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LA SANTA MISA

Misal diario
LA SANTA MISA
MISAL DIARIO

Abril 2019
CICLO C

Año X. Número 115.


Guadalajara, Jalisco, México
LA SANTA MISA
actividades

VISITAS, SANTUARIO DE LOS MÁRTIRES


07 de abril: (Decanato San Pedro).
14 de abril: (Decanato de San José del Castillo).
21 de abril: (Decanato de Zapotlanejo).
28 de abril: (Decanato del Dulce Nombre de Jesús).

aniversarios
(02 de abril de 2005) Muerte de San Juan Pablo II
(10 de abril de 2008) Ordenación episcopal del Excmo. Sr. D. Juan Humberto Gutiérrez Valencia.
(19 de abril de 2005) Elección de S.S. Benedicto XVI
(30 de abril de 1988) ordenación episcopal del Emmo. Sr. Arzobispo Emérito,
Cardenal D. Juan Sandoval Íñiguez.

Actividad diocesana
03 de abril: Reunión mensual del equipo de la Vicaría para la Vida consagrada, casa episcopal.
Encuentro de la Orden de las Vírgenes Consagradas, casa de formación.
04 de abril: Reunión del equipo nato de vicarías episcopales, los santos mártires mexicanos. San
José de Analco, Nuestra Sra de Zapopan. Nuestra Señora del Rosario Atemajac.
14 de abril: Domingo de Ramos, Día Mundial de la Juventud.
17 de abril: Reunión conjunta, casa de ejercicios, 10:30 a.m.
18 de abril: Jueves Santo, 10:00 h Misa Crismal en la Catedral. Reunión del equipo nato de vicarías
episcopales. Santuario de Guadalupe, Señor Grande de Ameca San Pedro
19 de abril: Viernes Santo, Reunión del Equipo nato de Vicarías. Episcopales, Tlajomulco.
20 de abril: Sábado Santo
21 de abril: Domingo de Resurrección
28 de abril: Misa del Día del Trabajo, Catedral

Imprimátur:
+ José Francisco Cardenal Robles Ortega
Impreso en:
Creator Comunicaciones, S. de R.L. de C.V.
Isla Flores N.º 3344, Col. Jardines de San José,
Tlaquepaque, Jalisco. C.P. 45085
Tel.: (01 33) 3002 6470
lasantamisa@cccomunicaciones.com.mx
Número de registro:
03-2009-092812352700-01
Certificado por INDAUTOR
lunes 1° de abril de 2019 3
1° lunes
Morado
FERIA DE CUARESMA
o BEATOS JOSÉ LUIS PADILLA GÓMEZ,
JORGE RAMÓN y RAMÓN VICENTE VARGAS GONZÁLEZ,
Mártires Mexicanos *
MR pp. 228 y 881 [241 y 920] / Lecc. I p. 761
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 7-8
Confío en ti, Señor. Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque te has fijado
en mi aflicción.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios que renuevas el mundo por medio de tus admirables sacramentos,
concede que tu Iglesia progrese gracias a tus designios externos y que no le falten
los auxilios temporales. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
[Ya no se oirán gemidos ni llantos.]
Del libro del profeta Isaías 65, 17-21
Esto dice el Señor: “Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré lo
pasado, lo olvidaré de corazón. Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo
que voy a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo en alegría. Me alegraré
por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos. Ya no
habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen sus años y al que no los alcance
se le tendrá por maldito. Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y comerán
sus frutos”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 29, 2 y 4. 5-6. 1 l-12a y 13b


R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvas-
te de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo ins-
tante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en ale-
gría, te alabaré por eso eternamente. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
4 lunes 1° de abril de 2019

EVANGELIO
[Vete, tu hijo ya está sano.]
Del santo Evangelio según san Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había de-
clarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando llegó, los galileos
lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que Él había hecho en Jerusalén durante
la fiesta, pues también ellos habían estado allí. Volvió entonces a Cana de Galilea, donde
había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía un hijo enfer-
mo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le
rogó que fuera a curar a su hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dijo: “Si no ven ustedes
señales y prodigios, no creen”. Pero el funcionario del rey insistió: “Señor, ven antes de
que mi muchachito muera”. Jesús le contestó: “Vete, tu hijo ya está sano”. Aquel hombre
creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando iba llegando, sus criados le
salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba sano. Él les preguntó a qué hora
había empezado la mejoría. Le contestaron: “Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la
fiebre”. El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había dicho: ‘Tu hijo ya está
sano’, y creyó con todos los de su casa. Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo
Jesús al volver de Judea a Galilea. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Al pueblo –vuelto por fin a la patria después del exilio y
que se apresta ahora a reconstruir la ciudad y el templo– el profeta Isaías
le describe la situación futura que Dios mismo ofrecerá un día a sus fieles.
Los anhelados tiempos mesiánicos serán «cielos nuevos y tierra nueva». Los
detalles que describen esta nueva y privilegiada situación han de entender-
se dentro de un motivo común: la alegría. Los sufrimientos pasados serán
ya sólo, y afortunadamente, un lejano recuerdo... • La curación del hijo del
funcionario real, en Caná de Galilea, nos es reportada por San Juan como el
segundo «signo» realizado por Jesús. Este es el tercer ejemplo típico –con los
otros de Nicodemo y de la Samaritana– de alguien que decide ir en busca de
la fe, y en esta ocasión se trata de un pagano. La fe sincera nos hace creer lo
que no vemos, como este hombre creyó que Jesús podía sanar a su hijo sin
ir a su casa. Su fe es confirmada por el milagro, anunciado por los criados
que salen a su encuentro para hacérselo saber.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos,
para que, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en
la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 36, 27


Infundiré mi Espíritu en ustedes, y los haré vivir según mis preceptos y cumplir mis
mandamientos, dice el Señor.
lunes 1° de abril de 2019 5
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tus santos misterios, renovándonos, nos vivifiquen nos rea-
nimen con su vigorosa fuerza y, santificándonos, nos conduzcan a la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Renueva, Señor, interior y exteriormente a tu pueblo, y ya que no quieres que lo
frenen los placeres carnales, afiánzalo en su anhelo de los bienes espirituales. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.

BEATOS JOSÉ LUIS PADILLA GÓMEZ,


JORGE RAMÓN y RAMÓN VICENTE VARGAS GONZÁLEZ,
Mártires Mexicanos *
MR p 881 [ 920] / Lecc. I p. 761

ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que diste a los beatos José Luis Padilla Gómez, Jorge Ramón
y Ramón Vicente Vargas González, la gracia de llegar a la gloria del martirio, concéde-
nos, por su intercesión, el perdón de nuestros pecados y vivir libres de toda adversidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

* LUIS PADILLA GÓMEZ


Nació en Guadalajara, el 19 de diciembre de 1899. A los 18 años ingresó
al Seminario de Guadalajara, en donde permaneció hasta 1921. Habiendo
comprendido que Dios no lo llamaba al sacerdocio, abandonó los estudios
eclesiásticos, se dedicó a un apostolado laborioso, alimentado espiritual-
mente en la Eucaristía y la devoción a Nuestra Señora de Guadalupe. Fue
presidente diocesano de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana.
Al desatarse la persecución contra la Iglesia, no tuvo temor, sino que con
más vigor ejerció su diligencia apostólica. El 1 de abril de 1927 fue apren-
dido, torturado y finalmente asesinado por los soldados.

* JORGE RAMÓN VARGAS GONZÁLEZ


Nació en Ahualulco de Mercado, Jalisco, el 28 de septiembre de 1899.
Emigró a Guadalajara en compañía de su familia. Se inscribió en la Aso-
ciación Católica de la Juventud Mexicana. Sobresalió por su ferviente de-
voción a la Santísima Virgen María. Al recrudecerse la persecución contra
la Iglesia, fue aprendido. No temió ante la muerte, su único dolor fue no
poder comulgar antes de dar el testimonio supremo de su fe, pero lo animó
su hermano Ramón, con estas palabras: “No temas, si morimos nuestra
sangre limpiará los pecados”. Fue asesinado el 1 de abril de 1927.
6 martes 2 de abril de 2019

* RAMÓN VICENTE VARGAS GONZÁLEZ


Nació en Ahualulco de Mercado, Jalisco, el 22 de enero de 1905. De joven
emigró a Guadalajara con su familia, se inscribió en la Asociación Católica
de la Juventud Mexicana e ingresó a la Universidad de la ciudad para es-
tudiar medicina. Fue diligente en cumplir sus propias obligaciones y sobre-
salió por su espíritu de oración. Se entregó a los perseguidores en lugar de
su hermano mayor. Junto con su hermano Jorge fue fusilado el 1 de abril
de 1927. Fueron beatificados por el Papa Benedicto XVI el domingo 20 de
noviembre de 2005, Solemnidad de Cristo, Rey del universo, en la ciudad
de Guadalajara, en un grupo encabezado por Anacleto Gonzáles Flores.

2 martes
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN FRANCISCO DE PAULA,
Ermitaño
MR pp. 229 y 695 [242 y 714] / Lecc. I p. 763
Nació en Calabria (provincia italiana), en 1416. Desde muy joven escuchó el llamado de Dios
para que se dedicara a la vida de ermitano, y se fue a vivir en una cueva. Pero lo siguió toda
una multitud de personas, que acamparon cerca de su cueva. Este fue el origen de la Orden
de los mínimos (1493). Francisco murió en Francia, a donde el rey Luis XI lo había llamado.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 55, 1
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen
dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, Tú que enalteces a los humildes, y elevaste a san Francisco de Paula a la
gloria de tus santos, concédenos que por sus méritos y ejemplo, consigamos felizmente la
recompensa prometida a los humildes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.]
Del libro del profeta Ezequiel 47, 1-9. 12
En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del um-
bral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua baja-
ba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del
norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado
derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía en la mano, midió
quinientos metros y me hizo atravesar por el agua, que me daba a los tobillos. Midió otros
martes 2 de abril de 2019 7
quinientos metros y me hizo pasar; el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más
y me hizo cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear,
pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo: “¿Has visto,
hijo de hombre?”. Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás,
vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas
van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas
y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá
peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y
por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente
crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán
frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos
servirán de alimento y sus hojas, de medicina”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9ab
R. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no
tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios,
Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba. R.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las
cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Al momento el hombre quedó curado.]
Del santo Evangelio según san Juan 5, 1-3. 5-16
Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jeru-
salén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá, en hebreo, con cinco
pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. En-
tre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Al verlo ahí tendido
y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado, Jesús le dijo: “¿Quieres curarte?”.
Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se
agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo”. Jesús le dijo: “Leván-
tate, toma tu camilla y anda”. Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se
puso a andar. Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado:
“No te es lícito cargar tu camilla”. Pero él contestó: “El que me curó me dijo: ‘Toma
tu camilla y anda’”. Ellos le preguntaron: “¿Quién es el que te dijo: ‘Toma tu camilla
y anda’?”. Pero el que había sido curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido
entre la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo y le dijo: “Mira, ya
8 martes 2 de abril de 2019

quedaste sano. No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor. Aquel hombre
fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos per-
seguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: • El agua ha sido siempre presagio y signo elocuente de algo


«nuevo». La vida que brotará del templo reconstruido y reconsagrado –lo mis-
mo que todo el ambiente de su liturgia renovada– será como un río rebosante
de dones que inundará la tierra, la cual producirá árboles, hierbas y frutos
que serán para los hombres comida y medicina. El brillante futuro que es-
pera al pueblo elegido tiene sus raíces en la renovación espiritual, de la cual
el templo y el culto serán fuente inagotable, como nostálgico recuerdo del
paraíso terrenal... • El milagro realizado por Jesús en sábado en la piscina
de Betesdá es, por supuesto, una curación, mas es también un juicio contras-
tante acerca de la concepción en torno a la auténtica práctica del sábado.
Los judíos, al condenarlo duramente, no logran interpretar el hecho milagro-
so como signo de la presencia activa de Dios, sino que se aferran ciegamente
a la Ley como a un absoluto. Jesús, en cambio –al interesarse por el que “no
tenía a nadie”– la interpreta como un instrumento de relación con Dios y
siempre al servicio del hombre.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que testimonien el
auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y se nos conviertan en alimento
de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2


El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me condu-
ce hacia fuentes tranquilas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Purifica, Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos ce-
lestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para nuestro cuerpo, los
auxilios presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].


Concede, Dios misericordioso, que tu pueblo permanezca siempre entregado a ti y
obtenga sin cesar de tu bondad lo que va necesitando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
miércoles 3 de abril de 2019 9
3 miércoles
Morado

FERIA DE CUARESMA
o BEATOS JOSÉ EZEQUIEL y
JOSÉ SALVADOR HUERTA GUTIÉRREZ,
Mártires Mexicanos *
MR pp. 230 y 882 [243 y 921] / Lecc. I p. 766
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 14
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu amor;
que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgas el premio a los justos y concedes el perdón a los pecadores
que se arrepienten, ten misericordia de quienes te dirigen sus ruegos, para que el recono-
cimiento de nuestras culpas nos sirva para recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
[Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra.]
Del libro del profeta Isaías 49, 8-15
Esto dice el Señor: “En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de la salva-
ción te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para res-
taurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros:
‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’. Pastarán de regreso a lo largo
de todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre
ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los conduci-
rá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán terraplén a
mis calzadas. Miren: éstos vienen de lejos; aquéllos, del norte y el poniente, y aquéllos
otros, de la tierra de Senim. Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar,
montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desampa-
rados. Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’.
¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo
de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de
ti”, dice el Señor todopoderoso. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 144, 8-9. 13cd-14. 17-18
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdo-
nar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas. R.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apo-
yo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No
está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R.
10 miércoles 3 de abril de 2019

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25. 26


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muer-
to, vivirá. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida a quien Él
quiere dársela.]
Del santo Evangelio según san Juan 5, 17-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en
sábado): “Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Por eso los judíos buscaban con
mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo
a Dios, igualándose así con Dios. Entonces Jesús les habló en estos términos: “Yo les ase-
guro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo
que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que
hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así como el
Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien Él quiere
dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos
honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. Yo
les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no
será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida. Les aseguro que viene
la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan
oído vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo
tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán
mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que hicieron el mal, para la
condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • El profeta Isaías hace aquí una enfática descripción del re-
torno de los exiliados a la patria y de la reconstrucción de Jerusalén, que verá
la derrota de sus opresores. Para animar al pueblo en el exilio, él les recuerda
que Dios siempre lo ha amado y colmado de dones, y que le garantizará la paz
y la protección. Israel nunca deja, en realidad, de ser pueblo elegido y Dios no
se le revela simplemente como un soberano absoluto, sino como alguien cuyo
tierno amor supera incluso al de la mejor de las madres... • Los adversarios de
Jesús lo acusan como transgresor del reposo sabático –como lo veíamos el día
de ayer– y como alguien que osaba «igualarse con Dios». Jesús responde revelán-
doles su íntima e indisoluble unidad con el Padre en las obras que hace y en el
poder de juzgar a todos los hombres. Reconocer a Jesús como Hijo de Dios era
ciertamente difícil para los judíos, al menos que hubieran tenido en cuenta las
obras que probaban su divinidad y que hubieran sido capaces de renunciar a
sus razonamientos meramente humanos.
miércoles 3 de abril de 2019 11
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que la fuerza de este sacrificio nos purifique de nuestra antigua con-
dición pecadora y nos haga crecer en vida nueva y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 17
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara
por Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir tus celestiales dones, te rogamos, Señor, no permitas que sea causa de
condenación lo que en tu providencia diste a tus fieles como salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Que defienda a tus siervos, Señor, la protección de tu bondad, para que, haciendo el bien
en este mundo, puedan llegar hasta ti, que eres el sumo bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.

BEATOS JOSÉ EZEQUIEL y


JOSÉ SALVADOR HUERTA GUTIÉRREZ,
Mártires Mexicanos *
MR p. 695 [714] / Lecc. I p. 763
ORACIÓN COLECTA
Aumenta misericordiosamente en nosotros, Señor, la fe que a tus gloriosos mártires
José Ezequiel y José Salvador Huerta Gutiérrez los hizo gloriosos porque la mantuvie-
ron intacta hasta derramar por ella su sangre; y concédenos que, profesándola sincera-
mente, nos justifique. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
* JOSÉ EZEQUIEL HUERTA GUTIÉRREZ
Nació en Magdalena, Jalisco, el 7 de enero de 1876. Hizo sus estudios en
un Instituto Estatal. Llegó a ser un músico y cantor capaz, facultades que
puso al servicio de la comunidad cristiana. Era miembro de la Adoración
Nocturna del Santísimo Sacramento. En 1904 se casó con María Eugenia
García, con la cual tuvo diez hijos. En 1923 ingresó a la Venerable Orden
Terciaria de San Francisco. En la mañana del 2 de abril de 1927 fue apre-
hendido y cruelmente torturado. Sufrió el martirio con Salvador, su herma-
no, la mañana del siguiente día.

* JOSÉ SALVADOR HUERTA GUTIÉRREZ


Nació en Magdalena, Jalisco, el 17 de marzo de 1880 y todavía niño se
trasladó con su familia a Guadalajara. En 1907 contrajo matrimonio con
Adelina Jiménez, con quien tuvo 11 hijos. En 1921 se inscribió a la Adora-
ción Nocturna del Santísimo Sacramento. El 2 de abril de 1927 fue hecho
12 jueves 4 de abril de 2019

prisionero y torturado. El siguiente día fue fusilado. Fueron beatificados


por el Papa Benedicto XVI el domingo 20 de noviembre de 2005, Solemni-
dad de Cristo, Rey del universo, en la ciudad de Guadalajara, en un grupo
encabezado por Anacleto Gonzáles Flores.
4 jueves
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN ISIDORO
Obispo y Doctor de la Iglesia
MR pp. 231 y 695 [244 y 714] / Lecc. I p. 769
Isidoro de Sevilla es el gran doctor de España. Sucedió a su hermano Leandro como obispo de
Sevilla. Trabajó en la organización de la Iglesia en el reino visigodo, teniendo muy en cuenta los
concilios. La recopilación de conocimientos hecha por el sirvió como texto durante varias gene-
raciones (560-636).
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes;
busquen su rostro sin descanso.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, las súplicas que te dirigimos al celebrar a san Isidoro de Sevilla, y
haz que tu Iglesia, iluminada por sus enseñanzas, encuentre ayuda en su intercesión. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[No castigues a tu pueblo por sus maldades.]
Del libro del Éxodo 32, 7-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “Anda, baja del monte, porque tu pueblo, el
que sacaste de Egipto, se ha pervertido. No tardaron en desviarse del camino que yo les
había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se han postrado ante él y le han ofre-
cido sacrificios y le han dicho: ‘Este es tu Dios, Israel; es el que te sacó de Egipto’ ”. El
Señor le dijo también a Moisés: “Veo que éste es un pueblo de cabeza dura. Deja que mi
ira se encienda contra ellos hasta consumirlos. De ti, en cambio, haré un gran pueblo”.
Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole: “¿Por qué ha de encenderse tu ira,
Señor, contra este pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano? ¿Vas
a dejar que digan los egipcios: ‘Los sacó con malas intenciones, para hacerlos morir en las
montañas y borrarlos de la superficie de la tierra?’ Apaga el ardor de tu ira, renuncia al mal
con que has amenazado a tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos
tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: ‘Multiplicaré su descendencia como las
estrellas del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les he prometido’ ”.
Y el Señor renunció al castigo con que había amenazado a su pueblo. Palabra de Dios.
jueves 4 de abril de 2019 13
SALMO RESPONSORIAL del salmo 105, 19-20. 21-22. 23
R. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que
era su gloria por la imagen de un buey que come pasto. R.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam,
mil maravillas, y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios. R.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido, se interpuso, a
fin de que, en su cólera, no fuera el Señor a destruirlos. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea
en Él tenga vida eterna. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.]
Del santo Evangelio según san Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Si yo diera testimonio de mí, mi testimo-
nio no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y yo bien sé que ese testimonio que
da de mí es válido. Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de
la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es
para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron
alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las
obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de
mí y me acreditan como enviado del Padre. El Padre, que me envió, ha dado testimonio
de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita
en ustedes, porque no le creen al que Él ha enviado. Ustedes estudian las Escrituras pen-
sando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, ellas son las que dan testimonio de mí.
¡Y ustedes no quieren venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los
hombres; es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos. Yo he venido en
nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera en nombre propio, a ése
sí lo recibirían. ¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir gloria los
unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de Dios? No piensen que yo los voy
a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa: Moisés, en quien ustedes tienen su
esperanza. Si creyeran en Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero,
si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Moisés se había alejado para encontrarse con Dios en lo
alto del monte. Esto fue suficiente para que los israelitas, «de cabeza dura»,
cayeran en la idolatría más vergonzosa. Y cuando Dios está a punto de des-
truirlos a fin de hacerse de un pueblo mejor, aparece la figura oportuna e
imponente de Moisés que –incluso en una especie de decidido enfrentamien-
to con el Señor– se erige en defensor solidario e intercede por los culpables.
14 viernes 5 de abril de 2019

Esta oración es figura y presagio de la oración de Jesús, que se hizo total-


mente solidario con el hombre (Cfr. Heb 4, 15)… • Continúa la respuesta de
Jesús a la enconada polémica suscitada por la curación, en sábado, en favor
del enfermo, tristemente abandonado en la piscina de Bethesdá. Esta violen-
ta confrontación asume casi la forma de un proceso. Jesús se les enfrenta
evocando varios testimonios. Comienza por evocar las palabras de Juan el
Bautista y luego alude a las obras que «lo acreditan como enviado del Padre».
Finalmente apela a la Escritura misma, que ellos –sus obstinados adversa-
rios– supuestamente dicen tomar en cuenta y respetar.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Dios todopoderoso, que la oblación de este sacrificio purifique nuestra
debilidad y la proteja de todo lo malo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jer 31, 33
Yo pondré mi ley en lo más profundo de su ser y voy a grabarla en sus corazones. Yo
seré su Dios y ellos serán mi pueblo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que los sacramentos recibidos purifiquen y liberen de toda culpa
a tus siervos, para que, quienes nos sentimos abatidos por el peso de los pecados, nos
gloriemos en la plenitud del remedio celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO Opcional.
Dios y Padre nuestro, protector de los que esperan en ti, bendice a tu pueblo: sálvalo,
protégelo y disponlo para que, libre de todo pecado y a salvo de las asechanzas del ene-
migo, persevere siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
5 viernes
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN VICENTE FERRER,
Presbítero
MR pp 233 y 696 [245 y 715] / Lecc. I p. 772
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 3-4
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria,
presta oídos a las palabras de mi boca.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que preparaste abundantes remedios para nuestra fragilidad, concédenos
que podamos recibir con alegría su efecto reparador y lo manifestemos con una vida
santa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
viernes 5 de abril de 2019 15
PRIMERA LECTURA
[Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.]
Del libro de la Sabiduría 2, 1a. 12-22
Los malvados dijeron entre sí, discurriendo equivocadamente: “Tendamos una tram-
pa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras
violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados.
Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor. Ha llegado a con-
vertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su sola presencia es insufrible,
porque lleva una vida distinta de los demás y su conducta es extraña. Nos considera como
monedas falsas y se aparta de nuestro modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por
dichosa la suerte final de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si es
cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte. Si el justo es hijo de Dios, Él lo
ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a la
tortura para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a muerte ignominiosa, porque
dice que hay quien mire por Él”. Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia
los ciega. No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud, ni
creen en la recompensa de una vida intachable. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33, 17-18. 19-20. 21 y 23
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha, en
cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones
pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R.
Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva el Señor la
vida de sus siervos; no morirán quienes en Él esperan. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de
Dios. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora.]
Del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30
En aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los
judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada de los Campa-
mentos. Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó
también Él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran
de Jerusalén, se decían: “¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo habla libremen-
te y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero
nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá
de dónde viene”. Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó: “Conque
me conocen a mí y saben de dónde vengo… Pues bien, yo no vengo por mi cuenta, sino
16 sábado 6 de abril de 2019

enviado por el que es veraz; y a Él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque


procedo de Él y Él me ha enviado”. Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo
echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Los malvados acusan al justo de convertirse para ellos en
un continuo reproche. No queriendo imitarlo ni pudiendo soportarlo, deciden
deshacerse de Él. Lo que más les molesta es su testimonio sabio y valiente, y el
que se declare abiertamente «Hijo de Dios». Se proponen, por tanto, perseguirlo
hasta la muerte, para ver si de veras Dios intervendrá a su favor. Estos versí-
culos revelarán todo su significado profético a la luz de la pasión de Jesús, el
justo por excelencia, que –maltratado y condenado a una muerte ignominiosa–
supo depositar toda su confianza en el Padre… • Cuando se acercaba la fiesta
llamada de los «Campamentos», Jesús dejó que sus parientes subieran primero
a Jerusalén y luego, de incógnito, lo hizo también Él. Lo que estaba en juego
era nada menos que la controversia tan típica del evangelio de San Juan so-
bre su origen mesiánico. Los judíos amenazan entonces con silenciar a Jesús,
decididos a acabar con Él, que no tiene empacho en afirmar solemnemente –y
precisamente en el templo, con todo lo que Él significa– que «procede del Padre»,
que lo ha enviado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el poder de este sacrificio nos purifique, para llegar bien dispuestos a las
fiestas pascuales, que son el origen de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 1, 7
Por medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de los peca-
dos. En esto se manifiesta la riqueza de su gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, así, renunciando
al pecado, quedemos renovados con una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, vuelve tus ojos hacia estos hijos tuyos, y protege bondadosamente
con tu auxilio celestial a quienes confían en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

