Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Ricardo A. Depine
Departamento de Fı́sica
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Universidad de Buenos Aires
Página personal: http://users.df.uba.ar/rdep/
3 de mayo de 2018
Comprobar actualizaciones: http://bit.ly/FT1Depine2017
c 2018 Ricardo A. Depine. All rights reserved.
Why repeat all this? Because there are new generations born every
day. Because there are great ideas developed in the history of man, and
these ideas do not last unless they are passed purposely and clearly
from generation to generation.
Presentación
(en elaboración).
La manera tradicional de estudiar Teorı́a Electromagnética consiste en dividirla en dos
partes: primero campos estáticos y luego campos variables en el tiempo. Si bien esta
división refleja la historia del Electromagnetismo y es la que usa la inmensa mayorı́a de
los textos dirigidos a una Licenciatura o a un Master en Fı́sica, en el curso vamos a dejarla
de lado. A continuación, algunos comentarios sobre la plausibilidad de abandonar la zona
de confort ofrecida por la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo.
En primer lugar, la experiencia indica que en la división campos estáticos vs campos
variables en el tiempo, los problemas estáticos ocupan más de la primera mitad de un
curso cuatrimestral. Si a esto sumamos el agravante de que la fı́sica de estos problemas
no tiene casi novedades respecto a la que ya se vió en Fı́sica 3, es muy fácil caer en la
tentación de empezar a ver la materia como una Fı́sica 3 con herramientas matemáticas
más complicadas, que para colmo casi no se emplean en los problemas dinámicos que se
estudian en la segunda parte de la materia. La experiencia también indica que la segunda
parte de la materia queda muy apretada y casi ni se llegan a ver fenómenos dinámicos
que juegan un papel clave en todas las frontera de investigación del siglo XXI, como
por ejemplo los diversos aspectos que involucran radiación electromagnética, incluyendo
generación, detección, transmisión, confinamiento e interacción con la materia.
En segundo lugar, la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo, pre-
senta un panorama inicial, que repite el panorama visto en cursos elementales, donde los
campos eléctricos y magnéticos son dos entidades separadas. Solamente hacia el final,
ambas entidades son amalgamadas por la Relatividad Especial y la transformación de
Lorentz.
En tercer lugar, la Teorı́a Electromagnética resulta particularmente atrayente como
primer curso de Fı́sica Teórica debido a que se pone en evidencia que los campos tienen
propiedades que usualmente se han venido asociando exclusivamente a la materia. Como
veremos, los campos tienen energı́a, cantidad de movimiento, impulso angular ... es de-
v
cir, son conceptos dinámicos, entes con tanto derecho a la existencia como las partı́culas
materiales y no un concepto matemático que ayuda a entender la fı́sica, como sucede por
ejemplo en el caso del campo de velocidades en un fluido o el campo de temperaturas en
un medio material, donde estos campos son simplemente una función de las coordenadas
espaciales y del tiempo. Y resulta que en la parte estática el concepto de campos es en
realidad superfluo. Toda la electrostática está contenida en principio en la ley de Coulomb
para la fuerza entre dos cargas y en la ley de superposición. De la misma manera, toda la
magnetostática está contenida en la ley de Ampère para la fuerza entre dos corrientes. La
división de la ley de Coulomb como “carga produce campo” más “campo actúa sobre otra
carga”, puede ser conveniente pero desde el punto de vista conceptual no es para nada
necesaria. Lo mismo es aplicable a la división de la ley de Ampère en “corriente estacio-
naria produce campo” más “campo actúa sobre otra corriente estacionaria”. El concepto
de campo adquiere su verdadera importancia solamente en el caso de fenómenos variables
en el tiempo, donde surge como una necesidad para preservar las leyes de conservación
de la energı́a y del impulso.
Más allá de la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo, la electrostáti-
ca, la magnetostática y la “amalgama” dinámica de campos electromagnéticos se pueden
unificar bajo una idea que, siguiendo a Sommerfeld, podrı́amos llamar problema de la
suma. En el problema de la suma todo se reduce a sumar (integrar) sobre distribuciones
de fuentes (cargas y corrientes) conocidas. En contraste con el problema de la suma,
hay muchos problemas, llamados problemas de valores de contorno (o de condiciones de
frontera o de borde), donde hay medios materiales o contornos que contienen distribucio-
nes de cargas y corrientes desconocidas En estos casos tenemos que ingeniárnoslas para
conocer los campos en todo lugar e instante.
Como ejemplo tı́pico de problema de valores de contorno consideremos una distribución
de cargas conocida frente a un conductor conectado a tierra o a una baterı́a. En este
caso las cargas en el conductor no se conocen, justamente dependen del voltaje de la
baterı́a y de la distancia entre el conductor y las fuentes conocidas. Cualquier problema
de interacción de radiación con cuerpos materiales también es un problema de valores de
contorno, donde las fuentes externas sólo se conocen a través de los campos incidentes,
mientras que las fuentes inducidas en el cuerpo material son en principio desconocidas,
sólo se conocen a posteriori porque dependen del valor del campo total. En los cursos
elementales se estudian problemas que son por lo general problemas de suma. En cambio,
en un curso avanzado como Fı́sica Teórica 1, además de los problemas del primer tipo, hay
que aprender métodos nuevos, especialmente adecuados para los problemas del segundo
tipo. Estos métodos, como el de la función de Green, el de imágenes o el de separación
de variables, son importantes en toda la Fı́sica Teórica, no solamente en electrodinámica,
aunque tradicionalmente le toca a Fı́sica Teórica 1 introducirlos.
Si bien el campo de aplicación de la electrodinámica clásica es muy amplio, no es
infinito. Otra motivación de abandonar la manera tradicional de enseñanza es poder
incluir un panorama resumido de dónde están los lı́mites conocidos de aplicación de la
teorá, impuestos por la mecánica cuántica. En cuanto a los lı́mites desconocidos, estarán
vi
Presentación IV
1. De la observación a la teorı́a 1
1.1. La base experimental de la teorı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Ecuaciones macroscópicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Expresiones integrales de las EM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
1.4. Condiciones de contorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.5. Relaciones constitutivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.6. Relaciones constitutivas lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.7. Linealidad y superposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.8. Modelo de Lorentz-Drude . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.8.1. Dispersión anómala y absorción resonante . . . . . . . . . . . . . 15
1.8.2. Comportamiento a bajas frecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.8.3. σ versus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.8.4. Comportamiento a altas frecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.9. Causalidad y dispersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.10. Extensión analı́tica a frecuencias complejas . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.11. Relaciones de Kramers-Kronig . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.12. Fuentes libres e inducidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.13. Respuesta no lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.14. Propiedades mecánicas de los campos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.14.1. Conservación local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
vi
ÍNDICE GENERAL vii
Bibliografı́a 40
Bibliografı́a 78
3. Problemas de frontera 79
3.1. Preexistentes inductores vs adicionales inducidos . . . . . . . . 80
3.2. Conservación de la frecuencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
ÍNDICE GENERAL ix
Bibliografı́a 109
Bibliografı́a 129
Capı́tulo 1
De la observación a la teorı́a
1
2 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
las ecuaciones electromagnéticas. Maxwell fue un genio que además de su inmenso aporte
a la unificación electromagnética fue uno de los creadores de la mecánica estadı́stica y de
la teorı́a cinética y que si no hizo más cosas fue porque murió a las 48 años. En opinión
de Richard P. Feynman (The Feynman Lectures on Physics, Volume II), el trabajo de
Maxwell será recordado como el acontecimiento más importante del siglo XIX:
From a long view of the history of mankind - seen from, say, ten
thousand years from now - there can be little doubt that the most
significant event of the 19th century will be judged as Maxwell’s dis-
covery of the laws of electrodynamics. The American Civil War will
pale into provincial insignificance in comparison with this important
scientific event of the same decade.
~ + ~v × B)
F~ = q(E ~ . (1.1)
c
donde c es la velocidad de la luz en el vacı́o. Estamos usando un concepto ideal, el de
carga puntual, es decir: un cuerpo cargado, de dimensiones extremadamente pequeñas
en comparación con la distancia tı́pica en la que se observan variaciones de campo. Las
~ x, t) y B(~
cantidades E(~ ~ x, t) son funciones vectoriales de las coordenadas y el tiempo: el
campo eléctrico y el campo magnético (a veces también llamado inducción magnética)
respectivamente. Estas funciones describen totalmente el campo electromagnético en el
vacı́o y dependen de la distribución de fuentes que como sabemos son las cargas y las
corrientes. El comportamiento de E(~ ~ x, t) y B(~
~ x, t) está regido por las ecuaciones de
Maxwell que, en el vacı́o y en el sistema cgs de unidades, se pueden enunciar como
el siguiente sistema de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales
~
∇ ~ x, t) = − 1 ∂ B (~x, t) ,
~ × E(~ (1.2)
c ∂t
1 ∂ ~
E 4π ~
~ × B(~
∇ ~ x, t) = (~x, t) + J(~x, t) , (1.3)
c ∂t c
~ · B(~
∇ ~ x, t) = 0 , (1.4)
~ · E(~
∇ ~ x, t) = 4πρ(~x, t) , (1.5)
corrientes son producidas por el movimiento de las cargas. En una región con portadores
discretos (electrones, iones, etc.), la corriente resulta
X
J~ = ni qi~vi (1.6)
i
J~ = ρ~v . (1.7)
~ · J~ + ∂ρ = 0 .
∇ (1.9)
∂t
Esta expresión se conoce como ecuación de continuidad. Observar que cuando decimos
que en todo experimento la carga eléctrica neta se conserva, en realidad queremos decir
que si la carga neta en un volumen V aumenta (disminuye), esto se debe a que hay un
flujo de corriente que entra (sale) por las paredes que rodean a V y esto nos lleva a la
expresión integral (1.85) o a la expresión diferencial (1.9). Tomando divergencia en ambos
miembros de la ecuación de Ampère-Maxwell (1.3), recordando que la divergencia de un
rotor es nula, intercambiando el orden de derivadas espaciales y temporales y usando la
ley de Gauss (1.5), es fácil ver que la ecuación de continuidad (1.9) está contenida en las
ecuaciones de Maxwell.
Reconocemos los siguientes resultados experimentales:
1.2. ECUACIONES MACROSCÓPICAS 5
Las ecuaciones macroscópicas sin fuentes, (1.10) y (1.12) se escriben igual que las corres-
pondientes ecuaciones microscópicas (1.2) y (1.4). Los nuevos campos D(~ ~ x, t) y H(~
~ x, t)
~ ~
son modificaciones introducidas a E(~x, t) y B(~x, t) por las densidades de polarización y
de magnetización, P~ y M
~ respectivamente:
~ = E
D ~ + 4π P~ , (1.14)
~ = B
H ~ − 4π M~ . (1.15)
A estas ecuaciones debemos agregar ahora las relaciones constitutivas del medio material
~ = D(
D ~ E,
~ B)
~ , (1.16)
~ = H(
H ~ E,
~ B)
~ , (1.17)
para la corriente de conducción J~c asociada con los portadores de carga del propio medio.
Las dependencias con E ~ yB~ indicadas en las relaciones (1.16) - (1.18) pueden incluir la
historia previa, como sucede en materiales ferromagnéticos que exhiben histéresis. Esto
quiere decir que las ecs. (1.16) - (1.18) no son necesariamente funciones en el sentido
matemático.
~ · n̂ da = 0 ,
B (1.20)
S
C, usando la regla del tirabuzón. Integrando miembro a miembro el flujo superficial de las
ecuaciones (1.10) y (1.11) a través de la superficie abierta S, se obtienen las siguientes
expresiones integrales de la ley de Ampére-Maxwell y de la ley de inducción de Faraday
I
1
Z ~
∂D
H ~ =
~ · dl [4π J~L + ] · n̂ da , (1.21)
C c S ∂t
I Z ~
E ~ = − 1
~ · dl ∂B
· n̂ da . (1.22)
C c S ∂t
∂
Si en el sistema de referencia usado C es un contorno fijo, el operador ∂t
puede salir de
la integral
I Z
~ ~ 1 ∂ ~ · n̂ da ,
E · dl = − B (1.23)
C c ∂ t S
~ en la expresión integral de
Un comentario similar vale para las variaciones de flujo de D
la ley de Ampére-Maxwell (1.21).
Z h i
~ 3 0 0 0 0 ~ 0 0 0 0 ~ 0 0
H(~x, t) = d x dt ζ̌EB (~x , t ) · E(~x − ~x , t − t ) + ν̌EB (~x , t ) · B(~x − ~x , t − t ) (1.30)
donde ε̌EB (~x, t), ξˇEB (~x, t), ζ̌EB (~x, t) y ν̌EB (~x, t) son tensores de segundo orden, que se
pueden representar con matrices de 3 × 3. La no–localidad temporal se refiere a que en
el instante t los campos inducidos D ~ yH ~ (y obviamente también las fuentes inducidas),
dependen de los valores de E ~ y B ~ en todos los instantes t0 anteriores a t. De manera
similar, la no–localidad espacial se refiere al hecho de que en la posición ~x, los campos D ~
yH ~ (y las fuentes inducidas) dependen de los valores de E ~ yB~ en puntos vecinos ~x 0 .
que tienen la forma de convoluciones entre los tensores constitutivos y los campos. Y
como la transformada de Fourier de la convolución de dos funciones es proporcional al
producto de las transformadas de Fourier de cada una de las funciones (la constante de
proporcionalidad depende de la normalización especı́fica empleada para definir la trans-
formada de Fourier), entonces resulta muchı́simo más cómodo y conveniente manejar las
relaciones constitutivas de los medios lineales en el dominio de la frecuencia angular ω y
del vector de onda k, las variables de Fourier conjugadas a la coordenada temporal t y a
la coordenada espacial ~x respectivamente. Vemos que para medios espacialmente locales,
12 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
sólo la frecuencia angular ω resulta relevante. Una vez aclarado este punto, tomamos las
transformadas de Fourier temporales de las ecuaciones (1.31) y (1.32) para ası́ llegar a que
las relaciones constitutivas de un medio lineal y espacialmente local tienen la siguiente
forma
~ ω (~x) =εEB (~x, ω) · E
D ~ ω (~x) + ξEB (~x, ω) · B
~ ω (~x) (1.33)
~ ω (~x) =ζEB (~x, ω) · E
H ~ ω (~x) + νEB (~x, ω) · B
~ ω (~x) (1.34)
con E~ ω (~x), B
~ ω (~x), D
~ ω (~x) y H
~ ω (~x) las transformadas de Fourier temporales de los campos
electromagnéticos y εEB (~x, ω), νEB (~x, ω), ξEB (~x, ω) y ζEB (~x, ω) proporcionales (a través
del factor que corresponda en el teorema de convolución) a las transformadas de Fou-
rier temporales de los tensores constitutivos ε̌EB (~x, t0 ), ν̌EB (~x, t0 ), ξˇEB (~x, t0 ) y ζ̌EB (~x, t0 )
respectivamente.
Por convención escribiremos la dependencia temporal de cualquier cantidad F (~x, t) en
términos de su transformada de Fourier Fω (~x) de la siguiente manera
Z ∞
F (~x, t) = Fω (~x) e−i ωt dω , (1.35)
−∞
es decir, con un factor −i en la exponencial y sin ningún factor 2π. Ası́ la trasformada
se escribe como una integral con un factor +i en la exponencial y dividida por 2π y
la constante que aparece en el teorema de convolución vale 2π. Multiplicando ambos
miembros de las ecs. (1.33) y (1.34) por el factor e−i ωt queda claro que la relación entre
campos “secundarios” y “primarios” se cumple punto a punto y en cada instante de
tiempo solamente en el dominio frecuencial y para medios espacialmente locales. Notar
que en el dominio frecuencial las dependencias temporales son armónicas y debido a los
factores complejos los campos “primarios” y “secundarios” no están necesariamente en
fase.
La ecuaciones (1.33) y (1.34) (y todas las relaciones constitutivas dadas hasta ahora)
~ y B,
fueron escritas en términos de E ~ para poner en evidencia el papel de estos campos
como campos fundamentales o primitivos y el papel de D ~ yH ~ como campos derivados
o inducidos (representación EB, o de Boys–Post). Por razones históricas, en la práctica
también se usan otras representaciones, como la de Tellegen
~ ω (~x) = εEH (~x, ω) · E
D ~ ω (~x) + ξEH (~x, ω) · H
~ ω (~x) (1.36)
~ ω (~x) = ζEH (~x, ω) · E
B ~ ω (~x) + µEH (~x, ω) · H
~ ω (~x) (1.37)
con nuevos tensores constitutivos εEH (~x, ω), µEH (~x, ω), ξEH (~x, ω) y ζEH (~x, ω) que son
las transformadas de Fourier temporales de sus correspondientes tensores constitutivos
Tellegen ε̌EH (~x, t), ξˇEH (~x, t), ζ̌EH (~x, t) y µ̌EH (~x, t) que pueden obtenerse en términos de
los tensores BP.
El medio material por excelencia que se trata en la inmensa mayorı́a de textos de
electromagnetismo es el medio dieléctrico lineal, aquiral e isótropo, en donde P~ es paralelo
1.7. LINEALIDAD Y SUPERPOSICIÓN 13
aE~ yM ~ es paralelo a B
~ y en este caso las relaciones constitutivas toman la simple forma
que se ve en Fı́sica 3
~ ω (~x) = ε(~x, ω)E
D ~ ω (~x) (1.38)
~ ω (~x) = µ(~x, ω)H
B ~ ω (~x) (1.39)
con ε la permitividad eléctrica y µ la permeabilidad eléctrica. Es claro que en el vacı́o
ε = 1 y µ = 1 (en el sistema de unidades gaussiano que estamos usando ε y µ no
tienen unidades, E~ yD~ tienen las mismas unidades y también B ~ yH~ tienen las mismas
unidades). Si el medio es conductor, al medio conductor se le suele agregar la ley de Ohm
~ ω (~x)
J~ω(cond) (~x) = σ(~x, ω) E (1.40)
con σ la conductividad eléctrica. Para medios isótropos pasivos con pérdidas, y como
consecuencia de la convención de signos usada para la exponencial en la ec. (1.35), es
posible probar mediante consideraciones energéticas que los parámetros constitutivos ε y
µ caen en el semiplano superior del plano complejo mientras que σ cae en el semiplano
derecho del plano complejo.
No puede afirmarse lo mismo para campos y fuentes libres en un medio material. Esto es
ası́ porque si bien las ecuaciones de Maxwell en un medio material aparentan formalmente
ser un sistema lineal, para que valga el principio de superposición es necesario que el medio
se comporte linealmente, es decir que las ecuaciones constitutivas sean lineales.
De lo dicho anteriormente se desprende que si en una región del vacı́o se cruzan los
haces provenientes de dos fuentes láser distintas, en dicha región se suman los campos
electromagnéticos individuales, sin modificarse la propagación de ambos haces (no habrı́a
efecto espada láser de Star Wars). Sin embargo, en Electrodinámica Cuántica se predice
un lı́mite a partir del cual el campo electromagnético en el vacı́o se comporta de manera
no lineal. Esto sucede cuando la energı́a combinada de dos fotones es capaz de crear
materia, como un par electrón-positrón. Este lı́mite, conocido como lı́mite de Schwinger ,
corresponde a un valor de campo eléctrico
m2e c3 m 2 c3
ES = ' 1.32 × 1018 V/m,ES = e ' 1.32 × 1018 V/m, (1.41)
qe ~ qe ~
donde me es la masa del electrón, qe la carga elemental y ~ la constante de Planck
reducida.
14 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
F~ω = −e(E~ ω + ~v × B~ ω) , ~v =
d~x
c dt
Un tratamiento más detallista deberı́a modificar F~ω para incluir los campos efectivos per-
cibidos por el electrón debido los campos de átomos vecinos (efecto menos importante
cuanto menos denso sea el material, en gases por ejemplo). También serı́a interesante po-
der explicitar los valores de ω0 y ν, un camino que nos llevarı́a a incluir la masa efectiva del
sistema electrón-núcleo y la constante elástica de la fuerza restauradora experimentada
para pequeños desplazamientos. Pero para entender los mecanismos básicos del compor-
tamiento de la materia en presencia de campos electromagnéticos tantos detalles no son
necesarios y tomaremos este modelo como un modelo “de juguete”, con parámetros feno-
menológicos (ω0 , ν, campos efectivos, etc.) que serán ajustados para que coincidan con
las respuestas medidas. Como |B| ~ ≈ |E|
~ y el movimiento del electrón ligado es no relati-
vista, |~v |/c 1, despreciamos la parte magnética en la fuerza de Lorentz y la ecuación
de movimiento queda
d2~x d~x e ~ −i ωt
2
+ν + ω02~x = − E ωe . (1.42)
dt dt m
La solución estacionaria es ~xω e−i ωt , con
e ~ω
E
~xω = − 2
.
m ω0 − ω 2 − iνω
1.8. MODELO DE LORENTZ-DRUDE 15
e2 ~ω
E
P~ω = N p~ω = N ~ω ,
= χ(ω)E (1.43)
m ω02 − ω 2 − iνω
con χ(ω) la susceptibilidad eléctrica. En cambio, si el átomo tiene Z electrones que pue-
den ser perturbados por los campos inductores y éstos Z electrones no tienen todos las
mismas fuerzas elásticas y disipativas,
P sino que los fj de la clase j tienen parámetros
fenomenológicos ωj , νj , con f
j j = Z, entonces la contribución de todos ellos a la
polarización por unidad de volumen es
e 2 X fj E~ω
P~ω = N ~ω ,
= χ(ω)E (1.44)
m j
ωj2 − ω 2 − iνj ω
con χ(ω)
e2 X fj
χ(ω) = N 2
. (1.45)
m j ωj − ω 2 − iνj ω
e2 X fj
(ω) = 1 + 4πχ(ω) = 1 + 4πN 2
, (1.46)
m j ωj − ω 2 − iνj ω
también es compleja, (ω) = R (ω) + iI (ω), indicando un desfasaje entre D ~ ω = (ω)E
~ω
yE~ ω . Cuando el problema se resuelve en el marco de la mecánica cuántica, también se
obtiene el resultado 1.46, pero reinterpretando las cantidades fj , ωj y νj .
Para frecuencias menores que la menor frecuencia de resonancia todos los términos en
la sumatoria de 1.46 son positivos y (ω) > 1. Aumentando la frecuencia, cada vez que
16 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
Figura 1.2: (ω) calculado con la expresión (1.46), parámetros Z = 2, f1 = f2 = 1, ω1 = 2 1012 s−1 ,
ω2 = 4 1012 s−1 , ν1 = .2 1012 s−1 , ν2 = .04 1012 s−1 y A = 4πN e2 /m = 2 10−12 s.
Las zonas en que (ω) es una función creciente se llaman de dispersión normal mientras
que las zonas en que (ω) es una función decreciente se llaman de dispersión anómala.
Vemos que: i) siempre hay dispersión normal, excepto en las proximidades de una re-
sonancia; y ii) I es apreciablemente distinto de cero solamente cuando hay dispersión
anómala. Veremos que si I > 0 los campos entregan energı́a al medio, por eso la zona de
dispersión anómala también se conoce como zona de absorción resonante.
~
~ ω = 4π J~ + 1 ∂ Dω = 4π σ E
~ ×H
∇ ~ ω − i ω b E
~ ω = −i ω (b + i 4πσ ) E
~ω . (1.48)
c c ∂t c c c| {z ω }
(ω)
Si en vez de separar las contribuciones de los electrones libres (σ) y ligados (b ) atri-
buimos todas las propiedades de polarización a la permitividad eléctrica se otendrı́a
una expresión idéntica, excepto que el término entre paréntesis serı́a reemplazado por .
Comparando con 1.47 llegamos a la siguiente identificación
4πσ 4πN e2 f0
= ,
ω mω(ν0 − iω)
es decir
N e 2 f0
σ= . (1.49)
m(ν0 − iω)
Este resultado fue obtenido por Drude (1900). N f0 es el número de electrones libres por
unidad de volumen. Para el cobre N f0 ≈ 1028 y ν0 ≈ 4 1013 s−1 . Esto quiere decir que para
este material (y tı́picamente para todos los metales) la conductividad a bajas frecuencias
es esencialmente real e independiente de la frecuencia, con la corriente en fase con el
campo. Este comportamiento se observa hasta más allá de las microondas, ω ≈ 1011 s−1 .
A mayores frecuencias la conductividad es compleja y varı́a con ω de la forma indicada
por 1.49.
