Sei sulla pagina 1di 6

EL ALCANCE DE LA EXPIACION

I. LA PREGUNTA
La expiación limitada, o redención particular, apenas podría calificarse de doctrina fundamental. Sin embargo,
es obviamente una que a veces se debate calurosamente. Berkhof es típico de los que mantienen el punto de
vista y expresa la cuestión de esta manera: ―Al enviar el Padre a Cristo, y al venir Cristo al mundo para hacer
expiación por el pecado, y al hacerla; ¿tuvo el designio o el propósito de salvar de entre todos los hombres
únicamente a los elegidos? esta es la pregunta, y únicamente ésta‖ (Teología sistemática [Editorial T.E.L.L.],
p. 468). Si de esta manera la pregunta está adecuadamente formulada, entonces la respuesta es clara: La
expiación fue limitada, porque Cristo no vino al mundo para salvar a todos los hombres. Nuestro
entendimiento de la elección respalda esa respuesta.
Pero ¿es la pregunta de Berkhof la correcta? La respuesta es no. Es falso decir que ―esta es la pregunta, y
únicamente ésta‖. Más bien, la pregunta real es: ¿Se propuso Cristo al venir al mundo hacer provisión para la
salvación de todas las personas, consciente de que el Padre misteriosamente atraería hacia El a los elegidos
y permitiría a otros rechazar la provisión hecha? El hecho de que algunos la rechazan no invalida la provisión
ni significa que no se haya hecho provisión para ellos. Si decimos que un padre provee suficiente comida para
su familia, no excluimos la posibilidad de que algunos miembros de esa familia puedan rehusar comer lo que
se ha provisto. Pero ese rechazamiento de ellos no significa que la provisión se hizo sólo para aquellos que
efectivamente comen la comida. De igual manera, la muerte de Cristo proveyó el pago por los pecados de
todas las personas—los que aceptan el pago y los que no—. El rehusar aceptarla no limita la provisión hecha.
No es lo mismo proveer que poseer.

II. LOS PUNTOS DE VISTA


Los arminianos aceptan la redención universal o expiación ilimitada (junto con la idea de que gracia suficiente
es suplida a todos para que puedan creer). Entre los calvinistas hay algunos que se adhieren a la redención
universal (los llamados calvinistas de los cuatro puntos o Amyraldianos, de Moisés Amyraldo, 1596–1664), y
algunos que enseñan la redención particular (los llamados hipercalvinistas o calvinistas de los cinco puntos).
Este último grupo sostiene que Cristo murió para obtener la salvación de los elegidos; así Su muerte se limitó
en su alcance a los elegidos. Los calvinistas moderados creen que el propósito de la muerte de Cristo fue
proveer una sustitución por todos; por lo tanto, fue ilimitada en su alcance.
Estos puntos de vista tienen que ver con la cuestión del orden de los decretos de Dios. Esta discusión
concierne más a la lógica que a la revelación, y solamente sirve para destacar las diferentes perspectivas con
la mira de situar en orden las partes del simple decreto de Dios, especialmente concentrándose en la relación
que existe entre la elección y la caída (lapso = caída). El supralapsarianismo coloca la elección primero (supra
= encima de) seguida por los decretos para crear, permitir la caída, y entonces hacer provisión para la
salvación de los elegidos. El infralapsarianismo (infra = después) enumera la creación, la caída, la elección, y
entonces la provisión para la salvación de los elegidos. EL sublapsarianismo (sub = debajo) contempla este

1
orden: creación, caída, provisión para la salvación de todos, elección de algunos para ser salvos. Algunos
teólogos no reconocen la distinción entre infra y sub, y yo tengo que decir que ninguno de estos esquemas en
realidad confirman nada. La cuestión que se discute concierne al alcance de la expiación, y no será resuelta ni
aun aclarada mucho por determinar el supuesto orden de los decretos.

III. ALGUNAS AFIRMACIONES IMPORTANTES


Al discutir esta cuestión es esencial que mantengamos claro en la mente algunas verdades.
(1) Los que se adhieren a la redención ilimitada no son universalistas. Ellos no creen que a la larga todos
serán salvos.
Ni tampoco este punto de vista requiere, ni conduce lógicamente a tal conclusión herética. El afirmar esto es
crear un muñeco de paja.
(2) Todas las personas están perdidas, aun los elegidos. El hecho de que uno sea elegido no le hace en
manera alguna menos perdido que el no elegido.
(3) Cualquiera que ha de ser salvo tiene que creer. El Padre le atraerá a Sí mismo, pero aun así necesita venir
(Juan 6:37, 44).
(4) Algunos pasajes de las Escrituras relacionan la expiación particularmente con los elegidos. Véase Juan
10:15 y Efesios 5:25 para ejemplos claros. Los que creen en la expiación ilimitada de buena gana reconocen
esto. Pero no es esta la cuestión. El asunto es: ¿Hay pasajes bíblicos que extienden el alcance de la
expiación más allá de los elegidos? Los que proponen la expiación limitada dicen que no, e intentan explicar
los pasajes que parecen extender la expiación de forma que no lo hagan. En otras palabras, los que abogan
por la expiación ilimitada reconocen que ésta es a la vez limitada e ilimitada; los proponentes de la limitación
insisten en que es estrictamente limitada y no aceptan que haya pasajes que enseñen lo opuesto.

