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Misal diario
LA SANTA MISA
MISAL DIARIO
Abril 2019
CICLO C
aniversarios
(02 de abril de 2005) Muerte de San Juan Pablo II
(10 de abril de 2008) Ordenación episcopal del Excmo. Sr. D. Juan Humberto Gutiérrez Valencia.
(19 de abril de 2005) Elección de S.S. Benedicto XVI
(30 de abril de 1988) ordenación episcopal del Emmo. Sr. Arzobispo Emérito,
Cardenal D. Juan Sandoval Íñiguez.
Actividad diocesana
03 de abril: Reunión mensual del equipo de la Vicaría para la Vida consagrada, casa episcopal.
Encuentro de la Orden de las Vírgenes Consagradas, casa de formación.
04 de abril: Reunión del equipo nato de vicarías episcopales, los santos mártires mexicanos. San
José de Analco, Nuestra Sra de Zapopan. Nuestra Señora del Rosario Atemajac.
14 de abril: Domingo de Ramos, Día Mundial de la Juventud.
17 de abril: Reunión conjunta, casa de ejercicios, 10:30 a.m.
18 de abril: Jueves Santo, 10:00 h Misa Crismal en la Catedral. Reunión del equipo nato de vicarías
episcopales. Santuario de Guadalupe, Señor Grande de Ameca San Pedro
19 de abril: Viernes Santo, Reunión del Equipo nato de Vicarías. Episcopales, Tlajomulco.
20 de abril: Sábado Santo
21 de abril: Domingo de Resurrección
28 de abril: Misa del Día del Trabajo, Catedral
Imprimátur:
+ José Francisco Cardenal Robles Ortega
Impreso en:
Creator Comunicaciones, S. de R.L. de C.V.
Isla Flores N.º 3344, Col. Jardines de San José,
Tlaquepaque, Jalisco. C.P. 45085
Tel.: (01 33) 3002 6470
lasantamisa@cccomunicaciones.com.mx
Número de registro:
03-2009-092812352700-01
Certificado por INDAUTOR
lunes 1° de abril de 2019 3
1° lunes
Morado
FERIA DE CUARESMA
o BEATOS JOSÉ LUIS PADILLA GÓMEZ,
JORGE RAMÓN y RAMÓN VICENTE VARGAS GONZÁLEZ,
Mártires Mexicanos *
MR pp. 228 y 881 [241 y 920] / Lecc. I p. 761
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 7-8
Confío en ti, Señor. Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque te has fijado
en mi aflicción.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios que renuevas el mundo por medio de tus admirables sacramentos,
concede que tu Iglesia progrese gracias a tus designios externos y que no le falten
los auxilios temporales. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
[Ya no se oirán gemidos ni llantos.]
Del libro del profeta Isaías 65, 17-21
Esto dice el Señor: “Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré lo
pasado, lo olvidaré de corazón. Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo
que voy a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo en alegría. Me alegraré
por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos. Ya no
habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen sus años y al que no los alcance
se le tendrá por maldito. Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y comerán
sus frutos”. Palabra de Dios.
EVANGELIO
[Vete, tu hijo ya está sano.]
Del santo Evangelio según san Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había de-
clarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando llegó, los galileos
lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que Él había hecho en Jerusalén durante
la fiesta, pues también ellos habían estado allí. Volvió entonces a Cana de Galilea, donde
había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía un hijo enfer-
mo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le
rogó que fuera a curar a su hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dijo: “Si no ven ustedes
señales y prodigios, no creen”. Pero el funcionario del rey insistió: “Señor, ven antes de
que mi muchachito muera”. Jesús le contestó: “Vete, tu hijo ya está sano”. Aquel hombre
creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando iba llegando, sus criados le
salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba sano. Él les preguntó a qué hora
había empezado la mejoría. Le contestaron: “Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la
fiebre”. El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había dicho: ‘Tu hijo ya está
sano’, y creyó con todos los de su casa. Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo
Jesús al volver de Judea a Galilea. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Al pueblo –vuelto por fin a la patria después del exilio y
que se apresta ahora a reconstruir la ciudad y el templo– el profeta Isaías
le describe la situación futura que Dios mismo ofrecerá un día a sus fieles.
Los anhelados tiempos mesiánicos serán «cielos nuevos y tierra nueva». Los
detalles que describen esta nueva y privilegiada situación han de entender-
se dentro de un motivo común: la alegría. Los sufrimientos pasados serán
ya sólo, y afortunadamente, un lejano recuerdo... • La curación del hijo del
funcionario real, en Caná de Galilea, nos es reportada por San Juan como el
segundo «signo» realizado por Jesús. Este es el tercer ejemplo típico –con los
otros de Nicodemo y de la Samaritana– de alguien que decide ir en busca de
la fe, y en esta ocasión se trata de un pagano. La fe sincera nos hace creer lo
que no vemos, como este hombre creyó que Jesús podía sanar a su hijo sin
ir a su casa. Su fe es confirmada por el milagro, anunciado por los criados
que salen a su encuentro para hacérselo saber.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos,
para que, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en
la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que diste a los beatos José Luis Padilla Gómez, Jorge Ramón
y Ramón Vicente Vargas González, la gracia de llegar a la gloria del martirio, concéde-
nos, por su intercesión, el perdón de nuestros pecados y vivir libres de toda adversidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
2 martes
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN FRANCISCO DE PAULA,
Ermitaño
MR pp. 229 y 695 [242 y 714] / Lecc. I p. 763
Nació en Calabria (provincia italiana), en 1416. Desde muy joven escuchó el llamado de Dios
para que se dedicara a la vida de ermitano, y se fue a vivir en una cueva. Pero lo siguió toda
una multitud de personas, que acamparon cerca de su cueva. Este fue el origen de la Orden
de los mínimos (1493). Francisco murió en Francia, a donde el rey Luis XI lo había llamado.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 55, 1
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen
dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, Tú que enalteces a los humildes, y elevaste a san Francisco de Paula a la
gloria de tus santos, concédenos que por sus méritos y ejemplo, consigamos felizmente la
recompensa prometida a los humildes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.]
Del libro del profeta Ezequiel 47, 1-9. 12
En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del um-
bral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua baja-
ba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del
norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado
derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía en la mano, midió
quinientos metros y me hizo atravesar por el agua, que me daba a los tobillos. Midió otros
martes 2 de abril de 2019 7
quinientos metros y me hizo pasar; el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más
y me hizo cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear,
pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo: “¿Has visto,
hijo de hombre?”. Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás,
vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas
van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas
y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá
peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y
por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente
crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán
frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos
servirán de alimento y sus hojas, de medicina”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9ab
R. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no
tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios,
Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba. R.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las
cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Al momento el hombre quedó curado.]
Del santo Evangelio según san Juan 5, 1-3. 5-16
Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jeru-
salén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá, en hebreo, con cinco
pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. En-
tre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Al verlo ahí tendido
y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado, Jesús le dijo: “¿Quieres curarte?”.
Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se
agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo”. Jesús le dijo: “Leván-
tate, toma tu camilla y anda”. Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se
puso a andar. Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado:
“No te es lícito cargar tu camilla”. Pero él contestó: “El que me curó me dijo: ‘Toma
tu camilla y anda’”. Ellos le preguntaron: “¿Quién es el que te dijo: ‘Toma tu camilla
y anda’?”. Pero el que había sido curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido
entre la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo y le dijo: “Mira, ya
8 martes 2 de abril de 2019
quedaste sano. No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor. Aquel hombre
fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos per-
seguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. Palabra del Señor.
FERIA DE CUARESMA
o BEATOS JOSÉ EZEQUIEL y
JOSÉ SALVADOR HUERTA GUTIÉRREZ,
Mártires Mexicanos *
MR pp. 230 y 882 [243 y 921] / Lecc. I p. 766
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 14
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu amor;
que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgas el premio a los justos y concedes el perdón a los pecadores
que se arrepienten, ten misericordia de quienes te dirigen sus ruegos, para que el recono-
cimiento de nuestras culpas nos sirva para recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
[Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra.]
Del libro del profeta Isaías 49, 8-15
Esto dice el Señor: “En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de la salva-
ción te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para res-
taurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros:
‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’. Pastarán de regreso a lo largo
de todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre
ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los conduci-
rá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán terraplén a
mis calzadas. Miren: éstos vienen de lejos; aquéllos, del norte y el poniente, y aquéllos
otros, de la tierra de Senim. Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar,
montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desampa-
rados. Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’.
¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo
de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de
ti”, dice el Señor todopoderoso. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 144, 8-9. 13cd-14. 17-18
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdo-
nar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas. R.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apo-
yo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No
está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R.
10 miércoles 3 de abril de 2019
6 sábado
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 234 [246] / Lecc. I p. 775
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 5-7
Me cercaban olas mortales, los dolores del infierno me acorralaban; pero en mi an-
gustia invoqué al Señor, y el escuchó mi voz desde su templo.
sábado 6 de abril de 2019 17
ORACIÓN COLECTA
Que la acción de tu misericordia, Señor, dirija nuestros corazones, ya que sin tu ayuda
no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Yo era como un manso cordero, que es llevado a degollar.]
Del libro del profeta Jeremías 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías: “El Señor me instruyó y yo comprendí; Él me expli-
có lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado a degollar, y no sabía lo
que tramaban contra mí, diciendo: ‘Talemos el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo
de la tierra de los vivos y que su nombre no se pronuncie más’. Ahora Tú, Señor de los
ejércitos, justo juez, que sondeas lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza
contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 7, 2-3. 9bc-10. 11-12
R. En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío, me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas que algunos,
como fieras, me destrocen y nadie me rescate. R.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón humano, Tú júzgame, Señor, según mis
méritos; conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad de
los malvados. R.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré al Señor por su justicia
y cantaré el nombre del Altísimo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?]
Del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir:
“Éste es verdaderamente el profeta”. Otros afirmaban: “Éste es el Mesías”. Otros, en cam-
bio, decían: “¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías
vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?”. Así surgió entre la gente
una división por causa de Jesús. Algunos querían apoderarse de Él, pero nadie le puso la
mano encima. Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús, vol-
vieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y estos les dijeron: “¿Por qué
no lo han traído?”. Ellos respondieron: “Nadie ha hablado nunca como ese hombre”. Los
fariseos les replicaron: “¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar por Él? ¿Acaso ha
creído en Él alguno de los jefes o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la Ley,
está maldita”. Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y que era fariseo,
18 sábado 6 de abril de 2019
les dijo: “¿Acaso nuestra Ley condena a un hombre sin oírlo primero y sin averiguar lo que
ha hecho?”. Ellos le replicaron: “¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras y verás
que de Galilea no ha salido ningún profeta”. Y después de esto, cada uno de ellos se fue a su
propia casa. Palabra del Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 1, 19
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y sin
mancha.