1.8.3. σ versus
El lado derecho de la ecuación (1.48) muestra que para medios lineales todas las contri-
buciones a la densidad de corriente no asociadas con fuentes externas vienen representadas
por un término proporcional a la transformada de Fourier temporal del campo eléctrico
~ ω (~x). También muestra que la corriente de desplazamiento y la corriente proveniente
E
de la ley de Ohm y producida por los portadores tienen formalmente la misma categorı́a
porque ambas están incluidas en la cantidad
i 4π σ(~x, ω)
ε(~x, ω) = εb (~x, ω) + , (1.50)
ω
que entonces juega el papel de una constante dieléctrica o permitividad efectiva a la que se
le pueden atribuir todas las propiedades constitutivas del medio conductor. En frecuencias
altas, la distinción entre conductores y aislantes es artificial y las propiedades constitutivas
del medio pueden representarse con una permitividad eléctrica compleja (ω) o con una
permitividad eléctrica compleja b (ω) y una conductividad compleja σ(ω). La constante
dieléctrica efectiva no distingue entre corrientes de conducción y de polarización, lo cual
18 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
refleja el hecho fı́sico de que para campos oscilantes no existe diferencia fundamental
entre conductores y dieléctricos. Esto es ası́ porque en un movimiento oscilatorio todas las
cargas están localizadas, la separación entre corriente libre y de conducción es imposible
y la única combinación que tiene sentido es la suma de ambas. Justamente la segunda
contabilidad se basa en nunca considerar corrientes libres en un conductor y usar como
constante dieléctrica la constante efectiva, como se hizo en el modelo de Lorentz. Hay que
tener cuidado porque es común usar el mismo sı́mbolo ε(~x, ω) tanto para el parámetro
constitutivo asociado solamente con cargas de polarización ligadas como para la constante
efectiva representada por la ec. (1.50). Para no equivocarse hay que recordar que se trata
de dos maneras de hacer contabilidad y que ambas maneras difieren en cómo se trata el
movimiento de los portadores de cargas.
4πN Ze2
ωp2 = , (1.52)
m
que depende del número N Z de electrones por unidad de volumen. En medios con pre-
dominio de electrones libres y baja disipación (todos los ωj y los νj cero) 1.51 vale en un
gran rango de frecuencias, incluyendo ω < ωp . Es el caso de la ionósfera o de plasmas
poco densos. Para ω < ωp , < 0, mientras que para ω > ωp , > 0.
La alta reflectividad de los metales a frecuencias ópticas y aún mayores se debe a un
comportamiento similar al del plasma poco denso. La permitividad eléctrica del metal
viene dada por 1.47, que para frecuencias ω ν0 se puede aproximar por
ωp2
(ω) = b (ω) − , (1.53)
ω2
con ωp ahora la frecuencia de plasma asociada con los electrones de conducción.
~ x, t). Del lado derecho escribimos ε(~x, ω), producto del factor 2π que
izquierdo resulta D(~
viene de la convolución por la transformada de ε̌(~x, t0 ), como
Z ∞
0
ε(~x, ω) = ε̌(~x, t0 ) ei ωt dt0 , (1.54)
−∞
Cuando se pasa la ec. (1.39) del dominio frecuencial al temporal, se obtiene un resultado
análogo
Z ∞
~
B(~x, t) = ~ x, t − t0 ) dt0 .
µ̌(~x, t0 ) H(~ (1.56)
−∞
Las expresiones (1.55) y (1.56) enfatizan que las sencillas relaciones constitutivas repre-
sentadas por las ecs. (1.38) y (1.39) no son válidas instante a instante, independientemente
de la dependencia temporal involucrada, sino que solamente son válidas en el dominio
frecuencial. Y esto es ası́ porque más allá de las leyes de la electrodinámica, en cualquier
sistema lineal y causal la relación entre una magnitud fı́sica considerada causa C(t) y otra
magnitud fı́sica considerada efecto E(t) se escribe siempre en la forma
Z ∞
E(t) = G(t, t0 ) C(t0 ) dt0 , (1.57)
−∞
que tiene la forma de las convoluciones de las eqs. (1.31) y (1.32). Observemos que en las
eqs. (1.31) y (1.32) ya estaba incluida la hipótesis de medios temporalmente invariantes:
implı́citamente habı́amos supuesto que las propiedades del medio eran independientes del
tiempo.
Vemos que expresiones como (1.55) y (1.56) son manifestaciones de la causalidad: en la
representación que estamos usando, E(~ ~ x, t) es la causa para el efecto D(~
~ x, t), con función
~ x, t) es la causa (al menos matemáticamente
de transferencia ε̌(~x, τ ) Análogamente, H(~
hablando, fı́sicamente es al revés) para el efecto B(~ ~ x, t), con función de transferencia
µ̌(~x, τ ). Es interesante notar que ε(~x, ω) y µ(~x, ω), proporcionales a las transformadas
de Fourier de las funciones de transferencia ε̌(~x, τ ) y µ̌(~x, τ ), son también funciones de
transferencia en el dominio frecuencial, ya que, según (1.38) y (1.39), representan el
cociente entre efecto y causa. Esta es una consecuencia general de la relación causal
(1.58), que implica que e(ω) = g(ω) c(ω), con c(ω) la transformada de Fourier de la
20 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
Esta propiedad permite representar magnitudes reales de manera sencilla sin invocar
frecuencias negativas de la siguiente manera
Z 0 Z ∞
−iωt
C(t) = c(ω) e dω + c(ω) e−iωt dω
Z−∞ ∞
0
Z ∞
0 iω 0 t 0
= c(−ω ) e dω + c(ω) e−iωt dω
0 0
Z " ∞
#
= c(ω) e−iωt + c∗ (ω) eiωt dω . (1.63)
0
entonces
Z ∞ Z ∞
iθ(ω) −iωt −iθ(ω) iωt
C(t) = r(ω) e e +e e dω = r(ω) cos[θ(ω) − ωt] dω , (1.64)
0 0
una expresión que si bien no invoca frecuencias negativas, exige desempaquetar la ampli-
tud compleja c(ω) en dos magnitudes reales, la amplitud r(ω) y la fase θ(ω).
1.10. EXTENSIÓN ANALÍTICA A FRECUENCIAS COMPLEJAS 21
donde el contorno C está formado por: C1 ) una recta sobre el eje real desde −∞ hasta
ω − , con → 0; C2 ) una semicircunferencia de radio con centro en ω que penetra en el
semiplano superior; C3 ) de nuevo el eje real desde ω + hasta ∞ y C4 ) una circunferencia
de radio R → ∞ que finalmente encierra el semiplano superior. Supongamos que g(ω) no
tiene singularidades sobre el eje real, tal como es el caso de la susceptibilidad eléctrica χ(ω)
dada por la expresión 1.45 para materiales sin electrones libres, aunque el tratamiento que
veremos a continuación puede luego también extenderse a este caso. Con esta hipótesis,
0 0
el integrando g(ω )/( ω − ω ) no tiene singularidades ni en en el contorno C ni en su
interior. Entonces, según el teorema de Cauchy-Goursat, la integral debe ser nula
I 0 Z Z Z Z
g(ω ) 0
0 dω = + + + =0.
C ω −ω C1 C2 C3 C4
Para la susceptibilidad eléctrica χ(ω) (ec. 1.45) de materiales sin electrones libres la
integral sobre C4 tiende a cero cuando R → ∞, pues g(ω) → 1/R2 y entonces la integral
es del orden de 2πR/R3 . En otros sistemas para los cuales la integral sobre C4 no tiende
a cero cuando R → ∞, existe un procedimiento alternativo llamado substracción que
permite llegar a resultados similares a los que veremos a continuación. Con esta nueva
hipótesis, y teniendo en cuenta que la suma de las integrales sobre C1 y C3 tiende al valor
principal de Cauchy
Z ω− 0 Z ∞ 0 Z ∞ 0
lı́m g(ω ) 0 lı́m g(ω ) 0 g(ω ) 0
0 dω + 0 dω = P 0 dω ,
→ 0 −∞ ω − ω → 0 ω+ ω − ω −∞ ω − ω
tenemos que
Z ∞ 0 Z 0
g(ω ) 0 lı́m g(ω ) 0
P 0 dω + 0 dω = 0 .
−∞ ω −ω →0 C2 ω −ω
Sobre C2 se puede hacer la siguiente parametrización
0
ω − ω = ei φ , con φ desde π hasta 0 ,
0
con lo cual dω = i ei φ dφ y la integral sobre C2 resulta −iπg(ω). Finalmente, resulta
Z ∞ 0
g(ω ) 0
P 0 dω − iπg(ω) = 0 ,
−∞ ω − ω
y entonces
Z ∞ 0
1 g(ω ) 0
g(ω) = P 0 dω . (1.65)
iπ −∞ ω −ω
Esta es una expresión para g(ω) en términos de una integral que también contiene a g(ω).
Lo más interesante para nosotros es la existencia del factor 1/i, que muestra la ı́ntima
relación que existe entre la parte real e imaginaria de g(ω) = gR (ω) + igI (ω)
Z ∞ 0
1 gI (ω ) 0
gR (ω) = P 0 dω , (1.66)
π −∞ ω − ω
1.11. RELACIONES DE KRAMERS-KRONIG 23
Z ∞ 0
1 gR (ω ) 0
gI (ω) = − P 0 dω . (1.67)
π −∞ ω −ω
Para causa C(t) y efecto E(t) reales, c(ω) = c∗ (−ω), e(ω) = e∗ (−ω), luego g(ω) =
e(ω)/c(ω) satisface g(ω) = g∗ (−ω) y entonces su parte real gR (ω) es una función par y
su parte imaginaria gI (ω) es una función impar. En este caso las expresiones anteriores
se reescriben exclusivamente en términos de frecuencias positivas
Z ∞ 0 0
2 ω gI (ω ) 0
gR (ω) = P 02
dω , (1.68)
π 0 ω −ω 2
Z ∞ 0
2ω gR (ω ) 0
gI (ω) = − P 02
dω . (1.69)
π 0 ω −ω 2
~ · J~L + ∂ρL = 0 ,
∇ (1.72)
∂t
de donde concluimos que las fuentes ligadas ρa = ρT − ρL y J~a = J~T − J~L también
satisfacen una ecuación de continuidad. El subı́ndice a (a de atómico) para las fuentes
ligadas recuerda que se trata de fuentes que provienen de la naturaleza atómica de la
materia.
~ y rotor en la defi-
Aplicando divergencia en la definición (1.14) del campo inducido D
~
nición (1.15) del campo inducido H se obtiene que las fuentes ligadas vienen dadas por
las siguientes expresiones
~ · P~
ρa = −∇ (1.73)
~
J~a = c ∇ ~ + ∂P .
~ ×M (1.74)
∂t
(m)
donde cada término P~N L (~x, t) depende de potencias m−ésimas de los campos, resulta
ZZ
(2)
P~NL (~x, t) = ~ x, t − t1 ) E(~
χ̌E (~x, t1 , t2 ) · E(~ ~ x, t − t2 ) dt1 dt2
ZZZ
(3) ~ x, t − t1 ) E(~
~ x, t − t2 )E(~
~ x, t − t3 ) dt1 dt2 dt3 + · · ·
+ χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) · E(~ (1.76)
1.13. RESPUESTA NO LINEAL 25
(2) (3)
donde χ̌E (~x, t1 , t2 ) y χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) se conocen respectivamente como susceptibilida-
des lineales de segundo y tercer orden. Si bien la transformada de Fourier evitaba la
convolución temporal para la parte lineal P~L , ahora no simplifica el tratamiento de las
polarizaciones de orden mayor. Esto es ası́ porque cada integrando E(~ ~ x, t − t0 ) en (1.76)
(2)
es una integral de Fourier de la forma (1.35). Entonces, el término cuadrático P~N L (~x, t)
en la eq. (1.76) se escribe
ZZ Z Z
~ (2) (2) ~ −i ω1 (t−t1 ) ~ ω2 (~x)e−i ω2 (t−t2 ) dω2 dt1 dt2 . (1.77)
PNL (~x, t) = χ̌E (~x, t1 , t2 ) · Eω1 (~x)e dω1 E
Integrando primero sobre las variables dt1 y dt2 y tomando la transformada de Fourier
temporal de la función resultante, se obtiene una expresión para la componente armónica
(2)
de P~N L (~x, t) ZZ
~ (2) (2) ~ ω1 (~x) E
~ ω2 (~x) dω1 dω2 ,
P =
NL ω χ (~x, ω; ω1 , ω2 ) · E
E (1.78)
(2) ~ ω1 E
~ ω2 es
donde el tensor χE (~x, ω; ω1 , ω2 ) que multiplica a la dı́ada E
(2) (2)
χE (~x, ω; ω1 , ω2 ) = χE (~x, ω1 , ω2 ) δ(ω − ω1 − ω2 ) (1.79)
con
ZZ
(2) (2) 0 00 t )
χE (~x, ω1 , ω2 ) = χ̌E (~x, t1 , t2 ) ei (ω t1 +ω 2
dω1 dω2 . (1.80)
(3) ~ ω1 E
~ ω2 E
~ ω3
donde el tensor tridimensional χE (~x, ω; ω1 , ω2 , ω3 ) que multiplica a la trı́ada E
es
(3) (3)
χE (~x, ω; ω1 , ω2 , ω3 ) = χE (~x, ω1 , ω2 , ω3 ) δ(ω − ω1 − ω2 − ω3 ) (1.83)
con
ZZ
(3) (3)
χE (~x, ω1 , ω2 , ω3 ) = χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) ei (ω1 t1 +ω2 t2 +ω3 t3 ) dω1 dω2 dω3 . (1.84)
La polarización nolineal de segundo orden definida en la eq. (1.78) causa diversos fenóme-
nos de mezclado de campos variables con distinta frecuencia tales como la rectificación
óptica (generación de campos quasi-estáticos a una frecuencia que es la diferencia entre
26 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
(2)
las frecuencias de dos campos con frecuencias muy similares, χE (~x, ω ≈ 0; ω1 , ω2 ≈ −ω1 )
es la susceptibilidad relevante), generación de segunda armónica (generación de campos a
(2)
una frecuencia doble, χE (~x, ω = 2ω1 ; ω1 , ω1 ) es la susceptibilidad relevante), o generación
de suma y diferencia (se obtienen campos con una frecuencia igual a la suma o a la dife-
(2)
rencia de la frecuencia de los campos de entrada, intervienen χE (~x, ω = ω1 ± ω2 ; ω1 , ±ω2 )
es la susceptibilidad relevante).
No es casual que las primeras observaciones sistemáticas de fenómenos no lineales
hayan sido desencadenadas por la construcción de los primeros láseres. El fenómeno de
generación de segundo armónico óptico, por ejemplo, fue observado en 1961 cuando se
obtuvo luz verde al exponer una muestra de cuarzo a la luz infrarroja proveniente de un
láser de rubı́ (el primer láser, fabricado en mayo de 1961, era de rubı́).
El concepto de campo, entendido como una función de las coordenadas espaciales y del
tiempo, aparece en muchas ramas de la fı́sica y si bien puede resultar conveniente, por lo
general no siempre es imprescindible para interpretar los diversos fenómenos. Es lo que
sucede en electrostática y en magetostática, donde la división de la ley de Coulomb en
la suma de dos esquemas, “carga produce campo” mas“campo actúa sobre otra carga”,
no es necesario desde el punto de vista conceptual. Lo mismo es aplicable a la división
de la ley de Ampère en la suma de esquemas “corriente estacionaria produce campo”
más “campo actúa sobre corriente”, esta división no es conceptualmente necesaria. En
electrodinámica, en cambio, el concepto de campo se puede interpretar teóricamente como
una consecuencia necesaria para preservar las leyes de conservación en sistemas mecánicos
de partı́culas cargadas. Y esta es otra buena razón para zambullirnos en la parte dinámica
desde un principio, sin pasar antes obligatoriamente por la parte estática. Veremos a
continuación que los campos en cada región del espacio tienen asociadas propiedades
mecánicas que pueden ser intercambiadas con el entorno y que esto da lugar a “principios”
de conservación (o balances) para magnitudes como la energı́a, la cantidad de movimiento
o el impulso angular de sistemas combinados de campos y partı́culas cargadas.
Los principios de conservación para cualquier magnitud fı́sica deben ser locales, es
decir, tienen que valer en cualquier región, por pequeña que sea. Por ejemplo, cuando
decimos que la carga eléctrica neta se conserva, en realidad queremos decir que si aumenta
(disminuye) la carga neta en un volumen V esto se debe a que hay un flujo de corriente que
entra (sale) por las paredes que rodean a V y esto nos lleva a la ecuación de continuidad
(1.9). Esta ecuación tiene dos términos porque no hay fuentes o sumideros de carga, pero
si los hubiera deberı́amos incluir en el balance un tercer término que justamente describa
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 27
cuánta carga se crea o se destruye en cada punto debido a estas hipotéticas fuentes o
sumideros. Si el aumento de carga ( ∂∂ρt > 0) es mayor que el flujo entrante a través de las
~ · J)
superficies lı́mites (−∇ ~ entonces en la región hay fuentes y en vez de igualar a cero
la ecuación anterior, hay que igualarla a una cantidad positiva que represente la carga
aportada por estas fuentes.
Dicho esto, pensemos ahora que hacemos un balance de energı́a electromagnética en un
sistema de partı́culas cargadas. Si la energı́a electromagnética se conservara por sı́ sola,
entonces esperarı́amos que hubiera una ecuación de conservación de la misma forma que
la que acabamos de ver para las cargas, por ejemplo
∂u ~ ~
+∇·S =0 , (1.85)
∂t
donde ∂u/∂ t serı́a la variación temporal de energı́a electromagnética por unidad de vo-
lumen y ∇ ~ ·S~ serı́a el flujo de energı́a electromagnética por unidad de tiempo saliente a
través de las superficies lı́mites. Pero en fı́sica sabemos que la energı́a se transforma y en
estas transformaciones lo que se tiene que conservar es la energı́a total, no solamente la
energı́a electromagnética. De esta manera, esperamos que en la ec. (1.85) haya un tercer
término que justamente tenga en cuenta estas transformaciones, que deben ser vistas como
sumideros o fuentes de energı́a electromagnética. En un sistema con campos y partı́culas
cargadas la única manera en que se podrı́a gastar la energı́a electromagnética serı́a inter-
actuando sobre las partı́culas, es decir realizando trabajo sobre el sistema de partı́culas
cargadas. Entonces esperamos que el principio de conservación (o más adecuadamente, el
balance) de energı́a electromagnética se exprese de la siguiente manera
∂u ~ ·S
~ ,
− =W +∇ (1.86)
∂t
donde W es el trabajo por unidad de tiempo y por unidad de volumen efectuado por los
campos sobre las cargas. Esta ecuación nos dice que la disminución de energı́a electro-
magnética por unidad de tiempo y por unidad de volumen (− ∂u ∂t
) se debe a dos cosas: i) a
un flujo de potencia electromagnética (energı́a por unidad de tiempo) saliente a través de
~ · S);
las superficies lı́mites (∇ ~ y ii) a que los campos gastan su energı́a en realizar trabajo
sobre las cargas.
Las consideraciones hechas para el balance de energı́a siguen siendo válidas para el
balance de otras cantidades mecánicas en cualquier sistema de campos y partı́culas car-
gadas. Por ejemplo, si la componente x de la cantidad de movimiento asociada con los
campos se conservara, en vez de u en (1.85) tendrı́amos px , la densidad de momento lineal
electromagnético por unidad de volumen, y en vez de S~ en (1.85), tendrı́amos otro vector
para representar el flujo de la componente x de momento lineal electromagnético que por
unidad de tiempo y por unidad de superficie sale de la región que estamos considerando.
Pero si los campos gastan su momento lineal x en hacer fuerza sobre las partı́culas, enton-
ces no siempre podremos atribuir una disminución de px a un flujo de momento saliente,
sino que habrá que admitir que puede haber fuentes o sumideros de px , asociados con
28 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
dichas fuerzas. Como el momento lineal es un vector, esperamos encontrar tres vectores
de flujo, uno para cada componente, lo que equivale a decir que esperamos un balance
como en la ec. (1.86), pero con un tensor de flujo, en vez de un vector.
A la ec. (1.85), obtenida a partir de argumentos fı́sicos muy amplios, le falta el ingre-
diente electrodinámico. Este ingrediente es la ley de fuerzas de Lorentz, que dice que la
potencia (trabajo por unidad de tiempo) transferida por los campos E ~ yB~ a una carga
~ y que la potencia por unidad de volumen transferida
que se mueve con velocidad ~v es q~v · E
por los campos a una distribución continua de cargas y corrientes es J~ · E,
~ que representa
una disminución de energı́a electromagnética convertida en otras formas de energı́a, como
mecánica o térmica. Notar que el término magnético de la fuerza de Lorentz, perpendicu-
lar a la velocidad, no contribuye en esta transferencia de potencia. Con este ingrediente
electromagnético, esperamos entonces que el balance de energı́a electromagnética tenga
la forma
∂u
− = J~ · E
~ +∇
~ ·S
~ . (1.87)
∂t
Si bien los campos fueron postulados para explicar las fuerzas de Coulomb y de Am-
pere, las ecuaciones de Maxwell que gobiernan el comportamiento de los campos no dan
información explı́cita sobre las fuerzas o la energı́a del sistema, A continuación vamos a
hacer teorı́a con algunos ingrediente importantes de especulación para ver si es posible
encontrar expresiones adecuadas para u y S. ~ Como todo proceso especulativo en fı́sica,
los resultados quedarán sometidos a la validación experimental.
conocido como vector de Poynting, como el vector que da la potencia electromagnética por
unidad de área que sale de una región a través de sus superficies lı́mites (este vector fue
encontrado independientemente primero por Nikolay Umov en 1874 y luego, en 1884, por
Oliver Heaviside y John Henry Poynting). También parece natural identificar la cantidad
∂u 1 ~ ∂D ~ ~
= (E · +H ~ · ∂B ) , (1.92)
∂t 4π ∂t ∂t
con la variación por unidad de tiempo de la densidad de energı́a electromagnética u
por unidad de volumen. La identificación término a término parece una especulación
tolerable, pero es una especulación al fin. Otra especulación consiste en aceptar (1.91)
como definici’on de S,~ cuando en realidad la ec. (1.90), obtenida a partir de las ecuaciones
de Maxwell, solamente aparece ∇ · S, ~ es decir que S ~ está definido a menos de un rotor.
Claro que cuando se hacen balances en regiones cerradas, solamente está involucrada
la divergencia de S, ~ porque la integral de volumen se transforma en una integral de
superficie, en este caso no hay objeciones. En cambio habrı́a objeciones cuando se usa
(1.91) para calcular flujos de potencia por unidad de área en regiones abiertas. Esta
elección es la más común y su plausibilidad está apoyada por argumentos relativistas y
por la experiencia que hasta el momento indica que las definiciones (1.91) y (1.92) dan
resultados concordantes con las cantidades medidas.
Con las expresiones (1.91) para S ~ y (1.92) para ∂u/∂ t, la ecuación de continuidad
(1.87) recibe el nombre de Teorema de Poynting y establece que localmente la suma de
energı́a mecánica y electromagnética se conserva siempre que J~ = 0.
En el vacı́o
donde
Z
dUm ~ x, t) · E(~
~ x, t)] d3 x
= [ J(~ (1.95)
dt V
(el subı́dice m por mecánico) es la potencia total que los campos entregan a todas las
partı́culas cargadas en el volumen V , Uc es la energı́a de los campos en V y el signo menos
~ para representar el flujo de potencia saliente
en (1.94) está relacionado con la elección de S
del volumen V .
Doble idealización
Un resultado similar al de (1.93) se obtiene para el caso doblemente ideal de una va-
riación temporal puramente armónica en un medio lineal no dispersivo, con εR y µR
independientes de la frecuencia y εI y µI necesariamente iguales a cero (sin pérdidas,
como ya se verá). Caso ideal, primero, porque corresponde a tensores constitutivos ε̌(~x, t)
y µ̌(~x, t) en el análogo de las ecs. (1.29) y (1.30), proporcionales a funciones δ de Dirac
espaciales y temporales. Y caso ideal, segundo, porque nunca se tiene una variación tem-
poral puramente armónica. Pero bueno, idealicemos para entender (1.97) y lo que dicen
muchos libros. Como ya notamos anteriormente, solamente en este caso las ecuaciones
constitutivas (1.38) y (1.39) se cumplen instante a instante y entonces se puede repetir
un procedimiento similar al del vacı́o,
~ ~
~ · ∂ D = ε ∂ (E
E ~ · E)
~ , ~ · ∂ B = µ ∂ (H
H ~ · H)
~ ,
∂t 2 ∂t ∂t 2 ∂t
y en (1.92) se puede identificar u como
1 2 2
u= εE + µH . (1.96)
8π
Si bien no entraremos en detalles, es conveniente saber que esta cantidad admite una
interpretación termodinámica que resulta ser [11] la diferencia entre la energı́a interna
del medio por unidad de volumen, con campos y sin campos, manteniendo la densidad y
la entropı́a del medio constantes.
