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TEMA 31: “LA INFANCIA EN SITUACIÓN DE RIESGO SOCIAL”

La infancia en situación de riesgo social: Indicadores. El maltrato infantil:


Indicadores. Servicios especializados dentro de una política de bienestar social:
Adopción, acogimiento familiar, centros de acogida e intervención con las familias.
Referencias legislativas.

Índice.
Introducción.
La infancia en situación de riesgo social: Indicadores.
El maltrato infantil: Indicadores.
Servicios especializados dentro de una política de bienestar social: Adopción,
acogimiento familiar, centros de acogida e intervención con las familias.
Referencias legislativas.
Conclusiones.

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Introducción.
En la actualidad en nuestra cultura la infancia es objeto de especial atención y sujeto de
derechos individuales y colectivos. Pero esto no siempre ha sido así. Se ha producido
un profundo cambio cultural a través de un largo proceso en el que una nueva
concepción de la infancia se ha ido abriendo paso. La concepción actual de la infancia
es el resultado de un largo y conflictivo proceso dialéctico que se iniciaría entre unas
minorías durante los S XVI y XVII. Incluso hay quines sostiene que el propio concepto
de infancia no existía en las sociedades precedentes
Como se reconoce en la declaración de Derechos del Niño (1959) todos los niños
tienen derecho a ser protegidos de la crueldad, negligencia o explotación, para que
puedan desarrollarse de forma saludable y normal, tanto física como metal y
socialmente en condiciones de libertad y dignidad.
Cuando el niño no recibe la atención que necesita aprende a que no puede esperar
cuidado ni protección, desarrolla una visión negativa del mundo y se acostumbra a
responder a él con retraimiento o violencia. Problemas que suelen obstaculizar el resto
de las relaciones que el niño establece desencadenando un proceso de espiral
escalonada, a partir del cual las dificultades iniciales van en aumento hasta provocar
graves inadaptaciones en la vida adulta.
El maltrato es el extremo negativo de una dimensión continua.

La infancia en situación de riesgo social: Indicadores.


Los menores en situación de riego son aquellos que por estar inmersos en un entorno
sociofamiliar desfavorable puedan sufrir alteraciones en su evolución física, social o
psíquica. Éstas pueden ser causadas por una situación de negligencia, abandono o
desamparo, o por una situación de maltrato (físico, psíquico o sexual). Sin embargo
debe quedar claro que no es lo mismo una situación de riesgo que un maltrato de
hecho.
Los principales factores que ponen a los menores en situación de riesgo están
relacionados con la estructura familiar, con los mismos menores y con el nivel
socioeconómico y cultural:
o Entre los factores de riesgo asociados a la estructura familiar nos encontramos con:
los hijos no deseados, la desestructuración familiar, la paternidad adolescente, la
familia numerosa o monoparental, padres divorciados, exceso de disciplina, ausencia
de normas educativas, ausencia de comunicación o de interacción padres-hijos,…

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o Entre los factores de riesgo asociados al nivel socioeconómico y cultural, se puede
destacar: el paro o inestabilidad laboral, la pobreza, la ausencia de una vivienda, la
ausencia de una red de soporte social, la emigración, el exceso de vida social o de
trabajo,..
o Entre los factores de riesgo asociados al propio menor: discapacidades o
minusvalías, problemas crónicos de salud, la hiperactividad o el oposicionismo, la
prematuridad.
Es necesario tener en cuenta que estos factores pueden estar presentes en todos los
ámbitos sociales, si bien un mayor control social hacen que se detecten más malos
tratos en las capas sociales que acuden con mayor frecuencia a los servicios públicos
de atención.
Una vez se detecta una situación de riesgo, se pone en marcha todo un mecanismo de
control social que incluye varios equipos interdisciplinares para el control de la posible
situación. Un equipo interdisciplinar será el encargado del seguimiento la familia que
trabajará en coordinación con el resto de profesionales de la zona e informará al juez
de la situación en la que se encuentra el menor.
En función de la situación de riesgo que padezca el menor, se planteará el trabajo con
la familia:
- Si el riesgo es controlado, el menor permanece en su hogar, el equipo irá
controlando que todo vaya evolucionando positivamente y que haya una reconducción
de la situación de riesgo.
- Si existe maltrato o abandono, si se detecta que el menor está sufriendo una
situación que afecta gravemente a su desarrollo, el equipo correspondiente separará al
menor de su núcleo familiar y lo ingresará de manera transitoria en un centro de
acogida para menores, donde se hará un diagnóstico que dará lugar a la elaboración de
una propuesta alternativa lo más beneficiosa posible. En muchos casos esta propuesta
pasa por un internamiento en un centro residencial o en una vivienda tutelada, que
servirá de hogar alternativo hasta que el menor pueda reintegrarse de nuevo con su
familia, entre en un programa de acogida familiar o cumpla la mayoría de edad.
Podemos agrupar los indicadores de riesgo social en 7 grupos, atendiendo a las
problemáticas sociales en que se ven inmersos, así hablamos de:
a) menores al margen de un entorno familiar (en situaciones de orfandad, fuga,
abandono,…)
b) niños ignorados y desatendidos, que crecen con graves carencias afectivas;

