por violación del debido proceso, no
obstante que se hubiera admitido en providencia del 21 de marzo de 2001 con
ponencia del magistrado Carlos Eduardo Mejía Escobar, Rdo. 17.106, que
también podía hacerse por la primera.

Así, ha dicho la Sala que la prosecución de una actuación no empece haberse


extinguido la acción penal constituye un error de actividad y no de juicio, en
cuanto al entrar a operar el fenómeno prescriptivo el Estado pierde la facultad de
adelantar el proceso. Cuando ésto ocurre, lo pertinente es disponer la cesación
de todo procedimiento criminal y no dictar fallo de reemplazo, que sería el
resultado en el evento de prosperar un cargo fundado en la causal primera,
atribución de la cual carece la Corte de presentarse el caso -Cfr. Sentencia del 29
de octubre de 2001, Rdo. 15.570, M.P. Jorge E. Córdoba Poveda, reiterada en la
del 13 de enero del año en curso, Rdo. 20200, M.P. Álvaro Orlando Pérez
Pinzón-.

De esta manera retomó la Sala la tesis que de antaño venía pregonando, al


sostener, entre otros pronunciamientos, el que la Delegada evoca, de que la
alegación de la prescripción de la acción penal en casación debe encauzarse al
auspicio de la causal tercera, por la vía de la nulidad, "en cuanto proseguir y
culminar una causa sin que la respectiva acción penal se halle vigente constituye
un quebrantamiento por parte del juez de las normas y principios que rigen la
legitimidad del juicio y el derecho de defensa, intereses bajo amparo
constitucional. Por ello, "repugnaría a un sentimiento general de justicia que se
considerara válida una sentencia proferida en un proceso que no podía adelantar
el juez por haberse extinguido en él la facultad punitiva del Estado."

"Por otros aspectos, pretender la alegación de este vicio por la causal primera de
casación resultaría contradictorio con la naturaleza de esa formulación y el fin
que en ese caso se persigue, pues quien alega violación directa o indirecta parte

164
del presupuesto de la validez del proceso centrando su ataque en la ocurrencia
de errores al interior de la sentencia, y además persigue la expedición de un fallo
de sustitución que obviamente se hace de imposible proferimiento a falta de una
acción penal vigente." -Sentencia del 13 de octubre de 1994, Rdo. 8690, M.P.
Juan Manuel Torres Fresneda-.

Ahora, lo que acontece con un planteamiento de esta naturaleza es que no basta


para la prosperidad de un cargo por nulidad su simple enunciación y el
señalamiento del vicio, sino que es menester acreditar que la irregularidad que la
genera es sustancial por desquiciar la estructura del proceso o por afectar el
derecho de defensa. Sin embargo, nada obsta para que en la sustentación y
desarrollo del reproche se acuda a los lineamientos de la causal primera, por
cuanto, como se sostuvo en el mentado fallo de casación del 21 de marzo de
2001 citado por la Procuradora Delegada, en un tal desatino bien puede incurrir
el sentenciador como consecuencia de la violación directa de la ley sustancial por
la aplicación indebida de una norma y la falta de aplicación de la que regula el
caso, o por la vía de la violación indirecta a través de una equivocada apreciación
probatoria.
...

Si se acude a la aplicación de la nueva legislación penal sustantiva -Ley 599 de


2000, que a decir verdad resulta más beneficiosa a los intereses del procesado a
efectos de establecer el término prescriptivo de la acción penal esgrimido como
motivo de casación-, a idéntica conclusión a la que viene de reseñarse se arriba,
porque conforme a sus Arts. 246 y 267-1, la estafa agravada apareja como
sanción máxima 12 años de prisión, término que se reduce a la mitad, esto es, a
6 años, en razón de haber operado la interrupción y suspensión de la
prescripción de la acción por la emisión del pliego acusatorio de acuerdo con lo
normado en el Art. 86 ibidem.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
FECHA : 24/04/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Estafa agravada
PROCESO : 20164
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ TRAFICO DE


INFLUENCIAS/ TRAFICO DE INFLUENCIAS DE SERVIDOR PUBLICO/ ESTAFA
AGRAVADA

1. La jurisprudencia de la Sala ha sostenido, considerando la legislación bajo la


cual se adelantó el proceso y se dictó la sentencia recurrida (Decreto 2700 de
1991), que cuando el vicio consiste en calificar la conducta con el nombre que
corresponde a otro delito, se está en presencia de un error de mérito o in
iudicando que, como tal, debe acudirse por la causal primera y corregirse
dictando el fallo de sustitución. Pero puede acontecer que, por excepción, como
en el caso presente, el yerro trascienda a la validez de la actuación, en forma tal
que si se enmendara con fundamento en la causal primera se generaría un nuevo
desatino, al no quedar la sentencia en consonancia con la resolución de
acusación, lo que ocurre cuando el delito que erróneamente se imputa en el

165
pliego de cargos y el que se ha debido imputar corresponde a distinto capítulo del
Código Penal, como así el mismo libelista lo entiende. Pero como el dislate sigue
siendo de juicio, aunque debe denunciarse y remediarse con fundamento en la
causal tercera, es preciso desarrollarlo conforme a la técnica que gobierna la
primera, debiéndose, por consiguiente, señalar la vía del quebrantamiento de la
ley sustancial, si directa o indirecta, y en el último evento, la naturaleza del yerro
cometido, si de hecho o de derecho, y el falso juicio que lo determinó (existencia,
identidad, raciocinio, convicción o legalidad), con indicación de las pruebas
comprometidas y la trascendencia del desacierto en las conclusiones del fallo.

2. Con la expedición de la Ley 599 de 2000, el delito de tráfico de influencias


sufrió importantes modificaciones, ya que dejó de considerar como punible ese
comportamiento desplegado por particulares, "pues reservó el tipo únicamente
para cuando es cometido por servidores públicos; y, en cambio, ubico esa
conducta, cuando es cometida por un particular, en los delitos contra el
patrimonio económico, como circunstancia agravante de la estafa"* , tal como lo
prevén los artículos 246 y 247, numeral 3°, del nuevo Código Penal, al establecer
en este numeral que la estafa será agravada cuando "se invoquen influencias
reales o simuladas con el pretexto o con el fin de obtener de un servidor público
un beneficio en asunto que éste se encuentre conociendo o que haya de conocer".

Por tal motivo, si en virtud del principio de favorabilidad se aplicara en este caso
el contenido del artículo 411 de la Ley 599 de 2000, que contempla la conducta
punible de tráfico de influencias de servidor público, necesariamente se tendría
que concluir que el comportamiento de Castellanos Mantilla también encuentra
adecuación típica en dicha preceptiva y no en el delito de estafa, como lo reclama
el libelista, toda vez que, como acertadamente lo destaca el Ministerio Público, el
procesado, ostentaba la calidad de servidor público y no de particular, en razón
de que tenía un contrato de prestación de servicios con el Instituto de los
Seguros Sociales de Bucaramanga, entidad que, conforme al artículo 275 de la
Ley 100 de 1993, es una empresa industrial y comercial del Estado del orden
nacional.
----------------------------
* Auto del 19 de marzo de 2002, M.P. Dr. Edgar Lombana Trujillo.

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Sentencia Casación
FECHA : 24/04/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Tráfico de influencias
PROCESO : 16160
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

PRESCRIPCION-Técnica en casación/ PRESCRIPCION-Cómplice/ ESTAFA/


PRESCRIPCION-Favorabilidad/ PRESCRIPCION/ COMPLICIDAD/ DELITOS
CONTRA EL PATRIMONIO ECONOMICO-Circunstancias de agravación: Art.
267.1

1. La vía adecuada para este tipo de propuestas es, indudablemente, la nulidad,


pues ha de aceptarse que si la prescripción, como fenómeno extintivo de la
acción, operó en una etapa determinada del proceso, a partir de entonces el
Estado perdió su potestad punitiva, resultando contraria a la ley y a los
mandatos constitucionales cualquier actuación procesal posterior, siendo lo

166
procedente, cuando en un tal vicio se incurre, dejar sin valor la actuación así
surtida y disponer la cesación del procedimiento.

Ahora bien, aclarado como está que la sede correcta de esta proposición es la
nulidad, debe aceptarse sin embargo que como no resulta suficiente alegar y
requerir la anulación de lo actuado para que se entienda que el cargo está
llamado a prosperar, pues desde una perspectiva lógica, en el decurso deben
incluirse todos los fundamentos que permitan arribar a la conclusión
invalidatoria deprecada, tal fundamentación debe desarrollarse con sujeción a los
postulados de la causal primera, pues a tal desacierto puede llegarse a través de
la violación directa de la ley sustancial por aplicación indebida de un precepto y
falta de aplicación del que corresponde al caso, o por medio de la errónea
apreciación probatoria, como se sostuvo en la sentencia de casación del 21 de
marzo de 2001.

2. El artículo 24 del Código Penal de 1980 establecía para el cómplice "la pena
correspondiente a la infracción, disminuida de una tercera parte a la mitad" ,
de donde se entendía que el cómputo del tiempo requerido para la prescripción
en tales eventos se hacía teniendo en cuenta el máximo de la pena señalada en la
respectiva infracción, disminuida en la menor de las dos proporciones señaladas,
pues tal resultaba ser el lapso "máximo" de pena que contemplaba la ley para
este participe, eso si, sin que pudiera excederse del tope de veinte (20) años y del
mínimo de cinco (5) establecidos en el artículo 80 ídem.

El tema de la modificación del marco punitivo para el cómplice de un delito de


estafa con base en las dos proporciones establecidas en el artículo 24 del anterior
Código Penal, ya había sido objeto de estudio por la Sala en la sentencia de
casación del 14 de febrero de 1995 (radicación 9288, M.P. Guillermo Duque
Ruiz), donde se indicó:

"La pena máxima privativa de la libertad para los cómplices del delito de estafa,
agravado por la cuantía, es ciertamente, como lo consigna el Procurador
Delegado, de 12 años y seis (6) meses, que resultan de la siguiente operación
aritmética: 10 años correspondientes al máximo de la pena privativa de la
libertad prevista para la estafa por el artículo 356 del Código Penal, mas 5 años
(la mitad de 10) por razón de la cuantía (art.372.1), para un parcial de 15 años,
menos 2 años y 6 meses (1/6 parte) por virtud de la complicidad (art.24 ibidem)."

Esta posición jurisprudencial fue acogida en el Nuevo Código Penal (Ley 599 de
2000), que en orden a solucionar el vacío anotado estableció en su artículo 60 los
parámetros para la determinación de los máximos y mínimos aplicables,
anotando expresamente en su numeral 5° que:

"Si la pena se disminuye en dos proporciones, la mayor se aplicará al mínimo y la


menor al máximo de la infracción básica"

En tal orden de ideas, el término de prescripción se relaciona con el "máximo" de


pena que aparezca como posibilidad de mayor sanción, efectuada la
correspondiente detracción o aumento de pena, como desde antaño lo entendió y
precisó la jurisprudencia de esta Corte.

3. Aunque es cierto que la nueva legislación penal resulta más favorable a los
intereses del procesado, porque de conformidad con los artículos 246, 267, 27 y
30 de la Ley 599 de 2000, el término prescriptivo se reduce a 7 años y 6 meses,
que igualmente supera el lapso transcurrido entre la fecha de los hechos y la
ejecutoria de la acusación, resulta pertinente aclarar que frente a situaciones

167
jurídicas ya consolidas en el tiempo no puede aducirse la aplicación retroactiva
de la ley más favorable, pues el fenómeno se encuentra supeditado a que la
situación jurídica respecto de la cual se invoque haya ocurrido o se hubiese
estructurado durante su vigencia, que no es el caso presente donde la
interrupción del término de prescripción con la ejecutoria de la resolución de
acusación se consolidó en vigencia del anterior estatuto penal.

Cosa distinta ocurre con la contabilización de los nuevos términos de


prescripción que se iniciaron con la ejecutoria de la resolución de acusación,
pues en tal caso, como el fenómeno no se ha consolidado, debe aplicarse
rectroactivamente la ley más favorable al procesado.

4. La referencia a la sentencia de la Corte Constitucional C-70 de 1996, de la que


la libelista transcribe algunos fragmentos que considera apoyan su pretensión, es
equívoca, pues en modo alguno se realiza en ella afirmación referente a que en
los delitos contra el patrimonio económico tentados, no opera la circunstancia
agravante, pues, contrariamente a lo aducido por la recurrente, el
pronunciamiento hace alusión a que la circunstancia contenida en el artículo
372-1 del Código Penal de 1980, respondía al interés legítimo del legislador de
disuadir por vía del aumento de pena, la comisión de delitos que representaran
un mayor perjuicio social o una lesión significativa para la víctima atendiendo su
situación económica.

Concluyó sin embargo el Tribunal Constitucional, que como el legislador al


señalar la cuantía de la agravante en cien mil pesos, no tuvo en cuenta la
pérdida del poder adquisitivo de la moneda colombiana, la declaratoria de
exequibilidad quedaba condicionada a que la expresión "cien mil pesos" debía ser
entendida en términos del poder adquisitivo del peso en el año de 1981, fecha en
la que entró a regir el Código Penal de 1980.

Por manera que en forma alguna la tesis de la casacionista encuentra sustento


en el fallo de constitucionalidad citado.

Pero al margen de las deficiencias técnicas en la presentación del cargo, también


le asiste razón a la Procuradora Delegada cuando, ante la racionalidad de la
aplicación de la agravante deducida de la cuantía millonaria del frustrado fraude,
descarta la indebida aplicación del artículo 372-1 del anterior Código Penal, y por
ende, la violación directa de la ley sustancial, porque ciertamente la aducida
agravante no se relaciona con el daño real o efectivo causado al interés jurídico
tutelado, que de todas maneras resulta vulnerado se haya o no consumado el
delito, pues la antijuridicidad del comportamiento no sólo deviene del daño
efectivo, sino, además, de su puesta en peligro. Así lo precisó la Sala en la
sentencia de casación del 11 de agosto de 1989 con ponencia del Magistrado
Guillermo Duque Ruiz, que sobre el punto señaló:

"El bien jurídico protegido mediante "los capítulos anteriores" a que alude el
artículo 372 citado, es "el patrimonio económico"; el legislador consideró a través
de dicha norma que cuando el ataque al patrimonio sobrepasa los cien mil pesos
la pena debe aumentarse en determinada proporción; se tiene en cuenta aquí,
como se ve, el aspecto meramente cuantitativo del bien jurídico lesionado, lesión
que ya viene dada en la configuración del delito (su antijuridicidad), así se haya
dado éste en la etapa del conato, o se haya consumado pero sin agotamiento: ello
para hacerle ver al casacionista que la agravante en comento no se relaciona con
el "daño" potencial o real causado al interés jurídico tutelado, sino simplemente
con su "valor" o "cantidad".

168
"El demandante no cuestiona que el delito de hurto atribuido a los procesados
(…) se haya consumado, sino que, reparando en su no agotamiento (o sea que no
se logró el provecho que exige el artículo 349 del C.P. por medio de su elemento
subjetivo), pretende derrumbar la agravante, por pensar, erróneamente, que la
misma supone un detrimento, efectivo y definitivo, del patrimonio económico de
la víctima, cuando ya se vio que no, porque desde que el objeto material del
hecho exceda los cien mil pesos, opera invariablemente el aumento de pena
dentro de los límites allí previstos"

En el caso a estudio concluyó el Tribunal que la conducta imputada a los


procesados sí tuvo la potencialidad e idoneidad suficientes para poner en peligro
el bien jurídico legalmente tutelado en el artículo 356, inciso 2º del Código Penal
de 1980, aspecto que no rebate la demandante, de donde la consecuencia
obligada de la sanción debía involucrar no sólo la señalada para el tipo básico
sino también la que correspondía a la gravedad determinada por la millonaria
cuantía del conato, quantum que comporta per se el incremento de punibilidad
referido en el artículo 372-1 del anterior Código Penal, norma que no fue en
consecuencia, indebidamente aplicada.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
FECHA : 24/04/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa imperfecta
PROCESO : 19496
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

27/05/2003

PRESCRIPCION/ ESTAFA/ FAVORABILIDAD

De conformidad con el artículo 83 del Código Penal, el fenómeno jurídico de la


prescripción de la acción opera en un tiempo igual al máximo de la pena
privativa de la libertad prevista para el delito imputado, tenidas en cuenta las
circunstancias sustanciales modificadoras de la punibilidad concurrentes, sin
que en ningún caso pueda ser inferior de cinco años o superior de veinte, salvo
las excepciones legales.

En ciclo prescriptivo se interrumpe con la resolución de acusación o su


equivalente debidamente ejecutoriadas, iniciándose un nuevo ciclo igual a la
mitad del tiempo señalado en el artículo 83 ibídem, sin que pueda ser inferior a
cinco años, ni superior de diez atendiendo la redacción gramatical consagrada en
el artículo 86 íb.
...

La pena máxima fijada para el delito de estafa, agravada por la cuantía, frente a
la referida normatividad, es de quince (15) años, y que el término prescriptivo
sería, en consecuencia, de quince (15) años durante la fase de la instrucción, y
de siete (7) años y seis (6) meses (la mitad) durante la etapa del juicio.

Sin embargo, para determinar el ciclo prescriptivo se debe tener en cuenta la


nueva normatividad penal, toda vez que el artículo 248 reporta una pena máxima
de 8 años, cuya aplicación retroactiva se deriva de la favorabilidad que reporta
frente a los 10 años establecidos por el anterior artículo 356, cifra que,

169
incrementada en la mitad conforme al artículo 267-1, asciende a 12 años que se
reduce a la mitad, esto es, 6 años, por mandato del artículo 86 del Código Penal.

POENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Auto Casación
FECHA : 27/05/2003
DECISION : Declara prescrita la acción, cesa todo
procedimiento
DELITOS : Estafa
PROCESO : 16541
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL - Salvamento de
Voto

PRESCRIPCION/ ESTAFA AGRAVADA/ FAVORABILIDAD/ NORMA


SUSTANCIAL/ CASACION-Técnica/ CASACION-No es una tercera instancia/
ESTAFA-Contrato:Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar/ ESTAFA/
FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA-Técnica en casación/ FALSO
JUICIO DE EXISTENCIA-Omisión expresa al elemento de persuación

1. De conformidad con el artículo 83, incisos 1 y 4, del Código Penal en vigor


( artículo 80, del C. P. anterior),

"La acción penal prescribirá en un tiempo igual al máximo de la pena fijada en la


ley, si fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso será inferior a cinco (5)
años, ni excederá de veinte (20) (...) Para este efecto se tendrán en cuenta las
causales sustanciales modificadoras de la punibilidad... .

El artículo 246 de nuevo Código Penal, aplicable en la presente actuación en


virtud del principio de favorabilidad, establece ocho (8) años de prisión como
pena máxima para el delito de estafa. Dado que el monto del dinero objeto de la
defraudación es muy superior a cien (100) salarios mínimos legales mensuales
vigentes para la época de los hechos ( los cuales para el año de 1991 equivalían
a $5.172.000.00, al tiempo que el provecho ilícito obtenido fue superior a
$30.000.000.00), dicha pena se incrementa en la mitad (4) años en razón de la
agravante genérica de la cuantía consagrada en el artículo 267-1, ibídem, lo que
arroja un total de doce (12) años de prisión.
...

En ningún momento se afirma que para la determinación del término


prescriptivo de la acción penal no se deban tener en cuenta las causales
sustanciales modificadoras de la punibilidad.

En efecto, en la aludida providencia* , se dice textualmente:

"...Así las cosas, al interpretar sistemáticamente los preceptos legales de los


artículos 83 y 86 de la ley 599 de 2000, en relación con el término prescriptivo de
la acción penal y su interrupción por la ejecutoria de la convocatoria a juicio,
recogiendo el criterio anterior de esta Corporación, la Sala precisa que este nuevo
término que nace con la ejecutoria debe contabilizarse en forma exclusiva en
relación con el término genérico contemplado en el inciso primero del artículo 83,
obviamente, con el incremento derivado de las causales sustanciales
modificadoras de la punibilidad (inciso 4° artículo 83 ), ..." (se subraya).

170
2. Tratándose de violación indirecta o directa de la ley sustancial, únicamente
tienen tal naturaleza aquellas disposiciones que describen un comportamiento
como delictivo y le fijan la pena correspondiente, así como las alusivas a la
responsabilidad o punibilidad.

Era menester que el censor indicara con precisión la norma sustancial cuya
vulneración denuncia y el sentido del quebranto, bien por falta de aplicación,
aplicación indebida, e incluso por interpretación errónea, pues no le es dado a la
Sala inferir tales aspectos, dado el carácter rogado del recurso extraordinario y
la limitación de sus facultades en casación.

3. El carácter rogado de la casación resulta improcedente esta forma de afrontar


la censura, pues el recurso extraordinario no está instituido para que la Corte
escoja entre las diferentes tesis que tenga a bien plantearle el casacionista. Cada
uno de tales argumentos, por lo tanto, tenían que haberse abordado en forma
separada, pues conllevan exigencias dialécticas distintas.

4. Este recurso extraordinario no es una instancia adicional del proceso regular,


ni su ejercicio constituye medio de impugnación de plena justicia y, por lo tanto,
no es posible sustentarlo sobre el debate agotado en las dos instancias que
conforman el proceso penal, reabriendo un nuevo examen probatorio o jurídico
entre los criterios del demandante con los más autorizados del Tribunal que
siempre llegan a esta sede extraordinaria precedidos de la doble presunción de
acierto y legalidad.

5. El Tribunal no negó la existencia de las relaciones contractuales entre padre e


hija, sino que por las circunstancias en que estas se dieron, los fines perseguidos
por la procesada y la forma en que indujo y mantuvo en error a su padre,
haciéndole creer que le devolvería el dinero y le pagaría los réditos, estimó que
dicha transacción se constituyó en un medio expedito para realizar la
defraudación que se le imputa.

Esta conclusión la fundamenta en jurisprudencia de esta corporación que se


mantiene vigente, en cuanto que "La permisibilidad de un contrato lícito no
descarta la existencia de artificios o engaño, pues nada impide que la inducción o
el mantenimiento en error tengan origen precisamente en la aparente sinceridad
y legalidad de que se revista ese acuerdo de voluntades. Por eso, ha reiterado la
Sala que el contrato en muchos casos resulta utilizado como medio idóneo para
ocultar el verdadero ánimo de defraudar"**.

6. Es cierto que en la parte motiva de la sentencia no se alude específicamente a


los medios de convicción antes relacionados, pero ello en ningún momento
significa que sus conclusiones carezcan de sustento fáctico, pues éstas se
sustentan en el contenido de las pruebas referidas. En tales circunstancias,
como lo ha reiterado la Sala***, no se puede afirmar que se haya incurrido en
error de hecho por falso juicio de existencia. Sencillamente "el impugnante pasó
por alto que aunque no se aluda expresamente a una determinada prueba, la
misma puede estar comprendida en el análisis efectuado por los falladores,
cuando los hechos acreditados a través de ese medio demostrativo son aceptados
como una verdad establecida en el proceso o excluidos en su realidad, eventos en
los que simplemente se omite la referencia expresa al elemento de persuasión".
-------------------------------
* Auto del 16 de septiembre de 2002, Rad. 15.131, M. P. Carlos Augusto Gálvez Argote.
** Sentencia del 29 de agosto de 2002, Rad. 15.248, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego.
*** Ver entre otros, los fallos del 4 de abril de 2002, Rad. 17.510. M. P. Herman Galán
Castellanos; 16 de mayo de 2002, Rad. 12.843. M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego; 3 de octubre
de 2002, Rad. 15.927. M. P. Edgar Lombana Trujillo.

171
PONENTE(S) : MARINA PULIDO DE BARON
Sentencia Casación
FECHA : 27/05/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 20606
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Salvamento
de Voto

12/06/2003

ESTAFA-Para que se tipifique es necesario inducir o mantener en error pero por


medio de artificios o engaños/ ESTAFA

Es verdad que en ocasiones "... pasan al campo penal la mentira o el silencio


cuando recaen sobre elementos fundamentales del contrato, por ejemplo, la
existencia de una contraprestación, porque esta es la causa misma del acto o
contrato según el derecho civil"*, pero la actividad inductora en error no se
reduce sólo a no decir verdad sino que la mentira o el silencio hacen parte de una
compleja situación vivencial, a la que nada hay que añadir para que se produzca
el efecto patrimonial deseado por el timador. Es, por decirlo de otra forma, el
aprovechamiento de las circunstancias concretas en que se establece o
permanece una relación social, personal o comercial específica, que le dan
respaldo y hacen creíble la mentira.

Téngase en cuenta que para la tipificación del delito de estafa no se requiere


únicamente que se induzca o mantenga a otro en error sino que además se
precisa que a ese estado se llegue "por medio de artificios o engaños" (artículo
356 del Código Penal de 1980, que corresponde al 246 del actual estatuto). Tal la
razón para que se le califique como "delito de inteligencia para lograr el engaño",
como en alguna oportunidad lo recordó la Sala.**

Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco de la


teoría de la imputación objetiva, "se considera que no todo engaño que pudiera
concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento
victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud diligente del perjudicado".

Esta conclusión no parece ser muy diferente de la que expuso la Sala en la


sentencia del 10 de abril de 1951 citada por el Tribunal, al precisar que si el
perjudicado "fue engañado a pesar de su prudencia, por virtud de las actitudes
del agente", el hecho debe ser considerado delictivo.
------------------------------
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 23 de junio de 1982, M P.
Luis Enrique Romero Soto.
** Auto del 29 de abril de 1986, radicado 1.986, M. P. Guillermo Duque Ruiz.

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 12/06/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa

172
PROCESO : 17196
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

24/06/2003

CASACION-Procedencia/ ESTAFA AGRAVADA/ PRESCRIPCION-Delito iniciado o


cunsumado en el exterior: Término a tener en cuenta

El Tribunal profirió su sentencia el 4 de diciembre del 2000, fecha para la cual


regía la Ley 553 de ese año. Su artículo 1°., que subrogó el 218 del Código de
Procedimiento Penal de 1991, decía que

"La casación procede contra las sentencias ejecutoriadas proferidas en segunda


instancia por los tribunales superiores de distrito judicial… en los procesos que
se hubieren adelantado por los delitos que tengan señalada pena privativa de la
libertad cuyo máximo exceda de ocho años" (Resalta la Corte).

El delito de estafa agravada por el que se juzgó y condenó se encuentra dentro de


aquellas previsiones normativas.
...

Los hechos investigados sucedieron entre agosto y septiembre de 1990. Para


entonces, regía el Código Penal de 1980 (Decreto 100 de ese año). Sus artículos
356 y 372-1 sancionaban ese delito con una pena máxima de 15 años de prisión.

Los artículos 246 y 267-1 del nuevo estatuto -Ley 599 del 2000-, fijan el límite
superior en 12 años. Por tanto, acatando el principio y derecho fundamental de
la favorabilidad, que deriva del artículo 29 de la Constitución Política, para
efectos de la decisión impetrada hipotéticamente se debería aplicar el Código
Penal actualmente vigente, porque resultaría más benigno para los procesados.

En fase de instrucción, ese término de 12 años sería el mismo en el que


prescribiría la acción penal, según ordena el artículo 83 de ese estatuto. A partir
de la ejecutoria de la resolución de acusación, el lapso se reduciría a la mitad, de
conformidad con el artículo 86. Así, en el evento en estudio, como afirma el
peticionario, ese instituto operaría en 6 años, ya cumplidos, pues habrían
vencido el 7 de enero del 2003.
...

Si así se presentaron los hechos, surgiría incuestionable que se estructurarían


las circunstancias del artículo 81 del Código Penal de 1980 y del artículo 83.6 del
ordenamiento punitivo actual, en virtud de los cuales el término de prescripción
de la acción se aumenta en la mitad cuando la conducta punible se ha iniciado o
consumado en el exterior.

Por manera que los 12 años previstos en los artículos 246 y 267 deberían ser
incrementados en otros 6 -la mitad- para un total de 18 años, que en la fase del
juicio quedarían reducidos 9

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Auto Casación
FECHA : 24/06/2003
DECISION : Niega la prescripción solicitada
DELITOS : Estafa agravada

173
PROCESO : 18990
PUBLICADA : No

10/07/2003

PRESCRIPCION-Facultad oficiosa/ PRESCRIPCION-Delitos instantáneos y


permanentes/ ESTAFA AGRAVADA/ PRESCRIPCION/ COMPLICE

1. Durante el trámite del recurso de casación y por virtud del transcurso del
tiempo desde la resolución acusatoria se produce la extinción de la acción penal
surgida de la comisión de los delitos a los que se contraen las diligencias o de
alguno de ellos, la competencia de la Sala en sede extraordinaria se extiende a la
declaratoria de dicho fenómeno, máxime que ante su ocurrencia a la
administración de justicia no le es posible adoptar decisión diferente de aquella
que reconozca los efectos de la extinción de la acción penal.

2. De conformidad con lo establecido en el artículo 80 del Código Penal vigente


para el momento de los hechos (hoy, artículo 83), la acción penal prescribe en un
tiempo igual al máximo de la pena fijada en la ley, si fuere privativa de la
libertad, pero en ningún caso será inferior a 5 años, ni excederá de 20.

La iniciación del término de prescripción empezará a contarse, para los delitos


instantáneos, desde el día de la consumación, y desde la perpetración del último
acto en los tentados o permanentes. Este tiempo se interrumpe por la resolución
de acusación, o su equivalente, debidamente ejecutoriada.

Producida la interrupción del término prescriptivo, éste empezará a correr de


nuevo por un período igual a la mitad del señalado en el artículo 80 ibídem, pero
en ningún caso podrá ser inferior a 5 años, ni superior a 10.

3. El delito de estafa tenía prevista en el Código Penal anterior una pena de 1 a


10 años de prisión, marco punitivo que en virtud de las circunstancias de
agravación consagradas en el artículo 372, numerales 1 y 2, sería de 16 meses
a 15 años de prisión. Estos extremos quedarían de 8 meses a 12 años y 6 meses
de prisión en razón de la diminuente prevista para la complicidad en el artículo
24 del citado estatuto.

Es decir, que de acuerdo con el Código Penal anterior el término prescriptivo para
el delito de estafa agravada, a titulo de complicidad, sería de 6 años y 3 meses
de prisión.

El actual Estatuto Punitivo (Ley 599 de 2000) modificó la pena privativa de la


libertad para el delito de estafa, la que quedó de 2 a 8 años de prisión,
normatividad que debe tenerse en cuenta en el presente asunto en virtud del
principio de favorabilidad. En razón de las circunstancias de agravación
consagradas en el artículo 372 del Código Penal anterior (hoy artículo 267), los
extremos punitivos anteriores serían de 32 meses a 12 años de prisión, los cuales
se reducirían a 16 meses y 10 años, al tenor del artículo 30 del Código Penal
(antes artículo 24), dado que dicha conducta delictiva le fue imputada a título de
complicidad.

PONENTE(S) : EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Auto Casación
FECHA : 10/07/2003

174
DECISION : Declara prescripción, cesa todo procedimiento,
devuelve caución
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 20641
PUBLICADA : No

06/08/2003

CASACION-Prevalencia del derecho sustancial frente a lo formal/ ESTAFA-


Contrato:Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar/ ESTAFA

1. No obstante los evidentes defectos de técnica que registra la demanda,


destacados con acierto por la señora Procuradora Delegada, la Sala abordará el
estudio de fondo del problema jurídico planteado por el recurrente, con lo que se
da aplicación al principio de prevalencia del derecho sustancial que consagra la
Carta Política, como ya lo ha hecho en oportunidades anteriores*, siempre que,
como en este caso, del cuerpo del escrito pueda deducirse con relativa
aproximación el sentido del reproche.

2. En realidad, ningún yerro se aprecia en este punto. Por el contrario, como ha


tenido oportunidad de decirlo la Sala,

"… la permisibilidad de un contrato lícito no descarta la existencia de artificios o


engaño, pues nada impide que la inducción o el mantenimiento en error tengan
origen precisamente en la aparente sinceridad y legalidad de que se revista ese
acuerdo de voluntades. Por eso, ha reiterado la Sala que el contrato en muchos
casos resulta utilizado como medio idóneo para ocultar el verdadero ánimo de
defraudar. Así por ejemplo en decisión de agosto 5 de 1992 con ponencia del
magistrado Juan Manuel Torres Fresneda se dijo que:

"…lejos de excluir el artículo 356 del Código Penal los contratos como medio de
artificio o engaño que utilizados por el timador como simple apariencia de
obligarse pueden generar error esencial en el ofendido, tanto la doctrina como la
jurisprudencia admiten la posibilidad de su empleo como parte de los medios
defraudatorios, destacando justamente en aquellos la sutileza del ardid y su no
infrecuente uso, al punto de sostener que:

"... pasan al campo penal la mentira o el silencio cuando recaen sobre elementos
fundamentales del contrato, por ejemplo, la existencia de una contraprestación,
porque esta es la causa misma del acto o contrato según el derecho civil.

"Si una parte engaña a la otra, por ejemplo, sobre su capacidad de pagar
haciéndole creer que la tiene cuando, en realidad, carece de ella, bien sea de
modo absoluto o en forma que, de saber su situación, la otra no hubiera
contratado, o cuando calla estando obligado a manifestar su incapacidad de
pagar, ya no se trata de un silencio o de una mentira lícitos, sino plenamente
delictuosos"" (Sentencia de casación del 23 de junio de 1982, Magistrado Ponente
Dr. Luis Enrique Romero Soto)".**
----------------------------------
* Cfr. sentencias del 13 de febrero del 2003, radicado 17.552, M. P. Fernando Enrique Arboleda
Ripoll, del 20 de febrero del 2003, radicado 17.580, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego y del 15 de
mayo del 2003, radicado 17.081.
** Sentencia del 29 de agosto del 2002, radicado 15.248, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego.

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación

175
FECHA : 06/08/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 18242
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

11/08/2003

PRESCRIPCION/ ESTAFA AGRAVADA

Al procesado (...) se le acusó por la presunta comisión del delito de estafa


agravada en términos de lo artículo 356 del Código Penal anterior, cuyo quantum
punitivo oscilaba entre (1) a diez (10) años de prisión y multa de un mil a
quinientos mil pesos, agravada por el artículo 372 - 1º ibídem., ya que la
conducta se habría cometido sobre cosa cuyo valor superaba los cien mil pesos.

Ahora bien, con la entrada en vigor de la Ley 559 de 2.000, la pena privativa de
la libertad para el delito reseñado, en su extremo máximo, disminuyó a ocho (8)
años, manteniéndose incólume la proporción en el incremento de la pena cuando
concurra la circunstancia de agravación punitiva señalada en el artículo 267 - 1º
del C.P., con la variación de que la pena se incrementará cuando la conducta se
cometa "sobre una cosa cuyo valor fuere superior a cien (100) salarios mínimos
legales mensuales vigentes..."

Bajo el código derogado como en el que rige actualmente, el término de


prescripción para el delito de estafa es de cinco (5) años, pues, al tenor del
artículo 86 del régimen actual - artículo 84 del Decreto 100 de 1.980 - proferida
la resolución de acusación comienza a contabilizarse un nuevo término por un
tiempo igual a la mitad del señalado para el máximo de la pena consagrado en la
ley, caso en el cual no podrá ser inferior a cinco (5) años, ni superior a diez (10).
Así, el artículo 356 del C.P. anterior, señalaba el máximo de la pena en de diez
años de prisión, es decir, que el término de prescripción, reducido a la mitad,
luego de proferida la resolución de acusación era de cinco (5) años; término que,
a la luz del vigente Código Penal, aún se mantiene, pues el límite máximo para el
delito de estafa - artículo 246 - es de ocho (8) años, lo que significaría que
el término de prescripción sería de cuatro (4) años, pero este no puede ser
inferior de cinco por expresa disposición legal.

Hasta este punto, habría que otorgarle la razón al petente, ya que efectivamente,
desde la fecha de ejecutoria de la resolución de acusación - 26 de mayo de
1.998 -, habrían transcurrido cinco años, lo cual conllevaría a declarar la
prescripción de la acción penal. Pero olvida el señor defensor, que a su prohijado
se le imputó la circunstancia de agravación contemplada en el artículo 372 - 1º
del anterior Código Penal (Artículo 267.1 de la Ley 599 de 2.000), según la cual
la pena se incrementara de una tercera (1/3) parte a la mitad atendiendo el valor
de la cosa sobre la cual recae la conducta delictiva, incremento punitivo que
amplía automáticamente, en la misma proporción, el término de prescripción.

Así pues, habiéndose imputado esa circunstancia de agravación al procesado, ya


que la cuantía del ilícito para la fecha de los hechos -diciembre de 1.988- se fijó
en $41"680.830, suma que al tenor del mencionado artículo 267 - 1º de La Ley
599 de 2.000, supera ostensiblemente los cien (100) salarios mínimos mensuales
legales vigentes para la misma época, cuyo salario mínimo mensual era de

176
$32.559,60, resulta claro que el tiempo de prescripción de la acción penal, bajo
el actual régimen penal, que a la postre resulta más favorable al procesado, se
amplia a seis (6) años, término que resulta de tomar el máximo de la pena
señalado en el artículo 246 del C.P., es decir, ocho (8) años, incrementarlo en la
mitad, en razón de la concurrencia de la citada circunstancia de agravación, para
un subtotal de 12 años de prisión, quantum que se reduce a la mitad (Artículo
86 del C.P.), lo cual nos da como resultado seis (6) años de término prescriptivo

PONENTE(S) : CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
FECHA : 11/08/2003
DECISION : Niega solicitud de declaración de prescripción
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 18299
PUBLICADA : No

04/09/2003

ESTAFA-Como fraude colectivo/ DELITO MASA

La Corte ha venido aceptando que "cuando el sujeto activo del delito realiza a lo
largo del tiempo y en detrimento patrimonial de la misma persona plurales actos
artificiosos o engañosos reveladores de una voluntad orientada a ese ilícito
propósito que se revela asumido como finalidad absoluta, incurre en una sola
acción delictiva de estafa cometida mediante múltiples actos artificiosos o
engañosos de ejecución, con los que mantiene el error de la víctima"*.
-------------------------
* Sentencia de casación del 29 de junio de 1999, radicado No. 12591, M.P. Mario Mantilla
Nougues.

PONENTE(S) : JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Casacion Discrecional
FECHA : 04/09/2003
DECISION : Inadmite la demanda presentada
DELITOS : Estafa
PROCESO : 19322
PUBLICADA : No

12/11/2003

INDAGATORIA-Interrogatorio/ ESTAFA COLECTIVA/ FALTA DE MOTIVACION


DE LA SENTENCIA/ DEBIDO PROCESO-Falta de motivación de la sentencia/
SENTENCIA-Falta de motivación

1. La obligación del instructor de interrogar al imputado en indagatoria sobre los


hechos que dieron origen a su vinculación, y de darle a conocer la imputación
jurídica provisional (artículos 360 del estatuto procesal anterior y 338 inciso
tercero del actual), tiene por objeto que se entere de los cargos por los cuales está
siendo vinculado al proceso, para que con conocimiento de causa, pueda explicar
su conducta, y ejercer una adecuada actividad defensiva.

Cuando esta obligación es omitida, o se realiza de manera inadecuada, como


acontece, por ejemplo, cuando el funcionario judicial distorsiona los hechos

177
generando confusión en la aprehensión que de su contenido hace el indagado,
existirá una informalidad, que se erigirá en motivo de nulidad solo si se
demuestra que por virtud de ella el procesado fue privado de la posibilidad de
conocer los hechos por los cuales se le acusa y condena, o que el conocimiento
que tuvo de ellos fue desfigurado, y que esto incidió negativamente en el ejercicio
del derecho de defensa.

La forma como los funcionarios judiciales hayan interrogado al imputado en


indagatoria, o el método que hayan utilizado para hacerlo, carece de relevancia
para estos efectos, puesto que la ley no preestablece un modo determinado de
llevarlo a cabo, ni condiciona la validez del acto procesal a que las preguntas
tengan un contenido específico, o alcancen número determinado. Lo importante,
es que las realizadas, le permitan enterarse de los hechos básicos de la
imputación, debiéndose entender por tales, los que constituyen el núcleo esencial
de la infracción penal.

La pretensión de que el interrogatorio llevado a cabo en indagatoria cobije todos


los aspectos que sirvieron de referente para la acusación o la decisión de
condena, resulta igualmente equivocada. El proceso penal, como es sabido, se
estructura sobre la base del principio de progresividad, que implica que la
actividad desarrollada en cada una de las fases de que está compuesto se cumple
con la finalidad de alcanzar mayores grados en el conocimiento del objeto de la
investigación, situación que conlleva a que entre los datos que se conocían al
momento de la indagatoria, y los que se tienen al momento de la resolución de
acusación, puedan presentarse diferencias, y que el interrogatorio, de tener que
cumplirse de nuevo, pueda ser igualmente distinto, precisamente por el mayor
grado de conocimiento que se ha alcanzado de los hechos.

2. La denominada estafa colectiva no es delito de un acto, que permita al


intérprete judicial establecer una fecha exacta y única de ejecución del ilícito,
sino una conducta compleja, integrada por múltiples acciones que se proyectan
en el tiempo, de suerte que pretender que en la resolución de acusación, o en la
sentencia, se plasme una fecha exacta de comisión del ilícito, resulta equivocado.
En casos como el analizado, la exigencia relacionada con la concreción histórica
de la comisión de la conducta punible, se cumple con la determinación de la
época dentro de la cual se llevó a cabo, aspecto que quedó inequívocamente
definido en el presente caso.

3. Reiteradamente la Corte ha sostenido que cuando se alega en casación


violación del principio de necesidad de motivación de la sentencia, es preciso
demostrar que los fundamentos y alcances de la decisión cuestionada son
inaprehensibles, por una cualquiera de las siguientes razones: (1) ausencia
absoluta de motivación, situación que concurre cuando no son vertidos en ella
los fundamentos fácticos y jurídicos que la sustentan; (2) motivación deficiente o
incompleta, que se presenta cuando se deja de analizar uno cualquiera de estos
dos aspectos, o se los analiza en forma precaria; (3) motivación dilógica o
ambivalente, que adviene cuando los argumentos expuestos en ella son
abiertamente ilógicos o contradictorios, y (4) motivación sofística o aparente, que
tiene lugar cuando se aparta del contenido objetivo de las pruebas.

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Sentencia Casación
FECHA : 12/11/2003
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 19192

178
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

25/02/2004

ESTAFA-Artificio, ardid o engaño

Precisamente el artificio, el ardid, el engaño consiste en eso, en dar apariencia de


verdad, de legalidad o de licitud a algo que no lo tiene, de lo contrario inducir en
error a la víctima sería un imposible material. Mucho más cuando, como en este
asunto, la estafa se evidenció compleja y requirió una puesta en escena con
diversos actos y pluralidad de actores.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 25/02/2004
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 18299
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

08/03/2004

28/04/2004

CASACION-Finalidades/ ESTAFA-Negocio civil/ ESTAFA-Contrato:Medio idóneo


para ocultar el ánimo de defraudar/ DOSIFICACION PUNITIVA/ PRISION
DOMICILIARIA-Análisis de las características familiares, laborales y sociales

1. Por haberse equivocado en la nomenclatura del reparo, necesariamente ello no


lleva a que se desestime la censura, pues si bien es cierto que "desde el punto de
vista técnico los planteamientos del censor, no son de la perfección deseable de
quien actúa ante el máximo Tribunal de la Jurisprudencia Ordinaria para
sustentar un recurso extraordinario que por ello tiene características especiales y
específicas, pero esa situación no puede hacer perder de vista la técnica del
recurso de casación no es un fin en sí mismo, sino que lo son los declarados por
el legislador en el artículo 206 del Código de Procedimiento Penal cuyo contenido
es el que debe honrar la Corte Suprema de Justicia como único Tribunal de
Casación erigido por un Estado que ha definido entre su fines esenciales el de la
vigencia de un orden justo y se ha comprometido a garantizar los derechos de
verdad, justicia y reparación, sin que el alcance de tales compromisos pueda
escamotearse tras la apariencia de defectos técnicos de la fundamentación del
recurso, más aparentes que reales, al punto que la Sala aceptó la demanda por
reunir los requisitos formales de la ley"*

2. La Corte ha reiterado que hay eventos en que el negocio jurídico constituye el


medio más idóneo para hacer incurrir a la víctima en error y, por consiguiente,
vulnerar el bien jurídico tutelado del patrimonio económico, pues a través de este
acto se le da visos de legalidad a un acuerdo de voluntades que está regido para
una de las partes en la obtención de un provecho ilícito. Es así como en decisión
del 10 de agosto de 2000, se dijo:"…en que nada impide y por el contrario es un
mecanismo inductivo en error para la comisión de esta delincuencia contra el
patrimonio económico de muy frecuente empleo, que el agente se valga como
medio de engaño de la celebración de negocios jurídicos, típicos o atípicos, que si

179
bien como es natural entender están respaldados en normas de derecho o en
todo caso son admitidas en la cotidiana práctica comercial, se utilizan para viciar
el consentimiento de la víctima, conforme bien lo pone de presente el Procurador
Delegado aconteció en este proceso, pues si bien como lo alega el libelista, en
principio las partes involucradas en el contrato de compraventa lo suscribieron
libremente, es esta una circunstancia aparente si se tiene en cuenta que nada
distinto perseguía el timador con su celebración, que obtener un provecho, que
en efecto se ha calificado ilícito, en la medida en que para dicho cometido no solo
se valió de una impostura económica y moral, sino que primó en sus actos
posteriores el deseo de hacer suyo el inmueble objeto del acto negocial a
sabiendas y sobre esa base de no cancelar ningún emolumento como
contraprestación…"**.

En providencia del 29 de agosto de 2002, se reiteró:

"…la permisibilidad de un contrato lícito no descarta la existencia de artificios o


engaños, pues nada impide que la inducción o el mantenimiento en error tengan
origen precisamente en la aparente sinceridad y legalidad de que se revista ese
acuerdo de voluntades. Por eso, ha reiterado la Sala que el contrato en muchos
casos resulta utilizado como medio idóneo para ocultar el verdadero ánimo de
defraudar. Así por ejemplo en decisión de agosto 5 de 1992 con ponencia del
magistrado Juan Manuel Torres Fresneda se dijo que:

"…lejos de excluir el artículo 356 del Código Penal los contratos como medio de
artificio o engaños que utilizados por el timador como simple apariencia de
obligarse pueden generar error esencial en el ofendido, tanto la doctrina como la
jurisprudencia admiten la posibilidad de su empleo como parte de los medios
defraudatorios, destacando justamente en aquellos la sutileza del ardid y su no
infrencuente uso, al punto de sostener que:

""… pasan al campo penal la mentira o el silencio cuando recaen sobre elementos
fundamentales del contrato, por ejemplo, la existencia de una contraprestación,
porque esta es la causa misma del acto o contrato según el derecho civi.l
"" Si una parte engaña a la otra, por ejemplo, sobre su capacidad de pagar,
haciéndole creer que la tiene cuando, en realidad, carece de ella, bien sea de
modo absoluto o en forma que, de saber su situación, la otra no hubiera
contratado, o cuando calla estando obligado a manifestar su incapacidad de
pagar, ya no se trata de un silencio o de una mentira lícitos, sino plenamente
delictuosos…"" (Sentencia de casación del 23 de junio de 1982, Magistrado
Ponente Dr. Luis Enrique Romero Soto).***

Finalmente, entre otras, en sentencia del 12 de junio de 2003, se insistió:

"Es verdad que en ocasiones "… pasan al campo penal la mentira o el silencio
cuando recaen sobre elementos fundamentales del contrato, por ejemplo, la
existencia de una contraprestación, porque es la causa misma del acto o contrato
según el derecho civil", pero la actividad inductora en error no se reduce sólo a
no decir la verdad sino que la mentira o el silencio hacen parte de una compleja
situación vivencial, a la que nada hay que añadir para que se produzca el efecto
patrimonial deseado por el timador. Es, por decirlo de otra forma, el
aprovechamiento de las circunstancias concretas en que se establece o
permanece una relación social, personal o comercial específica, que le dan
respaldo y hacen creíble la mentira.

"Téngase en cuenta que para la tipificación del delito de estafa no se requiere


únicamente que se induzca o mantenga a otro en error sino que además se

180
precisa que a este estado se llegue "por medio de artificios o engaños" (artículo
356 del Código Penal de 1980, que corresponde al 246 del actual estatuto). Tal la
razón para que se le califique como "delito de inteligencia para lograr el engaño",
como en alguna oportunidad lo recordó la Sala.

"Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco a la


teoría de la imputación objetiva, "se considera que no todo engaño que pudiera
concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento
victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud diligente del perjudicado"

"Esta conclusión no parece ser muy diferente de la que expuso la Sala en la


sentencia del 10 de abril de 1951 citada por el Tribunal, al precisar que si el
perjudicado "fue engañado a pesar de su prudencia, por virtud de las actitudes
del agente", el hecho debe ser considerado delictivo".****

3. Ahora bien, si se individualiza la dosificación punitiva de conformidad con los


criterios establecidos en el artículo 61 del derogado estatuto penal se tiene que el
procedimiento es más simple, habida cuenta que el marco punitivo genérico uno
(1) a diez (10) años no está afectado por factores reales*****, de modos que si bien
de acuerdo a lo que disponía el artículo 67, puede partirse del mínimo de la
pena, porque no concurren circunstancias de agravación, ello evidencia un
tratamiento similar al correspondiente para el primer cuarto de movilidad
establecido en el Código Penal vigente, fijándose la pena privativa en 12 meses de
prisión.

Así las cosas, estima la Sala que para efectos de establecer la pena imponible y al
evaluar el ámbito del principio de favorabilidad de la ley, por resultar imperioso
partir en ambos ordenamientos del mínimo de sanción establecido para el delito,
no se advierte que uno de los dos resulte favorable, como ya se advirtió. En
suma, la pena imponible al procesado es de 12 meses de prisión.

4. Recuérdese que la finalidad del examen de las características familiares,


laborales y sociales, en orden a la sustitución de que se trata, se encuentra
enmarcada, entre otros eventos, en la necesidad de que el acusado no vuelva a
colocar en peligro a la comunidad mediante la continuación de su actividad
delictual. Teniendo en cuenta los datos que obran en el expediente, se puede
concluir que el procesado pondrá en riesgo a la comunidad si se le sustituye la
pena de prisión por la domiciliaria, por cuanto se advierte que ha hecho del
delito un medio de vida, al punto que en su contra se han proferido plurales
sentencias condenatorias por los delitos de hurto calificado y agravado, porte
ilegal de armas de fuego de defensa personal, estafa, uso de documento público
falso y fraude procesal.
-------------------------
* Sentencia del 9 de febrero de 2004. M.P. DR. Yesid Ramírez Bastidas. Rad. 10.425.
** M.P. Dr, Carlos Augusto Gálvez Argote. Rad. 13.247.
*** M.P. Dr. Jorge Anibal Gómez Gallego. Rad. 15.248.
**** M.P. Dr. Álvaro Orlando Pérez Pinzón. Rad. 17.196.
***** Ver sentencia del 3 de septiembre de 2001. M.P. Dr. Jorge Anibal Gómez Gallego.

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Sentencia Casación
FECHA : 28/04/2004
DECISION : Si casa, condena, niega subrogado
DELITOS : Estafa

181
PROCESO : 18104
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Salvamento
Parcial de Voto

30/06/2004

ESTAFA-Artificio, ardid o engaño

Si se tiene en cuenta que el artificio o engaño como elemento estructural del


injusto aludido puede ser cualquier mecanismo con aptitud para provocar o
mantener en error al sujeto pasivo de la acción. Si en este caso el medio
fraudulento se configuró a través de un contrato, es indiferente que el documento
reúna o no determinadas características, porque lo realmente importante del
artificio es su capacidad para mantener en error a la víctima, aspecto que debe
ser valorado por el juzgador dentro de un sano razonamiento.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Casación Discrecional
FECHA : 30/06/2004
DECISION : Inadmite la demanda presentada
DELITOS : Estafa
PROCESO : 21825
PUBLICADA : Si
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21/07/2004

ESTAFA-Provecho ilícito/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño/ ESTAFA-Engaño


omisivo/ USO DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO

1. Ciertamente el ingrediente normativo del provecho que se incluye en la


descripción típica de la estafa se conforma de un contenido fáctico y de uno
jurídico, el primero establecido a través del despojo económico que la víctima
sufre como consecuencia concomitante y directa, que debe ser palpable y
mensurable, de las maniobras y artificios que lo han engañado a tal punto que lo
lleva a disponer de esa manera viciada de su patrimonio. Y, el segundo, que esa
desposesión -en el sentido lato de dejar de tener- debe aprovechar a quien
maniobró artificiosamente para engañarlo y mantenerlo en error, o a un tercero,
que por haberlo obtenido así, se reputa ilícito y es objeto de reproche penal.
...

Finalmente en torno a este aspecto, advierte la Corte que la descripción típica de


la estafa no contiene exigencia alguna sobre el monto de la ventaja patrimonial
que obtiene el estafador, o que esta deba mantener alguna equivalencia con el
perjuicio típico ocasionado, simplemente exige que el beneficio sea correlativo a
la acción típica, de modo que comprobada esa mera circunstancia respecto de
ese aspecto específico puede entenderse estructurada esa conducta punible.

2. El artificio o el engaño se manifiestan fácticamente: son maniobras que han


debido ser captadas primero por la víctima y haber sido eso, víctima de ellas

182
cayendo bajo su influjo, pero también deben poder ser reconstruidas por el
Juzgador, como aquí se hizo, a través de su fijación como hechos por medio de
los diversos medios probatorios recaudados. Es la mise en scene (puesta en
escena) de que hablaban los clásicos, la elaboración de toda una tramoya de la
que se hace preso al incauto para que engañado crea artificiosamente una
situación tan distante de la realidad que termina despojándose de su patrimonio
económico, en la errónea consideración de estar obrando correctamente.

Así mismo esas circunstancias tienen un alcance jurídico, el de la valoración de


su contenido como apto para engañar y hacer incurrir o mantener en error a la
víctima, claro está teniendo en cuenta siempre que la medida de la trascendencia
del engaño no es, ni puede ser, independiente de la relación social donde se
presenta y elabora como estímulo del provecho que se obtiene y que debe incluir,
necesariamente, el análisis de las características personales de la víctima, pues
la naturaleza eminentemente subjetiva del estado de engaño imponen que
idoneidad, seriedad y entidad no puedan valorarse con prescindencia de todos
los aspectos del sujeto que lo padeció.

3. Si el censor quería tener éxito, ha debido identificar que en este caso concreto
los Juzgadores optaron por estimar estructurada la conducta delictiva de estafa
bajo la modalidad de engaño omisivo en que incurrió el vendedor al callar
-dolosamente dice la sentencia- un dato tan significativo que, también es
conclusión del fallo atacado, de haberse publicitado habría impedido la
celebración de la transacción, porque resulta absurdo pensar que alguna
persona honesta decida comprar a sabiendas, un vehículo transformado
arbitrariamente de bus a volqueta y con documentos falsificados.

En este mismo orden de ideas, el deber jurídico del censor era entonces
demostrar que el silencio de su cliente acerca de ese hecho en concreto no fue
doloso o que no tuvo trascendencia alguna en el campo de la negociación,
propósito en el cual no podía pasar por alto que la sociedad colombiana desde la
adopción de la Constitución Política de 1991 ha elevado a canon de ese rango el
principio de la buena fe.

4. La interpretación reiterada del otrora artículo 222, actual 291 del Código Penal
que define y sanciona el uso de documento público falso, no es de especial
complejidad tal como corresponde a la claridad de la descripción típica,
reconociéndose que se incurre en tal delito cuando el agente que no ha
concurrido en la falsificación hace uso del documento. El dolo es en ese caso
conocimiento de la falsedad que a pesar de ello no inhibe al agente de darle al
documento el uso para el que fue creado.
...

En ese orden de ideas, como bien lo destaca la Procuradora Primera Delegada, le


incluye al tipo penal discutido un ingrediente que no tiene, pues lo haría
entender estructurado únicamente cuando se use con propósito ilícito, en este
caso concreto con el fin de estafar, exactamente todo lo contrario de la naturaleza
del reproche de esa conducta y del ámbito de protección que la misma encierra,
pues protege la fe pública que se ve defraudada por doble vía: por parte del
falsificador del documento y por parte del usuario cuya reprobación no queda
purgada porque lo use con propósito legítimo, pues precisamente lo penado es el
uso, no el propósito del mismo.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 21/07/2004

183
DECISION : No casa
DELITOS : Uso de documento público falso, Estafa
PROCESO : 18762
PUBLICADA : Si
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01/09/2004

PARTE CIVIL-Interés para recurrir/ ESTAFA-Momento de consumación/


REPARACION DEL DAÑO

1. Es evidente el interés jurídico que le asiste a la parte civil, teniendo en cuenta


que su intervención, como expresión del derecho de las víctimas o perjudicados,
se materializa en asuntos eminentemente patrimoniales. Por consiguiente, en
relación con el primer cargo, está a salvo el interés de la parte civil puesto que las
determinaciones adoptadas en la sentencia acusada tuvieron incidencia en el
monto de los perjuicios, pues, sin duda, es mayor el daño irrogado cuando la
conducta ilícita se consuma, que cuando no alcanza su perfección.

Ahora bien, de conformidad con el artículo 3° del decreto 522 de 1988, la cuantía
del interés para recurrir a la fecha de presentación de la demanda (16 de julio de
2002) ascendía a $131"225.000, cantidad que surge de multiplicar el valor del
salario mínimo mensual de ese año ($309.000) por el factor 425, por
consiguiente, el guarismo de la pretensión del actor por $14.625"874.704 es
considerablemente superior, motivo por el cual, por razón de la cuantía también
tiene interés para recurrir en casación.

2. "La estafa se consuma en el propio instante en que debido a la inducción en


error, el sujeto activo incorpora a su haber patrimonial bienes o derechos que
hasta ese momento pertenecían a la víctima o a un tercero, y de los cuales el
estafado se desprende, no por expresión de su libre voluntad, sino de su
distorsionada comprensión de la realidad, situación a la que se llega a través del
ardid, el engaño, las palabras o los hechos fingidos."*

Por lo anterior, no es exacto el pensamiento del recurrente acerca de la


consumación del delito de estafa, pues es evidente que el sujeto activo puede
tener el propósito de obtener el provecho ilícito o representarse un resultado
económico en virtud de la conducta que desea ejecutar por una razón específica
que puede animar su propósito un móvil, en este caso, acrecentar su patrimonio;
empero, habiendo desplegado las actividades orientadas a obtenerlo no lo
consiguió por causas ajenas a su voluntad.

No le bastaba al censor insistir en la causación de un perjuicio, cualquiera que


fuera su dimensión, puesto que el tipo de estafa entraña una interacción
específica entre quien despliega los artificios idóneos para obtener un beneficio
del error inducido con la persona que, por habérsele viciado el consentimiento
por el error, sufre un detrimento económico. Son menores, es cierto, los delitos
que en el catálogo penal requieren de un resultado de daño, que se objetiviza en
lo tangible y ponderable, dada la tendencia del legislador, ante un derecho penal
de carácter preventivo, de tipificar los delitos por el evento del peligro concreto,
para no exponer la actividad del derecho punitivo y oportuno ante hechos
necesariamente cumplidos. Pero , delitos como el homicidio, las lesiones, los
daños, el incendio, en fin, otros aunque no muchos, exigen la presencia de la
vulneración efectiva del bien jurídico protegido. Más en la estafa, por su dinámica
entre el agente activo y la víctima, no sólo se precisa del perjuicio que afecta el

184
patrimonio económico de la víctima, cualquiera que sea su manifestación, esto
es, corporales o incorporales, efectiva como realidad concreta o como expectativa
cierta, sino que se requiere del beneficio o provecho ilícito que, correlativamente,
percibe quien la realiza o un tercero, si así lo ha querido quien despliega con
tales fines sus ardides y artificios idóneos para inducir en error y, por ende, para
producir un acto de efectiva disposición patrimonial.

3. Si bien es cierto, como lo dice el actor, el daño futuro puede ser resarcible,
también es verdad, que sólo lo es, en la medida en que el daño objeto de
reparación sea cierto y esté acreditado en el proceso, así lo ha expresado la Sala
de Casación Civil de la Corte, en pronunciamiento que por oportuno al caso se
precisa recordar:

"Al respecto la Corte reitera que el daño objeto de reparación debe ser cierto, pero
no necesariamente debe ser actual, porque el daño cierto y futuro, como
igualmente se ha sostenido, también es indemnizable, tal como ocurre con las
lesiones o secuelas que afectan la integridad física personal y exigen una
atención médica o quirúrgica. Estas lesiones o secuelas son el daño mismo, por
ende cierto. Desde luego que el daño futuro, cierto e indemnizable es tal en tanto
sea susceptible de avaluación en el momento en que se formula la pretensión y
sea desarrollado de un daño presente. En cambio no es reparable el perjuicio
eventual o hipotético, por no ser cierto o haber "nacido" como dice la doctrina
dejando a salvo los eventos de pérdida de una probabilidad. De manera que es
necesario no confundir el perjuicio futuro cierto con el eventual o hipotético..*."
---------------------------------------
* CORTE SUPREMA DE JUSTICIA M. P. Dr. LOMBANA TRUJILLO, Edgar. Rad. 16.565. Auto,
diciembre 16 de 1999
* CORTE SUPREMA DE JUSTICIA M. P. Dr. RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Casación 4897,
agosto 9 de 1999

PONENTE(S) : HERMAN GALAN CASTELLANOS


Sentencia Casación
FECHA : 01/09/2004
DECISION : No casa
DELITOS : Fraude procesal, Tentativa de estafa
PROCESO : 19865
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

15/09/2004

PRESCRIPCION/ ESTAFA AGRAVADA

El delito del que trata este asunto es el de estafa, que tiene señalada una pena de
dos (2) a ocho (8) años de prisión, lapsos que se tomarán en consideración,
atendiendo a que resulta mas favorable en su extremo máximo que la señalada
en el decreto 100 de 1980 pues fijaba una pena de uno (1) a diez (10) años.

Quiere decir lo anterior que el término de prescripción que se toma es el de la


pena máxima, que es de ocho (8) años. A este se aumenta el máximo de
agravación por la cuantía que se dedujo, que viene siendo de cuatro (4) años.
Montos que arrojan un total de prescripción de doce (12) años.

Atendiendo que la prescripción luego de que cobra ejecutoria la resolución de


acusación equivale a la mitad de la inicialmente considerada, llegamos a la
conclusión de que el lapso prescriptivo para el delito de estafa agravada es de
seis (6) años.

185
...

Esto quiere decir que simplemente se está aplicando la normatividad vigente para
efectos de la prescripción señalados tanto en el Decreto 100 de 1980 como la Ley
599 de 2000, que imponen el lapso prescriptivo luego de que se suspende el
mismo con la ejecutoria de la resolución de acusación, sumado a que dicho
lapso para el delito de estafa agravada, tal como se expuso, es de seis (6) años, lo
que lleva a la conclusión que las razones de censura carecen de sustento jurídico
y normativo, por lo que no se accederá a sus pretensiones.

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casación
FECHA : 15/09/2004
DECISION : No repone auto que decreto una prescripción
DELITOS : Falsedad en documento público, Estafa agravada
PROCESO : 19543
PUBLICADA : No

ESTAFA-Contrato:Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

Advierte la Corte que no tiene razón el casacionista cuando da en sugerir que por
tratarse de un negocio civil el realizado entre el denunciante y su representado,
escapa a la órbita de protección del derecho penal, pues de antiguo la
jurisprudencia tiene establecido que a través del contrato civil se puede incurrir
en el delito de estafa cuando se causa perjuicio patrimonial a través de inducir o
mantener en error a una de las partes sobre un aspecto trascendente de la
negociación, el cual, de haber sido oportunamente conocido, habría determinado
una variación en la voluntad de contratar.

Así por ejemplo, en sentencia del 23 de junio de 1982, la cual no obstante haber
sido proferida al amparo de una realidad jurídica distinta de la actual en la hora
de ahora mantiene plena vigencia, con ponencia del Magistrado Luis Enrique
Romero Soto, precisó la Corte:

"La conducta fraudulenta dentro del negocio no sólo lesiona el derecho de libre
disposición de la contraparte, sino que perturba el orden jurídico y atenta al
normal desenvolvimiento de la economía, no únicamente la privada sino también
la pública o colectiva y por este aspecto interesa primordialmente al derecho
penal. No hay que olvidar que ésta, la economía colectiva, reposa tanto como
aquélla sobre la libre determinación de la voluntad.

"No se puede hacer de lado, ciertamente, que en el mundo de los negocios es


admisible que exista una cierta "lucha de astucias", como algunos la llaman, es
decir, un juego de posiciones no explícitas de los contratantes que buscan el
beneficio de cada uno aún con mengua de los intereses del contrario.

"Y que no es fácil determinar en forma genérica cuándo ese "juego de astucias" se
mantiene en los límites de la moral y cuándo los traspasa para caer en lo
indebido y aún en lo delictuoso. Estos límites, ciertamente, varían con el tiempo
y el lugar de la negociación y con la naturaleza de la misma. Pero de todos modos
existe una norma ética, una regla moral que subyace, como una imperiosa
exigencia, en el campo de las obligaciones.

"De ese trasfondo moral hace parte importante el respeto que se debe observar
por los contratantes a las normas de corrección, no sólo en las fases

186
fundamentales del contrato, sino aún en las preliminares y, sobre todo, en las de
ejecución de las obligaciones contraídas.

"La violación del equilibrio que debe haber entre las partes en el contrato tiene
que proyectarse, cuando adquiere contornos de lesión a los intereses colectivos,
sobre el plano del derecho penal para que sean sancionados los abusos
unilaterales de una de ellas sobre la otra.

"No significa lo anterior que no haya lugar al juego de astucias que se deja
mencionado y aún a que, dentro del mismo y como procedimiento, si se quiere
usual en los negocios, se echa mano de mentiras. Si el agente no tiene la
obligación de decir la verdad, la mentira y con mayor razón el silencio, no
constituyen siempre un engaño.

"Ya Manzini hablaba, en tales circunstancias, de la "mentira agresiva" o sea en la


que se dice para crear en la otra parte motivos de actuar o de omitir. Y de la
"mentira defensiva" que es la tendiente a ocultar los propios intereses legítimos.

"Si ninguna de las dos traspasa ciertos límites sociales, especialmente si la


contraparte no tiene el derecho de conocer la verdad, no hay en ello delito y todo
hace parte de ese fenómeno general que se llama "la competencia en los
negocios", o, como dice algún autor: "la característica competitividad
individualista de los negocios".

"Pero pasan al campo penal la mentira o el silencio cuando recaen sobre


elementos fundamentales del contrato, por ejemplo, la existencia de una
contraprestación, porque esta es la causa misma del acto o contrato según el
derecho civil.

"Si una parte engaña a la otra, por ejemplo, sobre su capacidad de pagar
haciéndole creer que la tiene cuando, en realidad, carece de ella, bien sea de
modo absoluto o en forma que, de saber su situación, la otra no hubiera
contratado, o cuando calla estando obligada a manifestar su incapacidad de
pagar, ya no se trata de un silencio o de una mentira lícitos, sino plenamente
delictuosos.

"Estos principios están directamente relacionados con los demás elementos de la


estafa. Entre ellos con el concerniente a la calidad del sujeto pasivo del engaño,
que no siempre, como se sabe, es el del daño.

"De acuerdo con la concepción clásica del contrato, que se decía era siempre en
interés privado, particularmente de las partes contratantes, éstas debían estar
sujetas a las vicisitudes del convenio pactado, entre las cuales se contaban las
que dependían de la condición particular de cada uno de los contratantes.

"Así, si uno de ellos confiaba excesivamente en la buena fe del otro, o si era


demasiado ingenuo, o si desconocía las costumbres comerciales del medio en que
actuaba y a causa de esas circunstancias era engañado y sufría un perjuicio
económico, debía soportarlo porque, se decía, el derecho no protege a los que se
descuidan ( "de durmientibus non curat jure").

"Esta situación ha cambiado. Sin dejar de admitir que en los negocios pueda
haber sutilezas, malicias, y reticencias como se deja dicho atrás, ellas tienen un
límite social, vale decir, se admiten mientras no hayan comprometido gravemente
la voluntad del contratante engañado y no salgan de lo comúnmente aceptado en
el medio en que se actúa.

187
"Porque, como dice un autor "el derecho interviene para castigar los abusos que
desvían la autonomía privada de su función social. Está en la lógica de un
ordenamiento legal que reconozca a los particulares una esfera de autonomía
pero que debe exigir una cierta medida de fair play porque, de otra manera, el
sistema consagraría el triunfo de la superioridad injusta. La búsqueda de la
propia conveniencia no debe desencadenar una competencia sin freno. Por el
contrario: debe corregírsela con un mínimo de respeto por los intereses ajenos".
(Pedrazzi. Inganno e errore en delitti conto il patrimonio. Pág. 204).

"De acuerdo con estas ideas, no es de recibo el argumento del actor ya transcrito
atrás en el sentido de que "si alguien, por mala información o por ignorancia del
desarrollo que siguen los acontecimientos externos, procede, según sus propias
percepciones sólo él debe culparse. Es el exclusivo autor del percance, ya que su
buena fe no estuvo interferida por la falacia del otro" ".

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Sentencia Casación
FECHA : 15/09/2004
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 20559
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

ATIPICIDAD-Técnica para alegarla en casación/ ESTAFA-Diferencias con el


fraude procesal/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Prescripción: Proceso de
descongestión, depuración y liquidación de procesos/ SISTEMA PENAL
ACUSATORIO-Prescripción: Proceso de descongestión, depuración y liquidación
de procesos; Aclaración de voto

1. En los eventos en que -como en este- se alega finalmente la atipicidad de la


conducta ha de acudirse por senda de la violación directa de la ley sustancial por
aplicación indebida del tipo penal que sirvió de base a la sentencia, caso en el
cual resulta imprescindible además que el demandante oriente su ataque a
demostrar que ellos, tal como fueron declarados y valorados por el sentenciador,
no se adecuan al tipo penal que de manera indebida fue aplicado.

2. Mientras la estafa en términos del artículo 356 del Código Penal de 1.980 se
define como la obtención de un provecho ilícito para sí o para un tercero con
perjuicio ajeno por la inducción o mantenimiento en error a que se haya llevado a
la víctima ante el despliegue de artificios o engaños, el fraude procesal se
describe en el artículo 182 ídem como el inducir, por cualquier medio
fraudulento, en error a un servidor público para obtener sentencia, resolución o
acto administrativo contrario a la ley, luego a pesar de que relativamente
participan de un elemento común referido a los medios, es innegable que difieren
sustancialmente en el verbo rector y en otros elementos tales como el ingrediente
subjetivo que acompaña al fraude procesal y obviamente en el bien jurídico
tutelado.

Por ende, en esa medida se trata de conductas diversas que por su autonomía
pueden -como en este caso- concurrir, más aún cuando la secuencia fáctica de
su ejecución permite advertir que fueron diversas las circunstancias en que una
y otra se cometieron.

188
3. Es precisamente ese marco el que obliga a que con prontitud la Corte haga
manifiesto su pensamiento en torno al contenido y alcance del artículo 531 del
nuevo estatuto. Al efecto, para la Sala los incisos 5 y 2 no ofrecen mayores
inconvenientes para su aplicación. Así por ejemplo respecto del inciso 5 puede
decirse que si bien es cierto que la aplicación del nuevo sistema operará a partir
de enero de 2005, no lo es menos que el legislador dispuso explícitamente
(artículo 533 in fine) que el proceso de depuración y descongestión entrara en
vigencia a partir de la publicación de la ley, que lo fue el 1 de septiembre de 2004
(D.O. 45659), con campo de aplicación en todo el territorio nacional, esto es con
independencia de los distritos judiciales seleccionados como pioneros.

Ahora, en relación con el inciso 2 se advierte: con las salvedades a que se hará
alusión más adelante, referidas todas ellas no sólo a las actuaciones en
investigación previa sino a la totalidad del proceso de depuración, descongestión
y liquidación, ha de dejarse en claro que la prescripción de las acciones que
hubieren originado la reseñada investigación habrá de decretarse cuando hayan
transcurrido 4 años contados a partir de la comisión de la conducta cuando esta
es instantánea, o desde la perpetración del último acto en los casos de los delitos
permanentes o tentados o cuando haya cesado el deber de actuar en las
conductas punibles omisivas.

Como se colige del texto legal, no hay duda que -aparte del paso del tiempo- el
único referente generador de la causal de extinción de la acción es la fecha de
ejecución del delito, lo que implica -a juicio de la Sala- que también esa
prescripción extraordinaria ha de cobijar a conductas punibles respecto de las
cuales ni siquiera se haya dispuesto el adelantamiento de aquella fase
preprocesal, como que al fin y al cabo bien puede suceder que sólo después de
transcurrido aquel lapso se genere la notitia criminis y con base en ella se
disponga la apertura de tal etapa, o que contándose apenas con la mencionada
noticia para el 1 de septiembre del año en curso, se inicie la indagación
preliminar, como para de esta manera quedar cobijado con la extraordinaria
medida.

Es obvia por demás la referencia que se hace a la fiscalía como destinataria de la


norma, si en cuenta se tiene que será ella la que en principio cargue sobre sí las
etapas de indagación e investigación en el nuevo sistema, de las cuales escapan
las corporaciones judiciales en la medida en que tribunales y Corte Suprema de
Justicia comenzarán su actuación procesal cuando reciban del ente investigador
el respectivo escrito de acusación, aparte de que la Corte cuando interviene como
instructora en los delitos atribuidos a los congresistas (artículo 235-3 C.Pol.)
seguirá estando vinculada por la ley 600 de 2000 tal como paladinamente lo
prevé el artículo 533 de la ley 906 de 2004, pues la actuación de la Fiscalía es
refractaria a la función investigadora de la Corte.

De otro lado, el inciso 1° comienza con precisar que la medida extraordinaria de


prescripción y caducidad se aplicará "a las acciones que hubiesen tenido
ocurrencia antes de la entrada en vigencia de este código", descripción no muy
ortodoxa en cuanto que la acción penal como deber y derecho del Estado para
investigar y fallar nace como efecto de la comisión de una conducta punible, de
tal modo que la "ocurrencia" a que alude la norma ha de entenderse referida al
hecho y por contera -desde luego- a su consecuencia: la acción penal.

Es claro -por demás- que el proceso de liquidación y depuración sólo tiene cabida
para comportamientos típicos que se cometan antes de la entrada en vigencia del
futuro estatuto, lo que significa que respecto de los que se ejecuten a partir del

189
mes de enero de 2005 los términos de prescripción se regularán conforme a lo
previsto en los artículos 83, 84 y 86, este último con la modificación introducida
por la ley 890 de 2004 referida a la interrupción de la prescripción como efecto
de la formulación de la imputación, por demás prevista expresamente en el
artículo 292 nuevo C.P.P.

En punto al tema estima la Sala que los efectos del artículo 531 del nuevo
estatuto se entienden prolongados en el tiempo en aquellos distritos judiciales en
que el sistema entre gradualmente a operar, vale decir que la proyección en su
aplicación se extenderá para punibles cometidos (i) antes del 1° de enero de 2006
en los distritos de Bucaramanga, Buga, Cali, etc, (ii) antes del 1° de enero de
2007 en los de Antioquia, Cundinamarca, Florencia, etc, y (iii) antes del 1 de
enero de 2008 en Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, etc según el orden señalado
en el inciso tercero del artículo 530 de la ley 906 de 2004. Una consideración tal
encuentra explicación en la misma filosofía que ha inspirado la medida, esto es,
que los funcionarios a quienes corresponda en el futuro asumir los nuevos roles
se encuentren en lo posible con el menor número de actuaciones a su cargo.

Se prevé asimismo en el inciso 1º en comento que los términos de prescripción y


caducidad serán reducidos en una cuarta parte, la que se restará de los fijados
en la ley, que no son otros que los señalados en los artículos 83, 84 y 86 del C.P.
Para ello, habrán de tenerse en cuenta como referentes los siguientes plazos:
1) 5 años si se trata de un delito con pena no privativa de libertad o con pena de
prisión cuyo máximo no exceda de ese límite.
2) En un tiempo igual al máximo fijado en la ley (atendiendo circunstancias
atenuantes o agravantes que modifiquen los límites punitivos) para las
infracciones que tengan señalada prisión mayor de 5 años y menor de 20.
3) 20 años para delitos cuyo máximo sea o exceda de ese tope.
4) 30 años si la acción penal surge de los delitos de tortura, genocidio,
desplazamiento y desaparición forzados.
5) Un mínimo de 6 años y 8 meses cuando el delito que se atribuye a servidor
público sea realizado en ejercicio de sus funciones, de su cargo o con ocasión de
ellos.
6) En un mínimo de 7 años y 6 meses cuando la conducta punible se hubiere
iniciado o consumado en el exterior.
Los lapsos mínimos en estos dos últimos numerales operan tanto en instrucción
como en el juicio, sin que por razón del incremento (1/3 y la ½ respectivamente)
el término pueda exceder de 20, o de 30 para los ilícitos relacionados en el
numeral 4.
7) Un término igual a la mitad del fijado según los plazos anteriores cuando la
prescripción tenga operancia en la causa, sin que en ningún caso pueda ser
inferior a 5 años o a los señalados en los numerales 5 y 6 anteriores.
8) Un término máximo de 10 años cuando la prescripción opere en el juicio.

Ahora bien, es de esos plazos (que son -mutatis mutandis- "los términos fijados
en la ley", a voces del inciso 1º del artículo 531 bajo análisis) de los cuales ha de
reducirse la cuarta parte prevista en ese dispositivo, operación que en ningún
caso podrá resultar menor a 45 meses o 3 años 9 meses, dado que si el término
legal mínimo de prescripción es de 5 años y de este quantum se descuenta la
cuarta parte, el plazo menor no podrá -entonces- estar por debajo de aquel
guarismo, aplicable sólo para la fase de instrucción e inclusive -piensa la Sala-
para la etapa de investigación previa, no empece tener ésta señalado un término
específico de 4 años, pues este plazo "normal" (por llamarlo de alguna manera) ha
de entenderse que opera per se, es decir, con independencia de la cantidad de
pena prevista para el correspondiente delito, como ocurriría -por ejemplo- con un
homicidio simple por estar exceptuado del listado del inciso 3º del artículo 531.

190
Dentro de ese enfoque considera la Corte que es más aparente que real la
contradicción entre los incisos 1º y 2º al conjugarlos de cara a situaciones
concretas, como sucedería en una investigación previa con una acción penal
cuyo término de prescripción rebajado en la cuarta parte resultara menor a tres y
años, y otra con más de 4 años de iniciada, pues -sin duda, como se dijo- cada
una de esas normas apareja un sistema de contabilización con fuentes
independientes: al paso que el inciso 2º (investigación previa con 4 o más años)
es aplicable con independencia de la pena prevista para el delito, el 1º opera sólo
como fruto de la combinación de la pena con el correspondiente término
prescriptivo reducida en una cuarta parte.

Lo hasta aquí precisado encierra el entendimiento que de los dos primeros


incisos del artículo 531 tiene la Corte, debiendo ocuparse del 3º, como que al fin
y al cabo es allí donde pueden radicar en gran porcentaje las inquietudes
presentadas.

Al efecto adviértese -ab initio- que las prohibiciones regladas en este inciso
irradian sus efectos refractarios a todo el proceso de descongestión, depuración y
liquidación, lo que equivale a predicar que tanto las situaciones como los delitos
allí descritos escapan o están por fuera de la prescripción extraordinaria, esto es,
que no les son aplicables ni la reducción de la cuarta parte en el término de
prescripción normal, ni operan sobre las investigaciones previas así hayan
transcurrido más de 4 años desde la ocurrencia de la conducta.

