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MÓDULO 1: CULTURA Y PERSPECTIVA

DE SALUD DESDE LA INTERCULTURA


INTRODUCCIÓN
Conceptos básicos para abordar el módulo

Antes de comenzar este primer módulo, conviene realizar algunas aclaraciones


conceptuales que darán un marco contextual al curso.

La cultura, en su definición antropológica se relaciona con todas aquellas pautas y


comportamientos que los sujetos crean y recrean en tanto miembros de una sociedad
determinada. Así, la cultura determina muchos de los aspectos de los individuos como
seres sociales: pautas de comportamiento, cosmovisión, tradiciones, etc. es por ello que
Hombre y cultura son inseparables.
Bajo este punto de vista, sujeto y cultura son unidades indivisibles, relacionadas y
dependientes la una de la otra: mientras que la cultura es creada y reproducida por los
sujetos; éstos son, en definitiva, lo que la cultura hace de ellos.

Dentro de un contexto culturalmente diverso como el que tenemos en Chile, el


concepto de Interculturalidad cobra importancia, puesto que supone el establecer
relaciones horizontales entre culturas, favoreciendo la integración de los sujetos. El
respeto y la atención a la diversidad que se engloba dentro de lo intercultural podrá
asegurar una atención más integral a los pacientes, ya que supone una relación
dialógica abierta entre los actores involucrados.

De este modo, la importancia de comprender a grandes rasgos la cultura mapuche, su


cosmovisión y la transmisión de los saberes tradicionales se encuentra en la idea de que
hombre y cultura son inseparables, puesto que el individuo es lo que su cultura hace de
él, y la cultura es moldeada por los hombres.

Dentro de este módulo se explorarán aspectos generales de la cultura mapuche, que


permitirán un abordaje a futuros pacientes desde una mirada intercultural.
ENFOQUE INTERCULTURA L EN SALUD Y COEXISTENCIA ENTRE MODELOS MÉDICOS

La aplicación del enfoque intercultural en salud supone el establecer relaciones


simétricas y de diálogo horizontal con el “otro”, comprendiendo las particularidades
culturales e incluyéndolas como válidas en la relación tratante – paciente. Goicochea
(2012) cita a Carreazo (Paediatrica nº6), para definir este proceso: “llevada al campo
de la salud, la interculturalidad es el…’conjunto de acciones y políticas que tienden a
conocer e incorporar la cultura del usuario en el proceso de atención de salud’..”
De ello se desprende que la relación tratante-paciente que se establece en un enfoque
intercultural implica tener consciencia del contexto social y cultural del paciente,
valorizando y validando sus concepciones en torno a salud, enfermedad y proceso de
recuperación.

De acuerdo con Alarcón, Vidal y Neira (2003):


Una política o enfoque intercultural en salud tiene al menos dos niveles de
expresión: uno el de las acciones y actividades que materializan la
interacción entre medicinas, y otro el de la cultura que sustenta los modelos
médicos en interacción. Este último, el más complejo de desarrollar implica
trascender desde la acción médica concreta hacia la implementación de
un modelo pluricultural de salud y sociedad (p. 4)

Se trata, de este modo, de encontrar el punto de confluencia de los distintos modelos


médicos, entendidos como un “conjunto más o menos organizado, coherente y
estratificado de agentes terapéuticos, modelos explicativos de salud-enfermedad,
prácticas y tecnologías al servicio de la salud individual y colectiva” (Alarcón et al., 2003
p. 3), para llegar a un acuerdo común entre tratante y paciente.