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c) familiares consumidores de alcohol y otras drogas;
d) incitación o permisión respecto del consumo de alcohol, drogas, sexo,…
e) progenitores con historial delictivo.
f) inadaptación y fracaso escolar,
g) familia con problemática económico-laboral,

El maltrato infantil: Indicadores.


Antes de nada cabe destacar la ambigüedad e imprecisión del concepto de maltrato lo
que favorece la existencia de múltiples definiciones que afectan a la consideración de
una determinada situación como maltrato o no. Pero ciñéndonos al espíritu de la
Declaración de Derechos del Niño y de nuestro marco legal, podemos entender el
maltrato como “todo entorpecimiento en el desarrollo físico, psíquico, social,
emocional y/o afectivo de un niño”.
Entre las distintas formas de maltrato infantil destacan:
- Los malos tratos físicos: cualquier acto intencional producido por un padre o
cuidador que cause o pudiera haber causado lesiones o daños físicos a un niño.
- Maltrato psicológico: conductas de los padres o cuidadores tales como rechazar,
aislar, ignorar o aterrorizar a un niño, así como la privación de los elementos de
sentimientos de amor, afecto y seguridad.
- Abuso sexual: conductas de un padre o cuidador que involucran o permiten
involucrar a un niño o adolescente en actividades de naturaleza sexual, que son
inapropiadas a su edad y desarrollo psicosexual, de las que no puede dar
consentimiento informado, o que han sufrido presionados por la violencia, seducción,
amenazas o engaños o que trasgreden las normas familiares y sociales.
- Negligencia: daños físicos o psicológicos a un niño como consecuencia de la
falta seria de cuidado, supervisión o atención y privación de los elementos esenciales
para el desarrollo físico, emocional o intelectual del niño.
- Maltrato institucional: actos de omisión o comisión, condiciones o acciones
permitidas en el contexto de organizaciones, sistemas de protección del menor, así
como de programas y procedimientos específicos, que violan los objetivos del cuidado
institucional de menor y que por tanto, amenazan el desarrollo físico, psicológico y
emocional del niño.

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Indicadores que nos acercan a la problemática estudiada:
 Indicadores de maltrato infantil: Indicadores físicos (magulladuras,
moratones, quemaduras, lesiones óseas,..) Indicadores comportamentales (cauteloso al
contacto físico con adultos, comportamiento aprensivo cuando otros niños lloran,
conductas extremas de agresividad, rechazo, euforia,…, actitud de miedo,…)
Conducta del cuidador (ha sido objeto de maltrato en la infancia, utiliza una disciplina
severa, desequilibrio emocional, percibe al niño de manera significativamente
negativa, intenta ocultar sus lesiones, abusa del alcoholo u otras drogas,..)
 Indicadores de abuso sexual: Indicadores físicos (dificultad para andar y
sentarse, ropa interior rasgada, ensangrentada o manchada, se queja de dolor o picor en
la zona genital,…) Indicadores comportamentales (parece reservado, rechazante, tiene
escasa relaciones con sus compañeros, no quiere cambiarse de ropa para hacer
gimnasia, comete acciones delictivas o se fuga,…) Conducta del cuidador
(extremadamente protector o celoso del niño, fijaciones infantiles, sufrió abusos
sexuales en su infancia,…)
 Indicadores de maltrato emocional: Indicadores físicos (el maltrato
emocional puede ser advertido por las conductas del niño y del cuidador. En bebés un
indicador es el enanismo psicosocial. Otros son las desproporciones bioanatómicas, la
desnutrición, retrasos en el desarrollo físico, perturbaciones en el lenguaje,…)
Indicadores comportamentales (inhibición de juego, excesivamente complaciente,
pasivo,.. extremadamente agresivo, exigente o rabioso, retraso e el desarrollo físico,
emocional e intelectual, intentos de suicidio,…) Conducta del cuidador (culpa o
desprecia al niño, es frío o rechazante, niega vinculación afectiva,…)
 Indicadores de abandono físico: Indicadores físicos (escasa higiene,
hambriento, constante falta de supervisión, falta de organización y ordenamiento de la
vida cotidiana, cansancio o apatía permanentes, problemas físicos o necesidades
médicas no atendidas,…) Indicadores comportamentales (participa en actividades
delictivas, pide o roba comida, absentismo escolar, se queda dormido en clase,…)
Conducta del cuidador (la vida en el hogar es caótica, está mentalmente enfermo,
abuso de alcohol y otras drogas, muestra evidencias de apatía o inutilidad,..)