Tales salvedades pueden recogerse en varios grupos, a saber:


1) todos los delitos de competencia de los fiscales especializados, lo que equivale
a la postre a afirmar que el artículo 531 no existe jurídicamente para esos
fiscales.
2) Un listado de 15 delitos que -por su naturaleza- en ejercicio de su poder de
configuración, el legislador ha excluido de tal beneficio, debiendo advertirse que
por la razón del carácter objetivo y no del quantum punitivo que los caracteriza
en nada se modifica la prohibición si el delito se atribuye a un cómplice, o si se
comete en estado de ira, en tentativa o dentro de cualquier dispositivo
amplificador o que concurra circunstancia modificadora -atenuante- de la
punibilidad.
3)Un indeterminado número de conductas punibles que teniendo en principio
acceso a la depuración y liquidación, por razón de su conexidad con alguno de
los 15 reseñados queda eliminada la posibilidad de serle aplicado el mencionado
proceso de descongestión.
4) Algunos delitos que se exceptúan del proceso atendida su naturaleza y la
cualificación del sujeto pasivo, como son los que atentan contra la libertad,
integridad y formación sexuales cuando el sujeto pasivo es un menor de edad. Y,
5) Finalmente, "las actuaciones en las que se haya emitido resolución de cierre de
investigación".

Frente a esta última hipótesis ya la Sala había considerado su alcance para


negar la aplicación de la descongestión en actuaciones en etapa de juicio, bajo el
entendido obvio que en ellos ya se ha proferido resolución de cierre de
investigación (cfr sent. septiembre 8 y 29/04 MMPP Drs Mauro Solarte P. y
Herman Galán C. Rds 22545 y 22676), criterio que hoy se reitera en la medida en
que el trámite de los nuevos procesos estará a cargo de la Fiscalía, siendo sus
integrantes los más llamados a la descongestión y no -en principio- los jueces,
aparte de que para ese momento la actuación está bastante adelantada al ser
inminente la calificación o hallarse en etapas avanzadas como en segunda
instancia o aún en trámite de casación.

191
Para la Corte esa limitante es absoluta, vale decir, opera respecto de todas las
actuaciones, sin distingo por la naturaleza de la conducta, por su pena, por el
funcionario que la está conociendo, etc., siendo conveniente precisar -además-
que no basta que el cierre de investigación se haya ordenado o emitido sino que
debe estar ejecutoriado, porque no hay duda que sólo con su firmeza se finiquita
la práctica de pruebas en la investigación, abriéndose paso la calificación
contándose con elementos de juicio para una acusación, y -además- porque una
simple orden de clausura (aún sin estar dadas las condiciones para emitirla, vale
decir, que haya mérito para calificar o porque se haya vencido el término de
instrucción) enervaría la posibilidad de la aplicación de la figura. En cambio, si
se exige su ejecutoria, los sujetos procesales (entre ellos el Ministerio Público en
ejercicio de su función de control) habrán tenido la oportunidad -a través de la
reposición- de impugnarla y eventualmente hacerla desaparecer del panorama
procesal para abrir campo a la prescripción extraordinaria.

De otra parte, una simple evocación histórica en rastreo del trámite de la ley en
el Congreso lleva a la conclusión que el querer del legislador fue justamente el de
no permitir la depuración y descongestión con este alcance respecto de procesos.
Por ejemplo, en la sesión del 16 de diciembre de 2003 de la Comisión Primera de
la Cámara (acta 29, Gaceta 54 de 2004) se propuso el artículo 602, en cuyo
contenido, luego de precisar los delitos que estarían por fuera del proceso (inciso
2°), en un inciso separado se consignó: "Del mismo modo, las actuaciones en que
se haya emitido resolución acusatoria, así esté incurso algún recurso...". La
mencionada disposición aparece justificada en que:

"Procesos tan graves como los indicados en la excepción propuesta, obviamente


deben continuar con las normas vigentes hasta concluir de la manera señalada
en las mismas, igualmente resultaría dañino rebajar un término de prescripción
preexistiendo una resolución acusatoria, en donde es necesario continuar su
trámite de acuerdo con los dispositivos actuales". (resalta la Corte)

Ya en la ponencia para tercer debate ante la Comisión Primera del Senado


(Gaceta 200 de 2004) se presentó para discusión y aprobación un texto en el cual
se incluían en el inciso 3° -como exceptuados del proceso de descongestión- los
delitos de conocimiento del juez especializado, además de un listado de punibles
más reducido que el actual y ya incluidas "las actuaciones en las que se haya
emitido resolución de cierre de investigación", explicándose en torno a la nueva
fórmula que "Se ajusta la redacción. Se agrupan varias de las conductas
exceptuadas en el concepto "delitos de competencia de los jueces penales de
circuito especializados", se adicionan otras y se precisa la aplicación de este
inciso a las actuaciones en las que se hubiese emitido resolución de cierre de
investigación, y no a aquellas calificadas con resolución de acusación, como
originalmente se dispuso"

Como se colige, la mente del legislador apuntó -en un principio- a cerrar el paso
a la descongestión en asuntos con resolución de acusación, tornándose más
exigente en los debates posteriores cuando finalmente aprobó que la
imposibilidad de aplicar la prescripción extraordinaria operaría respecto de
actuaciones penales donde se hubiese cerrado la investigación, pero en uno y en
otro evento quedando prohibida la descongestión en la fase de juzgamiento.

Así las cosas -precisa la Corte- que en ningún caso en las actuaciones penales en
las que para el 1° de septiembre del año en curso se haya dictado resolución de
cierre y éste hubiere estado ejecutoriado, puede operar el proceso de depuración,
liquidación y descongestión reglado por el artículo 531 del nuevo C.P.P..

192
Asimismo, que el mencionado procedimiento extintivo de la acción no resulta
aplicable por los jueces en los casos de sentencia anticipada tramitada en la
instrucción, porque si bien es cierto que una actuación de tal naturaleza carece
de cierre de investigación, también lo es que cuando el fallador la recibe ya aquel
momento procesal se ha superado, dada la equivalencia del acta de cargos con la
resolución de acusación. Sí podría, en cambio, aplicarla un juez cuando en la
audiencia preparatoria al decretar la nulidad de lo actuado la invalidez cobije el
cierre de investigación, pues si para ese momento ya ha transcurrido el término
-reducido- de ley es claro que la actuación quedaría sin la orden de clausura,
pudiendo así aplicar el dispositivo que se viene comentando, obviamente que si
no se está frente a otra clase de prohibición, como ocurriría con un juez
especializado o respecto de un delito de los señalados en el inciso 3°.

PRESCRIPCION-Aplicación del artículo 31 de la Ley 906 de 2004 (Aclaración de


voto) Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón

"(...)
Para la Sala mayoritaria tal fenómeno opera solamente respecto de las diligencias
preliminares y de la instrucción. Para el suscrito, en cambio, tiene aplicación en
esas dos fases, y también durante el juicio. Las palabras que utilizo para sentar
mi criterio -no los argumentos para persuadir porque está claro que en la vida no
se decide por los argumentos sino por las preferencias....
...
El artículo 531 del Código de Procedimiento Penal tiene por nombre "Proceso de
descongestión, depuración y liquidación de procesos". Ese nombre, desde luego,
no forma parte del contenido esencial de la disposición. Pero es sumamente
importante, pues el rótulo o rúbrica se erige como guía, como faro, como punto
de partida de interpretación de la misma. Y si se refiere a descongestión,
depuración y liquidación de procesos, y proceso incluye también la fase de juicio,
no hay duda alguna en cuanto el artículo también apunta al juicio. Por esta vía,
es notorio que a la norma o enunciado se le puede atribuir el significado que
sugiere su título.

1.4. Con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua en la mano, se concluye


que descongestionar es disminuir o quitar la congestión; depurar es limpiar,
purificar, eliminar lo disidente, quitar a una cosa lo que le es extraño, dejándola
en el ser y perfección que debe tener según su calidad; y liquidar es hacer el
ajuste formal de una cuenta, saldar, pagar enteramente una cuenta, poner
término a una cosa o a un estado de cosas, romper o dar por terminadas las
relaciones personas.

El significado de esas palabras no merece ningún comentario. Ellas mismas lo


hacen cristalino. Pero hay algo aún más evidente: como para que no quedaran
dudas, el legislador fue al extremo: no se trata sólo de reducir, de sacar una
parte extraña (descongestionar y depurar); se trata, sí, de terminar, de acabar, de
suprimir, de extirpar el mal (liquidar). Y el legislador no puede ser entendido tan
ingenuo como para creer que pensaba en erradicar el mal en su totalidad pero
dejar por fuera el juicio, menos si se recuerda que en los antecedentes quedó
claro que en tal parte del proceso se hallaba lo más difícil en tema de congestión.

Este ejercicio no es gratuito. No se trata de leer por leer Diccionarios. Se trata de


cumplir los mandatos legales, específicamente, en este caso, el artículo 28 del
Código Civil, pues como el Código de Procedimiento Penal no define
descongestión, depuración, ni liquidación, estas palabras deben ser entendidas
en su sentido natural y obvio, según el uso general de ellas. Y el Diccionario es
quien seguramente mejor aporta ese uso.

193
1.5. De los antecedentes de las reformas resulta que la congestión judicial se
halla más marcada en el juicio.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO

Sentencia Casación
FECHA : 27/10/2004
DECISION : No casa, casa parcial y de oficio, declara prescrito
otro delito
DELITOS : Estafa, Fraude procesal
PROCESO : 21090
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Aclaración
de voto
Véase también en - Internet

VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Técnica en casación/ ESTAFA-El


delito se analiza desde la óptica de un tipo de acción y no de omisión/
IMPUTACION OBJETIVA-Elementos para su existencia/ ESTAFA-Negocio civil/
ESTAFA-Bien embargado

1. Cuando se acusa a la sentencia por ser violatoria de una norma de derecho


sustancial (numeral 1 del artículo 207 del C.P.P.), el demandante esta en el deber
de demostrar si el sentenciador incurrió en error "por falta de aplicación
(exclusión evidente o infracción directa), por aplicación indebida (falso juicio de
selección) o por interpretación errónea (sobre la existencia material, sobre la
validez o sobre el sentido o alcance) de la ley sustancial"*

Con tal fin se debe seleccionar una de aquellas opciones y desarrollar los cargos
de acuerdo al sentido de la vía seleccionada, de manera que se atenta contra el
principio lógico de no contradicción cuando se tilda la sentencia de ilegal por
aplicación indebida de preceptos sustanciales y al mismo tiempo de haberlos
interpretado erróneamente. Claro, porque de una parte se admite que la norma
no fue correctamente seleccionada, mientras que de otra, se acepta la
adjudicación que hace el juzgador de la norma, pero se cuestiona que al hacerlo
se extienda su cobertura hacia hipótesis que ella no regula.
...

Si en la interpretación errónea la discusión se reduce al ámbito de una sola


disposición de derecho, en la aplicación indebida -de allí la necesidad de
construir la proposición jurídica completa-, versa sobre la incorrecta
adjudicación de una norma en perjuicio de otra que se dejó de aplicar, y en la
exclusión evidente el tema es el de la falta de aplicación de la ley, ello no supone
que, como generalmente ocurre, el hecho de que se articule la censura en el
marco de la violación directa de la ley, sin acoplar el cargo a una de esas
variantes específicas, la demanda deba desestimarse sin mas por esas razones,
sino por las que en seguida se expondrán.

2. Si se analiza la conducta desde la perspectiva del tipo penal, se puede


comprender que si el injusto de estafa, como tipo de acción que es, se concibe
como la inducción en error por medio de artificios o engaños, con el objetivo de
obtener provecho ilícito con perjuicio ajeno, entonces el análisis de la conducta
debe comprender el examen de la totalidad de la acción desde esa perspectiva
pues solo de conductas se pueden predicar las categorías de tipicidad,

194
antijuridicidad y culpabilidad, y no de meros segmentos de acontecimientos
mundánicos (artículo 9 del código penal).

En otros términos, el examen del tipo de estafa debe hacerse desde la óptica de
un tipo de acción y no de omisión, que tiene como eje la inducción, que es un
acto positivo. Pretender abordarlo de la sistemática de la omisión es tanto como
trastocar su esencia y su dinámica.

Ahora bien, el negocio jurídico de compraventa comienza con el acuerdo de


voluntades, sigue con la entrega recíproca del precio y del bien, y finaliza con la
tradición, en el marco de un secuencia de actos que conforman una sola
conducta (el negocio jurídico), con una sola finalidad (la venta del bien) y un solo
valor (la transferencia del derecho de dominio a través del contrato). Si en
cualquiera de esos pasos se calla frente a elementos esenciales que impedirían o
dificultarían el negocio jurídico, o que de conocerse por la parte contratante la
llevarían a no contratar, lo menos que se puede decir es que el consentimiento
nace viciado, o que no genera obligaciones desde el punto de vista contractual.
Mas ocurre que la sanción de esos actos no termina allí, pues cuando esa
maniobra se constituye en un engaño dirigido a ocasionar error en la víctima,
surge el delito de estafa, en tanto con ello se defrauda patrimonialmente al sujeto
pasivo y al tiempo se genera un provecho ilícito para el actor. Claro, porque las
consecuencias jurídicas no se quedan en el ámbito restringido de los
contratantes, sino que trascienden al interés general que exige transparencia y
buena fe en los negocios jurídicos, que de no acatarse paralizarían el tráfico
comercial.

Ahora, claro que jurídicamente es lícito enajenar un bien inmueble embargado, lo


cual no se discute ni se pone en duda, pero si se afirma en la promesa de
compraventa y en la escritura pública, con el fin de llevar a cabo un negocio
jurídico que de otra forma no se hubiese cristalizado, que el bien no soporta
gravámenes - siendo que por las mismas fechas en otros documentos de similar
factura si se dejó en claro esa situación -, lo menos que tiene que suponer el
comprador es que ello es así. Pensar lo contrario equivaldría a imponerle al
comprador la carga de suponer la mala fe del vendedor, averiguar todos los
pormenores del bien y exigirle entonces sí un deber de autotela que paralizaría
hasta la dinámica social.

Ello explica el por qué la falta de información con respecto a los gravámenes,
tanto en la promesa de compraventa como en la escritura pública, se expresa
como un momento de la conducta destinada a inducir en error al cliente, mas no
como un "no hacer", razón por la cual no tiene motivo el recurrente para a partir
de ese solo supuesto, que hábilmente aísla, censurar el juicio del Tribunal por
haber equiparado la omisión a la acción, doliéndose en consecuencia de que no
se hubiesen aplicado las reglas que regulan la omisión y las posiciones de
garantía (artículos 9 y 25 del código penal), cuando en verdad ello no era
necesario.

De manera que carece de razón el cargo por falta de aplicación de las


disposiciones sustanciales que regulan el tema de la omisión.

Para culminar, en esa secuencia, el silencio forma parte de la acción, del ardid,
del engaño, de la inducción, lo cual explica que no es un no actuar, que es
distinto, sino una secuencia de un acto positivo. Por lo mismo, como ocurre en
todos los tipos activos, en sede de tipicidad de lo que se trata es de equiparar la
conducta realizada con el tipo legal, lo cual ciertamente no ocurre en los tipos
omisivos en donde se busca establecer la diferencia entre la conducta realizada y

195
la descrita. Este último ejercicio desde luego es imposible de formular desde la
perspectiva del tipo de estafa, como vanamente lo pretende el recurrente al llevar
la discusión a un punto que no corresponde a la sistemática de los tipos de
acción.

3. Desde la perspectiva de la imputación objetiva, "no todo engaño que pudiera


concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento
victimológico, la víctima debe de acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud negligente del procesado."**

Sin que lo que se afirme signifique cambiar el concepto que la Sala tiene al
respecto, como quiera que se trata de un pensamiento elaborado para una
situación muy distinta a la que ahora se estudia*** , se debe recordar que la
imputación jurídica del resultado, que se constituye en el primer nivel de
desarrollo de la teoría de la imputación objetiva, se sustenta en el principio de
que el riesgo jurídicamente desaprobado que se concreta de manera efectiva en la
producción del resultado, es el fundamento de la imputación, con lo cual se
pretende superar aquellas tendencias ontologicistas que enlazaban acción y
resultado con exclusivo apoyo en las conocidas teorías de la causalidad (teoría de
la equivalencia, conditio sine qua non, causalidad adecuada, relevancia típica).

En ese margen, los criterios de imputación objetiva parten de dos supuestos


básicos: el de riesgo permitido y el principio de confianza, que determinan el
estado de interacción normal de las relaciones sociales y de los riesgos que en
ellas se generan. De manera que, sólo cuando la víctima asume conjuntamente
con otro una actividad generadora de riesgos (lo cual acá no ocurre), puede
eventualmente imputársele el resultado a la víctima, siempre que esta tenga
conocimiento del riesgo que asume. En consecuencia, si es el autor quien recorre
la conducta descrita en el tipo penal (quien crea el riesgo), el resultado debe serle
imputado a aquel y no a la víctima, pues ésta obra dentro del principio de
confianza que le enseña que en el tráfico de las relaciones sociales el vendedor
realizará el comportamiento en el ámbito de competencia que le impone la
organización.

Si se quisiera ir mas allá, podría también decirse que "actualmente el juicio de


imputación se fundamenta en la delimitación de ámbitos de competencia: solo se
responde por las conductas o resultados que debo desarrollar o evitar en virtud
de los deberes que surgen de mi ámbito de responsabilidad y que se desprenden
de los alcances de la posición de garante. Lo demás -salvo los deberes generales
de solidaridad que sirven de sustento a la omisión de socorro - no le concierne al
sujeto, no es de su incumbencia."****

También, sin duda, desde esta perspectiva, la imputación jurídica del resultado,
que para el caso del delito de estafa se traduce en el perjuicio económico, le es
imputable a los procesados, pues a ellos y nadie mas que a ellos les correspondía
evitar un perjuicio que surge de su ámbito de responsabilidad, que no al
comprador, como equivocadamente se piensa.

4. No desconoce la Corte la importancia de los principios de necesidad de


intervención y de intervención mínima, y el carácter fragmentario y la perspectiva
subsidiaria de protección de bienes jurídicos que es propia del derecho penal en
un estado democrático. También comprende que el derecho penal es el último
mecanismo al cual debe acudir el estado para sancionar los mas graves

196
atentados contra los bienes jurídicos, lo cual a su vez permite explicar el
concepto de progresiva protección de los mismos.

Esta última reflexión que se acompasa de manera perfecta con el principio de


unidad del orden jurídico (la antijuridicidad unitaria), permite afirmar que los
vicios de la contratación en materia civil no siempre se tutelan desde esa sola
perspectiva, pues el engaño doloso también se sanciona desde el sistema penal,
bajo el concepto de que lo que está de por medio ya no es solo la validez del
contrato, sino la protección del patrimonio privado y la seguridad de las
relaciones jurídico negociables en el tráfico jurídico.

La reflexión sobre el ámbito de aplicación del derecho penal con relación al delito
de estafa no desconoce el principio que se considera vulnerado, pues lo que éste
sanciona es el engaño como artificio para defraudar patrimonialmente a otro, en
el contexto de la relación social, prejurídica y dialéctica que el derecho penal
protege y no en los efectos que el derecho civil consagra, dentro del contexto de la
progresiva protección de bienes jurídicos a que se ha hecho referencia.

Se trata acá de sancionar conductas antijurídicas que tienen una nocividad


social intolerable, mas allá del contrato y de las sanciones que el derecho civil
dispone, dentro de una fase en la cual se distinguen el injusto civil del injusto
merecedor de pena a través de la estafa.

Como se comprende, la discusión supera la visión que pretende ver en ella un


problema relacionado con la mera intromisión del derecho penal a esferas que le
están vedadas ( la prisión por deudas), para destacar el por qué la justicia penal
debe ocuparse del tema, que no lo es por razón o con ocasión del contrato, sino
por la maniobra dolosa que subyace en el mismo, en "razón del quebrantamiento
del orden jurídico por el ejercicio de una actividad ilícita y antijurídica de
carácter penal"****** , la cual le confiere a la conducta un status que la desliga de
las consecuencias civiles para abrirle espacio a las mas amplias sanciones del
derecho penal.
--------------------------------------------
* Corte Suprema de Justicia, auto del 30 de noviembre de 1999. Radicado 14535. M.P. Alvaro
Pérez Pinzón.
** Corte Suprema de Justicia, salvamento de voto. Fernando Arboleda Ripoll, Jorge Córdoba
Poveda y Carlos Galves Argote. Sentencia de mayo 11 de 1999. Radicado 13015. M.P. Fernando
Arboleda Ripoll.
*** Corte Suprema de Justicia, sentencia de 12 de junio de 2003. Radicado 17196. M.P. Alvaro
Pérez Pinzón.
**** Se trata de un supuesto de hecho diferente: en que en esa época se juzgó, el comprador era
consciente de que se le vendía un bien gravado con hipoteca.
***** Corte Constitucional, sentencia SU 1184 de noviembre 13 de 2001. M.P. Eduardo
Montealegre Lynnet
****** Cfr. En este sentido, Corte Constitucional, Sentencia C. 198.

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Sentencia Casación
FECHA : 27/10/2004
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 20926
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet
ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON - Salvamento
de Voto

197
01/12/2004

ACCION DE REVISION-Demanda: Requisitos/ ACCION DE REVISION-Causal


segunda/ ESTAFA-Prescripción/ IMPEDIMENTO-No hay impedimento si sólo se
calificó la demanda

1. A tenor de lo dispuesto por el artículo 222 del Código de Procedimiento Penal,


la demanda de revisión debe contener, entre otros requisitos, el señalamiento
preciso de la causal que se invoca, y los fundamentos fácticos y jurídicos en que
la pretensión se apoya.

La Jurisprudencia de esta Corte tiene establecido que la selección de la causal de


revisión debe guardar coherencia con los hechos y el derecho aplicado en el
devenir procesal, y dimanar objetivamente de ellos, de modo que al leer el libelo
en comparación con las actuaciones procesales, se colija de manera objetiva que
la causal fue adecuadamente seleccionada, independientemente de que llegue a
prosperar, o que por el contrario se declare sin fundamento.

"En otras palabras (ha sido dicho por la Sala), no es apropiado que el defensor
realice a priori una serie de lucubraciones o planteamientos críticos sobre las
actuaciones procesales, para construir los supuestos derivados de su manera
particular de interpretar el derecho, que le permitirían ubicarse artificialmente al
alguna causal de revisión" (cfr. auto de revisión. Abril 17/02. Rad. 17897. M: P.
Dr. Lombana Trujillo).

2. La postulación de la causal segunda de revisión con fundamento en haber


operado el fenómeno jurídico de la prescripción de la acción penal (resultante de
la verificación de un término calculado a partir del máximo de la pena
imponible), "debe emerger diáfana y exclusivamente de los hechos y pruebas
conocidos, estudiados , controvertidos y valorados en las instancias" y no
asumiendo el demandante por anticipado que le asiste razón jurídica, pero sin
tenerla en realidad, para de este modo hacer las cuentas animado por su
convicción personal, y por esta vía seleccionar la causal de revisión en forma
artificial, sin base lógica y jurídica, como aquí acontece, pues ello determina la
inadmisión de la demanda.
Esto en razón que con apoyo en la causal segunda de revisión no es posible
"cuestionar aspectos inherentes a la adecuación típica, la forma de culpabilidad o
participación; las circunstancias de hecho o cualquier otro elemento que pudiese
incidir sobre la punibilidad de la conducta. La revisión, en este sentido, no puede
derivar en un nuevo juicio crítico sobre lo declarado en el proceso y por ende la
prescripción que se alegue es aquella que surja de los hechos y del derecho tal
como fueron considerados dentro del proceso" (cfr. sent. rev. marzo 5 /96. Rad.
8336. M.P. Dr. Mejía Escobar).

En materia penal el fenómeno prescriptivo de la acción opera en un tiempo igual


al máximo de la pena privativa de la libertad prevista para el delito imputado,
tenidas en cuenta las circunstancias sustanciales modificadoras de la
punibilidad concurrentes, sin que en ningún caso pueda ser inferior de cinco
años o superior de veinte, salvo las excepciones que la propia normatividad
establece (Artículos 80 del Código Penal anterior y 83 del nuevo estatuto).

Dicho término se interrumpe con la resolución de acusación o su equivalente


debidamente ejecutoriada. Cuando esto acontece, debe comenzar a correr de
nuevo desde entonces, pero el fenómeno se consolida en la mitad del tiempo
respectivo, sin que pueda ser inferior a cinco años, ni superior de diez (Artículos
84 del Código Penal anterior y 86 del actual).

198
3. Como quiera que la demandante aduce que en el caso de sus asistidos ha
debido darse aplicación al principio de favorabilidad, y en consecuencia, a las
disposiciones sustanciales contenidas en la ley 599 de 2000 en torno al mismo
comportamiento atribuido a sus asistidos, la Corte hace las siguientes
observaciones.

Cierto es que para cuando se profirieron las sentencias de primera y segunda


instancia (14 de mayo de 2002 y 3 de febrero de 2003), ya había entrado a regir
la Ley 599 de 2000. No obstante, los juzgadores decidieron inaplicar ésta, en
razón precisamente a que resultaba más gravosa a los intereses de los
procesados toda vez que si bien el término máximo era inferior, el mínimo
punitivo y la multa eran superiores a lo establecido en los preceptos del Decreto
100 de 1980, vigente para cuando ocurrieron los hechos.

No es cierto, sin embargo, como interesadamente y de modo contrario se afirma


por la demandante, que en la nuevas disposiciones de la ley 599 de 2000,
hubiere desaparecido la agravante por el factor cuantía para el delito de estafa,
pues al parecer la libelista no ha leído el contenido del artículo 267 del
mencionado estatuto, según el cual "las penas para los delitos descritos en los
capítulos anteriores, se aumentarán de una tercera parte a la mitad, cuando la
conducta se cometa:

- Sobre una cosa cuyo valor fuere superior a cien (100) salarios mínimos legales
mensuales vigentes, o que siendo inferior, haya ocasionado grave daño a la
víctima, atendida su situación económica.
- Sobre bienes del Estado".

Ahora bien, aún bajo el supuesto que desde la perspectiva del menor tiempo de
prescripción de la acción penal, la normativa aplicable al caso fuera la contenida
en la ley 599 de 2000, en dicha hipótesis tampoco se establece que la acción
penal hubiere prescrito antes de la ejecutoria del fallo de segunda instancia.

4. Es de advertirse, finalmente que en este caso no concurre el motivo de


impedimento automático en los Magistrados de la Corte, previsto por el artículo
228 del Código de Procedimiento Penal, dado que el objeto de la acción no es
sentencia dictada por la Corte, sino la proferida por un Tribunal Superior de
Distrito Judicial. Y si bien contra dicha decisión se interpuso la casación, la
intervención de algunos de los actuales integrantes de esta Sala se circunscribió
a calificar la idoneidad de la demanda, sin que para ello tuviera que referirse a
los fundamentos fácticos o jurídicos del fallo proferido.

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Acción de Revisión
FECHA : 01/12/2004
DECISION : Reconoce apoderado e inadmite la demanda
presentada
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 22501
PUBLICADA : No

26/01/2005

ESTAFA AGRAVADA-Prescripción/ PRESCRIPCION-Sentencia: Establece el


término de prescripción de la acción penal

199
1. Teniendo en cuenta lo preceptuado en los artículos 246 y 267 de la Ley 599 de
2000, la conducta punible de estafa agravada tiene una pena máxima de 12 años
de prisión. Por ello, con base en lo estatuido en los artículos 84 y 86 del mismo
estatuto, se advierte que el término prescriptivo de la acción penal en el juicio es
de 6 años, lapso que en este supuesto se cumplió días después de dictarse la
sentencia de segunda instancia.

2. Al respecto, la Corte ha dicho:

"Ya en reiterados pronunciamientos se ha manifestado no es la resolución de


acusación la que ha de marcar la pauta para una prescripción de la acción penal,
sino la calificación definitiva que se imparte en una sentencia de condena rituada
conforme a las reglas del debido proceso, como debe ser, ya que hasta que se
produzca el fallo de casación y mientras ésta no se decida, los de primera y
segunda instancia, que conforman una unidad, gozan de la presunción de
legalidad, acierto y legitimidad. Esta ha sido posición de la Sala desde muy
antaño, conforme se expuso en fallo de Casación de 20 de junio de 1991, del cual
fue ponente el Dr. Guillermo Duque Ruiz y donde, en lo fundamental, se dijo:

´Conserva también vigencia para esta Sala, su doctrina plasmada en la


providencia del 25 de Abril de 1977, con ponencia del H. Magistrado Dr. Velasco
Guerrero y que corre publicada en la Gaceta Judicial (tomo XLV, segunda parte,
No. 239 Bis, pág., 218 y ss), pues que evidentemente es la sentencia el último y
definitivo acto procesal en el cual el Estado concreta concluyentemente el cargo
que a través de todo el proceso se imputó al sindicado. La acusación así definida
y concretada, es entonces la que debe servir para determinar si cuando se
profirió la resolución acusatoria, el Estado todavía conservaba la competencia
para hacerlo.
Pero como lo destaca la delegada y lo considera la Corte, no obstante que el
casacionista partió de premisas exactas, su conclusión fue desacertada, porque
desconoció precisamente la concreción punitiva que se hizo en la sentencia, tal
como ya se advirtió al hacer relación a la demanda y como lo explicitó el
Procurador en la parte de su concepto extensamente transcrito en este fallo ´

"Este antiguo criterio ha permanecido indemne en el tiempo y la Corte lo ha


reiterado continuamente, conforme puede apreciarse en fallo y auto de casación
de noviembre 16 de 1993, abril 9 de 1999 y octubre 26 de este año, de los cuales
fueron ponentes los Magistrados Ricardo Calvete Rangel, Dídimo Páez Velandía y
Alvaro Orlando Pérez Pinzón respectivamente, por lo que el mismo ha de
mantenerse".*

------------------------------------
* Auto del 12 de diciembre de 2000. M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote. Rad. 14985

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casación
FECHA : 26/01/2005
DECISION : Declara prescrita la acción penal
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 22292
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

200
20/04/2005

ESTAFA-Diferencias con el delito extorsión/ EXTORSION/ ESTAFA

Cuando se habla de la estafa, se acerca el concepto de la relación en la que por


medio de la astucia, de la sagacidad comercial o de negocios, se logra que la
víctima caiga en el error. De ahí que se le hubiera denominado "delito de
inteligencia"*. Este concepto igualmente se aproxima al engaño, a la mentira a
través de actuaciones u omisiones que bien pueden considerarse como artificios,
definidos tales como "... disimulo, cautela, doblez ..."**.

Por su parte, en lo respecta al delito de extorsión, se caracteriza por la fuerza


compulsiva desplegada por el delincuente que lleva a su víctima a doblegar su
querer y a cumplir con una exigencia, no por que su voluntad así libremente se
imponga, sino por el hecho de que la consternación, la zozobra, el miedo, el
temor, entre otros presupuestos, lo llevan a actuar tal como se lo piden.

Esta norma ha venido utilizando como delimitador descriptivo el verbo


"constreñir", que no es otra cosa que "Obligar, precisar, compeler por fuerza a
alguien a que haga y ejecute alguna cosa." (subraya la Sala), a su turno se define
como constreñimiento el "apremio y compulsión que se hace a otra persona para
que ejecute alguna cosa."***

Fuerza que no encuentra duda alguna en punto de su existencia en el caso que


se somete a consideración, pues de la relación fáctica hasta el momento
delimitada en este proceso judicial, se tiene que el procesado al parecer se
aprovechó una situación ciertamente vulnerable de sus víctimas -la familia del
supuesto secuestrado-, sumado al hecho que la exigencia del dinero que efectuó
estuvo acompañada de la intimidación y la coacción de la voluntad de los
angustiados parientes a través de las amenazas de muerte al supuesto cautivo.

Cosa que precisamente descarta la presencia de la estafa, pues este delito


supone que la relación social, comercial o personal que antecede generalmente a
este tipo y que propicia el engaño o la mentira, sucede o acontece por razón de la
mera liberalidad o un libre consentimiento y no fruto de la fuerza o violencia bien
sea moral o física.

En este caso si bien es cierto que a la familia de (...), quien fuera plagiado y luego
ultimado, se la mantuvo en error y en engaño acerca de que quienes exigían el
dinero eran sus verdaderos captores, lo que formalmente podría llevar a pensar
que se edificó el delito de estafa, lo cierto y determinante es que a dicho engaño o
mentira se llegó a través de la fuerza moral que se infligió cuando
aprovechándose de la situación de dolor, consternación y ánimo de recuperar al
ser querido desaparecido desde hacía menos de un mes, se le exigió para su
liberación varias sumas de dinero.

Corolario de lo anterior, en ambos tipos penales, tanto en la estafa como en la


extorsión, puede concurrir el engaño, la astucia, el convencimiento o la
inteligencia, pero si esos elementos que afectan la voluntad los precede la
violencia sobre la voluntad de la víctima a hacer, tolerar u omitir alguna cosa,
como cuando a través de la fuerza moral se le señala el camino para cumplir la
exigencia, por ejemplo la liberación de un ser querido y evitar su muerte, así sea
esto simulado por no tenerlo cautivo, no puede hablarse de la concurrencia del
delito de estafa sino de la extorsión.

201
Por último, lo aquí definido no puede confundirse con el agravante que el ordinal
2° del artículo 241 de la Ley 599 de 2000 contempla, pues la hipótesis de
incremento punitivo que allí se contempla lo es para aquellos casos en que
acorde con lo anterior, medie simplemente el engaño, el ardid, el convencimiento,
la astucia, en fin, los artificios defraudadores, pero libres y ajenos al apremio o la
compulsión que por vía de la fuerza se hace sobre la víctima, pues de encontrase
que concurren estos elementos, se entra en el escenario descrito por el legislador
como extorsión.
--------------------------------
* Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 23 de junio de 1982. M.P. Dr. Luis Enrique Romero
Soto
** Real Academia de la Lengua. Diccionario de la Lengua Española. Vigésima primera edición. Ed
Espasa Calpe
*** Real Academia de la Lengua. Diccionario de la Lengua Española. Vigésima primera edición. Ed
Espasa-Calpe

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 20/04/2005
DECISION : Declara competente al Juzgado 1 P.C.E. de
Bogotá
DELITOS : Tentativa de extorsión
PROCESO : 23434
PUBLICADA : No

04/05/2005

ESTAFA-Elementos/ CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Factor subjetivo

1. El juzgador consideró demostrado integralmente el delito de estafa con todos


los elementos que le son inherentes al tipo penal en cuestión*, deduciendo de la
situación fáctica denunciada y con base en la prueba suficientemente
demostrativa de la existencia del hecho y la responsabilidad de la procesada (...),
haciendo descender de la norma penal sustantiva todas sus exigencias de
adecuación al hecho investigado.

2. De un lado se observa que la concejal no fue leal y honesta con sus electores
al traicionar su voluntad de una representación digna en esa importante
Corporación edilicia y de otra, porque ciertamente, denota una permanente
dedicación a la simulación de una profesión que le era esquiva y huidiza a sus
estudios para aparentar el altísimo honor de ser abogado.

Esa personalidad, calificada de "proclive al delito", no obstante que la procesada


carece de sentencias ejecutoriadas anteriores, lo único que demuestra es que no
registra antecedentes judiciales, requisito no incluido en el artículo 68 del Código
Penal de 1980, pues la exigencia de la norma bajo el criterio subjetivo, es el
análisis de sus antecedentes personales , sociales y familiares, que no penales.
Esos precedentes personales son imprescriptibles y no se someten a cosa juzgada
por su inquebrantable patrimonio moral. Pero que su personalidad deja mucho
qué desear, claro que es cierto, como bien lo evaluó la instancia, dado que esa
continua forma de incluir falsamente datos tan importantes y vinculantes en una
hoja de vida o en un formulario oficial o privado, denota sin lugar a dudas esa
voluntad maliciosa y permanente de engañar a funcionarios o autoridades de
todo orden con la finalidad de hacerse nombrar e incluso tomar posesión en
cargos que no le eran permitidos y que excluyó a profesionales del derecho

202
acceder a ellos, por cuanto una persona sin esas calidades ya estaba
desempeñándolo.

------------------------------------------
* "Es esencial para la comisión del delito de estafa que el provecho ilícito con el correspondiente
perjuicio de otro sea obtenido por medio de artificios o engaños que induzcan a la víctima en el
error. En reciente providencia la Corte ha precisado los siguientes elementos como estructurales
del delito de estafa: "a) Despliegue de un artificio o engaño dirigido a suscitar error en la víctima;
b) Error o juicio falso de quien sufre el engaño, determinado por el ardid; c) Obtención, por ese
medio, de un provecho ilícito; d) Perjuicio correlativo de otro, y e) Sucesión causal entre el artificio
o engaño y el error, y entre éste y el provecho injusto que refluye en daño patrimonial ajeno". Y,
con relación al artificio y al engaño, expuso: "Son fenómenos equivalentes, expresivos en el fondo
de la misma cosa. Consisten en todo medio habilidoso para transfigurar la verdad. Son sinónimos
de astucia, doblez, ardid, trampa, artimaña o maquinación empleada para dar apariencia de
verdad a la mentira. El artificio o el engaño, con el que se inicia toda estafa debe ser puesto en
acción por el agente para inducir en error". De otra parte: "La audacia del estafador debe ir
dirigida a suscitar un error en la víctima. Ese es el fin subjetivo y directo del ardid. El error es
un concepto equivocado o juicio falso. Ese es el efecto psicológico de la maquinación del agente y
debe ser de tal naturaleza que determine al engañado a hacer la prestación patrimonial que se le
pide, de tal modo que de no mediar el error no accediera a ella. Vale decir, el error debe ser
determinante y esencial" (MESA VELÁSQUEZ, LUIS EDUARDO, "Delitos contra la Vida y la
Integridad Personal y Delitos contra la Propiedad". 1968, Editorial U. De Antioquia, Medellín,
pág.167). Entonces, la inducción en error exige una serie de maquinaciones fraudulentas previas
-cuando no se trata de aprovechar el anterior error ajeno- las cuales deben estar plenamente
acreditadas. No puede hablarse de estafa en donde no se dé esa condición. Así como tampoco
puede hablarse de este delito cuando con posterioridad a la obtención del bien patrimonial,
surge el artificio o el engaño tendiente a otros fines". CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Cas. feb.
22 de 1972.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 04/05/2005
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 19139
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

25/05/2005

ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/


CONSTREÑIMIENTO ILEGAL-Protege esencialmente la autonomía personal/
EXTORSION-El bien jurídico principalmente protegido es el patrimonio
económico/ SECUESTRO SIMPLE-Se configura/ SECUESTRO EXTORSIVO-Esta
especie de delincuencia es a menudo pluriofensiva/ AMENAZAS-Se configura/
ESTAFA-Diferencia con la extorsión/ HURTO CALIFICADO-Con violencia sobre
las personas o las cosas: Diferencia con la extorsión/ HURTO CALIFICADO-Con
violencia sobre las personas o las cosas, concursa con secuestro/ SECUESTRO
EXTORSIVO-Diferencia con la extorsión/ SECUESTRO/ HURTO/
CONSTREÑIMIENTO ILEGAL/ SECUESTRO EXTORSIVO/ EXTORSION

1. El error en la calificación jurídica, cuando implicaba una nueva calificación o


la variación de la competencia, debía postularse en casación a través de la causal
tercera (nulidad), pero desarrollarse con arreglo a la causal primera, bien por
violación directa de la ley sustancial, o bien por violación indirecta, demostrando
en el último caso errores de hecho o de derecho en la apreciación probatoria.

Ahora bien, en cuanto al supuesto error en la calificación jurídica, por que se


trataba de extorsión, en lugar de secuestro extorsivo, la controversia gira en

203
torno de la ubicación de la conducta en el Código Penal (Decreto 100 de 1980),
en diferente capítulo de aquel por el que se profirió sentencia. En este caso, en
vigencia del Código de Procedimiento Penal anterior (Decreto 2700 de 1991), la
Corte venía sosteniendo que si llegare a demostrarse un error in iudicando o de
mérito, cuya corrección implicara volver a estructurar el proceso, el cargo en
casación tenía que proponerse por la causal tercera, para solicitar la nulidad del
trámite con el fin de que se enmendara con la debida calificación.

Así, se ha precisado en reiterada jurisprudencia, que aún en el último evento, la


demostración en sede casacional del error en la denominación jurídica de la
conducta endilgada debe emprenderse con arreglo a la causal primera; bien por
violación directa de la ley sustancial, demostrando que el yerro se constata en la
indebida selección o aplicación de la ley; o bien por violación indirecta, cuando el
problema subyace en la errónea apreciación de las pruebas.

Con todo, la Sala recuerda que el Código de Procedimiento Penal, Ley 600 de
2000, ya no exige que en la calificación del sumario se indique el capítulo dentro
del cual esté contenido el tipo endilgado. Por tanto, un yerro como el que
denuncia el libelista, que no implica variación de la competencia*, ya no debe
plantearse con arreglo a la causal tercera de casación (nulidad) y sustentarse
conforme a la lógica de la causal primera (violación de la ley sustancial), sino que
debe formularse y demostrarse siguiendo por entero los lineamientos de la causal
primera, toda vez que tal situación ya no trasciende a la estructura del proceso,
sino que a ello se habría llegado por un error de juicio sobre las normas jurídicas
(violación directa), o sobre la apreciación probatoria (violación indirecta).

Acorde con el último discernimiento, a salvo la competencia del juzgador,


generalmente, en lugar de la invalidación de lo actuado deberá solicitarse a la
Corte el proferimiento de un fallo de reemplazo, ajustado a la calificación jurídica
correcta.

2. El constreñimiento ilegal** aplicado sobre una persona con el propósito de


obtener provecho ilícito para sí o para un tercero, exige ese propósito definido,
con capacidad de doblegar la voluntad de quien lo padece, hasta llevarlo a tolerar
u omitir aquello que para el sujeto activo se traduce en un provecho, a condición
de que ese provecho o utilidad sea de estirpe distinta a la económica; puesto que
la consagración de esta conducta punible protege esencialmente la autonomía
personal, según la ubicación de este tipo en el Código Penal.

La norma sustancial que consagra el constreñimiento ilegal contempla la acción


a constreñir, esto es, de obligar o compeler al sujeto pasivo por cualquier medio
que esté al alcance del autor, cuyo propósito consistirá en alcanzar un provecho
ilícito para sí o para un tercero.

3. Esta conducta punible***, implica que el sujeto activo constriñe a otro a hacer,
tolerar u omitir alguna cosa, con el propósito de obtener un provecho ilícito o
cualquier utilidad ilícita o beneficio ilícito, necesariamente de naturaleza
económica, para sí o para un tercero.

Aunque es evidente que en la extorsión se socava la autonomía personal a través


del constreñimiento, hasta la aniquilación de la voluntad, el bien jurídico
principalmente tutelado es el patrimonio económico, a juzgar por la ubicación del
tipo en el Código Penal. Tan es así, que el delito de extorsión puede quedarse en
el estadio de la tentativa cuando se embate contra la libre determinación a través
de amenazas, pero no se logra el hacer, omitir o tolerar aquello que al sujeto
activo reportaría la finalidad económica.

204
4. El secuestro simple consiste en la privación de la libertad mediante alguna de
las formas que describe la disposición que lo tipifica****, esto es, arrebatar,
sustraer, retener u ocultar a la víctima; todo sin un ingrediente subjetivo
característico, pues basta que se prive de la libertad a una persona para que se
configure el delito, sin que la adecuación típica requiera la búsqueda de alguna
finalidad específica.

La consagración de la conducta punible de secuestro simple está destinada a


proteger el bien jurídico de la libertad individual.

5. El secuestro extorsivo*****, que conlleva la privación de la libertad individual,


se puede cometer también a través de arrebatamiento, sustracción, retención u
ocultamiento de una persona; pero el implicado tiene un designio subjetivo
identificable, consistente en el propósito de exigir por su liberación un provecho o
cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de
carácter político.

Se protege en modo preponderante la libertad individual, pero esta especie de


delincuencia es a menudo pluriofensiva, y cuando se secuestra para exigir dinero
o efectos patrimoniales a cambio de la liberación, sin duda se acomete también
contra el patrimonio económico.

6. No sobra recordar que el delito de amenazas previsto en el artículo 347 del


Código Penal, Ley 599 de 2000, se tipifica cuando alguien, por cualquier medio
apto para difundir el pensamiento, atemorice o amenace a una persona, familia,
comunidad o institución, con el propósito de causar alarma, zozobra o terror en
la población o en un sector de ella.

7. Tienen en común el propósito de obtener provecho económico ilícito, pero la


estafa se comete a través del engaño o las maquinaciones fraudulentas sobre el
sujeto pasivo, con astucia o inteligencia proclivemente utilizadas; y, en cambio, la
extorsión menoscaba la libre determinación de la víctima por constreñimiento o
acciones esencialmente violentas.

8. En el hurto calificado por la violencia la víctima es sometida a una "vis


compulsiva" por lo general concomitante al hecho, de tal naturaleza, que se
aniquila su posibilidad concreta de defenderse, hasta que es despojada de los
bienes en contra su voluntad. En la extorsión, a diferencia, se accede a cumplir
la exigencia del sujeto agente, con la voluntad doblegada o quebrantada por el
miedo o la amenaza de un mal futuro.

En la extorsión la víctima hace, tolera u omite lo que el sujeto activo le exige, con
voluntariedad, aunque quebrantada la libre determinación por la fuerza del
constreñimiento, independientemente que quien padece la conducta ilícita actúe
en desmedro de su patrimonio, por sí mismo o por interpuesta persona, bien al
momento del constreñimiento o después.

En la extorsión el ofendido tiene alternativas, en tanto puede cumplir lo exigido,


cumplirlo parcialmente, o no cumplirlo a riesgo de que se concreten las
amenazas en su contra.

En el hurto calificado por la violencia el implicado no cuenta con la voluntad de


la víctima, ni la requiere, pues siempre va en contra de ella, dejándola sometida y
sin alternativas frente al despojo.

205
9. La jurisprudencia ha sido uniforme en los criterios para deslindar la violencia
sobre las personas como circunstancia que califica al hurto, de la retención
forzada constitutiva de secuestro simple. En fallo de casación del 5 de febrero de
2002 (M.P. Dr. Herman Galán Castellanos, radicación 13662), se hizo una vez
más claridad al respecto con los siguientes lineamientos, que ahora se reiteran:

"Una es la acción que se realiza mediante el apoderamiento con violencia de un


objeto mueble y otra la de privar de la libertad de locomoción a las personas que
ejercen sobre el bien hurtado posesión, tenencia o contacto físico. Cada uno de
estos actos son separables, dentro de la complejidad de un comportamiento,
uno supone una maniobra sobre el objeto del hurto, para cambiar su
disponibilidad, otra supone un retener, arrebatar o sustraer a una persona de su
autonomía de permanecer o no en un determinado lugar."

En el mismo orden de ideas, al dirimir una colisión de competencias, la Sala


indicó:

"El legislador no previó como elemento estructurante del secuestro simple un


supuesto relacionado con la "temporabilidad" de la acción, sino la efectiva
limitación de la libertad de locomoción y de las posibilidades de determinación
del afectado. Por tanto, el hecho de que en el presente caso sólo se hubiere
retenido a los afectados por un limitado espacio de veinte minutos, tal
circunstancia, por sí sola, no es óbice para descalificar el secuestro imputado en
el acta de formulación de cargos, pues, se reitera, la vigilancia ejercida sobre las
personas no fue circunstancial, sino que se prolongó a la que habría sido
suficiente para consumar el delito contra el patrimonio, además de que las
víctimas no tuvieron oportunidad de obrar libremente durante el tiempo que se
mantuvo la vigilancia por parte de uno de los agresores,..." (Auto del 30 de abril
de 2002, radicación 19374. M.P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego.)

10. Es cierto que entre el secuestro extorsivo y la extorsión existen algunas


circunstancias que los acercan en cuanto a la configuración típica, pues en las
dos infracciones se conspira contra la voluntad del sujeto pasivo. No obstante, el
secuestro extorsivo comporta afectación de la libertad física y daño patrimonial; y
la extorsión atenta contra la voluntad en sentido exclusivo de la disponibilidad
económica.
----------------------------
* Por disposición de la Ley 733 de 20002, la competencia para conocer el delito de secuestro y el
de extorsión radica en los Jueces Penales del Circuito Especializados.
** Código Penal, Decreto 100 de 1980, artículo 276; equivalente al artículo 182 del Código Penal,
Ley 599 de 2000.
*** Código Penal, Decreto 100 de 1980, artículo 355; equivalente al artículo 244 del Código Penal,
Ley 599 de 2000.
**** Código Penal, Decreto 100 de 1980, artículo 269; equivalente al artículo 168 del Código
Penal, Ley 599 de 2000.
***** Código Penal, Decreto 100 de 1980, artículo 268; equivalente al artículo 169 del Código
Penal, Ley 599 de 2000.

PONENTE(S) : EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2005
DECISION : No casa
DELITOS : Secuestro extorsivo agravado
PROCESO : 17666
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

206
15/06/2005

ESTAFA AGRAVADA/ DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO ECONOMICO-La


cuantía incide en el término prescriptivo

1. Como lo hace notar el memorialista, el artículo 247 del Código Penal


actualmente vigente contempló como circunstancias específicas agravatorias
para el delito contra el patrimonio económico de estafa: - que el medio
fraudulento utilizado tenga relación con vivienda de interés social; - que el
provecho ilícito se obtenga por quien sin ser partícipe de un delito de secuestro o
extorsión, con ocasión del mismo, induzca o mantenga a otra en error; y -
cuando se invoquen influencias reales o simuladas con el pretexto o con el fin de
obtener de un servidor público un beneficio en asunto que éste se encuentre
conociendo o haya de conocer.

2. Sin embargo, desapercibe el defensor que, con la misma técnica empleada en


el Decreto 100 de 1.980, el Capítulo Noveno del título VII al que corresponden los
delitos contra el Patrimonio Económico y entre ellos evidentemente el de estafa,
en su artículo 267 la Ley 599 de 2.000 previó la genérica agravante relacionada
con el valor del objeto del delito, con un incremento de una tercera parte a la
mitad, en los mismos porcentajes prevenidos por el artículo 372 de la anterior
codificación.
...

Como lo anotó el peticionario, con el Decreto 100 de 1.980, que sirvió de precepto
aplicable en este caso, la prescripción de la pena en la etapa del juicio lo sería en
el lapso de 7 años y 6 meses, cálculo efectuado a partir de considerar que el
incremento de cinco años para la sanción de 10 como máxima correspondería a
15 y deducida la mitad después de proferido el pliego de cargos. A su turno, en el
actual régimen la pena de 8 años como máxima incrementada en la mitad, según
quedó visto, correspondería a 12 y su cálculo por la mitad atendiendo a la etapa
en que se establece el lapso prescriptivo sería de seis (6) años.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Auto Casación
FECHA : 15/06/2005
DECISION : Niega la prescripción solicitada
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 23413
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

23/08/2005

ESTAFA-Prescripción/ PRESCRIPCION-Del delito por el cual fue absuelto

1. No obstante, evidente se ofrece que cualquiera sea el referente punitivo que se


tome para efectos de determinar el término de prescripción de la acción penal
respectiva en la etapa del juicio, ya el de diez (10) años previsto en el Código
Penal derogado, ora el de ocho (8) de la nueva codificación que en estricto sentido
debe guiar el ejercicio por resultar norma sustancial de efectos favorables al reo
en esta materia, es lo cierto que bajo cualquiera de las dos codificaciones, ese
lapso corresponde a cinco (5) años, ya porque equivale a la mitad de la pena
máxima que recogía el artículo 356 del Decreto Ley 100 de 1980, ora porque si

207
bien conforme al artículo 246 actual dicha mitad es de cuatro (4) años, en todo
caso el término de prescripción no puede ser inferior a cinco (5) según las
expresas previsiones del artículo 86 de la Ley 599 de 2000.

2. Así las cosas, la referida circunstancia impone declarar prescrita la acción


penal derivada tanto del delito de estafa, como de la falsedad personal no empece
que por esta última conducta se haya absuelto a la procesada en la sentencia de
primera instancia, pues es lo cierto que ese fallo a la postre no adquirió
ejecutoria material y, por ende, tampoco está llamado a surtir efectos de cosa
juzgada, en razón de haber operado el fenómeno prescriptivo antes de producirse
su confirmación.

PONENTE(S) : MARINA PULIDO DE BARON


Auto Casación
FECHA : 23/08/2005
DECISION : Declara prescrita la acción penal, cesa todo
procedimiento
DELITOS : Estafa
PROCESO : 23895
PUBLICADA : No

20/09/2005

18/10/2005

NULIDAD-Principio de prioridad/ TRAFICO DE INFLUENCIAS DE SERVIDOR


PUBLICO-Circunstancia de agravación: Invocación de influencias reales o
similadas/ TRAFICO DE INFLUENCIAS DE SERVIDOR PUBLICO-Se configura/
ESTAFA AGRAVADA-Se invoquen influencias reales o simuladas/
INVESTIGACION PREVIA-Notificación de su iniciación/ COMPETENCIA
FUNCIONAL-Fiscalía/ FISCAL-Cambio: Es un acto administrativo y no judicial

1. Si se despenalizó la conducta objeto de la acusación a partir de la vigencia de


la ley 599 de ese año el debido proceso se habría quebrantado al proseguir con
una actuación respecto de la cual el Estado ya no contaba con el derecho de
acción penal, es prioritario frente a los demás que conforman la demanda porque
de prosperar tendría que dejarse sin efectos la sentencia y cesarse el
procedimiento al acusado, resultando carente de sentido de cara a esa
posibilidad el examen previo de censuras vinculadas a la validez del trámite
procesal o a irregularidades probatorias producidas en la sentencia.

En virtud del principio de prioridad, por lo tanto, según el cual el orden de


examen de los cargos se rige por la incidencia procesal de los mismos y no por el
orden de presentación, la Corte se referirá en primer lugar al último y, si no tiene
éxito, luego lo hará a los restantes.

2. La nueva codificación limitó la conducta punible a la utilización indebida por


parte del servidor público de influencias derivadas del ejercicio del cargo o de la
función, en su provecho o de un tercero, para la obtención de algún beneficio de
otro servidor público en un asunto del que esté conociendo o haya de conocer, lo
cual traduce, consiguientemente, que se dejó de considerar como atentatorio de
la administración pública la invocación de influencias reales o simuladas por
cualquier persona -servidor público o no-, cuando se utilicen como ardid o
engaño para inducir o mantener a otro en error y obtener, para sí o para un
tercero, aprovechamiento económico ilícito.

208
Esta última conducta, sin embargo, no dejó de ser punible sino que el legislador
de 2000 la ubicó como circunstancia de agravación punitiva de la estafa en el
artículo 247-3, así:

"La pena prevista en el artículo anterior será de 4 a 8 años cuando:

(...)

" Se invoquen influencias reales o simuladas con el pretexto o con el fin de


obtener de un servidor público un beneficio en asunto que éste se encuentre
conociendo o haya de conocer".

3. El tráfico de influencias se configura actualmente, entonces, por la utilización


indebida de las influencias derivadas del ejercicio del cargo o de la función
públicas; y la estafa agravada por la sola invocación de influencias reales o
simuladas con la finalidad de engañar y obtener un aprovechamiento económico
ilícito. En otras palabras, en el primer caso la intervención del servidor público
ante el funcionario que conozca o haya de conocer del asunto es condición para
que se estructure el tipo penal, mientras que en el segundo esa intervención se
promete falsamente, constituyéndose en el mecanismo que induce o mantiene al
otro en error y lo mueve a desprenderse de su patrimonio.

Puede suceder, no obstante, que el particular ofrezca ejercer una influencia


indebida ante un servidor público a cambio de una utilidad y en verdad lo haga.
En tal caso, si se tiene en cuenta que sólo puede incurrir en tráfico de influencias
el servidor público y que no se produjo engaño, ninguno de los delitos
comentados habría tenido ocurrencia. Y si la gestión prometida y cumplida no
incluyó el ofrecimiento de dinero u otra utilidad al funcionario, evento en el cual
se presentaría cohecho por dar u ofrecer (art. 407 del C.P. de 2000), y el
particular no se encuentra en las circunstancias del artículo 432 ibídem
(utilización de influencias derivadas del ejercicio de un cargo público
desempeñado en el año inmediatamente anterior), esa conducta no sería delictiva
de cara a la legislación vigente.

4. La Corte ha enfatizado en varias oportunidades que la falta de comunicación


de la resolución mediante la cual se ordena la investigación previa no es
constitutiva de irregularidad sustancial que deba remediarse a través del
mecanismo de la nulidad, toda vez que tratándose de una fase contingente que
obviamente no forma parte de la estructura del proceso y sometida a cierta
discrecionalidad del instructor, su existencia y validez no son dependientes del
acto de notificación al imputado conocido* ,

4. "El artículo 125-3 del Código de Procedimiento Penal (de 1991), modificado por
el 19 de la ley 81 de 1993, confiere a los Fiscales Delegados ante los Tribunales
Superiores de Distrito Judicial la facultad de desplazar a los Fiscales Delegados
ante los Juzgados del respectivo Distrito, en la investigación, calificación y
acusación de los asuntos a su cargo, previa resolución motivada que así lo
ordene. Igual atribución se concede al Fiscal General de la Nación y a los Fiscales
Delegados ante la Corte y el Tribunal Nacional (arts.121-2, 123-3, 124-5).

"Cuando el ente acusador hace uso de esta opción, no se presenta, como


equivocadamente lo plantea el censor, alteración de la competencia funcional; el
desplazamiento en estos casos es del funcionario, no de sus funciones, y por ello,
quien asume el conocimiento de la investigación debe hacerlo con respeto del
marco de competencia propio del Fiscal desplazado.

209
"Es por esto que la función acusatoria, de llegar a materializarse, debe cumplirse
ante el Juez del Fiscal que ha sido objeto de remoción, siendo este funcionario, y
no el Juez ante el cual cumple ordinariamente funciones el Fiscal que hace el
desplazamiento, el llamado a conocer de la etapa del juicio.

"De no ser así, habría que aceptar que a través de una resolución administrativa
del Fiscal General, o de sus Fiscales Delegados ante los Tribunales, se puede
modificar el sistema de competencia legalmente establecido, lo cual resulta
jurídicamente insostenible, en cuanto implicaría el desconocimiento de la
normatividad legal reguladora de la materia y, por contera, de la garantía
constitucional del juez natural, sin contar, además, la usurpación que de la
función legislativa por parte del Fiscal ello comportaría.

"En este orden de ideas, se tiene que la segunda instancia no puede resultar
afectada por el simple acto de reasignación del caso a un Fiscal Delegado de
mayor nivel o jerarquía que el habitualmente de conocimiento, siendo, por tanto,
ante el funcionario que debería conocer de la impugnación si el desplazamiento
no se hubiera presentado, ante quien debe surtirse el recurso. Propuesta en
sentido distinto no es posible en el régimen vigente y ha de tenerse como de lege
ferenda.

"Se exceptúa la hipótesis de desplazamiento por parte del Fiscal General de la


Nación, en cuanto que sus decisiones no admiten recurso distinto del de
reposición (art.121-2, modificado por el 17 de la ley 81 de 1993), lo cual resulta
explicable si se da en considerar que es el representante y director supremo del
ente acusador, razón por la cual los Fiscales ante la Corte, los Tribunales y los
Juzgados, son sus Delegados; luego mal podrían éstos entrar a revisar la
legalidad de sus providencias, en una manifiesta inversión de la operancia del
recurso de alzada" .
___________________________
* Cfr., entre otras, CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Penal, Sentencia -
Casación 18.743, marzo 17 de 2004, M.P., Dr. JORGE ANÍBAL GÓMEZ GALLEGO; Auto -
Casación 22.796, M.P., Dr. SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ, noviembre 11 de 2004; Sentencia -
Casación 20.612, junio 1º de 2005, M.P., Dr. MAURO SOLARTE PORTILLA.
** CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Penal. Sentencia - Casación 10.365, mayo
5 de 1998, M.P., Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL. Se reiteró el criterio jurisprudencial, entre
otras, en las siguientes sentencias: casación - 15.548, noviembre 25 de 1999, M.P., Dr. ÉDGAR
LOMBANA TRUJILLO; y, casación - 15.242, julio 23 de 2001, M.P., Dr. JORGE ANÍBAL GÓMEZ
GALLEGO.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 18/10/2005
DECISION : No casa
DELITOS : Tráfico de influencias
PROCESO : 19845
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

25/10/2005

ESTAFA AGRAVADA/ TENTATIVA/ PRESCRIPCION

No obstante, en el artículo 246 del Código Penal, Ley 599 de 2000, que es preciso
aplicar por favorabilidad, la estafa se sanciona con prisión máxima de 8 años; y

210
este guarismo se incrementa hasta en la mitad por razón de la cuantía, según lo
previsto en el artículo 267 ibídem, quedando el castigo más elevado en 12 años.

Como la conducta fue endilgada en la modalidad de tentativa, como lo indica el


artículo 27 de la misma codificación, la pena no puede superar las tres cuartas
partes del máximo. Siendo el máximo de 12 años, las tres cuartas partes
equivalen a 9 años.

PONENTE(S) : EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Auto Casación
FECHA : 25/10/2005
DECISION : Declara prescrita la acción, cesa todo
procedimiento
DELITOS : Tentativa de estafa
PROCESO : 23753
PUBLICADA : No

24/11/2005

PRESCRIPCION/ DESTRUCCION, SUPRESION Y OCULTAMIENTO DE


DOCUMENTO PRIVADO/ ESTAFA

El delito de falsedad por destrucción, supresión y ocultamiento de documento


privado tiene adscrita en los Códigos Penales de 1980 y de 2000, pena privativa
de la libertad de 1 a 6 años de prisión (artículos 224 y 293, respectivamente). Por
consiguiente, el término prescriptivo para este delito en la etapa de la causa
frente a cualquiera de los dos estatutos sería de cinco (5) años, contados a partir
de la ejecutoria de la resolución de acusación.

El delito de estafa en el Código Penal de 1980 tenía adscrita pena privativa de la


libertad de 1 a 10 años (artículo 356). Pero si se trataba de estafa agravada por la
cuantía, como en el presente caso, la pena imponible oscilaba entre 16 meses y
15 años, según lo dispuesto en el artículo 372 ejusdem. Por ende, el término
prescriptivo frente a este estatuto sería de 7 años y 6 meses, contados a partir de
la ejecutoria de la resolución de acusación.

En el Código Penal de 2000 (ley 599) el delito de estafa tiene adscrita pena
privativa de la libertad de 2 a 8 años (artículo 246). Cuando es agravado por la
cuantía, la pena oscila entre 32 meses y 12 años, de acuerdo las previsiones
contenidas en el artículo 267 ejusdem. En consecuencia, el término prescriptivo
frente a este estatuto sería de seis años, contados a partir de la ejecutoria de la
resolución de acusación. Por favorabilidad, por tanto, debe ser ésta, y no la
anterior normatividad la que debe ser tenida en cuenta para los efectos
prescriptivos.
...

Se declarará por tanto la prescripción de la acción penal y se dispondrá la


cesación de todo procedimiento contra los acusados, previa advertencia al
Tribunal que su decisión de abstenerse de pronunciarse sobre las solicitudes de
prescripción constituye un acto de omisión reprobable, pues encontrándose el
proceso a su disposición en el trámite del recurso de casación, y en tratándose de
una causal de extinción objetiva, era su obligación pronunciarse sobre ellas.

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Auto Casación

211
FECHA : 24/11/2005
DECISION : Declara prescrita la acción penal
DELITOS : Estafa agravada, Falsedad por destrucción de
documento privado
PROCESO : 24081
PUBLICADA : No

28/02/2006

NULIDAD-Falta de competencia/ FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA/


COSA JUZGADA/ NON BIS IN IDEM/ DEMANDA DE CASACION-Factores a
tener en cuenta/ DEMANDA DE CASACION-Principio de limitación/ FALSO
JUICIO DE EXISTENCIA-Técnica en casación/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/
EJECUTORIA DE LAS PROVIDENCIAS-No hay ejecutorias parciales/ DELITO
MASA/ ESTAFA AGRAVADA

1. La nulidad por falta de competencia está antitécnicamente planteada, pues la


jurisprudencia de la Sala tiene establecido que la censura por este motivo de
casación es de fundamentación mixta, puesto que si bien debe formularse al
amparo de la causal tercera, su desarrollo debe seguir los lineamientos técnicos
de la primera, porque la lógica indica que a esta clase de desaciertos se llega a
través de vicios in iudicando, es decir en el acto mismo de juzgar, ya sea
directamente por incurrir en errores en el plano del puro raciocinio jurídico que
determinaron la falta de aplicación, la exclusión evidente o la interpretación
errónea de disposiciones de derecho sustancial, y por tal vía, de aquellas que
establecen la competencia del juzgador, o de modo indirecto a través de la errada
apreciación probatoria, que lo llevan a aceptar una competencia que no se tiene.

Si en la fundamentación del cargo el censor opta por la vía directa, es su deber


indicar las disposiciones que el juzgador aplicó indebidamente y las que
correlativamente dejó de aplicar, o aquellas en las que se equivocó en fijar su
contenido o alcance y las razones jurídicas de este desacierto, sin que por dicha
vía resulte procedente controvertir la apreciación probatoria.

En cambio, si considera que la trasgresión a la ley se originó en errores de


apreciación probatoria, es deber concretar cada uno de ellos, si de existencia,
identidad, legalidad o convicción, y demostrar su trascendencia o incidencia en la
violación de la ley, y, por ende, la falta de competencia del órgano jurisdicente
con compromiso de la validez del juicio.

2. Se impone para el demandante la obligación de demostrar una cualquiera de


las siguientes hipótesis: Que el fallo carece totalmente de motivación; que siendo
motivado, es dilógico o ambivalente; o, que su motivación es incompleta* .

La ausencia absoluta de motivación se configura cuando no se precisan las


razones de orden probatorio y jurídico que soportan la decisión; la motivación es
ambivalente cuando contiene posturas contradictorias que impiden conocer su
verdadero sentido; y, será precaria o incompleta, cuando los motivos que se
exponen no alcanzan a traslucir el fundamento del fallo.

Pero para evaluar un cargo por la primera de las modalidades señaladas, que es
a la que se refiere el demandante, es preciso tener en cuenta que no es lo mismo
que una providencia judicial adolezca de defectos de motivación, por ausencia
absoluta de las razones de orden probatorio y jurídico que soportan la decisión, a
que la argumentación traída por el fallador no cumpla con las expectativas del

212
sujeto procesal, que la tilda de inadecuada, desacertada o insuficiente en su
fundamentación fáctica, jurídica o probatoria, hipótesis que se refleja
precisamente en el ataque elevado por el demandante en este asunto.

Sólo en la primera hipótesis el error será susceptible de ser atacado dentro del
marco de la causal tercera, mientras que en el segundo el error es de juicio, caso
en el cual debe ser ventilado en el ámbito de la causal primera, demostrando los
errores de fundamentación fáctica, jurídica o probatoria que llevan a tildarla de
inadecuada, desacertada o insuficiente.

3. En efecto, la infracción del principio de prohibición de doble incriminación


presupone la existencia de más de una investigación penal contra una misma
persona por unos mismos hechos, o la iniciación de una nueva por hechos ya
definidos con carácter de cosa juzgada respecto de un mismo sujeto.

4. En cuanto que su fundamentación debe seguir los lineamientos técnicos de la


causal primera, porque la lógica indica que a esta clase de desaciertos se llega a
través de vicios in iudicando.

5. La Sala tiene determinado que los requisitos formales de la demanda de


casación no sólo hacen referencia a su contenido lógico armónico, es decir a su
corrección formal, sino que también deben contener una corrección material. Ello
significa que entre las piezas procesales sobre las que se fundamenten los cargos
y la presentación que se haga de ellas en la demanda, debe existir una relación
de correspondencia objetiva** , respetando siempre su realidad.

En tales eventos, ha dicho también la Sala, no se trata de determinar a priori la


prosperidad de la demanda, sino de prevenir que la corrección formal de la
misma no esté sustentada sobre inexactitudes o mendacidades, conscientes o
inconscientes, pero en todo caso advertibles a simple vista.

Los antecedentes del caso debatido en una demanda de casación son


vinculantes, no sólo porque la ley bajo la cual se rige el presente caso los incluye
dentro de sus requisitos formales (numeral 2º del artículo 212 de la Ley 600 de
2000), sino porque los mismos son presupuesto del análisis que debe emprender
la Corte cuando revisa su aspecto formal, pues de ello dependerá muchas de las
veces que la Sala encuentre correctamente demostrado un cargo en casación.

6. La calificación jurídica contenida en la acusación es un presupuesto esencial


de la censura por incongruencia entre la acusación y la sentencia, por lo que le
estaba vedado al demandante modificar la realidad procesal contenida en una
cualquiera de tales piezas procesales.

7. Cuando la censura se postula bajo la forma de error de hecho por falso juicio
de existencia debido a la omisión de elementos probatorios es indispensable
seguir las siguientes pautas: (i) señalar la prueba cuyo análisis fue omitido en la
valoración del juzgador; (ii) especificar cuál la expresión objetiva de la prueba; (iii)
explicar la manera en que incorporada su valoración, la fuerza persuasiva que
contiene trasciende en el cuerpo del fallo al punto de determinar la modificación
del sentido de la decisión.

8. Ante los insalvables defectos de orden técnico y de fundamentación, que la


Corte no puede enmendar por virtud del principio de limitación que gobierna la
casación se inadmitirá la demanda y se declarará desierto el recurso a nombre
del procesado (...), de conformidad con la previsión contenida en el artículo 213
del Código de Procedimiento Penal.

213
9. En punto de la trascendencia de un yerro de esta naturaleza, de nada sirve
acreditar el falso juicio de existencia frente a algunos de los elementos de prueba
que se resienten de aquel defecto -ignorados o supuestos-, si los restantes que
obran en el proceso soportan las premisas conclusivas del fallador, lo cual
impone, necesariamente, que el ataque a través de éste error de hecho se
acompañe del examen global de todo el material probatorio que fue objeto de
valoración en el fallo impugnado, a fin de demeritar la prueba en la que se
fundamentó la sentencia cuestionada.

10. Cuando se acude el error de hecho por falso juicio de identidad, es deber del
censor acreditar que uno es el contenido material del medio probatorio
deformado, y otro muy diferente el valor que el juzgador le otorga, al extremo de
hacerle decir a esa probanza algo distinto de lo que en realidad dice, por lo cual
el sentido de la decisión se altera.

11. Su discurso deja en evidencia un claro desconocimiento del fenómeno del


concurso de hechos punibles, regulado en el artículo 26 del Código Penal de
1980 (hoy artículo 31 de la Ley 599 de 2000), de acuerdo con el cual es posible
que con una misma acción u omisión se infrinjan varias disposiciones de la ley
penal, entre otras posibles alternativas.

12. El falso juicio de identidad se deriva de la distorsión del contenido material


de una determinada prueba, error sustancialmente distinto del que proviene del
desconocimiento de las reglas de la sana crítica en la valoración de su mérito
persuasivo, o en la construcción de las inferencias lógicas de contenido
probatorio, los que la jurisprudencia ha catalogado como falsos raciocinios.

El primero es de carácter esencialmente objetivo, y su demostración implica


hacer evidentes dos aspectos, a saber: a) Que los fallos apreciaron la prueba
contrariando su texto o literalidad y b) Que este desacierto condujo a una
decisión contraria a la ley.

En cambio, el llamado falso raciocinio surge cuando el fallador, en el proceso de


evaluación racional del mérito de las pruebas, o en la construcción de las
inferencias lógicas obtenidas de ella, se aparta de las reglas de la sana crítica,
declarando por virtud de ese yerro una verdad fáctica distinta de la que revela el
proceso.

13. Según el artículo 197 del Código de Procedimiento Penal que regía para la
fecha en que se profirió la acusación en este caso (decreto 2700 de 1991), hoy
artículo 187 de la Ley 600 de 2000, las decisiones judiciales quedaban y quedan
ejecutoriadas, tres (3) días después de notificadas si no se han interpuesto los
recursos dentro del término legal o, o si es el caso, una vez se resuelvan las
impugnaciones o se surta el grado jurisdiccional de la consulta.

Con base en ese precepto, la jurisprudencia de esta Corte ha venido


considerando pacíficamente, tratándose de la sentencia y la acusación, que
independientemente de la actitud omisiva de alguna o algunas de las partes, la
impugnación de una sola de ellas, difiere la ejecutoria para todos, máxime
cuando tales decisiones siempre son apelables en el efecto suspensivo,
mecanismo de acuerdo con el cual, por regla general, se detiene su cumplimiento
y, obviamente, también se paraliza la competencia del inferior para ejecutarlo
hasta cuando se decida lo pertinente por el superior funciona*** .

214
El legislador no prevé la posibilidad de ejecutorias parciales o fragmentarias de la
resolución acusatoria respecto de los sujetos procesales que no la impugnaron,
ni de quienes únicamente interponen el recurso de reposición
_________________________________
*Ver, entre otros, casación del 5 de noviembre de 1997, radicado 9952.
**Auto del 25 de abril de 2002, radicado No. 15.782.
***Ver, entre otras, decisiones del 10 de diciembre de 1997, radicado No. 13.154 y del 30 de
septiembre de 2005, radicado No. 24.180

PONENTE(S) : SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ


Auto Casación
FECHA : 28/02/2006
DECISION : Niega prescripción, inadmite la demanda
presentada
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 24783
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

18/05/2006

ESTAFA-Momento de consumación/ DEFENSA TECNICA-Ausencia en el proceso


penal

1. La estafa, como acertadamente lo destaca el Procurador Delegado en su


concepto, es un delito de resultado, que se consuma con la obtención del
provecho ilícito, por lo que mientras él no se produzca, o no se obtenga una
ventaja de contenido patrimonial, no resulta posible afirmar que la conducta
típica ha tenido cabal realización, ni por ende, que se ha consumado .*

2. Si el bien jurídico protegido es el patrimonio económico, de allí se deriva que el


momento de consumación de la estafa, sólo puede ser aquél en que se
materializa la defraudación patrimonial buscada a través de los medios
artificiosos o engañosos, independientemente del momento en que estos se
produzcan.

3. La designación de un defensor de oficio para que asista al procesado durante


el curso del proceso cuando aquél no provea a su defensa, no es suficiente. En
tales eventos se hace necesario que el abogado a quien se encargue la función
realice actividades tendientes a garantizar al procesado la oposición a los cargos
que el Estado formula en su contra, o la reducción de su compromiso penal.

En tal sentido, la jurisprudencia de la Corte también ha sido reiterativa en


señalar que para que la pasividad del defensor pueda considerarse como
estrategia defensiva debe responder a elementos de juicio que permitan esa
inferencia. Si por el contrario, dicha inactividad obedece a la simple desidia o a la
deliberada intención de desentendimiento de las funciones del defensor, procede
reconocer la desprotección de la garantía fundamental.

4. Al estudiar la ausencia de defensa técnica en el proceso penal y sus


implicaciones en la eficacia de la actuación, la jurisprudencia de la Sala ha
distinguido tres situaciones: a) ausencia absoluta de asistencia profesional
durante todo el proceso -investigación y juzgamiento-; b) ausencia de asistencia
profesional durante toda la fase de la investigación, o toda la fase del

215
juzgamiento; y, c) ausencia de asistencia profesional durante períodos del trámite
de la investigación, o del juzgamiento.
_________________
*Ver sentencia de casación del 4 de abril de 2001, radicado No. 10.868.

PONENTE(S) : SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ


Sentencia Casación
FECHA : 18/05/2006
DECISION : Casa y declara nulidad
DELITOS : Estafa
PROCESO : 23052
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

25/05/2006

VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Técnica en casación/ ESTAFA-


Revisor Fiscal: Funciones

1. La Corte parte del presupuesto de que los censores aceptan los hechos, las
pruebas y la valoración que de ellas se hizo en las instancias, pues por la vía de
la violación directa, como reiteradamente se ha señalado, el yerro de los
juzgadores recae inmediatamente sobre la normatividad, lo cual centra el debate
a un ámbito estrictamente jurídico, sea porque se deja de lado el precepto
regulador de la situación específica demostrada, ora porque el hecho se adecua a
un precepto estructurado con supuestos distintos a los establecidos o bien
porque se desborda la interpretación propia de la disposición aplicable al caso
concreto.

Ahora, la aplicación indebida ocurre cuando el juez desatina en la adecuación de


la norma. El error en este evento se manifiesta en la falsa adecuación de los
hechos probados a los supuestos que contempla la norma, ya que los sucesos
procesalmente reconocidos no coinciden con las hipótesis condicionantes del
precepto.

2. De acuerdo con los artículos 204 a 217 del Código de Comercio, el revisor
fiscal debe velar por el funcionamiento regular del ente que vigila. Sobre sus
funciones, dijo la Sala en anterior oportunidad que:

"Está en la obligación de indagar la marcha de los negocios sociales con el fin de


que se lleven a cabo las actividades con sujeción a los estatutos, y a las
decisiones de la junta directiva. La labor del revisor no es pasiva, ya que debe
hacer un examen crítico de los hechos y actuaciones de los miembros de la junta
o del gerente pues si un hecho no se ha desarrollado de conformidad con la ley o
los estatutos el acto debe someterse a estudio y decisión del órgano social con
un informe del Revisor y si se ha presentado la comisión de algún acto irregular
su deber es informar a quienes en alguna forma intervinieron en él para que se
adopte la conducta conducente, bien para rectificar el acto, o bien para dejar a
salvo su responsabilidad.

"En cuanto a los estados financieros debe autorizar con su firma los balances y
rendir dictamen sobre los puntos enunciados en el artículo 208 del Código de
Comercio".

PONENTE(S) : SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ

216
Sentencia Casación
FECHA : 25/05/2006
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 24783
PUBLICADA : No

08/06/2006

ESTAFA-Noción: Elementos

1. En el caso de la estafa, la norma exige que el resultado (obtención de un


provecho económico), esté antecedido de varios actos, a saber: (i) Que el sujeto
agente emplee artificios o engaños sobre la víctima, (ii) que la víctima incurra en
error por virtud de la actividad histriónica del sujeto agente, (iii) que debido a
esta falsa representación de la realidad (error) el sujeto agente obtenga un
provecho económico ilícito para sí o para un tercero, y (iv) que este
desplazamiento patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo . *

Como puede verse, el precepto, además de exigir la presencia de ciertas


modalidades conductuales previas a la obtención del resultado (provecho ilícito),
demanda que las mismas se presenten en específico orden cronológico (primero
el artificio, luego el error y después el desplazamiento patrimonial), y que entre
ellas exista un encadenamiento causal inequívoco, es decir que el uno conduzca
necesariamente al otro, de suerte que si estos requerimientos conductuales no se
presentan, o presentándose concurren en desorden, o la cadena causal se rompe,
trastoca o invierte, no podrá hablarse de delito de estafa.
______________________
* El artículo 356 del Código Penal de 1980, norma bajo cuya vigencia ocurrieron los hechos, es
del siguiente tenor: El que induciendo o manteniendo a otro en error, por medio de artificios o
engaños, obtenga provecho ilícito para sí o para un tercero con perjuicio ajeno, incurrirá en
prisión de uno a diez años y multa de un mil a quinientos mil pesos.

PONENTE(S) : MAURO SOLARTE PORTILLA


Sentencia Casación
FECHA : 08/06/2006
DECISION : Casa el fallo
DELITOS : Estafa
PROCESO : 24729
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : Véase también en - Internet

27/06/2006

ESTAFA-Momento de consumación

1.Reiterada y variada es la jurisprudencia de la Sala, en la que se sostiene que en


relación con el delito de estafa, cuya conducta es de ejecución instantánea, en la
medida en que la infracción se perfecciona en "el lugar donde el agente incorpora
a su haber patrimonial bienes o derechos que hasta ese momento pertenecían a
la víctima o a un tercero, y de los cuales el estafado se desprende, no por
expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de la
realidad, situación a la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras o

217
los hechos fingidos" , el competente para el conocimiento del asunto es aquél
donde se llevó a cabo la conducta defraudatoria.

