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Estética evangélica
por Félix Ángel Palacios
El filósofo español López Arangu-
ren, en su ensayo titulado Catolicismo
y protestantismo como formas de exis-
tencia (1952), realiza una interesante
comparativa sobre cómo entienden la
vida y a Dios los católicos y los pro-
testantes. Para él, la Iglesia Católica
es la portadora del espíritu latino
histórico de la Roma clásica, la
heredera cultural de la Antigüedad.
Censura el insigne pensador «la
ausencia de imágenes y metáforas, de
toda poesía» que caracteriza al protes-
tantismo en general, principalmente a
los calvinistas, a quienes ve como
«gentes tristes, graves y secamente
austeras, hostiles al goce». Por el
contrario, afirma, el alma del católico
es figurativa, disfruta de la vida por-
que se siente tranquilo con el mundo y
con Dios, protegido por la Iglesia e El órgano de tubos, un elemento embellecedor frecuente en iglesias evangélicas.
Noviembre, 2017 El Mensajero 3
interno, y su estilo impresiona por armonía del lugar. La minimalista espiritual en la que vivimos.
recatado, sencillo, intenso y sincero. sencillez de los lirios del campo, Somos lo que parecemos, lo que
¿Por qué nosotros no hemos hecho lo ensalzada por el Señor Jesús, contiene nos debería preocupar como evangéli-
mismo? más alegría y elegancia que los vesti- cos. Nuestra renuencia a utilizar el
Aún no entendemos que el arte, en dos del propio Salomón (Mt 6,28-29), lenguaje visual no se reduce única-
todas sus manifestaciones, no es y nos recuerda que lo magnífico y lo mente a lo arquitectónico o lo decora-
incompatible con el mensaje del majestuoso no siempre se corresponde tivo de nuestros templos. Las otras
Evangelio y que lo comunica de con lo caro. Es más, la sobrecarga áreas de nuestro vivir diario, aquellas
manera magnífica en sintonía con la estética y la ostentosidad pueden ser tan enfatizadas como «el testimonio
estética divina. Lamentablemente, tan desagradables a la vista y estar tan del creyente», discurren a menudo por
cinco siglos de Reforma Protestante alejadas de la virtud como el mayor estos mismos parámetros de pobreza
no han sido suficientes para que los de los vicios. gestual, descortesía y mal gusto aun
evangélicos demos con un estilo que Como señalábamos al principio, la entre hermanos en la fe, una dureza de
nos defina como pueblo que se alegra iconoclasia de la pura subjetividad, el formas totalmente contraria a la ter-
en su Dios, que se relaciona con Él énfasis en la interioridad, nos ha aleja- nura y la exquisitez del corazón de
prescindiendo de boatos e interme- do históricamente a los protestantes Cristo, pero acorde con la escenogra-
diarios, y que celebra existencial- del contacto con la esfera del arte fía en la que nos envolvemos. Por tal
mente la Redención efectuada a su como forma de expresar nuestra fe y motivo, muchos creyentes dudan
favor por Cristo. esperanza. En consecuencia, nuestros seriamente a la hora de invitar a
Pese al elevado número de artistas lugares de culto no comunican ni la alguien con un mínimo de sensibili-
nacidos en el seno del protestantismo mínima parte de lo que somos ni lo dad a acudir a su iglesia.
desde el siglo XVI, principalmente que tenemos por la gracia de Dios, es Renunciar a izar la bandera del arte
músicos y pintores, nuestros lugares más, muchos de ellos evidencian más supone crear entornos eclesiales poco
de culto dejan en general mucho que el poco atractivo de una condición inspiradores, por decirlo de manera
desear desde el punto de vista estético humana alejada naturalmente de Dios suave. A veces son estéticas hereda-
o, lo que es peor, transmiten un que la belleza de la nueva vida en das de situaciones pretéritas difíciles,
mensaje de austeridad y sequedad Cristo. pero por lo general siguen lo que mar-
visual que asusta. «¡Oiga, que no Resulta paradójico proclamar la ca el mejorable gusto de la organiza-
somos Salomón!», y es verdad, pero presencia de Dios entre nosotros, ción a la que pertenece la iglesia, del
no debemos confundir limitación de enfatizar una relación personal con Él, pastor y su señora, etc. Tristemente,
medios con pobreza de ideas o mal desatendiendo al mismo tiempo el cuando algún templo evangélico llama
gusto, y ejemplo de ello nos lo dan lenguaje estético con el que nos co- la atención, lo hace por lo recargado y
aquellas personas de condición humil- municamos con los demás. Podemos estridente, una estética absurda en
de pero enormemente dignas en su entender la reacción pendular en los consonancia con la megalomanía de
porte. Lo sencillo no es sinónimo de inicios de la Reforma contra el abuso sus pastores. Este panorama nada
feo, ni lo funcional tiene por qué ser de la Iglesia de Roma en este sentido, alentador traduce un desequilibrio
triste o burdo. o el énfasis en que la virtud moral está interno, un alma empobrecida, alejada
El minimalismo, esa corriente por encima de los adornos externos, pavorosamente de una de las facetas
artística que considera que «menos es pero prescindir de toda licencia más atractivas y asombrosas de nues-
más», nos sirve también de ejemplo: estética en aras de una pretendida tro Padre: la belleza de las cosas. Eras
prescindiendo al máximo de los obje- sobriedad evangélica y para dejar perfecta a causa de mi hermosura que
tos decorativos, utiliza solo aquello claro que rechazamos lo vano, no yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor
que realza la pureza de líneas y la parece ajustarse a la exultante realidad (Ez 16,14).