6 sábado
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 234 [246] / Lecc. I p. 775
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 5-7
Me cercaban olas mortales, los dolores del infierno me acorralaban; pero en mi an-
gustia invoqué al Señor, y el escuchó mi voz desde su templo.
sábado 6 de abril de 2019 17
ORACIÓN COLECTA
Que la acción de tu misericordia, Señor, dirija nuestros corazones, ya que sin tu ayuda
no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Yo era como un manso cordero, que es llevado a degollar.]
Del libro del profeta Jeremías 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías: “El Señor me instruyó y yo comprendí; Él me expli-
có lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado a degollar, y no sabía lo
que tramaban contra mí, diciendo: ‘Talemos el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo
de la tierra de los vivos y que su nombre no se pronuncie más’. Ahora Tú, Señor de los
ejércitos, justo juez, que sondeas lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza
contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 7, 2-3. 9bc-10. 11-12
R. En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío, me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas que algunos,
como fieras, me destrocen y nadie me rescate. R.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón humano, Tú júzgame, Señor, según mis
méritos; conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad de
los malvados. R.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré al Señor por su justicia
y cantaré el nombre del Altísimo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?]
Del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir:
“Éste es verdaderamente el profeta”. Otros afirmaban: “Éste es el Mesías”. Otros, en cam-
bio, decían: “¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías
vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?”. Así surgió entre la gente
una división por causa de Jesús. Algunos querían apoderarse de Él, pero nadie le puso la
mano encima. Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús, vol-
vieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y estos les dijeron: “¿Por qué
no lo han traído?”. Ellos respondieron: “Nadie ha hablado nunca como ese hombre”. Los
fariseos les replicaron: “¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar por Él? ¿Acaso ha
creído en Él alguno de los jefes o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la Ley,
está maldita”. Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y que era fariseo,
18 sábado 6 de abril de 2019

les dijo: “¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin oírlo primero y sin averiguar lo que
ha hecho?”. Ellos le replicaron: “¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras y verás
que de Galilea no ha salido ningún profeta”. Y después de esto, cada uno de ellos se fue a su
propia casa. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: • El pasaje es parte de una de las muchas «confesiones» de Je-


remías” –es decir, de verdaderos coloquios con Dios– que hacen tan humano
y vivo este libro del Antiguo Testamento. En este contexto, Jeremías describe
cómo sus compatriotas conspiran contra él para darle muerte y entonces no
puede hacer otra cosa que ponerse esperanzadamente en las manos de quien
sabe que lo salvará. En este episodio se anunciaba ya proféticamente la gran
conspiración urdida por los malvados para dar muerte a Jesús, el verdadero
«manso cordero que es llevado a degollar»… • Continúa la enconada disputa
acerca de la verdadera identidad de Jesús. Se trata de dos episodios unidos por
la objeción contra su mesianidad, proveniente del hecho de que «es de Galilea».
La obstinada controversia de los fariseos prosigue, aun cuando la gente sencilla
del pueblo comenzó a serle entusiastamente favorable, e incluso cuando el fari-
seo Nicodemo lo defendió citando la ley que prohíbe juzgarlo, «sin oírlo primero y
sin averiguar lo que ha hecho». Sólo una fe madura puede conducirnos a descu-
brir, en profundidad, quién es realmente Jesús, el Cristo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, con agrado nuestras ofrendas y atrae hacia ti bondadosamente nuestras
voluntades rebeldes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 1, 19
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y sin
mancha.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concédenos, Señor, que tus santos misterios nos purifiquen y que con su eficacia nos
hagan gratos a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].


Protege, Señor, a tu pueblo, que camina presuroso hacia la Pascua, y acompáñalo con
el generoso auxilio de tu gracia celestial, para que, animado con los consuelos visibles,
se sienta mucho más atraído hacia los bienes invisibles. Por Jesucristo, nuestro Señor
domingo 7 de abril de 2019 19
Domingo 7 de abril de 2019
V DOMINGO DE CUARESMA

Frente a frente nuestra miseria y su misericordia…

E l Evangelio de este quinto domingo de


Cuaresma nos presenta el episodio de la
mujer adúltera, poniendo de relieve el tema
de la misericordia de Dios, que no quiere la
muerte del pecador, sino que se convierta y
viva (Cfr. Ez 33, 11; 1 Tim 2, 3-4; 2 Pe 3, 9)…
La escena ocurre en la explanada del Tem-
plo. Jesús está enseñando y llegan algunos
escribas y fariseos que conducen delante de
Él a una mujer que ahora se encuentra entre
la misericordia del Hijo de Dios y la rabia de
sus acusadores… En realidad ellos no fueron
al Maestro para pedirle una autorizada opi-
nión, sino para «tenderle una trampa». De he-
cho, si Él siguiera el camino de la severidad
–aprobando su lapidación– perdería su fama
de mansedumbre y bondad que tanto fascinaba al pueblo. Si, en cambio, qui-
siera ser misericordioso, debería ir contra la Ley, que Él mismo dijo no querer
abolir sino darle cumplimiento (Cfr. Mt 5, 17).
Jesús se calla y realiza un gesto misterioso: «inclinándose, se puso a escribir
en el suelo con el dedo»… De este modo invita a todos a no actuar por impul-
sos y a buscar la justicia de Dios. Pero aquellos malvados insisten y esperan
de Él una respuesta. Entonces Jesús levanta la mirada y les dice: «Aquel de
ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra». Esta tan benévo-
la respuesta desarma a los acusadores: todos depusieron las «armas», tanto
las visibles contra la mujer, como las escondidas contra Jesús. Y mientras el
Señor sigue escribiendo en la tierra, los acusadores se van uno tras otro, co-
menzando por los más ancianos, los más conscientes de no estar sin pecado.
Se quedaron allí solos la mujer y Jesús: la miseria y la misericordia. Y en-
tonces dice Jesús: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?». Y basta esta
mirada llena de amor para hacerle sentirle –quizás por primera vez– que ella
tiene una dignidad, que puede cambiar de vida, que puede salir de sus es-
clavitudes y caminar por una senda distinta… Esa mujer nos representa a
todos nosotros –que somos pecadores– y nos recuerda que el Señor quiere
nuestra salvación, a través de Jesús. Él quiere que nuestra libertad se con-
vierta del mal al bien, y esto sólo es posible con su gracia… ¡Que la Virgen
María nos ayude a confiarnos completamente a la misericordia de Dios, para
convertirnos en «nuevas criaturas». [Sintetizado de: Papa Francisco, Ángelus,
13-III-2016].
20 domingo 7 de abril de 2019

MONICIONES

ENTRADA: Estando casi al final de la Cuaresma y muy cerca ya de volver


a celebrar las festividades de la Pascua, el Señor nos urge todavía más a pre-
pararnos a vivir estos acontecimientos de gracia con un corazón limpio y una
mente renovada… Conscientes de nuestros propios defectos y pecados, de-
jemos de ejercer el papel de jueces, para comportarnos con los demás como
verdaderos hermanos.

1ª. LECTURA: [Is 43, 16-21] El profeta Isaías nos anuncia, lleno de espe-
ranza, el gran proyecto de Dios que se orienta a la renovación de todas las
cosas… No es mirando con nostalgia el pasado como se remedia el presente
y se prepara el porvenir.

2ª. LECTURA: [Flp 3, 8-14] Desde que San Pablo encontró a Cristo, se
olvidó de todo lo demás y se lanzó a una nueva aventura… A partir de esa
experiencia, dejó atrás su antigua manera de vivir y se abocó a la búsqueda
del premio verdadero.

EVANGELIO: [Jn 8, 1-11] El evangelio nos presenta a Jesús que –sin juz-
garla– rescata a una mujer de una muerte casi segura… Frente a la dureza de
sus adversarios, Él ofrece una lección ejemplar de lo que significa la miseri-
cordia divina.

OFRENDAS: Al intensificar nuestro ritmo de preparación para la Pascua,


sean la oración, la limosna y el ayuno nuestras mejores ofrendas para el sa-
crificio… ¡Que ellas nos unan a la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre
la muerte!

COMUNIÓN: Al acercarnos, llenos de gozo, a recibir a Cristo, démosle gra-


cias por encontrar en Él el verdadero alimento que nos salva… ¡Que Él nos
renueve integralmente, al comunicarnos –ya desde ahora– su vida divina!

DESPEDIDA: Dios quiere que todos nos comprometamos con un nuevo


proyecto de vida… ¡Pidámosle que nos decidamos a no anteponer nada en
nuestras actividades diarias a su gracia y a su amistad!
domingo 7 de abril de 2019 21
7 domingo
Morado
V DOMINGO DE CUARESMA
[Se omite la Memoria de SAN JUAN BAUTISTA
DE LA SALLE,
Presbítero]
MR p. 235 [247] / Lecc. I p.305. LH Semana I del Salterio.
En este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio para el Bautismo de los cate-
cúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la Iniciación Cristiana en la Vigilia
Pascual. Se emplean las oraciones e intercesiones propias, que aparecen en las pp. 940-941
[979-980].
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra la gente sin piedad, sálvame del
hombre traidor y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia
aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entregó a la muer-
te. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.]
Del libro del profeta Isaías 43, 16-21
Esto dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuo-
sas, el que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de carros y caballos, que caye-
ron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha que se extingue: “No recuerden
lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No
lo notan? Voy a abrir caminos en el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida.
Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr
agua en el desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo escogido. En-
tonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 125, l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6


R. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír
nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Se-
ñor!”. Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R.
22 domingo 7 de abril de 2019

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y
entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. [R. Grandes cosas has
hecho por nosotros, Señor.]
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R.
SEGUNDA LECTURA
[Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 3, 7-14
Hermanos: Todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de Cristo.
Más aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste
en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor he renunciado a todo, y todo lo consi-
dero como basura, con tal de ganar a Cristo y de estar unido a Él, no porque haya obtenido
la justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús, con la
que Dios hace justos a los que creen. Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la
fuerza de su resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a Él en su muerte, con
la esperanza de resucitar con Él de entre los muertos. No quiero decir que haya logrado ya
ese ideal o que sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me
ha conquistado. No, hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido
lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al que
Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí,
que soy compasivo y misericordioso. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y Él, sentado entre ellos, les ense-
ñaba. Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y
poniéndola frente a Él, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante
adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”. Le pre-
guntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso
a escribir en el suelo con el dedo. Pero como insistían en su pregunta, se incorporó y les
dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió
a agachar y siguió escribiendo en el suelo. Al oír aquellas palabras, los acusadores co-
menzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron
solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a Él. Entonces Jesús se enderezó y le
preguntó: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?”. Ella le
contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas
a pecar”. Palabra del Señor.
domingo 7 de abril de 2019 23
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Pidamos la misericordia del Señor para que –compadecido de su
pueblo– escuche nuestras plegarias:

1. Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte


para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos
al Señor.
2. Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes
lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos
al Señor.
3. Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el
sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé
fortaleza y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
4. Para que el Redentor del mundo a nosotros que en estos días
nos disponemos a recordar con veneración su Cruz, nos reconforte
con la fuerza de su Resurrección, roguemos al Señor.

Dios de bondad, que enviaste a tu Hijo al mundo no para conde-


narlo, sino para salvarlo, perdona nuestras culpas y haz que renaz-
ca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva. Por Jesucris-
to, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la
sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: I o II de Cuaresma pp.492-493 [493-494].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 11, 26
Todo el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los miembros
de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los si-
glos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele reci-
bir de tu mano generosa lo que Tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
24 lunes 8 de abril de 2019

8 lunes
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 237 [250] / Lecc. I p. 781
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 55, 2
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y acosan todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, por cuya inefable gracia nos enriqueces con toda clase de bendiciones,
concédenos pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva, para prepararnos a la
gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Lo que va entre [ ] puede suprimirse por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA
[La inocencia de Susana.]
Del libro del profeta Daniel 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
En aquel tiempo [vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana,
hija de Quelcías, mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían
educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico y tenía una huerta con-
tigua a su casa, donde solían reunirse los judíos, porque era estimado por todos. Aquel
año habían sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: “En Babilonia, la iniquidad salió de ancianos elegidos como jue-
ces, que pasaban por guías del pueblo”. Estos frecuentaban la casa de Joaquín y los que
tenían litigios que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando toda la gente
se había retirado ya, Susana entraba a pasear en la huerta de su marido. Los dos viejos la
veían entrar y pasearse diariamente, y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su
corazón y cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como de ordinario, con
dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso bañarse en la huerta. No había
nadie allí, fuera de los viejos, que la espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas:
“Tráiganme jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño”. Ape-
nas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia donde estaba
Susana y le dijeron: “Mira: las puertas de la huerta están cerradas y nadie nos ve. Nosotros
ardemos en deseos de ti. Consiente y entrégate a nosotros. Si no, te vamos a acusar de
que un joven estaba contigo y que por eso despachaste a las doncellas”. Susana lanzó
un gemido y dijo: “No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte
para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para mí ser víctima de sus
calumnias, que pecar contra el Señor”. Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos
viejos se pusieron a gritar también y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín. Al
oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por la puerta lateral para ver qué
lunes 8 de abril de 2019 25
sucedía. Cuando oyeron el relato de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se
había dicho de Susana cosa semejante. Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la
casa de Joaquín, esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas
intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia del pueblo
dijeron: “Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y mujer de Joaquín”.
Fueron por Susana, quien acudió con sus padres, sus hijos y todos sus parientes. To-
dos los suyos y cuantos la conocían, estaban llorando. Se levantaron entonces los dos
viejos en medio de la asamblea y pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana. Ella,
llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos
dijeron: “Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró ésta con dos
criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta. Entonces se acercó un joven que
estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta,
y al ver aquella infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no
pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la puerta y se nos
escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos quién era el joven, pero se negó
a decirlo. Nosotros somos testigos de todo esto”.] La asamblea creyó a los ancianos,
que habían calumniado a Susana, y la condenaron a muerte. Entonces Susana, dando
fuertes voces, exclamó: “Dios eterno, que conoces los secretos y lo sabes todo antes de
que suceda, Tú sabes que éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir
sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí”.
El Señor escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución, el Señor
hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, un santo impulso de ponerse a gritar: “Yo
no soy responsable de la sangre de esta mujer”. Todo el pueblo se volvió a mirarlo y
le preguntaron: “¿Qué es lo que estás diciendo?” Entonces Daniel, de pie en medio de
ellos, les respondió: “Israelitas, ¿cómo pueden ser tan ciegos? Han condenado a muerte
a una hija de Israel, sin haber investigado y puesto en claro la verdad. Vuelvan al tribu-
nal, porque ésos le han levantado un falso testimonio”. Todo el pueblo regresó de prisa
y los ancianos dijeron a Daniel: “Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que
piensas, puesto que Dios mismo te ha dado la madurez de un anciano”. Daniel les dijo
entonces: “Separen a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar”.
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: “Viejo en años y en
crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados anteriores, cuando injustamen-
te condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, contra el mandamiento del
Señor: No matarás al que es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime
debajo de qué árbol estaban juntos”. Él respondió: “Debajo de una acacia”. Daniel le
dijo: “Muy bien. Tu mentira te va a costar la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios
tu sentencia y te va a partir por la mitad”. Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó traer
al otro y le dijo: “Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión te pervir-
tió el corazón. Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, .por miedo,
se entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar la maldad de us-
tedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?”. Él contestó: “Debajo
de una encina”. Replicó Daniel: “También a ti tu mentira te costará la vida. El ángel del
26 lunes 8 de abril de 2019

Señor aguarda ya con la espada en la mano, para partirte por la mitad. Así acabará con
ustedes”. Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que
esperan en Él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes, con palabras de ellos mismos,
Daniel había convencido de falso testimonio, y les aplicaron la pena que ellos mismos
habían maquinado contra su prójimo. Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y
aquel día se salvó una vida inocente. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
R. Nada temo, Señor, porque Tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes
tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por
cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguri-
dad. R.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con
perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa
del Señor por años sin término. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Yo soy la luz del mundo.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”. Los fariseos le dijeron a
Jesús: “Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido”. Jesús les respondió:
“Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de
dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde
voy. Ustedes juzgan por las apariencias. Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo,
mi juicio es válido, porque yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo.
Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo doy
testimonio de mí mismo y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio sobre
mí”. Entonces le preguntaron: “¿Dónde está tu Padre?”. Jesús les contestó: “Ustedes no
me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre”.
Estas palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba en el tem-
plo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La casta Susana es la viva y elocuente personificación de
quienes no están dispuestos a ceder a ninguna presión o amenaza, llenos de
martes 9 de abril de 2019 27
confianza en Dios y fieles a la religión de sus antepasados. Efectivamente,
el Dios de Israel no deja desprotegidos a quienes ponen en Él su confianza.
Todas las astucias de dos hombres viciosos, heridos en su orgullo, no son
suficientes para condenar a una pobre inocente. El Señor –con la oportuna
intervención de Daniel– invierte los papeles, hace justicia y desenmascara la
maldad de los corruptos… • Con ocasión de la “Fiesta de los Campamentos”
–cuando solían encenderse grandes fogatas en el atrio del templo– Jesús
proclama con voz potente: «Yo soy la Luz del mundo» (Jn 8, 12). El lugar y las
circunstancias en que Él hizo esta autorevelación adquiere un significado
particular: la luz en el templo significaba la presencia de Dios y recordaba
la «nube luminosa» del desierto (Cfr. Ex 13, 21-22). En Jesús, «Nuevo Templo»,
habita la plenitud de la divinidad. Él es la presencia luminosa de Dios que
nos guía y asiste en el “Nuevo Éxodo” hacia la verdadera libertad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, a quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios, que
podamos presentarte con alegría nuestras almas ya purificadas, como fruto de nuestra
penitencia corporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras malas
inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro siguiendo las
huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que lle-
vando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9 martes
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 239 [251] / Lecc. I p. 789
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 14
Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y abandónate al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre, perseverar en el cumplimiento de tu voluntad para que, en este tiem-
po en que vivimos, el pueblo consagrado a tu servicio crezca en número y en santidad. Por
28 martes 9 de abril de 2019

nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.]
Del libro de los Números 21, 4-9
En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, para
rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró
contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que mu-
riéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable
comida”. Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y
murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al mur-
murar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.
Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como
ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú
hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno
era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 101, 2-3, 16-18, 19-21
R. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la
desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida res-
póndeme. R.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del
oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos los
pueblos y su gloria verán los poderosos. R.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor,
desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cau-
tivo y librar de la muerte al prisionero. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra
vivirá para siempre. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero
morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir”. Dijeron entonces los
judíos: “¿Estará pensando en suicidarse y por eso nos dice: ‘A donde yo voy, ustedes no
pueden venir’?”. Pero Jesús añadió: “Ustedes son de aquí abajo y yo soy de allá arriba;
ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Se lo acabo de decir: morirán en
martes 9 de abril de 2019 29
sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados”. Los judíos le
preguntaron: “Entonces ¿quién eres Tú?”. Jesús les respondió: “Precisamente eso que
les estoy diciendo. Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar.
El que me ha enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a Él es lo que digo al mun-
do”. Ellos no comprendieron que hablaba del Padre. Jesús prosiguió: “Cuando hayan
levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por
mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me
ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que a Él le agrada”. Después de decir estas
palabras, muchos creyeron en Él. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • El relato desarrolla en primer lugar la historia de la serpiente
de bronce –conservada luego en el templo como la que Moisés había alzado en
el desierto por orden de Dios– y pasa en seguida a narrar lo relacionado con el
castigo recibido por Israel en el desierto a causa de su protesta contra Moisés
y, en consecuencia, contra Dios mismo. El valor de este pasaje no radica tanto
en la materialidad misma de la serpiente elevada en un asta, sino en el implíci-
to acto de fe, que concretiza una auténtica confianza en el poder divino... • Los
judíos esperaban un Mesías meramente terrenal, alguien que los condujera a
simples grandezas humanas. Por esto no podían entender a un Jesús –pobre
y amigo de los pobres– que elevaba a los hombres a las grandezas divinas. La
serpiente que, en su momento, Moisés enarbolara en medio del campamento
y que salvara a quienes habían sido mordidos por las serpientes venenosas,
es figura de Jesús crucificado: «Cuando hayan levantado al Hijo del hombre,
entonces conocerán que Yo Soy» (Jn 8, 28).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, para que perdones benigna-
mente nuestros pecados y dirijas Tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que participando asiduamente en tus divinos miste-
rios, merezcamos alcanzar los dones del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Señor Dios, que prefieres compadecerte en vez de enojarte con los que esperan en ti,
concede a tus fieles enmendarse de los males cometidos, para que merezcan hallar la
gracia de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
30 miércoles 10 de abril de 2019