PONENTE(S) : EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 27/06/2006
DECISION : Asigna conocimiento al Juzgado 2 P.Mun. de
Pitalito - Huila
DELITOS : Estafa
PROCESO : 24946
PUBLICADA : No

28/09/2006

ESTAFA AGRAVADA-Prescripción

1. Teniendo en cuenta el tránsito legislativo ocurrido durante el trámite de la


presente actuación, necesariamente debe concluirse que ha prescrito la acción
penal, en lo que corresponde a los hechos ocurridos en agosto de 1989, por los
que se profirió resolución de acusación el 22 de julio de 1999 por el delito de
estafa agravada por la cuantía, en decisión que cobró ejecutoria el 12 de agosto
del mismo año. Éstos son los mismos por los que se profirió sentencia de
condena, pues en relación con los hechos de 1994 y 1995, por los que también se
acusó por estafa agravada el 24 de marzo de 2000*, (.........................................)
fue absuelto en primera instancia, decisión que recibió confirmación del
Tribunal.

Dicha infracción, la estafa, para la época de los hechos, estaba sancionada por el
artículo 356 del Decreto 100 de 1980 con prisión de 1 a 10 años y multa de 1000
a 500 mil pesos; las cuales se incrementan de una tercera parte a la mitad en los
eventos señalados en el artículo 372 ibídem.

Por su parte, el artículo 246 de la Ley 599 de 2000, reprime la estafa con prisión
de 2 a 8 años y multa de 50 a 1000 salarios mínimos legales mensuales, cuando
la cuantía de lo timado supera los 10 salarios mínimos legales mensuales, como
en este caso. Dicha pena, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 267
ibídem, también se incrementa de la tercera parte a la mitad, en los casos allí
señalados, uno de los cuales está relacionado con la cuantía.

Así, indudablemente que la normatividad de mayor beneficio es la contenida en


la Ley 599 de 2000, en tanto que la pena máxima para la estafa se establece
conforme a ella en 12 años de prisión, mientras que con el Decreto 100 de 1980,
se fijaría en 15.

Ahora bien, y como acorde a lo dispuesto en el artículo 86 del mismo


ordenamiento, el término prescriptivo de la acción penal se interrumpe con la
resolución acusatoria o su equivalente debidamente ejecutoriada, pues a partir
de entonces comienza a contarse de nuevo por un tiempo igual al de la mitad del
máximo establecido en la ley, sin que en ningún caso sea inferior a 5 años,
obligado resulta concluir que en el presente evento dicho fenómeno se consolidó
con posterioridad al 12 de agosto de 2005, cuando transcurrieron 6 años
después de ejecutoriada la acusación dictada el 22 de julio de 1999. Dicho lapso
se cumplió mientras se surtía en el Tribunal lo pertinente al recurso
extraordinario de casación.

218
Ahora bien, en lo que tiene que ver con la acción civil, atendiendo lo dispuesto en
el artículo 98 de la Ley 599 de 2000 la decisión que aquí se adopta con respecto
a los hechos ocurridos en 1989 y de los que fue víctima
(........................................), conlleva igualmente a declarar su prescripción, toda
vez que se ejerció al interior de la actuación penal.

Así las cosas, se declarará la prescripción de la acción penal por el delito de


estafa agravada, por el que fue condenado(........................................) en
resolución del 22 de julio de 1999, según denuncia formulada por
(..........................................); y en consecuencia se cesará todo procedimiento al
respecto.
______________________________________________________________
* Como se anotó en el acápite de antecedentes, esta decisión cobró ejecutoria el 20 de octubre de
2000.

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Auto Casación
FECHA : 28/09/2006
DECISION : Inadmite la demanda de casación, Declara
prescrita la acción
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 25245
PUBLICADA : No

RECURSO DE CASACION-Para su procedencia se tiene en cuenta la norma


vigente al momento de comisión del delito/ DECISIONES JUDICIALES-
Motivación: Función endoprocesal y extraprocesal/ MOTIVACION DE LA
SENTENCIA-Garantía fundamental de los postulados del Estado de Derecho/
FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA-Hipótesis/ REPARACION DEL
DAÑO-La novación como mecanismo para reparar el daño/ ESTAFA-Elementos
estructurales del tipo

1. La Sala venía sosteniendo que para efectos de la concesión y trámite del


recurso de casación se debían tener en cuenta las normas vigentes al momento
en que se dicta la sentencia de segunda instancia, pues era el denominado hecho
jurídica o procesalmente relevante objeto de inconformidad y que sólo una vez
proferido surge el agravio que se pretende aliviar con el derecho de impugnación
del respectivo sujeto procesal afectado en sus intereses. Y que para los efectos
del debido proceso casacional no tenía ninguna incidencia la ley procesal vigente
al momento de la conducta punible.

Esta postura cambió con la entrada en vigencia del artículo 6° de la ley 906 de
2000 que señala que

"Nadie podrá ser investigado ni juzgado sino conforme a la ley procesal vigente al
momento de los hechos",

y con las razones expuestas por esta corporación , de manera que el marco de
aplicación de la ley para efectos de la impugnación extraordinaria será la
normatividad vigente al momento de la comisión del delito.

2. El principio de motivación de las decisiones judiciales desempeña una doble


función: (i) endoprocesal: en cuanto permite a las partes conocer el
pronunciamiento sirviendo de enlace entre la decisión y la impugnación, a la vez
que facilita la revisión por el tribunal ad quem; y (ii) función general o

219
extraprocesal: como condición indispensable de todas las garantías atinentes a
las formas propias del juicio, y desde el punto de vista político para garantizar el
principio de participación en la administración de justicia, al permitir el control
social difuso sobre el ejercicio del poder jurisdiccional*.

3. El derecho de motivación de la sentencia se constituye en un principio de


justicia que existe como garantía fundamental derivada de los postulados del
Estado de Derecho, en tanto que el ejercicio jurisdiccional debe ser racional y
controlable (principio de transparencia), asegura la imparcialidad del juez y
resguarda el principio de legalidad.

Para el cabal ejercicio del derecho de contradicción, se demanda del funcionario


judicial la motivación de sus decisiones para conocer debidamente sus
argumentos que le sirven de sustento y así poder con mejor facilidad emprender
la tarea de su contradicción bien sea controvirtiendo la prueba que le sirvió de
soporte, allegando nuevos elementos de juicio que le desvirtúen o, en últimas,
impugnando la providencia correspondiente.

...las decisiones que tome el juez, que resuelven asuntos sustanciales dentro del
proceso -v.gr. una sentencia-, deben consignar las razones jurídicas que dan
sustento al pronunciamiento; se trata de un principio del que también depende
la cabal aplicación del derecho al debido proceso pues, en efecto, si hay alguna
justificación en la base de las garantías que reconocen la defensa técnica, el
principio de favorabilidad, la presunción de inocencia, el principio de
contradicción o el de impugnación -todos reconocidos por el art. 29 Const. Pol.-,
ha de ser precisamente la necesidad de exponer los fundamentos que respaldan
cada determinación, la obligación de motivar jurídicamente los pronunciamientos
que profiere el funcionario judicial**.

Esta garantía fue prevista en una norma positiva expresa en nuestro


ordenamiento constitucional anterior***, ahora el art. 55 de la Ley 270 de 1996,
Estatutaria de la Administración de Justicia, impone al juez el deber de hacer
referencia a los hechos y asuntos esgrimidos por los sujetos procesales, al igual
que lo hacen los arts. 3 de la Ley 600 de 2000 que en cuanto a sus normas
rectoras establece que el funcionario judicial "deberá motivar" las medidas que
afecten derechos fundamentales de los sujetos procesales, y 170 y 171, pues la
providencia judicial no puede ser una simple sumatoria arbitraria de motivos y
argumentos, sino que requiere una arquitectura de construcción argumentativa
excelsa, principal muestra de lealtad del juez hacia la comunidad y hacia los
sujetos procesales.

Configura uno de los pilares fundamentales del Estado Democrático y Social de


Derecho, al garantizar que una persona investida de autoridad pública y con el
poder del Estado para hacer cumplir sus decisiones, resuelva, de manera
responsable, imparcial, independiente, autónoma, ágil, eficiente y eficaz, los
conflictos que surjan entre las personas en general, en virtud de los cuales se
discute la titularidad y la manera de ejercer un específico derecho, consagrado
por el ordenamiento jurídico vigente****,

De manera que puede que sea concebida desde este enfoque como la
contrapartida del derecho constitucional del libre acceso a la jurisdicción efectiva
en virtud del cual todas las personas tienen derecho a obtener tutela judicial
material que concluya con una decisión final motivada, razonable y fundada en el
sistema de fuentes (art. 230 Const. Pol.), presentando desde luego pretensiones
legítimas pues no resulta suficiente la posibilidad formal de llegar ante los jueces
con la simple existencia de una estructura judicial lista a atender las demandas

220
de los asociados, porque su esencia reside en la certeza que en los estrados
judiciales se surtirán los procesos a la luz del orden jurídico aplicable, con la
objetividad y la suficiencia probatoria que aseguren un real y ponderado
conocimiento del fallador acerca de los hechos materia de su decisión*****.

4. La Sala al ocuparse de las situaciones que pueden conducir a la anulación de


la sentencia por falta de motivación, ha identificado cuatro (4),

"distinguiendo entre (i) ausencia absoluta de motivación, (ii) motivación


incompleta o deficiente, (iii) motivación ambivalente o dilógica y (iv) motivación
falsa; las tres primeras como errores in procedendo enjuiciables a través de la
causal tercera y la última como vicio de juicio atacable por vía de la causal
primera cuerpo segundo.

En la primera el fallador no expone las razones de orden probatorio ni los


fundamentos jurídicos en los cuales sustenta su decisión; en la segunda, omite
analizar uno de los dos aspectos señalados o los motivos aducidos son
insuficientes para identificar las causas en las que ella se sustenta; en la tercera
las contradicciones que contiene la motivación impiden desentrañar su verdadero
sentido o las razones expuestas en ella son contrarias a la determinación
finalmente adoptada en la resolutiva; y, en la cuarta la motivación del fallo se
aparta abiertamente de la verdad probada". ******

5. El artículo 1687 del Código Civil dispone:

"La novación es la sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual


queda por tanto extinguida."
El artículo 1692 de la misma codificación enseña:

"Si la antigua obligación es pura y la nueva pende de una condición suspensiva,


o si, por el contrario, la antigua pende de una condición suspensiva y la nueva es
pura, no hay novación, mientras está pendiente la condición; y si la condición
llega a fallar o si antes de su cumplimiento se extingue la obligación antigua, no
habrá novación."

De otra parte, el artículo 1693 indica:

"Para que haya novación es necesario que lo declaren las partes, o que aparezca
indudablemente que su intención ha sido la de novar, porque la nueva obligación
envuelve la extinción de la antigua.

Si no aparece la intención de novar, se mirarán las dos obligaciones como


coexistentes, y valdrá la obligación primitiva en todo aquello que la posterior no
se opusiere a ella, subsistiendo en esa parte los privilegios y cauciones de la
primera."

La jurisprudencia especializada ha considerado que no todo cambio o


modificación que se introduzca a una obligación genera novación, siendo
indispensable que el cambio o modificación sea de tal naturaleza que haya dado
nacimiento a una obligación nueva, extinguiendo la antigua, acto jurídico que se
califica de objetivo o subjetivo según se modifique el objeto o cualquiera de los
sujetos de la obligación. En lo que tiene que ver con la novación objetiva,

"ella se surte mediante acuerdo de voluntades entre los mismos sujetos acreedor
y deudor de la obligación primitiva, acuerdo de voluntades en virtud del cual
estos dan por extinguida dicha obligación primitiva, pero reemplazándola por

221
otra nueva que difiere de aquella por el aspecto real de su estructura, dejando de
esta manera el deudor de serlo respecto de la primera obligación, para pasar a
serlo únicamente de la segunda. Siendo entendido que estos efectos simultáneos:
extintivo, de un lado, y constitutivo del otro, deben aparecer claramente queridos
por las partes (animus novandi), ya porque así lo declaren expresamente, ya
porque del acto se deduzca indudablemente que su intención ha sido esta. El
animus novandi, pues, no se presume (art. 1693 del Código Civil)"******* .

El artículo 42 de la ley 600 de 2000 señala que, entre otros, en los procesos que
se adelanten por conductas punibles contra el patrimonio económico, la acción
penal se extinguirá para todos los sindicados "cuando cualquiera repare
integralmente el daño ocasionado."

Con base en los precedentes normativos y jurisprudenciales que se acaban de


evocar, entre las partes involucradas no hubo acuerdo de novación de la
obligación inicial, como tampoco los procesados han cumplido con las
obligaciones contenidas en el contrato de promesa de compraventa del inmueble,
ni han devuelto el dinero que como precio recibieron.

Lo que los medios de prueba acreditan, como con acierto lo destaca la


Procuradora Delegada, es que ante el incumplimiento de pagar la hipoteca y
escriturar la transferencia del dominio sobre casa de habitación vendida, el
denunciante (.................................................) requirió al vendedor
(...........................................................) para que le devolviera el precio pagado,
ofreciéndole éste suscribir un pagaré con su compañera
(...............................................), el cual le entregó el 29 de julio de 1999, sin que
en el texto del mismo apareciera la firma de la mencionada señora como
codeudora, y en las claúsulas adiciones se consignó:

"ANTES DE LA FECHA DE VENCIMIENTO DE ESTE PAGARÉ LOS DEUDORES


PUEDEN HACER LA ESCRITURA PÚBLICA DE LA CASA DE HABITACIÓN AL
SEÑOR RAÚL VALENCIA, UNA VEZ QUEDE LIBRE DEL GRAVAMEN
HIPOTECARIO QUE PESA SOBRE ELLA Y A FAVOR DE COLMENA, QUEDANDO
ASÍ SIN VALOR ESTE PAGARÉ.

SI ESTO NO SE CUMPLE HASTA EL 31.12.2000 LOS DEUDORES DEBEN


CANCELAR EL VALOR DEL PAGARÉ AL SEÑOR (......................................)."

Bajo estos presupuestos las dos obligaciones coexisten, manteniendo vigencia la


contenida en la promesa de compra venta en todo aquella que el pagaré no se
oponga.

Lo trascendentes es que el procesado (.................................................) ni su


mandatario (..............................................) cumplieron ninguna de las
obligaciones, pues ni suscribieron la escritura pública del inmueble, ni
restituyeron los $45.000.000 recibidos como precio de la venta, de manera que
resulta improcedente la pretensión del libelista para que se dé cumplimiento a lo
dispuesto en el artículo 42 de la ley 600 de 2000, porque se reitera no existió la
reparación integral del daño ocasionado.

6. En atención al texto legal, como elementos integrantes del tipo penal suelen
enumerarse: (i) El empleo de artificios o engaños; (ii) la inducción en error; (iii) el
provecho ilícito; y, (iv) el perjuicio.

Frente a este tipo penal la jurisprudencia ha sostenido que la inducción en error


debe preceder al provecho ilícito y al daño, porque en relación con este:

222
"nuestra legislación (lo) coloca al lado de los artificios como medios de la estafa,
pues si bien en este caso no se requiere una representación ni una apariencia
material externa para inducir en error a la víctima si se necesita presentar ante
ésta una falsa apariencia lógica o sentimental para moverla a engaño, como
cuando se hace creer, sin otro recurso que las palabras, en la existencia de
grandes empresas o de poder económico o en créditos que no existen o en la
segura ocurrencia de acontecimientos que se sabe no van a tener lugar, etc.

Todo esto debe ir acompañado por un elemento subjetivo adecuado consistente


en la conciencia de estar usando artificios o engaños con el propósito de inducir
a alguien en error para procurarse así mismo o a otro un provecho injusto.

Es obvio que ese dolo tiene que ser anterior al momento en que el sujeto pasivo
es engañado y también a aquél en que éste se despoja de la cosa y la entrega al
agente o a otra persona.

También debe existir un nexo de causalidad entre la acción del culpable y el error
producido en la mente de la víctima así como entre éste y la entrega de la cosa y
entre todos esos elementos y el daño que se produce a la víctima del error o a un
tercero.

Faltando cualquiera de esos eslabones de la cadena causal viene a menos la


estafa, lo mismo que cuando se altera el orden de ellos.

Significa lo anterior que la inducción en error debe preceder al provecho ilícito y


al daño.

Cuando las maniobras engañosas, consisten o no en una "mise en scene", son


posteriores a la entrega de la cosa no puede hablarse de estafa"********.

Volviendo sobre el mismo tema en reciente oportunidad se reitero que

"el precepto"********* , además de exigir la presencia de ciertas modalidades


conductuales previas a la obtención del resultado (provecho ilícito), demanda que
las mismas se presenten en específico orden cronológico (primero el artificio,
luego el error y después el desplazamiento patrimonial), y que entre ellas exista
un encadenamiento causal inequívoco, es decir que el uno conduzca
necesariamente al otro, de suerte que si estos requerimientos conductuales no se
presentan, o presentándose concurren en desorden, o la cadena causal se rompe,
trastoca o invierte, no podrá hablarse del delito de estafa**********.
________________________________________________________________
* Al respecto, Michele Taruffo, citado por Gladis E. de Midón en su libro sobre la casación, dice lo
siguiente: "La obligación constitucional de motivación nace efectiva del Estado persona,
autocrático y extraño respecto a la sociedad civil, y de la consiguiente afirmación de los principios
por los cuales la soberanía pertenece al pueblo." Esta transformación del modo de concebir la
soberanía significa, en el plano jurisdiccional, "que la providencia del juez no se legitima como
ejercicio de autoridad absoluta, sino como el juez rinda cuenta del modo en que se ejercita el
poder que le ha sido delegado por el pueblo, que es el primer y verdadero titular de la soberanía."
"A través del control (social difuso), y antes por efecto de su misma posibilidad (con el deber de
justificar las decisiones judiciales), el pueblo se reapropia de la soberanía y la ejercita
directamente, evitando que el mecanismo de la delegación se transporte en una expropiación
definitiva de la soberanía por parte de los órganos que tal poder ejercitan en nombre del pueblo".
**CORTE CONSTITUCIONAL, Sent. C-252 de 2001. También, Sents. T-175 de 1997, T-123 de
1998 y T-267 de 2000.
***Constitución Política de 1886, art. 161. "Toda sentencia deberá ser motivada."
****CORTE CONSTITUCIONAL, Sent. C-242 de 1997.
*****CORTE CONSTITUCIONAL, Sent. C-242 de 1997.

223
****** CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sent. diciembre 12 de 2005, rad. 24011.

******* CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil, Sent. abril 10 de 1970.
******** CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sent. Cas. Sep. 19 de 1978.
********* Art. 356 del Código Penal de 1980.
********** CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sent. Cas. Junio 8 de 2006, rad. 24729.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 28/09/2006
DECISION : Casa la sentencia impugnada, confirma el fallo
absolutorio
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 22041
PUBLICADA : Si

02/11/2006

ESTAFA-Momento de consumación

Siendo el lugar en donde se consuma la conducta punible el que determina la


competencia por razón del factor territorial, la solución se buscará en este caso a
partir del consenso existente en la Sala alrededor del momento consumativo del
delito de estafa, caracterizado por ser un tipo de resultado,

"...que se consuma con la obtención del provecho ilícito, por lo que mientras él no
se produzca, o no se obtiene una ventaja de contenido patrimonial, no resulta
posible afirmar que la conducta típica ha tenido cabal realización, ni por ende, se
ha consumado."

"Si el bien jurídico protegido es el patrimonio económico, de allí se deriva que el


momento de consumación de la estafa, sólo puede ser aquél en que se
materializa la defraudación patrimonial buscada a través de los medios
artificiosos o engañosos independientemente del momento en que se produzcan."

"...en relación con el delito de estafa, cuya conducta es de ejecución instantánea,


en la medida en que la infracción se perfecciona en "el lugar en donde el agente
incorpora a su haber patrimonial bienes o derechos que hasta ese momento
pertenecían a la víctima o a un tercero, y de los cuales el estafado se desprende,
no por expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de
la realidad, situación a la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras
o los hechos fingidos", el componente para el conocimiento del asunto es aquél
en donde se llevó a cabo la conducta defraudatoria" (Énfasis agregado).

(...)

El agotamiento del complejo comportamiento descrito se verifica con el perjuicio


sufrido por los ahorradores de Coacrédito, con domicilio principal en
Fusagasugá, cuyos aportes son sometidos a un proceso de liquidación
intervenido por el DANCOOP, evento este sin incidencia en la determinación de la
competencia territorial.

Es evidente que los acontecimientos delictivos investigados extienden sus


implicaciones fáctico jurídicas a diferentes sitios del país pues las operaciones
financieras se concretaron en una sucesión de actos y con el concurso de

224
pluralidad de personas cuyos roles directivos se cumplían en diversos lugares del
territorio nacional se trata, además, de un caso de criminalidad organizada ,
luego debe colegirse con obligada razón que se está en presencia del supuesto
normativo que en materia de competencia enuncia el artículo 83 de la Ley 600
de 2000 , de modo que, a prevención, el conocimiento del asunto corresponderá
al juez del lugar donde se formuló la denuncia y se ordenó la apertura de la
investigación , eventos que tuvieron lugar en Bogotá, luego es competente para
adelantar la fase de la causa, a prevención, el Juez Noveno Penal del Circuito de
dicha ciudad, según lo invocara lacónicamente su homónimo de Cali.

En consecuencia, se dispondrá remitir el expediente al Juez Noveno Penal del


Circuito de esta capital, quien valga advertir, elaboró su argumentación para
rechazar la competencia a partir del supuesto equivocado que el domicilio social
de la Caja Popular Cooperativa y de Corandina estaba en Cali pues según se
estableció y se consignó en el primer cuadro inserto dichas cooperativas lo tienen
registrado en Tunja y Villavicencio, respectivamente , luego al haber sido ellas
inducidas en error para colocar su dinero en Coacrédito y resultar perjudicadas
con las operaciones realizadas por ésta, el juez competente era el de dicho lugar.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 02/11/2006
DECISION : Asigna cto. al Juzgado 9 P.C. de Bogotá
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 25965
PUBLICADA : Si

30/11/2006

VINCULACION AL PROCESO PENAL-Declaración de persona ausente/ NULIDAD-


Principio de protección/ ESTAFA-Negocio jurídico: Debe verificarse la existencia
de la inducción en error

1.La Sala ha reiterado que la forma de vinculación por medio de la declaración de


persona ausente no es un procedimiento facultativo o sucedáneo de la hecha a
través de indagatoria, sino una posibilidad residual que sólo procede una vez se
han evacuado todas las acciones legalmente posibles para citar al imputado, sin
lograr su comparecencia, ora porque no fue dable su localización, o bien porque
conociendo de la actuación adelantada en su contra, decidió voluntariamente
marginarse de la oportunidad de concurrir para ser escuchado en indagatoria . *

En este orden, para oír al procesado se deben agotar las diligencias necesarias
encaminadas a asegurar su presencia procesal, y sólo si ésta no se logra, de
acuerdo con lo establecido en los artículos 332 y 344 de la Ley 600 de 2000 (Art.
356 del Decreto 2700 de 1991) es viable la declaración de persona ausente.

2.En virtud del principio de protección que rige la declaratoria de las nulidades,
el sujeto procesal que haya dado lugar al motivo de anulación no puede aducirlo
en su beneficio, luego, si la procesada decidió no comparecer para ser escuchada
en diligencia de indagatoria, fue ella quien se privó de tal mecanismo de defensa
como oportunidad propicia para dar sus explicaciones y aportar pruebas en su
favor, sin que pueda a la hora de ahora alegar tal circunstancia como factor
invalidante del trámite judicial.

225
En este orden, como lo advierte la Procuradora Delegada, con apoyo en la
decisión de tutela 028 de 20 de enero de 2005 de la Corte Constitucional, no
resulta viable que el orden jurídico ampare eventuales deficiencias defensivas
cuando, como en este caso, la actitud evasiva del declarado ausente obedece a su
clara intención de evadir los efectos de la acción judicial tras conocer de la
existencia del proceso en su contra.

3.El negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante.

Resulta diáfano que bajo la óptica penal y civil se presenta una acción del
contratante al incumplir lo pactado que acarrea un perjuicio para el otro, sin
embargo, en sede penal el análisis ha de ser cuidadoso ya que no se trata de
confirmar el simple nexo causal entre el incumplimiento con el consecuente daño
como para predicar el ilícito, sino que es necesario verificar la existencia de la
inducción en error por la presentación negocial del agente que sea a la postre la
motivadora de la desposesión patrimonial de la víctima.

Fue entonces como advirtió el ad quem que no se trataba de un simple


incumplimiento contractual, sino que precisamente el negocio jurídico fue
utilizado para cometer el punible de estafa, pues fruto del error derivado del
ocultamiento de las deudas de la sociedad por parte de la vendedora, la
compradora resultó engañada y resolvió adquirir la compañía, situación que
afectó su patrimonio económico con el consecuente provecho de la enajenante.

En este orden, la situación financiera ficticia exhibida por la vendedora fue


idónea para generar un error trascendente en la adquirente a fin de que se
comprometiera y en efecto se hiciera dueña de la agencia con el convencimiento
que adquiría una empresa estable, libre de obligaciones y con prestancia, lo que
no resultó cierto.
----------------------
*Cfr. Sentencia de 25 de marzo de 2004. Radicación. 19601

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Sentencia Casación
FECHA : 30/11/2006
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 21902
PUBLICADA : Si

25/04/2007

IN DUBIO PRO REO-Técnica en casación/ ESTAFA

1. Se observa ausente de demostración la predicada violación al principio del in


dubio pro reo, cuyo reconocimiento implica, como cualquier otro error de
apreciación probatoria, el enfrentamiento de la valoración efectuada por el
juzgador para demostrar su contradicción frente a la declaración de certeza
contenida en el fallo.

226
2. Cuando el fallador sostiene que (....) ocultó maliciosamente la afectación del
inmueble prometido en venta es porque una medida de esa naturaleza implica
para un eventual comprador la limitación de disponer del terreno por la
imposibilidad de obtener licencia para construcción, parcelación y/o
urbanización. El soporte de esa afirmación se encuentra en la siguiente
explicación, suministrada por el funcionario de la Subdirección de
Infraestructura y Espacio Público del Departamento de Planeación Distrital:

En el Plan de Ordenamiento Territorial (Decreto 619 de 2000), al tenor de lo


previsto en su artículo 481, las zonas de reserva son "…las áreas del territorio
distrital que de conformidad con este plan de ordenamiento o con cualquiera de
los instrumentos que lo desarrollen, sean necesarias para la localización y futura
construcción del sistema vial principal en la ciudad, de redes matrices de
servicios públicos, de equipamientos colectivos de escala urbana, en general de
obras públicas o para la ejecución de programas o proyectos de inversión
pública, o para protección ambiental, a fin de que sean tenidas en cuenta para la
imposición oportuna de las respectivas afectaciones".

Entre tanto, según la legislación anterior y la actualmente vigente, la afectación


es la restricción por motivo de una obra pública o por protección ambiental,
impuesta por una entidad pública, que limita o impide la obtención de licencias
de urbanización, parcelación y/o construcción (Artículo 37 de la Ley 9ª de 1989).
El artículo 483 del P.O.T. recoge la misma definición.

En esa comunicación se aclara que el predio en cuestión se encuentra


demarcado en su totalidad como zona de reserva y que como no se ha
perfeccionado el proceso de afectación sobre el mismo, es dable concluir que la
restricción al dominio aún no ha sido impuesta y que puede ser objeto de
suscripción de un contrato de promesa de compraventa.

Pero esa información no permite concluir que los elementos estructurales de la


estafa no se acreditan, como lo afirma el libelista, porque la inexistencia o
inoperancia de una afectación como tal no implica plena libertad para disponer
del bien, pues resulta indispensable que quien pretenda adquirir un terreno
demarcado como zona de reserva conozca esta situación y las limitaciones que
para su uso, goce y disposición, consagra la ley.

Si la Sala se atiene a la referida comunicación, tampoco acierta el Ministerio


Público al señalar que la reserva vial que pesa sobre el lote de terreno objeto de
negociación no se constituye en una condición urbanística con incidencia en el
uso que se le podría dar al terreno. Sobre este aspecto, allí se dijo:

Ahora bien, en cuanto a las limitaciones de uso, goce y disposición del inmueble,
cabe aclarar que el artículo 160 del Decreto 619 de 2000 (P.O.T.) consagra que
en las zonas de reserva que se declaren como tal en virtud del P.O.T., se podrán
dar ciertos usos de manera temporal, siempre y cuando sean expresamente
aprobados por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, la vía o el
tramo de la vía no se tenga previsto en el plan quinquenal de obras del Instituto
de Desarrollo Urbano y la construcción cuente con las autorizaciones
correspondientes.

En cuanto al momento hasta el cual produce efectos jurídicos la reserva vial,


cabe anotar que en los términos del artículo 482 del Decreto 619 de 2000
(P.O.T.), las zonas de reserva constituyen suelo protegido, mientras se
mantengan como tales y, por tanto, en los mismos solo podrán desarrollarse los
usos a que se refiere el artículo 160, anteriormente citado. (1)

227
Bajo esa línea de pensamiento, resultan impertinentes las objeciones del
demandante, y que el Procurador Delegado respalda, en torno a que los
compradores debieron indagar no solo con el procesado, sino con las autoridades
respectivas, sobre la posibilidad de obtener licencia de construcción. Como se
desprende del paginario, uno de ellos conocía de tiempo atrás al propietario del
terreno, (...), circunstancia que obviamente le debió generar confianza para creer
en todo lo que le dijo sobre las condiciones del lote, esto es, que tenía planos
aprobados para la construcción de un edificio y que había varias personas
interesadas en la construcción de un edificio. De otra manera, no se habían
desprendido de la suma de dinero que entregaron como arras.
_________________________________
(1) Fls 176 y 177 C.2 (juicio).

PONENTE(S) : ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Sentencia Casación
FECHA : 25/04/2007
DECISION : No Casa la sentencia impugnada
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 24015
PUBLICADA : No

09/05/2007

ESTAFA-Noción: Elementos

1. Es pacíficamente sabido que al formular una impugnación bajo las reglas de la


violación directa de la ley sustantiva, la condición al impugnante es aceptar los
hechos a la manera como los dedujo el juez; pero en este caso, el demandante
desconoce la inducción en error y desconoce que los sentenciados ejecutaron
alguna acción contra las víctimas; por manera que no puede encaminar el
ataque por violación directa porque ello es técnicamente inadmisible.

En este orden, debió acudir a alguno de los sentidos de violación indirecta para
poder criticar la existencia o no de una acción engañosa de los procesados contra
las víctimas. Esa crítica contundente la formularon con sabiduría tanto el
representante de la parte civil en su intervención de no recurrente, como el
representante de la Procuraduría en su concepto.

2. Esa acción ilegítima de los encausados que se orientó a mantener en error


mediando artificios y engaños para obtener provecho económico ilícito, que sin
razón niega el recurrente en franco atropello de la lógica de la argumentación y
de la técnica que gobierna la proposición de la censura por violación directa de la
ley sustantiva, adecua la conducta en los linderos de la estafa y no meramente
en los límites de una apropiación (hurto), pues la diferencia en la estructuración
de la conducta de estafa -induciendo o manteniendo a otro en error mediante
artificios y engaños- es crasa con respecto de la pura apropiación del hurto
sugerida por el recurrente:

Entre una y otra ilicitud, además de la expropiación pura, la diferencia es "...el


teatro, la escena, el ardid, la quimera, la fantasía, la imaginación, el artificio, el
engaño engendrado por el artificio del agente" como causa que en su inagotable
imaginación fragua el autor del desfalco para aprovechar el patrimonio de la
víctima.

228
Mientras que a la estafa la precede la creación de circunstancias especiales
inexistentes que son la causa del despojo, en el hurto simplemente hay despojo,
pero no hay teatro... en ello radica la mayor gravedad de la conducta de estafa
que se caracteriza primordialmente porque ella se logra mediando "...engaño
malicioso urdido para procurarse un provecho ilícito". (1)
______________________________
(1) Cfr. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sentencia de casación del 08/06/2006, Rad. núm.
24729; sentencia del 28/09/2006, rad. núm. 22041; sentencia del 20/11/2006, rad. 21902.
En el mismo sentido: ARENAS, Antonio Vicente, COMENTARIOS AL CODIGO PENAL
COLOMBIANO, Tomo II, Parte especial, Sexta edición, Ed. Temis, Bogotá, 1986, pág. 510 y
siguientes.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 09/05/2007
DECISION : No casa la sentencia del 31 de Enero de 2006,
declara prescrita la acción penal
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Estafa agravada
PROCESO : 26301
PUBLICADA : No

27/06/2007

ESTAFA-Momento de consumación/ DERECHO DE DEFENSA/ DEFENSA


TECNICA/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Técnica en casación

1. En lo referente a la nulidad por prescripción, advierte la Sala que el


casacionista no se esforzó en explicar por qué considera que el delito de estafa se
consumó cuando se materializó el embargo y retención de los dineros de Cajanal,
en contraste con la jurisprudencia que tiene consolidada al respecto la Corte,
conforme a la cual el momento consumativo de dicho punible ocurre cuando se
produce la obtención del provecho ilícito, criterio recordado por la Sala en
reciente decisión(1) cuando expresó:

"Siendo el lugar en donde se consuma la conducta punible el que determina la


competencia por razón del factor territorial, la solución se buscará en este caso a
partir del consenso existente en la Sala alrededor del momento consumativo del
delito de estafa, caracterizado por ser un tipo de resultado,

"...que se consuma con la obtención del provecho ilícito, por lo que mientras él no
se produzca, o no se obtiene una ventaja de contenido patrimonial, no resulta
posible afirmar que la conducta típica ha tenido cabal realización, ni por ende, se
ha consumado."(2)

"Si el bien jurídico protegido es el patrimonio económico, de allí se deriva que el


momento de consumación de la estafa, sólo puede ser aquél en que se
materializa la defraudación patrimonial buscada a través de los medios
artificiosos o engañosos independientemente del momento en que se
produzcan."(3)

De esa manera, el actor se sustrajo por completo a fundamentar por qué se hace
necesario variar dicha postura jurisprudencial, siendo claro que al amparo de la
misma la estafa en el presente caso se consumó en los primeros meses del año
de 1990, que fue cuando los dineros embargados llegaron a manos de los

229
acusados, luego de ser entregados al abogado ejecutante por el juez laboral que
tramitó el respectivo ejecutivo, según así se puso de presente en las sentencias
de primera y segunda instancia.

Si lo anterior es así, como en efecto lo es, es evidente que el cargo, por su


inadecuada postulación, carece en absoluto de vocación de prosperidad, porque
si la estafa agravada, por aplicación favorable en ese aspecto del estatuto penal
de 2000, prescribe al transcurrir doce (12) años, pena máxima prevista por ese
ilícito, surge claro que dicho término no alcanzó a cumplirse cuando se produjo
la ejecutoria de la resolución de acusación, lo cual aconteció el 31 de agosto de
2001, fecha en que se confirmó esa decisión por la Fiscalía Delegada ante el
Tribunal Superior de Bogotá. Para entonces apenas habían corrido algo más de
once (11) años

2. Si haciendo un esfuerzo intelectivo para comprender lo pretendido por el


censor, lo cual no estaría en armonía con el carácter rogado que reviste el
recurso de casación, a cuyo amparo a la Corte no le corresponde desentrañar
confusas e intrincadas argumentaciones del demandante, se entendiera que su
voluntad se orienta a denunciar la violación del derecho a la defensa técnica,
evidencia la Sala que en tal caso el cargo acusa inexactitud sobre lo ocurrido
procesalmente, lo cual de por sí le resta seriedad, pues el libelista afirma que la
procesada apenas vino a designar defensor de confianza cuando se inició la etapa
de juzgamiento, aseveración inveraz porque tal designación sucedió
inmediatamente después de disponerse el cierre de la investigación, y el defensor
sobre quien recayó el nombramiento, incluso, desplegó en esa etapa del proceso
una importante actividad defensiva, en cuanto presentó alegatos de conclusión y
luego interpuso recurso de apelación contra la resolución de acusación.

A lo anterior es preciso añadir que, como lo tiene dicho la Sala, "(c)uando se


aborda la demostración de la vulneración al derecho de defensa, por la
inactividad del letrado en una o todas las fases de la actuación, no basta
mencionar la irregularidad, se debe partir de concretas y reales posibilidades de
obrar que emanan del proceso; se deben trascender los enunciados generales e
hipotéticos para señalar cuáles eran las pruebas susceptibles de practicarse,
aquello que en concreto podía lograrse con su aducción en pro de los intereses
del reo; cuáles y en qué sentido podían formularse impugnaciones; bajo qué
estrategia defensiva era posible lograr un pronunciamiento menos severo para el
sub judice"(4) .

3. La jurisprudencia de la Sala tiene precisado que por vía de la violación


indirecta de la ley es necesario acreditar que el fallador incurrió en error de
hecho o en error de derecho en la apreciación de las pruebas. A su vez, tiene
dicho también la Corte, el primero de esos errores se expresa de tres maneras,
esto es, falso juicio de existencia, falso juicio de identidad o falso raciocinio. Y el
segundo se manifiesta de dos formas, vale decir, falso juicio de convicción y falso
juicio de legalidad.

El falso juicio de existencia se presenta cuando el juzgador omite valorar un


medio probatorio legalmente aportado al proceso o supone uno que no se allegó
al mismo. El falso juicio de identidad ocurre en el evento de que el sentenciador
distorsione el sentido fáctico de la prueba, bien sea cercenando su contenido o
adicionándole segmentos que no le corresponden. Y el falso raciocinio se
configura si el sentenciador desconoce de manera ostensible en la apreciación del
mérito de las pruebas o en la construcción de las inferencias lógicas los
principios de la sana crítica.

230
A su turno, el falso juicio de convicción surge cuando el juzgador desatiende el
valor probatorio que la ley expresamente asigna a las pruebas. Y el falso juicio de
legalidad se estructura en el caso de que el sentenciador aprecie un medio de
prueba, pese a que se desconocieron las normas reguladoras de su formación o
producción, o cuando le niega validez por considerar que se vulneraron esas
normas, sin que ello en realidad sea cierto.

Para la acreditación de cualquiera de esos yerros, aparte de las exigencias


propias de cada uno de ellos, es necesario que el censor indique en cuál de éstos
incurrió el juzgador, precise la prueba sobre la cual recayó el error y fundamente
su trascendencia frente a las conclusiones probatorias de la sentencia.
_______________________________________________
(1)Sentencia del 2 de febrero de 2006. Rad. 25965
(2)CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sent. del 4 de abril de 2001, rad. N° 10.868
(3)CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sent. del 18 de mayo de 2001, rad. N° 10.868
(4)Sentencia del 13 de marzo de 2003. Rad. 19952.

FE DE ERRATAS: Providencia 25965 fue proferida el 11 de Noviembre de 2006 y


no en la fecha señalada.

PONENTE(S) : MARINA PULIDO DE BARON


Auto Casación
FECHA : 27/06/2007
DECISION : Inadmite demanda de casación presentada
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 27522
PUBLICADA : No

10/06/2008

CASACION-Absolución: Prevalece sobre declaratoria de nulidad/ ESTAFA-


Artificio, ardid o engaño: Teorías aplicables/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Se
debe analizar el nivel educativo, experiencia etc. de la víctima/ ESTAFA-
Imputación objetiva: Posición de garante/ ESTAFA-Víctima: Posición de garante/
ESTAFA-Auto puesta en peligro

1. Como quedará evidenciado más adelante, el cargo por violación directa


postulado por el actor prosperará, de manera que habrá de casarse la sentencia
impugnada para, en su lugar, absolver al procesado. En esas condiciones, la Sala
encuentra innecesario ocuparse de la censura formulada al amparo de la causal
tercera de casación, pues aunque el impugnante la sustentó de manera inicial,
conforme lo imponía el principio de prioridad, su aspiración es obtener la nulidad
de la actuación por violación del derecho de defensa, en cuanto los letrados que
sucesivamente ejercieron esa labor no realizaron actos defensivos durante una
gran parte de la investigación y el juicio.

Si el derecho de defensa tiene como fin brindar al sujeto pasivo de la acción penal
herramientas jurídicas para oponerse a la pretensión punitiva estatal y buscar,
de esa forma y por regla general, desvirtuar las pruebas de cargo y, por
consiguiente, obtener la declaración judicial de su inocencia, ninguna razón tiene
invalidar la actuación con el único objetivo de garantizar el adecuado ejercicio del
derecho de defensa cuando las pruebas recaudadas imponen el proferimiento de
una absolución. En esos casos, la mejor garantía de protección del derecho de
defensa es la adopción en este momento de la decisión favorable a los intereses
del acusado.

231
Recuérdese que, según lo tiene dicho la Sala, "Una de las características de la
nulidad es que debe prosperar si se advierte que con la sentencia se ha causado
un daño al procesado y que con la recomposición del proceso obtendría un
beneficio, es decir, un bien"(1) (se resalta, ahora).

Por supuesto, la prosperidad del segundo cargo determina, además, la


innecesidad de hacer referencia a los restantes reproches postulados por el
casacionista, dado que los mismos buscan también la absolución del acusado.

2. No se discute hoy en día que en la celebración de contratos de naturaleza civil


se puede incurrir en el delito de estafa. En este sentido la Corte desde la
sentencia del 23 de junio de 1982 (2) viene prohijado el criterio según el cual en
esa clase de negocios jurídicos la mentira o el silencio de los contratantes pasa al
campo penal cuando recaen sobre elementos fundamentales del convenio.

Tampoco es motivo de controversia que el medio engañoso debe tener idoneidad


para inducir en error a la víctima. Lo que sí genera aún ardua polémica es la
determinación de las condiciones a partir de las cuales resulta dable afirmar que
la argucia o el engaño reúnen los presupuestos objetivos exigidos por la norma
penal para predicar la configuración del delito estafa. Sobre el particular se
conocen dos posiciones. La primera le asigna una gran preponderancia al
significado de artificio, conforme al cual la estafa es un delito de inteligencia, que
requiere el despliegue de actos hábilmente preparados y bien concebidos para
revestir capacidad de inducir en error a la víctima (3).

Bajo tal perspectiva, entonces, si la persona pasible del engaño obra de modo
ingenuo, torpe o negligente no habrá lugar a afirmar la existencia de estafa,
porque una actuación prudente le hubiera bastado para salirse del error. Entre
quienes han postulados esta tesis se encuentra el tratadista (...) al señalar:

"... Cambiando las expresiones anteriores, es válido admitir que el art. 356 se
refiere tanto al encarecimiento de la mentira mediante palabras o sea, al engaño,
como al dispositivo material con que se consigue de mejor manera lo que se
pretende. Pero debe repetirse, la mentira ha de tener fuerza determinante,
eficacia. Y para que sea eficaz es preciso examinar varios factores: el negocio de
que se trata, las personas interesadas en él, su nivel intelectual y hasta sus
necesidades actuales...

"...

"... El solo hecho de que las expresiones mentirosas hayan creado el error en el
paciente de la acción, no basta para atribuirles el carácter del engaño
puntualizado en la norma. Por ejemplo, si alguien, diciéndose dueño de las minas
de Zipaquirá o de las de Acerías de Paz del Río, y sin exhibir documento ni
testimonio alguno que le dé credibilidad, enajena la catedral de sal o uno de los
altos hornos, recibiendo dinero u otra clase de prestaciones económicas del iluso
comprador, no hay duda de que ha mentido. Pero es tan desproporcionada la
falacia, que quien la creyó es el único merecedor de pagar su extrema
simpleza..."(4) .

En cierta forma, la postura en mención fue acogida por la Sala de Casación Penal
de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 12 de junio de 2003, en
cuanto allí expresó:

232
"Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco de la
teoría de la imputación objetiva, "se considera que no todo engaño que pudiera
concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento
victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud diligente del perjudicado" "(5) .

La segunda posición aconseja examinar con una mayor flexibilidad el medio


engañoso cuando se trata del sujeto engañado. Quienes la profesan rechazan la
doctrina francesa de la "mise en scène", según la cual no bastan las palabras y
discursos mentirosos sino el despliegue de actos exteriores a cuyo amparo,
hábilmente, se induce a creer lo que en realidad no es.

En esa dirección es la línea de pensamiento del profesor (...), para quien


"sostener que solamente es sancionable el fraude cuando la víctima se halla
exenta de toda incuria, equivale jurídicamente a sustentar que corresponde
admitir estafa únicamente en casos extremos de previsión imposible, cuando el
engaño reviste una grande y hábil sutileza"(6) .

Sin duda, la Sala de Casación Penal de la Corte se inspiró en esta segunda


postura para adoptar la determinación plasmada en la sentencia del 27 de
octubre de 2004. En esa decisión la Corporación, tal como se hizo en el fallo del
12 de junio de 2003, partió también de los fundamentos de la teoría de la
imputación objetiva. Sin embargo, sobre la base de tener ésta como presupuesto
tanto el riesgo permitido como el principio de confianza, "que determinan el
estado de interacción normal de las relaciones sociales y de los riesgos que en
ellas se generan", concluyó:

"… De manera que, sólo cuando la víctima asume conjuntamente con otro una
actividad generadora de riesgos (lo cual acá no ocurre), puede eventualmente
imputársele el resultado a la víctima, siempre que esta tenga conocimiento del
riesgo que asume. En consecuencia, si es el autor quien recorre la conducta
descrita en el tipo penal (quien crea el riesgo), el resultado debe serle imputado a
aquel y no a la víctima, pues ésta obra dentro del principio de confianza que le
enseña que en el tráfico de las relaciones sociales el vendedor realizará el
comportamiento en el ámbito de competencia que le impone la organización"(7) .

Aunque la Sala en la sentencia del 27 de octubre de 2004 fue expresa en señalar


que lo allí decidido no constituía un cambio jurisprudencial frente al
pronunciamiento emitido algo más de un año antes, por tratarse, según expresó,
"de un pensamiento elaborado para una situación muy distinta a la que ahora se
estudia", lo cierto es que sí implicó una variación de criterio, porque si bien en el
caso decidido inicialmente por la Corte, esto es en el pronunciamiento del 12 de
junio de 2003, el comprador era consciente del hecho de adquirir un bien
gravado con hipoteca, lo cual no sucedió en el proceso conocido posteriormente,
la verdad es que en aquél el vendedor ocultó al comprador que el bien objeto de
negociación se encontraba para ese momento embargado.
________________________________________________
(1) Sentencia del 11 de diciembre de 2003, radicación 19775.
(2) M.P. Dr. LUIS ENRIQUE ROMERO SOTO. En el mismo sentido, sentencia del 5 de agosto de
1992, M.P. Dr. JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA. También, sentencia del 29 de agosto de
2002, radicación 15248.
(3) Cfr. ANTONIO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ en Estudios de Derecho Penal Especial, varios
autores, Editora Jurídica de Colombia, primera edición 1992, pág. 288.
(4) Derecho Penal, partes general y especial, Luis Carlos Pérez, Ed. Temis, Tomo V 1998, págs.
454 y ss.
(5) Radicación 17196.

233
(6) Cita de HUMBERTO BARRERA DOMÍNGUEZ en Estudios de Derecho Penal Especial, varios
autores, Editora Jurídica de Colombia, primera edición 1992, pág. 242.
(7) Radicación 20926.

PONENTE(S) : MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS


Sentencia Casación
FECHA : 10/06/2008
DECISION : Casa la sentencia impugnada y en consecuenca
absuelve al procesado
DELITOS : Estafa
PROCESO : 28693
PUBLICADA : Si

18/06/2008

FRAUDE PROCESAL-Elementos que lo estructuran/ FRAUDE PROCESAL-


Término de prescripción: Se cuenta a partir de la cesación de efectos de su
último acto/ DELITOS DE EJECUCION PERMANENTE-Resolución de acusación:
Límite cronológico máximo de la imputación/ FRAUDE PROCESAL-Delito de
ejecución permanente: Prescripción/ ESTAFA-Delito de resultado/ ESTAFA-
Puede tornarse en delito continuado con unidad de dolo y unidad de fin/
UNIDAD DE DOLO/ UNIDAD DE FIN/ CONGRUENCIA-Modalidades/
CASACION-Interés para recurrir: No existe cuando se puede agravar la situción
del procesado

1. En el Código Penal de 2000 el fraude procesal está ubicado dentro de los


delitos contra la eficaz y recta impartición de justicia, bien jurídico que se
identifica con el previsto en el Código Penal de 1980, bajo el cual se hizo la
adecuación típica por resultar más favorable al procesado.

Dentro de los elementos objetivos del tipo están: (i) una conducta engañosa; (ii) la
inducción en error al servidor público, y (iii) el propósito de obtener sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley.

El propósito buscado por el sujeto activo es cambiar, alterar o variar la verdad


ontológica con el fin de acreditar ante el proceso que adelante el servidor público
una verdad distinta a la real, que con la expedición de la sentencia, acto o
resolución adquirirá una verdad judicial o administrativa.

Para que se configure esa conducta punible es preciso que exista una actuación
judicial o administrativa en la que deba resolverse un asunto jurídico, y que, por
ende, sea adelantada por las autoridades judiciales o administrativas. Incurre en
ella el sujeto -no calificado- que por cualquier medio fraudulento induzca en
error al servidor público para obtener sentencia, resolución o acto administrativo
contrario a la ley.

Si bien no se exige que se produzca el resultado perseguido, se entiende


consumado cuando el agente, de manera fraudulenta, induce en error al
servidor. Pero perdura mientras se mantiene el estado de ilicitud y aun con
posterioridad si se requiere de pasos finales para su cumplimiento .

2. El casacionista no hace reparo alguno frente a la calidad del tipo, de ejecución


permanente, pero considera que la acción penal ya prescribió porque
transcurrieron 5 años -pena máxima prevista en la norma sustancial- sin que

234
aquélla se hubiera siquiera iniciado. El término a partir del cual -según su
criterio- debe contarse la prescripción inicia a partir de la fecha en que quedó
ejecutoriada la resolución 633 del 19 de diciembre de 1988, esto es, desde
diciembre de 1988 -no precisa el día-, en atención a que era ese el momento
considerado por la jurisprudencia vigente para la época, o por lo menos hasta el
año 2003, fecha en que se profirió resolución de acusación. Con independencia
de la postura que en la actualidad se tenga sobre el término en que debe empezar
a contarse ese término prescriptivo, afirma que por principio de favorabilidad
debe aplicársele la jurisprudencia anterior.

En ese orden, debería la Corte entrar a establecer, en primer término, si por


conducto del recurso de casación, es probable aplicar una jurisprudencia más
benévola a los intereses del procesado, que haya tenido vigencia durante
cualquier momento a partir de la comisión de la conducta punible por la que se
procede. Sin embargo, ello no es necesario dado que para sustentar su postura el
recurrente parte de premisas erradas.

En efecto, en forma equívoca considera que antes de 2003 la jurisprudencia


reconocía que el término de prescripción empezaba a contarse cuando adquiría
firmeza el acto administrativo contrario a la ley y en cuya consecución se indujo
en error al funcionario.

Pero aunque su ataque se centra en esa afirmación, también, en forma


contradictoria, expresa que, conforme a la jurisprudencia existente y que
pretende le sea aplicada por favorabilidad, el término de prescripción "empezaba
a correr una vez se produjera el efecto perseguido por el agente o el funcionario
público dejara de estar en error" (2) (subraya la Sala).

Para evidenciar su error resulta necesario analizar en forma íntegra, y no


fragmentada, la postura que en torno al punto mantuvo la jurisprudencia, por lo
menos -para seguir los planteamientos de la demanda- hasta el año 2003. Con
ese fin se acudirá, de preferencia, a las providencias citadas en su escrito.

-En la sentencia del 17 de agosto de 1995 (radicado 8968) (3) se indicó que el
delito puede consumarse en el momento histórico en que se induce en error, si
con ese error se genera más o menos de manera inmediata la actuación contraria
a la ley. Pero si ese error "se mantiene durante el tiempo necesario para producir
la decisión final contraria a la ley cuya finalidad se persigue, y aún con
posterioridad a ésta, si se requiere de pasos finales para su cumplimiento,
durante todo ese lapso se incurre en la realización del tipo y la violación al bien
jurídico tutelado, pues durante ese tiempo se mantiene el fraude a la
administración de justicia". (Subrayas fuera del texto original).

Se aclaró que aunque el funcionario puede permanecer indefinidamente en error,


debe existir un límite al mismo, que es "la misma ejecutoria de la resolución o
acto administrativo contrario a la ley, cuya expedición se buscaba, si allí termina
la actuación del funcionario, o con los actos necesarios posteriores para la
ejecución de aquélla, pues de lo contrario, la acción penal se tornaría en
imprescriptible, lo cual riñe con el mandato constitucional al respecto". (Se
subraya).

En esa ocasión la Corte, para efectos de contabilizar la prescripción, no tomó la


fecha en que la sentencia se dictó, sino aquella en la que el juez dirigió despacho
comisorio a la Inspección de Policía para ejecutarla.

235
En ese pronunciamiento, incluso, se citó como referente la sentencia del 27 de
junio de 1989 -no 1999, como erradamente lo consignó el recurrente-, según la
cual:

"…para los fines de la prescripción de la acción penal, el término sólo debe


contarse a partir del último acto de inducción en error, o sea desde cuando la
ilícita conducta ha dejado de producir sus consecuencia y cesa la lesión que por
este medio se venía ocasionando a la administración de justicia". (Se subraya).

- En la sentencia del 30 de octubre de 1996 (radicado 9134)(4) , se afirmó que lo


permanente del delito radica en que la lesión se prolonga en el tiempo "hasta
cuando se pone fin a la conducta", y manifestó:

"Siendo claro que la lesión del interés jurídico protegido cesa con la ejecutoria de
la providencia fraudulentamente obtenida, se explica que también la Sala haya
precisado en concomitancia con lo anterior: "De ahí que para los fines de la
prescripción de la acción penal, el término sólo debe contarse a partir del último
acto de inducción en error; o sea desde cuando la ilícita conducta ha dejado de
producir sus consecuencias y cese la lesión que por este medio se venía
ocasionando a la administración de justicia" (auto 26 sept. 1995, Rad.8903 M.P.
Dr. Páez Velandia)".

El aparte subrayado es el que en forma descontextualizada cita el censor para


sustentar su posición. Sin embargo, al analizar el caso planteado la Corte, para
determinar la fecha del último acto y así contabilizar la prescripción, tuvo en
cuenta, no la fecha de la decisión de segunda instancia por la cual se confirmó la
providencia que ordenó la terminación del proceso ejecutivo por pago de la
obligación, sino la del auto dictado con posterioridad, con ocasión de una
petición de cuentas hecha por el secuestre y por el que se denegó la condena del
pago en costas. Dijo así la Sala:

"Significa esta reseña que aunque el acto originario del fraude procesal de que
trata la sentencia ocurrió en el año de 1984 con la presentación de la demanda
ejecutiva ante el Juzgado 17 Civil Municipal varios fueron los actos subsiguientes
cumplidos por el mismo profesional del derecho impulsando el procedimiento,
uno de ellos la tantas veces mencionada información del pago de la obligación
para que la actuación terminase en la forma prevista en el artículo 537 del C. de
P.C., objetivo que logró sin que los funcionarios inducidos en el error tuviesen
nada que objetar: el pago informado los obligaba a proveer como lo hicieron: El
Juez de la primera instancia ordenó la terminación del proceso y el de la segunda
instancia confirmó esa decisión en auto del 5 de diciembre de 1986 que cobró
ejecutoria el 24 de enero de 1987, cuando resolvió negativamente la reposición.
Pero ahí no pararon los efectos del último acto fraudulento cumplido por la parte
demandante, pues a causa de los desembargos decretados el proceso hubo de
continuar ahora con la intervención del secuestre, y es así como aún, como se
dijo, el 28 de mayo de 1987 hubo el Juzgado de proveer denegando la
condenación en costas para la parte demandante, porque "no fue vencida... sino
que logró su pretensión".

En estas condiciones, el término para la prescripción de la acción sólo debe


contarse desde la finalización de los efectos del último acto fraudulento; y si
estos efectos solo cesaron en mayo de 1987, ni siquiera, como lo entendió el
Tribunal erradamente, desde cuando el Juzgado de segunda instancia confirmó
el auto de terminación del proceso, que fue el 5 de diciembre de 1986, la acción
prescribiría".

236
3. Debe recalcarse que cuando se pretende hacer valer una determinada postura
jurisprudencial para efectos de beneficiar al procesado o a cualquiera de los
sujetos procesales, es imprescindible que la trascripción que de ella se haga sea
completa e íntegra, y no se cite tan sólo el aparte que conviene a los intereses de
quien la proponga. Es preciso que se analice en conjunto y a la luz de la
situación fáctica objeto de investigación.

(...)

La variación jurisprudencial a la que parece referirse el casacionista es la postura


adoptada en la sentencia del 20 de junio de 2005 (radicado 19.915), en la que se
introdujo un límite a la averiguación con el fin de que cuando el acusado sea
convocado a juicio, su conducta posterior no sea objeto de reproche dentro del
mismo proceso. Dijo la Sala en esa ocasión:

"Ciertamente, si lo que se pretende en el proceso penal es juzgar las conductas


punibles a partir de la indagación que el ente instructor realiza de
comportamientos cuya ejecución se inició obviamente con anterioridad, aunque
continúe realizándose en el tiempo, investigación que se concreta en el doble acto
de imputación fáctica -que compendia las circunstancias de tiempo, modo y
lugar de comisión del hecho- y jurídica -que califica la conducta desde la
normativa penal- contenida en la acusación, aún tratándose de delitos de
ejecución permanente existe un límite a la averiguación, de manera que cuando
se convoca a juicio al procesado su conducta posterior no podrá ser objeto de
análisis ni de reproche en el mismo proceso sino, acaso, en otro diferente.

Que ese límite o momento cierto en el que el Estado define los términos del
juzgamiento lo constituye la resolución acusatoria, ya había sido señalado por la
Corte cuando, a propósito del examen del principio de congruencia, anotó:

"la resolución de acusación es acto fundamental del proceso dado que tiene por
finalidad garantizar la unidad jurídica y conceptual del mismo, delimitar el
ámbito en que va a desenvolverse el juicio y, en consecuencia, fijar las pautas del
proceso como contradictorio. Por eso la ley regula los presupuestos procesales de
la acusación (art. 438), sus requisitos sustanciales (art. 441) y su estructura
formal (art. 442). Por eso también la ley, al regular la estructura de la sentencia
recoge el concepto de acusación como punto de referencia obligado (art. 180 # 1,
3, 5, 7) y señala como vicio de la misma, demandable en casación, su falta de
correspondencia (art. 220 #2)". (5)

En la misma providencia, precisó respecto de los delitos de ejecución permanente


que

"el límite cronológico máximo de la imputación es el de la acusación y por tanto


la sentencia debe atenerse al mismo".

En consecuencia, como con la ejecutoria de la resolución de acusación se hace,


por así decirlo, un corte de cuentas en el delito permanente que permite valorar
el comportamiento ilícito que el procesado realizó por lo menos hasta el cierre de
la investigación, se debe aceptar como cierto, aunque en veces sea apenas una
ficción, que allí cesó el proceder delictivo y, en consecuencia,

i) los actos posteriores podrán ser objeto de un proceso distinto; y,

ii), a partir de ese momento es viable contabilizar por regla general el término
ordinario de prescripción de la acción penal como que, en virtud de la decisión

237
estatal, ha quedado superado ese "último acto" a que se refiere el inciso 2º del
artículo 84 del Código Penal.

Se afirma que por regla general, porque es factible que antes de esa fecha se
realicen actos positivos que demuestren que cesó la ilicitud -verbigracia, que se
haga dejación de las armas- o se aprehenda al rebelde, casos en los cuales en
esas ocasiones, en principio, se debe entender cumplido el último acto de
ejecución del delito permanente para efectos de la prescripción de la acción
penal.

Que la captura constituye un límite temporal de la actividad delictiva, es


conclusión que emana de la propia naturaleza de la medida restrictiva de la
libertad, como que precisamente uno de los fines de la detención lo constituye,
en términos del artículo 355 del estatuto procesal penal, impedir que el sindicado
persista en la realización del comportamiento reprochable.

Resultaría un contrasentido que el Estado reduzca a prisión a una persona para


hacer cesar la comisión de la conducta punible, pero al mismo tiempo el propio
Estado reconozca que la medida no es eficaz porque por tratarse de un delito de
ejecución permanente, el detenido sigue realizando actividades delictuales.

Relacionando entonces la regla general con la excepción que se derivaría del


hecho de la captura, tres diversas situaciones podrían presentarse respecto de la
prescripción de la acción penal en los delitos de ejecución permanente, como el
de rebelión:

Una. Que la captura se produzca antes de la resolución de acusación.

Dos. Que la aprehensión ocurra después de proferida tal resolución.

Tres. Que no sea posible la privación de la libertad.

En el primer evento -captura anterior al enjuiciamiento-, el término de


prescripción empezará a correr a partir de la fecha de la detención física, pues ya
el Estado ha asumido el control de las actividades que pueda desarrollar el
sindicado al someterlo al régimen carcelario.

En este caso, el plazo se interrumpe con la ejecutoria de la resolución de


acusación y se contabiliza de nuevo por la mitad del término sin que sea inferior
a 5 años, conforme lo preceptúan los artículos 83 y 86 del Código Penal.

En las otras dos circunstancias-captura posterior a la acusación, o imposibilidad


de aprehensión-, como con la ejecutoria del pliego que convoca a juicio se hace
en todo caso inmodificable la imputación fáctica(6) , la valoración que aquella
contenga se referirá siempre a los hechos realizados con anterioridad a la
resolución que dispuso el cierre de investigación, cuya ejecutoria será el hito que
marcará el inicio del plazo prescriptivo, que se podrá interrumpir cuando la
resolución acusatoria adquiera firmeza".

De modo que en los delitos de ejecución permanente no se extiende la


potencialidad del año hasta el querer finalístico del infractor, que ocurriría con el
último acto, sino hasta el cierre de investigación, y a partir de la ejecutoria de la
resolución de acusación se inicia el término de prescripción de la acción penal.
Así mismo, se reconoció que si antes de esa fecha se perpetraba el último acto, se
debía entender éste como referente para efectos de contabilizar la prescripción de
la acción.

238
La precisión que se hizo en esa sentencia estuvo orientada a aquellos casos en
los que como el que se examina la inducción en error del empleado persiste,
incluso durante el adelantamiento de la causa penal, con el fin de que no se
torne en un delito imprescriptible por el propio querer del sujeto activo.

La característica de ser delito de ejecución permanente no ha variado. La lesión


al bien jurídico tutelado se prolonga durante todo el tiempo en que la autoridad
se mantenga en el error y aun después si se requiere de actos de ejecución.

TESIS CONTINUA: VER PROVIDENCIA COMPLETA


____________________________________
(1) Providencia del 17 de agosto de 1995 (radicado 8968).
(2) Providencia del 17 de agosto de 1995 (radicado 8968).
(3) Página 5 de su libelo.
(4) En esa ocasión quien fue procesado aportó un contrato de arrendamiento espurio, con base
en el cual la autoridad judicial profirió fallo, contrario a la ley, ordenando la restitución de los
bienes. Luego de proferirse la sentencia, el Juez dirigió despacho comisorio a la Inspección de
Policía para su ejecución.
(5) Sentencia del 3 de noviembre de 1999, radicado 13.588.
(6) Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del 14 de febrero del 2002.

PONENTE(S) : AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN


Sentencia Casación
FECHA : 18/06/2008
DECISION : No casa la sentencia impugnada
DELITOS : Fraude procesal, Estafa agravada
PROCESO : 28562
PUBLICADA : Si

15/07/2008

ESTAFA-Consumación/ ESTAFA-Competencia por el factor territorial/


COMPETENCIA-Estafa: Factor territorial

1.La controversia en derredor del factor territorial, para su definición será


necesario determinar en qué momento, de acuerdo con su estructura típica, se
entiende realizado el delito objeto de imputación (estafa). Sobre el particular, la
jurisprudencia de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia
tiene reiteradamente dicho que el momento consumativo de dicho punible ocurre
cuando se produce la obtención del provecho ilícito, criterio recordado por la
Corporación en reciente decisión(1).

En el caso materia de análisis, se tiene lo siguiente:

Es cierto que el fiscal a quo, como lo refiere el Juez Quinto Penal del Circuito de
Cartagena, sostuvo que las maniobras engañosas, dolosas y lesivas al patrimonio
económico se concretaron el 8 de octubre de 1998, día en que se otorgó la
escritura pública 3240 en la Notaría 59 del Círculo de Bogotá.

Sin embargo, pasa por alto el funcionario colisionante que el fiscal ad quem, al
confirmar la resolución de acusación, precisó que el beneficio patrimonial se
obtuvo desde cuando, mediante "maniobra engañosa", el procesado (.....) hizo que
la señora (.....) le transfiriera el predio sin entregarle la suma pactada por la
negociación, esto es, $150.000.000 (2) . El fiscal de segunda instancia amplió
más adelante el fundamento de esta consideración cuando señaló:

239
"Generada una necesidad dineraria, la señora (.....), es abordada por el Dr. (.....),
quien con ofrecimientos económicos, realiza la escritura arriba citada para hacer
un desembolso de 150 millones de pesos; esta manifestación, se observa
plasmado (sic) en el instrumento jurídico citado. En tal acuerdo, se anota, debe
haber retroventa en 90 días, plazo en el cual debe, la denunciante, retornar el
dinero, para así deshacer la escritura 1752. Llegado el plazo, el Dr. (.....) debió
ser requerido para retornar el bien a su inicial titular.

En declaración de (.....), esposo de la denunciante, aclaró al despacho, en


ningún momento recibió dinero de parte de (.....), y por el contrario, trató de
ubicarlo, pero éste fue esquivo a su requerimiento, por tal motivo, el implicado
siempre quedó con las escrituras y al fin no recibió el dinero pactado en la
escritura 1752"(3) .

En tales condiciones, se insiste: de acuerdo con la precisión efectuada en el


pliego acusatorio de segunda instancia, el beneficio patrimonial se concretó
cuando se suscribió la escritura pública del 29 de mayo de 1997, sin que el
comprador hubiese cancelado a la vendedora el valor pactado para el efecto.
Habrá de entenderse, entonces, que la venta posterior realizada por el procesado
(.....) a (.....) comporta un acto de agotamiento que, como se sabe, corresponde a
una fase posterior a la de la consumación del punible.

Como la escritura pública del 29 de mayo de 1997 se suscribió en la ciudad de


Cartagena, es al juez de esa jurisdicción territorial al que compete conocer del
presente proceso, como efectivamente lo determinará la Sala.
_______________________________________________________
1-Sentencia del 2 de febrero de 2006. Rad. 25965.
2-Así lo esbozó en el párrafo final de la página 4, correspondiente al folio 198 del cuaderno original 2.
3-Fl. 200 cuaderno original 2.

PONENTE(S) : MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS


Auto Colisión de Competencias
FECHA : 15/07/2008
DECISION : Dirimir conflicto, remite diligencias
DELITOS : Estafa
PROCESO : 30079
PUBLICADA : No

06/08/2008

PRESCRIPCION DE LA ACCION PENAL-Concierto para delinquir/ CONCIERTO


PARA DELINQUIR-Prescripción de la acción penal/ SITUACION JURIDICA-
Omisión de resolverla en procesos adelantados con anterioridad a la Ley 600 de
2000/ NULIDAD-Falta de resolución de la situación jurídica/ VIOLACION
DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Falta de aplicación de una norma de derecho
procesal: No procede/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-
Variación de la calificación jurídica/ VARIACION DE LA CALIFICACION
JURIDICA PROVISIONAL DE LA CONDUCTA PUNIBLE-Procedencia/ FISCALIA
GENERAL DE LA NACION-Funciones dentro del proceso penal/ PRINCIPIO DE
CONFIANZA-Funcionario directivo con disponibilidad del dinero público/
SERVIDORES PUBLICOS-Deberes de aseguramiento y de salvamento del dinero
público/ PECULADO POR APROPIACION-Principio de confianza: Directivos/
PECULADO POR APROPIACION-Deberes de aseguramiento y de salvamento del
dinero público/ SERVIDORES PUBLICOS-Responsabilidades/ PECULADO POR
APROPIACION-Responsabilidades de los servidores públicos: Colectivas e

240
individuales/ DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO ECONOMICO-Diferencias con
los delitos contra la administración pública/ DELITOS CONTRA LA
ADMINISTRACION PUBLICA-Diferencias con los delitos contra el patrimonio
económico/ ESTAFA-Diferencias con el peculado por apropiación/ PECULADO
POR APROPIACION-Diferencias con la estafa/ INHABILIDAD PARA EL
EJERCICIO DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS-Sanción perpetua para el
servidor que atenta contra el patrimonio del Estado: No necesariamente debe
estar incluida en la sentencia/ FONCOLPUERTOS

1.Razón le asiste al Delegado al señalar que el concierto para delinquir (artículo


186 del Decreto 100 de 1980 modificado por el artículo 8 de la ley 365 de 1997)
es una conducta de ejecución permanente y no de ejecución instantánea como lo
alegó el libelista, pues, el comportamiento supone ilícitos acuerdos para ejecutar
acciones delictivas que persisten en el tiempo(1) y en este caso, defraudar al
fondo pasivo de la empresa Puertos de Colombia era el objetivo propuesto de
manera permanente por los complotados.

En ese orden, no sólo presentaron reclamaciones ante la empresa sino que


simularon acciones judiciales inexistentes, falsificaron documentos, simularon
conciliaciones, presentaron reclamaciones, etc. hasta obtener resoluciones de
reconocimientos de prestaciones sociales inexistentes y recibieron pagos ilegales
mediante audiencias de conciliación con la empresa.

El máximo de la pena prevista en el Decreto 100 de 1980 (que era la norma


vigente al momento de la ejecución del comportamiento) era de seis (6) años,
tiempo previsto para la prescripción de la acción penal en la fase del sumario de
conformidad con el inciso primero del artículo 83 de la Ley 599 de 2000.

Siendo ello así, el procesado orientó su actividad -concierto para delinquir- a


obtener el reconocimiento de unas acreencias dinerarias por conceptos de
prestaciones sociales de ex empleados de la empresa Puertos de Colombia, y
finalmente, dentro de esa conducta ilícita (concierto) obtuvo que la empresa
reconociera prestaciones sociales mediante resoluciones del 6 de abril de 1998 y
8 de mayo de 1998 proferidas por el Fondo Pasivo Social de la Empresa Puertos
de Colombia, que con posterioridad concilió, mediante actas números 32 del 3 de
abril de 1998 y número 055 del 23 de abril de 1998 que luego cobró a través de
títulos de tesorería.

En síntesis, por ser una conducta de ejecución permanente, el término de


prescripción de la acción penal empieza a contabilizarse realmente a partir del
último acto que materializa el concierto para delinquir, que en este caso sería la
fecha en que la entidad pública materializó los pagos a través de los títulos de
Tesorería, pues si el objeto del concierto era apropiarse de fondos públicos, fue
en ese momento en el que el comportamiento (fin del concierto) fructificó.

Lo perceptible es que los seis años no se habían cumplido ni siquiera si se


contabilizara como fecha del concierto la de las resoluciones que ordenaron los
pagos, pues, el límite sería el 5 de abril de 2004.

No obstante, la prescripción de la acción en la fase del sumario se interrumpió el


11 de agosto de 2003 cuando la Delegada ante el Tribunal confirmó la acusación.

2.Con ocasión de la derogatoria del Decreto 2700 de 1991 y la entrada en


vigencia del Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000, vigente a partir del
25 de julio de 2001), se presentaron múltiples alegaciones en el mismo sentido,

241
pues a partir de esa época la Fiscalía omitió definir situación jurídica en los
casos de adecuación de los procesos al nuevo trámite de la Ley 600.

De manera uniforme la Jurisprudencia de la Sala resolvió aquellas inquietudes


en el sentido de que no se vulneraban los artículos 387-388 (Decreto 2700/91) ni
los artículos 354-357 (Ley 600/00), porque se estaba ante normas procesales y
no sustanciales, en la medida que la situación jurídica era una definición con
carácter "provisional y probable que no podía catalogarse como definitiva o
última", y por ello afirmó la tesis de que la omisión de valorar la situación del
sindicado jurídica en el curso del sumario no impediría que válidamente se
hiciera luego de clausurada la investigación, de manera que la irregularidad
derivada de la inobservancia del inciso 1° del artículo 438 del C. P. P. "carecería
de la sustancialidad necesaria para que se erija en causal de nulidad", lo que
bien podría haberse aconsejado su eliminación del nuevo estatuto procesal penal,
como en efecto ocurrió(2) .

Y no deja de tener razón el Delegado cuando recuerda que, en últimas, la falta de


definición de situación jurídica del imputado lo benefició con la libertad
provisional, en la medida en que las conductas objeto de investigación (Falsedad
material en particular en documento público agravada por el uso, estafa
agravada, fraude procesal y concierto para delinquir) eran suficientes para
imponer la medida de aseguramiento consistente en detención preventiva sin
beneficio de libertad provisional, luego, "la irregularidad no fue trascendente".

3.El artículo 404 del Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 200) no es una
norma de naturaleza sustantiva(3) , y por ello, su alegación resulta impertinente
al amparo de la violación directa, pues, se trata de un precepto puramente
procesal que regula la manera como la fiscalía (que es la titular de la acción
penal y de la acusación) puede introducir modificaciones a la formulación de la
acusación.

Desde esta óptica, el recurrente (que debió ser la Fiscalía misma porque el fallo
desconoce sus derechos como sujeto procesal, no obstante que el Ministerio
Público también tiene legitimidad porque su perspectiva al interior del proceso
penal es amplia a la luz del artículo 277 de la Constitución Política) debió
proponer la alegación al amparo de la nulidad (por falsa motivación en este caso),
con el fin de preservar y de respetar el fuero constitucional que tiene el fiscal de
acusar y de introducir modificaciones a la acusación en el juicio.

4.No hay ninguna duda que la Fiscalía, dentro del resorte de su competencia, por
ser el organismo titular de la acción penal en la fase instructiva del sumario y de
la acusación ante el juez del conocimiento (Artículo 250 de la Constitución
Política, modificado por el Acto Legislativo número 3 de 2002, artículo 2°) es
quien dispone de la acusación en el marco del sistema de enjuiciamiento de la
Ley 600; por ello, cuando introdujo variables a la acusación en la fase del juicio
lo hizo en su función de titular de la acción penal y titular de la función pública
de investigar y de acusar, dentro de los parámetros de la Ley (artículos 393, 395,
397, 398, 404 del C. de P.P.)

Por ello, cuando la fiscalía modificó para agravar la acusación y en razón de ello
el juez del conocimiento dispuso el término legal para que los procesados
tuviesen la oportunidad de modificar la estrategia defensiva de conformidad con
las variaciones introducidas (suspendió las diligencias y abrió nuevamente etapa
probatoria), lo hicieron con plena observancia del rito del artículo 404.

242
Así las cosas, la acusación por la que tiene que proferirse sentencia de mérito ES
la que se encuentra establecida en la resolución de la Fiscalía que la materializó
mediante la Resolución del 5 de abril de 2002, confirmada en segunda instancia
por la Delegada ante el Tribunal de Bogotá el 11 de agosto de 2003, con las
variantes que el fiscal introdujo en el juicio.

No puede el sentenciador (individual o colectivo) declarar la inexistencia de la


acusación y tampoco puede declarar la inexistencia de las modificaciones a la
acusación, porque acusar no es de su resorte funcional, es una garantía
fundamental de uno de los sujetos del proceso: EL FISCAL.

5.Toda la razón asiste al libelista, en la medida que la disponibilidad jurídica que


el funcionario tenía en relación con el dinero público destinado a la liquidación
de la empresa Puertos de Colombia le imponía cerciorarse de la legalidad de los
pagos, sobre todo si se trataba -como en estos casos- de erogación de
significativas sumas de dinero público a favor de personas determinadas y sin
contraprestación alguna más allá de una reclamación laboral soportada en
documentación cuya autenticidad tenía el deber de corroborar a plenitud porque
la función pública se lo imponía como deberes inherentes al cargo de Gerente
Liquidador.

Por suerte que, si permitió la apropiación de cuantiosas sumas de dinero del


Estado a través de irregulares resoluciones cuyos pagos luego concilió para hacer
efectivo el desembolso real por parte del Ministerio de Hacienda mediante títulos
de tesorería a favor de una persona (Esperanza Escorcia) que ni siquiera era la
apoderada de los reclamantes, naturalmente que intervino dolosamente en la
apropiación a favor de terceros de los dineros públicos.

De esta manera, asiste razón al libelista cuando alega que el Gerente de la


empresa en liquidación contribuyó de manera dolosa a la apropiación de fondos
públicos a favor de terceros, por cuanto el funcionario -Gerente liquidador-
asumió voluntariamente el cargo público que le imponía deberes de
aseguramiento y de salvamento en relación con el dinero de la empresa en
liquidación.
Ciertamente que el cargo de Gerente liquidador no era estético como lo afirma,
con razón, el recurrente. Implicaba desempeñar complejas tareas que exigían de
él la dedicación, los méritos intelectuales, académicos y sobre todo, riguroso
control de las erogaciones.

De esta forma, el procedimiento administrativo que se debía agotar para la


disposición de fondos públicos estaba a cargo del Gerente ATUESTA BLANCO y,
sin perjuicio de las responsabilidades individuales, él tenía efectivo control en la
disponibilidad de los fondos que disipó mediante las resoluciones números 410,
411 de 1998 en tanto eran obligaciones inexistentes.

6.No sobra recordar que los sentenciados (ambos), señores RAINER ENRIQUE
CUETO ACUÑA y SALVADOR ATUESTA BLANCO lo son por una conducta contra
la administración pública (Peculado por apropiación) que afectó el patrimonio del
Estado y que en esos eventos la inhabilitación que opera para el ejercicio de
funciones públicas es la prevista en el artículo 122 inciso final de la Constitución
Política, como pacíficamente lo tiene establecido la jurisprudencia(4) , sin que tal
determinación necesariamente deba estar incluida en el fallo, ni implique
violación al principio de reforma peyorativa porque es un tema de reserva política
del Constituyente mismo en favor de la configuración de un diseño moral mínimo
del Estado.

243
De suerte que ejecutoriado el fallo lo pertinente es que el juez del conocimiento
remita copia auténtica a las autoridades que indica la ley, entre ellas al Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario, la Registraduría Nacional del Estado Civil, la
Procuraduría General de la Nación, la Fiscalía General de la Nación y el
Departamento Administrativo de Seguridad DAS, de conformidad con el artículo
38 del Código Penal y con los artículos 469 y 472 del Código de Procedimiento
Penl (Ley 600 de 2000).
________________________________________________________________________________
1-CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala de Casación Penal. Proceso 26942, 8 de noviembre de
2007.
2-CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala Penal, auto del 23 de mayo de 2007, rad. núm. 26706;
en el mismo sentido, Sentencia de Casación del 24 de abril de 2001, radicación: 12424.
3-Como el tema no admite otra posibilidad interpretativa, recuérdese que "La naturaleza
sustancial es predicable de las normas que describen los delitos, las que se refieren a condiciones
de punibilidad y a la responsabilidad del procesado, como las que establecen condiciones
genéricas o específicas de agravación a atenuación punitiva y las que recogen axiomas del
derecho penal como el in dubio pro reo. Por su parte, aquellas que tienden a lograr o definir los
elementos contenidos en las primeras, son instrumentales". véase, entre otras, sentencia de
casación del 19 de junio de 2003, rad. núm. 16394.
4-CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de casación penal, sentencias del 19/07/2006 rad. núm.
22263; del 10/08/2006, rad. núm. 22289; del 07/09/2006, rad. núm. 23171; del 11/09/2006,
rad. núm. 25774, entre otras.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 06/08/2008
DECISION : Casa Sentencia, Excluye Numeral Tercero,
Condena y Otros
DELITOS : Estafa, Fraude procesal, Concierto para delinquir,
Falsedad material en documento público
PROCESO : 29463
PUBLICADA : Si

ESTAFA-Prescripción

1. La acusación y los fallos de instancia adecuaron los hechos investigados a la


conducta de estafa, prevista en el artículo 356 del Código Penal de 1980,
agravada, en razón de la cuantía, en los términos del artículo 372.1 ídem,
disposiciones que determinaban un intervalo punitivo de 16 meses a 15 años de
prisión.