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Maltrato infantil Abuso sexual Maltrato Abandono
emocional físico
Indicadores magulladuras, moratones, dificultad para andar En bebés un indicador Escasa higiene
quemaduras, lesiones óseas y sentarse, ropa es el enanismo hambriento, constante
físicos interior rasgada, psicosocial. Otros son falta de supervisión,
ensangrentada o la desnutrición, falta de organización
manchada, se queja de retrasos en el de la vida cotidiana,
dolor o picor en la desarrollo físico, cansancio o apatía
zona genital, perturbaciones en el permanentes,
lenguaje, problemas físicos o
necesidades médicas
no atendidas
Indicadores cauteloso al contacto físico reservado, rechazante, inhibición de juego, participa en
con adultos, comportamiento escasa relaciones con excesivamente actividades delictivas,
comportame aprensivo cuando otros niños sus compañeros, no complaciente, pasivo, pide o roba comida,

ntales lloran, conductas extremas quiere cambiarse de agresivo, exigente o absentismo escolar, se
de agresividad, rechazo, ropa para hacer rabioso, retraso en el queda dormido en
euforia,…, actitud de miedo, gimnasia, comete desarrollo físico, clase
acciones delictivas o emocional,
se fuga intelectual, intentos
de suicidio,
Conducta maltrato en la infancia, extremadamente culpa o desprecia al la vida en el hogar es
utiliza una disciplina severa, protector o celoso del niño, es frío o caótica, está
del cuidador desequilibrio emocional, niño, fijaciones rechazante, niega mentalmente enfermo,
percibe al niño de manera infantiles, sufrió vinculación afectiva, abuso de alcohol y
significativamente negativa, abusos sexuales en su otras drogas, muestra
intenta ocultar sus lesiones, infancia evidencias de apatía o
abusa del alcoholo u otras inutilidad
drogas,

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Servicios especializados dentro de una política de bienestar social: Adopción,
acogimiento familiar, centros de acogida e intervención con las familias.
El sistema público de servicios sociales se orienta a la promoción de medios necesarios
para la prevención y superación de los procesos de marginación y en pro de la igualdad
social. Los servicios sociales se estructuran en dos tipos en función del servicio que
prestan: los servicios sociales generales o comunitarios, que están dirigidos al conjunto
de la población y los servicios especializados, que atienden a las peculiaridades y
necesidades especiales y comunes de grupos concretos de población, que por sus
características requieren una atención específica. De estas dos divisiones surge la
organización básica de los servicios sociales.
Entre los servicios sociales especializados destinados a la infancia podemos destacar:
los juzgados de menores para casos de “reforma”, centros de acogida, guarderías para
hijos de reclusas, pisos de acogida para madres con niños en situación de riesgo,…
En este epígrafe vamos a ver los siguientes servicios y medidas: adopción, acogimiento
familiar, centros de acogida e intervención con las familias.
1. La adopción.
Figura jurídica que, por medio de una decisión judicial, produce entre adoptante y
adoptado un vínculo de filiación, al mismo tiempo que desaparecen, salvo excepciones,
los vínculos jurídicos entre el adoptado y su familia anterior.
La adopción está regulada en España por la Ley 21/1987, así como por la Ley
Orgánica 1/96, por las que se modifican determinados artículos del Código Civil y de
la Ley de enjuiciamiento Civil en materia de Adopción. Se busca con este cambio la
primacía del interés del adoptado, prevaleciendo sobre el interés del adoptante o padres
del adoptado, así como su configuración como instrumento de integración socio-
familiar. El objetivo de la adopción es el de proporcionar a todo menor en situación de
desamparo y para los que la integración en la propia familia no es posible o deseable,
una filiación legal adecuada y capaz de proporcionar las figuras parentales que cubran
sus necesidades socio-afectivas, socioeconómicas y de desarrollo personal que precise.
Las Entidades Públicas, obligadas a velar por el bienestar de la infancia, serán las
encargadas de controlar todas las actuaciones previas a la adopción, es decir, la
elaboración de la propuesta de adopción evitando el llamado tráfico de menores. Esta
propuesta de adopción no es necesaria en todos los casos (ser pariente del adoptante,
llevar más de un año acogido,..)