En medios materiales
En los medios materiales las cosas se complican porque hay que involucrarse con la
estructura atómica. En el mundo macroscópico podemos no hacerlo, pero en ese caso
transferimos nuestra ignorancia a las ecuaciones constitutivas. No es difı́cil convencernos
de que en medios materiales no es por lo general trabajo sencillo integrar temporalmente
(1.92) y obtener una ecuación como (1.93) para u. Primero, porque las cosas se complican
formalmente aún para el caso relativamente simple de un medio lineal y espacialmente
local como el descripto por las ecs. (1.31) y (1.32). Para evitar las convoluciones, se impone
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 31
1n ~ 2
∗
~ ~ −i 2 ωt
o
iω |Hω | µ (ω) − µ(ω) + 2ω Im µ(ω) Hω · Hω e ,
4
y ∂u/∂t queda
∂u ω n ~ 2 ~ 2
~ ~ −i 2 ωt ~ ~ −i 2 ωt
o
(~x, t) = εI |Eω | + µI |Hω | + Im ε Eω · Eω e + µ Hω · Hω e , (1.97)
∂t 8π
donde F~ω (~x), ε(ω, ~x), etc fueron perdiendo sus dependencias funcionales por cuestiones
de espacio.
Los dos primeros términos del lado derecho de la ec. (1.97) son independientes del
tiempo y ası́ tenemos un flujo neto de potencia entrante, que de acuerdo con la primera
ley de la termodinámica corresponde a un aumento de la energı́a del sistema en forma de
32 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
∂u ω n ~ 2 o
~ ω |2 .
Q=h (~x, t)i = εI |Eω | + µI |H (1.98)
∂t 8π
En cambio, los términos entre corchetes cuadrados del lado derecho de la ec. (1.97), tienen
promedio temporal nulo y representan transformaciones cı́clicas de energı́a entre distintos
grados de libertad electromagnéticos. Si tomamos un modelo circuital, los términos con
promedio temporal no nulo representan la potencia disipada en las partes reactivas del
sistema, mientras que los términos con promedio temporal nulo representan la potencia
que oscila entre partes capacitivas e inductivas.
Para medios que en ausencia de campos variables están en equilibrio térmico, conoci-
dos como medios pasivos, la segunda ley de la termodinámica impone restricciones a la
dirección de transferencia de calor. Para estos medios debe ser Q ≥ 0 y entonces debe
cumplirse que
εI ≥ 0 y µI ≥ 0 . (1.99)
En cambio, para medios activos, también conocidos como medios con ganancia, las partes
imaginarias de los parámetros constitutivos pueden ser negativas. Los medios activos no
están en equilibrio térmico, la población de sus niveles de energı́a no satisface la estadı́stica
de Maxwell-Boltzmann, sino que sus estados atómicos excitados están más poblados que
el estado de más baja energı́a. Esta inversión de población se logra entregando energı́a al
medio, un proceso conocido como bombeo óptico en la tecnologı́a láser. Como medios acti-
vos se pueden utilizar gases (mezclas de helio y neón, nitrógeno, argón), semiconductores,
vidrios, haces de electrones, etc.
Aunque es un detalle que pasó desapercibido hasta el momento, notar que las condi-
ciones que estamos discutiendo para medios activos o pasivos valen cuando el signo de
la exponencial en la componente armónica de una función temporal es como en la eq.
(1.35), es decir, cuando usamos e−i ωt .
A la conclusión (1.99) se le puede objetar haber sido obtenida para una dependencia
temporal armónica pura, un caso idealizado sin existencia fı́sica concreta. En un caso
real, donde los campos tienen localización temporal debida al encendido y apagado de
una fuente, F~ (~x, t) tiende a cero suficientemente rápido cuando t → ±∞. La cantidad
relevante en este caso no es la disipación media por unidad de tiempo, sino la disipación
total durante la duración del campo. Para hacer el cálculo transformamos los campos
Z ∞ ~
∂D
Z ∞
~
E(~x, t) = ~ ω (~x) e−i ωt dω ,
E (~x, t) =−i ~ ω (~x) e−i ωt dω ,
ω ε(ω)E
−∞ ∂t −∞
con expresiones análogas para la parte magnética en (1.92). Notar que las cantidades
F~ω involucradas satisfacen la condición (1.62) y que según lo discutido en antes de la
ec. (1.68), las partes reales de los parámetros constitutivos son funciones impares de la
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 33
Observar que el promedio temporal del producto de dos cantidades armónicas a(t) y
b(t) expresadas en notación compleja se puede calcular sin necesidad de pasar por la
expresión real, como hicimos para obtener primero (1.97) y luego (1.98). El proceso de
sumar el complejo conjugado y dividir el resultado por dos se puede evitar si se utiliza la
siguiente identidad
1
ha(t) b(t)i = Re {a(t) b∗ (t)} . (1.104)
2
Notar además que la cantidad
1
Im {a(t) b∗ (t)} . (1.105)
2
representa la parte oscilante, con promedio cero, del producto a(t) b(t) de dos cantidades
armónicas expresadas en notación compleja. A veces es conveniente expresar el producto
34 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
de dos magnitudes reales pero escritas en forma compleja, que deberı́a ser real, como un
producto entre dos valores complejos teniendo en cuenta que el complejo resultante tiene
parte real igual al promedio temporal del producto de las dos magnitudes reales y parte
imaginaria igual a la parte oscilante. Por ejemplo, se puede definir un vector de Poynting
complejo
~= c E
S ~ ×H
~∗ , (1.106)
8π
cuya parte real da el flujo neto de potencia por unidad de área, independiente del tiempo,
y su parte imaginaria da el flujo de potencia por unidad de área que entra y sale a través
de una dada superficie, con promedio cero en un perı́odo. Notar que S ~ en (1.106) es una
magnitud distinta al S~ en (1.91), aunque por comodidad se haya usado la misma notación.
Superposición e interferencia
Observar que tanto S ~ como u dependen cuadráticamente de los campos y que en con-
secuencia, si en una región del espacio convergen campos electromagnéticos provenientes
de fuentes distintas , la densidad de energı́a resultante no es la suma de las densidades
de energı́a asociadas con cada fuente individual.
Energı́a de formación
Veamos el caso de distribuciones localizadas que producen campos que lejos de las
distribuciones tienden asintóticamente a cero al menos como |~x|−2 (ası́ se comportaban los
campos estáticos). Bajo estas condiciones hagamos el balance de energı́a electromagnética
en todo el espacio. La integral de volumen que tiene la divergencia se transforma en una
integral de superficie que tiende a cero muy lejos de las fuentes y entonces el balance
queda
∂(E 2 + B 2 )
Z Z
~ dV = − 1
J~ · E ) dV . (1.107)
todo el 8π todo el ∂t
espacio espacio
Esta igualdad nos dice que toda la energı́a de los campos se gasta en realizar trabajo
sobre las cargas y análogamente, si hacemos trabajo sobre las cargas para formar una
determinada configuración, este trabajo mecánico va a quedar almacenado como energı́a
de los campos y la expresión del lado derecho de (1.107) coincide con la expresión obtenida
en cursos elementales para la energı́a de formación de un sistema de cargas y corrientes
estacionarias. En cambio, para campos que lejos de las fuentes dependen como |~x|−1
(campos de radiación), la integral de volumen de la divergencia en 1.87 no se anula
nunca, por más que extendamos la integral a todo el espacio y entonces siempre se escapa
energı́a del sistema en forma de radiación.
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 35
La diferencia de signo se debe a que S ~ da el flujo saliente, mientras que por razones
←
→
históricas T está asociado al flujo entrante.
Las ecuaciones de Maxwell no hacen referencia ni a fuerzas ni a momentos. Sin embargo,
la ley de Newton junto con la fuerza de Lorentz por unidad de volumen permite escribir
la variación de la densidad de impulso lineal de las partı́culas cargadas por unidad de
tiempo como
∂~pm ~ + 1 J~ × B)
~ ,
= (ρE (1.110)
∂t c
y esta expresión debe servir como punto de partida para transformar el lado derecho de
la ec. (1.109) en dos términos, uno con la divergencia de un tensor, asociado al flujo de
momento entrante, y otro con una derivada parcial, asociado a la densidad de impulso
lineal de los campos por unidad de volumen. Integrando miembro a miembro en el volumen
de una región cerrada la igualdad del balance (1.109), el lado derecho conduce a una
integral de superficie que deberı́amos identificar con la fuerza neta ejercida para cambiar
el impulso lineal total del sistema limitado “material+campos”
variación de impulso total
z }| {
~
d Pm d Pc~ I
←
→
+ = T · n̂ da . (1.111)
| dt {z dt}
(mecánico + campos)
Formulación en el vacı́o
←→
No existe una manera consistente de obtener expresiones para ∂~p/∂t y T en un medio
material. Las distintas formulaciones propuestas para satisfacer el balance de la ec. (1.109)
36 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA
~
ρE ~ = 1 [(∇
~ + 1 J~ × B ~ · E)
~ E
~ + (∇
~ × B)
~ ×B ~ − 1 ∂ E × B] ~ =
c 4π c ∂t
~ ~ ~
1 ~ ~ ~
[(∇ · E)E − B~ × (∇ ~ − 1 ∂(E × B) + 1 E
~ × B) ~ × ∂B ] =
4π c ∂t c ∂t
1 ~ ~ ~ 1 ∂( ~ × B)
E ~
[(∇ · E)E − B~ × (∇
~ × B)
~ − −E~ × (∇~ × E)
~ + (∇~ · B)
~ B]~ =
4π c ∂t
~ ~
1 ~ ~ ~
[(∇ · E)E − E ~ × (∇ ~ + 1 [(∇
~ × E)] ~ · B)
~ B~ −B~ × (∇ ~ − 1 ∂(E × B) .
~ × B)]
4π 4π 4πc ∂t
Según lo discutido anteriormente, si se pudieran escribir los términos entre corchetes
cuadrados de la última lı́nea como la divergencia de un tensor, se podrı́a identificar
el último término como la derivada temporal de la densidad volumétrica p~ de impulso
lineal asociado con los campos electromagnéticos, directamente proporcional al vector de
Poynting y que es constumbre notar como ~g en vez de p~
1 ~ ~
~g = ~ = S .
E×B (1.112)
4πc c2
Para ver que los términos entre corchetes cuadrados son en realidad la divergencia de
algo, analizamos la componente i del corchete con campos eléctricos (ı́ndices repetidos se
suman)
~ · E)
[(∇ ~ E~ −E
~ × (∇ ~ i = ∂ [Ei Ej − 1 E
~ × E)] ~ ·E
~ δi j ] . (1.113)
∂xj 2
Haciendo lo mismo con la componente i del corchete con campos magnéticos, llegamos a
←
→
la forma del balance 1.109 siempre que se defina T como
1 1~ ~ 1 1~ ~
Ti j = [Ei Ej − E · E δi j ] + [Bi Bj − B · B δi j ] . (1.114)
4π 2 4π 2
←
→
El tensor T se conoce como tensor de los esfuerzos de Maxwell. Como referencia, la
componente i de la versión integral en el balance (1.111) resulta
dP~m i dP~c i
I
+ = Ti j nj da , (1.115)
dt i dt i
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 37
Controversia Abraham–Minkowski
1 ~ ~
~gM = ~ 6= S .
D×B (1.116)
4πc c2
como para el tensor de los esfuerzos (comparar con (1.114))
1 1~ ~ 1 1~ ~
TM i j = [Ei Dj − D· E δi j ] + [Bi Hj − B · H δi j ] . (1.117)
4π 2 4π 2
Max Abraham objetó (1909) las expresiones de Minkowski y ası́ dió comienzo a un debate
que lleva más de un siglo y continúa hasta el presente (ver resumen histórico en http:
//bit.ly/2gDsxcT). Ciertos argumentos relativistas parecen indicar que en un medio
en reposo ~g está dado por la ec. (1.112), pero la cuestión no está aclarada, tal como
muestran discusiones muy recientes [12–17]. ¿Cúales son la expresiones correctas, (1.112)
y (1.114) o (1.116) y (1.117)? ¿O son todas correctas pero describen cosas distintas?
Como los avances cientı́ficos y las técnicas disponibles en el siglo XXI permiten estudiar
interacciones radiación - materia en el nivel atómico, quizás ya estemos muy cerca de
responder estas preguntas, tanto teórica como experimentalmente.
Presión electrostática
como ocurre para distribuciones localizadas con campos que tiendan a cero al menos como
|~x|−2 cuando se hace el balance de impulso lineal en todo el espacio (como los campos
estáticos).
Por lo general la integral en la superficie cerrada no es cero. En este caso, el integrando
cambiado de signo, −Ti j nj da, representa la componente i del momento por unidad de
tiempo (fuerza) que sale de la región V con normal exterior n̂. Esta fuerza en general no
está en la dirección de n̂: su proyección a lo largo de n̂ vale −Ti j nj ni da, lo que indica que
−Ti j ni nj es una presión sobre el elemento da (si la cantidad es positiva) o una tensión
(si la cantidad es negativa).
En el caso de campos estáticos no hay variación del impulso asociado a los campos y
entonces la integral de superficie es justamente la fuerza que actúa sobre las partı́culas
en la región V . En muchas situaciones estáticas es más fácil calcular la fuerza sobre
un objeto material usando el tensor de Maxwell. Como primer ejemplo consideremos la
fuerza ejercida sobre un conductor cargado con las cargas en equilibrio. Sabemos que
existe un campo eléctrico, que las cargas están distribuı́das en la superficie del conductor,
que el campo eléctrico en el interior del conductor es nulo y que justo en la superficie está
dirigido en la dirección de la normal. Llamemos E al campo en la superficie (proporcional
a la densidad superficial de carga) y consideremos un elemento de área ∆A. Por simetrı́a,
la dirección de la normal local n̂ tiene que ser uno de los ejes principales del tensor de
Maxwell, tomemos un sistema de coordenadas con el eje z en esta dirección, con x e y
sobre la superficie. En este sistema tenemos (ver ecuación 1.114)
1 2
−2E 0 0
←→ 1
T = 0 − 12 E 2 0 .
4π 1 2
0 0 2
E
El balance de la componente z del impulso lineal (ec. 1.111) en un recinto limitado por
una caja de altura infinitesimal y tapas paralelas al elemento de superficie, con la tapa
superior en el exterior del conductor y la tapa inferior en el interior del mismo, se escribe
dP~m ←
→
I I
1 2
· ẑ = T · n̂ da = Tzz da = E ∆A ,
dt 8π
porque la contribución dP~c /dt es cero, no solamente porque estamos en un caso estático,
sino porque el volumen de la región considerada es cero. Vemos entonces que en las paredes
del conductor hay una presión igual a
1 2
E = Eσ/2 = 2πσ 2 ,
8π
pues σ = E/(4π), tal como se demuestra usando la ley de Gauss.
Presión de radiación
Como segundo ejemplo consideremos la fuerza ejercida sobre una vela fotónica ideal,
completamente absorbente, sometida a la acción de la radiación proveniente del Sol.
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 39
Hagamos el balance del impulso lineal (ec. 1.111) en la dirección normal a la vela y como en
el ejemplo anterior tomamos una caja de altura infinitesimal, con tapas paralelas a la vela,
una tapa del lado no iluminado con normal exterior ẑ y la otra tapa del lado iluminado
con normal exterior −ẑ. Si se considera que la radiación solar incide normalmente, es
una buena aproximación suponer que los campos eléctricos y magnéticos para cualquier
componente espectral de frecuencia ω están en fase, tienen la misma amplitud, son ambos
paralelos a la superficie y son perpendiculares entre sı́. Tomamos entonces E~ = E0 cos ωt x̂,
H~ = E0 cos ωt ŷ y obtenemos (ver ecuación 1.114) que el tensor de Maxwell resulta
diagonal. El único elemento de de este tensor que interviene en el balance de momento
lineal en la dirección de la normal a la vela es Tzz , que vale cero del lado no iluminado
E2
y Tzz = − 4π0 cos2 ωt del lado iluminado, con normal exterior −ẑ. Cuando el volumen
de prueba tiende a cero, también tiende a cero dP~c /dt en (1.115) y como la integral de
superficie del lado no iluminado es cero, el único aporte a la fuerza por unidad de área
ejercida sobre la vela en la dirección ẑ es
E02
−Tyy =+ cos2 ωt ,
4π
es decir que la radiación absorbida empuja siempre a la vela. El promedio temporal de la
fuerza por unidad de área se conoce como presión de radiación y en este caso vale
E02
Prad = .
8π
Con las mismas hipótesis, pero para una vela perfectamente reflectante, el valor de la
presión de radiación aumenta al doble del valor correspondiente al caso perfectamente
absorbente.
En el interior de las estrellas, a temperaturas de varios millones de grados, la presión
de radiación toma valores extremadamente altos y el flujo de momento juega un papel
muy importante, tanto en la estabilidad de una estrella como en su explosión cuando se
transforma en supernova y muere.
(a completar).
Bibliografı́a
[1] Idemen M M 2011 Discontinuities in the Electromagnetic Field (New York: Wiley)
[2] Franken, P.; Hill, A.; Peters, C.; Weinreich, G. (1961), Generation of Optical Har-
monics, Physical Review Letters 7 118–119
[5] Boyd, Robert W., Nonlinear Optics (Third Edition), Academic Press, China (2010).
[6] Elsa Garmire, Nonlinear optics in daily life, Opt. Express 21, 30532–30544 (2013)
[7] T Geng, S Zhuang, J Gao, X Yang 2015, Nonlocal effective medium approximation
for metallic nanorod metamaterials Phys. Rev. B 91 245128
[8] F. J. Garcı́a de Abajo 2008 Non local effects in the plasmons of strongly interacting
nanoparticles, dimers and waveguides, Journal of Physics C 112 17983
[9] Jackson J D 1998 Classical Electrodynamics 3rd edn (New York: Wiley)
[10] Weiglhofer W S 2003 Introduction to Complex Mediums for Optics and Electro-
magnetics ed W S Weiglhofer and A Lakhtakia (Bellingham, WA: SPIE) pp 27–61
(Constitutive Characterization of Simple and Complex Mediums)
[14] M Partanen, T Hayrynen, J Oksanen, J Tulkki 2017 “Photon mass drag and the
momentum of light in a medium” Phys. Rev. A 95 1063850
40
BIBLIOGRAFÍA 41
Las ecuaciones de Maxwell son ocho ecuaciones diferenciales acopladas, de primer or-
den, en derivadas parciales y no homogéneas que rigen el comportamiento de cuatro
campos, es decir, doce funciones escalares de ~x y t. Las inhomogeneidades del sistema,
consecuencia directa de la existencia de fuentes, son consideradas datos del problema y
pueden tener dependencias espaciales y temporales bastante arbitrarias. Las relaciones
constitutivas reducen el número de incógnitas escalares de doce a seis, pero aún ası́ el
problema sigue siendo muy complejo. En palabras de Max Planck [1]
Dada la complejidad del problema, serı́a deseable que la sistematización comience en-
foncándose en situaciones simplificadas para luego ir aumentando gradualmente el nivel
de dificultad a la vez que se van incorporando nuevas herramientas y nuevos conceptos
propios de un curso de fı́sica teórica. Siguen esta filosofı́a todos los libros tradicionales
de electromagnetismo que eligen empezar con problemas estáticos. Y como estos libros
están pensados para cursos anuales, la experiencia indica que la mitad de un curso cua-
trimestral se dedica a problemas estáticos y la otra mitad se reparte entre el formalismo
covariante y aspectos simplificados de la verdadera electrodinámica. En este curso se-
guiremos la filosofı́a mencionada, pero con otras etapas. Como “situación simplificada”
inicial, exploraremos el comportamiento de los campos en regiones sin fuentes y sin con-
tornos, simplificaciones importantes, tanto en sentido matemático como fı́sico. Y la ruta
para ir aumentando gradualmente el nivel de dificultad e incorporar nuevas herramien-
tas y nuevos conceptos será dividida en etapas que incorporen primero los problemas de
frontera y luego las fuentes. Sistematizar el tratamiento teórico a través de las etapas
mencionadas resulta completamente natural si observamos que en el vacı́o o en medios
con relaciones constitutivas lineales, el problema electrodinámico es lineal y entonces la
solución más general se escribe como suma de soluciones convenientemente elegidas del
42
2.1. DEPENDENCIAS TEMPORALES 43
sistema homogéneo (sin fuentes, primera etapa), más la solución particular (con fuen-
tes, segunda etapa). Una vez entendidos los comportamientos y las dificultades de estas
etapas, estaremos en condiciones de tratar problemas electrodinámicos de interés actual
sin haber perdido nada fundamental de los problemas estáticos, que pasarán a ser vistos
como un caso particular.
A continuación desarrollaremos la primera etapa. En ella exploraremos qué soluciones
están permitidas por las ecuaciones de Maxwell y las relaciones constitutivas cuando no
hay fuentes libres, sin olvidarnos que en un medio material ya estamos tratando fuentes:
las inducidas, a las que en cualquier momento podremos explicitar simplemente invocando
(1.73) y (1.74). Prestaremos especial atención a identificar bases del espacio de soluciones
del problema homogéneo, al que trataremos como un subespacio del espacio de Hilbert.
Mediante el uso de bases podemos adoptar una visión “geométrica” afı́n al lenguaje
familiar de los espacios de dimensión finita. Los elementos de un espacio de Hilbert
abstracto a veces se llaman ”vectores” (no confundir con carácter vectorial de los campos)
y a los elementos de la base se los suele llamar “modos”. Los desarrollos de los campos y
la formulación de problemas en términos de elementos de una base del espacio de Hilbert
permiten una formulación elegante y rigurosa de la electrodinámica clásica y también
serán fundamentales cuando haya que aplicar los principios de la mecánica cuántica a
sistemas clásicos de campos continuos.
2.2.1. En el vacı́o
~ ~ 2~
~ ×∇
∇ ~ = − 1 ∂(∇ × B) = − 1 ∂ E ,
~ ×E
c ∂t c2 ∂ t 2
2~
~ (∇
∇ ~ · E)
~ −∇2 E ~ =−1 ∂ E.
| {z } c2 ∂ t2
=0
~ × E)
1 ∂(∇ ~ ~
1 ∂ 2B
~ ~ ~
∇×∇×B = =− 2 2 ,
c ∂t c ∂t
2~
~ (∇
∇ ~ · B)
~ −∇2 B ~ =−1 ∂ B.
| {z } c2 ∂ t2
=0
siempre definida, entonces las soluciones serı́an siempre las triviales. Luego, la condición
para que en el vacı́o haya funciones F~ω (~x) distintas de cero en ausencia de fuentes libres,
debe coincidir con la condición para que el operador lineal D no tenga inversa. Cuando
encontremos la dependencia espacial de F~ω (~x) veremos que la condición para que el ope-
rador lineal D no tenga inversa impone una condición (llamada relación de dispersión)
sobre la frecuencia. Luego, F~ω (~x) en regiones sin fuentes es solución de (2.2) solo para el
conjunto de frecuencias ω para el que D−1 no está definido. Notar que por tratarse de un
problema lineal homogéneo, las soluciones ası́ obtenidas no tienen energı́a definida.
~ ×E
∇ ~ ω (~x) = i ω µ(~x, ω) H ~ ω (~x) , (2.3)
c
~ ×H
∇ ~ ω (~x) = −i ω (~x, ω) E ~ ω (~x) , (2.4)
h c i
∇~ · µ(~x, ω) H~ ω (~x) = 0 , (2.5)
h i
~ ~
∇ · (~x, ω) Eω (~x) = 0 . (2.6)
~ ω con B
Usando las dos ecuaciones con rotor, de primer orden y que acoplan E ~ω y H
~ω
~ ~ ~ ~ ~
con Dω , y las ecuaciones constitutivas, que acoplan Dω con Eω y Hω con Bω , siempre
es posible obtener una ecuación diferencial de segundo orden para un solo campo. Por
~ ω (~x) de (2.3)
ejemplo, si se despeja H
~ ω (~x) = −i c ~ ~ ω (~x) ,
H ∇×E (2.7)
ω µ(~x)
~ω
y se reemplaza en (2.4), se obtiene la siguiente ecuación maestra para el campo E
1 ~ h 1 ~ ~ ω (~x) = ω E
i 2
~ ω (~x) .
