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Electrodinámica Clásica

Notas para seguir la materia Fı́sica Teórica 1


Licenciatura en Fı́sica - UBA
Segundo cuatrimestre de 2017

Ricardo A. Depine
Departamento de Fı́sica
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Universidad de Buenos Aires
Página personal: http://users.df.uba.ar/rdep/

3 de mayo de 2018
Comprobar actualizaciones: http://bit.ly/FT1Depine2017

c 2018 Ricardo A. Depine. All rights reserved.
Why repeat all this? Because there are new generations born every
day. Because there are great ideas developed in the history of man, and
these ideas do not last unless they are passed purposely and clearly
from generation to generation.

Richard Feynman, The Meaning of It All (1963)

Presentación
(en elaboración).
La manera tradicional de estudiar Teorı́a Electromagnética consiste en dividirla en dos
partes: primero campos estáticos y luego campos variables en el tiempo. Si bien esta
división refleja la historia del Electromagnetismo y es la que usa la inmensa mayorı́a de
los textos dirigidos a una Licenciatura o a un Master en Fı́sica, en el curso vamos a dejarla
de lado. A continuación, algunos comentarios sobre la plausibilidad de abandonar la zona
de confort ofrecida por la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo.
En primer lugar, la experiencia indica que en la división campos estáticos vs campos
variables en el tiempo, los problemas estáticos ocupan más de la primera mitad de un
curso cuatrimestral. Si a esto sumamos el agravante de que la fı́sica de estos problemas
no tiene casi novedades respecto a la que ya se vió en Fı́sica 3, es muy fácil caer en la
tentación de empezar a ver la materia como una Fı́sica 3 con herramientas matemáticas
más complicadas, que para colmo casi no se emplean en los problemas dinámicos que se
estudian en la segunda parte de la materia. La experiencia también indica que la segunda
parte de la materia queda muy apretada y casi ni se llegan a ver fenómenos dinámicos
que juegan un papel clave en todas las frontera de investigación del siglo XXI, como
por ejemplo los diversos aspectos que involucran radiación electromagnética, incluyendo
generación, detección, transmisión, confinamiento e interacción con la materia.
En segundo lugar, la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo, pre-
senta un panorama inicial, que repite el panorama visto en cursos elementales, donde los
campos eléctricos y magnéticos son dos entidades separadas. Solamente hacia el final,
ambas entidades son amalgamadas por la Relatividad Especial y la transformación de
Lorentz.
En tercer lugar, la Teorı́a Electromagnética resulta particularmente atrayente como
primer curso de Fı́sica Teórica debido a que se pone en evidencia que los campos tienen
propiedades que usualmente se han venido asociando exclusivamente a la materia. Como
veremos, los campos tienen energı́a, cantidad de movimiento, impulso angular ... es de-
v

cir, son conceptos dinámicos, entes con tanto derecho a la existencia como las partı́culas
materiales y no un concepto matemático que ayuda a entender la fı́sica, como sucede por
ejemplo en el caso del campo de velocidades en un fluido o el campo de temperaturas en
un medio material, donde estos campos son simplemente una función de las coordenadas
espaciales y del tiempo. Y resulta que en la parte estática el concepto de campos es en
realidad superfluo. Toda la electrostática está contenida en principio en la ley de Coulomb
para la fuerza entre dos cargas y en la ley de superposición. De la misma manera, toda la
magnetostática está contenida en la ley de Ampère para la fuerza entre dos corrientes. La
división de la ley de Coulomb como “carga produce campo” más “campo actúa sobre otra
carga”, puede ser conveniente pero desde el punto de vista conceptual no es para nada
necesaria. Lo mismo es aplicable a la división de la ley de Ampère en “corriente estacio-
naria produce campo” más “campo actúa sobre otra corriente estacionaria”. El concepto
de campo adquiere su verdadera importancia solamente en el caso de fenómenos variables
en el tiempo, donde surge como una necesidad para preservar las leyes de conservación
de la energı́a y del impulso.
Más allá de la división campos estáticos vs campos variables en el tiempo, la electrostáti-
ca, la magnetostática y la “amalgama” dinámica de campos electromagnéticos se pueden
unificar bajo una idea que, siguiendo a Sommerfeld, podrı́amos llamar problema de la
suma. En el problema de la suma todo se reduce a sumar (integrar) sobre distribuciones
de fuentes (cargas y corrientes) conocidas. En contraste con el problema de la suma,
hay muchos problemas, llamados problemas de valores de contorno (o de condiciones de
frontera o de borde), donde hay medios materiales o contornos que contienen distribucio-
nes de cargas y corrientes desconocidas En estos casos tenemos que ingeniárnoslas para
conocer los campos en todo lugar e instante.
Como ejemplo tı́pico de problema de valores de contorno consideremos una distribución
de cargas conocida frente a un conductor conectado a tierra o a una baterı́a. En este
caso las cargas en el conductor no se conocen, justamente dependen del voltaje de la
baterı́a y de la distancia entre el conductor y las fuentes conocidas. Cualquier problema
de interacción de radiación con cuerpos materiales también es un problema de valores de
contorno, donde las fuentes externas sólo se conocen a través de los campos incidentes,
mientras que las fuentes inducidas en el cuerpo material son en principio desconocidas,
sólo se conocen a posteriori porque dependen del valor del campo total. En los cursos
elementales se estudian problemas que son por lo general problemas de suma. En cambio,
en un curso avanzado como Fı́sica Teórica 1, además de los problemas del primer tipo, hay
que aprender métodos nuevos, especialmente adecuados para los problemas del segundo
tipo. Estos métodos, como el de la función de Green, el de imágenes o el de separación
de variables, son importantes en toda la Fı́sica Teórica, no solamente en electrodinámica,
aunque tradicionalmente le toca a Fı́sica Teórica 1 introducirlos.
Si bien el campo de aplicación de la electrodinámica clásica es muy amplio, no es
infinito. Otra motivación de abandonar la manera tradicional de enseñanza es poder
incluir un panorama resumido de dónde están los lı́mites conocidos de aplicación de la
teorá, impuestos por la mecánica cuántica. En cuanto a los lı́mites desconocidos, estarán
vi

relacionados con el altamente probable descubrimiento de nuevas observaciones que harı́an


que toda la electrodinámica (clásica o cuántica) se torne incompleta, para luego renovarse
en una nueva unificación. Una vieja historia para la Ciencia, cuya mayor fortaleza reside
justamente en el rechazo de dogmas y en su esencia renovadora.
Electrodinámica en el siglo XXI (a completar).
conexión con cuántica, materia condensada, termodinámica, etc.(a completar).
plan (a completar).
Índice general

Presentación IV

1. De la observación a la teorı́a 1
1.1. La base experimental de la teorı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Ecuaciones macroscópicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Expresiones integrales de las EM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
1.4. Condiciones de contorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.5. Relaciones constitutivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.6. Relaciones constitutivas lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.7. Linealidad y superposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.8. Modelo de Lorentz-Drude . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.8.1. Dispersión anómala y absorción resonante . . . . . . . . . . . . . 15
1.8.2. Comportamiento a bajas frecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.8.3. σ versus  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.8.4. Comportamiento a altas frecuencias . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.9. Causalidad y dispersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
1.10. Extensión analı́tica a frecuencias complejas . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.11. Relaciones de Kramers-Kronig . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.12. Fuentes libres e inducidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.13. Respuesta no lineal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
1.14. Propiedades mecánicas de los campos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.14.1. Conservación local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

vi
ÍNDICE GENERAL vii

1.14.2. Energı́a, teorema de Poynting . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28


En el vacı́o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Doble idealización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
En medios materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Vector de Poynting complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Superposición e interferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Energı́a de formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
1.14.3. Cantidad de movimiento: tensor de Maxwell . . . . . . . . . . . . 35
Formulación en el vacı́o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Controversia Abraham–Minkowski . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Presión electrostática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Presión de radiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
1.14.4. Momento angular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

Bibliografı́a 40

2. Campos en regiones sin fuentes 42


2.1. Dependencias temporales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.2. Desacoplando las ecuaciones de Maxwell . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
2.2.1. En el vacı́o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
2.2.2. Medio isótropo aquiral no homogéneo . . . . . . . . . . . . . . . . 45
2.2.3. Modos electromagnéticos, autofunciones y autovalores . . . . . . . 46
2.2.4. Medio periódico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
2.2.5. Medio isótropo aquiral homogéneo . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
2.3. Base de Fourier espacial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
2.4. Medio isótropo aquiral homogéneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
2.4.1. Relación de dispersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
2.4.2. Visualizando las autofunciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
2.4.3. Estructura de la onda plana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
viii ÍNDICE GENERAL

2.4.4. Vector de Poynting . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53


2.4.5. Densidad de energı́a electromagnética . . . . . . . . . . . . . . . . 54
2.4.6. Recapitulación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2.5. Medio homogéneo isótropo quiral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2.5.1. Representación de Tellegen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
2.5.2. Ecuaciones con divergencia y transversalidad . . . . . . . . . . . . 58
2.5.3. Ecuación maestra DF~ω = 0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
2.5.4. Proyección de DF~ω = 0 en la base de ondas planas . . . . . . . . . 59
2.5.5. Relación de dispersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
2.5.6. Polarizaciones permitidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
2.5.7. Poder rotatorio del medio quiral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
2.5.8. Estructura de la onda plana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
2.5.9. Vector de Poynting . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
2.5.10. Densidad de energı́a electromagnética . . . . . . . . . . . . . . . . 65
2.6. Medio homogéneo eléctricamente anisótropo . . . . . . . . . . . . . . . . 65
2.6.1. Ecuaciones con divergencia y transversalidad . . . . . . . . . . . . 66
2.6.2. Ecuación maestra DE~ω = 0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
2.6.3. Proyección de DE~ω = 0 en la base de ondas planas . . . . . . . . 67
2.6.4. Relación de dispersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
2.6.5. Sistema para los ejes principales del tensor ˜ . . . . . . . . . . . . 68
2.7. Pulsos y haces limitados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
2.7.1. Paquete plano 1D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
2.7.2. Haz monocromático localizado espacialmente . . . . . . . . . . . . 74

Bibliografı́a 78

3. Problemas de frontera 79
3.1. Preexistentes inductores vs adicionales inducidos . . . . . . . . 80
3.2. Conservación de la frecuencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
ÍNDICE GENERAL ix

3.3. Contornos con simetrı́a cilı́ndrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83


3.3.1. Separación de variables parcial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
3.3.2. Eω; z (x~t ) y Hω; z (x~t ) como potenciales . . . . . . . . . . . . . . . . 85
3.3.3. Condiciones de contorno para Eω; z (x~t ) y Hω; z (x~t ) . . . . . . . . . 87
Dos medios isótropos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Contorno conductor perfecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Modos TEM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
3.4. Problema de Fresnel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
3.4.1. Campos incidentes, reflejados y transmitidos . . . . . . . . . . . . 94
3.4.2. Condiciones de contorno para representaciones integrales . . . . . 95
3.4.3. Matrices de reflexión y de transmisión . . . . . . . . . . . . . . . 96
3.4.4. Consecuencias cinemáticas (geométricas) . . . . . . . . . . . . . . 98
3.4.5. Amplitudes reflejadas y transmitidas . . . . . . . . . . . . . . . . 99
3.4.6. Incidencia normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
3.4.7. Comportamiento general de los coeficientes de Fresnel . . . . . . . 102
Materiales no magnéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Materiales magnéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
3.4.8. Reflexión total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
3.4.9. Balance de potencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106

Bibliografı́a 109

4. Problemas con fuentes 110


4.1. Potenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
4.2. Transformaciones de medida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
4.2.1. Medida de Lorenz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
4.2.2. Medida de Coulomb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
4.3. Ecuaciones de onda con fuente para los campos . . . . . . . . . . . . . . 114
4.4. Potenciales vectoriales de Hertz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
x ÍNDICE GENERAL

4.5. Potenciales retardados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116


4.6. Fuentes armónicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
4.7. Aproximaciones para campos fuera de las fuentes . . . . . . . . . . . . . 120
4.7.1. Aproximación cuasi-estacionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
4.7.2. Aproximación multipolar o de onda larga . . . . . . . . . . . . . . 121
4.7.3. Aproximación de onda larga para campos de radiación . . . . . . 124
n=0 −→ dipolo eléctrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
4.8. Aspectos matemáticos de la ecuación de ondas . . . . . . . . . . . . . . . 126
4.8.1. Problema fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
4.8.2. Causalidad en ondas 1D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Problema de valores iniciales en 1D . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Problema con fuente en 1D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
4.8.3. Problema de valores iniciales en 3D . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
4.8.4. Problema con fuente en 3D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
4.8.5. Función de Green para la ecuación de ondas 3D . . . . . . . . . . 128
4.9. Funciones de Green . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
4.9.1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

Bibliografı́a 129
Capı́tulo 1

De la observación a la teorı́a

¿De qué trata FT1? De la Electrodinámica Clásica, sintetizada en forma de axiomas


hace ya más de 150 años por James Clerk Maxwell. Estos axiomas, leyes o postulados,
hoy conocidos como ecuaciones de Maxwell (EM) del electromagnetismo, representan
la formalización ideal, coherente y simple de evidencias experimentales recogidas por la
humanidad durante milenios, empezando por observaciones hechas por diversas civiliza-
ciones de la antigüedad.
De la antigüedad provienen, entre otras cosas, los dos nombres de la teorı́a: electro y
magnetismo. Electro (ηλκτ ρν) significa ámbar, porque los griegos habı́an descubierto
que con el ámbar se puede hacer lo mismo que hacemos cuando juntamos pelusitas o
papelitos con un peine o una regla de plástico frotada en la ropa. Y magneto provienen
de Magnesia, el nombre de una ciudad griega ubicada en en Tesalia, una región donde
abunda la magnetita o piedra imán, un mineral de hierro (Fe3 O4 , óxido ferroso-diférrico)
que puede exhibir magnetización natural.
A los descubrimientos antiguos se suman las numerosas observaciones realizadas du-
rante la revolución cientı́fica, aproximadamente entre 1600 y 1800, por estudiosos como
Gilbert, Franklin, Coulomb, Galvani, etc. En este momento se comienza a consolidar el
método cientı́fico y fenómenos como el arcoiris o el rayo, antes reservados a magos y
divinidades, pasaron a ser explicados mediante el método inductivo-deductivo, con un
lenguaje matemático preciso y sometidos sólo al arbitraje de la experimentación. Por
cierto, el arcoiris y el rayo resultaron ser fenómenos electromagnéticos.
Durante el siglo XIX aparecen nuevas evidencias, con experimentos de Volta, Oersted,
Biot, Savart, Ampère, Gauss, Faraday, etc. . . . y finalmente Maxwell, que con su trabajo
dió legitimidad al concepto de campos, que en la parte estática es solamente un adorno
innecesario, y unificó todos los fenómenos elećtricos y magnéticos conocidos hasta el
momento en un sistema de ecuaciones que pone en evidencia no solamente la relación
entre electricidad y magnetismo, sino también que los campos elećtricos y magnéticos son
en realidad dos aspectos de un mismo campo: el campo electromagnético. La unificación
de Maxwell fue doble, porque las viejas leyes de la Óptica resultaron una consecuencia de

1
2 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

las ecuaciones electromagnéticas. Maxwell fue un genio que además de su inmenso aporte
a la unificación electromagnética fue uno de los creadores de la mecánica estadı́stica y de
la teorı́a cinética y que si no hizo más cosas fue porque murió a las 48 años. En opinión
de Richard P. Feynman (The Feynman Lectures on Physics, Volume II), el trabajo de
Maxwell será recordado como el acontecimiento más importante del siglo XIX:

From a long view of the history of mankind - seen from, say, ten
thousand years from now - there can be little doubt that the most
significant event of the 19th century will be judged as Maxwell’s dis-
covery of the laws of electrodynamics. The American Civil War will
pale into provincial insignificance in comparison with this important
scientific event of the same decade.

Y seguramente Feynman tenga razón, porque i) la teorı́a de Maxwell es la primera gran


teorı́a unificadora de la fı́sica después de Newton; ii) describe una de las cuatro inter-
acciones fundamentales del universo actualmente conocido; y iii) fue sostenida por su
autor a pesar de que no satisfacı́a la familiar y bien establecida invariancia galileana de
la mecánica clásica. La no invarianza galileana de las ecuaciones de Maxwell (EM) jus-
tamente resultó uno de los impulsos más potentes para desarrollar la relatividad especial
de Einstein.
En 1865 Maxwell publicó el trabajo A Dynamical Theory of the Electromagnetic Field
donde demostró que los campos electromagnéticos pueden viajar por el espacio como
ondas a una velocidad sospechosamente parecida a la de la luz. Que este cociente fuera
muy cercano a 3 108 m/s, tan parecido al valor aceptado entonces para la velocidad de la
luz, hizo que Maxwell escribiera: “I think we now have strong reasons to believe, whether
my theory is a fact or not, that the luminiferous and the electromagnetic medium are one”
(carta a Faraday).
Tuvieron que pasar varias décadas hasta que los logros de Maxwell fueran conocidos
y claramente aceptados. Al principio muchos, incluido Faraday y el propio Maxwell, se
negaban a admitir la existencia de interacciones entre cuerpos lejanos sin que mediara
la intervención de un medio material. Ası́ surgió el “éter”, un medio que supuestamente
llenaba todo el espacio, incluyendo el vacı́o. Una de las experiencias mas importantes
para confirmar la teorı́a de Maxwell llegó casi dos décadas después. Y fue hecha por el
fı́sico alemán Heinrich Hertz, quien demostró experimentalmente la existencia de ondas
electromagnéticas. La frecuencia de las ondas que produjo Hertz era muy distinta a la
frecuencia de la luz, pero sin embargo tenı́an la misma velocidad de propagación que la
luz.
El trabajo de Maxwell también desencadenó muchı́simos intentos por detectar “su”
éter. Los trabajos de esa época, entre los que se cuentan los de Albert A. Michelson,
dieron lugar a confusas y contradictorias interpretaciones que continuaron hasta que en
1905 Albert Einstein publicó su Teorı́a Especial de la Relatividad. Numerosas predic-
ciones de Maxwell se fueron confirmando experimentalmente, como la relación entre el
1.1. LA BASE EXPERIMENTAL DE LA TEORÍA 3

ı́ndice de refracción de un medio dieléctrico y ciertas magnitudes electromagnéticas del


medio (Ludwig Boltzmann, 1875), la relación entre la conductividad de un material y su
reflectividad, la presión que sufre un cuerpo iluminado, etc.
Rol de la Teorı́a Electromagnética Clásica en el siglo XXI (a completar).
interacción radiación materia, frontera, rels const., generalidades y detalles en casos sen-
cillos (a completar).

1.1. La base experimental de la teorı́a


Aunque nuestros sentidos están bastante limitados para detectar campos electromagnéti-
cos, las transformaciones de energı́a producidas por los campos siempre se pueden poner
en evidencia a través de sus interacciones con los cuerpos cargados. La fuerza sobre una
carga puntual q que al tiempo t ocupa la posición ~x y se mueve con velocidad ~v en nues-
tro sistema de referencia, viene dada, en el sistema gaussiano (cgs) de unidades, por la
ecuación de fuerza de Lorentz

~ + ~v × B)
F~ = q(E ~ . (1.1)
c
donde c es la velocidad de la luz en el vacı́o. Estamos usando un concepto ideal, el de
carga puntual, es decir: un cuerpo cargado, de dimensiones extremadamente pequeñas
en comparación con la distancia tı́pica en la que se observan variaciones de campo. Las
~ x, t) y B(~
cantidades E(~ ~ x, t) son funciones vectoriales de las coordenadas y el tiempo: el
campo eléctrico y el campo magnético (a veces también llamado inducción magnética)
respectivamente. Estas funciones describen totalmente el campo electromagnético en el
vacı́o y dependen de la distribución de fuentes que como sabemos son las cargas y las
corrientes. El comportamiento de E(~ ~ x, t) y B(~
~ x, t) está regido por las ecuaciones de
Maxwell que, en el vacı́o y en el sistema cgs de unidades, se pueden enunciar como
el siguiente sistema de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales
~
∇ ~ x, t) = − 1 ∂ B (~x, t) ,
~ × E(~ (1.2)
c ∂t
1 ∂ ~
E 4π ~
~ × B(~
∇ ~ x, t) = (~x, t) + J(~x, t) , (1.3)
c ∂t c
~ · B(~
∇ ~ x, t) = 0 , (1.4)
~ · E(~
∇ ~ x, t) = 4πρ(~x, t) , (1.5)

donde c es la velocidad de la luz en el vacı́o y las fuentes se representan mediante las


~ x, t), la
funciones ρ(~x, t), la densidad de carga eléctrica por unidad de volumen, y J(~
densidad de corriente por unidad de volumen.
~ x, t), hay una
Si bien las fuentes se representan mediante las dos magnitudes ρ(~x, t) y J(~
única fuente fundamental que es la carga. La carga es la que da origen a los campos, las
4 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

corrientes son producidas por el movimiento de las cargas. En una región con portadores
discretos (electrones, iones, etc.), la corriente resulta
X
J~ = ni qi~vi (1.6)
i

donde ni es la concentración del portador i, qi es la carga eléctrica del portador i y ~vi


la velocidad media del portador i. Para distribuciones de carga continuas representadas
por una densidad de carga ρ(~x, t) y cuyo movimiento se puede describir por un campo
vectorial de velocidades ~v (~x, t),

J~ = ρ~v . (1.7)

Ambos resultados son completamente similares a los obtenidos en mecánica de fluidos.


La relación J~ = ρ~v exige añadir a las ecuaciones de Maxwell ecuaciones dinámicas
suplementarias que permitan relacionar la velocidad de transporte de las cargas con las
fuerzas que las mueven, es decir los campos. Ası́ se procede por ejemplo para estudiar
flujos electrónicos en el vacı́o.
~ x, t) es un flujo de corriente, es decir, J~ · n̂ da representa la carga por
El vector J(~
unidad de tiempo (corriente) que pasa a través del elemento de área da en la dirección
de la normal n̂. Si n̂ es la normal exterior de un volumen V limitado por una superficie
cerrada S, la integral de J~ · n̂ da a través de S representa la carga que escapa de V por
unidad de tiempo. Si esta cantidad es positiva, entonces la carga total en el interior de
V disminuye y la derivada temporal de la carga neta debe ser negativa. Como no hay
fuentes ni sumideros de carga, escribimos el siguiente balance
Z I
d
ρ dV = − J~ · n̂ da . (1.8)
dt V S

Pasando la integral de superficie a una integral de volumen y teniendo en cuenta que el


principio de conservación de la carga debe ser local, es decir, tiene que valer en cualquier
región, por más pequeña que sea, obtenemos

~ · J~ + ∂ρ = 0 .
∇ (1.9)
∂t
Esta expresión se conoce como ecuación de continuidad. Observar que cuando decimos
que en todo experimento la carga eléctrica neta se conserva, en realidad queremos decir
que si la carga neta en un volumen V aumenta (disminuye), esto se debe a que hay un
flujo de corriente que entra (sale) por las paredes que rodean a V y esto nos lleva a la
expresión integral (1.85) o a la expresión diferencial (1.9). Tomando divergencia en ambos
miembros de la ecuación de Ampère-Maxwell (1.3), recordando que la divergencia de un
rotor es nula, intercambiando el orden de derivadas espaciales y temporales y usando la
ley de Gauss (1.5), es fácil ver que la ecuación de continuidad (1.9) está contenida en las
ecuaciones de Maxwell.
Reconocemos los siguientes resultados experimentales:
1.2. ECUACIONES MACROSCÓPICAS 5

i) cuando puede emplearse la ley de Faraday, la ecuación (1.2) se convierte en


ella (y el signo es la ley de Lenz). Sin embargo, notar que la ecuación (1.2) es
mucho más amplia que la ley de Faraday, porque no requiere de la existencia de
un circuito material (por eso se la conoce como ley de Faraday generalizada). En
otras palabras, todo campo magnético variable en el tiempo da lugar a un campo
eléctrico rotacional.
ii) la ecuación (1.3) es el enunciado matemático de la ley de Ampère-Maxwell (con el
~
término con J~ debido a Ampére y el término con ∂∂Et , la corriente de desplazamiento,
debido a Maxwell).
iii) la ecuación (1.5) es el enunciado de la ley de Gauss.
iv) la ecuación (1.4) es el enunciado matemático de la inexistencia de monopolos
magnéticos.

1.2. Ecuaciones macroscópicas


Teniendo presente que las ecuaciones (1.2)-(1.5) valen en el vacı́o y que para resolverlas
debemos especificar todas las fuentes ρ y J,~ se plantea ahora el problema de incluir el tra-
tamiento de medios materiales. Desde el punto de vista microscópico, un medio material
es una gran cantidad de fuentes individuales, las partı́culas cargadas de cada átomo. En-
tonces, las fuentes ρ y J~ tendrán dos contribuciones: una proveniente de las fuentes libres,
ρL y J~L , que puedo poner o sacar a voluntad y otra proveniente de las fuentes ligadas, ρa y
J~a , asociadas con la estructura microscópica de cada substancia, fuentes sobre las que no
tengo mucho control y que además dependen de la configuración de campos. Es claro que
la solución de las ecuaciones microscópicas es imposible para volúmenes macroscópicos
de materia. Una esfera de oro de diámetro 300 nm (tamaño muy pequeño, menor que la
longitud de onda de la luz azul) contiene mas de 108 átomos y en estas escalas nadie está
interesado en el comportamiento detallado de los campos, con sus enormes variaciones
en los espacios interatómicos, sino en el promedio en volúmenes grandes comparados con
el volumen ocupado por un átomo o una molécula. A estos campos promediados se los
llama campos macroscópicos y como se vió en cursos elementales, las ecuaciones para
los campos macroscópicos se pueden escribir exclusivamente en función de las fuentes
~ x, t) y H(~
libres, a costa de tener que introducir dos nuevos campos: D(~ ~ x, t). Las llamadas
ecuaciones de Maxwell macroscópicas son
~
∇ ~ x, t) = − 1 ∂ B (~x, t) ,
~ × E(~ (1.10)
c ∂t
~
∇ ~ x, t) = 1 ∂ D (~x, t) + 4π J~L (~x, t) ,
~ × H(~ (1.11)
c ∂t c
~ ~
∇ · B(~x, t) = 0 , (1.12)
~ · D(~
∇ ~ x, t) = 4πρL (~x, t) . (1.13)
6 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

Las ecuaciones macroscópicas sin fuentes, (1.10) y (1.12) se escriben igual que las corres-
pondientes ecuaciones microscópicas (1.2) y (1.4). Los nuevos campos D(~ ~ x, t) y H(~
~ x, t)
~ ~
son modificaciones introducidas a E(~x, t) y B(~x, t) por las densidades de polarización y
de magnetización, P~ y M
~ respectivamente:

~ = E
D ~ + 4π P~ , (1.14)
~ = B
H ~ − 4π M~ . (1.15)

A estas ecuaciones debemos agregar ahora las relaciones constitutivas del medio material
~ = D(
D ~ E,
~ B)
~ , (1.16)
~ = H(
H ~ E,
~ B)
~ , (1.17)

y en medios conductores se agrega la ley de Ohm generalizada

J~c = J~c (E,


~ B)
~ (1.18)

para la corriente de conducción J~c asociada con los portadores de carga del propio medio.
Las dependencias con E ~ yB~ indicadas en las relaciones (1.16) - (1.18) pueden incluir la
historia previa, como sucede en materiales ferromagnéticos que exhiben histéresis. Esto
quiere decir que las ecs. (1.16) - (1.18) no son necesariamente funciones en el sentido
matemático.

1.3. Expresiones integrales de las EM


Todas las propiedades de los campos electromagnéticos descriptas por el sistema de
ecuaciones diferenciales (1.10)-(1.13) se pueden obtener también a partir de un sistema
equivalente de ecuaciones integrales que surge de aplicar los teoremas de Gauss (para la
divergencia) y de Stokes (para el rotor).
Consideremos una región del espacio V limitada por la superficie cerrada S, con da
el elemento de área en S y n̂ la normal exterior al volumen V . Integrando miembro a
miembro en el volumen V las ecuaciones (1.12) y (1.13) se obtiene
I Z
~
D · n̂ da = 4π ρL d3 x , (1.19)
I S V

~ · n̂ da = 0 ,
B (1.20)
S

~ a través de la superficie cerrada S es proporcional a la carga


que dicen que el flujo de D
libre neta contenida en V (ley de Gauss) y que no hay flujo neto de B ~ a través de una
superficie cerrada (no existen monopolos magnéticos).
Análogamente, consideremos la superficie abierta S (normal n̂) apoyada en la curva
~ El signo de n̂ se elige según el sentido de circulación en
cerrada C (elemento de arco dl).
1.4. CONDICIONES DE CONTORNO 7

C, usando la regla del tirabuzón. Integrando miembro a miembro el flujo superficial de las
ecuaciones (1.10) y (1.11) a través de la superficie abierta S, se obtienen las siguientes
expresiones integrales de la ley de Ampére-Maxwell y de la ley de inducción de Faraday
I
1
Z ~
∂D
H ~ =
~ · dl [4π J~L + ] · n̂ da , (1.21)
C c S ∂t
I Z ~
E ~ = − 1
~ · dl ∂B
· n̂ da . (1.22)
C c S ∂t

Si en el sistema de referencia usado C es un contorno fijo, el operador ∂t
puede salir de
la integral
I Z
~ ~ 1 ∂ ~ · n̂ da ,
E · dl = − B (1.23)
C c ∂ t S

y se obtiene una ley de Faraday donde la fem inducida en C es proporcional a la variación


temporal de flujo. La derivada parcial hace referencia a que se trata de la variación
temporal de flujo concatenada por un contorno fijo, pero los experimentos de Faraday
muestran que la relación (1.23) vale sin importar el origen de la variación de flujo, que
por ejemplo también podrı́a tener origen en deformaciones de C. Para hacer referencia a
ambas variaciones de flujo, la ley de Faraday integral se suele escribir con una derivada
total de la siguiente manera
I Z
~ =−
~ · dl 1 d ~ · n̂ da .
E B (1.24)
C c dt S

~ en la expresión integral de
Un comentario similar vale para las variaciones de flujo de D
la ley de Ampére-Maxwell (1.21).

1.4. Condiciones de contorno

La manera más elegante de incluir discontinuidades en cualquier fenónemo es a través


del concepto de distribución, introducido por Schwartz en 1950 (tres cuartos de siglo
después que las ecuaciones de Maxwell). Como puede verse por ejemplo en [1], las discon-
tinuidades de los medios materiales se pueden tratar de manera rigurosa y muy sencilla
cuando se admite que todas las operaciones diferenciales que aparecen en las ecuaciones de
Maxwell son válidas en el sentido de distribuciones. Una alternativa a las distribuciones,
menos rigurosa si bien muy difundida, consiste en usar las formas integrales (1.19)-(1.22)
para obtener relaciones de continuidad (o no) entre las componentes de los campos en
aquellos lugares en que hay cambios bruscos de las propiedades fı́sicas de los medios.
Consideremos la superficie de separación entre los medios 1 y 2. Si aplicamos (1.19)-
(1.20) en el volumen de un pastillero con tapa y bases paralelas a la superficie, mitad del
8 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

pastillero en el medio 1 y la otra mitad en el medio 2, obtenemos las siguientes condiciones


de contorno para las componentes normales de los campos D ~ yB ~
~2 − D
(D ~ 1 ) · n̂ = 4πσL , (1.25)
(B~2 − B~ 1 ) · n̂ = 0 , (1.26)
donde n̂ es el versor normal que apunta del medio 1 al medio 2 y σL es la densidad
superficial de cargas, una cantidad que difiere de cero solamente cuando las cargas están
estrictamente confinadas a la superficie.
Análogamente, si aplicamos (1.21)-(1.22) en una espira plana muy achatada, con lados
menores perpendiculares a la superficie (paralelos a n̂) y lados mayores tangentes a la
superficie, un lado mayor en el el medio 1 y el otro lado mayor en el medio 2, obtenemos
condiciones de contorno para las componentes tangenciales de los campos E ~ yH ~
~2 − E
n̂ × (E ~ 1) = 0 , (1.27)
n̂ × (H ~ 1 ) = 4π K
~2 − H ~L , (1.28)
c
donde K ~ L es la densidad superficial de corriente, una cantidad que por definición solamen-
te tiene componentes en la dirección paralela a la superficie. Observar que para hablar de
componentes tangenciales se necesitan dos direcciones linealmente independientes, ambas
normales a n̂. En la aplicación de (1.21)-(1.22) a la espirita plana podemos pensar que
estas direcciones son ŝ1 , un versor normal al plano de la espirita, y ŝ2 = ŝ1 × n̂.
Por lo general, las cargas y corrientes libres se distribuyen por todo el volumen de una
región y en estos casos tanto σL2D en (1.25) como K ~ L en (1.28).

Si bien las ecs. (1.25)-(1.28) son condiciones de contorno en la superficie, determinan


el carácter de los campos en todo el espacio. Como ejemplo, considere la reflexión de
una onda electromagnética plana (ver problema 1.3) que incide oblicuamente sobre un
conductor perfecto. ¿Qué se puede decir sobre la amplitud de la onda electromagnéti-
ca reflejada, cuando el campo eléctrico incidente es perpendicular al plano de incidencia?
¿Hay cargas superficiales? ¿Hay corrientes superficiales? Si la respuesta es afirmativa, cal-
cularlas. ¿Qué sucede cuando la onda electromagnética incidente tiene su campo eléctrico
contenido en el plano de incidencia?

1.5. Relaciones constitutivas


La necesidad de escribir ecuaciones tan generales como (1.16) - (1.18) es una mani-
festación de nuestra ignorancia o de nuestra pereza para investigar las leyes que rigen el
comportamiento de las fuentes microscópicas en presencia de campos electromagnéticos.
Quizás por este motivo, en la gran mayorı́a de textos de electrodinámica las relaciones
constitutivas se presentan y discuten de una manera conceptualmente deficiente o direc-
tamente errónea. El panorama es completamente similar al que se encuentra cuando se
1.5. RELACIONES CONSTITUTIVAS 9

estudia la deformación de un cuerpo material sometido a fuerzas externas. En el caso de


medios continuos deformables son necesarias relaciones constitutivas, (como por ejemplo,
la ley de Hooke) que describan la relación entre las fuerzas aplicadas y la deformación de
los materiales , o la relación entre el tensor de los esfuerzos y el campo de velocidades en
mecánica de fluidos. En cambio, en la electrodinámica macroscópica son necesarias rela-
ciones constitutivas que describan cómo se deforman las distribuciones de carga atómica
del medio material cuando en dicho medio se aplican campos electromagnéticos. Es claro
que en ambos casos es la estructura microscópica de la materia la que determina las rela-
ciones constitutivas. El estudio de las relaciones (1.16) - (1.18) a partir de las propiedades
microscópicas del medio pertenece al dominio de la fı́sica de la materia condensada, aquı́
las supondremos conocidas, ya sea a través de modelos teóricos o experimentalmente, para
todo material que interactúe con campos electromagnéticos e incluso a veces entraremos
en ese terreno fronterizo entre tantas áreas de la fı́sica llamado fı́sica de materiales.
Una de las deficiencias más comunes que se encuentra en textos de electrodinámica
clásica y que es conveniente erradicar consiste en presentar las relaciones constitutivas
de una manera más sencilla que (1.16) - (1.18), por ejemplo reemplazando (1.16) por
D~ = D(~ E),
~ (1.17) por H ~ = H(~ B)~ y (1.18) por J~c = J~c (E),
~ una presentación objetable
porque entre otras cosas: i) no respeta la invarianza relativista, ii) restringe la aplicación de
la electrodinámica, una disciplina que nació cumpliendo la invariaza relativista, a sistemas
de referencia privilegiados y iii) parece indicar que los campos eléctrico y magnético
son entidades independientes, cuando en realidad el concepto fundamental es el campo
electromagnético gobernado por las ecuaciones (1.10)-(1.13).
La respuesta electromagnética de los medios materiales, es decir, la forma de las re-
laciones (1.16) - (1.18), permite clasificar los materiales mediante criterios tales como
linealidad versus no–linealidad, isotropı́a versus anisotropı́a, homogeneidad versus inho-
mogeneidad, dispersión o no dispersión, tanto espacial como temporal y muchos otros.
La mayorı́a de los materiales naturales ordinarios tiene una respuesta lineal en un
amplio rango de intensidades y frecuencias de los campos aplicados. Esto es ası́ debido
a que los campos generados por las fuentes térmicas usuales son mucho menores que los
campos necesarios para arrancar un electrón exterior de su órbita (≈ 109 V/cm para
el átomo de hidrógeno). En cambio, si se usan fuentes muy intensas, esperamos que el
material deje de comportarse linealmente. Por ejemplo, un láser pulsado, que puede dar
picos de campo del orden de 1010 o 1011 V/cm, es capaz de destruir una muestra, lo que
sin dudas es un comportamiento drásticamente no lineal.
Sin llegar a extremos donde se destruya la muestra, los comportamientos no lineales se
pueden observar en ciertos materiales cuando se usan láseres con campos electromagnéti-
cos del orden de 108 V/cm, valor comparable al de los campos interatómicos. Teniendo
en cuenta que el primer laser se construyó en el año 1960, no debe sorprendernos que el
electromagnetismo no lineal haya empezado a estudiarse a partir del año 1961, cuando se
descubrió, usando un láser de rubı́, el fenómeno de generación de segunda armónica [2].
En el experimento original, esquematizado en la figura 1.1, el pulso de un láser de lon-
10 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

gitud de onda 694.3 nm (rojo) y con potencia de 3 joules en un milisegundo, se focaliza


en un cristal de cuarzo. Para demostrar que con estas intensidades el cuarzo se comporta
como no lineal, la radiación transmitida se analizó con un espectrómetro (el prisma en la
figura) y se registró en una placa fotográfica, donde se observa una mancha muy intensa
que corresponde a luz roja con la misma longitud de onda que la luz incidente, y una
mancha muy débil que corresponde a radiación violeta con longitud de onda mitad, 347.2
nm, es decir el doble de frecuencia de la luz incidente. La señal de segunda armónica era
tan débil que los correctores tipográficos de la revista Physical Review Letters la con-
fundieron con una basurita de la placa fotográfica y la eliminaron. Por suerte los autores
habı́an señalado el lugar donde deberı́a estar la mancha violeta con una flecha, que es la
única evidencia que aparece hoy en dı́a en la versión online del trabajo [2] (se recomienda
su lectura).
La aparición del láser y el descubrimiento de la generación de segunda armónica die-
ron un gran impulso al estudio de la electrodinámica macroscópica no lineal [3, 4], una
nueva rama que comprende a la llamada Óptica No Lineal [5] y en la que se enmarcan
hasta la fecha al menos nueve premios Nobel de Fı́sica y Quı́mica. Los fenómenos elec-
tromagnéticos no lineales pueden dar grandes beneficios (y también algunas limitaciones)
en numerosas aplicaciones que van desde cirugı́a ocular hasta la generación de pares de
fotones entrelazados que exhiben fenómenos ópticos cuánticos. Para una descripción de
aplicaciones comerciales, ver [6].

1.6. Relaciones constitutivas lineales

Otra de las deficiencias comunes de los textos de electrodinámica clásica en lo que a


relaciones constitutivas lineales se refiere es dar a enteder, implı́cita o explı́citamente, que
la relación entre campos “secundarios” (por ejemplo, D(~ ~ x, t)) y “primarios” (por ejemplo,
~ x, t)) se cumple punto a punto ~x y en cada instante de tiempo t. Pero esto claramente
E(~
no es cierto, en particular la causalidad requiere que todo observable fı́sico considerado
efecto (en este contexto, los campos o las distribuciones de carga inducidas), medido en el
instante t (presente), dependa de valores de los observables fı́sicos considerados causa (en
este contexto, los campos inductores), en instantes anteriores (pasado). A este compor-

Figura 1.1: Esquema del experimento de generación de segunda armónica.


1.6. RELACIONES CONSTITUTIVAS LINEALES 11

tamiento también se lo puede llamar no localidad temporal. Además de la no localidad


temporal, la dependencia entre dos magnitudes puede ser también espacialmente no local,
es decir que el observable fı́sico considerado efecto acá puede depender no solamente de
los valores locales del observable fı́sico considerado causa, si no también de sus valores
vecinos. Por ejemplo, en una cadena de cuentas elásticas, la fuerza restitutiva en un dado
sitio depende de las deformaciones locales y también de las deformaciones de sus vecinos
cercanos. Con más razón entonces para fuerzas electomagnéticas, que actúan a distancia,
por lo general no puede esperarse que las relaciones constitutivas se cumplan punto a
punto ~x y en cada instante t, es decir que, en general, las relaciones constitutivas de un
medio lineal son no locales con respecto al tiempo y al espacio y se pueden escribir de la
siguiente manera [10]
Z h i
~ ~ x − ~x 0 , t − t0 ) + ξˇEB (~x 0 , t0 ) · B(~
D(~x, t) = d3 x0 dt0 ε̌EB (~x 0 , t0 ) · E(~ ~ x − ~x 0 , t − t0 ) (1.29)

Z h i
~ 3 0 0 0 0 ~ 0 0 0 0 ~ 0 0
H(~x, t) = d x dt ζ̌EB (~x , t ) · E(~x − ~x , t − t ) + ν̌EB (~x , t ) · B(~x − ~x , t − t ) (1.30)

donde ε̌EB (~x, t), ξˇEB (~x, t), ζ̌EB (~x, t) y ν̌EB (~x, t) son tensores de segundo orden, que se
pueden representar con matrices de 3 × 3. La no–localidad temporal se refiere a que en
el instante t los campos inducidos D ~ yH ~ (y obviamente también las fuentes inducidas),
dependen de los valores de E ~ y B ~ en todos los instantes t0 anteriores a t. De manera
similar, la no–localidad espacial se refiere al hecho de que en la posición ~x, los campos D ~
yH ~ (y las fuentes inducidas) dependen de los valores de E ~ yB~ en puntos vecinos ~x 0 .