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Entre los requisitos destacan para el adoptante: tener más de 25 años (en caso de
matrimonio, uno de los cónyuges basta) y existir una diferencia de edad con el
adoptado de al menos 14 años). Para el adoptado: ser menor no emancipado, exepto si
es mayor de edad o emancipado y haya existido un acogimiento o convivencia
ininterrumpida con inicio anterior a cumplir los 14 años.
La adopción se constituye mediante resolución judicial, en la que han sido recabados
los consentimientos del adoptante y del adoptado (si es mayor de 12 años), así como
los consentimientos del cónyuge del adoptante y de los padres del adoptado (en caso de
no estar privados de la Patria Potestad del menor). La madre no podrá dar
consentimiento antes de un mes del nacimiento del niño. Podrán ser escuchados en
audiencia por el juez los padres con expediente iniciado de retirada de Patria Potestad,
el tutor o guardador/es y el adoptado menor de 12 años con suficiente juicio.
La adopción es irrevocable, y solo se puede extinguir dentro de los dos años
posteriores a la adopción, sin perjuicio al menor y siendo solicitado por el padre y/o
madre biológicos que sin culpa no hubiesen sido oídos o dado el consentimiento,
conforme a la ley.
2. Acogimiento familiar.
Figura que puede tener un carácter administrativo o judicial y que otorga la guarda de
un menor a una persona o grupo familiar, con la obligación de cuidarlo, alimentarlo y
educarlo por un tiempo, con el fin de integrarlo en una vida familiar que sustituya o
complemente temporalmente a la suya natural, con independencia de que los padres
estén o no privados, total o parcialmente de la patria potestad. Según su finalidad
puede ser:
- Acogimiento simple con el objeto de reintegración en la propia familia.
- Acogimiento permanente, se amplía la autonomía de la familia acogedora en
cuanto a la atención del menor.
- Acogimiento preadoptivo, paso previo a la adopción
Su objetivo es el de proporcionar a menores en situación de desamparo, o en riesgo de
estarlo, un entorno familiar adecuado a su desarrollo, que supla temporalmente a la
familia de origen y cubra las necesidades psico-afectivas y socioeconómicas, evitando
el internamiento
Procedimiento:
 Acogimiento familiar administrativo. Debe concurrir la voluntad de la Entidad
Pública responsable, los padres del menor, la persona/s que acogen y el menor si