Para la misma conducta, los artículos 246 y 267.1 de la Ley 599 del 2000,
actualmente en vigencia, señalan topes entre 2 años y 8 meses y 12 años.

Tratándose del principio y derecho fundamental de la favorabilidad, garantizado


en el artículo 29 de la Constitución Política, que exige que cuando exista un
tránsito legislativo el juzgador está obligado a acoger aquella disposición que
resulte benéfica a los intereses del procesado, ya sea de manera ultractiva (se
aplica la derogada, pero que regía cuando sucedieron los hechos) o retroactiva (la
que rige en el momento actual).

En punto del instituto de la prescripción de la acción penal, resulta


incontrastable que la Ley 599 del 2000 es provechosa para el acusado, en tanto
impone un máximo de pena de 12 años de prisión (frente a los 15 del Decreto
100 de 1980), que, reducidos a la mitad en la fase del juzgamiento, quedan en
seis (6) años.

244
Ese lapso, contado desde la ejecutoria de la acusación, 30 de octubre de 2001
(fecha en que la segunda instancia confirmó la del A quo), se cumplió el 30 de
octubre de 2007, cuando el proceso se encontraba en la Procuraduría Tercera
Delegada en lo Penal, a donde llegó el 30 de octubre de 2006.

Como la acción penal ha prescrito (también la civil que se ejerció conjuntamente),


la única actuación que corresponde al funcionario judicial es declararla, se trate
del de primera o segunda instancia e, incluso, el de casación.

PONENTE(S) : AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN

Sentencia Casación
FECHA : 22/08/2008
DECISION : No Casa
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público,
Peculado por aplicación diferente
PROCESO : 27321
PUBLICADA : No

02/09/2008

CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia: Requisitos/


DERECHO DE DEFENSA-Contiene los derechos a la defensa material y a la
defensa técnica/ DEFENSA TECNICA-Derecho del procesado a tenerla/
DEFENSA MATERIAL-Derecho a ella/ DEFENSA TECNICA-Derecho
irrenunciable/ DEFENSA TECNICA-El derecho a ella prevalece sobre el derecho a
la defensa material/ DEFENSA TECNICA-Derecho a escoger libremente el
defensor/ DEFENSA TECNICA-Derecho a escoger libremente el defensor:
Excepciones/ DEFENSA TECNICA-Ejercicio por otro de los procesados:
Condiciones/ DEFENSA TECNICA-Estudiante de derecho: Designación/
DEFENSOR-Designación: Actúa en el proceso hasta que nombren un nuevo
abogado/ SITUACION JURIDICA-Estafa/ VENTA DE COSA AJENA-Puede
constituir hecho punible/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el
nivel educativo, experiencia, etc. de la víctima

1.Al contrario de lo sostenido por la Procuradora Delegada acerca de la no


concurrencia de alguno de los fines de la casación discrecional, la Sala encuentra
que en el presente caso, frente a uno de los reproches planteados en las
demandas, resulta procedente su intervención de conformidad con lo previsto en
el inciso tercero del artículo 205 de la ley 600 de 2000, en la medida en que el
problema jurídico que de manera intrínseca refulge de su simple lectura, así
como de una somera revisión de la actuación procesal, implica la necesidad de
un pronunciamiento de fondo en aras de desarrollar la jurisprudencia en ese
sentido.

Como bien lo ha señalado la Corte en anteriores oportunidades , "si bien uno de


los fines del recurso de casación es la "unificación de la jurisprudencia nacional",
su intervención sólo tiene sentido en la medida que la temática sugerida por el
actor evidencie, como ya se dijo, la necesidad de un pronunciamiento y que,
además, éste resulte útil para solucionar el asunto analizado".

2.El literal d) del numeral 3 del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidad, aprobado por la ley
74 de 1968, establece que "[d]urante el proceso, toda persona acusada de un

245
delito tendrá derecho, en plena igualdad, […] a defenderse personalmente o ser
asistida por un defensor de su elección […] y, siempre que el interés de la justicia
lo exija, a que se le nombre defensor de oficio".

Así mismo, los literales d) y e) del numeral 2 del artículo 8 de la Convención


Americana de Derechos Humanos, aprobada por la ley 16 de 1972, consagran el
"derecho del inculpado de defenderse personal-mente o de ser asistido por un
defensor de su elección", así como el "derecho irrenunciable de ser asistido por
un defensor proporcionado por el Estado […], si el inculpado no se defendiere por
sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley".

De conformidad con la lectura de tales disposiciones, se desprende que los


instrumentos internacionales consagran dentro de una misma categoría el
derecho que ostenta el procesado a la defensa, bien sea por sí mismo o por
intermedio del asistente letrado de su elección, y, de manera supletoria, el
derecho indeclinable a una asistencia letrada oficiosa cuando ninguno de los
otros dos supuestos se presente o cuando en aras de los intereses de la justicia
se considere necesario tal designación.

En el ordenamiento jurídico colombiano, el inciso 4º del artículo 29 de la


Constitución Política de 1991 consagra tanto el derecho a defenderse
personalmente como el derecho a ser asistido por un abogado de libre elección,
así como el derecho a ser representado por un defensor público:

"[…] Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un


abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento".

3.En la mayoría de los ordenamientos jurídicos, sin embargo, el derecho de ser


asistido por un abogado, ya sea de libre elección o de oficio en el caso de que no
tener medios para costearse uno, está por encima del derecho de representarse
personalmente, e incluso de la voluntad particular de no ejercer defensa alguna
en cualquier sentido. En otras palabras, la facultad de defenderse por sí mismo
no excluye el derecho de ser asistido por un abogado .

Lo anterior obedece a varias razones. En primer lugar, el derecho a la defensa


implica el derecho a tener una representación eficaz, que de acuerdo con el
numeral 11 de la observación número 13 al artículo 14 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos de la ONU implica el deber de "actuar
diligentemente y sin temor, valiéndose de todos los medios de defensa
disponibles".

De ahí que la representación eficaz no se satisfaría con el simple hecho de que


una persona ejerciera por sí misma su defensa dentro de un proceso penal si no
tiene la preparación ni los conocimientos adecuados para ello:

"En un ordenamiento cuyas "leyes fuesen tan sencillas que su conocimiento


estuviese al alcance de todos los ciudadanos, escribió Bentham, cada cual podría
"dirigir y defender su causa en justicia como administra y dirige sus demás
negocios" y sería por tanto suficiente la auto-defensa. Pero "en el reinado de una
legislación oscura y complicada, de un modo de enjuiciar lleno de fórmulas y
cargado de nulidades", es necesaria la defensa técnica de un abogado de
profesión" .

Es más, incluso en aquellos países en donde el sistema procesal penal permite la


defensa única del reo no letrado, como sucede por ejemplo en Puerto Rico y los
Estados Unidos , el juez tiene la obligación de advertirle a quien renuncia a ser

246
asistido por un abogado acerca de los peligros inherentes a la propia represen-
tación, por razones idénticas a las señaladas en precedencia:

"Aun el hombre inteligente y educado -pero sin educación jurídica formal-


cuando se enfrenta a un procedimiento criminal se verá desamparado: no podrá
determinar si la acusación es o no defectuosa, no conoce las reglas de evidencia
ni de procedimiento, carece de las destrezas elementales para preparar
adecuadamente su defensa -aunque tenga una defensa perfecta-, etc. Aunque
sea inocente, es altamente probable una convicción en virtud de la ausencia de
asistencia de abogado; sencillamente, el lego -aunque inteligente y culto- no sabe
cómo establecer su inocencia. Si eso es así en el caso de acusados inteligentes y
educados, lo es mucho más en casos de acusados ignorantes y sin educación" .

En segundo lugar, como la defensa de un asistente letrado es necesaria ""para


restablecer la igualdad entre las partes, respecto a la capacidad, y para
compensar la desventaja inherente a la inferioridad de condición" del imputado" ,
este último no sólo debe ser asistido por una persona que esté en la posibilidad
intelectual, sino también física, de competir en las mismas condiciones con los
representantes del poder punitivo del Estado:

"Como garante para el imputado del respeto de la presunción de inocencia


conforme al Estado de Derecho […], el defensor es irrenunciable […], pues, la
mayoría de las veces, el mismo imputado no está en condiciones suficientes de
responder a las necesidades de su propia defensa […] a causa de su situación
personal (con frecuencia carece de recursos o está cumpliendo prisión
preventiva)" .

En tercer lugar, el defensor, a pesar de que está obligado a la parcialidad, no


actúa de manera exclusiva en pro de los intereses subjetivos o particulares del
procesado, sino que además de ello cumple con una función tanto jurídica como
de interés público, consistente en garantizar, dentro del marco de un Estado
Social y Democrático de Derecho, el respeto de los derechos fundamentales de su
prohijado:

"[…] como representante de los intereses de defensa del imputado, reconocidos


legalmente, obligado a la parcialidad, [el defensor] tiene una función procesal que
ni el fiscal, ni el juez, ni el imputado pueden cumplir por sí mismos […].

"De ello resulta que, por un lado, cumple una función pública debido a que,
fácticamente, hace valer la presunción de inocencia (y, dado el caso, también
todas las circunstancias que favorecen al culpable) y, en sentido jurídico,
garantiza y vela por la legalidad formal del procedimiento. El Estado tiene un
interés en ambas funciones, si quiere ser reconocido como Estado de Derecho; y
el defensor sirve a ese interés. Pero, al mismo tiempo, el defensor sirve con ello,
en una suerte de armonía preestablecida, exclusivamente al interés del
imputado, en la medida en que ese interés se dirija a ser defendido de la mejor
manera posible. Se puede decir, si se quiere acudir a los términos usuales, que el
defensor está llamado exclusivamente a hacer valer los intereses de defensa del
imputado, legitimados por la ley, y en esa función es órgano de la administración
de justicia […].

"Esta clasificación del defensor como órgano de la administración de justicia, al


exclusivo servicio de los intereses del imputado admitidos legalmente, trae
consigo fuertes rasgos propios del Estado social, incluso paternalistas" .

247
Por consiguiente, mientras la defensa que ejerce el procesado (también conocida
en nuestro medio como defensa material) es renunciable, el derecho a la
asistencia letrada (o de defensa técnica) de ninguna manera lo es, y de ahí se
deriva que el abogado defensor no sólo puede sino que tiene que actuar incluso
en contra de la voluntad del procesado:

"El interés social en el pleno ejercicio de la libertad y en el justo equilibrio entre


imputado y acusador exige que aquél esté técnicamente defendido durante todo
el proceso, aun en contra de su voluntad. Él sólo está capacitado para ejercer
personalmente su defensa material, y también para renunciarla; pero no puede
oponerse a la integración técnica de esa defensa, porque no le está permitido
renunciar al proceso regular y legal ni a las razones fácticas o jurídicas que
favorezcan su situación" .

4.. Aunada a la necesidad de garantizar la asistencia letrada por encima del


derecho de defenderse personalmente, también refulge dentro de la primera la
prioridad que le concierne al procesado de que se le designe como representante
al abogado de su elección, en la medida en que "[u]na defensa óptima sólo es
posible sobre la base de una relación de confianza entre defensor e imputado" :

"El verdadero defensor del imputado es el de confianza y electivo. El oficial es


subsidiario e impuesto por la necesidad de efectiva defensa técnica […].

""De confianza" es una idea sustancial que muestra el vínculo entre defensor y
defendido en cuanto caracterizante de la esencia misma de la actividad a
cumplir. "Electivo" es idea formal y técnica que lo diferencia del nombrado de
oficio; pero a su vez indica el medio apto para obtener la nota anterior. Lo que se
requiere es satisfacer la función de garantía judicial de una mejor defensa del
imputado, al elegir el técnico de su confianza.

"[…] La elección es acto voluntario y libre del imputado, que el tribunal debe
garantizar en cuanto al modo y oportunidad para que sea eficiente" .

En este orden de ideas, antes de proceder al nombramiento de cualquier defensor


oficioso, o al desplazamiento de un abogado de confianza, el funcionario judicial
siempre tendrá la obligación de brindarle al procesado "la oportunidad de que
designe por sí mismo un abogado dentro de un plazo determinado" .

5. Ahora bien, como sucede con todos los derechos de raigambre constitucional,
el de nombrar el asistente técnico a libre elección del procesado no es absoluto,
por cuanto ello puede incluso afectar el interés público en la realización de
justicia o los propósitos que pretende alcanzar la garantía de la defensa técnica.

Así, por ejemplo, varias legislaciones, con el fin razonable de evitar conflictos de
intereses, de manera expresa prohíben que un defensor pueda defender
simultáneamente a varios procesados por el mismo hecho, ni a varios procesados
por hechos distintos dentro de la misma actuación .

La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado


al respecto que si bien normas en tal sentido restringen el derecho del acusado
de nombrar al profesional del derecho de su elección, no suscitan por sí solas
una afectación de dicha garantía:

"147. La disposición que niega la posibilidad de que un mismo defensor asista a


más de un inculpado limita las alternativas en cuanto a la elección del defensor,
pero no significa, per se, una violación del artículo 8.2.d de la Convención" .

248
Adicionalmente, el procesado "no puede insistir en un abogado en particular,
aunque éste esté dispuesto a asumir su representación, si ello acarrea
suspensiones repetidas, patente conflicto de intereses, inadecuada
representación, etc." :

"El Estado puede imponer limitaciones al derecho de un acusado a seleccionar


libremente el abogado de su preferencia, siempre que tales limitaciones se
justifiquen a base de importantes intereses públicos que superen el menoscabo
que pueda sufrir el derecho a asistencia de abogado" .

En este orden de ideas, cualquier colisión que se suscite entre el derecho del
procesado de elegir libremente a un abogado y el derecho a la representación
eficaz que le asiste tendrá que ser resuelto a favor de este último, en la medida
en que, desde el punto de vista de lo razonable, el funcionario encuentre que el
asistente designado no podrá garantizar el interés público en la realización de
justicia que le es exigible, ya sea por un concreto conflicto de intereses, o por una
manifiesta y equivocada gestión, o por el empleo de maniobras y estrategias
defensivas desleales o que dilaten de modo injustificado la actuación, o por
cualquier otra situación que vaya en contravía de las funciones de ser garante de
la presunción de inocencia y de velar debidamente por el respeto a los derechos
fundamentales de su representado.
_________________________________________________

FALTA TESIS, VER PROVIDENCIA COMPLETA


PONENTE(S) : AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN
Sentencia Casación
FECHA : 02/09/2008
DECISION : No Casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 25153
PUBLICADA : Si

08/09/2008

ESTAFA-Auto puesta en peligro

1. Se observa que el libelista tampoco especifica la cobertura del presunto vicio in


procedendo discutido, por cuanto propone dos alternativas, desconociendo el
carácter rogado del recurso de casación, independientemente de los deberes
constitucionales y legales que corresponden a la Sala, quien ha de velar por el
respeto de las garantías fundamentales de los intervinientes en el proceso.

PONENTE(S) : DRA.MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE


LEMOS
Sentencia Casación
FECHA : 08/09/2008
DECISION : Inadmite la Demanda, Casa Parcial y de Oficio la
Pena
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 30182
PUBLICADA : No

17/09/2008

249
FUERO-Congresista: Factor personal y funcional/ CONGRESISTA-Aplicación
aumento de penas Ley 890 de a pesar de trámite Ley 600/ FALSEDAD
IDEOLOGICA EN DOCUMENTO PUBLICO-Se configura/ CONGRESISTA-
Acciones ante el Gobierno para satisfacer necesidades de sus electores que no
constituyen delito/ ESTAFA-Elementos/ RESPONSABILIDAD FISCAL-Es
independiente de la responsabilidad penal/ AYUDA HUMANITARIA-Concepto/
MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Fines: Congresista/ DETENCION PREVENTIVA-
Sustitución por la domiciliaria: Favorabilidad Ley 906/ CONGRESISTA-
Aplicación aumento de penas Ley 890 a pesar de trámite Ley 906: No es posible,
salvamento de voto/ RESOLUCION DE LA SITUACION JURIDICA-Favorabilidad
Ley 906: Salvamento de voto/ DETENCION PREVENTIVA-Improcedencia cuando
se investigan falsedad ideológica en documento público y estafa agravada:
Salvamento de voto/ RESOLUCION DE LA SITUACION JURIDICA-Favorabilidad
Ley 906: Salvamento de voto/ DETENCION PREVENTIVA-Improcedencia cuando
se investigan falsedad ideológica en documento público y estafa agravada:
Salvamento de voto/ PECULADO POR USO-Diferencia con la estafa agravada:
Salvamento de voto/ ESTAFA AGRAVADA-Diferencia con el peculado por uso:
Salvamento de voto

1.De conformidad con el numeral 3° del artículo 235 de la Carta Política, en


concordancia con el numeral 7° del artículo 75 del Código de Procedimiento
Penal , la Corte es competente para investigar y juzgar a los miembros del
Congreso, calidad que actualmente ostenta la doctora (.....). Así lo indicó el
Secretario General de la Cámara de Representantes, en certificación donde
consigna que fue elegida para esta Corporación por la circunscripción electoral
del Guainía, para el período constitucional 2006-2010, posesionándose el 20 de
julio de 2006 .

2.Mediante el Acto Legislativo 03 de 2002, se introdujo en la normativa patria un


nuevo modelo de investigación penal, de tendencia acusatoria, implementado
mediante la expedición de diversas disposiciones, entre ellas la Ley 906 de 2004,
estatuto procesal cuya aplicación atendió, por expreso mandato del legislador,
precisos criterios que determinaron su aplicación gradual en el territorio nacional
.

La mencionada preceptiva , en forma expresa dispuso que los casos mencionados


en el numeral 3° del artículo 235 de la Constitución Política, se tramitaran
siguiendo los derroteros de la Ley 600 de 2000, norma aplicable, por tanto, a este
asunto.

Otro de los cambios legislativos vinculados con el nuevo sistema procesal,


consistió en la expedición de la Ley 890 de 2004, a través de la cual se reformó el
Código Penal en aspectos atinentes a la duración máxima de la pena privativa de
la libertad, a la suspensión condicional de la ejecución de la pena, a la libertad
condicional y a la prescripción de la acción penal; de igual forma se establecieron
nuevas conductas punibles, se aumentó la sanción dispuesta para dos tipos
penales y se incrementaron, de manera general, las sanciones para los
comportamientos descritos en su parte especial.

Ahora bien: el numeral 1° del artículo 354 de la Ley 600 de 2000 ordena definir
la situación jurídica del vinculado en aquellos eventos en los cuales procede la
detención preventiva, medida aplicable cuando se trata de delitos sancionados
con pena de prisión cuyo mínimo sea o exceda de cuatro años, o incluidos en el
listado de punibles enunciados en el artículo 357 del mismo estatuto, o cuando
sobre el sindicado pese sentencia condenatoria ejecutoriada por delito doloso o

250
preterintencional sancionado con prisión y, por último, en los asuntos sometidos
al conocimiento de los jueces especializados.

Como se analizará más adelante, en el presente caso los hechos objeto de


investigación se adecuan provisionalmente a los punibles de falsedad ideológica
en documento público, agravada por el uso y, estafa agravada, comportamientos
previstos en los artículos 286 y 246 del Código Penal.

Antes de la reforma introducida por la Ley 890 de 2004, el ordenamiento punitivo


establecía para la primera de dichas conductas, una pena de prisión de cuatro
(4) a ocho (8) años e inhabilitación de derechos y funciones públicas de cinco (5)
a diez (10) años; por virtud del artículo 290 siguiente, la pena privativa de la
libertad debe incrementarse hasta la mitad, cuando quien concurre a la comisión
del ilícito, además usa el documento.

A su vez, el artículo 246 del mismo estatuto sancionaba la Estafa con prisión de
dos (2) a ocho (8) años y multa de cincuenta (50) a mil (1.000) salarios mínimos
legales mensuales vigentes, pena que debe aumentarse de una tercera parte a la
mitad cuando, como aquí ocurre, la conducta recae sobre una cosa cuyo valor
supera los cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes o sobre bienes
del Estado .

Impera señalar que, como se indicó, los hechos atribuidos a la doctora (.....)
acontecieron en enero y marzo de 2006, circunstancia que si bien ninguna
incidencia tiene frente al esquema procesal bajo el cual debe adelantarse su
investigación y juzgamiento, lleva a la Corte a plantearse si tales conductas
aparejan la sanción inicialmente dispuesta por la Ley 599 de 2000 o, si por el
contrario, están sometidas al incremento punitivo introducido por el artículo 14
de la Ley 890 de 2004.

Para dilucidar el punto corresponde, en primer término, remitirse al artículo 15


de esta normativa, en el cual se señaló que "La presente ley rige a partir del 1o.
de enero de 2005, con excepción de los artículos 7° a 13, los que entrarán en
vigencia en forma inmediata".

La jurisprudencia mayoritaria de esta Sala ha señalado, en punto de la


aplicación de las restantes disposiciones de la normativa mencionada, entre ellas
el artículo 14 donde se prevé el aumento general de penas, que está supeditada a
la gradualidad fijada para la Ley 906 de 2004, con la cual guarda estrecha
relación, atendidos sus precedentes legislativos. En este sentido sostuvo:

"…Si eso es así, y se revela que lo fue cuando se repasan todos los antecedentes
vinculados a la ley y a los cuales se ha hecho referencia en detalle, resulta
imperativo asegurar que al igual que el acto legislativo 03 de 2002 y que el
Código de Procedimiento Penal de 2004, la norma de aumento de penas, vigente
desde el 1º de enero de 2005, se aplica gradualmente en los Distritos Judiciales
donde se vaya implantando el sistema acusatorio." [Negrilla corresponde al
texto].

Ha de concluirse, entonces, que los incrementos punitivos impuestos por la Ley


890 de 2004 empezaron a regir en los distritos judiciales de Armenia, Bogotá,
Manizales y Pereira desde el 1º de enero de 2005, únicamente en relación con
hechos acontecidos a partir de tal fecha y, se efectuaron luego, de manera
progresiva, en los restantes distritos del territorio nacional, hasta alcanzar su
implementación total, el 1º de enero del año en curso .

251
Consecuentemente, para enero y marzo de 2006, el aumento de pena aludido
cobijaba cualquier conducta delictiva cumplida en la ciudad de Bogotá, dada la
innegable aplicabilidad de la Ley 890 de 2004 en este distrito judicial.

Los hechos atribuidos a la doctora (.....) no son ajenos a la regulación comentada,


considerando que sucedieron en esta ciudad en los meses de enero y marzo de
2006, como oportunamente se señaló. Por tanto, deben generar una sanción
acorde con los términos señalados en la Ley 890 de 2004.

Frente a esta conclusión puede argumentarse que dicho aumento punitivo no


resulta viable, en razón al expreso mandato contenido en el artículo 533 de la Ley
906 de 2004, según el cual, las investigaciones adelantadas contra Congresistas
seguirán tramitándose conforme a la Ley 600 de 2000.

Tal razonamiento no puede acogerse, pues si bien la Ley 906 de 2004, en


desarrollo del artículo 250 de la Constitución Política, asignó a la Fiscalía
General de la Nación la función de investigación penal, separándola de la de
juzgamiento, no puede soslayarse que también por disposición constitucional, es
función de la Corte Suprema investigar a los miembros del Congreso de la
República, razón por la cual el legislador ordenó que dichos trámites siguieran
los derroteros de la Ley 600 de 2000, sin consideración a la época de comisión
del comportamiento ilícito.

Entonces, frente a un mismo supuesto delictivo cumplido a partir del 1º de enero


de 2005 en un lugar donde ya esté operando el sistema de gestión judicial
previsto en la Ley 906 de 2004, el procedimiento dispuesto para adelantar su
investigación es la única diferencia que puede existir entre cualquier individuo y
un miembro del Congreso de la República y, así, mientras para aquél será este
ordenamiento el que rija su investigación, la adelantada contra el Congresista
debe atender los lineamientos trazados por la Ley 600 de 2000.

No cabe, por tanto, considerar la pena como elemento diferenciador de uno y otro
caso, pues ambos están reglamentados por idéntica preceptiva, el Código Penal,
con la modificación introducida a través del artículo 14 de la Ley 890 de 2004,
centrada en aspectos sustanciales, no procesales.

De aceptarse una tesis distinta, se estaría prohijando que, acudiendo a


interpretaciones normativas se establezcan diferencias no señaladas por el
legislador, quien no las hizo respecto a las personas cuando expidió la Ley 890 de
2004. Y se llegaría, por esta vía, a concluir que en nuestro país existe un grupo
de ciudadanos, los miembros del Congreso de la República, respecto de quienes
resultan inaplicables las disposiciones del Código Penal vigente para cuando
acaecieron las conductas que se les imputan, aserto inadmisible en un Estado
social de derecho, concebido como República unitaria.

Por otra parte, si bien la Sala a través de su reiterada jurisprudencia ha señalado


la existencia de estrechos vínculos entre las Leyes 906 y 890 de 2004, al
considerar, revisados sus antecedentes, que ambas se originan en la necesidad
de implementar la reforma constitucional introducida por el Acto Legislativo 03
de 2002, corresponde precisar que tal postura no riñe con la expuesta en esta
oportunidad.

Ello por cuanto, atendida la teleología del incremento punitivo centrada en


permitir "…un margen de maniobra a la Fiscalía" y asegurar "la imposición de
sanciones proporcionales a la naturaleza de los delitos que castigan" , en los
procesos tramitados bajo los postulados de la Ley 600 de 2000, se ha reconocido,

252
por razones de favorabilidad, la misma rebaja de pena dispuesta por la Ley 906
de 2004, a quienes se han acogido a las figuras previstas en aquél ordenamiento
para la terminación anticipada del proceso, evitando así, el desequilibrio que
puede sugerir la aplicación del incremento punitivo a tales casos.

Importa señalar que dicha aplicación no vulnera el principio de legalidad en


tanto consulta los elementos que lo integran, identificados por la Corte
Constitucional en los siguientes términos:

"La Constitución colombiana, por su parte, en el artículo 29 establece que "Nadie


podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa,
ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas
propias de cada juicio", exigiendo al legislador (i) definir de manera clara,
concreta e inequívoca las conductas reprobadas, (ii) el señalar anticipadamente
las respectivas sanciones, así como (iii) la definición de las autoridades
competentes y (iv) el establecimiento de las reglas sustantivas y procesales
aplicables, todo ello en aras de garantizar un debido proceso" .

La misma Corporación, al definir el alcance de cada uno de estos aspectos,


enfatizó la importancia de los principios de reserva legal y de tipicidad o
taxatividad de la pena, señalando, respecto del primero, que radica en la
atribución otorgada, de manera exclusiva al legislador, para definir no sólo las
conductas punibles sino, además, cuál es la sanción asignada a cada una de
ellas, con lo cual se busca que

"la imposición de penas derive de criterios generales establecidos por los


representantes del pueblo, y no de la voluntad individual y de la apreciación
personal de los jueces o del poder ejecutivo" .

La existencia de esta garantía no basta, señaló el Tribunal Constitucional, para


preservar los derechos de los ciudadanos, si no va acompañada de la prohibición
de aplicación retroactiva de las normas que crean delitos o aumentan penas; por
esta razón

"… "un hecho no puede considerarse delito ni ser objeto de sanción si no existe
una ley que así lo señale" sino que además la norma sancionadora
"ineludiblemente debe ser anterior al hecho o comportamiento punible, es decir,
previa o preexistente"…" .

Esta exigencia se complementa con el principio de tipicidad o taxatividad,


continúa el aludido Tribunal, según el cual la definición de las conductas
punibles, además de previa, debe ser taxativa e inequívoca, buscando que el juez
penal limite su labor a verificar si una determinada conducta se adecua a la
descripción abstracta señalada en la ley.

Constituye otro elemento del principio de legalidad, la definición, también


anticipada y precisa, del procedimiento y del juez o tribunal competente para
investigar y sancionar esas conductas.

Entonces, atendidos los anteriores planteamientos, compartidos por esta Sala,


sin dificultad se advierte que la aplicación de la Ley 890 de 2004 en este caso,
ninguna lesión irroga al principio de legalidad; obedece, por el contrario, a su
estricto reconocimiento y tutela integral, pues, se itera, los hechos atribuidos a la
Congresista (.....) acontecieron en 2006, en este distrito judicial, cuando en él
regía la mencionada ley, sin que, por otra parte, exista duda en torno al

253
procedimiento dispuesto para su investigación o a la autoridad competente para
adelantarla.

Se preserva, de igual forma el principio de igualdad, por cuanto, si no existe


razón constitucional ni legal para sustraer a los miembros del Congreso del
aumento de penas fijado por la Ley 890 citada o, lo que es igual, aplicarlo
exclusivamente a quienes no tienen tal calidad, resultaría francamente
inequitativo que frente a idénticas situaciones de hecho, surgieran diversas
consecuencias punitivas para unos y otros. Sobre este particular, la
jurisprudencia constitucional ha indicado:

"…en el derecho comparado de la postguerra la igualdad ha avanzado de nuevo,


esta vez hacia la eficacia del derecho a la igualdad, esto es, una igualdad no sólo
en los textos jurídicos sino también en la aplicación de dichos textos. De ahí
surge el concepto de la igualdad en la aplicación de la ley.

En consecuencia ya no basta que las personas gocen de iguales derechos en las


normas positivas ni que sean juzgadas por los mismos órganos. Ahora se exige
además que en la aplicación de la ley las personas reciban un tratamiento
igualitario" .

Atendidas las anteriores consideraciones, se concluye que la aplicación del


incremento punitivo dispuesto en la Ley 890 de 2004 debe hacerse en este caso,
razón por la cual el mínimo de la pena prevista para cualquiera de las conductas
endilgadas a la Representante (.....) supera con creces los cuatro años de prisión,
haciendo imprescindible resolver su situación jurídica, a lo cual se procede de
inmediato.

3.De acuerdo con la preceptiva transcrita, se trata, entonces, de un delito cuya


estructura demanda un sujeto activo calificado, esto es, el servidor público que,
en ejercicio de sus funciones, realice el comportamiento objeto de reproche,
consistente en extender un documento público, con aptitud probatoria,
consignando un hecho contrario a la verdad u ocultándola total o parcialmente.

4.En la primera de tales calidades, por expreso mandato del artículo 133 de la
Constitución Política, tiene la función de representar al pueblo y el deber de
actuar consultando la justicia y el bien común. Para el cumplimiento de la
enunciada función cuenta, entre otras facultades, con la de

"Recabar del gobierno la cooperación de los organismos de la administración


pública para el mejor desempeño de sus atribuciones" .

Sin embargo, con el propósito de encauzar el ejercicio de esa facultad, el mismo


ordenamiento estableció su incompatibilidad con

"Gestionar, en nombre propio o ajeno, asuntos ante entidades públicas o ante las
personas que administren tributos, ser apoderados ante las mismas, celebrar con
ellas, por sí o por interpuesta persona, contrato alguno. La ley establecerá las
excepciones a esta disposición" .

Consecuente con este mandato, la Ley 5ª de 1992 señaló en los numerales 6 y 8


de su artículo 283, que no resultaban incompatibles con el ejercicio de sus
funciones, las gestiones de los Congresista ante el gobierno en orden a satisfacer
las necesidades de los habitantes de sus circunscripciones electorales, ni las
orientadas a intervenir, gestionar o convenir en todo tiempo, ante los organismos
del Estado para la obtención de cualquier tipo de servicios y ayudas en materia

254
de salud, educación vivienda y obras públicas en beneficio de la comunidad
colombiana .

Siendo así, es posible concluir que la parlamentaria (.....), en ejercicio de su


función de representación, podía adelantar gestiones ante el Gobierno Nacional y
las entidades públicas adscritas a él, en los términos antes consignados, a
condición de que éstos estuvieran ceñidos a los específicos propósitos indicados
en la norma. Y, en esa medida, extender comunicaciones con destino a esas
instancias en procura de obtener atención adecuada a los intereses que
representaba.

5.Son elementos constitutivos de esta infracción, ha dicho la Sala , además del


provecho económico ilícito, el empleo de artificios o engaños por parte del actor
sobre la víctima, que ésta incurra en error precisamente por el despliegue de
estas argucias, que por virtud de ese error el agente obtenga un provecho
económico para sí o para un tercero y, finalmente, que ese movimiento
patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo.

6.Y si bien a este asunto se allegó copia del auto de cierre y archivo preliminar,
proferido el 18 de abril del año en curso por la Contraloría Delegada, Sector
Defensa, Justicia y Seguridad -Dirección de Vigilancia Fiscal- mediante el cual se
dispuso el archivo del expediente por "no determinarse afectación al patrimonio
Estatal" , tal conclusión no tiene incidencia en la valoración jurídica que
corresponde hacer a la Corte frente a la conducta de la doctora (.....), pues se
trata de actuaciones autónomas y de naturaleza diversa, cuyos resultados, por
esa misma causa, no las condicionan entre sí .

Adicional a ello, no puede desconocerse que el proceso fiscal no analizó, desde


ningún punto de vista, la conducta o la participación de la Congresista
investigada en tales hechos, sino la actuación administrativa cumplida por el
Jefe de Operaciones Aéreas y el responsable del Comando Aéreo de Transporte
Militar para disponer y concretar el vuelo solicitado, actuaciones que a la postre
no encuadraron, a juicio del ente de control, en el concepto de gestión fiscal
contemplado en el artículo 3º de la Ley 610 de 2000 , circunstancia por la cual
no correspondía efectuar un juicio de tal naturaleza.

Lo anterior permite precisar, por qué, aun cuando desde el punto de vista fiscal
se haya llegado a la conclusión mencionada, ésta en modo alguno tiene la
capacidad de afectar la valoración efectuada en este caso en punto de la
calificación jurídica provisional en relación con el delito de estafa, el cual, como
atentado al patrimonio económico, implica, según se mencionó atrás, un
provecho para el autor y un perjuicio para el afectado, en todo caso de esa índole.

Por el contrario, ello permite dilucidar, con mayor claridad, que la adecuación
típica de la conducta imputada a la doctora (.....) se circunscribe en este
específico tipo penal, si se tiene en cuenta, además, que las consideraciones
expuestas por la Contraloría en el auto mencionado en precedencia, sólo analizan
desde lo meramente objetivo la actuación de los funcionarios de la FAC, la cual,
según se anotó, estuvo determinada por la información engañosa suministrada
por la Congresista en torno al origen y calidades de los bienes y personas cuyo
traslado requería. De ahí que, el ilícito contra la fe pública le sirviera de medio
para el logro de sus fines.

7.Porque aún cuando la Disposición 003 de 2005 expedida por la FAC para
regular las Operaciones Aéreas no relacionadas con la guerra, al precisar el
concepto al cual éstas corresponden, menciona que su capacidad militar puede

255
incluir, entre otros aspectos, el manejo de "operaciones de paz y ayuda
humanitaria al interior del país y al extranjero" , esta calificación no puede
aplicarse a todo tipo de ayuda que pueda representar beneficio para un
conglomerado indeterminado de personas, restricción fundada, precisamente, en
la naturaleza de los bienes comprometidos, ni más ni menos que los aviones
destinados, de forma prioritaria, a la defensa nacional.

En ese contexto, la "ayuda humanitaria al interior del país y al extranjero"


mencionada, debe entenderse en el sentido que le otorga el derecho internacional
humanitario , a cuyo amparo se ha desarrollado esa figura, es decir como el
apoyo que se presta a individuos en situación vulnerable por causa de desastres
naturales, conflictos armados, otros eventos violentos o situaciones similares,
generadoras de sufrimiento humano que demande una atención inmediata,
preferente y prioritaria, circunstancias que razonablemente justifican, por sí
solas, aplicar estos bienes públicos a labores distintas a las que naturalmente les
corresponden.
___________________________________________________

FALTA TESIS, VER PROVIDENCIA COMPLETA

PONENTE(S) : SALA DE CASACION PENAL


Auto Unica Instancia
FECHA : 17/09/2008
DECISION : Impone Detención Preventiva, Impone Detención
Domiciliaria
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público, Estafa
agravada
PROCESO : 27339
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA
ALFREDO GOMEZ QUINTERO - Salvamento
Parcial de Voto
AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN - Salvamento
Parcial de Voto
JOSE LEONIDAS BUSTOS MARTINEZ -
Salvamento Parcial de Voto
MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS -
Salvamento Parcial de Voto
SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ - Salvamento
Parcial de Voto

07/10/2008

PRESCRIPCION-Estafa agravada: Tránsito de legislación/ JUEZ NATURAL-


Medidas de descongestión/ JUEZ NATURAL-Medidas de descongestión: Término
de vigencia de ellas/ ACTO ADMINISTRATIVO-Publicación: A partir de ella son
obligatorios/ ESTAFA-Bien embargado/ ESTAFA-Favorabilidad: Tránsito
legislativo/ FONCOLPUERTOS

1.De lo dicho se tiene que en los términos del Decreto 100 de 1980, bajo cuya
vigencia ocurrieron los hechos, la prescripción de la pena en la etapa del juicio lo
sería en el lapso de 7 años y 6 meses, cálculo efectuado a partir de considerar
que el incremento de cinco años para la sanción de 10 como máxima
correspondería a 15 y deducida la mitad después de proferido el pliego de cargos.
A su turno, en el actual régimen la pena de 8 años como máxima incrementada

256
en la mitad, según quedó visto, correspondería a 12 y su cálculo por la mitad
atendiendo a la etapa en que se establece el lapso prescriptivo sería de 6 años, de
todo lo cual se concluye que el fenómeno extintivo de la acción penal no ha
tenido ocurrencia.

2.La demandante invoca una causal de nulidad por falta de competencia del ad
quem, punto en el que resulta pertinente recordar que la Ley Estatutaria de la
Administración de Justicia faculta a la Sala Administrativa del Consejo Superior
de la Judicatura, entre otras cosas, para regular la forma como las
Corporaciones pueden redistribuir los asuntos que tengan para fallo entre los
Tribunales y Despachos Judiciales que se encuentren al día, funciones para las
cuales inclusive podrá crear, con carácter transitorio, cargos de jueces o
magistrados sustanciadores o de fallo, de acuerdo con la ley de presupuesto.

Teniendo como sustento la anterior normativa y guiada por el imperativo


constitucional de alcanzar una administración de justicia pronta y eficaz, la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, el 22 de febrero de 2007,
expidió el Acuerdo N° 3935, publicado en la Gaceta de la Judicatura al día
siguiente, mediante el cual dictó normas tendientes a descongestionar la Sala
Penal del Tribunal Superior de Cartagena, contemplando en su artículo 1°:

La Sala Especializada de Justicia y Paz, del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Barranquilla, coadyuvará en la descongestión del Tribunal Superior
de Cartagena, mediante el recibo de ochenta (80) procesos ordinarios, en estado
de fallo, provenientes de la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Cartagena, en forma proporcional de todos los despachos, seleccionados de
entre los más antiguos.

Y en el artículo 8° estableció que

El mecanismo de descongestión regulado por este Acuerdo tiene una vigencia de


dos meses, contados a partir de la fecha de su publicación en la Gaceta de la
Judicatura.

Según lo expuesto resulta evidente que la Sala de Justicia y Paz del Tribunal
Superior de Barranquilla fue autorizada para actuar como Tribunal de
descongestión de los procesos que se encontraban para fallo en la Sala Penal del
Tribunal de Cartagena.

3.En cumplimiento del referido Acuerdo, el 22 de febrero de 2007 el Tribunal


ordenó la remisión del proceso desde Cartagena a la Sala de Justicia y Paz ,
siendo recibido el expediente el 27 siguiente y repartido en esa misma fecha al
Magistrado que suscribió el fallo de segunda instancia , quien radicó la
correspondiente ponencia, según constancia secretarial , el 23 de abril de 2007 y
que los miembros del cuerpo colegiado suscribieron tres días después, esto es el
26 próximo.

4..En punto del término concedido por la Sala Administrativa del Consejo
Superior de la Judicatura para que un Tribunal o juzgado cumpla las funciones
de descongestión, precisa la Corte que el plazo que allí se estipula tiene efectos
administrativos más no judiciales, en tanto que el despacho que cumplirá la
función de descongestión deberá resolver el asunto así el plazo se encuentre
vencido, salvo (i) que la propia Sala Administrativa disponga privarlo del
conocimiento del asunto, (ii) se trate de un despacho cuya permanencia no se
prorroga en el tiempo o (iii) que la Corte ordene un cambio de radicación del
proceso.

257
Lo anterior es así porque la filosofía que orienta los programas de descongestión
no puede convertirse en tramitología que haga más morosa o paquidérmica la
administración de justicia. Si el planteamiento de la censora fuera correcto se
tendría que aceptar que cumplida la fecha establecida en un acuerdo de la Sala
Administrativa, correspondería a las secretarías de juzgados y Tribunales
devolver los procesos a las oficinas de origen y esperar un nuevo acto
administrativo para que se dispusiera el retorno de las diligencias al despacho de
descongestión, teniendo como resultado de un plan dirigido a la celeridad y
eficacia de la justicia pura tramitología insustancial destinada a generar mayor
congestión y tardanza en la solución definitiva de los procesos.

El plazo señalado en un acuerdo que establece un plan de descongestión tiene


consecuencias administrativas y por tanto sus efectos están dirigidos a la
medición de la eficiencia judicial y, con ello, la calificación de los servidores
judiciales, más no incide en la obligación que tiene el juez de resolver un asunto
que se le ha entregado para que decrete lo que en derecho corresponda.

Adicionalmente se ha de precisar que el Magistrado Ponente recibió el proceso,


estudió el asunto y radicó la ponencia en un plazo ligeramente menor a los dos
meses y que en todo caso la Sala de Justicia y Paz emitió el fallo el día en que se
vencía el bimestre que se determinó para la vigencia del Acuerdo arriba citado,
teniendo en cuenta para ello que el proceso solamente les fue puesto a su
disposición a partir del 27 de febrero de 2007.

Si a lo anterior se agrega que los actos administrativos únicamente son


obligatorios a partir de su publicación en el medio destinado para tal fin (Decreto
01 de 1984, artículo 43) y que en este caso tal circunstancia resultaba obligatoria
por tratarse de un proceso penal en el que deben ser respetados hasta las
últimas consecuencias los derechos al debido proceso y a la defensa, que en
concreto se desarrollan o se pueden hacer efectivos a partir de la publicidad de
las decisiones que se toman dentro del proceso o que desde afuera incidan en el
mismo, y que el proyecto de decisión se radicó oportunamente por el Magistrado
ponente, ha de concluirse que no se vulneró ninguno de los principios que
gobiernan ni la solemnidad ni la sustancialidad de las decisiones judiciales.

Se destaca que lo resuelto por el juez colegiado de segunda instancia fue


debidamente notificado por la Secretaría de la Sala Penal del Tribunal de
Cartagena y que, precisamente por la publicidad que se dio al fallo judicial las
partes pudieron presentar y sustentar el recurso de casación y los alegatos de no
recurrente, como en efecto lo hicieron los apoderados de la parte civil y del
procesado, respectivamente.

Con razón registra el Procurador Delegado para la Casación Penal que tampoco
se observa que la situación fáctica descrita haya tenido la trascendencia procesal
y sustantiva, de donde desprende la inexistencia de mérito alguno para anular la
actuación cumplida, porque para proceder a la declaratoria de nulidad tiene que
demostrarse la existencia de un perjuicio, y nunca podrá constituir agravio que
un proceso se resuelva con la mayor prontitud posible por medio de jueces de
descongestión.

5.Si como lo aceptó el juez colegiado, porque se deriva de toda la prueba


decretada y legalmente aducida al proceso, resultó evidente que la procesada
ocultó a la promitente compradora la existencia de un embargo que afectaba la
comercialización del inmueble, y que tal encubrimiento se presentó desde la
fecha de suscripción de la promesa, lógico resulta concluir que desde el principio

258
se utilizó el negocio jurídico como medio de engaño para esquilmar los intereses
económicos de una parte y el correspondiente provecho ilícito para la otra.

El compromiso contractual y la declaración libre y espontánea de la promitente


vendedora en el sentido de transferir el inmueble libre de embargos chocan con
la verdadera voluntad de la procesada, quien no tenía ningún ánimo de suscribir
la escritura de compraventa -ni siquiera acudió a la notaría con tal fin- porque su
propósito siempre fue el de obtener un provecho económico bajo la apariencia de
un negocio lícito.

La promesa de compraventa fue el medio idóneo que utilizó la sindicada para


llevar y mantener en error a la promitente compradora, quien procedió en los
términos impuestos por el negocio jurídico y se gobernó siempre dentro de los
postulados de la buena fe, principio imprescindible para el normal
desenvolvimiento de las relaciones jurídicas y sociales.

El análisis que hizo el ad quem al problema jurídico planteado no pasó de ser


una artificiosa argumentación que descuidó el contenido del medio probatorio y
finalmente lo distorsionó, porque ninguna duda cabe al observar el alcance de la
obligación contractual de la procesada, consistente en traditar el bien prometido
en venta libre de embargos, siendo que sobre el bien pesaba un gravamen que
hábilmente fue ocultado y que en razón del mismo la terminación exitosa del
negocio resultaba imposible.

Cometió grave error el Tribunal al considerar que la promitente compradora


también incumplió la promesa de compraventa, porque la realidad histórica
indica que ella se mantuvo atenta a satisfacer plenamente los compromisos que
le fueron impuestos por mandato del contrato. Ahora bien, y en gracia de
discusión, aceptando que esta parte no pagó el valor total del inmueble a la
vendedora, se ha de precisar que tal circunstancia es irrelevante porque la
procesada desde el momento en que se firmó la promesa actuaba con dolo de
estafar, de modo que si se le hubiera entregada una cantidad adicional de dinero
a dicha parte lo único que se habría obtenido sería un mayor perjuicio económico
derivado del delito.

Cuando se desborda el ámbito del derecho civil porque no se trata de un simple


incumplimiento contractual, sino que precisamente un negocio jurídico es
utilizado para defraudar patrimonialmente a una de las partes contratantes,
pues fruto del error derivado del ocultamiento se encubre la realidad para
motivar a la víctima a la realización del negocio, que no se pactaría en el evento
en que se conocieran las circunstancias encubiertas, y se afecta su patrimonio
económico con el consecuente provecho de la enajenante, se está ante un delito
de estafa, que por la cuantía en el presente asunto debe calificarse como
agravada.

Si se tiene en cuenta que el artificio o engaño como elemento estructural del


injusto aludido puede ser cualquier mecanismo con aptitud para provocar o
mantener en error al sujeto pasivo de la acción, y que aquí se configuró a través
de un contrato, ha de precisarse que lo realmente importante del artificio es su
capacidad para mantener en error a la víctima, aspecto que debe ser valorado por
el juzgador dentro de un sano razonamiento.

En un caso similar al presente la Sala dedujo que

el negocio jurídico de compraventa comienza con el acuerdo de voluntades, sigue


con la entrega recíproca del precio y del bien, y finaliza con la tradición, en el

259
marco de un secuencia de actos que conforman una sola conducta (el negocio
jurídico), con una sola finalidad (la venta del bien) y un solo valor (la
transferencia del derecho de dominio a través del contrato). Si en cualquiera de
esos pasos se calla frente a elementos esenciales que impedirían o dificultarían el
negocio jurídico, o que de conocerse por la parte contratante la llevarían a no
contratar, lo menos que se puede decir es que el consentimiento nace viciado, o
que no genera obligaciones desde el punto de vista contractual. Mas ocurre que
la sanción de esos actos no termina allí, pues cuando esa maniobra se constituye
en un engaño dirigido a ocasionar error en la víctima, surge el delito de estafa, en
tanto con ello se defrauda patrimonialmente al sujeto pasivo y al tiempo se
genera un provecho ilícito para el actor. Claro, porque las consecuencias
jurídicas no se quedan en el ámbito restringido de los contratantes, sino que
trascienden al interés general que exige transparencia y buena fe en los negocios
jurídicos, que de no acatarse paralizarían el tráfico comercial.

Ahora, claro que jurídicamente es lícito enajenar un bien inmueble embargado, lo


cual no se discute ni se pone en duda, pero si se afirma en la promesa de
compraventa y en la escritura pública, con el fin de llevar a cabo un negocio
jurídico que de otra forma no se hubiese cristalizado, que el bien no soporta
gravámenes - siendo que por las mismas fechas en otros documentos de similar
factura si se dejó en claro esa situación -, lo menos que tiene que suponer el
comprador es que ello es así. Pensar lo contrario equivaldría a imponerle al
comprador la carga de suponer la mala fe del vendedor, averiguar todos los
pormenores del bien y exigirle entonces sí un deber de autotela que paralizaría
hasta la dinámica social.

Ello explica el por qué la falta de información con respecto a los gravámenes,
tanto en la promesa de compraventa como en la escritura pública, se expresa
como un momento de la conducta destinada a inducir en error al cliente, mas no
como un "no hacer", razón por la cual no tiene motivo el recurrente para a partir
de ese solo supuesto, que hábilmente aísla, censurar el juicio del Tribunal por
haber equiparado la omisión a la acción, doliéndose en consecuencia de que no
se hubiesen aplicado las reglas que regulan la omisión y las posiciones de
garantía (artículos 9 y 25 del código penal), cuando en verdad ello no era
necesario .

En conclusión: como del análisis riguroso del contrato de promesa de


compraventa se tiene que la promitente compradora se desprendió de dineros de
su propiedad como consecuencia de su distorsionada comprensión de la realidad
-en tanto creía estar pagando un inmueble que se le iba a traditar-, y a esa
situación llegó a causa del engaño que le aplicó y bajo el cual la mantuvo la
procesada, quien actuaba con el propósito de obtener un provecho ilícito, resulta
diáfano el error invocado imponiéndose la prosperidad del cargo.

6.En el Código Penal de 1980 los límites punitivos de la estafa permitían la


imposición de las penas de "prisión de uno a diez años y multa de un mil a
quinientos mil pesos" (artículo 356), montos que se incrementaban hasta en una
tercera parte a la mitad cuando el punible recayera "sobre una cosa cuyo valor
fuere superior a cien mil pesos" (artículo 372.1).

El legislador de 2000 fijó las penas para la estafa "en prisión de dos (2) a ocho (8)
años y multa de cincuenta (50) a mil (1.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes" (Ley 599 de 2000, artículo 246), autorizando un incremento en la
sanción en las mismas proporciones señaladas en el estatuto de 1980 cuando la
conducta se cometa "sobre una cosa cuyo valor fuere superior a cien (100)
salarios mínimos legales mensuales vigentes" (Ibídem, artículo 267.1).

260
El juez de primera instancia determinó que la pena a imponer a la procesada
debía ser fijada en el extremo mínimo de la codificación de 2000, y lo estableció
entre 32 y 60 meses, para finalmente decretarle prisión de 55 meses.

El Ministerio Público hizo reparos a la anterior disimetría porque la norma más


favorable es la de 1980, de donde concluye que siendo los extremos de 16 a 57
meses, y acatando los criterios de proporcionalidad, la pena de prisión debe
tasarse en 27 meses y 15 días.

Teniendo en cuenta que la pena a imponer se debe fijar en el cuarto mínimo,


como en efecto lo hizo el a quo, y que los extremos punitivos de la legislación de
1980 son más favorables frente a los límites del Código Penal de 2000, perentorio
resulta seleccionar dicha normatividad para fijar la pena a imponer a la
procesada.

Ha de advertirse que mantener el mínimo o llegar al máximo de la pena dentro


del cuarto seleccionado, como lo establece el artículo 61 del Código Penal,
dependerá de

la mayor o menor gravedad de la conducta, el daño real o potencial creado, la


naturaleza de las causales que agraven o atenúen la punibilidad, la intensidad
del dolo, la preterintención o la culpa concurrentes, la necesidad de pena y la
función que ella ha de cumplir en el caso concreto.

Además de los fundamentos señalados en el inciso anterior, para efectos de la


determinación de la pena, en la tentativa se tendrá en cuenta el mayor o menor
grado de aproximación al momento consumativo y en la complicidad el mayor o
menor grado de eficacia de la contribución o ayuda.

Es menester recordar que la jurisprudencia de la Sala ha precisado que ni si


quiera ante la concurrencia exclusiva de circunstancias de atenuación el fallador
está compelido a imponer el mínimo de la pena, dado que los fundamentos para
la individualización de la sanción contenidos en el artículo 61 lo habilita para
apartarse de tal límite cuando alguno o algunos de los criterios previstos en el
citado precepto hagan presencia.

El examen de circunstancias tales como la gravedad y modalidades del hecho


punible, el grado de culpabilidad y la personalidad del agente, autorizan a la Sala
a infligir un castigo superior al mínimo previsto para la respectiva conducta
punible. Si a los anteriores elementos se atan los criterios de prevención general
y especial, la pena a atribuir a la procesada será de treinta (30) meses de prisión
e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo
lapso.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 07/10/2008
DECISION : NIega Solicitud, Casa, Condena, otros
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 28538
PUBLICADA : Si

08/10/2008

261
ESTAFA-Elementos/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Error de
hecho: Trascendencia/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el
nivel educativo, experiencia etc. de la víctima

1.El delito de estafa exige para su configuración la presencia de los siguientes


elementos: (i) que el sujeto agente utilice artificios o engaños sobre una persona
determinada, (ii) que estas maniobras artificiosas o engañosas generen un error
en la víctima, (iii) que debido a esta falsa representación de la realidad el sujeto
agente obtenga un provecho económico ilícito para sí o para un tercero, y (iv) que
este desplazamiento patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo.

2.También le asiste razón al casacionista cuando sostiene que el error cuya


existencia se reconoce es trascendente, porque con fundamento en las
conclusiones derivadas de la equivocada apreciación de la prueba (que el
procesado ocultó deliberadamente la prenda y el embargo), el Tribunal declaró
probado el engaño como elemento constitutivo del delito de estafa, y a partir de
esta errada síntesis probatoria afirmó la delictuosidad de una conducta que a
distancia emergía atípica por ausencia total del referido presupuesto.

3.El delito de estafa no se presenta cuando la víctima de la conducta cuenta con


mecanismos de tutela disponibles que le permiten conocer la situación real del
bien, y en lugar de acudir a ellos decide asumir el riesgo, porque también a ella le
es exigible un mínimo de diligencia prudente, atendido su nivel intelectual, su
experiencia, el medio social en que se desenvuelve y su pericia en asuntos de la
naturaleza del que se ventila.

Se trae a cuento esta línea jurisprudencial por encontrar cabal correspondencia


con la situación que se vivió en el caso estudiado, en donde el denunciante,
siendo un comerciante experto en el mercado de compraventa de vehículos
automotores, con negocio propio en este ramo y estudios universitarios en
economía, declinó verificar la real situación del vehículo adquirido en las oficinas
de tránsito antes de realizar el negocio, dando lugar con su comportamiento
negligente a los resultados que ahora lamenta.

PONENTE(S) : JOSE LEONIDAS BUSTOS MARTINEZ


Sentencia Casación
FECHA : 08/10/2008
DECISION : Si casa, confirma el fallo absolutorio
DELITOS : Estafa
PROCESO : 29891
PUBLICADA : Si

02/12/2008

FUERO-Congresista: Factor personal y funcional/ CONGRESISTA-Prohibición de


gestionar ante entidades públicas: Excepciones/ ESTAFA-Elementos/ ESTAFA-
Concurso con falsedad ideológica en documento público/ ESTAFA AGRAVADA-Se
invoquen influencias reales o simuladas: Falsedad ideológica en documento
público/ FALSEDAD IDEOLOGICA EN DOCUMENTO PUBLICO-Antijuridicidad/
CONGRESISTA-Aplicación aumento de penas Ley 890 a pesar de trámite Ley 906

1.El numeral 3° del artículo 235 de la Carta Política, en concordancia con el


numeral 7° del artículo 75 del Código de Procedimiento Penal (2), otorga a la

262
Corte competencia para investigar y juzgar a los miembros del Congreso de la
República, calidad que actualmente ostenta la doctora (.....), según indican las
constancias expedidas por la Secretaría General de la Cámara de Representantes
(2).

2.Los miembros del Congreso de la República ostentan, conforme lo señala el


artículo 133 del ordenamiento superior, la representación del pueblo y tienen, el
deber de actuar consultando la justicia y el bien común, para cuyo óptimo
desempeño tienen la facultad de solicitar del Gobierno la cooperación de los
organismos de la administración pública(3) .

Tal facultad no es absoluta, en tanto resulta incompatible con la gestión de


asuntos, a nombre propio o ajeno, ante entidades públicas o personas que
administren tributos, o el ejercicio ante ellas, de labores de representación o la
celebración de contratos, por sí o por interpuesta persona (4).

No obstante, con el propósito de encauzar las gestiones de los Congresistas, la


Ley 5ª de 1992 (5) estableció que las cumplidas por éstos ante el Gobierno no
resultaban incompatibles con el ejercicio de sus funciones, cuando se orientan a
satisfacer las necesidades de los habitantes de sus circunscripciones electorales,
o a intervenir, gestionar o convenir, en todo tiempo, con los organismos del
Estado para la obtención de cualquier tipo de servicios y ayudas en materias de
salud, educación, vivienda y obras públicas en beneficio de la comunidad
colombiana (6)

Ha de concluirse, entonces, que la doctora (.....) en ejercicio de su función de


representación, tenía la facultad de gestionar ante el Gobierno nacional y las
entidades públicas adscritas a él, siempre y cuando dichas gestiones tuvieran los
específicos propósitos indicados en la norma, pudiendo, en consecuencia,
extender comunicaciones con destino a esas entidades para obtener atención
adecuada a los intereses de sus electores.

3.Los elementos constitutivos de esta infracción, tiene dicho la Sala(7) son (i) el
provecho económico ilícito; (ii) el empleo de artificios o engaños por el actor sobre
la víctima; (iii) que el error en la víctima se origine en las argucias desplegadas
por el actor y, (iv) que por virtud de ese error el agente obtenga un provecho
económico para sí o para un tercero en forma correlativa al perjuicio ajeno.

4.La Corte no puede avalar esta tesis, en tanto la actuación cumplida ante la
FAC por la Congresista concreta un supuesto típico autónomo, la Falsedad
ideológica en documento público, conducta cuyo aspecto fáctico, así como su
connotación jurídico penal es plenamente diferenciable de la Estafa, con la cual
puede concurrir real y efectivamente, como ha tenido oportunidad de precisarlo
esta Sala en su reiterada jurisprudencia(8) , al desechar en situaciones similares
la posibilidad del concurso aparente de tipos.

En esta medida, considerar la creación y uso de los documentos falsos como


parte de las maniobras engañosas constitutivas del delito de Estafa, merecedoras
de reproche a través del delito contra la fe pública y de la causal de agravación
prevista para el delito de Estafa en el numeral 3° del artículo 247 citado,
conllevaría la evidente violación del principio de non bis in ídem.

(9)

6.Los documentos creados y suscritos siguiendo las órdenes de la doctora (.....),


desconocen la obligación del funcionario público, de ceñirse a la verdad en todas

263
sus manifestaciones oficiales, en tanto fueron creados faltando a ella, con lo cual
se vulnera el bien jurídico de la fe pública entendida como la confianza que
despiertan en la colectividad los documentos públicos como medio idóneo para
acreditar la relación jurídica consignada en ellos, estructurándose, entonces la
antijuridicidad material de la conducta.

7.Como se dijo en esas oportunidades, ella se funda en el acatamiento del


principio de legalidad, en tanto se limita a aplicar a hechos acontecidos en esta
ciudad, en enero y marzo de 2006, las consecuencias punitivas previstas en la
Ley 890 de 2004, vigente para la época indicada en este distrito judicial. Ello
porque los factores cronológicos y espaciales que modulaban y condicionaban la
gradualidad de su aplicación, reconocida por la Sala, estaban plenamente
satisfechos o -si se prefiere- superados.

Frente a esa realidad, resulta equivocado sostener que no es aplicable a la


procesada el aumento punitivo previsto en la citada norma, por cuanto, en
atención a su fuero tanto la investigación como el juzgamiento deben adelantarse
por los cauces de la Ley 600 de 2000.

En efecto, como se indicó al definir la situación jurídica de la doctora (.....), la


razón por la cual el legislador ordenó que la investigación y juzgamiento de los
miembros del Congreso de la República continuara bajo los lineamientos de la
preceptiva citada y no del nuevo modelo procesal adoptado, la constituye la
necesidad de atemperar la garantía constitucional del fuero a la competencia
deferida a la Corte.

Así, entonces, la diferencia que existe entre un ciudadano común o cualquier


otro funcionario y un congresista que cometan un delito similar en un territorio
donde ya esté operando el nuevo sistema -y actualmente en todo el territorio
nacional- no puede ir más allá del procedimiento a seguir, pues mientras para
los primeros el trámite se adelantará por la Ley 906, para éste último la
normatividad aplicable será la Ley 600, pero para todos la pena correspondiente
a la infracción será la misma, dado que tanto para unos y otros rigen las mismas
normas del código penal. Porque, en últimas, la modificación introducida por la
Ley 890 en su artículo 14 lo fue exclusivamente respecto de tipos penales, esto
es, en materia sustancial y no procesal.

Una interpretación distinta se aprecia lesiva del principio de igualdad, garantía


que constituye la norma general y cuya inaplicación, esto es, el trato desigual, se
justifica si existe una razón objetiva y razonable para adoptarlo, como bien indica
la defensa.

Atendidos estos lineamientos, no advierte la Sala objetivo y razonable inaplicar a


casos regidos por el sistema procesal de la Ley 600, los aumentos punitivos de la
Ley 890, no sólo porque, como quedó dicho, ésta se encontraba vigente en Bogotá
para enero y marzo de 2006, cobijando entonces cualquier conducta cometida en
ese lapso; sino, especialmente, porque si el proceso se termina por los cauces
normales, es decir, agotando todos los pasos del esquema procesal, la
desigualdad frente a supuestos de hecho iguales, ocurridos en el mismo lapso,
pero investigados bajo la Ley 906, patrocinada judicialmente, no encontraría una
explicación razonable.

En cambio, sí constituiría un severo atropello al derecho a la igualdad, porque la


diferencia en la sanción radicaría, exclusivamente, en el procedimiento seguido,
pues mientras al particular o al servidor público no aforado se le investigaría y
juzgaría por el nuevo procedimiento con el respectivo incremento punitivo, al

264
Congresista se le procesaría por Ley 600, sin tener en cuenta el mencionado
aumento. Esa distinción inexplicable y absurda, se basaría únicamente en
aspectos de trámite, de simple procedimiento, en últimas, de mecánica
investigativa.

Ahora, si bien la jurisprudencia de la Sala ha reconocido la existencia de vínculos


entre las Leyes 890 y 906 de 2004, indicando que los incrementos punitivos
establecidos en aquélla, se justifican a partir de la implementación de ésta, no lo
es menos que ningún desequilibrio genera aplicar los incrementos punitivos de la
Ley 890 a quienes son investigados y juzgados al amparo de la Ley 600, como
afirma el defensor.

Ello se justifica en que pueden acceder a los mecanismos alternativos de


terminación del proceso, dejando a salvo las particularidades de cada una de las
formas vigentes de procesamiento penal; y aunque no es posible trasladar
íntegramente las categorías de la Ley 906, sí lo es modular su imbricación como
viene sucediendo con el instituto de la sentencia anticipada (Ley 600) frente al
allanamiento a los cargos (Ley 906).

Resta señalar que la tesis expuesta no constituye modificación alguna a la


jurisprudencia de la Sala, por cuanto se trata de una situación con
características especiales cuyo estudio asume por primera vez.

_______________________________________________
1.Ley 600 de 2000
2.Fl. 145 c. 1 La Secretaría General de la Cámara de Representantes certificó su elección para el
período constitucional 2006 - 2010 y su posesión en el cargo el 20 de julio de 2006
3.Artículo 135 N° 6° Constitución Política
4. Artículo 180 N° 2 Constitución Política
5. Por la cual se expide el Reglamento del Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes.
6.Artículo 283 N° 6 y 8 Ley 5ª de 1992. El examen de constitucionalidad de esta norma, a través
de la Sentencia C-497 de noviembre 3 de 1994, señaló: "Si la filosofía de las incompatibilidades
radica, como se deja dicho, en la necesidad de impedir que la investidura congresional sea
utilizada para beneficio puramente privado, los numerales atacados no desconocen el principio
que las sustenta, desde el momento en que, por estar referidos a aspiraciones de naturaleza
colectiva y al bien público, excluyen de plano todo asomo de interés personal".
7.Cfr. Sentencia de 8 de junio de 2006, rad. 24729
8.Cfr. Sent. 03/09/06 Rad. 23755; Sent. 21/07/04 Rad. 18762; Sent. 20/06/01 Rad. 16414;
Sent. 22/11/95 Rad. 8904; Sent. 23/04/85 GJ Tomo CLXXXI Nu.2420 de 1985, pags. 179; Sent.
13/06/84, entre otras.
9.Rad. 16160 Sentencia de 24/04/03

________________________________________________

SALVAEMENTO PARCIAL DE VOTO:

Dr. JOSE LEONIDAS BUSTOS MARTINEZ


Dr. ALFREDO GOMEZ QUNTERO
Dra. MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS
Dr. AUGUSTOJ. IBAÑEZ GUZMAN

PONENTE(S) : SALA DE CASACION PENAL


Auto Unica Instancia
FECHA : 02/12/2008
DECISION : Profiere resolución de acusación
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público, Estafa
agravada
PROCESO : 27339
PUBLICADA : Si

265
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA
ALFREDO GOMEZ QUINTERO - Salvamento
Parcial de Voto
AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN - Salvamento
Parcial de Voto
JOSE LEONIDAS BUSTOS MARTINEZ -
Salvamento Parcial de Voto
MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS -
Salvamento Parcial de Voto

16/12/2008

FUERO-Congresista: Factor personal y funcional/ FUERO-Congresista:


Finalidad/ CONGRESISTA-Funciones/ TRAFICO DE INFLUENCIAS DE
SERVIDOR PUBLICO-Se configura/ TRAFICO DE INFLUENCIAS DE SERVIDOR
PUBLICO-Diferencias con la estafa agravada/ ESTAFA-Diferencias con el tráfico
de influencias de servidor público

1. De conformidad con lo normado por los artículos 235-4 y su parágrafo de la


Carta Política y 75-4 de la ley 600 de 2000, la Sala es competente para investigar
y juzgar por cualquier delito a los miembros del Congreso de la República
mientras ostenten el cargo, facultad que se extiende una vez dejada la
investidura sólo en caso de que la conducta atribuida tenga relación con las
funciones.

El fuero protege la actividad parlamentaria como función pública, caso en el cual


la competencia de la Sala se extiende de concurrir la dejación del cargo en
relación con todos los delitos cometidos por razón o con ocasión de las funciones,
y a la persona como integrante del Congreso de la República, hipótesis en la que
serán investigados y juzgados por la Corte mientras permanezcan en ejercicio del
cargo por virtud de cualquier injusto penal, sin incidir la época de su ejecución.

Así lo viene reiterando la Sala y en decisión del 16 de junio de 2008, en el


radicado No. 29769, insistió en que su competencia para investigar y juzgar a los
congresista concurre cuando el delito atribuido tiene relación con el cargo que
determinó la calidad foral, y en las hipótesis en las cuales el punible se relaciona
con el abuso de la función pública.

El abuso del cargo se presenta en los eventos en los cuales el servidor público se
vale del mismo para obtener ventaja patrimonio o de otra índole, de manera
indebida.

De otro lado, las atribuciones discernidas por la Constitución Política a los


congresistas y reglamentadas por la ley 5ª de 1992, son: de constituyente para
reformar la Constitución Política, legislativas para elaborar, interpretar, reformar
y derogar las leyes y los códigos de todos los ramos de la legislación, de control
político, judicial, electoral, administrativa y de protocolo.

2.El origen de esta prerrogativa radica en la conveniencia de sustraer a estos


funcionarios de las reglas generales de competencia, para garantizar de una
parte la dignidad del cargo y de las instituciones que representan y, de otra, la
independencia y autonomía del Congreso a objeto de que sus actuaciones no
sean entorpecidas por el ejercicio abusivo del derecho al acceso a la justicia o la
inferencia de otras autoridades.

266
3. Tipo penal para cuya configuración requiere la presencia de los siguientes
elementos:

Un sujeto activo calificado, pues exige la ejecución de la conducta por parte de


un servidor público.

Es un delito pluri-personal por demandar para su configuración la concurrencia


de dos servidores públicos, y mono-subjetivo porque sus voluntades no apuntan
a la obtención del mismo sino de distinto fin, de suerte que se sanciona al
servidor público que utiliza indebidamente las influencias y no a quien las sufre,
persona que aparece como víctima.

De las diferentes acepciones del diccionario de la real academia de la lengua,


influir es ejercer una persona o cosa predominio o fuerza moral; predominio es
imperio, poder, influjo dominante que se tiene sobre una persona o cosa.

Así entonces, las influencias se presentan cuando existe relación de superioridad


o preeminencia jerárquica entre el sujeto activo y el pasivo, lo lógico es que ellas
sean utilizadas por el superior jerárquico sobre el inferior y no al contrario,
además, deben ser indebidas, es decir, sin arreglo a los parámetros de conducta
de los servidores públicos fijados por la Constitución Política, la ley o el
reglamento, a través de regulaciones concretas.

Puede ocurrir que suceda en cadena en los casos en los cuales la conexión no es
directa con el funcionario que debe adoptar la decisión, sino con otro que influye
en él con la condición de que quien busca la intermediación de un servidor
público para que interponga sus buenos oficios ante el servidor público que está
conociendo o a de conocer del asunto en cuya solución o definición está
interesado, ostenta a su vez la condición de servidor público y conocimiento en la
participación delictiva.

En el abuso del cargo, es imprescindible que al momento de la comisión del


hecho, el sujeto activo haga sobresalir ilícitamente la calidad de que está
investido.

Los artículos 246 y 247-3 de la ley 599 de 2000 tipifican como modalidad de
estafa agravada la obtención de provecho ilícito para sí o para un tercero, con
perjuicio ajeno, de quien induce o mantiene a otro en error por medio de artificios
o engaños, invocando influencias reales o simuladas con el pretexto o con el fin
de obtener de un servidor público un beneficio en asunto que éste se encuentre
conociendo o haya de conocer. Descripción que recogió en gran parte la
redacción del anterior artículo 147 de la ley 100 de 1987, que consagraba el
delito de tráfico de influencias para obtener favor de servidor público.

La Sala viene reiterando que el tráfico de influencias tuvo profundas


modificaciones con la vigencia de la ley 599 de 2000, ya que dejó de valorar como
punible la conducta observada por los particulares, reservando este tipo de
injusto para los servidores públicos que lo cometan, ubicó, de otro lado, la
conducta asumida por los particulares, en los punibles contra el patrimonio
económico, como circunstancia de agravación de la estafa.

En decisión del 26 de octubre de 2006, la Sala en el radicado No. 19.845,


expresó:

267
"La nueva codificación limitó la conducta punible a la utilización indebida por
parte del servidor público de influencias derivadas del ejercicio del cargo o de la
función, en su provecho o de un tercero, para la obtención de algún beneficio de
otro servidor público en un asunto del que esté conociendo o haya de conocer, lo
cual traduce, consiguientemente, que se dejó de considerar como atentatorio de
la administración pública la invocación de influencias reales o simuladas por
cualquier persona -servidor público o no-, cuando se utilicen como ardid o
engaño para inducir o mantener a otro en error y obtener, para sí o para un
tercero, aprovechamiento económico ilícito.

"El tráfico de influencias se configura actualmente, entonces, por la utilización


indebida de las influencias derivadas del ejercicio del cargo o de la función
pública; y la estafa agravada por la sola invocación de influencias reales o
simuladas con la finalidad de engañar y obtener un aprovechamiento económico
ilícito. En otras palabras, en el primer caso la intervención del servidor público
ante el funcionario que conozca o haya de conocer del asunto es condición para
que se estructure el tipo penal, mientras que en el segundo esa intervención se
promete falsamente, constituyéndose en el mecanismo que induce o mantiene al
otro en error y lo mueve a desprenderse de su patrimonio.

"Puede suceder, no obstante, que el particular ofrezca ejercer una influencia


indebida ante un servidor público a cambio de una utilidad y en verdad lo haga.
En tal caso, si se tiene en cuenta que sólo puede incurrir en tráfico de influencias
el servidor público y que no produjo engaño, ninguno de los delitos comentados
habría tenido ocurrencia. Y si la gestión prometida y cumplida no incluyó el
ofrecimiento de dinero u otra utilidad al funcionario, evento en el cual se
presentaría cohecho por dar u ofrecer, y el particular no se encuentra en las
circunstancias del artículo 432 ibídem (utilización de influencias derivadas del
ejercicio de un cargo público desempeñado en el año inmediatamente anterior),
esa conducta no sería delictiva de cara a la legislación vigente".
PONENTE(S) : SALA DE CASACION PENAL
Auto Unica Instancia
FECHA : 16/12/2008
DECISION : La Sala declara que perdió competencia
PROCESO : 26738
PUBLICADA : Si
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA

04/02/2009

CASACION-La Corte, una vez admitida la demanda, entra a decidir de fondo/


ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo, experiencia
etc. de la víctima/ ESTAFA-Provecho ilícito

1.Teniendo en cuenta que la demanda presentada por el apoderado de PAULO


FERNANDO SASTOQUE NESTLER fue declarada desde el punto de vista formal
ajustada a derecho, la Sala considera que no viene al caso pronunciarse acerca
del cumplimiento o no de los requisitos de lógica y debida argumentación
evidenciados tanto por el representante del Ministerio Público como por el no
recurrente, pues a esta altura de la actuación el procesado adquirió el derecho a
que se le analicen de fondo los problemas jurídicos traídos a colación en la
sustentación correspondiente, en armonía con los fines de la casación de
garantizar la efectividad del derecho material, respetar las garantías mínimas de
las personas que intervienen en la actuación, buscar la reparación de los

268
agravios inferidos a los sujetos procesales y unificar la jurisprudencia, tal como
lo establece el artículo 206 de la ley 600 de 2000, Código de Procedimiento Penal
vigente para este asunto.

2.La Sala, en pretéritas oportunidades(1) , ha señalado que el tipo de estafa


consagrado en los artículos 246 de la ley 599 de 2000, actual ordenamiento
jurídico, y 356 del decreto ley 100 de 1980, Código Penal anterior, comprende,
debidamente concatenados, varios elementos de índole objetivo, a saber: (i) el
empleo, por parte del sujeto activo de la conducta, de maniobras artificiosas
susceptibles de engañar o hacer incurrir en error, (ii) la inducción en error en el
sujeto pasivo de tal comportamiento, (iii) el consecuente perjuicio en el
patrimonio económico de la víctima y (iv) la obtención como resultado de un
provecho ilícito.

En lo que al primer aspecto se refiere, ha sido reiterado el criterio de la Sala de


que el ocultamiento o la mentira en las negociaciones contractuales puede,
perfectamente, constituir un medio adecuado de artificio o engaño:

"[…] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante" .(2)

Lo que no ha resultado pacífico, sin embargo, es la determinación de los


presupuestos a partir de los cuales resulta posible predicar para efectos de la
realización del delito en comento la idoneidad de la argucia o el artificio
empleado.

En sentencia de casación de fecha 10 de junio de 2008, radicación 28693, esta


Corporación llevó a cabo un análisis de las posturas más importantes al respecto
y consideró que la configuración típica del elemento en cuestión depende del
estudio de las circunstancias que rodean a cada asunto en concreto:
(3)

En aquella oportunidad, la Corte, teniendo presentes tanto el medio social en


donde se desarrolló el negocio jurídico como las condiciones de los sujetos
pasivos de la conducta, consideró que no le era imputable objetivamente al
procesado la realización del delito de estafa por haber vendido un automóvil sin
informar que éste contaba con tres embargos vigentes, circunstancia que las
presuntas víctimas (quienes vivían en Bogotá, tenían un grado de instrucción
suficiente y experiencia en negocios de adquisición de vehículos) habrían podido
constatar si se hubieran tomado la molestia de solicitar un certificado de la
oficina de tránsito correspondiente:

En el asunto que concita la atención de la Sala, sin embargo, el problema no


consiste en determinar si el procesado se encontraba o no en una posición de
garante respecto de la persona que incurrió en error, ni mucho menos en los
mecanismos de protección que debía haber accionado este último antes de haber
accedido a la realización del negocio, pues, tal como lo estimaron las instancias y
lo conceptuó el Ministerio Público, la maniobra engañosa o fraudulenta del sujeto
activo consistió, precisamente, en hacerse pasar como un importante y próspero
socio de varias firmas comerciales que requería con urgencia la adquisición de
determinados productos químicos, de tal forma que los encargados de la empresa
Química Nalco S. A. (actualmente Ondeo Nalco de Colombia Ltda.) obviaron el

269
procedimiento formal de verificación, a raíz de lo cual se desencadenó la
celebración de un negocio jurídico con una persona jurídica inexistente.

En este orden de ideas, el procesado desplegó una serie de acciones (hacerse


presentar por una persona conocida, afirmar ser un próspero empresario,
mostrar urgencia para la celebración del negocio y pagar el primer pedido), con
las que se ganó la confianza de los vendedores y superó la única barrera de
protección exigida formalmente por la firma perjudicada, consistente en solicitar
un certificado de existencia de la persona jurídica contratante.

Por lo tanto, la maniobra engañosa llevada a cabo por PAULO FERNANDO


SASTOQUE NESTLER no se circunscribió a una única mentira o ausencia de
información dentro de la realización de un negocio jurídico, sino que se trató de
un acto complejo, elaborado y falaz que le representó un provecho ilícito, pues su
patrimonio se vio incrementado bajo la errónea creencia, por parte de los
empleados de la firma Química Nalco S. A., de que le estaban vendiendo
productos a una sociedad (Casa del Agua Ltda.) que ni siquiera había nacido a la
vida jurídica y que, en razón de ello, era imposible de ejecutar por la vía civil. De
ahí que resulta un contrasentido que el demandante extrañe en el
comportamiento del distribuidor Miguel Ángel Licero del Risco la exigencia de un
formalismo a cuya pretermisión estuvo dirigida toda la puesta en escena por
parte del encausado.

La postura del demandante, por lo demás, obedece al análisis de un factor


aislado (la supuesta imprudencia por parte del vendedor), en el que no se tuvo en
cuenta el contexto global de la situación, pues la acción trascendió el ámbito de
lo privado y repercutió en el jurídico-penal, en la medida en que, al contrario de
lo que ocurría con el precedente analizado, no se reducía a la enajenación de un
bien sobre el cual pesaba una medida cautelar (lo cual de por sí no es ilícito),
sino a una maquinación urdida por el procesado (a todas luces contraria a
derecho), que condujo a la materialización de un negocio de compra-venta con un
contratante que nunca existió.

En otras palabras, no es posible entrar a analizar el comportamiento negligente o


no de la persona que incurrió en el error cuando se tiene que, debido a la
conducta artificiosa desplegada por el procesado, el primero jamás pudo actuar
libre y responsablemente en un sentido jurídico, sin haber tenido la oportunidad
de conocer la situación generadora del riesgo (como sí habría podido conocerla
ante el simple silencio o ante una mentira no tan elaborada de la contraparte).