10 miércoles
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 240 [252] / Lecc. I p. 791
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios
y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la
penitencia y, ya que nos infundes el deseo de servirte con amor, dígnate escuchar pa-
ternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.]
Del libro del profeta Daniel 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: “¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó,
que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar?
Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la
cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua
que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?”. Pero Sedrak, Mesak y
Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: “No es necesario responder a tu pregun-
ta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de
tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses,
ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar”. Entonces Nabucodonosor
se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó.
Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acos-
tumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ata-
ran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido. Pero el ángel del
Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un
frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquie-
ra los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a
sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?”.
Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro
hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un
ángel”. Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito sea el Dios de
Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que
confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir
y adorar a un dios extraño”. Palabra de Dios.
miércoles 10 de abril de 2019 31
SALMO RESPONSORIAL Dan 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorio-
so. R.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R.
Bendito eres Tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un
trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en Él: “Si se mantienen fieles
a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los
hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos
de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?”. Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo
el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se
queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son
hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras.
Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa
de su padre”. Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si
fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí,
porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen
las obras de su padre”. Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución. No
tenemos más padre que a Dios”. Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me
amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino
enviado por Él”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Este relato, al igual que todo el libro de Daniel, tiene la
intención fundamental de levantar la moral y de ofrecer un punto de apoyo
a los compatriotas oprimidos por la persecución. El episodio de los tres jó-
venes –milagrosamente liberados del fuego del horno– pretende ilustrar que
los que esperan en Dios no quedarán defraudados. Daniel y sus compañeros
eligen el martirio antes que ser infieles a su Dios y vienen salvados. Con ello
logran difundir exitosamente el culto al verdadero Dios… • Antes de mostrar-
les la verdadera libertad, Jesús echa en cara a los judíos el ser esclavos del
pecado, el no comportarse como hijos de Abraham, ya que no realizan sus
obras y el no tener a Dios como Padre, puesto que son incapaces de aceptar
a quien Él les ha enviado. Afirma luego enfáticamente que lo que cuenta de-
32 jueves 11 de abril de 2019

lante de Dios no es el pertenecer a un gran pueblo o el ser descendientes de


antepasados ilustres. Lo que en realidad los hará agradables a sus ojos es
una fe auténtica, acompañada de obras conformes a su santa Ley.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los
destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la
redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que
purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les
das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de
tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
11 jueves
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN ESTANISLAO,
Obispo y Mártir
MR pp. 241 y 697 [253 y 716] / Lecc. I p. 794
Nació en Szczepanowski (Polonia) hacia el año 1030, y estudió en París. Estanislao fue nom-
brado obispo de Cracovia. Siendo Papa el formidable Gregorio VII, se lanzó a defender la
libertad de la Iglesia y excomulgó al rey polaco, tiránico y corrompido, quien lo mandó matar
(1030-1079).
ANTÍFONA DE ENTRADA Heb 9, 15
Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han sido
llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, por defender tu honor el santo obispo Estanislao cayó bajo la espada de
sus perseguidores; concédenos que podamos permanecer como Él firmes en la fe hasta
la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
jueves 11 de abril de 2019 33
PRIMERA LECTURA
[Serás padre de una multitud de pueblos.]
Del libro del Génesis 17, 3-9
Cuando Dios se le apareció, Abraham se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo:
“Aquí estoy. Ésta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos.
Ya no te llamarás Abraham, sino Abraham, porque te he constituido como padre de mu-
chas naciones. Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán reyes.
Contigo y con tus descendientes, de generación en generación, establezco una alianza
perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes. A ti y a tus descendientes les daré
en posesión perpetua toda la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y
yo seré el Dios de ustedes”. Después le dijo Dios a Abraham: “Cumple, pues, mi alianza,
tú y tu posteridad, de generación en generación”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 104, 4-5. 6-7. 8-9
R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recurran al Señor y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que Él ha
hecho, sus portentos y oráculos. R.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor
es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alian-
za pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R. Honor y glo-
ria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de verme.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo les aseguro: el que es fiel a mis pala-
bras no morirá para siempre”. Los judíos le dijeron: “Ahora ya no nos cabe duda de que
estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices:
‘El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre’. ¿Acaso eres tú más que nuestro
padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser
tú?”. Contestó Jesús: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que
me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: ‘Es nuestro Dios’, aunque no lo
conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso
como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes,
se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello”. Los judíos le
replicaron: “No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?”. Les respondió Jesús:
“Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Entonces recogieron
piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. Palabra del Señor.
34 jueves 11 de abril de 2019

REFLEXIÓN: • El pacto inquebrantable que Dios selló con Abraham da ori-


gen a la historia de salvación para el pueblo judío. Este acontecimiento decisi-
vo no está, de por sí, ligado a un espacio o a un tiempo determinado y es válido
también para los que han heredado de sus antepasados la fe en el verdadero
Dios. A partir de entonces él tendrá un nuevo nombre –Abraham– y el Señor
tendrá una nueva actitud hacia él. Dios se compromete a bendecir, proteger y
defender a quienes se esfuercen por observar fielmente su Ley... • La contro-
versia entre Jesús y los judíos está al rojo vivo. Jesús insiste en afirmar su su-
perioridad sobre Abraham, quien «se regocijaba con el pensamiento de verme».
Frente a esta tajante afirmación sus adversarios –cegados por la pasión– son
incapaces de razonar con el que ha venido a iniciar la etapa definitiva de la sal-
vación. Una nueva y eterna Alianza, sancionada con su sangre, que continúa
realizándose hasta nuestros días en el encuentro con la Palabra de Dios que,
en Cristo, pide la leal obediencia de cada uno de nosotros.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra conver-
sión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32


Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y
en Él nos lo dio todo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que
este sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eter-
na. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].


Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te desagrada,
se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
viernes 12 de abril de 2019 35
12 viernes
Morado
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramen-
tos, del 18 de marzo de 1995 (Prot. 452/95/L), en las parroquias e iglesias en las que
hoy, antiguo “Viernes de Dolores”, siga habiendo gran afluencia de fieles para honrar a
la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar
la Misa votiva de esta advocación (Cfr. 15 de septiembre, p. 792).
FERIA DE CUARESMA
o NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
o SAN DAVID URIBE VELASCO +
Mártir Mexicano *
MR p. 792 [822] / Lecturas propias.
La santísima Virgen María estuvo íntimamente unida a la pasión de su Hijo. Por eso está
asociada de un modo particular a la gloria de su resurrección. La compasión de María, que
celebramos en esta fiesta, nos recuerda que al pie de la cruz la maternidad de María se exten-
dió a todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, es decir, a todos nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 34-35
El anciano Simeón dijo a María: Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimien-
to de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción; y a ti, una espada te
atravesará el alma.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que junto a tu Hijo en la cruz estuviera de pie su Madre,
compartiendo su dolor, concede a tu Iglesia que, asociada con ella a la pasión de Cristo,
merezca participar de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna]
De la carta a los hebreos 5, 7-9
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces
y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar
de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió
en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 30, 2-3a. 3b-4. 5-6. 15-16. 20
R. Señor, por tu amor tan grande ponme a salvo.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado; Señor, Tú, que eres justo, ponme
a salvo. Escucha mi oración. R.
Ven a rescatarme sin retardo, sé Tú mi fortaleza y mi refugio. Pues eres mi refugio y forta-
leza, por tu nombre, Señor, guía mis pasos. R.
36 viernes 12 de abril de 2019

Sácame de la red que me han tendido, pues eres Tú mi amparo. En tus manos encomiendo
mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios mío. [R. Señor, por tu amor tan grande ponme a
salvo.]
Pero yo en ti confío; «Tú eres mi Dios», Señor, siempre te digo; mi suerte está en tus ma-
nos, líbrame del poder de mi enemigo que viene tras mis pasos. R.
Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles. Con quien se acoge a ti,
Señor, y a la vista de todos, ¡qué bueno eres! R.

SECUENCIA: Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como


en su forma breve, desde * ¡Oh dulce fuente de amor!

La Madre piadosa estaba * ¡Oh dulce fuente de amor!,


junto a la cruz, y lloraba hazme sentir tu dolor
mientras el Hijo pendía; para que llore contigo.
cuya alma triste y llorosa, Y que, por mi Cristo amado,
traspasada y dolorosa, mi corazón abrasado
fiero cuchillo tenía. más viva en Él que conmigo.

¡Oh cuan triste y afligida Y, porque a amarlo me anime,


estaba la Madre herida, en mi corazón imprime
de tantos tormentos llena, las llagas que tuvo en sí.
cuando triste contemplaba Y de tu Hijo, Señora,
y dolorosa miraba divide conmigo ahora
del Hijo amado la pena! las que padeció por mí.

¿Y cuál hombre no llorara Hazme contigo llorar


si a la Madre contemplara y de veras lastimar
de Cristo en tanto dolor? de sus penas mientras vivo;
¿Y quién no se entristeciera, porque acompañar deseo
Madre piadosa, si os viera en la cruz, donde lo veo,
sujeta a tanto rigor? tu corazón compasivo.

Por los pecados del mundo, ¡Virgen de vírgenes santas!,


vio a Jesús en tan profundo llore ya con ansias tantas
tormento la dulce Madre. que el llanto dulce me sea;
Vio morir al Hijo amado porque su pasión y muerte
que rindió desamparado tenga en mi alma de suerte
el espíritu a su Padre. que siempre sus penas vea.
viernes 12 de abril de 2019 37
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del
Señor. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Ahí está tu Hijo. – Ahí está tu madre]
Del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27
En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su
madre, María la de Cleofás y María Magdalena. Al ver a la madre y junto a ella al dis-
cípulo a quien tanto quería, Jesús dijo a su madre: «Mujer, ahí está tu hijo.» Luego dijo
al discípulo: «Ahí está tu madre.» Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con
él. Palabra del Señor.
O bien:
EVANGELIO
[Y a ti, una espada te atravesará el alma.]
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 33-35
En aquel tiempo, el padre y la madre del niño estaban admirados de las palabras que
les decía Simeón. El los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha
sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará
contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y
a ti, una espada te atravesará el alma”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La Virgen de los Dolores es una advocación de la Virgen
María, también conocida –entre otros muchos títulos– como Virgen de la So-
ledad o La Dolorosa. En latín se la invoca como María Virgo Perdolens o Ma-
ter Dolorosa y es una de las numerosas advocaciones a través de las cuales
la Iglesia Católica venera a la Virgen María. Estas advocaciones destacan el
sentimiento de dolor de la Madre ante el inconmensurable sufrimiento de su
Hijo. El misterio de la participación de la Virgen madre dolorosa en la pa-
sión y muerte de su Hijo es probablemente el acontecimiento evangélico que
ha encontrado un eco más amplio y más intenso en la religiosidad popular,
en determinados ejercicios de piedad. La devoción a los “siete dolores” hace
referencia a los siete episodios de la vida de Jesucristo, relatados por los
evangelios, que hicieron sufrir a María, quien acompañaba así a su Hijo en
su misión de Redentor. • La devoción a la Mater Dolorosa se desarrolla a par-
tir de finales del siglo XI. En 1239, en la diócesis de Florencia, la Orden de
los Servitas u Orden de frailes Siervos de María, cuya espiritualidad estaba
muy ligada a la Santa Virgen, fijó la fiesta universal de Nuestra Señora de
los Dolores el 15 de septiembre. En México hay muchas manifestaciones de
religiosidad popular en su honor lo mismo el Viernes de Dolores que el 15 de
38 viernes 12 de abril de 2019

septiembre, cuando espontáneamente se le asocia con el Día del inicio de la


Independencia, comenzado precisamente en Dolores Hidalgo. Su vestidura
por lo normal es negra o morada.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Dios misericordioso, las súplicas y ofrendas que te presentamos para ala-
banza de tu nombre, al venerar a la santísima Virgen María, a quien, bondadoso, nos
entregaste como piadosísima Madre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 4, 13
Alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que cuando se mani-
fieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al
conmemorar el dolor de la santísima Virgen María, completemos, a favor de la Iglesia,
lo que falta en nosotros a los padecimientos de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos.
CUANDO NO SE CELEBRA
A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
12 viernes
Morado
+ SAN DAVID URIBE VELASCO,
Mártir Mexicano *
MR pp. 242 y 883 [254 y 922] / Lecc. I p. 796

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 10. 16. 18


Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de
mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de
haberte invocado.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste a tu mártir san David Uribe Velasco
superar los tormentos que padeció, concede a quienes celebramos el día de su triunfo,
que, con tu protección, nos mantengamos invencibles ante las insidias del enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.]
Del libro del profeta Jeremías 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías: “Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: ‘Denun-
ciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror’. Todos los que eran mis amigos
viernes 12 de abril de 2019 39
espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: ‘Si se tropieza y
se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él’. Pero el Señor, guerrero poderoso,
está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; que-
darán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable. Señor de los
ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz
que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Canten y
alaben al Señor, porque Él ha salvado la vida de un pobre de mano de los malvados”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 5-6. 7


R. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor, Tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor de mi
esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban las redes
del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R. Sálvame, Señor, en el peligro.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité a mi Dios; desde su templo, Él escu-
chó mi voz y mi grito llegó a sus oídos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.

EVANGELIO
[Intentaron apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos.]
Del santo Evangelio según san Juan 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para
apedrearlo. Jesús les dijo: “He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del
Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”. Le contestaron los judíos: “No te que-
remos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque Tú, no siendo más
que un hombre, pretendes ser Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en su ley: Yo les
he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida
la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el
Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de
Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me
crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en Mí y Yo
en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado en un
principio y se quedó allí. Muchos acudieron a Él y decían: “Juan no hizo ninguna señal
prodigiosa; pero todo lo que Juan decía de Éste, era verdad”. Y muchos creyeron en Él
allí. Palabra del Señor.
40 viernes 12 de abril de 2019

REFLEXIÓN: • El texto evoca el recurrente tema del “hombre de Dios” in-


justamente perseguido, que se ha puesto confiadamente en las manos del Se-
ñor y que, por eso, será consolado por Él. Jeremías es plenamente consciente
de que muchos conjuran en contra de él y que están decididos a eliminarlo.
Pero él tiene perfectamente claro que es Dios quien le ha confiado la misión
profética, y que Él no lo abandonará jamás. El salmo responsorial viene a re-
forzar hoy la apasionada defensa con que el Señor combate a los inicuos para
salvar a los inocentes perseguidos... • Reconociendo a Jesús como Mesías, los
judíos tendrían que haber reconocido y aceptado igualmente sus enseñanzas.
En cambio –llenos de obstinación y carentes de toda apertura– lo rechazan y,
todavía más, intentan apedrearlo como blasfemo, ya que había dicho abierta-
mente que Él era el «Hijo de Dios». De nada les sirven ya las declaraciones y los
argumentos de Jesús y mucho menos las obras por Él realizadas. Sin embar-
go, muchos descubren en sus milagros lo pronosticado reiteradamente por el
Bautista acerca de su persona y de su misión.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a fin
de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 2, 24
Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al
pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que no deje de protegernos continuamente, Señor, la recepción de este sacramento y
que aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Concede, Dios todopoderoso, que tus siervos, que anhelan la gracia de tu protección,
puedan servirte con ánimo confiado, libres ya de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
* SAN DAVID URIBE VELASCO
Nació en Buenavista de Cuéllar, Gro. (Diócesis de Chilapa), el 29 de di-
ciembre de 1889. Párroco de Iguala, Gro. (Diócesis de Chilapa). Ejerció
ejemplarmente su ministerio en una región atacada por la masonería, el
protestantismo y un grupo de cismáticos. El militar que le apresó le pro-
puso toda clase de garantías y libertad si aceptaba las leyes y el ser obispo
de la Iglesia cismática creada por el Gobierno de la República, pero el Pa-
dre David reafirmó lo que había escrito un mes antes, y que revela toda la
fuerza de su fe y de su fidelidad: «Si fui ungido con el óleo santo que me hace
ministro del Altísimo, ¿por qué no ser ungido con mi sangre en defensa de las
sábado 13 de abril de 2019 41
almas redimidas con la sangre de Cristo? !Qué felicidad morir en defensa
de los derechos de Dios! ¡Morir antes que desconocer al Vicario de Cristo!»
Ya en la prisión escribió sus últimas palabras: «Declaro que soy inocente de
los delitos que se me acusa. Estoy en las manos de Dios y de la Virgen de
Guadalupe. Pido perdón a Dios y perdono a mis enemigos; pido perdón a los
que haya ofendido». Llegado a un lugar cercano a la estación de San José
Vistahermosa, Mor. (Diócesis de Cuernavaca), fue sacrificado con un tiro
en la nuca el 12 de abril de 1927.
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_
doc_20000521_uribe-velasco_sp.html

13 sábado
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN MARTÍN I, Papa y Mártir
o SAN SABÁS REYES SALAZAR,
Mártir Mexicano *
(Memoria en donde se conservan sus reliquias)
MR pp. 244 y 885 [256 y 924] / Lecc. I p. 799
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 21, 20. 7
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un gu-
sano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo vinieran a ser linaje esco-
gido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas, para que tu
pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una misma fe y actúe
movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
[Haré de ellos un solo pueblo.]
Del libro del profeta Ezequiel 37, 21-28
Esto dice el Señor Dios: “Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los
israelitas; de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré de ellos un solo
pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá un solo rey para todos ellos y nunca
más volverán a ser dos naciones, ni a dividirse en dos reinos. Ya no volverán a manchar-
se con sus ídolos, sus abominaciones y con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las
infidelidades que cometieron y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo voy a ser su
Dios. Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más que un pastor; cumplirán
mis mandamientos y pondrán por obra mis preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi
siervo Jacob y en la que habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos,
42 sábado 13 de abril de 2019

sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre. Voy a hacer con ellos
una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré crecer y pondré mi santuario entre ellos
para siempre. En medio de ellos estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos van a ser
mi pueblo. Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel, cuando vean
mi santuario en medio de ellos para siempre”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10. 11-12ab. 13
R. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: “El
que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a su rebaño”. R.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso. Ellos ven-
drán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóvenes y viejos,
porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Se-
ñor. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.]
Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-56
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver
que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en Él. Pero algunos de entre ellos fueron a
ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes
y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está
haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, van a venir los
romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”. Pero uno de ellos, llamado Caifás,
que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada. No comprenden que
conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”. Sin
embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó
que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en
la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron
la decisión de matarlo. Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos,
sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con
sus discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas
llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se
decían unos a otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Dios, como Padre sabio e inmensamente bueno, por medio
del profeta enumera los beneficios que realizará en favor del pueblo humi-
llado, cuando lo haga volver del exilio a la tierra de sus antepasados, dán-
sábado 13 de abril de 2019 43
doles así paz y seguridad. Al frente de Israel –renovado y purificado– Dios
pondrá a un rey-pastor, descendiente de David. Él establecerá con ellos una
Alianza eterna y volverá a morar entre ellos en un nuevo templo, que durará
por siempre. Esta situación ideal anunciada por Ezequiel permitirá, ade-
más, mantener viva la esperanza en un futuro promisorio para el pueblo de
Dios... • La historia aparentemente la hacen los hombres pero, en el fondo,
es Dios mismo quien la permite y la lleva adelante, de acuerdo a sus ines-
crutables designios. Después de la resurrección de Lázaro, parecía imposi-
ble detener la incontenible popularidad de Jesús entre la gente sencilla. Él,
sin embargo, se ve obligado a esconderse temporalmente para escapar de la
envidia y del rencor de sus adversarios. La sentencia de muerte –profetizada
por Caifás sin darse cuenta de ello– es presentada aquí por San Juan con
un hondo sentido teológico.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados, nos
haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por Jesucris-
to, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 11, 52
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que
estaban dispersos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento
del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Ten misericordia, Señor, de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se incli-
nan de corazón ante ti, para que no permitas que los que redimiste con la muerte de tu
Unigénito, queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san Sabás Reyes Salazar luchar
por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor to-
das las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
44 sábado 13 de abril de 2019

* SAN SABÁS REYES SALAZAR


MR p 885 [ 924] / Lecc. I p. 799

Nació en Cocula, Jal. (Arquidiócesis de Guadalajara), el 5 de diciembre de


1883. Vicario de Tototlán, Jal. (Diócesis de San Juan de los Lagos). Sen-
cillo y fervoroso, tenía especial devoción a la Santísima Trinidad. También
invocaba frecuentemente a las ánimas del purgatorio. Procuró mucho la
formación de los niños jóvenes, tanto en la catequesis como en la ense-
ñanza de ciencias, oficios y artes, especialmente en la música. Cumplido
y abnegado en su ministerio. Exigía mucho respeto en todo lo referente al
culto y le gustaba que con prontitud se cumpliera cualquier deber. Cuan-
do, por el peligro que había para los sacerdotes, le aconsejaban que saliera
de Tototlán, él replicaba: «A mí aquí me dejaron y aquí espero, a ver qué
dispone Dios». En la Semana Santa de 1927 llegaron las tropas federales y
los agraristas buscando al Sr. Cura Francisco Vizcarra y a sus ministros.
Sólo encontraron al padre Reyes y en él concentraron todo su odio. Lo to-
maron preso, lo ataron fuertemente a una columna del templo parroquial,
lo torturaron tres días por medio del hambre y la sed y con sadismo in-
calificable, le quemaron las manos porque estaban consagradas. El 13 de
abril de 1927, Miércoles Santo, fue conducido al cementerio. Lo remataron
a balazos, pero antes de morir, más con el alma que con la voz, pudo gritar
el sacerdote mártir: «¡Viva Cristo Rey!».

http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_
doc_20000521_reyes-salazar_sp.html

La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes en la iglesia a partir de este do-
mingo puede conservarse a juicio de la Conferencia Episcopal. Las cruces permanecen
cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las
imágenes, hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
domingo 14 de abril de 2019 45
Domingo 14 de abril de 2019
DOMINGO DE RAMOS,
«DE LA PASIÓN DEL SEÑOR»
XXXV JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

El lenguaje de un amor efectivo…

¡B endito el que viene en nombre del Se-


ñor!, gritaba festiva la muchedumbre
de Jerusalén, recibiendo a Jesús… También
nosotros hacemos hoy nuestro aquel entu-
siasmo expresando nuestra gozosa alabanza,
al agitar las palmas y los ramos, manifestan-
do así nuestro sincero deseo de recibir a Je-
sús, que viene a nosotros. Sí, del mismo modo
que entró en Jerusalén, desea también entrar
en nuestro mundo, en nuestra sociedad, en
nuestras vidas y en nuestros corazones… Él
viene a nosotros humildemente –como el me-
siánico «Rey pacífico»– y viene «en el nombre
del Señor». Él viene con el poder de su amor
que nos reconcilia con el Padre, con nuestros
hermanos y con nosotros mismos… Jesús
está contento de la manifestación popular de
afecto de la gente sencilla, y por eso cuando los fariseos lo invitan a que haga
callar a los niños y a los otros que lo aclaman, responde: «Les aseguro que si
ellos se callan, gritarán las piedras».
Nada pudo detener el entusiasmo por la entrada de Jesús. ¡Que nada nos
impida encontrar en Él la fuente de nuestra auténtica alegría! Sólo Jesús nos
salva de los lazos del pecado, de la muerte, del miedo y de la tristeza… El após-
tol Pablo, en la segunda lectura de hoy, sintetiza con dos verbos el recorrido de
la redención realizada en Cristo: «se despojó» y «se humilló» a sí mismo. Estos
dos verbos nos dicen hasta qué extremo ha llegado el amor de Dios: nos amó
«hasta el extremo», como nos lo demuestra –entre otros muchos gestos– al la-
var los pies a sus discípulos (Cfr. Jn 13, 1ss). Jesús se despojó de sí mismo:
renunció a la gloria de Hijo de Dios y se convirtió en Hijo del hombre, para ser
en todo solidario con nosotros pecadores.
El abismo de su humillación parece no tener fondo, como lo podremos ex-
perimentar de nuevo al vivir sincera y devotamente los misterios de su pasión,
muerte y resurrección en esta nueva Semana Santa que, por gracia de Dios,
estamos comenzando… El «Maestro» y el «Señor» (Cfr. Jn 13, 14) nos ha enseña-
do, con el ejemplo, que nosotros tenemos necesidad de ser alcanzados por su
amor, que no podemos prescindir de éste, que no podemos amar sin dejarnos
amar antes por Él, sin experimentar su sorprendente ternura y sin aceptar
que el amor verdadero consiste en el servicio concreto y constante a Dios y a
nuestros prójimos. [Sintetizado de: Papa Francisco, Homilía, 20-III-2016].
46 domingo 14 de abril de 2019

MONICIONES:

ENTRADA: Con el Domingo de Ramos iniciamos las celebraciones de la


Semana Santa, tiempo especial de gracia que nos conducirá a la gran fiesta
de la Pascua… Venimos a recordar y a renovar la entrada triunfal de Jesús a
Jerusalén, en donde va a padecer y a morir por nosotros. ¡Que quienes aho-
ra alzamos –llenos de júbilo– nuestros ramos en honor de Cristo victorioso,
lleguemos a participar un día de su gloria eterna en la Jerusalén del cielo!