La no–localidad temporal es una consecuencia de la causalidad y serı́a raro que no


estuviera presente en todo medio material. En cambio, la no–localidad espacial puede
aparecer en ciertas interfases, cuando el medio tiene escalas caracterı́sticas muy chicas
comparadas con la longitud de onda [7], en objetos metálicos de tamaño menor o del
orden que el camino libre medio de los electrones [8] y por lo general se puede despre-
ciar, especialmente para longitudes de onda en el rango visible o mayores. Las relaciones
constitutivas de un medio lineal y espacialmente local son entonces
Z h i
~ 0 0 ~ 0 ˇ 0 ~ 0
D(~x, t) = dt ε̌EB (~x, t ) · E(~x, t − t ) + ξEB (~x, t ) · B(~x, t − t ) (1.31)
Z h i
~ ~ x, t − t0 ) + ν̌EB (~x, t0 ) · B(~
H(~x, t) = dt0 ζ̌EB (~x, t0 ) · E(~ ~ x, t − t0 ) (1.32)

que tienen la forma de convoluciones entre los tensores constitutivos y los campos. Y
como la transformada de Fourier de la convolución de dos funciones es proporcional al
producto de las transformadas de Fourier de cada una de las funciones (la constante de
proporcionalidad depende de la normalización especı́fica empleada para definir la trans-
formada de Fourier), entonces resulta muchı́simo más cómodo y conveniente manejar las
relaciones constitutivas de los medios lineales en el dominio de la frecuencia angular ω y
del vector de onda k, las variables de Fourier conjugadas a la coordenada temporal t y a
la coordenada espacial ~x respectivamente. Vemos que para medios espacialmente locales,
12 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

sólo la frecuencia angular ω resulta relevante. Una vez aclarado este punto, tomamos las
transformadas de Fourier temporales de las ecuaciones (1.31) y (1.32) para ası́ llegar a que
las relaciones constitutivas de un medio lineal y espacialmente local tienen la siguiente
forma
~ ω (~x) =εEB (~x, ω) · E
D ~ ω (~x) + ξEB (~x, ω) · B
~ ω (~x) (1.33)
~ ω (~x) =ζEB (~x, ω) · E
H ~ ω (~x) + νEB (~x, ω) · B
~ ω (~x) (1.34)

con E~ ω (~x), B
~ ω (~x), D
~ ω (~x) y H
~ ω (~x) las transformadas de Fourier temporales de los campos
electromagnéticos y εEB (~x, ω), νEB (~x, ω), ξEB (~x, ω) y ζEB (~x, ω) proporcionales (a través
del factor que corresponda en el teorema de convolución) a las transformadas de Fou-
rier temporales de los tensores constitutivos ε̌EB (~x, t0 ), ν̌EB (~x, t0 ), ξˇEB (~x, t0 ) y ζ̌EB (~x, t0 )
respectivamente.
Por convención escribiremos la dependencia temporal de cualquier cantidad F (~x, t) en
términos de su transformada de Fourier Fω (~x) de la siguiente manera
Z ∞
F (~x, t) = Fω (~x) e−i ωt dω , (1.35)
−∞

es decir, con un factor −i en la exponencial y sin ningún factor 2π. Ası́ la trasformada
se escribe como una integral con un factor +i en la exponencial y dividida por 2π y
la constante que aparece en el teorema de convolución vale 2π. Multiplicando ambos
miembros de las ecs. (1.33) y (1.34) por el factor e−i ωt queda claro que la relación entre
campos “secundarios” y “primarios” se cumple punto a punto y en cada instante de
tiempo solamente en el dominio frecuencial y para medios espacialmente locales. Notar
que en el dominio frecuencial las dependencias temporales son armónicas y debido a los
factores complejos los campos “primarios” y “secundarios” no están necesariamente en
fase.
La ecuaciones (1.33) y (1.34) (y todas las relaciones constitutivas dadas hasta ahora)
~ y B,
fueron escritas en términos de E ~ para poner en evidencia el papel de estos campos
como campos fundamentales o primitivos y el papel de D ~ yH ~ como campos derivados
o inducidos (representación EB, o de Boys–Post). Por razones históricas, en la práctica
también se usan otras representaciones, como la de Tellegen
~ ω (~x) = εEH (~x, ω) · E
D ~ ω (~x) + ξEH (~x, ω) · H
~ ω (~x) (1.36)
~ ω (~x) = ζEH (~x, ω) · E
B ~ ω (~x) + µEH (~x, ω) · H
~ ω (~x) (1.37)

con nuevos tensores constitutivos εEH (~x, ω), µEH (~x, ω), ξEH (~x, ω) y ζEH (~x, ω) que son
las transformadas de Fourier temporales de sus correspondientes tensores constitutivos
Tellegen ε̌EH (~x, t), ξˇEH (~x, t), ζ̌EH (~x, t) y µ̌EH (~x, t) que pueden obtenerse en términos de
los tensores BP.
El medio material por excelencia que se trata en la inmensa mayorı́a de textos de
electromagnetismo es el medio dieléctrico lineal, aquiral e isótropo, en donde P~ es paralelo
1.7. LINEALIDAD Y SUPERPOSICIÓN 13

aE~ yM ~ es paralelo a B
~ y en este caso las relaciones constitutivas toman la simple forma
que se ve en Fı́sica 3
~ ω (~x) = ε(~x, ω)E
D ~ ω (~x) (1.38)
~ ω (~x) = µ(~x, ω)H
B ~ ω (~x) (1.39)
con ε la permitividad eléctrica y µ la permeabilidad eléctrica. Es claro que en el vacı́o
ε = 1 y µ = 1 (en el sistema de unidades gaussiano que estamos usando ε y µ no
tienen unidades, E~ yD~ tienen las mismas unidades y también B ~ yH~ tienen las mismas
unidades). Si el medio es conductor, al medio conductor se le suele agregar la ley de Ohm
~ ω (~x)
J~ω(cond) (~x) = σ(~x, ω) E (1.40)
con σ la conductividad eléctrica. Para medios isótropos pasivos con pérdidas, y como
consecuencia de la convención de signos usada para la exponencial en la ec. (1.35), es
posible probar mediante consideraciones energéticas que los parámetros constitutivos ε y
µ caen en el semiplano superior del plano complejo mientras que σ cae en el semiplano
derecho del plano complejo.

1.7. Linealidad y superposición


Desde un punto de vista matemático, las ecuaciones de Maxwell en el vacı́o son un sis-
tema de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales de primer orden. En el vacı́o forman
un sistema lineal, en consecuencia los campos satisfacen el Principio de Superposición.
~ 1, B
Si E ~ 1 son los campos cuando las únicas fuentes son ρ1 y J~1 y E
~ 2, B
~ 2 son los campos
~
cuando las únicas fuentes son ρ2 y J2 , entonces los campos en presencia simultánea de las
fuentes ρ1 , J~1 , ρ2 y J~2 son E
~1 + E
~2 y B
~1 + B
~ 2.

No puede afirmarse lo mismo para campos y fuentes libres en un medio material. Esto es
ası́ porque si bien las ecuaciones de Maxwell en un medio material aparentan formalmente
ser un sistema lineal, para que valga el principio de superposición es necesario que el medio
se comporte linealmente, es decir que las ecuaciones constitutivas sean lineales.
De lo dicho anteriormente se desprende que si en una región del vacı́o se cruzan los
haces provenientes de dos fuentes láser distintas, en dicha región se suman los campos
electromagnéticos individuales, sin modificarse la propagación de ambos haces (no habrı́a
efecto espada láser de Star Wars). Sin embargo, en Electrodinámica Cuántica se predice
un lı́mite a partir del cual el campo electromagnético en el vacı́o se comporta de manera
no lineal. Esto sucede cuando la energı́a combinada de dos fotones es capaz de crear
materia, como un par electrón-positrón. Este lı́mite, conocido como lı́mite de Schwinger ,
corresponde a un valor de campo eléctrico
m2e c3 m 2 c3
ES = ' 1.32 × 1018 V/m,ES = e ' 1.32 × 1018 V/m, (1.41)
qe ~ qe ~
donde me es la masa del electrón, qe la carga elemental y ~ la constante de Planck
reducida.
14 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

1.8. Modelo de Lorentz-Drude


Las caracterı́sticas fı́sicas esenciales de la densidad de polarización inducida en un
dieléctrico lineal no magnético se pueden predecir soprendentemente bien con un modelo
propuesto en 1878 por el cientı́fico holandés Hendrik Antoon Lorentz (Premio Nobel
de Fı́sica 1902) . Este modelo postula que cada componente armónica de la radiación
incidente en la materia induce dipolos que oscilan a la misma frecuencia que los campos
inductores. Si bien Lorentz no sabı́a nada sobre electrones y núcleos, ya que estos recién
fueron descubiertos durante los años 1897 1911 por Thomson y Rutherford, estos dipolos
inducidos tienen su origen en los desplazamientos relativos entre electrón y núcleo.
Consideremos un material compuesto por N átomos por unidad de volumen. En au-
sencia de campos externos, el electrón de masa m y carga −e está en su posición de
equilibrio de manera tal que la distribución total de cargas tiene simetrı́a esférica y en
consecuencia es nulo su momento dipolar. Cuando esta situación es perturbada por los
campos de frecuencia ω y de baja intensidad (comparada con la energı́a de ligadura del
electrón al resto del átomo) aparece sobre el electrón una fuerza elástica restitutiva y
otra fuerza disipativa que tiene en cuenta la transferencia de energı́a entre el electrón y
otros grados de libertad (no especificados) del material. La ecuación de movimiento de
este electrón en presencia de campos externos es
d2~x d~x
m 2
= −mν − mω02~x + F~ω e−i ωt ,
dt dt
donde F~ω es la fuerza ejercida sobre el electrón por los campos externos E ~ ω e−i ωt y B
~ ω e−i ωt

F~ω = −e(E~ ω + ~v × B~ ω) , ~v =
d~x
c dt
Un tratamiento más detallista deberı́a modificar F~ω para incluir los campos efectivos per-
cibidos por el electrón debido los campos de átomos vecinos (efecto menos importante
cuanto menos denso sea el material, en gases por ejemplo). También serı́a interesante po-
der explicitar los valores de ω0 y ν, un camino que nos llevarı́a a incluir la masa efectiva del
sistema electrón-núcleo y la constante elástica de la fuerza restauradora experimentada
para pequeños desplazamientos. Pero para entender los mecanismos básicos del compor-
tamiento de la materia en presencia de campos electromagnéticos tantos detalles no son
necesarios y tomaremos este modelo como un modelo “de juguete”, con parámetros feno-
menológicos (ω0 , ν, campos efectivos, etc.) que serán ajustados para que coincidan con
las respuestas medidas. Como |B| ~ ≈ |E|
~ y el movimiento del electrón ligado es no relati-
vista, |~v |/c  1, despreciamos la parte magnética en la fuerza de Lorentz y la ecuación
de movimiento queda
d2~x d~x e ~ −i ωt
2
+ν + ω02~x = − E ωe . (1.42)
dt dt m
La solución estacionaria es ~xω e−i ωt , con
e ~ω
E
~xω = − 2
.
m ω0 − ω 2 − iνω
1.8. MODELO DE LORENTZ-DRUDE 15

El factor de proporcionalidad complejo entre ~xω y E ~ ω indica que el momento dipolar


−i ωt −i ωt
atómico p~ω e = −e~xω e está en general desfasado del campo inductor. Si el electrón
considerado en la ec. (1.42) fuese el único electrón perturbado, el momento dipolar atómico
darı́a una polarización por unidad de volumen

e2 ~ω
E
P~ω = N p~ω = N ~ω ,
= χ(ω)E (1.43)
m ω02 − ω 2 − iνω

con χ(ω) la susceptibilidad eléctrica. En cambio, si el átomo tiene Z electrones que pue-
den ser perturbados por los campos inductores y éstos Z electrones no tienen todos las
mismas fuerzas elásticas y disipativas,
P sino que los fj de la clase j tienen parámetros
fenomenológicos ωj , νj , con f
j j = Z, entonces la contribución de todos ellos a la
polarización por unidad de volumen es

e 2 X fj E~ω
P~ω = N ~ω ,
= χ(ω)E (1.44)
m j
ωj2 − ω 2 − iνj ω

con χ(ω)

e2 X fj
χ(ω) = N 2
. (1.45)
m j ωj − ω 2 − iνj ω

La permitividad eléctrica (ω)

e2 X fj
(ω) = 1 + 4πχ(ω) = 1 + 4πN 2
, (1.46)
m j ωj − ω 2 − iνj ω

también es compleja, (ω) = R (ω) + iI (ω), indicando un desfasaje entre D ~ ω = (ω)E

yE~ ω . Cuando el problema se resuelve en el marco de la mecánica cuántica, también se
obtiene el resultado 1.46, pero reinterpretando las cantidades fj , ωj y νj .

1.8.1. Dispersión anómala y absorción resonante

Para la gran mayorı́a de los dieléctricos las constantes de amortiguamiento νj son


mucho menores que las frecuencias de resonancia ωj , según 1.46. Luego, para frecuencias
alejadas de las frecuencias de resonancia,  resulta real y su parte imaginaria sólo cobra
importancia en regiones ω ≈ ωj . Para estudiar el comportamiento de (ω) notamos que
(
fj >0 ω < ωj ,
2 2
=
ωj − ω <0 ω > ωj .

Para frecuencias menores que la menor frecuencia de resonancia todos los términos en
la sumatoria de 1.46 son positivos y (ω) > 1. Aumentando la frecuencia, cada vez que
16 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

ω supera un valor ωj cambia de signo el término j-ésimo y cuando la frecuencia supera


a la mayor frecuencia de resonancia, la sumatoria en 1.46 es negativa y entonces resulta
(ω) < 1. Cuando ω → ωj el término j-ésimo se hace puramente imaginario y aparecen
cambios bruscos. En la figura 1.2 se ejemplifica el comportamiento de (ω) para el caso
Z = 2, f1 = f2 = 1, ω1 = 2 1012 s−1 , ω2 = 4 1012 s−1 , ν1 = .2 1012 s−1 , ν2 = .04 1012 s−1 y
A = 4πN e2 /m = 2 10−12 s.

Figura 1.2: (ω) calculado con la expresión (1.46), parámetros Z = 2, f1 = f2 = 1, ω1 = 2 1012 s−1 ,
ω2 = 4 1012 s−1 , ν1 = .2 1012 s−1 , ν2 = .04 1012 s−1 y A = 4πN e2 /m = 2 10−12 s.
Las zonas en que (ω) es una función creciente se llaman de dispersión normal mientras
que las zonas en que (ω) es una función decreciente se llaman de dispersión anómala.
Vemos que: i) siempre hay dispersión normal, excepto en las proximidades de una re-
sonancia; y ii) I es apreciablemente distinto de cero solamente cuando hay dispersión
anómala. Veremos que si I > 0 los campos entregan energı́a al medio, por eso la zona de
dispersión anómala también se conoce como zona de absorción resonante.

1.8.2. Comportamiento a bajas frecuencias

El comportamiento del medio en el lı́mite estático depende fuertemente de la existencia


o no de electrones libres. Si el material es un dieléctrico no conductor, no hay electrones
libres y la menor frecuencia de resonancia es distinta de cero. En este caso el lı́mite de la
expresión 1.45 cuando ω → 0 coincide con el valor de la susceptibilidad eléctrica calculada
en el caso estático. En cambio si el medio es conductor, la menor frecuencia de resonancia
es nula y tanto la susceptibilidad como la permitividad eléctrica son singulares cuando
ω → 0. Para entender este comportamiento supongamos que hay f0 electrones con ω0 = 0
y separemos el término singular de la sumatoria en 1.46
4πN e2 f0
(ω) = b (ω) + i , (1.47)
mω(ν0 − iω)
con b (ω), la contribución de todos los dipolos relacionados con electrones ligados, no
singular cuando ω → 0. En medios lineales conductores y para campos armónicos se
1.8. MODELO DE LORENTZ-DRUDE 17

cumple la ley de Ohm J~ = σ E


~ y entonces la ley de Ampère-Maxwell queda

~
~ ω = 4π J~ + 1 ∂ Dω = 4π σ E
~ ×H
∇ ~ ω − i ω b E
~ ω = −i ω (b + i 4πσ ) E
~ω . (1.48)
c c ∂t c c c| {z ω }
(ω)

Si en vez de separar las contribuciones de los electrones libres (σ) y ligados (b ) atri-
buimos todas las propiedades de polarización a la permitividad eléctrica  se otendrı́a
una expresión idéntica, excepto que el término entre paréntesis serı́a reemplazado por .
Comparando con 1.47 llegamos a la siguiente identificación

4πσ 4πN e2 f0
= ,
ω mω(ν0 − iω)

es decir
N e 2 f0
σ= . (1.49)
m(ν0 − iω)

Este resultado fue obtenido por Drude (1900). N f0 es el número de electrones libres por
unidad de volumen. Para el cobre N f0 ≈ 1028 y ν0 ≈ 4 1013 s−1 . Esto quiere decir que para
este material (y tı́picamente para todos los metales) la conductividad a bajas frecuencias
es esencialmente real e independiente de la frecuencia, con la corriente en fase con el
campo. Este comportamiento se observa hasta más allá de las microondas, ω ≈ 1011 s−1 .
A mayores frecuencias la conductividad es compleja y varı́a con ω de la forma indicada
por 1.49.

1.8.3. σ versus 

El lado derecho de la ecuación (1.48) muestra que para medios lineales todas las contri-
buciones a la densidad de corriente no asociadas con fuentes externas vienen representadas
por un término proporcional a la transformada de Fourier temporal del campo eléctrico
~ ω (~x). También muestra que la corriente de desplazamiento y la corriente proveniente
E
de la ley de Ohm y producida por los portadores tienen formalmente la misma categorı́a
porque ambas están incluidas en la cantidad

i 4π σ(~x, ω)
ε(~x, ω) = εb (~x, ω) + , (1.50)
ω
que entonces juega el papel de una constante dieléctrica o permitividad efectiva a la que se
le pueden atribuir todas las propiedades constitutivas del medio conductor. En frecuencias
altas, la distinción entre conductores y aislantes es artificial y las propiedades constitutivas
del medio pueden representarse con una permitividad eléctrica compleja (ω) o con una
permitividad eléctrica compleja b (ω) y una conductividad compleja σ(ω). La constante
dieléctrica efectiva no distingue entre corrientes de conducción y de polarización, lo cual
18 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

refleja el hecho fı́sico de que para campos oscilantes no existe diferencia fundamental
entre conductores y dieléctricos. Esto es ası́ porque en un movimiento oscilatorio todas las
cargas están localizadas, la separación entre corriente libre y de conducción es imposible
y la única combinación que tiene sentido es la suma de ambas. Justamente la segunda
contabilidad se basa en nunca considerar corrientes libres en un conductor y usar como
constante dieléctrica la constante efectiva, como se hizo en el modelo de Lorentz. Hay que
tener cuidado porque es común usar el mismo sı́mbolo ε(~x, ω) tanto para el parámetro
constitutivo asociado solamente con cargas de polarización ligadas como para la constante
efectiva representada por la ec. (1.50). Para no equivocarse hay que recordar que se trata
de dos maneras de hacer contabilidad y que ambas maneras difieren en cómo se trata el
movimiento de los portadores de cargas.

1.8.4. Comportamiento a altas frecuencias

Para frecuencias mucho mayores que la máxima frecuencia de resonancia la permitivi-


dad eléctrica 1.46 toma la forma
ωp2
=1− , (1.51)
ω2
con ωp la frecuencia del plasma

4πN Ze2
ωp2 = , (1.52)
m
que depende del número N Z de electrones por unidad de volumen. En medios con pre-
dominio de electrones libres y baja disipación (todos los ωj y los νj cero) 1.51 vale en un
gran rango de frecuencias, incluyendo ω < ωp . Es el caso de la ionósfera o de plasmas
poco densos. Para ω < ωp ,  < 0, mientras que para ω > ωp ,  > 0.
La alta reflectividad de los metales a frecuencias ópticas y aún mayores se debe a un
comportamiento similar al del plasma poco denso. La permitividad eléctrica del metal
viene dada por 1.47, que para frecuencias ω  ν0 se puede aproximar por

ωp2
(ω) = b (ω) − , (1.53)
ω2
con ωp ahora la frecuencia de plasma asociada con los electrones de conducción.

1.9. Causalidad y dispersión

Pasemos la sencilla ec. (1.38) al dominio temporal. Primero multiplicamos miembro


a miembro por e−i ωt e integramos temporalmente entre −∞ e ∞. Según (1.35), el lado
1.9. CAUSALIDAD Y DISPERSIÓN 19

~ x, t). Del lado derecho escribimos ε(~x, ω), producto del factor 2π que
izquierdo resulta D(~
viene de la convolución por la transformada de ε̌(~x, t0 ), como
Z ∞
0
ε(~x, ω) = ε̌(~x, t0 ) ei ωt dt0 , (1.54)
−∞

invertimos el orden de integración e integramos primero en ω. Ası́ resulta


Z ∞
~ x, t) =
D(~ ~ x, t − t0 ) dt0 .
ε̌(~x, t0 ) E(~ (1.55)
−∞

Cuando se pasa la ec. (1.39) del dominio frecuencial al temporal, se obtiene un resultado
análogo
Z ∞
~
B(~x, t) = ~ x, t − t0 ) dt0 .
µ̌(~x, t0 ) H(~ (1.56)
−∞

Las expresiones (1.55) y (1.56) enfatizan que las sencillas relaciones constitutivas repre-
sentadas por las ecs. (1.38) y (1.39) no son válidas instante a instante, independientemente
de la dependencia temporal involucrada, sino que solamente son válidas en el dominio
frecuencial. Y esto es ası́ porque más allá de las leyes de la electrodinámica, en cualquier
sistema lineal y causal la relación entre una magnitud fı́sica considerada causa C(t) y otra
magnitud fı́sica considerada efecto E(t) se escribe siempre en la forma
Z ∞
E(t) = G(t, t0 ) C(t0 ) dt0 , (1.57)
−∞

con G la función de transferencia. Si además el sistema es temporalmente invariante, G


no depende del origen temporal, G(t, t0 ) = G(t − t0 ) y entonces
Z ∞ Z ∞
0 0 0
E(t) = G(t − t ) C(t ) dt = G(τ ) C(t − τ ) dτ , (1.58)
−∞ −∞

que tiene la forma de las convoluciones de las eqs. (1.31) y (1.32). Observemos que en las
eqs. (1.31) y (1.32) ya estaba incluida la hipótesis de medios temporalmente invariantes:
implı́citamente habı́amos supuesto que las propiedades del medio eran independientes del
tiempo.
Vemos que expresiones como (1.55) y (1.56) son manifestaciones de la causalidad: en la
representación que estamos usando, E(~ ~ x, t) es la causa para el efecto D(~
~ x, t), con función
~ x, t) es la causa (al menos matemáticamente
de transferencia ε̌(~x, τ ) Análogamente, H(~
hablando, fı́sicamente es al revés) para el efecto B(~ ~ x, t), con función de transferencia
µ̌(~x, τ ). Es interesante notar que ε(~x, ω) y µ(~x, ω), proporcionales a las transformadas
de Fourier de las funciones de transferencia ε̌(~x, τ ) y µ̌(~x, τ ), son también funciones de
transferencia en el dominio frecuencial, ya que, según (1.38) y (1.39), representan el
cociente entre efecto y causa. Esta es una consecuencia general de la relación causal
(1.58), que implica que e(ω) = g(ω) c(ω), con c(ω) la transformada de Fourier de la
20 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

causa, e(ω) la transformada de Fourier del efecto y g(ω) 2π veces la transformada de


Fourier de la función de transferencia G(τ ).
Si una relación es causal, no puede haber efecto anterior a la causa, luego

G(τ ) ≡ 0 para τ < 0, (1.59)

condición que permite escribir g(ω) como


Z ∞ Z ∞
iωτ
g(ω) = G(τ ) e dτ = G(τ ) eiωτ dτ . (1.60)
−∞ 0

Por ser ε̌(~x, τ ) y µ̌(~x, τ ) funciones de transferencia

ε̌(~x, τ ) ≡ 0, µ̌(~x, τ ) ≡ 0, τ < 0. (1.61)

Este comportamiento de toda función de transferencia de un sistema causal impone rela-


ciones bastante inesperadas entre la parte real e imaginaria de la correspondiente función
de transferencia en el espacio frecuencial. Por ejemplo, veremos que para el sistema des-
cripto por las ecs. (1.38) y (1.39), este comportamiento impone la soprendente conclusión
de que si se mide la parte real de ε(~x, ω), es innecesario medir su parte imaginaria y
viceversa. Y lo mismo ocurre para la parte real e imaginaria de µ(~x, ω).
Si una función C(t) (causa o efecto) describe una magnitud fı́sica real, C(t) = C ∗ (t) y
entonces su transformada de Fourier c(ω) satisface

c(ω) = c∗ (−ω) . (1.62)

Esta propiedad permite representar magnitudes reales de manera sencilla sin invocar
frecuencias negativas de la siguiente manera
Z 0 Z ∞
−iωt
C(t) = c(ω) e dω + c(ω) e−iωt dω
Z−∞ ∞
0
Z ∞
0 iω 0 t 0
= c(−ω ) e dω + c(ω) e−iωt dω
0 0
Z " ∞
#
= c(ω) e−iωt + c∗ (ω) eiωt dω . (1.63)
0

Escribiendo la función compleja c(ω) = r(ω) como “módulo por e a la i fase”

c(ω) = r(ω) eiθ(ω) ,

entonces
Z ∞   Z ∞
iθ(ω) −iωt −iθ(ω) iωt
C(t) = r(ω) e e +e e dω = r(ω) cos[θ(ω) − ωt] dω , (1.64)
0 0

una expresión que si bien no invoca frecuencias negativas, exige desempaquetar la ampli-
tud compleja c(ω) en dos magnitudes reales, la amplitud r(ω) y la fase θ(ω).
1.10. EXTENSIÓN ANALÍTICA A FRECUENCIAS COMPLEJAS 21

1.10. Extensión analı́tica a frecuencias complejas


La relación de causalidad (1.59) permite extender al plano complejo la función g(ω),
hasta este momento definida solamente para valores reales de ω a través de la relación
(1.60). Para verlo, notemos que para valores complejos de ω = ωR + iωI , la función
g(ωR + iωI )
Z ∞
g(ωR + iωI ) = G(τ ) eiωR τ e−ωI τ dτ ,
−∞
existe y está bien definida en todo el semiplano superior ωR > 0, pues teniendo en cuenta
que τ > 0, esta integral converge debido a que converge (1.60). Con esta definición, la
relación de causalidad también asegura la existencia de la derivada de g(ωR + iωI ) en
todo el semiplano superior
Z ∞
dg
= eiωR τ G(τ ) iτ e−ωI τ dτ ,
dω −∞
pues aunque el integrando está multiplicado por iτ , la exponencial real tiende a cero
mucho más rápidamente que cualquier potencia de τ . La conclusión es que tanto la función
g(ωR + iωI ) como su derivada existen y están bien definidas en todo el semiplano superior
ωR > 0, en consecuencia g(ω) es analı́tica en este semiplano. En otras palabras, si un
sistema es lineal, temporalmente invariante y causal, entonces la transformada de Fourier
g(ω) de la función G(τ ), definida originalmente solo para valores reales de la variable ω,
es el valor de contorno sobre el eje real de una función g, de variable compleja ω y sin
singularidades (analı́tica) en todo el semiplano superior.
La causalidad impone fuertes restricciones a las funciones de transferencia y en conse-
cuencia, a todos los parámetros constitutivos de un medio lineal, independientemente del
fenómeno fı́sico que se trate. Si nuestro modelo es correcto, tiene que satisfacer estas res-
tricciones. Consideremos la susceptibilidad eléctrica χ(ω) del modelo de Lorentz-Drude,
eq. (1.45). Es evidente que las singularidades de χ(ω) satisfacen ω 2 + iνj ω − ωj2 = 0, es
decir que toman los valores
r
νj νj
ω = −i ± ωj2 − ( )2 ,
2 2
expresión que comprueba que las singularidades de χ(ω) están efectivamente en el semi-
plano inferior.
G(t) para Lorentz–Drude (a completar).

1.11. Relaciones de Kramers-Kronig


Consideremos la siguiente integral en un contorno C del plano complejo
I 0
g(ω ) 0
0 dω ,
C ω − ω
22 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

donde el contorno C está formado por: C1 ) una recta sobre el eje real desde −∞ hasta
ω − , con  → 0; C2 ) una semicircunferencia de radio  con centro en ω que penetra en el
semiplano superior; C3 ) de nuevo el eje real desde ω +  hasta ∞ y C4 ) una circunferencia
de radio R → ∞ que finalmente encierra el semiplano superior. Supongamos que g(ω) no
tiene singularidades sobre el eje real, tal como es el caso de la susceptibilidad eléctrica χ(ω)
dada por la expresión 1.45 para materiales sin electrones libres, aunque el tratamiento que
veremos a continuación puede luego también extenderse a este caso. Con esta hipótesis,
0 0
el integrando g(ω )/( ω − ω ) no tiene singularidades ni en en el contorno C ni en su
interior. Entonces, según el teorema de Cauchy-Goursat, la integral debe ser nula
I 0 Z Z Z Z
g(ω ) 0
0 dω = + + + =0.
C ω −ω C1 C2 C3 C4

Para la susceptibilidad eléctrica χ(ω) (ec. 1.45) de materiales sin electrones libres la
integral sobre C4 tiende a cero cuando R → ∞, pues g(ω) → 1/R2 y entonces la integral
es del orden de 2πR/R3 . En otros sistemas para los cuales la integral sobre C4 no tiende
a cero cuando R → ∞, existe un procedimiento alternativo llamado substracción que
permite llegar a resultados similares a los que veremos a continuación. Con esta nueva
hipótesis, y teniendo en cuenta que la suma de las integrales sobre C1 y C3 tiende al valor
principal de Cauchy
Z ω− 0 Z ∞ 0 Z ∞ 0
lı́m g(ω ) 0 lı́m g(ω ) 0 g(ω ) 0
0 dω + 0 dω = P 0 dω ,
 → 0 −∞ ω − ω  → 0 ω+ ω − ω −∞ ω − ω

tenemos que
Z ∞ 0 Z 0
g(ω ) 0 lı́m g(ω ) 0
P 0 dω + 0 dω = 0 .
−∞ ω −ω →0 C2 ω −ω
Sobre C2 se puede hacer la siguiente parametrización
0
ω − ω =  ei φ , con φ desde π hasta 0 ,
0
con lo cual dω = i ei φ dφ y la integral sobre C2 resulta −iπg(ω). Finalmente, resulta
Z ∞ 0
g(ω ) 0
P 0 dω − iπg(ω) = 0 ,
−∞ ω − ω

y entonces
Z ∞ 0
1 g(ω ) 0
g(ω) = P 0 dω . (1.65)
iπ −∞ ω −ω
Esta es una expresión para g(ω) en términos de una integral que también contiene a g(ω).
Lo más interesante para nosotros es la existencia del factor 1/i, que muestra la ı́ntima
relación que existe entre la parte real e imaginaria de g(ω) = gR (ω) + igI (ω)
Z ∞ 0
1 gI (ω ) 0
gR (ω) = P 0 dω , (1.66)
π −∞ ω − ω
1.11. RELACIONES DE KRAMERS-KRONIG 23
Z ∞ 0
1 gR (ω ) 0
gI (ω) = − P 0 dω . (1.67)
π −∞ ω −ω
Para causa C(t) y efecto E(t) reales, c(ω) = c∗ (−ω), e(ω) = e∗ (−ω), luego g(ω) =
e(ω)/c(ω) satisface g(ω) = g∗ (−ω) y entonces su parte real gR (ω) es una función par y
su parte imaginaria gI (ω) es una función impar. En este caso las expresiones anteriores
se reescriben exclusivamente en términos de frecuencias positivas
Z ∞ 0 0
2 ω gI (ω ) 0
gR (ω) = P 02
dω , (1.68)
π 0 ω −ω 2

Z ∞ 0
2ω gR (ω ) 0
gI (ω) = − P 02
dω . (1.69)
π 0 ω −ω 2

Estas relaciones de dispersión fueron encontradas independientemente por H. A. Kramers


en 1927 y por R. Kronig en 1926 para la permitividad eléctrica (ω), pero como hemos
visto son aplicables a cualquier función de transferencia g(ω) representativa de un pro-
ceso fı́sico lineal, temporalmente invariante y causal. Para reproducir los resultados de
Kramers-Kronig, identificamos la susceptibilidad eléctrica χ(ω) con g(ω) y usando que
−1 R − 1 I
χ= = +i ,
4π 4π 4π
llegamos a
Z ∞
2 x I (x)
R (ω) − 1 = P dx , (1.70)
π x2 − ω 2
Z0 ∞
2ω R (x) − 1
I (ω) = − P dx . (1.71)
π 0 x2 − ω 2
Las relaciones de Kramers-Kronig muestran que no puede existir un medio dispersivo con
parámetro constitutivo (ω) puramente real, es decir que si el medio es dispersivo debe
ser I (ω) 6= 0 (la parte imaginaria de los parámetros constitutivos está relacionada con la
absorción, como se verá en los balances energéticos). Esto es ası́ porque si I (ω) = 0, de
la eq. (1.70) se obtiene que R (ω) = 1 para todas las frecuencias. Análogamente, si hay
dispersión en algún rango de frecuencias, debe ser I (ω) 6= 0, es decir, tiene que haber
absorción, por lo general en otro rango de frecuencias.
Para obtener las relaciones de Kramers-Kronig 1.70-1.71 y las mas generales que se
deducen de 1.65 se hizo la hipótesis que la integral sobre C4 en 1.65 tiende a cero cuando
R → ∞. Supongamos que esto no se cumple y que en cambio g(ω) tiende a una constante
g0 cuando |ω| → ∞. Esta situación se puede tratar fácilmente desarrollando relaciones
como 1.65 para la función g(ω) − g0 , que sigue siendo analı́tica en todo el semiplano
superior, pero que ahora tiende a cero cuando |ω| → ∞. Puede suceder que este proceso
de substracción tenga que ser aplicado varias veces, por ejemplo, si cuando |ω| → ∞, g(ω)
tiende a una función lineal g0 + g1 ω, entonces las ecuaciones del tipo 1.65 se aplican a
la función g(ω) − g0 − g1 ω. Desde este punto de vista, las relaciones de Kramers-Kronig
1.70-1.71 son relaciones substraı́das una vez, pues se aplicó 1.65 para ( − 1).
24 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

1.12. Fuentes libres e inducidas


Además de la ecuación de continuidad (1.9) obtenida para las fuentes totales, es po-
sible obtener también una ecuación de continuidad para las fuentes libres J~L y ρL que
intervienen en las ecuaciones de Maxwell macroscópicas. Para esto tomamos divergencia
en la ec. (1.11) usando la ec. (1.13) resulta

~ · J~L + ∂ρL = 0 ,
∇ (1.72)
∂t
de donde concluimos que las fuentes ligadas ρa = ρT − ρL y J~a = J~T − J~L también
satisfacen una ecuación de continuidad. El subı́ndice a (a de atómico) para las fuentes
ligadas recuerda que se trata de fuentes que provienen de la naturaleza atómica de la
materia.
~ y rotor en la defi-
Aplicando divergencia en la definición (1.14) del campo inducido D
~
nición (1.15) del campo inducido H se obtiene que las fuentes ligadas vienen dadas por
las siguientes expresiones
~ · P~
ρa = −∇ (1.73)
~
J~a = c ∇ ~ + ∂P .
~ ×M (1.74)
∂t

1.13. Respuesta no lineal


Cuando los materiales se comportan linealmente su respuesta no depende de la intensi-
dad de los campos inductores. En cambio, ciertos materiales naturales tienen respuestas
que, aún para campos relativamente débiles, dependen de la intensidad de los campos.
En estos casos, la densidad de polarización P~ se divide en la suma de una parte lineal P~L
que se trata como las respuestas lineales de la sección anterior, más otra parte no lineal
P~N L .
Para ejemplificar el tratamiento de P~N L , por simplicidad suponemos aquı́ localidad es-
pacial y que la densidad de polarización inducida solamente depende del campo eléctrico.
Escribiendo P~N L como una serie de potencias de los campos
(2) (3)
P~N L (~x, t) = P~N L (~x, t) + P~N L (~x, t) + · · · , (1.75)

(m)
donde cada término P~N L (~x, t) depende de potencias m−ésimas de los campos, resulta
ZZ
(2)
P~NL (~x, t) = ~ x, t − t1 ) E(~
χ̌E (~x, t1 , t2 ) · E(~ ~ x, t − t2 ) dt1 dt2
ZZZ
(3) ~ x, t − t1 ) E(~
~ x, t − t2 )E(~
~ x, t − t3 ) dt1 dt2 dt3 + · · ·
+ χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) · E(~ (1.76)
1.13. RESPUESTA NO LINEAL 25

(2) (3)
donde χ̌E (~x, t1 , t2 ) y χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) se conocen respectivamente como susceptibilida-
des lineales de segundo y tercer orden. Si bien la transformada de Fourier evitaba la
convolución temporal para la parte lineal P~L , ahora no simplifica el tratamiento de las
polarizaciones de orden mayor. Esto es ası́ porque cada integrando E(~ ~ x, t − t0 ) en (1.76)
(2)
es una integral de Fourier de la forma (1.35). Entonces, el término cuadrático P~N L (~x, t)
en la eq. (1.76) se escribe
ZZ Z Z
~ (2) (2) ~ −i ω1 (t−t1 ) ~ ω2 (~x)e−i ω2 (t−t2 ) dω2 dt1 dt2 . (1.77)
PNL (~x, t) = χ̌E (~x, t1 , t2 ) · Eω1 (~x)e dω1 E

Integrando primero sobre las variables dt1 y dt2 y tomando la transformada de Fourier
temporal de la función resultante, se obtiene una expresión para la componente armónica
(2)
de P~N L (~x, t) ZZ
~ (2) (2) ~ ω1 (~x) E
~ ω2 (~x) dω1 dω2 ,
P =
NL ω χ (~x, ω; ω1 , ω2 ) · E
E (1.78)

(2) ~ ω1 E
~ ω2 es
donde el tensor χE (~x, ω; ω1 , ω2 ) que multiplica a la dı́ada E
(2) (2)
χE (~x, ω; ω1 , ω2 ) = χE (~x, ω1 , ω2 ) δ(ω − ω1 − ω2 ) (1.79)

con
ZZ
(2) (2) 0 00 t )
χE (~x, ω1 , ω2 ) = χ̌E (~x, t1 , t2 ) ei (ω t1 +ω 2
dω1 dω2 . (1.80)

Un tratamiento similar se aplica a los siguientes términos de la serie (1.75) y la transfor-


mada de Fourier de P~N L queda
(2) (3) (4)
P~N L ω = P~N L ω + P~N L ω + P~N L ω + · · · . (1.81)
(3)
La transformada del término cúbico con los campos P~N L (~x, t) resulta
ZZ Z
~ (3) (3) ~ ω1 (~x) E
~ ω2 (~x) E
~ ω3 (~x) dω1 dω2 dω3 ,
PN L ω = χE (~x, ω; ω1 , ω2 , ω3 ) · E (1.82)

(3) ~ ω1 E
~ ω2 E
~ ω3
donde el tensor tridimensional χE (~x, ω; ω1 , ω2 , ω3 ) que multiplica a la trı́ada E
es
(3) (3)
χE (~x, ω; ω1 , ω2 , ω3 ) = χE (~x, ω1 , ω2 , ω3 ) δ(ω − ω1 − ω2 − ω3 ) (1.83)

con
ZZ
(3) (3)
χE (~x, ω1 , ω2 , ω3 ) = χ̌E (~x, t1 , t2 , t3 ) ei (ω1 t1 +ω2 t2 +ω3 t3 ) dω1 dω2 dω3 . (1.84)

La polarización nolineal de segundo orden definida en la eq. (1.78) causa diversos fenóme-
nos de mezclado de campos variables con distinta frecuencia tales como la rectificación
óptica (generación de campos quasi-estáticos a una frecuencia que es la diferencia entre
26 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

(2)
las frecuencias de dos campos con frecuencias muy similares, χE (~x, ω ≈ 0; ω1 , ω2 ≈ −ω1 )
es la susceptibilidad relevante), generación de segunda armónica (generación de campos a
(2)
una frecuencia doble, χE (~x, ω = 2ω1 ; ω1 , ω1 ) es la susceptibilidad relevante), o generación
de suma y diferencia (se obtienen campos con una frecuencia igual a la suma o a la dife-
(2)
rencia de la frecuencia de los campos de entrada, intervienen χE (~x, ω = ω1 ± ω2 ; ω1 , ±ω2 )
es la susceptibilidad relevante).
No es casual que las primeras observaciones sistemáticas de fenómenos no lineales
hayan sido desencadenadas por la construcción de los primeros láseres. El fenómeno de
generación de segundo armónico óptico, por ejemplo, fue observado en 1961 cuando se
obtuvo luz verde al exponer una muestra de cuarzo a la luz infrarroja proveniente de un
láser de rubı́ (el primer láser, fabricado en mayo de 1961, era de rubı́).

1.14. Propiedades mecánicas de los campos

El concepto de campo, entendido como una función de las coordenadas espaciales y del
tiempo, aparece en muchas ramas de la fı́sica y si bien puede resultar conveniente, por lo
general no siempre es imprescindible para interpretar los diversos fenómenos. Es lo que
sucede en electrostática y en magetostática, donde la división de la ley de Coulomb en
la suma de dos esquemas, “carga produce campo” mas“campo actúa sobre otra carga”,
no es necesario desde el punto de vista conceptual. Lo mismo es aplicable a la división
de la ley de Ampère en la suma de esquemas “corriente estacionaria produce campo”
más “campo actúa sobre corriente”, esta división no es conceptualmente necesaria. En
electrodinámica, en cambio, el concepto de campo se puede interpretar teóricamente como
una consecuencia necesaria para preservar las leyes de conservación en sistemas mecánicos
de partı́culas cargadas. Y esta es otra buena razón para zambullirnos en la parte dinámica
desde un principio, sin pasar antes obligatoriamente por la parte estática. Veremos a
continuación que los campos en cada región del espacio tienen asociadas propiedades
mecánicas que pueden ser intercambiadas con el entorno y que esto da lugar a “principios”
de conservación (o balances) para magnitudes como la energı́a, la cantidad de movimiento
o el impulso angular de sistemas combinados de campos y partı́culas cargadas.