∇× ∇×E (2.8)
(~x) µ(~x) c
46 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
1 ~ h 1 ~ ~ ω (~x) = ω H
i 2
~ ω (~x) .
∇× ∇×H (2.9)
µ(~x) (~x) c
Notar que debido a la simetrı́a de las ecuaciones de Maxwell, se pasa de una ecuación
~ω ↔ E
maestra a la otra haciendo las sustituciones H ~ ω y ↔ µ. Si se definen operadores
ΘE y ΘH
1 ~ 1 ~ 1 ~ 1 ~
ΘE ≡ ∇× ∇× , ΘH ≡ ∇× ∇× , (2.10)
(~x) µ(~x) µ(~x) (~x)
Las ecuaciones (2.8) y (2.9) (o (2.11)) parecen ecuaciones de autovalores para el ope-
rador ΘF : las autofunciones F~ω (~x) representan la distribución espacial para los campos
F~ω (~x) permitidos y sus autovalores ω 2 /c2 están relacionados con las frecuencias a las que
los campos pueden oscilar en ausencia de fuentes. Si el medio fuera no dispersivo, es decir,
si y µ no dependieran de la frecuencia, esta interpretación serı́a correcta. Sin embargo,
en un medio material real siempre está presente la dispersión. Luego, ΘE y ΘH siempre
dependen de la frecuencia a través de y µ.
Por lo tanto, para medios reales, el autovalor (frecuencia) no aparece solamente en
el lado derecho de las ecuaciones, también aparece en el lado izquierdo, dentro de los
operadores. Estos problemas de autovalores generalizados son muy parecidos a los pro-
blemas de autovalores del álgebra lineal, con dos diferencias a notar: están planteados en
espacios vectoriales de funciones, de dimensión infinita, y el operador puede depender del
autovalor.
Notar el paralelismo con la evolución de sistemas mecánicos con muchas partes móviles
que se apartan del equilibrio en ausencia de fuerzas externas. Dicho problema mecánico
se reduce a encontar los autovectores y autovalores de una matriz, los autovectores están
relacionados con la distribución espacial de las coordenadas generalizadas en cada modo,
mientras que los autovalores están relacionados con la frecuencia de oscilación de todas
las partes móviles en cada modo. La ausencia de fuerzas externas en el problema mecánico
corresponde a la ausencia de fuentes libres el el problema electromagnético, las fuerzas
restitutivas internas en el problema mecánico se corresponden con las fuentes inducidas
2.2. DESACOPLANDO LAS ECUACIONES DE MAXWELL 47
Un caso particular de los medios inhomogéneos discutidos en 2.2.2 son los medios con
parámetros constitutivos periódicos. Estos medios han atraı́do gran interés en los últimos
años, tanto en ciencia básica como aplicada porque debido a los avances en nanotecno-
logı́a, hoy en dı́a es posible construir materiales periódicos artificiales, llamados cristales
fotónicos, con periodicidades muy pequeñas. Los cristales fotónicos fueron propuestos du-
rante la década de 1990, con el fin de inhibir la emisión espontánea atómica (un fenómeno
de origen cuántico que se pensaba que era intocable) y para obtener localización fotónica
(confinar la radiación). Como en los cristales naturales, las periodicidades pueden ser en
una, dos o tres direcciones.
Se puede ver [2] que la periodicidad de estos materiales afecta el movimiento de los
fotones de manera análoga a como la periodicidad de un cristal semiconductor afecta el
movimiento de los electrones. Cuando el medio es periódico, los operadores en las ecs.
(2.8) y (2.9) también lo son. En estas condiciones se puede aplicar el Teorema de Bloch
48 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
y explicitar una base muy particular de soluciones, llamadas estados de Bloch, caracte-
rizados por bandas de frecuencias permitidas y prohibidas. La aparición de los cristales
fotónicos dió un nuevo impulso a técnicas electromagnéticas para medios periódicos, que
no habı́an sido antes exploradas por su dificultad y posiblemente porque se consideraban
ejercicios académicos sin ningún interés práctico.
Cuando el medio es homogéneo, las ecuaciones maestras (2.8) y (2.9) como ası́ también
las ecuaciones maestras para la parte espacial de los campos D ~ω y B ~ ω tienen todas la
misma forma
ω2
∇2 F~ω = − ε µ F~ω , (2.12)
c2
es decir,
ω2
∇2 F~ω + ε µ F~ω = 0 , (2.13)
c2
conocida como ecuación de Helmholtz. En este caso, el operador diferencial asociado
2
resulta D = ∇2 + ωc2 ε µ.
se hizo en la sección 2.1, donde se eligió una base de Fourier para representar cualquier
variación temporal de los campos, a continuación también usaremos un base de Fourier
para representar dependencias espaciales bastante arbitrarias de la magnitud F~ω (~x) en
términos de tres variables conjugadas kx , ky y kz (frecuencias espaciales), análogas a la
frecuencia temporal ω
Z ∞
~
~
Fω (~x) = F~ω; ~k eik·~x d3 k , (2.14)
−∞
con ~k ≡ (kx , ky , kz ) y F~ω; ~k la transformada de Fourier espacial de F~ω (~x). Notar que la
triple sı́ntesis espacial que se hace en (2.14) se corresponde con la sı́ntesis de Fourier
temporal definida en (1.35), excepto por el signo opuesto en las variables conjugadas ω
y ~k. La elección de signos opuestos en ambas definiciones es arbitraria, pero es común
hacerla para que la sı́ntesis de F~ (~x, t),
Z ∞ Z ∞
~
~
F (~x, t) = dω F~ω; ~k ei(k·~x−ωt) d3 k , (2.15)
−∞ −∞
para tener soluciones no triviales de la componente según ê2 . Y entonces cualquier com-
ponente transversal de los vectores de amplitudes complejas de todos los campos en la
base de ondas planas armónicas en un medio homogéneo isótropo aquiral deben satisfacer
la misma relación de dispersión
2
~k·~k = k 2 + k 2 + k 2 = ω εµ . (2.19)
x y z
c2
De los cursos de ondas se sabe que toda onda plana armónica (2.16) con una relación de
√
dispersión como la ec. (2.19) tiene velocidad de fase vϕ = k/ω = c/ ε µ. Luego, tenemos
que concluir que el ı́ndice de refracción de este medio viene dado por
√
n = εµ. (2.20)
Cuando se descubrió la relación (2.20) fue una gran sorpresa. Realmente era completamen-
te inesperado que el ı́ndice de refracción, una magnitud que describe aspectos geométricos
de las trayectorias de los rayos en un medio, estuviera relacionada con fenómenos eléctri-
cos y magnéticos asociados a la magnetita (el óxido ferroso-diférrico) y a la atracción de
pequeños objetos mediante ámbar. Esta sorpresa vino de la mano de la unificación de la
venerable teorı́a de la Óptica con las recientemente unificadas leyes del electromagnetis-
mo.
La relación (2.20) muestra que: i) para frecuencias donde la parte imaginaria de los
parámetros constitutivos ε y µ es despreciable, el vector ~k de “frecuencias espaciales” está
en una esfera del espacio conjugado a las variables espaciales; ii) la triple integración en
d3 k indicada en (2.17) se reduce a una integración doble en el espacio conjugado, porque
si se fijan dos componentes de ~k, la tercera tiene que tomar el valor determinado por
(2.19). De esta manera, la representación integral de F~ω (~x) se puede reescribir como
Z ∞
ω2 ~
~
Fω (~x) = δ(−~k·~k + 2 εµ) F~ω; ~k eik·~x d3 k . (2.21)
−∞ c
La base ê1 , ê2 , contenida en el plano perpendicular a ~k, permite explicitar el carácter
(1) (2)
vectorial de F~ω; ~k = Fω; ~k ê1 +Fω; ~k ê2 y dividir el integrando de (2.21) en dos contribuciones
∞
ω2
Z
(1) ~
F~ω (~x) = δ(−~k·~k + 2 εµ) Fω; ~k eik·~x ê1 d3 k +
−∞ c
Z ∞
~ ~ ω2 (2) ~
δ(−k· k + 2 εµ) Fω; ~k eik·~x ê2 d3 k . (2.22)
−∞ c
espacio conjugado, a pesar de que sus componentes cambian. Notar que ê1 y ê2 quedan
dentro del integrando porque son versores perpendiculares a ~k (dependen de ~k).
Cuando es necesario explicitar cuáles son las componentes independientes del vector
~k, la doble valuación de las raı́ces cuadradas involucradas en el despeje que surge de
(2.19) para la componente dependiente tiene como consecuencia que la integral en (2.21)
se divida en la suma de dos integrales. Por ejemplo, si kx y kz se consideran variables
independientes, la variable dependiente se despeja como
r
ω2
ky(±) = ± εµ − kx2 − kz2 , (2.23)
c2
y entonces (2.21) resulta
Z ∞ Z ∞
(+) (−)
~ ~ (+) (−)
Fω (~x)= Fω; kx ,kz e i(kx x+kz z+ky y)
dkx dkz + F~ω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) dkx dkz . (2.24)
−∞ −∞
Los dos términos del lado derecho representan variaciones bastante arbitrarias en x y en
z, pero tienen una caracterı́stica muy bien definida en su dependencia con la variable
y (elegida como dependiente): la primera integral está asociada con campos progresivos
respecto a la dirección +y, mientras que la segunda está asociada con campos regresivos
respecto a la dirección +y. Si bien estamos estudiando soluciones del sistema de ecuaciones
homogéneo, es decir, los campos permitidos en regiones sin fuentes, no se debe olvidar
que los campos fueron creados por fuentes y la ubicación de estas fuentes es la que
rige la presencia o ausencia de cada término en (2.24). Por ejemplo, si a la zona en
estudio llegan campos procedentes de una única fuente localizada en el entorno de una
región con y → +∞, la representación integral en dicha zona solamente puede tener el
término que represente un flujo de potencia regresivo según el eje y y es fácil ver que para
medios ordinarios (µR > 0), esta condición excluye al primer término del lado derecho
de (2.24). Análogamente, si la zona en estudio es perturbada por campos procedentes de
una única fuente localizada en el entorno de una región con y → −∞, la representación
integral en la zona en estudio solamente puede tener el término que represente un flujo
de potencia progresivo según el eje y y para medios ordinarios (µR > 0) esta condición
excluye al segundo término del lado derecho de (2.24). Si a la zona en estudio llegan
campos procedentes de dos fuentes, una localizada en y → +∞ y otra en y → −∞, la
representación integral en la zona en estudio tendrá los dos aportes, el progresivo y el
regresivo según el eje y.
De la misma manera, si en las integrales de (2.22) se explicitan las componentes inde-
pendientes del vector ~k, cada integral se divide en contribuciones progresivas y regresivas.
Si continuamos considerando kx y kz como variables independientes, entonces (2.22) tiene
cuatro integrales, una progresiva y otra regresiva por cada dirección transversal a ~k
Z ∞ Z ∞
(+) (+)
~ (1+) i(kx x+kz z+ky y) (2+)
Fω (~x)= Fω; kx ,kz e ê1 dkx dkz + Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê2 dkx dkz +
Z−∞
∞ Z−∞
∞
(−) (−)
(1−) (2−)
Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê1 dkx dkz + Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê2 dkx dkz (2.25)
−∞ −∞
2.4. MEDIO ISÓTROPO AQUIRAL HOMOGÉNEO 53
Para investigar las orientaciones relativas entre los vectores F~ω; ~k que corresponden a los
distintos campos, usamos las ecuaciones de Maxwell recordando que para las representa-
ciones (2.15), el operador ∇~ equivale a multiplicar dentro de la integral por i~k y la derivada
temporal equivale a multiplicar dentro de la integral por −iω. Usando la ortogonalidad
de las exponenciales, se obtienen las siguientes relaciones entre las diversas amplitudes
vectoriales complejas F~ω; ~k y el vector ~k (comparar con las ecuaciones (2.3)-(2.6))
~k × E ~ ~ = ω µH ~ ~, (2.26)
ω; k ω; k
c
~k × H ~ ~ = −ω E ~ ~, (2.27)
ω; k ω; k
c
~k · B~ ~ = µ ~k · H~ ~ = 0, (2.28)
ω; k ω; k
~ ~ = ~k · E
~k · D ~ ~ = 0. (2.29)
ω; k ω; k
Supongamos por simplicidad que los parámetros constitutivos del material a la frecuencia
ω son reales y que ε µ > 0, ~k ∈ R3 . De las ecs. (2.28)-(2.29) se deduce que todas las am-
plitudes vectoriales correspondientes a la base de ondas planas (2.16) son perpendiculares
a ~k
~k · E
~ ~ = ~k · H
~ ~ = ~k · D
~ ~ = ~k · B
~ ~ = 0, (2.30)
ω; k ω; k ω; k ω; k
es decir que en un medio homogéneo isótropo aquiral la base de ondas planas es transversal
para todos los campos. La ec. (2.26) relaciona H~ ~ con E ~ ~
ω; k ω; k
~k × E
~ ~
~ ~= c
H
ω; k
, (2.31)
ω; k
ω µ
que muestra que para materiales naturales con µ > 0 los vectores ~k, E~ ~ yH
ω; k
~ ~ forman
ω; k
una terna derecha. En cambio, para materiales con µ < 0 (y también ε < 0, para que siga
valiendo que ~k ∈ R3 ), los vectores ~k, E
~ ~ yH
ω; k
~ ~ forman una terna izquierda, una situa-
ω; k
ción común para metamateriales [3], materiales artificiales construidos con parámetros
constitutivos sintonizables por diseño.
Tomando la parte real en (1.106), obtenemos el promedio temporal del vector de Poyn-
ting asociado con el elemento de la base identificado por la etiqueta (ω; ~k)
2 2
~ ~i = c ~ ~ ×H~ ∗ ~ = c Re E ~ ~ )∗ = c |E
~ ~ × (~k × E ~ ~ |2 ~k , (2.32)
hSω; k Re Eω; k ω; k ω; k
8π ω; k 8πωµ 8πωµ ω; k
que para ~k real resulta paralelo o antiparalelo a ~k, dependiendo de que µ > 0 (fase y flujo
de potencia viajan en la misma dirección) o que µ < 0 (fase y flujo de potencia viajan
54 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
c2 ~ n ~k o
~
~ ~i =
hS |Eω; ~k |2 e−2kI ·~x Re . (2.33)
ω; k
8πω µ
el flujo medio de potencia asociado con el elemento de la base etiquetado por (ω; ~k) está
orientado en dirección paralela a la dirección de propagación de la fase de la onda. En
caso contrario, el flujo medio de potencia asociado con el elemento de la base etiquetado
por (ω; ~k) está orientado en dirección opuesta a la dirección de propagación de la fase de
la onda y se dice que el medio tiene velocidad de fase negativa o también que es un medio
izquierdo, una nomenclatura que hace referencia a la orientación de la terna de vectores
~k, E~ ~ y H ~ ~ y que se ha generalizado a pesar de que induce a confusión porque, a
ω; k ω; k
diferencia de lo que ocurre en los medios quirales, el medio no tiene ningún sentido de
giro asociado con su estructura interna.
Es instructivo observar que los resultados 2.32 y 2.36 son consistentes con el concepto
de velocidad de propagación de la energı́a en la dirección (fija en el espacio) ~k, que hasta
el momento no ha sido explicitado. Con este fin, observemos que si la energı́a realmente
se propaga con velocidad ve , entonces la energı́a que fluye a través de una superficie
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 55
2.4.6. Recapitulación
Volviendo a lo que se dijo al comienzo de la página 42, las relaciones constitutivas redu-
cen el número de incógnitas escalares de doce a seis. Para la base de ondas planas usada
para el medio homogéneo isótropo aquiral estudiado en esta sección, hemos visto que para
cada etiqueta (ω; ~k) la onda plana representada por (2.16) tiene 12 grados de libertad: 6
por las 3 componentes cartesianas complejas de E ~ ~ y 6 por las 3 componentes cartesia-
ω; k
nas complejas de H ~ ~ . Pero las ecuaciones de Maxwell con divergencia eliminan 4 grados
ω; k
de libertad (las componentes longitudinales) mientras que las ecuaciones con rotor que
relacionan H ~ ~ con E
~ ~ eliminan otros 4 (H ~ ~ oE ~ ~ ). Aparentemente quedan entonces
ω; k ω; k ω; k ω; k
4 grados de libertad, por ejemplo las dos amplitudes complejas que son necesarias para
describir el campo eléctrico transversal. Como las fases de ambas amplitudes complejas
dependen del origen de tiempos, sin perder generalidad podemos elegir una fase igual a
cero. Vemos ası́ que la onda plana monocromática en el medio homogéneo isótropo aquiral
queda caracterizada por tres grados de libertad. En la mayorı́a de los casos, y tal como
se vió en el capı́tulo de polarización del curso de ondas, estos tres grados de libertad
suelen ser las amplitudes |Eω; ~k · ê1 | y |Eω; ~k · ê2 | (con ê1 y ê2 dos direcciones transversales
a ~k y perpendiculares entre sı́) y la fase relativa entre las cantidades complejas Eω; ~k · ê1
y Eω; ~k · ê2 . Una vez especificados estos tres grados de libertad, queda determinada la
intensidad y la polarización del elemento de la base.
puede demostrar que todo medio cuya estructura interna no puede superponerse con su
imagen especular está caracterizado por relaciones constitutivas quirales que privilegian
un sentido de giro sobre el opuesto. Un simple ejemplo de medio isótropo quiral en escala
macroscópica es una caja de tornillos comunes (roscas derechas). Los tornillos no tienen
ninguna orientación particular y cuando se gira la mezcla en cualquier ángulo no se puede
notar el cambio. Si bien cada tornillo cambia su orientación, siempre hay otro tornillo que
toma su lugar, al menos en sentido estadı́stico: decimos que el medio es rotacionalmente
simétrico. Pero si el revoltijo de tornillos es observado en un espejo, todos los tornillos
dejan de tener rosca derecha y cuando se los gira en sentido horario se desenroscan:
decimos que el medio no puede superponerse con su imagen especular, o que el medio
es quiral. Para una discusión introductoria a la relación entre simetrı́as y parámetros
constitutivos ver [5].
Las ecuaciones constitutivas de un medio isótropo quiral se suelen escribir en el dominio
frecuencial en la forma conocida como ecuaciones de Drude-Born-Fedorov
~ ω = (E
D ~ω + β ∇
~ ×E
~ω) (2.38)
~ ω = µ(H
B ~ω + β ∇
~ ×H~ ω) . (2.39)
Los rotores de las ecs. (2.38)-(2.39) explicitan que están involucradas circulaciones de
los campos, pero nos apartan de la representación de Tellegen (ver (1.36) - (1.37)). Para
familiarizarnos con la representación de relaciones constitutivas más usada en fı́sica de
materiales, reescribiremos las ecuaciones de Drude-Born-Fedorov en la forma de Tellegen.
Partiendo de (2.38) y usando la ley de Faraday
~ ω (~x) = εE
D ~ ω (~x) + βε∇ ~ ×E ~ ω (~x) =
~ ω (~x) + i ω βεµ(H
εE ~ ω (~x) + β ∇~ ×H ~ ω (~x)) =
c
~ ω (~x) + i ω βµH
E ~ ω (~x) + i ω εµβ 2 (−i ω D ~ ω (~x)) =
c c c
2
~ ω (~x) + i ω βεµH
εE ~ ω (~x) + ω εµβ 2 D ~ ω (~x) ,
c c2
y reagrupando términos en D ~ ω (~x)
ω2 ~ ω (~x) + i ω βµH
~ ω (~x) = E ~ ω (~x) .
(1 −
2
µβ 2 )D (2.40)
c c
Análogamente, partiendo de (2.38) y usando la ley de Ampère, se obtiene
ω2 ~ ω (~x) − i ω βµE
~ ω (~x) = µH ~ ω (~x) .
(1 −
2
µβ 2 )B (2.41)
c c
Las ecuaciones (2.40) y (2.41), obtenidas a partir de las ecuaciones de Drude-Born-
Fedorov, se pueden poner en la forma de las ecuaciones (1.36)–(1.37) de la representación
2
de Tellegen dividiendo miembro a miembro por el factor (1 − ωc2 µβ 2 ).
Por ser un medio isótropo los tensores magnetoeléctricos de este medio quiral son
diagonales y los elementos diagonales satisfacen
ω βµ
ξ = ζ∗ = i (2.42)
c 1 − ka2 β 2
(condición de reciprocidad). El parámetro
ω√
ka = µ (2.43)
c
coincide con el módulo del vector de onda cuando β = 0, es decir, para un medio aquiral
(por eso el subı́ndice a). Las ecuaciones (2.40) y (2.41) también ponen en evidencia la
relación que existe entre los parámetros y µ de la representación de Tellegen (llamémoslos
T y µT ) con los parámetros constitutivos de la representación DBF (2.38)-(2.39)
µ
T = µ T = (2.44)
1 − ka2 β 2 1 − ka2 β 2
58 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
Usando que ∇ ~ ·D~ ω = 0 (no hay fuentes libres), de la ecuación constitutiva 2.38 se
obtiene que ∇ ~ ·E~ ω = 0. Análogamente, a partir de ∇ ~ ·B~ ω = 0 y usando la ecuación
constitutiva 2.39 se obtiene que ∇ ~ ·H~ ω = 0. Esto ya nos anticipa que, al igual que en
el medio isótropo aquiral, todos los campos serán transversales al vector ~k de la base de
ondas planas introducida en las ecs. (2.15), (2.14) y (2.16).
Para obtener ecuaciones de ondas desacopladas para los campos en este medio repeti-
mos un procedimiento similar al empleado para obtener (2.13): tomamos rotor en la ley
de Faraday, usamos las ecuaciones constitutivas y luego la ley de Ampère
~ω = i ω
~ω = i ω B 1 ~ ω − i ω βµE
h i
~ ×E
∇ µ H ~ω ,
c c 1 − ka2 β 2 c
~ω) = i ω 1 ~ ω − i ω βµ∇
h i
~ × (∇
∇ ~ ×E µ ∇~ ×H ~ ×E
~ω
c 1 − ka2 β 2 | {z } c
ω~
−i Dω
| {z c }
−i ω ~ ~ ~
c (Eω +β ∇×Eω )
ka2 ~ ω + 2β ka2 ~ ×E
~ω .
= E ∇
1 − ka2 β 2 1 − ka2 β 2
~ ·E
Finalmente, usando que ∇ ~ ω = 0 y definiendo
ka2
γ2 = , (2.45)
1 − ka2 β 2
~ ω (~x)
obtenemos la siguiente ecuación de ondas para E
∇2 E ~ ×E
~ ω + 2βγ 2 ∇ ~ ω + γ 2E
~ω = 0 , (2.46)
con
~ × +γ 2
D = ∇2 + +2βγ 2 ∇
un operador diferencial de segundo orden que actúa sobre las coordenadas espaciales y
que se reduce al operador de Helmholtz cuando β = 0 (aquiral). De manera similar se
demuestra que B~ ω, H
~ω y D
~ ω también satisfacen DF~ω = 0.
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 59
(1) (2)
. (2.48)
2 i β γ 2 k Fω; ~k + (γ 2 −k 2 ) Fω; ~k = 0
(γ 2 − k 2 )2 − 4 β 2 γ 4 k 2 = 0 , (2.49)
que por ser bicuadrática anticipa que hay dos pares de soluciones permitidas. En cada
par las soluciones tienen el mismo valor de |k| pero signos opuestos y representan ondas
que viajan en direcciones opuestas. Resolviendo la ecuación 2.49 se obtiene
ka
kI = ± , (2.50)
1 − βka
ka
kD = ± . (2.51)
1 + βka
60 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
A cada una de las soluciones (2.50) y (2.51) le corresponde una relación distinta entre
(1) (2) (1) (2)
las componentes transversales Fω; ~k y Fω; ~k , como puede verse despejando Fω; ~k /Fω; ~k de la
primera ecuación del sistema 2.48
(1)
Fω; ~k 2 i β γ 2k
(2)
=− ,
Fω; ~k γ 2 −k 2
γ 2 − k 2 = ±2 β γ 2 k ,
resulta
(1)
Fω; ~k
(2)
= ±i , (2.52)
Fω; ~k
es decir que la base de ondas planas permitidas por el medio quiral para el campo F~ω; ~k
corresponde a ondas circularmente polarizadas en sentidos contrarios. Es fácil ver que
(2) (1) (2) (1)
para la solución kI es Fω; ~k = i Fω; ~k , mientras que para la solución kD es Fω; ~k = −i Fω; ~k .