Tampoco era razonable reclamar, como lo hizo el recurrente, el adelantamiento


de distintas gestiones tendientes a verificar la capacidad de pago de la empresa
ficticia, ya que, por un lado, la actividad económica, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 333 de la Constitución Política, se rige por los principios
de libertad de empresa, libertad de establecimiento y libre competencia, de
manera que para su ejercicio nadie puede exigir permisos previos ni requisitos
sin autorización de la ley; y, por otro lado, le asiste la razón al Ministerio Público
cuando adujo que de seguir tal criterio las relaciones comerciales y mercantiles
se verían paralizadas.

Adicionalmente, no puede ser motivo de reproche que Miguel Ángel Licero del
Risco haya sostenido que adelantó la negociación con PAULO FERNANDO
SASTOQUE NESTLER suponiendo la buena fe de esta persona, tal como lo
afirmó en la diligencia de 2 de septiembre de 2003(4) , toda vez que, en palabras
de la Corte Constitucional, el principio consagrado en el artículo 83 de la Carta
Política implica en materia contractual la obligación para las partes involucradas

270
de proceder con honestidad, lealtad y moralidad, así como la de actuar "bajo los
parámetros de la recta disposición de la razón dirigida al cumplimiento fiel de las
obligaciones derivadas del acto" (5).

Esto último justifica que Química Nalco S. A. exigiera dentro de las relaciones
comerciales sostenidas con personas jurídicas prueba de la existencia y
representación legal de las mismas, sin perjuicio de que la conducta mendaz del
procesado, mediante la cual se ganó la confianza del distribuidor y procuró el
cumplimiento de un negocio sin el cumplimiento del requisito formal, haya sido
lo suficientemente hábil para concluir que, desde un punto de vista objetivo, le
sea imputable la realización típica del delito de estafa, al crear un riesgo
jurídicamente desaprobado que se materializó en el incremento patrimonial
obtenido a su favor.

Así mismo, le asiste la razón al Procurador Delegado cuando adujo en su


concepto que, desde una postura ex ante (es decir, desde el punto de vista de un
espectador promedio situado en la posición del autor al momento de ejecutarse la
acción), el hecho de que en las facturas de entrega del producto objeto del
negocio jurídico aparezcan sellos de Casa del Agua Ltda., junto con el NIT de una
persona jurídica distinta, indica que el adquirente era la firma a la postre
inexistente y no la empresa que en realidad correspondía al número en mención.

3.Además de un contenido fáctico y uno jurídico(6) , el ingrediente normativo del


provecho ilícito en la conducta punible de estafa comprende tanto un aspecto
objetivo como uno subjetivo. El primero consiste en el despojo económico que la
víctima sufre como consecuencia directa de las maniobras engañosas que la han
inducido en error, al igual que el correspondiente beneficio patrimonial que
obtiene el sujeto activo para sí o para un tercero. Y el segundo corresponde a la
intención, por parte de este último, de procurarse a favor de sí mismo o de una
tercera persona la ventaja patrimonial en comento.

Este elemento subjetivo del tipo no puede confundirse con el dolo, que, como
tantas veces lo ha precisado la Sala, se refiere al conocimiento y voluntad de
realizar las circunstancias que integran el llamado tipo objetivo.

La intención de provecho ilícito es un estado de ánimo que va más allá del puro
saber y querer la realización de los elementos del tipo objetivo y, generalmente, se
pone de manifiesto mediante la forma en que éste es obtenido. Según la doctrina:

"Junto al dolo, como aquel elemento subjetivo-personal general, que fundamenta


y configura la acción como acontecer final, a menudo aparecen en el tipo
elementos subjetivo-personales especiales, que tiñen el contenido ético-social de
la acción en determinado sentido. La actitud o posición subjetiva desde la cual el
autor ejecuta la acción determina frecuentemente en gran medida el significado
ético-social específico de la acción. […]

"Por lo tanto, el contenido específico de desvalor ético-social de una acción se


determina en muchos casos por la actitud o posición subjetiva del autor, de la
cual ha surgido la acción. Decimos que se trata de elementos subjetivos de autor
de la acción, puesto que es la postura o actitud anímica del autor la que tiñe o
anima la acción de un modo típico" (7).

"[…] el ánimo o intención de lucro o de apropiación es constitutivo de la clase de


delitos que con él requiere más que un perjuicio ajeno consciente e incluso
intencional. No comete aún estafa quien perjudica a otro mediante engaño (v. gr.
para enfadarle), sino sólo quien lo hace con el ánimo o intención de lucro o

271
enriquecimiento antijurídico. La estafa no es por tanto un caso de perjuicio
patrimonial artero, sino un delito de enriquecimiento" (8).

"Generalizando, puede decirse que elementos subjetivos del tipo (o del injusto)
son todos aquellos requisitos de carácter subjetivo distintos al dolo que el tipo
exige, además de éste, para su configuración" (9).
_________________________________________________
1. Cf., entre otras, sentencia de 28 de septiembre de 2006, radicación 22041.
2. Sentencia de 30 de noviembre de 2006, radicación 21902.
3. Sentencia de 10 de junio de 2006, radicación 28693.
4. Folio 152 ibídem.
5. Corte Constitucional, sentencia C-865 de 2004.
6. Cf. sentencia de 21 de julio de 2004, radicación 18762.
7. Welzel, Hans, Derecho penal alemán. Parte general, Editorial Jurídica de Chile, Santiago,
1971, pág. 113.
8. Roxin, Claus, Derecho penal. Parte general. Tomo I. Fundamentos. La estructura de la teoría
del delito, Civitas, Madrid, 1997, § 12, 13.
9. Mir Puig, Santiago, Derecho penal. Parte general, B de F, Buenos Aires, 2005, pág. 280.

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Sentencia Casación
FECHA : 04/02/2009
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa
PROCESO : 26197
PUBLICADA : No

04/03/2009

SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación: Presupuestos/ SISTEMA PENAL


ACUSATORIO-Casación: Causales, proposición/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-
Querella: Técnica en casación/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Violación directa
de la Ley sustancial: Técnica en casación/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-In
dubio pro reo: Técnica en casación/ ESTAFA-Cuantía: Indeterminación/
SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Mecanismo de insistencia

1. Siendo claro que dentro del contexto normativo de la Ley 906 de 2004 la
inadmisión de una demanda de casación puede sustentarse en principio en tres
aspectos esenciales: por carecer el demandante de interés para acceder al
recurso; por ser la demanda infundada, es decir que su fundamentación no
evidencia una eventual violación de garantías; y por último, cuando de su estudio
se descarte la posibilidad de desarrollar en la sentencia alguno de los fines de la
casación y que en ese orden el artículo 184, inciso 2º ídem, autoriza a la Corte
para no seleccionar, en auto debidamente motivado, las demandas de casación
"si el demandante carece de interés, prescinde de señalar la causal, no desarrolla
los cargos de sustentación o cuando de su contexto se advierta fundadamente
que no se precisa del fallo para cumplir algunas de las finalidades del recurso".

Igualmente que, sin perjuicio de la facultad oficiosa que concierne a la Corte en


el propósito de prescindir de los defectos formales de un libelo cuando advierta la
posible violación de garantías de los sujetos procesales o de los intervinientes, de
manera general toda demanda que aspire a ser admitida ha de reunir las
siguientes mínimas condiciones:

1.1. Acreditación del agravio a los derechos o garantías fundamentales producido


con la sentencia recurrida.

272
1.2. Indicación de la causal de casación a través de la cual se evidencie dicha
afectación, observándose desde luego los parámetros técnicos, lógicos y de
argumentación propios del motivo casacional invocado.

1.3. Determinación de la necesariedad del fallo de casación para lograr alguna de


las finalidades legalmente previstas para el recurso en el ya citado artículo 180
de la Ley 906 de 2004;

2. En relación con las taxativas causales de casación la del numeral 1º del


artículo 181 de la Ley 906 de 2004 -falta de aplicación, interpretación errónea, o
aplicación indebida de una norma del bloque de constitucionalidad,
constitucional o legal, llamada a regular el caso- recoge los supuestos de la
violación directa de la ley sustancial; la del numeral 2º describe el tradicional
motivo de nulidad por errores in procedendo en tanto permite el recurso ante el
desconocimiento del debido proceso por afectación sustancial de su estructura
(yerro de estructura), o de la garantía debida a cualquiera de las partes (yerro de
garantía), debiéndose además tener en cuenta en este evento que las causales de
nulidad son taxativas y que la denuncia bien sea de la vulneración del debido
proceso o de las garantías, exige claras y precisas pautas demostrativas y por
último que la del numeral 3º se ocupa de la denominada violación indirecta de la
ley sustancial -manifiesto desconocimiento de las reglas de producción y
apreciación de la prueba sobre la cual se ha fundado la sentencia- precisándose
que la vulneración de las reglas de producción alude a errores de derecho por
falsos juicios de legalidad, esto es cuando se practican o incorporan pruebas sin
observancia de los requisitos legales, mientras que la infracción a las reglas de
apreciación hace relación a errores de derecho expresados en falsos juicios de
convicción y de hecho reflejados en falsos juicios de identidad, de existencia y
falsos raciocinios.

Que la proposición de cualquiera de dichas falencias exige que la censura se


desarrolle conforme a los parámetros que la jurisprudencia de antiguo ha
decantado, en especial aquel que hace referencia a la trascendencia del error,
ostensible es la omisión del censor en sujetar sus alegaciones a dichos
postulados.

3. Si se omitió esa condición legal exigida para incoar la acción penal se habría
incurrido en una vulneración a una forma del debido proceso y en esa medida el
remedio sólo podría ser la nulidad parcial respecto del delito de estafa
-concurrente con uno de fraude procesal objeto finalmente de absolución-
alegable exclusivamente por vía de la causal segunda de casación.

4. Sólo podría proponerse en el ámbito exclusivamente jurídico admitiendo los


hechos tal como fueron declarados por el sentenciador y acatando su valoración
probatoria, como que de llegar a cuestionarse aquéllos o ésta, la vía adecuada
sólo podría ser la de violación indirecta de la ley por infracción a las reglas de
producción o apreciación de los medios de convicción.

5. En este caso se aduce violación directa de la norma que recoge el principio del
in dubio pro reo, luego al censor concernía demostrar que el juzgador a pesar de
que reconoció dicho apotegma no lo declaró en la parte resolutiva del fallo y
consecuentemente condenó.

6. El censor no cuestiona esos extremos que condujeron a la condena, sino el


hecho de que no se hubiera precisado la cuantía del ilícito, aspecto éste que

273
incidiría acaso en las formas del debido proceso o en la indemnización, pero en
manera alguna en la declaración de condena que se sustentó por el juzgador en
la demostración de que efectivamente se había obtenido un provecho ilícito como
verbo rector del punible y se había causado un consecuente detrimento
patrimonial a la víctima, todo ello a través del despliegue de artificios o engaños
que indujeron a ésta en error.

7. Finalmente, como contra esta determinación procede la insistencia prevista en


el artículo 184 de la Ley 906 de 2004, importa señalar -como se hizo desde la
providencia de diciembre 12 de 2005, radicado No. 24322- que ante la carencia
de regulación en su trámite la Sala lo ha precisado así:

a- El mecanismo sólo puede ser promovido por el demandante dentro de los cinco
(5) días siguientes a la notificación de esta providencia o provocado oficiosamente
dentro del mismo lapso por alguno de los Delegados del Ministerio Público para
la Casación Penal -en tanto no sean recurrentes- el Magistrado disidente o el
Magistrado que no haya participado en los debates o suscrito la inadmisión.

b- La solicitud que haga el demandante en ese propósito puede formularse ante


el Ministerio Público a través de sus Delegados para la Casación Penal, ante uno
de los Magistrados que haya salvado voto respecto a la decisión de inadmitir o
ante uno de los Magistrados que no haya intervenido en la discusión.

c- Es potestad del funcionario ante quien se formula la insistencia someter el


asunto a consideración de la Sala o no presentarlo para su revisión y en este
caso así lo informará al peticionario en un término de quince (15) días.

PONENTE(S) : ALFREDO GOMEZ QUINTERO

Auto Casación
FECHA : 04/03/2009
DECISION : Inadmite demanda
DELITOS : Estafa
PROCESO : 30083
PUBLICADA : No

01/04/2009

FONCOLPUERTOS-Modalidad delictiva/ ESTAFA-Noción: Elementos/


REFORMATIO IN PEJUS-Aplicación imperiosa/ ABOGADO-Necesidad de poder
para actuar: Estafa/ FONCOLPUERTOS

1. La Corte ha conocido varios procesos en los que se investiga a servidores


públicos, abogados y trabajadores de Puertos de Colombia, resultando palmario
en tales asuntos que el fondo de liquidación de dicha entidad se convirtió en la
caja menor de personas que se propusieron obtener retribuciones económicas
que en estricto derecho no les correspondía.(1)

4. Para el efecto y en aras de la obtención de actos administrativos o fallos


judiciales, abogados y trabajadores presentaron peticiones y demandas que a la
postre, y en muchos asuntos con la intervención de servidores públicos, le
significó a Foncolpuertos egresos millonarios que nunca debió poner a
disposición de los defraudadores.

(.........)

274
Teniendo en cuenta que un abogado puede intervenir como mandatario de
cualquier persona en un trámite administrativo o judicial previo otorgamiento de
un poder, diáfano resulta concluir que el procesado carecía de toda legitimidad
para proclamarse como representante judicial de 48 extrabajadores de Puertos de
Colombia. En tales circunstancias la intervención como apoderado de quien se
proclama como tal a partir de un documento falso, materialmente no está
facultado en los términos del derecho de postulación, resulta per se engañosa.

(......)

No estaba facultado el justiciable para requerir pagos de Foncolpuertos a favor de


las personas que decía representar porque, como lo precisa el a quo, tampoco le
fue conferido por los supuestos reclamantes poder especial alguno para que los
representara en la actuación administrativa.

9. Agréguese que respecto de los poderes que presentó el acusado se sabe de su


falsedad por la propia confesión que hizo en la indagatoria en relación con la
adulteración de los mismos, circunstancia que resultó inadvertida por los jueces
de instancia dado que de haber tomado nota sobre el punto no se le hubiera
absuelto por tal reato, cuestión que ahora la Corte no puede entrar a desvirtuar
por la vigencia de principios superiores -no reformatio in pejus-.

10. Al haber recibido (........) unos dineros pertenecientes a Foncolpuertos, lo que


ocurrió en virtud de las maniobras engañosas que utilizó para tomar valores a
nombre de terceros a quienes no podía representar por la carencia de mandato
debidamente conferido, amén de la improcedencia jurídica de las vías utilizadas y
desconocimiento de las normas vigentes sobre la materia pensional -así lo
advirtió la Corte Constitucional en la sentencia T-010/98 que dio origen al
presente proceso-, manifiesta resulta la ilegalidad de la apropiación de dineros
por parte del procesado.

11. De lo anterior se sigue que el análisis que hizo el ad quem al problema


jurídico planteado no pasó de ser una artificiosa argumentación que olvidó las
reglas de la sana crítica que permiten determinar el contenido y alcance de los
medios probatorios, porque ninguna duda cabe al observar los hechos probados
que el procesado carecía de facultades legales para procurar derechos ajenos,
realidad que se encuentra sin dificultad al examinar lo expuesto en su injurada
por el encartado, oportunidad en la que reconoció la adulteración de los poderes
que exhibió para actuar judicial y administrativamente y que en razón de lo
anterior pudo obtener unos pagos que nunca debió recibir.

12. Si se tiene en cuenta que el artificio o engaño como elemento estructural de


la estafa puede ser cualquier mecanismo con aptitud para provocar o mantener
en error al sujeto pasivo de la acción, y que aquí se configuró a través de unos
trámites judiciales y administrativos promovidos por un abogado que aparentó
tener facultades para ello, ha de precisarse que lo realmente importante del ardid
es su capacidad para conservar en error a la víctima, en este caso los
funcionarios de Foncolpuertos, aspecto que debe ser valorado por el juzgador
dentro de un sano razonamiento.

En un caso en el que se juzgaba un delito de estafa la Sala dedujo que(2)

(.........)

275
Como del análisis riguroso de la actuación del procesado se tiene que
Foncolpuertos se desprendió de dineros de su propiedad como consecuencia de
su distorsionada comprensión de la realidad -en tanto creía estar pagando una
obligación jurídicamente exigible por la persona que reclamaba-, y a esa
situación llegó a causa del engaño que le aplicó y bajo el cual la mantuvo (........),
quien actuaba con el propósito de obtener un provecho ilícito, resulta diáfano el
error invocado imponiéndose la prosperidad del cargo.
_________________________________________________
(1). La Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, ha proferido sentencias y autos de
casación, y como juez de primera y segunda instancia por hechos referidos a la defraudación de
Foncolpuertos por delitos de peculado, prevaricato, fraude procesal, estafa, falsedad, concierto
para delinquir y otros punibles, así: 07/11/2001, radicación 18882; 12/05/2000, radicación
16863; 25/09/2001, radicación 18021; 28/11/2002, radicación 17022; 16/12/2002, radicación
19095; 21/01/2003, radicación 19489; 06/03/2003, radicación 18021; 23/04/2003, radicación
18021; 27/05/2003, radicación 18666; 26/11/2003, radicación 19630; 09/02/2005, radicación
23153; 04/05/2005, radicación 23550; 15/11/2005, radicación 24466; 26/01/2006, radicación
20647; 18/05/2006, radicación 23350; 01/06/2006, radicación 21428; 16/06/2006, radicación
24746; 16/06/2006, radicación 24145; 16/06/2006, radicación 23954; 22/06/2006, radicación
24379; 29/06/2006, radicación 23350; 13/07/2006, radicación 25159; 13/07/2006, radicación
25617; 27/07/2006, radicación 25615; 12/09/2006, radicación 25362; 26/09/2006, radicación
26072; 05/10/2006, radicación 25290; 12/10/2006, radicación 26046; 19/10/2006, radicación
26221; 19/10/2006, radicación 25804; 09/11/2006, radicación 26198; 20/11/2006, radicación
25615; 23/11/2006, radicación 26300; 23/11/2006, radicación 26091; 01/02/2007 radicación
26198; 28/02/2007, radicación 23564; 28/02/2007, radicación 25475; 07/03/2007, radicación
23979; 21/03/2007, radicación 26695; 27/03/2007, radicación 27124; 09/04/2007, radicación
27124; 11/04/2007, radicación 25612; 20/04/2007, radicación 27124; 27/04/2007, radicación
27124; 03/05/2007, radicación 27124; 06/06/2007, radicación 25661; 27/06/2007, radicación
27393; 01/08/2007, radicación 27598; 01/08/2007, radicación 25263; 15/08/2007, radicación
25800; 06/09/2007, radicación 27092; 28/11/2007, radicación 24905; 28/11/2007, radicación
27225; 30/01/2008, radicación 25043; 20/02/2008, radicación 27425; 29/02/2008, radicación
29222; 06/03/2008, radicación 29317, entre otros asuntos.
(2). Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de casación, 27 de octubre de
2004, radicación 20926.

PONENTE(S) : YESID RAMIREZ BASTIDAS


Sentencia Casación
FECHA : 01/04/2009
DECISION : Si casa, confirma condena de 1a instancia,
ordena captura
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 28128
PUBLICADA : No

DEMANDA DE CASACION-Requisitos/ DEMANDA DE CASACION-Principio de


sustentación suficiente/ NULIDAD-Técnica en casación/ PARTE CIVIL-Proposito
de obtener la verdad y la efectivización de la justicia: Puede reclamar perjuicios
en otro proceso/ PRESCRIPCION-Estafa agravada/ VIOLACION DIRECTA DE LA
LEY SUSTANCIAL-Técnica en casación/ ESTAFA-Contrato:Medio idóneo para
ocultar el ánimo de defraudar/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY
SUSTANCIAL-Error de derecho: Técnica en casación/ VIOLACION INDIRECTA
DE LA LEY SUSTANCIAL-Falso juicio de convicción/ VIOLACION INDIRECTA DE
LA LEY SUSTANCIAL-Error de hecho: Técnica en casación/ RESPONSABILIDAD
PENAL-Puede basarse en aceptaciones parciales de los hechos/ ESTAFA-Artificio,
ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo, experiencia etc. de la
víctima/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-No la constituyen los
errores de redacción/ CASACION-No es posible aplicar la Ley 906 de 2004,
evento

276
1. La Sala, de tiempo atrás, ha sostenido que la casación es un recurso de
ámbito restringido en el que la pretensión de examinar la legalidad y
constitucionalidad del fallo que se impugna no puede limitarse a un escrito de
libre formulación, sino que debe apoyarse en un contenido mínimo de claridad y
coherencia que permita entender el vicio o los vicios que se denuncian, así como
la identificación de sus consecuencias.

De ahí que la demanda de casación jamás podrá equipararse a un alegato de


instancia, pues tal como se deriva de lo señalado en los artículos 212 y 213 de la
ley 600 de 2000, Código de Procedimiento Penal vigente para este asunto,
requiere de una presentación lógica y adecuada a cada una de las causales
legalmente establecidas en el artículo 207 ibídem, así como el respectivo
desarrollo de los cargos que por los vicios in procedendo (de mero trámite o
actividad) o in iudicando (de juicio) plantee el recurrente, con la correspondiente
demostración de su trascendencia para efectos de la decisión adoptada.

2. Implica la vulneración de otros principios inherentes al recurso de casación,


como los de sustentación suficiente, crítica vinculante, coherencia y no
contradicción, que entre otras cosas exigen que la sustentación contenida en
cada uno de los reproches debe bastarse por sí sola para propiciar, por lo menos
en teoría, el derrumbamiento del fallo objeto de impugnación.

3. La Sala ha dicho que cuando se propone la causal tercera de casación (es


decir, que la sentencia ha sido dictada en un juicio viciado de nulidad), el
recurrente tiene la carga procesal de precisar de qué manera la irregularidad
denunciada repercute en la afectación del trámite que ha culminado con la
emisión de la sentencia objeto del extraordinario recurso, de tal forma que, si
alude a una pluralidad de infracciones, es menester realizar el planteamiento con
autonomía en cada caso y, por ese mismo motivo, no es posible instaurar dos o
más reproches, dentro de uno solo, que obedezcan a razones diversas.

4. Criterio adoptado por la Sala a partir del fallo C-228 de 2002 proferido por la
Corte Constitucional (que fue dejado completamente de lado por el recurrente),
en el sentido de que "la participación de la parte civil en el proceso penal no se
orienta exclusivamente en la búsqueda de una reparación económica, sino
también para hacer efectivos sus derechos a la verdad y a la justicia"(1)

5. Cuando lo que establece con meridiana claridad tanto el artículo 83 de la ley


599 de 2000 como el artículo 80 del Código Penal anterior es que durante la
instrucción la acción prescribirá en un tiempo igual al máximo de la pena fijada
en la ley, sin que exceda de veinte años ni sea inferior a cinco, y, en el presente
asunto, el delito imputado contempla en el decreto ley 100 de 1980 una sanción
máxima de quince años y, en el ordenamiento actualmente vigente, una de doce.

6. Cuando en sede de casación se plantea la violación directa de la ley sustancial,


la Corte ha sido enfática al señalar que la misma se circunscribe única y
exclusiva-mente a la valoración jurídica de los hechos que se declararon
probados en la actuación, acerca de los cuales no hay discusión, reparo o
controversia alguna por parte del recurrente, y se manifiesta cuando a los
mismos no se les reconoce la norma llamada a regular el caso (falta de
aplicación, o exclusión evidente), o se los ajusta incorrectamente a los supuestos
que contempla otra disposición (aplicación indebida), o al interpretar el precepto

277
adecuadamente elegido se le asigna un sentido o un efecto contrario a su
contenido (interpretación errónea).

Una censura en cualquiera de estas modalidades, por lo tanto, le impone a quien


la postula la carga procesal de aceptar tanto la apreciación probatoria efectuada
en el fallo impugnado como la situación fáctica que se declaró probada a raíz de
tal valoración.

7. La Sala ha postulado de manera pacífica y reiterada en lo que a la


configuración del delito de estafa se refiere, acerca de que el ocultamiento o la
mentira en las negociaciones contractuales puede constituir un medio adecuado
de artificio o engaño:

"[...] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante".(2)

Lo anterior significa para el presente caso que, si bien en la dación en pago el


acreedor consciente en aceptar una cosa a pesar de que no está obligado a ello, y
que bien podía forzar al deudor al pago de lo debido, el problema jurídico frente a
la realización típica del delito imputado en la resolución de acusación, tal como lo
entendieron las instancias y lo clausuró con respuesta positiva el Tribunal, no se
circunscribe a dilucidar las particularidades y consecuencias civiles del negocio
celebrado, como lo pretende el defensor con el escrito de demanda, sino a
establecer si dicha aceptación se produjo mediante engaño por parte de las
procesadas, de tal forma que la firma Ferreindustrias Perilla y Cía. Ltda. se libró
de una obligación que ascendía a los $320"000.000, mientras que Wesco S. A.,
con el lote objeto de la entrega, extrajo un beneficio patrimonial ínfimo en
relación con el que había esperado.

En otras palabras, independientemente de que el contrato de dación en pago no


admita la lesión enorme, lo importante para el ad quem fue concluir que la
voluntad de la firma denunciante para aceptar la entrega del inmueble en
comento estuvo viciada en razón del error en que le hicieron incurrir las
procesadas mediante el despliegue doloso de artificios y maniobras fraudulentas.

8. La Sala ha señalado que, para que prospere la postulación de una violación


indirecta de la ley sustancial por error de derecho en la apreciación de la prueba,
no basta con precisar la modalidad del mismo, que puede ser un falso juicio de
legalidad o un falso juicio de convicción, ni con indicar el precepto omitido o
vulnerado por el ad quem, sino que también al demandante le corresponde la
carga de demostrar que fue ese yerro el que suscitó la decisión que aparece en la
parte resolutiva de la sentencia, de modo que sin el mismo se habría proferido
otra.

9. La Corte ha dejado en claro que, como el falso juicio de convicción ocurre


cuando el juzgador le niega a la prueba el valor que la ley le asigna, o le da uno
que legalmente no le corresponde, y como el ordenamiento jurídico colombiano
obedece al sistema de la persuasión racional o de libre valoración de la prueba,
este yerro se presenta únicamente de manera excepcional, como cuando el juez
desconoce la tarifa legal negativa que el legislador consagra en el artículo 314 de
la ley 600 de 2000, relacionada con los informes que la policía judicial elabora
dentro de las labores previas de verificación.

278
10. La Sala ha insistido en que al demandante le asiste la carga procesal de
precisar la clase de yerro que invoca, así como la de demostrar en el caso
concreto su concurrencia, que puede obedecer a tres modalidades:

La primera, el falso juicio de existencia, se presenta cuando, al emitir la


sentencia objeto del extraordinario recurso, el juzgador omite valorar el contenido
material de un medio de prueba que hace parte de la actuación (y que por lo
tanto fue debidamente incorporado al expediente), o bien le concede valor
probatorio a uno que jamás fue recaudado y, por consiguiente, supone su
existencia.

La segunda, el falso juicio de identidad, que consiste en que el juez o el cuerpo


colegiado, al proferir el fallo recurrido, distorsiona o tergiversa el contenido
fáctico de determinado medio de prueba, haciéndole decir lo que en realidad no
dice, bien sea porque realiza una lectura equivocada de su texto, o bien porque le
agrega aspectos que no contiene, o bien porque omite tener en cuenta partes
importantes del mismo.

Y, por último, el falso raciocinio, que ocurre cuando el Tribunal en la sentencia


se aleja al momento de valorar la prueba de los postulados de la sana crítica, es
decir, de las leyes científicas, los principios de la lógica o las máximas de la
experiencia.

Aunado a lo anterior, el demandante, al postular cualquiera de los yerros fácticos


en comento, tiene el deber de demostrar la trascendencia de los mismos,
circunstancia que implica tener que valorar de nuevo el conjunto probatorio que
sirvió de fundamento a las instancias, para evidenciar que con la exclusión del
referido yerro la decisión materia de impugnación habría sido sustancialmente
distinta a la adoptada.

11. Criterio pacífico y reiterado de la Sala, según el cual es posible desvirtuar la


presunción de inocencia con base en las admisiones parciales que de los hechos
efectúen los vinculados a la actuación. Por ejemplo, en la sentencia de 21 de
febrero de 2008.(3)

12. Si bien la Sala ha considerado relevante la ausencia de mecanismos de


protección que le eran exigibles a la víctima para excluir desde un punto de vista
objetivo la configuración típica del delito de estafa,(4) también ha señalado que
"en temas como el presente, donde se juzgan hechos basados en las relaciones
sociales, no pueden establecerse reglas rígidas, sino tener en cuenta las
circunstancias concretas de cada caso".(5)

El Tribunal adujo acerca del problema(6)

(......)

No es viable acudir al comportamiento ni a las condiciones del sujeto pasivo de la


conducta cuando el engaño o artificio radicó en superar, precisamente, las
barreras de protección impuestas de manera regular por éste.

13. Es necesario resaltar que los errores fácticos se circunscriben a la


apreciación relevante de la prueba y no a la estricta observancia de técnicas de
redacción, como plantear falsos juicios de identidad a partir del hecho de que las
notas al pie de página se limitaron a referenciar toda la extensión del elemento

279
probatorio y no la concreta afirmación objeto de análisis, que fue lo que hizo el
demandante en los respectivos reproches con el fin de sustentar tergiversaciones
en la motivación.

14. De ninguna manera resulta viable la aplicación de los preceptos


contemplados en la ley 906 de 2004, pues, aparte de lo que la Sala ya ha
estimado al respecto,(7) lo cierto es que tanto en una como en otra legislación se
hubiera llegado a idéntica conclusión con un asunto como el aquí estudiado.
____________________________________________
(1). Decisión de 20 de febrero de 2003, radicación 13177.
(2). Sentencia de 30 de noviembre de 2006, radicación 21902.
(3). Radicación 21844.
(4). Cf. sentencias de 12 de junio de 2003, radicación 17196, y de 10 de junio de 2008, radicación
28693.
(5). Sentencia de 10 de junio de 2008m radicación 28693.
(6). Folios 43-44 del cuaderno del Tribunal.
(7). Cf., entre otras, providencias de 23 de febrero de 2006, radicación 24109, 29 de junio de
2006, radicación 25499, y 26 de marzo de 2008, radicación 25550.

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Auto Casación
FECHA : 01/04/2009
DECISION : Inadmite demanda
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 28632
PUBLICADA : No

06/05/2009

DECISIONES JUDICIALES-Motivación/ SENTENCIA-Falta de motivación:


Técnica en casación/ CONTRATO PRIVADO-Deber de lealtad e información/
ACTIVIDAD FINANCIERA-De interés público/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño:
Precedencia/ FRAUDE PROCESAL-Uso de medios lícitos/ ESTAFA-Auto puesta
en peligro: Autotutela

1. La Sala encuentra oportuno recabar en punto de la importancia del deber que


asiste a los funcionarios judiciales de motivar sus decisiones en el marco de un
Estado Social de Derecho, al cual adscribe nuestra Constitución Política de
conformidad con su artículo 1°.

En este modelo de organización estatal, los funcionarios judiciales están


supeditados al imperio de la ley (art. 230 ibídem), a diferencia de regímenes
totalitarios en donde regularmente los agentes de poder deciden acorde con su
capricho sin necesidad de exponer las razones que fundamentan sus
determinaciones.

La exigencia de motivar las providencias, ya en el plano interno, también emana


del derecho que constitucionalmente se reconoce a los asociados de acceder a la
administración de justicia, establecido en el artículo 229 ejusdem, y al de que las
actuaciones se surtan conforme a un debido proceso, en los términos del artículo
29 de la misma Carta, en cuyo interior puedan ejercer debidamente el derecho de
contradicción, entendido éste, según dicho texto superior, como la facultad de
"presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar
la sentencia condenatoria", la cual se tornaría imposible si no se conocen los
argumentos que sustentan las decisiones.

280
Así también lo reconocen instrumentos internacionales ratificados por Colombia,
a saber: el literal a) del numeral 3º del artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos de Nueva York (Ley 74 de 1968) y el literal b) del
numeral 2º del artículo 8º de la Convención Americana de San José de Costa
Rica (Ley 16 de 1972),

Es más, precisamente el ente encargado de velar por la aplicación de esta última


normatividad, a saber, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en
reciente determinación, consecuente con su doctrina reiterada sobre esta
temática, destacó la vital importancia del deber de motivar que asiste a los
funcionarios judiciales:

La Corte ha señalado que la motivación "es la exteriorización de la justificación


razonada que permite llegar a una conclusión". El deber de motivar las
resoluciones es una garantía vinculada con la correcta administración de
justicia, que protege el derecho de los ciudadanos a ser juzgados por las razones
que el Derecho suministra, y otorga credibilidad de las decisiones jurídicas en el
marco de una sociedad democrática.

El Tribunal ha resaltado que las decisiones que adopten los órganos internos que
puedan afectar derechos humanos deben estar debidamente fundamentadas,
pues de lo contrario serían decisiones arbitrarias. En este sentido, la
argumentación de un fallo debe mostrar que han sido debidamente tomados en
cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto de pruebas ha sido analizado.
Asimismo, la motivación demuestra a las partes que éstas han sido oídas y, en
aquellos casos en que las decisiones son recurribles, les proporciona la
posibilidad de criticar la resolución y lograr un nuevo examen de la cuestión ante
las instancias superiores.

Por todo ello, el deber de motivación es una de las "debidas garantías" incluidas
en el artículo 8.1 para salvaguardar el derecho a un debido proceso".(1)

En consonancia con ese pensamiento, la Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema de Justicia ha precisado que la obligación de motivar las decisiones
judiciales cumple un doble papel:

"(i) endoprocesal: en cuanto permite a las partes conocer el pronunciamiento


sirviendo de enlace entre la decisión y la impugnación, a la vez que facilita la
revisión por el tribunal ad quem; y (ii) función general o extraprocesal: como
condición indispensable de todas las garantías atinentes a las formas propias del
juicio, y desde el punto de vista político para garantizar el principio de
participación en la administración de justicia, al permitir el control social difuso
sobre el ejercicio del poder jurisdiccional" .

Se colige de lo expuesto que las decisiones tomadas por los funcionarios


judiciales deben estar acompañadas de las correspondientes razones jurídicas
que las sustentan, como también lo exigen, en el plano legal interno, el artículo
55 de la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de Justicia, en
cuanto impone al juez el deber de hacer referencia a los hechos y asuntos
propuestos por los sujetos procesales, y los artículos 3° de la Ley 600 de 2000,
con carácter de principio rector, de acuerdo con el cual el funcionario está
obligado a motivar las medidas que afecten derechos fundamentales de los
sujetos procesales, así como 170 y 171 de la misma obra, referidos a los
requisitos de las sentencias y de las providencias judiciales, respectivamente.(2)

281
2. Cuando se advierta que las decisiones judiciales adolecen de defectos en su
motivación se considerarán vulneradoras del debido proceso que necesariamente
imponen corrección. Esta Sala, de manera reiterada, ha identificado los
siguientes yerros de esa naturaleza en los que pueden incurrir los funcionarios:

(i) Ausencia absoluta de motivación, (ii) motivación incompleta o deficiente, (iii)


motivación ambivalente o dilógica y (iv) motivación falsa. También ha dicho, de
manera pacífica, que las tres primeras constituyen errores in procedendo y la
última uno in iudicando.

En la primera modalidad, el fallador no expone las razones de orden probatorio


ni los fundamentos jurídicos en los cuales sustenta su decisión; en la segunda,
omite analizar alguno de los aspectos señalados o los motivos aducidos son
precarios; en la tercera, las contradicciones que contiene la motivación impiden
desentrañar su verdadero sentido o las razones expuestas en ella son contrarias
a la determinación adoptada en la resolutiva; y, en la cuarta, la motivación del
fallo se aparta abiertamente de la verdad demostrada en el proceso.

3. Si bien es verdad el principal deber de lealtad dentro de un negocio jurídico en


particular asiste a las partes intervinientes en el acto, quienes deben evitar, entre
otros comportamientos desleales, ocultar datos relevantes o información que
pudiera incidir en su realización, no lo es menos que tal exigencia también se
hace extensiva a los funcionarios y directivas de las entidades bancarias, cuando
de alguna forma se ven involucrados en el negocio, como en este caso, o es
necesario acceder a ese sistema para lograr su realización, dada la naturaleza de
la actividad que desarrollan.

Ciertamente, la actividad financiera, como lo define el artículo 335 de la


Constitución Política, es de interés público y, por ende, trasciende al interés
meramente individual o personal de la banca o de los funcionarios o directivos
que forman parte de ella, como así lo ha entendido la Corte Constitucional(3)

(........)

Coherente con la naturaleza de la actividad bancaria, el Estatuto Orgánico del


Sistema Financiero, o Decreto 663 de 1993, en su artículo 72, modificado por el
12 de la Ley 795 de 2003, contempla reglas de conducta y obligaciones para los
funcionarios del sector.

(.......)

De acuerdo con esta disposición, los funcionarios que pertenecen al sector


financiero deben ceñirse al postulado de buena fe y actuar siempre al servicio de
la comunidad, lo cual les exige abstenerse de una serie de conductas que no se
compadecen con la naturaleza de su función, entre ellas la consagrada en su
literal f.

4. La jurisprudencia de esta Colegiatura ha sido reiterativa en precisar que para


la configuración del delito de estafa es necesario que el acto inductivo en error
preceda a los elementos también estructurales de la conducta relativos a la
obtención del provecho ilícito y de la producción del daño o perjuicio ajeno.

Así se sostuvo en la siguiente decisión(4)

282
5. Con esa intelección el actor desconoce, como lo pone de presente el señor
Procurador, que se puede inducir en error a un servidor público para obtener
sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley, utilizando medios
lícitos, pues lo que realmente importa es su idoneidad para producir engaño, esto
es, por "contar con la aptitud o la fuerza necesaria para incidir en el razonar del
sujeto pasivo de la conducta, hasta el punto de sustraerle a una verdad
específica, para introyectarle, en su defecto, una convicción distante de la
realidad".(5)

No advierte el censor que estos medios lícitos pueden usarse con fines protervos
cuando se han obtenido mediante engaño, coacción, amenaza, u otras formas
similares, lo que los hace auténticos solamente desde el punto de vista formal,
por cumplir en apariencia con requisitos legales, pero que en el fondo contienen
un derecho ilegítimo que el Derecho debe repudiar.

6. Significa lo anterior, sin duda, que la víctima desplegó todos los mecanismos
de defensa que tenía a su alcance para conjurar un eventual timo y situación
bien diferente es que, a pesar de ello, se lo indujo en error, sin que nada pudiera
hacer para resistirse, no sólo porque en virtud del referido principio de confianza
no existían razones de peso para dudar de la información suministrada por los
funcionarios del banco, sino porque tampoco se advierte que racionalmente haya
contado con más mecanismos para evitar caer en error.

Por otro lado, el supuesto deber de autotutela referido por el casacionista para
sustentar su pretensión, esto es, no haber hecho nada para cancelar la hipoteca
luego de sufragado su valor, se evidencia inoportuno para resistirse a los
artificios y engaños, cuando ya se lo había inducido en error y ya había asumido
las obligaciones económicas generadas del contrato.

______________________________________________________________
(1). Caso Apitz Barbera y otros ("Corte Primera de lo Contencioso Administrativo") vs. Venezuela,
sentencia de fecha agosto 5 de 2008. En el mismo sentido, Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo
Íñiguez vs. Ecuador, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, sentencia de 21 de
noviembre de 2007.
(2). Sentencia de fecha 28 de septiembre de 2006, rad. 22041.
(3). Corte Constitucional, sentencia C-1062 del 11 de noviembre de 2003.
(4). Sentencia de fecha septiembre 28 de 2006, rad. 22041.
(5). Sentencia de fecha agosto 17 de 2005, rad. 19391. En el mismo sentido, entre otras,
decisiones del 29 de abril de 1998, rad. 13426 y del 19 de mayo de 2004, rad. 18367.

PONENTE(S) : MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE LEMOS


Sentencia Casación
FECHA : 06/05/2009
DECISION : No casa
DELITOS : Fraude procesal, Estafa agravada
PROCESO : 30492
PUBLICADA : No

COLISION DE COMPETENCIA-Competencia de la Corte/ ESTAFA-Competencia


por el factor territorial: Desarrollada en varios lugares, competencia a prevención

1. La Corte es competente para dirimir la presente colisión de competencias


surgida entre Jueces Penales de diferentes Distritos Judiciales, de conformidad
con el numeral 4° del artículo 75 de la Ley 600 de 2000.

283
2. Es cierto que la Sala ha expresado reiteradamente que "la estafa se consuma
en el lugar donde se obtiene el provecho patrimonial como consecuencia de la
inducción en error",(1) pero ello no excluye la posibilidad de que por razón de la
naturaleza de la conducta, que conlleva la ejecución de actos encaminados a
inducir en error a la víctima para que ésta se despoje de bienes de su patrimonio,
no por expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de
la realidad, situación a la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras
o los hechos fingidos, actos ejecutivos que pueden darse en varios momentos y
lugares, lo cual abre la posibilidad de que opere la competencia a prevención.

Esa competencia a prevención, recuerda la Sala, parte por reconocer que tanto
uno como otro funcionario radicados en territorio diferente, pueden conocer del
caso de acuerdo con los criterios que para tal efecto define el artículo 83 de la
Ley 600 de 2000.

(.......)

En el presente caso, de acuerdo con los supuestos fácticos de la acusación, los


actos ejecutivos de la estafa imputada tuvieron ocurrencia en la ciudad de
Bogotá y en el municipio de Guaduas, Cundinamarca. En la primera se llevaron
a cabo las conversaciones que materializaron el ardid o engaño, y en la segunda
se suscribió la escritura pública mediante la cual se transfirió a la procesada la
propiedad total del inmueble del denunciante.

Se tiene entonces que para definir la autoridad que debe seguir conociendo de
este asunto, se puede acudir a los criterios definidos en la norma transcrita, para
lo cual cabe señalar que en el presente caso la denuncia se formuló en la ciudad
de Bogotá, sitio en el cual se avocó la investigación y se tramitó en su integridad
el juicio, restando sólo el proferimiento de la sentencia.
_____________________________________________________
(1). Ver, entre otros, auto del 16/12/199, radicado No. 16.565

PONENTE(S) : SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 06/05/2009
DECISION : Declara competencia en el Juez 51 P. C.
Descongestión de Bogotá
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 31723
PUBLICADA : Si

10/06/2009

FUERO-Congresista: Factor personal y funcional/ URBANIZACION ILEGAL-Tipo


penal en blanco/ URBANIZACION ILEGAL-Licencia de construcción o
urbanización/ URBANIZACION ILEGAL-Permiso para la enajenación de
inmuebles destinados a vivienda/ ESTAFA-Elementos/ SITUACION JURIDICA-Se
hace obligatoria para los eventos en que sea procedente la detención preventiva/
URBANIZACION ILEGAL-Evoluciòn legislativa/ MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-
Evolución legislativa Leyes 600, 906 y 1142/ ESTAFA-Medida de aseguramiento:
Evolución legislativa Leyes 600, 906 y 1142/ MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-
Fines/ MEDIDAS DE ASEGURAMIENTO NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD-
Fines: Comparecencia al proceso, vigilancia electrónica/ SISTEMA PENAL
ACUSATORIO-Medida de aseguramiento: Vigilancia electrónica

284
1. De conformidad con lo dispuesto en la Constitución Política, artículo 235-3, la
Sala es competente para adoptar la decisión que en derecho corresponda, pues a
pesar de que la conducta investigada fue cometida en su condición de alcalde
Municipal de Villamaría, el doctor (......) ostenta actualmente la calidad de
Representante a la Cámara por la circunscripción electoral de Caldas.

Es que al posesionarse como Representante a la Cámara, (......) adquirió fuero


constitucional; por tanto, aunque los hechos por los cuales fue acusado no
guarden relación con el ejercicio de la función congresional, la dignidad
adquirida le atribuye automáticamente competencia a la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia para su investigación y juzgamiento, tal como lo establece la
norma superior.

2. Se trata de una norma penal mediante la cual se sanciona la comisión de una


conducta alternativa consistente en adelantar, desarrollar, promover, patrocinar,
inducir, financiar, facilitar, tolerar, colaborar o permitir la división, parcelación,
urbanización de inmuebles, o su construcción; siempre y cuando, con ese tipo de
actuación se incumplan los requisitos de ley.

Se trata entonces de un tipo penal en blanco, cuyo ingrediente normativo -"sin el


lleno de los requisitos de ley"-, requiere integrarse a través de disposiciones
legales que no se encuentran contenidas en la norma penal; por tanto, la
actualización de la conducta requiere complementarse con los preceptos extra-
penales encargados de regular los temas de la división, parcelación, urbanización
o construcción de inmuebles.

Es que las normas de urbanismo se encuentran dispersas en la legislación y en


ellas se consagran los diversos requisitos legales que deben observarse al
momento de otorgar las licencias de urbanismo o construcción, al autorizar la
enajenación de inmuebles destinados a vivienda y la captación de dinero; en
consecuencia, para tipificar el ilícito endilgado, es necesario constatar cuáles
eran las exigencias previstas en las disposiciones vigentes al momento en que
ocurrieron los hechos, en relación con cada uno de dichos tópicos.

3. Antes de iniciar obras de construcción, ampliación, modificación y demolición


de edificaciones, de urbanización y parcelación en terrenos urbanos, de
expansión urbana y rurales, lo mismo que para el loteo o subdivisión de predios
para urbanizaciones o parcelaciones en toda clase de suelo, debe obtenerse
licencia expedida por los municipios, los distritos especiales, el Distrito Capital,
el Departamento especial de San Andrés y Providencia, o los curadores urbanos,
según sea el caso.(1)

En consecuencia, a través del otorgamiento de licencias de urbanización y


construcción se ejerce una función pública mediante la cual se verifica el
cumplimiento de las normas urbanísticas y de edificaciones vigentes en el distrito
o municipio, y con sujeción al Plan de Ordenamiento Territorial, planes parciales
y normas urbanísticas que los desarrollan y complementan.(2)

Concretamente, los requisitos para solicitar la licencia de urbanismo y/o


construcción durante la época en que ocurrieron los hechos materia de
investigación, estaban consignados en el Decreto 1052 de 1998, artículo 10, de la
siguiente manera:

285
"1. Copia del certificado de libertad y tradición del inmueble o inmuebles objeto
de la solicitud, cuya fecha de expedición no sea anterior en más de tres (3) meses
a la fecha de la solicitud.
2. Si el solicitante de la licencia fuera una persona jurídica, deberá acreditarse la
existencia y representación de la misma mediante el documento legal idóneo.
3. Copia del recibo de pago del último ejercicio fiscal del impuesto predial del
inmueble o inmuebles objeto de la solicitud donde figure la nomenclatura
alfanumérica del predio.
4. Plano de localización e identificación del predio o predios objeto de la solicitud.
5. La relación de la dirección de los vecinos del predio o predios objeto de la
solicitud y si fuere posible el nombre de ellos. Se entiende por vecinos las
personas titulares de derechos reales, poseedoras o tenedoras de los inmuebles
colindantes con el predio o predios sobre los cuales se solicita la licencia de
urbanismo o construcción o alguna de sus modalidades.
6. La constancia de pago de la plusvalía si el inmueble o inmuebles objeto de la
solicitud se encontrara afectado por ese beneficio.
7. La manifestación de si el proyecto sometido a consideración se destinará o no
a vivienda de interés social, de lo cual se dejará constancia en el acto que
resuelva la licencia".

En los eventos en los cuales se solicitaba licencia de urbanismo, según lo


dispuesto en el artículo 11, literal b), Ibíd., también debían aportarse los
siguientes documentos:

"1. Tres (3) copias heliográficas del proyecto urbanístico debidamente firmados
por un arquitecto, ....
2. Certificación expedida por la autoridad o autoridades municipal o distrital
competente, acerca de la disponibilidad de servicios públicos en el predio o
predios objeto de la licencia, dentro del término de vigencia de la licencia".

Adicionalmente, para solicitar licencia de construcción se exigían otros dos


requisitos, consignados en el artículo 12 ídem, así:

"a) Tres (3) juegos de la memoria de los cálculos estructurales, de los diseños
estructurales, de las memorias de otros diseños no estructurales y de los
estudios geotécnicos y de suelos que sirvan para determinar la estabilidad de la
obra, ...

b) tres (3) copias heliográficas del proyecto arquitectónico debidamente firmadas


por un arquitecto ..."

4. Por enajenación de inmuebles debe entenderse la celebración de promesas de


venta, el recibo de anticipos de dinero o cualquier otro sistema que implique
recepción de los mismos, con la finalidad de transferir el dominio de inmuebles
destinados a vivienda; siempre y cuando las unidades habitacionales proyectadas
o autorizadas por las autoridades correspondientes, sean cinco (5) o mas.(3)

A partir del Decreto Ley 078 de 1987, se asignaron a las entidades territoriales
las funciones de otorgamiento de permisos para desarrollar las actividades de
enajenación de inmuebles destinados a vivienda, para el desarrollo de los planes
y programas de vivienda realizados por el sistema de autoconstrucción y de las
actividades de enajenación de las soluciones de vivienda resultantes de los
mismos.

286
Por tanto, para anunciar y/o desarrollar las actividades de enajenación de
inmuebles, también deben cumplirse los requisitos previstos en la Ley 388 de
1997, artículo 120, según el cual deben radicarse, acompañados de los planos y
presupuestos financieros respectivos, los siguientes documentos:

- Registro ante las autoridades del Distrito Especial de Bogotá o de los


municipios en los cuales proyecte adelantar tales actividades, según el caso, y no
tener obligaciones pendientes para con la entidad que ejerce la correspondiente
inspección y vigilancia.
- Acreditar la propiedad y libertad del terreno en el cual se va a desarrollar la
actividad, ante las autoridades distritales o municipales, según el caso, quienes
además deben conceptuar favorablemente sobre los modelos de los contratos que
se vayan a celebrar con los adquirentes.
- Haber obtenido de la autoridad respectiva licencia o celebrado contrato para la
ejecución de las obras de urbanismo o para la construcción de las viviendas de
conformidad con las disposiciones metropolitanas, distritales o municipales de
las localidades donde estén ubicados los inmuebles y otorgado las garantías que
establezcan tales disposiciones. Igualmente deberá anexar la constancia de un
Ingeniero Civil o Arquitecto cuyo título se halle legalmente reconocido, en la cual
se acredite que la obra se ciñe a las licencias aprobadas y que ha sido adelantada
de conformidad con un criterio técnico.
- Las autoridades distritales o municipales, según se trate, deben verificar la
aprobación y vigencia de los planos, licencia de urbanismo o construcción,
reglamento de propiedad horizontal, cuando fuere el caso, y avance de obra en el
porcentaje que estimen conveniente.
- Si el inmueble en el cual ha de desarrollarse el plan o programa se encuentra
gravado con hipoteca, ha de acreditarse que el acreedor hipotecario se obliga a
liberar los lotes o construcciones que se vayan enajenando, mediante el pago
proporcional del gravamen que afecte cada lote o construcción.

A los municipios también les fue atribuida la función de otorgar permisos para
desarrollar planes y programas de autoconstrucción, así como para anunciar y
enajenar las unidades de vivienda resultantes de los mismos, previo el lleno de
los requisitos legales(4) establecidos por la Superintendencia de Sociedades en la
Resolución No. 044 de 1990, artículo 3, así:

" a) Acreditar el cumplimiento de los requisitos 2 y 3 del artículo 2° de la presente


resolución (registro en el que conste que está dedicado a las actividades de la Ley
66 de 1968 y registro de los libros de contabilidad).
b) Determinar el nombre del plan y la ubicación del mismo.
c) Acreditar la propiedad y tradición de los terrenos en donde se pretende
desarrollar el plan, adjuntando el folio de matrícula inmobiliaria actualizado y la
carta, o documento de intención de venta del globo de terreno entre el propietario
y la entidad solicitante.
d) Allegar el plano de loteo provisional y localización, donde se establecerá el
número de solución proyectadas, firmado por un ingeniero o arquitecto titulado.
e) Adjuntar el concepto previo y favorable emitido por la Oficina de Planeación
respectiva sobre la viabilidad para adelantar el plan o programa.
f) Adjuntar los conceptos favorables emanados de las Oficinas municipales
correspondientes, relativos a la viabilidad de servicios públicos.
g) Señalar el número de participantes del plan, el cual no podrá exceder al
número de unidades proyectadas, que a su vez no podrán ser más de 200.
h) Presentar un presupuesto detallado de ingresos e inversión de recursos,
analizando pormenorizadamente
1. Valor del terreno.
2. Costo de instalación y conexión de los servicios públicos

287
3. Costo de honorarios, diseño y asesorías
4. Ingresos por cuotas de afiliación y de vivienda, y su forma de pago.
5. Inversión de los recursos que se capten.

Dicho presupuesto deberá ir firmado por un contador público, quien bajo la


gravedad del juramento certificará que las cifras presentadas corresponden a la
realidad.
i) Presentar un cronograma que señale la manera como se ejecutará el programa
de autogestión, participación comunitaria o autoconstrucción.
j) Presentar certificación en que conste que no tiene obligaciones pendientes con
la Entidad que ejerza las funciones de inspección y vigilancia, de conformidad
con lo dispuesto en el Decreto 78 de 1987.
k) Acreditar la constitución de póliza de manejo por parte del representante legal
de la organización popular de vivienda, el tesorero y todo aquel directivo o
empleado que tenga la facultad de disponer de los dineros de la entidad".

5. Como elementos constitutivos de este ilícito, además del provecho económico


ilícito, se requiere el empleo de artificios o engaños por parte del actor sobre la
víctima, que ésta incurra en error precisamente a causa de las argucias, que ese
error le permita al agente obtener un provecho económico para sí o para un
tercero y, finalmente, que ese movimiento patrimonial cause un perjuicio ajeno
correlativo.(5)

6. De conformidad con lo dispuesto en la Ley 600 de 2000, artículo 354, numeral


1, la situación jurídica debe ser definida cuando sea procedente la detención
preventiva, es decir, cuando el delito tenga prevista pena de prisión cuyo mínimo
sea o exceda de cuatro (4) años, o se encuentre incluido en el catálogo de
conductas punibles relacionadas en el artículo 357, cuando sobre el sindicado
pese sentencia condenatoria ejecutoriada por delito doloso o preterintencional
sancionado con prisión y en los asuntos sometidos al conocimiento de los jueces
especializados.

7. El delito de urbanización ilegal fue adicionado por la Ley 308 de 1996, artículo
2, como artículo 367A del Decreto Ley 100 de 1980, en los siguientes términos:

"El que adelante, desarrolle, promueva, patrocine, induzca, financie, facilite,


tolere, colabore o permita la división, parcelación, urbanización de inmuebles, o
su construcción sin el lleno de los requisitos de ley, incurrirá por este solo
hechos en prisión de tres (3) a siete (7) años y en multa de doscientos (200) a
cuatrocientos (400) salarios mínimos legales vigentes.

La pena señalada anteriormente se aumentará hasta en la mitad cuando la


parcelación, urbanización o construcción de viviendas se efectúen en terrenos o
zonas de preservación ambiental o ecológica, de reserva para la construcción de
obras públicas, en zonas de contaminación ambiental, de alto riesgo o en zonas
rurales.

PARAGRAFO. El servidor público o trabajador oficial que dentro del territorio de


su jurisdicción o en razón de su competencia, con su acción u omisión diere
lugar a la ejecución de los hechos señalados en el inciso 1, de este artículo,
incurrirá en interdicción de derechos y funciones públicas de tres (3) a cinco (5)
años, sin perjuicio de las demás sanciones penales a que hubiere lugar porr el
desarrollo de su conducta"

288
Además, el artículo 372 ibídem, consignó como circunstancia genérica de
agravación punitiva, que el hecho se cometa sobre cosa cuyo valor fuere superior
a cien mil pesos, o que siendo inferior, haya ocasionado grave daño a la víctima,
atendida su situación económica y para éstos eventos dispuso un aumento de
pena de una tercera parte a la mitad.

El ilícito de urbanización ilegal fue descrito de la misma manera por la Ley 599
de 2000, artículo 318 y conservó la pena de prisión entre tres (3) y siete (7) años;
sin embargo, fijó hasta en cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes la pena de multa y no consagró la circunstancia genérica de
agravación punitiva en razón del valor o el perjuicio causado a la víctima.

En estas condiciones, se encuentra que la norma más favorable sería la prevista


en la Ley 599 de 2000, cuya aplicación al presente caso arrojaría una pena
mínima de prisión de tres (3) años, y ello aunado a que la conducta no está
enlistada en el artículo 357, numeral 2 de la Ley 600 de 2000, permite concluir
que por este delito no hay lugar a imponer medida de aseguramiento al
procesado.

8. Según lo dispuesto en el artículo 356 íd., para emitir pronunciamiento en


torno a la situación jurídica del implicado, debe verificarse el cumplimiento de los
requisitos formales y sustanciales que demandan la imposición de la medida de
aseguramiento de detención preventiva, dado que ésta es la única procedente
para los imputables.

No obstante, la Ley 906 de 2004, artículo 307 estableció medidas de


aseguramiento tanto privativas como no privativas de la libertad y para la
imposición de las primeras consagró expresamente los siguientes casos:

"1. En los delitos de competencia de los jueces penales de circuito especializado.


2. En los delitos investigables de oficio, cuando el mínimo de la pena prevista por
la ley sea o exceda de cuatro (4) años.(6)
3. En los delitos a que se refiere el título VIII del libro II del Código Penal cuando
la defraudación sobrepase la cuantía de ciento cincuenta (150) salarios mínimos
legales mensuales vigentes."

Así las cosas, no está prevista la medida de aseguramiento de detención


preventiva para el delito de estafa agravada por el cual se vinculó al procesado y,
es el principio de favorabilidad el que impide dar aplicación al artículo 26 de la
Ley 1142 de 2007, en cuanto adicionó el numeral 4 del artículo 313 señalando
que también hay lugar a imponer detención preventiva:

"4.Cuando la persona haya sido capturada por conducta constitutiva de delito o


contravención, dentro del lapso del año anterior, contado a partir de la nueva
captura o imputación, siempre que no se haya producido la preclusión o
absolución en el caso precedente"

Esta causal merece especial atención, dado que el aquí procesado fue capturado
el 12 de mayo del presente año y el día 18 del mismo mes le fue impuesta por la
Sala una medida de aseguramiento de detención preventiva en el proceso que por
el delito de concierto para delinquir agravado, en la modalidad de promocionar y
financiar grupos armados al margen de la ley -paramilitares- se adelanta en su
contra, bajo el radicado No. 30704.

289
En relación con el principio de favorabilidad, la Sala ha sostenido:

"Pero si se quiere ahondar en mayores razones téngase en cuenta que al haberse


invocado la aplicación de la postrer legislación bajo la teleología de la
favorabilidad para ello -conforme lo ha señalado esta Sala en el último año-
además, desde luego, de la sucesión de leyes en el tiempo más el tránsito o la
coexistencia de legislaciones, deben cumplirse básicamente tres condiciones: i)
que las figuras jurídicas enfrentadas tengan regulación en las dos legislaciones,
ii) que respecto de aquellas se prediquen similares presupuestos fáctico-
procesales- y iii) que con la aplicación favorable de alguna de ellas no se
resquebraje el sistema procesal dentro del cual se le da cabida al instituto
favorable"(7)

Ahora, para determinar si hay lugar a imponer medida de aseguramiento y de ser


así establecer cuál sería la norma aplicable, es preciso analizar la evolución
jurisprudencial de la Sala sobre la materia.

En eventos en los cuales la legislación anterior daba lugar a la privación de la


libertad y a la luz de la nueva disposición procedía una medida de aseguramiento
no privativa de tal derecho, esta Corporación sostuvo la prevalencia de la última
norma, por comportar una menor limitación y restricción a un derecho
fundamental; por tanto, al aplicar dicha conclusión a los procesos tramitados por
la Ley 600 de 2000, se consideró improcedente resolver situación jurídica, en los
siguientes términos:

"el carácter benéfico de la norma debe ir más allá del examen destinado a
establecer la procedencia de la medida de aseguramiento o la revocatoria de la
que se hubiere impuesto por virtud de los artículos 354-1, 355 y 356 de la Ley
600 de 2000, para analizar directamente si resulta procedente resolver o no
situación jurídica, ya que en ese específico acto procesal es cuando el funcionario
decide si impone la medida cautelar.

En ese orden de ideas, si de conformidad con el artículo 354-1 de la Ley 600 de


2000 la situación jurídica debe definirse en los eventos en que sea procedente la
detención preventiva, cuando dicha medida no puede imponerse como en este
caso por efecto de la aplicación favorable de una norma posterior, tampoco
resulta procedente resolver situación jurídica pues esta determinación está atada
o depende de la viabilidad de la detención, de manera que lo procedente en el
más puro criterio de favorabilidad es abstenerse de emitir la decisión referida".(8)

De igual manera se afirmó que no era posible imponer alguna de las medidas de
aseguramiento no privativas de la libertad consagrada en el artículo 307, literal B
de la Ley 906 de 2004, dado que las mismas no existían para la fecha de
comisión del ilícito.(9)

FALTA TESIS, VER PROVIDENCIA COMPLETA


________________________________________________________
(1). Así lo disponen la Ley 388 de 1999, artículo 99, numeral l y el Decreto 1052 de 1998,
artículos 5 y 6.
(2). Ver Ley 388 de 1997, artículo 101, numeral 2, en concordancia con el Decreto 1052 de 1998,
artículos 3, 4, 21, inciso 2 y 79.
(3). Así está previsto en la Ley 66 de 1968, artículo 2, modificado por el Decreto 2610 de 1979,
artículo 2, numeral 5
(4). Decreto Ley 078 de 1987, artículo 2, numeral 3.
(5). Sala de Casación Penal. Corte Suprema de Justicia, sentencia de 8 de junio de 2006,
radicado No. 24729.

290
(6). Esta Sala resolvió la antinomia surgida entre los artículos 313 y 315 de la Ley 906 de 2004,
considerando que sólo habría lugar a imponer medida de aseguramiento de detención preventiva
en relación con los delitos cuya pena privativa de la libertad exceda de cuatro (4) años.
(7). C. S. de J. Sala de Casación Penal, Sentencia de 9 de febrero de 2006, radicado 23700. en el
mismo sentido se ha pronunciado el 23 de mayo de 2006, radicado No. 25300 y el 15 de mayo de
2008, radicado 26831.
(8). C. S. de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto de 20 junio de 2007, Radicado 19528
(9). Auto del 20 de octubre de 2005. Radicado 24152

PONENTE(S) : JAVIER DE JESUS ZAPATA ORTIZ


Auto Unica Instancia
FECHA : 10/06/2009
DECISION : Impone medida de aseguramiento no privativa de
la libertad por un delito
DELITOS : Estafa agravada, Urbanización ilegal
PROCESO : 28755
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA

17/06/2009

PRESCRIPCION-Falsedad en documento privado/ ERROR EN LA CALIFICACION


JURIDICA-Técnica en casación/ DEMANDA DE CASACION-Formulación de los
cargos/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño/ INVESTIGACION INTEGRAL-Se debe
demostar la trascendencia del medio omitido/ SENTENCIA-Motivación en
segunda instancia/ FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA-Técnica en
casación/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Falso juicio de
identidad: Trascendencia/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-
Falso raciocinio: Técnica en casación/ PRUEBA-Libertad probatoria/ CASACION-
La simple discrepancia de criterios no constituye yerro demandable/
CONCURSO-Dosificación punitiva: Redosificación de la pena por eliminación de
un delito

1. De conformidad con el artículo 83 del Código Penal -80 del anterior-, el


término de prescripción será igual al máximo de la pena fijada en la ley, pero
ejecutoriado el pliego de cargos, dicho lapso se interrumpe para que entre a
correr por tiempo igual a la mitad del señalado en tales disposiciones, pero sin
que en ningún caso pueda ser inferior a cinco (5) años, de acuerdo con la
regulación contenida en el artículo 86 ibidem -84 del Código Penal de 1980-,
fenómeno que a voces del artículo 85 de la abolida codificación -84, inciso final
de la ley 599 de 2000-, opera de manera independiente cuando se trata del
juzgamiento de varias conductas punibles.

En el presente caso, según quedó consignado en los antecedentes, un Fiscal


Delegado ante el Tribunal Superior de Bogotá, en proveído del 25 de noviembre
de 2003, confirmó la resolución de acusación que contra el aquí procesado (......)
profiriera la Fiscalía 149 Seccional de Bogotá el 16 de noviembre de 2001, por los
delitos de falsedad en documento privado y estafa agravada, lo cual significa que
el pliego de cargos cobró ejecutoria en la citada fecha.

Ahora bien, la falsedad en documento privado endilgada al procesado, tenía


señalada en el Art. 221 del C. Penal de 1980 -bajo cuya vigencia se cometieron
los hechos-, una pena privativa de la libertad que oscilaba entre 1 y 6 años de
prisión, al igual que lo hace hoy el Art. 289 de la Ley 599 de 2000.

291
En ese orden de ideas, tanto los cinco (5) años establecidos en el Art. 84 del C.
Penal de 1980 -normatividad vigente en la fecha de los hechos-, como los
señalados en el Art. 85 de la Ley 599 de 2000 para que operara la prescripción de
la acción penal, se cumplieron el 25 de noviembre de 2008, valga decir, un día
antes de la fecha en que se concedió el recurso extraordinario de casación -Fl. 24
del c. del Tribunal-, y por lo tanto antes de la remisión de las diligencias a esta
Corporación para la prosecución del trámite pertinente.

Así deberá declararse, decretando la extinción de la acción penal y por contera la


cesación de procedimiento respecto de la mentada conducta punible, de acuerdo
con lo previsto en el Art. 39 de la Ley 600 de 2000.

Consecuente con esta decisión, en el aparte pertinente la Sala redosificará la


pena impuesta al procesado y se abstendrá, por sustracción de materia, de
pronunciarse sobre los cargos que atacan la condena por el delito de falsedad en
documento privado.

2. Resulta desacertado que el supuesto error en la calificación jurídica de la


conducta haya sido invocado a través de la causal tercera de casación, toda vez
que la jurisprudencia de la Sala ya tiene decantado que bajo los cauces de la Ley
600 de 2.000, un yerro de tal naturaleza debe conducirse por la vía de causal
primera cuando sea viable a la Corte dictar sentencia de reemplazo sin afectar la
estructura del proceso ni el derecho de defensa, esto es, cuando la denominación
jurídica que se invoca, independientemente del capítulo en que se halle incluida,
sea menos gravosa para el acusado, observe el núcleo básico de la acusación y
no varíe la competencia o, si esto sucede, pueda ella prorrogarse en los términos
del artículo 405 íbidem.

Por lo tanto, sólo cuando la nueva calificación le resulta más grave al procesado
que la de la acusación, o siendo más benéfica altera el núcleo fáctico de la
acusación o implica cambio de la competencia y ésta no se puede prorrogar, el
cargo de error en la denominación jurídica debe fundamentarse en la causal
tercera de casación.

3. Ya sobre la fundamentación de la censura, recuerda la Sala que en materia de


casación no basta la apariencia de las afirmaciones autosuficientes, así se
advierta coherencia en el desenvolvimiento del discurso, pues si los fallos de
instancia arriban a esta sede revestidos de la doble presunción de acierto y de
legalidad, es necesario demostrar los errores que se les atribuyen, pues no es
posible concebir la casación como un cúmulo de peticiones de principio, donde la
fundamentación del demandante se limita a dar por demostrado lo que la
excepcionalidad del recurso le exige demostrar.

4. El censor presenta un inadecuado fraccionamiento de los hechos básicos en


que se fundamentó la imputación por el delito de estafa agravada, ya que los
actos en que dice se sostiene la misma son presentados de manera insular para
aducir que ellos no incluyeron artificios engañosos, punto de vista inadmisible,
porque no son los actos aisladamente mirados, sino la conducta integralmente
considerada, la que debe ser sometida a valoración jurídica a efectos de
establecer su adecuación al tipo penal de que se trata, tal como se abordó en los
apartes de la sentencia que se acaban de transcribir.

5. El principio de trascendencia, rector de las nulidades (artículo 308-2 de la Ley


600 de 2000), traído a la interpretación del instituto de la casación, lleva a

292
considerar que en la alegación de una nulidad por violación al principio de
investigación integral que rige en la sistemática del Código de Procedimiento
Penal de 2000, debe demostrarse, argumentativamente, la entidad
desestabilizadora y limitante en exceso de los vacíos probatorios que se aducen
generados en el trámite del proceso.

No basta, pues, que no se haya practicado una prueba, ni que ésta fuera
conducente, pues la trascendencia de un tal vicio no deriva de la prueba en sí
misma considerada, sino de la confrontación lógica de las que sí fueron tenidas
en cuenta por el sentenciador como soporte del fallo, para, a partir de su
contraste, evidenciar que las extrañadas, de haberse practicado, derrumbarían
la decisión, erigiéndose entonces como único remedio procesal la invalidación de
la actuación censurada a fin de que esos elementos que se echan de menos
puedan ser tenidos en cuenta en el proceso.(1)

En el presente caso, el demandante no cumplió con la obligación de demostrar la


trascendencia de la única prueba que enuncia como omitida, pues no contrasta
la argumentación contenida en el fallo que se pretende descalificar con las
consecuencias que a su modo de ver podrían derivarse de la prueba cuya
preterición denuncia. Trascendencia cuya medida no es la de la prueba en sí
misma considerada, sino la que deviene de su oposición a la lógica del fallo,
pues, solo si lo desquicia imponiendo una orientación distinta de la que el mismo
contiene, el cargo podría prosperar. Ello implica necesariamente, en materia de
casación, discernir claramente cuál fue el fundamento del fallo atacado, en la
materia que se intenta desvirtuar.

6. Basta señalar que tratándose de una sentencia de segunda instancia, ha de


tenerse en cuenta que los fundamentos de la impugnación son los que fijan el
radio de acción del fallador, pues de acuerdo con el artículo 204 de la Ley 600 de
2000, en materia de apelaciones el juez de segunda instancia adquiere
competencia únicamente para pronunciarse sobre los aspectos impugnados por
el apelante e igualmente respecto de aquellos inescindiblemente asociados a los
mismos, de donde se deriva que cuando se censura en casación la falta de
motivación de la sentencia de segundo grado, la propuesta debe encontrarse
vinculada a la falta de motivación respecto de los temas de discusión planteados
a través del recurso de apelación.

En ese contexto, tratándose de un fallo de segunda instancia, ha dicho la Sala,(2)


lo que debe examinarse en punto a la motivación es si la providencia dictada por
el ad quem es suficiente por sí sola para explicar la decisión que finalmente toma
frente a las argumentaciones del impugnante, sea que confirme, revoque o
modifique la decisión revisada, independientemente de las referencias que haga
de la sentencia de primera instancia, o que para desarrollar el discurso adopte el
mismo método e idéntico orden que el utilizado en aquella, o que se apoye en
similar prueba y se valore de igual manera a como se hizo en el grado inferior.

De allí que el deber de motivación no puede llegar al extremo de tener que


resolver el funcionario cada una de las ideas o posturas que los recurrentes
presenten, sino lo que realmente se impone es la construcción de la decisión en
las cuestiones sustanciales objeto de debate, punto en el cual no puede
desconocerse que los fallos conforman una unidad inescindible en todo aquello
en que no se contradigan, por lo que puede suceder que el ad quem omita citar
"una a una" las pruebas en que fundamenta su decisión, pero al confirmar la
decisión del a quo hace suya la relación y valoración asumida en ese aspecto, y
ello resulta suficiente.

293
7. No puede dejarse de lado en el análisis de un cargo de nulidad por falta de
motivación de la sentencia, la verificación de la trascendencia del yerro, es decir,
la causación de un perjuicio y, la posibilidad de éxito de los argumentos omitidos
en el análisis del fallador, con menoscabo de la legalidad del proceso, aspecto que
para nada asume el demandante.

8. Se hace necesario verificar su trascendencia, aspecto éste que no se determinó


adecuadamente en la demanda.

El defensor no enseña si los fallos consideraron otros elementos de juicio y, en


caso afirmativo, si los mismos no son suficientes para sustentar la determinación
adoptada, esto es, si, haciendo abstracción del yerro cometido, los restantes
argumentos no resultaban idóneos para mantener la condena.

En virtud del carácter rogado del recurso extraordinario de casación, es carga del
demandante destronar la doble presunción de acierto y legalidad que unge a los
fallos de las instancias, mediante la formulación del cargo conforme a
determinadas pautas que han sido fijadas por la jurisprudencia, según haya sido
la causal de casación seleccionada para emprender el ataque.

9. Si lo que pretendía denunciar era la ocurrencia de un error de hecho por falso


raciocinio, soportada en la violación de los postulados de la sana crítica, estaba
obligado a señalar el axioma de la lógica, el principio de la ciencia o la regla de la
experiencia desconocidas o vulneradas por el fallador, y dentro de ellas referirse
a la correctamente aplicable, acreditando la trascendencia del error en punto de
lo resuelto, esto es, cómo la exclusión del medio criticado, indispensablemente,
dentro del contexto general de lo aducido probatoriamente, conduciría a una más
favorable decisión para la parte impugnante.

10. En nuestro sistema de juzgamiento no existe tarifa legal o asignación ex ante


del mérito de las declaraciones. En el método de apreciación racional previsto en
los artículos 238 y 277 del Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), el
operador judicial tiene cierto ámbito de discrecionalidad en la valoración
probatoria que sólo encuentra límite en los postulados de la sana crítica.

Por ello, el mérito que le merezcan las pruebas a los juzgadores no admite la
existencia de un error demandable en casación, salvo que se demuestre el
desconocimiento de los postulados de la sana crítica. Lo demás, como aquí se
presenta, no es más que una disparidad de opinión que se pretende enfrentar a
la sentencia del Tribunal, lo cual no es admisible en esta sede extraordinaria.

Desde esa perspectiva y teniendo en cuenta que el artículo 237 del Código de
Procedimiento Penal consagra el principio de libertad probatoria en aspectos
tales como, precisamente, los que aluden a los elementos constitutivos del hecho,
sin perjuicio de la existencia de pruebas preferentes pero no excluyentes, ningún
error objetivo se evidencia en el hecho de que para acreditar la falsedad del
contenido del documento cuestionado, el juzgador haya acudido al testimonio de
la propia denunciante, como se denuncia en el libelo.

11. La sola discrepancia de criterios frente al análisis probatorio no es suficiente


para cumplir con el objetivo de la impugnación extraordinaria, mediante la cual
se busca remediar los yerros judiciales cuando se detecte que éstos no se ajustan
a la realidad procesal.

12. Como consecuencia de la declaración de prescripción de la acción penal por


el delito de falsedad en documento privado, ha de restarse a (.......) el monto de

294
10 meses de prisión que de antaño se le aumentaron por dicho concepto,
quedando una pena de 26 meses de prisión por el delito de estafa agravada,
monto al cual se reducirán las sanciones accesorias de inhabilitación en el
ejercicio de derechos y funciones públicas y la suspensión en el ejercicio de la
profesión de abogado.
___________________________________________________________
(1). Sentencia de casación del 25 de agosto de 2004, radicado No. 21.313.
(2). Sentencia del 21 de febrero de 2007, radicado No. 25.799

PONENTE(S) : SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ


Auto Casación
FECHA : 17/06/2009
DECISION : Inadmite demanda, declara prescripción de la
acción, ordena cesar...
DELITOS : Falsedad en documento privado, Estafa agravada
PROCESO : 31517
PUBLICADA : Si

27/07/2009

DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/ VIOLACION DIRECTA DE


LA LEY SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica en casación/ IN DUBIO PRO REO-
Técnica en casación/ ESTAFA-Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de
defraudar; divisas

PONENTE(S) : DR.YESID RAMIREZ BASTIDAS


Auto Casación
FECHA : 27/07/2009
DECISION : Inadmite demanda de casación, advierte que no
proceden recursos
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 31404
PUBLICADA : No

29/07/2009

CASACION-No se puede actuar como recurrente y no recurrente al mismo


tiempo/ CASACION-Delitos conexos con uno que sea susceptible de casación
ordinaria/ CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA-Deben aparecer en la
resolución de acusación tanto las genéricas como las específicas fáctica y
jurídicamente/ DOSIFICACION PUNITIVA-Antecedentes/ CASACION-Principio de
inescindibilidad: Sentencias de primera y segunda instancia; unidad jurídica/
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Técnica en casación/ FRAUDE
PROCESAL-Puede concursar con falsedad, falso testimonio o estafa/ FALSEDAD
EN DOCUMENTO PRIVADO-Concursa con otras conductas para las que se use el
documento/ FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PUBLICO-Concursa con
otras conductas para las que se use el documento/ ESTAFA-Concurso/ UNIDAD
PROCESAL-Ruptura: Nulidad

1. Como en otras oportunidades lo ha señalado(1) , el traslado establecido en el


artículo 211 de la Ley 600 de 2000 se encuentra consagrado a favor de quienes
guardaron silencio respecto del fallo censurado con la finalidad de garantizar el
principio de igualdad de oportunidades para las partes y asegurar el cabal

295
ejercicio del contradictorio. Los demandantes, por tanto, no tienen una
posibilidad adicional de intervención dentro de los 15 días de los no recurrentes.

Así las cosas, la solicitud objeto de examen, encaminada por el casacionista a


conseguir actuar en la doble condición de recurrente y no recurrente, resulta
inadmisible por tratarse de roles excluyentes. No se accede, en consecuencia, a
regresar las diligencias a la segunda instancia para surtir un traslado
innecesario porque los sujetos procesales en beneficio de los cuales lo tiene
previsto la ley renunciaron a él.

2. Así ha resuelto la jurisprudencia de la Sala situaciones similares(2) . Si los


hechos alcanzaron a ser irradiados por el Decreto 2700 de 1991 y uno de los
delitos, a la luz de sus normas, era susceptible de casación común por ser de 6
años su extremo punitivo superior, esta es la regla por la cual se gobierna la
procedencia del recurso pues es más benéfica para el recurrente en comparación
con someterlo a la vía excepcional -que sería la consecuencia de aplicar la Ley
600 de 2000-, en cuanto ésta es más exigente que la ordinaria, al contar entre
sus requisitos con la obligación del demandante de acreditar la necesidad del
caso para el desarrollo de la jurisprudencia o para la protección de los derechos
fundamentales, o sea los motivos legales por los cuales resulta procedente.

Así las cosas, si al menos uno de los delitos imputados en el asunto examinado
sucedió en 1999 y si para ese momento el acceso a la casación común estaba
condicionado a que el delito materia de la sentencia tuviese pena privativa de la
libertad máxima de 6 años o más, la circunstancia de clasificar la falsedad en
documento privado entre esas conductas, deriva en la procedencia del recurso en
el presente caso por la vía ordinaria, inclusive para los delitos concursales
marginales al requisito, según lo definió la Corte a partir del auto del 18 de
noviembre de 2004, dictado en el caso de casación 22.693.

A través de esa decisión, en efecto, se abandonó la jurisprudencia entonces


vigente, de acuerdo con la cual, frente a hipótesis de conexidad y concurso de
personas en la realización de los hechos, accedían a casación ordinaria sólo los
sentenciados por delitos con privación de la libertad superior a 8 años, aunque
fuesen concurrentes con otro u otros de penalidad inferior. Los demás
procesados condenados por una o varias conductas con sanción máxima inferior
a la mencionada -como pasaría en ese evento con (...) y (...)-, no obstante hacer
parte del mismo pronunciamiento, tenían que recurrir extraordinariamente
conforme a las reglas fijadas para la casación discrecional.

El criterio en esa oportunidad adoptado y que aún mantiene la Corte se edifica a


partir de un análisis en función del proceso y no del sujeto o sujetos a él
vinculados, "toda vez que la conexidad como excepción a la unidad procesal liga
para efectos de su investigación y juzgamiento en un mismo ámbito los diversos
delitos que han de someterse a su decurso".