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cuenta con 12 años de edad. En caso de no existir consentimiento de los padres, se
podrá realizar un acogimiento provisional. Como medio para evitar su internamiento
en un centro de protección.
 Acogimiento familiar judicial. Es decretado por el juez en interés del menor en
caso de existir oposición por parte de los padres biológicos o tutor/es, siendo
promovido por parte de la Entidad Pública responsable o Ministerio Fiscal.
3. Los Centros de acogida.
Se entiende por centros de acogida aquellos dispositivos residenciales de convivencia y
atención a la infancia, con ubicación alejada del entorno familiar, y en donde el menor
recibe, de forma inmediata, la atención y cuidados que su familia de origen no presta.
La clasificación de los dispositivos alternativos a la convivencia familiar para menores
viene predeterminada por la función última de los mismos, así nos encontramos con
Centros de Reforma (ligados a la guarda de menores de protección jurídica y a la
ejecución de medidas de cumplimiento judicial) y con Centros de Protección.
Dentro de este segundo bloque se integran:
Centros de acogida de protección: son centros residenciales de estancia breve y con
carácter de urgencia, para acoger y atender, de forma transitoria, a menores en
situación de desamparo o riesgo social grave, cuya situación es o puede ser objeto de
intervención por parte de la Comisión de Tutela del Menor.
Centros residenciales para menores: destinados a acoger, atender y educar a los
menores de edad cuya guarda, por decisión de la Comisión de Tutela del Menor, deba
ser asumida por la Comunidad de forma temporal, en tanto se interviene para lograr su
reincorporación familiar o para proporcionarles una alternativa familiar temporal o
definitiva. Distintas modalidades:
- Residencias de Protección para menores de 4-18 años: centros
destinados a los menores protegidos de 4 a 18 años, procedentes de uno o varios
distritos de Servicios Sociales, para los que se ha acordado la medida de acogimiento
residencial
- Residencias de Protección de primera infancia: centros destinados a los
menores protegidos de 0 a 6 años para los que se ha acordado la medida de
acogimiento residencia
- Hogares de protección para el acogimiento residencial prolongado:
pequeñas unidades de convivencia, con una capacidad máxima de 8 plazas, destinadas

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a menores con dificultad de retorno familiar para los que se ha acordado la medida de
acogimiento residencial.
- Pisos protegidos de adolescentes: centros destinados a adolescentes
protegidos de 16 a 18 años para los que se ha acordado la medida de acogimiento
residencia
Centros residenciales específicos.: dan respuesta al alojamiento y atención a menores
del sistema de protección con problemas de tipo: sanitarios, discapacidad, salud mental
y problemas de conducta y consumo de sustancias tóxicas. Destinado a menores entre
0 y 18 años.
Centros de día para menores: realizan una función de prevención en menores que se
encuentran en situación de desventaja social, familiar y económica en el ámbito del
tiempo libre y la cultura siempre fuera del horario escolar. Tienen como objetivo
compensar déficits socioeducativos y fortalecer su integración y desarrollo personal.
4. La intervención con familias.
Un ambiente familiar poco acogedor o sin la necesaria cohesión provoca desajustes en
el proceso de maduración del niño, convirtiéndose en un espacio de intervención, con
el fin de lograr neutralizar esos desajustes, promoviendo la promoción y prevención en
áreas como la salud, educación, cultura, convivencia e integración. El fin de estas
intervenciones es posibilitar el mantenimiento de la persona en su medio habitual,
prevenir la desestructuración familiar, facilitar el apoyo psico-social necesario y
procurar, en toda situación, la normalización de la persona y la de su medio habitual de
crecimiento y desarrollo como ser humano con plenos derechos tanto sociales como
personales
Funciones de los programas de intervención con familias:
- Detección de las unidades familiares en situación de riesgo social o con procesos
de desestructuración ya iniciados.
- Estudio y diagnóstico de las situaciones ya detectadas.
- Elaboración de un pre-proyecto de intervención.
- Elaboración de los contratos de intervención, marcando los compromisos que
adquieran las partes.
- Ejecución de los compromisos.
- Valoración de los logros conseguidos.
- Evaluación de todo el proceso de intervención.
Niveles de intervención con familias:

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 Preventivo: se trata de asegurar el normal funcionamiento del núcleo familiar,
evitando mayores desajustes de los detectados.
 Educativo: asegurar la formación de cada miembro para generar procesos de
configuración de personas sanas, a través de su propia toma de conciencia sobre
actividades de autodesarrollo y cooperación.
 Terapéutico: posibilitar la solución de desajustes graves, incidiendo en los procesos
de interrelación propios, buscando su modificación y posterior superación.
En las familias con necesidad de intervención existen unas áreas delimitadas por
situaciones concretas de necesidad: área familiar convivencial, área de organización de
la unidad convivencial, área de trabajo, área de educación, área de salud, área de
vivienda, área de participación e integración social.
Instrumentos de intervención con familias: se definen como servicios de apoyo integral
a las personas y familias. Comportan la prestación de: Servicios de ayuda a domicilio.
Servicios de educación familiar y apoyo psicosocial. Ayudas económicas.