Resulta ası́ que la base de ondas planas etiquetada por (ω; ~k) se forma por la unión de
dos bases: una corresponde al subespacio circularmente polarizado en sentido derecho (D)
y otra al subespacio circularmente polarizado en sentido izquierdo (I) y entonces
(D) (I)
F~ω; ~k = Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) + Fω; ~k (ê1 + i ê2 ) , (2.53)
(se están usando bases D e I que no están normalizadas). Si el medio quiral tiene asociado
un sentido de giro derecho, β > 0 y los elementos de la base I se propagan con menor
velocidad de fase (mayor k) que los elementos de la base D. Los elementos de la base D y los
de la base I, por ser ortogonales, pueden propagarse sin interferir entre sı́. Observar que en
los medios aquirales la base de ondas planas etiquetada por (ω; ~k) también se formaba por
la unión de dos bases: una correspondiente al subespacio 1 y otra al subespacio 2. Ambos
subespacios eran ortogonales, pero se comportaban de la misma manera, viajaban con la
misma velocidad de fase y tenı́an un rol intercambiable, permitiendo ası́ la propagación de
cualquier estado de polarización. En cambio, en los medios quirales los campos solamente
pueden tener polarización circular izquierda o derecha para cualquier etiqueta (ω; ~k) de
las variables conjugadas.
Para frecuencias donde la parte imaginaria de los parámetros constitutivos ε, µ y β es
despreciable, el vector ~k de “frecuencias espaciales” solamente puede estar en dos esferas
del espacio conjugado: en la esfera de radio kD , donde los campos transversales tienen
(D)
amplitud vectorial compleja Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) y en la esfera de radio kI , donde los campos
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 61
(I)
transversales tienen amplitud vectorial compleja Fω; ~k (ê1 + i ê2 ). Ası́, la representación
integral de F~ω (~x) se puede escribir
Z ∞
(D) ~
~
Fω (~x) = δ −~k·~k + [k (D) (ω)]2 Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) eik·~x d3 k +
−∞
Z ∞
(I) ~
δ −~k·~k + [k (I) (ω)]2 Fω; ~k (ê1 + i ê2 ) eik·~x d3 k , (2.54)
−∞
análoga a (2.21) en el sentido de que la triple integración en d3 k indica que van cambiando
las componentes de ~k), pero las deltas en los integrandos indican que los valores de |~k| se
mantienen siempre en las esferas D e I.
Cuando es conveniente explicitar las componentes independientes del vector ~k, aparece
un doble signo en las componentes dependientes de ~kI y de ~kD , obtenidas a partir de las
ecuaciones (2.50) y (2.51). Luego, cada una de las integrales en (2.54) da lugar a una suma
de otras dos integrales y ası́ se obtiene una representación integral con cuatro términos,
cada uno asociado a las etiquetas D+, I+, D−, e I−, la primera etiqueta referida a
la polarización (derecha o izquierda) y la segunda referida al carácter progresivo (+) o
regresivo (-) en la dirección que corresponde a la variable conjugada considerada como
dependiente. Ası́ se obtiene una expresión análoga a (2.25). Notar que tanto en (2.21) como
en (2.54), ası́ como en todas las expresiones donde se explicitan direcciones transversales a
~k, los versores ê1 y ê2 dependen de las variables de integración y por lo general no pueden
salir fuera de las integrales. Esto queda claro cuando se observa que una vez elegido ê1
en el plano perpendicular a k̂, la otra dirección queda determinada por ê2 = k̂ × ê1 , que
evidentemente depende de la dirección del vector ~k que aparece en la exponencial dentro
de cada integral. En este sentido, estamos ante un abuso de notación, que se pone más en
evidencia cuando observamos que ê2 en el segundo integrando de (2.25) (que corresponde
a ~k + , progresivo), no es por lo general igual al ê2 en el cuarto integrando de (2.25) (que
corresponde a ~k − , regresivo).
de vibración de las ondas planas linealmente polarizadas que los atraviesan y se conocen
también como medios ópticamente activos. El ángulo de giro, proporcional a la distancia
L recorrida y a la diferencia de ı́ndices de refracción I y D, resulta
L
∆θ = (kI − kD ) , (2.57)
2
y usando (2.50) y (2.51)
βka2
∆θ = L , (2.58)
1 − β 2 ka2
cantidad que depende de la frecuencia, tanto explı́cita como implı́citamente (a través de
los tres parámetros constitutivos del medio isótropo quiral).
Tal como se hizo en 2.4.3, para explicitar las orientaciones relativas y las amplitudes
complejas de los distintos campos, conviene trabajar con cada elemento de la base por
separado, porque para cada onda plana con vector de onda ~k y frecuencia ω las ecuaciones
de Maxwell con rotor toman la forma
~ ~=ωB
~k × E ~ ~, (2.59)
ω; k
c ω; k
~k × H ~ ~ = −ω D ~ ~. (2.60)
ω; k
c ω; k
~ ω = (1 − ω2 2 ~ ω ~ω ,
µH µβ ) Bω + i βµE (2.61)
c2 c
~ ~ yH
y usando la ley de Faraday (2.59), se obtiene que la relación entre E ~ ~ para ondas
ω; k ω; k
planas en el medio quiral resulta
~k × E
~ ~ ω
~ ~ = (1 − ka2 β 2 ) ω; k ~ ~ ,
µHω; k + i βµEω; k (2.62)
ω/c c
~ (I) = CI (ê1I + i ê2I ), con CI una constante
con ka definido en (2.43). Para una onda I, E ω; ~k
(I)
compleja que juega el papel de Fω; ~k en (2.54)
y entonces
~ (I)
E
~ (I) = −i kI (1 − k 2 β 2 ) ω ω; ~k
~ (I) =
µH ω; ~k a + i βµE ω; ~k
ω/c c
~ (I) (1 − ka2 β 2 ) kI − ω βµ = −i E~ (I) √µ ,
h i
−i E ω; ~k ω; ~k
ω/c c
y ası́ resulta
~ (I)
E
~ (I) ω; ~k
H ω; ~k
= −i p . (2.64)
µ/
~kD × E ~ (D) .
~ (D) = CD ~kD × (ê1D − iê2D ) = i kI E (2.65)
ω; ~k ω; ~k
~ (D)
E
~ (D) ω ω; ~k
~ (D) =
µH ω; ~k
= i kD (1 − ka2 β 2 )
+ i βµE ω; ~k
ω/c c
~ (D) õ ,
~ (D) (1 − k 2 β 2 ) kD + ω βµ = i E
h i
iE ~ a ω; ~k
ω; k ω/c c
resulta
~ (D)
E
~ (D) ω; ~k
H ω; ~k
= +i p . (2.66)
µ/
Por último, haciendo el cociente entre las ecs. (2.68) y las ecs. (2.64)-(2.66) se obtiene
µ µD
z }|I { z }| {
~ (I) µ ~ (I) , ~ (D) µ ~ (D) .
B ω; ~k
= H ω; ~k
B ω; ~k
= H ω; ~k
(2.69)
1 − βka 1 + βka
64 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
La isotropı́a del medio resulta evidente cuando observamos que los elementos de la ba-
se cumplen ecuaciones constitutivas notablemente sencillas, de la misma forma que las
ecuaciones generales del medio aquiral, pero con parámetros constitutivos µI , µD , I y I
exclusivos de cada modo de polarización circular.
Las expresiones obtenidas ponen en evidencia la estructura espacial de los elementos
de la base I-D del espacio de campos electromagnéticos en el medio quiral sin fuentes.
Sólo dos tipos de campos F~ω; ~k son admisibles, los que corresponden a ondas planas cir-
cularmente polarizadas I y D. Las expresiones (2.64) y (2.66) muestran que los campos
~ ~ rotan siguiendo la rotación de E
H ~ ~ , pero desfasados en ±π/2, es decir que siempre
ω; k ω; k
son perpendiculares a E ~ ~ . A partir de las ecs. (2.67) concluimos que lo mismo sucede
ω; k
con B ~ ~ , es decir, que B
~ ~ yH ~ ~ rotan pero son siempre paralelos entre sı́, tal como
ω; k ω; k ω; k
es de esperar para un medio isótropo. Análogamente, las ecs. (2.68) ponen en evidencia
que D ~ ~ yE ~ ~ rotan pero son siempre paralelos a entre sı́.
ω; k ω; k
El promedio temporal del vector de Poynting asociado con los elementos izquierdo y
derecho de la base (ω; ~k) se calcula usando las ecs. (2.64) y (2.66) y tomando parte
real en (1.106). En el caso ideal en que el medio quiral no tiene pérdidas (parámetros
constitutivos BDF , µ y β reales) y suponiendo que todas las componentes de ~k son
reales
r r
(I) c ~kI , (D) c 2
<S~
~ > = |C I |2
< S~
~ > = |CD |2 ~kD . (2.70)
ω; k 4πkI µ ω; k 4πkD µ2
Los resultados previos muestran que a lo largo de una dirección fija en el medio quiral
se pueden propagar dos ondas circularmente polarizadas en sentidos de giro opuestos. Es
interesante demostrar que el promedio temporal del vector de Poynting correspondiente
a esta superposición es la suma de las contribuciones I y D en (2.70). Ası́ resulta que no
hay términos de interferencia I-D y que la energı́a de cualquier elemento del espacio de
los campos electromagnéticos permitidos en un medio quiral es la suma de las energı́as
de las proyecciones en la base I-D, tal como es de esperar para cualquier base ortogonal.
En todos los materiales quirales naturales conocidos se satisface |ka β| 1 para todas
las frecuencias. Luego, los denominadores en las expresiones (2.50)-(2.51) son siempre
positivos y entonces son positivas las soluciones que tienen signo + en (2.50)-(2.51), un
punto que asumimos cuando mencionamos el carácter progresivo o regresivo de cada solu-
ción. Sin embargo, las expresiones en (2.70) muestran que el flujo de potencia promedio en
cada modo circular resulta paralelo o antiparalelo a ~k, dependiendo de que las soluciones
kI y kD sean positivas (fase y flujo de potencia en la misma dirección) o negativas (fase
y flujo de potencia viajan en direcciones opuestas). Este detalle habı́a pasado desaper-
cibido, pero cobró importancia cuando se comprobó experimentalmente la posibilidad
de obtener refracción negativa empleando metamateriales con permeabilidad magnética
2.6. MEDIO HOMOGÉNEO ELÉCTRICAMENTE ANISÓTROPO 65
~ ω = ˜ · E
D ~ω, (2.76)
B~ω = µ H ~ω , (2.77)
con
2
D=∇ ~ ×∇~ × − ω µ˜
c2
un operador diferencial de segundo orden que actúa sobre las coordenadas espaciales y
que se reduce al operador de Helmholtz cuando ˜ es proporcional a la identidad. Notar
que la ecuación de ondas para el vector transversal D~ ω (~x), tiene la forma de la ec. (2.2),
pero con otro operador de segundo orden, que no es más sencillo que el operador obtenido
~ ω (~x).
para el vector no transversal E
Como en el procedimiento usado en las ecs. (2.15), (2.14) y (2.16), escribimos la de-
pendencia espacial de los campos F~ω (~x) en términos de las tres variables conjugadas
representadas por el vector ~k = (kx , ky , kz ). Cuando realizamos sobre las representaciones
integrales de F~ω (~x) las operaciones indicadas por las ecuaciones de Maxwell, obtenemos
que en una región del cristal sin fuentes libres debe cumplirse que
ω~ ~ ~
− D ~ = k × Hω; ~k , (2.79)
c ω; k
ω ~
µ Hω; ~k = ~k × E~ ~,
ω; k (2.80)
c
B~ ~ · ~k = 0 , (2.81)
ω; k
D~ ~ · ~k = 0 , (2.82)
ω; k
Como siempre, la relación de dispersión queda impuesta por los autovalores del ope-
rador D mientras que las polarizaciones permitidas vienen dadas por sus autovectores.
Al proyectar ecuaciones del tipo de la ec. (2.2) en la base de ondas planas se pasa a un
problema algebraico, y entonces los autovalores se obtienen con la condición de que sea
cero el determinante del sistema de ecuaciones homogéneas, en este caso el sistema (2.84).
Observamos que los coeficientes de este sistema dependen en general de la dirección de
~k. Luego, las soluciones k(ω) de la ecuación de dispersión, y por lo tanto la velocidad
de fase, también dependerán en general de la dirección de ~k. Esta caracterı́stica del caso
anisotrópico no se manifestaba en las relaciones de dispersión de los medios estudiados en
2.2.5 y 2.5 (ecs. (2.19) y (2.49)) ya que en los medios isótropos ninguna propiedad puede
depender de la dirección. Por este motivo, los vectores ~k permitidos en los casos tratados
anteriormente siempre estaban en esferas del espacio recı́proco. En el caso anisotrópico
esperamos entonces que las superficies que describen los vectores ~k permitidos cuando se
varı́a la dirección a una frecuencia fija por lo general no sean esferas, sino superficies que
reflejen las simetrı́as internas del medio anisotrópico en cuestión.
Los autovectores o polarizaciones permitidas asociadas con cada autovalor no pueden
elejirse arbitrariamente como en el caso de medio aquiral, sino que quedan determinados
por el sistema de ecuaciones (2.84). Observando que en el caso ideal de medio sin pérdidas
este sistema tiene coeficientes reales, se deduce que los autovectores tienen polarización
lineal (pero no arbitraria, se puede probar que las dos polarizaciones lineales de D~ ~ son
ω; k
ortogonales). En cambio, los coeficientes del sistema de ecuaciones algebraicas obtenido
para el medio quiral sin pérdidas, (2.47) o (2.48), eran reales o imaginarios puros y es ası́
que las componentes de los autovectores quedan desfasadas entre sı́, (2.52), dando lugar
a dos autovectores circularmente polarizados (ortogonales para todo campo).
Fijando la dirección de ~k = k k̂, k̂ = u1 ê1 + u2 ê2 + u3 ê3 , con u21 + u22 + u23 = 1 y
proyectando en la componente i (i = 1, 2, 3) tenemos
X ω2 (j)
[ k 2 ui uj + 2 µij − k 2 δij ]Eω; ~k = 0 . (2.85)
j |
c{z }
Wij (~k)
Para que este sistema homogéneo tenga solución no trivial, el determinante de Wij (~k)
debe ser cero.
µ −k02 1 u23 + k02 1 + k02 3 − k02 2 u23 + k02 2 − k02 1 u22 − u21 k02 3 − u21 k02 2 − u22 k02 3 k 4 +
µ3 k06 1 2 3 , (2.87)
µ3 1 2 3 k04 , (2.88)
µ3 1 2 3 = 0 , (2.90)
que es una ecuación bicuadrática para el ı́ndice de refracción n, de la forma An4 + Bn2 +
C = 0, cuyas soluciones tienen la forma
√
s
−B ± B 2 − 4AC
n=± . (2.91)
2A
El primer ± indica que las direcciones ±~k tienen la misma velocidad de fase. Dejando de
lado este primer ±, vemos que esencialmente hay dos soluciones, n+ y n− , que se corres-
ponden con el segundo ± en 2.91. Al igual que en un medio quiral, hay dos velocidades de
fase para una misma dirección de propagación, pero existe una diferencia muy importante
y es que en general, estos valores de la velocidad de fase dependen de la dirección (en el
medio quiral las raı́ces de la ecuación de dispersión eran independientes de la dirección
de propagación). En el espacio de los vectores ~k, estas soluciones definen una superficie
de dos hojas entrecruzadas y el cruce corresponde a la condición B 2 − 4AC = 0 en (2.91).
Las direcciones en que n+ = n− se llaman ejes ópticos y se puede probar que en el caso
en que los tres autovalores 1 , 2 y 3 del tensor permitividad son distintos hay dos ejes
ópticos (cristales biaxiales) mientras que si el tensor permitividad tiene dos autovalores
iguales y uno distinto, hay solamente un eje óptico (cristales uniaxiales).
El estudio analı́tico de la estructura del espacio recı́proco excede el alcance de este
curso. Por eso acá elegimos el camino fácil de resolver numéricamente la ecuación 2.91.
70 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
Figura 2.1: secciones principales de las soluciones n+ y n− de la superficie de ı́ndices dada por la
ecuación (2.91) para el caso µ = 1, 1 = 2, 2 = 3 y 3 = 4. Arriba: plano 2-3 (u1 = 0). Centro: plano 1-3
(u2 = 0). Abajo: plano 1-2 (u3 = 0). Los ejes ópticos están en la sección u2 = 0 asociada al autovalor
intermedio del tensor permitividad.
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 71
que muestra que B(ζ) es la transformada de Fourier de F (x, 0)e−ik0 x con respecto a la
variable conjugada ζ
1 ∞ 1 ∞
Z Z
−ik0 x −iζx
B(ζ) = F (x, 0) e e dx =⇒ B(k − k0 ) = F (x, 0) e−ikx dx , (2.96)
2π −∞ 2π −∞
o, equivalentemente, que B(k − k0 ) es la transformada de Fourier de F (x, 0) con respecto
a la variable conjugada k. El punto más relevante de este análisis es que, por estar
relacionadas mediante transformadas de Fourier, en un paquete sintetizado con ondas
planas de distinta frecuencia, las funciones B(k − k0 ) y F (x, 0) tienen localizaciones
opuestas, en el sentido de que cuanto más localizada está B(k − k0 ), menos localizada
está F (x, 0) y viceversa. Por ejemplo, para una única onda plana, B(ζ) = δ(ζ), B(k −
k0 ) = δ(k − k0 ), que es una distribución completamente localizada en el espacio de la
variable k, le corresponde una distribución espacial inicial F (x, 0) = eik0 x completamente
deslocalizada. Otro ejemplo de interés es el paquete gaussiano, con B(ζ) dado por (2.94),
cuya transformada de Fourier es también una función gaussiana espacial, con desviación
estándar inversamente proporcional a la desviación σ de la distribución espectral.
Además de resultar de interés en numerosas aplicaciones, es natural preguntarnos si el
campo representado por el paquete (2.93) mantiene su forma a medida que se propaga. Es
claro que la forma de la relación de dispersión k(ω) es crı́tica para la evolución temporal
de la perturbación. Si la relación entre k y ω es lineal ω = kvf , todas las ondas planas
viajan con la misma velocidad de fase y entonces la evolución de la superposición para
t > 0 queda
Z ∞
F (x, t) = B(k − k0 ) eik(x−vf t) dk (2.97)
−∞
que tiene la misma forma que (2.95), con x reemplazado por x − vf t. Luego,
F (x, t) = F (x − vf t, 0) , (2.98)
que indica que la forma inicial viaja con la velocidad de fase vf sin deformación, tal como
sucede con las ondas electromagnéticas en el vacı́o, con vf = c.
En medios materiales, debido a que los parámetros constitutivos dependen de la fre-
cuencia, la velocidad de fase vf no es constante, la relación entre k y ω deja de ser lineal,
las ondas planas de la superposición no viajan con la misma velocidad y entonces por lo
general es de esperar que el paquete cambie su forma respecto a F (x, 0) a medida que pa-
sa el tiempo. Cuando los espectros tienen buena localización, es decir, cuando la función
B(ζ) tiene un pico bien definido y angosto, el intervalo de integración en (2.93) se reduce
prácticamente a una pequeña región alrededor de k0 = k(ω0 ). Entonces, para relaciones
de dispersión ω(k) suaves, fuera de zonas anómalas como las zonas asociadas a resonan-
cias (ver 1.8.1), ω(k) se puede aproximar por los primeros términos de su desarrollo en
serie de Taylor
∂ω
ω(k) ≈ ω0 + (k − k0 ) + . . . , (2.99)
∂k ω0
| {z }
≡vg
74 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES
y
Z ∞
F (x, t) ≈ B(k − k0 ) ei{kx−[ω0 +vg (k−k0 )]t} dk =
−∞
Z ∞
i(k0 x−ω0 t)
e B(k − k0 ) ei(k−k0 )(x−vg t) dk =
−∞
F (x − vg t, 0) ei(k0 x−ω0 t) . (2.100)
Esta expresión representa una onda monocromática plana ei(k0 x−ω0 t) de frecuencia ω0
(señal portadora) modulada por un factor que depende sólo de u = x−vg t y que mantiene
la dependencia espacial inicial, aunque desplazada rı́gidamente una distancia vg t, una
caracterı́stica que indica que la señal moduladora que viaja con velocidad vg
∂ω
vg ≡ , (2.101)
∂k ω0
Los paquetes de onda construı́dos con ondas planas de distintas frecuencias pero la
misma dirección de propagación no tienen localización espacial en las direcciones trans-
versales. En el siguiente ejemplo veremos que la localización transversal se puede sin-
tetizar mediante superposición de ondas planas que viajan en direcciones ligeramente
distintas. Para separar los efectos de localización transversal y longitudinal vamos a usar
la expresión (2.15) para sintetizar una componente de campo a partir de ondas planas
estrictamente monocromáticas (de acuerdo con lo discutido en 2.7.1 esperamos que no
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 75
Como se hizo en 2.7.1, la etiqueta que coincide con la variable de integración se escribe
como argumento. La manera de construir esta superposición depende del problema fı́sico.
Supongamos que se trata de un haz muy direccional que se propaga en la dirección
~k0 = α0 x̂ + β0 ŷ y que el haz se aleja del plano y = 0 en la dirección de y → ∞. La
√
segunda condición muestra que para un medio aquiral isótropo se debe elegir β = + . . .
(ver (2.23)). Y si es posible definir una dirección de propagación, entonces la función
Aω (α) debe tener un pico más o menos angosto cerca de α = α0 . En este caso las mayores
contribuciones a la integral en (2.102) provienen de la zona α ≈ α0 y entonces es lı́cito
aproximar β(α) a primer orden en α
∂β
β(α) ≈ β0 + (α − α0 ) + ... . (2.103)
∂α α
| {z }0
−α0 /β0
~
que representa una onda plana monocromática eik0 ·~x que se propaga en la dirección
“media”~k0 , modulada por la amplitud variable T
Z ∞
α0 α
iα0 (x− β 0 y)
T (x − y) = Aω (α0 ) e 0 dα0 . (2.105)
β0 −∞
Las dos etiquetas que coinciden con las variables de integración se escriben como argu-
mentos de una función de dos variables con un máximo bien definido cerca de α0 , γ0 y
en esta zona β(α, γ) se aproxima a primer orden
∂β ∂β
β(α) ≈ β0 + (α − α0 ) + (γ − γ0 ) + . . . . (2.107)
∂α α0 ;γ0 ∂γ α0 ;γ0
| {z } | {z }
−α0 /β0 −α0 /γ0
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 77
~
que representa una onda plana monocromática eik0 ·~x que se propaga en la dirección
“media”~k0 , modulada por la amplitud variable T
Z ∞
α0 γ0 α γ
i[α0 (x− β 0 y)+γ 0 (z− β0 y)]
T (x − y, z − y) = Aω (α0 , γ 0 ) e 0 0 dα0 dγ 0 , (2.109)
β0 β0 −∞
[1] Max Planck, “The Theory of Electricity and Magnetism”, (2nd edition, Macmillan,
London, 1932).
[2] “Photonic Crystals: Physics and Practical Modeling”, Igor A. Sukhoivanov, Igor V.
Guryev, Springer-Verlag Berlin Heidelberg 2009
[3] R.S. Kshetrimayum, A brief intro to metamaterials, IEEE Potentials 23, Issue 5,
44 - 46 (2004)
[7] “A Chiral Route to Negative Refraction”, J. B. Pendry, Science 2004, 306 1353-1355
[8] “Chirality and Chiroptical Effects in Metal Nanostructures: Fundamentals and Cu-
rrent Trends”, JT Collins, C Kuppe, DC. Hooper, C Sibilia, M Centini and VK.
Valev, Adv. Opt. Mater. 2017, 5, 1700182 (Special Issue: Chirality and Nanopho-
tonics).
78
Capı́tulo 3
Problemas de frontera
Una vez familizarizados con las propiedades fundamentales de los campos electro-
magnéticos en medios materiales ilimitados sin fuentes libres, y siguiendo la ruta pro-
puesta de partir de problemas sencillos para ir aumentando gradualmente el nivel de
dificultad y ası́ incorporar nuevas herramientas y nuevos conceptos, en esta parte deja-
remos de lado la hipótesis de medios ilimitados. Y prestaremos atención a lo que sucede
cuando un medio material está limitado, es decir, cuando empieza o termina en ciertos
contornos a partir de los cuales hay otros medios o vacı́o.