IV. CONSIDERACIONES EXEGETICAS


A. 2 Pedro 2:1
Generalmente se acepta que el versículo más difícil de armonizar con el punto de vista de la expiación
limitada es 2 Pedro 2:1. Aparentemente dice que por los maestros falsos (que no están entre los elegidos) el
Señor pagó el precio de la redención, puesto que en su enseñanza ellos niegan al Señor que los rescató
(agorazo). En otras palabras, Pedro parece estar diciendo que el Señor en Su sacrificio pagó el precio para la
redención de estas personas no elegidas.
Algunos que creen en la redención particular dicen que Pedro está solamente repitiendo lo que alegan los
maestros falsos.
Ellos decían que el Señor los compró, pero en realidad El no lo hizo, porque El sólo murió por los elegidos. Así
que Pedro simplemente reconoció lo que ellos estaban diciendo, sin afirmar la verdad de aquello; y,
ciertamente, no es una declaración veraz desde el punto de vista de la redención limitada. Pero, por supuesto,
aun si ésta fuese una expresión de lo que los falsos maestros estaban diciendo, todavía puede ser una

2
declaración veraz, así que no se puede asegurar que sea falsa simplemente porque viene de sus bocas. Pero
lo más probable es que Pedro estuviera enfatizando la profundidad de su defección al señalar que ellos
negaron al Señor que los compró. Algunas veces se le llama a éste el punto de vista de la ―caridad cristiana‖.
Otros entienden que esto significa que el Señor (como Creador) ―compró‖ a estas personas no elegidas en el
sentido de que El como Creador los poseyó. Así agorazo (comprar, redimir) llega a significar ktizo (crear). El
Señor los poseyó como poseyó a Israel cuando El efectuó una liberación temporal de Egipto (Deuteronomio
32:6).
En su intento de reforzar esta interpretación, los redencionistas particulares citan tres supuestas líneas de
apoyo. (1) La palabra Señor (despotes) cuando se usa en el Nuevo Testamento se refiere a Dios, no a Cristo,
y debe de referirse a Cristo en este versículo si es que enseña un rescate soteriológico (véase, por ejemplo,
Hechos 4:24; Apocalipsis 6:10). Mientras que la palabra se refiere usualmente al Padre cuando se aplica a la
Deidad, ¿no la usa Judas 4 con referencia a Cristo? Parece que sí, y si es así en ese lugar, entonces no hay
ninguna razón para que no se refiera también a Cristo en 2 Pedro 2:1.
(2) Ellos también señalan que en otros lugares en que aparece agorazo, referente a la redención soteriológica
en el Nuevo Testamento, se menciona en el contexto el precio pagado. Por lo tanto, puesto que no se
menciona precio en 2 Pedro 2:1, esto no se puede referir a una redención soteriológica real, sino más bien a
una ―posesión‖ de Creador-criatura. Sin embargo, en Apocalipsis 14:4 no se menciona precio en el contexto al
relacionar la redención soteriológica a los 144.000.
Al igual, 2 Pedro 2:1 pudiera referirse a la redención soteriológica sin mencionar un precio específico.
(3) Además, se alega que agorazo siempre se usa en contextos donde hay una compra real, de tomar
posesión. Puesto que los falsos maestros en 2 Pedro 2:1 no eran realmente salvos, agorazo no se puede
referir a una compra salvífica puesto que no ocurrió una posesión real. Pero nótese Lucas 14:18–19, donde se
hizo una compra real de una propiedad y aun así el comprador ni siquiera la había visto. De igual modo,
sostienen los que creen en la redención ilimitada, los falsos maestros fueron realmente comprados (es decir,
Cristo sí murió por ellos) aunque nunca fueron poseídos (es decir, no fueron salvos).
(Véanse John Owen, The Death of Death in the Death of Christ [London: Banner of Truth Trust, 1959]; y Gary
Long, Definite Atonement [Nutley, N.J., Presbyterian and Reformed, 1976], pp. 67–82).