Se entiende que, frente a dolencias y enfermedades, todas las culturas han desarrollado
sistemas médicos más o menos complejos, los que consisten en creencias y prácticas
que están conscientemente dirigidas a promover la salud y aliviar la enfermedad. El
enfoque intercultural, por lo tanto, reconoce la existencia de más de un modelo médico
valido y lo integra en el tratamiento del paciente, con la finalidad de lograr una
experiencia beneficiosa para éste. Se debe pensar, por lo tanto, en el sistema biomédico
y el sistema tradicional no como antagonistas, sino como complementarios,
reivindicando el valor de la experiencia y el conocimiento ancestral: lo que se busca, en
el fondo, es lograr encontrar el punto de confluencia de los distintos modelos médicos.
Hasen (2012a., p. 21) cita al propio Ministerio de Salud y su Política de Salud y Pueblos
Indígenas para ilustrar este punto:
Un principio rector en que se puede manifestar la interculturalidad
en salud es la complementariedad de estos sistemas médicos,
proponiendo un acercamiento de los equipos de salud (medicina
occidental) con los especialistas y terapeutas de la medicina
tradicional, respetando los conocimientos del otro y generando
espacios de confianza que den lugar a la complementariedad entre
ambas medicinas.
El Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PEPSI) presta atención pertinente a
beneficiarios de FONASA pertenecientes a alguno de los nueve pueblos indígenas
reconocidos en Chile. Se inicia el año 2000 bajo la premisa del acceso desigual a salud,
lo que reconoce como problema principal para su implementación la “inequidad en
salud para personas pertenecientes a pueblos indígenas provocadas por
barreras culturales (lingüística, identitaria, diferencias en percepción de problemas de
salud, entre otras) que se evidencia en perfiles epidemiológicos diferenciado entre
población indígena y no indígena.” (Informe de Descripción de Programas Sociales -
Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas, 2016). Bajo esta mirada es que se
toman iniciativas para intentar cerrar esta brecha en salud y trabajar desde la mirada
intercultural:
 Toma fuerza la figura del Facilitador Intercultural, presente en los establecimientos
de salud y que en su calidad de pertenencia a un pueblo originario, asume el rol
de intermediario entre el usuario y la red de salud, por lo tanto, está disponible
para colaborar con los usuarios indígenas que requieran de pertinencia cultural
en su atención. Debe “orientar, informar y apoyar a los usuarios de pueblos
indígenas y a sus familiares cuando requieran de atención de salud. Además,
favorecer el acceso a la medicina indígena, a través de aplicación de protocolos
de derivación” (Informe de Descripción de Programas Sociales - Programa
Especial de Salud y Pueblos Indígenas, 2016)
 Se entregan “Prestaciones de salud con pertenencia cultural”, que se refiere a la
atención médica que realizan agentes de medicina de los pueblos originarios,
tanto dentro del establecimiento de salud, como en las mismas comunidades
indígenas. El objetivo es aplicar el enfoque intercultural, considerando la
cosmovisión del paciente. Dentro de las prestaciones otorgadas se encuentran:
entrega de artículos de estimulación temprana en lengua indígena, visita
domiciliaria, medicina complementaria para atención del pie diabético,
atención de salud mental tratadas en conjunto por agente de medicina indígena

y psicólogo, entre otras. (Informe de Descripción de Programas Sociales -
Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas, 2016)
 Finalmente, el Informe da cuenta de capacitaciones al equipo de salud en las
cuales se forma a los trabajadores y profesionales en la concepción cultural de
salud y enfermedad, con el objetivo de integrar la mirada intercultural en la
atención de salud. Las acciones realizadas contemplan: “capacitación y
sensibilización a los equipos de salud en modelo de salud intercultural, programa
de inducción en salud intercultural para médicos en etapa de destinación y
formación (EDF), protocolos de derivación, espacios de estimulación, cultura y
lengua indígena, difusión de derechos indígena y normas sanitarias, sexualidad y
pertinencia cultural, prevención y control de enfermedades, como la
Tuberculosis, conformación de mesas de trabajo intercultural en problemas de
salud, entre otros.” . (Informe de Descripción de Programas Sociales - Programa
Especial de Salud y Pueblos Indígenas, 2016)

A través del reconocimiento de las diferencias y similitudes culturales entre usuarios y


proveedores es posible comprender, por ejemplo, el nivel y carácter de las expectativas
que cada cual tiene del proceso, las percepciones de salud y enfermedad
representadas en la interacción médico-paciente, los patrones con que se evalúa la
calidad y resultado de la acción terapéutica, y el despliegue de diversas conductas
frente a la enfermedad.
Ya que los sujetos acuden a un especialista en busca de una solución a sus dolencias,
muchas veces los pacientes que no comparten la cultura dominante deben adaptarse
al modelo impuesto (biomédico), ya que lo que ofrece el sistema de salud no se ajusta
a sus concepciones sobre salud y enfermedad.
Oyarce (1997, citado en Álvarez, 2005), plantea que la interculturalidad aplicada al
tema de la salud implica que el conocimiento obtenido de la relación entre dos culturas
es diferente de los conocimientos iniciales, de este modo, la salud intercultural
correspondería a un nuevo modelo de salud, en el que confluyan tanto el modelo
biomédico como el mapuche para favorecer la producción de un nuevo conocimiento
que se ajuste a la realidad y al contexto de la cultura que lo requiere.
Visto de este modo, la integración de ambos modelos de salud resultaría beneficioso
para el reconocimiento y la revalorización de los saberes ancestrales, muchas veces
ignorados por la biomedicina.
CONCEPCIÓN MAPUCHE DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

Los mapuche tienen una fuerte conexión con la tierra, no sólo a nivel de territorio, sino
que a nivel de cosmovisión, agregando un valor simbólico a la naturaleza y el entorno.
La relación de reciprocidad que se da entre el mapuche y la naturaleza viene dado por
la idea de que existe una conexión espiritual entre ambos, al ser creados por una misma
energía o Newen (Neira et.al., 2012)
Tal es la importancia que se le confiere a la relación con el entorno,
que dentro de la medicina mapuche se le atribuyen ciertas
condiciones ligadas al bienestar integral de los individuos: implica
que el comportamiento de los seres humanos se concibe en directa
relación con su entorno, relación en la cual ser humano y entorno
llegan a conformar una unidad, desde la que se entiende todas las
demás áreas de lo humano (Hasen, 2012b: 99)

De este modo y de acuerdo a la cosmovisión mapuche, el especialista en salud que


integre el modelo intercultural, ha de tener presente el componente simbólico de la
naturaleza y su entorno a la hora de proporcionar la atención médica correspondiente,
considerando la postura del usuario en relación al modelo biomédico y poniendo
especial énfasis en la entrega de una atención oportuna y no impuesta por sobre el
modelo tradicional de salud mapuche.