1ª. LECTURA: [Is 50, 4-7] La primera lectura está tomada del “libro de
la consolación” del profeta Isaías… En este «Siervo» obediente y generoso la
Iglesia ha visto siempre la figura de Cristo, que se ofrecerá como Víctima por
nuestros pecados.

2ª. LECTURA: [Flp 2, 6-11] San Pablo nos invita a asimilarnos al estilo de
vida de Aquel que «se vació» del todo, a fin de reconquistarnos para Dios… Con
esta su entrega hasta el extremo, Jesús consiguió para nosotros la salvación.

EVANGELIO: [Lc 22, 14–23,56] Escucharemos ahora el relato de la Pasión de


nuestro Señor Jesucristo según San Lucas… Al llevar hasta las últimas consecuencias
la voluntad de su Padre, éste «Hijo del hombre» nos abre la real posibilidad de llegar a
ser «hijos de Dios».

OFRENDAS: Al presentar nuestras ofrendas al Señor, pidámosle nos ayu-


de a valorar el sacrificio redentor de su Hijo Jesucristo… ¡Que sepamos agra-
decerle todo lo que hizo por nosotros, viviendo fervorosamente esta Semana
Santa!

COMUNIÓN: Comulgar es participar plenamente en el misterio de Cristo,


misterio de obediencia y de amor sin límites… Al acercarnos a «beber de su
cáliz», manifestamos nuestra firme disposición a aceptar en todo la voluntad
del Padre.

DESPEDIDA: En el árbol de la Cruz Cristo hará resplandecer su verdadera


gloria… ¡Que esta señal santa nos ayude a renovar nuestra esperanza en Él
y a ser testigos de su salvación entre nuestros prójimos!
domingo 14 de abril de 2019 47
14 domingo
Rojo

DOMINGO DE RAMOS,
«DE LA PASIÓN DEL SEÑOR»
MR p. 247 [257] / Lecc. I p. 309. LH Semana II del Salterio.

CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA
DEL SEÑOR EN JERUSALÉN

Primera forma: Procesión

A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar ade-
cuado, fuera del templo hacia el cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan ramos
en las manos. El sacerdote y los ministros, revestidos con los ornamentos rojos, se acercan
al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar
la capa pluvial, que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla. Entretanto se
canta la siguiente antífona u otro canto adecuado:

ANTÍFONA Mt 21, 9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Is-
rael. Hosanna en el cielo.

Enseguida el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve


exhortación, invitando a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebra-
ción de este día. Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.

Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el princi-


pio de la Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos
para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual del Misterio Pascual, es decir,
de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su
entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción esta entrada
salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con Él en
su resurrección y su vida.

BENDICIÓN DE LAS PALMAS


Después de esta monición, el sacerdote, teniendo extendidas las manos, dice una de las
dos oraciones siguientes:

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición + estos ramos, para que,
quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos llegar, por Él, a la Jerusalén del
cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
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O bien:

Oremos: Aumenta, Señor Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad
las súplicas de quienes te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo
victorioso, demos para ti en Él frutos de buenas obras. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos. R. Amén.

Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita. Enseguida el diácono, o en su


ausencia el mismo sacerdote, proclama del modo acostumbrado el Evangelio de la
entrada del Señor en Jerusalén, según el evangelista correspondiente a cada Ciclo
litúrgico Si es oportuno se usa el incienso.

EVANGELIO
[Bendito el que viene en nombre del Señor.]
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 28-40
En aquel tiempo, Jesús, acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén,
y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos
de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar,
encontrarán atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí.
Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: ‘El Señor lo necesita’ ”. Fueron y
encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban el burro, los dueños
les preguntaron: “¿Por qué lo desamarran?”. Ellos contestaron: “El Señor lo necesita”.
Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús montara
en él. Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando
ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos, entusias-
mados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que habían visto,
diciendo: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en
las alturas!”. Algunos fariseos que iban entre la gente le dijeron: “Maestro, reprende a
tus discípulos”. Él les replicó: “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras”.
Palabra del Señor.

Después del Evangelio, puede tenerse una breve homilía. Al iniciar la procesión, el ce-
lebrante, el diácono u otro ministro idóneo puede hacer una monición con estas palabras
u otras parecidas:

Queridos hermanos: Imitando a la multitud que aclamaba al Señor, avancemos en


paz.

O bien: Avancemos en paz. En este caso responden: En el nombre de Cristo. Amén.

Y se inicia del modo acostumbrado la procesión. Si se usa el incienso, el turiferario va


adelante. Un acólito u otro ministro con la cruz adornada con ramos, según la costumbre
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del lugar, y, a su lado, dos ministros con velas encendidas. Sigue luego el diácono con el
Evangeliario, el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las
manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros
apropiados en honor a Cristo Rey:

ANTÍFONA 1
Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor,
aclamando: “Hosanna en el cielo”.

Si se cree oportuno, pueden alternarse esta dos Antífona con los versículos de los
Salmos siguientes:

Salmo 23
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues Él
lo edificó sobre los mares, Él fue quien lo asentó sobre los ríos. Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El
de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. Se repite la antífona.
Ese obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase
de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el
rey de la gloria! Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en
la batalla. Se repite la antífona ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones
eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, Él es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.

ANTÍFONA 2
Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y aclamaban: “Hosan-
na al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”.

Salmo 46
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo,
es terrible y de toda la tierra, rey supremo. Se repite la antífona.
Fue Él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos
como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto. Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en
honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios
sobre todas las naciones desde su trono santo. Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque
de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está. Se repite la antífona.
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Se pueden tomar los Himnos a Cristo Rey, en latín o en español de las pp.253-255
[264-267].

HIMNO A CRISTO REY

¡Que viva mi Cristo, 3. Dios le dio el poder, la victoria;


que viva mi Rey, pueblos todos, venid y alabad
que impere doquiera a este Rey de los cielos y tierra
triunfante su ley! (2) en quien sólo tenemos la paz.
¡Viva Cristo Rey,
Viva Cristo Rey! 4. Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró,
1. Mexicanos, un Padre tenemos te rogamos que todos los pueblos
que nos dio de la Patria la unión, sean unidos en un solo amor.
a ese Padre gozosos cantemos
empuñando con fe su pendón.

2. Demos gracias al Padre que ha hecho


que tengamos de herencia
la luz y podamos vivir en el reino
que su Hijo nos dio por la cruz.

Al entrar la procesión en la iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro canto alusivo


a la entrada del Señor en Jerusalén:

RESPONSORIO
R. Al entrar el Señor en la Ciudad Santa, los niños hebreos, anunciando con anti-
cipación la resurrección del Señor de la vida, * con palmas en las manos, aclamaban:
Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro.
R. Con palmas en las manos, aclamaban: Hosanna en el cielo.

El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, si lo juzga oportuno, lo


inciensa. Luego se dirige a la sede donde se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone
la casulla y, omitidos los demás ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad,
si es oportuno, dice la oración colecta y prosigue la Misa de la manera acostumbrada.

………………………………………………………………………………………
…………………..
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Segunda forma: Entrada solemne

Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia o bien dentro de la misma iglesia, lle-
vando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los fieles, van a un
sitio adecuado de la iglesia, fuera del presbiterio en donde pueda ser vista fácilmente la
celebración, al menos por la mayor parte de los fieles.

Tercera forma: Entrada sencilla

Se efectúa corno en la Misa ordinaria, comenzando, si es posible, cantando la antí-


fona de entrada (u otro canto sobre el mismo tema). Si no se canta, el sacerdote lee la
antífona después del saludo inicial. Ver la p. 256 [Núms. 12-15 y 16-17] [268 Núms.
12-15 y 16-17].

LA MISA

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Jn 12, 1. 12-13; Sal 23, 9-10


Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró a la ciudad de Jerusalén, salieron
los niños a su encuentro y llevando en sus manos ramos de palmera aclamaban con
fuerte voz: * Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de mise-
ricordia. – Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a
entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es
el Rey de la gloria. * Hosanna en el cielo. Bendito Tú, que vienes lleno de bondad y de
misericordia.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y
padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, be-
nigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa
resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.

No se dice Gloria.

PRIMERA LECTURA
[No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.]
Del libro del profeta Isaías 50, 4-7
En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor des-
pierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus
palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a
los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro
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de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por
eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24.


R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor,
pues que Él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre”. R.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han
taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven
y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor,
alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R.

SEGUNDA LECTURA
[Cristo se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por
obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre
todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de
Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte
de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Se lee la historia de la Pasión del Señor. No se llevan ciriales ni incienso, ni se hace al


principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el
sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la
parte correspondiente a Cristo. Solamente los diáconos piden la bendición del celebrante
antes del canto de la Pasión, como se hace antes del Evangelio.

EVANGELIO
Lc 22, 14–23, 56; forma breve: 23, 1-49
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = “Sinagoga”; y ╬ = Cristo
Puede elegirse la lectura breve de la Pasión por razones pastorales *
domingo 14 de abril de 2019 53
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS,

C En aquel tiempo
[Llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
╬ “Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, por-
que yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumpli-
miento en el Reino de Dios”.
C Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y
dijo:
╬ “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volve-
ré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”.
C Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo:
╬ “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.
C Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo:
╬ “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por
ustedes”. “Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la mesa.
Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero ¡ay de aquel hom-
bre por quien será entregado!”.
C Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo iba
a traicionar.
C Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser con-
siderado como el más importante. Jesús les dijo:
╬ “Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se ha-
cen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el
mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera
un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad
que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sir-
ve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino,
como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y
se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel”.
C Luego añadió:
╬ “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para zarandearlos como
trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido,
confirma a tus hermanos”.
C Él le contestó:
S “Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la cárcel y a la muerte”.
C Jesús le replicó:
╬ “Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres ve-
ces que me conoces”.
C Después les dijo a todos ellos:
54 domingo 14 de abril de 2019

╬ “Cuando los envié sin provisiones, sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó
algo?”.
C Ellos contestaron:
S “Nada”.
C Él añadió:
╬ “Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que
no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que
se cumpla esto que está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores, porque
se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí”.
C Ellos le dijeron:
S “Señor, aquí hay dos espadas”.
╬ Él les contestó: “¡Basta ya!”.
C Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron los
discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo:
╬ “Oren, para no caer en la tentación”.
C Luego se alejó de ellos a la distancia de un tiro de piedra y se puso a orar de rodi-
llas, diciendo:
╬ “Padre, si quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi
voluntad, sino la tuya”.
C Se le apareció entonces un ángel para confortarlo; Él, en su angustia mortal, ora-
ba con mayor insistencia, y comenzó a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta
el suelo. Por fin terminó su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los encontró
dormidos por la pena. Entonces les dijo:
╬ “¿Por qué están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación”.
C Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por Judas, uno de
los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo:
╬ “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?”.
C Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con Él dijeron:
S “Señor, ¿los atacamos con la espada?”.
C Y uno de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
╬ “¡Dejen! ¡Basta!”.
C Le tocó la oreja y lo curó.
Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a los ancia-
nos que habían venido a arrestarlo:
╬ “Han venido a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido.
Todos los días he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta
es su hora y la del poder de las tinieblas”.
C Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacer-
dote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron
alrededor y Pedro se sentó también con ellos. Al verlo sentado junto a la lumbre, una
criada se le quedó mirando y dijo:
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S “Éste también estaba con Él”.
C Pero él lo negó diciendo:
S “No lo conozco, mujer”.
C Poco después lo vio otro y le dijo:
S “Tú también eres uno de ellos”.
C Pedro replicó:
S “¡Hombre, no lo soy!”
C Y como después de una hora, otro insistió:
S “Sin duda que éste también estaba con Él, porque es galileo”.
C Pedro contestó:
S “¡Hombre, no sé de qué hablas!”
C Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo.

El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó entonces de las palabras que el
Señor le había dicho: ‘Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces’, y saliendo de
allí se soltó a llorar amargamente.
Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de Él, le daban golpes, le tapaban la
cara y le preguntaban:
S “¿Adivina quién te ha pegado?”.
C Y proferían contra Él muchos insultos.
Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los es-
cribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y le dijeron:
S “Si tú eres el Mesías, dínoslo”. Él les contestó:
╬ “Si se lo digo, no lo van a creer, y si les pregunto, no me van a responder. Pero
ya desde ahora, el Hijo del hombre está sentado a la derecha de Dios todopodero-
so”.
C Dijeron todos:
S “Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?”.
C Él les contestó:
╬ “Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy”.
C Entonces ellos dijeron:
S “¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su
boca”. ]

* Comienza la lectura breve

C El consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron
y llevaron a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo:
S “Hemos comprobado que Éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose
a que se pague tributo al César y diciendo que Él es el Mesías rey”.
C Pilato preguntó a Jesús:
S “¿Eres Tú el rey de los judíos?”.
56 domingo 14 de abril de 2019

C Él le contesto:
╬ “Tú lo has dicho”.
C Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba:
S “No encuentro ninguna culpa en este hombre”.
C Ellos insistían con más fuerza, diciendo:
S “Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí”.
C Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de
Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días.

Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que que-
ría verlo, pues había oído hablar mucho de Él y esperaba presenciar algún milagro suyo.
Le hizo muchas preguntas, pero Él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los sumos
sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo
trató con desprecio y se burló de Él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se
lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes
eran enemigos.
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:
S “Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he in-
terrogado delante de ustedes y no he encontrado en Él ninguna de las culpas de que lo
acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito
digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”.

C Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vocifera-
ron en masa, diciendo:
S “¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!”.
C A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un
homicidio.

Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero
ellos seguían gritando:
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C Él les dijo por tercera vez:
S “¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en Él ningún delito que merez-
ca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”.
C Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el
griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había
sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.

Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de Cirene, que


volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús. Lo iba siguiendo una
gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por Él. Jesús
se volvió hacia las mujeres y les dijo:
domingo 14 de abril de 2019 57
╬ “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos,
porque van a venir días en que se dirá: ‘¡Dichosas las estériles y los vientres que
no han dado a luz y los pechos que no han criado!’ Entonces dirán a los montes:
‘Desplómense sobre nosotros’, y a las colinas: ‘Sepúltennos’, porque si así tratan
al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?”.
C Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con Él. Cuando llega-
ron al lugar llamado “la Calavera”, lo crucificaron allí, a Él y a los malhechores, uno a
su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía desde la cruz:
╬ “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
C Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes.
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
S “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si Él es el Mesías de Dios, el elegi-
do”.
C También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a Él, le ofrecían vina-
gre y le decían:
S “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”.
C Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía:
“Éste es el rey de los judíos”.
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole:
S “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”.
C Pero el otro le reclamaba, indignado:
S “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente
recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”.
C Y le decía a Jesús:
S “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”.
C Jesús le respondió:
╬ “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
C Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció
el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando
con voz potente, dijo:
╬ “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!”.
C Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
C El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo:
S “Verdaderamente este hombre era justo”.
C Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocu-
rría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían
a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permane-
cían mirando todo aquello.
Fin de la lectura breve
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C Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, que no
había estado de acuerdo con la decisión de los judíos ni con sus actos, que era natural
de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se presentó ante Pilato
para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colo-
có en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. Era el
día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres que habían seguido a Jesús
desde Galilea acompañaron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo.
Al regresar a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron reposo,
conforme al mandamiento. Palabra del Señor.

Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve ho-
milía. También se puede guardar un momento de silencio. Se dice Credo y se hace la
oración universal.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


Imploremos a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, que en la cruz
presentó oraciones y súplicas al Padre, y pidámosle por todos los
hombres:

1. Para que el Señor tenga piedad de los fieles que han caído en el
pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia y les
conceda el gozo del perdón y de la paz, reguemos al Señor.
2. Para que la sangre de Jesús –que habla más favorablemente que
la de Abel– reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la
ignorancia, la indiferencia o las propias pasiones, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor –que en la cruz experimentó la amargura de
sentirse triste y abandonado– se apiade de los enfermos y los oprimi-
dos a fin de que los conforte en su aflicción, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor –que recibió en su Reino al ladrón arrepenti-
do– se apiade de nosotros y nos admita, después de la muerte, en su
paraíso, roguemos al Señor.

Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para


que destruyera el pecado y la muerte, y nos devolviera la vida y la fe-
licidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar
de los frutos de su redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos
por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericor-
dia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
lunes 15 de abril de 2019 59
PREFACIO: La Pasión del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El
cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente condenado
por salvar a los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó
nuestra justificación. Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con vo-
ces de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26, 42


Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo
nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por
medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor
Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

15 lunes
Morado

LUNES SANTO
MR p. 259 [272] / Lecc. I p. 802

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 34, 1-2; Sal 139, 8


Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y
el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.

ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debi-
lidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[No gritará ni hará oír su voz en las plazas.]
Del libro del profeta Isaías 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará
ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará
60 lunes 15 de abril de 2019

la mecha que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se doble-
gará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su
enseñanza. Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza
a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y
la respiración a cuanto se mueve en ella: “Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación,
te llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz
de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 26, 1.2.3. 13-14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de
mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.
Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan
y caen. R.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun cuando hagan la guerra
contra mí, tendré plena confianza en el Señor. R.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor
confía. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo Tú has tenido compasión de nuestras faltas. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.]
Del santo Evangelio según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien ha-
bía resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro
era uno de los que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume
de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con
su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Entonces Judas Iscariote,
uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: “¿Por qué no se ha ven-
dido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?”. Esto lo dijo, no
porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la
bolsa, robaba lo que echaban en ella. Entonces dijo Jesús: “Déjala. Esto lo tenía guar-
dado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes,
pero a mí no siempre me tendrán”. Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró
de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a
quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes delibera-
ban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en
Jesús. Palabra del Señor.
lunes 15 de abril de 2019 61
REFLEXIÓN: • Los tres primeros días de la Semana Santa la liturgia nos
ofrece la posibilidad de meditar en la figura del «Siervo del Señor», descrita
por el profeta Isaías (Cfr. capítulos 49-55), y en la que ya los primeros cristia-
nos han vislumbrado la figura de Jesús. Este enviado del Señor será manso,
humilde y amigo de los pobres. Pero será también fuerte y constante. No se
desanimará ante las contradicciones y hará triunfar en el mundo la justi-
cia. De su muerte brotará la vida y de su abajamiento la suprema glorifica-
ción... • La cena de Betania está llena de referencias a la muerte de Jesús,
comenzando con la alusión cronológica: «Seis días antes de la Pascua». Viene
luego la tajante y muy desilusionada respuesta a Judas, advirtiéndole que
a los pobres los tendrán siempre, pero a Él no. Finalmente está el malévolo
proyecto de los sumos sacerdotes para deshacerse de Él. En este clima de
tensión, María unge y seca los pies de Jesús, que luego la defiende de los pu-
ritanos, advirtiéndoles que su noble acción es una anticipación de la unción
en su sepultura.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que
en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios,
concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor, p. 498 [499].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 101, 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre
que te invoque, respóndeme enseguida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Visita, Señor, a tu pueblo y protege con tu constante amor a quienes has santificado
por estos misterios, para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu pro-
tección, los auxilios para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, que tu protección socorra a los humildes y asista continua-
mente a quienes confían en tu misericordia, para que se preparen a celebrar las fiestas
pascuales no sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
62 martes 16 de abril de 2019

16 martes
Morado
MARTES SANTO
MR p. 261 [273] / Lecc. I p. 805
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 12
No me entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la
pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesu-
cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rinco-
nes de la tierra.]
Del libro del profeta Isaías 49, 1-6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre
de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre. Hizo
de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha
puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifes-
taré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado
mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi
Dios”. Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su
servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo –tanto así
me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que
seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de
Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los
últimos rincones de la tierra”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15 y 17
R. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, Tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayú-
dame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi
defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R.
Señor, Tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno
de mi madre, yo me apoyaba en ti y Tú me sostenías. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte
desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R.
martes 16 de abril de 2019 63
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como
manso cordero al sacrificio. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.]
Del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los
discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de
ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una
seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús,
le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de
pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras
el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer,
hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supu-
sieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo
necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche. Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glo-
rificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en
Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará. Hijitos, todavía estaré
un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes
ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’ ”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde
vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más
tarde”. Pedro replicó: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.
Jesús le contestó: “¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo,
antes de que me hayas negado tres veces”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • El segundo cántico del «Siervo del Señor» presenta una pro-
gresión de ideas que desemboca, de forma casi espontánea y natural, en la
misión universal que le es confiada por el Señor. Este misterioso Siervo –que
no basa su actuación en el poder o en el prestigio– nos recuerda que Dios lo ha
destinado, desde antes de nacer, a anunciar, no sólo a Israel sino a todos los
pueblos, el luminoso mensaje de la salvación. Una vez más se reafirma aquí la
voluntad salvífica de Dios, a la que nada ni nadie puede oponerse… • Mientras
Jesús revela en la Última Cena lo mismo con los gestos que con las palabras
la plenitud de su amor, adquiere una extraordinaria importancia –casi por
contraste– la debilidad del hombre. Jesús está a la mesa con sus discípulos
en la noche en que, profundamente conmovido, se dona hasta el extremo. La
traición de Judas y la traición de Pedro son, afortunadamente, muy diferen-
tes. Ambas, sin embargo, son signo evidente de lo que significa la debilidad de
la carne frente a la exigente lógica del Reino de Dios.
64 miércoles 17 de abril de 2019

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de
tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de la Pasión del Señor, p. 498 [499].

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32


Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para
que este Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la
vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad
por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
17 miércoles
Morado
MIÉRCOLES SANTO
MR p. 262 [274] / Lecc. I p. 808

ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10. 8. 11


Que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abis-
mos, porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso
Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo
sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrec-
ción. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.]
Del libro del profeta Isaías 50, 4-9
En aquel entonces dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento.Mañana tras mañana, el Señor des-
pierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír
sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la es-
palda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi
miércoles 17 de abril de 2019 65
rostro a los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundi-
do, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano
está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario?
¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a con-
denarme?”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 68, 8-10. 21bcd-22. 31 y 33-34


R. Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advene-
dizo, aun para aquellos de mi propia sangre; pues me devora el celo de tu casa, el odio
del que te odia, en mí recae. R.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión y no la hallo;
consoladores, y no los encuentro. En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron
vinagre. R.
En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. Se alegrarán al
verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás
desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como
manso cordero al sacrificio. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!]
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos
sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?”. Ellos quedaron en darle
treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para
entregárselo. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron
a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?”. Él
respondió: “Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora
está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’ ”. Ellos hicieron lo
que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la
mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes va
a entregarme”. Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno:
“¿Acaso soy yo, Señor?”. Él respondió: “El que moja su pan en el mismo plato que yo,
ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él;
pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese
hombre no haber nacido”. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Acaso
soy yo, Maestro?”. Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”. Palabra del Señor.
66 miércoles 17 de abril de 2019

REFLEXIÓN: • El tercer y desgarrador monólogo del «Siervo Sufriente», de-


sarrolla el tema de su aparente fracaso, que preludia la muerte y la glorifica-
ción (y que anticipa así el cuarto “cántico”: Cfr. Is 52, 13-53, 12). La persecu-
ción viene aceptada por él intrépidamente –ya que mantiene una confianza
inquebrantable en el Señor– misma que está en relación con su llamada a
la fidelidad. En una visión profética, Isaías contempla y describe esta perse-
cución desatada contra el inocente. En ella podemos entrever ya, de algún
modo, las diferentes etapas de la pasión de Jesús… • En la traición de Judas
vemos entrelazarse los designios de Dios y el actuar «libre» del hombre. En
un último intento por inducirlo al arrepentimiento, Jesús le revela que está
perfectamente enterado de todo lo que –quien «moja su pan en el mismo plato»
con Él– ya ha venido realizado para llevar a cabo sus desmedidas ambiciones.
Pero Judas no tiene la humildad para pedir perdón y, tristemente, consuma
su obra. La libertad es un don, pero su recto ejercicio es una conquista inaca-
bada, fruto de la oportuna correspondencia a la gracia divina.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que la pasión de tu Hijo, que
celebramos en este sacramento, fructifique plenamente en nuestra vida. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Prefacio II de la Pasión del Señor, p. 498 [499].