MONICIONES
1ª. LECTURA: [Is 43, 16-21] El profeta Isaías nos anuncia, lleno de espe-
ranza, el gran proyecto de Dios que se orienta a la renovación de todas las
cosas… No es mirando con nostalgia el pasado como se remedia el presente
y se prepara el porvenir.
2ª. LECTURA: [Flp 3, 8-14] Desde que San Pablo encontró a Cristo, se
olvidó de todo lo demás y se lanzó a una nueva aventura… A partir de esa
experiencia, dejó atrás su antigua manera de vivir y se abocó a la búsqueda
del premio verdadero.
EVANGELIO: [Jn 8, 1-11] El evangelio nos presenta a Jesús que –sin juz-
garla– rescata a una mujer de una muerte casi segura… Frente a la dureza de
sus adversarios, Él ofrece una lección ejemplar de lo que significa la miseri-
cordia divina.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia
aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entregó a la muer-
te. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.]
Del libro del profeta Isaías 43, 16-21
Esto dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuo-
sas, el que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de carros y caballos, que caye-
ron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha que se extingue: “No recuerden
lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No
lo notan? Voy a abrir caminos en el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida.
Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr
agua en el desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo escogido. En-
tonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas”. Palabra de Dios.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y
entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. [R. Grandes cosas has
hecho por nosotros, Señor.]
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R.
SEGUNDA LECTURA
[Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 3, 7-14
Hermanos: Todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de Cristo.
Más aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste
en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor he renunciado a todo, y todo lo consi-
dero como basura, con tal de ganar a Cristo y de estar unido a Él, no porque haya obtenido
la justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús, con la
que Dios hace justos a los que creen. Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la
fuerza de su resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a Él en su muerte, con
la esperanza de resucitar con Él de entre los muertos. No quiero decir que haya logrado ya
ese ideal o que sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me
ha conquistado. No, hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido
lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al que
Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí,
que soy compasivo y misericordioso. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y Él, sentado entre ellos, les ense-
ñaba. Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y
poniéndola frente a Él, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante
adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”. Le pre-
guntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso
a escribir en el suelo con el dedo. Pero como insistían en su pregunta, se incorporó y les
dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió
a agachar y siguió escribiendo en el suelo. Al oír aquellas palabras, los acusadores co-
menzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron
solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a Él. Entonces Jesús se enderezó y le
preguntó: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?”. Ella le
contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas
a pecar”. Palabra del Señor.
domingo 7 de abril de 2019 23
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Pidamos la misericordia del Señor para que –compadecido de su
pueblo– escuche nuestras plegarias:
8 lunes
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 237 [250] / Lecc. I p. 781
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 55, 2
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y acosan todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, por cuya inefable gracia nos enriqueces con toda clase de bendiciones,
concédenos pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva, para prepararnos a la
gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Lo que va entre [ ] puede suprimirse por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA
[La inocencia de Susana.]
Del libro del profeta Daniel 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
En aquel tiempo [vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana,
hija de Quelcías, mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían
educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico y tenía una huerta con-
tigua a su casa, donde solían reunirse los judíos, porque era estimado por todos. Aquel
año habían sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: “En Babilonia, la iniquidad salió de ancianos elegidos como jue-
ces, que pasaban por guías del pueblo”. Estos frecuentaban la casa de Joaquín y los que
tenían litigios que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando toda la gente
se había retirado ya, Susana entraba a pasear en la huerta de su marido. Los dos viejos la
veían entrar y pasearse diariamente, y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su
corazón y cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como de ordinario, con
dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso bañarse en la huerta. No había
nadie allí, fuera de los viejos, que la espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas:
“Tráiganme jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño”. Ape-
nas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia donde estaba
Susana y le dijeron: “Mira: las puertas de la huerta están cerradas y nadie nos ve. Nosotros
ardemos en deseos de ti. Consiente y entrégate a nosotros. Si no, te vamos a acusar de
que un joven estaba contigo y que por eso despachaste a las doncellas”. Susana lanzó
un gemido y dijo: “No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte
para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para mí ser víctima de sus
calumnias, que pecar contra el Señor”. Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos
viejos se pusieron a gritar también y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín. Al
oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por la puerta lateral para ver qué
lunes 8 de abril de 2019 25
sucedía. Cuando oyeron el relato de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se
había dicho de Susana cosa semejante. Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la
casa de Joaquín, esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas
intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia del pueblo
dijeron: “Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y mujer de Joaquín”.
Fueron por Susana, quien acudió con sus padres, sus hijos y todos sus parientes. To-
dos los suyos y cuantos la conocían, estaban llorando. Se levantaron entonces los dos
viejos en medio de la asamblea y pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana. Ella,
llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos
dijeron: “Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró ésta con dos
criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta. Entonces se acercó un joven que
estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta,
y al ver aquella infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no
pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la puerta y se nos
escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos quién era el joven, pero se negó
a decirlo. Nosotros somos testigos de todo esto”.] La asamblea creyó a los ancianos,
que habían calumniado a Susana, y la condenaron a muerte. Entonces Susana, dando
fuertes voces, exclamó: “Dios eterno, que conoces los secretos y lo sabes todo antes de
que suceda, Tú sabes que éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir
sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí”.
El Señor escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución, el Señor
hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, un santo impulso de ponerse a gritar: “Yo
no soy responsable de la sangre de esta mujer”. Todo el pueblo se volvió a mirarlo y
le preguntaron: “¿Qué es lo que estás diciendo?” Entonces Daniel, de pie en medio de
ellos, les respondió: “Israelitas, ¿cómo pueden ser tan ciegos? Han condenado a muerte
a una hija de Israel, sin haber investigado y puesto en claro la verdad. Vuelvan al tribu-
nal, porque ésos le han levantado un falso testimonio”. Todo el pueblo regresó de prisa
y los ancianos dijeron a Daniel: “Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que
piensas, puesto que Dios mismo te ha dado la madurez de un anciano”. Daniel les dijo
entonces: “Separen a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar”.
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: “Viejo en años y en
crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados anteriores, cuando injustamen-
te condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, contra el mandamiento del
Señor: No matarás al que es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime
debajo de qué árbol estaban juntos”. Él respondió: “Debajo de una acacia”. Daniel le
dijo: “Muy bien. Tu mentira te va a costar la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios
tu sentencia y te va a partir por la mitad”. Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó traer
al otro y le dijo: “Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión te pervir-
tió el corazón. Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, .por miedo,
se entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar la maldad de us-
tedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?”. Él contestó: “Debajo
de una encina”. Replicó Daniel: “También a ti tu mentira te costará la vida. El ángel del
26 lunes 8 de abril de 2019
Señor aguarda ya con la espada en la mano, para partirte por la mitad. Así acabará con
ustedes”. Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva a los que
esperan en Él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes, con palabras de ellos mismos,
Daniel había convencido de falso testimonio, y les aplicaron la pena que ellos mismos
habían maquinado contra su prójimo. Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y
aquel día se salvó una vida inocente. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
R. Nada temo, Señor, porque Tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes
tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por
cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguri-
dad. R.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con
perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa
del Señor por años sin término. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Yo soy la luz del mundo.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”. Los fariseos le dijeron a
Jesús: “Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido”. Jesús les respondió:
“Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de
dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde
voy. Ustedes juzgan por las apariencias. Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo,
mi juicio es válido, porque yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo.
Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo doy
testimonio de mí mismo y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio sobre
mí”. Entonces le preguntaron: “¿Dónde está tu Padre?”. Jesús les contestó: “Ustedes no
me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre”.
Estas palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba en el tem-
plo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La casta Susana es la viva y elocuente personificación de
quienes no están dispuestos a ceder a ninguna presión o amenaza, llenos de
martes 9 de abril de 2019 27
confianza en Dios y fieles a la religión de sus antepasados. Efectivamente,
el Dios de Israel no deja desprotegidos a quienes ponen en Él su confianza.
Todas las astucias de dos hombres viciosos, heridos en su orgullo, no son
suficientes para condenar a una pobre inocente. El Señor –con la oportuna
intervención de Daniel– invierte los papeles, hace justicia y desenmascara la
maldad de los corruptos… • Con ocasión de la “Fiesta de los Campamentos”
–cuando solían encenderse grandes fogatas en el atrio del templo– Jesús
proclama con voz potente: «Yo soy la Luz del mundo» (Jn 8, 12). El lugar y las
circunstancias en que Él hizo esta autorevelación adquiere un significado
particular: la luz en el templo significaba la presencia de Dios y recordaba
la «nube luminosa» del desierto (Cfr. Ex 13, 21-22). En Jesús, «Nuevo Templo»,
habita la plenitud de la divinidad. Él es la presencia luminosa de Dios que
nos guía y asiste en el “Nuevo Éxodo” hacia la verdadera libertad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, a quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios, que
podamos presentarte con alegría nuestras almas ya purificadas, como fruto de nuestra
penitencia corporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras malas
inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro siguiendo las
huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que lle-
vando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9 martes
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 239 [251] / Lecc. I p. 789
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 14
Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y abandónate al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre, perseverar en el cumplimiento de tu voluntad para que, en este tiem-
po en que vivimos, el pueblo consagrado a tu servicio crezca en número y en santidad. Por
28 martes 9 de abril de 2019
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.]
Del libro de los Números 21, 4-9
En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, para
rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró
contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que mu-
riéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable
comida”. Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y
murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al mur-
murar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.
Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como
ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú
hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno
era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 101, 2-3, 16-18, 19-21
R. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la
desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida res-
póndeme. R.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del
oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos los
pueblos y su gloria verán los poderosos. R.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor,
desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cau-
tivo y librar de la muerte al prisionero. R.
10 miércoles
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 240 [252] / Lecc. I p. 791
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios
y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la
penitencia y, ya que nos infundes el deseo de servirte con amor, dígnate escuchar pa-
ternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.]
Del libro del profeta Daniel 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: “¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó,
que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar?
Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la
cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua
que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?”. Pero Sedrak, Mesak y
Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: “No es necesario responder a tu pregun-
ta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de
tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses,
ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar”. Entonces Nabucodonosor
se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó.
Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acos-
tumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ata-
ran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido. Pero el ángel del
Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un
frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquie-
ra los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a
sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?”.
Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro
hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un
ángel”. Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito sea el Dios de
Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que
confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir
y adorar a un dios extraño”. Palabra de Dios.
miércoles 10 de abril de 2019 31
SALMO RESPONSORIAL Dan 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorio-
so. R.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R.
Bendito eres Tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un
trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y
perseveran hasta dar fruto. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en Él: “Si se mantienen fieles
a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los
hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos
de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?”. Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo
el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se
queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son
hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras.
Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa
de su padre”. Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si
fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí,
porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen
las obras de su padre”. Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución. No
tenemos más padre que a Dios”. Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me
amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino
enviado por Él”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Este relato, al igual que todo el libro de Daniel, tiene la
intención fundamental de levantar la moral y de ofrecer un punto de apoyo
a los compatriotas oprimidos por la persecución. El episodio de los tres jó-
venes –milagrosamente liberados del fuego del horno– pretende ilustrar que
los que esperan en Dios no quedarán defraudados. Daniel y sus compañeros
eligen el martirio antes que ser infieles a su Dios y vienen salvados. Con ello
logran difundir exitosamente el culto al verdadero Dios… • Antes de mostrar-
les la verdadera libertad, Jesús echa en cara a los judíos el ser esclavos del
pecado, el no comportarse como hijos de Abraham, ya que no realizan sus
obras y el no tener a Dios como Padre, puesto que son incapaces de aceptar
a quien Él les ha enviado. Afirma luego enfáticamente que lo que cuenta de-
32 jueves 11 de abril de 2019
Sácame de la red que me han tendido, pues eres Tú mi amparo. En tus manos encomiendo
mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios mío. [R. Señor, por tu amor tan grande ponme a
salvo.]
Pero yo en ti confío; «Tú eres mi Dios», Señor, siempre te digo; mi suerte está en tus ma-
nos, líbrame del poder de mi enemigo que viene tras mis pasos. R.
Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles. Con quien se acoge a ti,
Señor, y a la vista de todos, ¡qué bueno eres! R.
EVANGELIO
[Intentaron apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos.]
Del santo Evangelio según san Juan 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para
apedrearlo. Jesús les dijo: “He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del
Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”. Le contestaron los judíos: “No te que-
remos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque Tú, no siendo más
que un hombre, pretendes ser Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en su ley: Yo les
he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida
la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el
Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de
Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me
crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en Mí y Yo
en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado en un
principio y se quedó allí. Muchos acudieron a Él y decían: “Juan no hizo ninguna señal
prodigiosa; pero todo lo que Juan decía de Éste, era verdad”. Y muchos creyeron en Él
allí. Palabra del Señor.
40 viernes 12 de abril de 2019
13 sábado
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN MARTÍN I, Papa y Mártir
o SAN SABÁS REYES SALAZAR,
Mártir Mexicano *
(Memoria en donde se conservan sus reliquias)
MR pp. 244 y 885 [256 y 924] / Lecc. I p. 799
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 21, 20. 7
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un gu-
sano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo vinieran a ser linaje esco-
gido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas, para que tu
pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una misma fe y actúe
movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
[Haré de ellos un solo pueblo.]
Del libro del profeta Ezequiel 37, 21-28
Esto dice el Señor Dios: “Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los
israelitas; de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré de ellos un solo
pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá un solo rey para todos ellos y nunca
más volverán a ser dos naciones, ni a dividirse en dos reinos. Ya no volverán a manchar-
se con sus ídolos, sus abominaciones y con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las
infidelidades que cometieron y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo voy a ser su
Dios. Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más que un pastor; cumplirán
mis mandamientos y pondrán por obra mis preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi
siervo Jacob y en la que habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos,
42 sábado 13 de abril de 2019
sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre. Voy a hacer con ellos
una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré crecer y pondré mi santuario entre ellos
para siempre. En medio de ellos estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos van a ser
mi pueblo. Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel, cuando vean
mi santuario en medio de ellos para siempre”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10. 11-12ab. 13
R. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: “El
que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a su rebaño”. R.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso. Ellos ven-
drán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóvenes y viejos,
porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Se-
ñor. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.]
Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-56
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver
que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en Él. Pero algunos de entre ellos fueron a
ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes
y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está
haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, van a venir los
romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”. Pero uno de ellos, llamado Caifás,
que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada. No comprenden que
conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”. Sin
embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó
que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en
la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron
la decisión de matarlo. Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos,
sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con
sus discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas
llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se
decían unos a otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Dios, como Padre sabio e inmensamente bueno, por medio
del profeta enumera los beneficios que realizará en favor del pueblo humi-
llado, cuando lo haga volver del exilio a la tierra de sus antepasados, dán-
sábado 13 de abril de 2019 43
doles así paz y seguridad. Al frente de Israel –renovado y purificado– Dios
pondrá a un rey-pastor, descendiente de David. Él establecerá con ellos una
Alianza eterna y volverá a morar entre ellos en un nuevo templo, que durará
por siempre. Esta situación ideal anunciada por Ezequiel permitirá, ade-
más, mantener viva la esperanza en un futuro promisorio para el pueblo de
Dios... • La historia aparentemente la hacen los hombres pero, en el fondo,
es Dios mismo quien la permite y la lleva adelante, de acuerdo a sus ines-
crutables designios. Después de la resurrección de Lázaro, parecía imposi-
ble detener la incontenible popularidad de Jesús entre la gente sencilla. Él,
sin embargo, se ve obligado a esconderse temporalmente para escapar de la
envidia y del rencor de sus adversarios. La sentencia de muerte –profetizada
por Caifás sin darse cuenta de ello– es presentada aquí por San Juan con
un hondo sentido teológico.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados, nos
haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por Jesucris-
to, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 11, 52
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que
estaban dispersos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento
del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Ten misericordia, Señor, de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se incli-
nan de corazón ante ti, para que no permitas que los que redimiste con la muerte de tu
Unigénito, queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san Sabás Reyes Salazar luchar
por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor to-
das las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
44 sábado 13 de abril de 2019
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_
doc_20000521_reyes-salazar_sp.html
La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes en la iglesia a partir de este do-
mingo puede conservarse a juicio de la Conferencia Episcopal. Las cruces permanecen
cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las
imágenes, hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
domingo 14 de abril de 2019 45
Domingo 14 de abril de 2019
DOMINGO DE RAMOS,
«DE LA PASIÓN DEL SEÑOR»
XXXV JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD
MONICIONES:
1ª. LECTURA: [Is 50, 4-7] La primera lectura está tomada del “libro de
la consolación” del profeta Isaías… En este «Siervo» obediente y generoso la
Iglesia ha visto siempre la figura de Cristo, que se ofrecerá como Víctima por
nuestros pecados.
2ª. LECTURA: [Flp 2, 6-11] San Pablo nos invita a asimilarnos al estilo de
vida de Aquel que «se vació» del todo, a fin de reconquistarnos para Dios… Con
esta su entrega hasta el extremo, Jesús consiguió para nosotros la salvación.
DOMINGO DE RAMOS,
«DE LA PASIÓN DEL SEÑOR»
MR p. 247 [257] / Lecc. I p. 309. LH Semana II del Salterio.
CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA
DEL SEÑOR EN JERUSALÉN
A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar ade-
cuado, fuera del templo hacia el cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan ramos
en las manos. El sacerdote y los ministros, revestidos con los ornamentos rojos, se acercan
al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar
la capa pluvial, que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla. Entretanto se
canta la siguiente antífona u otro canto adecuado:
ANTÍFONA Mt 21, 9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Is-
rael. Hosanna en el cielo.
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición + estos ramos, para que,
quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos llegar, por Él, a la Jerusalén del
cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
48 domingo 14 de abril de 2019
O bien:
Oremos: Aumenta, Señor Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad
las súplicas de quienes te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo
victorioso, demos para ti en Él frutos de buenas obras. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos. R. Amén.
EVANGELIO
[Bendito el que viene en nombre del Señor.]
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 28-40
En aquel tiempo, Jesús, acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén,
y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos
de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar,
encontrarán atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí.
Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: ‘El Señor lo necesita’ ”. Fueron y
encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban el burro, los dueños
les preguntaron: “¿Por qué lo desamarran?”. Ellos contestaron: “El Señor lo necesita”.
Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús montara
en él. Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando
ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos, entusias-
mados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que habían visto,
diciendo: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en
las alturas!”. Algunos fariseos que iban entre la gente le dijeron: “Maestro, reprende a
tus discípulos”. Él les replicó: “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras”.
Palabra del Señor.
Después del Evangelio, puede tenerse una breve homilía. Al iniciar la procesión, el ce-
lebrante, el diácono u otro ministro idóneo puede hacer una monición con estas palabras
u otras parecidas:
ANTÍFONA 1
Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor,
aclamando: “Hosanna en el cielo”.
Si se cree oportuno, pueden alternarse esta dos Antífona con los versículos de los
Salmos siguientes:
Salmo 23
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues Él
lo edificó sobre los mares, Él fue quien lo asentó sobre los ríos. Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El
de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. Se repite la antífona.
Ese obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase
de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el
rey de la gloria! Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en
la batalla. Se repite la antífona ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones
eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, Él es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.
ANTÍFONA 2
Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y aclamaban: “Hosan-
na al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”.
Salmo 46
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo,
es terrible y de toda la tierra, rey supremo. Se repite la antífona.
Fue Él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos
como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto. Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en
honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios
sobre todas las naciones desde su trono santo. Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque
de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está. Se repite la antífona.
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Se pueden tomar los Himnos a Cristo Rey, en latín o en español de las pp.253-255
[264-267].
RESPONSORIO
R. Al entrar el Señor en la Ciudad Santa, los niños hebreos, anunciando con anti-
cipación la resurrección del Señor de la vida, * con palmas en las manos, aclamaban:
Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro.
R. Con palmas en las manos, aclamaban: Hosanna en el cielo.
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Segunda forma: Entrada solemne
Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia o bien dentro de la misma iglesia, lle-
vando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los fieles, van a un
sitio adecuado de la iglesia, fuera del presbiterio en donde pueda ser vista fácilmente la
celebración, al menos por la mayor parte de los fieles.
LA MISA
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y
padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, be-
nigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa
resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
No se dice Gloria.
PRIMERA LECTURA
[No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.]