Mantendremos la hipótesis de ausencia de fuentes libres en todas las regiones, es de-
cir que seguiremos trabajando con las ecuaciones de Maxwell homogéneas. Esto implica
que para medios lineales el comportamiento de los campos en cada región sigue estando
determinado por ecuaciones como (2.2), en términos del operador D asociado a cada me-
dio. Si bien cuando no hay contornos sabemos como resolver el operador diferencial en el
interior de cada región, cuando aparecen discontinuidades es necesario usar las relaciones
(1.25)-(1.28) para especificar cómo se “pegan” los campos y sus derivadas (porque D es
un operador de segundo orden) cuando se pasa de una región a otra. Este tipo de pro-
blemas son bien conocidos en matemáticas en el campo de las ecuaciones diferenciales y
se llaman roblemas de condición de frontera, problemas de frontera, de condición (o de
valor) de borde o contorno, etc. Aparecen en todos los campos de la fı́sica formulados
mediante ecuaciones diferenciales y muchos tienen la forma de los llamados problemas de
Sturm-Liouville. Los problemas de Sturm-Liouville aparecen cuando se hace separación
de variables de operadores diferenciales, como los operadores D del capı́tulo anterior, en
sistemas de coordenadas especialmente adaptados para describir un contorno mediante
la condición una coordenada igual a constante y la teorı́a de Sturm-Liouville [1] permite
determinar qué valores de las constantes de separación (llamados autovalores) aseguran
la existencia de un conjunto completo de soluciones no triviales (llamadas funciones pro-
pias) que además de ser solución del operador D, también satisfagan las condiciones de
frontera.
79
80 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Consideremos una solución F~pe (~x, t) de las ecuaciones de Maxwell en un medio sin fuen-
tes libres ni contornos. Que F~pe (~x, t) sea solución que existe en el medio por sı́ misma, es
decir, que si fue generada fı́sicamente de alguna manera, seguirá existiendo como solución
en el medio, sin necesidad de que intervengan otras soluciones distintas. En cambio, si
ahora se introduce una discontinuidad en el medio, serı́a mucha casualidad que la solución
F~pe (~x, t) cumpliera las condiciones de contorno electromagnéticas en la discontinuidad,
especialmente porque jamás le fueron impuestas (como queda claro observando que en el
capı́tulo anterior nada hace referencia a condiciones de contorno). Luego, si la solución
F~pe (~x, t) realmente existe cerca de la discontinuidad entre dos medios, entonces no puede
estar sola, debe estar acompañada por dos tipos de soluciones adicionales a cada lado de
la discontinuidad: las de un tipo serán combinación de la base de soluciones asociada con
el medio material a un lado de la discontinuidad y las del otro tipo serán combinación
de la base de soluciones asociada con el medio material al otro lado de la discontinuidad.
Y de manera tal que la combinación de soluciones adicionales y solución preexistente
F~pe (~x, t) satisfaga las condiciones en el contorno.
Para fijar ideas e ilustrar el proceso discutido en el parágrafo anterior, podrı́amos
pensar en el caso en que F~pe (~x, t) representa el campo eléctrico generado en un medio
homogéneo por un capacitor de caras paralelas, con las placas, muy alejadas entre sı́.
Si en este escenario se introduce una discontinuidad, por ejempo una esfera de oro a
mitad de camino entre las placas del capacitor, el campo preexistente F~pe (~x, t), generado
por cargas y corrientes en las placas del capacitor, deja de ser solución del problema
electrodinámico y aparecen soluciones adicionales. ¿Por qué aparecen estas soluciones
adicionales? Un matemático dirı́a que las soluciones adicionales tienen que aparecer para
que se cumplan las condiciones de contorno, que los campos preexistentes por si solos no
cumplen. Y un fı́sico dirı́a que las soluciones adicionales que aparecen a uno y otro lado
de la discontinuidad son generadas por las nuevas fuentes inducidas creadas por el campo
preexistente dentro de la esfera de oro. Es claro que las dos explicaciones son equivalentes
y a la vez complementarias (explicación proviene etimológicamente de desplegar, mostrar
lo que estaba doblado, plegado, oculto en un interior no visible o perceptible a la razón),
tanto la explicación matemática como la fı́sica hacen comprensible lo que en un primer
momento no lo serı́a.
En ciertos problemas de contorno la solución preexistente representa campos inciden-
tes sobre una discontinuidad, mientras que las soluciones adicionales representa campos
reflejados y transmitidos, o difractados para un lado y para el otro, o dispersados . . . u
otras interpretaciones alternativas que dependerán de cada problema particular. El punto
principal es que si se tiene una solución en un medio sin fuentes libres y en ausencia de
contornos, cuando existen contornos deben aparecer necesariamente nuevas soluciones.
Y como no hay fuentes libres, estas nuevas soluciones tienen que haber sido creadas por
fuentes inducidas asociadas a la presencia de contornos (las fuentes inducidas no nos
preocupan, porque las estamos manejando con las relaciones constitutivas).
3.2. CONSERVACIÓN DE LA FRECUENCIA 81
con n̂ el versor normal que varı́a con ~xS y que apunta del medio 1 al medio 2 (en el
ejemplo del último parágrafo de la sección anterior ~xS está sobre una esfera y n̂ = r̂ es el
versor radial). Esta condición de contorno debe cumplirse en todo instante (para todo t)y
en todo punto de la superficie (para todo ~xS ). En el dominio frecuencial, (3.1) se escribe
Z ∞ Z ∞
n̂ × ~ (1)
Eω (x~S ) e−i ωt
dω = n̂ × E~ (2) (x~S ) e−i ωt dω . (3.2)
ω
−∞ −∞
Al igual que en el espacio ordinario de vectores geométricos, donde una igualdad entre dos
vectores se puede proyectar en una base espacial y ası́ llegar a tres sistemas de ecuaciones
que relacionan las componentes de ambos vectores, una igualdad en el espacio de Hilbert
de funciones del tiempo como (3.2) también se puede proyectar en una base del espacio, en
este caso la base de funciones temporales armónicas e−i ωt , etiquetadas por el parámetro
real continuo ω. En este espacio el producto escalar entre dos funciones del tiempo es igual
a la integral temporal del producto entre una función y el complejo conjugado de la otra.
Para proyectar la igualdad (3.2) en la base e−i ωt hay que hacer el producto escalar entre
(3.2) y un elemento genérico de la base, por ejemplo el que tiene etiqueta ω 0 . Con este fin
0
primero multiplicamos miembro a miembro la igualdad (3.2) por ei ω t y luego, como el
resultado vale para todo t, integramos la igualdad resultante en el intervalo −∞ < t < ∞
Z ∞h Z ∞ i Z ∞h Z ∞ i
0 )t
n̂ × E ~ (x~S ) e
(1) −i (ω−ω
dω dt = n̂ × ~ (2) (x~S ) e−i (ω−ω0 )t dω dt . (3.3)
E
ω ω
−∞ −∞ −∞ −∞
y como los elementos de la base son ortogonales (el producto escalar entre una exponencial
con etiqueta ω y otra exponencial con etiqueta ω 0 es proporcional a una delta de Dirac)
Z ∞
0
e−i (ω−ω )t dt = 2π δ(ω − ω 0 ) , (3.5)
−∞
82 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
~ (1)0 (x~S ) = n̂ × E
n̂ × E ~ (2)0 (x~S ), (3.6)
ω ω
(ω 0 es una etiqueta comodı́n, se puede reemplazar por ω) y ası́ llegamos a que la condición
de contorno (1.27) se cumple frecuencia a frecuencia, es decir para cada componente
armónica temporal.
La condición de contorno (1.28) también tiene la forma de (3.1), excepto cuando hay
corriente superficial, En este caso aparece un término adicional 4π ~ pero igual podemos
K,
c
repetir el procedimiento desarrollado para (3.1), ahora pasando al dominio frecuencial
tanto los campos como la corriente superficial K. Luego proyectamos la igualdad válida
para todo t en la base de funciones temporales armónicas y si la superficie es estacionaria
de nuevo llegamos a la conclución de que la condición (1.28) se cumple frecuencia a
frecuencia, es decir que cada componente de frecuencia de los campos de un lado de la
discontinuidad no se mezcla con otras componentes de frecuencia de los campos del otro
lado ni con otras componentes de frecuencia de la corriente superficial
4π
~ (2) ~ (1)
n̂ × Hω (x~S ) − Hω (x~S ) = ~ ω (x~S ),
K (3.7)
c
~ ω(1) (x~S ) = n̂ · B
n̂ · B ~ (2) (x~S ). (3.9)
ω
Queda claro que el contenido frecuencial de los campos adicionales que aparecen debido
a una discontinuidad entre dos medios siempre queda determinado por el contenido fre-
cuencial de los campos preexistentes. Para medios lineales, y teniendo en cuenta que las
condiciones de contorno se cumplen frecuencia a frecuencia, se deduce que si los campos
preexistentes son monocromáticos, los campos adicionales que aparecen a ambos lados de
la superficie también lo son. En conclusión: en todo problema de interacción entre radia-
ción y objetos estacionarios con medios lineales, la frecuencia de la radiación se conserva.
En cambio, en interacciones entre radiación y objetos estacionarios con medios no-lineales,
debido a que las ecuaciones constitutivas mezclan distintas frecuencias, la frecuencia de
la radiación no se conserva (ver (1.13) y recordar el fenómeno de generación de segunda
armónica).
Problemas no estacionarios, en elaboración
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 83
Hemos visto que para manejar el cumplimiento de las condiciones de contorno en todo
instante resulta conveniente proyectar estas condiciones en la base de Fourier temporal
(base del espacio de Hilbert de funciones temporales). Análogamente, resulta natural
que para manejar el cumplimiento de las condiciones de contorno en todo punto ~xS
de la superficie de discontinuidad, proyectemos estas condiciones en una base adecuada
del espacio de Hilbert de funciones, ahora de dos variables espaciales, definidas en la
superficie. Para encontrar esta base será útil la separación de variables y los resultados de
la teorı́a de Sturm-Liuville [1]. Si la superficie de discontinuidad es el plano y = 0, parece
muy adecuado elegir como variables espaciales a las coordenadas x y z y con esta elección
la base adecuada resulta ser la base de Fourier bidimensional con etiquetas kx , kz . En
cambio, si la superficie de discontinuidad es la esfera r = R, las dos variables espaciales
adecuadas son evidentemente las coordenadas esféricas θ y φ y esta elección llevará a una
base de funciones angulares adecuada, porque claramente la base de ondas planas no está
bien adaptada para describir lo que pasa en la superficie de una esfera.
Otra dificultad teórica que hay que enfrentar está relacionada con el carácter vectorial
(geométrico) de las condiciones de contorno, que se manifiesta con la presencia explı́cita
del versor normal n̂ y que indica que serı́a muy conveniente expresar las componentes de
los campos en una base cuyas direcciones se ajusten localmente a la forma de la superficie
(tres versores, por ejemplo los versores ρ, θ y φ de coordenadas esféricas para un contorno
esférico). Dicho de otra manera, hay que encontrar una manera lo menos complicada
posible para que la descripción de la polarización de los campos no entorpezca demasiado
la descripción de las componentes normales y tangenciales a la superficie de separación
que son las que están involucradas en las condiciones de contorno (3.6) - (3.9).
Vemos entonces que la geometrı́a del contorno influye fuertemente tanto en el primer
problema, de encontrar la base del espacio de Hilbert de funciones definidas en la superficie
de discontinuidad, adecuada para satisfacer las condiciones de contorno en todo ~xS de la
superficie, como en el segundo problema, de descomponer los campos vectoriales en una
base que se ajuste localmente a la forma de la superficie. A continuación veremos cómo
manejar ambos problemas cuando el contorno tiene simetrı́a de traslación a lo largo de
una dirección fija en el espacio (dirección ẑ). Se trata de un caso muy interesante desde el
punto de vista teórico, porque conduce a un formalismo donde el problema de contorno
para los campos vectoriales se reduce a dos problemas de contorno, en general acoplados,
para dos funciones escalares. También es un caso muy importante desde el punto de vista
aplicado, pues incluye muchos dispositivos, en particular las fibras ópticas que a nivel
mundial transportan el 95 % de las conexiones de internet y que continuamente plantean
una fuerte demanda para que la investigación básica siga produciendo mejoras cada vez
más importantes.
Para no perdernos con complicaciones adicionales supondremos que el contorno separa
dos medios homogéneos isótropos y no quirales, caracterizados por parámetros constituti-
vos εj , µj , j = 1, 2., aunque la teorı́a se puede generalizar fácilmente para incluir medios
84 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
con otras ecuaciones constitutivas Los contornos con simetrı́a de traslación incluyen si-
tuaciones con superficies rugosas acanaladas, descriptas por y = g(x) (como una chapa de
techo corrugada, o una red de difracción si g(x) es periódica) y superficies planas (cuando
g(x) = 0, una situación tan importante para la óptica clásica). En el caso de fibras ópticas
el contorno está descripto por una curva cerrada, por ejemplo el contorno x2 + y 2 = R2
para fibras de sección circular, y un medio, el exterior, es infinito y el interior puede ser
una región simplemente conexa (como en un caño hueco), o múltiplemente conexa (como
en un cable coaxil).
Según (2.13), para medios aquirales homogéneos, la parte espacial de los campos a la
frecuencia ω satisfacen la ecuación de Helmholtz
h ω2 i
∇2 + 2 ε µ F~ω (~x) = 0 , (3.10)
c
donde por el momento dejamos de lado los subı́ndices de ε y µ que hacen referencia al
adentro y al afuera, o al arriba y abajo con respecto al contorno. El sistema de coorde-
nadas más adecuado para resolver esta ecuación diferencial dependerá de la forma del
contorno, pero debido a la simetrı́a de traslación podemos asegurar que siempre incluirá
a z como coordenada. Ası́, el operador ∇2 tendrá siempre dos partes, una que opera en
las coordenadas transversales a z y otra que opera solamente sobre z
∂2
∇2 = ∇2t + .
∂z 2
El subı́ndice t hace referencia a transversal a la dirección z. El siguiente paso consiste
en proponer una separación de variables parcial para cada componente cartesiana de los
vectores incógnita F~ω (~x), en la forma
Fω (~x) = Fω (~xt ) Z(z) ,
con ~x = ~xt + z ẑ y con algunos abusos de notación (Fω (~xt ) deberı́a tener otro nombre,
en principio hay un Z(z) para cada componente cartesiana de los campos . . . ). Como en
todo problema de separación de variables operamos y luego de dividir por la función se
obtiene
1 ω2 1 d2 Z(z)
∇2t Fω (~xt ) + 2 ε µ + = 0, (3.11)
Fω (~xt ) c Z(z) dz 2
| {z }
−kz2
con −kz2 la constante de separación. Ası́ resulta que en las componentes cartesianas de la
parte espacial de todos los vectores campo se puede factorizar una exponencial e±ikz z y
entonces la parte espacial de todos los vectores campo se puede escribir en la forma
F~ω (~x) = F~ω (~xt ) e± i kz z , (3.12)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 85
donde se definió
ω2
γ2 = µ − kz2 . (3.14)
c2
Debido a la separación de variables parcial en la coordenada z, el problema en cada
medio se redujo a encontrar las autofunciones Fω;~ γ (~xt ) y los autovalores γλ del operador
λ
bidimensional asociado con la constante de separación kz . Bajo condiciones propicias,
estas autofunciones formarán una base de soluciones para F~ω (~xt ) en cada medio. Los
elementos de la base en cada medio quedan etiquetados por el ı́ndice bidimensional λ que,
dependiendo de cada problema, resulta un ı́ndice continuo o discreto. Mediante (3.25),
los autovalores γλ determinan la relación de dispersión kzλ (ω) para cada elemento de la
base en cada uno de los medios separados por la superficie con simetrı́a de translación
r
ω2
kz(λ) (ω) =± 2
µ − γλ2 . (3.15)
c
La forma más general de la función original F~ω (~x) resulta combinación lineal (suma o
integral) de las autofunciones etiquetadas por el ı́ndice doble λ
X (λ)
F~ω (~x) = F~ω; λ (~xt ) e i kz (ω)z
, (3.16)
λ
3.3.2. Eω; z (~
xt ) y Hω; z (~
xt ) como potenciales
~ ω (~x) = E
~ ω; t (~x) + Eω; z (~x) ẑ
E
~ ω; t (~x) + Hω; z (~x) ẑ .
~ ω (~x) = H
H
(3.17)
86 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Figura 3.1: y = g(x) representa la forma de un contorno con simetrı́a de translación en el eje z. La
dirección tangencial a este contorno tiene dos componentes, una en z y otra en T̂ = n̂ × ẑ.
Si bien las ecuaciones diferenciales (3.25) están desacopladas, el problema sigue siendo
vectorial, porque las condiciones de contorno (3.6)-(3.9) no están impuestas sobre las
componentes longitudinales Eω; z (~xt ) y Hω; z (~xt ), sino sobre las componentes de los campos
paralelas (en (3.6) y (3.7)) y perpendiculares (en (3.8) y (3.9)) a los contornos. Para
encontrar qué condiciones de contorno tienen que cumplir los potenciales
que aparecen en (3.23) y (3.24), calculamos primero las componentes de los campos
paralelas (tangenciales) a la superficie. De la primera ecuación en (3.17) resulta que la
componente tangencial del campo eléctrico
~ ω (~x) = n̂ × E
n̂ × E ~ ω; t (~x) + Eω; z (~x) n̂ × ẑ (3.26)
| {z }
T̂
como todo vector tangencial a una superficie con simetrı́a de translación en ẑ, se escribe
como suma de una parte en ẑ, perpendicular a n̂ y a la dirección transversal a ẑ, y
otra parte que, por ser perpendicular a ẑ está en la sección transversal, y que por ser
perpendicular a la normal n̂ tiene que estar en la dirección T̂ tangencial a la superficie
T̂ = n̂ × ẑ (3.27)
(no confundir con el subı́ndice t que se refiere a transversal ). Las direcciones involucradas
se esquematizan en la figura 3.1 para el caso en que la superficie está dada explı́citamente
por la relación y = g(x). Si ġ(x) denota la derivada de g(x), resulta que
x̂ + ġ ŷ −ġ x̂ + ŷ
T̂ = p , n̂ = p , (3.28)
1 + ġ 2 1 + ġ 2
88 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
~ ω (~x) = n̂ · D
~ ω; t (~x) + Dω; z (~x) :0
n̂ · D · ẑ
n̂ (3.33)
" ẑ×T̂ #
~ ω; t 1 ~ t Eω; z − iµ ω z}|{
~ t Hω; z ) ,
n̂ · D = 2 ikz n̂ · ∇ n̂ · (ẑ × ∇
γ c
" #
~ ω; t ∂Eω; z ω ∂Hω; z
n̂ · D = i 2 kz +µ , (3.34)
γ ∂ n̂ c ∂ T̂
Por ejemplo, en la discontinuidad entre dos medios isótropos aquirales no hay cargas ni
corrientes superficiales. Entonces, la continuidad de la componente tangencial del campo
eléctrico y la continuidad de la componente tangencial del campo magnético exigen, según
(3.31) y (3.32), que las siguientes cantidades
1 ∂Eω; z ω ∂Hω; z 1 ∂Hω; z ω ∂Eω; z
Eω; z , Hω; z , kz +µ y 2 kz − (3.36)
γ2 ∂ T̂ c ∂ n̂ γ ∂z c ∂ n̂
tomen el mismo valor cuando son evaluadas a uno u otro lado o de la superficie. Notar que
a uno y otro lado cambian los valores de y µ (y en consecuencia de γ), pero los valores
de kz no cambian. Esto es ası́ porque las condiciones de contorno se deben cumplir para
todo valor de la coordenada z. Y entonces la situación es completamente análoga a la
vista en 3.2 para condiciones que tienen que valer para todo instante: los elementos de la
base exponencial ei kz z que surge de la separación de variables son ortogonales y satisfacen
una condición como la expresada en la ecuación (3.5) (reemplazando la etiqueta ω por la
etiqueta kz ).
A partir de (3.34) y (3.35) se puede probar que las condiciones de contorno (3.8) y
~ ω; t y n̂ · B
(3.9), en este caso continuidad de las componentes normales n̂ · D ~ ω; t , se cumplen
automáticamente si se verifica la continuidad de las cuatro cantidades (3.36).
Las dos primeras cantidades en (3.36) solamente involucran a cada componente lon-
gitudinal por separado. En cambio, las dos últimas cantidades en (3.36) mezclan a las
componentes longitudinales y muestran que si bien las ecuaciones diferenciales (3.25)
están desacopladas, en el caso general las condiciones de contorno exigen que los dos
problemas se resuelvan simultáneamente. Dicho de otra manera, la base de soluciones del
problema de contornos no es la unión de las soluciones de dos problemas desacoplados,
uno sólo para Eω; z (~xt ), con Hω; z ≡ 0 (modo TM en la nomenclatura de guı́as de on-
da) y otro sólo para Hω; z (~xt ), con Eω; z ≡ 0 (modo TE en la nomenclatura de guı́as de
onda): existen también otros elementos en la base, llamados modos hı́bridos, que tienen
Hω; z 6= 0 y Eω; z 6= 0 simultáneamente. Esta situación se observa en las fibras ópticas,
donde aparecen modos hı́bridos en los que ni el campo eléctrico ni el magnético son pu-
ramente transversales a la dirección de simetrı́a de la fibra (en este caso, la dirección de
propagación).
A primera vista puede parecer extraño que en un problema de contorno con simetrı́a
de translación, las soluciones para los campos exhiban dependencia con la dirección de
simetrı́a. Si los contornos no dependen de la dirección z, podrı́a esperarse que los campos
tampoco. La aparente contradicción se resuelve cuando pensamos que hasta el momento
no hemos dicho nada sobre la simetrı́a de los campos preexistentes, que podrı́an, por
ejemplo, variar en la dirección z. Solamente cuando los campos preexistentes tengan la
misma simetrı́a que el contorno, podremos entonces esperar que los campos inducidos sean
independientes de la coordenada z. En otras palabras, cuando se dan ambas condiciones,
necesariamente debe ser kz = 0, un caso que incluye al llamado Problema de Fresnel para
90 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Otro caso donde la base de soluciones del problema de contornos resulta ser la unión
de las soluciones de dos problemas desacoplados, aún cuando kz 6= 0, es cuando uno de
los medios involucrados es un conductor perfecto (el otro medio sigue siendo un medio
isótropo aquiral). Una mitad del problema queda resuelta automáticamente, porque los
campos son nulos dentro del conductor perfecto. Y como en la superficie de un conductor
perfecto hay cargas y corrientes, las condiciones (3.7) y (3.8) se pueden aplicar solamente
a posteriori, en caso de estar interesados en obtener la densidad de corriente y de carga
superficiales (antes, en cambio, la condición (3.7) se usó explı́citamente, ver (3.32) y
(3.36)). Luego, en este caso hay que pedir que en todo punto ~xs de la superficie se
cumplan las siguientes condiciones de contorno
n̂ × E ~ ω (~xs ) = 0 , (3.40)
~ ω (~xs ) = 0 .
n̂ · B (3.41)
Veremos a continuación que estas condiciones son equivalentes a
∂Hω; z (~xs )
Eω; z (~xs ) = 0 , y =0 . (3.42)
∂ n̂
De la condición (3.40) junto con (3.31) se obtiene
Eω; z (~xs ) = 0 , (3.43)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 91
∂Hω; z (~xs )
= 0. (3.45)
∂ n̂
Ası́ queda demostrado que la condición de contorno 3.40 se satisface si se satisfacen
simultáneamente las dos condiciones (3.43) y (3.45). Análogamente, la condición (3.41)
junto con (3.35) exigen que
Modos TEM
En problemas de contorno con simetrı́a de translación entre dos medios isótropos aqui-
rales ¿pueden existir modos TEM?, es decir, ¿pueden existir elementos de la base para
92 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
cada medio con Eω; z (~xt ) y Hω; z (~xt ) simultáneamente nulos? Sin proponernos un estudio
exhaustivo de esta cuestión, a partir de las ecuaciones (3.23) y (3.24) observamos que
para que esto suceda es necesario que
γ2 = 0 . (3.47)
Esta condición, junto con la ecuación (3.25), muestran que si existen campos TEM F~ω (~xt ),
por definición totalmente transversales a z, deben ser soluciones de la ecuación de La-
place. La condición (3.47) también impone la siguiente condición sobre la constante de
separación kz2
ω2
kz2 = µ , (3.48)
c2
es decir, que los modos TEM, si existen, tienen la misma relación de dispersión que las
ondas planas que se propagan en el medio dieléctrico sin lı́mites.