B. 1 Juan 2:2
Este versículo también parece decir bien claramente que la muerte de Cristo fue por el mundo entero, puesto
que El es la propiciación no sólo por nuestros pecados sino también por los de todo el mundo. ―Nuestros‖
parece referirse a aquellos que son (o serán) salvos, mientras que ―todo el mundo‖ incluye a aquellos que no
son salvos. ¿Cómo explican los de la redención limitada este versículo para que sea compatible con su punto
de vista?

3
En realidad se hacen tres sugerencias. En las tres, ―nosotros‖ y ―el mundo entero‖ llegan a ser la suma total de
todos los elegidos; por lo tanto, ―nuestros‖ se refiere a algunos de los elegidos y ―el mundo entero‖ a otros de
los elegidos. (1)
Algunos entienden que ―nuestros‖ se refiere a los elegidos que vivían en Asia Menor donde estaba el apóstol
Juan; ―el mundo entero‖, entonces, se refiere a los elegidos que residían fuera de Asia Menor. Esta es una
distinción geográfica. (2)
Otros ven una distinción racial; es decir, ―nuestros‖ se refiere a los elegidos de entre el pueblo judío, y ―el
mundo entero‖, a los elegidos de entre los gentiles. (3) Aun otros hacen una distinción cronológica. ―Nuestros‖
designa a los elegidos que vivían en el primer siglo, mientras que ―el mundo entero‖ contempla a los elegidos
de los siglos subsecuentes. En otras palabras, los de la expiación limitada ven la expiación en este versículo
geográfica, étnica, o cronológicamente universal, pero sólo con relación a los elegidos, no a todas las
personas (véase John Murray, Redemption-Accomplished and Applied [Grand Rapids: Eerdmans, 1961], pp.
82–5).
Por cierto, la palabra ―mundo‖ no siempre se refiere a todas las personas (véase Juan 12:19), pero ningún
diccionario le da el significado de solamente los elegidos. Y los que abogan por la expiación limitada le están
asignando el significado de solamente parte de los elegidos en este versículo.
Además, la única otra vez que aparece la frase ―el mundo entero‖ en los escritos de Juan es en 1 Juan 5:19, y
allí indiscutiblemente incluye a todas las personas. Así que se da por sentado que también se refiere a todas
las personas en 2:2. Y esto significa que Cristo murió por todos los humanos aunque todos no son finalmente
salvos.
C. 1 Timoteo 2:4-6; 4:10
Generalmente, los proponentes de la redención limitada entienden que ―todos‖ en 1 Timoteo 2 se refiere a
toda clase de personas. Es decir, Cristo murió por toda clase de pecadores (entre los elegidos), y Dios desea
que sean salvas personas de toda clase (entre los elegidos). Sin embargo, en 4:10 algunos entienden que
Salvador significa que Cristo provee los beneficios generales de la providencia a todos y especialmente a los
creyentes. ―Salvador‖, entonces, no tiene connotación soteriológica, según esta interpretación. La lógica que
hay detrás de estas interpretaciones es que si Cristo es el Salvador de todas las personas absolutamente,
entonces todos tienen que ser salvos, y puesto que todos no son salvos, entonces El no puede ser el Salvador
de todos en algún sentido soteriológico. Pero ¿no es Dios el Padre de todas las personas absolutamente
(Hechos 17:29) y, sin embargo, no todos están en la familia redimida? (Gálatas 3:26). De modo similar, se
puede decir que Cristo es el Salvador de todos sin que todos sean salvos (véase Owen, p. 235).

D. Hebreos 2:9
Además, parece estar claro que la expiación fue universal. ¿De qué otra manera pudiera el escritor decir que
El gustó la muerte por todos? Nótese que los versículos que preceden usan la palabra ―hombré‖ también, y
claramente significa todas las personas, no sólo los elegidos.

4
E. Juan 3:16
Los que abogan por la redención limitada se ven forzados a decir que este versículo significa que Dios amó
solamente al mundo de los elegidos. Un proponente de la redención limitada entiende que este versículo
enfatiza la intensidad del amor de Dios; es decir, Dios amó al mundo de pecadores. Pero todavía se limita a
los pecadores elegidos. Ahora bien, si Juan 3:16 es tan restringido, entonces ninguno de los de la redención
limitada pudiera decirle a sus pequeños hijos, por ejemplo, que Dios los ama, puesto que él no podría saber a
esa edad si pertenecen o no a los elegidos. El Señor, sin embargo, expresó Su amor por un hombre no salvo
(y evidentemente no elegido) (Marcos 10:21).

