Rol de las relaciones publica en el marco de la responsabilidad social

Origen de la responsabilidad social empresarial

Diferentes fuentes coinciden en señalar que la responsabilidad social que se practica

en la actualidad surgió en los años noventa.

Sobre el origen de la responsabilidad social empresarial, el señor Klaus German

Phinder, director de ACCSE (asociación social empresarial), ha sugerido que: “es
importante resaltar que la responsabilidad social corporativa es un acto voluntario y
dinámico, en cuanto a sus manifestaciones.

En enero de 1999 se llevó a cabo el Fórum Económico de Davos. De ese evento surgió
un Pacto Mundial. Además, fue en este contexto que el secretario general de las
Naciones Unidas, Kofi Annan, impulso la creación de una red de líderes y empresas de
gran tamaño en el mundo.

Como se sabe, el Pacto Mundial invita a las empresas a cumplir diez principios
fundamentales, establecidos en cuatro áreas diferentes:

Derechos humanos.
Laboral
Medio ambiente
Lucha contra la corrupción

Marco institucional de la Responsabilidad Social

La responsabilidad por los danos provocados a la naturaleza constituye una condición

de primer orden para lograr que los agentes económicos asuman las repercusiones
negativa que pueden derribarse en sus actividades para el medioambiente. Todo
parece indicar que los responsables de las industrias y las empresas están
experimentando un sentimiento de responsabilidad de cara a la salud o a las
propiedades ajena (aspectos para los cuales ya existen diversas formas de
responsabilidad ambiental de alcance nacional e internacional.)

Según la unión europea existen numerosos factores que han estado impulsando el
avance de la responsabilidad social de las empresas, entre los cuales se destacan los
siguientes:

Las nuevas inquietudes y expectativas de los ciudadanos, consumidores, poderes

públicos e inversores en el contexto de la mundialización y el cambio industrial a gran
escala.
Los criterios sociales influyen cada vez más en las decisiones de inversión de las
personas o las instituciones tanto en calidad de consumidores como de inversores.

La preocupación cada vez mayor sobre el deterioro medio ambiental provocado por la
actividad económica.

La ciudadanía corporativa como tendencia de las relaciones publica del siglo XXI

Desde el contexto de las relaciones publicas, siempre se ha dicho que las empresas son
miembros de una comunidad. Por esta razón deben comportarse como “buenos
ciudadanos corporativos”, ajustados a la ética y respecto por las personas y el
medioambiente. Las mismas no solo tienen una función económica, sino una función
social y ambiental.

La ciudadanía corporativa se asocia a la promoción de relaciones armoniosas y

sostenibles entre los integrantes de una sociedad o comunidad y las empresas. La
esencia de este concepto plantea que las empresas asuman un rol activo frente a los
problemas que más agobian a los ciudadanos. Esto implica apoyarse en la
responsabilidad social, asumiendo algunas de las obligaciones que tradicionalmente
han pertenecido al Estado. Que las empresas del siglo XXI tienen que aprender a
convivir en armonía con el ambiente natural, sin agredirlo.

Ser un buen ciudadano corporativo significa aportar tiempo y esfuerzos a todos los
niveles de la empresa para mejores comunidades, operando transparente y
responsablemente, creando bienes y servicios de calidad a precios justos.

Un ejemplo simple y práctico de gestión social podría comprender los siguientes

pasos:

Decir a que actividad y proyectos sociales se canalizaran las donaciones.

Seleccionar el sector o sectores a quienes ira dirigida la acción social.
Estructurar un plan que contemple las acciones que deberán realizarse.
Definir mecanismos de seguimiento, control y evaluación.

Durante las últimas décadas del siglo pasado propietarios, directivos y ejecutivos de
empresas consideraban que el reconocimiento social se obtenía informando, de
manera reiterada a la opinión pública acerca de la cantidad de dinero que estas
pagaban de impuestos al Estado.