1.14.1. Conservación local

Los principios de conservación para cualquier magnitud fı́sica deben ser locales, es
decir, tienen que valer en cualquier región, por pequeña que sea. Por ejemplo, cuando
decimos que la carga eléctrica neta se conserva, en realidad queremos decir que si aumenta
(disminuye) la carga neta en un volumen V esto se debe a que hay un flujo de corriente que
entra (sale) por las paredes que rodean a V y esto nos lleva a la ecuación de continuidad
(1.9). Esta ecuación tiene dos términos porque no hay fuentes o sumideros de carga, pero
si los hubiera deberı́amos incluir en el balance un tercer término que justamente describa
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 27

cuánta carga se crea o se destruye en cada punto debido a estas hipotéticas fuentes o
sumideros. Si el aumento de carga ( ∂∂ρt > 0) es mayor que el flujo entrante a través de las
~ · J)
superficies lı́mites (−∇ ~ entonces en la región hay fuentes y en vez de igualar a cero
la ecuación anterior, hay que igualarla a una cantidad positiva que represente la carga
aportada por estas fuentes.
Dicho esto, pensemos ahora que hacemos un balance de energı́a electromagnética en un
sistema de partı́culas cargadas. Si la energı́a electromagnética se conservara por sı́ sola,
entonces esperarı́amos que hubiera una ecuación de conservación de la misma forma que
la que acabamos de ver para las cargas, por ejemplo

∂u ~ ~
+∇·S =0 , (1.85)
∂t
donde ∂u/∂ t serı́a la variación temporal de energı́a electromagnética por unidad de vo-
lumen y ∇ ~ ·S~ serı́a el flujo de energı́a electromagnética por unidad de tiempo saliente a
través de las superficies lı́mites. Pero en fı́sica sabemos que la energı́a se transforma y en
estas transformaciones lo que se tiene que conservar es la energı́a total, no solamente la
energı́a electromagnética. De esta manera, esperamos que en la ec. (1.85) haya un tercer
término que justamente tenga en cuenta estas transformaciones, que deben ser vistas como
sumideros o fuentes de energı́a electromagnética. En un sistema con campos y partı́culas
cargadas la única manera en que se podrı́a gastar la energı́a electromagnética serı́a inter-
actuando sobre las partı́culas, es decir realizando trabajo sobre el sistema de partı́culas
cargadas. Entonces esperamos que el principio de conservación (o más adecuadamente, el
balance) de energı́a electromagnética se exprese de la siguiente manera

∂u ~ ·S
~ ,
− =W +∇ (1.86)
∂t
donde W es el trabajo por unidad de tiempo y por unidad de volumen efectuado por los
campos sobre las cargas. Esta ecuación nos dice que la disminución de energı́a electro-
magnética por unidad de tiempo y por unidad de volumen (− ∂u ∂t
) se debe a dos cosas: i) a
un flujo de potencia electromagnética (energı́a por unidad de tiempo) saliente a través de
~ · S);
las superficies lı́mites (∇ ~ y ii) a que los campos gastan su energı́a en realizar trabajo
sobre las cargas.
Las consideraciones hechas para el balance de energı́a siguen siendo válidas para el
balance de otras cantidades mecánicas en cualquier sistema de campos y partı́culas car-
gadas. Por ejemplo, si la componente x de la cantidad de movimiento asociada con los
campos se conservara, en vez de u en (1.85) tendrı́amos px , la densidad de momento lineal
electromagnético por unidad de volumen, y en vez de S~ en (1.85), tendrı́amos otro vector
para representar el flujo de la componente x de momento lineal electromagnético que por
unidad de tiempo y por unidad de superficie sale de la región que estamos considerando.
Pero si los campos gastan su momento lineal x en hacer fuerza sobre las partı́culas, enton-
ces no siempre podremos atribuir una disminución de px a un flujo de momento saliente,
sino que habrá que admitir que puede haber fuentes o sumideros de px , asociados con
28 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

dichas fuerzas. Como el momento lineal es un vector, esperamos encontrar tres vectores
de flujo, uno para cada componente, lo que equivale a decir que esperamos un balance
como en la ec. (1.86), pero con un tensor de flujo, en vez de un vector.
A la ec. (1.85), obtenida a partir de argumentos fı́sicos muy amplios, le falta el ingre-
diente electrodinámico. Este ingrediente es la ley de fuerzas de Lorentz, que dice que la
potencia (trabajo por unidad de tiempo) transferida por los campos E ~ yB~ a una carga
~ y que la potencia por unidad de volumen transferida
que se mueve con velocidad ~v es q~v · E
por los campos a una distribución continua de cargas y corrientes es J~ · E,
~ que representa
una disminución de energı́a electromagnética convertida en otras formas de energı́a, como
mecánica o térmica. Notar que el término magnético de la fuerza de Lorentz, perpendicu-
lar a la velocidad, no contribuye en esta transferencia de potencia. Con este ingrediente
electromagnético, esperamos entonces que el balance de energı́a electromagnética tenga
la forma
∂u
− = J~ · E
~ +∇
~ ·S
~ . (1.87)
∂t

Si bien los campos fueron postulados para explicar las fuerzas de Coulomb y de Am-
pere, las ecuaciones de Maxwell que gobiernan el comportamiento de los campos no dan
información explı́cita sobre las fuerzas o la energı́a del sistema, A continuación vamos a
hacer teorı́a con algunos ingrediente importantes de especulación para ver si es posible
encontrar expresiones adecuadas para u y S. ~ Como todo proceso especulativo en fı́sica,
los resultados quedarán sometidos a la validación experimental.

1.14.2. Energı́a, teorema de Poynting

Para explicitar la cantidad J~ · E


~ que nos brinda conexión entre nuestras especulaciones
teóricas y las ecuaciones de Maxwell macroscópicas, restemos miembro a miembro el
producto escalar entre H ~ y la ley de Faraday (1.10) y el producto escalar entre E ~ y la
ley de Ampère (1.11). Se obtiene el siguiente resultado
~ ~
~ · (∇
H ~ × E)
~ −E
~ · (∇ ~ = −1H
~ × B) ~ · ∂B − 1 E
~ · ∂ D − 4π J~ · E
~ , (1.88)
c ∂t c ∂t c
que usando la identidad vectorial
~ · (E
∇ ~ × H)
~ =H
~ · (∇
~ × E)
~ −E
~ · (∇
~ × H)
~ , (1.89)
se puede reescribir como
c ~ ~ ~
~ + c [E
~ × H)
∇ · (E ~ · ∂D + H
~ · ∂ B ] = −J~ · E
~ , (1.90)
4π 4π ∂t ∂t
comparando con la ec. (1.87), parece natural identificar
~= c E
S ~ ×H
~ , (1.91)

1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 29

conocido como vector de Poynting, como el vector que da la potencia electromagnética por
unidad de área que sale de una región a través de sus superficies lı́mites (este vector fue
encontrado independientemente primero por Nikolay Umov en 1874 y luego, en 1884, por
Oliver Heaviside y John Henry Poynting). También parece natural identificar la cantidad

∂u 1 ~ ∂D ~ ~
= (E · +H ~ · ∂B ) , (1.92)
∂t 4π ∂t ∂t
con la variación por unidad de tiempo de la densidad de energı́a electromagnética u
por unidad de volumen. La identificación término a término parece una especulación
tolerable, pero es una especulación al fin. Otra especulación consiste en aceptar (1.91)
como definici’on de S,~ cuando en realidad la ec. (1.90), obtenida a partir de las ecuaciones
de Maxwell, solamente aparece ∇ · S, ~ es decir que S ~ está definido a menos de un rotor.
Claro que cuando se hacen balances en regiones cerradas, solamente está involucrada
la divergencia de S, ~ porque la integral de volumen se transforma en una integral de
superficie, en este caso no hay objeciones. En cambio habrı́a objeciones cuando se usa
(1.91) para calcular flujos de potencia por unidad de área en regiones abiertas. Esta
elección es la más común y su plausibilidad está apoyada por argumentos relativistas y
por la experiencia que hasta el momento indica que las definiciones (1.91) y (1.92) dan
resultados concordantes con las cantidades medidas.
Con las expresiones (1.91) para S ~ y (1.92) para ∂u/∂ t, la ecuación de continuidad
(1.87) recibe el nombre de Teorema de Poynting y establece que localmente la suma de
energı́a mecánica y electromagnética se conserva siempre que J~ = 0.

En el vacı́o

Notemos también que a partir de las ecuaciones de Maxwell macroscópicas no se obtuvo


una expresión para la densidad de energı́a electromagnética u por unidad de volumen en
cualquier medio, sino para la derivada temporal de u. Para el vacı́o, en cambio, D~ = E,
~
~ ~
H = B y entonces
~ ~
~ · ∂ E = 1 ∂ (E
E ~ · E)
~ , ~ · ∂ B = 1 ∂ (B
B ~ · B)
~ ,
∂t 2 ∂t ∂t 2 ∂t
con lo cual
∂u 1 ∂ 2 
= E + B2 ,
∂t 8π ∂t
y entonces
1 2 
u= E + B2 . (1.93)

En forma integral, el balance de potencia se escribe
I
dUm dUc ~ · n̂ da = potencia que entra a V
+ =− S (1.94)
dt dt S a través de la superficie lı́mite
30 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

donde
Z
dUm ~ x, t) · E(~
~ x, t)] d3 x
= [ J(~ (1.95)
dt V

(el subı́dice m por mecánico) es la potencia total que los campos entregan a todas las
partı́culas cargadas en el volumen V , Uc es la energı́a de los campos en V y el signo menos
~ para representar el flujo de potencia saliente
en (1.94) está relacionado con la elección de S
del volumen V .

Doble idealización

Un resultado similar al de (1.93) se obtiene para el caso doblemente ideal de una va-
riación temporal puramente armónica en un medio lineal no dispersivo, con εR y µR
independientes de la frecuencia y εI y µI necesariamente iguales a cero (sin pérdidas,
como ya se verá). Caso ideal, primero, porque corresponde a tensores constitutivos ε̌(~x, t)
y µ̌(~x, t) en el análogo de las ecs. (1.29) y (1.30), proporcionales a funciones δ de Dirac
espaciales y temporales. Y caso ideal, segundo, porque nunca se tiene una variación tem-
poral puramente armónica. Pero bueno, idealicemos para entender (1.97) y lo que dicen
muchos libros. Como ya notamos anteriormente, solamente en este caso las ecuaciones
constitutivas (1.38) y (1.39) se cumplen instante a instante y entonces se puede repetir
un procedimiento similar al del vacı́o,
~ ~
~ · ∂ D = ε ∂ (E
E ~ · E)
~ , ~ · ∂ B = µ ∂ (H
H ~ · H)
~ ,
∂t 2 ∂t ∂t 2 ∂t
y en (1.92) se puede identificar u como
1 2 2

u= εE + µH . (1.96)

Si bien no entraremos en detalles, es conveniente saber que esta cantidad admite una
interpretación termodinámica que resulta ser [11] la diferencia entre la energı́a interna
del medio por unidad de volumen, con campos y sin campos, manteniendo la densidad y
la entropı́a del medio constantes.

En medios materiales

En los medios materiales las cosas se complican porque hay que involucrarse con la
estructura atómica. En el mundo macroscópico podemos no hacerlo, pero en ese caso
transferimos nuestra ignorancia a las ecuaciones constitutivas. No es difı́cil convencernos
de que en medios materiales no es por lo general trabajo sencillo integrar temporalmente
(1.92) y obtener una ecuación como (1.93) para u. Primero, porque las cosas se complican
formalmente aún para el caso relativamente simple de un medio lineal y espacialmente
local como el descripto por las ecs. (1.31) y (1.32). Para evitar las convoluciones, se impone
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 31

pasar al espacio transformado de Fourier y, si resulta adecuado, esto lleva naturalmente a


hacer balances para cada componente armónica involucrada. Y segundo, porque cuando
no se puede ignorar la dispersión tampoco se puede ignorar la disipación asociada con
la parte imaginaria de los parámetros constitutivos. Y si hay disipación, hay que tener
cuidado con la interpretación termodinámica para u.
Para estudiar la disipación, continuamos con la idealización monocromática pero con-
sideramos un medio dispersivo con parámetros constitutivos en general complejos. Por
simplicidad elegimos un medio dieléctrico lineal, aquiral e isótropo. Prestemos atención al
balance de potencia promedio en una región sin fuentes libres. El promedio temporal en
un ciclo de la cantidad −∇ · S ~ en (1.87) representa el flujo neto de potencia entrante en
promedio por los contornos. Si las amplitudes de los campos monocromáticos interiores
se mantienen constantes, es claro que, en última instancia, este flujo es entregado por
las fuentes exteriores para mantener los campos y compensar la potencia disipada en la
región considerada. Luego, el promedio temporal de −∇ · S, ~ igual al promedio temporal
de ∂u/∂t, es el calor disipado por unidad de tiempo y unidad de volumen.
Antes de encarar el cálculo, notemos que en las ecuaciones constitutivas (1.38) y (1.39),
aparecen las transformadas de Fourier (complejas) F~ω (~x) de los campos F~ (~x, t), mientras
que (1.92) es una forma cuadrática en los campos reales. Como por lo general la notación
exponencial es más cómoda para tratar dependencias armónicas, decimos que F~ (~x, t) es
la parte real de la cantidad compleja F~ω (~x) e−i ωt . Pero debido a que Re z 2 6= (Re z)2 ,
es necesario tomar parte real antes de reemplazar los campos en (1.91), (1.92) o en
cualquier otra cantidad cuadrática en los campos. Un camino seguro: sustituir E(~ ~ x, t) por
~
[Eω (~x) e−i ωt ~ ∗ i ωt ~ ~
+ Eω (~x) e ]/2 y ∂ D/∂t por [−iωε(ω)Eω (~x) e −i ωt ∗ ~ ∗
+ iωε (ω)Eω (~x) ei ωt ]/2, lo
mismo para H(~ ~ x, t) y ∂ B/∂t.
~ Procediendo de esta manera, del primer producto en (1.92)
se obtiene
1n ~ ω |2 ε∗ (ω) − ε(ω) + 2ω Im ε(ω) E
  
~ω · E
~ ω e−i 2 ωt
o
iω |E ,
4
del segundo cuadrado se obtiene

1n ~ 2
 ∗  
~ ~ −i 2 ωt
o
iω |Hω | µ (ω) − µ(ω) + 2ω Im µ(ω) Hω · Hω e ,
4
y ∂u/∂t queda

∂u ω n ~ 2 ~ 2

~ ~ −i 2 ωt ~ ~ −i 2 ωt
o
(~x, t) = εI |Eω | + µI |Hω | + Im ε Eω · Eω e + µ Hω · Hω e , (1.97)
∂t 8π

donde F~ω (~x), ε(ω, ~x), etc fueron perdiendo sus dependencias funcionales por cuestiones
de espacio.
Los dos primeros términos del lado derecho de la ec. (1.97) son independientes del
tiempo y ası́ tenemos un flujo neto de potencia entrante, que de acuerdo con la primera
ley de la termodinámica corresponde a un aumento de la energı́a del sistema en forma de
32 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

calor. Si Q representa el calor disipado por unidad de tiempo y de volumen, entonces

∂u ω n ~ 2 o
~ ω |2 .
Q=h (~x, t)i = εI |Eω | + µI |H (1.98)
∂t 8π

En cambio, los términos entre corchetes cuadrados del lado derecho de la ec. (1.97), tienen
promedio temporal nulo y representan transformaciones cı́clicas de energı́a entre distintos
grados de libertad electromagnéticos. Si tomamos un modelo circuital, los términos con
promedio temporal no nulo representan la potencia disipada en las partes reactivas del
sistema, mientras que los términos con promedio temporal nulo representan la potencia
que oscila entre partes capacitivas e inductivas.
Para medios que en ausencia de campos variables están en equilibrio térmico, conoci-
dos como medios pasivos, la segunda ley de la termodinámica impone restricciones a la
dirección de transferencia de calor. Para estos medios debe ser Q ≥ 0 y entonces debe
cumplirse que

εI ≥ 0 y µI ≥ 0 . (1.99)

En cambio, para medios activos, también conocidos como medios con ganancia, las partes
imaginarias de los parámetros constitutivos pueden ser negativas. Los medios activos no
están en equilibrio térmico, la población de sus niveles de energı́a no satisface la estadı́stica
de Maxwell-Boltzmann, sino que sus estados atómicos excitados están más poblados que
el estado de más baja energı́a. Esta inversión de población se logra entregando energı́a al
medio, un proceso conocido como bombeo óptico en la tecnologı́a láser. Como medios acti-
vos se pueden utilizar gases (mezclas de helio y neón, nitrógeno, argón), semiconductores,
vidrios, haces de electrones, etc.
Aunque es un detalle que pasó desapercibido hasta el momento, notar que las condi-
ciones que estamos discutiendo para medios activos o pasivos valen cuando el signo de
la exponencial en la componente armónica de una función temporal es como en la eq.
(1.35), es decir, cuando usamos e−i ωt .
A la conclusión (1.99) se le puede objetar haber sido obtenida para una dependencia
temporal armónica pura, un caso idealizado sin existencia fı́sica concreta. En un caso
real, donde los campos tienen localización temporal debida al encendido y apagado de
una fuente, F~ (~x, t) tiende a cero suficientemente rápido cuando t → ±∞. La cantidad
relevante en este caso no es la disipación media por unidad de tiempo, sino la disipación
total durante la duración del campo. Para hacer el cálculo transformamos los campos
Z ∞ ~
∂D
Z ∞
~
E(~x, t) = ~ ω (~x) e−i ωt dω ,
E (~x, t) =−i ~ ω (~x) e−i ωt dω ,
ω ε(ω)E
−∞ ∂t −∞

con expresiones análogas para la parte magnética en (1.92). Notar que las cantidades
F~ω involucradas satisfacen la condición (1.62) y que según lo discutido en antes de la
ec. (1.68), las partes reales de los parámetros constitutivos son funciones impares de la
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 33

frecuencia. El aporte eléctrico a la integral temporal de ∂u/∂t resulta proporcional a la


triple integral
Z ∞Z ∞Z ∞
ω ε(ω) E ~ ω 0 (~x) e−i (ω+ω0 )t dω dω 0 dt .
~ ω (~x) · E (1.100)
−∞ −∞ −∞

Integrando primero en el tiempo y usando que


Z ∞
0
e−i (ω+ω )t dt = 2πδ(ω + ω 0 ) . (1.101)
−∞

luego de integrar en ω 0 y usar (1.62), la integral (1.100) resulta


i ∞
Z
− ~ ω (~x)|2 e−i (ω+ω0 )t dω .
ω ε(ω) |E (1.102)
2 −∞

con |E~ ω (~x)|2 = E


~ ω (~x) · E
~ ω∗ (~x). La integral que contiene a la parte real de ε(ω) es nula
tiene integrando impar y se anula. Repitiendo pasos similares para el aporte magnético,
vemos que la integral temporal de ∂u/∂t, que de acuerdo con la ecuación de balance
representarı́a el flujo de energı́a entrante, serı́a cero si los parámetros constitutivos no
tuvieran parte imaginaria. En otras palabras, que la disipación de energı́a de los campos,
o sea, la absorción del medio, está determinada por las partes imaginarias de ε(ω) y de
µ(ω). Incluyendo factores dejados de lado, la integral de ∂u/∂t resulta
Z ∞
1 ∞  ~ 2 1 ∞ ~ 2
Z Z
~ 2 ~ ω |2 dω (1.103)
 
Q dt = ω εI |Eω | + µI |Hω | dω = ω εI |Eω | + µI |H
−∞ 8π −∞ 4π 0
una expresión que muestra que las partes imaginarias de los parámetros constitutivos de
medios pasivos son siempre positivas.

Vector de Poynting complejo

Observar que el promedio temporal del producto de dos cantidades armónicas a(t) y
b(t) expresadas en notación compleja se puede calcular sin necesidad de pasar por la
expresión real, como hicimos para obtener primero (1.97) y luego (1.98). El proceso de
sumar el complejo conjugado y dividir el resultado por dos se puede evitar si se utiliza la
siguiente identidad
1
ha(t) b(t)i = Re {a(t) b∗ (t)} . (1.104)
2
Notar además que la cantidad
1
Im {a(t) b∗ (t)} . (1.105)
2
representa la parte oscilante, con promedio cero, del producto a(t) b(t) de dos cantidades
armónicas expresadas en notación compleja. A veces es conveniente expresar el producto
34 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

de dos magnitudes reales pero escritas en forma compleja, que deberı́a ser real, como un
producto entre dos valores complejos teniendo en cuenta que el complejo resultante tiene
parte real igual al promedio temporal del producto de las dos magnitudes reales y parte
imaginaria igual a la parte oscilante. Por ejemplo, se puede definir un vector de Poynting
complejo

~= c E
S ~ ×H
~∗ , (1.106)

cuya parte real da el flujo neto de potencia por unidad de área, independiente del tiempo,
y su parte imaginaria da el flujo de potencia por unidad de área que entra y sale a través
de una dada superficie, con promedio cero en un perı́odo. Notar que S ~ en (1.106) es una
magnitud distinta al S~ en (1.91), aunque por comodidad se haya usado la misma notación.

Superposición e interferencia

Observar que tanto S ~ como u dependen cuadráticamente de los campos y que en con-
secuencia, si en una región del espacio convergen campos electromagnéticos provenientes
de fuentes distintas , la densidad de energı́a resultante no es la suma de las densidades
de energı́a asociadas con cada fuente individual.

Energı́a de formación

Veamos el caso de distribuciones localizadas que producen campos que lejos de las
distribuciones tienden asintóticamente a cero al menos como |~x|−2 (ası́ se comportaban los
campos estáticos). Bajo estas condiciones hagamos el balance de energı́a electromagnética
en todo el espacio. La integral de volumen que tiene la divergencia se transforma en una
integral de superficie que tiende a cero muy lejos de las fuentes y entonces el balance
queda

∂(E 2 + B 2 )
Z Z
~ dV = − 1
J~ · E ) dV . (1.107)
todo el 8π todo el ∂t
espacio espacio

Esta igualdad nos dice que toda la energı́a de los campos se gasta en realizar trabajo
sobre las cargas y análogamente, si hacemos trabajo sobre las cargas para formar una
determinada configuración, este trabajo mecánico va a quedar almacenado como energı́a
de los campos y la expresión del lado derecho de (1.107) coincide con la expresión obtenida
en cursos elementales para la energı́a de formación de un sistema de cargas y corrientes
estacionarias. En cambio, para campos que lejos de las fuentes dependen como |~x|−1
(campos de radiación), la integral de volumen de la divergencia en 1.87 no se anula
nunca, por más que extendamos la integral a todo el espacio y entonces siempre se escapa
energı́a del sistema en forma de radiación.
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 35

1.14.3. Cantidad de movimiento: tensor de Maxwell

Como ya hicimos para la densidad de energı́a electromagnética u, buscamos una expre-


sión para el balance local de impulso lineal en un sistema de campos y partı́culas cargadas
en movimiento. Si para la energı́a, una cantidad escalar, el flujo está representado por el
vector S~
∂u ∂um ~ ·S
~ .
+ = −∇ (1.108)
∂t ∂t
para el impulso, una cantidad vectorial (tres cantidades escalares), el flujo está repre-
←→
sentado mediante el tensor T , es decir, por un vector para cada componente cartesiana
de la variación de impulso lineal de los campos por unidad de tiempo y por unidad de
volumen. Entonces, el balance de cantidad de movimiento debe tener la forma
∂~p ∂~pm
+ ~ ·←
=∇

T =
momento que entra a V
. (1.109)
∂t ∂t a través de la superficie lı́mite

La diferencia de signo se debe a que S ~ da el flujo saliente, mientras que por razones


históricas T está asociado al flujo entrante.
Las ecuaciones de Maxwell no hacen referencia ni a fuerzas ni a momentos. Sin embargo,
la ley de Newton junto con la fuerza de Lorentz por unidad de volumen permite escribir
la variación de la densidad de impulso lineal de las partı́culas cargadas por unidad de
tiempo como
∂~pm ~ + 1 J~ × B)
~ ,
= (ρE (1.110)
∂t c
y esta expresión debe servir como punto de partida para transformar el lado derecho de
la ec. (1.109) en dos términos, uno con la divergencia de un tensor, asociado al flujo de
momento entrante, y otro con una derivada parcial, asociado a la densidad de impulso
lineal de los campos por unidad de volumen. Integrando miembro a miembro en el volumen
de una región cerrada la igualdad del balance (1.109), el lado derecho conduce a una
integral de superficie que deberı́amos identificar con la fuerza neta ejercida para cambiar
el impulso lineal total del sistema limitado “material+campos”
variación de impulso total
z }| {
~
d Pm d Pc~ I


+ = T · n̂ da . (1.111)
| dt {z dt}
(mecánico + campos)

Formulación en el vacı́o
←→
No existe una manera consistente de obtener expresiones para ∂~p/∂t y T en un medio
material. Las distintas formulaciones propuestas para satisfacer el balance de la ec. (1.109)
36 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

difieren en cómo se contabiliza el aporte de la parte electromagnética y el aporte del


material y esta contabilidad puede depender de cada situación particular. Es un debate
abierto que se enmarca en la llamada “controversia Abraham-Minkowski” [12–17] y cuyos
resultados están sometidos en cada caso a confirmación experimental.
A continuación haremos una formulación microscópica, suponiendo que ρ y J~ en la ec.
(1.110) son las fuentes totales. Partiendo de la fuerza de Lorentz por unidad de volumen,
se escriben, mediante las ecuaciones de Maxwell microscópicas, las fuentes en términos
de los campos y ası́ resulta

~
ρE ~ = 1 [(∇
~ + 1 J~ × B ~ · E)
~ E
~ + (∇
~ × B)
~ ×B ~ − 1 ∂ E × B] ~ =
c 4π c ∂t
~ ~ ~
1 ~ ~ ~
[(∇ · E)E − B~ × (∇ ~ − 1 ∂(E × B) + 1 E
~ × B) ~ × ∂B ] =
4π c ∂t c ∂t
1 ~ ~ ~ 1 ∂( ~ × B)
E ~
[(∇ · E)E − B~ × (∇
~ × B)
~ − −E~ × (∇~ × E)
~ + (∇~ · B)
~ B]~ =
4π c ∂t
~ ~
1 ~ ~ ~
[(∇ · E)E − E ~ × (∇ ~ + 1 [(∇
~ × E)] ~ · B)
~ B~ −B~ × (∇ ~ − 1 ∂(E × B) .
~ × B)]
4π 4π 4πc ∂t
Según lo discutido anteriormente, si se pudieran escribir los términos entre corchetes
cuadrados de la última lı́nea como la divergencia de un tensor, se podrı́a identificar
el último término como la derivada temporal de la densidad volumétrica p~ de impulso
lineal asociado con los campos electromagnéticos, directamente proporcional al vector de
Poynting y que es constumbre notar como ~g en vez de p~

1 ~ ~
~g = ~ = S .
E×B (1.112)
4πc c2
Para ver que los términos entre corchetes cuadrados son en realidad la divergencia de
algo, analizamos la componente i del corchete con campos eléctricos (ı́ndices repetidos se
suman)

~ · E)
[(∇ ~ E~ −E
~ × (∇ ~ i = ∂ [Ei Ej − 1 E
~ × E)] ~ ·E
~ δi j ] . (1.113)
∂xj 2

Haciendo lo mismo con la componente i del corchete con campos magnéticos, llegamos a


la forma del balance 1.109 siempre que se defina T como
1 1~ ~ 1 1~ ~
Ti j = [Ei Ej − E · E δi j ] + [Bi Bj − B · B δi j ] . (1.114)
4π 2 4π 2


El tensor T se conoce como tensor de los esfuerzos de Maxwell. Como referencia, la
componente i de la versión integral en el balance (1.111) resulta

dP~m i dP~c i
I
+ = Ti j nj da , (1.115)
dt i dt i
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 37

donde nj es la componente j del versor en dirección de la normal exterior del elemento


da de la superficie que limita al volumen V .
Al mismo resultado se puede llegar de otra manera (más transparente para hacer en
el pizarrón) que consiste en formar una suma de cuatro términos, cada uno ı́ntimamente
relacionado con una ecuación de Maxwell; i) −E ~ × (∇
~ ×E ~ + 1 ∂ B~ ) (con Faraday), ii)
c ∂t
~ ~ ~ ~
1 ∂E ~ ~ ~ ~ ∇~ · B)
~ (con la ley
−B × (∇ × B − c ∂t ) (con Ampère), iii) E(∇ · E) (con Gauss), y iv) B(
de inexistencia de monopolos). Esta suma da la fuerza de Lorentz por unidad de volumen
y usando (1.113) y reescribiendo una derivada temporal se obtiene el balance (1.109),


donde p~ (notado ~g ) viene dado por (1.112) y T por (1.114).

Controversia Abraham–Minkowski

En medios materiales donde la presencia de los campos da lugar a densidades de pola-


rización y de magnetización, P~ (~x, t) y M
~ (~x, t), siempre parece conveniente explicitar las
fuentes libres, porque son las que se controlan directamente. En esta idea se enmarca la
formulación hecha por Hermann Minkowski en 1908, que repite los pasos realizados pre-
viamente, pero partiendo de las ecuaciones de Maxwell macroscópicas y de la expresión
de la fuerza de Lorentz por unidad de volumen sobre las fuentes libres. En la formulación
de Minkowski se obtienen expresiones distintas, tanto para la densidad volumétrica de
impulso lineal asociada con los campos electromagnéticos (comparar con (1.112))

1 ~ ~
~gM = ~ 6= S .
D×B (1.116)
4πc c2
como para el tensor de los esfuerzos (comparar con (1.114))
1 1~ ~ 1 1~ ~
TM i j = [Ei Dj − D· E δi j ] + [Bi Hj − B · H δi j ] . (1.117)
4π 2 4π 2
Max Abraham objetó (1909) las expresiones de Minkowski y ası́ dió comienzo a un debate
que lleva más de un siglo y continúa hasta el presente (ver resumen histórico en http:
//bit.ly/2gDsxcT). Ciertos argumentos relativistas parecen indicar que en un medio
en reposo ~g está dado por la ec. (1.112), pero la cuestión no está aclarada, tal como
muestran discusiones muy recientes [12–17]. ¿Cúales son la expresiones correctas, (1.112)
y (1.114) o (1.116) y (1.117)? ¿O son todas correctas pero describen cosas distintas?
Como los avances cientı́ficos y las técnicas disponibles en el siglo XXI permiten estudiar
interacciones radiación - materia en el nivel atómico, quizás ya estemos muy cerca de
responder estas preguntas, tanto teórica como experimentalmente.

Presión electrostática

Si en la ec. (1.115) se anula la integral en la superficie cerrada, entonces la componente


i del impulso total (mecánico y de los campos) del sistema en la región V se conserva, tal
38 CAPÍTULO 1. DE LA OBSERVACIÓN A LA TEORÍA

como ocurre para distribuciones localizadas con campos que tiendan a cero al menos como
|~x|−2 cuando se hace el balance de impulso lineal en todo el espacio (como los campos
estáticos).
Por lo general la integral en la superficie cerrada no es cero. En este caso, el integrando
cambiado de signo, −Ti j nj da, representa la componente i del momento por unidad de
tiempo (fuerza) que sale de la región V con normal exterior n̂. Esta fuerza en general no
está en la dirección de n̂: su proyección a lo largo de n̂ vale −Ti j nj ni da, lo que indica que
−Ti j ni nj es una presión sobre el elemento da (si la cantidad es positiva) o una tensión
(si la cantidad es negativa).
En el caso de campos estáticos no hay variación del impulso asociado a los campos y
entonces la integral de superficie es justamente la fuerza que actúa sobre las partı́culas
en la región V . En muchas situaciones estáticas es más fácil calcular la fuerza sobre
un objeto material usando el tensor de Maxwell. Como primer ejemplo consideremos la
fuerza ejercida sobre un conductor cargado con las cargas en equilibrio. Sabemos que
existe un campo eléctrico, que las cargas están distribuı́das en la superficie del conductor,
que el campo eléctrico en el interior del conductor es nulo y que justo en la superficie está
dirigido en la dirección de la normal. Llamemos E al campo en la superficie (proporcional
a la densidad superficial de carga) y consideremos un elemento de área ∆A. Por simetrı́a,
la dirección de la normal local n̂ tiene que ser uno de los ejes principales del tensor de
Maxwell, tomemos un sistema de coordenadas con el eje z en esta dirección, con x e y
sobre la superficie. En este sistema tenemos (ver ecuación 1.114)
 1 2 
−2E 0 0
←→ 1 
T = 0 − 12 E 2 0  .
4π 1 2
0 0 2
E
El balance de la componente z del impulso lineal (ec. 1.111) en un recinto limitado por
una caja de altura infinitesimal y tapas paralelas al elemento de superficie, con la tapa
superior en el exterior del conductor y la tapa inferior en el interior del mismo, se escribe
dP~m ←

I I
1 2
· ẑ = T · n̂ da = Tzz da = E ∆A ,
dt 8π
porque la contribución dP~c /dt es cero, no solamente porque estamos en un caso estático,
sino porque el volumen de la región considerada es cero. Vemos entonces que en las paredes
del conductor hay una presión igual a
1 2
E = Eσ/2 = 2πσ 2 ,

pues σ = E/(4π), tal como se demuestra usando la ley de Gauss.

Presión de radiación

Como segundo ejemplo consideremos la fuerza ejercida sobre una vela fotónica ideal,
completamente absorbente, sometida a la acción de la radiación proveniente del Sol.
1.14. PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS CAMPOS 39

Hagamos el balance del impulso lineal (ec. 1.111) en la dirección normal a la vela y como en
el ejemplo anterior tomamos una caja de altura infinitesimal, con tapas paralelas a la vela,
una tapa del lado no iluminado con normal exterior ẑ y la otra tapa del lado iluminado
con normal exterior −ẑ. Si se considera que la radiación solar incide normalmente, es
una buena aproximación suponer que los campos eléctricos y magnéticos para cualquier
componente espectral de frecuencia ω están en fase, tienen la misma amplitud, son ambos
paralelos a la superficie y son perpendiculares entre sı́. Tomamos entonces E~ = E0 cos ωt x̂,
H~ = E0 cos ωt ŷ y obtenemos (ver ecuación 1.114) que el tensor de Maxwell resulta
diagonal. El único elemento de de este tensor que interviene en el balance de momento
lineal en la dirección de la normal a la vela es Tzz , que vale cero del lado no iluminado
E2
y Tzz = − 4π0 cos2 ωt del lado iluminado, con normal exterior −ẑ. Cuando el volumen
de prueba tiende a cero, también tiende a cero dP~c /dt en (1.115) y como la integral de
superficie del lado no iluminado es cero, el único aporte a la fuerza por unidad de área
ejercida sobre la vela en la dirección ẑ es

E02
−Tyy =+ cos2 ωt ,

es decir que la radiación absorbida empuja siempre a la vela. El promedio temporal de la
fuerza por unidad de área se conoce como presión de radiación y en este caso vale

E02
Prad = .

Con las mismas hipótesis, pero para una vela perfectamente reflectante, el valor de la
presión de radiación aumenta al doble del valor correspondiente al caso perfectamente
absorbente.
En el interior de las estrellas, a temperaturas de varios millones de grados, la presión
de radiación toma valores extremadamente altos y el flujo de momento juega un papel
muy importante, tanto en la estabilidad de una estrella como en su explosión cuando se
transforma en supernova y muere.

1.14.4. Momento angular

(a completar).
Bibliografı́a

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[2] Franken, P.; Hill, A.; Peters, C.; Weinreich, G. (1961), Generation of Optical Har-
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[11] L. D. Landau, E. M. Lifshitz, and L. P. Pitaevskii, Electrodynamics of Continuous


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[14] M Partanen, T Hayrynen, J Oksanen, J Tulkki 2017 “Photon mass drag and the
momentum of light in a medium” Phys. Rev. A 95 1063850

40
BIBLIOGRAFÍA 41

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[17] “Abraham–Minkowski controversy”, http://bit.ly/2gDsxcT, actualización Wiki-


pedia del 31 de agosto de 2017.
Capı́tulo 2

Campos en regiones sin fuentes

Las ecuaciones de Maxwell son ocho ecuaciones diferenciales acopladas, de primer or-
den, en derivadas parciales y no homogéneas que rigen el comportamiento de cuatro
campos, es decir, doce funciones escalares de ~x y t. Las inhomogeneidades del sistema,
consecuencia directa de la existencia de fuentes, son consideradas datos del problema y
pueden tener dependencias espaciales y temporales bastante arbitrarias. Las relaciones
constitutivas reducen el número de incógnitas escalares de doce a seis, pero aún ası́ el
problema sigue siendo muy complejo. En palabras de Max Planck [1]

When we turn our attention to the general case of electrodyna-


mics. . . our first impression is surprise at the enormous complexity
of the problems to be solved.

Dada la complejidad del problema, serı́a deseable que la sistematización comience en-
foncándose en situaciones simplificadas para luego ir aumentando gradualmente el nivel
de dificultad a la vez que se van incorporando nuevas herramientas y nuevos conceptos
propios de un curso de fı́sica teórica. Siguen esta filosofı́a todos los libros tradicionales
de electromagnetismo que eligen empezar con problemas estáticos. Y como estos libros
están pensados para cursos anuales, la experiencia indica que la mitad de un curso cua-
trimestral se dedica a problemas estáticos y la otra mitad se reparte entre el formalismo
covariante y aspectos simplificados de la verdadera electrodinámica. En este curso se-
guiremos la filosofı́a mencionada, pero con otras etapas. Como “situación simplificada”
inicial, exploraremos el comportamiento de los campos en regiones sin fuentes y sin con-
tornos, simplificaciones importantes, tanto en sentido matemático como fı́sico. Y la ruta
para ir aumentando gradualmente el nivel de dificultad e incorporar nuevas herramien-
tas y nuevos conceptos será dividida en etapas que incorporen primero los problemas de
frontera y luego las fuentes. Sistematizar el tratamiento teórico a través de las etapas
mencionadas resulta completamente natural si observamos que en el vacı́o o en medios
con relaciones constitutivas lineales, el problema electrodinámico es lineal y entonces la
solución más general se escribe como suma de soluciones convenientemente elegidas del

42
2.1. DEPENDENCIAS TEMPORALES 43

sistema homogéneo (sin fuentes, primera etapa), más la solución particular (con fuen-
tes, segunda etapa). Una vez entendidos los comportamientos y las dificultades de estas
etapas, estaremos en condiciones de tratar problemas electrodinámicos de interés actual
sin haber perdido nada fundamental de los problemas estáticos, que pasarán a ser vistos
como un caso particular.
A continuación desarrollaremos la primera etapa. En ella exploraremos qué soluciones
están permitidas por las ecuaciones de Maxwell y las relaciones constitutivas cuando no
hay fuentes libres, sin olvidarnos que en un medio material ya estamos tratando fuentes:
las inducidas, a las que en cualquier momento podremos explicitar simplemente invocando
(1.73) y (1.74). Prestaremos especial atención a identificar bases del espacio de soluciones
del problema homogéneo, al que trataremos como un subespacio del espacio de Hilbert.
Mediante el uso de bases podemos adoptar una visión “geométrica” afı́n al lenguaje
familiar de los espacios de dimensión finita. Los elementos de un espacio de Hilbert
abstracto a veces se llaman ”vectores” (no confundir con carácter vectorial de los campos)
y a los elementos de la base se los suele llamar “modos”. Los desarrollos de los campos y
la formulación de problemas en términos de elementos de una base del espacio de Hilbert
permiten una formulación elegante y rigurosa de la electrodinámica clásica y también
serán fundamentales cuando haya que aplicar los principios de la mecánica cuántica a
sistemas clásicos de campos continuos.

2.1. Dependencias temporales

Para simplificar el problema, y sin pérdida de generalidad, es conveniente elegir una


base de funciones del tiempo para representar cualquier variación temporal de los campos.
Para medios lineales ya vimos que la elección más conveniente es la base de Fourier
que va mejor con las convoluciones inherentes a las no-localidades. En el vacı́o puede
haber situaciones donde convienen otras bases, pero lo común es usar también la base de
Fourier. Supongamos entonces que escribimos cualquier campo F~ (~x, t) en términos de su
transformada de Fourier F~ω (~x), de manera similar a la ecuación escalar (1.35). Entonces
el campo F~ (~x, t) es una suma de funciones elementales F~ω (~x) e−i ωt . En problemas donde
hay fuentes externas cuyos campos llegan hasta la región que estamos considerando, la
amplitud F~ (~x, t) queda determinada por el contenido frecuencial de las fuentes, como
en todo problema “forzado estacionario”. En cambio, si no hay fuentes que impongan
su dependencia temporal, la frecuencia de la función elemental F~ω (~x) e−i ωt será una
magnitud a determinar que representará las distintas maneras en que a los campos “les
gusta” oscilar en la región en estudio (modos propios electromagnéticos del medio). Y estos
modos dependerán de las relaciones contitutivas, de la homogeneidad o inhomogeneidad
del medio, etc. No deberı́a sorprendernos que los modos surjan de resolver problemas de
autovalores y autovectores, no de una matriz como en pequeñas oscilaciones de Mecánica
Clásica, sino de un operador diferencial.
44 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

2.2. Desacoplando las ecuaciones de Maxwell


Una manera de poner orden en el complejo problema mencionado al comienzo de la
página 42 es ver si es posible desacoplar las ecuaciones de Maxwell y obtener ecuaciones
que involucren solamente a un campo F~ (~x, t) o solamente a la transformada de Fourier
temporal de un campo F~ω (~x).

2.2.1. En el vacı́o

En ausencia de medio material las ecuaciones constitutivas son triviales y no hace


falta usar transformadas de Fourier temporales para simplificarlas. Los campos E(~ ~ x, t) y
~ x, t) siempre satisfacen la ecuación de ondas clásica. Para verlo se toma rotor en (1.2),
B(~
~ ∇×
se intercambia el orden de derivación, se usa (1.3), la identidad ∇× ~ A ~ = ∇(
~ ∇·
~ A)−∇
~ 2~
A
y finalmente (1.5) y ası́ se obtiene

~ ~ 2~
~ ×∇
∇ ~ = − 1 ∂(∇ × B) = − 1 ∂ E ,
~ ×E
c ∂t c2 ∂ t 2
2~
~ (∇
∇ ~ · E)
~ −∇2 E ~ =−1 ∂ E.
| {z } c2 ∂ t2
=0

Análogamente, partiendo de (1.3) se llega a

~ × E)
1 ∂(∇ ~ ~
1 ∂ 2B
~ ~ ~
∇×∇×B = =− 2 2 ,
c ∂t c ∂t
2~
~ (∇
∇ ~ · B)
~ −∇2 B ~ =−1 ∂ B.
| {z } c2 ∂ t2
=0

Ambos campos son solución de la ecuación de ondas clásica (ecuación de ondas de


D’Alambert)
~
1 ∂ 2  E(~


2 x, t)
∇ − 2 2 ~ x, t) = 0 . (2.1)
c ∂t B(~

El operador entre paréntesis se llama dalambertiano. En el espacio de Fourier esta ecua-


ción tiene la forma

DF~ω (~x) = 0 , (2.2)


2
con D = ∇2 + ωc2 un operador diferencial vectorial, de segundo orden, lineal, que actúa
sobre la parte espacial de los campos y que depende de la frecuencia. Observamos que
en este caso el problema desacoplado en el espacio de Fourier equivale a encontrar las
soluciones no triviales del operador D y que si la inversa de este operador lineal estuviera
2.2. DESACOPLANDO LAS ECUACIONES DE MAXWELL 45

siempre definida, entonces las soluciones serı́an siempre las triviales. Luego, la condición
para que en el vacı́o haya funciones F~ω (~x) distintas de cero en ausencia de fuentes libres,
debe coincidir con la condición para que el operador lineal D no tenga inversa. Cuando
encontremos la dependencia espacial de F~ω (~x) veremos que la condición para que el ope-
rador lineal D no tenga inversa impone una condición (llamada relación de dispersión)
sobre la frecuencia. Luego, F~ω (~x) en regiones sin fuentes es solución de (2.2) solo para el
conjunto de frecuencias ω para el que D−1 no está definido. Notar que por tratarse de un
problema lineal homogéneo, las soluciones ası́ obtenidas no tienen energı́a definida.

