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Viaje interestelar

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Impresión artística de una hipotética «Nave propulsada por inducción de agujero de gusano», basada
indirectamente en un trabajo de 1994 de Miguel Alcubierre. Crédito: NASA CD-98-76634 por Les
Bossinas.

Se llama viaje interestelar a un viaje tripulado o no tripulado entre estrellas. Éste es un


concepto básico dentro de la ciencia ficción, pero en la práctica, el viaje interestelar es mucho
más difícil que el viaje interplanetario debido a que las distancias implicadas son enormemente
mayores (del orden del año luz). Por la misma razón el viaje intergaláctico es aún más
complicado.
La posibilidad del viaje interestelar ha sido debatida arduamente por varios científicos, autores
de ciencia-ficción y entusiastas. En este sentido, se han publicado muchos trabajos sobre
conceptos relacionados. Dados un tiempo de viaje suficiente y un trabajo de ingeniería, son
posibles tanto viajes no tripulados como viajes generacionales, aunque representan un
considerable reto tanto tecnológico como económico difícil de alcanzar durante algún tiempo,
en concreto para sondas tripuladas. La NASA ha estado investigando en estos temas durante
varios años, y ha acumulado una serie de aproximaciones teóricas.

Índice

 1Dificultades del viaje interestelar


o 1.1Distancias interestelares
o 1.2Energía requerida
o 1.3Medio interestelar
o 1.4Tiempos de viaje
o 1.5Misiones tripuladas
 2Métodos propuestos para viajes interestelares
o 2.1Conceptos a través de cohetes
 2.1.1Propulsión nuclear de pulso
 2.1.2Cohetes de fusión
 2.1.3Cohetes de antimateria
o 2.2Conceptos sin cohetes
 2.2.1Ramjets interestelares
 2.2.2Propulsión con haces de luz
 2.2.2.1Catálogo de viajes interestelares que utilizan asistencias fotogravitacionales
para una parada completa.
 3Métodos más especulativos
o 3.1Viajes a la velocidad de la luz
 3.1.1Viajes interestelares por transmisión
o 3.2Viajes superlumínicos
 3.2.1Curvatura del espaciotiempo
 3.2.2Agujeros de gusano
 4Métodos para misiones tripuladas lentas
o 4.1Naves generacionales
o 4.2Animación suspendida
o 4.3Ampliación de la vida humana
o 4.4Embriones congelados
 5Ciencia ficción
 6Ver también
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos

Dificultades del viaje interestelar[editar]


La principal dificultad del viaje interestelar es la enorme distancia que ha de cubrirse y en
consecuencia el tiempo que llevaría con los métodos de propulsión más realistas —
de décadas a milenios—. Así, una nave interestelar estaría mucho más expuesta a los
peligros que se encuentran en los viajes interplanetarios, tales como
intenso vacío, radiación y micrometeoroides. El largo tiempo de viaje hace difícil diseñar
misiones tripuladas, y la justificación económica de cualquier misión interestelar es casi
imposible, ya que los beneficios que no son accesibles en un plazo de décadas —o mayor—
tienen un valor actual cercano a cero.
Los viajes intergalácticos implicarían distancias un millón de veces mayores que los viajes
interestelares, aumentando las dificultades en un factor similar.
Distancias interestelares[editar]
Frecuentemente las distancias astronómicas se miden por el tiempo que emplea la luz en
viajar entre dos puntos (véase año luz). La luz, en el vacío, viaja a
299.792.458 metros por segundo. La distancia entre la Tierra y la Luna es de 1,3 segundos
luz, que con la tecnología de propulsión espacial actual, supone un viaje de unos tres días de
duración. La distancia entre la Tierra y otros planetas del sistema solar varía entre tres
minutos luz y unas cuatro horas luz. Dependiendo del planeta y de su alineación con la Tierra,
las naves espaciales no tripuladas emplean entre unos pocos meses y algo más de una
década en realizar el viaje.
Sonda espacial Voyager 1.