Del libro del profeta Isaías 50, 4-7
En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor des-
pierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus
palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a
los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro
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de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por
eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”. Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
[Cristo se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por
obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre
todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de
Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lc 22, 14–23, 56; forma breve: 23, 1-49
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = “Sinagoga”; y ╬ = Cristo
Puede elegirse la lectura breve de la Pasión por razones pastorales *
domingo 14 de abril de 2019 53
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS,
C En aquel tiempo
[Llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
╬ “Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, por-
que yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumpli-
miento en el Reino de Dios”.
C Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y
dijo:
╬ “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volve-
ré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”.
C Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo:
╬ “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.
C Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo:
╬ “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por
ustedes”. “Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la mesa.
Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero ¡ay de aquel hom-
bre por quien será entregado!”.
C Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo iba
a traicionar.
C Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser con-
siderado como el más importante. Jesús les dijo:
╬ “Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se ha-
cen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el
mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera
un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad
que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sir-
ve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino,
como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y
se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel”.
C Luego añadió:
╬ “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para zarandearlos como
trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido,
confirma a tus hermanos”.
C Él le contestó:
S “Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la cárcel y a la muerte”.
C Jesús le replicó:
╬ “Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres ve-
ces que me conoces”.
C Después les dijo a todos ellos:
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╬ “Cuando los envié sin provisiones, sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó
algo?”.
C Ellos contestaron:
S “Nada”.
C Él añadió:
╬ “Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que
no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que
se cumpla esto que está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores, porque
se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí”.
C Ellos le dijeron:
S “Señor, aquí hay dos espadas”.
╬ Él les contestó: “¡Basta ya!”.
C Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron los
discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo:
╬ “Oren, para no caer en la tentación”.
C Luego se alejó de ellos a la distancia de un tiro de piedra y se puso a orar de rodi-
llas, diciendo:
╬ “Padre, si quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi
voluntad, sino la tuya”.
C Se le apareció entonces un ángel para confortarlo; Él, en su angustia mortal, ora-
ba con mayor insistencia, y comenzó a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta
el suelo. Por fin terminó su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los encontró
dormidos por la pena. Entonces les dijo:
╬ “¿Por qué están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación”.
C Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por Judas, uno de
los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo:
╬ “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?”.
C Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con Él dijeron:
S “Señor, ¿los atacamos con la espada?”.
C Y uno de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
╬ “¡Dejen! ¡Basta!”.
C Le tocó la oreja y lo curó.
Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a los ancia-
nos que habían venido a arrestarlo:
╬ “Han venido a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido.
Todos los días he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta
es su hora y la del poder de las tinieblas”.
C Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacer-
dote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron
alrededor y Pedro se sentó también con ellos. Al verlo sentado junto a la lumbre, una
criada se le quedó mirando y dijo:
domingo 14 de abril de 2019 55
S “Éste también estaba con Él”.
C Pero él lo negó diciendo:
S “No lo conozco, mujer”.
C Poco después lo vio otro y le dijo:
S “Tú también eres uno de ellos”.
C Pedro replicó:
S “¡Hombre, no lo soy!”
C Y como después de una hora, otro insistió:
S “Sin duda que éste también estaba con Él, porque es galileo”.
C Pedro contestó:
S “¡Hombre, no sé de qué hablas!”
C Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo.
El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó entonces de las palabras que el
Señor le había dicho: ‘Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces’, y saliendo de
allí se soltó a llorar amargamente.
Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de Él, le daban golpes, le tapaban la
cara y le preguntaban:
S “¿Adivina quién te ha pegado?”.
C Y proferían contra Él muchos insultos.
Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los es-
cribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y le dijeron:
S “Si tú eres el Mesías, dínoslo”. Él les contestó:
╬ “Si se lo digo, no lo van a creer, y si les pregunto, no me van a responder. Pero
ya desde ahora, el Hijo del hombre está sentado a la derecha de Dios todopodero-
so”.
C Dijeron todos:
S “Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?”.
C Él les contestó:
╬ “Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy”.
C Entonces ellos dijeron:
S “¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su
boca”. ]
C El consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron
y llevaron a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo:
S “Hemos comprobado que Éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose
a que se pague tributo al César y diciendo que Él es el Mesías rey”.
C Pilato preguntó a Jesús:
S “¿Eres Tú el rey de los judíos?”.
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C Él le contesto:
╬ “Tú lo has dicho”.
C Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba:
S “No encuentro ninguna culpa en este hombre”.
C Ellos insistían con más fuerza, diciendo:
S “Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí”.
C Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de
Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días.
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que que-
ría verlo, pues había oído hablar mucho de Él y esperaba presenciar algún milagro suyo.
Le hizo muchas preguntas, pero Él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los sumos
sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo
trató con desprecio y se burló de Él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se
lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes
eran enemigos.
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:
S “Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he in-
terrogado delante de ustedes y no he encontrado en Él ninguna de las culpas de que lo
acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito
digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”.
C Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vocifera-
ron en masa, diciendo:
S “¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!”.
C A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un
homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero
ellos seguían gritando:
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C Él les dijo por tercera vez:
S “¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en Él ningún delito que merez-
ca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré”.
C Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el
griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había
sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
C Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, que no
había estado de acuerdo con la decisión de los judíos ni con sus actos, que era natural
de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se presentó ante Pilato
para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colo-
có en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. Era el
día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres que habían seguido a Jesús
desde Galilea acompañaron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo.
Al regresar a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron reposo,
conforme al mandamiento. Palabra del Señor.
Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve ho-
milía. También se puede guardar un momento de silencio. Se dice Credo y se hace la
oración universal.
1. Para que el Señor tenga piedad de los fieles que han caído en el
pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia y les
conceda el gozo del perdón y de la paz, reguemos al Señor.
2. Para que la sangre de Jesús –que habla más favorablemente que
la de Abel– reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la
ignorancia, la indiferencia o las propias pasiones, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor –que en la cruz experimentó la amargura de
sentirse triste y abandonado– se apiade de los enfermos y los oprimi-
dos a fin de que los conforte en su aflicción, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor –que recibió en su Reino al ladrón arrepenti-
do– se apiade de nosotros y nos admita, después de la muerte, en su
paraíso, roguemos al Señor.
15 lunes
Morado
LUNES SANTO
MR p. 259 [272] / Lecc. I p. 802
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debi-
lidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[No gritará ni hará oír su voz en las plazas.]
Del libro del profeta Isaías 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará
ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará
60 lunes 15 de abril de 2019
la mecha que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se doble-
gará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su
enseñanza. Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza
a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y
la respiración a cuanto se mueve en ella: “Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación,
te llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz
de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 26, 1.2.3. 13-14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de
mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.
Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan
y caen. R.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun cuando hagan la guerra
contra mí, tendré plena confianza en el Señor. R.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor
confía. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo Tú has tenido compasión de nuestras faltas. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.]
Del santo Evangelio según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien ha-
bía resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro
era uno de los que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume
de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con
su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Entonces Judas Iscariote,
uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: “¿Por qué no se ha ven-
dido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?”. Esto lo dijo, no
porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la
bolsa, robaba lo que echaban en ella. Entonces dijo Jesús: “Déjala. Esto lo tenía guar-
dado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes,
pero a mí no siempre me tendrán”. Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró
de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a
quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes delibera-
ban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en
Jesús. Palabra del Señor.
lunes 15 de abril de 2019 61
REFLEXIÓN: • Los tres primeros días de la Semana Santa la liturgia nos
ofrece la posibilidad de meditar en la figura del «Siervo del Señor», descrita
por el profeta Isaías (Cfr. capítulos 49-55), y en la que ya los primeros cristia-
nos han vislumbrado la figura de Jesús. Este enviado del Señor será manso,
humilde y amigo de los pobres. Pero será también fuerte y constante. No se
desanimará ante las contradicciones y hará triunfar en el mundo la justi-
cia. De su muerte brotará la vida y de su abajamiento la suprema glorifica-
ción... • La cena de Betania está llena de referencias a la muerte de Jesús,
comenzando con la alusión cronológica: «Seis días antes de la Pascua». Viene
luego la tajante y muy desilusionada respuesta a Judas, advirtiéndole que
a los pobres los tendrán siempre, pero a Él no. Finalmente está el malévolo
proyecto de los sumos sacerdotes para deshacerse de Él. En este clima de
tensión, María unge y seca los pies de Jesús, que luego la defiende de los pu-
ritanos, advirtiéndoles que su noble acción es una anticipación de la unción
en su sepultura.
16 martes
Morado
MARTES SANTO
MR p. 261 [273] / Lecc. I p. 805
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 12
No me entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la
pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesu-
cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rinco-
nes de la tierra.]
Del libro del profeta Isaías 49, 1-6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre
de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre. Hizo
de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha
puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifes-
taré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado
mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi
Dios”. Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su
servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo –tanto así
me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que
seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de
Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los
últimos rincones de la tierra”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15 y 17
R. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, Tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayú-
dame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi
defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R.
Señor, Tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno
de mi madre, yo me apoyaba en ti y Tú me sostenías. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte
desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R.
martes 16 de abril de 2019 63
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como
manso cordero al sacrificio. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.]
Del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los
discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de
ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una
seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús,
le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de
pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras
el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer,
hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supu-
sieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo
necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche. Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glo-
rificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en
Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará. Hijitos, todavía estaré
un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes
ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’ ”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde
vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más
tarde”. Pedro replicó: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.
Jesús le contestó: “¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo,
antes de que me hayas negado tres veces”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • El segundo cántico del «Siervo del Señor» presenta una pro-
gresión de ideas que desemboca, de forma casi espontánea y natural, en la
misión universal que le es confiada por el Señor. Este misterioso Siervo –que
no basa su actuación en el poder o en el prestigio– nos recuerda que Dios lo ha
destinado, desde antes de nacer, a anunciar, no sólo a Israel sino a todos los
pueblos, el luminoso mensaje de la salvación. Una vez más se reafirma aquí la
voluntad salvífica de Dios, a la que nada ni nadie puede oponerse… • Mientras
Jesús revela en la Última Cena lo mismo con los gestos que con las palabras
la plenitud de su amor, adquiere una extraordinaria importancia –casi por
contraste– la debilidad del hombre. Jesús está a la mesa con sus discípulos
en la noche en que, profundamente conmovido, se dona hasta el extremo. La
traición de Judas y la traición de Pedro son, afortunadamente, muy diferen-
tes. Ambas, sin embargo, son signo evidente de lo que significa la debilidad de
la carne frente a la exigente lógica del Reino de Dios.