2.2.2. Medio isótropo aquiral no homogéneo

A continuación vamos a repetir el procedimiento de 2.2.1, pero en vez de hacerlo en el


vacı́o lejos de las fuentes consideraremos un medio dieléctrico lineal, isótropo y aquiral,
es decir un medio convencional (µR > 0) con relaciones contitutivas como las ecs. (1.38)
y (1.39). Es claro que para medios lineales isótropos todos los tensores constitutivos
εEH , µEH , ξEH y ζEH deben ser proporcionales al tensor identidad. Cuando los tensores
magnetoeléctricos ξEH y ζEH no son idénticamente nulos, se dice que el medio es bi–
isótropo (por costumbre se reservó la denominación de isótropo a los medios aquirales,
es decir medios con ξEH = ζEH = 0). A diferencia de 2.2.1, la presencia de un medio
material impone pasar al espacio de frecuencias temporales y ası́ manejar las relaciones
constitutivas de una manera sencilla.
Consideremos primero que el medio no es homogéneo. Proyectando en la base de Fourier
temporal y luego de simplificar el factor e−i ωt , las ecuaciones de Maxwell adoptan la forma

~ ×E
∇ ~ ω (~x) = i ω µ(~x, ω) H ~ ω (~x) , (2.3)
c
~ ×H
∇ ~ ω (~x) = −i ω (~x, ω) E ~ ω (~x) , (2.4)
h c i
∇~ · µ(~x, ω) H~ ω (~x) = 0 , (2.5)
h i
~ ~
∇ · (~x, ω) Eω (~x) = 0 . (2.6)

~ ω con B
Usando las dos ecuaciones con rotor, de primer orden y que acoplan E ~ω y H

~ ~ ~ ~ ~
con Dω , y las ecuaciones constitutivas, que acoplan Dω con Eω y Hω con Bω , siempre
es posible obtener una ecuación diferencial de segundo orden para un solo campo. Por
~ ω (~x) de (2.3)
ejemplo, si se despeja H

~ ω (~x) = −i c ~ ~ ω (~x) ,
H ∇×E (2.7)
ω µ(~x)

y se reemplaza en (2.4), se obtiene la siguiente ecuación maestra para el campo E
1 ~ h 1 ~ ~ ω (~x) = ω E
i  2
~ ω (~x) .
∇× ∇×E (2.8)
(~x) µ(~x) c
46 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

~ ω (~x) de (2.4) y se reemplaza en (2.3), se obtiene la ecuación


Análogamente, si se despeja E
maestra para el campo H ~ω

1 ~ h 1 ~ ~ ω (~x) = ω H
i  2
~ ω (~x) .
∇× ∇×H (2.9)
µ(~x) (~x) c
Notar que debido a la simetrı́a de las ecuaciones de Maxwell, se pasa de una ecuación
~ω ↔ E
maestra a la otra haciendo las sustituciones H ~ ω y  ↔ µ. Si se definen operadores
ΘE y ΘH
1 ~ 1 ~ 1 ~ 1 ~
ΘE ≡ ∇× ∇× , ΘH ≡ ∇× ∇× , (2.10)
(~x) µ(~x) µ(~x) (~x)

las ecuaciones maestras (2.8) y (2.9) adoptan la misma forma


 ω 2
ΘF F~ω (~x) = F~ω (~x) , (2.11)
c
con F = E, H. Se deja como ejercicio obtener las ecuaciones maestras para los campos
~ω y B
D ~ ω.

2.2.3. Modos electromagnéticos, autofunciones y autovalores

Las ecuaciones (2.8) y (2.9) (o (2.11)) parecen ecuaciones de autovalores para el ope-
rador ΘF : las autofunciones F~ω (~x) representan la distribución espacial para los campos
F~ω (~x) permitidos y sus autovalores ω 2 /c2 están relacionados con las frecuencias a las que
los campos pueden oscilar en ausencia de fuentes. Si el medio fuera no dispersivo, es decir,
si  y µ no dependieran de la frecuencia, esta interpretación serı́a correcta. Sin embargo,
en un medio material real siempre está presente la dispersión. Luego, ΘE y ΘH siempre
dependen de la frecuencia a través de  y µ.
Por lo tanto, para medios reales, el autovalor (frecuencia) no aparece solamente en
el lado derecho de las ecuaciones, también aparece en el lado izquierdo, dentro de los
operadores. Estos problemas de autovalores generalizados son muy parecidos a los pro-
blemas de autovalores del álgebra lineal, con dos diferencias a notar: están planteados en
espacios vectoriales de funciones, de dimensión infinita, y el operador puede depender del
autovalor.
Notar el paralelismo con la evolución de sistemas mecánicos con muchas partes móviles
que se apartan del equilibrio en ausencia de fuerzas externas. Dicho problema mecánico
se reduce a encontar los autovectores y autovalores de una matriz, los autovectores están
relacionados con la distribución espacial de las coordenadas generalizadas en cada modo,
mientras que los autovalores están relacionados con la frecuencia de oscilación de todas
las partes móviles en cada modo. La ausencia de fuerzas externas en el problema mecánico
corresponde a la ausencia de fuentes libres el el problema electromagnético, las fuerzas
restitutivas internas en el problema mecánico se corresponden con las fuentes inducidas
2.2. DESACOPLANDO LAS ECUACIONES DE MAXWELL 47

en el medio en el problema electromagnético y en vez de autovectores y autovalores de


una matriz tenemos autofunciones y autovalores de un operador lineal.
Todos los problemas electromagnéticos desacoplados que en el espacio transformado
de frecuencias temporales se escriben en la forma ΘF F~ω = λF~ω de un problema de
autovalores (la forma de las ecuaciones (2.8) y (2.9)), se pueden reescribir de manera
alternativa en la forma (2.2) que ya usamos en 2.2.1, es decir, como un operador diferencial
D = ΘF − λI (I el operador identidad ) aplicado a la parte espacial del campo igual a
cero. En espacios vectoriales de dimensión infinita, la noción de autovalores se generaliza
mediante el concepto de espectro. El espectro es el conjunto de escalares λ para el que
D−1 = (Θ − λI)−1 no está definido, esto es, el conjunto de escalares para el que existen
autofunciones F~ω no triviales. De la misma manera se usa el concepto de espectro, en el
sentido de autovalores generalizados, para otros operadores lineales D que aparecen para
otros medios y que no tienen necesariamente la forma ΘF − λI del problema canónico de
autovalores.
El estudio de estos temas pertenece a la rama de la matemática llamada teorı́a es-
pectral, un término que se refiere a las teorı́as que generalizan la teorı́a de vectores y
valores propios de una matriz cuadrada a una teorı́a más amplia de operadores en cier-
tos espacios matemáticos. La teorı́a está conectada con la de funciones analı́ticas debido
a que las propiedades espectrales de un operador están relacionadas con las funciones
analı́ticas del parámetro espectral (en la discusión anterior, ω, o λ). La teorı́a espectral es
un campo extremadamente rico con aplicaciones en muchas áreas fı́sicas de gran interés
actual. Es muy atractiva especialmente desde el punto de vista formal porque brinda un
enfoque unificador que sirve de marco para problemas matemáticos muy diversos, como
por ejemplo ecuaciones en derivadas parciales, cálculo de variaciones, geometrı́a, análisis
estocástico, etc.

2.2.4. Medio periódico

Un caso particular de los medios inhomogéneos discutidos en 2.2.2 son los medios con
parámetros constitutivos periódicos. Estos medios han atraı́do gran interés en los últimos
años, tanto en ciencia básica como aplicada porque debido a los avances en nanotecno-
logı́a, hoy en dı́a es posible construir materiales periódicos artificiales, llamados cristales
fotónicos, con periodicidades muy pequeñas. Los cristales fotónicos fueron propuestos du-
rante la década de 1990, con el fin de inhibir la emisión espontánea atómica (un fenómeno
de origen cuántico que se pensaba que era intocable) y para obtener localización fotónica
(confinar la radiación). Como en los cristales naturales, las periodicidades pueden ser en
una, dos o tres direcciones.
Se puede ver [2] que la periodicidad de estos materiales afecta el movimiento de los
fotones de manera análoga a como la periodicidad de un cristal semiconductor afecta el
movimiento de los electrones. Cuando el medio es periódico, los operadores en las ecs.
(2.8) y (2.9) también lo son. En estas condiciones se puede aplicar el Teorema de Bloch
48 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

y explicitar una base muy particular de soluciones, llamadas estados de Bloch, caracte-
rizados por bandas de frecuencias permitidas y prohibidas. La aparición de los cristales
fotónicos dió un nuevo impulso a técnicas electromagnéticas para medios periódicos, que
no habı́an sido antes exploradas por su dificultad y posiblemente porque se consideraban
ejercicios académicos sin ningún interés práctico.

2.2.5. Medio isótropo aquiral homogéneo

Cuando el medio es homogéneo, las ecuaciones maestras (2.8) y (2.9) como ası́ también
las ecuaciones maestras para la parte espacial de los campos D ~ω y B ~ ω tienen todas la
misma forma
ω2
∇2 F~ω = − ε µ F~ω , (2.12)
c2
es decir,

ω2
∇2 F~ω + ε µ F~ω = 0 , (2.13)
c2
conocida como ecuación de Helmholtz. En este caso, el operador diferencial asociado
2
resulta D = ∇2 + ωc2 ε µ.

2.3. Base de Fourier espacial


Una vez desacopladas las ecuaciones de Maxwell en el medio infinito (sin contornos)
genérico que estamos tratando, se debe resolver el problema homogéneo (2.2) para el
operador diferencial D que opera solamente sobre las coordenadas espaciales (operador
vectorial de segundo orden y lineal para todo medio lineal). Como D es un operador vec-
torial y como F~ω (~x) es un vector en C3 , en general (2.2) representa un sistema homogéneo
de 3 ecuaciones diferenciales lineales en derivadas parciales acopladas. Las incógnitas de
este sistema son las 3 componentes de F~ω (~x), tres funciones de tres variables. Para fijar
(x) (y)
ideas podrı́amos pensar que son las tres componentes cartesianas F~ω (x, y, z), F~ω (x, y, z)
(z)
y F~ω (x, y, z) (el supraı́ndice denota la componente). Si la fı́sica del problema ası́ lo pi-
diera (para un medio infinito y sin fuentes libres por ahora no lo pide), también podrı́a
usarse una base distinta a la cartesiana (base cilı́ndrica o base esférica, por ejemplo) .
Si se usan coordenadas esféricas y base esférica ρ̂, θ̂, φ̂, las incógnitas del sistema (2.2)
(ρ) (θ) (φ)
serı́an las 3 componentes F~ω (ρ, θ, φ), F~ω (ρ, θ, φ) y F~ω (ρ, θ, φ). Notar que la forma de
los operadores depende del sistema de coordenadas.
Sabemos que las soluciones no triviales del problema homogéneo (2.2) aparecen cuan-
do el operador D−1 no está definido. El siguiente paso entonces será explicitar dichas
condiciones en términos de la frecuencia ω, relacionada con los autovalores. Tal como
2.3. BASE DE FOURIER ESPACIAL 49

se hizo en la sección 2.1, donde se eligió una base de Fourier para representar cualquier
variación temporal de los campos, a continuación también usaremos un base de Fourier
para representar dependencias espaciales bastante arbitrarias de la magnitud F~ω (~x) en
términos de tres variables conjugadas kx , ky y kz (frecuencias espaciales), análogas a la
frecuencia temporal ω
Z ∞
~
~
Fω (~x) = F~ω; ~k eik·~x d3 k , (2.14)
−∞

con ~k ≡ (kx , ky , kz ) y F~ω; ~k la transformada de Fourier espacial de F~ω (~x). Notar que la
triple sı́ntesis espacial que se hace en (2.14) se corresponde con la sı́ntesis de Fourier
temporal definida en (1.35), excepto por el signo opuesto en las variables conjugadas ω
y ~k. La elección de signos opuestos en ambas definiciones es arbitraria, pero es común
hacerla para que la sı́ntesis de F~ (~x, t),
Z ∞ Z ∞
~
~
F (~x, t) = dω F~ω; ~k ei(k·~x−ωt) d3 k , (2.15)
−∞ −∞

quede expresada como combinación de ondas planas armónicas


~
F~ω; ~k ei(k·~x−ωt) (2.16)

“progresivas” en la dirección del vector ~k (pero no necesariamente progresivas según los


ejes coordenados).
La representación (2.14) tiene por el momento poca fı́sica. Para que F~ω (~x) realmente sea
la parte espacial de un modo electromagnético, tiene que satisfacer el problema homogéneo
(2.2) con el operador D que corresponda al medio material particular en estudio. La
ventaja de usar la representación (2.14) reside en que F~ω (~x) se escribe como suma de
~
funciones elementales F~ω; ~k eik·~x . Pero dada una dirección ~k, no toda orientación del vector
F~ω; ~k ni toda relación entre ~k y ω es posible. Primero porque hay restricciones impuestas
por (2.2) y segundo porque hay restricciones impuestas por las ecuaciones de primer
orden con divergencia, que se perdieron en el camino cuando desacoplamos las ecuaciones
~
de Maxwell. Dado que las funciones elementales F~ω; ~k eik·~x son ortogonales en el espacio
de Hilbert, el siguiente paso será forzar que estas funciones de la base cumplan la fı́sica
que todavı́a no hemos impuesto, ası́ nos aseguraremos que la combinación lineal (2.14)
también la cumplirá.
A continuación daremos ejemplos de las restricciones que algunos medios materiales de
interés actual imponen a la representación de ondas planas (2.14). Es decir, obtendremos
las polarizaciones y los vectores de onda ~k permitidos por las ecuaciones de Maxwell y por
las relaciones constitutivas. Estas restricciones sirven para elegir los ladrillitos elementales
que hay que usar para sintetizar F~ω (~x) a partir de (2.14). Notar que cuando D se aplica
~
a la representación integral (2.14), solo actúa sobre la exponencial eik·~x del integrando,
porque F~ω; ~k es una amplitud vectorial compleja que solo depende de ω y ~k. Luego, la
50 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

derivada parcial con respecto a x formalmente equivale a multiplicar el integrando de


(2.14) por ikx , la derivada parcial con respecto a y equivale a multiplicar por iky , la deri-
vada parcial con respecto a z equivale a multiplicar por ikz , el operador ∇ formalmente
equivale a multiplicar por i~k, etc. Luego, el sistema homogéneo de 3 ecuaciones diferen-
ciales lineales en derivadas parciales acopladas representado por (2.2) se transforma en
un sistema homogéneo de 3 ecuaciones algebraicas lineales acopladas, con incógnitas las
3 componentes cartesianas de F~ω; ~k . Para que este sistema algebraico tenga solución, el
determinante del sistema debe ser nulo, una condición que fija los autovalores y conduce
a la llamada relación de dispersión ~k(ω). Una vez encontrados los autovalores, se obtienen
los autovectores, que como en todo problema de modos no tienen la norma definida.

2.4. Medio isótropo aquiral homogéneo

2.4.1. Relación de dispersión

Para que (2.14) sea solución de (2.2) introducimos el operador diferencial D en la


representación integral y pedimos que el resultado sea nulo en todo el espacio
Z ∞
ω2 ~
(−~k·~k + 2 εµ) F~ω; ~k ei(k·~x−ωt) d3 k = 0 . (2.17)
−∞ c
En este caso, podemos usar las relaciones de ortogonalidad entre exponenciales espacia-
les y proyectar la condición (2.17) en la base (2.15). Operativamente, el procedimiento
~0
consiste en multiplicar miembro a miembro la eq. (2.17) por e−i k ·~x , ~k 0 = (kx0 , ky0 , kz0 ), e
integrar el resultado en todo el espacio. Al integrar en la variable x se obtiene una delta
de Dirac δ(kx − kx0 ) y análogamente para integraciones en x e y. El resultado de la inte-
gración en todo el espacio es entonces proporcional a la delta tridimensional δ(~k − ~k 0 ).
Ası́, cuando se realiza la integración en d3 k indicada en (2.17), y se reemplaza ~k 0 por ~k
en el resultado, se obtiene
ω2
(−~k·~k + 2 εµ) F~ω; ~k = 0 . (2.18)
c
Vemos entonces que la proyección en la base de ondas planas transforma la ecuación dife-
rencial (2.2) en el sistema de ecuaciones algebraicas (2.18) para las componentes cartesia-
nas de la amplitud compleja F~ω; ~k . Como los vectores F~ω; ~k son transversales, ~k · F~ω; ~k = 0,
una de las componentes cartesianas de F~ω; ~k se puede tomar igual a cero (la paralela a
~k) y en ese caso (2.18) se reduce a un sistema de dos ecuaciones algebraicas para las
cantidades complejas Eω; ~k · ê1 y Eω; ~k · ê2 , con ê1 y ê2 dos direcciones transversales a ~k y
perpendiculares entre sı́. Se trata de un sistema muy particular, porque las dos ecuaciones
algebraicas no están acopladas, la matriz del sistema es diagonal y los elementos de la
diagonal son iguales al paréntesis a la izquierda de la ec. (2.18). Por este motivo, la con-
dición para tener soluciones no triviales de la componente según ê1 es igual a la condición
2.4. MEDIO ISÓTROPO AQUIRAL HOMOGÉNEO 51

para tener soluciones no triviales de la componente según ê2 . Y entonces cualquier com-
ponente transversal de los vectores de amplitudes complejas de todos los campos en la
base de ondas planas armónicas en un medio homogéneo isótropo aquiral deben satisfacer
la misma relación de dispersión
2
~k·~k = k 2 + k 2 + k 2 = ω εµ . (2.19)
x y z
c2

De los cursos de ondas se sabe que toda onda plana armónica (2.16) con una relación de

dispersión como la ec. (2.19) tiene velocidad de fase vϕ = k/ω = c/ ε µ. Luego, tenemos
que concluir que el ı́ndice de refracción de este medio viene dado por

n = εµ. (2.20)

Cuando se descubrió la relación (2.20) fue una gran sorpresa. Realmente era completamen-
te inesperado que el ı́ndice de refracción, una magnitud que describe aspectos geométricos
de las trayectorias de los rayos en un medio, estuviera relacionada con fenómenos eléctri-
cos y magnéticos asociados a la magnetita (el óxido ferroso-diférrico) y a la atracción de
pequeños objetos mediante ámbar. Esta sorpresa vino de la mano de la unificación de la
venerable teorı́a de la Óptica con las recientemente unificadas leyes del electromagnetis-
mo.

2.4.2. Visualizando las autofunciones

La relación (2.20) muestra que: i) para frecuencias donde la parte imaginaria de los
parámetros constitutivos ε y µ es despreciable, el vector ~k de “frecuencias espaciales” está
en una esfera del espacio conjugado a las variables espaciales; ii) la triple integración en
d3 k indicada en (2.17) se reduce a una integración doble en el espacio conjugado, porque
si se fijan dos componentes de ~k, la tercera tiene que tomar el valor determinado por
(2.19). De esta manera, la representación integral de F~ω (~x) se puede reescribir como
Z ∞
ω2 ~
~
Fω (~x) = δ(−~k·~k + 2 εµ) F~ω; ~k eik·~x d3 k . (2.21)
−∞ c

La base ê1 , ê2 , contenida en el plano perpendicular a ~k, permite explicitar el carácter
(1) (2)
vectorial de F~ω; ~k = Fω; ~k ê1 +Fω; ~k ê2 y dividir el integrando de (2.21) en dos contribuciones

ω2
Z
(1) ~
F~ω (~x) = δ(−~k·~k + 2 εµ) Fω; ~k eik·~x ê1 d3 k +
−∞ c
Z ∞
~ ~ ω2 (2) ~
δ(−k· k + 2 εµ) Fω; ~k eik·~x ê2 d3 k . (2.22)
−∞ c

En las integrales (2.21) y (2.22) se mantiene la triple integración en d3 k, pero la delta de


Dirac del integrando se ocupa de que los valores de ~k estén siempre en la misma esfera del
52 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

espacio conjugado, a pesar de que sus componentes cambian. Notar que ê1 y ê2 quedan
dentro del integrando porque son versores perpendiculares a ~k (dependen de ~k).
Cuando es necesario explicitar cuáles son las componentes independientes del vector
~k, la doble valuación de las raı́ces cuadradas involucradas en el despeje que surge de
(2.19) para la componente dependiente tiene como consecuencia que la integral en (2.21)
se divida en la suma de dos integrales. Por ejemplo, si kx y kz se consideran variables
independientes, la variable dependiente se despeja como
r
ω2
ky(±) = ± εµ − kx2 − kz2 , (2.23)
c2
y entonces (2.21) resulta
Z ∞ Z ∞
(+) (−)
~ ~ (+) (−)
Fω (~x)= Fω; kx ,kz e i(kx x+kz z+ky y)
dkx dkz + F~ω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) dkx dkz . (2.24)
−∞ −∞
Los dos términos del lado derecho representan variaciones bastante arbitrarias en x y en
z, pero tienen una caracterı́stica muy bien definida en su dependencia con la variable
y (elegida como dependiente): la primera integral está asociada con campos progresivos
respecto a la dirección +y, mientras que la segunda está asociada con campos regresivos
respecto a la dirección +y. Si bien estamos estudiando soluciones del sistema de ecuaciones
homogéneo, es decir, los campos permitidos en regiones sin fuentes, no se debe olvidar
que los campos fueron creados por fuentes y la ubicación de estas fuentes es la que
rige la presencia o ausencia de cada término en (2.24). Por ejemplo, si a la zona en
estudio llegan campos procedentes de una única fuente localizada en el entorno de una
región con y → +∞, la representación integral en dicha zona solamente puede tener el
término que represente un flujo de potencia regresivo según el eje y y es fácil ver que para
medios ordinarios (µR > 0), esta condición excluye al primer término del lado derecho
de (2.24). Análogamente, si la zona en estudio es perturbada por campos procedentes de
una única fuente localizada en el entorno de una región con y → −∞, la representación
integral en la zona en estudio solamente puede tener el término que represente un flujo
de potencia progresivo según el eje y y para medios ordinarios (µR > 0) esta condición
excluye al segundo término del lado derecho de (2.24). Si a la zona en estudio llegan
campos procedentes de dos fuentes, una localizada en y → +∞ y otra en y → −∞, la
representación integral en la zona en estudio tendrá los dos aportes, el progresivo y el
regresivo según el eje y.
De la misma manera, si en las integrales de (2.22) se explicitan las componentes inde-
pendientes del vector ~k, cada integral se divide en contribuciones progresivas y regresivas.
Si continuamos considerando kx y kz como variables independientes, entonces (2.22) tiene
cuatro integrales, una progresiva y otra regresiva por cada dirección transversal a ~k

Z ∞ Z ∞
(+) (+)
~ (1+) i(kx x+kz z+ky y) (2+)
Fω (~x)= Fω; kx ,kz e ê1 dkx dkz + Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê2 dkx dkz +
Z−∞
∞ Z−∞

(−) (−)
(1−) (2−)
Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê1 dkx dkz + Fω; kx ,kz ei(kx x+kz z+ky y) ê2 dkx dkz (2.25)
−∞ −∞
2.4. MEDIO ISÓTROPO AQUIRAL HOMOGÉNEO 53

2.4.3. Estructura de la onda plana

Para investigar las orientaciones relativas entre los vectores F~ω; ~k que corresponden a los
distintos campos, usamos las ecuaciones de Maxwell recordando que para las representa-
ciones (2.15), el operador ∇~ equivale a multiplicar dentro de la integral por i~k y la derivada
temporal equivale a multiplicar dentro de la integral por −iω. Usando la ortogonalidad
de las exponenciales, se obtienen las siguientes relaciones entre las diversas amplitudes
vectoriales complejas F~ω; ~k y el vector ~k (comparar con las ecuaciones (2.3)-(2.6))

~k × E ~ ~ = ω µH ~ ~, (2.26)
ω; k ω; k
c
~k × H ~ ~ = −ω  E ~ ~, (2.27)
ω; k ω; k
c
~k · B~ ~ = µ ~k · H~ ~ = 0, (2.28)
ω; k ω; k
~ ~ =  ~k · E
~k · D ~ ~ = 0. (2.29)
ω; k ω; k

Supongamos por simplicidad que los parámetros constitutivos del material a la frecuencia
ω son reales y que ε µ > 0, ~k ∈ R3 . De las ecs. (2.28)-(2.29) se deduce que todas las am-
plitudes vectoriales correspondientes a la base de ondas planas (2.16) son perpendiculares
a ~k
~k · E
~ ~ = ~k · H
~ ~ = ~k · D
~ ~ = ~k · B
~ ~ = 0, (2.30)
ω; k ω; k ω; k ω; k

es decir que en un medio homogéneo isótropo aquiral la base de ondas planas es transversal
para todos los campos. La ec. (2.26) relaciona H~ ~ con E ~ ~
ω; k ω; k

~k × E
~ ~
~ ~= c
H
ω; k
, (2.31)
ω; k
ω µ

que muestra que para materiales naturales con µ > 0 los vectores ~k, E~ ~ yH
ω; k
~ ~ forman
ω; k
una terna derecha. En cambio, para materiales con µ < 0 (y también ε < 0, para que siga
valiendo que ~k ∈ R3 ), los vectores ~k, E
~ ~ yH
ω; k
~ ~ forman una terna izquierda, una situa-
ω; k
ción común para metamateriales [3], materiales artificiales construidos con parámetros
constitutivos sintonizables por diseño.

2.4.4. Vector de Poynting

Tomando la parte real en (1.106), obtenemos el promedio temporal del vector de Poyn-
ting asociado con el elemento de la base identificado por la etiqueta (ω; ~k)
2 2
~ ~i = c ~ ~ ×H~ ∗ ~ = c Re E ~ ~ )∗ = c |E
~ ~ × (~k × E ~ ~ |2 ~k , (2.32)
hSω; k Re Eω; k ω; k ω; k
8π ω; k 8πωµ 8πωµ ω; k

que para ~k real resulta paralelo o antiparalelo a ~k, dependiendo de que µ > 0 (fase y flujo
de potencia viajan en la misma dirección) o que µ < 0 (fase y flujo de potencia viajan
54 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

en direcciones opuestas). Si ~k no es real, por ejemplo si los parámetros constitutivos


son complejos, entonces al hacer el producto con el conjugado indicado en (1.106), las
exponenciales espaciales de la base (2.16) no se cancelan completamente y el promedio
temporal del vector de Poynting asociado con el elemento de la base etiquetado por (ω; ~k)
resulta

c2 ~ n ~k o
~
~ ~i =
hS |Eω; ~k |2 e−2kI ·~x Re . (2.33)
ω; k
8πω µ

Se puede probar [4] que cuando se cumple la condición


 
ε µ
Re + > 0, (2.34)
|ε| |µ|

el flujo medio de potencia asociado con el elemento de la base etiquetado por (ω; ~k) está
orientado en dirección paralela a la dirección de propagación de la fase de la onda. En
caso contrario, el flujo medio de potencia asociado con el elemento de la base etiquetado
por (ω; ~k) está orientado en dirección opuesta a la dirección de propagación de la fase de
la onda y se dice que el medio tiene velocidad de fase negativa o también que es un medio
izquierdo, una nomenclatura que hace referencia a la orientación de la terna de vectores
~k, E~ ~ y H ~ ~ y que se ha generalizado a pesar de que induce a confusión porque, a
ω; k ω; k
diferencia de lo que ocurre en los medios quirales, el medio no tiene ningún sentido de
giro asociado con su estructura interna.

2.4.5. Densidad de energı́a electromagnética

Volviendo a ~k real y parámetros constitutivos reales, calculemos el valor medio tem-


poral de la densidad de energı́a electromagnética por unidad de volumen asociado con el
elemento de la base (2.16) identificado por la etiqueta (ω; ~k)
1 ~ ~ ·D ~∗ ~ +B
~ ~ ·H~ ∗ ~) .
hui = Re (E ω; k ω; k ω; k ω; k
(2.35)
16π
Usando las relaciones constitutivas y las relaciones entre amplitudes vectoriales complejas
de los distintos campos, se obtiene que ambos términos en (2.71) dan la misma contribu-
ción. Concluimos que en este medio la densidad de energı́a está equi-repartida entre los
campos eléctricos y magnéticos) y vale
ε ~
hui = |Eω; ~k |2 . (2.36)

Es instructivo observar que los resultados 2.32 y 2.36 son consistentes con el concepto
de velocidad de propagación de la energı́a en la dirección (fija en el espacio) ~k, que hasta
el momento no ha sido explicitado. Con este fin, observemos que si la energı́a realmente
se propaga con velocidad ve , entonces la energı́a que fluye a través de una superficie
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 55

A perpendicular a la dirección de propagación en un intervalo de tiempo ∆t debe ser


< S > A∆t. Pero como hemos supuesto que no hay disipación ni otros mecanismos de
transferencia entre energı́a electromagnética y otras formas, esta cantidad debe ser igual a
la energı́a contenida en el volumen del cilindro generado por la translación de la superficie
A en la dirección paralela a n̂ y de longitud ve ∆t. Igualando ambas cantidades resulta
< u > A ve ∆t =< S > A ∆t ,
de donde obtenemos una expresión para ve
<S>
ve = . (2.37)
<u>
Esta última relación no supone ninguna hipótesis sobre la forma de los campos y debe
valer para todo problema de transporte conservativo unidimensional. Para la base de
ondas planas (2.16), reemplazando 2.32 y 2.36 en 2.37, se obtiene que ve = c/n, que
coincide con la velocidad de fase en el medio.

2.4.6. Recapitulación

Volviendo a lo que se dijo al comienzo de la página 42, las relaciones constitutivas redu-
cen el número de incógnitas escalares de doce a seis. Para la base de ondas planas usada
para el medio homogéneo isótropo aquiral estudiado en esta sección, hemos visto que para
cada etiqueta (ω; ~k) la onda plana representada por (2.16) tiene 12 grados de libertad: 6
por las 3 componentes cartesianas complejas de E ~ ~ y 6 por las 3 componentes cartesia-
ω; k
nas complejas de H ~ ~ . Pero las ecuaciones de Maxwell con divergencia eliminan 4 grados
ω; k
de libertad (las componentes longitudinales) mientras que las ecuaciones con rotor que
relacionan H ~ ~ con E
~ ~ eliminan otros 4 (H ~ ~ oE ~ ~ ). Aparentemente quedan entonces
ω; k ω; k ω; k ω; k
4 grados de libertad, por ejemplo las dos amplitudes complejas que son necesarias para
describir el campo eléctrico transversal. Como las fases de ambas amplitudes complejas
dependen del origen de tiempos, sin perder generalidad podemos elegir una fase igual a
cero. Vemos ası́ que la onda plana monocromática en el medio homogéneo isótropo aquiral
queda caracterizada por tres grados de libertad. En la mayorı́a de los casos, y tal como
se vió en el capı́tulo de polarización del curso de ondas, estos tres grados de libertad
suelen ser las amplitudes |Eω; ~k · ê1 | y |Eω; ~k · ê2 | (con ê1 y ê2 dos direcciones transversales
a ~k y perpendiculares entre sı́) y la fase relativa entre las cantidades complejas Eω; ~k · ê1
y Eω; ~k · ê2 . Una vez especificados estos tres grados de libertad, queda determinada la
intensidad y la polarización del elemento de la base.

2.5. Medio homogéneo isótropo quiral


Los medios bi–isótropos más abundantes en la naturaleza son los medios quirales,

caracterizados por coeficientes magnetoeléctricos no nulos y que satisfacen ξEH = ζEH . Se
56 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

puede demostrar que todo medio cuya estructura interna no puede superponerse con su
imagen especular está caracterizado por relaciones constitutivas quirales que privilegian
un sentido de giro sobre el opuesto. Un simple ejemplo de medio isótropo quiral en escala
macroscópica es una caja de tornillos comunes (roscas derechas). Los tornillos no tienen
ninguna orientación particular y cuando se gira la mezcla en cualquier ángulo no se puede
notar el cambio. Si bien cada tornillo cambia su orientación, siempre hay otro tornillo que
toma su lugar, al menos en sentido estadı́stico: decimos que el medio es rotacionalmente
simétrico. Pero si el revoltijo de tornillos es observado en un espejo, todos los tornillos
dejan de tener rosca derecha y cuando se los gira en sentido horario se desenroscan:
decimos que el medio no puede superponerse con su imagen especular, o que el medio
es quiral. Para una discusión introductoria a la relación entre simetrı́as y parámetros
constitutivos ver [5].
Las ecuaciones constitutivas de un medio isótropo quiral se suelen escribir en el dominio
frecuencial en la forma conocida como ecuaciones de Drude-Born-Fedorov

~ ω = (E
D ~ω + β ∇
~ ×E
~ω) (2.38)
~ ω = µ(H
B ~ω + β ∇
~ ×H~ ω) . (2.39)

Los parámetros , µ y β (la quiralidad) son funciones de ω y el medio isótropo aquiral


de la sección anterior corresponde a β = 0. El interés en este tipo de medios está parti-
cularmente motivado por avances de la fı́sica de polı́meros, por la fabricación de nuevos
materiales compuestos con sorprendentes propiedades y por el papel fundamental que
juegan en Biologı́a las grandes moléculas orgánicas, que como el ADN tienen generalmen-
te asociado un sentido de giro. Todos los organismos terrestres sintetizan sus proteı́nas
de forma casi exclusiva a partir de la versión levógiro de los distintos aminoácidos. Muy
recientemente los astrónomos encontraron la primera molécula quiral (óxido de propileno)
en el espacio interestelar [6], un descubrimiento que abre la exploración de los procesos
quı́micos que formaron las biomoléculas del Universo.
Las relaciones de Drude-Born-Fedorov no sólo describen lo que sucede en medios for-
mados por grandes cadenas orgánicas con sentido de giro asociado a su estructura mi-
croscópica, sino que son aún más generales. Se aplican a cualquier medio constituı́do con
elementos que no tienen simetrı́a de reflexión. Los medios formados por hélices izquierdas
o derechas son un ejemplo, pero lo mismo ocurre con cualquier otro medio formado por
objetos que difieren de su imagen especular. La raı́z griega de la palabra quiral significa
mano, en alusión a que la mano izquierda no coincide con su imagen especular, que es
la mano derecha. Un medio quiral siempre tiene asociado un sentido izquierdo o derecho
en su microestructura y esto da lugar a que las ondas polarizadas circularmente tengan
velocidades de propagación distinta, según tengan sentido de giro izquierdo o derecho.
Este fenómeno es la base de lo que se conoce como actividad óptica: una onda linealmen-
te polarizada entra en un medio quiral, se propaga, y al salir del mismo se comprueba
que ha rotado su dirección de vibración. El medio no es anisotrópico, porque la rotación
de la onda linealmente polarizada es la misma en todas las direcciones. Esperamos en-
tonces que las ecuaciones de dispersión para la base de ondas planas no dependan de la
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 57

dirección de propagación y veremos que, a diferencia del medio aquiral considerado en la


sección anterior, las ecuaciones de dispersión para la base de ondas planas dependen de
la polarización.

2.5.1. Representación de Tellegen

Los rotores de las ecs. (2.38)-(2.39) explicitan que están involucradas circulaciones de
los campos, pero nos apartan de la representación de Tellegen (ver (1.36) - (1.37)). Para
familiarizarnos con la representación de relaciones constitutivas más usada en fı́sica de
materiales, reescribiremos las ecuaciones de Drude-Born-Fedorov en la forma de Tellegen.
Partiendo de (2.38) y usando la ley de Faraday
~ ω (~x) = εE
D ~ ω (~x) + βε∇ ~ ×E ~ ω (~x) =
~ ω (~x) + i ω βεµ(H
εE ~ ω (~x) + β ∇~ ×H ~ ω (~x)) =
c
~ ω (~x) + i ω βµH
E ~ ω (~x) + i ω εµβ 2 (−i ω D ~ ω (~x)) =
c c c
2
~ ω (~x) + i ω βεµH
εE ~ ω (~x) + ω εµβ 2 D ~ ω (~x) ,
c c2
y reagrupando términos en D ~ ω (~x)
ω2 ~ ω (~x) + i ω βµH
~ ω (~x) = E ~ ω (~x) .
(1 −
2
µβ 2 )D (2.40)
c c
Análogamente, partiendo de (2.38) y usando la ley de Ampère, se obtiene
ω2 ~ ω (~x) − i ω βµE
~ ω (~x) = µH ~ ω (~x) .
(1 −
2
µβ 2 )B (2.41)
c c
Las ecuaciones (2.40) y (2.41), obtenidas a partir de las ecuaciones de Drude-Born-
Fedorov, se pueden poner en la forma de las ecuaciones (1.36)–(1.37) de la representación
2
de Tellegen dividiendo miembro a miembro por el factor (1 − ωc2 µβ 2 ).
Por ser un medio isótropo los tensores magnetoeléctricos de este medio quiral son
diagonales y los elementos diagonales satisfacen
ω βµ
ξ = ζ∗ = i (2.42)
c 1 − ka2 β 2
(condición de reciprocidad). El parámetro
ω√
ka = µ (2.43)
c
coincide con el módulo del vector de onda cuando β = 0, es decir, para un medio aquiral
(por eso el subı́ndice a). Las ecuaciones (2.40) y (2.41) también ponen en evidencia la
relación que existe entre los parámetros  y µ de la representación de Tellegen (llamémoslos
T y µT ) con los parámetros constitutivos de la representación DBF (2.38)-(2.39)
 µ
T = µ T = (2.44)
1 − ka2 β 2 1 − ka2 β 2
58 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

2.5.2. Ecuaciones con divergencia y transversalidad

Usando que ∇ ~ ·D~ ω = 0 (no hay fuentes libres), de la ecuación constitutiva 2.38 se
obtiene que ∇ ~ ·E~ ω = 0. Análogamente, a partir de ∇ ~ ·B~ ω = 0 y usando la ecuación
constitutiva 2.39 se obtiene que ∇ ~ ·H~ ω = 0. Esto ya nos anticipa que, al igual que en
el medio isótropo aquiral, todos los campos serán transversales al vector ~k de la base de
ondas planas introducida en las ecs. (2.15), (2.14) y (2.16).

2.5.3. Ecuación maestra DF~ω = 0

Para obtener ecuaciones de ondas desacopladas para los campos en este medio repeti-
mos un procedimiento similar al empleado para obtener (2.13): tomamos rotor en la ley
de Faraday, usamos las ecuaciones constitutivas y luego la ley de Ampère

~ω = i ω
~ω = i ω B 1 ~ ω − i ω βµE
h i
~ ×E
∇ µ H ~ω ,
c c 1 − ka2 β 2 c
~ω) = i ω 1 ~ ω − i ω βµ∇
h i
~ × (∇
∇ ~ ×E µ ∇~ ×H ~ ×E

c 1 − ka2 β 2 | {z } c
ω~
−i Dω
| {z c }
−i ω ~ ~ ~
c  (Eω +β ∇×Eω )

ka2 ~ ω + 2β ka2 ~ ×E
~ω .
= E ∇
1 − ka2 β 2 1 − ka2 β 2

~ ·E
Finalmente, usando que ∇ ~ ω = 0 y definiendo

ka2
γ2 = , (2.45)
1 − ka2 β 2

~ ω (~x)
obtenemos la siguiente ecuación de ondas para E

∇2 E ~ ×E
~ ω + 2βγ 2 ∇ ~ ω + γ 2E
~ω = 0 , (2.46)

que tiene la forma de la ec. (2.2)


DF~ω = 0

con
~ × +γ 2
D = ∇2 + +2βγ 2 ∇

un operador diferencial de segundo orden que actúa sobre las coordenadas espaciales y
que se reduce al operador de Helmholtz cuando β = 0 (aquiral). De manera similar se
demuestra que B~ ω, H
~ω y D
~ ω también satisfacen DF~ω = 0.
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 59

2.5.4. Proyección de DF~ω = 0 en la base de ondas planas

Repitiendo el triple análisis de Fourier de la dependencia espacial de las magnitu-


des F~ω (~x) en términos de las tres variables conjugadas representadas por el vector ~k =
(kx , ky , kz ), de manera idéntica al procedimiento usado en (2.15), (2.14) y (2.16), intro-
ducimos el nuevo operador diferencial D en la representación integral (2.15) y pedimos
que el resultado sea nulo en todo el espacio. Siguiendo los pasos utilizados para proyectar
la ec. (2.17), proyectamos el nuevo resultado en la base (2.15) y ası́ obtenemos el análogo
de la ec. (2.18)

−k 2 F~ω; ~k + 2iβγ 2~k × F~ω; ~k + γ 2 F~ω; ~k = 0 . (2.47)

De nuevo encontramos que la proyección en la base de ondas planas transforma la ecuación


diferencial (2.2) en un sistema de ecuaciones algebraicas. Pero ahora el sistema (2.47) para
las componentes cartesianas de la amplitud compleja F~ω; ~k no es diagonal, como era el
sistema (2.18), sino que acopla las dos componentes transversales de F~ω; ~k en la base
geométrica formada por los versores ê1 y ê2 , ambos perpendiculares a la dirección de la
etiqueta espacial ~k. Escribiendo
(1) (2)
F~ω; ~k = Fω; ~k ê1 + Fω; ~k ê2 ,

~ = −k F (2) ê1 + k F (1) ê2 y operando, el sistema


haciendo el producto vectorial ~k × E ω; ~k ω; ~k
acoplado de ecuaciones algebraicas (2.47) se reescribe
(1) (2)
(γ 2 −k 2 ) Fω; ~k − 2 i β γ 2 k Fω; ~k = 0
)

(1) (2)
. (2.48)
2 i β γ 2 k Fω; ~k + (γ 2 −k 2 ) Fω; ~k = 0

2.5.5. Relación de dispersión

Por ser un sistema homogéneo, la condición para la existencia de ondas planas en el


medio quiral es que el determinante del sistema (2.48) sea cero. Pidiendo esta condición
se obtiene la relación de dispersión k(ω) en forma implı́cita

(γ 2 − k 2 )2 − 4 β 2 γ 4 k 2 = 0 , (2.49)

que por ser bicuadrática anticipa que hay dos pares de soluciones permitidas. En cada
par las soluciones tienen el mismo valor de |k| pero signos opuestos y representan ondas
que viajan en direcciones opuestas. Resolviendo la ecuación 2.49 se obtiene
ka
kI = ± , (2.50)
1 − βka
ka
kD = ± . (2.51)
1 + βka
60 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

2.5.6. Polarizaciones permitidas

A cada una de las soluciones (2.50) y (2.51) le corresponde una relación distinta entre
(1) (2) (1) (2)
las componentes transversales Fω; ~k y Fω; ~k , como puede verse despejando Fω; ~k /Fω; ~k de la
primera ecuación del sistema 2.48
(1)
Fω; ~k 2 i β γ 2k
(2)
=− ,
Fω; ~k γ 2 −k 2

y usando la relación de dispersión

γ 2 − k 2 = ±2 β γ 2 k ,

resulta
(1)
Fω; ~k
(2)
= ±i , (2.52)
Fω; ~k

es decir que la base de ondas planas permitidas por el medio quiral para el campo F~ω; ~k
corresponde a ondas circularmente polarizadas en sentidos contrarios. Es fácil ver que
(2) (1) (2) (1)
para la solución kI es Fω; ~k = i Fω; ~k , mientras que para la solución kD es Fω; ~k = −i Fω; ~k .
Resulta ası́ que la base de ondas planas etiquetada por (ω; ~k) se forma por la unión de
dos bases: una corresponde al subespacio circularmente polarizado en sentido derecho (D)
y otra al subespacio circularmente polarizado en sentido izquierdo (I) y entonces
(D) (I)
F~ω; ~k = Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) + Fω; ~k (ê1 + i ê2 ) , (2.53)

(se están usando bases D e I que no están normalizadas). Si el medio quiral tiene asociado
un sentido de giro derecho, β > 0 y los elementos de la base I se propagan con menor
velocidad de fase (mayor k) que los elementos de la base D. Los elementos de la base D y los
de la base I, por ser ortogonales, pueden propagarse sin interferir entre sı́. Observar que en
los medios aquirales la base de ondas planas etiquetada por (ω; ~k) también se formaba por
la unión de dos bases: una correspondiente al subespacio 1 y otra al subespacio 2. Ambos
subespacios eran ortogonales, pero se comportaban de la misma manera, viajaban con la
misma velocidad de fase y tenı́an un rol intercambiable, permitiendo ası́ la propagación de
cualquier estado de polarización. En cambio, en los medios quirales los campos solamente
pueden tener polarización circular izquierda o derecha para cualquier etiqueta (ω; ~k) de
las variables conjugadas.
Para frecuencias donde la parte imaginaria de los parámetros constitutivos ε, µ y β es
despreciable, el vector ~k de “frecuencias espaciales” solamente puede estar en dos esferas
del espacio conjugado: en la esfera de radio kD , donde los campos transversales tienen
(D)
amplitud vectorial compleja Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) y en la esfera de radio kI , donde los campos
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 61

(I)
transversales tienen amplitud vectorial compleja Fω; ~k (ê1 + i ê2 ). Ası́, la representación
integral de F~ω (~x) se puede escribir
Z ∞  
(D) ~
~
Fω (~x) = δ −~k·~k + [k (D) (ω)]2 Fω; ~k (ê1 − i ê2 ) eik·~x d3 k +
−∞
Z ∞  
(I) ~
δ −~k·~k + [k (I) (ω)]2 Fω; ~k (ê1 + i ê2 ) eik·~x d3 k , (2.54)
−∞

análoga a (2.21) en el sentido de que la triple integración en d3 k indica que van cambiando
las componentes de ~k), pero las deltas en los integrandos indican que los valores de |~k| se
mantienen siempre en las esferas D e I.
Cuando es conveniente explicitar las componentes independientes del vector ~k, aparece
un doble signo en las componentes dependientes de ~kI y de ~kD , obtenidas a partir de las
ecuaciones (2.50) y (2.51). Luego, cada una de las integrales en (2.54) da lugar a una suma
de otras dos integrales y ası́ se obtiene una representación integral con cuatro términos,
cada uno asociado a las etiquetas D+, I+, D−, e I−, la primera etiqueta referida a
la polarización (derecha o izquierda) y la segunda referida al carácter progresivo (+) o
regresivo (-) en la dirección que corresponde a la variable conjugada considerada como
dependiente. Ası́ se obtiene una expresión análoga a (2.25). Notar que tanto en (2.21) como
en (2.54), ası́ como en todas las expresiones donde se explicitan direcciones transversales a
~k, los versores ê1 y ê2 dependen de las variables de integración y por lo general no pueden
salir fuera de las integrales. Esto queda claro cuando se observa que una vez elegido ê1
en el plano perpendicular a k̂, la otra dirección queda determinada por ê2 = k̂ × ê1 , que
evidentemente depende de la dirección del vector ~k que aparece en la exponencial dentro
de cada integral. En este sentido, estamos ante un abuso de notación, que se pone más en
evidencia cuando observamos que ê2 en el segundo integrando de (2.25) (que corresponde
a ~k + , progresivo), no es por lo general igual al ê2 en el cuarto integrando de (2.25) (que
corresponde a ~k − , regresivo).