La estrella más cercana al Sol es Próxima Centauri, una enana roja a 4,22 años luz de
distancia (véase Lista de estrellas más cercanas). La nave espacial más rápida enviada hasta
ahora hacia el exterior, Voyager 1, ha recorrido 1/600 de año luz en 30 años y viaja a 1/18000
de la velocidad de la luz (véase Anexo:Objetos creados por el hombre que más se han alejado
de la Tierra). A esta velocidad, el viaje a Próxima Centauri duraría unos 72.000 años.
Indudablemente, dicha misión no estaba programada específicamente para viajar rápidamente
hacia las estrellas, y la tecnología actual es muy superior. El tiempo de viaje puede reducirse a
unos pocos milenios, o incluso a un siglo o menos utilizando la propulsión nuclear de pulso —
Proyecto Orión—.

Concepción artística del Proyecto Orión de la NASA.

Sin embargo, no existe tecnología actual capaz de propulsar una nave con una velocidad tal
que le permita alcanzar otra estrella en menos de 50 años. Las teorías actuales
en física señalan que es imposible viajar más rápido que la luz —velocidad superlumínica—, y
sugieren que de ser esto posible, podría también ser posible construir una máquina del
tiempo con métodos similares.
Por otra parte, la teoría de la relatividad especial ofrece la posibilidad de acortar el tiempo de
viaje aparente: si la nave se mueve a una velocidad próxima a la velocidad de la luz,
la dilatación del tiempo relativista haría que el viaje pareciera mucho más corto para el viajero.
Sin embargo, para la gente que permaneciera en la Tierra transcurrirían muchos años hasta
que los viajeros volvieran de nuevo: los viajeros encontrarían que habría transcurrido mucho
más tiempo en la Tierra que el que habrían empleado ellos en el viaje —este efecto se ilustra
en la paradoja de los gemelos—.
La relatividad general ofrece la posibilidad teórica de los viajes superlumínicos sin violar las
leyes fundamentales de la física por medio de agujeros de gusano, aunque todavía se debate
si estos existen en el mundo real. Los mecanismos propuestos para viajes más rápidos que la
luz, dentro de la teoría de la relatividad general, requieren la existencia de materia extraña.
Energía requerida[editar]
Un factor significativo que contribuye a la dificultad es la energía que debe ser proporcionada
para obtener un tiempo de viaje razonable. El límite inferior para la energía requerida es
la energía cinética expresada como K = ½ mv2 donde m es la masa final. Si
la desaceleración a la llegada es deseada y no puede ser lograda por ningún otro medio que
no sean los motores de la nave, entonces la energía requerida al menos debe duplicarse,
debido a que la energía necesaria para detener a la nave es igual a la energía necesaria para
acelerarla a la velocidad de crucero del viaje.
La velocidad para un viaje de ida y vuelta tripulado de unas pocas décadas para incluso la
estrella más cercana es de varias miles de veces más grande que la usada para los actuales
vehículos espaciales. Esto significa que debido al término de v2 en la fórmula de la energía
cinética, se requiere millones de veces de la energía usada actualmente. Acelerar una
tonelada a una décima parte de la velocidad de la luz requiere de al menos 450 PJ o
4,5 ×1017 J o 125 mil millones de kWh, esto sin incluir la eficiencia del mecanismo de
propulsión. Esta energía tiene que ser generada a bordo usando combustible almacenado en
la nave, recolectado del medio interestelar o proyectado a través de inmensas distancias.
Los requerimientos de energía hacen del viaje interestelar una tarea muy difícil. Se dijo en la
Conferencia Conjunta de Propulsión del año 2008, por parte de múltiples expertos que era
improbable que los humanos alguna vez exploraran más allá del sistema solar.1 Brice N.
Cassenti, un profesor asociado del Departamento de Ingeniería y Ciencia del Rensselaer
Polytechnic Institute (en castellano: Instituto Politécnico de Rensselaer), dijo que al menos se
necesitaría toda la producción anual de energía de todo el planeta para enviar una sonda a la
estrella más cercana.1
Medio interestelar[editar]
Un tema importante al viajar a velocidades extremadamente altas es que el polvo y el gas
interestelar puede causar considerable daño a la nave, debido a las altas velocidades relativas
y las grandes velocidades cinéticas involucradas. Se han propuesto varios métodos de
protección para mitigar el problema.[cita requerida] Los objetos más grandes (tales como los
granos de polvo macroscópicos) son de lejos los menos comunes, pero podrían ser mucho
más destructivos.[cita requerida]
Virtualmente todo el material que podría ser un problema se encuentra en nuestro sistema
solar en la zona del disco que contiene a los planetas, el cinturón de asteroides, la nube de
Oort, los cometas, asteroides libres, macro y micro meteoroides, etc. de tal forma que
cualquier dispositivo o proyectil debe ser enviado en una dirección opuesta a todo este