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 20, 28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir, y a dar la vida por la
redención de todos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, creer y sentir profundamente que, por la muerte tem-
poral de tu Hijo, proclamada en estos santos misterios, Tú nos has dado la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, concede a tu pueblo frecuentar los sacramentos pascuales y espe-
rar con vivo deseo los bienes futuros para que, manteniéndose fiel a los santos misterios
de los que ha renacido, se sienta impulsado por ellos a una vida nueva. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
jueves 18 de abril de 2019 67
18 jueves
Blanco
MISA DEL SANTO CRISMA
La bendición del óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la consagración
del Crisma las hace el obispo normalmente el día de hoy, en una misa especial, que se
celebra por la mañana, de ordinario en la iglesia catedral: pp. 264-275 [276-289]; Lecc.
811.
SAGRADO TRIDUO PASCUAL
JUEVES SANTO
MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
MR p. 279 [290] / Lecc. I p. 816

Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíben todas las misas
sin asistencia del pueblo. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la Misa de la
Cena del Señor, con la participación de toda la comunidad local y con la intervención,
según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada comunión se pue-
de distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a
cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta
misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo,
hoy y mañana.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gal 6, 14


Debemos gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en Él está nuestra
salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, y por Él fuimos salvados y redimidos.
Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado el can-
to, las campanas no vuelven a tocarse hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito,
antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete
pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la ple-
nitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[Prescripciones sobre la cena pascual.]
Del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será
para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la co-
munidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno
por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos
68 jueves 18 de abril de 2019

y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda
comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán
hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará
al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa
donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Se-
ñor. Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país
de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto,
yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando
hiera yo la tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como
institución perpetua’ ”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18


R. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salva-
ción e invocaré el nombre del Señor. R.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me
has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas
al Señor ante todo su pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA
[Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte
del Señor.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía”.Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la
nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban
de Él”. Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman
la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como
yo los he amado. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
jueves 18 de abril de 2019 69
EVANGELIO
[Los amó hasta el extremo.]
Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de
este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó has-
ta el extremo. En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre
había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios
volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego
echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con
la toalla que se había ceñido. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a
lavar tú a mí los pies?”. Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora,
pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le
contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese
caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se
ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están
limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están
limpios’. Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y
les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y
Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado
los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo,
para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”. Palabra del Señor.
Después de la proclamación del Evangelio, el sacerdote dice la homilía, en la cual se
exponen los grandes misterios que se recuerdan en esta Misa.

REFLEXIÓN: • Con el Triduo Pascual comienza la conmemoración del mis-


terio de la redención humana realizada por medio de la pasión, muerte y resu-
rrección del Señor. Hoy es un día por demás señalado: “jueves único” en el año
litúrgico. Jesús celebró con los suyos esta Cena de múltiples significados preci-
samente en la noche anterior a su dolorosa pasión. La Última Cena de Jesús fue
una cena pascual, en cuya forma tradicional Él introdujo –ante la sorpresa de
todos los comensales– la novedad de la entrega de su cuerpo y de su sangre...
• Entre los temas que destacan en la liturgia: Eucaristía, Sacerdocio ministe-
rial y Amor fraterno, el primero y determinante es la Eucaristía, celebración de
la pasión y muerte del Señor hasta que Él vuelva: “nueva pascua” y “banquete
sacrificial” del pueblo cristiano, que viene a sustituir a la cena pascual judía,
como recuerdo de la liberación de Egipto. Jesús es el nuevo y verdadero Cor-
dero que derramó su sangre por todos nosotros. Él nos pide que manifestemos
nuestra condición de discípulos suyos en el amor y en el servicio mutuo.
70 jueves 18 de abril de 2019

LAVATORIO DE LOS PIES


Después de la homilía, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio
de los pies. Las personas designadas van, acompañadas por los ministros, a ocupar los
asientos preparados para ellas. El sacerdote, se quita la casulla si es necesario, y se acer-
ca a cada una de las personas designadas. Con la ayuda de los ministros, les lava los
pies y se los seca. Mientras tanto, se cantan algunas de las siguientes antífonas o algún
canto apropiado.
ANTÍFONA PRIMERA Cfr. Jn 13, 4. 5. 15
El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies
de sus discípulos, para darles ejemplo.
ANTÍFONA SEGUNDA Cfr. Jn 13, 12. 13. 15
El Señor Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, lavó sus pies y les dijo:
“¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, yo, el Señor y el Maestro? Les he
dado ejemplo, para que también ustedes lo hagan”.
ANTÍFONA TERCERA Jn 13, 6. 7. 8
Señor, ¿pretendes Tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: si no te lavo los pies,
no tendrás nada que ver conmigo.
V. Fue Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo:
−Señor, ¿pretendes Tú lavarme a mí los pies?...
V. Lo que yo estoy haciendo, Tú no lo entiendes ahora; lo entenderás más tarde.
−Señor, ¿pretendes Tú lavarme a mí los pies?...
ANTÍFONA CUARTA Cfr. Jn 13, 14
Si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, ¡con cuánta mayor razón
ustedes deben lavarse los pies unos a otros!

ANTÍFONA QUINTA Jn 13, 35


En esto reconocerán todos que ustedes son mis discípulos: en que se amen los unos
a los otros.
V. Jesús les dice a sus discípulos.
−En esto reconocerán todos...
ANTÍFONA SEXTA Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he
amado, dice el Señor.
ANTÍFONA SÉPTIMA 1 Cor 13, 13
Que permanezcan en ustedes la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres
virtudes es el amor.
V. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes
es el amor.
jueves 18 de abril de 2019 71
−Que permanezcan en ustedes...
Inmediatamente después del lavatorio de los pies o, si éste no tuvo lugar, después de
la homilía, se hace la Oración universal. Sería conveniente organizar la procesión de
ofrendas en la que, además de pan y vino, se lleven dones para los pobres. Sería bueno
cantar el Ubi caritas et amor… u otro canto apropiado. Hay que tener presente también
las variantes propias de este día en la Plegarias Eucarísticas.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que
se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El sacrificio y el sacramento de Cristo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El
cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio de la eterna alianza, se ofreció
primero a ti como víctima salvadora, y nos mandó que lo ofreciéramos como memorial
suyo. Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos fortalecidos; y cuan-
do bebemos su sangre, derramada por nosotros, quedamos limpios de nuestros pecados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 11, 24. 25


Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida
por mi Sangre; cuantas veces lo bebieran, háganlo en memoria mía, dice el Señor.

En la Comunión, en un momento oportuno, el sacerdote, tomando del altar la Euca-


ristía, la entrega a los diáconos, acólitos u otros ministros extraordinarios, para que la
lleven a los enfermos en sus casas. Después de distribuir la comunión, se deja sobre
el altar un copón con hostias para la comunión del día siguiente, y se termina la misa
con esta oración.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, Tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concé-
denos participar también del banquete celestial en tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

TRASLACIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Después de incensar al Santísimo, el sacerdote, cubriendo con el paño de hombros
el copón, inicia la procesión hacia el “Monumento”, en donde será adorado por turnos
hasta la media noche. Antes de depositar al Señor en el lugar preparado, se repite la
72 viernes 19 de abril de 2019

incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan cantos adecuados. Esta ado-
ración, después de la media noche, hágase sin solemnidad.

19 viernes
Rojo
VIERNES SANTO
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
MR p. 292 [297] / Lecc. I p. 820

Día de ayuno y abstinencia

El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por
completo la celebración del sacrificio eucarístico. El altar debe estar desnudo por com-
pleto: sin cruz, sin candelabros y sin manteles. El sacerdote, revestidos de color rojo
como para la misa, se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en
tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún espacio
de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras todos permanecen
de rodillas, dice la siguiente oración:

No se dice “Oremos”.

ORACIÓN
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante
protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio
pascual. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

PRIMERA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
[Él fue traspasado por nuestros crímenes.]
Del libro del profeta Isaías 52, 13–53, 12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto.
Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía
ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes
cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que
nunca se habían imaginado. ¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se
le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en
el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despre-
ciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno
del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos
y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado,
viernes 19 de abril de 2019 73
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo
que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados. Todos andábamos errantes como
ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a dego-
llar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Inicuamente y contra
toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de
los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los
malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño
en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como
expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán
los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus su-
frimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos. Por eso le
daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se
entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas
de todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25


R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi
espíritu y Tú, mi Dios leal, me librarás. R.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se espantan, los que me ven
pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como un muerto, como un objeto tirado en la basura.
R.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus manos está mi destino. Líbrame de
los enemigos que me persiguen. R.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. Sean fuertes y valientes
de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor. R.

SEGUNDA LECTURA
[Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que
lo obedecen.]
De la carta a los hebreos 4, 14-16; 5, 7.9
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cie-
lo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacer-
dote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que Él mismo
ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por
tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia
y obtener ayuda en el momento oportuno. Precisamente por eso, Cristo, durante su vida
mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía li-
brarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió
a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación
eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios.
74 viernes 19 de abril de 2019

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte
de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor, ni se hace al


principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto,
el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posi-
ble, la parte correspondiente a Cristo.

EVANGELIO
Jn 18, 1— 19, 42

Cuando la lectura se hace alternada:


C = Cronista; S = “Sinagoga”; y ╬ = Cristo

[Puede elegirse la lectura breve de la Pasión por razones pastorales] *

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


SEGÚN SAN JUAN
C En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón,
donde había un huerto, y entraron allí Él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía
también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de
los fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo
lo que iba a suceder, se adelantó y les dijo:
╬ “¿A quién buscan?”.
C Le contestaron: “
S A Jesús, el nazareno”.
C Les dijo Jesús:
╬ “Yo soy”.
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles ‘Yo soy’, retrocedieron y
cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
╬ “¿A quién buscan?”.
C Ellos dijeron:
S “A Jesús, el nazareno”.
C Jesús contestó:
╬ “Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan”.
C Así se cumplió lo que Jesús había dicho: “No he perdido a ninguno de los que me
diste”.
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del sumo
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sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús
a Pedro:
╬ “Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Pa-
dre?”.
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo ataron
y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel
año. Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: ‘Conviene que muera un solo
hombre por el pueblo’. Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discí-
pulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote,
mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido
del sumo sacerdote, habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces
a Pedro:
S “¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?”
C Él dijo:
S “No lo soy”.
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se
calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le
contestó:
╬ “Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente en la
sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a es-
condidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo
que les he hablado. Ellos saben lo que he dicho”.
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
S “¿Así contestas al sumo sacerdote?”.
C Jesús le respondió:
╬ “Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado
como se debe, ¿por qué me pegas?”
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de
pie, calentándose, y le dijeron:
S “¿No eres tú también uno de sus discípulos?”.
C Él lo negó diciendo:
S “No lo soy”.
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había
cortado la oreja, le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con Él en el huerto?”.
C Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo.
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana y ellos no entraron
en el palacio para no incurrir en impureza y poder así comer la cena de Pascua.
Salió entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
S ¿De qué acusan a este hombre?”.
C Le contestaron:
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S “Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído”.


C Pilato les dijo:
S “Pues llévenselo y júzguenlo según su ley”.
C Los judíos le respondieron:
S “No estamos autorizados para dar muerte a nadie”.
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S “¿Eres Tú el rey de los judíos?”.
C Jesús le contestó:
╬ “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?”
C Pilato le respondió:
S “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí.
¿Qué es lo que has hecho?”.
C Jesús le contestó:
╬ “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servido-
res habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no
es de aquí”.
C Pilato le dijo:
S “¿Conque Tú eres rey?”.
C Jesús le contestó:
╬ “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la ver-
dad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
C Pilato le dijo:
S “¿Y qué es la verdad?”.
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S “No encuentro en Él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua
ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”.
C Pero todos ellos gritaron:
S “¡No, a ése no! ¡A Barrabás!”.
C (El tal Barrabás era un bandido).
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron una corona de
espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y acer-
cándose a Él, le decían:
S “¡Viva el rey de los judíos!”,
C y le daban de bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S “Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en Él ninguna culpa”.
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato
les dijo:
S “Aquí está el hombre”.
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”.
viernes 19 de abril de 2019 77
C Pilato les dijo:
S “Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en Él”.
C Los judíos le contestaron:
S “Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha decla-
rado Hijo de Dios”.
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el
pretorio, dijo a Jesús:
S “¿De dónde eres Tú?”.
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad
para crucificarte?”.
C Jesús le contestó:
╬ “No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo
alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor”.
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S “¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque todo el que pretende ser rey,
es enemigo del César”.
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que
llaman “el Enlosado” (en hebreo Gábbata).
Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S “Aquí tienen a su rey”.
C Ellos gritaron:
S “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!”.
C Pilato les dijo:
S “¿A su rey voy a crucificar?”.
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S “No tenemos más rey que el César”.
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron a Jesús y Él, cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado “la Cala-
vera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con Él a otros dos, uno
de cada lado, y en medio Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de
la cruz; en él estaba escrito: ‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’. Leyeron el letrero
muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito
en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: ‘Este ha dicho: Soy rey de los judíos’”.
C Pilato les contestó:
S “Lo escrito, escrito está”.
C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro par-
tes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda
de una pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron:
S “No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca”.
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi ropa y echaron a suerte
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mi túnica Y eso hicieron los soldados.


Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleo-
fás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería,
Jesús dijo a su madre:
╬ “Mujer, ahí está tu hijo”.
C Luego dijo al discípulo:
╬ “Ahí está tu madre”.
C Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se
cumpliera la Escritura dijo:
╬ “Tengo sed”.
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapa-
da en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y
dijo:
╬ “Todo está cumplido”,
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

[Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa]

C Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los
cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado
era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran
de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que
habían sido crucificados con Él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no
le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una
lanza e inmediatamente salió sangre y agua. El que vio da testimonio de esto y su testi-
monio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto
sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso;
y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron. Después de esto, José de
Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó
el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien
libras de una mezcla de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en
lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto
en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había
sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la preparación de la Pascua
y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús. Palabra del Señor.

Después de la lectura de la Pasión del Señor, el sacerdote dice una breve homilía,
después de la cual puede exhortar a los fieles a orar durante un breve espacio de tiempo.

REFLEXIÓN: • El Viernes Santo es un día centrado en la pasión del Señor


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y en su muerte ignominiosa en la Cruz, presagio de una segura victoria. Él,
en su crux gloriosa, ha vencido al antiguo enemigo. Suya fue la lucha, nues-
tra es la corona. Hoy todos los redimidos por su sangre preciosa –llamados a
compartir una vida nueva como “resucitados”– estamos invitados a entonar,
con voces de júbilo, himnos de alabanza al Señor, al único que pudo decir,
como lo hace en el Apocalipsis: «Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los
siglos de los siglos» (Ap. 1,18)… • Hoy se cumple el repetido anuncio sobre su
violento final en Jerusalén, al aceptar, “por nosotros y por nuestra salvación”,
los misteriosos planes de su Padre: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a
su propio Hijo» (Jn, 3, 16). No hay modo más verídico de expresarlo, que dando
también nosotros la vida por aquellos a quienes se ama. Un amor fuente de
vida, que nos une a Dios y a nuestros hermanos. Un amor capaz de cambiar
el mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo de hu-
mildad, servicio, obediencia y renuncia.

ORACIÓN UNIVERSAL:

I. Por la santa Iglesia: Oremos, queridos hermanos, por la santa Igle-


sia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda la paz y la uni-
dad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo,
como Dios Padre omnipotente, con una vida pacífica y serena. Se ora
un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopodero-
so y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, con-
serva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda
la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

II. Por el Papa: Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa
Francisco, para que Dios nuestro Señor, que lo escogió para el orden de
los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia,
a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios. Se ora un momen-
to en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno,
cuya sabiduría gobierna el universo, atiende favorablemente nuestras
súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo
cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firme-
za de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

III. Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por nuestro
obispo Francisco y sus obispos auxiliares, por todos los obispos, presbí-
teros y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios. Se ora
un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso
y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, es-
80 viernes 19 de abril de 2019

cucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu
gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

IV. Por los catecúmenos: Oremos también por los (nuestros) catecúme-
nos, para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus corazones y les
manifieste su misericordia, y para que, mediante el bautismo, se les per-
donen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, Señor Se ora
un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopodero-
so y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta
la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para que, renaci-
dos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

V. Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos los


hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne
congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir en la
verdad. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los
mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para
que, a cuantos están consagrados por el único bautismo, también los
una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor. R. Amén.

VI. Por los judíos: Oremos también por los judíos, para que a quienes
Dios nuestro Señor habló primero, les conceda progresar continuamen-
te en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Se ora un
momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso
y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiris-
te primero como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

VII. Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no
creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos
encontrar el camino de la salvación. Se ora un momento en silencio. Lue-
go prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes
no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de co-
razón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor
mutuo y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin
de que seamos testigos cada vez más auténticos de tu amor en el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
VIII. Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no
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conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto,
merezcan llegar hasta él. Se ora un momento en silencio. Luego pro-
sigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos
los hombres para que deseándote te busquen, y para que al encon-
trarte descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades
de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las
buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren al con-
fesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.

IX. Por los gobernantes: Oremos también por todos los gobernantes
de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe sus mentes y corazo-
nes, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad
de todos. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los
hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros
gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un
auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad
religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

X. Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, herma-


nos muy queridos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo
de todos sus errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen
hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, con-
ceda seguridad a los que viajan, un buen retorno a los que se hallan
lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación a los moribun-
dos. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios
todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que
sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos
experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Je-
sucristo, nuestro Señor. R. Amén.

SEGUNDA PARTE:
ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, De


las dos formas que se proponen [pp. 298-306 (303-312)] elíjase la que se juzgue más
apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
Invitatorio al presentar la santa Cruz
V. Miren el árbol de la Cruz donde estuvo clavado Cristo, el Salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, ha-
82 viernes 19 de abril de 2019

ciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como
el de besarla), según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona “Tu
Cruz adoramos” (p. 300ss) [202], los Improperios u otros cánticos apropiados. Ter-
minada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los
ciriales o los candeleros a su lado.

ANTÍFONA:
Tu Cruz adoramos, Señor, tu santa resurrección alabamos y glorificamos, pues del
árbol de la Cruz ha venido la alegría al mundo entero.
Cfr. Sal 66, 2
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante
y misericordioso. Se repite la antífona: Tu Cruz...

TERCERA PARTE:
SAGRADA COMUNIÓN

Se extiende un mantel sobre el altar y se pone sobre él un corporal y el libro. Ense-


guida se trae el Santísimo Sacramento del lugar del “Monumento” directamente al altar,
mientras todos permanecen de pie y en silencio. El sacerdote, previa genuflexión, realiza
el Rito de la Comunión [pp 585-589] [590-595] en la forma acostumbrada.

S Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atre-


vemos a decir:
T Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofen-
den; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
S Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que,
ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
T Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo no sea para mí un motivo de juicio y


condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y
como remedio saludable.
S Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados
a la cena del Señor.
T Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme.
Acabada la comunión, un ministro idóneo lleva el copón a algún lugar especialmente pre-
sábado 20 de abril de 2019 83
parado fuera de la iglesia, o bien, si lo exigen las circunstancias, lo reserva en el sagra-
rio. Después el sacerdote, guardado un breve silencio, dice la siguiente oración:

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrec-
ción de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que,
mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Como despedida el sacerdote, imponiendo las manos sobre el pueblo, dice la siguiente
oración:

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Envía, Señor, sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en
espera de su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él tu perdón, reciba
tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide su eterna redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Y todos se retiran en silencio. A su debido tiempo se desnuda de nuevo el altar.

20 sábado
Blanco

SÁBADO SANTO

Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando
en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que con-
serva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera
nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los
cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo
de viático.

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA,


MR p. 313 [317] / Lecc. I p. 829

PRIMERA PARTE:
SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA O «LUCERNARIO»
Bendición del fuego y preparación del cirio

Se apagan todas las luces. En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se enciende el


fuego. Congregado allí el pueblo, llega el sacerdote con los ministros. Uno de los minis-
tros lleva el cirio pascual. Si las circunstancias no permiten encender el fuego fuera de la
84 sábado 20 de abril de 2019

iglesia, todo este rito se desarrolla en un lugar adecuado. El sacerdote saluda, como de
costumbre, al pueblo congregado y le hace una breve exhortación, con estas palabras u
otras semejantes:

Hermanos:

En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la
Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar
en oración. Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su palabra
y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su
triunfo sobre la muerte y de vivir con Él para siempre en Dios.

Enseguida bendice el fuego.


Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo comunicaste a tus fieles el fuego de tu
luz, santifica + este fuego nuevo y concédenos que, al celebrar estas fiestas pascuales, se
encienda en nosotros el deseo de las cosas celestiales, para que podamos llegar con un es-
píritu renovado a las fiestas de la eterna claridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Uno de los ministros lleva el cirio pascual ante el celebrante. Éste, con un punzón,
graba una cruz en el cirio. Después, traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra
Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras
dice:

1. Cristo ayer y hoy, traza la línea vertical;


2. Principio y fin, traza la línea horizontal;
3. Alfa, traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega. Traza la letra Omega, abajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo, traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior
izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad, traza el segundo número del año, en el ángulo superior derecho;
7. A Él la gloria y el poder, traza el tercer número del año en el ángulo inferior iz-
quierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén, traza el cuarto número del año en el ángulo in-
ferior derecho.

Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote puede incrustar en
el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo.