Para los mapuche, la vida se basa en una relación armoniosa y equilibrada entre la
persona, su entorno familiar y social y el cosmos. A este equilibrio se le conoce como
Küme felen o Küme mongen (estar bien). Si, por algún motivo, un sujeto rompe este
equilibrio, esto se manifestará en sí mismo, lo que es conocido como Weda felen (estar
mal). La transgresión a la armonía se manifestará en el cuerpo, a modo de Kutran
(enfermedad).
Siguiendo a Bacigalupo “la lógica consensual tradicional mapuche plantea que no
existe una línea divisoria entre mente y cuerpo como en la medicina occidental oficial.
Todas las enfermedades mapuche se tratan en forma holística, y tienen componentes
espirituales, mentales y físicos” (p.42).
De este modo, al estar todos estas dimensiones interrelacionados, una afección tiene
repercusión en el plano físico, mental y espiritual. El trabajo de la machi consiste entonces
en encontrar la causa de la enfermedad (causas que pueden ser no sólo fisiológicas,
sino también espirituales) y, de acuerdo con esto, recomendar el tratamiento a seguir.
Es importante tener en consideración el componente mágico-religioso que se le atribuye
al proceso de enfermedad (kutran). Al estar los sujetos íntimamente conectados con su
entorno y con el plano espiritual, muchas de las dolencias que puede sufrir están
relacionadas al plano espiritual:
la enfermedad’ y ‘el mal’ son concebidos como fuerzas externas al
cuerpo del enfermo y a la sociedad mapuche que se activan
cuando los mapuche se vuelven envidiosos o transgreden ciertas normas
sociales o rituales que rompen con el ideal cultural de reciprocidad y solidaridad.
(Bacigalupo, 2001: 43)

AGENTES TERAPÉUTICOS EN LA MEDICINA MAPUCHE

En la medicina mapuche, son variados actores los que intervienen en este proceso de
“recomposición del equilibrio perdido”. Siendo el más importante de ellos la figura del
Machi, por su poder no sólo para curar enfermedades, sino también a nivel simbólico
como representante de la cultura mapuche. Junto con el Machi, intervienen otras figuras
cada una de las cuales cumple un rol dentro del sistema médico mapuche.

Machi: Se reconocen como intermediarios entre el individuo y el mundo espiritual. Tiene


el poder de restablecer el equilibrio, a través de sus conocimientos en medicina y su
amplio dominio de lo espiritual: “las machi velan por el bienestar físico, mental y espiritual
de sus enfermos y actúan en beneficio de su comunidad y de su red de clientela”.
(Bacigalupo, 2001: 20).
Su función, no obstante, va mucho más allá de las relacionadas al tratamiento de
enfermedades: representan y resguardan la cultura mapuche, dándole significancia a
los símbolos como el kultrun y el rewe y ayudan a mantener la cohesión social y
la identidad.

Lawentuchefe: Son personas que, por su conocimiento y manejo de hierbas y


plantas medicinales, tienen el don de sanar, aunque sin poseer todo el
conocimiento de una o un machi.

Ngütamchefe: Tienen la capacidad de reconocer y recomponer lesiones de


huesos, esguinces, zafaduras, desgarros, etc.

Püñeltuchefe: Generalmente mujeres especialistas en maternidad e incluso de


problemas de fertilidad. Atiende desde los primeros meses del embarazo hasta el
parto.

Pelon: Persona con un don que le permite ver y comprender situaciones del plano
espiritual.

CONCEPCIÓN MAPUCHE DE LA PERSONA Y DEL CICLO VITAL

Lo primordial al aplicar el enfoque intercultural en salud, es comprender qué es


ser mapuche y que va mucho más allá de los aspectos distintivos de su cultura.
Implica reconocer a una cultura con una cosmovisión compleja que muchas
veces se ha visto absorbida por la cultura occidental pero que, no obstante, se
mantiene como tradición arraigada en algunos sectores de nuestro país.
El mapuche, por lo tanto, concibe, percibe y se relaciona con el mundo y con la
realidad de manera distinta y como tal, debe ser comprendido dentro de su
propio sistema de creencias.