material. Cuanto más grande sea el objeto enviado, mayor es la posibilidad de que choque
con algo. Una opción es enviar algo muy pequeño donde la posibilidad de chocar con algo sea
virtualmente inexistente en el vacío del espacio interplanetario e interestelar.23
Tiempos de viaje[editar]
Se ha argumentado que una misión interestelar que no pueda ser completada en menos de 50
años no debería ser ni siquiera iniciada. En vez, asumiendo que una civilización está aún en
una curva incremental del desarrollo de la velocidad de propulsión, no habiendo alcanzado el
límite teórico, los recursos deberían ser invertidos en diseñar un mejor sistema de propulsión.
Este debido a que una nave espacial lenta probablemente sería alcanzada y dejada atrás por
otra misión enviada más tarde y que esté usando un sistema de propulsión más avanzado
(Postulado de Obsolescencia Incesante).4 Por otro parte, Andrew Kennedy ha demostrado que
si uno calcula el tiempo de viaje a un destino determinado como la tasa de la velocidad de
viaje derivada del incremento creciente (incluso del crecimiento exponencial), existe un claro
mínimo en el tiempo total a ese destino desde el ahora (ver cálculo de espera).5 Los viajes
emprendidos antes del mínimo serán adelantados por aquellos que emprenden el viaje en el
mínimo, mientras que aquellos que emprenden el viaje después del mínimo nunca serán
capaces de alcanzar a aquellos que partieron en el tiempo mínimo.
Un argumento contra la posición de retrasar una partida hasta tener un sistema de propulsión
más rápido es que varios otros problemas no técnicos que son específicos a los viajes de
largas distancias a velocidades considerables (tales como el impacto de las partículas
interestelares, posible dramático acortamiento de la esperanza de vida humana promedio por
la permanencia extendida en el espacio, etc.) pueden seguir siendo un obstáculo que puede
tomar mucho más tiempo en ser resueltos que únicamente el tema de la propulsión,
asumiendo que ellos incluso puedan ser resueltos en algún momento. Por lo tanto, se puede
plantear que al iniciar una misión sin retraso, basado en el concepto de una factible y
específica -aunque relativamente lenta- misión interestelar usando la actual tecnología de
punta y a un costo relativamente bajo, más que apostar en ser capaces de resolver todos los
problemas asociados a misiones más rápidas sin tener una estimación confiable del tiempo
requerido para lograr aquello.
El tiempo de viaje podría ser reducido a un milenio usando velas solares o a un siglo o menos
usando propulsión nuclear de pulso.
Una nave interestelar podría enfrentar muchos peligros en un viaje interplanetario, incluyendo
el vacío, la radiación, la ingravidez y los micrometeoroides. Incluso el mínimo tiempo de viaje
de varios años a las estrellas más cercanas están más allá de la actual experiencia de diseño
de viajes espaciales tripulados. Los límites fundamentales del espacio-tiempopresentan otro
desafío. Las distancias entre las estrellas no son un problema en y por sí mismas.
Sin embargo, aproximaciones más especulativas al viaje interestelar ofrecen la posibilidad de
evitar estas dificultades. La teoría de la relatividad especial ofrece la posibilidad de acortar el
tiempo de viaje: si una nave espacial con motores lo suficientemente avanzados pudiera
alcanzar velocidades que se acerquen a la velocidad de la luz, la dilatación del
tiempo relativista haría que el viaje apareciera mucho más corto para el viajero. Sin embargo,
aún transcurrirían muchos años para las personas que permanecieran en la Tierra y al regreso
a la Tierra, los viajeros se encontrarían que mucho más tiempo habría transcurrido en la Tierra
que para ellos (para una explicación más detallada sobre este efecto ver la paradoja de los
gemelos).
La Teoría de la Relatividad General ofrece la posibilidad teórica del viaje más rápido que
la velocidad de la luz sin violar las leyes fundamentales de la física, por ejemplo,
usando agujeros de gusano, aunque esto aún es debatido si esto es posible, en parte, debido
a inquietudes respecto a la causalidad. Los mecanismos propuestos para el viaje más rápido
que la velocidad de la luz dentro de la teoría de la relatividad general requieren la existencia
de la materia exótica.
Misiones tripuladas[editar]
La masa de cualquier nave capaz de transportar seres humanos sería inevitablemente varios
órdenes de magnitud mayor que la necesaria para una sonda interestelar no tripulada. Como
ejemplo, la primera sonda espacial, Luna 1, tenía una masa en órbita sin combustible de
361 kg, mientras que la primera nave que transportaba un pasajero vivo, la perra Laika en
el Sputnik 2, tenía una carga 20 veces mayor. En el caso de misiones interestelares la
diferencia entre ambos tipos de nave es mucho mayor, ya que debido a la gran extensión de
tiempo implicada es necesario un sistema de soporte de vida.