2.5.7. Poder rotatorio del medio quiral

Usando (2.43), las ecuaciones (2.50) y (2.51) se pueden reescribir en la forma


√ √
ω µ ω ω µ ω
kI = = nI , kD = = nD , (2.55)
c 1 − βka c c 1 + βka c
con
√ √
µ µ
nI = , nD = , (2.56)
1 − βka 1 + βka
los ı́ndices de refracción para ondas circularmente polarizadas I y D.
Tal como se ve en los cursos elementales de ondas, los medios con ı́ndices de refracción
distintos para polarizaciones circulares opuestas tienen la capacidad de rotar la dirección
62 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

de vibración de las ondas planas linealmente polarizadas que los atraviesan y se conocen
también como medios ópticamente activos. El ángulo de giro, proporcional a la distancia
L recorrida y a la diferencia de ı́ndices de refracción I y D, resulta
L
∆θ = (kI − kD ) , (2.57)
2
y usando (2.50) y (2.51)
βka2
∆θ = L , (2.58)
1 − β 2 ka2
cantidad que depende de la frecuencia, tanto explı́cita como implı́citamente (a través de
los tres parámetros constitutivos del medio isótropo quiral).

2.5.8. Estructura de la onda plana

Tal como se hizo en 2.4.3, para explicitar las orientaciones relativas y las amplitudes
complejas de los distintos campos, conviene trabajar con cada elemento de la base por
separado, porque para cada onda plana con vector de onda ~k y frecuencia ω las ecuaciones
de Maxwell con rotor toman la forma
~ ~=ωB
~k × E ~ ~, (2.59)
ω; k
c ω; k
~k × H ~ ~ = −ω D ~ ~. (2.60)
ω; k
c ω; k

Para relacionar campos distintos correspondientes a un mismo elemento de la base,


elegimos a continuación escribir todos los campos en términos del campo eléctrico. En
un medio aquiral, y gracias a la forma sencilla de las relaciones constitutivas, la relación
entre E~ ~ y H ~ ~ se obtenı́a inmediatamente tanto a partir de la ley de Faraday, ver
ω; k ω; k
(2.26), o a partir de la ley de Ampère, ver (2.27). Aunque ahora no es tan inmediato, el
proceso también requiere usar las relaciones constitutivas. Por ejemplo, reescribiendo la
ecuación constitutiva (2.41) se obtiene

~ ω = (1 − ω2 2 ~ ω ~ω ,
µH µβ ) Bω + i βµE (2.61)
c2 c
~ ~ yH
y usando la ley de Faraday (2.59), se obtiene que la relación entre E ~ ~ para ondas
ω; k ω; k
planas en el medio quiral resulta
~k × E
~ ~ ω
~ ~ = (1 − ka2 β 2 ) ω; k ~ ~ ,
µHω; k + i βµEω; k (2.62)
ω/c c
~ (I) = CI (ê1I + i ê2I ), con CI una constante
con ka definido en (2.43). Para una onda I, E ω; ~k
(I)
compleja que juega el papel de Fω; ~k en (2.54)

~ (I) = CI ~kI × (ê1I + iê2I ) = −i kI E


~kI × E ~ (I) , (2.63)
ω; ~k ω; ~k
2.5. MEDIO HOMOGÉNEO ISÓTROPO QUIRAL 63

y entonces

~ (I)
E
~ (I) = −i kI (1 − k 2 β 2 ) ω ω; ~k
~ (I) =
µH ω; ~k a + i βµE ω; ~k
ω/c c
~ (I) (1 − ka2 β 2 ) kI − ω βµ = −i E~ (I) √µ ,
h i
−i E ω; ~k ω; ~k
ω/c c

y ası́ resulta

~ (I)
E
~ (I) ω; ~k
H ω; ~k
= −i p . (2.64)
µ/

~ (D) = CD (ê1D − i ê2D ), con CD una constante compleja que juega el


Para una onda D, E ω; ~k
(D)
papel de Fω; ~k en (2.54),

~kD × E ~ (D) .
~ (D) = CD ~kD × (ê1D − iê2D ) = i kI E (2.65)
ω; ~k ω; ~k

Reemplazando en la relación constitutiva

~ (D)
E
~ (D) ω ω; ~k
~ (D) =
µH ω; ~k
= i kD (1 − ka2 β 2 )
+ i βµE ω; ~k
ω/c c
~ (D) õ ,
~ (D) (1 − k 2 β 2 ) kD + ω βµ = i E
h i
iE ~ a ω; ~k
ω; k ω/c c

resulta
~ (D)
E
~ (D) ω; ~k
H ω; ~k
= +i p . (2.66)
µ/

El campo magnético asociado a cada modo se obtiene a partir de (2.59)


√ √
~ (I) µ (I)
~ , ~ (D) µ ~ (D)
B ~ = −i E ~ B ~ = i E , (2.67)
ω; k 1 − βka ω; k ω; k 1 + βka ω; ~k

y el desplazamiento eléctrico a partir de (2.60)


 
z }|I { z D
}| {
~ (I)  ~ (I) , ~ (D)  ~ (D) .
D ω; ~k
= E ω; ~k
D ω; ~k
= E ω; ~k
(2.68)
1 − βka 1 + βka

Por último, haciendo el cociente entre las ecs. (2.68) y las ecs. (2.64)-(2.66) se obtiene
µ µD
z }|I { z }| {
~ (I) µ ~ (I) , ~ (D) µ ~ (D) .
B ω; ~k
= H ω; ~k
B ω; ~k
= H ω; ~k
(2.69)
1 − βka 1 + βka
64 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

La isotropı́a del medio resulta evidente cuando observamos que los elementos de la ba-
se cumplen ecuaciones constitutivas notablemente sencillas, de la misma forma que las
ecuaciones generales del medio aquiral, pero con parámetros constitutivos µI , µD , I y I
exclusivos de cada modo de polarización circular.
Las expresiones obtenidas ponen en evidencia la estructura espacial de los elementos
de la base I-D del espacio de campos electromagnéticos en el medio quiral sin fuentes.
Sólo dos tipos de campos F~ω; ~k son admisibles, los que corresponden a ondas planas cir-
cularmente polarizadas I y D. Las expresiones (2.64) y (2.66) muestran que los campos
~ ~ rotan siguiendo la rotación de E
H ~ ~ , pero desfasados en ±π/2, es decir que siempre
ω; k ω; k
son perpendiculares a E ~ ~ . A partir de las ecs. (2.67) concluimos que lo mismo sucede
ω; k
con B ~ ~ , es decir, que B
~ ~ yH ~ ~ rotan pero son siempre paralelos entre sı́, tal como
ω; k ω; k ω; k
es de esperar para un medio isótropo. Análogamente, las ecs. (2.68) ponen en evidencia
que D ~ ~ yE ~ ~ rotan pero son siempre paralelos a entre sı́.
ω; k ω; k

2.5.9. Vector de Poynting

El promedio temporal del vector de Poynting asociado con los elementos izquierdo y
derecho de la base (ω; ~k) se calcula usando las ecs. (2.64) y (2.66) y tomando parte
real en (1.106). En el caso ideal en que el medio quiral no tiene pérdidas (parámetros
constitutivos BDF , µ y β reales) y suponiendo que todas las componentes de ~k son
reales
r r
(I) c  ~kI , (D) c 2
<S~
~ > = |C I |2
< S~
~ > = |CD |2 ~kD . (2.70)
ω; k 4πkI µ ω; k 4πkD µ2

Los resultados previos muestran que a lo largo de una dirección fija en el medio quiral
se pueden propagar dos ondas circularmente polarizadas en sentidos de giro opuestos. Es
interesante demostrar que el promedio temporal del vector de Poynting correspondiente
a esta superposición es la suma de las contribuciones I y D en (2.70). Ası́ resulta que no
hay términos de interferencia I-D y que la energı́a de cualquier elemento del espacio de
los campos electromagnéticos permitidos en un medio quiral es la suma de las energı́as
de las proyecciones en la base I-D, tal como es de esperar para cualquier base ortogonal.
En todos los materiales quirales naturales conocidos se satisface |ka β|  1 para todas
las frecuencias. Luego, los denominadores en las expresiones (2.50)-(2.51) son siempre
positivos y entonces son positivas las soluciones que tienen signo + en (2.50)-(2.51), un
punto que asumimos cuando mencionamos el carácter progresivo o regresivo de cada solu-
ción. Sin embargo, las expresiones en (2.70) muestran que el flujo de potencia promedio en
cada modo circular resulta paralelo o antiparalelo a ~k, dependiendo de que las soluciones
kI y kD sean positivas (fase y flujo de potencia en la misma dirección) o negativas (fase
y flujo de potencia viajan en direcciones opuestas). Este detalle habı́a pasado desaper-
cibido, pero cobró importancia cuando se comprobó experimentalmente la posibilidad
de obtener refracción negativa empleando metamateriales con permeabilidad magnética
2.6. MEDIO HOMOGÉNEO ELÉCTRICAMENTE ANISÓTROPO 65

y permitividad eléctrica simultáneamente negativas. Estos metamateriales requieren dos


resonancias separadas en el material refractante, una para µ y otra para . En cambio,
la introducción de una única resonancia quiral conduce a la refracción negativa de una
de las dos polarizaciones circulares y esto resulta en diseños mejorados y simplificados
de metamateriales que refractan negativamente y la apertura de vı́as de investigación
previamente desconocidas en un área actual de rápido crecimiento [7, 8].
Si ~k no es real, por ejemplo si los parámetros constitutivos son complejos, entonces (a
completar).

2.5.10. Densidad de energı́a electromagnética

Calculemos el valor medio temporal de la densidad de energı́a electromagnética por


unidad de volumen asociado con los elementos I y D de la base (2.53)
1 ~ ~ ·D~∗ ~ +B
~ ~ ·H~ ∗ ~) .
huω; ~k i = Re (Eω; k ω; k ω; k ω; k
(2.71)
16π
Cuando el medio quiral no tiene pérdidas (parámetros constitutivos BDF , µ y β reales)
y todas las componentes de ~k son reales, usando las ecs. (2.68) y (2.69) se obtiene
(I) 1 ~ (I) |2 + µI |H
~ (I) |2 ), (D) 1 ~ (D) |2 + µD |H
~ (D) |2 ), (2.72)
huω; ~k i = (I |E ω; ~k ω; ~k
huω; ~k i = (D |E ω; ~k ω; ~k
16π 16π
y usando (2.64) y (2.66)
(I) 1  (D) 1 
huω; ~k i = (I + µI )|CI |2 , huω; ~k i = (D + µD ) |CD |2 . (2.73)
8π µ 8π µ
Reemplazando en estas expresiones las definiciones de I , D , µI y µD finalmente se obtiene
(I) 1  (D) 1 
huω; ~k i = |CI |2 huω; ~k i = |CD |2 . (2.74)
4π 1 − βka 4π 1 + βka

Si se repite el análisis de transporte conservativo unidimensional para la energı́a que


ya se se hizo en 2.4.5, se puede demostrar que la velocidad de propagación de la energı́a
correspondiente a cada polarización circular de la base de ondas planas viene dada por
expresiones análogas a (2.37). Y usando (2.56), (2.70) y (2.74) queda
~ (I) ~ (D)
<S ω; ~k
> c <S ω; ~k
> c
ve(I) = (I)
= , ve(D) = (D)
= . (2.75)
huω; ~k i nI huω; ~k i nD

2.6. Medio homogéneo eléctricamente anisótropo


El comportamiento isótropo o anisótropo de un material depende de las simetrı́as in-
ternas de su estructura. Por lo general, todas las sustancias cristalinas manifiestan algún
66 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

tipo de anisotropı́a. En el espacio tridimensional existen 230 simetrı́as diferentes posibles


que pueden ser agrupadas en siete clases o sistemas. Estos sistemas permiten clasificar
a los cristales en siete grupos que, de menor a mayor simetrı́a son: triclı́nico, trigonal,
monoclı́nico, hexagonal, ortorrómbico, tetragonal y cúbico.
Consideremos el caso de los cristales transparentes en el rango óptico. Estos tiene el
tensor permeabilidad proporcional a la identidad y un tensor permitividad que por ser
simétrico es diagonalizable. De esta manera, el cristal queda caracterizado eléctricamente
por los tres autovalores 1 , 2 y 3 del tensor permitividad. Los cristales más simples,
con simetrı́a cúbica, como el ClNa, tienen 1 = 2 = 3 y son eléctricamente isótropos,
completamente equivalentes a un sólido amorfo con simetrı́a de rotación alrededor de
cualquier eje. En cambio, cuando la estructura tiene simetrı́a de rotación alrededor de un
solo eje (sistemas trigonal, hexagonal y tetragonal, como calcita o cuarzo) 1 = 2 6= 3 y
el cristal se llama uniaxial (positivo o negativo dependiendo que el autovalor repetido sea
respectivamente menor o mayor que el autovalor no repetido). Finalmente, cuando los tres
autovalores son distintos se habla de un cristal biaxial (ejemplo, mica). Las ecuaciones
constitutivas son

~ ω = ˜ · E
D ~ω, (2.76)
B~ω = µ H ~ω , (2.77)

donde tanto los autovalres 1 , 2 , 3 como µ son funciones de ω,

2.6.1. Ecuaciones con divergencia y transversalidad

Observamos que D ~ ω (~x), B


~ ω (~x), y H
~ ω (~x) tienen divergencia cero, por lo tanto las am-
plitudes complejas de estos campos en la base de ondas planas introducida por las ecs.
(2.15), (2.14) y (2.16) tienen que ser vectores transversales al vector ~k que etiqueta la
dependencia espacial de los elementos de la base de ondas planas. No sucede necesaria-
mente lo mismo con la amplitud compleja E ~ ω (~x) del campo eléctrico, que según (2.76) es
una rotación del vector transversal D ~ ω (~x) .

2.6.2. Ecuación maestra DE~ω = 0


~ ω (~x) , tomamos rotor en la ley de Faraday en
Para hallar la ecuación de ondas para E
el dominio temporal y usando la ecuación constitutiva obtenemos
2
~ × (∇
∇ ~ ω ) − ω µ ˜ · E
~ ×E ~ω = 0 , (2.78)
c2
que tiene la forma de la ec. (2.2)
DE~ω = 0
2.6. MEDIO HOMOGÉNEO ELÉCTRICAMENTE ANISÓTROPO 67

con
2
D=∇ ~ ×∇~ × − ω µ˜
c2
un operador diferencial de segundo orden que actúa sobre las coordenadas espaciales y
que se reduce al operador de Helmholtz cuando ˜ es proporcional a la identidad. Notar
que la ecuación de ondas para el vector transversal D~ ω (~x), tiene la forma de la ec. (2.2),
pero con otro operador de segundo orden, que no es más sencillo que el operador obtenido
~ ω (~x).
para el vector no transversal E

2.6.3. Proyección de DE~ω = 0 en la base de ondas planas

Como en el procedimiento usado en las ecs. (2.15), (2.14) y (2.16), escribimos la de-
pendencia espacial de los campos F~ω (~x) en términos de las tres variables conjugadas
representadas por el vector ~k = (kx , ky , kz ). Cuando realizamos sobre las representaciones
integrales de F~ω (~x) las operaciones indicadas por las ecuaciones de Maxwell, obtenemos
que en una región del cristal sin fuentes libres debe cumplirse que
ω~ ~ ~
− D ~ = k × Hω; ~k , (2.79)
c ω; k
ω ~
µ Hω; ~k = ~k × E~ ~,
ω; k (2.80)
c
B~ ~ · ~k = 0 , (2.81)
ω; k

D~ ~ · ~k = 0 , (2.82)
ω; k

que ponen en evidencia que E~ ~ ⊥H ~ ~ y que el vector de Poynting asociado al elemento


ω; k ω; k
~ ~
de la base etiquetado por (ω; k), Sω; ~k ∼ E ~ ~ ×H~ ~ , no está en la dirección de ~k.
ω; k ω; k

Cuando se introduce el operador diferencial D en la representación integral de E~ω (~x),


se impone que el resultado sea nulo en todo el espacio y se proyecta el resultado en
la base (2.15) de ondas planas, obtenemos, como en los casos previos, que la ecuación
diferencial (2.2) se convierte en un sistema de ecuaciones algebraicas para las componentes
cartesianas de la amplitud compleja E ~ ~
ω; k
2
~ ~ ) + ω µ˜ · E
~k × (~k × E ~ ~ = 0. (2.83)
ω; k ω; k
c2
Usando la identidad vectorial A~ × (B
~ × C)
~ = B(
~ A ~ · C)
~ − C(
~ A~ · B),
~ este sistema se puede
reescribir como
2
~k(~k · E ~ ~ (~k · ~k) + ω µ˜ · E
~ ~) − E ~ ~ = 0. (2.84)
ω; k ω; k ω; k
c2
Si bien la ec. (2.82) permitirı́a escribir una de las tres componentes cartesianas de la
amplitud compleja E ~ ~ en función de las dos restantes, el procedimiento no trae aparejada
ω; k
ninguna ventaja y, a diferencia de los ejemplos anteriores, se sigue trabajando con el
sistema de tres ecuaciones homogéneas para las tres componentes del vector E ~ ~.
ω; k
68 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

2.6.4. Relación de dispersión

Como siempre, la relación de dispersión queda impuesta por los autovalores del ope-
rador D mientras que las polarizaciones permitidas vienen dadas por sus autovectores.
Al proyectar ecuaciones del tipo de la ec. (2.2) en la base de ondas planas se pasa a un
problema algebraico, y entonces los autovalores se obtienen con la condición de que sea
cero el determinante del sistema de ecuaciones homogéneas, en este caso el sistema (2.84).
Observamos que los coeficientes de este sistema dependen en general de la dirección de
~k. Luego, las soluciones k(ω) de la ecuación de dispersión, y por lo tanto la velocidad
de fase, también dependerán en general de la dirección de ~k. Esta caracterı́stica del caso
anisotrópico no se manifestaba en las relaciones de dispersión de los medios estudiados en
2.2.5 y 2.5 (ecs. (2.19) y (2.49)) ya que en los medios isótropos ninguna propiedad puede
depender de la dirección. Por este motivo, los vectores ~k permitidos en los casos tratados
anteriormente siempre estaban en esferas del espacio recı́proco. En el caso anisotrópico
esperamos entonces que las superficies que describen los vectores ~k permitidos cuando se
varı́a la dirección a una frecuencia fija por lo general no sean esferas, sino superficies que
reflejen las simetrı́as internas del medio anisotrópico en cuestión.
Los autovectores o polarizaciones permitidas asociadas con cada autovalor no pueden
elejirse arbitrariamente como en el caso de medio aquiral, sino que quedan determinados
por el sistema de ecuaciones (2.84). Observando que en el caso ideal de medio sin pérdidas
este sistema tiene coeficientes reales, se deduce que los autovectores tienen polarización
lineal (pero no arbitraria, se puede probar que las dos polarizaciones lineales de D~ ~ son
ω; k
ortogonales). En cambio, los coeficientes del sistema de ecuaciones algebraicas obtenido
para el medio quiral sin pérdidas, (2.47) o (2.48), eran reales o imaginarios puros y es ası́
que las componentes de los autovectores quedan desfasadas entre sı́, (2.52), dando lugar
a dos autovectores circularmente polarizados (ortogonales para todo campo).
Fijando la dirección de ~k = k k̂, k̂ = u1 ê1 + u2 ê2 + u3 ê3 , con u21 + u22 + u23 = 1 y
proyectando en la componente i (i = 1, 2, 3) tenemos
X ω2 (j)
[ k 2 ui uj + 2 µij − k 2 δij ]Eω; ~k = 0 . (2.85)
j |
c{z }
Wij (~k)

Para que este sistema homogéneo tenga solución no trivial, el determinante de Wij (~k)
debe ser cero.

2.6.5. Sistema para los ejes principales del tensor ˜

Es conveniente escribir la matriz Wij en el sistema de coordenadas donde ˜ es diagonal


 2 2 
k (u1 − 1) + µk02 1 k 2 u1 u2 k 2 u1 u3
W = k 2 u1 u2 k 2 (u22 − 1) + µk02 2 k 2 u2 u3  . (2.86)
2 2 2 2 2
k u1 u3 k u2 u3 k (u3 − 1) + µk0 3
2.6. MEDIO HOMOGÉNEO ELÉCTRICAMENTE ANISÓTROPO 69

El determinante de esta matriz es

−1 + u21 + u22 + u23 k 6 +




µ −k02 1 u23 + k02 1 + k02 3 − k02 2 u23 + k02 2 − k02 1 u22 − u21 k02 3 − u21 k02 2 − u22 k02 3 k 4 +


µ2 k04 1 u22 3 − k04 1 2 − k04 1 3 + k04 1 2 u23 − k04 2 3 + u21 k04 2 3 k 2 +




µ3 k06 1 2 3 , (2.87)

el término en k 6 se anula y el determinante de W resulta proporcional a

µ −1 u23 + 1 + 3 − 2 u23 + 2 − 1 u22 − u21 3 − u21 2 − u22 3 k 4 +




µ2 k02 1 u22 3 − k02 1 2 − k02 1 3 + k02 1 2 u23 − k02 2 3 + k02 u21 2 3 k 2 +




µ3 1 2 3 k04 , (2.88)

y definiendo el ı́ndice de refracción n


k
n= , (2.89)
k0
la ecuación de dispersión queda

µ (1 + 2 + 3 ) − (2 + 3 )u21 − (1 + 3 )u22 − (1 + 2 )u23 n4 +


 

µ2 u21 2 3 + u22 1 3 + u23 1 2 − (1 2 + 1 3 + 2 3 ) n2 +


 

µ3 1 2 3 = 0 , (2.90)

que es una ecuación bicuadrática para el ı́ndice de refracción n, de la forma An4 + Bn2 +
C = 0, cuyas soluciones tienen la forma

s
−B ± B 2 − 4AC
n=± . (2.91)
2A

El primer ± indica que las direcciones ±~k tienen la misma velocidad de fase. Dejando de
lado este primer ±, vemos que esencialmente hay dos soluciones, n+ y n− , que se corres-
ponden con el segundo ± en 2.91. Al igual que en un medio quiral, hay dos velocidades de
fase para una misma dirección de propagación, pero existe una diferencia muy importante
y es que en general, estos valores de la velocidad de fase dependen de la dirección (en el
medio quiral las raı́ces de la ecuación de dispersión eran independientes de la dirección
de propagación). En el espacio de los vectores ~k, estas soluciones definen una superficie
de dos hojas entrecruzadas y el cruce corresponde a la condición B 2 − 4AC = 0 en (2.91).
Las direcciones en que n+ = n− se llaman ejes ópticos y se puede probar que en el caso
en que los tres autovalores 1 , 2 y 3 del tensor permitividad son distintos hay dos ejes
ópticos (cristales biaxiales) mientras que si el tensor permitividad tiene dos autovalores
iguales y uno distinto, hay solamente un eje óptico (cristales uniaxiales).
El estudio analı́tico de la estructura del espacio recı́proco excede el alcance de este
curso. Por eso acá elegimos el camino fácil de resolver numéricamente la ecuación 2.91.
70 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

Figura 2.1: secciones principales de las soluciones n+ y n− de la superficie de ı́ndices dada por la
ecuación (2.91) para el caso µ = 1, 1 = 2, 2 = 3 y 3 = 4. Arriba: plano 2-3 (u1 = 0). Centro: plano 1-3
(u2 = 0). Abajo: plano 1-2 (u3 = 0). Los ejes ópticos están en la sección u2 = 0 asociada al autovalor
intermedio del tensor permitividad.
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 71

En la figura 2.1 se muestran las secciones principales de las soluciones de la ecuación


(2.91) para el caso de un cristal hipotético, con µ = 1, 1 = 2, 2 = 3 y 3 = 4 (cristal
biaxial). Observar que los ejes ópticos están en el plano u2 = 0, es decir en el plano del
autovalor intermedio del tensor permitividad.
Si bien los vectores y tensores que aparecen en la descripción electromagnética de
medios con ecuaciones constitutivas tensoriales siempre se pueden escribir explı́citamente
en un sistema de coordenadas particular, como el sistema de ejes propios del tensor que
usamos para escribir (2.86), este paso complica la parte matemática y por lo general
enmascara la fı́sica del problema. Comparemos por ejemplo la compacta simplicidad de
la ecuación (2.83), escrita en términos de objetos que, como la dirección de propagación
o los campos, no cambian de un sistema de coordenadas a otro (solamente cambian
sus componentes, como queda claro si se piensa que la flechita de un vector siempre
es la misma), con la más molesta notación con sumatorias y subı́ndices de la ecuación
(2.85) o (2.86). Una descripción más avanzada que facilita las soluciones y proporciona
resultados de una mayor generalidad se independiza de cualquier sistema particular de
coordenadas [9,10], pero el precio que hay que pagar es utilizar una representación diádica
de los tensores y familiarizarse con la manipulación directa de vectores, dı́adas y sus
invariantes.

2.7. Pulsos y haces limitados

Los campos electromagnéticos representados por una onda plana monocromática no


tienen una duración, es decir que no se prenden ni se apagan nunca. Tampoco están
localizados espacialmente en ninguna dirección: en la dirección de propagación no em-
piezan ni terminan nunca y en todo plano perpendicular a la dirección de propagación
toman siempre el mismo valor. Estas son claras indicaciones de que las ondas planas
monocromáticas son una idealización a la que no siempre es posible aproximarse en la
vida real. Por ejemplo, los campos en el haz emitido por un puntero láser (fuente láser de
onda continua) tienen una dirección de propagación observable, pero, a diferencia de los
campos de una onda plana, están localizados (tienen un ancho caracterı́stico) en el plano
perpendicular a la dirección de propagación. Otro ejemplo son las fuentes láser pulsadas
utilizadas para quitar material de la superficie de un sólido (ablación), o las que se em-
plean en oftalmologı́a y dermatologı́a. Estas fuentes generan campos que, a diferencia de
los de una onda plana, tienen una duración. Y con esta duración, que puede variar entre
unos milisegundos y unos femtosegundos, se controla la cantidad de energı́a absorbida
por el material irradiado y ası́ también se controla la cantidad de material que se puede
eliminar.
En esta sección veremos ciertas restricciones que deben satisfacer las amplitudes com-
plejas F~ω; ~k para que la superposición (2.15), sintetizada a partir de la base de ondas
planas monocromáticas, represente dependencias espacio-temporales realistas, que apro-
ximen mejor los campos observados en los experimentos.
72 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

2.7.1. Paquete plano 1D

Por simplicidad consideremos un fenómeno unidimensional (con x la coordenada es-


pacial relevante) y sólo una componente cartesiana F (x, t). Investiguemos cuál es el re-
sultado de sintetizar un paquete con muchas ondas planas de distintas frecuencias, pero
con igual dirección de propagación ~k = kx̂. Si bien (2.15) es un desarrollo general, no
cumple necesariamente las condiciones electrodinámicas. Para que las cumpla se tienen
que satisfacer las relaciones de dispersión, ω(~k) o ~k(ω), y ası́ aparezcen en el integrando
funciones delta de Dirac, como en (2.21) para un medio aquiral, o como en los términos
de (2.54) para un medio quiral. Si en (2.15) se hace primero la integración en k, entonces
Fω; k(ω) es solamente una función de ω y queda una integral en la variable ω del tipo
A(ω−ω0 )
Z ∞z }| {
F (x, t) = Fω; k(ω) ei[k(ω)x−ωt] dω . (2.92)
−∞

En cambio, si en (2.15) se hace primero la integración en ω, entonces Fω(k); k es solamente


una función de k y queda una integral en la variable k del tipo
B(k−k0 )
Z ∞z }| {
F (x, t) = Fω(k); k ei[kx−ω(k)t] dk , (2.93)
−∞

con k0 = k(ω0 ) Ambas expresiones representan una perturbación plana, en el sentido


de que no está localizada espacialmente en las direcciones perpendiculares a la dirección
de propagación. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con una única componente
monocromática, veremos que a t fijo aparece una localización espacial en la dirección de
propagación y que a x fijo aparece una localización temporal (una duración, un principio
y un fin). Para que sea más evidente que Fω; k(ω) = A(ω − ω0 ) en (2.92) es una función
solamente de ω, o que Fω(k); k = B(k − k0 ) en (2.93) es una función solamente de k, se han
definido funciones A y B (los espectros de la superposición) con ω y k como argumentos
(y no como etiquetas) y se ha preparado la notación para dar a entender que en la práctica
suelen interesar funciones A y B de soporte compacto y con un máximo bien definido,
que por comodidad suponemos que ocurre para argumento cero. Es decir, A y B son
funciones “no muy desparramadas” y con un ancho caracterı́stico, como por ejemplo la
función gaussiana
h 1  ζ 2 i
B(ζ) = a exp − . (2.94)
2 σ

Como se trata de dos formulaciones equivalentes (siempre se puede pasar de una a la


otra) podemos trabajar tanto con el paquete dado por la ecuación (2.92) como con el
dado por la ecuación (2.93). Eligiendo la segunda opción, podemos ver que, en el instante
inicial, la superposición sintetizada a partir de la base de ondas planas monocromáticas
vale
Z ∞ Z ∞
ikx ik0 x
F (x, 0) = B(k − k0 ) e dk = e B(k − k0 ) ei(k−k0 )x dk , (2.95)
−∞ −∞
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 73

que muestra que B(ζ) es la transformada de Fourier de F (x, 0)e−ik0 x con respecto a la
variable conjugada ζ
1 ∞ 1 ∞
Z Z
−ik0 x −iζx
B(ζ) = F (x, 0) e e dx =⇒ B(k − k0 ) = F (x, 0) e−ikx dx , (2.96)
2π −∞ 2π −∞
o, equivalentemente, que B(k − k0 ) es la transformada de Fourier de F (x, 0) con respecto
a la variable conjugada k. El punto más relevante de este análisis es que, por estar
relacionadas mediante transformadas de Fourier, en un paquete sintetizado con ondas
planas de distinta frecuencia, las funciones B(k − k0 ) y F (x, 0) tienen localizaciones
opuestas, en el sentido de que cuanto más localizada está B(k − k0 ), menos localizada
está F (x, 0) y viceversa. Por ejemplo, para una única onda plana, B(ζ) = δ(ζ), B(k −
k0 ) = δ(k − k0 ), que es una distribución completamente localizada en el espacio de la
variable k, le corresponde una distribución espacial inicial F (x, 0) = eik0 x completamente
deslocalizada. Otro ejemplo de interés es el paquete gaussiano, con B(ζ) dado por (2.94),
cuya transformada de Fourier es también una función gaussiana espacial, con desviación
estándar inversamente proporcional a la desviación σ de la distribución espectral.
Además de resultar de interés en numerosas aplicaciones, es natural preguntarnos si el
campo representado por el paquete (2.93) mantiene su forma a medida que se propaga. Es
claro que la forma de la relación de dispersión k(ω) es crı́tica para la evolución temporal
de la perturbación. Si la relación entre k y ω es lineal ω = kvf , todas las ondas planas
viajan con la misma velocidad de fase y entonces la evolución de la superposición para
t > 0 queda
Z ∞
F (x, t) = B(k − k0 ) eik(x−vf t) dk (2.97)
−∞

que tiene la misma forma que (2.95), con x reemplazado por x − vf t. Luego,
F (x, t) = F (x − vf t, 0) , (2.98)
que indica que la forma inicial viaja con la velocidad de fase vf sin deformación, tal como
sucede con las ondas electromagnéticas en el vacı́o, con vf = c.
En medios materiales, debido a que los parámetros constitutivos dependen de la fre-
cuencia, la velocidad de fase vf no es constante, la relación entre k y ω deja de ser lineal,
las ondas planas de la superposición no viajan con la misma velocidad y entonces por lo
general es de esperar que el paquete cambie su forma respecto a F (x, 0) a medida que pa-
sa el tiempo. Cuando los espectros tienen buena localización, es decir, cuando la función
B(ζ) tiene un pico bien definido y angosto, el intervalo de integración en (2.93) se reduce
prácticamente a una pequeña región alrededor de k0 = k(ω0 ). Entonces, para relaciones
de dispersión ω(k) suaves, fuera de zonas anómalas como las zonas asociadas a resonan-
cias (ver 1.8.1), ω(k) se puede aproximar por los primeros términos de su desarrollo en
serie de Taylor
 ∂ω 
ω(k) ≈ ω0 + (k − k0 ) + . . . , (2.99)
∂k ω0
| {z }
≡vg
74 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

y
Z ∞
F (x, t) ≈ B(k − k0 ) ei{kx−[ω0 +vg (k−k0 )]t} dk =
−∞
Z ∞
i(k0 x−ω0 t)
e B(k − k0 ) ei(k−k0 )(x−vg t) dk =
−∞
F (x − vg t, 0) ei(k0 x−ω0 t) . (2.100)

Esta expresión representa una onda monocromática plana ei(k0 x−ω0 t) de frecuencia ω0
(señal portadora) modulada por un factor que depende sólo de u = x−vg t y que mantiene
la dependencia espacial inicial, aunque desplazada rı́gidamente una distancia vg t, una
caracterı́stica que indica que la señal moduladora que viaja con velocidad vg
 ∂ω 
vg ≡ , (2.101)
∂k ω0

llamada velocidad de grupo. Según la primera igualdad en (2.95)) la señal moduladora es


la transformada de Fourier con respecto a la variable u = x − vg t de la función espectral
A(ζ), caracterı́stica que indica que la localización espacial de la señal moduladora es
inversamente proporcional a la localización espectral de las amplitudes complejas B(k −
k0 ), fijada a su vez por la localización espectral de las etiquetas ω en la superposición
(2.15). Se deja como ejercicio obtener a partir de (2.92) un resultado análogo a (2.100),
pero que involucre, en vez de la forma inicial del paquete, la dependencia temporal del
paquete en un punto fijo, por ejemplo x = 0.
Recapitulando, un paquete de ondas 1D se propaga sin deformarse si la relación de
dispersión de las ondas monocromáticas planas en la zona frecuencial de interés se puede
aproximar por una relación lineal. En el vacı́o la relación de dispersión es lineal y resulta
vg = c, pero en medios materiales la velocidad de fase vf de las ondas monocromáticas
planas depende de la frecuencia y en general será vg 6= vf . Cuando la relación de dispersión
no se puede aproximar por una función lineal, como sucede en las zonas de dispersión
anómala, puede ocurrir que el paquete se deforme mucho, perdiendo incluso su identidad.
En estos casos, el concepto de velocidad de grupo pierde sentido y el valor dado por
(2.101) puede llegar a ser incluso mayor que la velocidad de la luz.

2.7.2. Haz monocromático localizado espacialmente

Los paquetes de onda construı́dos con ondas planas de distintas frecuencias pero la
misma dirección de propagación no tienen localización espacial en las direcciones trans-
versales. En el siguiente ejemplo veremos que la localización transversal se puede sin-
tetizar mediante superposición de ondas planas que viajan en direcciones ligeramente
distintas. Para separar los efectos de localización transversal y longitudinal vamos a usar
la expresión (2.15) para sintetizar una componente de campo a partir de ondas planas
estrictamente monocromáticas (de acuerdo con lo discutido en 2.7.1 esperamos que no
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 75

haya localización longitudinal) y que viajan en distintas direcciones. Para simplificar,


supongamos que las direcciones están todas en el mismo plano, por ejemplo el plano
(x, y).
Con estas suposiciones, la superposición (2.15) dará un campo monocromático bidi-
mensional, F (x, y, t), independiente de la coordenada z. Escribimos ~k = αx̂ + β ŷ, con
β una función de α y de ω, determinada por la relación de dispersión (si bien β está
multivaluada por venir de una ecuación bicuadrática, fı́sicamente es claro que la multi-
valuación se tiene que resolver mediante la condición de que la sı́ntesis resultante tenga
una dirección de propagación bien definida e información adicional sobre los modos del
medio). Para fijar ideas podrı́amos pensar que la superposición se hace en un medio aqui-
ral ordinario y entonces las componentes de la superposición están asociadas a vectores
del mismo módulo que cambian su dirección según el valor de α y si se desea sintentizar
algo progresivo en y, entonces se deben excluir soluciones con el signo menos en las raı́ces
cuadradas de la ecuación (2.23). La parte espacial de este campo Fω (x, y) viene dada por
la segunda integral en (2.15) y por lo discutido en la oración anterior la etiqueta k en el
integrando de Fω (x, y) se reduce a la etiqueta α
Aω (α−α0 )
Z ∞ z }| {
Fω (x, y) = Fω; α ei[αx+β(α)y)] dα . (2.102)
−∞

Como se hizo en 2.7.1, la etiqueta que coincide con la variable de integración se escribe
como argumento. La manera de construir esta superposición depende del problema fı́sico.
Supongamos que se trata de un haz muy direccional que se propaga en la dirección
~k0 = α0 x̂ + β0 ŷ y que el haz se aleja del plano y = 0 en la dirección de y → ∞. La

segunda condición muestra que para un medio aquiral isótropo se debe elegir β = + . . .
(ver (2.23)). Y si es posible definir una dirección de propagación, entonces la función
Aω (α) debe tener un pico más o menos angosto cerca de α = α0 . En este caso las mayores
contribuciones a la integral en (2.102) provienen de la zona α ≈ α0 y entonces es lı́cito
aproximar β(α) a primer orden en α
 ∂β 
β(α) ≈ β0 + (α − α0 ) + ... . (2.103)
∂α α
| {z }0
−α0 /β0

Cuando se introduce este desarrollo en (2.102) queda


Z ∞ α
i[αx+β0 y− β 0 (α−α0 )y]
Fω (x, y) ≈ Aω (α − α0 ) e 0 dα =
−∞
Z ∞ 
α
i(α−α0 )(x− β 0 y)
Aω (α − α0 ) e 0 dα ei(α0 x+β0 y) =
−∞
Z ∞ 
α
0 iα0 (x− β 0 y) ~
Aω (α ) e 0 dα eik0 ·~x ,
0
(2.104)
| −∞ {z }
α
T (x− β 0 y)
0
76 CAPÍTULO 2. CAMPOS EN REGIONES SIN FUENTES

~
que representa una onda plana monocromática eik0 ·~x que se propaga en la dirección
“media”~k0 , modulada por la amplitud variable T
Z ∞
α0 α
iα0 (x− β 0 y)
T (x − y) = Aω (α0 ) e 0 dα0 . (2.105)
β0 −∞

Esta amplitud variable T depende solamente de la combinación u = x − αβ00 y. Como la


dirección ~η = x̂ − αβ00 ŷ es perpendicular a ~k0 , la coordenada u = ~η · ~x no varı́a en la
dirección de ~k0 y entonces (2.105) representa una modulación transversal a la dirección
de propagación del haz. El tamaño transversal del haz (su ancho) es inversamente propor-
cional a la dispersión angular de las ondas planas monocromáticas constituyentes. Esto
es ası́ porque según (2.105) T (η) es la transformada de Fourier de Aω (ζ) = Aω (α − α0 )
y entonces a mayor localización angular, menor localización transversal. El haz emitido
por un láser tiene esta forma, con una distribución gausiana para Aω (ζ) que corresponde
a una distribución también gausiana en las coordenadas transversales. En este caso el ta-
maño de la mancha que produce el haz es una medida del σ asociado con la distribución
espacial transversal T (η). Notar que si bien se trata de situaciones fı́sicas muy distintas,
existe una completa dualidad entre las descripciones del haz monocromático (2.104) y del
paquete de ondas plano (2.100), consecuencia natural de que ambas descripciones están
basadas en la misma herramienta matemática, el análisis de Fourier.
Si se abandona la simplificación de la página 75 y en la sı́ntesis (2.15) se permiten ondas
planas con direcciones de propagación ~k cercanas a la dirección ~k0 , pero no necesariamente
restringidas al plano (x, y), la superposición (2.15) dará un campo monocromático tridi-
mensional, F (x, y, z, t). Bajo condiciones similares a las del caso simplificado, esperamos
que F (x, y, z, t) represente un haz con dirección de propagación ~k0 , ahora modulado por
una función T (u, v) que varı́a en las dos direcciones del plano perpendicular a ~k0 (en el
ejemplo simplificado variaba solamente en aquella dirección perpendicular a ~k0 que estaba
contenida en el plano determinado por todos los vectores ~k usados en la sı́ntesis). Ahora
escribimos ~k = αx̂ + β ŷ + γ ẑ, con β función de α, γ y ω determinada por la relación
de dispersión. Haciendo consideraciones similares sobre la multivaluación de β, la parte
espacial Fω (x, y, z) viene dada por la segunda integral en (2.15). y por lo discutido en la
oración anterior la etiqueta ~k en el integrando de Fω (x, y) ahora se reduce a dos etiquetas:
α y γ,
Aω (α−α0 ,γ−γ0 )
Z ∞ z }| {
Fω (x, y) = Fω; α; γ ei[αx+β(α,γ)y+γz)] dα dγ . (2.106)
−∞

Las dos etiquetas que coinciden con las variables de integración se escriben como argu-
mentos de una función de dos variables con un máximo bien definido cerca de α0 , γ0 y
en esta zona β(α, γ) se aproxima a primer orden
 ∂β   ∂β 
β(α) ≈ β0 + (α − α0 ) + (γ − γ0 ) + . . . . (2.107)
∂α α0 ;γ0 ∂γ α0 ;γ0
| {z } | {z }
−α0 /β0 −α0 /γ0
2.7. PULSOS Y HACES LIMITADOS 77

Ası́ se obtiene una expresión análoga a (2.104)


Z ∞ α0 γ0
i[αx+β y−0 (α−α )y−
0 0 (γ−γ )y+γz]
Fω (x, y, z) ≈ Aω (α − α0 , γ − γ0 ) e β0 β0 dα dγ =
−∞
Z ∞ α γ

i[(α−α0 )(x− β 0 y)+(γ−γ0 )(z− β0 y)]
Aω (α − α0 , γ − γ0 ) e 0 0 dα ei(α0 x+β0 y+γ0 z) =
−∞
Z ∞ α0 γ0

0 0 ~
0 i[α (x− β0 y)+γ (z− β0 y)]
Aω (α ) e dα dγ eik0 ·~x ,
0 0
(2.108)
| −∞ {z }
α γ
T (x− β 0 y,z− β0 y)
0 0

~
que representa una onda plana monocromática eik0 ·~x que se propaga en la dirección
“media”~k0 , modulada por la amplitud variable T
Z ∞
α0 γ0 α γ
i[α0 (x− β 0 y)+γ 0 (z− β0 y)]
T (x − y, z − y) = Aω (α0 , γ 0 ) e 0 0 dα0 dγ 0 , (2.109)
β0 β0 −∞

que depende solamente de las combinaciones u = x − α0 y/β0 y v = z − γ0 y/β0 , ambas


invariantes en la dirección de ~k0 . Luego, (2.109) representa una modulación que varı́a en las
dos direcciones u y v transversales a la dirección de propagación del haz. Observamos que
el tamaño caracterı́stico del haz según cada coordenada resulta inversamente proporcional
a la dispersión angular, en direcciones asociadas a dichas coordenadas, de las ondas planas
monocromáticas constituyentes, una caracterı́stica que es consecuencia de que, según
(2.109), T (u, v) es la transformada de Fourier de Aω (α − α0 , γ − γ0 ).
Bibliografı́a

[1] Max Planck, “The Theory of Electricity and Magnetism”, (2nd edition, Macmillan,
London, 1932).