Para estos modos no sólo la relación entre kz y ω es la misma que para ondas planas,
también los vectores transversales E~ω (~xt ) y H~ω (~xt ) de los modos TEM guardan la misma
relación que en una onda plana, tal como puede verse a partir de la ley de Faraday
~ TEM
~ ×E
∇ ~ t + ẑ ∂ ) × E
~ TEM = (∇ ~ TEM = ∇~t×E ~ TEM + ẑ × ∂ Eω (~xt ) = i µ ω H~ TEM (~xt ) .
ω ω
∂z | {z ω } | ∂z c | ω
{z }
k ẑ ⊥ ẑ
{z }
⊥ ẑ
se obtiene una relación que coincide con la relación (2.31) obtenida para una onda plana
que se propaga según el eje z.
A continuación veamos que el problema vectorial de los modos TEM se puede reducir
también a un problema escalar. Para demostrarlo primero observamos que según 3.50,
~ TEM (~xt ) deriva de un potencial Φ
E ω
~ TEM (~xt ) = ∇Φ
E ~ , (3.52)
ω
y como estamos suponiendo que en los medios que rodean al contorno no hay cargas libres
~ ·E
∇ ~ ωTEM (~xt ) = ∇
~t·E
~ ωTEM (~xt ) = 0 . (3.53)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 93
∇2t Φ = 0 . (3.54)
Figura 3.2: Problema de contornos en una región delimitada por dos superficies S1 y S2 con simetrı́a
de translación. Tanto el medio interior a S1 como el medio exterior de S2 son perfectamente conductores
y la región delimitada S1 y S2 contiene un medio isótropo aquiral caracterizado por los parámetros
constitutivos y µ .
solución no puede ser una función constante, porque no podrı́a satisfacer simultáneamen-
te ambas condiciones de contorno. Vemos ası́ que la base de soluciones de los campos
en regiones múltiplemente conexas delimitadas por conductores perfectos puede incluir
soluciones TEM.
Ejemplos de recintos múltiplemente conexos que soportan la existencia de modos TEM
son la guı́a de ondas coaxial (la región anular delimitada por dos caños metálicos huecos,
generalmente concéntricos), o la guı́a de ondas plana de caras paralelas.
De acuerdo con la discusión previa, las componentes longitudinales de los campos pre-
existentes se pueden representar mediante desarrollos de la forma mostrada en (2.24). Si
suponemos que el único campo preexistente fue creado por una fuente localizada en el
entorno de una región con y → +∞, la representación integral del campo preexistente en
la región 1 (región y > 0, o región de incidencia) solamente puede tener el término aso-
ciado a un flujo de potencia regresivo según el eje y, que, para medios ordinarios (µ > 0),
corresponde al segundo término del lado derecho de (2.24). Luego, las componentes lon-
gitudinales de los campos preexistentes, también llamados campos incidentes, se escriben
en la forma
Z ∞
(1)
Fω; z (~x) = Fω;incz,kx ,kz ei[kx x+kz z−ky y] dkx dkz ,
inc
(3.55)
−∞
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 95
donde Fω;incz,kx ,kz , función de ω, kx y kz , representa la amplitud de cada onda plana regresiva
con frecuencia ω y vector de onda ~k en el desarrollo q del campo preexistente en la base de
(1) (1)
ondas planas, con ~k = kx x̂ − ky ŷ + +kz ẑ, y ky = ω2 ε(1) µ(1) − k 2 − k 2 .
2
c x z
Z ∞ (2)
tra
Fω; z (~x) = Fω;traz,kx ,kz ei[kx x+kz z−ky y]
dkx dkz , (3.57)
−∞
q
(2) ω 2 (2) (2)
con ky = c2
ε µ − kx2 − kz2 .
De acuerdo con (3.36), las componentes longitudinales de los campos a uno y otro lado
o de la superficie deben ser continuas en y = 0, para todo valor de x e y. En términos de
los campos incidentes, reflejados y transmitidos esta condición de contorno se escribe
Z ∞ Z ∞
i[kx x+kz z]
inc
Fω; z,kx ,kz e dkx dkz + Fω;refz,kx ,kz ei[kx x+kz z] dkx dkz =
−∞ −∞
Z ∞
Fω;traz,kx ,kz ei[kx x+kz z] dkx dkz . (3.58)
−∞
Vemos que la situación es completamente análoga a la vista en (3.2) para condiciones que
tienen que valer para todo instante. Y está completamente relacionada con la proyección
de condiciones de contorno, como la ecuación (3.4.2), en la base de funciones adecuada al
contorno, en este caso la base de exponenciales 2D ei[kx x+kz z] . Para proyectar la igualdad
(3.4.2) en la base ei[kx x+kz z] , primero multiplicamos miembro a miembro la igualdad por
el conjugado de un elemento genérico de la base, por ejemplo el que tiene etiquetas
kx0 , kz0 . Y como la nueva igualdad sigue valiendo para todo valor de x e y, integramos
96 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Decir que en un plano infinito que separa dos medios isótropos aquirales, las represen-
taciones integrales de los campos preexistentes e inducidos en la base de ondas planas
satisfacen condiciones de contorno que valen integrando a integrando, es equivalente a de-
(1)
cir que la onda plana del campo preexistente con vector de onda ~k inc = kx x̂−ky ŷ ++kz ẑ,
se mezcla solamente con dos tipos de ondas planas inducidas o secundarias (ausentes si no
estuviera la discontinuidad): i) un tipo de onda plana en el medio de incidencia (llamada
(1)
onda reflejada), con vector de onda ~k ref = kx x̂ + ky ŷ + +kz ẑ y ii) otro tipo de onda
plana en el semiespacio opuesto al medio de incidencia (llamada onda transmitida), con
(2)
vector de onda ~k tra = kx x̂ − ky ŷ + +kz ẑ. Notar que la polarización de cada una de estas
ondas viene dada por las amplitudes complejas de las componentes longitudinales de los
campos. Es decir, la polarización de la onda incidente está especificada por Eω;incz,kx ,kz y
Hω;incz,kx ,kz y la polarización resultante de las ondas secundarias queda determinada por
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 97
Eω;refz,kx ,kz y Hω;refz,kx ,kz , para la onda reflejada, y por Eω;traz,kx ,kz y Hω;traz,kx ,kz , para la onda
transmitida. La notación empleada hasta este momento enfatiza que las condiciones de
contorno se imponen sobre campos sintetizados a partir de los elementos de una base, en
este caso una de Fourier temporal etiquetada con ω y una de Fourier espacial etiquetada
con (kx , kz ). Pero en contornos estacionarios las etiquetas ω no se mezclan, ver 3.2, y en
contornos planos no se mezclan las etiquetas (kx , kz ), ver 3.4.2. Entonces, para contornos
planos estacionarios podemos simplificar la notación y eliminar los subı́ndices ω, kx y
kz , que llegado el caso volverán a tomar protagonismo cuando sea necesario sintetizar
los campos secundarios a partir de campos con distintas etiquetas ω, kx y kz . Con este
aligeramiento de la notación, los campos preexistentes, reflejados y transmitidos quedan
completamente especificados, en polarización y energı́a, por E zinc y H zinc , E zref y H zref y E ztra
y H ztra , respectivamente.
Como las condiciones de contorno son lineales en los campos, al imponer la continuidad
de las cuatro cantidades en (3.36) resulta un sistema de cuatro ecuaciones lineales inho-
mogéneo con las cuatro amplitudes complejas de los campos secundarios como incógnitas
y con las dos amplitudes complejas de los campos preexistentes en la inhomogeneidad
del sistema. A partir de este sistema se puede depejar cada incógnita en términos de las
amplitudes complejas E zinc y H zinc del campo preexistente
ref inc
Ez rTM→TM rTM→TE Ez
= , (3.59)
H zref rTE→TM rTE→TE H zinc
y
inc
E ztra tTM→TM tTM→TE Ez
= . (3.60)
H ztra tTE→TM tTE→TE H zinc
Las matrices que aparecen en (3.59) y (3.60) son las matrices de reflexión y de transmi-
sión y la notación de sus elementos refleja que cuando E zinc 6= 0 y H zinc = 0, el campo
incidente es TM, en cambio cuando E zinc = 0 y H zinc 6= 0, el campo incidente es TE (ver
página 89). En general, estas matrices no son diagonales, porque las cantidades (3.36)
mezclan componentes z del campo eléctrico y del campo magético. Sin embargo, veremos
a continuación que para una superficie plana entre dos medios isótropos aquirales estas
matrices son diagonales solamente cuando se elige el eje z en la dirección perpendicular
al plano determinado por el vector ~k inc y el vector n̂ normal a la discontinuidad.
Encontrar las amplitudes complejas de los campos inducidos como función de las am-
plitudes complejas del campo incidente (y de la dirección incidente, dada por kx y kz , y
de la frecuencia ω, que determina los valores de los parámetros constitutivos) se conoce
como problema de Fresnel 1 . Se trata de un problema de enorme importancia, ya que su
solución describe la dinámica de la reflexión y de la transmisión en una superficie plana
y también en otras superficies que sin ser planas tienen tamaños tı́picos muchı́simo más
grandes que la longitud de onda de los campos.
1
Augustin-Jean Fresnel, fue el primero en reconocer en 1821 que la luz es un fenómeno ondulatorio
transversal, aunque en ese momento nadie imaginaba que las vibraciones transversales correspondı́an a
campos eléctricos y magnéticos.
98 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Hemos visto que en la interacción de una onda plana con una superficie plana se
conserva la componente tangencial de todos los vectores de onda, es decir
Como todos los vectores de onda tienen la misma componente tangencial de kx , estas
ecuaciones equivalen a las leyes de la Óptica Geométrica, a saber, θi = θr (ángulo de
(1) (2)
reflexión igual al ángulo
p de incidencia) y n sin θi = n sin θt , la ley de Ibn Sahl (o de
Snell) [2], con n(j) = (j) µ(j) , j = 1, 2 el ı́ndice de refracción de cada medio.
(En elaboración)
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 99
Figura 3.3: Ilustración de (3.61) en el espacio recı́proco de vectores de onda. Todos los vectores son
coplanares y tienen la misma componente kx y el esquema corresponde al caso en que el ı́ndice de
refracción del medio de incidencia es menor que el del medio de transmisión.
(1) (1)
F (x, y) = F inc ei[kx x−ky y]
+ F inc ei[kx x+ky y]
(3.65)
(2)
i[kx x−ky y]
F (x, y) = F tra e . (3.66)
Con estas expresiones, y luego de simplificar el factor exponencial, las condiciones (3.39)
se escriben como
que se puede reescribir como un sistema de ecuaciones lineales inhomogéneo, con las dos
amplitudes complejas de los campos secundarios como incógnitas y la amplitud compleja
100 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Resolviendo el sistema se obtienen los coeficientes de reflexión r12 = F ref /F inc y de trans-
misión t12 = F tra /F inc para las amplitudes
β1 β2
η (1)
− η (2)
r12 = β1 β2
. (3.71)
η (2)
+ η (2)
2β1
η (1)
t12 = β1 β2
. (3.72)
η (2)
+ η (2)
Estos coeficientes dan módulo y fase de la amplitud de los campos secundarios, relativos
a la amplitud de una onda plana incidente que desde el medio 1 se encuentra con una
discontinuidad plana que separa medio 1 y medio 2. Y aunque hemos dejado las etiquetas
de lado en la notación, conviene recordar que todas las ondas involucradas tienen las
mismas etiquetas ω, kx y kz = 0. Esto quiere decir que aunque resulte evidente de (3.71)
que r12 = −r21 , la relación es válida cuando se mantiene el mismo valor de kx (y kz = 0),
es decir, cuando la onda incidente que desde el medio 2 se encuentra con el medio 1 forma
con la normal un ángulo θt (y se transmite al medio 1 con un ángulo θi ).
Las expresiones (3.71) y (3.72) resuelven los dos problemas desacoplados. El problema
para Ez , con Hz ≡ 0 y η = µ se llama modo TM (transverso-magnético) en la nomen-
clatura de guı́as de onda y el problema para Hz , con Ez ≡ 0 y η = se llama modo TE
(transverso-eléctrico) en la nomenclatura de guı́as de onda. Y en esta nomenclatura se da
por supuesto que el carácter de transverso está referido al eje z de simetrı́a. En cambio,
en la nomenclatura óptica, donde se elige como referencia al plano de incidencia, resulta
más natural que el carácter de transverso esté referido a dicho plano. Y entonces hay un
problema, porque lo que es transversal al eje z resulta paralelo al plano de incidencia.
Y viceversa: lo que es paralelo al eje z resulta transversal al plano de incidencia. Por
este motivo, el problema para Ez con Hz ≡ 0, que en el campo de las fibras y guı́as de
onda serı́a modo TM, en óptica se conoce como modo TE, o transverso-eléctrico, porque
el campo eléctrico de la onda incidente (y de las ondas secundarias) es perpendicular al
plano de incidencia. Y el problema para Hz con Ez ≡ 0, que en el campo de las fibras y
guı́as de onda serı́a modo TE, en óptica se conoce como modo TM, o transverso-magnéti-
co, porque ahora el campo magnético de la onda incidente (y de las ondas secundarias)
es perpendicular al plano de incidencia (y el campo eléctrico paralelo al plano de inciden-
cia). Para evitar confusiones, muchos prefieren hablar en el primer caso de polarizaciń s,
por “senkrecht”, la palabra alemana para “perpendicular” y de polarizaciń p, por “para-
llel”, (inglés y alemán), o sea campo eléctrico parallelo al plano de incidencia. De manera
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 101
Figura 3.4: Modos de polarización en la nomenclatura óptica para una superficie plana entre dos
medios isótropos aquirales. Izquierda, modo TE o s, el campo eléctrico de la onda incidente (y de las
ondas secundarias) es perpendicular al plano de incidencia. Derecha, modo TM o p, el campo eléctrico
de la onda incidente (y de las ondas secundarias) es paralelo al plano de incidencia.
2β1 2β1
µ(1)
ts12 = β1 β2
tp12 = β1
(1)
β2
(3.74)
µ(1)
+ µ(2) (2)
+ (2)
Los modos no se mezclan, por eso se obtienen dos sistemas de 2x2, uno para cada
modo y ambos representados por (3.70). Ası́ vemos que son nulos los elementos cruzados
rTM→TE y rTE→TM de la matriz de reflexión definida en (3.59). De acuerdo a lo discutido
s
sobre notación de modos, el elemento rTM→TM en (3.59) corresponde a r12 mientras que el
p
elemento rTE→TE en (3.59) corresponde a r12 . También son nulos los elementos cruzados
de la matriz de reflexión definida en (3.60), el elemento tTM→TM en (3.60) corresponde a
ts12 y el elemento tTE→TE en (3.59) corresponde a tp12 .
s p
las dos cantidades r12 y r12 en (3.73). Aparentemente no es ası́, porque cuando kx = 0
resulta
q q q q
1 2 µ1 µ2
µ1
− µ2 1
− 2
s p s
r12 (kx = 0) = q q y r12 (kx = 0) = q q = −r12 (kx = 0) .
1 2 µ1 µ2
µ1
+ µ2 1
+ 2
Un análisis más detallado de la forma de los campos muestra que la diferencia de signo
se debe a que la elección de todos los campos eléctricos según z en el modo s, equivale
a suponer todos los campos eléctricos en fase con el campo incidente, mientras que la
elección de todos los campos magnéticos según z en el modo p, equivale a suponer los
campos eléctricos en contrafase en incidencia normal (ver figura (3.4)). El hecho fı́sico es
s p
que en incidencia normal las dos cantidades r12 y r12 predicen lo mismo: si 1 /µ1 < 2 µ2
entonces el campo eléctrico reflejado en incidencia normal tiene signo opuesto al campo
eléctrico incidente, mientras que cuando 1 /µ1 > 2 µ2 , el campo eléctrico reflejado tiene
el mismo signo que el campo eléctrico incidente.
Los materiales transparentes más usados √ en el espectro visible tienen µ = 1. En este
caso el ı́ndice de refracción resulta n = y entonces el resultado obtenido para incidencia
normal está de acuerdo con las observaciones de interferencia en láminas delgadas, de las
cuales se infiere que cuando la reflexión ocurre desde un medio ópticamente más denso
(mayor ı́ndice de refracción) hacia un medio ópticamente menos denso (menor ı́ndice de
refracción), la onda reflejada tiene un desfasaje de π con respecto a la incidente. En el
caso óptico también resulta que
n − n
p s 2 1
|r12 (kx = 0)| = |r12 (kx = 0)| = . (3.75)
n2 + n1
Para una ventana de vidrio en aire en el visible, n2 = 1.5, n1 = 1, resulta que la amplitud
de la onda reflejada es 0.2 veces menor (y con una intensidad 0.04 veces menor) que la
de la onda incidente.
Materiales no magnéticos
p s
En la figura 3.5 se muestran las curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| de los módulos de los
coeficientes de reflexión en función del ángulo de incidencia para una superficie plana
aire vidrio con µ1 =µ2 =1, 1 =1, 2 =2.25. Ambas curvas coinciden en incidencia normal,
donde toman el valor dado por (3.75) y en incidencia rasante donde valen 1. Este es el
comportamiento usual en óptica. La diferencia más importante entre ambas curvas es que
p
r12 se anula para un ángulo de incidencia (el conocido ángulo de Brewster), mientras que
s p
r12 no se anula. Según (3.73) la condición para que se anule r12 es
β1 β2
= .
1 2
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 103
p s
Figura 3.5: curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| en función del ángulo de incidencia para una superficie plana
aire vidrio con µ1 =µ2 =1, 1 =1, 2 =2.25.
√
Para materiales no magnéticos, µ = 1, n = y es fácil demostrar que el ángulo de
Brewster θB viene dado por
r
2 n2
tan θB = = . (3.76)
1 n1
Materiales magnéticos
p s
Cuando µ1 6= µ2 las curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| pueden ser cualitativamente muy
distintas de las conocidas en el rango óptico. Por ejemplo, cuando
√ √
1 µ1 = 2 µ2 , adaptación de ı́ndices, (3.77)
los dos medios, a pesar de ser distintos, tienen el mismo ı́ndice de refracción. En este
caso la onda refractada se propaga en la misma dirección que la onda incidente, pero la
reflectividad de la superficie no es cero (como ocurrirı́a si los dos medios fueran idénticos).
Más curioso aún es que ambos coeficientes de Fresnel resultan
q q q q
1 2 µ1 µ2
µ1
− µ2 1
− 2
s s
r12 = q q , y r12 = q q ,
1
µ1
+ µ22 µ1
1
+ µ22
que son independientes del ángulo de incidencia y tienen el mismo módulo, como puede
verse a partir de la condición (3.77).
104 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Otra situación que puede darse en medios magnéticos, también cualitativamente muy
distinta a la que ocurre en el rango óptico es cuando se cumple la condición
1 2
= , adaptación de impedancias. (3.78)
µ1 µ2
Ahora los coeficientes de Fresnel dependen del ángulo de incidencia pero siguen teniendo
el mismo módulo. Notar que en incidencia normal la reflectividad es cero para ambas
polarizaciones. Se deja como ejercicio demostrar que, dependiendo de los valores relativos
de las permitividades y permeabilidades de ambos medios, es posible tener ángulo de
Brewster para polarización s.
¿Un ángulo de transmisión complejo? Seguro que no era esto en lo que estábamos pensan-
do cuando escribimos las componentes del vector de onda transmitido en función de θt . La
conclusión es que para ángulos de incidencia mayores que el crı́tico tenemos que revisar
la interpretación de θt como ángulo de refracción. Para eso investiguemos la estructura
de la onda refractada en el medio 2 (y < 0)
~ 0t ei [ ωc n2 (x sin θt −y cos θt )−ωt]
~ t (~x, t) = E
E
q
ω sin θ
~ 0t e( c n2 ( sin θ i )2 −1) y ω
= E c ei[( c n2 sin θt ) x−ωt] . (3.82)
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 105
Esta expresión, válida para y ≤ 0, representa una onda que se propaga a lo largo de
la superficie sin atenuarse y cuya amplitud decae exponencialmente hacia el interior del
medio 2. A una onda de este tipo se la llama onda evanescente. La onda transmitida
tiene una distancia de decaimiento δ
r
1 ω sin θi 2
= n2 ( ) − 1,
δ c sin θc
es decir
λ1 1
δ= p , (3.83)
2π sin2 θi − sin2 θc
donde λ1 es la longitud de onda en el medio 1. Este decaimiento no está asociado a
ninguna pérdida, sino a un comportamiento reactivo del medio 2 para θi > θc . El nombre
de reflexión total proviene de que en estas condiciones no hay flujo neto del vector de
Poynting hacia el interior del medio 2, tal como se puede comprobar calculando
~ · ŷ = c < E
D E n o
S ~t × H~ ∗ · ŷ
t
8π r
c 2 1 n ~ o
= < Et × (~kt∗ × E~ ∗ ) · ŷ
t
8π µ2 k2
r
c 2 1 n~ ∗ ~ 2 o
= < kt |Et | − (~kt∗ · E
~ t ) · ŷ
8π µ2 k2
r
c 2 1 ~ 2 n~ ∗ o
= |Et | < kt · ŷ = 0 ,
8π µ2 k2
pues ~kt∗ · ŷ, según (3.81), es un número imaginario puro. Notemos que
Como estamos analizando la incidencia de una onda plana, todo el análisis reali-
zado hasta el momento se aplica al estado estacionario para una superficie infinita
y frentes de onda también infinitos. Entonces no deberı́a sorprendernos que este
análisis no explique cómo entró la energı́a al medio 2. En un experimento real, la
onda estará confinada espacialmente (como en (2.102)) y temporalmente (como en
(2.93)) y al comienzo del proceso, parte de la energı́a incidente da lugar a los campos
en el medio 2, en distancias del orden de δ (ecuación (3.83)). Esto produce que la
onda reflejada tenga un retardo y un desplazamiento lateral con respecto a la onda
incidente. Estos efectos se pueden utilizar convenientemente para manipular pulsos
y haces limitados. Para un cálculo riguroso del desplazamiento lateral ∆ se debe
partir de una onda incidente como (2.102) y sintetizar la onda reflejada como super-
posición de las ondas reflejadas producidas por cada componente de onda plana de
la onda incidente. Una aproximación muy elemental puede obtenerse considerando
la construcción geométrica de la figura, de donde resulta
λ1 sin θi
∆ ≈ 2δ sin θi = p . (3.85)
π sin2 θi − sin2 θc
Figura 3.6:
~1 · ŷ >=< S
<S ~2 · ŷ > , (3.86)
~2 = S
Usando este resultado y que S ~t , el balance (3.86) queda
~r · ŷ > − < S
<S ~t · ŷ >= − < S
~i · ŷ > . (3.88)
A menos de un factor común, los términos en (3.90) son proporcionales a flujos de potencia
a través del plano y = 0, el primero y el segundo del lado izquierdo de la igualdad
corresponden a las potencias reflejada (Pr ) y transmitida (Pt ) respectivamente y el del
lado derecho (Pi ) a la incidente. Es decir que (3.90) dice que la potencia incidente es
igual a la reflejada más la transmitida. Dividiendo miembro a miembro por la potencia
incidente se obtiene
|E0r |2 2 µ1 |E0t |2 n cos θt o
r
+ < = 1. (3.91)
|E0i |2 1 µ2 |E0i |2 cos θi
2
en elaboración, ojo que falta adaptar con la notación anterior
108 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA
Esta relación vale para cualquier polarización incidente. En particular para incidencias s
o p tiene que ser
r
2 2 µ1 n cos θ o
t
|Rss | + |Tss |2 < = 1, (3.92)
1 µ2 cos θi
r
2 2 µ1 n cos θ o
t
|Rpp | + |Tpp |2 < = 1. (3.93)
1 µ2 cos θi
Bibliografı́a
[1] “Sturm-Liouville Theory and its Applications”, M.A. Al-Gwaiz, Springer Under-
graduate Mathematics Series, Springer-Verlag 2008
[2] “A Pioneer in Anaclastics: Ibn Sahl on Burning Mirrors and Lenses”, Roshdi Ras-
hed, Isis 81, 1990, 464–491
109
Capı́tulo 4
(En elaboración)
4.1. Potenciales
Cuando las cargas y corrientes no dependen del tiempo es usual introducir potenciales
A~ y φ. Estos potenciales, si bien no aparecen en las ecuaciones de Maxwell, aseguran
el cumplimiento automático de la irrotacionalidad del campo eléctrico E ~ = −∇φ~ y de
la nulidad de la divergencia del campo magnético B ~ =∇ ~ × A.