Métodos propuestos para viajes interestelares[editar]


Si una nave espacial pudiera viajar a una velocidad media del 10 % de la velocidad de la luz,
ello sería suficiente para alcanzar Próxima Centauri en cuarenta años. Hay varios sistemas de
propulsión capaces de conseguir esto, si bien ninguno de ellos es razonablemente económico.
Conceptos a través de cohetes[editar]
Propulsión nuclear de pulso[editar]
Desde la década de 1960 es técnicamente posible construir naves espaciales con propulsión
nuclear de pulso, esto es, naves conducidas por una serie de explosiones nucleares. Este
sistema de propulsión conlleva la posibilidad de un impulso específico muy alto —el
equivalente en los viajes espaciales a la economía de combustible— y una alta velocidad, por
lo que alcanzar la estrella más cercana sería una cuestión de décadas y no de siglos. Los
costes operativos y de construcción por unidad de masa en órbita -sin combustible- serían
similares a los de las naves que utilizan cohetes químicos.6
Existen al menos dos proyectos de naves espaciales que utilizan propulsión nuclear de pulso,
el Proyecto Orión7 y el Proyecto Longshot. Mediante el uso de bombas nucleares en miniatura
como combustible, Orión debería alcanzar un 7 % de la velocidad de la luz. Es una de las
pocas propuestas de una nave interestelar que puede ser construida enteramente con
tecnología actual.
Cohetes de fusión[editar]
Naves espaciales de cohetes de fusión, utilizando previsibles reactores de fusión, deberían
poder alcanzar un 10 % de la velocidad de la luz. Como combustible usarían deuterio. Una
propuesta para una nave de este tipo es el Proyecto Daedalus.
El problema de todos los métodos de propulsión tradicionales es que la nave espacial tiene
que llevar el combustible con ella, haciéndola bastante pesada. Los tres métodos siguientes
intentan resolver este problema.
Cohetes de antimateria[editar]
Un cohete de antimateria tendría una densidad de energía e impulso específico mucho mayor
que cualquier otro tipo propuesto de cohete. Si se encuentran recursos energéticos y métodos
eficientes de producción para crear antimateria en la cantidad requerida, teóricamente podrían
alcanzarse velocidades próximas a la de la luz, donde la dilatación del tiempo acortaría de
forma considerable el tiempo de travesía para los viajeros.
Conceptos sin cohetes[editar]
Ramjets interestelares[editar]

Ilustración artística de un colector Bussard.

