Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
“gastar el césped” 1
1
Este texto apareció publicado en su primera versión en el blog Filosofía Clínica de David de los Reyes
http://filosofiaclinica1.blogspot.com/2018/10/de-la-carcel-como-territorio.html
Gracias al uso y abuso de las fuerzas represivas, dispositivos de vigilancia (cámaras,
enrejados, candados) y otros tipos de censura, podemos denominarla hoy ciudad-
panóptico. Como resultado tenemos a una población ultrafiscalizada en lo público que,
no obstante, delinque con frecuencia allí donde no asoman las fuerzas de control, bien
por negligencia, o porque en su complicidad se hacen de la “vista gorda”. También estas
“fuerzas del orden” obstaculizan, en muchas ocasiones, que estudiantes, artistas o
activistas utilicen libremente estos lugares.
Falco es uno de esos artistas que hace tiempo decidió dejar atrás el cómodo espacio
galerístico o museal para utilizar el espacio público,-aparentemente vitrinal-, como foro
para cuestionar disímiles situaciones: la extracción petrolera, el carácter fraudulento de
las elecciones, la situación de los emigrantes, y en los últimos meses, el perverso
tratamiento de los niños en la frontera México-Estados Unidos. Como analizara
Foucault en su texto El ojo del poder, conceptos como contacto, contagio, proximidad y
amontonamiento resultan el caldo de cultivo de la instauración de la vigilancia en
hospitales, prisiones y escuelas, sobre todo, a partir del siglo XVIII, y a través de esta
“invención” “se articula la idea técnica del ejercicio de un poder "omnicontemplativo"2.
Y es justo eso lo que intenta desarticular el artista cuando se presenta en cualquier plaza
pública, parque o calle, al generar un contragolpe a esta aséptica noción de lo ciudadano
entendido como plataforma donde impera el control y la quietud. Desde estos espacios
aprovecha la capacidad de los conceptos antes mencionados y a través del performance
alude a diversas situaciones que forman parte de causas y luchas sociales de grupos
vulnerables o vulnerabilizados, violaciones de los derechos humanos, a la naturaleza, o
por razones de género u orientación sexual.
2
Foucault, Michel. El ojo del poder, p.15
no videntes y, en la última ocasión, con dos invasiones del sur quiteño. Su último
trabajo ha estado encaminado a la colaboración con personas que se encuentran en
situaciones frágiles por asuntos de movilidad migratoria. Recientemente, en el momento
en que se habilitaron cárceles para niños en la frontera México-E.U, Falco, en compañía
de artistas y otros colaboradores se dispusieron sedentes frente a la embajada de esta
nación en Quito, y cubrieron sus cuerpos con mantas de aluminio, reproduciendo la
circunstancia de incertidumbre de los infantes. No le interesa que exista un visible
reconocimiento de su trabajo en tanto autor, y tampoco le preocupa que se diluyan los
límites que separan lo que puede ser su idea primera, y los aportes futuros de todo el
que se suma a la acción. En la deconstrucción de la lógica autoral se encuentra también
su sentido de convocatoria, que desestabiliza visiones unilaterales, academicistas o
autoritarias.
Quise acercarme al trabajo de éste último y de Carlos Vaca, después de su paso por
la cárcel de Turi los días 9 y 10 de julio del presente año a partir de la residencia
artística “Huésped Nativo”, que para esta ocasión tuvo lugar a través de dos talleres
educativos desarrollados por los artistas. Los mismos fueron convocados por la
Dirección Municipal de Cultura, Cuenca. El taller de Carlos se tituló El cuerpo: la
existencia, la señal, y el de Falco, Arte, cuerpo y memoria. La cárcel de Turi en los dos
últimos años ha sido denostada por numerosos eventos negativos derivados de los malos
manejos existentes en todo el sistema carcelario ecuatoriano. Todo comenzó con el
supuesto ajusticiamiento de un reo, quien murió bajo turbias circunstancias; y de ahí
pasó a convertirse en un espacio de atropello hacia los internos del pabellón de mediana
seguridad por parte de miembros de la Policía Nacional.