~ Los potenciales también
juegan un papel importante en la parte dinámica donde se los introduce con el doble
propósito de satisfacer automáticamente las ecuaciones sin fuentes, igual que en estática,
pero también para tratar de simplificar las ecuaciones con fuentes.
~ ·B
La ecuación ∇ ~ = 0 se satisface automáticamente si B
~ se elige como el rotor de algo:
~ =∇
B ~ ×A ~ y este algo se llama potencial vector A(~
~ x, t). Con esta definición, la ley de
Faraday
~
~ + 1 ∂ A ) = 0,
~ × (E
∇
c ∂t
se satisface automáticamente siempre que la cantidad entre paréntesis sea el gradiente de
una función escalar φ(~x, t)
~
E~ + 1 ∂ A = −∇φ~ .
c ∂t
~ x, t) y el potencial escalar φ(~x, t), los campos se
En términos del potencial vector A(~
escriben
~ = ∇
B ~ × A,
~ (4.1)
~
E ~ − 1 ∂A .
~ = −∇φ (4.2)
c ∂t
110
4.2. TRANSFORMACIONES DE MEDIDA 111
Supongamos que los campos electromagnéticos (E, ~ B)~ provienen de potenciales (A, ~ φ).
Debido a la arbitrariedad en la elección de la divergencia de A ~ , podrı́amos haber usado
~ 0 ~ 0 ~ ~
cualquier otro potencial A , siempre que A = A+ ∇Λ. Con este nuevo A ~ 0 queremos seguir
teniendo el mismo campo E, ~ luego la ecuación 4.2 dice que en vez de φ tenemos que usar
0
un nuevo potencial φ = φ − 1c ∂Λ ~ φ) −→ (A
. La transformación (A, ~ 0 , φ0 )
∂t
A~0 = A~ + ∇Λ
~ , (4.5)
1 ∂Λ
φ0 = φ − , (4.6)
c ∂t
se llama transformación de medida. Es evidente que, frente a cambios de medida, los
campos electromagnéticos son invariantes, por construcción. El proceso de fijar ∇ ~ · A,
~
2
equivalente a elegir ∇ Λ, se llama fijar la medida y no es otra cosa que un procedimiento
matemático para encarar grados de libertad redundantes en las ecuaciones que rigen el
comportamiento de un sistema. De todas las elecciones posibles, prestaremos atención a
dos medidas muy usadas que simplifican las ecuaciones acopladas con fuentes (4.3)-(4.4).
Una es la medida de Coulomb, que corresponde a elegir ∇ ~ ·A~ = 0 y en este caso la ec.
(4.3) se reduce, al igual que en electrostática, a la ecuación de Poisson para el potencial
escalar
∇2 φ(~x, t) = −4πρ(~x, t) . (4.7)
Y la otra es la medida de Lorenz (1867, por el fı́sico danés Ludvig Valentin Lorenz), que
corresponde a elegir
∇ ~ + 1 ∂φ = 0,
~ ·A (4.8)
c∂t
112 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
llamada condición de Lorenz (una condición que es invariante frente a las transformaciones
de Lorentz de la relatividad especial, encontradas en 1900 por el fı́sico holandés Hendrik
Antoon Lorentz).
Cuando se cumple (4.8) no sólo se desacoplan las ecs. (4.3)-(4.4), sino que además
ambos potenciales satisfacen ecuaciones con la forma de la ecuación de ondas clásica
inhomogénea
1 ∂ 2 φL
∇2 φL − = −4πρ , (4.9)
c2 ∂ t 2
2~
~ L − 1 ∂ AL = − 4π J~ .
∇2 A (4.10)
c2 ∂ t 2 c
1 ∂ 2Λ ~ + 1 ∂φ ) .
~ ·A
∇2 Λ − 2 2
= −(∇ (4.11)
c ∂t c∂t
~ y φ en la medida de Lorenz.
La conclusión es que siempre podemos elegir potenciales A
Notar que cualquier transformación de medida generada por Λ(~x, t) tal que
2 1 ∂ 2Λ
∇ Λ− 2 2 =0 ,
c ∂t
preserva la medida de Lorenz, de donde concluimos que aún dentro de la medida de
Lorenz los potenciales no están unı́vocamente definidos.
∇2 φC = −4πρ , (4.12)
2~
~ C − 1 ∂ AC = − 4π J~ + 1 ∇(
∇2 A ~ ∂φC ) . (4.13)
2
c ∂t 2 c c ∂t
El potencial escalar satisface la ecuación de Poisson, cuya solución para distribuciones
localizadas es la familiar integral de la electrostática
ρ(~x 0 , t) 3 0
Z
φC (~x, t) = dx . (4.14)
|~x − ~x 0 |
4.2. TRANSFORMACIONES DE MEDIDA 113
1 ~ ∂φC ~
∇
Z ~0 ~ 0
∇ · J(~x , t) 3 0
∇( )=− dx . (4.15)
c ∂t c |~x − ~x 0 |
El gradiente actúa sobre una integral de Poisson donde la fuente es una divergencia.
Esto es reminiscente del teorema de Helmholtz mencionado en la sección 4.2, que permite
encontrar un campo vectorial a partir de su rotor y de su divergencia con la siguiente
expresión
Z ~0 ~ 0 Z ~0 ~ 0
~ x, t) = − 1 ∇
~ ∇ · J(~x , t) 3 0 1 ~ ∇ × J(~x , t) 3 0
J(~ 0
dx + ∇× dx . (4.16)
4π |~x − ~x | 4π |~x − ~x 0 |
1 ~ ∂φC 4π ~
∇( )= Jk
c ∂t c
~ C queda
y entonces la ecuación inhomogénea (4.13) para A
~C
1 ∂ 2A 4π
~C −
∇2 A = − J~⊥ , (4.17)
2
c ∂t 2 c
nuevamente una ecuación de ondas clásica que muestra que la fuente del potencial vector
en la medida de Coulomb es la corriente transversal J~⊥ . Los nombres longitudinal y
transversal se refieren al comportamiento de las transformadas de Fourier espaciales de
J~k y J~⊥ , que según lo notado en la página 53, en el párrafo anterior a las ecs. (2.26)-(2.29),
satisfacen ~k × J~k ω; ~k = 0 y ~k · J~⊥ |ω; ~k = 0.
Sabemos que la solución de esta ecuación de Poisson no es única a menos que se pidan
condiciones de contorno para Λ(~x, t). Luego, concluimos que aún quedan grados de liber-
tad para los potenciales en la medida de Coulomb. Si se pide que Λ → 0 cuando |~x| → ∞,
~ ·A
es decir que ∇ ~ tienda a cero más rápido que 1/|~x|, entonces
Z ~0 ~ 0
1 ∇ · A(~x , t) 3 0
Λ(~x, t) = − dx . (4.21)
4π |~x − ~x 0 |
1 ∂ 2E~ ~
~−
∇2 E = 4π ~ + 4π ∂ J ,
∇ρ (4.22)
c2 ∂ t 2 c2 ∂ t
2~
~ − 1 ∂ E = − 4π ∇
∇2 B ~ × J~ . (4.23)
c2 ∂ t 2 c
Los términos con fuentes en estas ecuaciones de onda no son tan sencillos como los de las
~ x, t) y B(~
ecs. (4.9), (4.10) y (4.17). Además, las ecuaciones de onda para E(~ ~ x, t) son más
4.4. POTENCIALES VECTORIALES DE HERTZ 115
difćiles de resolver que sus contrapartidas homogéneas (2.1) y no está asegurado que toda
solución de estas ecuaciones sea solución de las ecuaciones de Maxwell. Justamente son
estas mismas consideraciones las que nos llevaron en la sección 4.1 a definir los potenciales
y es por estos motivos que los potenciales en la medida de Lorenz son los más difundidos
cuando se trata de encontrar los campos producidos por distribuciones conocidas de carga
y de corriente libres. En cambio, cuando se trata de encontrar campos producidos por
sustancias polarizadas o magnetizadas dinámicamente, es más conveniente emplear otros
potenciales, llamados potenciales vectoriales de Hertz.
Haciendo la sustitución φ(r, t) = ψ(r, t)/r, se obtiene que ψ(r, t) satisface la ecuación de
ondas unidimensional
∂ 2ψ 1 ∂ 2ψ
− = 0.
∂ r2 c2 ∂ t2
La solución general de esta ecuación tiene la forma ψ(r, t) = f1 (t − r/c) + f2 (t + r/c).
Como solamente buscamos una solución particular, parece más cómodo tomar f2 = 0 ,
reprimir cualquier manifestación aparentemente no causal y retener solamente la solución
retardada, que corresponde a la función progresiva f1 . De esta manera, la solución parti-
cular para el potencial creado por la carga diferencial en todo punto excepto en el origen
queda
f1 (t − r/c)
φ(r, t) = .
r
Falta ver lo que pasa en el origen. Si se elige f1 (hasta ahora una función artibraria no
especificada) de manera tal que cuando r → 0 se cumpla la ecuación (4.28) con la delta
de Dirac como inhomogeneidad, el problema queda solucionado para todo r. Como φ
contiene a 1/r, sus derivadas espaciales en el lı́mite de r → 0 serán mucho más grandes
que sus derivadas temporales. Y entonces, en este lı́mite, la ecuación (4.28) toma la forma
dq(t) = ρ(~x 0 , t) d3 x0 ,
118 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
la solución particular del potencial total generado por toda la distribución se obtiene
sumando sobre ~x 0 de la siguiente manera
ρ(~x 0 , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0
Z
φ(~x, t) = dx , (4.30)
|~x − ~x 0 |
y la solución más general para φ(~x, t) es
ρ(~x 0 , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0
Z
φ(~x, t) = d x + φ0 (~x, t) , (4.31)
|~x − ~x 0 |
donde φ0 (~x, t) representa una combinación de soluciones de la ecuación de ondas ho-
mogénea. Repitiendo para la ecuación (4.10) el mismo procedimiento aplicado a la ecua-
ción (4.9) llegamos a
Z ~ 0
~ 1 J(~x , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0 ~0 .
A(~x, t) = dx +A (4.32)
c |~x − ~x 0 |
Las integrales en (4.31) y (4.32) son en todo el espacio. Estos potenciales se llaman
potenciales retardados, debido a que ponen en evidencia que el efecto observado en el
punto ~x en el instante t está asociado con el valor de las fuentes ubicadas en ~x 0 al tiempo
retardado t0 = t − |~x − ~x 0 |/c. El retardo |~x − ~x 0 |/c es justamente el tiempo que tarda la
perturbación de la fuente en propagarse de ~x a ~x 0 . Las soluciones de la ecuación de ondas
homogénea φ0 y A ~ 0 se determinan de acuerdo con las condiciones de cada problema y
representan distribuciones de fuentes que se hallan fuera del recinto donde se calculan los
potenciales. En ausencia de contornos φ0 = 0 y A ~ 0 = 0.
−i ω t Z ~ 0
e Jω (~x 0 ) eik|~x−~x | 3 0 ~ ω (~x) e−i ω t ,
= d x =A (4.34)
c |~x − ~x 0 |
4.6. FUENTES ARMÓNICAS 119
~ ω (~x) = ∇
B ~ ×A
~ ω (~x) . (4.37)
Para calcular el campo eléctrico tendrı́amos que calcular el potencial escalar φ y luego
usar 4.2. Sin embargo esto no es necesario, pues para dependencias armónicas, la ley de
Ampere-Maxwell
~ ×B
∇ ~ ω + 4π J~ω ,
~ ω = −ik E (4.38)
c
~ ω a partir de B
permite obtener E ~ ω y J~ω . Procederemos entonces según el siguiente esquema
que muestra que el nudo matemático de este problema fı́sico reside en la evaluación de
la integral 4.36. Los métodos para evaluar esta integral sin especificar la forma de J~ω (~x)
surgen de considerar que hay tres longitudes caracterı́sticas y que entonces los valores
de sus cocientes indicarán cuál es la manera más conveniente de representar el integrando.
Consideremos fuentes localizadas y tomemos el origen de coordenadas en algún punto
de la fuente. La primera longitud caracterı́stica que aparece es el tamaño de la fuente,
llamémoslo a, que determina el rango de variación de |~x 0 |. En segundo lugar tenemos |~x|, la
distancia fuente-campo. Al estudiar los desarrollos multipolares para casos estáticos hemos
visto que el cociente entre estos dos parámetros juega un papel fundamental para predecir
con bastante precisión el comportamiento de los campos externos de una distribución.
Pero a diferencia del caso estático, aquı́ aparece una tercera longitud caracterı́stica: la
longitud de onda λ = 2π/k, que a través de la exponencial imaginaria en 4.36 deberá ser
comparada con |~x − ~x 0 |. En sı́ntesis: las posibles aproximaciones para A ~ ω surgen de las
aproximaciones que se hagan para desarrollar el factor
0
eik|~x−~x |
, (4.40)
|~x − ~x 0 |
y éstas dependen fuertemente de los valores que tomen los cocientes entre las tres longi-
tudes caracterı́sticas a, |~x| y λ.
120 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
donde se puede apreciar que para proceder con los desarrollos en serie no sólo es relevante
el valor del cociente r/r0 sino también el del cociente r/λ, que aparece en la exponencial
a través del producto kr. Recordando que estamos en el caso r0 < r, el desarrollo de la
raı́z cuadrada es
0
h 1 r02 r0 1 r02 r0 2 i
|~x − ~x | ≈ r 1 + − 2 cos γ − − 2 cos γ + . . . . (4.43)
2 r2 r 8 r2 r
Quedándonos solamente con el primer término
k r0 r0
k|~x − ~x 0 | ≈ k r + − k r0 cos γ , (4.44)
2 r
la exponencial se escribe como
0 k r0 r0 0
eik|~x−~x | ≈ eik r ei 2 r e−ik r cos γ
. (4.45)
Una aproximación muy útil surge para aquellos casos en que kr 1 (y como r0 < r
entonces también kr0 1). Esto quiere decir que tanto el tamaño de la fuente como la
4.7. APROXIMACIONES PARA CAMPOS FUERA DE LAS FUENTES 121
Repasando los pasos seguidos para obtener 4.34 o 4.36 nos damos cuenta que la presen-
0
cia de la exponencial eik|~x−~x | se debe a que el integrando en los potenciales retardados es
evaluado en el tiempo t0 = t − |~x − ~x 0 |/c y que entonces la aproximación 4.46 equivale a
despreciar completamente los efectos del retardo (o sea, la diferencia entre t y t0 ). Según
lo visto en la clase 9 esto equivale a despreciar la corriente de desplazamiento frente a la
corriente de conducción. Esta aproximación tiene su rango de validez para circuitos de
baja frecuencia. Por ejemplo, para una frecuencia de 50s−1 , λ = 6 105 m y la aproximación
resulta excelente para casi todas las aplicaciones prácticas.
Otra aproximación muy útil surge cuando el tamaño de la fuente es mucho menor que
la longitud de onda pero no estamos tan cerca de la fuente como para que se pueda hacer
la aproximación 4.46. Sin embargo, si r0 /r es lo suficientemente chico, puede ser adecuado
hacer las siguientes aproximaciones en 4.45
k r0 r0 0
ei 2 r ≈ 1, e−ik r cos γ
≈ 1 − ik r0 cos γ + . . . , (4.48)
y en este caso
0
eik|~x−~x | ≈ eik r 1 − ik r0 cos γ + . . . . (4.49)
La dependencia espacial de las componentes del campo eléctrico cercano es la que co-
rresponde a un dipolo eléctrico estático pω , mientras que la dependencia espacial del
campo magnético es la que se obtendrı́a de la ley de Biot-Savart para un elemento ∆z
de corriente Iω , con −i ω pω = Iω0 dz 0 ≈ Iω ∆z. Como puede verse, estos resultados son
R
los que se obtendrı́an con la aproximación cuasi-estacionaria, cosa que no debe sorpren-
dernos porque a la condición ka 1 le hemos agregado la condición de campo cercano
kr 1 y ambas condiciones son justamente las condiciones de validez de la aproximación
cuasi-estacionaria. En el otro extremo, observando a distancias grandes comparadas con
la longitud de onda, kr 1 y los términos dominantes en el campo lejano son
r ei(kr−ω t)
Ede ≈ −i2 pω k cos θ ,
r2
θ ei(kr−ω t)
Ede ≈ −k 2 pω sin θ . (4.58)
r
φ ei(kr−ω t)
Bde ≈ −k 2 pω sin θ .
r
Vemos que la componente radial del campo dipolar eléctrico lejano es (kr)−1 veces menor
que las otras componentes de los campos. Despreciando esta pequeña componente radial
podemos decir que los campos electromagnéticos lejanos de tipo dipolar eléctrico tienen
esencialmente la misma estructura que una onda plana, es decir, |E ~ de | = |B
~ de | y E
~ de , B
~ de
y la dirección de observación en terna directa. Pero quizás el detalle más importante de
las expresiones obtenidas para los campos lejanos (y con más consecuencias prácticas
en nuestra vida cotidiana) sea la dependencia espacial inversamente proporcional a r. Es
justamente esta dependencia la que posibilita que una fuente (en este caso el dipolo) emita
energı́a en forma de campos y que esta energı́a viaje hacia otras regiones, no importa cuán
alejadas estén. Dicho de otra manera, los campos con esta dependencia espacial tienen un
flujo no nulo del vector de Poynting en el infinito. Se los llama campos de radiación.
Hasta acá vimos las contribuciones del primer término en el desarrollo multipolar 4.52
válido en la aproximación de onda larga. Con cada uno de los términos restantes se puede
hacer un análisis completamente similar al realizado para el término dipolar eléctrico,
obteniéndose sucesivas contribuciones que están relacionadas con momentos multipola-
res de órdenes mayores. Aparece ası́ el término dipolar magnético, luego el cuadrupolar
eléctrico, . . . y luego las cosas se tornan cada vez más inmanejables, debiéndose recurrir
al desarrollo multipolar sistemático mencionado anteriormente. En este punto cabe la
alternativa de continuar el estudio de la aproximación de onda larga limitándolo al caso
de campos de radiación. Esperamos ası́ poder simplificar un poco las cuentas, de alguna
manera tanto como las expresiones para los campos 4.56 se reducen a las 4.58.
Debe quedar clara una diferencia importante entre los desarrollos multipolares que ve-
remos a continuación y los encontrados en electrostática (ec. ??) y en magnetostática (ec.
??):
• en los casos estáticos el parámetro importante es a/r y los campos asociados a los
sucesivos términos de los desarrollos disminuyen con las sucesivas potencias de a/r;
• en el desarrollo que veremos a continuación encontraremos que los campos asocia-
124 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
dos con todos los sucesivos términos disminuyen como 1/r en la zona de radiación, y el
parámetro que define el peso relativo de los sucesivos términos es ka.
1 1h r02 − 3(~x · ~x 0 )2 i
0
= 1 + n̂ · ~
x − + . . . , (4.60)
|~x − ~x 0 | r 2r2
h i
r 02 −3(~ x 0 )2
~= e i(kr−ω t)Z ik x 0−
−n̂·~
x·~
+...
h r02 − 3(~x · ~x 0 )2 i
A J~ω0 e 2r
1 + n̂ · ~x 0 − + . . . d3 x0 , (4.61)
rc 2r2
donde n̂ = ~x/|~x| es un versor que apunta desde el origen de coordenadas (en la fuente)
hasta el punto campo. Si sólo estamos interesados en campos de radiación, debemos
quedarnos con −n̂ · ~x 0 en la exponencial y con el corchete cuadrado igual a 1
ei(kr−ω t)
Z
0
~
A(~x, t) = J~ω (~x 0 ) e−i kn̂·~x d3 x0 . (4.62)
rc V
ii) si bien todos los términos tienen en común la misma dependencia espacial con la
coordenada radial del punto campo, de la forma ei(kr−ω t) /r, los campos asociados
difieren en su dependencia con las coordenadas angulares;
4.7. APROXIMACIONES PARA CAMPOS FUERA DE LAS FUENTES 125
para calcular los campos electromagnéticos usaremos el esquema 4.39, que require
~ a la expresión 4.63. Como
aplicar dos veces el operador ∇
~ ikr = e ikr i k ∇r
∇e ~ = e ikr i k n̂ , (4.64)
~ 1 = −n̂ ,
∇ (4.65)
r r2
la derivación de 1/r no contribuye a los campos de radiación y entonces operar con
~ sobre el factor e ikr /r equivale, para campos de radiación, a hacer el reemplazo
∇
~ −→ i k n̂ .
∇ (4.66)
A continuación veremos en detalle los tres primeros términos del desarrollo 4.63.
~ de | = |B
~ de | = k 2 |~pω | sin θ ei(kr−ω t)
|E . (4.69)
r
Consideremos un punto campo arbitrario y en este punto campo un elemento de área tal
que visto desde la fuente subtiende un ángulo sólido dΩ. La potencia que pasa por este
elemento de área es dP =< S ~ > ·n̂r2 dΩ y entonces la distribución angular de potencia
por unidad de ángulo sólido resulta
dP c 4
= k |~pω |2 sin2 θ . (4.70)
dΩ 8π
Es usual representar distribuciones angulares de potencia en diagramas polares como se
ve en la figura, donde se ha graficado dP/dΩ para los campos de un dipolo en el eje z.
Se puede observar que no hay emisión de potencia en la dirección del dipolo y que la
potencia emitida es máxima en la dirección perpendicular al dipolo. La potencia total
irradiada es
Z Z π
dP c 4 2 c
P = dΩ = k |~pω | sin2 θ 2π sin θdθ = k 4 |~pω |2 . (4.71)
4π dΩ 8π 0 3
126 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
1 ∂ 2φ
∇2 φ − = −4πf (~x, t) , (4.72)
c2 ∂ t 2
sujeta a las condiciones iniciales
(F , por “función”, D, por “derivada”). Las funciones involucradas pueden ser complejas
y el problema se denomina fundamental porque ası́ planteado tiene solución única.
Hay dos casos particulares muy importantes. Uno, ya encarado en la sección 4.5, es el
problema con fuente. En este problema hay que resolver la ecuación
1 ∂ 2 φf
∇2 φf − = −4πf (~x, t) , (4.75)
c2 ∂ t2
y encontrar φf (~x, t) “proporcional” a f , en el sentido de que cuando f se multiplica
por un factor constante, entonces φf (~x, t) también. Otro caso particular importante es el
problema de condiciones iniciales o problema de Cauchy, donde la incógnita es la función
φC (~x, t) que satisface la ecuación homogénea
1 ∂ 2 φC
∇2 φC − =0, (4.76)
c2 ∂ t 2
y las condiciones iniciales
Es fácil ver que la solución del problema fundamental es siempre suma de las soluciones
de estos dos casos particulares
con
es decir, que si se conoce una solución del problema con fuente (solución particular), la so-
lución del problema fundamental lleva a resolver un problema de Cauchy con condiciones
iniciales dadas por (4.79) y (4.80).
En realidad no hace falta encarar la solución φC del problema de Cauchy más general
planteado por las ecs. (4.77) y (4.78), porque es claro que el problema queda resuelto
mediante la suma
φC = φC A + φC B ,
Si pensamos que φ(x, t) es una respuesta (o efecto), las causas que producen este efecto
electromagnético provienen de fuentes, pero también provienen de ciertas condiciones
iniciales. Esto es muy claro en el caso de fenómenos mecánicos, como deformaciones en una
soga o en una membrana elástica, donde seguramente todos han visto experimentos donde
el sistema evoluciona tanto por efecto de una fuerza impulsora como por efecto haber
impartido en el sistema ciertos apartamientos y velocidades iniciales a las partes móviles.
Uno de los objetivos de esta sección es poner en evidencia ciertos aspectos matemáticos
que subyacen detrás del concepto fı́sico de causalidad, que por ahora apareció en las
expresiones de los potenciales retardados (problema con fuente), pero no en el problema de
condiciones iniciales. Para exhibir la causalidad en los dos casos particulares del problema
fundamental, familiaricémonos primero con la situación 1D y luego pasemos al caso 3D.
128 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES
∂ 2φ 1 ∂ 2φ
− =0, (4.81)
∂ x2 c2 ∂ t2
φ(x, 0) = F (x) , (4.82)
∂φ(x, t)
= D(x) . (4.83)
∂t t=0
(a completar)
(a completar)
4.9.1.
(En elaboración)
Bibliografı́a
[1] J. D. Jackson, From Lorenz to Coulomb and other explicit gauge transformations,
American Journal of Physics 70,917 (2002).
[2]
129