En 1960 Robert W. Bussard propuso el Bussard ramjet, un cohete de fusión en donde un


gigantesco colector recogería el hidrógeno difuso del espacio interestelar, lo quemaría durante
el vuelo mediante una reacción de fusión protón-protón, y expulsaría los residuos hacia atrás.
Aunque cálculos posteriores con estimadas más precisas sugieren que el impulso generado
sería menor que la resistencia ocasionada por cualquier tipo de colector, la idea es atractiva
porque dado que el combustible se recoge en ruta, teóricamente la nave podría acelerar hasta
cerca de la velocidad de la luz.
Propulsión con haces de luz[editar]

Imagen artística de la Cosmos 1, proyecto de vela solar.

Velas solares impulsadas por láseres masivos situados en tierra podrían, potencialmente,
alcanzar incluso velocidades mayores, ya que no necesitan masa de reacción y por tanto no
necesitan acelerar dicha masa ni la propia nave. En teoría una vela solar conducida por un
láser u otro rayo desde la Tierra puede usarse para desacelerar una nave espacial
aproximándose desde una estrella distante o planeta, mediante el desprendimiento de parte
de la vela y utilizándola para enfocar el rayo en la superficie frontal del resto de la vela.8
La propulsión mediante un rayo láser parece ser hoy la mejor técnica para los viajes
interestelares, ya que usa una física conocida y una tecnología también conocida que ha sido
desarrollada para otros fines.9
La tabla siguiente enumera algunos conceptos ejemplo usando láser de propulsión de vigas
como se propone por el físico Robert L. Forward: 10

Velocidad
Máxima
Potencia del Masa del Diámetro de
Misión Aceleración
láser vehículo la vela (% de la
velocidad de la
luz)

1. Sobrevuelo – Alpha Centauri, 40 años


Etapa saliente 65 GW 1t 0,036 g 3,6 km 11% @ 0,17 al
2. Rendezvous – Alpha Centauri, 41 años
Etapa saliente 7.200 GW 785 t 0,005 g 100 km 21% @ 4,29 al
Etapa de
26.000 GW 71 t 0,2 g 30 km 21% @ 4,29 al
desaceleración
3. Tripulados – Epsilon Eridani, 51 años (incluyendo 5 años de exploración del sistema de estrellas)
75.000.000
Etapa saliente 78.500 t 0,3 g 1000 km 50% @ 0,4 al
GW
Etapa de 21.500.000
7.850 t 0,3 g 320 km 50% @ 10,4 al
desaceleración GW
Etapa de retorno 710.000 GW 785 t 0,3 g 100 km 50% @ 10,4 al
Etapa de
60.000 GW 785 t 0,3 g 100 km 50% @ 0,4 al
desaceleración
Catálogo de viajes interestelares que utilizan asistencias fotogravitacionales para una
parada completa.[editar]

Tiempo de viaje Distancia Luminosidad


Nombre
(al) (L☉)
(años)

Sirius A 68,90 8,58 24,20


α Centauri A 101,25 4,36 1,52
α Centauri B 147,58 4,36 0,50
Procyon A 154,06 11,44 6,94
Vega 167,39 25,02 50,05
Altair 176,67 16,69 10,70
Fomalhaut A 221,33 25,13 16,67
Denebola 325,56 35,78 14,66
Castor A 341,35 50,98 49,85
Epsilon Eridiani 363,35 10,50 0,50

 Asistencias sucesivas en α Centauri A y B podrían permitir tiempos de viaje de 75 años a


las dos estrellas.
 La vela luz tiene una relación nominal de masa a la superficie (σnom) of 8,6×10−4 gramos
m−2 para una vela nominal de clase de grafeno
 Área de la vela de luz, alrededor de 105 m2 = (316 m)2
 Velocidad de hasta 37.300 km s−1 (12,5% c)
. Ref:11

Métodos más especulativos[editar]


Entre los métodos más especulativos cabe distinguir, por una parte, aquellos en los que no se
sobrepasa la velocidad de la luz y, por otra parte, aquellos en los que la velocidad de la luz no
constituye un límite infranqueable (viajes superlumínicos).
Viajes a la velocidad de la luz[editar]
Viajes interestelares por transmisión[editar]
Artículo principal: Teletransporte