Mientras conversaba con Carlos sobre su experiencia en varios centros penitenciarios
me acordaba de James Brown, quien literalmente logró salvarse gracias a la música y su
talento; luego de ser abandonado por su madre en la infancia, y más tarde llevado por su
padre a vivir en un prostíbulo. Y aún salvado (como lo definimos al menos en
Occidente cuando de incorporarse socialmente se trata) sufría de unas intensas
manifestaciones de violencia en sus relaciones interpersonales. ¿Qué esperar de niños,
adolescentes y jóvenes llegados al mundo en hogares disfuncionales, donde delinquir se
estabiliza como el único modo de sobrevivencia posible en un ambiente de drogas,
robos y prostitución? Formar parte de una pandilla urbana o street-gangses la carrera de
oficio de estos jóvenes. Generalmente acuden a esta opción porque forma parte de las
necesidades de reafirmación y pertenencia de grupo que caracterizan el paso de la
infancia a la adolescencia. En el peor de los casos su accionar está mediatizado por
adultos que integran, o no, su núcleo familiar. Y para estos fines, la mirada de Carlos
resulta pertinente, pues él es una suerte de border line, despreocupado de lo académico,
pero ocupado y observador de lo que sucede a nivel social y político. Su paso por el
Colegio de Bellas Artes Juan José Plaza, sus estudios avanzados de Diseño Gráfico en
el Tecnológico de Arte y Comunicación (ITSU), también en Guayaquil, su fogueo en
cursos de capacitación y gestión, más su aprender haciendo en disímiles proyectos,
montajes de exposiciones, mediación, y como tallerista, le han valido para conocer de
cerca los procesos inherentes al sistema del arte sin sentirse, ni vanagloriarse, de ser un
artista con todas las de la ley.
3
Entrevista de la autora a Carlos Vaca, sábado 11 de agosto de 2018
Blum y Patricia Rodríguez Umanante, quienes se encargaron de realizar el mapeo de los
participantes, realizó un taller en el Correccional de Menores de Guayaquil. Como los
reclusos no pueden tener contacto con personas externas a la cárcel buscó papel
desechable del Ministerio de Justicia y sobre ellos escribieron sus memorias. Los
convirtieron luego en barcos de papel que fueron colocados en la vereda en el horario de
visita del día viernes. Cuando sus familiares se acercaban al lugar podían acceder a las
cartas realizadas por los penados. En la última experiencia en la cárcel de Turi utilizó
similares metodologías pulsando esta vez a los talleristas a que trabajaran sobre tres
ejes: memoria, vivencia y proyección. Volvió a trabajar a partir de generar cartas,
animaciones, dibujos, desde su experiencia con la música y los videos. Un resumen del
resultado se expondrá al público en audios, porque el material derivado de este trabajo,
fotos, dibujos, ni ningún otro tipo de registro, se permite que circule públicamente,
como consecuencia de las políticas restrictivas que prescribe el régimen penitenciario.
Por su parte Falco, quien es artista transdisciplinar, con una maestría en Arte y
Nuevas Tecnologías (Universidad Europea de Madrid, España) y una licenciatura en
Artes Visuales (Universidad de Cuenca), utiliza una metodología derivada de su propia
trayectoria en la que ha vinculado el arte en contexto social, arte y comunidad, arte
relacional, performance, psicodrama, arte terapia, psicomagia (en el sentido que la
utiliza Jodorowsky, quien la define como arte, no como ciencia), junto a su experiencia
pedagógica como docente durante más de diez años. Y se refiere a ella como pedagogía
diferenciada4, porque se enfoca más en la educación sensible y su atención hacia el
cuerpo. Trata de generar un marco de respeto, empatía y confianza con las personas
cómplices que trabajan en sus proyectos. Sólo de esa manera puede manejar sus miedos,
resistencias o niveles de agresividad al canalizar energías que terminan siendo
convertidas en procesos creativos a través de dinámicas de relajación, expresión
corporal, puestas en escena, y acciones performáticas, tanto individuales como
colectivas.
Las problemáticas de estas personas son comunes y diversas a un tiempo por lo que
se impone trabajar con ellas en sesiones personales y grupales para abordar
indistintamente situaciones íntimas, sociales, y del contexto donde están recluidos.
Desde el arte terapia, que permite la apertura de canales energéticos y emocionales que
4
Entrevista de la autora a Falco (Fernando Falconí), sábado 4 de agosto de 2018
deben ser debidamente manejados, sostenidos y proyectados, el artista generaba catarsis
para liberar miedos reprimidos y cargas tóxicas que podían llegar a lo virulento. Para
estos efectos el performance o lo performativo se utiliza en la transmutación de dichas
energías. Hay sesiones de charlas, movimientos corporales, métodos de relajación, que
conducen a la realización de ejercicios donde usan sus cuerpos, al menos,
temporalmente desintoxicados. El cierre es traumático tanto para el tallerista como para
los procesados. No falta quien se acerque a Falco para rogarle que busque a su familia y
le entregue una carta. Él, por su parte, nunca omite en sus talleres la oportunidad de
reiterarles “que cada ser humano es escultor de su propia vida”5.
5
Entrevista de la autora a Falco (Fernando Falconí), sábado 4 de agosto de 2018
6
Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, p. 215
priorizaba lo cotidiano y la utilidad práctica a ultranza. Quedaba atrás entonces el
humanismo cívico planteado por Isócrates. En torno a este tema resulta puntual la
siguiente observación respecto a cómo opera en la actualidad la educación:
Amalina Bomnin
- Jiménez, José. Una teoría del arte desde América Latina, MEIAC/Turner, España,
2011.