Por sus santas llagas gloriosas,


nos proteja y nos guarde
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
sábado 20 de abril de 2019 85
El celebrante enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y
de nuestro espíritu.
Procesión
A continuación el celebrante toma el cirio pascual y, manteniéndolo elevado, canta él
solo:
V. Cristo luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
Todos entran en la iglesia, Si se emplea el incienso, el turiferario precederá al cele-
brante [o al diácono]. En la puerta de la iglesia se canta por segunda vez: Cristo, luz del
mundo. Y todos responden: Demos gracias a Dios. En este momento todos encienden
sus velas en la llama del cirio y avanzan de nuevo. Al llegar ante el altar, el celebrante,
vuelto hacia el pueblo, canta por tercera vez: Cristo, luz del mundo. Y todos respon-
den: Demos gracias a Dios. Entonces se encienden las luces suficientes para hacer
cómodamente el pregón pascual y las lecturas.
Pregón pascual
El sacerdote [o el diácono] pone el cirio pascual en el candelabro, que está prepara-
do en medio del presbiterio o junto al ambón. Se inciensa el libro y el cirio. Luego se
proclama el pregón pascual desde el ambón. Todos permanecen de pie, teniendo en sus
manos las velas encendidas. El Pregón pascual puede ser proclamado, en caso de nece-
sidad, por un cantor laico. En este caso omite las palabras Por eso, queridos hermanos,
hasta el final del invitatorio, así como el saludo: El Señor esté con ustedes.
Lo que va entre […] puede suprimirse por motivos pastorales
PREGÓN PASCUAL
Alégrense, por fin, los coros de los ángeles, alégrense las jerarquías del cielo y, por la
victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación. Goce también la
tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta
libre de la tiniebla que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante; resuene este recinto con las aclamaciones del pueblo. (Por
eso, queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz santa, invoquen
conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel que, sin mérito mío, me
agregó al número de los ministros, complete mi alabanza a este cirio, infundiendo el
resplandor de su luz.)
(V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.)
V. Levantemos el corazón,
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
86 sábado 20 de abril de 2019

En verdad es justo y necesario aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del
corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su Hijo único, nuestro Señor Jesu-
cristo. Porque Él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado
con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de
Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de
los fieles. Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los
hiciste pasar a pie, sin mojarse, el Mar Rojo. Ésta es la noche en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado. Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo,
por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los
restituye a la gracia y los agrega a los santos. Ésta es la noche en que, rotas las cadenas
de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. [¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?] ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo! Nece-
sario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa
que mereció tal Redentor! [¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en
que Cristo resucitó del abismo. Ésta es la noche de la que estaba escrito: “Será la noche
clara como el día, la noche iluminada por mi gozo”.]
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a
los caídos, la alegría a los tristes, [expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los pode-
rosos.] En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de alabanza,
que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. [Sa-
bemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para la gloria
de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de cera
fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa.] ¡Qué noche tan
dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino! Te rogamos, Señor,
que este cirio consagrado a tu nombre para destruir la oscuridad de esta noche, arda sin
apagarse y, aceptado como perfume, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero
matinal lo encuentre ardiendo, ese lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que
volviendo del abismo, brilla sereno para el linaje humano y vive y reina por los siglos
de los siglos. R. Amén.
SEGUNDA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA
En esta vigilia se proponen nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nue-
vo (la Epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, puede reducirse el
número de lecturas del Antiguo Testamento. Deben leerse, por lo menos, tres lecturas del
Antiguo Testamento y, en casos muy urgentes, por lo menos dos. Pero nunca se omita la
tercera lectura, tomada del capítulo 14 del Éxodo. Terminado el pregón, todos apagan sus
velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote exhorta a la asamblea con
estas palabras u otras semejantes.
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con re-
sábado 20 de abril de 2019 87
cogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza, Dios salvó a su
pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos redimiera.
Oremos para que Dios lleve a su plenitud la obra de la redención realizada por el mis-
terio pascual.
Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y proclama la lectura. Después el
salmista o cantor, dice el salmo, alternando con las respuestas del pueblo. Enseguida
todos se levantan, el sacerdote dice: Oremos, y, después de que todos han orado en si-
lencio durante unos momentos, dice la oración que corresponde a la lectura. En lugar
del salmo responsorial, se puede guardar un momento de silencio sagrado. En este caso
se omite la pausa después del Oremos.
Lo que va entre […] puede suprimir por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA **
[Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.]
Del libro del Génesis 1, 1–2, 2
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las
tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas. Dijo Dios: “Que exista la luz”, y la luz existió. Vio Dios que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”.
Fue la tarde y la mañana del primer día. Dijo Dios: “Que haya una bóveda entre las
aguas, que separe unas aguas de otras”. E hizo Dios una bóveda y separó con ella las
aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda “cielo”. Fue
la tarde y la mañana del segundo día. Dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo
del cielo en un solo lugar y que aparezca el suelo seco”. Y así fue. Llamó Dios “tierra”
al suelo seco y “mar” a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios:
“Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles que den fruto y semilla, según
su especie, sobre la tierra”. Y así fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía
semilla, según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según su es-
pecie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo Dios: “Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el día de la
noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la bóveda del cielo para
iluminar la tierra. Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor
para regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las estrellas. Dios puso
las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche,
y separar la luz de las tinieblas”. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana
del cuarto día. Dijo Dios: “Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y
revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo”. Creó Dios los grandes
animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según su es-
pecie. Creó también el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno
y los bendijo, diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar;
que las aves se multipliquen en la tierra”. Fue la tarde y la mañana del quinto día. Dijo
88 sábado 20 de abril de 2019

Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos, reptiles y
fieras, según sus especies”. Y así fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los
reptiles, cada uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.] Y dijo Dios: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del
cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y somé-
tanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve
sobre la tierra”. Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que
hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen frutos y semilla, para que
les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos
los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las
verdes plantas”. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Fue la tarde y la mañana del sexto día. Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con
todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto
había hecho. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 103, l-2a.5-6.10 y 12.13-14.24 y 35c


R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza
y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de mares la
cubriste y las aguas en los montes concentraste. R.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas; junto al arroyo
vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos; haces brotar hier-
ba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre. R.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena
de tus criaturas. Bendice al Señor, alma mía. R.

Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras
admirable, concede a quienes has redimido, comprender que el sacrificio de Cristo,
nuestra Pascua, en la plenitud de los tiempos, es una obra más maravillosa todavía que
la misma creación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Lo que va entre […] puede suprimir por motivos pastorales.

SEGUNDA LECTURA **
[El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.]
Del libro del Génesis 22, 1-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham, Abra-
ham!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien
sábado 20 de abril de 2019 89
tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te
indicaré”. [Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su
hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado.
Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: “Quédense aquí con
el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos”.
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el
fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: “¡Padre!”.
Él respondió: “¿Qué quieres, hijo?”. El muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña,
¿pero dónde está el cordero para el sacrificio?”. Abraham le contestó: “Dios nos dará el
cordero para el sacrificio, hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.] Cuando llegaron al
sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña.
Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo
para degollarlo. Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!”. Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra
tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo
único”. Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la ma-
leza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por
nombre a aquel sitio “el Señor provee”, por lo que aun el día de hoy se dice: “el monte
donde el Señor provee”. El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y
le dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme nega-
do a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis
palabras”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 15,5 y 8.9-10.11


R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siem-
pre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezaré. R.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque Tú no me
abandonarás a la muerte, ni dejarás que sufra yo la corrupción. R.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua
junto a ti. R.

Oremos. Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la gracia de
la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham
de multiplicar su descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las na-
ciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor. R. Amén.
90 sábado 20 de abril de 2019

TERCERA LECTURA
[Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.]
Del libro del Éxodo 14, 15—15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a
los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano sobre el
mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer
el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas del
faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria
a expensas del faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ellas. Y la
columna de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus espaldas, entre
el campamento de los israelitas y el campamento de los egipcios.
La nube era tinieblas para unos y claridad para otros, y así los ejércitos no trabaron
contacto durante toda la noche. Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo
soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las
aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban
una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y
toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar. Hacia el
amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los egipcios y
sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban
sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano
sobre el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su sitio,
de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor los derribó en me-
dio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército
del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían
muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto.
Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor
sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor:

No se dice Palabra del Señor, se pasa directamente al Salmo.

SALMO RESPONSORIAL Ex 15, lb-2.3-4.5-6.17-18


R. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar. Mi forta-
leza y mi canto es el Señor, Él es mi salvación, Él es mi Dios, yo lo alabaré; es el Dios de
mis padres, yo le cantaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del faraón
y a sus guerreros; ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R.
sábado 20 de abril de 2019 91
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor, tu diestra brilla por
su fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R. Alabemos al Señor por su victoria.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar que
convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos. Tú, Señor, reinarás
para siempre. R.

Oremos. Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo tam-
bién en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó la diestra de tu poder
para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo sigues realizando también
ahora, por medio del agua del bautismo para salvar a todas las naciones, concede que
todos los hombres del mundo lleguen a contarse entre los hijos de Abraham y participen
de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

CUARTA LECTURA
[Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.]
Del libro del profeta Isaías 54, 5-14
“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejércitos’. Tu re-
dentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de toda la tierra’. Como a una mujer
abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de
la juventud?, dice tu Dios. Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia
te volveré a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor
eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor. Me pasa ahora como en los días
de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro
no enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hun-
dirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme
para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti. Tú, la afligida, la zarandeada por
la tempestad, la no consolada: He aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras
finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda y
murallas de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande
su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tie-
nes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 29, 2 y 4.5-6.11 y 12a y 13b


R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me
salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo
instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo.
R.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en
alegría, te alabaré por eso eternamente. R.
92 sábado 20 de abril de 2019

Oremos. Dios todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre, cuanto pro-


metiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la descendencia por ti prometida median-
te la santa adopción filial, para que aquello que los antiguos patriarcas no dudaron que
habría de acontecer, tu Iglesia advierta que ya está en gran parte cumplido. Por Jesucris-
to, nuestro Señor. R. Amén.

QUINTA LECTURA
[Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.]
Del libro del profeta Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que
no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué
gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme
atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan
a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las pro-
mesas que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y
soberano de las naciones, así tú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no
te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha
honrado. Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cer-
ca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor,
y Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los
pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos. Porque así como aventajan
los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a
sus pensamientos. Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino des-
pués de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin
resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Isaías 12,2-3.4bcd.5-6


R. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador: con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi
protección y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de
salvación. R.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, pro-
clamen que su nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habi-
tantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, Tú que anunciaste,
por voz de los profetas, los misterios que estamos celebrando esta noche, multiplica en el
corazón de tu pueblo los santos propósitos porque no podría ningún santo anhelo alcanzar
crecimiento sin el impulso que procede de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
sábado 20 de abril de 2019 93
SEXTA LECTURA
[Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.]
Del libro del profeta Baruc 3, 9-15. 32—4, 4
Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A
qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera,
que te hayas contaminado por el trato con los muertos, que te veas contado entre los que
descienden al abismo? Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido
los senderos de Dios, habitarías en paz eternamente. Aprende dónde están la prudencia,
la inteligencia y la energía, así aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga
vida, y dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar de la sabiduría y
tuvo acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escu-
driñado. El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrú-
pedos; el que envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los astros,
que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden: “Aquí estamos”, y
refulgen gozosos para aquel que los hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como Él; Él ha
escudriñado los caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto.
Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió con los hombres. La sabiduría es el
libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna; los que la guardan, vivirán, los que
la abandonan, morirán. Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su
luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero. Bienaventurados
nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha sido revelado. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 18,8.9.10.11


R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La Ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del
Señor y hacen sabio al sencillo. R.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los precep-
tos del Señor para alumbrar el camino. R.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son verdade-
ros y enteramente justos. R.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la
miel de un panal que gotea. R.

Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llama-
dos de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has purifica-
do con el agua del bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
[Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.]
Del libro del profeta Ezequiel 36, 16-28
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: “Hijo de hom-
bre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta
94 sábado 20 de abril de 2019

y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi
furor contra ellos, por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado
con sus idolatrías. Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tie-
rras. Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a
las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Este
es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra’. Pero, por mi santo nombre,
que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde llegó, me he compadecido. Por
eso, dile a la casa de Israel: ‘Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel.
Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las
naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes
les haga ver mi santidad. Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos
los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los
purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías. Les daré un corazón nuevo y les infundi-
ré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de
carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir
mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y
yo seré su Dios’ ”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL de los salmos 41,3.5bcd; 42,3.4


R. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo?
R.
Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. R.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte
santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré
gracias al compás de la cítara. R.

Oremos. Dios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el admirable misterio
de la Iglesia entera y realiza serenamente, en virtud de tu eterno designio, la obra de la
humana salvación; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que
se renueva lo que había envejecido y que, por obra de Jesucristo, todas las cosas con-
curren hacia la unidad que tuvieron en el origen. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos. R. Amén.
Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responso-
rio y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar. El sacerdote entona
solemnemente el Gloria, que todos prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de
dentro y de fuera del templo, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.
sábado 20 de abril de 2019 95
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche con la gloria de la resurrección del
Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu de adopción filial, para que, renovados en cuerpo y
alma, nos entreguemos fielmente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
EPÍSTOLA
[Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-11
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bau-
tismo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepulta-
dos con Él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque, si hemos esta-
do íntimamente unidos a Él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos
en su resurrección. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el
cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el que
ha muerto queda libre del pecado. Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos
seguros de que también viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado
de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre Él, porque
al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios.
Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro. Palabra de Dios.
Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el
Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pue-
blo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, l-2.16ab-17.22-23


R. Aleluya, aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa
de Israel: “Su misericordia es eterna”. R. Aleluya, aleluya.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, conti-
nuaré viviendo, para contar lo que el Señor ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la
mano del Señor, es un milagro patente. R.
Para el Evangelio no se llevan velas. Puede emplearse el incienso.
EVANGELIO
[¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 1-12
El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepul-
cro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había
96 sábado 20 de abril de 2019

sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Es-
tando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos
resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los
varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí;
ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo: ‘Es necesario
que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al
tercer día resucite’ ”. Y ellas recordaron sus palabras. Cuando regresaron del sepulcro,
las mujeres anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían
estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago)
y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no
les creían. Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y
se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sa-
bemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión.
Como la semilla confiada a la tierra, Cristo «reposa» en el sepulcro. La Iglesia
–llevando en sus manos la lámpara de la esperanza (Cfr. Lc 12, 35 ss.)– vigila
junto a la tumba de su Señor, partícipe de su mismo misterio: también ella
aguarda el gran «día del Señor», cuando Él vendrá para invitarla a sentarse en
su mesa. Cristo, verdadero hombre y «nuevo Adán», ha experimentado hasta el
fondo la aniquilación de la muerte, para llevar a cabo su victoria sobre ella y
compartir este triunfo con aquellos que creen en Él. De esta forma, para cada
creyente la muerte no es el final de la vida, sino la victoria sobre las limitacio-
nes de la condición terrena y la participación en la vida eterna de Dios… • La
noche de Pascua es el gran sacramento de la vida del cristiano. El Bautismo y
la Eucaristía –que junto con la abundancia de la Palabra de Dios están al centro
de esta solemne liturgia– nos hacen presentes y contemporáneos los principa-
les acontecimientos de la Historia de nuestra Salvación, y nos comunican toda
su eficacia. La Vigilia Pascual [que no es simple “víspera” sino ya “la fiesta”],
culmina en la celebración eucarística, misma que está en la raíz de todas las
demás celebraciones cristianas. A partir de esta noche “santísima” de la Resu-
rrección, Cristo está presente en medio de los suyos por medio de los Sacra-
mentos, y sobre todo de la Eucaristía que a todas las demás acciones sagradas
contiene. Con la luz y la fuerza de su Espíritu –que el Crucificado que ha sido
Resucitado nos obtiene o nos concede de nuevo– vengamos a gozarnos de la
dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la «antigua
levadura» (Cfr. 1 Cor 6, 12) y decidámonos a llevar una vida de resucitados!

TERCERA PARTE:
LITURGIA BAUTISMAL
El sacerdote con los ministros se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuen-
tra a la vista de los fieles. De lo contrario, se pone un recipiente con agua en el presbite-
sábado 20 de abril de 2019 97
rio. Si hay bautizos se realizan en este momento. Si los bautizados son adultos, el obispo
o, en su ausencia, el presbítero que confirió el bautismo, adminístreles inmediatamente
el sacramento de la Confirmación en el presbiterio, como se indica en el Pontifical o en
el Ritual Romano. Si no hay bautismos ni tampoco se bendice la fuente bautismal [p.
333] [338] el sacerdote prepara a los fieles para la bendición del agua, diciendo:
Pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua,
con la cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve inte-
riormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una breve pausa en silencio, prosigue:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en oración en esta
noche santísima, recordando la obra admirable de nuestra creación y la obra más admi-
rable todavía, de nuestra redención. Dígnate bendecir + esta agua, que tú creaste para
dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tú, además, convertiste
el agua en un instrumento de tu misericordia: por ella liberaste a tu pueblo de la escla-
vitud y en el desierto saciaste su sed; con la imagen del agua viva los profetas anun-
ciaron la nueva alianza que deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente,
santificada por Cristo en el Jordán, renovaste, mediante el bautismo que nos da la vida
nueva, nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora
nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos, que han sido
bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Renovación de las promesas bautismales
Terminada la ceremonia del bautismo o, si no hubo bautizos, después de la bendición
del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas encendidas hacen la renovación
de las promesas del bautismo. El sacerdote se dirige a la comunidad con estas palabras
u otras parecidas: Terminado el rito del Bautismo (y de la Confirmación) o, si no hubo
bautismos, después de la bendición del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las
velas encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo. El sacerdote se di-
rige a los fieles, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos, por medio del bautismo, hemos sido hechos partícipes del misterio pascual
de Cristo; es decir, por medio del bautismo, hemos sido sepultados con Él en su muerte
para resucitar con Él a una vida nueva. Por eso, culminado nuestro camino cuaresmal, es
muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las cuales un día
renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios, en la santa
Iglesia católica. Por consiguiente:
¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
Todos: Sí, renuncio.
¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado?
98 sábado 20 de abril de 2019

Todos: Sí, renuncio.


¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos: Sí, creo
¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, pa-
deció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creo
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Todos: Sí, creo.
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y
nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia unidos
a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna. Amén.
El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan la siguiente
antífona o algún otro canto bautismal: Vi brotar agua del lado derecho del templo, ale-
luya. Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una vida nueva y cantaban
con gozo: Aleluya, aleluya.
Hecha la aspersión, el sacerdote vuelve a la sede, en donde dirige la Oración Universal.
No se dice Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


Llenos de gozo por la santa Resurrección del Señor –purificados
nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu– supliquemos con
insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.

R/. Rey vencedor, escúchanos.

1. A Cristo que ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidá-


mosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del
bautismo que han renovado en esta noche santa. Roguemos al Señor.
2. A Cristo que ha hecho renacer a los nuevos hijos de la Iglesia, en-
gendrándolos por el agua y el Espíritu Santo, pidámosle que afirme en
ellos los dones que les ha concedido. Roguemos al Señor.
3. A Cristo que ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado
toda la creación, pidámosle por los que –por no creer en su triunfo– vi-
ven sin esperanza. Roguemos al Señor.
4. A Cristo que ha abierto las puertas de su Reino a los que gemían
en el abismo y ha otorgado la vida al hombre mortal, pidámosle por
todos los que sufren. Roguemos al Señor.
5. A Cristo que anunció la alegría a las mujeres y a los apóstoles y –
por medio de ellos al mundo entero– pidámosle por los que nos hemos
domingo 21 de abril de 2019 99
reunido para celebrar su triunfo. Roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, en esta fiesta gloriosa te pedimos que escuches nues-
tras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que
tiene puesta toda su esperanza en tu Resurrección. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

CUARTA PARTE:
LITURGIA EUCARÍSTICA
El sacerdote va al altar y comienza la Liturgia Eucarística, en la forma acostumbrada.
Es conveniente que el pan y el vino sean presentados por los neófitos, si los hay. Hay que
estar atentos a las variantes dentro de las Plegarias eucarísticas.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo, junto con los dones que te presentamos para
que los misterios de la Pascua que hemos comenzado a celebrar, nos obtengan, con tu
ayuda, el remedio para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO: El misterio pascual, (en esta noche), p. 499 [500].

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8


Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la
Pascua, con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con los sacramentos
pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

BENDICIÓN SOLEMNE p. 338 [343].


Para despedir al pueblo, el diácono o, en su ausencia, el mismo sacerdote canta o
dice: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Vayan en paz, aleluya, aleluya.
O bien: Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. Todos responden: Demos gracias a Dios,
aleluya, aleluya. Esta fórmula de despedida se utiliza durante toda la octava de Pascua.
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Domingo 21 de abril de 2019
DOMINGO DE PASCUA
DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Abiertos a un futuro de esperanza…

E s siempre una gran alegría poder inter-


cambiar el feliz anuncio de la Pascua
que es, además, el misterio central de nues-
tra fe: ¡Cristo ha resucitado! ¡Ojalá que la
fuerza de su Resurrección llegue a todos los
ambientes y a todas las familias! ¡Que llegue
especialmente a quienes sufren, a quienes
están solos, tristes, enfermos, encarcelados
o necesitados y logre, así, transformar to-
das estas situaciones de miseria y de dolor!
¡Que llegue, sobre todo, al interior de cada
uno de nosotros, los que hemos renacido a
una nueva vida por el bautismo, porque es
allí donde Dios quiere sembrar esta Buena
Nueva! Jesús ha resucitado, ya no estamos
bajo el dominio del mal ya que ha vencido
el amor, ha triunfado la misericordia. Cristo
ha vencido el mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a noso-
tros –a los cristianos de cada época– acoger esta victoria en nuestras vidas
y comprometernos en transformar las realidades concretas de nuestra his-
toria y de nuestra sociedad.
También nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús que fueron al se-
pulcro y lo encontraron vacío, podemos preguntarnos qué sentido tiene este
evento (Cfr. Lc 24, 4): ¿Qué significa que Jesús ha resucitado? Significa que
el amor de Dios es más fuerte que el mal y que este amor puede transformar
nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestros
corazones. Y esto sólo lo puede hacer el amor de Dios que ha inundado de
luz el cuerpo muerto de Jesús y lo ha transfigurado, lo ha hecho pasar a la
vida eterna. Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida terrenal, sino
que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra
humanidad abriéndonos, así, a un futuro de esperanza.
Los Sacramentos pascuales son un enorme potencial de renovación es-
piritual para la existencia personal y comunitaria. Pero ellos pasan nece-
sariamente a través del corazón humano cuando éste se deja alcanzar libre
y conscientemente por la gracia de Cristo, permitiéndole que su victoria se
afirme en una vida resucitada. Este es el poder de la gracia ¡Sin la gracia
no podemos hacer nada! Y con la gracia podemos llegar a ser instrumentos
eficaces y alegres de la infinita misericordia de Dios. [Sintetizado de: Papa
Francisco, Pascua de 2013].
domingo 21 de abril de 2019 101

MONICIONES:

Las Moniciones hoy son muy especiales, puesto que el celebrante tiene la po-
sibilidad de elegir entre dos opciones como 2ª Lectura y entre tres opciones
de los Evangelios. Hay que tener el cuidado de preguntar cuál es el esquema
que se va a escoger para cada Misa según el momento del día o las distintas
circunstancias, y saber variar según el caso. En la Misa “durante el día” se
pone el evangelio correspondiente al evangelista según los Ciclos ABC. Se
sugiere variar la 2ª Lectura según los años pares e impares.

ENTRADA: En este día, santo por excelencia, nos reunimos para celebrar
“la fiesta de las fiestas”: la Resurrección del Señor... El tránsito de las tinieblas
a la luz, vivido intensamente en la Vigilia Pascual, nos ha hecho recordar las
grandes hazañas que Dios quiere seguir realizando al pasar entre nosotros.
Que el cirio –anoche encendido del fuego nuevo– nos recuerde que Cristo re-
sucitado quiere seguir presente en nuestra historia para comunicarnos su luz,
su verdad y su amor.

1ª. LECTURA: [Hech 10, 34. 37-43] A partir de unos datos bastante cono-
cidos por todos sus oyentes San Pedro, en casa de Cornelio, pronuncia un
discurso memorable… A estos datos históricos él añade luego su testimonio
personal acerca de la resurrección del Crucificado.

2ª. LECTURA: [Col 3, 1-4 o 1 Cor 5, 6-8] San Pablo acentúa la importancia
de la muerte y resurrección de Cristo, como el momento decisivo de la historia
de la salvación… Como bautizados, estamos llamados a morir al pecado y a
nacer a una vida nueva.

EVANGELIO [Temprano]: [Jn 20, 1-9] Como testigo ocular, San Juan nos
transmite la enorme sorpresa de María Magdalena al no encontrar al Maestro
en su sepulcro… Por ella –protagonista de tan buena nueva– Pedro y Juan ven-
drán a constatar la verdad de sus palabras.