F. Hechos 17:30
Este versículo declara el asunto en la forma más amplia posible. Dios manda a hombres en todos los lugares
que se arrepientan.
Atribuirle el sentido de todos los hombres sin distinción de raza o rango en todos los lugares del mundo pero
sólo entre los elegidos (lo cual es la forma que tuviera que entenderse para respaldar la expiación limitada) no
parece ser la exégesis más segura.

V. CONSIDERACIONES TEOLOGICAS
A. Predicación universal del Evangelio
Proponentes de la expiación ilimitada alegan que para poder predicarles el Evangelio a todos, Cristo tuvo que
morir por todos. Parece tener más sentido decir que la redención ilimitada es más compatible con la
predicación universal del Evangelio.
Sin embargo, hay que reconocer que creer en la expiación limitada no apaga necesariamente los esfuerzos
evangelísticos de uno. Algunos grandes evangelistas, como Spurgeon, mantenían la expiación limitada. Y
otros que creen en la expiación ilimitada fallan en su responsabilidad de testificar.

B. El valor de la muerte de Cristo


¿Se pierde algo del valor de la muerte de Cristo si todos aquellos por los cuales El murió no se salvan
realmente? Los de la expiación limitada dicen que sí; por lo tanto, concluyen, Cristo solamente murió por los
elegidos. Pero si Dios dispuso que hubiese valor en un sacrificio universal en el que hizo al mundo entero
salvable, además del valor salvífico para aquellos que positivamente creen, entonces el valor se realiza,
aunque en diferentes maneras.
C. ¿Se pagan dos veces los pecados de los no elegidos?
Algunos proponentes de la limitación sostienen que si Cristo murió por todos, entonces los pecados de los no
elegidos fueron pagados en la cruz con la muerte de Cristo, y se pagarán de nuevo en el juicio al condenarse
a los no elegidos al lago de fuego. Así que, en efecto, sus pecados se pagan dos veces. Lógicamente,

5
entonces, o la muerte de Cristo no debe incluir a los no elegidos, o los no elegidos no deben ser condenados
al lago de fuego.
Una pregunta análoga se pudiera hacer. ¿Se pagó dos veces por los pecados del israelita que rehusó aplicar
la sangre de la Pascua a la puerta de su casa? Cuando se mató el cordero pascual, sus pecados fueron
cubiertos. Pero si él no aplicaba la sangre a su puerta, moría. ¿Constituía esto un segundo pago por sus
pecados? Por supuesto que no. El primer y suficiente pago simplemente no fue aplicado a aquella casa en
particular. La muerte después de no aplicar la sangre era solamente retribución por no apropiarse del sacrificio
eficaz. La expiación que Cristo hizo pagó por los pecados de todo el mundo, pero el individuo tiene que
apropiarse de ese pago por fe. El mundo fue reconciliado con Dios (2 Corintios 5:19), pero esas personas
reconciliadas necesitan reconciliarse con Dios (v. 20).
Una ilustración: En una escuela donde yo he enseñado, la ayuda al estudiante se manejaba de esta manera:
Las personas hacen donaciones al fondo de ayuda estudiantil. Los estudiantes solicitan ayuda de ese fondo.
Un comité decide quién recibirá ayuda y qué cantidad. Pero la distribución del dinero, se hace por expedir un
cheque al estudiante, de quien a su vez se espera que lo endose de nuevo a la escuela, la cual entonces
colocará el crédito en la cuenta de él. El dinero no se movía directamente del fondo de ayuda a la cuenta
individual del estudiante. El estudiante lo tenía que recibir personalmente y colocarlo en su cuenta.
Supongamos que usted haga una donación para pagar la cuota de enseñanza de un estudiante por un año.
Usted pudiera decir propiamente que su cuota de enseñanza estaba pagada. Pero ésta no está paga hasta
que el comité haga una selección, y el estudiante reciba la donación y la coloque en su cuenta. Si él no
endosara el cheque, nunca estaría pagada aunque se efectúo un pago por ella. La muerte de Cristo paga por
los pecados de todas las personas.
Pero ningún individuo tiene arreglada su propia cuenta hasta que crea. Si nunca cree, entonces, aunque se
haya pagado completamente el precio, sus pecados no serán perdonados. La muerte de Cristo es como si
algún benefactor pagara las cuotas de enseñanza de todos los estudiantes en todas las escuelas en todos los
lugares. Si eso fuera cierto, ¿qué debemos estar diciéndoles a los estudiantes? Las buenas noticias de que
sus cuotas están pagadas.
Cristo murió por todos. ¿Qué debemos estar diciéndole al mundo?

CHARLES RYRIE; TEOLOGÌA BÀSICA; Editorial Unilit Miami, Fl. U.S.A; 1986); 55. El alcance de la expiación; PGS 140-
143

Potrebbero piacerti anche