[2] “Photonic Crystals: Physics and Practical Modeling”, Igor A. Sukhoivanov, Igor V.
Guryev, Springer-Verlag Berlin Heidelberg 2009

[3] R.S. Kshetrimayum, A brief intro to metamaterials, IEEE Potentials 23, Issue 5,
44 - 46 (2004)

[4] Depine R A, Lakhtakia A 2004 “A new condition to identify isotropic dielectric-


magnetic materials displaying negative phase velocity” Microw. Opt. Technol. Lett.
41 315-316

[5] “Third electromagnetic constant of an isotropic medium”, JF Nieves and PB Pal,


Am. J. Phys. 62, 207 (1994)

[6] “Discovery of the interstellar chiral molecule propylene oxide (CH3CHCH2O)”


Brett A. McGuire, P. Brandon Carroll, Ryan A. Loomis, Ian A. Finneran, Philip
R. Jewell, Anthony J. Remijan, Geoffrey A. Blake Science 352, 1449-1452 (2016)

[7] “A Chiral Route to Negative Refraction”, J. B. Pendry, Science 2004, 306 1353-1355

[8] “Chirality and Chiroptical Effects in Metal Nanostructures: Fundamentals and Cu-
rrent Trends”, JT Collins, C Kuppe, DC. Hooper, C Sibilia, M Centini and VK.
Valev, Adv. Opt. Mater. 2017, 5, 1700182 (Special Issue: Chirality and Nanopho-
tonics).

[9] “A coordinate-free approach to wave propagation in anisotropic media”, Hollis C.


Chen, J. Appl Phys. 53, 4606, 1982.

[10] “Theory of Electromagnetic Waves: A Coordinate-Free Approach” (McGraw Hill,


1983)

78
Capı́tulo 3

Problemas de frontera

Una vez familizarizados con las propiedades fundamentales de los campos electro-
magnéticos en medios materiales ilimitados sin fuentes libres, y siguiendo la ruta pro-
puesta de partir de problemas sencillos para ir aumentando gradualmente el nivel de
dificultad y ası́ incorporar nuevas herramientas y nuevos conceptos, en esta parte deja-
remos de lado la hipótesis de medios ilimitados. Y prestaremos atención a lo que sucede
cuando un medio material está limitado, es decir, cuando empieza o termina en ciertos
contornos a partir de los cuales hay otros medios o vacı́o.
Mantendremos la hipótesis de ausencia de fuentes libres en todas las regiones, es de-
cir que seguiremos trabajando con las ecuaciones de Maxwell homogéneas. Esto implica
que para medios lineales el comportamiento de los campos en cada región sigue estando
determinado por ecuaciones como (2.2), en términos del operador D asociado a cada me-
dio. Si bien cuando no hay contornos sabemos como resolver el operador diferencial en el
interior de cada región, cuando aparecen discontinuidades es necesario usar las relaciones
(1.25)-(1.28) para especificar cómo se “pegan” los campos y sus derivadas (porque D es
un operador de segundo orden) cuando se pasa de una región a otra. Este tipo de pro-
blemas son bien conocidos en matemáticas en el campo de las ecuaciones diferenciales y
se llaman roblemas de condición de frontera, problemas de frontera, de condición (o de
valor) de borde o contorno, etc. Aparecen en todos los campos de la fı́sica formulados
mediante ecuaciones diferenciales y muchos tienen la forma de los llamados problemas de
Sturm-Liouville. Los problemas de Sturm-Liouville aparecen cuando se hace separación
de variables de operadores diferenciales, como los operadores D del capı́tulo anterior, en
sistemas de coordenadas especialmente adaptados para describir un contorno mediante
la condición una coordenada igual a constante y la teorı́a de Sturm-Liouville [1] permite
determinar qué valores de las constantes de separación (llamados autovalores) aseguran
la existencia de un conjunto completo de soluciones no triviales (llamadas funciones pro-
pias) que además de ser solución del operador D, también satisfagan las condiciones de
frontera.

79
80 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

3.1. Preexistentes inductores vs adicionales inducidos

Consideremos una solución F~pe (~x, t) de las ecuaciones de Maxwell en un medio sin fuen-
tes libres ni contornos. Que F~pe (~x, t) sea solución que existe en el medio por sı́ misma, es
decir, que si fue generada fı́sicamente de alguna manera, seguirá existiendo como solución
en el medio, sin necesidad de que intervengan otras soluciones distintas. En cambio, si
ahora se introduce una discontinuidad en el medio, serı́a mucha casualidad que la solución
F~pe (~x, t) cumpliera las condiciones de contorno electromagnéticas en la discontinuidad,
especialmente porque jamás le fueron impuestas (como queda claro observando que en el
capı́tulo anterior nada hace referencia a condiciones de contorno). Luego, si la solución
F~pe (~x, t) realmente existe cerca de la discontinuidad entre dos medios, entonces no puede
estar sola, debe estar acompañada por dos tipos de soluciones adicionales a cada lado de
la discontinuidad: las de un tipo serán combinación de la base de soluciones asociada con
el medio material a un lado de la discontinuidad y las del otro tipo serán combinación
de la base de soluciones asociada con el medio material al otro lado de la discontinuidad.
Y de manera tal que la combinación de soluciones adicionales y solución preexistente
F~pe (~x, t) satisfaga las condiciones en el contorno.
Para fijar ideas e ilustrar el proceso discutido en el parágrafo anterior, podrı́amos
pensar en el caso en que F~pe (~x, t) representa el campo eléctrico generado en un medio
homogéneo por un capacitor de caras paralelas, con las placas, muy alejadas entre sı́.
Si en este escenario se introduce una discontinuidad, por ejempo una esfera de oro a
mitad de camino entre las placas del capacitor, el campo preexistente F~pe (~x, t), generado
por cargas y corrientes en las placas del capacitor, deja de ser solución del problema
electrodinámico y aparecen soluciones adicionales. ¿Por qué aparecen estas soluciones
adicionales? Un matemático dirı́a que las soluciones adicionales tienen que aparecer para
que se cumplan las condiciones de contorno, que los campos preexistentes por si solos no
cumplen. Y un fı́sico dirı́a que las soluciones adicionales que aparecen a uno y otro lado
de la discontinuidad son generadas por las nuevas fuentes inducidas creadas por el campo
preexistente dentro de la esfera de oro. Es claro que las dos explicaciones son equivalentes
y a la vez complementarias (explicación proviene etimológicamente de desplegar, mostrar
lo que estaba doblado, plegado, oculto en un interior no visible o perceptible a la razón),
tanto la explicación matemática como la fı́sica hacen comprensible lo que en un primer
momento no lo serı́a.
En ciertos problemas de contorno la solución preexistente representa campos inciden-
tes sobre una discontinuidad, mientras que las soluciones adicionales representa campos
reflejados y transmitidos, o difractados para un lado y para el otro, o dispersados . . . u
otras interpretaciones alternativas que dependerán de cada problema particular. El punto
principal es que si se tiene una solución en un medio sin fuentes libres y en ausencia de
contornos, cuando existen contornos deben aparecer necesariamente nuevas soluciones.
Y como no hay fuentes libres, estas nuevas soluciones tienen que haber sido creadas por
fuentes inducidas asociadas a la presencia de contornos (las fuentes inducidas no nos
preocupan, porque las estamos manejando con las relaciones constitutivas).
3.2. CONSERVACIÓN DE LA FRECUENCIA 81

3.2. Conservación de la frecuencia


Consideremos los campos a cada lado de una superficie de separación entre dos medios
lineales homogéneos 1 y 2. Siguiendo el planteo de 2.1, cualquier componente del campo
(j)
F~ (j) (~x, t) se escribe en términos de su transformada de Fourier F~ω (~x), ver (1.35). El
(j)
supraı́ndice j (j = 1, 2) indica el medio y F~ω (~x) es una combinación de autofunciones
del operador D(j) en cada medio. Sin pérdida de generalidad supongamos que la superficie
de separación en el sistema de coordenadas usado viene especificada por el vector ~xS
La condición de contorno (1.27) tiene la forma
~ (1) (x~S , t) = n̂ × E
n̂ × E ~ (2) (x~S , t) (3.1)

con n̂ el versor normal que varı́a con ~xS y que apunta del medio 1 al medio 2 (en el
ejemplo del último parágrafo de la sección anterior ~xS está sobre una esfera y n̂ = r̂ es el
versor radial). Esta condición de contorno debe cumplirse en todo instante (para todo t)y
en todo punto de la superficie (para todo ~xS ). En el dominio frecuencial, (3.1) se escribe
Z ∞ Z ∞
n̂ × ~ (1)
Eω (x~S ) e−i ωt
dω = n̂ × E~ (2) (x~S ) e−i ωt dω . (3.2)
ω
−∞ −∞

Al igual que en el espacio ordinario de vectores geométricos, donde una igualdad entre dos
vectores se puede proyectar en una base espacial y ası́ llegar a tres sistemas de ecuaciones
que relacionan las componentes de ambos vectores, una igualdad en el espacio de Hilbert
de funciones del tiempo como (3.2) también se puede proyectar en una base del espacio, en
este caso la base de funciones temporales armónicas e−i ωt , etiquetadas por el parámetro
real continuo ω. En este espacio el producto escalar entre dos funciones del tiempo es igual
a la integral temporal del producto entre una función y el complejo conjugado de la otra.
Para proyectar la igualdad (3.2) en la base e−i ωt hay que hacer el producto escalar entre
(3.2) y un elemento genérico de la base, por ejemplo el que tiene etiqueta ω 0 . Con este fin
0
primero multiplicamos miembro a miembro la igualdad (3.2) por ei ω t y luego, como el
resultado vale para todo t, integramos la igualdad resultante en el intervalo −∞ < t < ∞
Z ∞h Z ∞ i Z ∞h Z ∞ i
0 )t
n̂ × E ~ (x~S ) e
(1) −i (ω−ω
dω dt = n̂ × ~ (2) (x~S ) e−i (ω−ω0 )t dω dt . (3.3)
E
ω ω
−∞ −∞ −∞ −∞

Para una superficie estacionaria, ni ~xS ni n̂ dependen del tiempo e intercambiando el


orden de integración
Z ∞h Z ∞ i Z ∞h Z ∞ i
~ (1) −i (ω−ω 0 )t ~ (2) −i (ω−ω 0 )t
n̂ × Eω (x~S ) e dt dω = n̂ × Eω (x~S ) e dt dω , (3.4)
−∞ −∞ −∞ −∞

y como los elementos de la base son ortogonales (el producto escalar entre una exponencial
con etiqueta ω y otra exponencial con etiqueta ω 0 es proporcional a una delta de Dirac)
Z ∞
0
e−i (ω−ω )t dt = 2π δ(ω − ω 0 ) , (3.5)
−∞
82 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

luego de integrar en ω se obtiene que la proyección de la condición de contorno (3.2) en


la base de funciones temporales armónicas se escribe

~ (1)0 (x~S ) = n̂ × E
n̂ × E ~ (2)0 (x~S ), (3.6)
ω ω

(ω 0 es una etiqueta comodı́n, se puede reemplazar por ω) y ası́ llegamos a que la condición
de contorno (1.27) se cumple frecuencia a frecuencia, es decir para cada componente
armónica temporal.
La condición de contorno (1.28) también tiene la forma de (3.1), excepto cuando hay
corriente superficial, En este caso aparece un término adicional 4π ~ pero igual podemos
K,
c
repetir el procedimiento desarrollado para (3.1), ahora pasando al dominio frecuencial
tanto los campos como la corriente superficial K. Luego proyectamos la igualdad válida
para todo t en la base de funciones temporales armónicas y si la superficie es estacionaria
de nuevo llegamos a la conclución de que la condición (1.28) se cumple frecuencia a
frecuencia, es decir que cada componente de frecuencia de los campos de un lado de la
discontinuidad no se mezcla con otras componentes de frecuencia de los campos del otro
lado ni con otras componentes de frecuencia de la corriente superficial
  4π
~ (2) ~ (1)
n̂ × Hω (x~S ) − Hω (x~S ) = ~ ω (x~S ),
K (3.7)
c

Es fácil convencerse de que en toda superficie estacionaria las condiciones de contorno


restantes, (1.25) y (1.26) , también se cumplen frecuencia a frecuencia
 
~ (2) ~ (1)
n̂ · Dω (x~S ) − Dω (x~S ) = 4πσω (x~S ), (3.8)

~ ω(1) (x~S ) = n̂ · B
n̂ · B ~ (2) (x~S ). (3.9)
ω

Queda claro que el contenido frecuencial de los campos adicionales que aparecen debido
a una discontinuidad entre dos medios siempre queda determinado por el contenido fre-
cuencial de los campos preexistentes. Para medios lineales, y teniendo en cuenta que las
condiciones de contorno se cumplen frecuencia a frecuencia, se deduce que si los campos
preexistentes son monocromáticos, los campos adicionales que aparecen a ambos lados de
la superficie también lo son. En conclusión: en todo problema de interacción entre radia-
ción y objetos estacionarios con medios lineales, la frecuencia de la radiación se conserva.
En cambio, en interacciones entre radiación y objetos estacionarios con medios no-lineales,
debido a que las ecuaciones constitutivas mezclan distintas frecuencias, la frecuencia de
la radiación no se conserva (ver (1.13) y recordar el fenómeno de generación de segunda
armónica).
Problemas no estacionarios, en elaboración
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 83

3.3. Contornos con simetrı́a cilı́ndrica

Hemos visto que para manejar el cumplimiento de las condiciones de contorno en todo
instante resulta conveniente proyectar estas condiciones en la base de Fourier temporal
(base del espacio de Hilbert de funciones temporales). Análogamente, resulta natural
que para manejar el cumplimiento de las condiciones de contorno en todo punto ~xS
de la superficie de discontinuidad, proyectemos estas condiciones en una base adecuada
del espacio de Hilbert de funciones, ahora de dos variables espaciales, definidas en la
superficie. Para encontrar esta base será útil la separación de variables y los resultados de
la teorı́a de Sturm-Liuville [1]. Si la superficie de discontinuidad es el plano y = 0, parece
muy adecuado elegir como variables espaciales a las coordenadas x y z y con esta elección
la base adecuada resulta ser la base de Fourier bidimensional con etiquetas kx , kz . En
cambio, si la superficie de discontinuidad es la esfera r = R, las dos variables espaciales
adecuadas son evidentemente las coordenadas esféricas θ y φ y esta elección llevará a una
base de funciones angulares adecuada, porque claramente la base de ondas planas no está
bien adaptada para describir lo que pasa en la superficie de una esfera.
Otra dificultad teórica que hay que enfrentar está relacionada con el carácter vectorial
(geométrico) de las condiciones de contorno, que se manifiesta con la presencia explı́cita
del versor normal n̂ y que indica que serı́a muy conveniente expresar las componentes de
los campos en una base cuyas direcciones se ajusten localmente a la forma de la superficie
(tres versores, por ejemplo los versores ρ, θ y φ de coordenadas esféricas para un contorno
esférico). Dicho de otra manera, hay que encontrar una manera lo menos complicada
posible para que la descripción de la polarización de los campos no entorpezca demasiado
la descripción de las componentes normales y tangenciales a la superficie de separación
que son las que están involucradas en las condiciones de contorno (3.6) - (3.9).
Vemos entonces que la geometrı́a del contorno influye fuertemente tanto en el primer
problema, de encontrar la base del espacio de Hilbert de funciones definidas en la superficie
de discontinuidad, adecuada para satisfacer las condiciones de contorno en todo ~xS de la
superficie, como en el segundo problema, de descomponer los campos vectoriales en una
base que se ajuste localmente a la forma de la superficie. A continuación veremos cómo
manejar ambos problemas cuando el contorno tiene simetrı́a de traslación a lo largo de
una dirección fija en el espacio (dirección ẑ). Se trata de un caso muy interesante desde el
punto de vista teórico, porque conduce a un formalismo donde el problema de contorno
para los campos vectoriales se reduce a dos problemas de contorno, en general acoplados,
para dos funciones escalares. También es un caso muy importante desde el punto de vista
aplicado, pues incluye muchos dispositivos, en particular las fibras ópticas que a nivel
mundial transportan el 95 % de las conexiones de internet y que continuamente plantean
una fuerte demanda para que la investigación básica siga produciendo mejoras cada vez
más importantes.
Para no perdernos con complicaciones adicionales supondremos que el contorno separa
dos medios homogéneos isótropos y no quirales, caracterizados por parámetros constituti-
vos εj , µj , j = 1, 2., aunque la teorı́a se puede generalizar fácilmente para incluir medios
84 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

con otras ecuaciones constitutivas Los contornos con simetrı́a de traslación incluyen si-
tuaciones con superficies rugosas acanaladas, descriptas por y = g(x) (como una chapa de
techo corrugada, o una red de difracción si g(x) es periódica) y superficies planas (cuando
g(x) = 0, una situación tan importante para la óptica clásica). En el caso de fibras ópticas
el contorno está descripto por una curva cerrada, por ejemplo el contorno x2 + y 2 = R2
para fibras de sección circular, y un medio, el exterior, es infinito y el interior puede ser
una región simplemente conexa (como en un caño hueco), o múltiplemente conexa (como
en un cable coaxil).

3.3.1. Separación de variables parcial

Según (2.13), para medios aquirales homogéneos, la parte espacial de los campos a la
frecuencia ω satisfacen la ecuación de Helmholtz
h ω2 i
∇2 + 2 ε µ F~ω (~x) = 0 , (3.10)
c
donde por el momento dejamos de lado los subı́ndices de ε y µ que hacen referencia al
adentro y al afuera, o al arriba y abajo con respecto al contorno. El sistema de coorde-
nadas más adecuado para resolver esta ecuación diferencial dependerá de la forma del
contorno, pero debido a la simetrı́a de traslación podemos asegurar que siempre incluirá
a z como coordenada. Ası́, el operador ∇2 tendrá siempre dos partes, una que opera en
las coordenadas transversales a z y otra que opera solamente sobre z
∂2
∇2 = ∇2t + .
∂z 2
El subı́ndice t hace referencia a transversal a la dirección z. El siguiente paso consiste
en proponer una separación de variables parcial para cada componente cartesiana de los
vectores incógnita F~ω (~x), en la forma
Fω (~x) = Fω (~xt ) Z(z) ,
con ~x = ~xt + z ẑ y con algunos abusos de notación (Fω (~xt ) deberı́a tener otro nombre,
en principio hay un Z(z) para cada componente cartesiana de los campos . . . ). Como en
todo problema de separación de variables operamos y luego de dividir por la función se
obtiene
1 ω2 1 d2 Z(z)
∇2t Fω (~xt ) + 2 ε µ + = 0, (3.11)
Fω (~xt ) c Z(z) dz 2
| {z }
−kz2

con −kz2 la constante de separación. Ası́ resulta que en las componentes cartesianas de la
parte espacial de todos los vectores campo se puede factorizar una exponencial e±ikz z y
entonces la parte espacial de todos los vectores campo se puede escribir en la forma
F~ω (~x) = F~ω (~xt ) e± i kz z , (3.12)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 85

donde F~ω (~xt ) satisface la ecuación de Helmholtz bidimensional


  ω2 
2
∇t + 2
2
µ − kz F~ω (~xt ) = 0 , (3.13)
| c {z }
γ2

donde se definió

ω2
γ2 = µ − kz2 . (3.14)
c2
Debido a la separación de variables parcial en la coordenada z, el problema en cada
medio se redujo a encontrar las autofunciones Fω;~ γ (~xt ) y los autovalores γλ del operador
λ
bidimensional asociado con la constante de separación kz . Bajo condiciones propicias,
estas autofunciones formarán una base de soluciones para F~ω (~xt ) en cada medio. Los
elementos de la base en cada medio quedan etiquetados por el ı́ndice bidimensional λ que,
dependiendo de cada problema, resulta un ı́ndice continuo o discreto. Mediante (3.25),
los autovalores γλ determinan la relación de dispersión kzλ (ω) para cada elemento de la
base en cada uno de los medios separados por la superficie con simetrı́a de translación
r
ω2
kz(λ) (ω) =± 2
µ − γλ2 . (3.15)
c

La forma más general de la función original F~ω (~x) resulta combinación lineal (suma o
integral) de las autofunciones etiquetadas por el ı́ndice doble λ
X (λ)
F~ω (~x) = F~ω; λ (~xt ) e i kz (ω)z
, (3.16)
λ

donde se sobreentiende que la combinación lineal tiene dos contribuciones, asociadas a la


bivaluación de la raı́z cuadrada en kzλ (ω).

3.3.2. Eω; z (~
xt ) y Hω; z (~
xt ) como potenciales

Se ha explotado la simetrı́a de traslación de los contornos para reducir el problema de


3D a 2D, pero seguimos tratando un problema con muchos vectores 3D. A continuación
veremos que la simetrı́a de traslación de los contornos permite reducir el problema vecto-
rial para los campos E~ ω (x~t ) y H
~ ω (x~t ) (seis incógnitas) a dos problemas de contorno para
las componentes según z de estos campos (dos incógnitas). Con este fin es conveniente
explicitar las componentes de los campos en las direcciones paralela y transversal a z

~ ω (~x) = E
~ ω; t (~x) + Eω; z (~x) ẑ

E
~ ω; t (~x) + Hω; z (~x) ẑ .
~ ω (~x) = H
H
(3.17)
86 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

Para ello partimos de la ley de Faraday


~ ×E
∇ ~ ω = (∇ ~ t + ẑ ∂ ) × (E ~ ω; t + Eω; z ẑ)
∂z
= ∇ ~t×E ~ ω; t + ∇ ~ t × (Eω; z ẑ) + ẑ × ∂Eω; t + ẑ × ∂Eω; z ẑ
∂z ∂z
~t×E ~ ω; t − ẑ × ∇ ~ t Eω; z + ẑ × ∂E ω; t
= ∇
∂z
ω ~
= iµ (Hω; t + Hω; z ẑ) .
c
Proyectando esta ecuación en componentes transversales y longitudinales se obtiene
ω~ ∂E ~ ω; t
iµ H ω; t = ẑ × − ẑ × ∇ ~ t Eω; z , (3.18)
c ∂z
ω ~t×E ~ ω; t .
iµ Hω; z ẑ = ∇ (3.19)
c
Escritas en términos de E ~ ω y de H ~ ω , la ley de Ampère-Maxwell se puede obtener a partir
de la ley de Faraday haciendo los reemplazos
~ ω ←→ H ~ω , ω ω
E y i µ ←→ −i  . (3.20)
c c
Con estos reemplazos, se obtiene a partir de (3.18) y (3.19) la ley de Ampère-Maxwell
proyectada en componentes transversales y longitudinales
ω ~ ∂H ~ ω; t
−i µE ω; t = ẑ × − ẑ × ∇ ~ t Hω; z , (3.21)
c ∂z
ω ~t×H ~ ω; t .
−i µEω; z ẑ = ∇ (3.22)
c
Despejando E ~ ω; t de (3.21) y reemplazando en (3.18) se obtiene
" #
~ ω; t = 1 ~t ∂H ω; z ω ~ t Eω; z .
H ∇ + i ẑ × ∇ (3.23)
γ2 ∂z c

Análogamente, despejando H ~ ω; t de (3.18) y reemplazando en (3.21) se obtiene


" #
~ ω; t = 1 ∂E ω
~ t ω; z − iµ ẑ × ∇~ t Hω; z .
E ∇ (3.24)
γ2 ∂z c
Las ecuaciones (3.23) y (3.24) muestran que las componentes transversales de los campos
quedan determinadas completamente a partir de las componentes longitudinales Eω; z y
Bω; z , que actúan como potenciales para todos los campos electromagnéticos. Resulta en-
tonces innecesario resolver las ecuaciones de Helmhotz (3.10), 3D y vectoriales: solamente
hay que resolver ecuaciones de Helmhotz 2D
  
2 2 Eω; z (~xt )
∇t + γ = 0. (3.25)
Hω; z (~xt )
para Eω; z (x~t ) y Hω; z (x~t ), la parte espacial de las componentes longitudinales que no
depende de z. La dependencia en z se reconstruye usando (3.12), multiplicando los “po-
tenciales” por exponenciales ei kz z .
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 87

3.3.3. Condiciones de contorno para Eω; z (~


xt ) y Hω; z (~
xt )

Figura 3.1: y = g(x) representa la forma de un contorno con simetrı́a de translación en el eje z. La
dirección tangencial a este contorno tiene dos componentes, una en z y otra en T̂ = n̂ × ẑ.

Si bien las ecuaciones diferenciales (3.25) están desacopladas, el problema sigue siendo
vectorial, porque las condiciones de contorno (3.6)-(3.9) no están impuestas sobre las
componentes longitudinales Eω; z (~xt ) y Hω; z (~xt ), sino sobre las componentes de los campos
paralelas (en (3.6) y (3.7)) y perpendiculares (en (3.8) y (3.9)) a los contornos. Para
encontrar qué condiciones de contorno tienen que cumplir los potenciales

Eω; z (~x) = Eω; z (x~t ) ei kz z y Hω; z (~x) = Eω; z (x~t ) ei kz z

que aparecen en (3.23) y (3.24), calculamos primero las componentes de los campos
paralelas (tangenciales) a la superficie. De la primera ecuación en (3.17) resulta que la
componente tangencial del campo eléctrico
~ ω (~x) = n̂ × E
n̂ × E ~ ω; t (~x) + Eω; z (~x) n̂ × ẑ (3.26)
| {z }

como todo vector tangencial a una superficie con simetrı́a de translación en ẑ, se escribe
como suma de una parte en ẑ, perpendicular a n̂ y a la dirección transversal a ẑ, y
otra parte que, por ser perpendicular a ẑ está en la sección transversal, y que por ser
perpendicular a la normal n̂ tiene que estar en la dirección T̂ tangencial a la superficie

T̂ = n̂ × ẑ (3.27)

(no confundir con el subı́ndice t que se refiere a transversal ). Las direcciones involucradas
se esquematizan en la figura 3.1 para el caso en que la superficie está dada explı́citamente
por la relación y = g(x). Si ġ(x) denota la derivada de g(x), resulta que
x̂ + ġ ŷ −ġ x̂ + ŷ
T̂ = p , n̂ = p , (3.28)
1 + ġ 2 1 + ġ 2
88 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

Para expresar n̂ × E~ ω; t (~x) en términos de las componentes longitudinales usamos las


ecuaciones (3.23) y (3.24). Debido a la separación de variables parcial
∂Eω; z (~x)
= i kz Eω; z (~x) = i kz Eω; z (~xt ) ei kz z ,
∂z
y entonces
" #
~ ω; t 1 ω
~ t Eω; z − iµ n̂ × ẑ × ∇
~ t Hω; z .
n̂ × E = 2 ikz n̂ × ∇ (3.29)
γ c
Si se desarrolla el triple producto vectorial y se tienen en cuenta las derivadas direccionales
ẑ×T̂
~ t Hω; z = ∂Hω; z , ~ t Eω; z = − ∂Eω; z ẑ
z}|{
n̂ · ∇ n̂ × ∇ (3.30)
∂ n̂ ∂ T̂
resulta
" #
~ ω = − i kz ∂Eω; z + µ ω ∂Hω; z ẑ + Eω; z T̂ .
n̂ × E (3.31)
γ2 ∂ T̂ c ∂ n̂

Repitiendo un procedimiento similar, ahora para n̂ × H ~ ω; t (~x), o simplemente usando los


reemplazos (3.20), obtenemos
" #
~ω = − i ∂H ω; z ω ∂E ω; z
n̂ × H 2
kz − ẑ + Hω; z T̂ . (3.32)
γ ∂ T̂ c ∂ n̂
Las expresiones (3.31) y (3.32) valen tanto para Fω; z (~x) como para Fω; z (x~t ) (que sola-
mente difieren en el factor exponencial ei kz z ).
Modificando levemente las cuentas efectuadas a partir de (3.26), reemplazando produc-
~ ω (~x) por D
to vectorial por producto escalar y E ~ ω (~x), resulta

~ ω (~x) = n̂ · D
~ ω; t (~x) + Dω; z (~x)  :0
n̂ · D · ẑ
n̂  (3.33)
" ẑ×T̂ #
~ ω; t 1 ~ t Eω; z − iµ ω z}|{
~ t Hω; z ) ,
n̂ · D = 2 ikz n̂ · ∇ n̂ · (ẑ × ∇
γ c
" #
~ ω; t  ∂Eω; z ω ∂Hω; z
n̂ · D = i 2 kz +µ , (3.34)
γ ∂ n̂ c ∂ T̂

y repitiendo un procedimiento similar para n̂ · B ~ ω; t (~x) queda


" #
~ ω; t = i µ kz ∂Hω; z −  ω ∂Eω; z .
n̂ · B (3.35)
γ2 ∂ n̂ c ∂ T̂
Las expresiones (3.31), (3.32), (3.34) y (3.35) son muy convenientes porque permiten
escribir las condiciones de contorno (3.6)-(3.9) solamente en términos de las componentes
longitudinales Eω; z (~xt ) y Hω; z (~xt ).
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 89

Dos medios isótropos

Por ejemplo, en la discontinuidad entre dos medios isótropos aquirales no hay cargas ni
corrientes superficiales. Entonces, la continuidad de la componente tangencial del campo
eléctrico y la continuidad de la componente tangencial del campo magnético exigen, según
(3.31) y (3.32), que las siguientes cantidades
   
1 ∂Eω; z ω ∂Hω; z 1 ∂Hω; z ω ∂Eω; z
Eω; z , Hω; z , kz +µ y 2 kz − (3.36)
γ2 ∂ T̂ c ∂ n̂ γ ∂z c ∂ n̂
tomen el mismo valor cuando son evaluadas a uno u otro lado o de la superficie. Notar que
a uno y otro lado cambian los valores de  y µ (y en consecuencia de γ), pero los valores
de kz no cambian. Esto es ası́ porque las condiciones de contorno se deben cumplir para
todo valor de la coordenada z. Y entonces la situación es completamente análoga a la
vista en 3.2 para condiciones que tienen que valer para todo instante: los elementos de la
base exponencial ei kz z que surge de la separación de variables son ortogonales y satisfacen
una condición como la expresada en la ecuación (3.5) (reemplazando la etiqueta ω por la
etiqueta kz ).
A partir de (3.34) y (3.35) se puede probar que las condiciones de contorno (3.8) y
~ ω; t y n̂ · B
(3.9), en este caso continuidad de las componentes normales n̂ · D ~ ω; t , se cumplen
automáticamente si se verifica la continuidad de las cuatro cantidades (3.36).
Las dos primeras cantidades en (3.36) solamente involucran a cada componente lon-
gitudinal por separado. En cambio, las dos últimas cantidades en (3.36) mezclan a las
componentes longitudinales y muestran que si bien las ecuaciones diferenciales (3.25)
están desacopladas, en el caso general las condiciones de contorno exigen que los dos
problemas se resuelvan simultáneamente. Dicho de otra manera, la base de soluciones del
problema de contornos no es la unión de las soluciones de dos problemas desacoplados,
uno sólo para Eω; z (~xt ), con Hω; z ≡ 0 (modo TM en la nomenclatura de guı́as de on-
da) y otro sólo para Hω; z (~xt ), con Eω; z ≡ 0 (modo TE en la nomenclatura de guı́as de
onda): existen también otros elementos en la base, llamados modos hı́bridos, que tienen
Hω; z 6= 0 y Eω; z 6= 0 simultáneamente. Esta situación se observa en las fibras ópticas,
donde aparecen modos hı́bridos en los que ni el campo eléctrico ni el magnético son pu-
ramente transversales a la dirección de simetrı́a de la fibra (en este caso, la dirección de
propagación).
A primera vista puede parecer extraño que en un problema de contorno con simetrı́a
de translación, las soluciones para los campos exhiban dependencia con la dirección de
simetrı́a. Si los contornos no dependen de la dirección z, podrı́a esperarse que los campos
tampoco. La aparente contradicción se resuelve cuando pensamos que hasta el momento
no hemos dicho nada sobre la simetrı́a de los campos preexistentes, que podrı́an, por
ejemplo, variar en la dirección z. Solamente cuando los campos preexistentes tengan la
misma simetrı́a que el contorno, podremos entonces esperar que los campos inducidos sean
independientes de la coordenada z. En otras palabras, cuando se dan ambas condiciones,
necesariamente debe ser kz = 0, un caso que incluye al llamado Problema de Fresnel para
90 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

la reflexión de una onda plana que veremos más adelante (3.4).


Si kz = 0, las dos últimas cantidades en (3.36) dejan de mezclar a las componentes
longitudinales, la tercera solamente involucra a Hω; z mientras que la cuarta solamente
involucra a Eω; z . Vemos ası́ que en el caso kz = 0 la base de soluciones del problema de
contornos es la unión de las soluciones de dos problemas desacoplados: uno sólo para para
Eω; z (~xt ) (TM), donde deben ser continuas las cantidades
1 ∂Eω; z
Eω; z , y (3.37)
µ ∂ n̂
y otro sólo para Hω; z (~xt ) (TE), donde deben ser continuas las cantidades
1 ∂Hω; z
Hω; z , y . (3.38)
 ∂ n̂
Luego, cuando no hay mezcla de modos TE y TM, las dos condiciones de contorno en
cada problema desacoplado tienen la misma forma y se pueden resumir en la continuidad
de las cantidades
1 ∂F
F y , (3.39)
η ∂ n̂
donde F es Eω; z (Hω; z ) y η es µ () para el modo TM (respectivamente TE).

Contorno conductor perfecto

Otro caso donde la base de soluciones del problema de contornos resulta ser la unión
de las soluciones de dos problemas desacoplados, aún cuando kz 6= 0, es cuando uno de
los medios involucrados es un conductor perfecto (el otro medio sigue siendo un medio
isótropo aquiral). Una mitad del problema queda resuelta automáticamente, porque los
campos son nulos dentro del conductor perfecto. Y como en la superficie de un conductor
perfecto hay cargas y corrientes, las condiciones (3.7) y (3.8) se pueden aplicar solamente
a posteriori, en caso de estar interesados en obtener la densidad de corriente y de carga
superficiales (antes, en cambio, la condición (3.7) se usó explı́citamente, ver (3.32) y
(3.36)). Luego, en este caso hay que pedir que en todo punto ~xs de la superficie se
cumplan las siguientes condiciones de contorno
n̂ × E ~ ω (~xs ) = 0 , (3.40)
~ ω (~xs ) = 0 .
n̂ · B (3.41)
Veremos a continuación que estas condiciones son equivalentes a
∂Hω; z (~xs )
Eω; z (~xs ) = 0 , y =0 . (3.42)
∂ n̂
De la condición (3.40) junto con (3.31) se obtiene
Eω; z (~xs ) = 0 , (3.43)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 91

∂Eω; z (~xs ) ω ∂Hω; z (~xs )


kz +µ = 0. (3.44)
∂ T̂ c ∂ n̂
Si se cumple 3.43, Eω; z (~xs ) no varı́a a lo largo de la superficie, la derivada tangencial en
(3.44) es cero y entonces

∂Hω; z (~xs )
= 0. (3.45)
∂ n̂
Ası́ queda demostrado que la condición de contorno 3.40 se satisface si se satisfacen
simultáneamente las dos condiciones (3.43) y (3.45). Análogamente, la condición (3.41)
junto con (3.35) exigen que

∂Hω; z (~xs ) ω ∂Eω; z (~xs )


kz − = 0. (3.46)
∂ n̂ c ∂ T̂
Si se cumple (3.43), se anula la derivada tangencial de ∂Eω; z (~xs ) en (3.46) (aunque no
necesariamente se anule la derivada normal de ∂Eω; z (~xs )). Entonces debe ser cero la
derivada normal de ∂Hω; z (~xs ) en (3.46) y ası́ queda demostrado que la condición de
contorno (3.41) también se satisface si se satisfacen simultáneamente las dos condiciones
(3.43) y (3.45).
Estos resultados son relevantes en particular en la teorı́a de cavidades y guı́as de
onda metálicas, con muchas aplicaciones que van desde los hornos microondas a siste-
mas de telecomunicaciones en la zona de microondas, con frecuencias en el rango entre
0.3GHz < ω/2π < 300GHz. En esta zona algunos metales como el cobre tienen tan alta
conductividad que pueden ser considerados perfectamente conductores.
Como consecuencia de que en la superficie entre un conductor perfecto y un medio
isótropo aquiral las condiciones de contorno (3.42) para las componentes longitudinales
están desacopladas, la base de soluciones del problema de contornos se obtiene como
unión de soluciones de dos problemas desacoplados. En uno de los problemas, los cam-
pos, llamados modos TM, tienen Hω; z (~xt ) ≡ 0 y Eω; z (~xt ) se obtiene como solución de
la ecuación de Helmholtz 2D (3.13) con condición de contorno de Dirichlet, (3.43). En
cambio, en el otro problema, los campos, llamados modos TE, tienen Eω; z (~xt ) ≡ 0 y
Hω; z (~xt ) también se obtiene como solución de la ecuación de Helmholtz 2D (3.13), pero
ahora con la condición de contorno de Neumann, (3.45). La situación es muy parecida a lo
que ocurre en la frontera con simetrı́a de translación entre dos medios isótropos aquirales
en el caso kz = 0, con la diferencia de que en ese caso las condiciones de contorno para
cada modo son dos, en vez de una como para conductor perfecto, y no tienen la forma
sencilla de función o derivada igual a cero.