EVANGELIO [Durante el día]: [Lc 24, 1-12] Encabezadas por María Magdale-
na, son precisamente las mujeres las más valientes y las más generosas… Ellas
no temen ir al sepulcro y a través de ellas se difunde el mensaje de la Pascua.

EVANGELIO [Tarde-noche]: [Lc 24, 13-35] San Lucas nos presenta el en-
cuentro de Jesús con los descorazonados discípulos de Emaús… Su desencan-
to termina cuando Él los ilumina con su palabra y los fortalece en la “fracción
del pan”.
102 domingo 21 de abril de 2019
OFRENDAS: Jesús resucitado se hará presente entre nosotros a través de
los signos sacramentales que Él nos dejó… En la alegría de la fe, estemos dis-
puestos a compartir nuestros bienes con los necesitados.

COMUNIÓN: En el Banquete Pascual es Cristo resucitado quien se nos da


como alimento… Al ir a la comunión, recibamos con fe esta “semilla” de la vida
eterna.

DESPEDIDA: Hemos participado en el triunfo de Cristo, nuestra esperan-


za… ¡Vayamos ahora –como resucitados a una vida nueva– a renovar nuestro
mundo con el gozo de un testimonio comprometido y generoso!

21 domingo
Blanco

DOMINGO DE PASCUA,
SOLEMNIDAD DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
[Se omite la Memoria de SAN ANSELMO,
Obispo y Doctor de la Iglesia
o de SANROMÁN ADAME ROSALES,
Mártir Mexicano*]
MR p. 339 [345] / Lecc. I p. 323. LH Todo propio.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138, 18. 5-6


He resucitado y estoy contigo, aleluya: has puesto tu mano sobre mí, aleluya: tu sa-
biduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy
las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrec-
ción del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de
tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “Ya saben ustedes lo sucedido en toda
Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo
Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo
el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros
domingo 21 de abril de 2019 103
somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la
cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino única-
mente a los testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido
y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos. Él nos mandó predicar al
pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimo-
nio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón
de los pecados”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23


R. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa
de Israel: “Su misericordia es eterna”. R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, conti-
nuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la
mano del Señor, es un milagro patente. R.

SEGUNDA LECTURA
[Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 3, 1-4
Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba,
donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes
del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en
Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifes-
tarán gloriosos, juntamente con él. Palabra de Dios.

O bien:

[Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?
Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin
levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Celebremos, pues, la
fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan
sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Palabra de Dios.
104 domingo 21 de abril de 2019
SECUENCIA: [Sólo el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional]
Ofrezcan los cristianos los ángeles testigos,
ofrendas de alabanza sudarios y mortaja.
a gloria de la Víctima ¡Resucitó de veras
propicia de la Pascua. mi amor y mi esperanza!

Cordero sin pecado, Venid a Galilea,


que a las ovejas salva, allí el Señor aguarda;
a Dios y a los culpables allí veréis los suyos
unió con nueva alianza. la gloria de la Pascua”.

Lucharon vida y muerte Primicia de los muertos,


en singular batalla, sabemos por tu gracia
y, muerto el que es la vida, que estás resucitado;
triunfante se levanta. la muerte en ti no manda.

“¿Qué has visto de camino, Rey vencedor, apiádate


María, en la mañana?”. de la miseria humana
“A mi Señor glorioso, y da a tus fieles parte
la tumba abandonada, en tu victoria santa.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1Cor 5, 7-8


R. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R.
Aleluya.
EVANGELIO***
[Él debía resucitar de entre los muertos.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena
al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde
estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han lle-
vado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”. Salieron Pedro y el
otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo
corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos
puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía si-
guiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario,
que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino
doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Es-
crituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
domingo 21 de abril de 2019 105
O bien:
[¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 1-12
El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro,
llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido
retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Estando
ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplan-
decientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les
dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucita-
do. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo: ‘Es necesario que el Hijo
del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer día
resucite’ ”. Y ellas recordaron sus palabras. Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres
anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas
a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las demás
que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no las creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y se regresó a
su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra del Señor.
O bien, en la misas vespertinas del domingo:
[Quédate con nosotros, porque ya es tarde.]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había
sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar
con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él
les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”. Uno de ellos,
llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha su-
cedido estos días en Jerusalén?”. Él les preguntó: “¿Qué cosa?”. Ellos le respondieron:
“Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y
ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que
lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el liberta-
dor de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron.
Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron
de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les
habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros
compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a
él no lo vieron”. Entonces Jesús les dijo: “¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de
corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el
Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?”. Y comenzando por Moisés y
siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se
referían a Él. Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, Él hizo como que iba más lejos;
106 domingo 21 de abril de 2019
pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto
va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo
reco­nocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón
nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escritu-
ras!”. Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reu-
nidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el
Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado
por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Llenos de gozo por la santa y gloriosa Resurrección del Señor, supli-
quémosle con insistencia diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
R/. Rey vencedor, escúchanos.
1. A Cristo, que ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle
que conceda gozo y felicidad a todos los fieles que celebran su triunfo.
Roguemos al Señor.
2. A Cristo, que ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supli-
quémosle que quienes han regresado al camino del bien, perseveren en
sus buenos propósitos. Roguemos al Señor.
3. A Cristo, que ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle
que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen los frutos de
su victoria. Roguemos al Señor.
4. A Cristo, que ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enri-
quecido con sus dones, pidámosle que renueve la esperanza de los que
sufren y lloran. Roguemos al Señor.
5. A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo
entero, pidámosle que nos conceda la esperanza firme de compartir su
triunfo y de resucitar con Él a una vida nueva. Roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los
santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, te pedi-
mos que extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene
puesta en ti toda su confianza. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el
cual admirablemente renace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
domingo 21 de abril de 2019 107
PREFACIO I de Pascua: El Misterio Pascual (en este día), p. 499 [500]. En las Plega-
rias eucarísticas se utilizan los textos propios.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1Cor 5, 7-8


Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pas-
cua, con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que,
renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE p. 338 [343].
Para despedir al pueblo, el diácono o, en su ausencia, el mismo sacerdote canta o
dice: Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Vayan en paz, aleluya, aleluya.
O bien: Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. Todos responden: Demos gracias a Dios,
aleluya, aleluya. Esta fórmula de despedida se utiliza durante toda la octava de Pascua.

* SAN ROMÁN ADAME ROSALES


Nació en Teocaltiche, Jal. (Diócesis de Aguascalientes), el 27 de febrero de
1859. Párroco de Nochistlán, Zac. (Arquidiócesis de Guadalajara). Sacerdo-
te de profunda humildad. Jamás se le oyó quejarse; ante cualquier sufri-
miento decía con serenidad: «Sea todo por Dios». Catequesis, misiones popu-
lares, construcción de capillas para que los fieles tuvieran cerca al Santísi-
mo, atención a los enfermos y educación a los niños fueron las principales
acciones de su ministerio parroquial. Durante la persecución, siguió oculto
administrando los sacramentos. Alguien delató su escondite y de noche fue
hecho prisionero. Llegado el momento de la ejecución, el día 21 de abril de
1927, con un gesto de bondad trató de salvar al soldado, que por no querer
dispararle, iba a ser también fusilado. Luego, decidido y firme, pero con hu-
mildad, entregó su vida.

http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_
doc_20000521_adame-rosales_sp.html

DURANTE LA OCTAVA DE PASCUA:


• Se dice Gloria. • Después del Salmo Responsorial: Secuencia [opcional], p. 208
[346]. • Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 [500]. • Si se usa el Canon Romano, se
dice Reunidos en comunión, p. 557 [559], y Acepta, Señor, p. 559 [561]. • En las otras
Plegarias eucarísticas también se dicen las partes propias para esta Misa. • La despedida
puede hacerse como en el día de Pascua, p. 340 [346].
108 lunes 22 de abril de 2019
22 lunes
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
MR p. 341 [347] / Lecc. I p. 854
ANTÍFONA DE ENTRADA Éx 13, 5. 9
El Señor les dio a ustedes una tierra que mana leche y miel, para que tengan siempre
en su boca la ley del Señor. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces crecer siempre a tu Iglesia dándole nuevos hijos, concédenos
la gracia de vivir de acuerdo con la fe que recibimos en el sacramento del bautismo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14. 22-33
El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levan-
tando la voz, dijo: “Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado
por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por
medio de Él y que ustedes bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por
Dios, Jesús fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no era posible que
la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice, refiriéndose a él: Yo veía
constantemente al Señor delante de mí, puesto que Él está a mi lado para que yo no tro-
piece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza; por eso también mi cuerpo
vivirá en la esperanza, porque tú, Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que
tu santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida y me saciarás de
gozo en tu presencia. Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad; el
patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta el
día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento que
un descendiente suyo ocuparía su trono, con visión profética habló de la resurrección de
Cristo, el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción. Pues bien, a este
Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por
el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado,
como ustedes lo están viendo y oyendo”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 15, l-2a y 5. 7-8. 9-10. 11
R. Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que Tú eres mi Señor. El
Señor es la parte que me ha tocado en herencia; mi vida está en sus manos. R.
lunes 22 de abril de 2019 109
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siem-
pre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R. Protege, Señor, a los que
esperamos en ti. Aleluya.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque Tú no me
abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua
junto a ti. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24


R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.

EVANGELIO
[Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.]
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15
Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del se-
pulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de
repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y
lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que
se dirijan a Galilea. Allá me verán”. Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados
de la guardia fueron a la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido.
Estos se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero a los
soldados, con estas instrucciones: “Digan: ‘Durante la noche, estando nosotros dormidos,
llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo’. Y si esto llega a oídos del gobernador, no-
sotros nos arreglaremos con él y les evitaremos cualquier complicación”. Ellos tomaron el
dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta versión de los soldados se ha
ido difundiendo entre los judíos hasta el día de hoy. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: • Este pasaje nos ofrece una parte del discurso de Pedro el día
de Pentecostés. Aquí se afirma que Jesús de Nazaret ha realizado las promesas
hechas a David y que en Él se ha inaugurado la auténtica y definitiva “plenitud
de los tiempos”. El ahora valeroso apóstol se dirige a los habitantes de Jerusa-
lén proclamando que Jesús, «a quien ustedes han clavado en la cruz por mano
de los paganos», ahora vive. En el origen de la Iglesia está tal experiencia. Sin
la Resurrección, los apóstoles no hubieran tenido nada importante que anun-
ciar... • Cristo resucitado es «signo de contradicción», objeto de fe o de rechazo.
Él se revela sólo a quienes están abiertos al amor y a la fe, como lo hace con las
piadosas y santas mujeres que, muy diversamente a los azorados soldados –tan
proclives, por cierto, a la mentira y a la corrupción– perderán la oportunidad de
ser “testigos” de ese evento tan absolutamente singular. Las mujeres, en cam-
bio, «buscan» a Jesús con un fervoroso cariño y, por ello, llegarán a ser “mensa-
jeras” privilegiadas de tan extraordinaria Noticia.
110 martes 23 de abril de 2019
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que, renovados por la
confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 6, 9
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no
tiene dominio sobre él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento pascual fructifique, Señor, en nuestros corazones
para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la
salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
23 martes
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se suprimen la Memoria de SAN JORGE, Mártir
o de SAN ADALBERTO, Obispo y Mártir]
MR p. 342 [348] / Lecc. I p. 857
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 3-4
El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en Él y no vacilarán. Él
los llenará de gloria eternamente. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos has hecho experimentar la fuerza vivificante del misterio pas-
cual, sigue acompañando a tu pueblo con tu divina gracia, para que, conseguida la per-
fecta libertad, se convierta en gozo celestial la alegría que ahora lo inunda aquí en la
tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos: “Sepa todo Israel, con absoluta certeza,
que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucifica-
do”. Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apósto-
les: “¿Qué tenemos que hacer, hermanos?”. Pedro les contestó: “Arrepiéntanse y bautí-
cense en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu
Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para
todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos”. Con
éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: “Pónganse a salvo
martes 23 de abril de 2019 111
de este mundo corrompido”. Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día
se les agregaron unas tres mil personas. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R. En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el
derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muer-
te y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Mués-
trate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[He visto al Señor y me ha dado este mensaje.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Je-
sús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, senta-
dos en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a
los pies. Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando, mujer?”. Ella les contestó:
“Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto”. Dicho esto, miró
hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?”. Ella, creyendo que era el jardinero, le res-
pondió: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!”.
Ella se volvió y exclamó: “¡Rabuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo:
“Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a
mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ ”. María Magdalena se fue a ver a los discípu-
los para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Sólo con su resurrección Jesús, el humanamente fraca-
sado y rechazado, se convierte definitiva y patentemente en Salvador. Al
asegurar que el Crucificado y Resucitado es ahora «Señor y Mesías», San
Pedro, finalizando su valiente discurso el día de Pentecostés –muy atinada-
mente llamado discurso misionero– exhorta a sus oyentes a convertirse. Es
entonces cuando, sorprendentemente, nada menos que tres mil de ellos se
disponen a entrar en la comunidad de salvación pidiendo ser bautizados...
• Tras el descubrimiento del sepulcro vacío, San Juan relata la aparición
a María Magdalena. Dos ángeles le anuncian que Aquél que ella busca ha
resucitado. Jesús mismo lo confirma apareciéndosele de repente. Entonces
Él la llama por su nombre y, a su vez, se deja llamar con la palabra más
112 miércoles 24 de abril de 2019
familiar de «¡Rabuní!» –y no con la más formal de «Rabbí»– con la que en su
vida terrena era normalmente conocido. Y mientras ella pretende tocarlo,
Él le confía el mensaje que ha de llevar a sus hermanos, expresado con un
lenguaje que, por sí mismo, es altamente revelador: «Subo a mi Padre y su
Padre, a mi Dios y su Dios».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda
de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 1-2
Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios; pongan todo el corazón en los bienes del cielo,
no en los de la tierra. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Escúchanos, Dios todopoderoso, y, ya que colmaste los corazones de tus hijos con
la gracia incomparable del bautismo, prepáranos para alcanzar la felicidad eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
24 miércoles
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se suprimen la Memoria de SAN FIDEL
DE SIGMARINGA,
Presbítero y Mártir]
MR p. 343 [349] / Lecc. I p. 860
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 25, 34
Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes des-
de la creación del mundo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año nos inundas de alegría por la solemnidad de la resurrección
del Señor, concédenos propicio que, por estas fiestas que celebramos en el tiempo, me-
rezcamos llegar al gozo de la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de
las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente lle-
vaban y ponían ante la puerta llamada la “Hermosa”, para que pidiera limosna a los que
miércoles 24 de abril de 2019 113
entraban en el templo. Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les
pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: “Míranos”. El hombre
se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: “No ten-
go ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno,
levántate y camina”. Y, tomándolo de la mano, lo incorporó. Al instante sus pies y sus
tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos
al templo caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio caminar y alabar
a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta
“Hermosa” del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que
había sucedido. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor
himnos y cantos, celebren sus portentos. R.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor
y a su poder y a su presencia acudan. R.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor
es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alian-
za pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Lo reconocieron al partir el pan.]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llama-
do Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había
sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar
con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él
les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”. Uno de ellos,
llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha suce-
dido estos días en Jerusalén?”. Él les preguntó: “¿Qué cosa?”. Ellos le respondieron:
“Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y
ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que
lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el liberta-
dor de Israel, ¡y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron.
Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron
de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les
habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Alguno de nuestros
114 miércoles 24 de abril de 2019
compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero
a él no lo vieron”. Entonces Jesús les dijo: “¡Qué insensatos son ustedes y qué duros
de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que
el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?”. Y comenzando por Moisés
y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se
referían a él. Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos;
pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto
va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo
reconocieron, pero Él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón
nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escritu-
ras!”. Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reu-
nidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el
Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado
por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Un cristiano no podrá jamás entenderse a sí mismo sino en
relación con su Señor Resucitado. La única fuerza de la Iglesia es “su nombre”,
vivo y presente en ella con el insuperable poder de su resurrección. Así, «en el
nombre de Jesucristo el nazareno», Pedro y Juan sanaron a un hombre lisiado
de nacimiento, que pedía limosna en la puerta del templo, por algo conocida
precisamente como «Hermosa». En esta nueva y original comunidad de herma-
nos, –justamente porque Cristo está presente en ella– Dios actúa y opera los
signos extraordinarios de la salvación... • La tan memorable aparición de Jesús
a los dos discípulos de Emaús representa a la primitiva Iglesia, en marcha hacia
una fe más madura. En ella se nos revelan, además, los elementos constitutivos
de su vida comunitaria: Palabra y Sacramentos. Jesús se une a unos discípulos
cansados y desanimados y les explica, en forma sorprendentemente nueva, las
Escrituras. Luego –mientras estaban sentados a la mesa– el “desconocido” repi-
tió el gesto eucarístico de la «fracción del pan». Sólo entonces sintieron arder su
corazón por la presencia reconfortante del Resucitado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estas ofrendas de la humanidad redimida, y realiza a favor nuestro, la
plena salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 35


Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, purificados de nuestra antigua condición pecadora, la santa
recepción del sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas criaturas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
jueves 25 de abril de 2019 115
25 jueves
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se omite la Fiesta de SAN MARCOS, EVANGELISTA,
y la Memoria de los BEATOS ANDRÉS SOLÁ MOLIST, Religioso,
de JOSÉ TRINIDAD RANGEL MONTAÑO, Presbítero,
y de LEONARDO PÉREZ LARIOS, Laico,
Mártires Mexicanos *]
MR p. 344 [350] / Lecc. I p. 863
ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 10, 20-21
Todos alabaron, Señor, tu poder y tu sabiduría, porque has abierto la boca de los mu-
dos y has hecho elocuentes las lenguas de los niños. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que uniste a todos los pueblos diversos en la confesión de tu nombre,
concede que, quienes renacieron en la fuente bautismal, tengan una misma fe en sus pen-
samientos y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ustedes le dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 11-26
Como el paralítico curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asom-
brado, corrió hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro les
dirigió la palabra: “Israelitas: ¿Por qué les causa admiración esto y por qué nos miran
de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud hubiéramos hecho andar a este
hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glo-
rificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en
su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al
justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios
lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos. El nombre de Jesús y
la fe en Él es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo y
todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud, como pueden
observar. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la
misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de
los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse,
para que se les perdonen sus pecados y el Señor les mande el tiempo de la consolación
y les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías que les estaba destinado; aunque él tiene que
quedarse en el cielo hasta la restauración universal, de la que habló Dios por boca de su
profeta desde muy antiguo. En efecto, Moisés dijo: El Señor Dios hará surgir de entre
sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche al
116 jueves 25 de abril de 2019
profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir de Samuel, anunciaron
igualmente estos días. Ustedes son herederos de los profetas y beneficiarios de la alianza
que Dios hizo con sus padres, cuando le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente
de bendición para toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha resucitado Dios
a su siervo y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que cada uno se aparte de sus
iniquidades”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es el hom-
bre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y
dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus
pies. R.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves
del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al
tercer día.]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban
reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan.Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Ellos, desconcertados y llenos de te-
mor, creían ver un fantasma. Pero Él les dijo: “No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan?
¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona.
Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo
yo”. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura
alegría y seguían atónitos, les dijo: “¿Tienen aquí algo de comer?”. Le ofrecieron un
trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos. Después les dijo:
“Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes:
que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los pro-
fetas y en los salmos”. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las
Escrituras y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar
de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las
naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de
los pecados. Ustedes son testigos de esto”. Palabra del Señor.
jueves 25 de abril de 2019 117
REFLEXIÓN: • A la luz de las antiguas promesas y de muy conocidas pro-
fecías (Cfr. Is 52, 13; 53, 12) Pedro interpreta el verdadero alcance del milagro
apenas realizado. Ante una multitud, asombrada por la curación del lisiado
de nacimiento, él insiste en atribuir tal milagro sólo a la acción de Jesús, «a
quien ustedes rechazaron, dando muerte al autor de la vida». Menos mal que
lo hicieron –les dice– por ignorancia. Afortunadamente ahora todos saben
que Él ha resucitado, demostrando con eso ser el Hijo de Dios. Por tanto,
ellos deben reconocerlo, convertirse y hacerse bautizar para ser liberados
de sus pecados... • Desde sus orígenes, la comunidad apostólica sostuvo lo
mismo la identidad que la diversidad del Crucificado con el Resucitado. Je-
sús se aparece a los suyos, les muestra las heridas de los clavos en manos y
pies, come en su presencia para demostrarles no ser un fantasma, sino un
hombre vivo. Les explica, además, que su pasión, muerte y resurrección ha-
bían sido profetizadas en las Escrituras. Este pasaje es fundamento seguro
de nuestra fe: si el Resucitado fuera mera ilusión, nuestra esperanza sería
algo absolutamente insostenible.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta bondadoso estas ofrendas que te presentamos en agradecimiento por
los que han renacido en el bautismo y para apresurar los auxilios celestiales. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1Pe 2, 9
Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te ha llamado de las
tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sa-
cramentos de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las alegrías
eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
* ANDRÉS SOLÁ MOLIST, C.M.F.
Nació en Can Vilarrasa, municipio de Taradell, Barcelona, España, en
1895. Sintió la vocación misionera e ingresó con los claretianos de Vich;
fue ordenado presbítero el 23 de septiembre de 1922 y fue enviado a Méxi-
co, donde puso su ministerio bajo la protección de la Virgen de Guadalupe.
Trabajó en Toluca, León, San Luis Potosí, y de nuevo en León. Ordenada la
expulsión de los sacerdotes extranjeros, prefirió confiar en la Providencia y
quedarse con los fieles para celebrar la Eucaristía y los demás sacramen-
tos, catequizar y visitar a los pobres; se refugió con las señoritas Josefina y
Jovita Alba; allí confesaba y llevaba hasta 300 comuniones a los enfermos.
Habiéndose enterado de la detención del Padre Rangel, él organizó una
hora santa; la policía secreta lo encontró y fue condenado a muerte junto
118 viernes 26 de abril de 2019
con el Padre Rangel y el seglar Leonardo Pérez, en San Joaquín, municipio
de Lagos de Moreno; testificó durante su agonía que moría por Jesús.
* JOSÉ TRINIDAD RANGEL MONTAÑO
Nació en el rancho El Durazno, en Dolores Hidalgo, Guanajuato, en 1887;
muchacho devoto e inteligente, debió realizar considerables esfuerzos para
conseguir entrar al seminario de León, donde fue ordenado presbítero el 13
de abril de 1919. Enviado a San Francisco del Rincón, fue reconocido como
sacerdote y detenido; fue condenado por el general Amarillas y fusilado y se-
pultado en el rancho de San Joaquín el 25 de abril de 1927, al lado de la vía
del ferrocarril México – Ciudad Juárez.
* LEONARDO PÉREZ LARIOS
Nació en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1883; vivió cerca de Encarnación de
Díaz y posteriormente en León, Gto., donde trabajó como dependiente de
una tienda de ropa; joven piadoso, guiaba y cantaba el rosario en su casa
y ayudaba en el arreglo de los templos. En León ingresó a una asociación
mariana de jóvenes en que se hacía un voto privado y temporal de casti-
dad, una hora semanal de adoración al Santísimo, rezar vísperas, cultivar
vocaciones y solemnizar las festividades. Fue detenido mientras estaba en
oración ante el Santísimo, el 24 de abril de 1927 en el oratorio de la casa
de las señoritas Alba. Se le acusó de ser sacerdote y de estarse preparando
para celebrar la misa. Fue fusilado y sepultado en San Joaquín el 25 de
abril de 1927. Los fieles le tuvieron devoción junto con los otros dos márti-
res con quienes murió.
26 viernes
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
MR p. 345 [351] / Lecc. I p. 866