Esta estética evangélica, llamé- En resumen, y volviendo a las 3. Nunca hay una segunda oportuni-
mosla así, por demás anodina, no hace preguntas del inicio, podríamos decir dad para causar una primera
justicia a un pueblo en cuyo corazón que: impresión. Nuestros entornos
hay un tesoro colosal, una fuente ina- 1. La estética habla de ética, las for- eclesiales son escaparates que
gotable de vida que transforma cuanto mas del fondo, un lenguaje que los confirman o contradicen lo que
toca y embellece todo el abanico de la evangélicos deberíamos saber tenemos en Cristo. Plasmar en
existencia. El hombre bueno, del buen manejar. ellos las verdades que proclama-
tesoro de su corazón saca lo bueno 2. La Iglesia posee una realidad espi- mos exige utilizar un lenguaje
(Lu 6,45). Somos imagen de Dios y ritual única, un mensaje extraordi- visual que nos haga justicia como
templo del Espíritu Santo, por lo que nario incompatible con lo burdo, lo pueblo de Dios.
la presencia del Eterno se halla por seco, lo triste y lo displicente que ¡Cuán grande es su bondad!
partida doble en el alma del creyente, transmiten nuestros templos o ¡Cuánta su hermosura! (Zac 9,17).
una realidad que, sin embargo, es nuestra forma de ser y de relacio-
desdeñada visualmente entre nosotros. narnos.
E
Israel se fue desarrollando una espe-
n los capítulos anteriores Jesús, difícilmente podríamos enten- ranza que, de alguna manera, unifica-
hemos hablado de la afirma- der que el evangelio sea una buena ba la restauración del pueblo en la
ción cristiana de que Dios noticia. Es más, el pasaje sobre el historia con la restauración de los
estaba en Cristo reconciliando el sufrimiento del siervo del Señor, que difuntos. Los profetas de Israel fueron
mundo consigo. Sin esta afirmación, era la continuación de las «buenas proclamando magníficas visiones del
difícilmente podríamos pensar que la noticias» profetizadas por Isaías, futuro, en las que se incluían también
muerte de Jesús signifique una victo- culmina justamente afirmando la a las generaciones pasadas, incluyen-
ria sobre el pecado. De hecho, más exaltación del siervo del Señor (Is do a quienes habían sido oprimidos,
bien se podría ver a Jesús como 53,10-12). ¡Algo anunciado cientos de derrotados, y humillados a lo largo de
alguien que simplemente fue abando- años antes de Jesús! la historia.
nado por Dios. El mensaje gozoso de los primeros Un buen ejemplo es el capítulo 37
Ahora bien, ¿de dónde sacaron los cristianos consistía precisamente en el del libro de Ezequiel. Allí el profeta
primeros cristianos la idea de que «testimonio de la resurrección» de ve un valle lleno de huesos secos a los
Dios estaba en Cristo, reconciliando el Jesús (Hch 4,33). Podemos preguntar- que el Espíritu vuelve a dar vida,
mundo consigo? Para entender esta nos ahora en qué consiste la resurrec- restaurando la carne, y para unirlos al
afirmación, tenemos que ver el segun- ción. pueblo redimido por Dios. Otro ejem-
do elemento del evangelio. Se trata de 1. El adelanto del fin plo es el libro de Daniel, donde se
la resurrección de Jesús. profetiza una liberación del pueblo
La resurrección se ha de entender
De hecho, sin la resurrección de que incluirá a los difuntos, que brilla-
desde su trasfondo en el Antiguo
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