Modos TEM

En problemas de contorno con simetrı́a de translación entre dos medios isótropos aqui-
rales ¿pueden existir modos TEM?, es decir, ¿pueden existir elementos de la base para
92 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

cada medio con Eω; z (~xt ) y Hω; z (~xt ) simultáneamente nulos? Sin proponernos un estudio
exhaustivo de esta cuestión, a partir de las ecuaciones (3.23) y (3.24) observamos que
para que esto suceda es necesario que

γ2 = 0 . (3.47)

Esta condición, junto con la ecuación (3.25), muestran que si existen campos TEM F~ω (~xt ),
por definición totalmente transversales a z, deben ser soluciones de la ecuación de La-
place. La condición (3.47) también impone la siguiente condición sobre la constante de
separación kz2

ω2
kz2 = µ , (3.48)
c2
es decir, que los modos TEM, si existen, tienen la misma relación de dispersión que las
ondas planas que se propagan en el medio dieléctrico sin lı́mites.
Para estos modos no sólo la relación entre kz y ω es la misma que para ondas planas,
también los vectores transversales E~ω (~xt ) y H~ω (~xt ) de los modos TEM guardan la misma
relación que en una onda plana, tal como puede verse a partir de la ley de Faraday
~ TEM
~ ×E
∇ ~ t + ẑ ∂ ) × E
~ TEM = (∇ ~ TEM = ∇~t×E ~ TEM + ẑ × ∂ Eω (~xt ) = i µ ω H~ TEM (~xt ) .
ω ω
∂z | {z ω } | ∂z c | ω
{z }
k ẑ ⊥ ẑ
{z }
⊥ ẑ

Igualando componentes paralelas y perpendiculares a ẑ se obtiene

ω ~ TEM ~ ωTEM (~xt )


∂E
iµ H (~
x t ) = ẑ × , (3.49)
c ω ∂z
~t×E
∇ ~ TEM (~xt ) = 0 , (3.50)
ω

y si se reescribe (3.49) como


r
~ TEM
 ~ TEM (~xt ) ,
H ω (~xt ) = ẑ × E ω (3.51)
µ

se obtiene una relación que coincide con la relación (2.31) obtenida para una onda plana
que se propaga según el eje z.
A continuación veamos que el problema vectorial de los modos TEM se puede reducir
también a un problema escalar. Para demostrarlo primero observamos que según 3.50,
~ TEM (~xt ) deriva de un potencial Φ
E ω

~ TEM (~xt ) = ∇Φ
E ~ , (3.52)
ω

y como estamos suponiendo que en los medios que rodean al contorno no hay cargas libres
~ ·E
∇ ~ ωTEM (~xt ) = ∇
~t·E
~ ωTEM (~xt ) = 0 . (3.53)
3.3. CONTORNOS CON SIMETRÍA CILÍNDRICA 93

El potencial Φ es entonces solución de la ecuación de Laplace bidimensional en el interior


del cilindro

∇2t Φ = 0 . (3.54)

Suponiendo que en la superficie de separación no hay cargas (y entonces tampoco


corrientes) superficiales, las condiciones de contorno para Φ se obtienen a partir de la
continuidad de n̂ × E~ TEM y de n̂ × H
~ TEM .
ω ω

Figura 3.2: Problema de contornos en una región delimitada por dos superficies S1 y S2 con simetrı́a
de translación. Tanto el medio interior a S1 como el medio exterior de S2 son perfectamente conductores
y la región delimitada S1 y S2 contiene un medio isótropo aquiral caracterizado por los parámetros
constitutivos  y µ .

Consideremos el caso más sencillo de un contorno perfectamente conductor. En este


caso, si existen campos TEM, de acuerdo con (3.40) debe ser n̂× ∇Φ(~~ xt ) = 0, es decir que
Φ no puede variar sobre la superficie. Teniendo en cuenta que: i) la ecuación de Laplace
con condiciones tipo Dirichlet en un recinto cerrado tiene solución única y que ii) Φ = Φ0 ,
con Φ0 un valor constante, satisface la ecuación diferencial y la condición de contorno, se
desprende que Φ = Φ0 es la solución para modos TEM. Y ası́ llegamos a la conclusión de
que los campos TEM son nulos, es decir que en una región simplemente conexa que con-
tenga un medio isótropo y que esté delimitada por un contorno perfectamente conductor
con simetrı́a de translación no existen los modos TEM.
Es interesante observar que el razonamiento anterior falla cuando la región que contie-
ne al medio isótropo es múltiplemente conexa, es decir, está delimitada por dos o más
contornos perfectamente conductores con simetrı́a de translación distintos. En este caso,
sigue siendo cierto que Φ no puede variar sobre cada superficie. pero en cada contorno
puede tomar un valor distinto. Y sigue siendo cierto que la solución de la ecuación de
Laplace con condiciones de Dirichlet en un recinto cerrado tiene solución única. Pero la
94 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

solución no puede ser una función constante, porque no podrı́a satisfacer simultáneamen-
te ambas condiciones de contorno. Vemos ası́ que la base de soluciones de los campos
en regiones múltiplemente conexas delimitadas por conductores perfectos puede incluir
soluciones TEM.
Ejemplos de recintos múltiplemente conexos que soportan la existencia de modos TEM
son la guı́a de ondas coaxial (la región anular delimitada por dos caños metálicos huecos,
generalmente concéntricos), o la guı́a de ondas plana de caras paralelas.

3.4. Problema de Fresnel


Una superficie plana tiene simetrı́a de traslación a lo largo de cualquier dirección con-
tenida en el plano. En este sentido, la superficie plana es un caso particular de contorno
con simetrı́a cilı́ndrica, pero a diferencia de los contornos vistos en 3.3, la dirección ẑ se
puede elegir arbitrariamente y T̂ , perpendicular a la normal n̂, queda determinada por
(3.27). En el esquema de la figura 3.1, una superficie plana corresponderı́a a la ecuación
g(x) = y0 y por simplicidad ahora elegiremos y0 = 0.
Es claro que por ser un caso particular de contorno con simetrı́a de translación, el
problema de contornos electromagnético (y vectorial) se puede manejar mediante las dos
componentes longitudinales de los campos Eω; z (~x) y Eω; z (~x). También es claro que las
coordenadas adecuadas para resolver la ecuación de Helmholtz 2D (3.13) son las coordena-
das cartesianas. Luego, la base adecuada para describir a las componentes longitudinales
Fω; z (~x) es la base de ondas planas (2.14) y la representación mas general de las dos
componentes longitudinales en un medio isótropo aquiral adopta entonces la forma vista
en (2.24): una suma de dos términos, con un término asociado con campos progresivos
respecto a la dirección +y y el otro término asociado con campos regresivos respecto a la
dirección +y.

3.4.1. Campos incidentes, reflejados y transmitidos

De acuerdo con la discusión previa, las componentes longitudinales de los campos pre-
existentes se pueden representar mediante desarrollos de la forma mostrada en (2.24). Si
suponemos que el único campo preexistente fue creado por una fuente localizada en el
entorno de una región con y → +∞, la representación integral del campo preexistente en
la región 1 (región y > 0, o región de incidencia) solamente puede tener el término aso-
ciado a un flujo de potencia regresivo según el eje y, que, para medios ordinarios (µ > 0),
corresponde al segundo término del lado derecho de (2.24). Luego, las componentes lon-
gitudinales de los campos preexistentes, también llamados campos incidentes, se escriben
en la forma
Z ∞
(1)
Fω; z (~x) = Fω;incz,kx ,kz ei[kx x+kz z−ky y] dkx dkz ,
inc
(3.55)
−∞
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 95

donde Fω;incz,kx ,kz , función de ω, kx y kz , representa la amplitud de cada onda plana regresiva
con frecuencia ω y vector de onda ~k en el desarrollo q del campo preexistente en la base de
(1) (1)
ondas planas, con ~k = kx x̂ − ky ŷ + +kz ẑ, y ky = ω2 ε(1) µ(1) − k 2 − k 2 .
2
c x z

Las componentes longitudinales de los campos inducidos debido a la existencia de


la discontinuidad también adoptan la forma (2.24). Los campos inducidos en la región
de incidencia, también llamados campos reflejados, solamente pueden tener el término
asociado con campos progresivos respecto a la dirección +y, porque los únicos campos
regresivos en la región y > 0 son los incidentes, es decir, los de las fuentes. Por otro lado,
los únicos campos progresivos que podrı́a haber en la región y < 0 serı́an los producidos
por fuentes en la región y → −∞. Y si suponemos que las únicas fuentes son las de la
región y > 0, es decir, las fuentes que crearon Fω;incz (~x), llegamos a la conclusión de que los
campos inducidos en la zona y < 0, también llamados campos transmitidos, solamente
pueden tener el término de (2.24) asociado con campos regresivos respecto a la dirección
+y. Con estas consideraciones podemos escribir las siguientes representaciones para los
campos reflejados y transmitidos
Z ∞
(1)
Fω; z (~x) = Fω;refz,kx ,kz ei[kx x+kz z+ky y] dkx dkz ,
ref
(3.56)
−∞

Z ∞ (2)
tra
Fω; z (~x) = Fω;traz,kx ,kz ei[kx x+kz z−ky y]
dkx dkz , (3.57)
−∞
q
(2) ω 2 (2) (2)
con ky = c2
ε µ − kx2 − kz2 .

3.4.2. Condiciones de contorno para representaciones integrales

De acuerdo con (3.36), las componentes longitudinales de los campos a uno y otro lado
o de la superficie deben ser continuas en y = 0, para todo valor de x e y. En términos de
los campos incidentes, reflejados y transmitidos esta condición de contorno se escribe
Z ∞ Z ∞
i[kx x+kz z]
inc
Fω; z,kx ,kz e dkx dkz + Fω;refz,kx ,kz ei[kx x+kz z] dkx dkz =
−∞ −∞
Z ∞
Fω;traz,kx ,kz ei[kx x+kz z] dkx dkz . (3.58)
−∞

Vemos que la situación es completamente análoga a la vista en (3.2) para condiciones que
tienen que valer para todo instante. Y está completamente relacionada con la proyección
de condiciones de contorno, como la ecuación (3.4.2), en la base de funciones adecuada al
contorno, en este caso la base de exponenciales 2D ei[kx x+kz z] . Para proyectar la igualdad
(3.4.2) en la base ei[kx x+kz z] , primero multiplicamos miembro a miembro la igualdad por
el conjugado de un elemento genérico de la base, por ejemplo el que tiene etiquetas
kx0 , kz0 . Y como la nueva igualdad sigue valiendo para todo valor de x e y, integramos
96 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

miembro a miembro en todo el plano y = 0, es decir, en −∞ < x < ∞, −∞ < z <


∞. Intercambiando el orden de integración, la integrales espaciales son proporcionales
a funciones delta de Dirac, como en la relación (3.5), pero con las etiquetas kx y kz en
reemplazo de la etiqueta ω. De esta manera vemos que las condiciones de contorno, que
valen para las integrales en kz , se tienen que cumplir para cada kz , tal como ya se mencionó
(y se usó) en el párrafo posterior a la ecuación (3.36). En el caso del plano, lo mismo pasa
para las integrales en kx : las condiciones de contorno que valen para las integrales en kx , se
tienen que cumplir para cada kx . En definitiva, todo se reduce a igualar los integrandos
de la ecuación . Una vez entendido este punto, es muy fácil ver que lo mismo sucede
con las igualdades entre expresiones integrales que resultan de aplicar la continuidad de
las dos últimas cantidades en (3.36): debido a la ortogonalidad de las funciones de base
adecuadas al contorno plano, las igualdades valen integrando a integrando. Vemos ası́ que
las condiciones de contorno conservan la variable de Fourier conjugada a las direcciones
donde hay simetrı́a de translación. En el caso de superficies translacionalmente invariantes
a lo largo de z, se conservaba kz (ver párrafo posterior a la ecuación (3.36)) y en el caso
particular de superficie plana se conserva tanto kx como kz .
Si en vez de un plano hubiéramos considerado una discontinuidad ondulada definida
por y = g(x) (por ejemplo, g(x) de la figura 3.1 una superficie periódica, como una red de
difracción) al repetir los pasos que llevaron a (3.4.2), es fácil ver que los integrandos de
(2) (1)
las nuevas igualdades exhiben nuevos factores, como ei−ky g(x) o e±iky g(x) . Y al proyectar
las igualdades resultantes en la base ei[kx x+kz z] , procedimiento que supone una integración
en el intervalo −∞ < x < ∞, los nuevos factores impedirán que las integrales espaciales
sean, como antes, proporcionales a funciones delta de Dirac. Se obtienen entonces nuevas
relaciones que no se reducen a igualar los integrandos de las representaciones integrales,
como ocurrı́a en el caso y = 0 (o cualquier otro valor independiente de x y de z) y no se
conserva la variable conjugada kx (por eso en una red de difracción, además de una onda
reflejada y una transmitida aparecen órdenes, este es el origen de la difracción).

3.4.3. Matrices de reflexión y de transmisión

Decir que en un plano infinito que separa dos medios isótropos aquirales, las represen-
taciones integrales de los campos preexistentes e inducidos en la base de ondas planas
satisfacen condiciones de contorno que valen integrando a integrando, es equivalente a de-
(1)
cir que la onda plana del campo preexistente con vector de onda ~k inc = kx x̂−ky ŷ ++kz ẑ,
se mezcla solamente con dos tipos de ondas planas inducidas o secundarias (ausentes si no
estuviera la discontinuidad): i) un tipo de onda plana en el medio de incidencia (llamada
(1)
onda reflejada), con vector de onda ~k ref = kx x̂ + ky ŷ + +kz ẑ y ii) otro tipo de onda
plana en el semiespacio opuesto al medio de incidencia (llamada onda transmitida), con
(2)
vector de onda ~k tra = kx x̂ − ky ŷ + +kz ẑ. Notar que la polarización de cada una de estas
ondas viene dada por las amplitudes complejas de las componentes longitudinales de los
campos. Es decir, la polarización de la onda incidente está especificada por Eω;incz,kx ,kz y
Hω;incz,kx ,kz y la polarización resultante de las ondas secundarias queda determinada por
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 97

Eω;refz,kx ,kz y Hω;refz,kx ,kz , para la onda reflejada, y por Eω;traz,kx ,kz y Hω;traz,kx ,kz , para la onda
transmitida. La notación empleada hasta este momento enfatiza que las condiciones de
contorno se imponen sobre campos sintetizados a partir de los elementos de una base, en
este caso una de Fourier temporal etiquetada con ω y una de Fourier espacial etiquetada
con (kx , kz ). Pero en contornos estacionarios las etiquetas ω no se mezclan, ver 3.2, y en
contornos planos no se mezclan las etiquetas (kx , kz ), ver 3.4.2. Entonces, para contornos
planos estacionarios podemos simplificar la notación y eliminar los subı́ndices ω, kx y
kz , que llegado el caso volverán a tomar protagonismo cuando sea necesario sintetizar
los campos secundarios a partir de campos con distintas etiquetas ω, kx y kz . Con este
aligeramiento de la notación, los campos preexistentes, reflejados y transmitidos quedan
completamente especificados, en polarización y energı́a, por E zinc y H zinc , E zref y H zref y E ztra
y H ztra , respectivamente.
Como las condiciones de contorno son lineales en los campos, al imponer la continuidad
de las cuatro cantidades en (3.36) resulta un sistema de cuatro ecuaciones lineales inho-
mogéneo con las cuatro amplitudes complejas de los campos secundarios como incógnitas
y con las dos amplitudes complejas de los campos preexistentes en la inhomogeneidad
del sistema. A partir de este sistema se puede depejar cada incógnita en términos de las
amplitudes complejas E zinc y H zinc del campo preexistente
 ref     inc 
Ez rTM→TM rTM→TE Ez
= , (3.59)
H zref rTE→TM rTE→TE H zinc
y
     inc 
E ztra tTM→TM tTM→TE Ez
= . (3.60)
H ztra tTE→TM tTE→TE H zinc
Las matrices que aparecen en (3.59) y (3.60) son las matrices de reflexión y de transmi-
sión y la notación de sus elementos refleja que cuando E zinc 6= 0 y H zinc = 0, el campo
incidente es TM, en cambio cuando E zinc = 0 y H zinc 6= 0, el campo incidente es TE (ver
página 89). En general, estas matrices no son diagonales, porque las cantidades (3.36)
mezclan componentes z del campo eléctrico y del campo magético. Sin embargo, veremos
a continuación que para una superficie plana entre dos medios isótropos aquirales estas
matrices son diagonales solamente cuando se elige el eje z en la dirección perpendicular
al plano determinado por el vector ~k inc y el vector n̂ normal a la discontinuidad.
Encontrar las amplitudes complejas de los campos inducidos como función de las am-
plitudes complejas del campo incidente (y de la dirección incidente, dada por kx y kz , y
de la frecuencia ω, que determina los valores de los parámetros constitutivos) se conoce
como problema de Fresnel 1 . Se trata de un problema de enorme importancia, ya que su
solución describe la dinámica de la reflexión y de la transmisión en una superficie plana
y también en otras superficies que sin ser planas tienen tamaños tı́picos muchı́simo más
grandes que la longitud de onda de los campos.
1
Augustin-Jean Fresnel, fue el primero en reconocer en 1821 que la luz es un fenómeno ondulatorio
transversal, aunque en ese momento nadie imaginaba que las vibraciones transversales correspondı́an a
campos eléctricos y magnéticos.
98 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

3.4.4. Consecuencias cinemáticas (geométricas)

Hemos visto que en la interacción de una onda plana con una superficie plana se
conserva la componente tangencial de todos los vectores de onda, es decir

~k inc × n̂ = ~k ref × n̂ = ~k tra × n̂ (3.61)

La conservación de la componente tangencial de todos los vectores de onda involucrados es


válida para toda interfase plana entre medios lineales, no solamente para medios isótropos
aquirales, pues solamente es una consecuencia de la existencia de condiciones de contorno
en un plano y de la ortogonalidad de la base de Fourier para las funciones definidas en
dicho plano. En medios con relaciones de dispersión para ondas planas más complicadas
que las del medio isótropo aquiral, debido a la existencia de modos de polarización que
viajan con distinta velocidad de fase, la interacción de una onda plana con una superficie
plana puede dar lugar a dos ondas reflejadas o a dos ondas transmitidas (birrefringencia).
Las ecuaciones (3.61) son las las leyes generales de reflexión y refracción de ondas pla-
nas en la interfase entre dos medios isótropos aquirales y condensan todas las leyes de
la descripción geométrica de los fenómenos ondulatorios, también conocida como Óptica
Geométrica. En particular, de (3.61) se desprende que todos los vectores de onda están
contenidos en el mismo plano, que es el plano que contiene a los vectores ~k inc y n̂, llamado
plano de incidencia. Si el sistema de coordenadas se elige para que el plano de incidencia
coincida con un plano principal, la descripción matemática del problema se simplificarı́a.
No hay pérdida de generalidad en esta elección siempre y cuando los medios adyacentes
tengan ecuaciones constitutivas (o de manera equivalente, estructuras microscópicas) in-
variantes frente a rotaciones alrededor de la dirección n̂. Como este es el caso para medios
isótropos aquirales, a partir de ahora elegimos el plano z = 0 como plano de incidencia
y entonces todos los vectores de onda tienen kz = 0. En términos de los ángulos de inci-
dencia θi , reflexión θr y transmisión θt , usados históricamente en Óptica y mostrados en
la figura 3.3, resulta

~k inc = kx x̂ − k (1) ŷ = ω (1) µ(1) (sin θi x̂ − cos θi ŷ)


p
y (3.62)
c
~k = kx x̂ + k ŷ =
ref (1) ω p
y (1) µ(1) (sin θr x̂ + cos θr ŷ) (3.63)
c
~k tra = kx x̂ − k (2) ŷ = ω (2) µ(2) (sin θt x̂ − cos θt ŷ).
p
y (3.64)
c

Como todos los vectores de onda tienen la misma componente tangencial de kx , estas
ecuaciones equivalen a las leyes de la Óptica Geométrica, a saber, θi = θr (ángulo de
(1) (2)
reflexión igual al ángulo
p de incidencia) y n sin θi = n sin θt , la ley de Ibn Sahl (o de
Snell) [2], con n(j) = (j) µ(j) , j = 1, 2 el ı́ndice de refracción de cada medio.
(En elaboración)
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 99

Figura 3.3: Ilustración de (3.61) en el espacio recı́proco de vectores de onda. Todos los vectores son
coplanares y tienen la misma componente kx y el esquema corresponde al caso en que el ı́ndice de
refracción del medio de incidencia es menor que el del medio de transmisión.

3.4.5. Amplitudes reflejadas y transmitidas

Si se elige el eje z en la dirección perpendicular al plano determinado por el vector ~k inc


y el vector n̂, es decir, perpendicular al plano de incidencia (que el plano de la figura
3.3), entonces resulta kz = 0. Y como se discutió en la página 90, cuando kz = 0 i) la
base de soluciones del problema de contornos se obtiene como unión de las soluciones
de dos problemas desacoplados, y ii) las dos condiciones de contorno en cada problema
desacoplado tienen la misma forma, resumida en la continuidad de las cantidades que
aparecen en (3.39). Con esta elección, y para resolver los dos problemas a la vez, escribimos
la función F en cada medio. En la zona y ≥ 0 F es la suma del campo preexistente y del
reflejado, mientras que en la zona y ≤ 0 F es igual al campo transmitido

(1) (1)
F (x, y) = F inc ei[kx x−ky y]
+ F inc ei[kx x+ky y]
(3.65)
(2)
i[kx x−ky y]
F (x, y) = F tra e . (3.66)

Con estas expresiones, y luego de simplificar el factor exponencial, las condiciones (3.39)
se escriben como

F inc + F ref = F tra (3.67)


(1) (1) (2)
ky inc
ky ref
ky tra
− (1) F + F = F (3.68)
η η (1) η (2)

que se puede reescribir como un sistema de ecuaciones lineales inhomogéneo, con las dos
amplitudes complejas de los campos secundarios como incógnitas y la amplitud compleja
100 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

del campo preexistente en la inhomogeneidad

F ref − F tra = −F inc (3.69)


(1) (2) (1)
ky ref
ky tra
ky inc
F + F = F . (3.70)
η (1) η (2) η (1)

Resolviendo el sistema se obtienen los coeficientes de reflexión r12 = F ref /F inc y de trans-
misión t12 = F tra /F inc para las amplitudes
β1 β2
η (1)
− η (2)
r12 = β1 β2
. (3.71)
η (2)
+ η (2)

2β1
η (1)
t12 = β1 β2
. (3.72)
η (2)
+ η (2)

Estos coeficientes dan módulo y fase de la amplitud de los campos secundarios, relativos
a la amplitud de una onda plana incidente que desde el medio 1 se encuentra con una
discontinuidad plana que separa medio 1 y medio 2. Y aunque hemos dejado las etiquetas
de lado en la notación, conviene recordar que todas las ondas involucradas tienen las
mismas etiquetas ω, kx y kz = 0. Esto quiere decir que aunque resulte evidente de (3.71)
que r12 = −r21 , la relación es válida cuando se mantiene el mismo valor de kx (y kz = 0),
es decir, cuando la onda incidente que desde el medio 2 se encuentra con el medio 1 forma
con la normal un ángulo θt (y se transmite al medio 1 con un ángulo θi ).
Las expresiones (3.71) y (3.72) resuelven los dos problemas desacoplados. El problema
para Ez , con Hz ≡ 0 y η = µ se llama modo TM (transverso-magnético) en la nomen-
clatura de guı́as de onda y el problema para Hz , con Ez ≡ 0 y η =  se llama modo TE
(transverso-eléctrico) en la nomenclatura de guı́as de onda. Y en esta nomenclatura se da
por supuesto que el carácter de transverso está referido al eje z de simetrı́a. En cambio,
en la nomenclatura óptica, donde se elige como referencia al plano de incidencia, resulta
más natural que el carácter de transverso esté referido a dicho plano. Y entonces hay un
problema, porque lo que es transversal al eje z resulta paralelo al plano de incidencia.
Y viceversa: lo que es paralelo al eje z resulta transversal al plano de incidencia. Por
este motivo, el problema para Ez con Hz ≡ 0, que en el campo de las fibras y guı́as de
onda serı́a modo TM, en óptica se conoce como modo TE, o transverso-eléctrico, porque
el campo eléctrico de la onda incidente (y de las ondas secundarias) es perpendicular al
plano de incidencia. Y el problema para Hz con Ez ≡ 0, que en el campo de las fibras y
guı́as de onda serı́a modo TE, en óptica se conoce como modo TM, o transverso-magnéti-
co, porque ahora el campo magnético de la onda incidente (y de las ondas secundarias)
es perpendicular al plano de incidencia (y el campo eléctrico paralelo al plano de inciden-
cia). Para evitar confusiones, muchos prefieren hablar en el primer caso de polarizaciń s,
por “senkrecht”, la palabra alemana para “perpendicular” y de polarizaciń p, por “para-
llel”, (inglés y alemán), o sea campo eléctrico parallelo al plano de incidencia. De manera
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 101

Figura 3.4: Modos de polarización en la nomenclatura óptica para una superficie plana entre dos
medios isótropos aquirales. Izquierda, modo TE o s, el campo eléctrico de la onda incidente (y de las
ondas secundarias) es perpendicular al plano de incidencia. Derecha, modo TM o p, el campo eléctrico
de la onda incidente (y de las ondas secundarias) es paralelo al plano de incidencia.

explı́cita, los coeficientes de de reflexión y de transmisión para cada modo son


β1 β2 β1 β2
µ(1)
− µ(2) p −
s (1) (2)
r12 = β1 β2
r12 = β1 β2
(3.73)
µ(1)
+ µ(2) (2)
+ (2)

2β1 2β1
µ(1)
ts12 = β1 β2
tp12 = β1
(1)
β2
(3.74)
µ(1)
+ µ(2) (2)
+ (2)

Los modos no se mezclan, por eso se obtienen dos sistemas de 2x2, uno para cada
modo y ambos representados por (3.70). Ası́ vemos que son nulos los elementos cruzados
rTM→TE y rTE→TM de la matriz de reflexión definida en (3.59). De acuerdo a lo discutido
s
sobre notación de modos, el elemento rTM→TM en (3.59) corresponde a r12 mientras que el
p
elemento rTE→TE en (3.59) corresponde a r12 . También son nulos los elementos cruzados
de la matriz de reflexión definida en (3.60), el elemento tTM→TM en (3.60) corresponde a
ts12 y el elemento tTE→TE en (3.59) corresponde a tp12 .

3.4.6. Incidencia normal

En incidencia normal no está definido el plano de incidencia y en este caso no puede


haber distinción entre modos s y p. Entonces, para θi → 0 (kx = 0) deberı́an ser iguales
102 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

s p
las dos cantidades r12 y r12 en (3.73). Aparentemente no es ası́, porque cuando kx = 0
resulta
q q q q
1 2 µ1 µ2
µ1
− µ2 1
− 2
s p s
r12 (kx = 0) = q q y r12 (kx = 0) = q q = −r12 (kx = 0) .
1 2 µ1 µ2
µ1
+ µ2 1
+ 2

Un análisis más detallado de la forma de los campos muestra que la diferencia de signo
se debe a que la elección de todos los campos eléctricos según z en el modo s, equivale
a suponer todos los campos eléctricos en fase con el campo incidente, mientras que la
elección de todos los campos magnéticos según z en el modo p, equivale a suponer los
campos eléctricos en contrafase en incidencia normal (ver figura (3.4)). El hecho fı́sico es
s p
que en incidencia normal las dos cantidades r12 y r12 predicen lo mismo: si 1 /µ1 < 2 µ2
entonces el campo eléctrico reflejado en incidencia normal tiene signo opuesto al campo
eléctrico incidente, mientras que cuando 1 /µ1 > 2 µ2 , el campo eléctrico reflejado tiene
el mismo signo que el campo eléctrico incidente.
Los materiales transparentes más usados √ en el espectro visible tienen µ = 1. En este
caso el ı́ndice de refracción resulta n =  y entonces el resultado obtenido para incidencia
normal está de acuerdo con las observaciones de interferencia en láminas delgadas, de las
cuales se infiere que cuando la reflexión ocurre desde un medio ópticamente más denso
(mayor ı́ndice de refracción) hacia un medio ópticamente menos denso (menor ı́ndice de
refracción), la onda reflejada tiene un desfasaje de π con respecto a la incidente. En el
caso óptico también resulta que
n − n
p s 2 1
|r12 (kx = 0)| = |r12 (kx = 0)| = . (3.75)
n2 + n1
Para una ventana de vidrio en aire en el visible, n2 = 1.5, n1 = 1, resulta que la amplitud
de la onda reflejada es 0.2 veces menor (y con una intensidad 0.04 veces menor) que la
de la onda incidente.

3.4.7. Comportamiento general de los coeficientes de Fresnel

Materiales no magnéticos

p s
En la figura 3.5 se muestran las curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| de los módulos de los
coeficientes de reflexión en función del ángulo de incidencia para una superficie plana
aire vidrio con µ1 =µ2 =1, 1 =1, 2 =2.25. Ambas curvas coinciden en incidencia normal,
donde toman el valor dado por (3.75) y en incidencia rasante donde valen 1. Este es el
comportamiento usual en óptica. La diferencia más importante entre ambas curvas es que
p
r12 se anula para un ángulo de incidencia (el conocido ángulo de Brewster), mientras que
s p
r12 no se anula. Según (3.73) la condición para que se anule r12 es
β1 β2
= .
1 2
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 103

p s
Figura 3.5: curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| en función del ángulo de incidencia para una superficie plana
aire vidrio con µ1 =µ2 =1, 1 =1, 2 =2.25.


Para materiales no magnéticos, µ = 1, n =  y es fácil demostrar que el ángulo de
Brewster θB viene dado por
r
2 n2
tan θB = = . (3.76)
1 n1

Materiales magnéticos

p s
Cuando µ1 6= µ2 las curvas de |r12 (θi )| y |r12 (θi )| pueden ser cualitativamente muy
distintas de las conocidas en el rango óptico. Por ejemplo, cuando
√ √
1 µ1 = 2 µ2 , adaptación de ı́ndices, (3.77)

los dos medios, a pesar de ser distintos, tienen el mismo ı́ndice de refracción. En este
caso la onda refractada se propaga en la misma dirección que la onda incidente, pero la
reflectividad de la superficie no es cero (como ocurrirı́a si los dos medios fueran idénticos).
Más curioso aún es que ambos coeficientes de Fresnel resultan
q q q q
1 2 µ1 µ2
µ1
− µ2 1
− 2
s s
r12 = q q , y r12 = q q ,
1
µ1
+ µ22 µ1
1
+ µ22

que son independientes del ángulo de incidencia y tienen el mismo módulo, como puede
verse a partir de la condición (3.77).
104 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

Otra situación que puede darse en medios magnéticos, también cualitativamente muy
distinta a la que ocurre en el rango óptico es cuando se cumple la condición
1 2
= , adaptación de impedancias. (3.78)
µ1 µ2
Ahora los coeficientes de Fresnel dependen del ángulo de incidencia pero siguen teniendo
el mismo módulo. Notar que en incidencia normal la reflectividad es cero para ambas
polarizaciones. Se deja como ejercicio demostrar que, dependiendo de los valores relativos
de las permitividades y permeabilidades de ambos medios, es posible tener ángulo de
Brewster para polarización s.

3.4.8. Reflexión total


√ √
En el ejemplo de la figura 3.5 se muestra un caso en el cual 1 µ1 < 2 µ2 , es decir,
el ı́ndice de refracción n1 del primer medio es menor que el ı́ndice de refracción n2 del
segundo medio. En este caso
n1
sin θt = sin θi < sin θi ,
n2
la onda transmitida se acerca a la normal. En cambio, si n1 > n2 , sin θt > sin θi y entonces
existe un ángulo de incidencia crı́tico θc para el cual la onda refractada se propaga en
dirección paralela a la superficie
n2
sin θc = . (3.79)
n1
En función de θc , la ley de Snell se escribe
sin θi
sin θt = , (3.80)
sin θc
que muestra que
q
sin θi 2
θi ≤ θc ⇒ sin θt ≤ 1 ⇒ 1 − ( sin
cos θt =θc
) (θt ∈ R) ,
q (3.81)
sin θi 2
θi > θc ⇒ sin θt > 1 ⇒ cos θt = i ( sin θc
) −1 (θt 6∈ R) .

¿Un ángulo de transmisión complejo? Seguro que no era esto en lo que estábamos pensan-
do cuando escribimos las componentes del vector de onda transmitido en función de θt . La
conclusión es que para ángulos de incidencia mayores que el crı́tico tenemos que revisar
la interpretación de θt como ángulo de refracción. Para eso investiguemos la estructura
de la onda refractada en el medio 2 (y < 0)
~ 0t ei [ ωc n2 (x sin θt −y cos θt )−ωt]
~ t (~x, t) = E
E
q
ω sin θ
~ 0t e( c n2 ( sin θ i )2 −1) y ω
= E c ei[( c n2 sin θt ) x−ωt] . (3.82)
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 105

Esta expresión, válida para y ≤ 0, representa una onda que se propaga a lo largo de
la superficie sin atenuarse y cuya amplitud decae exponencialmente hacia el interior del
medio 2. A una onda de este tipo se la llama onda evanescente. La onda transmitida
tiene una distancia de decaimiento δ
r
1 ω sin θi 2
= n2 ( ) − 1,
δ c sin θc
es decir
λ1 1
δ= p , (3.83)
2π sin2 θi − sin2 θc
donde λ1 es la longitud de onda en el medio 1. Este decaimiento no está asociado a
ninguna pérdida, sino a un comportamiento reactivo del medio 2 para θi > θc . El nombre
de reflexión total proviene de que en estas condiciones no hay flujo neto del vector de
Poynting hacia el interior del medio 2, tal como se puede comprobar calculando
~ · ŷ = c < E
D E n o
S ~t × H~ ∗ · ŷ
t
8π r
c 2 1 n ~ o
= < Et × (~kt∗ × E~ ∗ ) · ŷ
t
8π µ2 k2
r
c 2 1 n~ ∗ ~ 2 o
= < kt |Et | − (~kt∗ · E
~ t ) · ŷ
8π µ2 k2
r
c 2 1 ~ 2 n~ ∗ o
= |Et | < kt · ŷ = 0 ,
8π µ2 k2
pues ~kt∗ · ŷ, según (3.81), es un número imaginario puro. Notemos que

Si bien en promedio el flujo de potencia hacia el medio 2 es nulo, existe un flujo


instantáneo oscilante en la dirección ŷ.
La dirección del flujo de potencia promedio asociado con la onda transmitida está
en la dirección x̂, es decir que es paralelo a la superficie;
(2) s
cos θt imaginario equivale a ky imaginario, ası́ los coeficientes de Fresnel r12 y
p
r12 se escriben como el cociente entre un número complejo y su conjugado. En
consecuencia tienen módulo unitario
Rss = ei φs , Rpp = ei φp . (3.84)
Vemos que en reflexión total la onda reflejada tiene la misma amplitud que la onda
incidente, pero está desfasada. El desfasaje depende de la polarización y entonces
una onda incidente linealmente polarizada a 45◦ con el plano de incidencia se refleja
con polarización en general elı́ptica. Las caracterı́sticas de la elipse vienen dadas
por la diferencia de fase φ = φs − φp . Para medios dieléctricos comunes en el rango
óptico φ < π/2 (por ejemplo, para una superficie vidrio-aire, con ı́ndice relativo
1.51, φ < 45.6◦ ). Este efecto se ha utilizado para convertir polarización lineal en
circular, empleando dos reflexiones totales sucesivas (rombo de Fresnel).
106 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

Como estamos analizando la incidencia de una onda plana, todo el análisis reali-
zado hasta el momento se aplica al estado estacionario para una superficie infinita
y frentes de onda también infinitos. Entonces no deberı́a sorprendernos que este
análisis no explique cómo entró la energı́a al medio 2. En un experimento real, la
onda estará confinada espacialmente (como en (2.102)) y temporalmente (como en
(2.93)) y al comienzo del proceso, parte de la energı́a incidente da lugar a los campos
en el medio 2, en distancias del orden de δ (ecuación (3.83)). Esto produce que la
onda reflejada tenga un retardo y un desplazamiento lateral con respecto a la onda
incidente. Estos efectos se pueden utilizar convenientemente para manipular pulsos
y haces limitados. Para un cálculo riguroso del desplazamiento lateral ∆ se debe
partir de una onda incidente como (2.102) y sintetizar la onda reflejada como super-
posición de las ondas reflejadas producidas por cada componente de onda plana de
la onda incidente. Una aproximación muy elemental puede obtenerse considerando
la construcción geométrica de la figura, de donde resulta
λ1 sin θi
∆ ≈ 2δ sin θi = p . (3.85)
π sin2 θi − sin2 θc

Figura 3.6:

3.4.9. Balance de potencia

Veamos cómo se expresa el balance de energı́a en términos de los coeficientes de Fresnel.


Usaremos el Teorema de Poynting y para hacer intervenir los coeficientes de reflexión y
transmisión consideramos un recinto delimitado por dos planos paralelos a la superficie
3.4. PROBLEMA DE FRESNEL 107

de separación, uno en y = 0+ (medio 1) y otro en y = 0− (medio 2). En estas condiciones


debe anularse la integral de superficie del vector de Poynting S,~ porque no hay corrientes
y porque la contribución de la densidad de energı́a tiende a cero con el volumen. Entonces
2

~1 · ŷ >=< S
<S ~2 · ŷ > , (3.86)

donde los subı́ndices 1 y 2 se refieren a cada medio. Para el medio 1

~1 > = c < E ~ 1∗ = c < (E


n o n o
<S ~1 × H ~i + E
~ r ) × (H
~ i∗ + H~ i∗ )
8π 8π n
~r > + c < E
o
= <S ~i > + < S ~r × H
~∗+E ~i × H~∗ , (3.87)
i r

donde < S ~i > y < S ~r > son los vectores de Poynting asociados con la onda incidente y
reflejada respectivamente. La expresión (3.87) muestra que el vector de Poynting en el
medio 1 es la suma de los vectores de Poynting de la onda incidente y de la onda reflejada
más un término de interferencia. Se puede probar (hacerlo) que para campos incidentes
generales como los de la ecuación (??), este término de interferencia no tiene componente
en la dirección normal a la superficie, es decir que
n o
< E ~r × H~∗+E ~i × H~ ∗ · ŷ = 0 .
i r

~2 = S
Usando este resultado y que S ~t , el balance (3.86) queda

~r · ŷ > − < S
<S ~t · ŷ >= − < S
~i · ŷ > . (3.88)

Finalmente, recordando que para una onda plana


r
~ c  n~ o
< S >= < k , (3.89)
8πk µ
tenemos
r r o r
1 2 2 2
n
1
|E0r | cos θi + |E0t | < cos θt = |E0i |2 cos θi . (3.90)
µ1 µ2 µ1
| {z } | {z } | {z }
∝ Pr ∝ Pt ∝ Pi

A menos de un factor común, los términos en (3.90) son proporcionales a flujos de potencia
a través del plano y = 0, el primero y el segundo del lado izquierdo de la igualdad
corresponden a las potencias reflejada (Pr ) y transmitida (Pt ) respectivamente y el del
lado derecho (Pi ) a la incidente. Es decir que (3.90) dice que la potencia incidente es
igual a la reflejada más la transmitida. Dividiendo miembro a miembro por la potencia
incidente se obtiene
|E0r |2 2 µ1 |E0t |2 n cos θt o
r
+ < = 1. (3.91)
|E0i |2 1 µ2 |E0i |2 cos θi
2
en elaboración, ojo que falta adaptar con la notación anterior
108 CAPÍTULO 3. PROBLEMAS DE FRONTERA

Esta relación vale para cualquier polarización incidente. En particular para incidencias s
o p tiene que ser
r
2 2 µ1 n cos θ o
t
|Rss | + |Tss |2 < = 1, (3.92)
1 µ2 cos θi
r
2 2 µ1 n cos θ o
t
|Rpp | + |Tpp |2 < = 1. (3.93)
1 µ2 cos θi
Bibliografı́a

[1] “Sturm-Liouville Theory and its Applications”, M.A. Al-Gwaiz, Springer Under-
graduate Mathematics Series, Springer-Verlag 2008

[2] “A Pioneer in Anaclastics: Ibn Sahl on Burning Mirrors and Lenses”, Roshdi Ras-
hed, Isis 81, 1990, 464–491

109
Capı́tulo 4

Problemas con fuentes

(En elaboración)

4.1. Potenciales
Cuando las cargas y corrientes no dependen del tiempo es usual introducir potenciales
A~ y φ. Estos potenciales, si bien no aparecen en las ecuaciones de Maxwell, aseguran
el cumplimiento automático de la irrotacionalidad del campo eléctrico E ~ = −∇φ~ y de
la nulidad de la divergencia del campo magnético B ~ =∇ ~ × A.
~ Los potenciales también
juegan un papel importante en la parte dinámica donde se los introduce con el doble
propósito de satisfacer automáticamente las ecuaciones sin fuentes, igual que en estática,
pero también para tratar de simplificar las ecuaciones con fuentes.
~ ·B
La ecuación ∇ ~ = 0 se satisface automáticamente si B
~ se elige como el rotor de algo:
~ =∇
B ~ ×A ~ y este algo se llama potencial vector A(~
~ x, t). Con esta definición, la ley de
Faraday
~
~ + 1 ∂ A ) = 0,
~ × (E

c ∂t
se satisface automáticamente siempre que la cantidad entre paréntesis sea el gradiente de
una función escalar φ(~x, t)
~
E~ + 1 ∂ A = −∇φ~ .
c ∂t
~ x, t) y el potencial escalar φ(~x, t), los campos se
En términos del potencial vector A(~
escriben
~ = ∇
B ~ × A,
~ (4.1)
~
E ~ − 1 ∂A .
~ = −∇φ (4.2)
c ∂t

110
4.2. TRANSFORMACIONES DE MEDIDA 111

Estos potenciales dependen de las fuentes y para explicitar la relación potenciales–fuentes


se introducen las ecs. (4.1) y (4.2) en las ecs. (1.11) y (1.13). Por simplicidad, a partir
de este punto restringimos el tratamiento a fuentes en el vacı́o. Usando la identidad
~ × (∇
∇ ~ × A)
~ = ∇(~ ∇~ · A)
~ − ∇2 A,~ se llega al siguiente sistema de ecuaciones diferenciales,
acopladas y de segundo orden
~ · A)
1 ∂(∇ ~
∇2 φ + = −4πρ , (4.3)
c ∂t
2~
~ − 1 ∂ A − ∇(
∇2 A ~ ∇
~ ·A~ + 1 ∂φ ) = − 4π J~ , (4.4)
2
c ∂t 2 c∂t c
que no parece haber simplificado demasiado el sistema original.

4.2. Transformaciones de medida


Según el teorema de Helmholtz todo campo vectorial queda determinado, a menos de
una constante, por su rotor y su divergencia. Entonces A ~ no está bien definido, porque
la definición (4.1) fija solamente el rotor, pero queda la libertad de elegir su divergencia.
Como ∇ ~ ×A ~=∇ ~ × (A ~ + ∇Λ)
~ ~ ·A
para cualquier escalar Λ, elegir ∇ ~ equivale a elegir ∇2 Λ.

Supongamos que los campos electromagnéticos (E, ~ B)~ provienen de potenciales (A, ~ φ).
Debido a la arbitrariedad en la elección de la divergencia de A ~ , podrı́amos haber usado
~ 0 ~ 0 ~ ~
cualquier otro potencial A , siempre que A = A+ ∇Λ. Con este nuevo A ~ 0 queremos seguir
teniendo el mismo campo E, ~ luego la ecuación 4.2 dice que en vez de φ tenemos que usar
0
un nuevo potencial φ = φ − 1c ∂Λ ~ φ) −→ (A
. La transformación (A, ~ 0 , φ0 )
∂t

A~0 = A~ + ∇Λ
~ , (4.5)
1 ∂Λ
φ0 = φ − , (4.6)
c ∂t
se llama transformación de medida. Es evidente que, frente a cambios de medida, los
campos electromagnéticos son invariantes, por construcción. El proceso de fijar ∇ ~ · A,
~
2
equivalente a elegir ∇ Λ, se llama fijar la medida y no es otra cosa que un procedimiento
matemático para encarar grados de libertad redundantes en las ecuaciones que rigen el
comportamiento de un sistema. De todas las elecciones posibles, prestaremos atención a
dos medidas muy usadas que simplifican las ecuaciones acopladas con fuentes (4.3)-(4.4).
Una es la medida de Coulomb, que corresponde a elegir ∇ ~ ·A~ = 0 y en este caso la ec.
(4.3) se reduce, al igual que en electrostática, a la ecuación de Poisson para el potencial
escalar
∇2 φ(~x, t) = −4πρ(~x, t) . (4.7)
Y la otra es la medida de Lorenz (1867, por el fı́sico danés Ludvig Valentin Lorenz), que
corresponde a elegir

∇ ~ + 1 ∂φ = 0,
~ ·A (4.8)
c∂t
112 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

llamada condición de Lorenz (una condición que es invariante frente a las transformaciones
de Lorentz de la relatividad especial, encontradas en 1900 por el fı́sico holandés Hendrik
Antoon Lorentz).