64 miércoles 17 de abril de 2019
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo
sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrec-
ción. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.]
Del libro del profeta Isaías 50, 4-9
En aquel entonces dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento.Mañana tras mañana, el Señor des-
pierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír
sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la es-
palda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi
miércoles 17 de abril de 2019 65
rostro a los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundi-
do, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano
está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario?
¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a con-
denarme?”. Palabra de Dios.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíben todas las misas
sin asistencia del pueblo. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la Misa de la
Cena del Señor, con la participación de toda la comunidad local y con la intervención,
según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada comunión se pue-
de distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a
cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta
misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo,
hoy y mañana.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito,
antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete
pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la ple-
nitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Prescripciones sobre la cena pascual.]
Del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será
para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la co-
munidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno
por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos
68 jueves 18 de abril de 2019
y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda
comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán
hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará
al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa
donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Se-
ñor. Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país
de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto,
yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando
hiera yo la tierra de Egipto. Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como
institución perpetua’ ”. Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
[Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte
del Señor.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía”.Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la
nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban
de Él”. Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman
la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como
yo los he amado. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
jueves 18 de abril de 2019 69
EVANGELIO
[Los amó hasta el extremo.]
Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de
este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó has-
ta el extremo. En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre
había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios
volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego
echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con
la toalla que se había ceñido. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a
lavar tú a mí los pies?”. Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora,
pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús le
contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese
caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se
ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están
limpios, aunque no todos”. Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están
limpios’. Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y
les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y
Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado
los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo,
para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”. Palabra del Señor.
Después de la proclamación del Evangelio, el sacerdote dice la homilía, en la cual se
exponen los grandes misterios que se recuerdan en esta Misa.
incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan cantos adecuados. Esta ado-
ración, después de la media noche, hágase sin solemnidad.
19 viernes
Rojo
VIERNES SANTO
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
MR p. 292 [297] / Lecc. I p. 820
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por
completo la celebración del sacrificio eucarístico. El altar debe estar desnudo por com-
pleto: sin cruz, sin candelabros y sin manteles. El sacerdote, revestidos de color rojo
como para la misa, se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en
tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún espacio
de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras todos permanecen
de rodillas, dice la siguiente oración:
No se dice “Oremos”.
ORACIÓN
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante
protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio
pascual. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
PRIMERA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
[Él fue traspasado por nuestros crímenes.]
Del libro del profeta Isaías 52, 13–53, 12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto.
Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía
ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes
cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que
nunca se habían imaginado. ¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se
le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en
el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despre-
ciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno
del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos
y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado,
viernes 19 de abril de 2019 73
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo
que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados. Todos andábamos errantes como
ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a dego-
llar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Inicuamente y contra
toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de
los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los
malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño
en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como
expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán
los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus su-
frimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos. Por eso le
daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se
entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas
de todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
[Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que
lo obedecen.]
De la carta a los hebreos 4, 14-16; 5, 7.9
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cie-
lo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacer-
dote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que Él mismo
ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por
tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia
y obtener ayuda en el momento oportuno. Precisamente por eso, Cristo, durante su vida
mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía li-
brarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió
a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación
eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios.
74 viernes 19 de abril de 2019
EVANGELIO
Jn 18, 1— 19, 42
C Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los
cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado
era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran
de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que
habían sido crucificados con Él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no
le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una
lanza e inmediatamente salió sangre y agua. El que vio da testimonio de esto y su testi-
monio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto
sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso;
y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron. Después de esto, José de
Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó
el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien
libras de una mezcla de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en
lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto
en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había
sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la preparación de la Pascua
y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús. Palabra del Señor.
Después de la lectura de la Pasión del Señor, el sacerdote dice una breve homilía,
después de la cual puede exhortar a los fieles a orar durante un breve espacio de tiempo.
ORACIÓN UNIVERSAL:
II. Por el Papa: Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa
Francisco, para que Dios nuestro Señor, que lo escogió para el orden de
los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia,
a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios. Se ora un momen-
to en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno,
cuya sabiduría gobierna el universo, atiende favorablemente nuestras
súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo
cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firme-
za de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
III. Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por nuestro
obispo Francisco y sus obispos auxiliares, por todos los obispos, presbí-
teros y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios. Se ora
un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso
y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, es-
80 viernes 19 de abril de 2019
cucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu
gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
IV. Por los catecúmenos: Oremos también por los (nuestros) catecúme-
nos, para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus corazones y les
manifieste su misericordia, y para que, mediante el bautismo, se les per-
donen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, Señor Se ora
un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopodero-
so y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta
la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para que, renaci-
dos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
VI. Por los judíos: Oremos también por los judíos, para que a quienes
Dios nuestro Señor habló primero, les conceda progresar continuamen-
te en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Se ora un
momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso
y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiris-
te primero como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por
Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
VII. Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no
creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos
encontrar el camino de la salvación. Se ora un momento en silencio. Lue-
go prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes
no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de co-
razón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor
mutuo y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin
de que seamos testigos cada vez más auténticos de tu amor en el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
VIII. Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no
viernes 19 de abril de 2019 81
conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto,
merezcan llegar hasta él. Se ora un momento en silencio. Luego pro-
sigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos
los hombres para que deseándote te busquen, y para que al encon-
trarte descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades
de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las
buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren al con-
fesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
IX. Por los gobernantes: Oremos también por todos los gobernantes
de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe sus mentes y corazo-
nes, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad
de todos. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los
hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros
gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un
auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad
religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
SEGUNDA PARTE:
ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ
ciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como
el de besarla), según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona “Tu
Cruz adoramos” (p. 300ss) [202], los Improperios u otros cánticos apropiados. Ter-
minada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los
ciriales o los candeleros a su lado.
ANTÍFONA:
Tu Cruz adoramos, Señor, tu santa resurrección alabamos y glorificamos, pues del
árbol de la Cruz ha venido la alegría al mundo entero.
Cfr. Sal 66, 2
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante
y misericordioso. Se repite la antífona: Tu Cruz...
TERCERA PARTE:
SAGRADA COMUNIÓN
Como despedida el sacerdote, imponiendo las manos sobre el pueblo, dice la siguiente
oración:
20 sábado
Blanco
SÁBADO SANTO
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando
en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que con-
serva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera
nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los
cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo
de viático.
PRIMERA PARTE:
SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA O «LUCERNARIO»
Bendición del fuego y preparación del cirio
iglesia, todo este rito se desarrolla en un lugar adecuado. El sacerdote saluda, como de
costumbre, al pueblo congregado y le hace una breve exhortación, con estas palabras u
otras semejantes:
Hermanos:
En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la
Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar
en oración. Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su palabra
y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su
triunfo sobre la muerte y de vivir con Él para siempre en Dios.
Uno de los ministros lleva el cirio pascual ante el celebrante. Éste, con un punzón,
graba una cruz en el cirio. Después, traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra
Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras
dice:
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote puede incrustar en
el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo.
En verdad es justo y necesario aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del
corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su Hijo único, nuestro Señor Jesu-
cristo. Porque Él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado
con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de
Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de
los fieles. Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los
hiciste pasar a pie, sin mojarse, el Mar Rojo. Ésta es la noche en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado. Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo,
por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los
restituye a la gracia y los agrega a los santos. Ésta es la noche en que, rotas las cadenas
de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. [¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?] ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo! Nece-
sario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa
que mereció tal Redentor! [¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en
que Cristo resucitó del abismo. Ésta es la noche de la que estaba escrito: “Será la noche
clara como el día, la noche iluminada por mi gozo”.]
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a
los caídos, la alegría a los tristes, [expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los pode-
rosos.] En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de alabanza,
que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. [Sa-
bemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para la gloria
de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de cera
fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa.] ¡Qué noche tan
dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino! Te rogamos, Señor,
que este cirio consagrado a tu nombre para destruir la oscuridad de esta noche, arda sin
apagarse y, aceptado como perfume, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero
matinal lo encuentre ardiendo, ese lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que
volviendo del abismo, brilla sereno para el linaje humano y vive y reina por los siglos
de los siglos. R. Amén.
SEGUNDA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA
En esta vigilia se proponen nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nue-
vo (la Epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, puede reducirse el
número de lecturas del Antiguo Testamento. Deben leerse, por lo menos, tres lecturas del
Antiguo Testamento y, en casos muy urgentes, por lo menos dos. Pero nunca se omita la
tercera lectura, tomada del capítulo 14 del Éxodo. Terminado el pregón, todos apagan sus
velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote exhorta a la asamblea con
estas palabras u otras semejantes.
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con re-
sábado 20 de abril de 2019 87
cogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza, Dios salvó a su
pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos redimiera.
Oremos para que Dios lleve a su plenitud la obra de la redención realizada por el mis-
terio pascual.
Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y proclama la lectura. Después el
salmista o cantor, dice el salmo, alternando con las respuestas del pueblo. Enseguida
todos se levantan, el sacerdote dice: Oremos, y, después de que todos han orado en si-
lencio durante unos momentos, dice la oración que corresponde a la lectura. En lugar
del salmo responsorial, se puede guardar un momento de silencio sagrado. En este caso
se omite la pausa después del Oremos.
Lo que va entre […] puede suprimir por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA **
[Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.]
Del libro del Génesis 1, 1–2, 2
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las
tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas. Dijo Dios: “Que exista la luz”, y la luz existió. Vio Dios que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”.
Fue la tarde y la mañana del primer día. Dijo Dios: “Que haya una bóveda entre las
aguas, que separe unas aguas de otras”. E hizo Dios una bóveda y separó con ella las
aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda “cielo”. Fue
la tarde y la mañana del segundo día. Dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo
del cielo en un solo lugar y que aparezca el suelo seco”. Y así fue. Llamó Dios “tierra”
al suelo seco y “mar” a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios:
“Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles que den fruto y semilla, según
su especie, sobre la tierra”. Y así fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía
semilla, según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según su es-
pecie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo Dios: “Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el día de la
noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la bóveda del cielo para
iluminar la tierra. Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor
para regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las estrellas. Dios puso
las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche,
y separar la luz de las tinieblas”. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana
del cuarto día. Dijo Dios: “Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y
revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo”. Creó Dios los grandes
animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según su es-
pecie. Creó también el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno
y los bendijo, diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar;
que las aves se multipliquen en la tierra”. Fue la tarde y la mañana del quinto día. Dijo
88 sábado 20 de abril de 2019
Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos, reptiles y
fieras, según sus especies”. Y así fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los
reptiles, cada uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.] Y dijo Dios: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del
cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y somé-
tanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve
sobre la tierra”. Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que
hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen frutos y semilla, para que
les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos
los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las
verdes plantas”. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Fue la tarde y la mañana del sexto día. Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con
todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto
había hecho. Palabra de Dios.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras
admirable, concede a quienes has redimido, comprender que el sacrificio de Cristo,
nuestra Pascua, en la plenitud de los tiempos, es una obra más maravillosa todavía que
la misma creación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
SEGUNDA LECTURA **
[El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.]