Si entidades físicas pueden ser transmitidas como información y reconstruidas en destino, el


viaje exactamente a la velocidad de la luz podría ser posible. Dentro de la relatividad
general la información no puede viajar más rápido que la luz. El incremento de velocidad
cuando se compara con los viajes a velocidades próximas a la de la luz podría parecer mínima
para observadores desde fuera, pero para los viajeros el viaje sería instantáneo.
Codificar, enviar y luego reconstruir una descripción átomo a átomo de -por ejemplo- un
cuerpo humano puede resultar desalentador, pero puede ser suficiente para enviar software,
que para propósitos prácticos, reproduce la función neuronal de una persona.
Presumiblemente el receptor o reconstructor de estas transmisiones debe ser enviado al
destino por métodos más convencionales.
Viajes superlumínicos[editar]
Artículo principal: Superlumínico

Se han postulado varias maneras de sobrepasar la velocidad de la luz. Incluso los de carácter
más serio son enormemente especulativos.
Curvatura del espaciotiempo[editar]
En la teoría de la relatividad general, el espaciotiempo está curvado de acuerdo a la ecuación
de Einstein:

La relatividad general puede permitir que un objeto viaje más rápido que la luz en el
espaciotiempo curvo.12 Se puede imaginar como, aprovechando la curvatura, tomar un "atajo"
de un punto a otro. Esta es una forma del concepto de Warp o propulsión de curvatura. Los
motores Warp son utilizados en la ciencia ficción pero su viabilidad real todavía no se ha
rechazado. El motor Warp permitiría viajar a velocidades superlumínicas sin violar la teoría de
la relatividad, pues la nave en sí misma no viajaría a velocidades superiores a la de la luz, sino
que sería el propio tejido espaciotemporal el que se deformaría, arrastrando a la nave consigo.
En teoría, no hay impedimentos físicos que impidan viajar a una velocidad arbitrariamente alta.
El principal problema de este método (además de su complejidad tecnológica, que impide
plantearlo en un horizonte cercano), es el extraordinario consumo de energía que exigiría: se
ha calculado que para trasladar una nave de 1.000 m3 a velocidades superlumínicas, habría
que consumir la energía equivalente a la materia contenida en el planeta Júpiter.13
En física, la métrica de Alcubierre está basada en el argumento de que la curvatura puede
tomar la forma de una onda en la cual la nave puede ser transportada como en una "burbuja".
El espacio puede estar colapsándose en un extremo de la burbuja y expandiéndose en el otro
extremo. El movimiento de la onda podría transportar una nave espacial desde un punto a otro
del espacio en menos tiempo que el que emplearía la luz al viajar a través del espacio no-
curvo. Este concepto requeriría que la nave incorporase una región de materia exótica. Como
un hipotético medio de transporte interestelar, la idea ha sido criticada.
Agujeros de gusano[editar]
Artículo principal: Agujero de gusano

Los agujeros de gusano son distorsiones hipotéticas del espaciotiempo que teóricamente
podrían conectar dos puntos arbitrarios en el universo, a través de un puente de Einstein-
Rosen. Se desconoce si los agujeros de gusano son posibles en la práctica. Aunque hay
soluciones de la ecuación de Einstein de la relatividad general que tienen en cuenta agujeros
de gusano, todas las soluciones actualmente conocidas implican alguna asunción, como por
ejemplo la existencia de masa negativa, que puede estar fuera de la física.14 Sin embargo,
Cramer et al. sostienen que dichos agujeros de gusano podrían haber sido creados en el
universo temprano, estabilizados por la cuerda cósmica.15

Métodos para misiones tripuladas lentas[editar]