Según la concepción mapuche, el Che (persona) se ubica al centro del mundo,


no porque sea el elemento principal, sino porque asume el papel de resguardar
y mantener el equilibrio entre los distintos componentes de su universo.
Un concepto que ilustra este sentir es del Chegen, que se interpreta como “ser
gente”. Ser gente implica un pensamiento lógico y un razonamiento en torno al
orden del cosmos. El raciocinio, por lo tanto, es lo que eleva la categoría del Che:
es capaz de percibir aquello que actúa a favor y en contra de su entorno y de sí
mismo, y por lo tanto, favorecer o alterar el equilibrio entre los componentes de
la naturaleza y del universo. El Che, por lo tanto, tiene rakiduam (pensamiento) y
es susceptible de recibir y acumular kimüm, es decir, conocimientos. El kimün es
la base del pensamiento y del conocimiento mapuche:
Como parte integral de la naturaleza, está compuesto, al igual que esta por
fuerzas positivas y negativas, Küme newen y Weda newen, lo cual les permite
mantenerse en armonía con su entorno natural, social, cultural, etc., y también
con su mundo espiritual:
Newen como concepto de energía grafica dos cosas
fundamentales en la cosmovisión mapuche: manifiesta la
importancia del dual, del dos permanente, ya que cuando es
positiva se llama küme newen y weza newen cuando es
negativa; y la otra, es que plantea la necesidad del equilibrio
permanente. (Ñanculef, 2016, p. 47)1

El concepto de newen, por lo tanto, refuerza la idea del equilibrio que ha de ser
mantenido en pos del bienestar y es una idea a tener presente por el personal de
salud que se desenvuelva en el contexto intercultural.
Se ha discutido ya la interrelación que existe entre sujeto-naturaleza-cosmos, y en
ese sentido, el mapuche se reconoce como guardián o cuidador del Wallmapu,
horizonte o “hasta donde alcanza la vista”. De este “llamado” se desprenden
algunos principios fundamentales de la cosmovisión mapuche, como los
conceptos de “la tierra como bien común” y el de autopertenencia, bajo los
cuales se concibe a la tierra como madre y como espacio de intercomunicación
entre sus hijos (Marileo, 2002)

1
Hay variantes lingüísticas dentro del Mapudungun, que son igualmente aceptadas por la comunidad. Así, Weda
Newen = Weza Newen
COSMOVISIÓN Y SINCRETISMO RELIGIOSO MAPUCHE

La importancia de comprender a grandes rasgos la cultura mapuche, su cosmovisión y


religiosidad se encuentra en la idea de que, como se ha mencionado anteriormente,
hombre y cultura son inseparables, puesto que el individuo es lo que su cultura hace de
él y la cultura es moldeada por los hombres.
Organización del cosmos mapuche

Existen cuatro visiones sobre el ordenamiento del cosmos, superpuestas entre sí y que
forman la base de la cosmovisión mapuche.
La primera es la noción del orden vertical y jerarquizado del cosmos, en una serie de
plataformas superpuestas, que siguen como modelo a la primera de ellas. Dichas
plataformas se agrupan en Wenumapu, o plataformas “del cielo”, donde habitan las
divinidades, una plataforma de tierra o Nag Mapu, y una que representa el infierno o
Minchemapu.
Ñanculef (2016), lo describe de la siguiente manera: “lo de arriba, en esas dimensiones
que el occidente llama “cielo”, le nombramos Wenu Mapu; o de abajo, lo escondido, lo
subsumido, desde donde proviene la energía negativa, el weza newen, le llamamos
Minche Mapu” (p. 23)

Una segunda noción es la concepción horizontal del cosmos, relacionada con los puntos
cardinales los que a su vez se relacionan con fuerzas del bien y el mal. Esta visión está
orientada en sentido circular contrario al movimiento del reloj, tomando el Este como
punto de partida.
Esta visión está representada en el kultrun y es la que orienta los movimientos en las
ceremonias mapuches:
lo del este es Puel Mapu, punto principal de referencia y reverencia
y de origen del mapuche-gen; el oeste es Lafken Mapu, posición
básica de ubicación y veneración al agua o “ko”, -ko es de género
masculino, es un anciano de los ancianos y es parte fundacional
necesaria en convergencia con la Mapu; el norte es Pikum Mapu
que corresponde a las ideas mentales de tiempo malo, desde
donde proviene el fuerte viento y las tormentas de viento y agua; y
el sur, el Willi Mapu, concebido como el aire de la esperanza, el
tiempo bueno y las ideas mentales positivas. Así en todas las
direcciones y en todas las dimensiones todo es mapu. (Ñanculef,
2016, p.23-24)

La tercera visión tempo-espacial hace referencia a una lógica circular de movimiento,


que se manifiesta tanto en la vida diaria como en las ceremonias más importantes:
Similar situación sucede en ceremonias religiosas como el funeral,
donde se orienta el cuerpo del difunto hacia el este, mientras los
hombres giran en círculo espantando los malos espíritus, siguiendo
dicha lógica: de este a norte, oeste y finalmente sur. (Rodríguez y
Saavedra, 2011, p. 18)
Finalmente, la concepción colorista del cosmos, que se basa en la percepción de la
realidad concreta: el blanco y el azul son los colores del cielo y las nubes, representados
simbólicamente en los emblemas de la machi y el nguillatun, al ser colores rituales. El
verde simboliza la naturaleza, mientras el rojo puede considerarse como conflicto y
sangre (por lo tanto se prohíbe en ciertos ceremoniales); o como representación del
copihue. Finalmente, el negro, asociado a los espíritus del mal, simboliza la noche y la
oscuridad:
Esta concepción llevada a las plataformas, se define en las cuatro
superiores; el bien, el blanco y azul; la inmediatamente inferior, de
transición, el rojo; la terrestre, donde están presentes todos estos
matices; y la inferior, el mal, reflejado por el infierno, el negro. Así, los
colores y sus gamas solo están presentes en la plataforma terrestre.
(Rodríguez y Saavedra, 2011, p. 18)