Del libro del Génesis 22, 1-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham, Abra-
ham!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien
sábado 20 de abril de 2019 89
tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te
indicaré”. [Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su
hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado.
Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: “Quédense aquí con
el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos”.
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el
fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: “¡Padre!”.
Él respondió: “¿Qué quieres, hijo?”. El muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña,
¿pero dónde está el cordero para el sacrificio?”. Abraham le contestó: “Dios nos dará el
cordero para el sacrificio, hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.] Cuando llegaron al
sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña.
Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo
para degollarlo. Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!”. Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra
tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo
único”. Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la ma-
leza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por
nombre a aquel sitio “el Señor provee”, por lo que aun el día de hoy se dice: “el monte
donde el Señor provee”. El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y
le dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme nega-
do a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis
palabras”. Palabra de Dios.
Oremos. Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la gracia de
la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham
de multiplicar su descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las na-
ciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor. R. Amén.
90 sábado 20 de abril de 2019
TERCERA LECTURA
[Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.]
Del libro del Éxodo 14, 15—15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a
los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano sobre el
mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer
el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas del
faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria
a expensas del faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ellas. Y la
columna de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus espaldas, entre
el campamento de los israelitas y el campamento de los egipcios.
La nube era tinieblas para unos y claridad para otros, y así los ejércitos no trabaron
contacto durante toda la noche. Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo
soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las
aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban
una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y
toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar. Hacia el
amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los egipcios y
sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban
sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano
sobre el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su sitio,
de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor los derribó en me-
dio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército
del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían
muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto.
Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor
sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor:
Oremos. Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo tam-
bién en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó la diestra de tu poder
para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo sigues realizando también
ahora, por medio del agua del bautismo para salvar a todas las naciones, concede que
todos los hombres del mundo lleguen a contarse entre los hijos de Abraham y participen
de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
CUARTA LECTURA
[Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.]
Del libro del profeta Isaías 54, 5-14
“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejércitos’. Tu re-
dentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de toda la tierra’. Como a una mujer
abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de
la juventud?, dice tu Dios. Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia
te volveré a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor
eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor. Me pasa ahora como en los días
de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro
no enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hun-
dirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme
para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti. Tú, la afligida, la zarandeada por
la tempestad, la no consolada: He aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras
finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda y
murallas de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande
su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tie-
nes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti”. Palabra de Dios.
QUINTA LECTURA
[Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.]
Del libro del profeta Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que
no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué
gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme
atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan
a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las pro-
mesas que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y
soberano de las naciones, así tú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no
te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha
honrado. Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cer-
ca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor,
y Él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los
pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos. Porque así como aventajan
los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a
sus pensamientos. Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino des-
pués de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin
resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios.
Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llama-
dos de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has purifica-
do con el agua del bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
[Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.]
Del libro del profeta Ezequiel 36, 16-28
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: “Hijo de hom-
bre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta
94 sábado 20 de abril de 2019
y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi
furor contra ellos, por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado
con sus idolatrías. Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tie-
rras. Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a
las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Este
es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra’. Pero, por mi santo nombre,
que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde llegó, me he compadecido. Por
eso, dile a la casa de Israel: ‘Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel.
Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las
naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes
les haga ver mi santidad. Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos
los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los
purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías. Les daré un corazón nuevo y les infundi-
ré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de
carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir
mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y
yo seré su Dios’ ”. Palabra de Dios.
Oremos. Dios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el admirable misterio
de la Iglesia entera y realiza serenamente, en virtud de tu eterno designio, la obra de la
humana salvación; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que
se renueva lo que había envejecido y que, por obra de Jesucristo, todas las cosas con-
curren hacia la unidad que tuvieron en el origen. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos. R. Amén.
Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responso-
rio y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar. El sacerdote entona
solemnemente el Gloria, que todos prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de
dentro y de fuera del templo, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.
sábado 20 de abril de 2019 95
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche con la gloria de la resurrección del
Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu de adopción filial, para que, renovados en cuerpo y
alma, nos entreguemos fielmente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
EPÍSTOLA
[Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-11
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bau-
tismo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepulta-
dos con Él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque, si hemos esta-
do íntimamente unidos a Él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos
en su resurrección. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el
cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el que
ha muerto queda libre del pecado. Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos
seguros de que también viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado
de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre Él, porque
al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios.
Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro. Palabra de Dios.
Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el
Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pue-
blo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.
sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Es-
tando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos
resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los
varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí;
ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo: ‘Es necesario
que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al
tercer día resucite’ ”. Y ellas recordaron sus palabras. Cuando regresaron del sepulcro,
las mujeres anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían
estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago)
y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no
les creían. Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y
se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sa-
bemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión.
Como la semilla confiada a la tierra, Cristo «reposa» en el sepulcro. La Iglesia
–llevando en sus manos la lámpara de la esperanza (Cfr. Lc 12, 35 ss.)– vigila
junto a la tumba de su Señor, partícipe de su mismo misterio: también ella
aguarda el gran «día del Señor», cuando Él vendrá para invitarla a sentarse en
su mesa. Cristo, verdadero hombre y «nuevo Adán», ha experimentado hasta el
fondo la aniquilación de la muerte, para llevar a cabo su victoria sobre ella y
compartir este triunfo con aquellos que creen en Él. De esta forma, para cada
creyente la muerte no es el final de la vida, sino la victoria sobre las limitacio-
nes de la condición terrena y la participación en la vida eterna de Dios… • La
noche de Pascua es el gran sacramento de la vida del cristiano. El Bautismo y
la Eucaristía –que junto con la abundancia de la Palabra de Dios están al centro
de esta solemne liturgia– nos hacen presentes y contemporáneos los principa-
les acontecimientos de la Historia de nuestra Salvación, y nos comunican toda
su eficacia. La Vigilia Pascual [que no es simple “víspera” sino ya “la fiesta”],
culmina en la celebración eucarística, misma que está en la raíz de todas las
demás celebraciones cristianas. A partir de esta noche “santísima” de la Resu-
rrección, Cristo está presente en medio de los suyos por medio de los Sacra-
mentos, y sobre todo de la Eucaristía que a todas las demás acciones sagradas
contiene. Con la luz y la fuerza de su Espíritu –que el Crucificado que ha sido
Resucitado nos obtiene o nos concede de nuevo– vengamos a gozarnos de la
dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la «antigua
levadura» (Cfr. 1 Cor 6, 12) y decidámonos a llevar una vida de resucitados!
TERCERA PARTE:
LITURGIA BAUTISMAL
El sacerdote con los ministros se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuen-
tra a la vista de los fieles. De lo contrario, se pone un recipiente con agua en el presbite-
sábado 20 de abril de 2019 97
rio. Si hay bautizos se realizan en este momento. Si los bautizados son adultos, el obispo
o, en su ausencia, el presbítero que confirió el bautismo, adminístreles inmediatamente
el sacramento de la Confirmación en el presbiterio, como se indica en el Pontifical o en
el Ritual Romano. Si no hay bautismos ni tampoco se bendice la fuente bautismal [p.
333] [338] el sacerdote prepara a los fieles para la bendición del agua, diciendo:
Pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua,
con la cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve inte-
riormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una breve pausa en silencio, prosigue:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en oración en esta
noche santísima, recordando la obra admirable de nuestra creación y la obra más admi-
rable todavía, de nuestra redención. Dígnate bendecir + esta agua, que tú creaste para
dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tú, además, convertiste
el agua en un instrumento de tu misericordia: por ella liberaste a tu pueblo de la escla-
vitud y en el desierto saciaste su sed; con la imagen del agua viva los profetas anun-
ciaron la nueva alianza que deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente,
santificada por Cristo en el Jordán, renovaste, mediante el bautismo que nos da la vida
nueva, nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora
nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos, que han sido
bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Renovación de las promesas bautismales
Terminada la ceremonia del bautismo o, si no hubo bautizos, después de la bendición
del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas encendidas hacen la renovación
de las promesas del bautismo. El sacerdote se dirige a la comunidad con estas palabras
u otras parecidas: Terminado el rito del Bautismo (y de la Confirmación) o, si no hubo
bautismos, después de la bendición del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las
velas encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo. El sacerdote se di-
rige a los fieles, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos, por medio del bautismo, hemos sido hechos partícipes del misterio pascual
de Cristo; es decir, por medio del bautismo, hemos sido sepultados con Él en su muerte
para resucitar con Él a una vida nueva. Por eso, culminado nuestro camino cuaresmal, es
muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las cuales un día
renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios, en la santa
Iglesia católica. Por consiguiente:
¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
Todos: Sí, renuncio.
¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado?
98 sábado 20 de abril de 2019
CUARTA PARTE:
LITURGIA EUCARÍSTICA
El sacerdote va al altar y comienza la Liturgia Eucarística, en la forma acostumbrada.
Es conveniente que el pan y el vino sean presentados por los neófitos, si los hay. Hay que
estar atentos a las variantes dentro de las Plegarias eucarísticas.
MONICIONES:
Las Moniciones hoy son muy especiales, puesto que el celebrante tiene la po-
sibilidad de elegir entre dos opciones como 2ª Lectura y entre tres opciones
de los Evangelios. Hay que tener el cuidado de preguntar cuál es el esquema
que se va a escoger para cada Misa según el momento del día o las distintas
circunstancias, y saber variar según el caso. En la Misa “durante el día” se
pone el evangelio correspondiente al evangelista según los Ciclos ABC. Se
sugiere variar la 2ª Lectura según los años pares e impares.
ENTRADA: En este día, santo por excelencia, nos reunimos para celebrar
“la fiesta de las fiestas”: la Resurrección del Señor... El tránsito de las tinieblas
a la luz, vivido intensamente en la Vigilia Pascual, nos ha hecho recordar las
grandes hazañas que Dios quiere seguir realizando al pasar entre nosotros.
