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Por
Alejandra María Gómez Merino
Universidad de Antioquia
Puerto Berrio
2019
El siguiente texto pretende abordar lo que para el autor, son las formulaciones sobre los dos
principios del acaecer psíquico, viéndolos estos como preliminares para cualquier
acercamiento ante su teoría y de esta manera confrontar sus hallazgos clínicos que parten como
bien lo menciona en el título de “los dos principios reguladores” los cuales son el principio de
Para entender mejor las actitudes psíquicas del individuo frente a la realidad, Freud empieza
Hablando de la pérdida del sentido de lo real que caracteriza a toda neurosis, en donde la represión
como papel protagonista permitirá enlazar las condiciones fundamentales de la neurosis con la
Entrando en materia, Freud presenta como primer principio que rige el funcionamiento psíquico, el
principio de placer, el cual está ligado a los procesos primarios propios del inconsciente que tienden
a procurar el placer y a evitar el displacer. Por otro lado introduce también el segundo principio que
rige la actividad psíquica “el principio de realidad” el cual sustenta mediante la hipótesis de que
Freud (1911) “antes las exigencias imperiosas de las necesidades internas, lo deseado quedaba
luego el abandono de esta tentativa de satisfacción para luego sustituirla a través de representarse
las circunstancias reales del mundo exterior y a su modificación real”. (p.224) de tal manera que el
realidad a través de procesos más controlados (secundarios) no para sustituir el placer, sino más
La introducción de estos 2 principios trajo como consecuencia una serie de adaptaciones del aparato
psíquico los cuales se ven reflejados en distintos ámbitos de la vida humana. Por el lado del principio
evitar el displacer.
El fantasear se convierte en una muestra del poder que tiene el principio de placer sobre el principio
tampoco simultáneamente pues se cumple una separación de los instintos del yo, de los instintos
sexuales en pro del principio placer. Esta separación se distingue en la conducta autoerotica que
asegura su propio placer sin ser interrumpido por las exigencias de la realidad y en la interrupción
del periodo de latencia que retrasa el desarrollo psíquico del instinto sexual. En consecuencia de lo
anterior, el individuo mantiene por largo tiempo la satisfacción momentánea en el objeto sexual en
vez de la satisfacción real que requiere esfuerzo, por lo que esta actitud psicológica y la falta de
psíquica de la neurosis.
Ahora bien, aclara Freud que “la sustitución del principio de placer por el principio de realidad no
significa una exclusión del principio de placer, sino tan solo un afianzamiento del
mismo”(Freud,1911) formulación que ha sido acogida por muchas de las doctrinas religiosas que
promueven la renuncia a los placeres terrenales momentáneos con la promesa de una
De otro lado, el autor manifiesta que a través de la educación se puede vencer el principio de placer
y sustituirlo por el principio de realidad ya que ofrece una ayuda al desarrollo del yo, sin embargo
también agrega que por medio de las artes se llega a una reconciliación de estos dos principios,
dado a que el artista no renuncia a la satisfacción de sus instintos y plasma de manera exitosa su
mundo de fantasías.
Por lo tanto, volviendo a la separación del desarrollo de los instintos del yo y los instintos sexuales,
se expone la evolución de las pulsiones sexuales (del autoerotismo hasta la elección de objeto)
que haya tenido efecto la inhibición del desarrollo, y las condiciones que la posibilitaron.
Finalmente resulta extraño para el autor que la realidad pensada es comparada con la realidad
efectiva exterior, por lo que resulta difícil distinguir unas fantasías inconscientes de unos recuerdos
que han devenido inconscientes. Dependerá entonces de la cara de la moneda que predomine, en
Bibliografía:
Freud, S. (1911). formulaciones sobre los dos principios del acaecer psiquico. En S. Freud, Sigmund
Freud Obras completas volumen XII (págs. 217-219). Buenos Aires: amarrortu.