Viajes interestelares lentos, como el Proyecto Longshot, generalmente usan tecnologías
de propulsión de naves espaciales del futuro cercano. Por consiguiente, los viajes son muy
largos, con una duración que va desde unos cien años hasta miles de años. Los viajes
tripulados podrían ser viajes de ida para establecer colonias. La duración de tal viaje
presentaría un obstáculo enorme en sí mismo. Para salvar este obstáculo se han propuesto
distintas soluciones:
Naves generacionales[editar]
Una nave generacional es un tipo de arca interestelar en el cual los viajeros viven
normalmente -no en animación suspendida- y la tripulación que llega a destino está formada
por los descendientes de aquellos que iniciaron el viaje.
Las naves generacionales no son factibles actualmente, debido tanto a la escala enorme de la
nave como a la difícil construcción de un hábitat autónomo tan sellado.
Los ecosistemas cerrados artificiales, inclusive Biosfera 2, han sido construidos en una
tentativa de resolver las dificultades de ingeniería planteadas en estos sistemas, con
resultados varios.
Las naves generacionales también tendrían que solucionar problemas biológicos y sociales
importantes.16 Las estimaciones de la población viable mínima varían; en torno a 180 es el
número más bajo, pero una población tan pequeña sería vulnerable a la deriva genética, que
podría reducir el acervo genético debajo de un nivel seguro. Una nave generacional en ficción
típicamente toma miles de años para alcanzar su destino, un lapso de tiempo más largo que la
duración de la mayoría de las civilizaciones humanas. De ahí deriva el riesgo de que la cultura
que llega al destino pueda ser incapaz de hacer lo que es necesario. En el peor de los casos
puede haberse caído en el barbarie. Asimismo es posible que los propios viajeros puedan
olvidarse de que ellos están en una nave generacional.
Animación suspendida[editar]
Se han postulado varias técnicas para la animación suspendida. Estas incluyen
la hibernación humana y la preservación criónica. Aunque actualmente ninguna es práctica,
ofrecen la posibilidad de naves dormitorio en las cuales los viajeros permanecen inertes en los
largos años de viaje.
Ampliación de la vida humana[editar]
Una variante de esta posibilidad está basada en el desarrollo de la extensión sustancial de la
vida humana, como la estrategia de Senectud Insignificante Manipulada del doctor Aubrey de
Grey. Si las vidas de los tripulantes de la nave fueran de algunos miles de años, podrían
cruzar distancias interestelares sin la necesidad de ser sustituidos por generaciones
posteriores. Los efectos psicológicos de un viaje de tal duración podría suponer un problema.
Embriones congelados[editar]
Otra posibilidad teórica es una misión espacial robótica llevando un cierto número
de embriones humanos congelados de una etapa temprana. Este método de la colonización
espacial requiere, entre otras cosas, el desarrollo de un método de reproducir las condiciones
de un útero, el descubrimiento previo de un planeta terrestre habitable, y avances en el campo
de robots móviles totalmente autónomos.