"Eso implica -se agregó- que los sujetos y más específicamente los procesados,
vinculados como se encuentran en un mismo asunto, esto es, normalmente
concurriendo en una conexidad subjetiva, deben someterse -en aras del principio
de igualdad derivado no de su delincuencia sino del proceso en sí- a idénticas
cargas y deberes procesales, de modo que en tratándose del recurso
extraordinario de casación no se entendería que a aquellos a quienes se imputa
un ilícito de menor punibilidad les sea exigible una mayor carga y una menor a
quienes se acusa o condena por delitos de mayor sanción".

Y se concluyó en aquella ocasión:

296
"Así, en este caso de sostenerse el criterio hasta ahora expuesto por la Sala y
para efectos de la demanda de casación se estaría exigiendo al condenado por el
delito de peculado culposo la reunión de más requisitos de los que se exigirían a
los demás sindicados que sentenciados por delitos dolosos conllevaron una
sanción superior a la impuesta al primero, lo que implica indudablemente una
afectación al principio de igualdad en tanto investigados y juzgados todos los
acusados en un mismo asunto se le estarían imponiendo cargas diferentes y
mayores a quien ejecutó un delito de punibilidad cuyo máximo es inferior a 8
años (6 para este caso) y menores a quien cometió uno cuya sanción excede
dicho límite.

"Por tanto, observada la conexidad en función del proceso y no del sujeto activo
del delito, la casación ordinaria resulta procedente en tanto su objeto lo
constituya un ilícito que se sancione con pena máxima que exceda de ocho años
de prisión, independientemente de que siendo juzgados varios punibles éstos se
imputen o no a uno, a varios o a todos los enjuiciados.

"En este asunto los delitos objeto de investigación fueron el de peculado por
apropiación doloso imputado a un procesado en condición de autor y a otro en
calidad de cómplice, así como el de peculado culposo atribuido a un tercer
acusado, lo que -frente al criterio de la Sala que ahora se recoge- llevaría a
sostener que por aquéllos en una inadmisible discriminación sería procedente la
casación ordinaria y por éste sólo la discrecional con las cargas que su
interposición implica.

"Frente al nuevo planteamiento, por el contrario y dada la observación del


fenómeno de la conexidad desde el punto de vista del proceso y no
excluyentemente del encausado, a todos los vinculados se les demandan las
mismas cargas procesales de modo que, sin importar si a éste o a aquél
procesado le fue imputado exclusivamente el punible sancionado con pena cuyo
máximo no excede de 8 años, procedería la casación ordinaria a condición
obviamente que algún delito sancionado con prisión cuyo máximo exceda de 8
años haya sido parte del objeto del proceso".

Así las cosas, en consideración a que uno de los condenados en ésta actuación lo
fue por una conducta punible cuyo máximo de pena privativa de la libertad
alcanzaba el límite fijado en la ley para la procedencia de la casación ordinaria (6
años por regir el asunto el Decreto 2700 de 1991), los declarados responsables
por falso testimonio y fraude procesal (sancionados con prisión de uno a cinco
años -se recuerda-), con apoyo en el precedente jurisprudencial, contaban con
idéntico derecho.

Por ende, era innecesaria la invocación de la casación excepcional por parte de


los recurrentes.

3. Dada su semejanza se estudiarán conjuntamente. Según el casacionista -se


recuerda- el juzgador transgredió directamente la ley sustancial al no tener en
cuenta en el proceso de medición de la pena varias circunstancias de mayor
peligrosidad: cuatro en el caso de (...) y una en relación con (...) y (...).

La única posibilidad de ocurrencia de una incorrección como la denunciada


necesariamente debe estar subordinada a dos eventos: i) haberse imputado las
agravantes en la resolución de acusación; y, ii) derivarse del contenido del fallo
que se atribuyeron, soslayando la aplicación de las consecuencias jurídicas que

297
de allí surgían en la tarea de fijar el punto de partida para la dosificación de la
sanción.

Así las cosas, se imponía lógicamente al recurrente la carga de acreditar una y


otra circunstancia. Pero incumplió.

En primer lugar, con olvido de la jurisprudencia de la Sala relativa a la necesidad


de imputar explícitamente en el pliego de cargos las agravantes punitivas, tanto
fáctica como jurídicamente, señaló que resultaban comprendidas de forma
implícita o eran extractables de ciertas afirmaciones hechas en esa providencia,
lo cual, en lugar de comprobar su atribución cierta y expresa en la decisión,
demuestra precisamente lo contrario. En segundo, no asoció el supuesto error a
la sentencia, vale decir la pieza procesal materia del ataque en casación.

4. Hay más: en aras de no demandar de la Corte un fallo lesivo del principio de


congruencia, al solicitarle condenar con unas circunstancias de mayor
punibilidad no imputadas en la calificación sumarial, intentó el libelista
persuadir acerca de su atribución en tal determinación. No obstante, luego de
escrutada la providencia en desarrollo de la labor ejercida por la Sala en orden a
establecer si hace uso de la facultad oficiosa contemplada en el artículo 216 de la
Ley 600 de 2000, ha sacado en claro que ni las causales de agravación referidas
en los cargos, ni ninguna otra, se dedujeron en el llamamiento a juicio, siendo
desacertado, por tanto, aspirar a que el Tribunal de casación las impute pues de
hacerlo quebrantaría el debido proceso por falta de consonancia entre acusación
y sentencia.

Ninguna alusión, por último, fue hecha por los juzgadores a las circunstancias
de menor punibilidad. La objeción velada hecha en el primer reproche, en
consecuencia, relativa a hacer valer a favor de (...) la causal de buena conducta
anterior, cuando en su contra se comprobaron otras condenas, carece de
fundamento. Al mismo se le tasó la pena de prisión -como a los restantes
sindicados- dentro del cuarto mínimo por la no concurrencia de agravantes,
aumentándose a la sanción menor prevista en la ley varios meses en virtud de la
ponderación de los aspectos relacionados en el tercer inciso del artículo 61 del
Código Penal de 2000, con apoyo en el cual se hizo esa cuantificación. Los
antecedentes no contaban para ese efecto y en esa medida su mención por parte
del impugnante carece de relevancia, siendo del caso recordar que fue el factor
por el cual el ad quem le revocó la condena condicional y dispuso la ejecución de
la pena privativa de la libertad.

5. Las sentencias de instancia, como se sabe, son unidad jurídica inescindible en


cuanto no se contrapongan, como sucede en el presente caso.

6. Los errores in iudicando, como se sabe, ocurren exclusivamente en el fallo. Y


si se tiene en cuenta que ésta tiene un componente probatorio y otro jurídico, las
equivocaciones del juzgador pueden ser a ambos niveles. La incorrección, en el
último, no pasa por la prueba y por esa razón cuando se alega violación directa
de la ley sustancial, como aquí sucede, no se permite a quien lo plantea el debate
de los hechos declarados probados por el juzgador ni la apreciación probatoria.
Eso significa, de un lado, admitir que el problema jurídico ha sido correctamente
identificado en la sentencia y, de otro, que a los hechos relevantes allí
determinados se llegó a través de una adecuada estimación de los medios de
convicción.

El reproche, en consecuencia, ha de centrarse exclusivamente en el debate sobre


la pertinencia de la ley - fuente para la solución del caso, en desarrollo del cual le

298
corresponde acreditar al demandante una de las tres posibilidades siguientes: la
seleccionada es la correcta pero fue objeto de interpretación errónea; se aplicó
indebidamente pues no era la indicada para resolver el asunto; y, corolario de la
anterior, se excluyó la llamada a definirlo.

7. Pacíficamente la Sala tiene definido el punto a favor de la concurrencia


delictiva entre la falsedad documental, el falso testimonio o la estafa con el
fraude procesal, frente a supuestos fácticos similares al aquí contemplado(3) .

8. Determinado el alcance del ataque, consistiendo el mismo en el


desobedecimiento de la regla consagrada en el artículo 89 de la Ley 600 de 2000,
según la cual "las conductas punibles conexas se investigarán y juzgarán
conjuntamente", cabe advertir, de acuerdo con la misma norma, que no acatar la
disposición sólo genera nulidad si se afectan garantías fundamentales.

Eso le implicaba al censor, por tanto, acreditar ese corolario pues la ruptura de
la unidad procesal, conforme a la ley, por sí misma no origina invalidez de la
actuación.

_____________________
(1) Cfr. Providencias de casación del 27 de mayo de 2003 (radicación 19.812) y del 11 de
noviembre del mismo año (radicación 20.163), precisamente citadas en el memorial que presentó
la parte civil para oponerse a la pretensión del defensor cuando la realizó ante el ad quem.
(2)Cfr. Auto de casación del 16 de febrero de 2005, radicación 23006.
(3)Cfr., por ejemplo, sentencia de casación del 30 de mayo de 2002, radicación 17.604

PONENTE(S) : JAVIER DE JESUS ZAPATA ORTIZ


Auto Casación
FECHA : 29/07/2009
DECISION : Admite demanda de casación,inadmite demadas
presentadas por los otros procesados
DELITOS : Fraude procesal, Falso testimonio
PROCESO : 32189
PUBLICADA : No

05/08/2009

CASACION DISCRECIONAL-Procedencia/ DEFENSA TECNICA-Cuando se alega


mejor condición profesional o estrategia defensiva/ COMPULSACION DE
COPIAS-No es susceptible de recursos/ AUDIENCIA PREPARATORIA-Traslado
previo no requiere de notificación/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY
SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica en casación/ CASACION DISCRECIONAL-
Desarrollo de la jurisprudencia: Requisitos/ URBANIZACION ILEGAL-Verbos
rectores: Promover/ URBANIZACION ILEGAL-Puede concursar con estafa/
ESTAFA-Puede concursar con urbanización ilegal

En primer término, vale destacar que en el presente asunto sólo procede la


casación excepcional en los términos del inciso 3º del artículo 205 del Código
Penal, en tanto que la sentencia impugnada fue proferida por un tribunal
superior de distrito judicial por razón de un delito que, como el de urbanización
ilegal que describe el artículo 318 del Código Penal de 2000, tiene legalmente
fijada una pena distinta a aquella que exige el inciso 1º del citado artículo, como
presupuesto para la casación común.

299
En efecto, en el caso que ahora estudia la Corporación, el término máximo de la
pena privativa de libertad señalada para el delito de urbanización ilegal es de 7
años de prisión.

2. Ahora bien, comoquiera que la vía de ataque en sede de casación contra la


sentencia proferida dentro de la presente actuación es la modalidad discrecional,
el casacionista, en estricto acatamiento de la ley y la jurisprudencia de la Sala,
debe cumplir con las cargas establecidas para este medio de impugnación
extraordinario.

Recuérdese que, cuando de la casación excepcional se trata, el demandante debe


exponer, así sea de manera sucinta pero clara, qué es lo que pretende con el
recurso, teniendo en cuenta que solamente procede para el desarrollo de la
jurisprudencia o para garantizar los derechos fundamentales.

En tratándose del primer punto, esto es, el desarrollo de la jurisprudencia, el


casacionista debe mencionar en la demanda si con la impugnación de la
sentencia de segunda instancia persigue que la Corte unifique posturas
conceptuales, actualice la doctrina o aborde un tópico aún no desarrollado,
precisando, en todo caso, la manera en que la decisión solicitada tiene la utilidad
simultánea de brindar solución al asunto y, al mismo tiempo, servir de guía a la
actividad judicial.

Y, respecto de la protección de los derechos fundamentales, el casacionista está


obligado a desarrollar una argumentación lógica dirigida a evidenciar el
desacierto, siendo necesario que demuestre el desconocimiento de una garantía
por quebrantamiento de la estructura básica del proceso o por violación de un
derecho fundamental, al tiempo que debe indicar las normas constitucionales
que protegen el derecho invocado y su concreta infracción a través de la
sentencia.

3. Vistos los anteriores derroteros, de cara a la argumentación que ofrecen los


recurrentes y al trámite de la actuación procesal, surge nítido que los cargos que
postulan las demandas reseñadas con fundamento en el mismo motivo de
nulidad incumplen los requisitos para ser admitidos a esta sede extraordinaria,
puesto que se limitan a señalar lo que, en sentir de los impugnantes, hubiera
podido ser una mejor gestión del defensor.

Es así como el demandante, en representación de (...), centra su argumento en lo


que estima fueron omisiones defensivas trascendentes, tales como la no
impugnación de las resoluciones de situación jurídica, de acusación y de
remisión de copias para la investigación por separado del comportamiento
punible de estafa, así como no haber hecho uso del traslado de que trata el
artículo 400 de la Ley 600 de 2000, pero con ello no demuestra sino su propia
evaluación negativa de la gestión del defensor del momento, mas no enseña de
qué manera una gestión diferente hubiese conducido a un resultado favorable al
procesado.

Así mismo, en sustento de su inconformidad, el libelista expone una serie de


argumentos que el entonces apoderado hubiera podido esgrimir para mejorar la
situación de (...) -las supuestas inconsistencias en las pruebas de cargo, la
atipicidad de la conducta, la condición de "tipo mutilado de dos actos" de la
descripción abstracta del punible de urbanización ilegal, una diferente
interpretación del precedente de la Corte que invocó el sentenciador para apoyar
su determinación de condena- lo cual, una vez más, no pasa de ser una
discrepancia con la gestión defensiva del profesional que lo antecedió,

300
razonamiento que, por sí mismo, no es idóneo para acreditar un vicio ostensible
y trascendente en el derecho a la defensa técnica.

4.Que el resultado de las peticiones formuladas por la entonces apoderada de (...


y ...) al funcionario judicial de la causa, tales como la acumulación de procesos,
o que la funcionaria judicial hubiese objetado las preguntas realizadas a los
sujetos procesales en la audiencia pública, no son razones de peso para
edificar de manera seria un reparo por violación al derecho a la defensa
técnica, pues con ello solamente se sujetó a la legalidad el ejercicio de la
gestión defensiva.

Por otra parte, que los alegatos de conclusión presentados por la defensora de los
mencionados acusados no satisfagan ahora al casacionista solamente denota,
otra vez, una discrepancia con la gestión profesional, sin que la
Corporación vislumbre que la ejercida por la apoderada en ese momento
procesal constituya un abandono o ejercicio manifiestamente negligente de
la función encomendada.
Ahora bien, los impugnantes reclaman que los defensores de los procesados
debieron recurrir la resolución de situación jurídica, la decisión que dispuso la
remisión de copias para que, por separado, se continuara la investigación por la
conducta punible de urbanización ilegal y que el juzgado debió notificarles
personalmente el traslado del artículo 400 de la Ley 600 de 2000.

Las censuras reseñadas carecen de idoneidad para el fin que se proponen los
demandantes, pues, por una parte, ningún interés asistía a los apoderados
judiciales para objetar la resolución de situación jurídica por un comportamiento
punible -el de estafa- que finalmente fue objeto de reparación integral, lo cual
condujo a la preclusión de investigación por esa conducta. Por otra parte, como
la Corte lo ha precisado a través de su jurisprudencia, la decisión del funcionario
judicial de remitir copias para la investigación de otro comportamiento punible,
no es susceptible de recursos(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Penal, decisión de la Corte de 24 de febrero de 2005 y 20 de mayo de 2003),
como tampoco el traslado de que trata el artículo 400 del Código de
Procedimiento Penal de 2000 es decisión que se deba notificar personalmente a
los sujetos procesales.

5.La vía de censura que escogen los recurrentes le permite a la Corte precisar,
como de tiempo atrás lo ha decantado su jurisprudencia, que la violación directa
de la ley sustancial se relaciona con la equivocación en que incurre el juzgador
de manera inmediata, es decir, sin mediar un yerro en la apreciación de la
prueba, al realizar el juicio de derecho, es decir, al aplicar la normatividad que
corresponde a los hechos materia de juzgamiento.

La equivocación aludida se manifiesta a través de tres variaciones, así: la


primera, denominada falta de aplicación o exclusión evidente, se presenta
cuando no se aplica la norma que corresponde porque el juez yerra acerca de su
existencia; a través de la segunda, denominada aplicación indebida, el
sentenciador efectúa una falsa adecuación de los hechos probados a los
supuestos que contempla la disposición; en la última, conocida como
interpretación errónea de la ley, los procesos de selección y adecuación al caso en
cuestión son correctos pero, al interpretar el precepto, el juez le atribuye un
sentido que no tiene, o bien le asigna efectos distintos o contrarios a su
contenido.

Así mismo, ha señalado la jurisprudencia de la Corte, de manera reiterada, que


cuando se invoca el cuerpo primero de la causal primera de casación, esto es,

301
violación directa de la ley sustancial, el libelista no puede discutir la valoración
de la prueba realizada por el sentenciador ni cuestionar la declaración de los
hechos consignada en el fallo, pues toda su actividad debe estar dirigida
exclusivamente a demostrar la equivocación en que incurrió el Tribunal al aplicar
o al inaplicar la normatividad al caso concreto, así como el perjuicio irrogado por
razón del yerro.

6.Vistos los presupuestos anteriores, así como los fines de la casación


excepcional a los cuales ya se hizo alusión, de cara a los razonamientos que
sustentan el cargo, surge nítido que estos últimos faltan a la debida
fundamentación, pues no enseñan a la Corporación cuáles son los antecedentes
jurisprudenciales relativos al tema del comportamiento punible de urbanización
ilegal que estima escasos, insuficientes o equivocados, cuál la razón para que
éstos no sean aplicables al caso que ocupa la atención de la Corte o de qué
manera un nuevo pronunciamiento por la Corporación contribuiría a la solución
del caso.

7.La Sala ya se ha pronunciado sobre el alcance del verbo rector promover,


integrante de la conducta punible de urbanización ilegal, descrita en el artículo
318 del Código Penal. Al respecto, ha expresado que las gestiones encaminadas
a anunciar la venta de inmuebles o la entrega de dinero para dicho propósito son
comportamientos que se enmarcan dentro de la acción de promover. Así lo
manifestó la Corte:

"Por otro lado, la celebración de promesas de venta, el recibo de anticipos de


dinero o la recepción de otras especies valoradas en efectivo, con la finalidad de
transferir el dominio de inmuebles destinados a vivienda (en número no inferior a
cinco), no son más que manifestaciones ostensibles, externas y materiales de la
conducta de promover la urbanización ilegal, con dirección a dividir, parcelar,
urbanizar o construir inmuebles sin el lleno de los requisitos legales, porque la
promoción no significa nada diferente de iniciar, hacer que principie cierta acción
o darle impulso a una cosa o proyecto."

"Pero en lo que atañe a la configuración de las conductas rectoras, no hay duda


de que fueron recogidas las anteriores y también notoriamente ampliadas en el
nuevo texto, pues se pasó de simplemente "anunciar o desarrollar" a las de
"adelantar, desarrollar, promover (que en cierta acepción significa anunciar),
patrocinar, inducir, financiar, facilitar, tolerar, colaborar o permitir"(Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 18 de septiembre de
2001, radicación No. 15988).

Significa lo anterior que sobre el tema que propone el demandante -esto es, lo
relativo al alcance de la conducta promover, integrante de la descripción típica
del punible de urbanización ilegal- no existe necesidad ni motivo alguno para
que, una vez más, la Corte se pronuncie sobre él. Véase además que el fallador
-de manera por demás acertada-, invocó en sus consideraciones el precedente
citado, motivo por el cual la tesis del censor en sentido opuesto al ya fijado por la
Corporación, no es sino su particular interpretación de los hechos y de la norma,
en contravía a la del sentenciador y la jurisprudencia vigente.

8.El razonamiento así planteado surge intrascendente desde el comienzo, pues


desconoce que, de tiempo atrás y de forma reiterada, la Corporación ha admitido
el concurso entre las conductas punibles de urbanización ilegal y estafa, esto es,
que la concurrencia de ambos delitos no constituye un concurso aparente. Así
se ha pronunciado la Sala:

302
"Si se analiza el contenido de los tipos penales de estafa previsto en el artículo
356 del Código Penal, y de desarrollo ilegal de actividades relacionadas con
enajenación de inmuebles destinados a vivienda que consagra el artículo 11 de la
ley 66 de 1968 (modificado por 6º del Decreto 2610 de 1979), sin mayor esfuerzo
se concluye que los presupuestos requeridos para que esta última pueda ser
considerada norma especial, residual, o consuntiva no se cumplen, y que se
trata, por el contrario, de figuras delictivas autónomas, totalmente
independientes, que regulan situaciones distintas y tienen, como acertadamente
lo destaca el Procurador Delegado en su concepto, un ámbito de aplicación bien
diferente.

El delito de estafa sanciona la obtención de un provecho económico para sí o


para un tercero, mediante la inducción o el mantenimiento de otro en error, por
medio de artificios o engaños. Es un ilícito de resultado, que protege el bien
jurídico del patrimonio económico. El delito previsto en el artículo 11 de la ley 66
de 1968 (modificado por el 6º del Decreto 2610 de 1979), castiga el desarrollo
ilegal de actividades de enajenación de inmuebles destinados a vivienda, entre
ellas la celebración de promesas de venta y el recibo de anticipos de dinero con
dicho propósito, sin mediar permiso de la autoridad competente. Es un tipo de
peligro que procura evitar que a través del adelantamiento indiscriminado de esta
clase de actividades se presenten trastornos en el orden socioeconómico.

Si se constata comparativamente la configuración típica de estas dos figuras


delictivas, no resulta difícil advertir que sus elementos son totalmente distintos, y
que entre ellas no se establecen referentes estructurales que permitan afirmar
que se encuentran vinculadas por una relación de género a especie, y que la
segunda es una modalidad de la primera. Tampoco se trata de tipos penales que
protejan el mismo bien jurídico, pues como ya se dejó visto, ellos son totalmente
distintos.

Este último argumento resulta igualmente válido para rechazar la tesis del
concurso aparente de tipos con arreglo al principio de subsidiariedad, pues
también en este supuesto constituye característica fundamental que el bien
jurídico protegido por las normas en conflicto sea el mismo. Aparte de ello, se
tiene que el artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por el 6º del Decreto
2710 de 1979) establece expresamente que quienes realicen la conducta allí
descrita quedarán sujetos a la pena de 2 a 6 años de prisión, además de las
sanciones que les corresponda por la comisión de otros delitos contemplados en
el Código Penal, dejando de esta manera en claro que no se trata de un tipo penal
residual, sino autónomo, que puede ser aplicado simultáneamente con otros de
estructura básica o especial, si los hechos resultan ser constitutivos de un
fenómeno concursal."(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal,
sentencia de 18 de febrero de 2000, Rad: 12820).

En otro precedente, la Corporación destacó que el fenómeno de la urbanización


ilegal compromete por igual el orden económico social, al tiempo que la situación
patrimonial individual de cada uno de los ciudadanos perjudicados, motivo por el
cual las conductas punibles que protegen los diversos bienes jurídicos no
resultan excluyentes:

"Es obvio, en consecuencia, que frente al devenir de la problemática social que a


lo largo de los años, ha venido planteando la carencia de vivienda y con ello el
desorden urbanístico que tal déficit ha generado, el ordenamiento jurídico ha
reaccionado de diversas maneras, según la coyuntura que en la determinada
época se le proponga. Es innegable que la búsqueda de una solución al problema
habitacional resulta ciertamente compleja y que en ello pueden verse afectados

303
distintos órdenes de la vida social, así como la situación individual de los
asociados."(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de 2 de
mayo de 2001, radicación No. 13548).

Por otra parte, tal como la Sala lo precisó en el precedente reseñado, mediante el
cual resolvió -como en el caso presente- sobre el supuesto concurso aparente
entre las conductas punibles de urbanización ilegal y estafa, un argumento en tal
sentido exigía del demandante demostrar de manera fehaciente que el primero de
dichos comportamientos no es más que una modalidad del segundo. Así se
precisó esta exigencia de debida fundamentación que hoy incumple el recurrente:

"Una adecuada fundamentación de la censura implicaba tener que iniciar el


ataque acreditando lo no acreditado, es decir, que la conducta descrita en el
artículo 11 de la ley 66 de 1968 (modificado por el 6º del Decreto 2610 de 1979)
es una modalidad especial de estafa, pues solo a partir de la demostración de
dicho supuesto podía ser elaborado el argumento lógico jurídico que la demanda
contiene, consistente en que las normas especiales excluyen la aplicación de las
normas generales, y que en tales condiciones, el concurso de hechos punibles
deducido en las sentencias de instancia es solo aparente."

En conclusión, aunque -como lo sostiene el censor- no son numerosos los


pronunciamientos jurisprudenciales sobre el tema de la conducta punible de
urbanización ilegal, sí son lo suficientemente precisos y explícitos en lo que tiene
que ver con el concurso de dicho comportamientos con el de estafa. De manera
que no existe la necesidad de actualizar la jurisprudencia como lo propone el
casacionista, pues con su razonamiento se limita a oponer su propia
interpretación del concepto de concurso aparente a la que, de manera por demás
correcta y respetuosa de las precisiones que sobre ese tema ha elaborado la Sala,
aplicó el fallador al admitir que los hechos investigados podían subsumirse en los
tipos penales, tanto de urbanización ilegal, como de estafa.

En consecuencia, si es válido predicar el concurso de conductas punibles de


estafa y urbanización ilegal, entonces los razonamientos del libelista
encaminados a demostrar la violación al principio del non bis in idem,
lógicamente quedan sin sustento, de manera que el proceso seguido y concluido
por el comportamiento punible de estafa no podía inhibir la investigación y juicio
por el delito de urbanización ilegal.

PONENTE(S) : JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casación
FECHA : 05/08/2009
DECISION : Inadmite demanda de casación, no procede
recurso alguno
DELITOS : Estafa, Urbanización ilegal
PROCESO : 31105
PUBLICADA : Si

19/08/2009

CASACION-La Corte, una vez admitida la demanda, entra a decidir de fondo/


IMPUTACION JURIDICA-Autor o partícipe: Puede ser modificada por la
autopuesta en peligro de la víctima/ ESTAFA-Elementos estructurales del tipo/
ESTAFA-Artificio, ardid o engaño/ ESTAFA-Contrato: Medio idóneo para ocultar
el ánimo de defraudar/ ESTAFA-Auto puesta en peligro

304
1. Dado que la demanda presentada por el apoderado de (...) fue declarada desde
el punto de vista formal ajustada a derecho, la Sala estima que no viene al caso
pronunciarse acerca del cumplimiento o no de los requisitos de lógica y debida
argumentación por parte del recurrente, pues a esta altura el procesado adquirió
el derecho a que se le analicen de fondo los problemas jurídicos traídos a
colación en el escrito correspondiente, en armonía con los fines de la casación de
garantizar la efectividad del derecho material, respetar las garantías mínimas de
las personas que intervienen en la actuación, buscar la reparación de los
agravios inferidos a los sujetos procesales y unificar la jurisprudencia, tal como
lo establece el artículo 206 de la ley 600 de 2000, Código de Procedimiento Penal
vigente para este asunto.

2. Sin perjuicio de que toda imputación al tipo objetivo presupone la creación de


un peligro por parte del autor no cubierto por el riesgo permitido(1) , la exclusión
de la misma puede presentarse, sin embargo, en aquellas situaciones en las que
hay incitación o colaboración respecto de las conductas realizadas por otra
persona, ya que el ámbito de protección de la norma no puede comprender los
menoscabos que han sido suscitados por el propio titular del bien jurídico.

En razón de lo anterior, la Sala, a partir de la sentencia de 20 de mayo de


2003(2) , ha establecido que, para que la conducta del sujeto pasivo excluya o
modifique la atribución del tipo a quien coopera o contribuye de manera
significativa en su realización, es necesario que aquél conozca (o tenga la
capacidad de conocer) el peligro que afronta con su acción y tenga bajo su
control el poder de asumir el riesgo que se concreta en el resultado, siempre y
cuando al actor no le sea exigible la obligación jurídica de evitarlo, es decir, que
no se encuentre en posición de garante respecto de la persona que de manera
consciente y voluntaria se ha puesto en peligro.

La valoración de las primeras dos situaciones deberá efectuarla el juez de una


manera ex ante o, lo que es lo mismo, teniendo que retrotraerse al momento de la
realización de la acción y examinando si conforme a las condiciones de un
observador inteligente situado en la posición de la víctima (a las que habrá de
sumárseles las calidades y conocimientos especiales de ella), el comportamiento
sería o no adecuado para excluir a favor del agente la atribución del resultado
típico.

En cuanto a la posición de garante, la Corte ya tiene una postura bien definida


en lo que respecta a la realización típica de la conducta punible de estafa, tal
como lo examinará en el apartado que sigue a continuación.

3. La Sala ha precisado que el tipo de estafa consagrado en el artículo 356 del


Código Penal anterior y el artículo 246 del actual contiene los siguientes
elementos de índole objetivo: (i) el empleo, por parte del sujeto activo de la
conducta, de maniobras artificiosas tendientes a engañar o hacer incurrir en
error, (ii) la inducción o mantenimiento en error del sujeto pasivo de tal
comportamiento, (iii) el perjuicio en el patrimonio económico de la víctima y (iv) la
obtención como resultado de un provecho ilícito, ya sea a favor del sujeto agente
o de un tercero.

4. Es obvio que tales circunstancias deben ir debidamente concatenadas, de


manera que la inducción en error siempre precederá tanto al perjuicio económico
como al provecho ilícito, tal como lo ha precisado la Corte en pretéritas
providencias(3) . En otras palabras, el resultado típico tiene que ser susceptible

305
de valorarse como el "efecto" de una determinada "causa", consistente en el error
provocado por el autor.

5. La Sala ha sostenido el criterio de que el ocultamiento o la mentira en las


negociaciones contractuales puede, perfectamente, constituir un medio
inequívoco de artificio o engaño:

"[…] el negocio jurídico creador de obligaciones, como manifestación de la


declaración de voluntad en el que una persona (deudor) se compromete a realizar
una conducta en pro de otra (acreedor) a cambio de una contraprestación, puede
ser utilizado como instrumento quimérico para estafar en aras de obtener un
provecho ilícito con la creación previa de circunstancias especiales inexistentes
que son las motivadoras de la disposición onerosa del contratante"(4) .

6.En lo que a la fijación de los presupuestos a partir de los cuales resulta posible
predicar para efectos de la imputación del tipo objetivo en comento la idoneidad
de la argucia o el artificio empleado, esta Corporación, mediante sentencia de 10
de junio de 2008 , precisó que la configuración típica del elemento en cuestión
depende del estudio de las circunstancias que rodean cada asunto en particular
(y, en especial, de "aspectos tales como el nivel intelectual del sujeto pasivo de la
conducta, su pericia en asuntos de la naturaleza de la cual se trata, sus
experiencias, el medio social en donde se desenvuelve y las herramientas
jurídicas brindadas por el Estado para su protección"(5) ), así como indicó que,
cuando las partes en un contrato se hallan en igualdad de condiciones, es viable
concluir que ninguna está en posición de garante respecto de la otra:

"Hablando en términos de la teoría de la imputación objetiva, implica que quien


ostenta un nivel de preponderancia sobre alguien que, por su bajo grado
académico, cultural o social, carece de suficiente capacidad para entender
cabalmente los pormenores de un negocio jurídico, asume la posición de garante
para la evitación de resultados dañosos cuando con su comportamiento ha
generado un riesgo jurídicamente desaprobado, siempre que conociese las
condiciones especiales del sujeto pasivo de la conducta. Solamente en esos casos,
si no actúa de conformidad con la posición de garante que el ordenamiento
jurídico le atribuye, le será imputable de manera objetiva el resultado.

"En esas condiciones, no asumirá la posición de garante y, por lo mismo, no


tendrá la obligación de impedir el resultado dañoso el vendedor que se encuentra
respecto del comprador en un plano de equilibrio frente al conocimiento de los
alcances, vicisitudes y consecuencias de la transacción que celebran" (6).

Esto último permite excluir la imputación del tipo objetivo de estafa por
autopuestas en peligro o acciones a propio riesgo en la celebración de negocios
jurídicos, en la medida en que concurran los otros dos requisitos expuestos en
precedencia (supra 2).

Por ejemplo, en la sentencia de 4 de febrero de 2009 , la Corte estimó irrelevante


analizar si el procesado era garante respecto de la persona que incurrió en error
al suscribir un contrato con una persona jurídica inexistente, pues esta última
jamás tuvo el poder de asumir bajo su control el riesgo que se realizó en el
resultado, ni tampoco tuvo el conocimiento del mismo:

"En otras palabras, no es posible entrar a analizar el comportamiento negligente


o no de la persona que incurrió en el error cuando se tiene que, debido a la
conducta artificiosa desplegada por el procesado, el primero jamás pudo actuar
libre y responsablemente en un sentido jurídico, sin haber tenido la oportunidad

306
de conocer la situación generadora del riesgo (como sí habría podido conocerla
ante el simple silencio o ante una mentira no tan elaborada de la contraparte)" .

En este orden de ideas, sólo cuando se reúnen los tres requisitos de las acciones
a propio riesgo (conocimiento del peligro, poder de control sobre su asunción y
ausencia de posición de garante) podrá estudiarse si el sujeto pasivo en los
delitos de estafa activó los mecanismos de protección que le eran exigibles, o en
qué medida contribuyó con su comportamiento no diligente o precavido a la
obtención del resultado previsto en la norma.

(...)

Por lo tanto, le era exigible a la empresa denunciante la activación de los


mecanismos de tutela tendientes a evitar el perjuicio económico a la postre
sufrido (como, por ejemplo, los señalados supra 4.1), de manera que el
menoscabo tan solo se dio por la efectiva colaboración del titular del bien
jurídico.

En consecuencia, como en el presente caso se reúnen los elementos de la acción


a propio riesgo o autopuesta en peligro dolosa como criterio normativo excluyente
de la imputación al tipo objetivo, la Sala casará la providencia impugnada y, en
su lugar, confirmará el fallo absolutorio dictado por el a quo.
____________________
(1)Cf. sentencia de 8 de noviembre de 2007, radicación 27388
(2)Radicación 16636.
(3)Cf., entre otras, sentencias de 8 de junio de 2006, radicación 24729, y 28 de septiembre de
2006, radicación 22041.
(4)Sentencia de 30 de noviembre de 2006, radicación 21902.
(5)Radicación 28693.
(6)Ibídem.

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Sentencia Casación
FECHA : 19/08/2009
DECISION : Casa fallo proferido por el Trib. Buga, confirma
sentencia de J.2.P.Cto de Buena
DELITOS : Estafa
PROCESO : 26882
PUBLICADA : Si

31/08/2009

CASACION-Procedencia: Norma vigente al momento de comisión del delito/


DEMANDA DE CASACION-Claridad y precisión/ VIOLACION INDIRECTA DE LA
LEY SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica en casación/ VIOLACION INDIRECTA
DE LA LEY SUSTANCIAL-Falso juicio de convicción/ ESTAFA-Noción:
Elementos/ ESTAFA-Contrato: Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar/
CASACION-La simple discrepancia de criterios no constituye yerro demandable

1.En atención a que los hechos datan desde el 27 de noviembre de 1997, época
para la cual se encontraba vigente el artículo 356 del Decreto-Ley 100 de 1980
que para el delito de estafa preveía una pena máxima de diez (10) años de
prisión, la ley procesal en ese entonces aplicable, esto es, el Decreto 2700 de
1991, indica que la vía apropiada para recurrir en casación es la común.

307
En efecto, ante la aplicación favorable de los requisitos establecidos por la ley
vigente al momento de los hechos, dado que en el artículo 218 del Decreto 2700
de 1991 (modificado por el artículo 35 de la ley 81 de 1993), la casación ordinaria
estaba establecida contra las sentencias proferidas en segunda instancia por los
tribunales superiores de distrito judicial y por el Tribunal Penal Militar cuando se
procedía por delitos que tuvieran señalada pena privativa de la libertad cuyo
máximo fuese igual o superior a seis (6) años, resultan superfluos los
argumentos de la demandante encaminados a motivar la atención de la Corte en
relación con la casación discrecional.

2.La Sala ha insistido de tiempo atrás en que el libelo demandatorio de casación


por la denuncia de la ilegalidad del fallo debe cumplir con requisitos mínimos de
claridad y coherencia que permitan advertir la clase de vicio que se presenta, su
incidencia en la decisión, así como ofrecer una solución acorde con el mismo.

Cuando se opta por la causal primera de casación, especialmente, si se denuncia


la violación indirecta de la ley sustancial, como la anunciada por la demandante,
se debe identificar la modalidad de error en que incurrió el juzgador, así como el
medio probatorio en que recayó, sea error de hecho en sus diversas modalidades:
falso juicio de existencia por omisión o invención del medio probatorio; falso
juicio de identidad por distorsión o tergiversación de su contenido fáctico; o falso
raciocinio al infringir los postulados de la sana crítica y derivar conclusiones que
contravienen los principios lógicos, las leyes de la ciencia o las máximas de la
experiencia.

O si se trata de un error de derecho debe el impugnante explicar si el yerro


consistió en un falso juicio de convicción por negarle a la prueba el valor
conferido por la ley u otorgarle un mérito diverso del que le es atribuido
legalmente, o por un falso juicio de legalidad al valorar el juzgador alguna
probanza con defectos formativos en su incorporación o aducción procesal.

3.Esa modalidad de error de derecho (falso juicio de convicción) se produce


respecto de medios probatorios a los cuales el legislador expresamente les ha
asignado un específico valor demostrativo, cuando el juzgador en su estimación
se aparta de tales parámetros legales, bien por asignarles un alcance diferente o
por negarles el mérito que expresa y normativamente se les ha señalado en la ley,
por ello sólo se predica de medios de convicción sometidos en su valoración al
método de la tarifa legal.

4.Los elementos típicos integradores del delito de estafa: i) empleo de artificios o


engaños; ii) inducción en error; iii) provecho ilícito; y iv) perjuicio, en un nexo en
cada uno de ellos sin descuidar el análisis de la idoneidad del ardid, la calidad y
condición de la persona a la que van dirigidos y la trascendencia del error capaz
de viciar la voluntad, fueron debidamente sopesados por el Tribunal.

La Corte no desconoce que el negocio jurídico es creador de obligaciones como


manifestación de voluntad en el cual una persona -deudor-, se compromete a
realizar una conducta en pro de otra -acreedor-, a cambio de una
contraprestación, pero eventualmente el contrato puede ser utilizado para
cometer estafas al crear condiciones inexistentes que son las motivadoras de la
disposición onerosa del contratante, y es en este aspecto en el que se queda
huérfana de acreditación la afirmación de la defensora acerca de que para el
convenio no medió algún engaño por parte de su defendido que llevara al
denunciante a la entrega del rodante, pues no repara en las consideraciones del
Tribunal referidas precisamente al engaño desplegado por (...) quien recibió el

308
vehículo desde el 27 de noviembre de 1997, lo mantuvo oculto y luego lo fue
vendiendo por partes para posteriormente cancelar su matrícula.

5.En suma, no demuestra la impugnante algún yerro del juzgador y por el


contrario, asume una simple oposición a las conclusiones del juez colegiado al
enfrentar su criterio a la fuerza de convicción del material probatorio, cuando la
Sala ha insistido en que la simple crítica a los criterios judiciales no es suficiente
para motivar el análisis de la legalidad del fallo, porque debe sujetarse a las
técnicas establecidas para probar la existencia de yerros manifiestos y esenciales,
con incidencia en el sentido de la decisión.

PONENTE(S) : JULIO E. SOCHA SALAMANCA


Auto Casación
FECHA : 31/08/2009
DECISION : Inadmite demada de casación
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado, Fraude
procesal, Falsedad materal en doc públ agravado por uso
PROCESO : 32017
PUBLICADA : No

16/09/2009

COLISION DE COMPETENCIA-Competencia de la Corte/ COMPETENCIA A


PREVENCION-Hipótesis/ ESTAFA-Competencia por el factor territorial:
Desarrollada en varios lugares, competencia a prevención

1.La colisión de competencias se ha suscitado entre el Juzgado 2° Promiscuo


Municipal de Sahagún (Córdoba) y el 1° Penal Municipal de Sincelejo (Sucre).

En consecuencia, se trata de dos juzgados de distintos distritos judiciales, en


cuyo caso el asunto lo debe dirimir la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia, según ordena el numeral 4° del artículo 75 del Código de
Procedimiento Penal.

De conformidad con los parámetros fijados por la resolución acusatoria, los


hechos denunciados estructuran un delito de estafa, aspecto sobre el cual no
existe diferencia de criterio entre los juzgadores. Sobre este particular, como
acertadamente recuerda el Juez de Sincelejo, recientemente la Corte se
pronunció así(1) :

"Es cierto que la Sala ha expresado reiteradamente que "la estafa se consuma en
el lugar donde se obtiene el provecho patrimonial como consecuencia de la
inducción en error"(10) , pero ello no excluye la posibilidad de que por razón de la
naturaleza de la conducta, que conlleva la ejecución de actos encaminados a
inducir en error a la víctima para que ésta se despoje de bienes de su patrimonio,
no por expresión de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de
la realidad, situación a la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras
o los hechos fingidos, actos ejecutivos que pueden darse en varios momentos y
lugares, lo cual abre la posibilidad de que opere la competencia a prevención".

Para el juzgador de Sahagún, los hechos se llevaron a cabo en Sincelejo, en tanto


que para el radicado en la última ciudad, "las maniobras engañosas o
habilidosas fueron realizadas... ante el funcionario que efectúa el descuento de
nómina del municipio de Sahagún (Córdoba) y en el municipio de Sincelejo, en
donde se suscribe el acuerdo y se cobra el cheque girado por COONALE, luego

309
debemos concluir que estos [los hechos] se efectuaron simultáneamente en dos
(2) municipios"(11) .

3. La competencia, es evidente, radica en el funcionario del municipio de


Sincelejo, pues desde los propios argumentos del juzgador, respecto de que los
actos ejecutivos se llevaron a cabo en los dos lugares, surge que por el criterio "a
prevención", la denuncia es primer factor a considerar, y en este caso fue
formulada en Sincelejo, sin que se hubiese brindado razón válida para descartar
ese aspecto y optar por el de la localidad donde se inició la instrucción.

4. Bajo el título "A prevención", el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal


establece:

"Cuando la conducta punible se haya realizado en varios sitios, en lugar incierto


o en el extranjero, conocerá el funcionario judicial competente por la naturaleza
del asunto, del territorio en el cual se haya formulado primero la denuncia o
donde primero se hubiere avocado la investigación. Si se hubiere iniciado
simultáneamente en varios sitios, será competente el funcionario judicial del
lugar en el cual fuere aprehendido el imputado y si fueren varios los capturados,
el del lugar en que se llevó a cabo la primera aprehensión".

La disposición es aplicable, entonces, en cuanto se trate de un "lugar incierto", o


que el hecho se haya cometido "en el extranjero" -hipótesis por las que no se
procede en este evento- o que se trate de conductas punibles cometidas en
"varios sitios".

Como en este caso la conducta punible se cometió en varios sitios, se estructura


la tercera de las eventualidades previstas en la norma.

La aplicabilidad de la disposición parte del presupuesto necesario de que el "sitio"


en donde se formuló la primera denuncia, o el "sitio" donde primero se hubiere
avocado la investigación, hagan parte de uno cualquiera de los "varios sitios" en
donde tuvieron ocurrencia los hechos.

5. Las reglas del conocimiento a prevención deben ser aplicadas de manera


excluyente en el orden establecido por la ley, esto es, la prioridad está dada por el
lugar de la denuncia y, si éste no brinda solución, se está al de la primera
investigación. Ese era el trámite a seguir; no el aplicado por el Juez de Sincelejo
que caprichosamente mudó el orden legal.

El proceso será asignado al Juez Municipal de Sincelejo y se informará lo


pertinente al de Sahagún.
______________________________________
(1) Auto del 6 de mayo de 2009, radicado 31.723.
(2) Ver, entre otros, auto del 16/12/199, radicado No. 16.565
(3) Folio 117.

PONENTE(S) : DR.AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN


Auto Colisión de Competencias
FECHA : 16/09/2009
DECISION : Asigna competencia al Juez 1 Penal municipal de
Sincelejo
DELITOS : Estafa
PROCESO : 32549
PUBLICADA : Si

310
30/09/2009

ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Se debe analizar el nivel educativo, experiencia


etc. de la víctima

1.Advertido que para la época de suscripción de la promesa y del contrato de


compraventa entre el quejoso y el procesado aquél contaba 79 años de edad,
vivía solo y presentaba un deterioro global leve de sus funciones mentales,
asociado a su avanzada edad, por disminución en sus funciones de juicio y de
raciocinio -según concepto psiquiátrico del Instituto de Medicina Legal que el ad
quem no apreció- y que para entonces los predios objeto de la transacción se
hallaban valorados en $36.450.000,oo -de conformidad con dictamen pericial que
tampoco el Tribunal analizó- colígense sin la concurrencia de las dudas que
asaltaron al ad quem configurados los elementos típicos del delito de estafa y con
ello los yerros de valoración que se acusan cometidos por el juzgador de segunda
instancia.

PONENTE(S) : DR.ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 30/09/2009
DECISION : Casa , confirma sentencia condentaria en primera
instancia dictada por el Juez 1
DELITOS : Estafa
PROCESO : 26650
PUBLICADA : No

14/10/2009

VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica en


casación/ DOCUMENTO PUBLICO-Definición/ DOCUMENTO PRIVADO-
Definición/ FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PUBLICO-Sellos notariales
en documentos privados/ OBTENCION DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO-
Noción/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Puede recaer sobre un tercero distinto
de la víctima

1. Develado en los anteriores términos el real alcance de las censuras, la


oportunidad se ofrece propicia para recordar que la violación directa de la ley
sustancial, naturaleza del ataque esbozado por el actor, impone como carga
insoslayable no discutir la situación fáctica ni la valoración probatoria declarada
en la sentencia de segunda instancia, debiendo entrar en una dialéctica de
estricto orden jurídico para demostrar que respecto de una determinada norma
de contenido sustancial el operador jurídico incurre en alguno de estos
desatinos:

Falta de aplicación o exclusión evidente, lo cual suele presentarse, por regla


general, cuando el funcionario yerra acerca de la existencia de la norma y por eso
no la considera en el caso específico que la reclama; ignora o desconoce la ley
que regula la materia y por eso no la tiene en cuenta, debido a que comete un
error acerca de su existencia o validez en el tiempo o el espacio. Aplicación
indebida, vicio que consiste en la errada selección del precepto debido a una la
falsa adecuación de los hechos probados a los supuestos que contempla el
precepto, ya que los sucesos reconocidos no coinciden con las hipótesis
condicionantes de aquél. O, por último, interpretación errónea, caso en el cual el
juez selecciona bien y adecuadamente la norma que corresponde al suceso en
cuestión, y efectivamente la aplica, pero al interpretarla le atribuye un sentido

311
jurídico que no tiene, asignándole efectos distintos o contrarios a los que le
corresponden, o que no causa.

La diferencia de las dos primeras especies de error directo, con el último, estriba
en que mientras en la falta de aplicación y la aplicación indebida subyace un
error en la selección del precepto, en la interpretación errónea el yerro es de
estricta hermenéutica, pues en rigor lógico hay que aceptar que la norma
aplicada es la correcta, sólo que con un entendimiento que no le corresponde
jurídicamente, en razón del cual se le hace producir por exceso o defecto
consecuencias equivocadas.

No sobra precisar que la indebida o la falta de aplicación de un precepto puede


ocurrir con ocasión de la errónea interpretación del mismo, toda vez que esa es
una operación mental del juzgador que en la construcción de la sentencia
precede a la de su activación, pero en esos eventos el error se materializa cuando
la norma queda excluida de manera evidente, o es seleccionada y aplicada la que
no corresponde a la situación fáctica.

En otras palabras, si un determinado precepto de contenido sustancial ha sido


dejado de aplicar o aplicado sin corresponder al asunto, y ese error es fruto del
equivocado discernimiento acerca de su alcance, habrá aplicación indebida o
falta de aplicación, pero no errónea interpretación del mismo, puesto que para la
estructuración de este último sentido de la violación se requiere que la norma
haya sido y deba ser aplicada.

Siempre, entonces, el concepto de interpretación errónea supone,


necesariamente, que la norma de contenido sustancial cuya vulneración se alega
por obra del sentenciador, fue correctamente seleccionada y aplicada, ya que el
dislate consiste en que al determinar sus alcances en el caso concreto se
restringe o exacerban sus efectos, sin que pueda confundirse ese fenómeno con
el errado entendimiento otorgado por el juez y que lo determina a no aplicarla, o
a activar una que no corresponde.

2. De acuerdo con su definición legal, documento público "es el otorgado por


funcionario público en ejercicio de su cargo o con su intervención. Cuando
consiste en un escrito autorizado o suscrito por el respectivo funcionario, es
instrumento público; cuando es otorgado por un notario o quien haga sus veces y
ha sido incorporado en el respectivo protocolo, se denomina escritura pública";
en cambio documento privado es "el que no reúne los requisitos para ser
documento público" (1) .

3. Ahora bien, es necesario aclarar, por otra parte, que las constancias de
presentación personal y reconocimiento de firmas que ostentan al respaldo los
escritos aludidos en los literales a) y d) del punto 3.1., realizadas en las Notarías
Sesenta y Cinco y Doce del Círculo de Bogotá, respectivamente, son documentos
autónomos e independientes de naturaleza pública, pues actos de la señalada
especie, en cuanto emanados de un servidor público que en ejercicio de sus
funciones otorga fe pública, constituyen documentos públicos, claro está
independientes de la privada declaración de voluntades contenida en la minuta
particular.

En relación con lo anterior viene bien reiterar lo expuesto, de tiempo atrás por la
Sala en cuanto a que: "cuando el notario manifiesta en el escrito que las firmas
que allí aparecen junto con las huellas digitales corresponden a las identidades
que los mismos manifiestan, no está avalando o modificando el documento del
cual hacen parte. Simplemente le está otorgando credibilidad a sus firmas, con

312
independencia del contenido del escrito. Por ello, este texto notarial conserva su
total autonomía y por ser suscrito por un funcionario público, adquiere tal
carácter pues lo está haciendo en ejercicio de su cargo"(2) .

Respecto de la condición apócrifa de las citadas constancias, aun cuando no se


practicó prueba para establecer la autenticidad de los sellos notariales y de las
rúbricas de los correspondientes funcionarios, tal como lo indicó el Tribunal, aún
aceptando que aquellos efectos eran genuinos, el principio de libertad probatoria
consagrado en el ordenamiento procesal penal, permite afirmar su falsedad por
instrumentalización de los Notarios ya que quien compareció a los respectivos
actos de presentación personal y reconocimiento de firmas, no era ni podía ser
representante de legal de CENTRAL LEASING S.A., ni se trataba de la señora
María de Lourdes Firpi Samper, según los medios de prueba referidos en párrafos
atrás.

Situación semejante cabe afirmar respecto del documento aludido en el literal g)


del punto 3.1., es decir, la declaración juramentada rendida ante el ante la
Notario Sesenta y Cinco del Círculo de Bogotá, ya que aun cuando no obran
elementos de juicio demostrativos de que el respectivo formato, los sellos
notariales y la firma del funcionario no son genuinos, por su contenido en cuanto
a la persona que interviene como declarante, el acto notarial es falso, toda vez
que quien compareció no era ni podía ser representante legal de CENTRAL
LEASING S.A., ni se trataba de la señora María de Lourdes Firpi Samper, de
acuerdo con lo acreditado en la actuación.

4. Hechas las anteriores precisiones, obligado es señalar que unos


comportamientos falsarios son típicos de falsedad en documento privado, como lo
reclama el actor, empero, por el contrario, otros, los referidos a las constancias
notariales de presentación personal y reconocimiento de firmas, y la declaración
jurada ante notario, aun cuando no se acomodan en estricto rigor a la
descripción típica del delito de falsedad material en documento público previsto
en el artículo 287 del Código Penal (Ley 599 de 2000), su ubicación corresponde
a la hipótesis penal subsiguiente, esto es, la del artículo 288, de acuerdo con el
cual:

"El que para obtener documento público que pueda servir de prueba, induzca en
error a un servidor público, en ejercicio de sus funciones, haciéndole consignar
una manifestación falsa o callar total o parcialmente la verdad, incurrirá en
prisión de tres (3) a seis (6) años."

El referido precepto del ordenamiento penal sustantivo en cuya vigencia


ocurrieron los hechos aquí debatidos, zanjó, tal y como ya lo ha advertido de
vieja data la jurisprudencia (3) , la discusión suscitada en el derogado Código
Penal (Decreto Ley 100 de 1980), acerca de cuál era el tipo penal aplicable al caso
del particular que induce a engaño a un servidor público para que éste, en
ejercicio de sus funciones, elabore un documento público, legislación en cuyo
vigor el debate giró siempre alrededor de si se trababa de una falsedad material
de particular en documento público o, una falsedad ideológica cometida también
por particular al utilizarse como autor mediato al servidor público.

Según las explicaciones dadas por el ponente de la iniciativa legislativa ante el


Senado de la República, con la introducción de esa hipótesis delictiva:

"Se sanciona a la persona que induce en error a un servidor público para la


obtención de un documento público; de esta forma se pone fin a la discusión de
si se trata de una falsedad material cometida por un particular sobre documento

313
público, o de una falsedad ideológica cometida también por particular al
utilizarse como autor mediato al servidor público" (4) .

En síntesis, el legislador simplemente erigió como comportamiento típico


autónomo, una conducta que a luz de las normas generales se habría podido
calificar como falsedad material en documento público, bajo una de las formas de
autoría mediata por la vía de generar y/o aprovechar el error del funcionario
público que ejecuta o plasma el acto intrínsicamente espurio.

Desde tal perspectiva, forzoso es concluir que el reproche carece de


trascendencia, dado que la pena prevista para el delito descrito en el artículo
287, inciso primero, como la señalada para el consagrado en el 288 de la Ley 599
de 2000, es la misma: prisión de tres (3) a seis (6) años -atendiendo la fecha de
los hechos (octubre de 2002)-, y trátese de uno o de otro comportamiento, es
igualmente predicable la circunstancia específica de agravación del artículo 290
ídem, ya que los documentos públicos falsos fueron utilizados por la acusada
para promover los trámites de cancelación de matrícula y tarjeta de operación de
la buseta de placas SCB 665, así como el levantamiento de la prenda que
afectaba a ese rodante, luego la condena por cualquiera de esos delitos implicaría
la imposición de la misma sanción.

5. Dicho en otras palabras, el libelista entiende que como el quejoso no fue quien
sufrió error alguno como consecuencia de artificios urdidos por la enjuiciada -a
ello alude la relación contractual directa que echa de menos el censor-, no puede
configurarse el delito contra el patrimonio económico.

Al margen de las deficiencias de naturaleza técnica que con acierto destaca el


agente del Ministerio Público, y que de suyo serían suficientes para desestimar la
censura, dígase, en orden a clarificar el punto relacionado con la pretendida
atipicidad de la conducta, planteada de manera difusa por el recurrente sobre la
base de que Ramiro Reyes Silva, el denunciante, no fue sujeto pasivo del engaño,
preciso es reiterar que de acuerdo con inveterado criterio jurisprudencial (5) , no
siempre quien sufre el perjuicio económico y es víctima del hecho punible, debe
ser la persona sobre la cual recae el ardid o maniobra artificiosa.

En efecto, la conducta punible de estafa bien puede estructurarse sin que el


timador llegue a tener contacto directo con la víctima, como ocurre cuando el
engaño se proyecta sobre persona distinta de quien recibe el perjuicio, tesis que
es la prohijada lacónicamente en la sentencia atacada, al advertir que las
maniobras engañosas desplegadas por la acusada, consistentes en la obtención
del levantamiento del gravamen de la buseta de placas SCB 665, así como la
cancelación de la matrícula y tarjeta de operación de la misma, por la supuesta
destrucción del citado rodante, indujeron en error a las autoridades de tránsito,
accediendo a emitir tales actos, permitiendo el consecuente ingreso de otro
vehículo de similares características en el "cupo" de aquél, vendido
artificiosamente a Bárbara León de Tolosa.

De esa manera el rodante frente al cual ostentaba derecho de propiedad Reyes


Silva, a pesar de existir físicamente, jurídicamente quedó inhabilitado para
operar prestando el servicio público de transporte de pasajeros, con el
consecuente perjuicio económico, siendo restablecido su derecho en la
providencia que calificó el mérito del sumario, en la que se ordenó la cancelación
de los trámites fraudulentamente adelantados por la enjuiciada, decisión
confirmada por la segunda instancia del instructor.

314
Como bien lo destaca el actor, el delito de estafa exige para su configuración la
presencia de los siguientes elementos: (i) que el sujeto agente utilice artificios o
engaños sobre una persona determinada, (ii) que estas maniobras artificiosas o
engañosas generen un error sobre esa persona, (iii) que debido a esta falsa
representación de la realidad el sujeto agente obtenga un provecho económico
ilícito para sí o para un tercero, y (iv) que este desplazamiento patrimonial cause
un perjuicio ajeno correlativo.

Tales presupuestos encuentran cabal correspondencia en orden lógico


consecuente, en la situación fáctica aquí debatida: la acusada presentó
documentos falsos (privados y públicos) ante funcionarios de la entidad Servicios
Especializados de Tránsito y Transporte -maniobra artificiosa-; tal maquinación
fue efectiva para engañar a las autoridades de tránsito pues ilegítimamente se
ordenó la cancelación de la matrícula y de la tarjeta de operación de la buseta de
placas SCB 665; con base en lo anterior, por reposición ingresó otro automotor
de las mismas características, al que por venta le asignó el cupo que le
correspondía al otro vehículo, desplazamiento patrimonial con el que alcanzó un
provecho económico ilícito con el perjuicio correlativo del legítimo titular de la
buseta supuestamente chatarrizada.

En conclusión, se colman las exigencias típicas del delito de estafa atribuido en


el pliego de cargos a la enjuiciada, motivo por el que el cargo analizado tampoco
prospera.
_____________________________________________________________________
(1) Código de Procedimiento Civil, artículo 251.
(2) Cfr. Sentencia de 4 de septiembre de 2003, radicación Nº 20943.
(3) Cfr. Sentencia de 16 de octubre de 2002, y auto de única instancia de 22 de junio de 2005,
radicaciones Nº 16247 y 22452, respectivamente.
(4) Gaceta del Congreso Nº 280, página 48.
(5) Cfr. Sentencia de 30 de abril de 1996, radicación Nº 8959.

PONENTE(S) : DR.JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA


Sentencia Casación
FECHA : 14/10/2009
DECISION : No casa
DELITOS : Estafa, Falsedad materal en doc públ agravado
por uso
PROCESO : 28188
PUBLICADA : Si

21/10/2009

SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación: Procedencia/ SISTEMA PENAL


ACUSATORIO-Demanda de casación: Formulación de los cargos/ SISTEMA
PENAL ACUSATORIO-Casación: Principio de intervención/ SISTEMA PENAL
ACUSATORIO-Casación: Finalidad/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación:
Principios/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Demanda de Casación: Requisitos/
SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Demanda de casación: Superación de sus
defectos por la Corte/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación: La simple
discrepancia de criterios no constituye yerro demandable/ ESTAFA-Contrato:
Medio idóneo para ocultar el ánimo de defraudar/ SISTEMA PENAL
ACUSATORIO-Demanda de casación: Formulación de los cargos/ SISTEMA
PENAL ACUSATORIO-Casación: Principio de limitación/ SISTEMA PENAL
ACUSATORIO-Mecanismo de insistencia/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-
Ejecutoria sentencia segunda instancia

315
(1) La Corte viene señalando, que con la entrada en vigencia del sistema
procesal penal acusatorio previsto en la Ley 906 de 2004, se amplió el radio
de acción para acceder al recurso extraordinario de casación, pues en la
actualidad la impugnación es susceptible contra decisiones de segunda instancia
dictadas por los diversos Tribunales de Distrito Judicial ubicados en el territorio
nacional, atacando los fallos de condena o absolución, sin tener en cuenta como
presupuesto para su admisibilidad el quantum mínimo de pena descrito en cada
injusto típico, como lo imponían las legislaciones anteriores.

(2) En esencia, para ser admitida la demanda, el censor debe tener interés,
formular y desarrollar los ataques contra la sentencia de segundo nivel y, desde
luego, acreditar la afectación de derechos y garantías fundamentales. Siendo
imprescindible, además, materializar el contenido del artículo 180 de la Ley 906
de 2004, en el entendido que una de las obligaciones al confeccionarla es
demostrar la necesidad de intervención de la Corte para el logro de cualquiera de
los fines establecidos por el instituto. Siendo ello así, el Principio de Intervención
debe ser el norte del profesional del derecho, pues integra cuatro aspectos
teleológicos que se traducen en el espíritu de la censura: (i) la efectividad del
derecho material, (ii) el respeto de las garantías de los intervinientes, (iii) la
reparación de los agravios inferidos a las partes y (iv) la unificación de la
jurisprudencia.

Estos propósitos se deben conjugar, en armonía, coherencia total y avenencia


con los progresos jurisprudenciales cristalizados en punto de los supuestos
requeridos para atacar y demostrar los posibles yerros conculcados por los
funcionarios judiciales, sin ser permitido desligar, apartar o separar el trípode
casacional: fines, causales y debida sustentación; excepto cuando la Sala
advierta, que por vigencia de derechos y garantías fundamentales
constitucionales, obviamente quebrantados, deba casar de oficio la decisión del
Tribunal, desde luego, con base en motivos diversos a los expuestos en la
demanda.

El anterior criterio se consolida al entender que la Corte de Casación Penal,


jamás ha predicado la inexistencia, ausencia o falta de los requisitos formales
para decidir de fondo el caso o el éxito de la demanda en el nuevo esquema
procesal penal acusatorio; todo lo contrario, el recurso extraordinario, no perdió
su entidad de juicio lógico-argumentativo, pues el libelo deberá cumplir pautas
que impidan concebirlo como tercera instancia, donde los reparos compilen
presupuestos racionales de no contradicción, claridad y precisión. Tampoco le
corresponde, en consecuencia, interpretar las alegaciones de los recurrentes(1) ,
rehacer, modificar, readecuar o transformar los ataques.

La Sala, por tanto, viene sosteniendo que para admitir o seleccionar una
demanda con el objeto de decidir de fondo el problema jurídico planteado, ella
deberá sujetarse al cumplimiento de los presupuestos formales consagrados en el
artículo 184, ordinal 2° de la Ley 906 de 2004, para demostrar la evidente
vulneración a los derechos fundamentales constitucionales en cabeza de los
intervinientes en la actuación penal; siendo ello así, se deben tener siempre
presente los principios de taxatividad, claridad, autonomía, razón suficiente, no
contradicción, limitación, objetividad, comprensión, precisión y trascendencia,
entre otros, para -de la mano con ellos- desplegar una argumentación puntual y
razonable, habida consideración de compendiar en el ataque, aquellos errores de
juicio o de actividad en los que pudieron haber incurrido los falladores, a fin de
evidenciar, por ejemplo, la efectiva e indiscutible normatividad jurídica que debió

316
regir el asunto, la adecuada y legal valoración de los medios probatorios o
desentrañar manifiestos desfases constitucionales contra el debido proceso.

También ha indicado la jurisprudencia, en múltiples oportunidades que (i) la


correcta selección de la causal, (ii) el interés del actor, (iii) la coherencia de los
cargos aducidos, (iv) la puntual fundamentación fáctica y jurídica, (v) el
cumplimiento de al menos uno de los fines del instituto; marcan la pauta para
declarar la inconstitucionalidad o ilegalidad del fallo en atención al artículo 184,
3 de la Ley 906 de 2004.

(3)Es inadmisible pretender derribar la presunción de acierto y legalidad que


viene vinculada a las decisiones de instancia, con especulaciones o conjeturas,
sólo medidas bajo la óptica de una hermenéutica personal y aislada del
contenido probatorio del fallo cuestionado

(4)El Tribunal de Manizales, informó que en la actualidad, tal como lo viene


pregonando esta Sala, en la celebración de contratos de naturaleza civil se puede
incurrir en el delito de estafa.

(5)Ninguno de éstos presupuestos fueron estudiados por el defensor, solo se


limitó a lanzar en forma disgregada múltiples afirmaciones, desconociendo el
análisis judicial realizado por los funcionarios; en donde se dijo, que en principio
y en forma aparente el acuerdo tenía visos legales, pero paulatinamente los
inculpados encaminaron sus acciones mediante ardides, mentiras y falacias
hasta conseguir sus propósitos, los cuales convergieron en despojar a la
denunciante de su rodante; por ello, en modo alguno, la conducta desplegada se
puede adecuar en el delito de abuso de confianza sino, como bien lo sopesaron
las instancias, en el injusto de estafa.

(6)La Sala advierte y lo repite ahora: no es un alegato deshilvanado y fuera de


contexto jurídico con el que se pretenda derrumbar la legalidad de un proceso. Se
requiere un mínimo esfuerzo lógico argumentativo a tono con la ley y la
jurisprudencia, en donde paso a paso se vaya derrumbando la credibilidad
otorgada por los falladores a las pruebas, si se selecciona la vía indirecta; o
quizás la directa, cuando el recurrente exponga con una temática jurídica
contundente que las instancias desbordaron la aplicación o interpretación del
derecho en relación con los hechos y pruebas aceptadas, entre otras alternativas

(7) Así las cosas y como quiera que el recurso extraordinario de casación está
regido, entre otros, por el principio de limitación, las deficiencias de la demanda
jamás podrán ser remediadas por la Corte, pues no le corresponde asumir la
tarea cuestionable propia del recurrente, para complementarla, adicionarla o
corregirla, máxime cuando es antiquísimo el criterio de la Sala, de ser un juicio
lógico-argumentativo regulado por el legislador y desarrollado por la
jurisprudencia, con el propósito de evitar convertirla en una tercera instancia.

(8) Teniendo en cuenta que contra la decisión de inadmitir o no selección de la


demanda procede el mecanismo de insistencia de conformidad con lo establecido
en el artículo 186 de la Ley 906 de 2004, cuyo trámite no fue regulado, pero para
tornarlo operativo, la Sala ha definido las reglas que habrán de seguirse para su
aplicación , como pasa a indicarse:

1. La insistencia es un mecanismo especial que sólo puede ser promovido por el


demandante, dentro de los cinco (5) días siguientes a la notificación de la
providencia por medio de la cual la Sala decide inadmitir o no seleccionar la
demanda de casación, con el objeto de reconsiderar lo decidido. También podrá

317
ser provocado oficiosamente, en el mismo término, por alguno de los Delegados
del Ministerio Público para la Casación Penal, salvo que el Procurador Judicial
Delegado ante el Tribunal Superior fuese el demandante. El mecanismo,
entonces, opera para el Procurador Judicial, el Magistrado disidente o el que no
haya participado en los debates y suscrito la providencia inadmisoria.

2. Es potestativo del Magistrado -en los casos indicados- o del Delegado del
Ministerio Público ante quien se formula la insistencia optar por someter el
asunto a consideración de la Sala o no presentarlo para su revisión. En este
último evento informará de ello al peticionario en un plazo de quince (15) días.

3. El auto a través del cual se inadmite la demanda de casación trae como


consecuencia la firmeza de la sentencia de segunda instancia contra la cual se
formuló el recurso de casación, salvo que la insistencia prospere y conlleve a la
admisión de la demanda.
______________________________________
(1)Corte Suprema de Justicia: radicado: 25.565 del 8 de junio de 2006.

PONENTE(S) : DR.JAVIER DE JESUS ZAPATA ORTIZ


Auto Casación
FECHA : 21/10/2009
DECISION : Inadmite demanda de casación
DELITOS : Estafa
PROCESO : 32206
PUBLICADA : Si

11/11/2009

DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/ CASACION-Finalidades/


ESTAFA-Autopuesta en peligro

1. El carácter extraordinario del recurso de casación impone al demandante


cumplir, tal como se deriva de lo dispuesto en el numeral 3º del artículo 212 del
Código de Procedimiento Penal, unos presupuestos de adecuada y lógica
sustentación, sin los cuales el libelo estará llamado a ser irremediablemente
inadmitido, conforme lo establece el artículo 213 ibídem.

Tales requisitos se relacionan con la acertada enunciación de la causal y con la


adecuada formulación del cargo, para lo cual se deben indicar en forma clara y
precisa sus fundamentos, así como las normas que se consideran infringidas.

2.Según lo tiene decantado la Sala, una correcta presentación de la demanda


incluye también la carga de explicar la necesidad de la intervención de la Corte
en orden a cumplir alguno de los fines de la casación a que se refiere el artículo
206 de la Ley 600 de 2000, es decir, "la efectividad del derecho material y de las
garantías debidas a las personas que intervienen en la actuación penal, la
unificación de la jurisprudencia nacional y además la reparación de los agravios
inferidos a las partes con la sentencia demandada".

3. A esos presupuestos, los cuales operan de manera general para todas las
causales, es necesario añadir las pautas que la jurisprudencia de la Corte, a
efectos de la cabal comprensión de los reproches denunciados, ha establecido en
forma particular respecto de cada uno de los motivos de casación.

318
4. En el caso materia de examen, el actor denuncia la violación directa de la ley
sustancial, por aplicación indebida. Al respecto, encuentra la Sala que el
demandante, contrario a lo sostenido por el sujeto procesal no recurrente, se
atiene en términos generales (1) a los hechos declarados probados por el
sentenciador, sin controvertir el mérito persuasivo asignado por éste a las
pruebas, luego ha de concluirse que, no obstante la cita equívoca del artículo 205
del estatuto procesal penal (2), cumple las exigencias de sustentación requeridas
cuando se acude a la violación directa de la ley.

No obstante, omite justificar la intervención de la Corte desde la perspectiva de


los fines propios de la casación, pues aun cuando invoca, como sustento de su
pretensión, una decisión anterior de la Sala(3) , pasa por alto que los
presupuestos fácticos de ese pronunciamiento difieren de los registrados en el
presente asunto.

En efecto, como ya tuvo oportunidad de precisarlo esta Corporación en otra


determinación (4) , en el caso referido por el actor el negocio jurídico se realizó en
la misma ciudad donde estaba ubicado el bien y, por ello, uno de los argumentos
utilizados a favor del procesado fue que el ofendido podía consultar la oficina de
tránsito correspondiente.

No obstante, en el sub exámine el asunto es diverso, por cuanto mientras la


transacción se llevó a cabo en esta ciudad, el vehículo objeto de la negociación se
encontraba registrado en localidad diversa, lo cual impidió al comprador
consultar con facilidad la situación del bien. Sobre el particular el Tribunal
discurrió de la siguiente manera:

"En cuanto a la posible falta de diligencia del comprador, por no acudir


previamente a la respectiva oficina de tránsito, destácase que
jurisprudencialmente tal exigencia no opera cuando la transacción se celebra en
un lugar diferente a la ciudad donde estén registrados los bienes, como aconteció
en este caso, dado que mientras el negocio se celebró en esta ciudad, el vehículo
y sus limitaciones estaban registrados en la Oficina de Tránsito de Fusagasugá,
lo que le impedía fácilmente al comprador acceder a dicha información".

Más aún, en la decisión del 10 de junio de 2008, evocada por el casacionista, se


afirmó que "donde se juzgan hechos basados en las relaciones sociales, no
pueden establecerse reglas rígidas sino tener en cuenta las circunstancias
concretas de cada caso para determinar si la actitud reticente de una de las
partes contratantes al ocultar la existencia de un gravamen o una medida
cautelar tiene o no idoneidad para inducir en error", por cuya razón se hace
necesario "considerar aspectos tales como el nivel intelectual del sujeto pasivo de
la conducta, su pericia en asuntos de la naturaleza de la cual se trata, sus
experiencias, el medio social en donde se desenvuelve y las herramientas
jurídicas brindadas por el Estado para su protección" .

En el presente evento, lo informado por la actuación es que la víctima no


correspondía a una persona experimentada en transacciones de la mencionada
naturaleza, situación de la cual se aprovechó el acusado para, junto a la cercanía
existente entre ellos, inducirlo en error mediante el ocultamiento de la limitación
al dominio que pesaba sobre el bien objeto de venta.

Se reitera, por tanto, que el demandante no justificó debidamente la necesidad de


la intervención de la Corte desde la perspectiva de los fines de la casación, pues
se limitó a citar una jurisprudencia de la Sala que no se aviene al caso objeto
aquí de decisión

319
--------------------------------------------------------------------------
(1)Aunque inicialmente afirmó la inexistencia, antes del año 2001, de la inscripción limitadora del
dominio ordenada por la Fiscalía de Ciénaga, después admitió que la orden estaba registrada con
anterioridad al año 1995, conforme lo encontró demostrado el ad quem.
(2)El actor, incluso, menciona el numeral 2º de esa norma, pese a que la misma está compuesta
exclusivamente por incisos, refiriéndose el 2º a la casación en los delitos conexos.
(3)Se hace mención a la sentencia proferida el 10 de junio de 2008, radicado No. 28693.

PONENTE(S) : DRA.MARIA DEL ROSARIO GONZALEZ DE


LEMOS
Auto Casacion
FECHA : 11/11/2009
DECISION : Inadmitir la demanda de casacion interpuesta
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 32398
PUBLICADA : No

CASACION-Naturaleza/ IUS LITIGATORIS/ IUS CONSTITUTIONIS/


NOMOFILAXIS/ DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica en
casación/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño: Documentos/ CIRCUNSTANCIAS
DE AGRAVACION PUNITIVA-Deben aparecer en la resolución de acusación tanto
las genéricas como las específicas fáctica y jurídicamente

1. La casación se concibe como un recurso extraordinario y como un medio de


control jurisdiccional de la constitucionalidad y de la legalidad de los fallos, que
en los términos del artículo 206 del Código de Procedimiento Penal 2000(1)
pretende la efectividad del derecho material, el respeto de las garantías de los
intervinientes, la reparación de los agravios inferidos a estos, y la unificación de
la jurisprudencia.

Al seguir siendo un recurso se puede interponer para controvertir la sentencia de


segundo grado antes que alcance ejecutoria material; y, la connotación de
extraordinario la da el hecho de surtirse por fuera de las instancias en tanto no
plantea una nueva consideración de lo que fue objeto de debate en ellas sino un
juicio de valor contra la sentencia que puso fin al proceso, esencialmente, por
haberse proferido con violación de garantías fundamentales, materializado a
través de una demanda que no es de libre elaboración porque debe ceñirse a
unos parámetros lógicos mínimos, a causales taxativas y sólo procede contra
sentencias de segundo grado.

La casación como medio de control constitucional y legal implica para la Corte


Suprema de Justicia la tarea de verificar que las sentencias de segunda instancia
se ajusten a la normatividad constitucional especialmente en lo referente al
respeto de los derechos fundamentales garantizados a cada uno de los
intervinientes, y que los fallos de los jueces se ciñan a la legalidad estricta.

Esa función restaurativa del ordenamiento jurídico la ejerce la Corte, no sólo


desde la perspectiva del entendimiento clásico de la función nomofiláctica
(nomofilachia) de la casación, sino y, sobre todo, en torno a la protección por vía
de casación del ius constitutionis o del ius litigatoris, imperativos que definen la
procedencia de la casación tanto en protección de la ley (nomofiláctica y
unificadora), como de los derechos del litigante (ius litigatoris) y del orden justo
que garantiza la Constitución.(2)

320
2. La casación no constituye sede adicional para prolongar el debate probatorio
cumplido en las instancias ordinarias y concluido con el fallo de segundo grado,
por el contrario, exige para la admisión de la demanda el cumplimiento de
específicos requisitos formales orientados a demostrar a través de un juicio
técnico jurídico que en la declaración de justicia allí contenida -la cual llega a
esta sede amparada de la dual presunción de acierto y legalidad-, se incurrió en
errores de hecho o de derecho ostensibles y relevantes o se profirió en un juicio
viciado, ocurrencias una y otra que reclaman para sí el necesario correctivo.

Las reglas establecidas en el artículo 212 de la Ley 600 de 2000 para la


elaboración del libelo son de ineludible cumplimiento y cuando se soslayan
aquéllas relacionadas con la adecuada formulación de los cargos y se omite
indicar con la claridad y precisión debidas sus fundamentos, la consecuencia
procesal inmediata no puede ser otra que su inadmisión.(3)

En el cargo primero el libelista acusó al Tribunal de incurrir en errores de hecho


y de derecho en la apreciación de la prueba. Esta forma de razonar constituye un
desconocimiento de elementales reglas de técnica en la medida que el recurrente
debe concretar el error, si de derecho o de hecho, la prueba o pruebas sobre las
que recae y demostrar su trascendencia o incidencia en la transgresión de una
norma del bloque de constitucionalidad, constitucional o legal.

Si se trata de un error de derecho, el cual entraña la apreciación material de la


prueba por el juzgador, quien la acepta no obstante haber sido aportada al
proceso con violación de las formalidades legales para su aducción, o la rechaza
porque a pesar de estar reunidas considera que no las cumple (falso juicio de
legalidad); también, aunque de restringida aplicación por haber desaparecido de
la sistemática procesal nacional la tarifa legal, se incurre en esta especie de error
cuando el juez desconoce el valor prefijado a la prueba en la ley, o la eficacia que
esta le asigna (falso juicio de convicción).

Si el yerro es de hecho corresponde indicar la modalidad y especie del mismo,


porque esta clase de yerros se pueden presentar cuando el juzgador se equivoca
al contemplar materialmente el medio bien porque omite apreciar una prueba
que obra en el proceso, ora porque la supone existente sin estarlo o se la inventa
(falso juicio de existencia); o cuando no obstante considerarla oportuna y
legalmente recaudada, al fijar su contenido la distorsiona, cercena o adiciona en
su expresión fáctica, haciéndole producir efectos que objetivamente no se
establecen de ella (falso juicio de identidad); o, porque al apreciar la prueba
transgrede los postulados de la lógica, las leyes de la ciencia o las reglas de la
experiencia, esto es, los principios de la sana crítica como método de valoración
probatoria (falso raciocinio).

3. Al margen de las falencias advertidas, y contrario a lo afirmado por el libelista,


para la Sala es claro que cualquier ardid o maniobra puede convertirse en medio
o instrumento adecuado para la ejecución de una estafa. Entre estos medios de
engaño debe resaltarse que lugar de privilegio tienen los títulos valores y
diferentes documentos y negocios bancarios atípicos, los que sirven para recibir
dineros o bienes y que finalmente pueden hacer parte de las múltiples maniobras
que se ejecutan en busca de un enriquecimiento ilícito a costa de otro, como ha
ocurrido en el presente asunto.

4. En el presente asunto no se da la falta de consonancia alegada por el


demandante porque en la resolución acusatoria se hizo expresa mención sobre la
concurrencia de la agravante del delito de estafa cimentada en la cuantía.

321
El Fiscal a quo, luego de indicar las transacciones millonarias que se hicieron y
de cotejar las normas vigentes para la época de hechos (Código Penal de 1980)
frente a los preceptos vigentes (Código Penal de 2000), en el acápite referido a la
adecuación típica de la conducta señaló:

No obstante, la pena a imponer deberá partir de un año como lo consagraba el


artículo 356 del Código Penal de 1980, sin perjuicio de que se dé aplicación a la
circunstancia de agravación que traía el numeral primero del artículo 372 del
viejo Código Penal, hoy numeral 1° del artículo 267 del Código Penal vigente.

La referencia expresa que se hizo en la resolución acusatoria a la causal de


agravación posibilitaba que el ad quem, al resolver el recurso propuesto por la
parte civil interesada en aumentar la pena impuesta a los procesados por virtud
de la agravante citada, tasara la pena teniendo en cuenta el aumento punitivo
derivado de la referida causal de agravación.