Que el cirio –anoche encendido del fuego nuevo– nos recuerde que Cristo re-
sucitado quiere seguir presente en nuestra historia para comunicarnos su luz,
su verdad y su amor.
1ª. LECTURA: [Hech 10, 34. 37-43] A partir de unos datos bastante cono-
cidos por todos sus oyentes San Pedro, en casa de Cornelio, pronuncia un
discurso memorable… A estos datos históricos él añade luego su testimonio
personal acerca de la resurrección del Crucificado.
2ª. LECTURA: [Col 3, 1-4 o 1 Cor 5, 6-8] San Pablo acentúa la importancia
de la muerte y resurrección de Cristo, como el momento decisivo de la historia
de la salvación… Como bautizados, estamos llamados a morir al pecado y a
nacer a una vida nueva.
EVANGELIO [Temprano]: [Jn 20, 1-9] Como testigo ocular, San Juan nos
transmite la enorme sorpresa de María Magdalena al no encontrar al Maestro
en su sepulcro… Por ella –protagonista de tan buena nueva– Pedro y Juan ven-
drán a constatar la verdad de sus palabras.
EVANGELIO [Durante el día]: [Lc 24, 1-12] Encabezadas por María Magdale-
na, son precisamente las mujeres las más valientes y las más generosas… Ellas
no temen ir al sepulcro y a través de ellas se difunde el mensaje de la Pascua.
EVANGELIO [Tarde-noche]: [Lc 24, 13-35] San Lucas nos presenta el en-
cuentro de Jesús con los descorazonados discípulos de Emaús… Su desencan-
to termina cuando Él los ilumina con su palabra y los fortalece en la “fracción
del pan”.
102 domingo 21 de abril de 2019
OFRENDAS: Jesús resucitado se hará presente entre nosotros a través de
los signos sacramentales que Él nos dejó… En la alegría de la fe, estemos dis-
puestos a compartir nuestros bienes con los necesitados.
21 domingo
Blanco
DOMINGO DE PASCUA,
SOLEMNIDAD DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
[Se omite la Memoria de SAN ANSELMO,
Obispo y Doctor de la Iglesia
o de SANROMÁN ADAME ROSALES,
Mártir Mexicano*]
MR p. 339 [345] / Lecc. I p. 323. LH Todo propio.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy
las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrec-
ción del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de
tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “Ya saben ustedes lo sucedido en toda
Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo
Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo
el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros
domingo 21 de abril de 2019 103
somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la
cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino única-
mente a los testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido
y bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos. Él nos mandó predicar al
pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimo-
nio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón
de los pecados”. Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
[Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 3, 1-4
Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba,
donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes
del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en
Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifes-
tarán gloriosos, juntamente con él. Palabra de Dios.
O bien:
[Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?
Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin
levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Celebremos, pues, la
fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan
sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Palabra de Dios.
104 domingo 21 de abril de 2019
SECUENCIA: [Sólo el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional]
Ofrezcan los cristianos los ángeles testigos,
ofrendas de alabanza sudarios y mortaja.
a gloria de la Víctima ¡Resucitó de veras
propicia de la Pascua. mi amor y mi esperanza!
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_
doc_20000521_adame-rosales_sp.html
EVANGELIO
[Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.]
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15
Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del se-
pulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de
repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y
lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que
se dirijan a Galilea. Allá me verán”. Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados
de la guardia fueron a la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido.
Estos se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero a los
soldados, con estas instrucciones: “Digan: ‘Durante la noche, estando nosotros dormidos,
llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo’. Y si esto llega a oídos del gobernador, no-
sotros nos arreglaremos con él y les evitaremos cualquier complicación”. Ellos tomaron el
dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta versión de los soldados se ha
ido difundiendo entre los judíos hasta el día de hoy. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Este pasaje nos ofrece una parte del discurso de Pedro el día
de Pentecostés. Aquí se afirma que Jesús de Nazaret ha realizado las promesas
hechas a David y que en Él se ha inaugurado la auténtica y definitiva “plenitud
de los tiempos”. El ahora valeroso apóstol se dirige a los habitantes de Jerusa-
lén proclamando que Jesús, «a quien ustedes han clavado en la cruz por mano
de los paganos», ahora vive. En el origen de la Iglesia está tal experiencia. Sin
la Resurrección, los apóstoles no hubieran tenido nada importante que anun-
ciar... • Cristo resucitado es «signo de contradicción», objeto de fe o de rechazo.
Él se revela sólo a quienes están abiertos al amor y a la fe, como lo hace con las
piadosas y santas mujeres que, muy diversamente a los azorados soldados –tan
proclives, por cierto, a la mentira y a la corrupción– perderán la oportunidad de
ser “testigos” de ese evento tan absolutamente singular. Las mujeres, en cam-
bio, «buscan» a Jesús con un fervoroso cariño y, por ello, llegarán a ser “mensa-
jeras” privilegiadas de tan extraordinaria Noticia.
110 martes 23 de abril de 2019
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que, renovados por la
confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 6, 9
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no
tiene dominio sobre él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento pascual fructifique, Señor, en nuestros corazones
para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la
salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
23 martes
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se suprimen la Memoria de SAN JORGE, Mártir
o de SAN ADALBERTO, Obispo y Mártir]
MR p. 342 [348] / Lecc. I p. 857
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 3-4
El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en Él y no vacilarán. Él
los llenará de gloria eternamente. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos has hecho experimentar la fuerza vivificante del misterio pas-
cual, sigue acompañando a tu pueblo con tu divina gracia, para que, conseguida la per-
fecta libertad, se convierta en gozo celestial la alegría que ahora lo inunda aquí en la
tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos: “Sepa todo Israel, con absoluta certeza,
que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucifica-
do”. Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apósto-
les: “¿Qué tenemos que hacer, hermanos?”. Pedro les contestó: “Arrepiéntanse y bautí-
cense en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu
Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para
todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos”. Con
éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: “Pónganse a salvo
martes 23 de abril de 2019 111
de este mundo corrompido”. Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día
se les agregaron unas tres mil personas. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R. En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el
derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muer-
te y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Mués-
trate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[He visto al Señor y me ha dado este mensaje.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Je-
sús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, senta-
dos en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a
los pies. Los ángeles le preguntaron: “¿Por qué estás llorando, mujer?”. Ella les contestó:
“Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto”. Dicho esto, miró
hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?”. Ella, creyendo que era el jardinero, le res-
pondió: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!”.
Ella se volvió y exclamó: “¡Rabuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo:
“Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a
mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ ”. María Magdalena se fue a ver a los discípu-
los para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Sólo con su resurrección Jesús, el humanamente fraca-
sado y rechazado, se convierte definitiva y patentemente en Salvador. Al
asegurar que el Crucificado y Resucitado es ahora «Señor y Mesías», San
Pedro, finalizando su valiente discurso el día de Pentecostés –muy atinada-
mente llamado discurso misionero– exhorta a sus oyentes a convertirse. Es
entonces cuando, sorprendentemente, nada menos que tres mil de ellos se
disponen a entrar en la comunidad de salvación pidiendo ser bautizados...
• Tras el descubrimiento del sepulcro vacío, San Juan relata la aparición
a María Magdalena. Dos ángeles le anuncian que Aquél que ella busca ha
resucitado. Jesús mismo lo confirma apareciéndosele de repente. Entonces
Él la llama por su nombre y, a su vez, se deja llamar con la palabra más
112 miércoles 24 de abril de 2019
familiar de «¡Rabuní!» –y no con la más formal de «Rabbí»– con la que en su
vida terrena era normalmente conocido. Y mientras ella pretende tocarlo,
Él le confía el mensaje que ha de llevar a sus hermanos, expresado con un
lenguaje que, por sí mismo, es altamente revelador: «Subo a mi Padre y su
Padre, a mi Dios y su Dios».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda
de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 1-2
Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios; pongan todo el corazón en los bienes del cielo,
no en los de la tierra. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Escúchanos, Dios todopoderoso, y, ya que colmaste los corazones de tus hijos con
la gracia incomparable del bautismo, prepáranos para alcanzar la felicidad eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
24 miércoles
Blanco
OCTAVA DE PASCUA
[Se suprimen la Memoria de SAN FIDEL
DE SIGMARINGA,
Presbítero y Mártir]
MR p. 343 [349] / Lecc. I p. 860
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 25, 34
Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes des-
de la creación del mundo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año nos inundas de alegría por la solemnidad de la resurrección
del Señor, concédenos propicio que, por estas fiestas que celebramos en el tiempo, me-
rezcamos llegar al gozo de la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de
las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente lle-
vaban y ponían ante la puerta llamada la “Hermosa”, para que pidiera limosna a los que
miércoles 24 de abril de 2019 113
entraban en el templo. Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les
pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: “Míranos”. El hombre
se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: “No ten-
go ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno,
levántate y camina”. Y, tomándolo de la mano, lo incorporó. Al instante sus pies y sus
tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos
al templo caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio caminar y alabar
a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta
“Hermosa” del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que
había sucedido. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor
himnos y cantos, celebren sus portentos. R.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor
y a su poder y a su presencia acudan. R.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor
es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alian-
za pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Lo reconocieron al partir el pan.]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llama-
do Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había
sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar
con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él
les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”. Uno de ellos,
llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha suce-
dido estos días en Jerusalén?”. Él les preguntó: “¿Qué cosa?”. Ellos le respondieron:
“Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y
ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que
lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el liberta-
dor de Israel, ¡y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron.
Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron
de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les
habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Alguno de nuestros
114 miércoles 24 de abril de 2019
compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero
a él no lo vieron”. Entonces Jesús les dijo: “¡Qué insensatos son ustedes y qué duros
de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que
el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?”. Y comenzando por Moisés
y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se
referían a él. Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos;
pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto
va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un
pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo
reconocieron, pero Él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón
nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escritu-
ras!”. Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reu-
nidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el
Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado
por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Un cristiano no podrá jamás entenderse a sí mismo sino en
relación con su Señor Resucitado. La única fuerza de la Iglesia es “su nombre”,
vivo y presente en ella con el insuperable poder de su resurrección. Así, «en el
nombre de Jesucristo el nazareno», Pedro y Juan sanaron a un hombre lisiado
de nacimiento, que pedía limosna en la puerta del templo, por algo conocida
precisamente como «Hermosa». En esta nueva y original comunidad de herma-
nos, –justamente porque Cristo está presente en ella– Dios actúa y opera los
signos extraordinarios de la salvación... • La tan memorable aparición de Jesús
a los dos discípulos de Emaús representa a la primitiva Iglesia, en marcha hacia
una fe más madura. En ella se nos revelan, además, los elementos constitutivos
de su vida comunitaria: Palabra y Sacramentos. Jesús se une a unos discípulos
cansados y desanimados y les explica, en forma sorprendentemente nueva, las
Escrituras. Luego –mientras estaban sentados a la mesa– el “desconocido” repi-
tió el gesto eucarístico de la «fracción del pan». Sólo entonces sintieron arder su
corazón por la presencia reconfortante del Resucitado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estas ofrendas de la humanidad redimida, y realiza a favor nuestro, la
plena salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la
reconciliación humana, concédenos manifestar en las obras lo que celebramos con fe.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
viernes 26 de abril de 2019 119
[Fuera de Jesús no hay salvación.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacer-
dotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles
enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús.