LA MACHI COMO REPRESENTANTE DE LA COSMOVISIÓN MAPUCHE

La figura de la Machi (o el Machi) tiene especial importancia dentro de la religiosidad


mapuche, puesto que es en ella (o él) en donde se depositan los saberes ancestrales, el
poder de curación y es la que interpreta los símbolos de su cosmovisión. Siguiendo a
Bacigalupo (1995: 127), “diagnostican y curan enfermedades, realizan ceremonias de
curación y exorcismo de espíritus malignos (machitún), ceremonias colectivas de
fertilidad agrícola (nguillatun), ceremonias de renovación de poderes (ngeikurrewen), y
algunas realizan rituales simples para dar suerte y bendecir a sus pacientes.”
De este modo, comprender el rol de la machi en un contexto de salud intercultural
adquiere especial importancia, puesto que, vendría a ser la portadora y protectora de
los saberes tradicionales.
El Kultrun y el Rewe son los elementos que utiliza la o él machi en los rituales, cada uno
con un simbolismo especial dentro de la cosmovisión mapuche.
El Kultrun, por una parte, cuenta con una simbología muy rica en cuanto a
representaciones de diversos aspectos de la cosmovisión del pueblo mapuche: además
de simbolizar a la Luna y el Sol; personifica al gran espíritu Ngenechen. Podría decirse
que, además de representar a la Macahi, simboliza todo el universo mapuche.
La descripción que Grebe (2000) realiza sobre el Kultrun permite ilustrar este punto:
Por su parte, el kultrún mapuche (timbal chamánico) representa a la tierra
mapuche (Grebe 1973: 12-16, 24-34) mientras su vasija –con diversos objetos
terrestres en su interior- equivale a la tierra, su membrana pintada en cruz
es polisémica: representa tanto a la división de la tierra mapuche en cuatro
lugares, cuatro familias regionales y un centro, como también a los cuatro
puntos cardinales, a las cuatro estrellas, astros o planetas; y asimismo a la
machi, su dueña, puesto que su voz y espíritu ha sido introducido
ritualmente en su interior (ibid.: 12-13, véase Lam. 1).(p. 62-63)

Por otro lado, el Rewe viene a sintetizar el universo de creencias y cosmovisión y haría
de puente entre el mundo natural y el mundo espiritual, como plantea Ñanculef (2006,
p. 3, citado por Rodríguez y Saavedra, 2011 p. 18)
El Rehue, es el puente de conexión del mundo natural con el mundo
sobre natural, la Machi al entrar en trance salta sobre él y se eleva,
literalmente hacia el mundo del Wenu-Mapu (Tierra de arriba). Los
Rehue, en su base están llenos de remedios, plantas, platería,
monedas, semillas y alimentos (Ñanculef 2006:3).
Se trata de una representación antropomorfa escalonada tallada en madera sagrada,
comúnmente acompañado de ramas de árboles sagrados, varillas de colihue y las
banderas rituales que evocan a las divinidades.
Un tercer ícono de la cosmovisión es el Ngillatue. Este consiste en una representación de
una deidad tallada en madera sagrada y que se sitúa al centro del espacio ritual
destinado al ngillatún. Siguiendo a Grebe (2000) “el ngillatue no representa
simbólicamente a un dios único, sino a una familia nuclear de cuatro dioses, compuesta
de un dios-padre, una diosa-madre, una dios-hijo-varón-joven y una diosa-hija-mujer-
joven (Grebe: 1972,64-65)”

REPRESENTACIONES DE LAS FUERZAS ESPIRITUALES MAPUCHE

Desde una definición más bien occidental, podría decirse que los mapuche son
politeístas, puesto que su sistema de creencias incluye deidades mayores, deidades
menores y espíritus o pillanes. La principal de estas deidades en Ngenechen, el gran
espíritu, quien conforma la familia divina: Kuse, Fücha, Ullcha y Weche.