Que de tal causal de agravación no se haya hecho mención expresa en el aparte


resolutivo del pliego de cargos, no impedía al Tribunal utilizarla como
instrumento de medida de la pena a imponer, porque al hacerse mención a la
misma en las consideraciones de la acusación se estaba afectando todo el
contenido de la resolución proferida por la Fiscalía.
________________________
(1) Corresponde al artículo 180 de la Ley 906 de 2004.
(2) Desde antaño la jurisprudencia ha señalado: "Al lado de la unificación de la jurisprudencia y
la defensa del sistema jurídico a través del control de las sentencias judiciales, se une entre sus
fines el de corregir los injustos gravámenes recaídos sobre las partes, lo que constituye el
estímulo al interés particular para que la casación sea viable poniéndole punto final a un
perjuicio particular ocasionado por el fallo recurrido" (Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, sentencias de casación de 5 y 27 de febrero de 1976).
(3) Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del 13 de julio de 2005, radicación
23889

PONENTE(S) : DR.YESID RAMIREZ BASTIDAS


Auto Casación
FECHA : 11/11/2009
DECISION : Inadmitir demanda de casación
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 32641
PUBLICADA : No

IMPEDIMENTO-Haber conocido de una tutela/ DEMANDA DE CASACION-


Formulación de los cargos/ CASACION-Principio de prioridad/ CASACION-
Principio de no exclusión/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Concepto/ NULIDAD-
Técnica en casación/ ESTAFA-Querella

1. Tal como lo refirió el apoderado de la parte civil, (.................) instauró acción


de tutela contra las autoridades judiciales que en primera y segunda instancia
fallaron el proceso penal, la cual fue tramitada en la Sala de Casación Penal. Sin
embargo, no existe impedimento alguno para que los magistrados que
suscribieron la decisión resuelvan sobre la demanda de casación presentada.

En efecto, mediante sentencia del 13 de agosto de 2009(1) la Sala Segunda de


Decisión de Tutelas de esta Sala de Casación(2)Sala conformada por los
magistrados María del Rosario González de Lemos, Jorge Luis Quintero Milanés y
Yesid Ramírez Bastidas. declaró improcedente la tutela por existir otro medio de
defensa judicial para lograr la protección reclamada: el recurso de casación. Dijo
así en la providencia:

322
"encontrándose el proceso pendiente de ser sometido un recurso previsto en la
ley como medio de control judicial -casación- la pretensión del actor bien puede
ser resuelta en ese espacio procesal sin que le esté dado al juez constitucional
anticiparse a tal pronunciamiento, siendo que por tratarse de un proceso aún en
curso, deberá esperar su resolución.
(…)
Así las cosas, es indudable que el actor tiene la posibilidad de plantear los
argumentos que sustentan la nulidad para que sean estudiados y resueltos por
la Sala de Casación Penal de esta Corporación por vía del recurso de casación
que se formuló contra el fallo de segundo grado, siendo que el juez de tutela no
puede apropiarse de esa competencia porque desconocería la función propia y la
autonomía del juez natural.

En consecuencia, al existir un escenario natural de discusión, la tutela


demandada se torna improcedente, de manera que se negará el amparo
deprecado."

Lo anterior evidencia que la Sala, actuando como juez constitucional, no se


ocupó sobre el fondo del asunto, esto es, no emitió concepto alguno ni anticipó
su decisión, por lo que no existe dificultad alguna para que aborde el estudio del
libelo.

2. Ha sido reiterativa la Corte en sostener que la demanda de casación no es un


escrito de libre formulación en el que se puedan hacer toda clase de reproches,
sin orden, ni coherencia lógico jurídica, como si fuese un alegato más de
instancia.

Por dirigirse a cuestionar una sentencia es imprescindible que contenga un


discurso ordenado, claro, lógico y racional a través del cual con suficiencia se
planteen los errores de juicio o de procedimiento en que pudo incurrir el fallador
y se resalte su trascendencia.

Es preciso que para proponer los reproches el impugnante acuda a una o varias
de las causales de casación previstas en la ley y cumpla con los requisitos que
para la presentación del libelo consagró el legislador. Así mismo, debe tener
especial cuidado en observar los principios de prioridad y no exclusión, de modo
que si va a formular varios cargos deberá percatarse que (i) los mismos no se
excluyan entre sí, pues de ser así habrá de proponerlos en forma separada y
subsidiaria; e (ii) iniciar por aquél que revista mayor gravedad y trascendencia,
de forma que si una de las causales invocadas es la tercera, debe exhibirla como
principal.

2. Ha sido reiterativa la Corte en sostener que la demanda de casación no es un


escrito de libre formulación en el que se puedan hacer toda clase de reproches,
sin orden, ni coherencia lógico jurídica, como si fuese un alegato más de
instancia.

Por dirigirse a cuestionar una sentencia es imprescindible que contenga un


discurso ordenado, claro, lógico y racional a través del cual con suficiencia se
planteen los errores de juicio o de procedimiento en que pudo incurrir el fallador
y se resalte su trascendencia.

Es preciso que para proponer los reproches el impugnante acuda a una o varias
de las causales de casación previstas en la ley y cumpla con los requisitos que
para la presentación del libelo consagró el legislador. Así mismo, debe tener

323
especial cuidado en observar los principios de prioridad y no exclusión, de modo
que si va a formular varios cargos deberá percatarse que (i) los mismos no se
excluyan entre sí, pues de ser así habrá de proponerlos en forma separada y
subsidiaria; e (ii) iniciar por aquél que revista mayor gravedad y trascendencia,
de forma que si una de las causales invocadas es la tercera, debe exhibirla como
principal.

3. Los falsos juicios de identidad tienen lugar por errores al adelantar la


apreciación y valoración probatoria, y recaen sobre el hecho que revela la prueba
o sobre el contenido material de ésta. De manera que surgen cuando se le
distorsiona, desfigura, tergiversa, o cercena una parte, se le agrega, sectoriza o
parcela.(3)

(,,,,,,,,,,,,,,,) Una adecuada sustentación, que permita a la Corte abordar el


estudio de fondo del cargo, exige que el censor cite de manera precisa los medios
de prueba sobre los que recayó el error, trascriba su contenido, y señale de qué
manera el fallador tergiversó, distorsionó o desfiguró el hecho que revela la
prueba.

4. Aunque la censura por nulidad no requiere de mayores tecnicismos ni


esfuerzos formales y argumentativos para su admisión, sí es indispensable que
los planteamientos del demandante guarden coherencia y lógica, y que sean
expuestos en forma clara, ordenada y precisa.

Bajo esos términos, el impugnante debe cuidarse en identificar con absoluta


trasparencia la clase de nulidad que invoca y sus fundamentos; expresar cómo la
irregularidad denunciada repercutió indefectiblemente en la afectación del
trámite surtido; determinar cuál es su trascendencia, y señalar desde qué
momento procesal debería declararse la nulidad .(4)

No basta con enunciar y demostrar la existencia de la irregularidad. Por tratarse


de un remedio extremo es preciso que se explique cuál es el perjuicio que por esa
anomalía sufrió el procesado y cómo se afectaron sus garantías o las bases
fundamentales de la instrucción o del juzgamiento. El censor no puede olvidar
que para que opere la nulidad se requiere la producción de un daño, por lo que
tiene la carga de exhibir cuál sería la ventaja que obtendría el procesado con su
declaratoria.

Si la nulidad se presenta por varias causas, es necesario que cada una se


proponga en forma separada, atendiendo el principio de prioridad y sin
entremezclar en forma indebida los elementos relativos a cada error sustancial
que se plantea.

5. Por lo general en los códigos de procedimiento penal se enumeran los delitos


que requieren querella como condición de procedibilidad de la acción penal. Sin
embargo, en el de 1991(5) (artículo 33) no estaba incluido el de estafa. A pesar
de que con la Ley 23 de 1991 ese delito pasó a ser contravención especial cuando
la cuantía no excediera de 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes, lo
cierto es que en esta oportunidad, tal como más adelante se expone, esa
condición no se cumple.

En el Código adjetivo de 2000 (artículo 35) sí se previó expresamente que el delito


de estafa requiere querella, pero siempre y cuando la cuantía no exceda los 10
salarios mínimos legales mensuales vigentes. En los demás casos, es investigable
de oficio.

324
Un simple vistazo a las sentencias de instancia y a los antecedentes consignados
en la demanda permite colegir que el agravante imputado fue -como ya se
expuso- el contenido en el numeral 1º del artículo 372 del Código Penal de 1980,
según el cual la pena se aumentará de una tercera parte a la mitad cuando el
hecho se cometa "sobre una cosa cuyo valor fuere superior a cien mil pesos(6)" .
En los fallos se dejó claro que la negociación superó ese tope, y aún mayor fue el
provecho obtenido por el procesado. (7)

-------------------------
(1) Radicado 43.669.
(2) Sala conformada por los magistrados María del Rosario González de Lemos, Jorge Luis
Quintero Milanés y Yesid Ramírez Bastidas.
(3)Auto del 23 de febrero de 2006 (radicado 24.101).
(4)Sentencia del 29 de agosto de 2000 (radicado 15.338).
(5) Incluso con la modificación introducida por la Ley 81 de 1993
(6)En sentencia C-070 del 22 de febrero de 1996 la Corte Constitucional condicionó la
exequibilidad de esa norma siempre que se entienda "en términos de valor constante del año
1981, equivalente a 18.83 salarios mínimos legales mensuales vigentes".
(7) Ver el folio 24 de la sentencia del a-quo (folio 291 del cuaderno de primera instancia).

PONENTE(S) : DR.AUGUSTO JOSE IBAÑEZ GUZMAN


Auto Casación
FECHA : 11/11/2009
DECISION : Inadmite demanda de casación
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 32660
PUBLICADA : Si

07/04/2010

DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/ INVESTIGACION


INTEGRAL-Técnica en casación/ PRUEBA EN EL JUICIO-Requisitos de la
solicitud/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY SUSTANCIAL-Modalidades: Técnica
en casación/ ESTAFA-Evolución legislativa/ FAVORABILIDAD-La sanción más
beneficiosa se determina a través de la combinación, conjunción o conjugación
de leyes

1-Así mismo, es relevante recordar enseguida los presupuestos que debe


observar el recurrente si aspira a que la demanda sea admitida a esta sede
extraordinaria.

Es así que la jurisprudencia de la Sala ha precisado que el impugnante no debe


olvidar que está en la obligación de sujetar el razonamiento contenido en el
correspondiente escrito a los requisitos generales que orientan la presentación de
cualquier demanda de casación, los cuales tienen por objeto acompasar el
fundamento del libelo con el sentido y fines del recurso extraordinario; también
-ha dicho la Corporación- le es exigible respetar los parámetros que la ley y la
jurisprudencia han decantado de tiempo atrás respecto de cada una de las
específicas causales aducidas y sus diferentes sentidos y modalidades.

Como consecuencia natural y lógica de lo anterior, debe decirse que el recurso de


casación, como lo tiene dicho la Sala, no es una tercera instancia del proceso
penal ni un escenario encaminado a desaprobar de cualquier manera la
apreciación de la prueba que hace el juzgador, como tampoco para detectar
cualquier clase de vicio en el trámite procesal, menos aún para ofrecer
argumentos probatorios cual si se tratara de un alegato de instancia.

325
El mecanismo extraordinario de impugnación está limitado a los posibles errores
ostensibles y trascendentes que se pueden cometer en el proceso, y ellos se
encuentran sintetizados en los precisos motivos legales que lo hacen procedente,
fuera de los cuales no cabe ningún otro para obtener su admisión a esta sede.

El casacionista no debe perder de vista que la lógica del proceso se refleja en las
causales legales que permiten acceder al medio de impugnación extraordinario, y
que los deberes de una correcta postulación y debida fundamentación
encuentran su razón de ser en que, de una parte, la sentencia llega a esta sede
extraordinaria amparada por la doble presunción de acierto y legalidad y, por la
otra, el recurso es de naturaleza rogada, razón por la cual es exigible al
demandante un mínimo de claridad y coherencia en la presentación del caso ante
la Corporación.

Esta última exigencia, lejos de obedecer al capricho del legislador o a la


inflexibilidad de la jurisprudencia, encuentra razón de ser en que, como ya se ha
dicho, la sentencia llega a esta sede amparada por la reseñada doble presunción,
por manera que solamente un discurso apegado a la lógica y a la debida
fundamentación es el mecanismo idóneo para desvirtuarla.

Por esta razón, no es procedente el sustento argumentativo que se funda en


irritualidades intrascendentes, que desconoce la realidad procesal, o bien que se
encamina a que la Sala analice las pruebas como juez de instancia. Por el
contrario, es exigible al casacionista que identifique con toda claridad qué error
cometió el juzgador, como también que acompañe dicho enunciado con los
argumentos que persuadan sobre su ocurrencia y, más importante aún, enseñar
a la Sala la trascendencia del yerro.

Los anteriores presupuestos explican la exigencia legal de claridad y precisión en


la enunciación de la causal, así como en la postulación y desarrollo de los cargos,
tal como lo establece el numeral 3º del artículo 212 de la ley 600 de 2000.

2- Ahora bien, en lo que tiene que ver con la violación al principio de


investigación integral, la jurisprudencia de la Corte ha dicho que cuando el cargo
se orienta a través de esta vía, al demandante le corresponde señalar en forma
concreta el elemento de persuasión dejado de allegar a la investigación, fijando
su idoneidad legal y fáctica, es decir, su particular relevancia dentro del proceso,
supuesto que exige definir cuál es su conducencia y verdadera utilidad, única
manera de observar su trascendencia por traer al expediente un conocimiento
más real sobre los hechos.

3- Sobre la negativa judicial a la solicitud de práctica probatoria -admitiendo que


como tal pueda tenerse el escrito presentado por el togado- dígase que en verdad
la Constitución Política y los instrumentos internacionales que constituyen el
bloque de constitucionalidad -para este caso, el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos-
consagran como garantías fundamentales el debido proceso y el derecho de
defensa, una de cuyas aristas es la facultad de participar en la práctica de la
prueba.

Pero, los derechos así consagrados no son absolutos, pues su ejercicio está
regulado por la ley; de manera que es ésta la que enseña en qué momentos y
cómo debe ejercerse; de no ser así, al sujeto procesal le estaría dado defenderse a
través de pruebas ilegales, inoportunas o de imposible práctica. Es así que la
legislación ha dispuesto que la petición de pruebas por parte del sujeto procesal

326
en la fase probatoria del juicio (según los ritos procesales establecidos por la Ley
600 de 2000) debe tener lugar dentro de un término preciso (el señalado en el
artículo 400 de la Ley 600 de 2000) y debe venir acompañada de la demostración
de los presupuestos de pertinencia, conducencia, legalidad y utilidad.
Si estos requisitos no aparecen fundados, la petición puede ser legítimamente
rechazada por el funcionario judicial -como en este caso ocurrió- sin que por ello
pueda afirmarse que se violó el debido proceso o el derecho de defensa, pues en
verdad el ejercicio de la referida facultad no se ajustó a la regulación legal. Por
manera, entonces, que acusar al funcionario judicial por sacrificar lo sustancial
a lo meramente formal -como lo hace el casacionista- resulta ser un
razonamiento deleznable y, por lo mismo, intrascendente, pues pasa por alto que
fue el sujeto procesal defensor quien, con su actuación, dio lugar a configurar el
rechazo que en esta sede denuncia.

4- Antes de entrar a desarrollar la anterior afirmación, y en atención a la vía de


ataque que selecciona el recurrente, es imperioso recordar que la jurisprudencia
de la Corporación ha sostenido que la violación directa de la ley sustancial tiene
que ver con la equivocación en que incurre el juzgador de manera inmediata al
realizar el juicio de derecho, es decir, al aplicar la normatividad que corresponde
a los hechos materia de juzgamiento.

El yerro aludido se manifiesta a través de tres variaciones: la primera, conocida


como falta de aplicación o exclusión evidente, se presenta cuando no se aplica la
norma que corresponde, porque el juez se equivoca acerca de su existencia; en la
segunda, denominada aplicación indebida, el sentenciador efectúa una falsa
adecuación de los hechos probados a los supuestos que contempla la
disposición; en la última, conocida como interpretación errónea de la ley
sustancial, los procesos de selección y adecuación que el juzgador aplica al caso
son correctos, pero al interpretar el precepto el juez le atribuye un sentido que no
tiene o le asigna efectos distintos o contrarios a su contenido.
Así mismo, ha señalado la jurisprudencia de la Corte que cuando se invoca el
cuerpo primero de la causal primera de casación, esto es, violación directa de la
ley sustancial, el libelista no puede discutir la valoración de la prueba realizada
por el sentenciador ni cuestionar la declaración de los hechos consignados en el
fallo, pues toda su actividad debe estar dirigida exclusivamente a demostrar la
equivocación en que incurrió el Tribunal al aplicar o al inaplicar la normatividad
al caso concreto, así como el perjuicio irrogado por el yerro.

Se trata, en conclusión, de un estudio estrictamente jurídico, toda vez que


"cualquiera que sea la modalidad de violación directa de la ley, el yerro de los
juzgadores recae indefectiblemente en forma inmediata sobre la normatividad,
todo lo cual implica un cuestionamiento en un punto de derecho, sea porque se
deja de lado el precepto regulador de la situación concreta demostrada, porque el
hecho se adecua a un precepto estructurado con supuestos distintos a los
establecidos, o porque se desborda la intelección propia de la disposición
aplicable al caso concreto...".(1)

5- En primer lugar, el impugnante desconoce que el fiscal formuló la imputación


jurídica conforme el Código Penal de 2000, pues dicho estatuto -en cuestión de
punibilidad- es más favorable que el de 1980, bajo cuya vigencia ocurrieron los
hechos. Es así que el casacionista, al pedir que el caso se regule ahora por el
decreto Ley 100 de 1980 (artículos 356 y 372-1) intenta desconocer, en perjuicio
de su defendido, el principio de favorabilidad.

327
Además del anterior desatino, el recurrente busca hacer ver que la agravación
por cuantía del citado artículo 372 (si acaso fuera aplicable) no fue recogida en el
Código Penal de 2000; por lo tanto -dice- la norma aplicable al procesado es el
artículo 246 del Código Penal, que consagra la conducta punible de estafa, sin
ninguna causal de agravación. Si así se hiciera -argumenta- la acción penal
prescribiría al término de 5 años, contados desde la ejecutoria de la resolución de
acusación.

Con un tal razonamiento, el casacionista incurre en otra equivocación, pues pasa


por alto que esa circunstancia de agravación, común a todos los delitos contra el
patrimonio, está plasmada en el artículo 267-1 del Código Penal hoy vigente,
norma que fue claramente imputada en la pieza acusatoria. Y la concurrencia de
dicha agravación es precisamente la que fija el término de prescripción de la
acción en un lapso superior a los 5 años.

Lo cierto es que, según se ha dejado visto, la acción penal correspondiente a la


conducta punible de estafa agravada por la cuantía, no ha prescrito según el
Código Penal de 2000, como tampoco frente al estatuto punitivo de 1980. Lo
anterior es así, toda vez que -como se ha dejado dicho- la presencia del
incremento punitivo por razón de la cuantía -circunstancia consagrada en ambos
estatutos- impide fijar el término prescriptivo en 5 años, tal como lo pide el
censor.

Ahora bien, el demandante -en el intento de buscar unos límites punitivos que le
permitan reducir la sanción corporal, o bien fijar un término prescriptivo inferior
al real- propone una exótica e improcedente combinación de leyes; así, pretende
que el juzgador ha debido tomar el límite punitivo inferior previsto para el delito
de estafa en el Código Penal de 1980, y el límite máximo según lo que señala el
estatuto sustantivo de 2000. Semejante fórmula es inconcebible, pues
corresponde a una modalidad de configuración de lex tertia inadmisible, pues
ante la concurrencia de estatutos punitivos, el legislador debe escoger aquel que
regule cada especie de pena, según criterios de favorabilidad, y aplicarlo
integralmente.
______________________________
(1)Rad. 14899, sentencia del 6 de mayo de 2003; rad. 18580, auto del 12 de mayo de 2004; rad.
21821, sentencia del 2 de marzo de 2005; rad. 21206, auto del 29 de junio de 2005, entre otros.

PONENTE(S) : DR.JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casaciòn
FECHA : 07/04/2010
DECISION : Inadmite Demanda
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 33655
PUBLICADA : No

21/04/2010

SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Definición de competencia: Trámite, superación


de falencias por economía procesal/ ESTAFA-Competencia por el factor
territorial/ ESTAFA-Consumación: Lugar/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-
Definición de competencia: Trámite

1. Aunque lo ocurrido en esta oportunidad resulta ser extraño a los lineamientos


del nuevo sistema penal, pues tanto el funcionario judicial de Paipa como el de

328
Duitama incurrieron en yerros al tramitar el incidente de definición de
competencia previsto en el artículo 54 de la ley 906 de 2004, la Corte no puede
soslayar su estudio bajo tal pretexto, toda vez que, como ella misma lo ha
señalado, la intención del legislador al consagrar esta figura fue la de crear un
mecanismo ágil y expedito que permitiera al superior funcional en caso de
incertidumbre frente a este presupuesto procesal, dilucidar a quién debe
asignársele su competencia, reduciendo significativamente el trámite en términos
de pasos y tiempo frente al anterior instituto de la colisión de competencias.
Entonces, admitiéndose la posibilidad de definir la competencia no sólo en los
casos expresamente señalados en la norma, sino también en el presente, sin más
se remite la Corporación a la regla contenida en el artículo 32-4 de la Ley 906 de
2004 según la cual "la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia
conoce de la definición de competencia cuando se trate de aforados
constitucionales y legales, o de tribunales, o de juzgados de diferentes distritos
(1) ".
2. Afirmación que la Sala comparte, pues si bien es cierto los artificios y engaños
a través de los cuales se indujo y mantuvo en error a la víctima se realizaron en
Paipa (Boyacá) y Bucaramanga (Santander), fue en Bogotá donde se despojó de
su dinero, 24 millones, y entró al haber patrimonial de los (…), cuando hizo la
entrega.

En efecto, reiterada y variada es la jurisprudencia de la Sala en la que se sostiene


que en relación con el delito de estafa, cuya conducta es de ejecución
instantánea, la infracción se perfecciona en "el lugar donde el agente incorpora a
su haber patrimonial bienes o derechos que hasta ese momento pertenecían a la
víctima o a un tercero, y de los cuales el estafado se desprende, no por expresión
de su libre voluntad, sino de su distorsionada comprensión de la realidad,
situación a la que se llega a través del ardid, el engaño, las palabras o los hechos
fingidos"(2) , siendo competente para el conocimiento del asunto aquél donde se
llevó a cabo la conducta defraudatoria.
Así las cosas y en concordancia con el artículo 43 del Código de Procedimiento
Penal según el cual "es competente para conocer del juzgamiento el juez del lugar
donde ocurrió el delito", obligado resulta concluir en este evento, que la
competencia para conocer del presente asunto radica en el Juez penal Municipal
de Bogotá, pues fue allí donde el agente incorporó a su haber patrimonial el
dinero que hasta ese momento pertenecía a la víctima, lo anterior está
claramente establecido desde la audiencia de formulación de imputación, donde
el fiscal afirma que Juan Carlos Vargas (víctima), entregó el dinero ($
24"000.000) a los imputados en la ciudad de Bogotá sin que luego se haya
concretado el negocio o devuelto el metálico.
3. Es prudente recordar que el legislador, al prever la eventualidad de que el juez
de conocimiento ante quien se presente la acusación manifieste su
incompetencia, fijó un procedimiento ágil en desarrollo del cual no se envía la
actuación al funcionario que considera debe proseguirla, sino que simplemente
debe expresar las razones en las que apoya su declaración de incompetencia y
remitirla al superior funcional que, de acuerdo con las reglas establecidas, debe
resolverla, evitando de este modo la dilación injustificada de la actuación.
Así, cuando el juez es el que considera que no puede continuar el conocimiento
del asunto, el trámite a seguir es el indicado en el artículo 54 del Código de
Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004), en tanto que si los intervinientes son
quienes la impugnan corresponde aplicar el procedimiento del artículo 341 del
mismo ordenamiento, lo que repercute en relación con el funcionario que debe
definirla en el primer supuesto.
Con respecto al asunto del superior funcional la Sala ha precisado:
"La ley 906 de 2004 continuó en la lógica y consustancial obligación a los
juzgados y tribunales de la República al momento de declararse incompetentes

329
para conocer de un asunto, como es la de señalar con la mayor responsabilidad
jurídica, objetividad y argumentación, cuál es la autoridad judicial que estiman
que es la competente, para de ahí visualizar quién debe resolver su propuesta de
incompetencia. (Auto del 30 de mayo del 2006, radicado 24.964)" (3) .
------------------------------------------------------------------------------
1) Al respecto véanse entre otras definición de Competencia Rad. 29035, auto de 23 de enero de
2008.
2) Auto de colisión de 16 de diciembre de 1999, rad. 16.565, en el mismo sentido auto de 27 de
junio de 2006 radicado 24.946.
3) Auto de 12 de diciembre de 2006, radicación 26556.

PONENTE(S) : DR.JAVIER DE JESUS ZAPATA ORTIZ


Auto Definiciòn de Competencia
FECHA : 21/04/2010
DECISION : Asigna el conocimiento Juez Penal Mpal C.F.C
Bogotà
DELITOS : Estafa
PROCESO : 33795
PUBLICADA : No

28/04/2010

DERECHO DE DEFENSA-Concepto/ DERECHO DE DEFENSA-Defensa técnica,


defensa material/ DERECHO DE DEFENSA-Debe ser garantizada durante todo el
proceso/ DEFENSA TECNICA-Características esenciales/ DEFENSA TECNICA-
Intangibilidad, real y permanente/ DEFENSA MATERIAL-Derecho a ella/
DEFENSA TECNICA-Nulidad/ VINCULACION AL PROCESO PENAL-Declaración
de persona ausente/ VINCULACION AL PROCESO PENAL-Obligación de agotar
los medios de vinculación/ VERSION LIBRE-Difiere de la indagatoria/
INDAGATORIA-Diferencias con la versión libre/ ESTAFA-Diferencia con el hurto
agravado por la confianza/ HURTO AGRAVADO POR LA CONFIANZA-Diferencia
con la estafa/ PRESCRIPCION-Contravención especial/ PRESCRIPCION-Estafa/
PRESCRIPCION-Falsedad en documento privado/ PRESCRIPCION-Hurto
agravado por la confianza

1. El artículo 29 de la Constitución Política prevé que quien sea sindicado de una


conducta punible tiene derecho a la defensa, garantía erigida como norma
rectora en el artículo 8 de la Ley 600 de 2000 -Código de Procedimiento Penal
que en mayor medida gobernó el presente asunto (y también estaba prevista en el
Decreto 2700 de 1991, artículo 1, inciso segundo, vigente al tiempo de los
hechos)-, y que igualmente está consagrada y desarrollada en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (artículos 10 y 11); en la Convención
Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica (artículo
8°); en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 14-3), y en
la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo 26),
normas de derecho internacional que hacen parte del llamado Bloque de
Constitucionalidad, cuya aplicación está prevista en el citado ordenamiento penal
adjetivo (artículo)

2. Tal prerrogativa integra el debido proceso en sentido amplio y, como se sabe,


se compone de un doble cariz: de una parte, el derecho a contar de manera real,
efectiva, permanente e ininterrumpida con la asistencia de un abogado, de
confianza o provisto por el Estado; y de otra, la facultad de intervenir
directamente en resguardo de los propios intereses, actividad esta última que se
manifiesta, entre otras formas, mediante el derecho a ser oído en juicio, además
que el principio de inmediación implica que el juez a quien corresponde dictar

330
sentencia vea ante sí no sólo la producción de los medios de prueba, sino
también al acusado para formarse un concepto acerca de su personalidad .(1)
(...)
El Estado, mediante el aparato judicial, ejerce la potestad punitiva que le es
inherente respecto de comportamientos que han vulnerado o puesto en peligro
real y efectivo bienes jurídicamente tutelados, actividad que, de acuerdo con la
doctrina, puede,

"...ser refutada de dos maneras diferentes y paralelas: una, mediante la


denominada defensa material, que es la que se lleva a cabo por el mismo
imputado y que se manifiesta en diferentes formas y oportunidades. (...)
Paralelamente a esa defensa, se adhiere como exigencia necesaria en el proceso
penal la defensa técnica, que es la ejercida por abogado, quien debe desplegar
una actividad científica, encaminada a asesorar técnicamente al imputado sobre
sus derechos y deberes; controlar la legalidad del procedimiento, el control crítico
de la producción de las pruebas de cargo y de descargo, la exposición crítica de
los fundamentos y pruebas de cargo desde el doble enfoque de hecho y de
derecho; recurrir la sentencia condenatoria o la que imponga una medida de
seguridad." (2)

3. En tratándose de la asistencia jurídica cualificada o técnica durante la


investigación y juzgamiento, escogida por el procesado o provista por el Estado,
es por sí misma una garantía de rango superior autónoma e independiente, cuya
eficacia no queda al libre ejercicio de quien oficiosamente es postulado por el
funcionario o del defensor público o contractual, ni se reduce a su designación
sucedánea cuando el procesado no cuenta con un abogado de confianza, sino
que se prolonga con la vigilancia de la gestión, a fin de que la oposición a la
pretensión punitiva del Estado se amolde a los parámetros de diligencia debida,
en pro de los intereses del incriminado .(2)

Lo anterior, dicho en otras palabras, significa que esa garantía debe ser
controlada eficazmente por el director del proceso para que la asistencia técnica
no se quede en el plano meramente formal, sino que se traduzca en actos que la
materialicen en el trámite procesal, ya que sólo de esa manera se podrá aseverar
el cabal e inobjetable respeto de lo dispuesto en el artículo 29 de la Carta
Fundamental.
(...)
A manera de conclusión se debe destacar que en cada caso específico el juez
debe realizar un control constitucional y legal en orden a verificar el respeto de
los derechos fundamentales del procesado, examinando en detalle el ejercicio del
derecho de defensa y sólo cuando constate que éste ha sido vulnerado de manera
grave e irremediable en su arista material o técnica, está obligado a declarar la
nulidad de la actuación.

4. Tiene dicho la Corte (3) que el derecho a la defensa técnica, como garantía
constitucional, posee tres características sustanciales: debe ser intangible, real o
material, y permanente.

La intangibilidad está relacionada con la condición de irrenunciable, por lo tanto,


en el evento de que el imputado no designe su propio defensor, el Estado debe
procurárselo de oficio o a través de la Defensoría del Pueblo; el carácter material
o real implica que no puede entenderse garantizada por la sola existencia
nominal de un profesional del derecho, sino que se requieren actos positivos de
gestión defensiva, y finalmente, la permanencia conlleva a que su ejercicio debe
ser garantizado en todo el trámite procesal sin ninguna clase de excepciones ni

331
limitaciones. La no satisfacción de cualquiera de esos atributos, por ser
esenciales, deslegitima el trámite cumplido, e impone la declaratoria de su
nulidad, una vez comprobada su trascendencia.
(...)
Empero, ese carácter obligatorio de la defensa técnica no es suficiente para que
en el proceso penal pueda reputarse como cabalmente satisfecha la respectiva
garantía constitucional, pues además debe ser efectiva, es decir, no basta con
que al imputado se le de la oportunidad de contar con un abogado que lo asista y
lo represente en la investigación y en el juicio, sino que se exige que sea real o
material, esto es, traducida y perceptible en actos de gestión que la vivifiquen, tal
y como lo ha precisado la jurisprudencia, y lo entiende la doctrina al indicar que,

"Insoslayablemente debe ser un contraste o antítesis cuestionadora de la


incriminación. Es imprescindible que el defensor agote pormenorizadamente una
razonada refutación de las pruebas y fundamentos de cargo, tanto desde el punto
de vista de hecho como de derecho. Pues va de suyo que la actividad del defensor
que se allane, preste conformidad u omita cuestionar fundadamente algún
extremo relevante de la acusación, equivale no sólo a una omisión de defensa en
sí, sino además a trocar la posición para la cual está precisamente destinado,
pues con tales posturas, que al fin son coadyuvantes a la acusación, se termina
ubicando al imputado en peor situación que si la defensa se hubiese omitido (...).

"Si bien no es obligación de la asistencia técnica del imputado fundar


pretensiones de su defendido que no aparezcan, a su entender, mínimamente
viables, ello no lo releva de realizar un estudio serio de las cuestiones
eventualmente aptas para ser canalizadas por las vías procesales pertinentes,
máxime porque se trata de una obligación que la sociedad puso a su cargo. (...)
La imperativa forma que los actos de defensa técnica deben reunir para
satisfacer la garantía constitucional (son) su necesariedad, obligatoriedad,
realización efectiva y con contenido fundado en una crítica oposición a la tesis
acusatoria. Toda defensa que no se consume bajo esos parámetros viola la
garantía en cuestión y con ello el debido proceso legal, lo cual debe conducir, en
tal caso, a la nulificación del proceso" (5)

5. En cuanto al derecho de defensa desde su arista material, no concita


discusión que el ejercicio directo por parte del imputado de esa garantía resulta
importante con el fin de vigilar el desarrollo regular del procedimiento, ofrecer
pruebas, controlar la producción de pruebas de cargo, de ser oído para expresar
en sus descargos todas las explicaciones que estime pertinentes, de alegar
personalmente o por medio de su abogado, o ambos, efectuando las críticas de
hecho (o incluso de derecho) contra los argumentos acusatorios y acerca de la
valoración de las pruebas, y de recurrir las decisiones adversas a sus intereses,
en especial, la sentencia que imponga una pena o medida de seguridad .(6)

En cualquier sistema procesal, es carga del Estado garantizar las condiciones


para que la persona señalada de ser autora o partícipe de una conducta punible
pueda hacer cabal ejercicio de su facultad de defensa material, esto es, para que
disponga como a bien tenga de esa que es una garantía renunciable -más no la
concerniente a su expresión técnica-, de manera que una vez el Estado
Jurisdicción le ha ofrecido la posibilidad cierta de activar su defensa material,
pueda el procesado resolver cómo la desarrollará.

Desde la perspectiva de la jurisprudencia internacional, acerca de la necesidad


de ofrecer al procesado la oportunidad real de comparecer personalmente al
proceso para ejercer su defensa, el Comité de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas ha señalado que,

332
"...para satisfacer los derechos de defensa garantizados en el párrafo 3 del
artículo 14 del PIDCP, especialmente los enunciados en los apartados d) y e),
todo proceso penal tiene que dar al acusado el derecho a una audiencia oral, en
la cual se le permita comparecer en persona o ser representado por su abogado y
donde pueda presentar pruebas e interrogar a los testigos" .(7)

Y aun cuando el mismo organismo reconoce que el derecho del acusado a estar
presente en el proceso no es absoluto, y que dicha garantía puede franquearse
cuando aquél entra en rebeldía, también ha precisado que frente a esas
excepcionales y justificadas razones,

"...las actuaciones in absentia son admisibles en algunas circunstancias (por


ejemplo, cuando el acusado aunque informado de las actuaciones con suficiente
anticipación, renuncia a ejercer su derecho a estar presente) en beneficio de una
buena administración de justicia. Sin embargo, el ejercicio efectivo de los
derechos que figuren en el artículo 14 presupone que se tomen las medidas
necesarias para informarle con anticipación al acusado de las actuaciones
iniciales contra él (art. 14, párr. 3 a). Los procesos in absentia requieren que, a la
comparencia (sic) del acusado, se hagan todas las notificaciones para informarle
de la fecha y lugar de su juicio y para solicitar su asistencia. De otra forma, el
acusado, en especial, no dispondrá de tiempo y de los medios adecuados para la
preparación de su defensa (art. 14, párr. 3 b), no podrá defenderse por medio de
defensor de su elección (art. 14, párr. 3 d), ni tendrá oportunidad de interrogar o
hacer interrogar a los testigos de cargo y obtener la comparencia de los testigos
de descargo y que estos sean interrogados" .(8)

En nuestro país, la Corte Constitucional también se ha pronunciado en relación


con la garantía que le asiste a todo procesado de estar presente en los juicios
penales para ejercer su derecho de defensa material, y en reciente fallo, al juzgar
la constitucionalidad del artículo 18 de la Ley 1142 de 2007, modificatorio del
289 de la Ley 906 de 2004, y hallar inexequible parcialmente la norma en cuanto
permitía formular imputación e imponer medida de aseguramiento al indiciado
que luego de su captura, por alguna circunstancia, entraba en estado de
inconciencia, puntualizó:

"26. Ahora bien, el derecho a la defensa material goza de expresa garantía


superior en el artículo 29 de la Carta cuando dispone que "quién sea sindicado
tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de
oficio, durante la investigación y el juzgamiento".

"En esta misma línea, el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos señala que toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena
igualdad, "a hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser
asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor,
del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia lo exija,
a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios
suficientes para pagarlo". El artículo 8º de la Convención Americana de Derechos
Humanos dispuso que toda persona inculpada de delito tiene derecho a
"defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de
comunicarse libre y privadamente con su defensor… de ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación
interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor
dentro del plazo establecido por la ley".

"Como puede verse, las normas transcritas en precedencia reconocen el "derecho


a hallarse presente en el proceso" o a la intervención personal del sindicado en el

333
proceso como una garantía del derecho al debido proceso penal que hace efectiva
la defensa material del indiciado. De hecho, esta Corporación ya había dicho que
solamente puede hablarse de juicio justo cuando el ordenamiento jurídico
consagra formas eficaces de defensa y de contradicción para el imputado, tales
como su participación directa en el proceso en tanto que "la defensa se ejerce de
mejor manera con la participación directa del imputado en el proceso"(9) . En el
mismo sentido, al interpretar el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, la Comisión Europea de Derechos Humanos dijo que "el
derecho a estar presente en la audiencia es, singularmente en materia penal, un
elemento esencial de la noción de proceso justo. Información, presencia y defensa
se encuentran consecuentemente en una relación de continuidad lógica y
necesaria" (10)

"27. Merece especial atención para el caso objeto de estudio, la consagración


superior de la defensa material, que al igual que la defensa técnica, hacen parte
del núcleo esencial del debido proceso penal. La defensa material pone de
manifiesto la facultad inalienable que tiene el sindicado para autodefenderse,
pues es evidente que la defensa técnica, esto es, a cargo de su abogado de
confianza o nombrado de oficio, no puede concebirse como un obstáculo, o como
un abandono, o renuncia a defenderse por sí mismo.

"De acuerdo con la jurisprudencia nacional y extranjera, el derecho a la defensa


material supone, entre otras garantías, el derecho del sindicado a comparecer
personalmente al proceso, a enfrentar los cargos que pesan en su contra,
haciendo el propio relato de los hechos, suministrando las explicaciones o
justificaciones que considere pertinentes en su favor(11) , también ejerciendo
actos positivos de oposición a las pruebas de las cuales se desprende su
señalamiento como posible autor o partícipe de la comisión de un delito(12) , a
ver el expediente(13) y a escoger libremente el derecho a guardar silencio como
estrategia de defensa(14) . En el mismo sentido, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha dicho que el derecho del acusado a defenderse comporta el de poder
dirigir realmente su defensa, dar instrucciones a sus abogados, interrogar a los
testigos y ejercer las demás facultades que le son inherentes, en tanto que la
presencia del acusado es fundamental para el juicio justo .(15)

"En este orden de ideas, aparece claro que de la interpretación sistemática de los
artículos 28 y 29 de la Constitución y de los artículos 14 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y 8º de la Convención Americana de Derechos
Humanos se deduce, de un lado, que la disposición del detenido ante el juez
competente se refiere a su presentación física y, de otro, que su presencia en el
proceso penal constituye un mecanismo de garantía efectiva para el derecho a la
defensa material del indiciado.
(...)
"29. Sin embargo, la misma legislación penal regula casos, algunos que han sido
considerados válidos constitucionalmente por esta Corporación, en los que es
posible adelantar el proceso penal aún con la ausencia del sindicado, puesto que
paralizar el proceso en espera de la concurrencia de alguien que no se encuentra
o que bien puede renunciar a su derecho a la defensa material, afectaría
gravemente la eficacia y continuidad de la administración de justicia, el deber del
Estado de juzgar al responsable de hechos delictivos y los derechos de las
víctimas a conocer la verdad y a obtener la justicia y reparación de los daños
causados.

"Entonces, con el fin de obtener una correcta ponderación de los derechos e


intereses en conflicto en el Estado Social de Derecho cuando el sindicado no ha
acudido al proceso penal que, en síntesis, se reducen a proteger, de un lado, los

334
derechos de la sociedad a la cumplida administración de justicia, a la
resocialización de los delincuentes y de las víctimas a conocer la verdad, justicia
y reparación de los daños y, de otro, los derechos del sindicado a hallarse
presente en el proceso y a la defensa material y técnica, la Corte Constitucional
ha concluido que las investigaciones y juicios penales en ausencia se ajustan a la
Constitución, siempre y cuando éstos constituyan la excepción a la regla general
de presencia física y/o mediante abogado de confianza en el proceso penal y se
hubieren adelantado todas las diligencias pertinentes y al alcance del funcionario
competente para localizar al sindicado, de tal forma que pueda concluirse que él
se esconde o que renunció voluntariamente a su derecho a hallarse presente en
el proceso" (subrayado ajeno al texto) .(16)

6. Lo anterior es así, porque el menoscabo del derecho de defensa ha de ser


sustancial para que constituya un vicio que deba ser corregido en casación por la
Corte, trascendencia que se percibe siguiendo los principios definidos por la ley
procesal penal y la doctrina en materia de nulidades.

Entre ellos, sobresale lo repetitivo que fue el legislador en cuanto a que la validez
de la actuación no puede admitirse en detrimento del derecho de defensa, como
garantía procesal que es, aún cuando el acto cumpla la finalidad o el sujeto
reclamante haya coadyuvado con su conducta o anuencia en la formación de la
irregularidad sustancial, toda vez que en tales casos la nulidad es la única forma
de enmendar el vicio, dado que no es posible de otra manera resolver el conflicto,
debiéndose regresar las cosas a su cauce normal, pues es obvio que la agresión a
dicha garantía conlleva consecuencias que no pueden restablecerse sino con la
invalidación de lo actuado . (17)

7. La vinculación del imputado al proceso mediante declaración de persona


ausente, no es un procedimiento alternativo al que sucede mediante indagatoria,
sino residual o supletorio de éste, al que únicamente puede llegarse cuando no
ha sido posible hacer comparecer al imputado para que asuma la defensa
material(18) , acorde con lo establecido en los artículos 332 y 344 de la Ley 600
de 2000, Código de Procedimiento Penal por el que en su mayoría se rituó este
asunto (Decreto 2700 de 1991, artículo 356, en vigor para la época de los
hechos).

En desarrollo de la actividad dirigida a lograr que el sindicado concurra a rendir


indagatoria, al Estado le asiste la obligación de agotar todas las opciones
razonablemente posibles para que así ocurra, de suerte tal que la opción de
adelantar el proceso en ausencia obedezca a que: o no fue posible su localización,
pese a haberse acudido a los medios disponibles para lograrlo; o que habiendo
sido informado, asume una actitud de rebeldía frente a los llamados de la
justicia, marginándose voluntariamente de la posibilidad de comparecer a rendir
indagatoria .(19)
TESIS CONTINUA, VER PROVIDENCIA COMPLETA
--------------------------------------------------------------------------------
1) ROXIN, Claus. "Derecho Procesal Penal", Editores del Puerto, Buenos Aires 2000, página 520.
2) JAUCHEN, Eduardo M. Derechos del imputado. Rubinzal-Culzoni Editores. 2005. Pág. 154 y
155.
3) Cfr. Sentencias de 11 de julio y 6 de septiembre de 2007. Radicaciones Nº 26827 y 16958,
respectivamente.
4) Cfr. Sentencia de 19 de octubre de 2006. Proceso Nº 22432.
5) Ob. Cit. Pág. 158, 160 y 161.
6) Ob. Cit., Pág. 149 a 154.
7) Comité de Derechos Humanos, caso Rodríguez Orejuela c. Colombia, párr. 7.3 (2002).
8) Comité de Derechos Humanos, Observación General Nº 13, párr. 11.
9) Al respecto, ver las sentencias C-488 de 1996. M. P. Antonio Barrera Carbonell y T-1110 de
2005. M. P. Humberto Sierra Porto

335
10) Informe de la Comisión Europea de Derechos Humanos. Informe del 5 de mayo de 1983.
Coloza y Rubinar.
11) Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 1 de junio de 2006. M. P.
Edgar Lombana Trujillo, expediente 20614.
12) Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 9 de febrero de 2006. M. P.
Alfredo Gómez Quintero, expediente 23700.
13) Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 20 de junio de 2005. M. P.
Álvaro Orlando Pérez Pinzón, expediente 19915.
14) Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 22 de septiembre de
2005. M. P. Edgar Lombana Trujillo, expediente 18985.
15) Al respecto, pueden verse las sentencias del 12 de febrero de 1985. Caso Colozza contra Italia;
del 28 de agosto de 1991. Caso FCB contra Italia; del 23 de noviembre de 1993. Caso Poitrimol
contra Francia; del 22 de septiembre de 1994. Caso Pelladoah contra Holanda y del 16 de
diciembre de 1999. Casos T. y V. contra Reino Unido.
16) C-425 de 30 de abril de 2008, M. P. Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra
17) Cfr. Sentencias de 22 de junio de 2006 y 6 de septiembre de 2007, Radicaciones N° 22304 y
16958, respectivamente.
18) Cfr. Sentencias de 6 de junio de 2002 y 12 de mayo de 2004, Radicaciones Nº 14722 y 19421,
respectivamente.
19) Cfr. Sentencia de 18 de diciembre de 2000, Radicación Nº 12780

PONENTE(S) : DR.JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA


Sentencia Casación
FECHA : 28/04/2010
DECISION : Casa sentencia y declara extingue accion penal
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 32966
PUBLICADA : Si

12/05/2010

SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación: Competencia/ SISTEMA PENAL


ACUSATORIO-Casación: Finalidad/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Demanda de
casación: Formulación de los cargos/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-
Descubrimiento probatorio: Obligaciones del juez: No se extienden al uso que le
den los intervinientes le den/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Violación directa
de la Ley sustancial: Modalidades, técnica en casación/ CONCIERTO PARA
DELINQUIR-Diferencia entre la determinación de los fines y la indeterminación
de los delitos/ CONCIERTO PARA DELINQUIR-No se puede confundir con la
coautoría/ COAUTORIA-Diferencia con el concierto para delinquir/ FALSEDAD
EN DOCUMENTO PRIVADO-Concursa con otras conductas para las que se use el
documento/ ESTAFA-Concursa con falsedad en documentos/ DELITO CONEXO-
Noción/ DELITO COMPLEJO-Noción/ ESTAFA-Concursa con los delitos en que
se incurra como medio engañoso/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Casación:
Interés para recurrir, asunto debe alegarse en las instancias, principio de unidad
temática/ LEY 890 DE 2004-Vigencia/ ESTAFA-Contrato: Medio idóneo para
ocultar el ánimo de defraudar/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Mecanismo de
insistencia/ SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Ejecutoria sentencia segunda
instancia

1. Sea lo primero advertir que a la Sala le asiste competencia para resolver sobre
los requisitos de admisibilidad de la demanda de casación, conforme la
competencia que fija el artículo 32-1 de la Ley 906 de 2004, en asocio con el
inciso 1º del artículo 184 del mismo Estatuto.

2. Ahora bien, en el nuevo el sistema procesal, la casación se concibe como un


medio de control constitucional y legal que procede contra las sentencias

336
dictadas en segunda instancia con ocasión de los procesos, a través de los cuales
se investigan y juzgan comportamientos punibles, cuando las decisiones
proferidas, o bien el trámite surtido, afectan derechos o garantías procesales.
Por lo mismo, ha de concluirse que este recurso extraordinario es consecuencia
natural de la función que ejerce la Corte Suprema de Justicia como Tribunal de
Casación, según lo determina el artículo 235 de la Carta, y, por ende, guardiana
de los fines primordiales contemplados en el artículo 180 del Código de
Procedimiento Penal de 2004.
De acuerdo con la Ley 906 de 2004, para que la demanda sea admitida , el
libelista debe acreditar el interés que le asiste para recurrir a esta sede
extraordinaria, así como la afectación de derechos o garantías fundamentales;
para ello, deberá formular y desarrollar los correspondientes cargos y, por
supuesto, demostrar la necesidad de intervención de la Corte para lograr algunos
de los fines establecidos para la casación, según lo previsto en el artículo 180 de
esa normatividad, es decir, la efectividad del derecho material, el respeto de las
garantías de los intervinientes, la reparación de los agravios sufridos por éstos y
la unificación de la jurisprudencia, propósitos que, como lo tiene dicho la
jurisprudencia de la Corte, son los mismos del proceso penal, lo que explica que
las causales de casación tengan un diseño dirigido a lograr esos fines.

Por lo tanto, "el recurso extraordinario de casación no puede ser


interpretado sólo desde, por y para las causales, sino también desde sus fines,
con lo cual adquiere una axiología mayor vinculada con los propósitos del
proceso penal y con el modelo de Estado en el que él se inscribe."

"En otros términos, las causales determinan la forma en que procede denunciar
la ilegalidad o inconstitucionalidad del fallo y de conducir el debate en sede
extraordinaria, pero ellas no son un fin en sí mismo para la viabilidad del
recurso, pues éste debe determinarse por la manifiesta configuración de uno o
varios de los motivos normativamente establecidos para lograr el
desquiciamiento de la decisión impugnada."
"Claro que por razón de esto no puede llegar a entenderse que el recurso haya
sido morigerado en extremo, al punto de quedar librado a la simple voluntad de
las partes, sin referencia a ningún parámetro legal, y que se convierta en una
fórmula abierta para controvertir sin mas las decisiones judiciales según el
albedrío del casacionista, lo cual repugna a la noción de debido proceso
constitucional, pues la admisibilidad al trámite y la prosperidad de la pretensión
queda condicionada a la demostración del interés en el censor, la correcta
selección de las causales, la coherencia de los cargos que a su amparo
pretenda aducir, y la debida fundamentación fáctica y jurídica de éstos,
además de la necesidad de acreditar cómo con su estudio se cumplirán uno o
varios de los fines de la casación"(1) .

3. En consecuencia, el recurso extraordinario no es un instrumento que permita


continuar el debate fáctico y jurídico llevado a cabo en el agotado proceso y, por
lo tanto, no es procedente realizar toda clase de cuestionamientos a manera de
instancia adicional a las ordinarias del trámite, sino que debe ser un escrito
claro, lógico, coherente y sistemático en el que, al tenor de los motivos expresa y
taxativamente señalados en la ley, se denuncian errores, bien sea de juicio o de
procedimiento en que haya podido incurrir el sentenciador, procediendo a
demostrarlos dialécticamente y evidenciado su trascendencia, para de esa
manera concluir que la sentencia no resulta acorde con el ordenamiento jurídico,
cuya desvirtuación - reitera la Sala- compete al libelista.

4. Es necesario precisar que dada la naturaleza adversarial del sistema


acusatorio el director del juicio debe asegurar a todos los intervinientes el acceso

337
a la evidencia que ha de ser introducida en el juicio a fin de ser tenida como
prueba; es así como se materializa una de las aristas del principio de igualdad de
armas. Pero la garantía no puede avanzar hacia asegurar el uso que el
interviniente pueda hacer -o no- de la evidencia, pues eso hace parte de
autonomía que la asiste para orientar su propia gestión defensiva.

5. le permite a la Corte precisar, como de tiempo atrás lo ha decantado su


jurisprudencia, que la violación directa de la ley sustancial se relaciona con la
equivocación en que incurre el juzgador de manera inmediata, es decir, sin
mediar un yerro en la apreciación de la prueba, al realizar el juicio de derecho, es
decir, al aplicar la normatividad que corresponde a los hechos materia de
juzgamiento.
La equivocación aludida se manifiesta a través de tres variaciones, así: la
primera, denominada falta de aplicación o exclusión evidente, se presenta
cuando no se aplica la norma que corresponde porque el juez yerra acerca de su
existencia; a través de la segunda, denominada aplicación indebida, el
sentenciador efectúa una falsa adecuación de los hechos probados a los
supuestos que contempla la disposición; en la última, conocida como
interpretación errónea de la ley, los procesos de selección y adecuación al caso en
cuestión son correctos pero, al interpretar el precepto, el juez le atribuye un
sentido que no tiene, o bien le asigna efectos distintos o contrarios a su
contenido.
Así mismo, ha señalado la jurisprudencia de la Corte, de manera reiterada, que
cuando se invoca el cuerpo primero de la causal primera de casación, esto es,
violación directa de la ley sustancial, el libelista no puede discutir la valoración
de la prueba realizada por el sentenciador ni cuestionar la declaración de los
hechos consignada en el fallo, pues toda su actividad debe estar dirigida
exclusivamente a demostrar la equivocación en que incurrió el Tribunal al aplicar
o al inaplicar la normatividad al caso concreto, así como el perjuicio irrogado por
razón del yerro.

6. Al respecto, la Corporación anota que -de haber interpretado de forma


acertada el precario argumento del cargo- en ello no le asiste razón a la togada,
comoquiera que dicha postura confunde la determinación de los fines del
concierto -en este caso, la defraudación a la entidad bancaria- con la
indeterminación de los comportamientos delictivos con los cuales habría de
lograrse el propósito. Al respecto, la Sala se ha pronunciado de la siguiente
manera:

"Como el ser humano dirige su comportamiento hacia la conquista de las metas o


fines que se propone, en casi todos los casos habrá un propósito final
identificable; sin embargo, porque el fin último sea individualizable no se
desvirtúa la existencia del concierto para delinquir, siempre que (…) para llegar a
ese cometido se acepte la comisión de cuantos ilícitos indeterminados fuesen
necesarios. En este evento, el concierto para delinquir no se predica a juzgar por
la finalidad, pues, se insiste, es un delito de mero peligro, sino en consideración
a los medios para conseguirla".(2)

En la decisión citada, la Sala precisa, además, las diferencias entre el concierto


para delinquir y la figura de la coautoría, que es en lo que radica el yerro del
razonamiento que sustenta el cargo. Así se precisó:

"Así, se concluye que la coautoría es una modalidad de coparticipación criminal


cuyo influjo se proyecta en la responsabilidad penal y la comunicabilidad de
circunstancias, pero que nada tiene que ver con la tipicidad de los delitos que
cometen los partícipes.

338
Del texto penal que describe el concierto para delinquir se extractan sus
elementos estructurales, algunos coincidentes con los rasgos que caracterizan a
la coautoría, pero otros permiten diferenciarlo en todo caso de ésta, y cuya
concurrencia tratándose de la conducta reprochada a los integrantes de la Mesa
Directiva de la Cámara de Representantes surge de hechos que la Sala encontró
demostrados en lo cursado de la presente investigación y que fueron expuestos
en las motivaciones que anteceden al consignar el análisis de los medios de
convicción legalmente recaudados a esta fase del proceso.

Tanto en el concierto para delinquir como en la coautoría y las demás formas de


participación de varias personas en la comisión del delito se requiere de un
número plural de agentes, pero contrario a lo que acontece en éstas últimas,
donde esa concurrencia es puramente eventual, tratándose del concierto tiene el
carácter de necesario, sin que la norma que lo tipificaba al momento de su
comisión, como lo tipifica ahora, exija un número específico de concertados.

En el concierto, la acción incriminada consiste en asociarse para cometer delitos,


que se traduce en la existencia de un acuerdo de voluntades con permanencia en
el tiempo. En la coautoría esa arreglo voluntario puede ser momentáneo u
ocasional; pues la comisión del ilícito constituye la consecuencia de un querer
colectivo que se manifiesta en la decisión y realización conjunta de la acción
típica determinada de antemano en toda su especificidad, bien concurriendo
cada uno de los plurales agentes a realizar de manera integral y simultánea el
comportamiento reprimido en la ley -coautoría propia-, o mediante una división
de trabajo con un control compartido del hecho o con su codominio, de manera
que cada coautor al brindar un aporte objetivo a la ejecución del delito realiza la
voluntad colectiva."

7. que la Sala ha sostenido de tiempo atrás que la estafa, como comportamiento


que afecta el bien jurídico del patrimonio económico, bien puede concursar con
otras conductas punibles que, a su vez, constituyen la maniobra engañosa que
exige el tipo. De manera reiterada, la Corporación lo ha señalado en estos
términos:

"Y en cuanto a que tampoco podía imputarse el delito de falsedad documental


porque la acción estaba dirigida a la apropiación de los dineros de "Banagrario",
careciendo de un dolo específico para adulterar documentos, es palmaria la
equivocada comprensión del concepto de acción final, la cual no excluye que en
la ejecución de actos orientados a la realización de determinado comportamiento
típico y antijurídico, con cada uno de aquellos, el sujeto agente con conocimiento
y voluntad, incurra en otras conductas igualmente sancionadas como punibles
en el ordenamiento penal sustantivo.

En el presente evento, la situación fáctica debatida ilustra la ocurrencia o


configuración de un concurso material heterogéneo de conductas punibles, y
desde tal perspectiva fue acertada la atribución de cargos, y posterior condena,
por los delitos de peculado por apropiación y falsedad en documento privado,
ambas en modalidad continuada." (Rad. 24184 del 23 de septiembre de 2008)

8. Una vez más, la postura de la censora obedece la confusión entre el delito


complejo y los delitos conexos, distinción que en la misma decisión la Corte
precisó así:

"De otra parte, son igualmente infructuosas las afirmaciones del censor acerca de
la configuración de un "concurso aparente de tipos" entre el peculado por

339
apropiación y la falsedad en documento privado, con base en que se trató de un
delito "único o complejo", pues tal figura únicamente se presenta,

"…en la medida en que un hecho delictivo forme parte de otra conducta típica,
bien como elemento integrante de éste o como circunstancia de agravación
punitiva(3) . Los hechos apreciados aisladamente, si ello fuere posible,
constituiría por sí mismos delitos. En aquella clase de delito unitario, el
complejo, el legislador fusiona o reúne en una tipicidad penal o prevé como
agravante de la misma hechos y situaciones objetivas de variada índole, de modo
que se excluye la pluralidad de infracciones, vale decir, el concurso de delitos; el
hecho que aislado configuraría una infracción se convierte por voluntad de la ley
en elemento de una figura delictiva especial o en circunstancia de agravación de
la misma, perdiendo el carácter de ente jurídico autónomo, pues de no ser así se
violaría el principio non bis in ídem(4) .

"... [N]o debe confundirse el delito complejo con los delitos conexos. El primero
supone que las distintas conductas estructuran un sólo hecho punible y los
segundos la configuración de varios, jurídicamente autónomos, pero conexos
ideológica, consecuencial u ocasionalmente(5) . Además, la noción de delito
complejo supone algo más que un delito pluriofensivo o de ofensa múltiple. El
primero implica que la estructura de un tipo reúne en una unidad dos o más
tipos. El segundo no necesariamente exige un delito complejo, sino sólo una
pluralidad de bienes jurídicos afectados."(6)

9. principio de unidad temática que debe existir entre las razones de la


impugnación del fallo de primer grado y los motivos aducidos en sede
extraordinaria de casación. Significa lo anterior que el interviniente deja ver su
acuerdo con aquellos puntos del fallo que no hayan sido objeto de recurso
ordinario, de manera tal que no le está dado denunciar por la vía extraordinaria
aquello sobre lo cual el juzgador ad-quem no tuvo oportunidad de pronunciarse
(Cfr. Sentencia del 11 de abril de 2007, con referencia 26297)

10. Así mismo, esta Sala ha precisado que los incrementos punitivos fijados en la
Ley 890 de 2004 "rigen en cada distrito judicial a partir del momento en que
entre a operar el sistema acusatorio de la Ley 906 de 2004"(7) .

11. contradice los claros criterios que la Sala ha fijado y reiterado de largo tiempo
atrás sobre la tesis que aquí defiende la impugnante:
"(...) la Corte ha reiterado que hay eventos en que el negocio jurídico constituye el
medio más idóneo para hacer incurrir a la víctima en error y, por consiguiente,
vulnerar el bien jurídico tutelado del patrimonio económico, pues a través de este
acto se le da visos de legalidad a un acuerdo de voluntades que está regido para
una de las partes en la obtención de un provecho ilícito. Es así como en decisión
del 10 de agosto de 2000, se dijo:

"…en que nada impide y por el contrario es un mecanismo inductivo en error


para la comisión de esta delincuencia contra el patrimonio económico de muy
frecuente empleo, que el agente se valga como medio de engaño de la celebración
de negocios jurídicos, típicos o atípicos, que si bien como es natural entender
están respaldados en normas de derecho o en todo caso son admitidas en la
cotidiana práctica comercial, se utilizan para viciar el consentimiento de la
víctima, conforme bien lo pone de presente el Procurador Delegado aconteció en
este proceso, pues si bien como lo alega el libelista, en principio las partes
involucradas en el contrato de compraventa lo suscribieron libremente, es esta
una circunstancia aparente si se tiene en cuenta que nada distinto perseguía el
timador con su celebración, que obtener un provecho, que en efecto se ha

340
calificado ilícito, en la medida en que para dicho cometido no solo se valió de una
impostura económica y moral, sino que primó en sus actos posteriores el deseo
de hacer suyo el inmueble objeto del acto negocial a sabiendas y sobre esa base
de no cancelar ningún emolumento como contraprestación…"(8) .

En providencia del 29 de agosto de 2002, se reiteró:

"…la permisibilidad de un contrato lícito no descarta la existencia de artificios o


engaños, pues nada impide que la inducción o el mantenimiento en error tengan
origen precisamente en la aparente sinceridad y legalidad de que se revista ese
acuerdo de voluntades. Por eso, ha reiterado la Sala que el contrato en muchos
casos resulta utilizado como medio idóneo para ocultar el verdadero ánimo de
defraudar. Así por ejemplo en decisión de agosto 5 de 1992 con ponencia del
magistrado Juan Manuel Torres Fresneda se dijo que:

"…lejos de excluir el artículo 356 del Código Penal los contratos como medio de
artificio o engaños que utilizados por el timador como simple apariencia de
obligarse pueden generar error esencial en el ofendido, tanto la doctrina como la
jurisprudencia admiten la posibilidad de su empleo como parte de los medios
defraudatorios, destacando justamente en aquellos la sutileza del ardid y su no
infrencuente uso, al punto de sostener que:

""… pasan al campo penal la mentira o el silencio cuando recaen sobre elementos
fundamentales del contrato, por ejemplo, la existencia de una contraprestación,
porque esta es la causa misma del acto o contrato según el derecho civi.l
"" Si una parte engaña a la otra, por ejemplo, sobre su capacidad de pagar,
haciéndole creer que la tiene cuando, en realidad, carece de ella, bien sea de
modo absoluto o en forma que, de saber su situación, la otra no hubiera
contratado, o cuando calla estando obligado a manifestar su incapacidad de
pagar, ya no se trata de un silencio o de una mentira lícitos, sino plenamente
delictuosos"" (Sentencia de casación del 23 de junio de 1982).(9)

Finalmente, entre otras, en sentencia del 12 de junio de 2003, se insistió:

"Es verdad que en ocasiones "... pasan al campo penal la mentira o el silencio
cuando recaen sobre elementos fundamentales del contrato, por ejemplo, la
existencia de una contraprestación, porque es la causa misma del acto o contrato
según el derecho civil", pero la actividad inductora en error no se reduce sólo a
no decir la verdad sino que la mentira o el silencio hacen parte de una compleja
situación vivencial, a la que nada hay que añadir para que se produzca el efecto
patrimonial deseado por el timador. Es, por decirlo de otra forma, el
aprovechamiento de las circunstancias concretas en que se establece o
permanece una relación social, personal o comercial específica, que le dan
respaldo y hacen creíble la mentira.

"Téngase en cuenta que para la tipificación del delito de estafa no se requiere


únicamente que se induzca o mantenga a otro en error sino que además se
precisa que a este estado se llegue "por medio de artificios o engaños" (artículo
356 del Código Penal de 1980, que corresponde al 246 del actual estatuto). Tal la
razón para que se le califique como "delito de inteligencia para lograr el engaño",
como en alguna oportunidad lo recordó la Sala.

"Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco a la


teoría de la imputación objetiva, "se considera que no todo engaño que pudiera
concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del
resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento

341
victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles,
porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera
de contención que supone la actitud diligente del perjudicado(10)".

12. Habida cuenta que contra la decisión de inadmitir la demanda de casación


presentada a nombre del procesado (...) procede el mecanismo de insistencia de
conformidad con lo establecido en el artículo 186 de la Ley 906 de 2004, es
necesario precisar que como dicha legislación no regula el trámite a seguir para
que se aplique el referido instituto procesal, la Sala ha definido las reglas que
habrán de seguirse para su aplicación.
____________________________________________________________

(1)Casación 24026 del 20 de octubre de 2005, casación 24610 del 12 de diciembre de 2005, entre
otras.
(2) Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia de única instancia del 23 de
septiembre de 2003, radicación No. 17089.
3Sentencia de 15 de septiembre de 1983, radicación 22415.
4Sentencias de 4 de octubre de 1968 y 3 de septiembre de 1971, citadas por LUIS CARLOS
PÉREZ, Derecho penal. Partes general y especial, Tomo V, Bogotá, Editorial Temis, 1986, p. 209-
210.
5Sentencias de 4 de febrero de 1999, Rad. Nº 11837 y 27 de agosto de 1999, Rad. Nº 13433,
entre otras.
6. Sentencias de 25 de julio de 2007 y 9 de abril de 2008, radicaciones Nº 27383 y 22548,
respectivamente.
7. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 21 de marzo de 2007,
radicación No. 26065.
8. Radicación No. 13247.
9 Rad. 15248. La decisión del 23 de junio de 1982, a su vez fue reiterada por la Corte en la
sentencia del 15 de septiembre de 2004, Radicación No. 20559

PONENTE(S) : DR.JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casación
FECHA : 12/05/2010
DECISION : Inadmite demanda
DELITOS : Falsedad en documento privado, Concierto para
delinquir, Estafa agravada por la cuantía
PROCESO : 32411
PUBLICADA : No

ACCION DE REVISION-No es para debatir nuevamente las pruebas/ ACCION DE


REVISION-Noción: Diferencia entre recurso de casación y acción de revisión/
ACCION DE REVISION-Condena contra dos o más personas por delito que no
pudo cometer sino una o un número menor de las sentenciadas/ ACCION DE
REVISION-Causal segunda: Delitos que no requieren querella/ ESTAFA-Querella:
Caso en que no se requiere/ ACCION PENAL-Es independiente de la
disciplinaria/ ACCION PENAL-Es independiente de la fiscal

1. No obstante, por fuera del cumplimiento de estas exigencias formales,


ostensible se evidencia la impropiedad de la demanda presentada por el
representante legal del condenado, pues, en lugar de presentar argumentos o
hechos novedosos que adviertan injusto el fallo, se ocupa de traer a colación
disquisiciones teóricas propias de las instancias, intentando revivir
oportunidades perdidas o, cuando menos, utilizar el mecanismo de revisión para
hacer uso de la argumentación que obvio presentarse en el recurso
extraordinario de casación que, según lo consignado en la certificación
secretarial de ésta Corporación, le fue declarado desierto al impugnante.

342
2. Previo a abordar de forma discriminada cada una de las tres causales
aducidas por el defensor del condenado, la Sala entiende necesario precisar la
diferencia sustancial de la acción de revisión con el recurso extraordinario de
casación, para de una vez definir que la primera no es subordinada, subsidiaria,
ni mucho menos nueva opción de discutir lo que en la segunda no fue
oportunamente ventilado.

(...)

Es indudable que el tipo de discusión planteada es contrario a lo que para la


acción de revisión se demanda, entre otras razones, porque la naturaleza del
recurso extraordinario de casación es abiertamente diferente y obedece a
requisitos formales y materiales también distintos, por lo cual no existe manera
de conciliar la argumentación del demandante con las precisas causales
consagradas en el artículo 220 de la Ley 600 de 2000, particularmente lo
dispuesto en sus numerales 1°, 2° y 3º.

No puede el accionante, se repite, utilizar el mecanismo de la revisión para hacer


valer argumentos propios del recurso de casación, por la muy obvia razón de que
ambos institutos representan naturaleza y alcances completamente diferentes, al
extremo de que el ahora analizado no se dirige a controvertir la legalidad del fallo
o la validez de los argumentos traídos a colación por las instancias para
sustentar la condena, sino a verificar que la sentencia fue injusta, contraria a lo
que la verdad material arroja.

Respecto de la naturaleza y objetivos de la acción de revisión, en reiteradas


ocasiones la Sala ha precisado(1)

3. Cuando el numeral primero en cita consagra como causal de revisión que la


condena haya sido proferida por una conducta que no pudo ser cometida por
todos los condenados, sino por uno solo o un número menor, evidentemente está
diseñando un elemento de controversia concreto y objetivo, que amerita de
demostración eminentemente fáctica y no jurídica o subjetiva.

En otras palabras, lo que la justicia material propia de la acción de revisión


reclama, es que el demandante aporte elementos de juicio radicados en lo fáctico
y consecuencial probatorio, que demuestren que una determinada conducta
punible implicó la participación material de un número inferior de personas a
las que fueron objeto de reproche jurídico penal.

En ese caso, es obligación del demandante alegar y probar que el hecho, en su


demostración objetiva o fáctica, no admitía la presencia o intervención material
de ese número plural de personas condenadas, como podría suceder, apenas
para ejemplificar con fines ilustrativos, cuando se condena por prevaricato,
además de quien firma la providencia, a otras personas como ejecutoras
materiales, o cuando en curso de una riña intempestiva donde varias personas,
sin concierto previo, llevan y disparan sus armas, se da muerte a una de ellas,
quien recibe un solo disparo, y se condena a un número plural de los
intervinientes, a título de ejecutores materiales.

4. Si se conoce que en Colombia, incluso durante la vigencia del Decreto 2700 de


1991, impera de manera fuerte el principio de legalidad, que obliga adelantar, en
la generalidad de los casos, de manera oficiosa la investigación penal cuando se
tiene noticia de la ocurrencia del delito, una adecuada propuesta argumentativa
que cubra mínimos presupuestos de fundamentación de la causal segunda de

343
revisión obliga a definir por qué la conducta punible objeto de condena
excepcionalmente exigía de querella o petición especial.

No basta, desde luego, con significar, como lo hace el demandante, que el


afectado con el ilícito no presentó denuncia o se le dejó de citar a declarar, pues,
ello ningún efecto produce, en punto de la legitimidad del trámite adelantado,
precisamente porque lo normal o natural es que esa querella o manifestación de
interés particular de la víctima, no sea requerida para activar el aparato de
justicia.

De esta manera, si el legislador, por vía excepcional, estima adecuado que


determinadas conductas punibles demanden del requisito de procedibilidad de la
querella, así expresamente lo debe consagrar en el correspondiente código o
regulación normativa.

Entonces, si el demandante advierte que se cubre la causal segunda de revisión,


por vía de inexistencia de querella, lo menos que puede hacer es significar la
norma que regula la materia y exigía, como condición ineludible de
procedibilidad, la presentación de querella de parte.

5. Por lo demás, para despejar cualquier inquietud que pudiera presentarse


sobre la materia, es necesario precisar que los hechos referidos al delito de estafa
ocurrieron en 1998, en vigencia del decreto 2700 de 1991, cuyo artículo 33,
modificado por el artículo 2° de la Ley 81 de 1993, establece taxativamente el
listado de los delitos que requieren querella, sin que allí se incluya la conducta
punible de estafa.

Y no puede aseverarse que esa ilicitud operaba como contravención, pues, está
claro que la cuantía -en la decisión de la Contraloría General de la República,
presentada con la demanda, se establece en mil millones de pesos el premio
mayor de la Lotería Extraordinaria de Chiquinquirá, dejado de pagar al afectado-
con mucho supera los topes que, en los casos de delitos contra el patrimonio
económico, facultaban adelantar el procedimiento contravencional, de
conformidad con lo establecido en la Ley 23 de 1991 y la Ley 228 de 1995.

6. Ya amplia y suficientemente tiene decantado la Corte, que la investigación


fiscal adelantada por la Contraloría General de la República, igual que ocurre con
el trámite disciplinario propio de la Procuraduría General de la nación, operan
procedimientos autónomos e independientes del penal, con una naturaleza
intrínseca y finalidades completamente diferentes.

Por ello, el que la Procuraduría o la Contraloría emitan decisiones absolutorias, o


mejor, se abstengan de imponer sanción disciplinaria o fiscal, en nada influye
respecto de lo decidido en el ámbito penal, pues, sencillamente, obedecen a
criterios distintos que en nada afectan el escenario de debate penal.

Esto anotó ampliamente la Sala, en decisión reciente(2)


_________________________________________________________________
(1).Acción de Revisión, Radicado No. 15322, MG Ponente, Carlos Eduardo Mejía Escobar,
23/08/2000
(2) Auto del 18 de agosto de 2009, radicado 31131.

PONENTE(S) : DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ


Acción de Revisión
FECHA : 12/05/2010
DECISION : Inadmite la demanda de casación
DELITOS : Estafa

344
PROCESO : 32817
PUBLICADA : No

09/06/2010

COLISION DE COMPETENCIA-Competencia de la Corte/ COLISION DE


COMPETENCIA-Noción/ COLISION DE COMPETENCIA-Trámite/ ESTAFA-
Artificio, ardid o engaño: Precedencia/ ESTAFA-Competencia por el factor
territorial/ COMPETENCIA-Estafa: Factor territorial

1) Esta Corporación es el órgano competente para desatar la colisión de


competencias que ahora se somete a su conocimiento, por virtud de lo dispuesto
en el artículo 75.4 de la Ley 600 de 2000, en tanto se suscita entre jueces de
diferentes distritos judiciales.

2) La colisión de competencias es el mecanismo que adoptó el Legislador para


determinar, cuando existe discusión entre varios jueces, cuál de ellos es el
llamado a conocer de unos precisos hechos, en desarrollo del principio de
legalidad del juez, que hace parte del plus que integra junto con la legalidad del
delito, de la pena, y del procedimiento.

3) Frente al trámite de la colisión señala el artículo 95 de la Ley 600 de 2000


que:

"La colisión puede ser provocada de oficio o a solicitud de los sujetos procesales,
cuando existan razones serias y así lo indique el acervo probatorio.

El funcionario judicial que la proponga se dirigirá al otro exponiendo los motivos


que tiene para conocer o no del caso concreto. Si éste no lo aceptare, contestará
dando la razón de su renuencia, y en tal caso dará cuenta al funcionario judicial
competente, para que dentro de los tres (3) días siguientes decida de plano la
colisión."

4) Observa la Sala que el sustrato de la discusión se agota en determinar el


lugar en el que se pretendía realizar la estafa.

La jurisprudencia de esta Colegiatura ha sido reiterativa en precisar que para la


configuración del delito de estafa es necesario que el acto inductivo en error
preceda a los elementos también estructurales de la conducta relativos a la
obtención del provecho ilícito y de la producción del daño o perjuicio ajeno, como
así se sostuvo en la siguiente decisión , que refleja el criterio expuesto de antiguo
por esta Colegiatura, cuyos apartes pertinentes, para mejor ilustración, se
transcriben:

"En atención al texto legal, como elementos integrantes del tipo penal suelen
enumerarse: (i) El empleo de artificios o engaños; (ii) la inducción en error; (iii) el
provecho ilícito; y, (iv) el perjuicio.

Frente a este tipo penal la jurisprudencia ha sostenido que la inducción en error


debe preceder al provecho ilícito y al daño, porque en relación con este nuestra
legislación (lo) coloca al lado de los artificios como medios de la estafa, pues si
bien en este caso no se requiere una representación ni una apariencia material
externa para inducir en error a la víctima si se necesita presentar ante ésta una
falsa apariencia lógica o sentimental para moverla a engaño, como cuando se
hace creer, sin otro recurso que las palabras, en la existencia de grandes

345
empresas o de poder económico o en créditos que no existen o en la segura
ocurrencia de acontecimientos que se sabe no van a tener lugar, etc.

Todo esto debe ir acompañado por un elemento subjetivo adecuado consistente


en la conciencia de estar usando artificios o engaños con el propósito de inducir
a alguien en error para procurarse así mismo o a otro un provecho injusto.

Es obvio que ese dolo tiene que ser anterior al momento en que el sujeto pasivo
es engañado y también a aquél en que éste se despoja de la cosa y la entrega al
agente o a otra persona.

También debe existir un nexo de causalidad entre la acción del culpable y el error
producido en la mente de la víctima así como entre éste y la entrega de la cosa y
entre todos esos elementos y el daño que se produce a la víctima del error o a un
tercero.

Faltando cualquiera de esos eslabones de la cadena causal viene a menos la


estafa, lo mismo que cuando se altera el orden de ellos. Significa lo anterior que
la inducción en error debe preceder al provecho ilícito y al daño."

En el caso que ahora convoca la atención de la Sala, la avería de la máquina por


sí sola no produjo efectos en el ámbito delictivo; a diferencia de la inducción en
error generada por la afirmación falsa del tomador, referente al estado del bien a
asegurar, lo cual fue precisamente el elemento estructural del delito de estafa.

En tanto la inducción en error a la compañía La Previsora, se produjo en la


ciudad de Bogotá, fue aquí donde se produjo la conducta punible que en grado
de tentativa se investiga, de acuerdo con lo señalado en la resolución de
acusación; y por tanto el juez de este distrito judicial es el que adquiere la
competencia para juzgarla.

PONENTE(S) : DR.JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 09/06/2010
DECISION : Asigna conocimiento del proceso al Juzgado 16
P.C. de Bogotá D.C.
DELITOS : Tentativa de estafa agravada
PROCESO : 34141
PUBLICADA : No

16/06/2010

DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/ CASACION-Principios/


CASACION-Principio de sustentación suficiente/ CASACION-Principio de
limitación/ CASACION-Principio de crítica vinculante/ CASACION-Principio de
autonomía de las causales/ CASACION-Principio de coherencia/ CASACION-
Principio de no exclusión/ CASACION-Principio de no contradicción/ CASACION-
Error in iudicando, Error in procedendo: Consecuencias/ ESTAFA-Autopuesta en
peligro

1) La Sala, de tiempo atrás, ha sostenido que la casación es un recurso de ámbito


restringido en el que la pretensión de examinar la legalidad y constitucionalidad
del fallo que se impugna no puede limitarse a un escrito de libre formulación,
sino debe apoyarse en un contenido mínimo de claridad y coherencia que

346
permita entender el vicio o los vicios denunciados, así como la identificación de
sus consecuencias.
De ahí que la demanda de casación nunca podrá equipararse a un alegato de
instancia, pues tal como se deriva de lo señalado en los artículos 212 y 213 de la
Ley 600 de 2000, Código de Procedimiento Penal vigente para este asunto,
requiere de una presentación lógica y adecuada a cada una de las causales
legalmente establecidas en el artículo 207 ibídem, así como el respectivo
desarrollo de los cargos que por los vicios in procedendo (de mero trámite o
actividad) o in iudicando (de juicio) haya propuesto el recurrente, con la
respectiva demostración de su trascendencia para efectos de la decisión
adoptada.
Lo anterior, debido a la estricta observancia de los principios de sustentación
suficiente, limitación, crítica vinculante, autonomía de las causales, coherencia,
no exclusión y no contradicción, que vinculan a este extraordinario recurso.
Los dos primeros derivan del carácter dispositivo de la casación e implican que la
demanda debe bastarse a sí misma para propiciar la invalidación del fallo, en la
medida en que la Corte, por regla general, no puede entrar a suplir los vacíos que
presenta el escrito, ni a corregir sus deficiencias, ni a asignarle otro sentido a lo
pedido por el demandante.
2) ni siquiera analizó la concurrencia de los postulados que para su
reconocimiento ha sostenido una línea jurisprudencial de la Sala, de acuerdo con
la cual
"[…] sólo cuando se reúnen los tres requisitos de las acciones a propio riesgo
(conocimiento del peligro, poder de control sobre su asunción y ausencia de
posición de garante) podrá estudiarse si el sujeto pasivo en los delitos de estafa
activó los mecanismos de protección que le eran exigibles, o en qué medida
contribuyó con su comportamiento no diligente o precavido a la obtención del
resultado previsto en la norma"(1)
_____________________________________________________
1) Sentencia de 19 de agosto de 2009, radicación 32298.

