Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
afrontamiento
No intentes tranquilizarle
Cuando tu hijo se muestra ansioso por algo, la mayoría de veces sabemos que
no hay nada que sea tan grave como para preocuparse de esa forma, por lo
que podríamos decirle, “Confía en mí. No hay nada de qué preocuparse”. Dicho
y hecho ¿verdad? A todos nos gustaría que fuese así de simple. Pero, ¿Por qué
nuestros intentos de tranquilizarle parece que caigan en saco roto? No es que
sus oídos no funcionen bien, el niño ansioso quiere escucharnos
desesperadamente, pero al parecer el cerebro no va a dejar que esto suceda.
Durante los períodos de ansiedad, se pone en marcha una rápida
transferencia de productos químicos y gran cantidad estímulos mentales
ejecutados en su cuerpo con la intención básica y ancestral de sobrevivir. Una
consecuencia de todo esto es que la corteza prefrontal – la parte más lógica
del cerebro – consigue ponerse en espera mientras el cerebro emocional,
más automatizado se hace cargo de la situación. En otras palabras, es muy
difícil para su hijo a pensar con claridad, usar la lógica o incluso recordar cómo
llevar a cabo tareas básicas. Entonces, ¿Qué debemos hacer en lugar de tratar
de racionalizar esta ansiedad? Intenta lo siguiente:
Personifica la preocupación
Como probablemente sabrás, hacer caso omiso de la ansiedad no ayuda. Pero
algo que les ayuda mucho a los niños es crear un personaje de
“preocupación”. Un personaje que personifique la ansiedad (se le puede dar
un nombre, el que se quiera). Este personaje puede vivir en el cerebro más
ancestral, que es responsable de protegernos cuando estamos en peligro. Por
supuesto, a veces este personaje se pone un poco fuera de control y cuando
eso sucede, tenemos que hacerle entrar en razón. Se puede utilizar esta
misma idea con un animal de peluche o incluso de rol en el hogar.
Practica la auto-compasión
Ver que tu hijo sufre ansiedad puede ser muy doloroso, frustrante y confuso.
No es de extrañar que los padres se pregunten en algún momento si son ellos
la causa de la ansiedad de su hijo. Las investigaciones muestran que la
ansiedad es a menudo el resultado de múltiples factores (es decir, genes,
la fisiología del cerebro, el temperamento, los factores ambientales, eventos
traumáticos del pasado, etc.). Por favor, ten en cuenta que no causaste la
ansiedad de tu hijo, pero puedes ayudarle a superarla.
Con el objetivo de tener una vida más saludable para toda la familia, practica
la auto-compasión. Recuerda, no estás solo, y no tienes la culpa. Es hora de
dejar ir a tu dura autocrítica y perdonarte a ti mismo. Ámate a ti mismo. En
realidad eres el campeón de su hijo.