Los aprehendieron, y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día siguien-
te. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres,
habían abrazado la fe. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo,
los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos
pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer ante ellos a Pe-
dro y a Juan y les preguntaron: “¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho todo
esto?”. Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que
hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo
fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado
sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resu-
citó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores,
han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en
la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador
nuestro”. Palabra de Dios.
MONICIONES:
2ª. LECTURA: [Ap 1, 9-11.12-13. 17-19] El autor del Apocalipsis nos narra
una visión trascendente y misteriosa… Él es invitado a transmitir a sus her-
manos en la fe el mensaje del que “estuvo muerto”, pero que ahora vive “por
los siglos de los siglos”.
EVANGELIO: [Jn 20, 19-31] Al final de su evangelio, San Juan nos transmi-
te una doble escena de las apariciones del Resucitado a los suyos… El cambio
radical de Tomás –de incrédulo a creyente– es muestra sorprendente de la
fuerza transformadora de la Pascua.
OFRENDAS: Los dones del pan y del vino sean un signo palpable de nuestra
participación en el triunfo de Cristo… Ellos serán muy pronto el Cuerpo y la
Sangre del Señor, entregados como memorial del sacrificio que nos libera de
nuestras dudas y temores.
en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas
para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo,
tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu pueblo para que cele-
bre el triunfo de tu Hijo –el primero y el último, el que estaba muerto
y ahora vive por los siglos de los siglos– danos la fuerza de tu Espíritu,
para que, destruidas las fuerzas del mal, te ofrezcamos el obsequio de
nuestra libre obediencia. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y rei-
na por los siglos de los siglos.
29 lunes
Blanco
Memoria,
SANTA CATALINA DE SIENA,
Virgen y Doctora de la Iglesia
MR p. 703 [722] / Lecc. I p. 872
Su vida estuvo repartida entre la contemplación de Jesús crucificado y el servicio de la
Iglesia, desgarrada por facciones. Plenamente imbuida en el espíritu de santo Domingo,
encontró en el amor a Dios todas las energías necesarias para hacer regresar al Papa, de
Aviñón a Roma, y para hacer comprender a los pecadores lo que significa el llamamiento de
la sangre redentora (1347-1380).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste arder en amor divino a santa Catalina de Siena, al contemplar la
pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, concede, por su intercesión, que tu pueblo, asociado
al misterio de Cristo, se alegre siempre en la manifestación de su gloria. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Se pusieron a orar y quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaron la palabra de
Dios con valentía]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a
donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacer-
dotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo: “Señor, tú has
creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y
por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes
se aliaron contra el Señor y contra su Mesías. Esto fue lo que sucedió, cuando en esta
130 lunes 29 de abril de 2019
ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu
santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia
habían determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus
siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones,
señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús”. Al terminar la oración tem-
bló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a
anunciar la palabra de Dios con valentía. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 2, 1-3, 4-6, 7bc-9
R. Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.
¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevan los
reyes de la tierra y los príncipes se alían contra el Señor y contra su Mesías, diciendo:
“Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras”. R.
El que vive en el cielo sonríe; desde lo alto, el Señor se ríe de ellos. Después les habla
con ira y los espanta con su cólera: “Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi
monte santo”. R.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: “Hijo mío eres tú, yo te he
engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad toda la tierra. Po-
drás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 1
R. Aleluya, aleluya.
Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde está Cristo, sentado
a la derecha de Dios. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.]
Del santo Evangelio según san Juan 3,1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de
noche a ver a Jesús y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como
maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que Tú haces, si Dios no está
con él”.Jesús le contestó: “Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el
Reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya vie-
jo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?”.
Le respondió Jesús: “Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede
entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es
espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento
sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así
pasa con quien ha nacido del Espíritu”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La primitiva comunidad cristiana está muy informada de
la obstinada hostilidad que los líderes del pueblo tienen hacia ella y, por eso,
acoge con la oración a Pedro y a Juan cuando son puestos en libertad. De
martes 30 de abril de 2019 131
esta forma todos se hacen conscientes de que la persecución que sufren está
en perfecta continuidad con la sufrida por Jesús. El Espíritu viene sobre ellos
infundiéndoles la fuerza de «anunciar la palabra de Dios con toda valentía».
También nosotros debemos «creer» que nuestra existencia cristiana no puede
ser distinta a la de nuestro divino Maestro… • El Evangelio comienza la larga
entrevista de Jesús con Nicodemo, misma que seguiremos meditando durante
los próximos tres días. En este coloquio nocturno él se interroga con sinceri-
dad acerca de Jesús, y merece ser instruido acerca de la misteriosa necesidad
de «renacer» para entrar en el Reino de Dios. Tal renacimiento –que al docto y
cauteloso fariseo le parece imposible– es obra del Espíritu Santo. La incom-
prensión de Nicodemo evidencia el carácter sobrenatural de tal renacimiento,
ilustrado luego con el ejemplo del origen imprevisible del viento.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración
de santa Catalina, para que, instruidos por sus enseñanzas, podamos darte gracias con
mayor fervor a ti, único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 1, 7
Si caminamos en la luz, como Dios es luz, estamos unidos unos con otros, y la san-
gre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, la vida eterna a quienes has alimentado en esta mesa celestial, la
cual sostuvo la vida temporal de santa Catalina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
30 martes
Blanco
FERIA DE PASCUA
o SAN PÍO V, Papa,
MR pp. 704 y 894 [723 y 933] / Lecc. I p. 875
Durante los seis años de su pontificado (1566-1572) se dedicó a llevar a la practica la refor-
ma decretada por el Concilio de Trento. Promulgó el Catecismo del Concilio, el Breviario y
el Misal Romanos. Reglamentó el rezo del rosario y se esmeró en propagar esta devoción.
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor lo eligió sumo sacerdote, le abrió sus tesoros y derramó sobre él toda clase
de bendiciones. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia elegiste al Papa san Pío V para defender en tu
Iglesia la fe y para darte culto más dignamente, concédenos, por su intercesión, que
132 martes 30 de abril de 2019
podamos participar en tus santos misterios con una fe viva y una caridad operante. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Tenían un solo corazón y una sola alma.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo po-
seían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de
poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban
de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían te-
rrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles,
y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, levita nacido en Chipre,
a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un
campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios.
EVANGELIO
[Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “No te extrañes de que te haya dicho: Tie-
nen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes
de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”. Nicodemo le
preguntó entonces: “¿Cómo puede ser esto?”. Jesús le respondió: “Tú eres maestro de
Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen
cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?
Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así
como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del
hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”. Palabra del Señor.
martes 30 de abril de 2019 133
REFLEXIÓN: • Este pasaje nos dibuja el modelo ideal con el que la Igle-
sia de todos los tiempos debe, en algún momento, confrontarse de forma
inevitable. La caridad cristiana había transformado la primitiva comunidad
de Jerusalén en una verdadera familia en la que nadie pasaba necesidad y
en la que todos los bienes eran distribuidos por los apóstoles sin ofensivas
e inaceptables distinciones y de acuerdo a las necesidades de cada uno.
Compartir la misma Eucaristía los llevaba consecuentemente a esta caridad
ferviente, manifestada en obras concretas… • El coloquio nocturno de Jesús
con el sigiloso Nicodemo pasa del discurso precedente sobre la necesidad de
«renacer de lo alto» a la necesidad de la fe en el Hijo del hombre, bajado del
cielo y que deberá ser alzado en la cruz, como lo había hecho Moisés en el de-
sierto con la serpiente de bronce (Cfr. Num 21, 4-9). Frente a Jesús –testigo
y revelador del Padre por excelencia– no podemos jamás permanecer neutra-
les. Sólo así, como auténticos creyentes renacidos a una nueva existencia en
Cristo, llegaremos a alcanzar la tan anhelada «vida eterna».
Jubileo Circular
Lunes 1°, martes 2 y miércoles 3: Ntra. Sra. de Guadalupe (Santa Anita),
Ntra. Sra. del Refugio (Cerro del Cuatro), Inmaculada Concepción (Zalati-
tán), Santa María Reina, San Juan Diego (Sta. Margarita Reina), San Anto-
nio de Padua (Col. Vicente Guerrero), Ntra. Sra. de Guadalupe (Matatlán),
San José (San Miguel de la Paz).
Jueves 11, viernes 12 y sábado 13: San Sebastián Mártir, Ntra. Sra. de
Guadalupe (Col. Constitución), San Onofre, Santa Rosa de Lima (Col. Las
Águilas), Sagrado Corazón (Col. Constitución), San Juan Cosalá, Ntra. Sra.
del Rosario (Zapotlanejo), Divino Salvador (La Sauceda).
lunes 22, martes 23 y miércoles 24: el Espíritu Santo (Col. Los Cajetes),
Ntra. Sra. de Fátima, San Pedro Tlaquepaque, La Cruz de la Familia, Ma-
ría Reina de los Mártires, La Purísima Concepción (Etzatlán), Inmaculada
Concepción (Huaxtla) Sagrado Corazón (Col. Las Esmeraldas). Del 22 al 27
de Preseminario de Pascua Seminario Menor de Guadalajara. Adolescentes
de sexto de primaria y cualquier grado de secundaria. Preseminario para
jóvenes de 17 a 34 años de edad. Preseminario para jóv
jueves 25, viernes 26 y sábado 27: María Reina del Palomar, La Santa
Cruz (Col. El Campesino), San Maximiliano María Kolbe (Las Juntas), El
Señor del Encino, Ntra. Sra. de la Caridad del Cobre, María Auxiliadora
(Tlaquepaque), Santiago Apóstol (Ameca), San José Casas Caídas.
enes de 17 a 34 años de edad. Ahualulco. Inicio de inscripciones Concurso
de Talento "Hagamos Lío 2019".