PONENTE(S) : DR.JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA


Auto-Casación
FECHA : 16/06/2010
DECISION : Se inadmite la demanda
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 322998
PUBLICADA : No

28/06/2010

ACCION DE REVISION-Finalidad/ ACCION DE REVISION-Hecho y prueba


nuevos/ ACCION DE REVISION-No es para debatir nuevamente las pruebas/
ACCION DE REVISION-Cambio de jurisprudencia/ ESTAFA-Autopuesta en
peligro/ ESTAFA-Autopuesta en peligro: Foncolpuertos/ FONCOLPUERTOS

1) Resulta pertinente recordar en relación con la teleología de la acción de


revisión, que fue concebida por el legislador como un mecanismo a través del
cual se busca la invalidación de una decisión que ha adquirido firmeza, respecto
de la cual se establece que entraña un contenido de injusticia material porque la
verdad procesal declarada resulta diversa a la verdad histórica del acontecer
objeto de juzgamiento, demostración que sólo es posible jurídicamente dentro del
marco de las causales taxativamente señaladas en la ley.

347
No se le estableció para debatir aspectos ya definidos en las instancias, ni para
subsanar errores de juicio o procedimiento, sino para reparar la injusticia
material cometida por causas que no fueron conocidas en el desarrollo de la
actuación procesal.

2) Si se trata de un hecho nuevo, ha dicho la Sala, se debe acreditar la existencia


de un acontecimiento o suceso relacionado con la conducta punible que fue
materia de juzgamiento, pero que no tuvo ocasión de conocerse en ninguna de
las etapas de la actuación judicial.

Si se trata de prueba nueva, se debe demostrar la existencia de un elemento de


juicio que no fue aportado al proceso, que surgió con posterioridad a él y que da
cuenta de un hecho desconocido o que varía sustancialmente uno conocido, con
capacidad para concluir, en un grado de certeza, que se condenó a un inocente o
como imputable a quien no lo era.

3) En realidad sus argumentos se disponen a revivir el debate que en torno a la


materialidad de la conducta y de la responsabilidad del sentenciado, abordaron
los jueces en las instancias, pretensión que, claro está, resulta extraña a la
teleología de la acción que nos ocupa.

4) En relación con la causal sexta (7ª de la L. 906/04) la jurisprudencia de la


Corte tiene dicho que cuando el demandante la invoca como base de la acción de
revisión, es indispensable que el actor demuestre que el fundamento de la
sentencia cuya remoción persigue, a partir del nuevo pronunciamiento se
entiende de modo diferente por la jurisprudencia y que de mantenerse intangible
e inmutable, comportaría una clara situación de injusticia, dado que la nueva
doctrina de la Corte conduciría a la sustitución del fallo.

Por tal razón, no es suficiente para los fines de esta causal que el actor refiera en
términos abstractos la existencia de un pronunciamiento de la Corte.

5) En el análisis del caso la Sala comenzó por precisar que en la celebración de


tales contratos se puede incurrir en el delito de estafa, pues "En este sentido la
Corte desde la sentencia del 23 de junio de 1982 (1) viene prohijado el criterio
según el cual en esa clase de negocios jurídicos la mentira o el silencio de los
contratantes pasa al campo penal cuando recaen sobre elementos fundamentales
del convenio".

De igual modo indicó que no constituye "motivo de controversia que el medio


engañoso debe tener idoneidad para inducir en error a la víctima. {pero} Lo que sí
genera aún ardua polémica es la determinación de las condiciones a partir de las
cuales resulta dable afirmar que la argucia o el engaño reúnen los presupuestos
objetivos exigidos por la norma penal para predicar la configuración del delito
estafa"; campo en el cual destacan las concepciones de quienes consideran que
no todo engaño que pudiera concebirse causal respecto del resultado perjudicial,
permite la imputación de la conducta del autor, porque la víctima debe acudir a
los mecanismos de autotutela exigibles, de manera que será punible el
comportamiento capaz de sobrepasar la barrera de contención que supone la
actitud diligente del perjudicado; y la de otros como el profesor uruguayo Irureta
Goyena para quien "sostener que solamente es sancionable el fraude cuando la
víctima se halla exenta de toda incuria, equivale jurídicamente a sustentar que
corresponde admitir estafa únicamente en casos extremos de previsión imposible,
cuando el engaño reviste una grande y hábil sutileza (2)"
Con todo, la Sala precisó igualmente que como en estos casos los hechos que se
juzgan se basan en las relaciones sociales "no pueden establecerse reglas rígidas

348
sino tener en cuenta las circunstancias concretas de cada caso para determinar
si la actitud reticente de una de las partes contratantes al ocultar la existencia de
un gravamen o una medida cautelar tiene o no idoneidad para inducir en error.
Para el efecto será menester, entonces, considerar aspectos tales como el nivel
intelectual del sujeto pasivo de la conducta, su pericia en asuntos de la
naturaleza de la cual se trata, sus experiencias, el medio social en donde se
desenvuelve y las herramientas jurídicas brindadas por el Estado para su
protección."

Y, como en ese particular evento los compradores afectados eran personas con
alguna preparación académica, que derivaban sus ingresos de actividades
relacionadas con el transporte y que uno de ellos, además, llevaba más de 10
años dedicado a la compraventa de vehículos; surgía razonable concluir "que no
ignoraban los pasos a seguir cuando se trata de efectuar negociaciones con esa
clase de bienes, de modo que obraron imprudentemente al no acudir a los
mecanismos de autotutela a su disposición. De haberlo hecho, habrían podido
superar con facilidad el ocultamiento de los embargos que pesaban contra el
rodante adquirido."

Por consiguiente, para ese caso particular "La experiencia y conocimiento


ostentado por los compradores sobre el tema de la adquisición de vehículos
automotores impide asignar al procesado la posición de garante respecto de ellos,
luego el resultado obtenido es sólo imputable a éstos. La controversia suscitada,
por tanto, quedó en la esfera del derecho civil, a cuya competencia y
procedimientos debió acudirse para ventilar el incumplimiento del contrato de
esa naturaleza suscrito en su momento por las partes."

6) Frente a las afirmaciones de la actora debe señalarse que el criterio


jurisprudencial al cual alude, expuesto por la Corte con posterioridad a la
condena dictada en contra del señor (..), no enerva, tampoco elimina el
fundamento jurídico que sustenta la sentencia. Por una parte, la peticionaria no
demuestra que así haya ocurrido. Por otra, no repara que los dos asuntos
comprenden situaciones jurídicas diferentes, que reclaman valoraciones y
soluciones también disímiles y que por esa razón no se presenta un cambio
jurisprudencial capaz de remover los cimientos de la condena.

En efecto, conforme se precisó, el pronunciamiento posterior de la Corte, en el


plano fáctico, se basó en un contrato de compraventa de vehículo automotor,
acto que ajustándose a las pautas del ordenamiento jurídico puede celebrar
cualquier persona legalmente capaz, atendiendo los dictados de su autonomía
privada, la cual constituye una parte del principio general de la
autodeterminación de las personas (3).

Se trató, entonces, de un contrato de derecho privado, de un acto de disposición


de intereses particulares o, de modo, general, de un negocio jurídico (4).
Por contraste, el caso frente al cual se propone la acción de revisión, a pesar que
en el plano jurídico se basó en el delito de estafa, el suceso del que deriva no
surgió con ocasión de un negocio jurídico, sino de una situación administrativa
de derecho laboral, la cual, supuestamente, daba origen al pago de unas
acreencias laborales insolutas que debían cancelarse (de hecho así ocurrió) con
dineros del Estado.

El objeto de análisis no radicó en la trascendencia que para el derecho penal


pudiera tener el comportamiento del vendedor que oculta a un avezado
comprador la existencia de gravámenes que afectan la propiedad del bien objeto
de negociación, sino en la licitud del pago de acreencias laborales efectuadas con

349
dineros oficiales a favor de antiguos servidores públicos que demandaron su
cancelación sin tener derecho a ellas.

En este punto resulta pertinente precisar que en la decisión posterior citada por
la demandante, la Corte en modo alguno propende por desconocer el postulado
constitucional que impone desarrollar las actuaciones de los particulares y de las
autoridades públicas bajo el principio de la buena fe (art. 83 C.P.), permitiendo
que por error, incuria o por concierto con los particulares, en forma impune se
pueda afectar el patrimonio del Estado y de las entidades que lo representan.

Tampoco, como no podía hacerlo, trazó pautas de comportamiento para los


servidores públicos diferentes a las que la Constitución y la ley prevén para el
ejercicio de la función pública, entendida como el "conjunto de tareas y de
actividades que deben cumplir los diferentes órganos del Estado, con el fin de
desarrollar sus funciones y cumplir sus diferentes cometidos y, de este modo,
asegurar la realización de sus fines" ; menos aún señaló que el cumplimiento de
la función pública pueda desarrollarse al margen de los principios que la
orientan, referidos a la moralidad, transparencia, eficacia, economía, celeridad,
imparcialidad y publicidad, bajo los cuales, según el artículo 209 Superior deben
cumplir sus actividades los diferentes órganos del Estado y los servidores que los
conforman.

Partiendo de estas diferencias, no resulta plausible que la demandante en el afán


de demostrar el motivo de revisión en que se apoya, afirme que las víctimas del
delito de estafa en el asunto analizado, fueron los funcionarios o empleados de
Foncolpuertos encargados de tramitar la resolución 544 de 1998, a través de la
cual se verificó el pago de los salarios y prestaciones no adeudados a los
extrabajadores, pues lo que señalaron los jueces es que la defraudación se dirigió
contra el patrimonio del Estado y que en la misma medió la intervención criminal
de funcionarios y empleados al servicio de Foncolpuertos, circunstancia que
permitió la expedición de ese acto administrativo con el cual se dispuso el pago
fraudulento de prestaciones legalmente inexistentes, con fundamento, además,
en una orden judicial que jamás se profirió.

La demandante, entonces, no repara que la diferencia de las circunstancias


analizadas en ambos casos impide predicar la existencia de un cambio
jurisprudencial favorable, por virtud del cual la Corte hubiere fijado nuevos
derroteros que tornaran impune conductas como la desarrollada por el señor (...),
quien de manera fraudulenta demandó y obtuvo de Foncolpuertos una
importante suma como pago de acreencias laborales que la administración no
debía asumir.
-------------------------------------------------------------------------------
1) M.P. Dr. LUIS ENRIQUE ROMERO SOTO. En el mismo sentido, sentencia del 5 de agosto de
1992, M.P. Dr. JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA. También, sentencia del 29 de agosto de
2002, radicación 15248.
2) Cita de HUMBERTO BARRERA DOMÍNGUEZ en Estudios de Derecho Penal Especial, varios
autores, Editora Jurídica de Colombia, primera edición 1992, pág. 242.
3) Werner Flume, El Negocio Jurídico. Pag. 23
4) "El concepto de negocio jurídico es una abstracción de todos los tipos de actos estructurados
en el Ordenamiento jurídico, que, tal como ha fijado el Ordenamiento jurídico su contenido, están
dirigidos, mediante la instauración de una reglamentación, a la constitución, modificación o
extinción de una relación jurídica en uso de la autodeterminación del individuo, es decir, en la
realización del principio de autonomía privada. Es verdad que la mayor parte de las veces los
tipos particulares de actos del Ordenamiento jurídico para la configuración autónomo-privada de
relaciones jurídicas, no son creación consciente del derecho, sino que se han desarrollado en el
tráfico antes de su reconocimiento por el Ordenamiento jurídico. Pero solamente se convirtieron
en "negocios jurídicos" cuando fueron reconocidos por el Ordenamiento jurídico como tipos de
actos de configuración de relaciones jurídicas. Con razón, Lotmar, dijo que debía "regir igual que

350
nullum crimen sine lege, también "nullum negotiun sine lege", donde negotium ha de entenderse
en el sentido de negocio jurídico". Ib. pag. 49.

PONENTE(S) : DR.JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ


Accion-Revisión
FECHA : 28/06/2010
DECISION : Se inadmite la demanda
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 31468
PUBLICADA : Si

04/08/2010

PRESCRIPCION-Captación masiva y habitual de dineros/ PRESCRIPCION-Delito


iniciado o consumado en el exterior/ PRESCRIPCION-Delito iniciado o
cunsumado en el exterior: Término a tener en cuenta/ CAPTACION MASIVA Y
HABITUAL DE DINERO-Bien jurídico protegido/ CAPTACION MASIVA Y
HABITUAL DE DINERO-Autorización estatal/ ESTAFA-Autopuesta en peligro/
IMPUTACION JURIDICA-Autor o partícipe: Puede ser modificada por la
autopuesta en peligro de la víctima/ LEY 222 DE 2006-Ámbito de aplicación y
vigencia: Delitos a los que se refiere/ CODIGO DE COMERCIO-Delitos de los que
trata/ PRESCRIPCION-Delitos contemplados en el Código de Comercio y en la
Ley 222 de 1995/ PENA-Motivación/ ESTAFA-Dosificación punitiva/ PENA-
Redosificacion en casación/ CONCURSO-Dosificación punitiva/ CONCURSO-
Dosificación punitiva: Redosificación de la pena por eliminación de un delito/
SUSPENSION CONDICIONAL DE LA EJECUCION DE LA PENA-Factor objetivo/
CASO BANCO ANDINO NASSAU

1. Fijado dicho marco de ataque se tiene que el delito de captación masiva y


habitual de dineros imputado a los procesados dentro de la presente actuación,
es el modelo de su típica descripción contenido en el Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero regulado en el Decreto Ley 663 de 1993 -con posterioridad
recogido por el artículo 316 de la Ley 599 de 2000 con una idéntica sanción
privativa de la libertad -de 2 a 6 años-, sólo diferenciada en la multa que hasta
de 50.000 salarios mínimos legales mensuales contempló la última disposición
citada.
Como bien se sabe, el término prescriptivo señalado por el legislador es un
"tiempo igual al máximo de la pena fijada en la ley, si fuere privativa de la
libertad" y en ningún caso inferior a cinco (5) años (art. 83 C.P.), lapso que se
interrumpe con la resolución acusatoria o su equivalente debidamente
ejecutoriada, caso en el cual éste comenzará a correr de nuevo por un periodo
igual a la mitad del señalado anteriormente, sin que, en todo caso, pueda ser
menor a cinco (5) años (art. 86 id.).
Como quiera que el delito de captación masiva y habitual de dinero se imputó
bajo el entendido de haber tenido realización más allá de las fronteras patrias,
esto es, regulado por los supuestos a que alude el art. 83.6 del Estatuto represor,
de acuerdo con el cual "También se aumentará el término de prescripción, en la
mitad, cuando la conducta punible se hubiere iniciado o consumado en el
exterior", dicha circunstancia delimita por regulación expresa de la ley que para
delito cometido en su inicio o consumación en el extranjero, en cualquiera de las
fases del proceso, la investigación o el juicio, el tiempo prescriptivo nunca será
inferior a siete (7) años y seis (6) meses, como que bien se ha entendido que el
término indicado en la parte inicial de tal precepto corresponde al mínimo
prescriptivo -de cinco (5) años-, que en el excepcional caso en comento debe
incrementarse en la mitad.

351
Siendo ello así y dado que la resolución acusatoria de segunda instancia
proferida por una Fiscalía adscrita a la Unidad de Fiscalía Delegada ante el
Tribunal Superior de Bogotá está fechada el 29 de agosto de 2001, la acción
penal para este delito durante la fase del juicio prescribió el 28 de febrero de
2009, esto es, cuando el proceso se hallaba en el Tribunal notificándose la
sentencia de segundo grado a los sujetos procesales.

2. Como lo ha destacado la Corte, político-criminalmente la mayor amplitud del


término prescriptivo frente a delito "iniciado o consumado en el exterior", se ha
explicado en principio bajo el entendido que el mismo toma "en cuenta razones
de orden interno e internacional, como que los crímenes que tienen lugar por
fuera de las fronteras no solamente comportan una expresión criminológica de
mayor complejidad y alcances nocivos para la comunidad mundial, sino que
generalmente constituyen una verdadera organización y estructura criminal,
cuyas características de profesionalización del trabajo delictivo, vocación de
permanencia y capacidad expansiva, hacen particularmente difícil su
persecución desde el punto de vista material y probatorio" (Auto 23681/05), ni
más ni menos, en el caso concreto se hace elocuente la justificación legal de
valorar concurrente la circunstancia incrementadora de la sanción penal para
efectos prescriptivos.

3. De manera perentoria el art. 335 de la Carta Política dispone que la actividad


financiera o cualquiera otra relacionada con el manejo, aprovechamiento e
inversión de los recursos captados son de interés público "y sólo pueden ser
ejercidas previa autorización del Estado", es decir que la actividad bancaria es
rigurosamente reglada con miras a que los dineros del público sólo puedan ser
captados dentro de la dinámica normada por la ley dado el interés general propio
de una tal intermediación de recursos del público cuyo sometimiento estatal, por
tanto, es pleno.

Inherente a esa protección se dinamiza en la ley una regulación de


funcionamiento de entidades dedicadas a dicha actividad, pero también
complementariamente normas de contenido penal sancionan aquellas conductas
que atentan, de manera específica, contra los valores propios de la captación de
dineros del público y en general aquellos atentados a otros bienes jurídicos objeto
de tutela punitiva.

4. Fijados estos supuestos del ataque, parecería encontrar el demandante


plenamente justificado desde la perspectiva de la teoría del riesgo, que dado el
tipo de inversión escogido por la víctima debería soportar el resultado de su
menoscabo económico.

A este respecto impera recordar que si bien la teoría del riesgo surge de la
necesidad de clarificar en la construcción de la responsabilidad penal el hecho de
que no todo resultado producido causalmente puede ser explicado a través del
significado delictivo del comportamiento, forzoso es siempre determinar en orden
a imputar el curso lesivo a la propia víctima -bajo el entendido de dar por
superada la discusión sobre si esta teoría tiene plena relevancia también frente a
delitos dolosos y no solamente para los imprudentes-, si el riesgo por ella
asumido estaba o no permitido o si actuó a propio riesgo.

Pero la autopuesta en peligro que impone al propio afectado cargar con los
efectos de su acción sólo resulta predicable en aquellas hipótesis en que el
afectado ejerce pleno control sobre la situación generadora del riesgo. O lo que es
igual, que únicamente emerge aceptable tener por responsable a la víctima
cuando quiera que haya defraudado las condiciones de autoprotección derivadas

352
de su propio rol, siendo forzoso en hipótesis semejantes que tenga la víctima
pleno control sobre la situación que se afirma peligrosa para poder concluir su
autoresponsabilidad.

En este orden de ideas no puede confundirse la circunstancia de que los


inversionistas hubieran adelantado una actividad riesgosa para sus recursos
económicos -desde una perspectiva estrictamente financiera-, con aquella
derivada de la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado inherente al
juicio de responsabilidad penal, toda vez que presupuesto de las acciones a
propio riesgo es que la situación peligrosa debe ser la misma que se concreta en
la producción del resultado. En forma tal que si el resultado es producto de un
riesgo distinto no hay manera de atribuírselo a la víctima.

En el caso concreto la producción del resultado típico -obtención de provecho


ilícito con perjuicio ajeno a través del empleo de artificios y engaños-, está
rigurosamente vinculada o comporta un nexo ineludible de causalidad derivado
de la acción imputable a las directivas del BAC, siendo su resultado expresión de
una acción dolosa generadora del riesgo jurídicamente desaprobado.

PONENTE(S) : DR.ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 04/08/2010
DECISION : Se casa parcialmente la sentencia y declara
prescripsion
DELITOS : Estafa agravada, Captación masiva y habitual de
dinero del púb
PROCESO : 33515
PUBLICADA : Si

20/10/2010

DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos/ SANA CRITICA-Noción/


FALSO RACIOCINIO-Técnica en casación/ COAUTORIA-Configuración/
SENTENCIA-Motivación/ SENTENCIA-Falta de motivación/ SENTENCIA-Falsa
motivación/ ESTAFA-Engaño con brujería

1.- El recurso extraordinario de casación entendido como un control


constitucional y legal de las sentencias proferidas en segundo grado se halla des-
formalizado en lo relativo a las exigencias rigurosas de debida técnica que en el
pasado se demandaban, a las que ahora no se les debe otorgar preponderancia
pues ello implicaría desconocer el principio constitucional de prevalencia de lo
sustancial sobre lo formal, en la medida que los controles de referencia no recaen
sobre lo formalmente demandado sino sobre el proceso en sí y lo sustancialmente
decidido en las instancias.

El anterior postulado se extiende incluso para las impugnaciones que se efectúen


contra los fallos de segundo grado proferidos en vigencia de la Ley 600 de 2000,
pero la relativa ausencia de formas rígidas no convierte a la casación penal en
una tercera instancia para prolongar en libre discurso los debates concluidos en
las decisiones de instancia sobre un presunto error de hecho derivado de falso
raciocinio y supuesta irregularidad por motivación deficiente, aspectos que se
enunciaron de manera ligera en la demanda y sin ninguna trascendencia.

En esta sede extraordinaria a efecto de la admisión y viabilidad de los cargos


antes que exigencias formales de debida técnica lo que se demandan son

353
requerimientos lógicos y jurídicos que sean desarrollados con razones suficientes
en la finalidad de evidenciar a la Corte con efectiva trascendencia sustancial que
la declaración de justicia objeto de impugnación, la cual llega a esta sede
extraordinaria amparada por el principio de la doble presunción de acierto y
legalidad, se fundó en errores de hecho o de derecho objetivos o se profirió al
interior de un juicio viciado por irregularidades que afectaron la estructura o la
garantía del debido proceso o del derecho de defensa, errores in iudicando o in
procedendo diferenciados en sus contenidos y alcances que reclaman el
correspondiente amparo legal, convencional o constitucional y los necesarios
correctivos sustanciales o procesales de que se trate.

- Por tanto, cuando en la demanda de casación se omiten las exigencias


relacionadas con una adecuada formulación del cargo y se deja de señalar con
claridad y precisión debida sus fundamentos o cuando lo acusado se queda sin
demostración ni incidencias reales de infirmación ni de mutación total o parcial
de lo resuelto en la segunda instancia, la consecuencia procesal inmediata no
puede ser otra que la inadmisión según así lo estatuye el artículo 213 de la Ley
600 de 2000.

2- debe insistirse que las impugnaciones que en casación penal se efectúen por
la modalidad del error de hecho por falso raciocinio, el cual se materializa por la
violación que efectúan los juzgadores a los postulados de la sana crítica, no
pueden quedarse en el plano de lo enunciativo como en este cargo único ha
ocurrido, en el cual de manera simple se pregonó que la motivación efectuada
por el ad quem era incompleta pues carecía de razones suficientes.

La sana crítica se identifica con los ejercicios de verificabilidad del conocimiento


hacia la aprehensión de la verdad, proceso en el que los jueces deberán ser
respetuosos de las máximas generales de experiencia, leyes de la lógica o de la
ciencia que al ser correctamente aplicadas permiten efectuar inferencias
acertadas, llegar a conclusiones y otorgar credibilidad a los distintos medios de
convicción habida razón de la verosimilitud de los mismos.

Tratándose de esta clase de censura, es decir, de los errores de hecho derivados


de falsos raciocinios, corresponde al casacionista no quedarse en solitarias
afirmaciones aduciendo genéricamente que se violaron las reglas de la sana
crítica, sino que por el contrario se torna obligatorio identificar con puntualidad
si la trasgresión se dio de manera específica en una máxima de experiencia, en
una ley de la lógica formal o dialéctica, en una ley de la ciencia o en un criterio
técnico o científico de apreciación de un medio de convicción especial y
determinarla, además, corresponde penetrar en la incidencia de dichos errores
en las disposiciones del fallo, demostrando que de no haber ocurrido dichas
falencias valorativas otro habría sido o podido ser el sentido de lo
sustancialmente decidido.

4- En lo que corresponde a la coautoría, la Sala en reciente decisión en la que se


hizo precisión a la línea jurisprudencial referida a esa forma de intervención en el
delito, dijo:

(i).- De conformidad con los principio de "estricta reserva" y "tipicidad" (artículos


6 y 10 de la ley 599 de 2000) aplicados a la coautoría, se observa de manera
inequívoca en el artículo 29.2 ejusdem, que para la configuración de esta forma
de intervención en la conducta punible se requieren tres elementos: acuerdo
común, división del trabajo criminal e importancia de los aportes.

354
(II).- ACUERDO COMÚN significa conexión subjetiva entre los intervinientes, la
cual puede ser tácita o expresa. A través de aquel se genera una comunidad de
ánimo dolosa entre los mismos. Dicho nexo se da alrededor de un plan común
(no necesariamente detallado) y una resolución colectiva en el objetivo de lograr
la materialización de una o varias conductas punibles determinadas.

Cuando la concurrencia de voluntades se orienta en la finalidad de cometer


plurales (no singulares) delitos indeterminados o los específicos de que trata el
artículo 340 inciso 1º y 2º de la ley 599 de 2000, la adecuación típica se traslada
al comportamiento de concierto para delinquir.

(ii).- LA DIVISIÓN FUNCIONAL DEL TRABAJO criminal se consolida a través del


acuerdo de voluntades. Por virtud de éste se reparte el todo en partes, en
parcelas de esfuerzos que valorados ex ante y ex post permiten hablar de una
acción compleja o conjunta formada por segmentos articulados que vistos en
singular y por separado no se advierten suficientes para determinar la conducta
punible de que se trate, pero que unidos la explican como pluralidad de causas o
condiciones.

(iii).- La fragmentación de labores convergentes conduce a que el control del


comportamiento delictivo no lo ejerce una persona sino todos los que concurren
al designio delictivo de que se trate. Por ello los co-autores ejercen un co-dominio
funcional. En esa medida sus realizaciones parciales son mancomunadas y
recíprocas.

(iv).- IMPORTANCIA DEL APORTE.- Para la configuración del instituto se requiere


en los términos inequívocos del artículo 29.2 de la ley 599 de 2000, que el aporte
objetivo o material (pues no se puede hablar de coautoría por contribución moral
o meramente espiritual) sea ESENCIAL, valga decir, NECESARIO para la
realización del hecho.

Se entiende por tal, aquel sin el cual el plan acordado no tiene culminación
porque al retirarlo se frustra o reduce de manera significativa el riesgo de su
materialización, o al compartirlo se lleva a cabo.

Por oposición al apoyo funcional así considerado, suelen darse los accidentales,
secundarios o subsidiarios en cuyo evento no puede hablarse de coautoría sino
de complicidad.

La sola posibilidad de evitar la conducta punible no se erige como presupuesto


fundamental de la forma de intervención tratada, pues ésta circunstancia al igual
se le puede presentar al mero partícipe o incluso a terceras personas que se
encuentran en el escenario a través de una voz de alerta a los vecinos o a la
policía. De aceptarse el criterio en cita se corre el peligroso riesgo por demás
contrario a la estricta legalidad de hacer extensiva la figura de la autoría
compartida hacia personas que no cumplen con esa calidad.

(v).- Una de las maneras de hacer efectivo y concreto el juicio de valor acerca de
si el aporte es importante o no en los términos establecidos en el artículo 29.2
ejusdem, consiste en hacer un ejercicio de abstracción y excluirlo del escenario
funcional del evento objeto de juzgamiento.
Si el comportamiento delictuoso no se produce o bien reduce de manera
significativa el riesgo de su logro, se puede llegar sin dificultad a la existencia de
la coautoría, y si al apartarlo aquel de todas formas se consumaría, la valoración
a la que se puede arribar es que se está ante la presencia de una complicidad.

355
(vi).- La contribución de esa calidad la que implica intervención de la persona,
debe darse durante la fase ejecutiva del delito, valga decir, entre el momento en
que se inicia la realización del verbo rector que caracteriza la conducta punible
de que se trate, esto es, la fase tentada y el instante de su consumación.

Desde la teoría del delito, se entiende que los itinerarios puramente ideativos de
los comportamientos ilícitos no son punibles, porque ello traduciría penalizar las
expresiones del pensamiento, por ello, un apoyo en esta etapa no constituye
coautoría, tampoco cuando se evidencia en actos preparatorios.

En igual sentido, por su obviedad no puede hablarse de autoría compartida más


allá de la consumación o del último acto constitutivo de tentativa de la conducta
punible(1) .

4- La sentencia constituye el acto más importante del debido proceso pues


extingue la relación sustancial y, como acto primordial del debate, requiere de
solidez y correspondencia entre las imputaciones fácticas y jurídicas, de donde se
infiere que esos elementos incluyen el estudio de la realidad probatoria que
acredita la realización de los hechos delictivos y su atribución al procesado. En
esa medida, se entiende que el postulado en cita hace parte de aquel, y por ende,
se trata de un principio que merece respeto y protección.

5- La jurisprudencia de la Sala ha identificado cuatro eventos que traducen la


falta de motivación de la sentencia, tres de los cuales se consideran como errores
in procedendo generadores de invalidez y por ende atacables a través de la causal
tercera, a saber: 1- cuando hay ausencia absoluta de motivación, 2.- cuando
aquella es incompleta o deficiente, y, 3.- cuando es dilógica o ambivalente, y 4.-
La denominada falsa motivación que a diferencia de las anteriores se la considera
como un vicio in iudicando censurable por la vía de la causal primera, cuerpo
segundo del artículo 207 de la ley 600 de 2000.

Con referencia a la primera causa, ha dicho la Sala, se presenta cuando los


jueces de instancia no exponen las razones de orden probatorio ni los
fundamentos jurídicos en los cuales sustenta la atribución sustancial derivada.
La segunda, cuando se omiten análisis respecto de algunos de los temas
sustanciales tratados o los fundamentos son precarios para identificar las causas
que ella refiere. La tercera, se materializa por virtud de las contradicciones o
ambigüedades excluyentes de las motivaciones que impiden discernir su
verdadero sentido o las razones expuestas en ella son contrarias a la
determinación finalmente adoptada en la resolutiva; y, la cuarta cuando la
motivación del fallo se aparta abiertamente de la verdad probada(2) .
______________________________________________
(1)CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, sentencia del 2 de septiembre de
2009, Radicado 29.221
(2)Cfr. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, Sentencia del 4 de septiembre
de 2003, Radicado No. 17.257 y CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal,
Sentencia del 2 de julio de 2008, Rad. 28.441.

PONENTE(S) : DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ


Auto Casación
FECHA : 20/10/2010
DECISION : Se inadmite la demanda de casación
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 35084
PUBLICADA : No

356
18/11/2010

PRESCRIPCION-Estafa agravada/ ESTAFA-Favorabilidad/ PRESCRIPCION-


Acción civil: Efecto

1. Vale recordar que el artículo 83 de la Ley 599 de 2000, regula que la acción
penal prescribirá "en un tiempo igual al máxima de la pena fijada en la ley, si
fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso será inferior a cinco (5)
años, ni excederá de veinte (20)…".

Por su parte, el artículo 86 de la citada Ley 599, reza que la prescripción de la


acción penal se interrumpe con la resolución de acusación debidamente
ejecutoriada. Empero, "producida la interrupción del término prescriptivo, éste
comenzará a correr de nuevo por un tiempo igual a la mitad del señalado en el
artículo 83. En este evento el término no podrá ser inferior a cinco (5) años, ni
superior a diez (10)".

Ahora bien, se sabe que (…) fue acusado el 14 de agosto de 2003 por el delito de
estafa agravada, según lo preceptuado por los artículos 356 y 372, numeral 1°,
del Decreto 100 de 1980, providencia que cobró ejecutoria el 30 de julio de 2004,
día en el cual se desató el recurso de apelación interpuesto contra la pieza
acusatoria.

De otro lado, en virtud del principio de favorabilidad, al citado procesado se le


deben aplicar para este efecto lo preceptuado por los artículos 246 y 267 de la
Ley 599 de 2000, en tanto que la penalidad contemplada en estos preceptos es
mucho más benigna.

En efecto, el artículo 246 de la Ley 599 de 2000 consagra que la conducta


punible de estafa contempla una pena privativa de la libertad de dos (2) a ocho
(8) años, es decir, que resulta más favorable, en la medida en que el artículo 356
del Decreto 100 de 1980 la reglaba entre uno (1) y diez (10) años.
En lo atinente a la circunstancia de agravación punitiva reglada por el artículo
372, numeral 1°, de la Ley 599 de 2000, el artículo 267 de la Ley 599 de 2000,
mantuvo dichos aumentos punitivos, esto es, "de una tercera parte a la mitad".

En tales condiciones, aplicando el marco de la pena de prisión reglada por la


nueva normatividad, esto es, la Ley 599 de 2000, la conducta punible de estafa
agravada contempla como sanción máxima la de doce (12) años. Sin embargo,
como quiera que en este asunto está culminando la etapa del juicio, dicho plazo
queda en seis (6) años.

Por manera que si la resolución de acusación cobró ejecutoria el 30 de julio de


2004, surge evidente que la acción penal se extinguió por razón de la
prescripción el 30 de julio de 2009, fenómeno que aconteció antes que el
expediente llegara a esta sede casacional.

2. De otra parte, como quiera que la acción civil se ejerció al interior del presente
diligenciamiento, al tenor del artículo 98 del Código Penal, también se declarará
su prescripción.

357
PONENTE(S) : DR.JORGE LUIS QUINTERO MILANES
Auto Casación
FECHA : 18/11/2010
DECISION : Se abstiene de emitir pronunciamiento sbre la
admisibilidad, y se declara extinc
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 35135
PUBLICADA : No

01/12/2010

CASACION DISCRECIONAL-Procedencia/ ESTAFA-Autopuesta en peligro/


FALSO RACIOCINIO-Técnica en casación/ SANA CRITICA-Noción

1. De conformidad con lo previsto en el inciso 1° del artículo 205 de la Ley 600


de 2000, aplicable al presente asunto, el recurso extraordinario de casación
procede contra las sentencias de segundo grado proferidas por los Tribunales
Superiores de Distrito Judicial y por el Tribunal Superior Militar, en los procesos
que se hubieren adelantado "por delitos que tengan señalada pena privativa de la
libertad cuyo máximo exceda de ocho años".
Tratándose de fallos de segunda instancia proferidos por los mencionados
tribunales en proceso cuya penas máximas privativas de la libertad no superan
en el estatuto punitivo los referidos ocho (8) años dispuestos para acceder a la
casación común, como ocurrió en este caso, o sanción no restrictiva de la
libertad, el inciso 3° del artículo 205 del mencionado estatuto procesal faculta a
la Corte para admitir discrecionalmente la demanda de casación,
cuando lo considere necesario para el desarrollo de la jurisprudencia o la
garantía de los derechos fundamentales, siempre que reúna los demás requisitos
exigidos por la ley.
Para impugnar la sentencia de segunda instancia proferida por la Sala Penal del
Tribunal Superior de Ibagué era necesario acudir a la casación excepcional que
consagra el inciso tercero del artículo 205 del cpp de 2000.
Cuando se acude a la casación excepcional, el demandante debe cumplir dos
exigencias: (i) demostrar que la intervención de la Corte es necesaria para la
protección de las garantías fundamentales o el desarrollo de la jurisprudencia, y
(ii) presentar una demanda que cumpla las condiciones mínimas de forma y
contenido requeridas por la ley y la lógica casacional para su estudio.
En el primer evento, la jurisprudencia de la Sala ha venido sosteniendo que se
hace necesario que el recurrente exponga, así sea de manera sucinta pero clara,
qué es lo que pretende con la impugnación excepcional, debiendo señalar el
derecho fundamental cuya garantía persigue o el tema jurídico sobre el cual
considera se hace indispensable un pronunciamiento de autoridad por parte de
esta Corporación.
En relación con la casación discrecional compete al libelista expresar con
claridad y precisión los motivos por los cuales debe intervenir la Corte, ya para
proveer un pronunciamiento con criterio de autoridad respecto de un tema
jurídico especial, bien para unificar posturas conceptuales o actualizar la
doctrina, ora para abordar un tópico aún no desarrollado, con el deber de indicar
de qué manera la decisión solicitada tiene la utilidad simultánea de brindar
solución al asunto y a la par servir de guía a la actividad judicial.
Y si lo pretendido por quien demanda es asegurar la garantía de derechos
fundamentales, tiene la obligación de demostrar la violación e indicar las normas
constitucionales que protegen el derecho invocado, así como su desconocimiento
en el fallo recurrido, circunstancias que, como ya lo ha reiterado la Sala, deben
evidenciarse con la sola referencia descriptiva hecha en la sustentación.

358
Además, las razones que aduce el demandante para persuadir a la Corte sobre la
necesidad de admitir la demanda, deben guardar correspondencia con los cargos
que formule contra la sentencia. Lo anterior porque no podría entenderse
cumplido el requisito de sustentación, de manera que si se reclama el
pronunciamiento de la Sala sobre la protección de los derechos fundamentales o
un específico tema, es apenas elemental que la censura le permita a esta
Corporación examinar en concreto uno o los dos puntos que la habilitan. En
otras palabras, debe haber perfecta conformidad entre el fundamento de la
casación excepcional (desarrollo de la jurisprudencia y/o protección de garantías
fundamentales), el cargo o los cargos que se formulen contra el fallo y, por
consiguiente, el desarrollo de los mismos.
Es pertinente recordar que, en lo relacionado con el desarrollo jurisprudencial, la
Sala ha sostenido que es deber del casacionista indicar si lo pretendido es fijar el
alcance interpretativo de alguna disposición, o la unificación de posiciones
disímiles de la Corte, o el pronunciamiento sobre un punto concreto que
jurisprudencialmente no ha sido suficientemente desarrollado, o la actualización
de la doctrina, al tenor de las nuevas realidades fácticas y jurídicas; y, además,
la incidencia favorable de la pretensión doctrinaria frente al caso y la ayuda que
prestaría a la actividad judicial, por trazar derroteros de interpretación con
criterios de autoridad(1) .
La segunda condición presupone cumplir con los requerimientos mínimos de
forma y contenido señalados en el artículo 212 de la ley 600 de 2000, a saber: (i)
identificación de los sujetos procesales y de la sentencia impugnada, (ii) resumen
de los hechos y de la actuación procesal, y (iii) demostración del cargo, exigencia
que implica señalar la causal invocada, las normas procesales y sustanciales
transgredidas, y las razones del reparo, todo dentro del marco de los principios
que rigen la casación y la lógica de la causal planteada.

2. Respecto al segundo reparo, es decir, el error de hecho en la modalidad de


falso juicio de existencia por omisiones valorativas, cuya incursión enunció el
demandante, en aras de proyectarse como un juicio lógico-jurídico contundente
con la potencialidad de dejar sin efecto total o parcial lo sustancialmente
decidido, comporta una singular metodología:

(i).- Exige que el censor señale la existencia material del medio de prueba de que
se trate, sean estos individuales o plurales.

(ii) Implica que el casacionista en el libelo se detenga en objetivar los contenidos,


es decir, en identificar de manera puntual las expresiones contraídas en los
mismos, desde luego, referidas a los aspectos sustanciales objeto de discusión
que no fueron apreciados por los juzgadores.

(iii).- Además se hace necesario que el impugnante a partir de esos referentes


probáticos dejados de valorar en forma total más no fragmentada, toda vez que
no hay falsos juicios de existencia por omisiones parciales, demuestre la
trascendencia del yerro, de modo que sin su influjo se constate que el fallo se
habría producido de manera diferente.

(iv).- La impugnación no puede elevarse de manera solitaria y apenas enunciativa


como en efecto se hizo en la demanda, sino que además corresponde relacionarla
con los otros medios de convicción para el caso en concreto sí valorados,
incluidos los juicios de inferencia indiciarios realizados, demostrando en vía de la
concreción que con la prueba dejada de valorar al haberse integrado a los
restantes medios de prueba, la sentencia no se sostendría y conllevaría unos
efectos diferentes, como podrían ser los de exclusión de la adecuación típica, de
las formas de participación (modalidades autoría o de participación), ausencia de

359
la antijuridicidad o de las expresiones de culpabilidad atribuidas, etc., aspectos
que harán parte de las indebidas aplicaciones de la ley sustancial de que se trate
y además identificar las faltas de aplicación de normativas llamadas en forma
legal y constitucional a regular el caso, aspectos de los cuales no se ocupó el
demandante.

3. el tema no es nada novedoso si se tiene en cuenta que la jurisprudencia de la


Sala ha precisado que si la persona pasible del engaño obra de modo ingenuo,
torpe o negligente no habrá lugar a afirmar la existencia de estafa(2) .

4. debe insistirse que las impugnaciones que en casación penal se efectúen por la
modalidad del error de hecho por falso raciocinio, el cual se materializa por la
violación que efectúan los juzgadores a los postulados de la sana crítica, no
pueden quedarse en el plano de lo enunciativo como en este cargo ha ocurrido.

La sana crítica se identifica con los ejercicios de verificabilidad del conocimiento


hacia la aprehensión de la verdad, proceso en el que los jueces deberán ser
respetuosos de las máximas generales de experiencia, leyes de la lógica o de la
ciencia que al ser correctamente aplicadas permiten efectuar inferencias
acertadas, llegar a conclusiones y otorgar credibilidad a los distintos medios de
convicción habida razón de la verosimilitud de los mismos.

Tratándose de esta clase de censura, es decir, de los errores de hecho derivados


de falsos raciocinios, corresponde al casacionista no quedarse en meras
afirmaciones pregonando genéricamente que se violaron las reglas de la sana
crítica, sino que por el contrario se torna obligatorio identificar con puntualidad
si la trasgresión se dio de manera específica en una máxima de experiencia, en
una ley de la lógica formal o dialéctica, en una ley de la ciencia y determinarla,
además penetrar en la incidencia de dichos errores en lo resuelto en el fallo,
demostrando que de no haber ocurrido dichas falencias valorativas otro habría
sido o podido ser el sentido de lo sustancialmente decidido, aspectos estos que
omitió el casacionista, quien se limitó en su discurso a descalificar que en la
sentencia no se dio acogida a un hecho indicador, pero para nada se ocupó en
demostrar dicho vicio in iudicando ni menos en evidenciar su trascendencia en lo
resuelto en el fallo de segunda instancia.
_________________________________________________
1. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, Auto de 26 de febrero de 2002,
radicado 18447, entre otros.
2. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia del 10 de junio de 2008,
Radicado 28693, entre otros.

PONENTE(S) : DR.JORGE LUIS QUINTERO MILANES


Auto Casación
FECHA : 01/12/2010
DECISION : Inadmite demanda, procede mecanismo de
insistencia
DELITOS : Estafa, Obtención de documento público falso
PROCESO : 35338
PUBLICADA : No

10/12/2010

COLISION DE COMPETENCIA-Competencia de la Corte/ ESTAFA-Competencia


por el factor territorial/ COMPETENCIA-Estafa: Factor territorial

360
1- La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia es competente
para conocer de los conflictos de competencia que se presenten en asuntos de la
jurisdicción penal entre dos juzgados Penales del Circuito de diferente distrito
Judicial, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 4° del artículo 75 de la
Ley 600 de 2000.

2- la Corte advierte de entrada que asiste la razón al Juez Penal del Circuito de
Melgar, evidente como surge que efectivamente los hechos ocurrieron en la
ciudad de Bogotá, para lo cual emerge accesorio e intrascendente verificar dónde
se encuentra ubicado el bien que estaba dispuesta a entregar la acusada a
cambio del dinero y acción de un club social, aportados por los denunciantes.

Si la Jueza 37 Penal del Circuito de Bogotá, se hubiese ocupado, como era su


deber, de verificar el expediente, de inmediato habría observado que la relación
fáctica efectuada por la Fiscalía -por lo demás, de enorme pobreza descriptiva- en
la resolución de acusación, apenas por vía enunciativa menciona el lugar de
ubicación del terreno de propiedad de la acusada, pero ello ninguna incidencia
tiene en la materialización del reato que se le atribuye, pues, ya claramente se
estableció desde la formulación de la denuncia penal que todos los actos
ejecutivos y la consumación misma del delito de estafa tuvieron como escenario
la ciudad de Bogotá, en tanto, si se atiende a lo referido por los afectados, aquí se
realizó la negociación, se firmó el contrato de permuta y se entregaron tanto la
acción como los cheques, por lo demás expedidos en oficinas asentadas en esta
ciudad,

(...)
Ninguna acción trascendente para la ejecución o consumación del delito de
estafa, entonces, fue realizada en el municipio de Melgar, Tolima, razón por la
cual apenas aventurado y si se quiere negligente se entiende el comportamiento
procesal de la Jueza 37 Penal del Circuito de Bogotá, interesada en
desembarazarse olímpicamente del asunto sin verificar presupuestos fácticos
mínimos o siquiera preocuparse por señalar en concreto cuál es el motivo que la
impele a separarse del conocimiento del proceso.

PONENTE(S) : DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ


Auto Colisión de Competencia
FECHA : 10/12/2010
DECISION : Declara competente para conocer el asunto al
Juzgado 37 P.C. de Bogotá D.C.
DELITOS : Estafa
PROCESO : 35526
PUBLICADA : No

13/04/2011

ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ ESTAFA-


Competencia/ ABUSO DE CONFIANZA-Competencia/ CASACION-Interés para
recurrir: Apelación

1.Conforme a la estructura del sistema previsto en la ley 600 de 2000, en cuya


vigencia se profirió la calificación y la sentencia impugnada, un error como el que
se denuncia, no se debe proponer y remediar con fundamento en la causal
tercera de casación y desarrollarse conforme a la técnica de la primera, sino
formularse y demostrarse por esta última, porque se trata de un desacierto de

361
juicio que no trasciende a la estructura del proceso. (CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA, Sala de Casación Penal, sentencia septiembre 11 de 2003, radicado
19.564.)

(...)
La Corte ha considerado que para acudir a la casual tercera, se debe demostrar
que la variación del nomen iuris genera cambio de competencia, porque, en caso
contrario, un yerro como el que denuncia el casacionista, no se debe plantear
con arreglo a dicha causal (nulidad), sino que se debe formular y demostrar
siguiendo los lineamientos de la causal primera, en alguna de las dos hipótesis
que se acaban de citar.

En el asunto examinado, ambos delitos, estafa y abuso de confianza, agravados


por la cuantía, son de competencia de los Jueces Penales del Circuito, de
acuerdo con la cláusula general de competencia establecida en el liberal b),
numeral 1°, artículo 77 del cpp de 2000, la cual determina que son dichos
funcionarios quienes conocen de las conductas punibles contra el patrimonio
económico, en cuantía que exceda de cincuenta (50) salarios mínimos legales
mensuales vigentes legales, como ocurrió en el presente caso, bien jurídico
protegido con la tipificación penal en las dos conductas punibles citadas.

3. La jurisprudencia de la Sala de tiempo atrás ha venido considerando que una


de las manifestaciones del interés jurídico es haber recurrido el fallo de primera
instancia porque la ilegalidad de esta decisión no puede alegarse con criterio
supletorio ni existe posibilidad alternativa entre la apelación y la casación. Esto
es, que el cuestionamiento sobre la legalidad de la sentencia del a quo se debe
efectuar en la oportunidad que el procedimiento otorga porque, de lo contrario, el
silencio o la pasividad son actitudes que reflejan conformidad con las decisiones
adoptadas por el juez.
Además de la exigencia de haber apelado el fallo de primera instancia, resulta
indispensable ponderar la identidad temática entre los aspectos sobre los cuales
versó el recurso de apelación y los motivos que posteriormente se invocan como
causal de casación, puesto que no es viable atacar con el recurso extraordinario
aspectos que no comprendieron el objeto de inconformidad en relación con la
sentencia de primer grado porque, por exclusión de materia, mal puede alegarse
un yerro sobre un tema respecto del que no hubo pronunciamiento en el fallo
recurrido. (CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, sentencia
febrero 21 de 2002, radicado 14.872 y auto octubre 21 de 2009, radicado 32.467)

PONENTE(S) : DR.FERNANDO ALBERTO CASTRO


CABALLER
Auto Casación
FECHA : 13/04/2011
DECISION : Inadmitir la demanda de Casación
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 36042
PUBLICADA : No

PARTE CIVIL-Noción/ PARTE CIVIL-No solo busca la reparación económica/


PARTE CIVIL-Facultades/ PARTE CIVIL-Interés para recurrir en caso de
absolución/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Concepto/ ESTAFA-Contrato: Medio
idóneo para ocultar el ánimo de defraudar

1. Aunque en vigencia de anteriores ordenamientos de procedimiento penal se


concebía a la parte civil como un sujeto procesal al que sólo se le facultaba en la

362
pretensión de obtener la indemnización de los daños y perjuicios sufridos con la
conducta punible, tal restrictiva comprensión -que permaneció aún invariable
con la entrada en rigor de las leyes 599 y 600 de 2000- fue abandonada a partir
del 3 de abril de 2002 con la sentencia C-228, pues la Corte Constitucional al
declarar exequible el artículo 137 del Código de Procedimiento Penal bajo el
entendimiento que la parte civil tiene derecho además del resarcimiento
económico, a obtener la verdad de los hechos y a que se haga justicia, amplió ese
orden de atribuciones con que hasta ese momento contaba la víctima.

A partir entonces de la hermenéutica constitucional soportada en las


prerrogativas fundamentales de las víctimas y perjudicados a ser tratados
dignamente, a participar en las decisiones que los afecten y a lograr la protección
judicial efectiva del goce real de sus derechos se impuso en el funcionario judicial
el imperativo de dirigir su actuación al restablecimiento integral de las facultades
de aquéllas, entendiendo que eso es posible si se les garantizan por lo menos las
referidas a la verdad, la justicia y a la reparación económica de los daños
sufridos.

Por eso se admitió como probable que la víctima o el perjudicado se


constituyeran en parte civil con el propósito de que se estableciera la verdad de
los hechos o se hiciera justicia, abandonando el resarcimiento pecuniario del
daño, pero en todo caso derivándose la legitimación según se acreditare la
existencia del perjuicio así éste no fuera de carácter patrimonial.

En ese orden y facultada la parte civil para deprecar la práctica de pruebas que
tengan conexión con los derechos a la verdad, la justicia y el resarcimiento de los
daños, e interponer recursos contra las decisiones que afecten esas
prerrogativas, se le concibió entonces como un sujeto procesal en sentido pleno y
con igualdad de condiciones frente a los demás que intervienen en el
procedimiento penal.
Tal doctrina, reiterada posteriormente en sentencias C-875 del 15 de octubre de
2002, C-06 del 21 de enero de 2003, C-805 del 1o de octubre de 2003, C-899 de
2003, C-370 del 18 de mayo de 2006, C-454 del 7 de junio de 2006 -entre otras-
y acogida por la Sala en decisiones del 20 de febrero de 2003, en el radicado No.
13177, del 17 de junio de 2003, en el radicado No. 15100 -también entre varias
otras- ha permitido establecer que el concepto víctima o perjudicado -individual o
colectivo- comprende a todos los que han sufrido un daño así no sea patrimonial;
que si persiguen el resarcimiento pecuniario también tendrán derecho a obtener
la verdad y a que se haga justicia en el proceso penal; que podrán constituirse en
parte civil con el exclusivo interés de obtener la verdad de los hechos y que se
condene al responsable del delito, acreditándose para ese fin que como
consecuencia de la conducta punible sufrieron un perjuicio concreto, así éste no
sea de índole económica.

2. Pero aún bajo el limitado entendimiento del no recurrente es lo cierto que en


este asunto la parte civil de todas maneras se encuentra legitimada para acudir
en casación, pues si su pretensión fuere exclusivamente la búsqueda de la
indemnización de los daños y perjuicios ocasionados con el hecho punible,
procurando la condena del responsable, es obvio que ésta se constituye en
presupuesto indispensable para lograr lo primero.

Por manera que si la sentencia impugnada es de carácter absolutorio resulta


indiscutible que los intereses privados se ven afectados en tanto, dado el sentido
de aquélla, desaparece la opción de obtener el resarcimiento de los daños y la
indemnización de los perjuicios morales y materiales que hubiere ocasionado la

363
conducta sometida a juzgamiento, pues es patente que la sentencia de condena
es el necesario supuesto de aquél propósito.

En consecuencia, si los procesados son absueltos como sucede en el presente


caso, ello impide a la parte civil el logro de la pretensión económica y por lo tanto
facultada plenamente se halla para impugnar el fallo, sin importar además para
nada la cuantía de los perjuicios.
Contrariamente entonces a lo sostenido por el no recurrente y sentado así el
interés de la parte civil para recurrir extraordinariamente por estar dirigida la
impugnación contra una sentencia absolutoria, pues, precisamente de la
declaratoria de la responsabilidad de los acusados, surge para esa parte la fuente
de la obligación civil de reparar los daños ocasionados con el delito.

3. En ese orden y siendo que el yerro denunciado se constituye cuando el


sentenciador distorsiona, tergiversa, cercena o adiciona el contenido material y
objetivo de la prueba.

4. No se desconoce ni por los juzgadores de instancia y mucho menos en esta


sede la posibilidad de que a través de contratos civiles con apariencia de
legalidad se pueda constituir un medio artificioso que induciendo o manteniendo
en error a otro permita la obtención de un provecho ilícito, por lo mismo no es
absoluto que ante la mediación de un convenio de esa naturaleza se descarte la
comisión del delito de estafa, por ello ha sido criterio jurisprudencial reiterado la
relatividad con que el análisis en esos eventos ha de asumirse, como que en cada
asunto dependerá de las diversas circunstancias establecer si el contrato
aparentemente legal se convirtió o no en el medio artificioso idóneo para inducir
en error y obtener el consecuente beneficio económico.

PONENTE(S) : DR.ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 13/04/2011
DECISION : No casa el fallo impugnado
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 30551
PUBLICADA : Si

08/09/2011

SISTEMA PENAL ACUSATORIO-Definición de competencia: Competencia de la


Corte Suprema/ ESTAFA-Diferencia con el abuso de confianza

1. Conforme a lo regulado en el artículo 32-4 de la Ley 906 de 2004, a la Corte le


asiste atribución para pronunciarse respecto de la definición de competencia que
con ocasión del presente asunto promueve el Juzgado Tercero Penal Municipal
con Funciones de Conocimiento de Tunja, en cuanto considera que del trámite
debe conocer uno de sus pares del municipio de Duitama, adscrito al Distrito
Judicial de Santa Rosa de Viterbo.

2. Precisamente, el delito atribuido al acusado es el de estafa, que reclama,


sobraría anotar, la ejecución de actos idóneos encaminados a hacer incurrir en
error previamente a la entrega del bien objeto de apropiación, pues, lo que
diferencia a esta conducta de otras formas de apropiación patrimonial -dígase, el
abuso de confianza- es puntualmente que el dolo aparece anterior al despojo.

364
PONENTE(S) : DR.SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ

Auto Definición de Competencia


FECHA : 08/09/2011
DECISION : Declara Competente al Juzgado 3 Penal Mcpal de
Tunja
DELITOS : Estafa
PROCESO : 37362
PUBLICADA : No

15/09/2011

CASACION-La Corte, una vez admitida la demanda, entra a decidir de fondo/


ACCION CIVIL-Prescripción dentro del proceso penal/ TERCERO CIVILMENTE
RESPONSABLE-Prescripción de la acción civil/ TERCERO CIVILMENTE
RESPONSABLE-Prescripción de la acción civil: Interrupción/ ESTAFA-
Consumación/ ESTAFA-Delito de resultado/ ESTAFA-Consumación: Obtención
del beneficio/ ESTAFA-Consumación: Ejercicio de acciones por cheques recibidos

1. Ajustado como fuera el cargo tercero de la demanda de casación, la Sala


decidirá de fondo el reproche propuesto a la sentencia del Tribunal de Bogotá, sin
ocuparse de puntualizar las falencias de técnica que pudiera presentar, en la
medida que una declaración de esa naturaleza presupone el cumplimiento de los
requisitos mínimos para que hubiera dispuesto su trámite.

2. La recurrente tiene razón en la formulación del reproche, pues conforme con la


disposición legal en la cual lo sustenta, el término de extinción de la acción civil
promovida en el proceso penal, depende de quien sea perseguido con ella, esto
es, no será el mismo para todos los obligados a reparar los daños originados en
la conducta punible.

En efecto, dispone la citada norma que la acción civil ejercida dentro del proceso
penal, prescribe en el mismo tiempo señalado para la prescripción de la acción
penal, en relación con los penalmente responsables, advirtiendo enseguida que
en "los demás casos" se aplicarán las normas pertinentes de la legislación civil.

Así las cosas, la Sala ha dicho y sostenido de manera pacífica, que la acción civil
respecto de quien no siendo autor ni partícipe del delito está obligado a
indemnizar los perjuicios causados se rige por las normas civiles, debiendo
tenerse en cuenta para dichos efectos lo que el artículo 2358 del Código Civil
dispone acerca de la acción para la reparación del daño ejercida contra terceros
responsables.

El contenido de la mencionada disposición es similar a la penal, aunque aquella


establezca de manera expresa que el término para ejercer la acción que persigue
la reparación del daño ocasionado con el delito o la culpa del penalmente
responsable es el previsto en el Código Penal para la pena principal, mientras
que el del que tiene la obligación de indemnizar los perjuicios causados sin ser
autor o partícipe de la conducta punible es de tres (3) años, contados a partir de
la perpetración del acto.

3. Desde luego, al igual que ocurre con la acción penal cuyo término de
prescripción en el procedimiento de la ley 600 de 2000 se interrumpe con la
resolución acusatoria o su equivalente debidamente ejecutoriada, en la

365
legislación civil también se prevé que el término de prescripción para el ejercicio
de la acción que pretende la reparación del daño por el tercero civilmente
responsable, se interrumpe con la presentación de la demanda e impide que se
produzca la caducidad.

De ese modo, el artículo 90 del Código de Procedimiento Civil -modificado por el


artículo 10 de la ley 794 de 2003- dispone que "la demanda interrumpe el
término para la prescripción e impide que se produzca la caducidad, siempre que
el auto admisorio de aquélla, o el de mandamiento ejecutivo, en su caso, se
notifique al demandado dentro del término de un (1) año contado a partir del día
siguiente a la notificación al demandante de tales providencias, por estado o
personalmente. Pasado este término, los mencionados efectos sólo se producirán
con la notificación al demandado".

Con los anteriores presupuestos, el perjudicado o sus sucesores con el delito


cuentan con un término de tres (3) años contados a partir de la comisión de la
conducta punible, para ejercer la acción contra el tercero civilmente responsable,
en busca del resarcimiento del daño causado con ella; si no lo hacen en ese
término, la acción se extingue o caduca.

4. El delito de estafa previsto en el artículo 246 de la ley 599 de 2000, es una


conducta de resultado que requiere la obtención del provecho ilícito para sí o
para un tercero, de modo que mientras no se obtenga la ventaja de contenido
patrimonial producto de la inducción o mantenimiento a otro en error, aquélla no
se considera configurada típicamente como tampoco ejecutada.

Por tratarse de un delito contra el patrimonio económico de las personas, su


consumación se produce cuando el agente mediante artificios o engaños que
revelan su intención de buscar ventaja patrimonial ilícita obtiene efectivamente
provecho económico con correlativo incremento de su patrimonio o el de un
tercero, en detrimento del de la víctima o también de un tercero.

"(…)" Auto de diciembre 16 de 1999, radicación 16565.

5. Unos son los efectos de la presentación de los instrumentos negociables al


banco, con el propósito de iniciar las acciones civiles o cambiarias a que haya
lugar por su impago, y otros los que se derivan del error al que es inducida o
mantenida la persona, mediante artificios o engaños, con la finalidad de obtener
una ventaja patrimonial ilícita.

PONENTE(S) : DR.ALFREDO GOMEZ QUINTERO


Sentencia Casación
FECHA : 15/09/2011
DECISION : Casa Parcialmente, Declara Nula la Vinculación
de la Tercera Civilmente R.
DELITOS : Estafa agravada
PROCESO : 34356
PUBLICADA : No

12/10/2011

RESOLUCION DE ACUSACION-Requisitos/ PRECLUSION DE LA


INVESTIGACION-Procedencia/ CAPTACION MASIVA Y HABITUAL DE DINERO-
Se configura/ CAPTACION MASIVA Y HABITUAL DE DINERO-Autorización

366
estatal/ CAPTACION MASIVA Y HABITUAL DE DINERO-Bien jurídico protegido/
CAPTACION MASIVA Y HABITUAL DE DINERO-Objeto material/ CAPTACION
MASIVA Y HABITUAL DE DINERO-Sujeto activo/ CAPTACION MASIVA Y
HABITUAL DE DINERO-Tipo penal en blanco: Decreto 1981 de 1988/
URBANIZACION ILEGAL-Tipo penal de conducta alternativa/ URBANIZACION
ILEGAL-Verbos rectores/ URBANIZACION ILEGAL-Tipo penal en blanco/
URBANIZACION ILEGAL-Licencia de construcción o urbanización/ ESTAFA-
Elementos/ ESTAFA-Artificio, ardid o engaño/ DELITO MASA-Noción/
URBANIZACION ILEGAL-Concurso con estafa/ ESTAFA-Concursa con
urbanización ilegal/ TESTIMONIO-Apreciación probatoria: Testimonios plurales/
CIRCUNSTANCIAS DE MAYOR PUNIBILIDAD-Posición distinguida del
procesado/ CIRCUNSTANCIAS DE MAYOR PUNIBILIDAD-Obrar en
coparticipación criminal

1. De conformidad con lo previsto en el artículo 395 de la Ley 600 de 2000, el


sumario se calificará profiriendo resolución de acusación o preclusión de la
instrucción. El primer evento procede, cuando de los medios válidamente
recaudados se halle demostrada la ocurrencia del hecho y exista confesión,
testimonio que ofrezca serios motivos de credibilidad, indicios graves,
documento, peritación, o cualquier otra prueba que señale la responsabilidad del
sindicado. El segundo, cuando se establezca probatoriamente que el
comportamiento no ha existido, o que el sindicado no lo ha llevado a cabo, o que
es atípico, o porque se halla demostrada una causal excluyente de
responsabilidad, o que la actuación no podía iniciarse o no puede proseguirse,
según lo establecen los artículos 36 y 399 respectivamente de la Ley 600 de
2000.

2. El artículo 335 de la Constitución Política dispone que la actividad financiera o


cualquiera otra relacionada con el manejo, aprovechamiento e inversión de los
recursos captados son de interés público "y sólo pueden ser ejercidas previa
autorización del Estado".
De conformidad con el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, tal actividad
únicamente puede ser cumplida por una institución financiera debidamente
autorizada por la Superintendencia financiera. (1)

El artículo 316 del Código Penal vigente para la fecha de los hechos, establecía
que incurría en tal comportamiento ilícito:

"Quien capte dineros del público, en forma masiva y habitual sin contar con la
previa autorización de la autoridad competente, incurrirá en prisión de dos (2) a
seis (6) años y multa hasta de cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes.

Se trata de un delito cuyo bien jurídico tutelado es el orden económico y social,


de tipo pluriofensivo, con un sujeto activo indeterminado y de conducta
instantánea, constituyendo el objeto material el dinero recibido, por lo cual,
cualquier persona, natural o jurídica, sin requisitos especiales, eventualmente
podría incurrir en ese ilícito.
Como corresponde a un tipo penal en blanco, para establecer su estructura, debe
acudirse a la disposición que determina los eventos en que una persona natural
o jurídica desarrolla aquél comportamiento, la cual no es otra que el Decreto
1981 de 1988, en su artículo 1°.

.... No obstante lo anterior, tratándose como se dijo de un tipo penal en blanco,


ese solo comportamiento no resulta suficiente para la estructuración del ilícito,
se requiere, además que se den todas las condiciones establecidas en el Decreto

367
1981 de 1988, aspectos que no se acreditan, como quiera que la relación de (...)
con los interesados en los proyectos no lo fue por haber contraído obligaciones a
título de mutuo, o cualquiera otra en que no se proveyera como contraprestación
el suministro de bienes o servicios, tampoco por haber celebrado conjunta o
separadamente en un período de tres (3) meses consecutivos más de veinte (20)
contratos de mandato con el objeto de administrar dineros de sus mandantes
bajo la modalidad de libre administración o para invertirlos en títulos o valores a
juicio del mandatario, o por haber vendido títulos de crédito o de inversión con la
obligación para el comprador de transferirle la propiedad de títulos de la misma
especie, a la vista o en un plazo convenido, y contra reembolso de un precio.

3. Se trata de un tipo penal de conducta alternativa regido por diferentes


expresiones verbales que permiten concretar las acciones constitutivas de la
infracción.
El ingrediente normativo -"sin el lleno de los requisitos de ley"-, indica que
requiere integrarse a través de disposiciones legales que no se encuentran
contenidas en la norma penal, que regula los temas de la división, parcelación,
urbanización de inmuebles, o su construcción.
Así, previamente a iniciar obras de construcción, modificación y demolición de
edificaciones, de urbanización y parcelación en terrenos urbanos, de expansión
urbana y rurales, lo mismo que para el loteo o subdivisión de predios para
urbanizaciones o parcelaciones en toda clase de suelo, debe obtenerse licencia
expedida por los municipios, los Distritos Especiales, el Distrito Capital, el
Departamento Especial de San Andrés y Providencia, o los Curadores Urbanos,
según el caso (2) .
Para obtener la licencia, se hace necesario acompañar la documentación a que se
refiere el artículo 10 del Decreto 1052 de 1998.

4. La conducta, como se anotó al momento de definirle la situación jurídica


provisional, consiste en el empleo de artificios o engaños, para inducir en error a
otro, o para mantener a la víctima en el error en que se encuentra, dirigida a
obtener para sí o para otro un provecho ilícito con perjuicio ajeno.
Para su tipificación, se exige que el resultado (obtención de un provecho ilícito),
esté antecedido de varios actos, a saber:
i). Que el sujeto agente emplee artificios o engaños sobre la víctima.
ii). Que la víctima incurra en error por virtud de la actividad del sujeto agente.
iii). Que debido a esta falsa representación de la realidad (error) el sujeto agente
obtenga un provecho económico ilícito para sí o para un tercero, y,
iv). Que este desplazamiento patrimonial cause un perjuicio ajeno correlativo.
El precepto además de exigir la presencia de ciertas modalidades conductuales
previas a la obtención del resultado (provecho ilícito), requiere que las mismas se
presenten en específico orden cronológico (primero el artificio, luego el error y
después el desplazamiento patrimonial), y que entre ellas exista un
encadenamiento causal inequívoco, es decir que el uno conduzca necesariamente
al otro, de suerte que si estos presupuestos no se dan, o presentándose
concurren en desorden, o la cadena causal se rompe, trastoca o invierte, no
podrá hablarse de delito de estafa (3) .
El artificio, según el Diccionario de la Real Academia Española, es el disimulo,
cautela o doblez. El mismo entraña actividad hábil e ingeniosa para producir el
efecto perseguido en condiciones eficaces.
El engaño es dar a la mentira apariencia de verdad, inducir a otro a creer y tener
por cierto lo que no es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas (4)
. Este se concreta en acciones positivas para hacer nacer o mantener en error.

5. De la valoración conjunta de los medios de prueba frente a las reglas de la


sana crítica, la Sala advierte estructurado un delito de estafa agravada en la

368
modalidad de delito masa (5) , en el que sumadas sus cuantías supera
ampliamente la circunstancia prevista en el artículo 267 del Código Penal,
conducta ilícita que se encuentra sancionada con prisión en su mínimo, de cinco
años y cuatro meses.
En relación con esta figura, ha sostenido la jurisprudencia de la Sala que:

".... Es una especie de delito continuado pero limitado a las acciones dirigidas a
la afectación del patrimonio económico de un colectivo humano. Se presenta
cuando el sujeto activo realiza una pluralidad de actos que genera una
multiplicidad de infracciones a un tipo penal, todo lo cual se ejecuta de acuerdo
con un plan con el que se pretende afectar el patrimonio económico de un
número indeterminado de personas." (6)

6. Ahora bien, analizado el contenido de los tipos penales de estafa y


urbanización ilegal, sin mayor esfuerzo se concluye que se trata de figuras
delictivas autónomas totalmente independientes que regulan situaciones
distintas y tienen un ámbito de aplicación diferente.
En consecuencia, si el aquí sindicado, en momentos separados ejecutó diversos
comportamientos que estructuraron una pluralidad de delitos con un resultado
individual y autónomo, los cuales se investigan en una misma cuerda procesal,
no puede someterse a duda la modalidad prevista en el artículo 31 de la Ley 599
de 2000, específicamente el concurso material homogéneo de urbanización ilegal
-tres-, en concurso heterogéneo con estafa agravada, en cuanto se afectaron dos
bienes jurídicos distintos y claramente diferenciables: el orden económico y social
y el patrimonio económico de los particulares.

7. Responde la Sala que no es la cantidad de testimonios lo que determina la


posible responsabilidad o la ajenidad del procesado, en relación con los hechos a
él atribuidos, sino el análisis serio, fundado y razonado que sobre los mismos se
realiza por el operador judicial, aspectos que valorados en su conjunto,
atendiendo las reglas de la sana crítica.

8. Comportamientos respecto de los cuales se verifica como circunstancia de


menor punibilidad la consagrada en el numeral 1º del artículo 55 del Código
Penal, esto es, "la carencia de antecedentes penales" y de mayor punibilidad las
consagradas en el numeral 9 y 10 del artículo 58 ibídem, referidas a la posición
distinguida que ocupaba en la sociedad.
______________
1. De acuerdo con el artículo 1º del Decreto 663 de 1993, modificado por las Leyes 458 de 1998,
510 de 1999 y 795 de 2003, el sistema financiero y asegurador se encuentra conformado de la
siguiente manera: a. Establecimientos de crédito. b. Sociedades de servicios financieros. c.
Sociedades de capitalización. d. Entidades aseguradoras. e. Intermediarios de seguros y
reaseguros.

2. Ley 388 de 1999, artículo 99, numeral 1º y Decreto 1052 de 1998, artículos 5º y 6º.

3. Así lo ha precisó esta Corporación en proveído de 8 de junio de 2006, radicado 24729.

4. Diccionario de la Real Academia Española. Vigésima segunda Edición.

5. Parágrafo artículo 31 C.P.

6. Sentencia 27383 de 25 de julio de 2007.

PONENTE(S) : DR.JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA


Auto Única Instancia
FECHA : 12/10/2011

369
DECISION : Prucluye investigacion por unos delitos, acusa
por otros
DELITOS : Estafa agravada, Urbanización ilegal
PROCESO : 27460
PUBLICADA : No
NOTAS ACLARATORIAS : PROVIDENCIA - EN RESERVA

30/11/2011

INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica en casación/ INVESTIGACION INTEGRAL-


Noción/ INVESTIGACION INTEGRAL-Límites/ INVESTIGACION INTEGRAL-
Omisión de practicar pruebas/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY
SUSTANCIAL-Técnica en casación/ FALSO JUICIO DE CONVICCION-Técnica en
casación/ COMPLICIDAD-Características/ CASACION OFICIOSA-Vulneración de
garantías fundamentales/ ESTAFA-Favorabilidad/ PENA-Redosificacion en
casación/ CONCURSO-Dosificación punitiva: Redosificación en casación/
CONCURSO-Dosificación punitiva: Redosificación, modificación de los límites
punitivos del delito más grave/ PRISION DOMICILIARIA-Factor Subjetivo

1. A este respecto debe reiterarse la postura jurisprudencial de la Sala, según la


cual cuando se plantea nulidad del proceso por violación del principio de
investigación integral, el actor tiene por deber no solamente enunciar la prueba o
pruebas que extraña y que a su criterio han debido recaudarse, sino demostrar,
además, que el recaudo de dichos medios era racionalmente posible; que eran
conducentes, pertinentes, racionales y útiles a los fines de la investigación, y que
de haberse incorporado oportunamente al proceso, valorados siguiendo las reglas
de la sana crítica en conjunto con las demás válidamente allegadas a la
actuación, las conclusiones fácticas y jurídicas del fallo habrían sido
sustancialmente distintas. De no cumplirse esta carga por el impugnante, la
sentencia se mantiene inconmovible toda vez que no logra desvirtuar la doble
presunción de acierto y legalidad en que se ampara el fallo que pretende derruir.

2. Es cierto, como ha sido indicado por la Corte (1), que el principio de


investigación integral, recogido por los artículos 20 y 338 de la Ley 600 de 2000,
establece la obligación para el funcionario judicial de investigar tanto lo favorable
como lo desfavorable a los intereses del imputado, de dejar constancia de todos
los aspectos que el imputado considere pertinentes para su defensa o para la
explicación de los hechos, y de ordenar las pruebas necesarias para verificar las
citas y comprobar las aseveraciones del imputado.

No obstante, es lo cierto que una tal comprobación sólo resulta viable en la


medida en que las citas y afirmaciones del procesado revistan un mínimo de
racionalidad y verosimilitud, pues el fiscal, como director del sumario, y el juez
como rector del juicio, mal pueden orientar su gestión a comprobar todas las
afirmaciones que en su natural interés defensivo haga el procesado, ya que en
esta materia también operan los principios de pertinencia y conducencia que
rigen la actividad probatoria, al punto de autorizar el ordenamiento la inadmisión
de las pruebas "que no conduzcan a establecer la verdad sobre los hechos
materia del proceso" o aquellas que hayan sido obtenidas en forma ilegal, y el
rechazo, mediante providencia interlocutoria, de las pruebas legalmente
prohibidas o ineficaces, las que versen sobre hechos notoriamente impertinentes
y las manifiestamente superfluas (2).
La jurisprudencia de esta Corte, se ha orientado por señalar, asimismo, que
tampoco resulta predicable la violación de este principio cuando el instructor, sin

370
escatimar esfuerzos racionales acordes con el apoyo logístico de que dispone para
el establecimiento de la verdad, adelanta las pesquisas y diligencias necesarias
para recaudar el medio de convicción sugerido o solicitado por quien se halla
sometido al ejercicio de la acción penal, y ello no resulta posible por
circunstancias atribuibles a factores externos a la voluntad del funcionario, como
tal sería el caso de un testigo a quien no se le ha podido individualizar o localizar.

3. En este sentido pertinente resulta reiterar que la jurisprudencia de esta Corte


tiene establecido que cuando en sede extraordinaria se denuncia violación
indirecta de disposiciones de derecho sustancial, a consecuencia de incurrir el
juzgador en errores de hecho o de derecho en la apreciación probatoria, en aras
de la claridad y precisión que debe regir la fundamentación del recurso
extraordinario, compete al censor identificar nítidamente el tipo de desacierto en
que se funda, individualizar el medio o medios de prueba sobre los que predica el
yerro, e indicar de manera objetiva su contenido, el mérito atribuido por el
juzgador, la incidencia de éste en las conclusiones del fallo, y la norma de
derecho sustancial que indirectamente resultó excluida o indebidamente
aplicada.

Igualmente, la misma naturaleza rogada que la casación ostenta, impone al


demandante el deber de abordar la demostración de cómo habría de corregirse el
yerro probatorio que denuncia, modificando tanto el supuesto fáctico como la
parte dispositiva de la sentencia, tarea que comprende un nuevo análisis del
acervo probatorio, valorando correctamente las pruebas omitidas, cercenadas o
tergiversadas, excluyendo las supuestas, o apreciando acorde con las reglas de la
sana crítica aquellas en cuya ponderación fueron transgredidos los postulados de
la lógica, las leyes de la ciencia o los dictados de la experiencia. Esto debe
cumplirse no de manera insular sino en armonía con lo acreditado por las
acertadamente apreciadas, tal como lo ordenan las normas procesales
establecidas para cada medio probatorio en particular y las que refieren el modo
integral de valoración, a fin de hacer evidente la falta de aplicación o la aplicación
indebida de un concreto precepto de derecho sustancial, pues es la demostración
de la transgresión de la norma de derecho sustancial por el fallo, la finalidad de
la causal primera en el ejercicio de la casación.

4. A este respecto pertinente se ofrece destacar que la jurisprudencia se ha


ocupado de señalar que para la prosperidad del reparo no basta denunciar que
en la sentencia se le hubiere negado a la prueba el valor que la ley le atribuye, o
atribuido un mérito o una eficacia demostrativa distinta al que la ley le otorga,
sino que resulta indispensable acreditar que de no haber ocurrido el yerro, el
sentido del fallo habría sido ostensiblemente distinto y opuesto al que es objeto
de censura, nada de lo cual en este caso el libelista cumple.

5. Si ello es así, es claro que la atribución de responsabilidad penal a título de


coautoría resulta, asaz, desproporcionada, pues la forma en que los hechos
tuvieron ocurrencia, indica que, previo acuerdo con (…), la procesada (…)
contribuyó a la realización de la conducta típicamente antijurídica de estafa a la
entidad financiera, mediante la facilitación de su cuenta bancaria para que en
ella fueran depositados y posteriormente retirados por uno de los autores
materiales de los comportamientos delictivos, parte de los recursos de contenido
económico ilícitamente obtenidos, a cambio de una compensación dineraria.
Esto, si se tiene en cuenta, que, a tenor de la regulación normativa contenida en
el artículo 24 del Decreto 100 de 1980 -30 de la Ley 599 de 2000-, y los
desarrollos dados por la jurisprudencia y la doctrina a la complicidad como
forma de participación, el cómplice no realiza la conducta sino que apenas presta
una ayuda para que sea llevada a cabo por parte de un tercero denominado

371
autor, o contribuye a su ejecución de manera más o menos eficaz, de modo que
mientras el autor realiza personalmente una conducta delictiva que le pertenece
como propia, el cómplice contribuye a la realización de un delito ajeno.

6. Con el fin de salvaguardar la garantía fundamental del debido proceso


establecida en el artículo 29 de la Carta Política, la Corte hará uso de la facultad
otorgada por el artículo 216 del Estatuto procesal, para corregir oficiosamente los
desaciertos que vienen de ser reseñados.

7. En principio, el ámbito punitivo para el delito de estafa agravada por la


cuantía, definido por los artículos 356 y 372.1 del Decreto 100 de 1980
aplicables al caso no solamente por ser los vigentes para la época en que los
hechos tuvieron realización (agosto de 2000) sino por ser más favorables frente a
las disposiciones que definen dicha conducta en la Ley 599 de 2000 (artículos
246 -de 2 a 8 años- y 267.1 (aumenta 1/3 parte a la ½), para el autor.

8. Ahora bien, el Tribunal no tuvo en cuenta que cuando en sede de apelación


debe realizarse la redosificación punitiva por razón de un concurso de conductas
punibles, al disminuirse la pena del tipo base del concurso, es decir, del que
sirvió de referente para calcular el incremento por los comportamientos delictivos
concurrentes, ha de aplicarse a la nueva pena básica la misma proporción de
aumento que se hizo al determinar originalmente la punibilidad, a riesgo, en caso
contrario, de llegar a aplicar una pena desproporcionada e ilegal.

Obedece esto a que en tratándose del concurso de conductas punibles, la


punibilidad de los delitos concurrentes no es autónoma, sino que se determina
con fundamento en la disposición que establezca "la pena más grave". De manera
que el quantum de la pena total para el concurso es el resultado de la del tipo
base incrementada en un porcentaje de ella misma ("hasta en otro tanto"), pues
no puede desconocerse que el cálculo individual de la sanción de los
comportamientos concurrentes, no sólo sirve para establecer el límite que no
puede verse rebasado por la suma aritmética de penas, sino para satisfacer la
obligación legal de fundamentar debidamente la imposición de la pena, lo cual se
ofrece de suma utilidad en eventos en los cuales, con ocasión de los recursos
interpuestos o por razón de operar algún motivo de extinción de la acción penal,
resulta excluido uno o varios de los delitos concurrentes, de modo tal que las
penas por los demás delitos permanece debidamente individualizada y ello, por
supuesto, facilita el proceso judicial de redosificación, respetando los criterios
sentados por el juez que fijó la sanción.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
1. Cfr. Sentencia de 23 de agosto de 2006. Rad. 22240, entre otras.
2. Art. 235 de la Ley 600 de 2000.

PONENTE(S) : DR.JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ


Sentencia Casación
FECHA : 30/11/2011
DECISION : Casa parcialmente el fallo impugnado, modifica
pena
DELITOS : Estafa agravada por la cuantía
PROCESO : 36978
PUBLICADA : Si

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