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 53


El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de esperanza, y a sus enemigos los sumergió en
el mar. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la
reconciliación humana, concédenos manifestar en las obras lo que celebramos con fe.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
viernes 26 de abril de 2019 119
[Fuera de Jesús no hay salvación.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacer-
dotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles
enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús.
Los aprehendieron, y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día siguien-
te. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres,
habían abrazado la fe. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo,
los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos
pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer ante ellos a Pe-
dro y a Juan y les preguntaron: “¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho todo
esto?”. Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que
hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo
fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado
sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resu-
citó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores,
han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en
la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador
nuestro”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a


R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la
casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericor-
dia es eterna”. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de
la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo
y de gozo. R.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que
Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24


R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Se acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio a sus discípulos y también el pescado.]
Del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Ti-
beríades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el
Gemelo), Natanael (el de Cana de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le respondieron: “También nosotros vamos
120 viernes 26 de abril de 2019
contigo”. Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada. Estaba amane-
ciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús
les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?”. Ellos contestaron: “No”. Entonces él les dijo:
“Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces”. Así lo hicieron, y luego ya
no podían jalar la red por tantos pescados. Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le
dijo a Pedro: “Es el Señor”. Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se
anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos
llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de tierra más de
cien metros. Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado
y pan. Jesús les dijo: “Traigan algunos pescados de los que acaban de pescar”. Entonces
Simón Pedro subió a la barca y arrastro hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes.
Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les
dijo Jesús: “Vengan a almorzar”. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle:
‘¿Quién eres?’, porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio
y también el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después
de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • De forma sorpresiva y arbitraria, Pedro y Juan son encarce-
lados por haber anunciado la resurrección de Jesús. Ante los líderes del pue-
blo, reunidos en Consejo, reafirman que la curación del lisiado de nacimiento
se realizó en el nombre del “descartado” Jesús de Nazaret: «a quien ustedes
crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos». Testimonio y perse-
cución serán un binomio prácticamente inseparable en la vida de la Iglesia.
La persecución es el sello que autentifica el mensaje y, además, una continua
fuente de vitalidad... • Por tercera vez Jesús se aparece –ahora en las orillas
del lago– a algunos de sus discípulos que, sin éxito, han estado pescando. Les
pide entonces echar las redes a la derecha de la barca y así atrapan luego una
gran cantidad de peces. Sólo entonces sus ojos se abren y reconocen al Señor
resucitado. La comida preparada y ofrecida por Cristo es un signo de su pre-
sencia solícita y fraterna. Convertido en «Señor», Él no ha perdido su habitual
gusto por servir. La evocación de la Última Cena y de la presencia eucarística
es aquí evidente.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, realiza bondadoso en nosotros el intercambio de este sacrificio pascual, para
que pasemos de los afectos terrenos al deseo de los bienes del cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 21, 12-13
Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan a comer. Y tomó un pan y lo repartió entre ellos.
Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos
sábado 27 de abril de 2019 121
por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. El, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
27 sábado
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se omite la Memoria de SANTA MARÍA GUADALUPE
GARCÍA ZAVALA, Virgen]
MR p. 346 [352] / Lecc. I p. 869
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 43
El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría; al pueblo elegido lo colmó de júbilo.
Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que, con la abundancia de tu gracia, no cesas de aumentar en todos los
pueblos el número de los que creen en ti, mira propicio a tus elegidos y haz que, rena-
cidos ya por el sacramento del bautismo, queden un día revestidos de gozosa inmorta-
lidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[No podemos callar lo que hemos visto y oído.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sor-
prendidos al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hom-
bres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes
al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie,
entre ellos, el hombre paralítico que había sido curado. Por consiguiente, les mandaron
que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí: “¿Qué vamos a hacer
con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que
no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre el pueblo, hay
que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús”. Entonces mandaron llamar a
Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre
de Jesús. Ellos replicaron: “Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecer-
los a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto
y oído”. Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque no
encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba a Dios por lo
sucedido. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 1 y t 14-15. 16ab-18. 19-21
R. La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es
122 sábado 27 de abril de 2019
mi fuerza y mi alegría; en el Señor está mi salvación. Escuchemos el canto de victoria que
sale de la casa de los justos: R.
“La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo”. No moriré, con-
tinuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor, pero
no me abandonó a la muerte. R.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Ésta es la puerta del
Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y
fuiste para mí la salvación. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.]
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció
primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar
la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero
cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después de
esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por
último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su
incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto
resucitado. Jesús les dijo entonces: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio
a toda criatura”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Pedro y Juan –los supuestamente poco “instruidos”– com-
parecen ante los jefes del pueblo, que les prohíben terminantemente seguir
enseñando en nombre de Jesús. Ellos responden valientemente que tienen
la intención de obedecer a Dios antes que a los hombres, ignorando con ello
cualquier prohibición y desafiando así cualquier tipo de amenaza. Para ellos
anunciar al Resucitado no parte de una pura convicción humana, sino de
una autorizada misión divina: «Serán mis testigos» (Hech 1, 8), les había dicho
Jesús, y por eso no retrocederán ante ninguna clase de intimidaciones… • To-
dos los evangelistas hacen notar la obstinada incredulidad de los Once. San
Marcos, sin embargo, la subraya de modo especial. Con sus distintas apari-
ciones a algunos discípulos en particular o a todos juntos, Jesús los convence
de la realidad de su resurrección. A estos discípulos –que, finalmente, habían
superado sus recelos y su dureza de corazón– Él les confía entonces la noble
misión de predicar el Evangelio en todo el mundo y a todas las naciones, ha-
ciéndolos, por eso mismo, privilegiados depositarios de su mensaje y garantes
insustituibles de su misterio pascual.
sábado 27 de abril de 2016 123
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que
celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para noso-
tros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gal 3, 27
Todos ustedes que han sido bautizados en Cristo, se han revestido de Cristo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar
con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de
la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
124 domingo 28 de abril de 2019
Domingo 28 de abril de 2019
II DOMINGO DE PASCUA o
«DE LA DIVINA MISERICORDIA»

Jesucristo, la «Misericordia de Dios encarnada»…

E n este domingo que concluye la Octa-


va de Pascua renovemos entre noso-
tros la felicitación pascual con las palabras
mismas de Jesús Resucitado: «¡La paz esté
con ustedes!» (Jn 20, 19. 21. 26). Éste no
es un saludo rutinario ni una felicitación
convencional: es un don… Más aún, es el
don precioso que Cristo resucitado ofrece a
sus discípulos, muy diferente a la paz “que
el mundo puede dar” (Cfr. Jn 14, 27). Esta
paz es el fruto de la victoria del amor de
Dios sobre el mal, es el fruto del perdón. Es
la verdadera y profunda paz que viene de
tener la experiencia de la misericordia de
Dios. Como bien lo sabemos, hoy es el do-
mingo de la «Divina Misericordia», instituido
como tal por voluntad del ahora San Juan Pablo II. Providencialmente él
cerró los ojos a este mundo precisamente en las vísperas de esta singular
celebración, el 2 de abril del 2005.
El Evangelio nos refiere que Jesús se apareció dos veces a los Apóstoles,
encerrados en el Cenáculo. La primera, la tarde misma de la Resurrec-
ción, sin la presencia del incrédulo Tomás. La segunda ocho días después,
cuando lo recriminó fuertemente por su falta de fe. Jesús se dirigió pre-
cisamente a él, le invitó a mirar las heridas, a tocarlas y Tomás exclamó:
«¡Señor mío y Dios mío!». Entonces Jesús le dijo: «Tú crees porque me has
visto. Dichosos los que crean sin haber visto» (Jn 20, 28-29)… ¡Ésta es, pre-
cisamente, «la bienaventuranza de la fe»! En todo tiempo y en todo lugar
son dichosos, son “bienaventurados” aquellos que, a través de la Palabra
de Dios –proclamada en la Iglesia y testimoniada por los cristianos– creen
que Jesucristo es el amor de Dios, la «Misericordia encarnada»…
A los Apóstoles Jesús dio, junto a su paz, el Espíritu Santo para que pu-
dieran difundir en el mundo ese perdón que sólo Dios puede dar y que cos-
tó la Sangre del Hijo (Cfr. Jn 20, 21-23). La Iglesia ha sido enviada a hacer
crecer el Reino del amor y a sembrar la paz en los corazones. ¡Tengamos
también nosotros el valor de «salir del Cenáculo» para ir a difundir esta paz y
para testimoniar en nuestro mundo la fe en Cristo Resucitado! [Sintetizado
de: Papa Francisco, Regina Coeli, 7-IV-2013].
domingo 28 de abril de 2019 125

MONICIONES:

ENTRADA: La Iglesia surge renovada de la resurrección del Señor y se for-


talece continuamente por la vivencia del «bautismo en el Espíritu»… Ella ha de
ser una comunidad que vive unida por un amor lleno de misericordia, espe-
cialmente para con los pobres, los débiles y los pecadores. ¡Que –llenos de gra-
titud por el don de la fe– seamos testigos de la victoria de Cristo al participar,
como hermanos, en esta santa Eucaristía!

1ª. LECTURA: [Hch 5, 12-16] El testimonio de Pedro y de los demás testigos


de la resurrección es decidido y muy convincente… Por ello, la primitiva comu-
nidad va creciendo no sólo en número, sino en estima y aprecio a los ojos del
pueblo.

2ª. LECTURA: [Ap 1, 9-11.12-13. 17-19] El autor del Apocalipsis nos narra
una visión trascendente y misteriosa… Él es invitado a transmitir a sus her-
manos en la fe el mensaje del que “estuvo muerto”, pero que ahora vive “por
los siglos de los siglos”.

EVANGELIO: [Jn 20, 19-31] Al final de su evangelio, San Juan nos transmi-
te una doble escena de las apariciones del Resucitado a los suyos… El cambio
radical de Tomás –de incrédulo a creyente– es muestra sorprendente de la
fuerza transformadora de la Pascua.

OFRENDAS: Los dones del pan y del vino sean un signo palpable de nuestra
participación en el triunfo de Cristo… Ellos serán muy pronto el Cuerpo y la
Sangre del Señor, entregados como memorial del sacrificio que nos libera de
nuestras dudas y temores.

COMUNIÓN: Como pueblo rescatado por Dios, acerquémonos a recibir el


Cuerpo y la Sangre de nuestro Redentor… ¡Pidámosle al Señor resucitado que
nos ayude a cumplir sus mandatos y a aspirar así a la felicidad eterna!

DESPEDIDA: En cualquier lugar en donde nos encontremos, nuestra cele-


bración debe continuar… ¡Vayamos a proclamar día a día nuestra firme con-
fianza en Jesucristo, vivo y presente entre nosotros!
126 domingo 28 de abril de 2019
28 domingo
Blanco
II DOMINGO DE PASCUA
[Se omite la Memoria de SAN PEDRO CHANEL,
Presbítero y Mártir o de SAN LUIS MARÍA GRIGNION
DE MONTFORT, Presbítero]
MR p. 347 [353] / Lecc. I p. 329. Semana II del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer
hacia la salvación. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la
celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia,
para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la
grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Crecía el número de los creyentes en el Señor.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y prodigios en me-
dio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el pórtico de Sa-
lomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima. El
número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el
punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas,
para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. Mucha
gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados
por espíritus malignos, y todos quedaban curados. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 2-4. 22-24. 25-27a
R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Diga la casa de Aarón: “Su mise-
ricordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna”. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra
de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de
júbilo y de gozo. R.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que
Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R.
domingo 28 de abril de 2019 127
SEGUNDA LECTURA
[Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.]
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 1, 9-11a. 12-13. 17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la
perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la
palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis
espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que
veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia”. Me volví para ver quién me
hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vesti-
do de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro. Al contemplarlo,
caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: “No
temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como
ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más
allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre
las que sucederán después”. Palabra de Dios.
SECUENCIA opcional pág. 325+++
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya.
Tomás, Tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice
el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Ocho días después, se les apareció Jesús.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa
donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio
de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el
costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les
dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los
envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu
Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se
los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban
el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían:
“Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de
los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en
su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta
cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les
dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca
tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás
le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto;
dichosos los que creen sin haber visto”. Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús
128 domingo 28 de abril de 2019

en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas
para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo,
tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.

Se dice Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor –purificados
nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu– supliquemos al
Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.

R. Rey vencedor, escúchanos.

1. A Cristo, que ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pi-


dámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas
del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua. Roguemos
al Señor.
2. A Cristo, que ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores,
supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida con-
serven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. Ro-
guemos al Señor.
3. A Cristo, que ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado
toda la creación, pidámosle por los que –por no creer en su triunfo– vi-
ven sin esperanza. Roguemos al Señor.
4. A Cristo, que ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enri-
quecido con sus dones, pidámosle que renueve la confianza de los que
sufren y lloran. Roguemos al Señor.
5. A Cristo, que anunció la alegría a las mujeres y –por medio de las
mujeres a los apóstoles– pidámosle por los que nos hemos reunido
para celebrar su triunfo. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu pueblo para que cele-
bre el triunfo de tu Hijo –el primero y el último, el que estaba muerto
y ahora vive por los siglos de los siglos– danos la fuerza de tu Espíritu,
para que, destruidas las fuerzas del mal, te ofrezcamos el obsequio de
nuestra libre obediencia. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y rei-
na por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renova-
dos por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
lunes 29 de abril de 2019 129
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no
seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual
permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 338 [602].

29 lunes
Blanco
Memoria,
SANTA CATALINA DE SIENA,
Virgen y Doctora de la Iglesia
MR p. 703 [722] / Lecc. I p. 872
Su vida estuvo repartida entre la contemplación de Jesús crucificado y el servicio de la
Iglesia, desgarrada por facciones. Plenamente imbuida en el espíritu de santo Domingo,
encontró en el amor a Dios todas las energías necesarias para hacer regresar al Papa, de
Aviñón a Roma, y para hacer comprender a los pecadores lo que significa el llamamiento de
la sangre redentora (1347-1380).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste arder en amor divino a santa Catalina de Siena, al contemplar la
pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, concede, por su intercesión, que tu pueblo, asociado
al misterio de Cristo, se alegre siempre en la manifestación de su gloria. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[Se pusieron a orar y quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaron la palabra de
Dios con valentía]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a
donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacer-
dotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo: “Señor, tú has
creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y
por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes
se aliaron contra el Señor y contra su Mesías. Esto fue lo que sucedió, cuando en esta
130 lunes 29 de abril de 2019

ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu
santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia
habían determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus
siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones,
señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús”. Al terminar la oración tem-
bló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a
anunciar la palabra de Dios con valentía. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 2, 1-3, 4-6, 7bc-9
R. Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.
¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevan los
reyes de la tierra y los príncipes se alían contra el Señor y contra su Mesías, diciendo:
“Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras”. R.
El que vive en el cielo sonríe; desde lo alto, el Señor se ríe de ellos. Después les habla
con ira y los espanta con su cólera: “Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi
monte santo”. R.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: “Hijo mío eres tú, yo te he
engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad toda la tierra. Po-
drás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 1
R. Aleluya, aleluya.
Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde está Cristo, sentado
a la derecha de Dios. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.]
Del santo Evangelio según san Juan 3,1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de
noche a ver a Jesús y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como
maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que Tú haces, si Dios no está
con él”.Jesús le contestó: “Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el
Reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya vie-
jo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?”.
Le respondió Jesús: “Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede
entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es
espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento
sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así
pasa con quien ha nacido del Espíritu”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La primitiva comunidad cristiana está muy informada de
la obstinada hostilidad que los líderes del pueblo tienen hacia ella y, por eso,
acoge con la oración a Pedro y a Juan cuando son puestos en libertad. De
martes 30 de abril de 2019 131
esta forma todos se hacen conscientes de que la persecución que sufren está
en perfecta continuidad con la sufrida por Jesús. El Espíritu viene sobre ellos
infundiéndoles la fuerza de «anunciar la palabra de Dios con toda valentía».
También nosotros debemos «creer» que nuestra existencia cristiana no puede
ser distinta a la de nuestro divino Maestro… • El Evangelio comienza la larga
entrevista de Jesús con Nicodemo, misma que seguiremos meditando durante
los próximos tres días. En este coloquio nocturno él se interroga con sinceri-
dad acerca de Jesús, y merece ser instruido acerca de la misteriosa necesidad
de «renacer» para entrar en el Reino de Dios. Tal renacimiento –que al docto y
cauteloso fariseo le parece imposible– es obra del Espíritu Santo. La incom-
prensión de Nicodemo evidencia el carácter sobrenatural de tal renacimiento,
ilustrado luego con el ejemplo del origen imprevisible del viento.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración
de santa Catalina, para que, instruidos por sus enseñanzas, podamos darte gracias con
mayor fervor a ti, único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 1, 7
Si caminamos en la luz, como Dios es luz, estamos unidos unos con otros, y la san-
gre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, la vida eterna a quienes has alimentado en esta mesa celestial, la
cual sostuvo la vida temporal de santa Catalina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

30 martes
Blanco

FERIA DE PASCUA
o SAN PÍO V, Papa,
MR pp. 704 y 894 [723 y 933] / Lecc. I p. 875

Durante los seis años de su pontificado (1566-1572) se dedicó a llevar a la practica la refor-
ma decretada por el Concilio de Trento. Promulgó el Catecismo del Concilio, el Breviario y
el Misal Romanos. Reglamentó el rezo del rosario y se esmeró en propagar esta devoción.

ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor lo eligió sumo sacerdote, le abrió sus tesoros y derramó sobre él toda clase
de bendiciones. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia elegiste al Papa san Pío V para defender en tu
Iglesia la fe y para darte culto más dignamente, concédenos, por su intercesión, que
132 martes 30 de abril de 2019

podamos participar en tus santos misterios con una fe viva y una caridad operante. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
[Tenían un solo corazón y una sola alma.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo po-
seían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de
poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban
de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían te-
rrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles,
y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, levita nacido en Chipre,
a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un
campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 92, 1ab. lc-2. 5


R. El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú
mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad
adorna tu templo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 3, 15


R. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz, para que los que creen en Él tengan
vida eterna. R. Aleluya.

EVANGELIO
[Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “No te extrañes de que te haya dicho: Tie-
nen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes
de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”. Nicodemo le
preguntó entonces: “¿Cómo puede ser esto?”. Jesús le respondió: “Tú eres maestro de
Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen
cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?
Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así
como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del
hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”. Palabra del Señor.
martes 30 de abril de 2019 133
REFLEXIÓN: • Este pasaje nos dibuja el modelo ideal con el que la Igle-
sia de todos los tiempos debe, en algún momento, confrontarse de forma
inevitable. La caridad cristiana había transformado la primitiva comunidad
de Jerusalén en una verdadera familia en la que nadie pasaba necesidad y
en la que todos los bienes eran distribuidos por los apóstoles sin ofensivas
e inaceptables distinciones y de acuerdo a las necesidades de cada uno.
Compartir la misma Eucaristía los llevaba consecuentemente a esta caridad
ferviente, manifestada en obras concretas… • El coloquio nocturno de Jesús
con el sigiloso Nicodemo pasa del discurso precedente sobre la necesidad de
«renacer de lo alto» a la necesidad de la fe en el Hijo del hombre, bajado del
cielo y que deberá ser alzado en la cruz, como lo había hecho Moisés en el de-
sierto con la serpiente de bronce (Cfr. Num 21, 4-9). Frente a Jesús –testigo
y revelador del Padre por excelencia– no podemos jamás permanecer neutra-
les. Sólo así, como auténticos creyentes renacidos a una nueva existencia en
Cristo, llegaremos a alcanzar la tan anhelada «vida eterna».

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, este sacrificio que, para tu gloria, tu pueblo ofrece en honor de san Pío
V, y concédenos alcanzar la eterna salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 10, 11


El buen Pastor da la vida por sus ovejas. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, Dios nuestro, los sacramentos que hemos recibido fortalezcan en nosotros el fuego
de la caridad que encendió con ímpetu a Pío V y lo llevó a entregarse siempre por tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
134
135

Jubileo Circular
Lunes 1°, martes 2 y miércoles 3: Ntra. Sra. de Guadalupe (Santa Anita),
Ntra. Sra. del Refugio (Cerro del Cuatro), Inmaculada Concepción (Zalati-
tán), Santa María Reina, San Juan Diego (Sta. Margarita Reina), San Anto-
nio de Padua (Col. Vicente Guerrero), Ntra. Sra. de Guadalupe (Matatlán),
San José (San Miguel de la Paz).

Jueves 4, viernes 5 y sábado 6: San Rafael (Toluquilla), Ntra. Sra. de la


Aurora, María Reina de México, Castísimo Patriarca Señor San José, Ntra.
Sra. de la Salud (Huentitán el Bajo), Cristo Salvador, San Antonio de Padua
(Ocotlán), San Isidro Labrador (Jamay).

Lunes 8, martes 9 y miércoles 10: Ntra. Sra. de la Asunción (Col. Oblatos),


El Señor del Perdón (Toluquilla), Exaltación de la Santa Cruz (Getsemaní
de la Cruz), San Marcos Evangelista (La Nogalera), Ntra. Sra. del Sagrario,
Ntra. Sra. de la Paz (La Paz de Ordaz), Señor San José (Plan de Barrancas),
La Sagrada Familia de Nazaret (Col. 27 de septiembre).

Jueves 11, viernes 12 y sábado 13: San Sebastián Mártir, Ntra. Sra. de
Guadalupe (Col. Constitución), San Onofre, Santa Rosa de Lima (Col. Las
Águilas), Sagrado Corazón (Col. Constitución), San Juan Cosalá, Ntra. Sra.
del Rosario (Zapotlanejo), Divino Salvador (La Sauceda).

lunes 22, martes 23 y miércoles 24: el Espíritu Santo (Col. Los Cajetes),
Ntra. Sra. de Fátima, San Pedro Tlaquepaque, La Cruz de la Familia, Ma-
ría Reina de los Mártires, La Purísima Concepción (Etzatlán), Inmaculada
Concepción (Huaxtla) Sagrado Corazón (Col. Las Esmeraldas). Del 22 al 27
de Preseminario de Pascua Seminario Menor de Guadalajara. Adolescentes
de sexto de primaria y cualquier grado de secundaria. Preseminario para
jóvenes de 17 a 34 años de edad. Preseminario para jóv

jueves 25, viernes 26 y sábado 27: María Reina del Palomar, La Santa
Cruz (Col. El Campesino), San Maximiliano María Kolbe (Las Juntas), El
Señor del Encino, Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre, María Auxiliadora
(Tlaquepaque), Santiago Apóstol (Ameca), San José Casas Caídas.
enes de 17 a 34 años de edad. Ahualulco. Inicio de inscripciones Concurso
de Talento "Hagamos Lío 2019".

lunes 29 y martes 30 de abril; miércoles 1° de mayo: Ntra. Sra. de la


Defensa (Toluquilla), Inmaculado Corazón de María, Ntra, Sra de Loreto,
La Quinta Aparición, San Felipe Apóstol (Coyula), Ntra. Sra. del Perpetuo
Socorro (San Pedrito), San Agustín (Tlachichila), San Nicolás de Tolentino
(La Barca).
136

Año X, N.º 115, abril de 2019


Dirección del proyecto:
Centro Católico de Comunicaciones
Producción, Comentarios y Moniciones:
Pbro. Salvador López Rojas
Supervisión:
Pbro. Juan José Alvizo Camarena
Pbro. Joaquín Aguillón Hernández
Diseño Editorial y de Portada:
Creator Comunicación Gráfica
Censor:
Pbro. Guillermo Rodríguez Benítez

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