Díaz, Pérez et al. (2004), describen fuerzas que generan desequilibrio y, por lo tanto
enfermedad. Estas fuerzas afectarían de igual forma a mapuches y no mapuche, sin
embargo, por poseer estos últimos una relación más estrecha con el plano espiritual,
perciben los males espirituales de forma distinta (Aukanaw, s.f.)
 Weda Newen, energías manejadas por daufe y kalku, que busca perjudicar o
provocar daño a los afectados.
 Weda pülli, espíritus negativos de la naturaleza.
 Weda kürüf, reconocido como un “espacio del mal” o viento malo: entre ellos los
trafentun, encuentros con espíritus negativos que afectan o perjudican cuando
la persona ya está vulnerable o en estado de desequilibrio, y los meülen, que son
remolinos que aparecen al mediodía o cuando hay ceremonias anunciando
desgracias (Echeverría, González, Sánchez y Toro, 2002, citado en Díaz, Pérez et
al. 2004, p. 11 ).
Dentro de la cosmovisión mapuche, una figura interesante son los wekufe, quienes, ya
sea de forma independiente o manipulados por un brujo o bruja (kalku) “bajan a la tierra
para chuparle los humores (especialmente la sangre) a sus víctimas y les transmiten
deformidades, enfermedades y males.” (Bacigalupo, 1995, p. 126)
Bacigalupo comenta en un pie de página (1995, p. 126) que en la actualidad, se
considera a los wekufe como “espíritus negativos que se posesionan de las personas y
les provocan males u enfermedades.” De este modo, el término wekufe se asocia a lo
negativo, que provoca desequilibrios internos y que, por lo tanto, trae enfermedad al
espíritu:
Este tipo de energía puede ser concentrada y proyectada a
distancia, así como también condensarse en forma sutil o grosera
dentro de un ser vivo o una cosa. Ella puede ser irradiada por el
pensamiento o emoción de un hombre (odio, ira, envidia, etc.), por
un espíritu maligno, por el alma de un difunto y por cualquier ser de
cualidad wekufü. (Díaz, Pérez et al. 2004, p. 10)

La cosmovisión y mitología mapuche es rica y compleja en sí misma. Esta revisión no es


más que una pincelada de un tema mucho más amplio y de una filosofía de vida que
concibe al hombre como guardián de su entorno y de sus tradiciones. Los procesos de
aculturación a los que se ha visto sometida la cultura mapuche han llevado a
abandonar algunos preceptos, por este motivo es importante un rescate de la visión
mapuche, por el valor simbólico que ésta tiene.

ETNOCATEGORIZACIÓN D E ENFERMEDADES

Como ya se dijo, un kutran es una manifestación de un desequilibrio provocado de


forma consciente o inconsciente entre el individuo, el entorno y el cosmos.
Se distinguen, entonces, las winka kutran, que son enfermedades introducidas y que
responden al sistema biomédico (cáncer, diabetes, etc.) y las mapuche kutran, que son
aquellas propias del mundo mapuche y que, por lo mismo, deben ser tratadas dentro
del sistema médico mapuche.

CATEGORIZACIÓN DE LA S MAPUCHE KUTRAN


Re kutran (enfermedades naturales): enfermedades como insolación, diarrea, etc. que
tienen su origen en lo natural. Como se ha descartado el componente sobrenatural de
la enfermedad, se trata con infusiones prescritas por un Lawentuchefe.

Kalkutun kutran (enfermedades provocadas por un tercero): enfermedades provocadas


por la intención de un tercero de causar daño. Son enfermedades espirituales o “males”
provocadas por un Kalku (brujo) o un Wkufe (espíritus maléficos).

Wenu kutran (enfermedades espirituales): enfermedades sobrenaturales, generalmente


graves y de difícil tratamiento, ya que son adquiridas por quienes no cumplen las normas
o respetan las tradiciones. Para su sanación

es necesario el actuar de la o él machi, quien realizará una determinada ceremonia de


sanación, de acuerdo con la gravedad del padecimiento.

Para diagnosticar una enfermedad, la o él machi recurren a 3 técnicas. Siguiendo a


Bacigalupo (2001: 72): “los tres tipos de diagnóstico tratan al enfermo en forma integral,
y le pueden decir qué enfermedades físicas, psicológicas, emocionales o espirituales
padece (…)”

De acuerdo con esto, el diagnóstico de una enfermedad se puede realizar a través de:
 Diagnóstico a partir de una muestra de orina, Willentun: es la forma más común
por ser la más expedita, puesto que no es necesario el trance de la o el machi. Al
mirar a contraluz y percibir ciertas características como el color y la consistencia,
se puede realizar un diagnóstico de un gran número de afecciones.

 Diagnóstico a partir de una prenda de ropa usada, Pewuntun: se basa en la idea


de que los humores del cuerpo se impregnan en la ropa del afectado. Se realiza
mediante un ritual con canto y oración, en el cual la o el machi entra en trance
al tocar el kultrun.

 Diagnóstico realizado a partir de un ritual de sanación, mientras la machi se


encuentra en trance: Saahatun. Este tipo de diagnóstico requiere un de un gran
desgaste por parte del o la machi, puesto que debe ser poseído por un espíritu
auxiliar que es quien realiza el diagnóstico. Se requiere, además de la presencia
de un “traductor” para interpretar lo que la o el machi dice durante el trance.
Algunas enfermedades comunes son:
Antü kutran (enfermedades por el sol): produce dolor de cabeza, fiebre y síntomas
similares al resfrío. Se produce por exposición prolongada al sol.