4.2.1. Medida de Lorenz

Cuando se cumple (4.8) no sólo se desacoplan las ecs. (4.3)-(4.4), sino que además
ambos potenciales satisfacen ecuaciones con la forma de la ecuación de ondas clásica
inhomogénea

1 ∂ 2 φL
∇2 φL − = −4πρ , (4.9)
c2 ∂ t 2
2~
~ L − 1 ∂ AL = − 4π J~ .
∇2 A (4.10)
c2 ∂ t 2 c

~ φ) satisfacen las ecuaciones acopladas (4.3)–(4.4), el escalar Λ(~x, t) para pa-


Si (A,
sar a nuevos potenciales (A~ 0 , φ0 ) que cumplan la condición (4.8) (y satisfagan entonces
ecuaciones desacopladas) debe ser solución de la siguiente ecuación diferencial

1 ∂ 2Λ ~ + 1 ∂φ ) .
~ ·A
∇2 Λ − 2 2
= −(∇ (4.11)
c ∂t c∂t
~ y φ en la medida de Lorenz.
La conclusión es que siempre podemos elegir potenciales A
Notar que cualquier transformación de medida generada por Λ(~x, t) tal que

2 1 ∂ 2Λ
∇ Λ− 2 2 =0 ,
c ∂t
preserva la medida de Lorenz, de donde concluimos que aún dentro de la medida de
Lorenz los potenciales no están unı́vocamente definidos.

4.2.2. Medida de Coulomb


~ ·A
En la medida de Coulomb ∇ ~ C = 0 y las ecs. (4.3)-(4.4) toman la forma

∇2 φC = −4πρ , (4.12)
2~
~ C − 1 ∂ AC = − 4π J~ + 1 ∇(
∇2 A ~ ∂φC ) . (4.13)
2
c ∂t 2 c c ∂t
El potencial escalar satisface la ecuación de Poisson, cuya solución para distribuciones
localizadas es la familiar integral de la electrostática
ρ(~x 0 , t) 3 0
Z
φC (~x, t) = dx . (4.14)
|~x − ~x 0 |
4.2. TRANSFORMACIONES DE MEDIDA 113

Vemos que el campo eléctrico coulombiano instantáneo creado por la distribución de


cargas es una parte (no todo, como en electrostática) del campo eléctrico total y esto
representa una ventaja en áreas como fı́sica atómica, molecular, materia condensada,
etc., donde se usa la medida de Coulomb.
Aunque no es obvio y las cuentas son largas [1], se puede demostrar que para fuentes
localizadas el potencial vector en la medida de Coulomb también se escribe como una
integral que solamente involucra a la densidad de corriente. Una estrategia poco elegante
podrı́a ser trabajar en la medida de Lorenz y luego volver a la medida de Coulomb con
el Λ0 adecuado. Otra estrategia sin salir de la medida es reescribir el segundo término
del lado derecho de (4.13), hacer primero la derivada temporal de (4.14), usar luego la
ecuación de continuidad (1.9) y tomar finalmente el gradiente del resultado. Ası́ queda

1 ~ ∂φC ~

Z ~0 ~ 0
∇ · J(~x , t) 3 0
∇( )=− dx . (4.15)
c ∂t c |~x − ~x 0 |

El gradiente actúa sobre una integral de Poisson donde la fuente es una divergencia.
Esto es reminiscente del teorema de Helmholtz mencionado en la sección 4.2, que permite
encontrar un campo vectorial a partir de su rotor y de su divergencia con la siguiente
expresión
Z ~0 ~ 0 Z ~0 ~ 0
~ x, t) = − 1 ∇
~ ∇ · J(~x , t) 3 0 1 ~ ∇ × J(~x , t) 3 0
J(~ 0
dx + ∇× dx . (4.16)
4π |~x − ~x | 4π |~x − ~x 0 |

El primer término se llama componente longitudinal J~k y cumple ∇~ × J~k = 0, ∇


~ · J~k 6= 0.
En cambio el segundo término, llamado componente transversal J~⊥ y cumple ∇ ~ × J~⊥ 6= 0,
~ · J~⊥ = 0. Vemos entonces que el segundo término del lado derecho de (4.13) resulta

1 ~ ∂φC 4π ~
∇( )= Jk
c ∂t c
~ C queda
y entonces la ecuación inhomogénea (4.13) para A

~C
1 ∂ 2A 4π
~C −
∇2 A = − J~⊥ , (4.17)
2
c ∂t 2 c
nuevamente una ecuación de ondas clásica que muestra que la fuente del potencial vector
en la medida de Coulomb es la corriente transversal J~⊥ . Los nombres longitudinal y
transversal se refieren al comportamiento de las transformadas de Fourier espaciales de
J~k y J~⊥ , que según lo notado en la página 53, en el párrafo anterior a las ecs. (2.26)-(2.29),
satisfacen ~k × J~k ω; ~k = 0 y ~k · J~⊥ |ω; ~k = 0.

Como puede verse de la ley de Biot-Savart


Z ~ 0
J(~x ) × (~x − ~x 0 ) 3 0 1
Z
~ x) = 1
B(~ d x = ~ x 0) × ∇
J(~ ~0 1
d3 x 0 , (4.18)
c |~x − ~x 0 |3 c |~x − ~x 0 |
114 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

una corriente estacionaria, irrotacional y localizada no genera campo magnético. Una


manera de verlo es escribir el integrando como un rotor menos algo, usar el teorema de
Gauss para transformar la integral de rotor en una integral de superficie y reconocer que
para corrientes localizadas la integral de superficie se anula. Con este procedimiento el
campo magnético queda
Z ~0 ~ 0
~ 1 ∇ × J(~x ) 3 0
B(~x) = dx , (4.19)
c |~x − ~x 0 |
que muestra que el campo magnético de una corriente estacionaria localizada con rotor
~
nulo (∇× J=0) ~ x) = 0. Es instructivo ver que la ec. (4.17) generaliza este resultado
vale B(~
para corrientes dependientes del tiempo. Porque si ∇ × J~ = 0, entonces ∇ × J~⊥ = 0. Y
como ∇ ~ · J~⊥ = 0 por definición, entonces J~⊥ = 0, por el teorema de Helmholtz y por el
hecho de que toda corriente localizada en infinito J~ → 0. Luego, debe ser cero el campo
magnético solución de la ec. (4.19) con condiciones iniciales nulas (se demostrará mas
adelante, por ahora parece creı́ble si se piensa en la analogı́a con el movimiento no forzado
del gas en una cavidad con condiciones iniciales igual a cero). Y entonces una corriente
irrotacional y localizada, sea estacionaria o no, no genera campo magnético.
~ φ) a nuevos poten-
El escalar Λ(~x, t) que permite pasar de potenciales arbitrarios (A,
~ C , φC ) en la medida de Coulomb debe satisfacer
ciales (A
~ ·A
∇2 Λ = −∇ ~. (4.20)

Sabemos que la solución de esta ecuación de Poisson no es única a menos que se pidan
condiciones de contorno para Λ(~x, t). Luego, concluimos que aún quedan grados de liber-
tad para los potenciales en la medida de Coulomb. Si se pide que Λ → 0 cuando |~x| → ∞,
~ ·A
es decir que ∇ ~ tienda a cero más rápido que 1/|~x|, entonces
Z ~0 ~ 0
1 ∇ · A(~x , t) 3 0
Λ(~x, t) = − dx . (4.21)
4π |~x − ~x 0 |

4.3. Ecuaciones de onda con fuente para los campos


Hemos visto que los potenciales y sus fuentes están conectados a través de ecuaciones
~ x, t)
de onda inhomogéneas. Es fácil demostrar que lo mismo ocurre entre los campos E(~
~ x, t) y sus fuentes
y B(~

1 ∂ 2E~ ~
~−
∇2 E = 4π ~ + 4π ∂ J ,
∇ρ (4.22)
c2 ∂ t 2 c2 ∂ t
2~
~ − 1 ∂ E = − 4π ∇
∇2 B ~ × J~ . (4.23)
c2 ∂ t 2 c
Los términos con fuentes en estas ecuaciones de onda no son tan sencillos como los de las
~ x, t) y B(~
ecs. (4.9), (4.10) y (4.17). Además, las ecuaciones de onda para E(~ ~ x, t) son más
4.4. POTENCIALES VECTORIALES DE HERTZ 115

difćiles de resolver que sus contrapartidas homogéneas (2.1) y no está asegurado que toda
solución de estas ecuaciones sea solución de las ecuaciones de Maxwell. Justamente son
estas mismas consideraciones las que nos llevaron en la sección 4.1 a definir los potenciales
y es por estos motivos que los potenciales en la medida de Lorenz son los más difundidos
cuando se trata de encontrar los campos producidos por distribuciones conocidas de carga
y de corriente libres. En cambio, cuando se trata de encontrar campos producidos por
sustancias polarizadas o magnetizadas dinámicamente, es más conveniente emplear otros
potenciales, llamados potenciales vectoriales de Hertz.

4.4. Potenciales vectoriales de Hertz


Los potenciales vectoriales de Hertz se introducen porque satisfacen ecuaciones de onda
no homogéneas sencillas y relacionadas directamente con la densidad de polarización
P~ (~x, t) y con la densidad de magnetización, y M~ (~x, t). Según lo visto en la sección 1.12,
un sistema con P~ (~x, t) y y M ~ (~x, t) se comporta de manera idéntica a otro sistema con
cargas y corrientes equivalentes dadas por las ecs. de onda (1.73)–(1.74)
~
~ · P~ ,
ρ = −∇ J~ = c ∇ ~ + ∂P .
~ ×M (4.24)
∂t
Aunque puede parecer una complicación innecesaria, introducimos estas expresiones para
~L
las cargas y corrientes equivalentes en las ecs. (4.9) y (4.10) para los potenciales φL y A
en la medida de Lorenz. La condición de Lorenz (4.8) se satisface automáticamente si se
eligen
~
~ ·Π
φL = −∇ ~e, A~L = ∇ ~ m + 1 ∂ Πe ,
~ ×Π (4.25)
c ∂t
donde Π~ e (~x, t) y Π
~ m (~x, t) son el vector eléctrico y el vector magnético de Hertz res-
pectivamente. La similitud entre las ecuaciones en (4.24) y las ecuaciones en (4.25) es
una consecuencia de la similitud entre la ecuación de continuidad (1.9) y la condición de
Lorenz (4.8).
Para explicitar la dependencia de los potenciales Π ~ e (~x, t) y Π
~ m (~x, t) con las fuentes
se introducen las definiciones (4.25) en las ecs. (4.9) y (4.10). Se deja como ejercicio
demostrar que las ecs. de onda para φL y A ~ L se satisfacen si los vectores de Hertz son
soluciones de las siguientes ecuaciones de onda
~e
1 ∂ 2Π
~e −
∇2 Π = −4π P~ , (4.26)
c2 ∂ t 2
2~
~ m − 1 ∂ Πm = − 4π M
∇2 Π ~ , (4.27)
c2 ∂ t2 c
~ yB
y obtener las expresiones para E ~ en función de Π
~e y Π
~m .
116 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

En ciertos problemas es muy ventajoso que la densidad de polarización P~ (~x, t) y la


densidad de magnetización M ~ (~x, t) aparezcan tan clara y directamente como inhomoge-
neidades de las ecuaciones de onda (4.26) y (4.27). Por ejemplo, cuando decimos que los
problemas de valores de frontera vistos en el capı́tulo 3 son problemas sin fuentes, nos
referimos a que no tienen fuentes libres. Sin embargo, sı́ que hay fuentes, pero no son
libres, son inducidas. Aunque nunca hizo falta explicitar estas fuentes, ni para escribir
las bases para los campos, ni para aplicar condiciones de contorno ni para obtener como
se reparte la potencia incidente entre los campos reflejados y transmitidos, es muy ins-
tructivo y teóricamente gratificante exhibir estas fuentes inducidas y calcular, a partir de
las ecuaciones de onda (4.26) y (4.27), qué campos producen. Seguir este procedimien-
to provee un ejemplo del llamado Teorema de extinción de Ewald-Oseen que en el caso
del problema de Fresnel para interfase plana dice que i) las densidades de polarización
y de magnetización inducidas por la onda incidente actúan como fuentes y dan origen
a campos en todo el espacio; ii) que los campos creados en el medio de incidencia son
justamente los campos reflejados; y iii) que los campos creados en el medio de transmisión
cancelan la onda incidente y generan la onda transmitida. Para probar rigurosamente que
esto es realmente ası́, primero necesitamos estudiar cómo resolver una ecuación de ondas
inhomogénea.

4.5. Potenciales retardados


A continuación discutimos de una manera muy intuitiva cómo resolver la ecuación
de onda (4.9). El procedimiento también es válido para otras ecuaciones de onda inho-
mogéneas que se han cruzado en nuestro camino, como (4.10), (4.17), (4.22), (4.23), (4.26)
y (4.27).
El primer punto a tener en cuenta es que la solución más general en presencia de
fuentes es la suma de una integral particular más soluciones del sistema homogéneo (sin
fuentes). Para hallar la solución particular y dada la linealidad de la ecuación, usamos
superposición, es decir: i) dividimos la distribución total de cargas ρ en elementos de
volumen etiquetados por ~x 0 ; ii) calculamos el potencial creado en ~x por el diferencial de
carga dentro del elemento de volumen situado en ~x 0 ; iii) sumamos sobre ~x 0 (integramos
en todos los elementos de volumen donde ρ 6= 0. La densidad de carga ρ que corresponde
al diferencial de carga dq(t) en el elemento de volumen situado en ~x 0 es dq(t) δ(~r), con
r = |~x − ~x 0 |. La ecuación (4.9) queda
1 ∂ 2φ
∇2 φ − = −4πdq(t) δ(~r) . (4.28)
c2 ∂ t2
Si la carga en ~x 0 fuera la única existente, generarı́a un potencial con simetrı́a central
(esférica) y el laplaciano no tendrı́a derivadas con respecto a las coordenadas angulares
del vector ~r. Fuera de la fuente, para todo ~r 6= 0, la ec. (4.28) queda
1 ∂ 2 ∂φ 1 ∂ 2φ 1 ∂2 1 ∂ 2φ
(r ) − = (rφ) − = 0.
r2 ∂ r ∂ r c2 ∂ t2 r ∂ r2 c2 ∂ t2
4.5. POTENCIALES RETARDADOS 117

Haciendo la sustitución φ(r, t) = ψ(r, t)/r, se obtiene que ψ(r, t) satisface la ecuación de
ondas unidimensional
∂ 2ψ 1 ∂ 2ψ
− = 0.
∂ r2 c2 ∂ t2
La solución general de esta ecuación tiene la forma ψ(r, t) = f1 (t − r/c) + f2 (t + r/c).
Como solamente buscamos una solución particular, parece más cómodo tomar f2 = 0 ,
reprimir cualquier manifestación aparentemente no causal y retener solamente la solución
retardada, que corresponde a la función progresiva f1 . De esta manera, la solución parti-
cular para el potencial creado por la carga diferencial en todo punto excepto en el origen
queda
f1 (t − r/c)
φ(r, t) = .
r
Falta ver lo que pasa en el origen. Si se elige f1 (hasta ahora una función artibraria no
especificada) de manera tal que cuando r → 0 se cumpla la ecuación (4.28) con la delta
de Dirac como inhomogeneidad, el problema queda solucionado para todo r. Como φ
contiene a 1/r, sus derivadas espaciales en el lı́mite de r → 0 serán mucho más grandes
que sus derivadas temporales. Y entonces, en este lı́mite, la ecuación (4.28) toma la forma

∇2 φ = −4πdq(t) δ(~r) . (4.29)

Esta ecuación es idéntica a la ecuación de Poisson para el potencial electrostático de una


carga puntual dq(t) ubicada en el origen ~r = 0. Luego, en el lı́mite de r → 0 la integral
particular de (4.29) es φ = dq(t)/r.
Recapitulando, hasta el momento tenemos dos representaciones para φ. Una, acercándo-
nos al origen e incluyendo la fuente
dq(t)
φ(r → 0, t) = ,
r
y otra, acercándonos al origen pero excluyendo la fuente
f1 (t)
φ(r → 0 , t) = .
r
La comparación entre ambas representaciones muestra que la elección correcta de la
función f1 (·) es la función q(·). Y como f1 no depende de r y t por separado, sino de la
combinación t − r/c, concluimos que la solución elemental particular para todo r debe ser
dq(t − r/c)
φ(r, t) = .
r
Si esta solución particular es el potencial elemental en ~x generado por la carga elemental
dq(t) ubicada en ~x 0

dq(t) = ρ(~x 0 , t) d3 x0 ,
118 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

la solución particular del potencial total generado por toda la distribución se obtiene
sumando sobre ~x 0 de la siguiente manera
ρ(~x 0 , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0
Z
φ(~x, t) = dx , (4.30)
|~x − ~x 0 |
y la solución más general para φ(~x, t) es
ρ(~x 0 , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0
Z
φ(~x, t) = d x + φ0 (~x, t) , (4.31)
|~x − ~x 0 |
donde φ0 (~x, t) representa una combinación de soluciones de la ecuación de ondas ho-
mogénea. Repitiendo para la ecuación (4.10) el mismo procedimiento aplicado a la ecua-
ción (4.9) llegamos a
Z ~ 0
~ 1 J(~x , t − |~x − ~x 0 |/c) 3 0 ~0 .
A(~x, t) = dx +A (4.32)
c |~x − ~x 0 |
Las integrales en (4.31) y (4.32) son en todo el espacio. Estos potenciales se llaman
potenciales retardados, debido a que ponen en evidencia que el efecto observado en el
punto ~x en el instante t está asociado con el valor de las fuentes ubicadas en ~x 0 al tiempo
retardado t0 = t − |~x − ~x 0 |/c. El retardo |~x − ~x 0 |/c es justamente el tiempo que tarda la
perturbación de la fuente en propagarse de ~x a ~x 0 . Las soluciones de la ecuación de ondas
homogénea φ0 y A ~ 0 se determinan de acuerdo con las condiciones de cada problema y
representan distribuciones de fuentes que se hallan fuera del recinto donde se calculan los
potenciales. En ausencia de contornos φ0 = 0 y A ~ 0 = 0.

4.6. Fuentes armónicas


Primero notemos que para fuentes con dependencia temporal armónica
~ x, t) = J~ω (~x) e−i ω t ,
J(~
ρ(~x, t) = ρω (~x) e−i ω t ,
la ecuación de continuidad 1.9 queda
~ · J~ω = i ω ρω ,
∇ (4.33)

estableciendo ası́ una sencilla relación entre ρω y J~ω .


~ producido por estas fuentes en ausencia de contornos
Según 4.32, el vector potencial A
es
Z ~ 0 −i ω (t−|~x−~x 0 |/c)
~ x, t) = 1
A(~
Jω (~x ) e
d 3 x0
c |~x − ~x | 0

−i ω t Z ~ 0
e Jω (~x 0 ) eik|~x−~x | 3 0 ~ ω (~x) e−i ω t ,
= d x =A (4.34)
c |~x − ~x 0 |
4.6. FUENTES ARMÓNICAS 119

donde el parámetro k, llamado número de onda, se ha definido como


ω
k= . (4.35)
c
La parte espacial del potencial vector es
Z ~ 0 ik|~x−~x 0 |
~ ω (~x) = 1
A
Jω (~x ) e
d 3 x0 . (4.36)
c |~x − ~x 0 |

Para calcular el campo magnético usamos 4.1

~ ω (~x) = ∇
B ~ ×A
~ ω (~x) . (4.37)

Para calcular el campo eléctrico tendrı́amos que calcular el potencial escalar φ y luego
usar 4.2. Sin embargo esto no es necesario, pues para dependencias armónicas, la ley de
Ampere-Maxwell

~ ×B
∇ ~ ω + 4π J~ω ,
~ ω = −ik E (4.38)
c
~ ω a partir de B
permite obtener E ~ ω y J~ω . Procederemos entonces según el siguiente esquema

4.36 ~ 4.37 ~ 4.38 ~


fuente −→ J~ω −→ A ω −→ Bω −→ Eω , (4.39)

que muestra que el nudo matemático de este problema fı́sico reside en la evaluación de
la integral 4.36. Los métodos para evaluar esta integral sin especificar la forma de J~ω (~x)
surgen de considerar que hay tres longitudes caracterı́sticas y que entonces los valores
de sus cocientes indicarán cuál es la manera más conveniente de representar el integrando.
Consideremos fuentes localizadas y tomemos el origen de coordenadas en algún punto
de la fuente. La primera longitud caracterı́stica que aparece es el tamaño de la fuente,
llamémoslo a, que determina el rango de variación de |~x 0 |. En segundo lugar tenemos |~x|, la
distancia fuente-campo. Al estudiar los desarrollos multipolares para casos estáticos hemos
visto que el cociente entre estos dos parámetros juega un papel fundamental para predecir
con bastante precisión el comportamiento de los campos externos de una distribución.
Pero a diferencia del caso estático, aquı́ aparece una tercera longitud caracterı́stica: la
longitud de onda λ = 2π/k, que a través de la exponencial imaginaria en 4.36 deberá ser
comparada con |~x − ~x 0 |. En sı́ntesis: las posibles aproximaciones para A ~ ω surgen de las
aproximaciones que se hagan para desarrollar el factor
0
eik|~x−~x |
, (4.40)
|~x − ~x 0 |

y éstas dependen fuertemente de los valores que tomen los cocientes entre las tres longi-
tudes caracterı́sticas a, |~x| y λ.
120 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

4.7. Aproximaciones para campos fuera de las fuen-


tes
Si estamos interesados en los campos exteriores parece razonable desarrollar el factor
4.40 en serie de potencias de |~x 0 |/|~x|. Hay dos maneras de encarar este desarrollo en serie.
La primera y más sistemática generaliza el desarrollo ?? para 1/|~x − ~x 0 | e involucra
polinomios de Legendre y funciones de Bessel esféricas. Conduce a lo que se conoce
como potenciales de Debye y permite manejar las propiedades de polarización de los
campos de una manera compacta, aunque requiere introducir detalles matemáticos que
no tendremos tiempo de desarrollar en este curso. Una segunda manera, menos sistemática
pero matemáticamente más simple, de encontrar desarrollos en serie para el factor 4.40
cuando el punto campo está fuera de la fuente, consiste en escribir
r
r02 r0
|~x − ~x 0 | = r 1 + 2 − 2 cos γ , (4.41)
r r
con r = |~x|, r0 = |~x 0 | y γ el ángulo formado por los vectores ~x y ~x 0 , y desarrollar esta
expresión en serie de potencias de r/r0 en la exponencial y en el denominador. Veremos
que este tratamiento tiene la ventaja de que permite encontrar los primeros términos del
desarrollo con relativa facilidad, aunque después se torna prácticamente inmanejable. El
factor 4.40 queda
q
r 02 r0
eikr 1+ r2 −2 r cos γ
q , (4.42)
r02 r0
r 1 + r2 − 2 r cos γ

donde se puede apreciar que para proceder con los desarrollos en serie no sólo es relevante
el valor del cociente r/r0 sino también el del cociente r/λ, que aparece en la exponencial
a través del producto kr. Recordando que estamos en el caso r0 < r, el desarrollo de la
raı́z cuadrada es
0
h 1  r02 r0  1  r02 r0 2 i
|~x − ~x | ≈ r 1 + − 2 cos γ − − 2 cos γ + . . . . (4.43)
2 r2 r 8 r2 r
Quedándonos solamente con el primer término
k r0 r0
k|~x − ~x 0 | ≈ k r + − k r0 cos γ , (4.44)
2 r
la exponencial se escribe como
0 k r0 r0 0
eik|~x−~x | ≈ eik r ei 2 r e−ik r cos γ
. (4.45)

4.7.1. Aproximación cuasi-estacionaria

Una aproximación muy útil surge para aquellos casos en que kr  1 (y como r0 < r
entonces también kr0  1). Esto quiere decir que tanto el tamaño de la fuente como la
4.7. APROXIMACIONES PARA CAMPOS FUERA DE LAS FUENTES 121

distancia de observación son muchı́simo menores que la longitud de onda. Teniendo en


cuenta 4.45 vemos que en este caso puede ser adecuado aproximar
0
eik|~x−~x | ≈ 1 , (4.46)
y entonces la parte espacial del potencial vector resulta
Z ~ 0
~ 1 Jω (~x ) 3 0
Aω (~x) ≈ dx . (4.47)
c |~x − ~x 0 |
Esta es formalmente la misma expresión que se obtuvo para el potencial vector A~ en el caso
magnetostático, donde la corriente en cada punto es estacionaria, es decir, independiente
del tiempo. Debido a esta correspondencia formal, esta aproximación se conoce con el
nombre de cuasi-estacionaria. La diferencia fundamental con el caso estático es que
ahora A~=A ~ ω e−i ω t depende del tiempo.

Repasando los pasos seguidos para obtener 4.34 o 4.36 nos damos cuenta que la presen-
0
cia de la exponencial eik|~x−~x | se debe a que el integrando en los potenciales retardados es
evaluado en el tiempo t0 = t − |~x − ~x 0 |/c y que entonces la aproximación 4.46 equivale a
despreciar completamente los efectos del retardo (o sea, la diferencia entre t y t0 ). Según
lo visto en la clase 9 esto equivale a despreciar la corriente de desplazamiento frente a la
corriente de conducción. Esta aproximación tiene su rango de validez para circuitos de
baja frecuencia. Por ejemplo, para una frecuencia de 50s−1 , λ = 6 105 m y la aproximación
resulta excelente para casi todas las aplicaciones prácticas.

4.7.2. Aproximación multipolar o de onda larga

Otra aproximación muy útil surge cuando el tamaño de la fuente es mucho menor que
la longitud de onda pero no estamos tan cerca de la fuente como para que se pueda hacer
la aproximación 4.46. Sin embargo, si r0 /r es lo suficientemente chico, puede ser adecuado
hacer las siguientes aproximaciones en 4.45
k r0 r0 0
ei 2 r ≈ 1, e−ik r cos γ
≈ 1 − ik r0 cos γ + . . . , (4.48)
y en este caso
0
 
eik|~x−~x | ≈ eik r 1 − ik r0 cos γ + . . . . (4.49)

Bajo las mismas condiciones, el denominador en 4.40 se puede aproximar por


1 1 r0 
≈ 1 + cos γ + . . . , (4.50)
|~x − ~x 0 | r r
y entonces
0
eik|~x−~x | eik r  0
 r0 
≈ 1 − ik r cos γ + . . . 1 + cos γ + . . .
|~x − ~x 0 | r r
ik r h
e  1 0
 i
= 1 − ik − r cos γ + . . . . (4.51)
r r
122 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

El potencial vector resulta


( )
ik r Z Z
~ ω (~x) = e  1
A J~ω (~x 0 ) d3 x0 − ik − J~ω (~x 0 )r0 cos γ d3 x0 + . . . . (4.52)
cr V r V

El desarrollo obtenido en esta aproximación (que se conoce como aproximación multipolar


o de onda larga) tiene un gran paralelismo con los desarrollos multipolares obtenidos en
casos estáticos. Veremos que los términos mostrados en 4.52 1 corresponden a oscilaciones
de dipolo eléctrico, dipolo magnético y cuadripolo eléctrico.
Consideremos la integral volumétrica del primer término. Usando que
∂ h 0 0i 0

0 ~ 0 ~0

J x = J + x ∇ ·
j | {z } ,
J (4.53)
∂x0i i j j
0 i ω ρω

integrando por partes, usando la ecuación de continuidad y el hecho que la corriente es


localizada, es fácil ver que
Z Z
J~ω (~x )d x = −i ω
0 3 0
~x 0 ρω (~x 0 )d3 x0 = −i ω p~ω , (4.54)
V V
−i ω t
donde p~ = p~ω e , ya usado en ??, es el momento dipolar que corresponde a la densidad
−i ω t
de cargas ρω (~x)e de la fuente armónica. El potencial vector asociado a este término
dipolar eléctrico es
i(kr−ω t)
~ de = −i k p~ω e
A . (4.55)
r
Se debe notar que las tres componentes de p~ω pueden tener distintas fases, lo cual puede
dar lugar a polarizaciones de los campos que no tienen la simplicidad que parece indicar
la ecuación 4.55. Para un dipolo orientado según el eje z, se puede demostrar que
h 1 i i
r
Ede = 2 pω k 3 3 3 − 2 2 cos θ ei(kr−ω t) ,
k r k r
h 1 i 1i
θ
Ede = pω k 3 3 3 − 2 2 − sin θ ei(kr−ω t) , (4.56)
k r k r kr
h 1 i i
φ
Bde = −i pω k 3 2 2 − sin θ ei(kr−ω t) ,
k r kr
φ r θ
con Ede = Bde = Bde = 0.
Si estamos observando muy cerca de la fuente, kr  1, el término dominante en los
corchetes cuadrados es el que va como 1/(kr)3 , eikr ≈ 1 y entonces los campos se pueden
aproximar por
r 2 pω cos θ −i ω t
Ede ≈ e ,
r3
θ pω sin θ −i ω t
Ede ≈ e , (4.57)
r3
φ pω sin θ −i ω t
Bde ≈ −i k e .
r2
1
. . . los términos ”fáciles”de obtener . . .
4.7. APROXIMACIONES PARA CAMPOS FUERA DE LAS FUENTES 123

La dependencia espacial de las componentes del campo eléctrico cercano es la que co-
rresponde a un dipolo eléctrico estático pω , mientras que la dependencia espacial del
campo magnético es la que se obtendrı́a de la ley de Biot-Savart para un elemento ∆z
de corriente Iω , con −i ω pω = Iω0 dz 0 ≈ Iω ∆z. Como puede verse, estos resultados son
R

los que se obtendrı́an con la aproximación cuasi-estacionaria, cosa que no debe sorpren-
dernos porque a la condición ka  1 le hemos agregado la condición de campo cercano
kr  1 y ambas condiciones son justamente las condiciones de validez de la aproximación
cuasi-estacionaria. En el otro extremo, observando a distancias grandes comparadas con
la longitud de onda, kr  1 y los términos dominantes en el campo lejano son

r ei(kr−ω t)
Ede ≈ −i2 pω k cos θ ,
r2
θ ei(kr−ω t)
Ede ≈ −k 2 pω sin θ . (4.58)
r
φ ei(kr−ω t)
Bde ≈ −k 2 pω sin θ .
r
Vemos que la componente radial del campo dipolar eléctrico lejano es (kr)−1 veces menor
que las otras componentes de los campos. Despreciando esta pequeña componente radial
podemos decir que los campos electromagnéticos lejanos de tipo dipolar eléctrico tienen
esencialmente la misma estructura que una onda plana, es decir, |E ~ de | = |B
~ de | y E
~ de , B
~ de
y la dirección de observación en terna directa. Pero quizás el detalle más importante de
las expresiones obtenidas para los campos lejanos (y con más consecuencias prácticas
en nuestra vida cotidiana) sea la dependencia espacial inversamente proporcional a r. Es
justamente esta dependencia la que posibilita que una fuente (en este caso el dipolo) emita
energı́a en forma de campos y que esta energı́a viaje hacia otras regiones, no importa cuán
alejadas estén. Dicho de otra manera, los campos con esta dependencia espacial tienen un
flujo no nulo del vector de Poynting en el infinito. Se los llama campos de radiación.
Hasta acá vimos las contribuciones del primer término en el desarrollo multipolar 4.52
válido en la aproximación de onda larga. Con cada uno de los términos restantes se puede
hacer un análisis completamente similar al realizado para el término dipolar eléctrico,
obteniéndose sucesivas contribuciones que están relacionadas con momentos multipola-
res de órdenes mayores. Aparece ası́ el término dipolar magnético, luego el cuadrupolar
eléctrico, . . . y luego las cosas se tornan cada vez más inmanejables, debiéndose recurrir
al desarrollo multipolar sistemático mencionado anteriormente. En este punto cabe la
alternativa de continuar el estudio de la aproximación de onda larga limitándolo al caso
de campos de radiación. Esperamos ası́ poder simplificar un poco las cuentas, de alguna
manera tanto como las expresiones para los campos 4.56 se reducen a las 4.58.
Debe quedar clara una diferencia importante entre los desarrollos multipolares que ve-
remos a continuación y los encontrados en electrostática (ec. ??) y en magnetostática (ec.
??):
• en los casos estáticos el parámetro importante es a/r y los campos asociados a los
sucesivos términos de los desarrollos disminuyen con las sucesivas potencias de a/r;
• en el desarrollo que veremos a continuación encontraremos que los campos asocia-
124 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

dos con todos los sucesivos términos disminuyen como 1/r en la zona de radiación, y el
parámetro que define el peso relativo de los sucesivos términos es ka.

4.7.3. Aproximación de onda larga para campos de radiación

Volvamos a la expresión 4.34 para el potencial A ~ de fuentes armónicas localizadas.


Fuera de las fuentes valen los siguientes desarrollos en forma exacta
r
0 ~x · ~x 0 r02 0 r02 − (~x · ~x 0 )2
|~x − ~x | = r 1 − 2 2 + 2 = r − n̂ · ~x + + ... , (4.59)
r r 2r

1 1h  r02 − 3(~x · ~x 0 )2  i
0
= 1 + n̂ · ~
x − + . . . , (4.60)
|~x − ~x 0 | r 2r2

h i
r 02 −3(~ x 0 )2
~= e i(kr−ω t)Z ik x 0−
−n̂·~
x·~
+...
h r02 − 3(~x · ~x 0 )2 i
A J~ω0 e 2r
1 + n̂ · ~x 0 − + . . . d3 x0 , (4.61)
rc 2r2

donde n̂ = ~x/|~x| es un versor que apunta desde el origen de coordenadas (en la fuente)
hasta el punto campo. Si sólo estamos interesados en campos de radiación, debemos
quedarnos con −n̂ · ~x 0 en la exponencial y con el corchete cuadrado igual a 1

ei(kr−ω t)
Z
0
~
A(~x, t) = J~ω (~x 0 ) e−i kn̂·~x d3 x0 . (4.62)
rc V

Hasta acá no se hizo ninguna suposición sobre el tamaño de la fuente. En la aproximación


de onda larga, ka < 1, el siguiente desarrollo sigue siendo exacto para los campos de
radiación
 n
0
i(kr−ω t) Z ∞ −i kn̂ · ~
x
~ x, t) = e
X
A(~ J~ω (~x 0 ) d3 x 0 . (4.63)
rc V n=0
n!

Intercambiando sumatoria con integral obtenemos un desarrollo en serie adecuado para


los campos de radiación. Cuanto mejor se cumpla la aproximación de onda larga, ka  1,
mejor estarán descriptos los campos por los primeros términos no nulos de esta serie.
Notar los siguientes puntos:

i) el peso relativo del término n-ésimo de esta serie es (ka)n ;

ii) si bien todos los términos tienen en común la misma dependencia espacial con la
coordenada radial del punto campo, de la forma ei(kr−ω t) /r, los campos asociados
difieren en su dependencia con las coordenadas angulares;
4.7. APROXIMACIONES PARA CAMPOS FUERA DE LAS FUENTES 125

para calcular los campos electromagnéticos usaremos el esquema 4.39, que require
~ a la expresión 4.63. Como
aplicar dos veces el operador ∇

~ ikr = e ikr i k ∇r
∇e ~ = e ikr i k n̂ , (4.64)

~ 1 = −n̂ ,
∇ (4.65)
r r2
la derivación de 1/r no contribuye a los campos de radiación y entonces operar con
~ sobre el factor e ikr /r equivale, para campos de radiación, a hacer el reemplazo

~ −→ i k n̂ .
∇ (4.66)

A continuación veremos en detalle los tres primeros términos del desarrollo 4.63.

n=0 −→ dipolo eléctrico

~ está dado por


Para el término con n = 0 usamos 4.54 y se obtiene que el potencial A
la ecuación 4.55. Para los campos usamos 4.66, obteniendo
i(kr−ω t)
~ de = k 2 e
B (n̂ × p~ω ) , (4.67)
r
i(kr−ω t)
~ de = −k 2 e
E [n̂ × (n̂ × p~ω )] . (4.68)
r
Para un dipolo orientado según el eje z se recupera el resultado obtenido en 4.58

~ de | = |B
~ de | = k 2 |~pω | sin θ ei(kr−ω t)
|E . (4.69)
r
Consideremos un punto campo arbitrario y en este punto campo un elemento de área tal
que visto desde la fuente subtiende un ángulo sólido dΩ. La potencia que pasa por este
elemento de área es dP =< S ~ > ·n̂r2 dΩ y entonces la distribución angular de potencia
por unidad de ángulo sólido resulta

dP c 4
= k |~pω |2 sin2 θ . (4.70)
dΩ 8π
Es usual representar distribuciones angulares de potencia en diagramas polares como se
ve en la figura, donde se ha graficado dP/dΩ para los campos de un dipolo en el eje z.
Se puede observar que no hay emisión de potencia en la dirección del dipolo y que la
potencia emitida es máxima en la dirección perpendicular al dipolo. La potencia total
irradiada es
Z Z π
dP c 4 2 c
P = dΩ = k |~pω | sin2 θ 2π sin θdθ = k 4 |~pω |2 . (4.71)
4π dΩ 8π 0 3
126 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

4.8. Aspectos matemáticos de la ecuación de ondas


Aunque los fı́sicos nunca nos paralizamos por los detalles matemáticamente cuestiona-
bles, hay que reconocer que el procedimiento usado para encontrar los potenciales retar-
dados (4.31) y (4.32) los tiene, como por ejemplo el paso al lı́mite en el que se obtuvo la
ecuación 4.29. En esta sección pondremos el problema en un marco matemático riguroso
y veremos los aspectos matemáticos más relevantes que determinan los comportamientos
fı́sicos más relevantes de las soluciones de la ecuación de ondas inhomogénea.

4.8.1. Problema fundamental

El problema fundamental de la ecuación de ondas consiste en, dada la función fuente


f (~x, t), encontrar una función de ondas φ(~x, t) que satisfaga la ecuación

1 ∂ 2φ
∇2 φ − = −4πf (~x, t) , (4.72)
c2 ∂ t 2
sujeta a las condiciones iniciales

φ(~x, 0) = F (~x) , (4.73)


∂φ(~x, t)
= D(~x) , (4.74)
∂t t=0

(F , por “función”, D, por “derivada”). Las funciones involucradas pueden ser complejas
y el problema se denomina fundamental porque ası́ planteado tiene solución única.
Hay dos casos particulares muy importantes. Uno, ya encarado en la sección 4.5, es el
problema con fuente. En este problema hay que resolver la ecuación

1 ∂ 2 φf
∇2 φf − = −4πf (~x, t) , (4.75)
c2 ∂ t2
y encontrar φf (~x, t) “proporcional” a f , en el sentido de que cuando f se multiplica
por un factor constante, entonces φf (~x, t) también. Otro caso particular importante es el
problema de condiciones iniciales o problema de Cauchy, donde la incógnita es la función
φC (~x, t) que satisface la ecuación homogénea

1 ∂ 2 φC
∇2 φC − =0, (4.76)
c2 ∂ t 2
y las condiciones iniciales

φC (~x, 0) = F1 (~x) , (4.77)


∂φC (~x, t)
= D1 (~x) . (4.78)
∂t t=0
4.8. ASPECTOS MATEMÁTICOS DE LA ECUACIÓN DE ONDAS 127

Es fácil ver que la solución del problema fundamental es siempre suma de las soluciones
de estos dos casos particulares

φ(~x, t) = φf (~x, t) + φC (~x, t)

con

F1 (~x) = F (~x) − φf (~x, 0) , (4.79)


∂φf (~x, t)
D1 (~x) = D(~x) − , (4.80)
∂t

t=0

es decir, que si se conoce una solución del problema con fuente (solución particular), la so-
lución del problema fundamental lleva a resolver un problema de Cauchy con condiciones
iniciales dadas por (4.79) y (4.80).
En realidad no hace falta encarar la solución φC del problema de Cauchy más general
planteado por las ecs. (4.77) y (4.78), porque es claro que el problema queda resuelto
mediante la suma
φC = φC A + φC B ,

donde en un problema la derivada temporal de φC A a t = 0 es nula y en el otro problema


φC B es nula a t = 0. Finalmente, como la derivada temporal conmuta con el operador
dalambertiano, la solución del problema A se puede construir a partir de la derivada
temporal de la solución de un problema B.
(a completar)
Por este motivo, para resolver el problema fundamental solamente es necesario desarrollar
métodos para el problema con fuente y para un caso especial del problema de Cauchy.

4.8.2. Causalidad en ondas 1D

Si pensamos que φ(x, t) es una respuesta (o efecto), las causas que producen este efecto
electromagnético provienen de fuentes, pero también provienen de ciertas condiciones
iniciales. Esto es muy claro en el caso de fenómenos mecánicos, como deformaciones en una
soga o en una membrana elástica, donde seguramente todos han visto experimentos donde
el sistema evoluciona tanto por efecto de una fuerza impulsora como por efecto haber
impartido en el sistema ciertos apartamientos y velocidades iniciales a las partes móviles.
Uno de los objetivos de esta sección es poner en evidencia ciertos aspectos matemáticos
que subyacen detrás del concepto fı́sico de causalidad, que por ahora apareció en las
expresiones de los potenciales retardados (problema con fuente), pero no en el problema de
condiciones iniciales. Para exhibir la causalidad en los dos casos particulares del problema
fundamental, familiaricémonos primero con la situación 1D y luego pasemos al caso 3D.
128 CAPÍTULO 4. PROBLEMAS CON FUENTES

Problema de valores iniciales en 1D

En una dimensión, el problema de valores inciales para φ(x, t) se escribe

∂ 2φ 1 ∂ 2φ
− =0, (4.81)
∂ x2 c2 ∂ t2
φ(x, 0) = F (x) , (4.82)
∂φ(x, t)
= D(x) . (4.83)
∂t t=0

Problema con fuente en 1D

4.8.3. Problema de valores iniciales en 3D

4.8.4. Problema con fuente en 3D

(a completar)

4.8.5. Función de Green para la ecuación de ondas 3D

(a completar)

4.9. Funciones de Green


(En elaboración)

4.9.1.

(En elaboración)
Bibliografı́a

[1] J. D. Jackson, From Lorenz to Coulomb and other explicit gauge transformations,
American Journal of Physics 70,917 (2002).

[2]

129

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