Ciencia ficción[editar]
El viaje interestelar es un tema común o subgénero en la ciencia ficción. Las historias de este
tipo describen un entorno futurista en el que la humanidad ha descubierto cómo viajar a las
estrellas. Usualmente utilizan una ciencia ficticia, la del hiperespacio. El hiperespacio se
encuentra más allá del universo y a la vez inunda todo el espacio. Desde cualquier punto del
universo se puede acceder a él. Es un concepto que data desde la Edad de Oro de la Ciencia
Ficción estadounidense. De esta forma, los personajes pueden evadir la ley relativista de que
no se puede viajar más rápido que la luz; como el hiperespacio está conectado con todo el
espacio-tiempo, el viaje a través de él normalmente no toma tiempo.
Aparte del hiperespacio, las novelas de este tipo agregan que las naves espaciales cuentan
con motores de antimateria, nucleares, solares o de algún nuevo tipo de tecnología.
Actualmente hay un concepto similar que es el de los agujeros de gusano; éste sí es un tema
científico, estudiado por Kip Thorne, por ejemplo. Sin embargo, no ha sido utilizado en muchas
obras de ficción, a excepción de la novela Contacto, de Carl Sagan, y las series de
televisión Star Trek: Deep Space 9 y Stargate SG1.
Son muchas las obras que tratan este tema. Como ejemplos podemos encontrar la
serie Fundación de Isaac Asimov que es un clásico en el género. Consta de 6 libros que
cuentan la historia de la caída del Imperio Galáctico en el lejano futuro. La humanidad ha
colonizado la galaxia y ha olvidado su planeta de origen, la Tierra. Hari Seldon descubre, por
medios matemáticos, que el Imperio está al borde de la destrucción. Inventa la ciencia de la
psicohistoria, por medio de la cual puede hacer predicciones fiables en lapsos de miles de
años. Esta ciencia se asemeja a la física de los gases ideales y la termodinámica, en el que
las partículas individuales actúan como un conjunto, un sistema. Por lo tanto, en la
psicohistoria, los cambios que una persona pueda ocasionar son irrelevantes. Esta ciencia
exige volúmenes gigantescos de población; por esa razón puede ser aplicada en esa época,
en que la población es de centenares de miles de millones, desperdigada por toda la galaxia.
Star Wars es otro ejemplo de este género; sin embargo, esta novela también es clasificada
como space opera. Esta novela fue llevada al cine por su creador, George Lucas, quien hizo 6
películas sobre estas aventuras. La ciencia ficción utilizada en esta obra es considerada
ciencia ficción blanda —soft SF— por el uso de múltiples elementos fantásticos.
Un ejemplo también llamativo dentro de la ciencia ficción es el de Dune, de Frank Herbert. En
esta novela se describe la posibilidad de "doblar" el espacio. Esta teoría se basa en la
curvatura del espacio-tiempo. Sin embargo, en lugar de reducir la distancia recorrida en unos
cuantos años-luz, lo que se crea es una especie de nexo entre dos puntos del espacio que
permiten recorrer esa distancia en apenas unos segundos. Se podría considerar un híbrido
entre las teorías de la curvatura del espacio-tiempo, la de los agujeros de gusano y la del
hiperespacio.
Otro ejemplo bastante original es el expuesto en la saga Mass Effect en el que la galaxia está
conectada por un sistema de relés que reduce la masa de las naves interestelares a cero
permitiendo así el viaje superlumínico.
La situación producida por naves con tecnología de propulsión más avanzada que adelantan a
otras más lentas ha sido dramatizado en diversas obras de ciencia ficción, tales como La
balada de Beta-2 de Samuel R. Delany, Crisálida de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez i
Gómez, y Retorno a HD 164922 de Jorge Guerrero de la Torre.

Ver también[editar]
 Nave estelar de agujero negro
 Anexo:Objetos creados por el humano que más se han alejado de la Tierra

Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b O’Neill, Ian (19 de agosto de 2008). «Interstellar travel may remain in science
fiction». Universe Today.
2. ↑ http://www.thefreedictionary.com/heliosphere
3. ↑ Lance Williams, (abril de 2012). «Electromagnetic Control of Spacetime and Gravity: The
Hard Problem of Interstellar Travel». Astronomical Review (Astronomical Review) (2).
4. ↑ Yoji Kondo: Interstellar Travel and Multi-generational Spaceships, ISBN 1-896522-99-8 p. 31
5. ↑ Kennedy, Andrew (julio de 2006). «Interstellar Travel: The Wait Calculation and the Incentive
Trap of Progress». Journal of the British Interplanetary Society (JBIS) 59 (7): 239-246.
6. ↑ General Dynamics Corp. (enero de 1964). «Nuclear Pulse Vehicle Study Condensed
Summary Report (General Dynamics Corp.)». U.S. Department of Commerce National
Technical Information Service.
7. ↑ Daniel Marín (14 de octubre de 2010). «Orión: la nave imposible.».
8. ↑ Forward, R.L. (1984). «Roundtrip Interstellar Travel Using Laser-Pushed Lightsails». J
Spacecraft 21 (2): 187-195.
9. ↑ Bob Forward: Ad Astra, in Journal of the British Interplanetar
10. ↑ Landis, Geoffrey A. (2003). «The Ultimate Exploration: A Review of Propulsion Concepts for
Interstellar Flight». En Yoji Kondo; Frederick Bruhweiler; John H. Moore, Charles
Sheffield. Interstellar Travel and Multi-Generation Space Ships. Apogee Books. p. 52. ISBN 1-
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Bibliografía[editar]
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