Atreg kutran (enfermedades por el frío): conocido como “estar pasado de frío”. Sus
síntomas incluyen escalofríos, dolores de huesos y trastornos urinarios.

Chafo (gripe): producida por cambios bruscos de temperatura, acompañada de dolor


de cabeza y fiebre.

Nüfwillen (“orina atajada”): se debe a exposición al frío, lo que provoca que la orina “se
congele”. Se presenta con dolor de costado, decaimiento y dificultad para caminar.

Püñu: tipo de peste que se presenta con granos en el cuerpo y fiebre alta.

Küruf kutran (“enfermedad por aire”): enfermedad leve que se caracteriza por gases en
el estómago y se produce por el consumo de ciertos alimentos.

Kaychi (diarrea): Enfermedad aguda, que se produce por la ingesta de ciertos alimentos.

UngkaÑman: distención del estómago con gases y que provoca dolor.

Allfeñ (herida, torcedura): se produce por golpes, fracturas o esguinces.

Chidma: inflamación en los órganos sexuales masculinos.

Entre las enfermedades que afectan el estado de ánimo podemos encontrar:

Lladkün (afligirse): se presenta con falta de apetito, desanimo general y aislamiento.

Ilkun (enojarse): se presenta con nerviosismo y agresividad.


MEDICINA MAPUCHE: USO DE HIERBAS MEDICINALES COMO TERAPIAS COMPLEMENTARIAS

El uso de plantas y hierbas medicinales como método complementario a las terapias


biomédicas no es un fenómeno nuevo. La fitoterapia, concepto utilizado para hacer
referencia al uso de plantas medicinales con fines terapéuticos. Avello y Cisternas (2010)
lo definen como “terapia complementaria que utiliza plantas o partes de ellas donde el
empirismo de la medicina tradicional se transforma en fundamento científico” (p. 1289).
Al validar el uso de estos recursos naturales a través del método científico, organismos
internacionales como la OMS ha reconocido la importancia de este tipo de terapias
como complemento al uso de una terapia convencional.
En Chile, si bien la fitoterapia es reconocida como oficial, su uso no es masivo
probablemente debido a barreras culturales y al desconocimiento de la población en
general, y del personal de salud, en particular.
A nivel estatal, hay poco más de un centenar de plantas de uso medicinal reconocidas
por el Ministerio de Salud y, en conjunto con el Ministerio de Agricultura, se ha trabajado
para fomentar la producción de dichos recursos, y a modo de regular su uso y
comercialización.

El uso del enfoque intercultural en salud va mucho más allá de reconocer las diferencias
culturales y aplicarlas para una atención de calidad. Recordemos que la
interculturalidad implica necesariamente una relación fluida entre los actores
involucrados, un traspaso de conocimientos, costumbres y tradiciones de manera
recíproca.

USO DE HIERBAS MEDICINALES EN EL CONTEXTO MAPUCHE

Se ha discutido la importancia que el entorno y la naturaleza tienen en la concepción


de salud/enfermedad para el pueblo mapuche. Y debido a la relación simbiótica que
se da entre Chen (hombre/mujer) y Mapu (lugar donde habitan los Hombres), es que se
la medicina mapuche se vuelca hacia la naturaleza en busca de una cura para las
dolencias que puedan afectarles: “para la comunidad mapuche, existe una relación de
respeto e integración con las diversas plantas del entorno natural, ya que están
implicados valores culturales, espirituales, sociales y ambientales que forman parte de la
cosmovisión mapuche”(Manual conocimiento sobre usos y prácticas medicinales en
comunidades mapuche, 2004:31)
Antes de utilizar una planta o hierba medicinal, es necesario conocer la parte de la
planta que se necesita (raíz, tallo, hojas, etc.) y la cantidad, según el efecto que se
requiera. Asimismo, éstas deben estar en condiciones óptimas para poder ser utilizadas,
esto es: limpias, libres de plagas, bien almacenadas, etc. Las formas más comunes de
utilizar las hierbas y plantas medicinales varía dependiendo del uso curativo que se le
quiera dar:

Putokoal lawen (Infusión): aprovecha las cualidades de hojas, flores o tallos. Una vez que
el agua ha alcanzado el punto de ebullición, se añade la planta y se le deja reposar.

Afvntukulawen (Cocimiento): aprovecha las “partes duras” de una planta. Se prepara


poniendo la planta en agua fría hasta que hierva a fuego lento.

Maceración: se deja reposar la planta en algún líquido durante un período de tiempo,


luego se estruja obteniendo la sustancia.

Xarintuku lawen (Cataplasma): se prepara machacando las partes de planta a utilizar


hasta obtener una pasta o emplasto.

Vbvrkawe lawen (Friegas): se masajea el cuerpo del paciente con la preparación y las
plantas y hierbas medicinales.