Referencias legislativas.
El niño es jurídicamente una persona y por tanto tiene unos derechos y unas
obligaciones que emanan de la Declaración de los Derechos Humanos. Sin embargo,
como ser indefenso que es desde su nacimiento y vulnerable a lo largo de su proceso
de crecimiento y adquisición de autonomía, dispone de una capacidad muy limitada
para ejercer estos derechos, y por ello va a necesitar para su disfrute de una normativa
específica que los regule y garantice su protección hasta que se convierta en una
persona adulta.
La culminación de este proceso se obtiene con la Convención sobre los Derechos del
Niño, de 1989, aunque para llegar hasta ella cabe destacar dos hitos fundamentales: La
Declaración de Ginebra, de 1924 y la Declaración de los Derechos del Niño, de 1959.
Es un conjunto de normas y obligaciones que dan a los niños un papel protagonista en
la construcción de una sociedad justa, respetuosa y pacífica. En ella se detallan los
derechos humanos básicos y permanentes de todos los niños. España ratifica su
adhesión a la convención en 1990, quedando sujeta a la aplicación de sus principios.
1. El marco de atención a la infancia en España.
 Constitución de 1978. El Capítulo tercero del Título I señala en primer
lugar (art. 39) la obligación de los poderes públicos de asegurar la protección social,

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económica y jurídica de la familia y dentro de ésta, con carácter singular de los
menores. En segundo lugar y en este mismo artículo se señala: “los niños gozarán de la
protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos”. Otras
consideraciones referidas a la protección de la infancia las podemos encontrar en: art.
11: no discriminación; art. 14: el derecho a la vida y a la integridad; art. 15: el derecho
a la intimidad; art. 18: el derecho a la tutela judicial, el art. 24: el derecho a la
educación; el art. 27: el derecho a la protección integral de los hijos; el art. 39: el
derecho a la asistencia y protección social; el art. 41: el derecho a la salud; el art. 44: el
derecho a la cultura.
 El Código Civil. En todo lo relativo al Derecho de la Familia:
regulación de instituciones sociojurídicas como la paternidad, la filiación, la obligación
de alimentos, las relaciones paternofiliales, la tutela y la guarda, el régimen
matrimonial, la separación y el divorcio, la adopción,…
 El Código Penal: en todo lo relativo a la protección, vía represión y
punición de conductas de adultos agresivas y/o vejatorias contra menores: malos tratos,
abusos sexuales, explotación, tráfico de niños,…
 Ley Orgánica 1/96 del 15 de enero de Protección Jurídica del menor:
tarta de reflejar toda la filosofía legal de la Declaración de los Derechos de la Infancia,
desde el marco prescriptito y conceptual de nuestra constitución. De manera sintética el
contenido de la ley responde a:
- Vinculación efectiva de todos los poderes públicos y comunitarios en la estructura
general d la protección a la infancia.
- Consideración efectiva de la infancia como integrada por sujetos activos,
participativos y capaces.
- Obligatoriedad de intervenir de manera solidaria ante una situación de necesidad o
riesgo infantil.
- Garantizar intervenciones eficaces y respetuosas con el desarrollo del niño.
- Regulación de las figuras del acogimiento y la adopción nacional e internacional
desde la perspectiva del mejor interés para el niño.
Desde esta perspectiva la ley garantiza todo el universo de derechos que la DDN
informa. Honor, intimidad, propia imagen, información, libertad ideológica,
participación, asociación, reunión, libertad de expresión,…

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 Directivas Comunitarias (UE) Se van incorporando a la legislación española toda
una serie de normas y leyes que actualizan y profundizan en los sistemas integrales de
protección a la infancia adaptándose a los continuos cambios sociales y exigencias de
la intervención pública. Por otro lado, las Directivas Europeas anticipan la evolución
que van a experimentar los sistemas legales en materia de protección a la infancia, en
todo lo referido a políticas sociales como educativas y de integración y prevención.
Legislación menores en comunidad Madrid:

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Conclusiones.
Aunque hoy podemos afirmar que la protección de los menores es un hecho
legalmente constatable en las sociedades plenamente desarrolladas, no es menos cierto
que socialmente estamos muy lejos de la constatación de esta realidad. Lo corrobora el
fenómeno de los malos tratos, con la intensidad y alarma que aparece en la actualidad.

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