Según se expone en el Manual conocimiento sobre usos y prácticas medicinales en


comunidades mapuche (2004), las plantas medicinales se pueden obtener desde
distintas fuentes:

Huerto: se obtienen plantas de uso común como matico, romero, ruda, etc.

Xayenco (agua que cae desde una cascada): principalmente plantas nativas, como
helechos, sauce, chilco, etc.
Menoco (humedal sagrado): se encuentras hierbas como foye lawen, filulawen, etc. y
árboles sagrados como canelo y arrayán.

Bewfu (río): principalmente en verano, se realiza recolección de ejemplares que crecen


en las riberas de los ríos.

Mawiza (bosque nativo): lugar de recolección de plantas nativas extraídas de: árboles,
arbustos, helechos, etc.
De acuerdo a las costumbres mapuches, las plantas medicinales pueden clasificarse en
cuatro categorías, dependiendo del uso de cada una y del acceso a ellas:

Rukake lawen: plantas y hierbas de uso común y fácil de obtener.


Ejemplo:
Waka Lawen (Toronjil Cuyano): la infusión se puede utilizar para curar heridas
superficiales y quemaduras, favorenciendo la cicatrización. También se utiliza como
expectorante y en casos de brinquitis, tos y asma. No recomendado en embarazadas.

Melawen (Menta): Alivia la acidez estomacal y favorece los procesos digestivos.


También se utiliza contra náuseas y mareos. Como cocimiento, sirve para lavar heridas.

Reke lawen: plantas y hierbas de uso común, pero de difícil acceso (no se encuentran
comúnmente en los hogares o se obtienen de sitios específicos)
Ejemplo:
Cijko (Chilco): como infusión, alivia dolores menstruales. En cocimientos, para cistitis,
uretritis y para aliviar la irritación. No utilizar embarazadas.

Alwe palgiñ (Salvia): en infusión, para purificar la sangre y para el hígado.

Folo (Boldo): en infusión, para dolor de cabeza, estómago y para aliviar el estreñimiento.
Pañil (Matico): Como cataplasma, es secante, cicatrizante y antiséptico. En infusión se
utiliza para limpiar heridas. También tiene propiedades para curar úlceras gástricas y
dolor estomacal.
Kvlog (Maqui): en infusión combate la fiebre. Como cataplasma, las hojas curan el dolor
de espalda. Tiene poder astringente y sirve para tratar ulceras y para cicatrizar heridas,
llagas y coceduras.

FÜSHKU LAWEN: PLANTAS Y HIERBAS “SUAVES”. PLANTAS DE USO COTIDI ANO Y


CON MÚLTIPLES PROPIEDADES CURATIVAS.

Ejemplo:
Pokil (Manzanilla): la infusión se utiliza contra estreñimiento y trastornos digestivos y como
colirio ocular natural. En comprensas tiene propiedades antiinflamatorias. Tiene efectos
sedantes, por lo que puede utilizarse para calmar ansiedad y dolores menstruales.

Poleo: en infusión favorece la digestión y ayuda a eliminar parásitos. Es de uso


expectorante y es reconocida como una planta con propiedades emenagogas.

WEYCHAFEKE LAWEN: PLANTAS Y HIERBAS “FUERTES”. PLANTAS DE USO MEDICINA L O RITUAL.


DEBIDO A SU PODER CURATIVO, SE UTILIZAN COMO “CONTRAS”, ES D ECIR, PARA COMBATIR
“MALES” O “EMBRUJOS”.

Ejemplo:

Foye (Canelo): en infusión, es purgante, sirve para tratar escorbuto, reumatismo y


enfermedades de la boca. Las hojas se utilizan como antiséptico.

Palgvn (Palki): como infusión, combate la fiebre. Se utiliza como cataplasma para el
dolor de muelas. Las hojas se utilizan para tratar las roncas producidas por el libre.

Küla (Quila): la infusión de las flores sirve como anticonceptivo. Su sabia se utiliza para
afecciones oculares.
Kuri Mamvl (Palo negro): el cocimento es eficaz contra la gonorrea y las afecciones de
las vías urinarias. En infusión sirve para el estómago, riñones y la vejiga.
Como hemos visto, existen variadas formas de aprovechar las propiedades de las
plantas medicinales y complementarlas con un tratamiento biomédico. Es importante
recordar que una buena comunicación entre el especialista y el paciente permite una
continuidad en el tratamiento.
Las hierbas y plantas medicinales deben, no obstante, utilizarse teniendo las siguientes
consideraciones, expuestas en el Manual conocimiento sobre usos y prácticas
medicinales en comunidades mapuche (2004):

 Conocer la causa del malestar para poder administrar el tratamiento adecuado


 Utilizar sólo plantas reconocibles o hacerse asesorar por alguien conocedor de
las propiedades de cada una.
 Tener especial atención con mujeres, niños y pacientes con padecimientos
crónicos.
 La recomendación más importante es, una vez detectado el problema que lo
aqueja, modificar los hábitos que podrían haber desencadenado tal dolencia o
afección.
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